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El Humanismo

Introducción
El humanismo es una corriente filosófica y cultural que integra las virtudes
humanas, promueve el conocimiento, defiende la igualdad y se preocupa por la relación
que existe entre el ser humano y el mundo. Surgió en el siglo XV en Italia y luego se extendió
por Europa. Se caracteriza por promover una postura antropocéntrica que valora y exalta
las capacidades intelectuales del ser humano, incentiva la búsqueda de la verdad e impulsa
el interés por estudiar los clásicos griegos y latinos. Propició el pensamiento moderno que
tuvo como consecuencia una gran reforma cultural y el desarrollo de las sociedades. El
humanismo, en términos generales, tiene por finalidad alejar a las personas de la ignorancia
y promover el desarrollo de sus capacidades.

Desde sus orígenes el humanismo se opuso al teocentrismo medieval que operaba


en torno a la idea de Dios y a la moral monoteísta. Tal como ocurrió en la cultura grecolatina,
se privilegió el estudio de las ciencias, con especial interés en todas aquellas disciplinas que
tuvieran como fin desarrollar los valores del ser humano.

En un sentido más general, se suele considerar como humanista a todo estudio que
se aboque y dedique a la lectura y a la exégesis de las letras clásicas1. En la actualidad se ha
extendido y diversificado su significado, llegando incluso a denominarse “humanista” a
cualquier interés por los valores humanos.

En el siglo XIX el pensador alemán Friedrich Immanuel Niethammer empleó por


primera vez el término humanismus para referirse a los estudios clásicos realizados durante
el Renacimiento. Estos estudios fueron desarrollados a finales del siglo XV, por maestros
llamados umanisti. Esta palabra a su vez deriva de studia humanitatis, nombre de un plan
de estudio y de literatura que buscaba rescatar los conocimientos filosóficos clásicos griegos
y latinos.

Orígenes de humanismo
Su origen se remonta al siglo XV en Italia. Durante esta época, autores del siglo XIV
como Francesco Petrarca y Giovanni Boccaccio, tuvieron amplia influencia. Ellos defendían
revisitar los estudios sobre las ideas y la cultura grecorromana. A este período del
humanismo se lo conoce como humanismo renacentista.

Ciertos acontecimientos históricos contribuyeron para que este pensamiento se


expandiera. Uno de los más determinantes fue la invención de la imprenta en 1450, por
Johannes Gutenberg, que facilitó y abarató la distribución ecuánime y pareja de los textos
académicos, antes en posesión del poder eclesiástico. Otro factor importante fue la creación
de grandes universidades - como la de Alcalá de Henares y Lovaina -, desde las que

1
Interpretación de las letras clásicas.
proliferaron los estudios críticos sobre distintas obras clásicas, como el corpus aristotélico y
la obra de Platón. Las ideas humanistas y el pensamiento crítico tuvieron allí un lugar desde
el que podían ser desarrolladas.

El humanismo se instaló como un camino de acceso a las distintas ramas del


conocimiento comúnmente reservadas al canon eclesiástico. Los studia humanitatis
consistían en una formación completa respecto a todos los aspectos del hombre, fundados
siempre en la lectura de distintas fuentes clásicas. Se realizaron traducciones de muchas
obras perdidas o solo conversadas en latín, lo que permitió desarrollar en profundidad
distintas ramas del conocimiento como la retórica, la filosofía moral, la historia y la
gramática. Al mismo tiempo, la aparición del mecenazgo, como forma de financiamiento de
la cultura y las artes, la emigración de sabios bizantinos, y el surgimiento del pontífice
Nicolás V, permitieron en su simultaneidad el desarrollo del pensamiento crítico.

A partir de estos inicios activos y diversos, se fue desarrollando la idea de un


pensamiento humanista, progresista y liberal, que buscaba la realización intelectual y la
libertad ideológica del hombre por sobre las presiones de la Iglesia y las instituciones
políticas de la época.

Características del humanismo


El humanismo plantea una visión antropocéntrica, en la que el ser humano es la
medida de todas las cosas, desplazando al Dios y la fe de la Edad Media a un lugar
secundario. Antepone el pensamiento crítico y la razón al pensamiento dogmático, cuyas
creencias tienen raigambre eminentemente religiosa. Defiende la búsqueda del saber y
establece que las capacidades intelectuales del ser humano son ilimitadas y se deben
emplear para idear, crear y difundir el conocimiento. Promueve la búsqueda de la verdad,
anteponiendo la experiencia a las explicaciones sobrenaturales de origen divino. Exalta la
idea de libertad individual, responsabilizando a las personas de sus propios actos,
entregándoles soberanía para elegir libremente.

El humanismo motivó la educación y el pensamiento crítico. Consecuencia de esto


fue el desarrollo de nuevos conocimientos científicos y técnicas de estudio en diversas áreas
como la gramática, la retórica, la literatura, la filosofía moral y la historia, estrechamente
ligadas al espíritu humano. El humanismo reformuló el modelo de educación existente
hasta aquel entonces, realzó la importancia del estudio de clásicos griegos y latinos y abrió
nuevas escuelas que promovían el estudio de diversos idiomas. Buscó eliminar todo sistema
cerrado que no permitiera la multiplicidad de perspectivas del pensamiento. En sus
orígenes se pensaba que, con este cambio, se alcanzaría el desarrollo total del hombre: físico
y espiritual, estético y religioso. El humanismo promovió valores como el de la tolerancia,
la independencia y la libertad.
Pensadores humanistas
Los humanistas fueron pensadores seculares, pero también de religión. Buscaban
respuestas a preguntas sobre el mundo indagando en pensadores antiguos sobre una base
racional. Es importante establecer que los humanistas no invalidaron a la religión, sino que
consideraban que esta tenía una función civil y que era una herramienta para mantener la
paz de una sociedad. Entre los estudiosos más destacados de esta época están:

Giovanni Pico della Mirandola (1463 – 1494). Filósofo y pensador italiano, su obra más
representativa “Las 900 tesis” es un compendio de las ideas filosóficas más resonantes que
existían hasta esa época.

Erasmo de Róterdam (1466 – 1536). Filósofo y teólogo holandés, fue un crítico de las
instituciones, del poder de la época y de los abusos de los miembros de la Iglesia católica a
la que pertenecía. Defendió en sus “adagios” -refranes- la libertad de pensamiento y las
tradiciones grecorromanas. Además, buscó que todas las personas pudieran tener acceso al
evangelio y a las enseñanzas de Jesucristo. Su obra “Elogio de la locura” tuvo una gran
repercusión.

Tomás Moro (1478 – 1535). Teólogo y político inglés, dedicó gran parte de su vida al ejercicio
de la abogacía y al estudio de la teología y la cultura grecorromana. “Utopía” fue una de sus
obras célebres, escrita íntegramente en latín. Fue decapitado en 1535 por negarse a firmar el
acta que instituía al Rey Enrique VIII como líder de la iglesia anglicana.

Tipos de humanismo
Dentro del humanismo se desarrollaron distintas expresiones y escuelas del
pensamiento. A continuación, una breve descripción de las principales vertientes:

Humanismo religioso: Es un movimiento que plantea que el hombre puede realizarse


desde un marco de integración de las ideas humanistas con distintas prácticas y creencias
religiosas. El positivismo de Auguste Comte puede ser pensado como un humanismo
religioso. También el humanismo cristiano proviene desde esta rama, cuya particularidad
es la integración del humanismo a un sistema de creencias monoteísta, el cristianismo.

Humanismo evolutivo: Es una corriente de pensamiento que oscila entre la filosofía, la


epistemología y la antropología y pone al ser humano como centro del mundo y de toda
teoría filosófica o antropológica.

Humanismo secular: Es un movimiento basado en determinadas corrientes filosóficas y en


el método científico para descartar aquellas explicaciones sobrenaturales sobre el origen del
universo y de la humanidad, como el creacionismo. También se le conoce como humanismo
laico o ateo. Es una rama del humanismo que toma distintos elementos filosóficos y
culturales de la historia de la humanidad y los presenta en conjunto según la zona en la que
se desarrolle y la afiliación política a la que adscriba.
Humanismo marxista: Es una rama del marxismo que estudia los primeros escritos de Carl
Marx desde una perspectiva humanista. Su trabajo se enfoca, principalmente, en los
Manuscritos económicos y filosóficos de 1844, donde Marx expone su teoría de la alienación.

Conclusiones
Los elementos que la masonería rescata desde las corrientes humanistas son
evidentes y diversos. Posicionar al ser humano en el centro de las preocupaciones,
dotándolo de características que le permiten lograr su propia libertad a partir del uso de sus
facultades, entre las que destaca la razón, es quizás lo más evidente. La promoción de
valores como la libertad y la tolerancia es, sin duda, una característica que se respira casi a
diario en la vida masónica, lo que rememora parte esencial de aquello rescatado por las
corrientes humanistas.

Como aquella ley fundamental de la física, en la que se establece que una fuerza
ejercida sobre un cuerpo tendrá como respuesta una fuerza de la misma magnitud en
sentido contrario, el humanismo surge en un contexto, muy probablemente como respuesta
a una forma de explicar el mundo que venía en decadencia y no lograba satisfacer a las
mentes ávidas de respuestas. La situación justificaba una búsqueda cuya dirección fuera un
cambio de paradigma transformacional. Hoy la masonería rescata muchos elementos de las
corrientes humanistas y los abraza, pero en la actualidad no tenemos las mismas
circunstancias que dieron origen al humanismo. Esto no resta importancia a aquella
corriente elemental, pero sí deja abierta una pregunta ¿a qué responde la construcción del
relato masónico de hoy? Sin duda la humanidad ha evolucionado enormemente –ya no
consideramos que la tierra es plana ni que todos los astros giran alrededor de nuestro orbe-
, no obstante, el sentido de nuestra búsqueda como francmasones, en alguna medida,
debiera responder a aquellas preguntas que tienen mayor vigencia hoy para los seres
humanos. Mi postura personal es que los valores del humanismo son y seguirán siendo
pilares de nuestra búsqueda de la verdad, porque tienen un alto nivel de universalidad y
logran trascender a la barrera temporal, sin embargo, creo que los acentos se deben
establecer en aquellos elementos que los contextos humanos y sociales de cada época
demanden. Si hoy hay que acentuar un valor, acentuaría la tolerancia por sobre la libertad,
sin dejar de valorar enormemente la segunda; exaltaría la relevancia de la ética en ejercicio,
como esencia de la formación humana, por sobre la profundización en las diversas
disciplinas técnicas; priorizaría la pausa para reflexionar acerca de nuestra naturaleza
humana, por sobre la aceleración tecnológica.

En algún momento de nuestra evolución como seres humanos, aquello que nos
permitió perpetuarnos como especie fue la colaboración, sin la cual, ante la evidente
desventaja física respecto a otros depredadores hubiéramos desaparecido rápidamente.
Hoy creo que las ideas clásicas del Humanismo nos entregan insumos valiosos para
construir nuestro devenir como sociedad. Sin embargo, la virtud de mirarnos a los ojos en
un acto reflexivo, empatizar y construir perspectivas que integren visiones diversas, de
forma iterativa y evolutiva, fortaleciendo la colaboración, son aspectos que toman
protagonismo, y nos pueden servir como guía al encuentro de un camino de crecimiento.
De esta forma, tal vez podamos encausar de manera armónica nuestras briosas energías
transformadoras.

S.: F.: U.:

Rodrigo Hernández C.

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