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Ignacio Sénchez-Cuenca
La confusi6n nacional
LADEMOCRACIA ESPAAIOLA ANTE LA CRISIS CATALANAis ecu LONER
‘emco ANCETCHRA 28
‘LesupeosoetAcimn m8
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1A Dacha ESPANOL ANTE LACS KALAMA
STELIBG MS ADD PARA SOR OSTRRIRG LA NTE
{nb Ls Ears = ae SA UMLUADO LO HK a
‘meta aan ce atmos io Oe HDRDDUSA ARTES
SE ha conan HTQSYUA AOD,
INDICE
INTRODUCCION. UNA DECEPCION DEMOCRATICA 9
La democeacia espattols ante el napejo 9
Blindar ia democracia con ta leyenda negra 16
Antodiagnéstico demoeratien 2a
Plan y propésito del libro 26
‘CAPITULO 1. CONFUSIONES SOBRE NACION Y NACIONALISMO 25
Un debate toxieo 35
EL nacionaliemo son los otros 49
Demoeracis, pueblo, nacion 55
Nacionalismo 62
Nacionalismos con ysin Estado 68
El nacionalismo espafol también existe 79
CAPITULO 2. CONFLICTOS SOBRE EL DEMOS
EN LA DEMOCRACIA ESPANOLA 91
Demoeracia y conflieto nacional 91
El primer conflicto: el plan Ibarretre 97
Bl segundo conflito; el Eetatuto catalan de 2006
yla sentencia del Tribunal Constitucional de 2010 107
Conseeuenciss 122una defensa firme de los principios democraticos 2 la hora
de afrontar una crisis constitucional, como la catalana, y
todo ello ha sido consecuencia tanto del nacionalismo
espaftol, que se construye en oposicién a los nacionalis~
‘mos regionales, como de una concepeién legalista de la
democracia, que resulta empobrecedora y contraprodu~
cente ante un conflicto sobre el demos que no se ha queri-
do reconocer como tal.
183
eiL000
REFORMA Y REFERENDUM
La manera en la que se ha resuelto la crisis constitucional
catalana constituye, a mi juicio, un fracaso colectivo desde
un punto de vista democratico. Nunca se tenia que haber
legado hasta aqui. El Gobierno no quiso abric una nego~
ciacién que desactivara el conflicto, prefirié dejar pasar el
tiempo, mientras los lideres del independentismo catalén
se aprovechaban de esa inacci6n para justificar una estra-
tegia unilateral que ha acabado en.un sonoro fracas.
En un pats en el que el debate sobre la cuestion nacio-
nal no estuviera tan viciado se habrian producido negovia-
ciones en la fase inicial del conflicto y se babria evitado,
por un lado, la represién injustificada, la guerra sucia de
baja intensidad, la judicializacién del problema y, en tlti-
‘ma instancia, la imposicién del orden constitucional a
través del articulo 135 de la Constituciéa; y, por el otro
Jado, la desobediencia constitucional, el atropello de la
oposicién, la divisién social y la declaracién unilateral de
independencia.
Hubo oportunidades mucho antes del otofio de 2017
para que el Estado intentara una apr ny tratara de
desactivar el enfrentamiento. E inclusodurante el propio mes de octubre, ‘Tras el discurso de
Puigdemont del dia 10 de dicho mes, en el que suspendié
“Ia declaracién de independencia, se podia haber aprove-
chado ese pequefio resquicio para intentar reconducir el
Al dia siguiente, &in embargo, el Gobierno ini-
“GIS Tos tramites para la aplicacién del articulo 155. El pro-
pio Puigdemont tave en su mano realizar una convocatoria
anticipada de elecciones, evitando de este inod6 que el
Gobierno siguiera adelante con la suspensién de la auio-
nomia, pero tampoco lo hizo. =
Curiosamente, en medio de la crisis constitucional, y
a pesar de la reactivacién del nacionalismo espaiiol, se
pudo detectar un giro argumental que, con el tiempo,
podria terminar siendo la base para una reconsideracién
de los planteamientos dominantes en Espaia sobre la
cuestion nacional. Hasta el verano de 2017, |i
mayoria de las opiniones contrarias a la celebracién de un
referéndum o consulta en Catalufia se basaban en razones
legalistas y nacionalistas: ni la Constitucién admite que
una regi6n lleve 2 cabo una consulta, ni los catalanes tie~
nen derecho a decidir su futuro, es el conjunto del pueblo
espanol quien ha de decidir, Una vex. que se produjo la
yotaci6n del 1-0, las eriticas cambiaron de orievtacién. Se
dijo insistentemente que nadie podia tomarse en serio los
resultados de la votacién porque aquello no fue un verda:
dero referéndum, pues no contaba con las garantias nece
sarias, entre otras un censo piiblico publicado con antela
cién, una junta electoral que supervisara el proceso, un
reenento de Jog.yotos imparcial y una campais electoral,
votacién hubiese cum:
plido todos esos requisitos, habria entonces que haberla
tomado enserio, Por decirlo asi, quienes criticaban la forma |
enlaquese llevé a cabo el referéndum estaban abandonan
1%
Le
To mismo czbe decir de los comentarios criticos que
se realizaron sobre la declaracién unilateral de indepen-
dencia, Mas alld de su obvio carécter ilegal, se repitié una
y otra ver que los independentistas estaban dando un paso
trascendental sin contar con suficiente apoyo ciudadano._
Bero eso significaba, inevitablemente, que el juicio habria
sido distinto en caso de que el apoyo hubiera sido mayor y /
ni, les himeros imiportaban, no solo laley. ~
e la crisis de octubre podian leerse numerosas
opiniones que no prestaban atencién alguna al nivel de
acuerdo ciudadano con la independencia de Catalufa. Sin
‘embargo, al afirrsarse que los fideres independentistas no
tenian el apoyo necesario, se admitia que la valoraci6n._
tendria que ser distinta si dicho apoyo fuera abrumador.
$é eriticaba a los partidos favorables a la secesién no solo
porque estuvieran saltndose la ley, sino también porque
ro tenfan un mandato popular para cllo. El juicio, por
tanto, habria sido distinto si se hubiese constatado que un,
digamos, 70 por tiesto de los catalanes querté la sécesién.
~" El episodio de Tabarnia confirma el cambio de mexi="
talidad. Puesto que en la zona costera de Tarragona y
Barcelona el independentismo es una posicién minoritaria,
se plante6 la posibilidad de que, en caso de que Catalufia se
independizase de Espasa, el territorio correspondiente a
esa rea, bautizado “Tabarnia”, se separara a su ver de la
Reptblice catalana, constituyéndose en una nucva regién de
Espaiia. Bn la ciencia politica se ha estudiado a fondo este
asunto, que recibe el término téenico def'secesion recursiy
“va, Quienes defendian que Tabara tenia derecho a sepa
rarse de Catalufia estaban dando por bueno que la decisi6n *
corresponde a los habitantes de aquel territorio, esto es, |
estaban reconociendo implicitamente el derecho a decidir,
185,Elestablishment politico y mediatico pasé de puntillas
sobre la encuesta que publicé el diario El Mundo el 30 de
octubre de 2017. Se preguntaba a los entrevistados, de for-
ma clara y sencilla, si eran partidarios de que "los catala-
nes realicen un referéndum legal pactado con el Gobierno
de Espaita”. El.57 por ciento de los espafioles estaba de
acuerdo con la propuesta, sin perjuicio de que, a conti-
nuacién, se registrase un 80 por ciento de gente en contra
de la independencia de Catalutia™,
Con una formalacién distinta, en la encuesta de My-
Word para la Cadena Ser de noviembre de 2017 se pre-
guntaba por cuatro opciones para dar solucién a la cues-
tién catalana™. Dichas opciones eran: 1) la celebracion
de un referéndum pactado entre el Estado y Gi Cataluiia, 2)
la reforma de la Constitucién para transformar Espafia
cn un Estado federal, 3) la formacién de un gobierno no
independentista en Catalufta que permita mantener el
Estado autonémico actual, y.4) la reduccién de la autono-
mfa del gobierno de Cataluiia en ambitos como la educa
cidnolos medios de comunicacién péblicos. Como puede
verse en el grafico 6, aunque las respuestas estén muy
repartidas, el referéndum pactado es la opcién que mas
apoyo concita,
226. H Mundo, 30/20/2017, on hitp://onmw elmundo.es/eatalunal2oxg/10/30/
s9fgqrasbachygscObyoyh-ntml, Ante la sepreca del resultado, ft
undo publicé un mes despues ottacacuesia ca a que, gracias aa for
smulici6n mis compleje de la pregunta, o¢ conseguia un resultado menos
“anémalo” para la linea ideoldgica dl periddico. As, la nueva pregunta
amezalaba la roforma constitucional con el referéadum y evitaba menclo-
nar que el referéndum fuera pactado entre el Fatadoy Catala” 7Es par-
tidario de reformar la Gonstitucié para permitirun referéndu de inde-
pendencia?”. I respuesta fue um 64 por lento en contra, Véase hitp//
‘wow -elmundo.es/espana/0x7/12/08/saqSoedex68eBe7da6Shage7 heal
29g, htp,//myword.ee/wp-content/uploads/2017/1/Informe-de-resultados-
ODSERvitorio-noviembre-2017-paf
186
orAnco
‘GRADO DE ACUERDO CON DIVERSAS SOLUCIONES.
‘ALA CUESTION CATALANA
»
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5
decree Sore
an Me a
Parece, asi pues, que un porcentaje nada desdefiable
dela sociedad espafola esté entrando en una légica demo-
cratica con respecto a la cuestién catalana. No obstante,
este resultado convive con opiniones muy duras sobre el
castigo penal alos politicos independentistas: segiin el ¢s~
tudio de MyWord, el 54, por ciento ve bastante o muy bien
el encarcelamiento de miembros del Govern y de los dos
lideres de las asociaciones civiles; ademas, un 40.7 por
ciento considera bastante o muy bien la actuaci6n de las
fuerzas policiales el 1-0 (frente a un 33,8 que responde
bastante o muy mal), Aunque la opinién pablica espafio~
la tiene una imagen muy negativa sobre el papel de los
Kideres independentistas en la crisis constitucional de
2017 aprueba la reaccién represiva del Estado, los datos
muestran que se ha introducido una cufia democritica
cuya manifestacion més clara es el apoyoa un referéndum
pactado.
Sin duda, una consulta o referéndum de independen-
cia es una opeién arriesgada y problematica. Pero segin
187defendié el Tribunal Supremo de Canadé, ante un con-
flicto sobre la composicién del demos, un referéndum
no vinculante celebrado en el territorio en el que se
reclama la independencia es un instrumento atil para
determinar el grado de apoyo ala secesién (véase el ca~
pitulo 3). Esta tesis no consigue abrirse paso en el esta-
blishment politico, judicial y periodistico de Espafta. En
general, el referéndum se ve como una opeién pésima.
Pero cuando se repasan las principales objeciones que
se elevan en contra del referéndum, se descubre que la
‘mayor parte de ellas son de poco peso y parecen formu-
ladas pensando en el caso catalén mas que en una idea
general de cémo abordar un conflicto sobre la composi-
cidn del demos.
No deja de ser chocante que quienes sacan a relucir
los problemas potenciales de los referéndums (polariza-
_cidn, manipulacién, etc.) a propésito de Catalufia o Pais
Vasco, no suclen objetar nada cuando se convocan refe-
j réndums “seguros” (como el de la Constituaién de 1978 o
“Ide la Constitucién curopea en 2008). Esta critica selec -
tiva a los referéndums, en funcién de qué sea lo que hayen
juego y ewal vaya a ser el resultado esperado, parece poco
coherente. Tras el resultado del referendum sobre la
Unién Europea en Reino Unido, muchos analistas salieron
en tromba criticando la legitimidad de los referéndums,
con argumentos parecidos a los que se han manejado en
Espafia. Habria sido mis creible silas objeciones se hubie-
sen sacado antes de conocer el desenlace. Aunque resulte
inverificable, uno no puede dejar de pensar que si hubiera
triunfado la pertenenciaala Uni6n Europea, los argumen-
tos en contra de los referéndums se habrian quedado
guardados en el cajén, esperando mejor ocasién.
Olvidémonos de la parcialidad en la defensa y eriti-
ca de los referéndums y fijemos la vista en el rigor l6gico
188
de los argumentos. De forma muy sintética, ofrezco un
resumen de las principales objeciones tal como se refle~
jan en el contexto catalén.
En primer higar?se menciona que, segin el derecho
internacional, a Cafalufia no le asiste el derecho deauto-
determinaci6n, el cual se reserva para situaciones de
injusticia manifiesta, como una invasi6n militar o domi-
naci6n colonial. Esto, evidentemente. es cierto, pero el,
Estado puede organizar un. seferéudum en-unategién de
sutersitorio no en apligaciéu delderecho internacional,
sino bajo el supuesto de que se trata de un instru:
para resolver an problema politico.
Em segundo lugar, se recurre a la Constitueién para
coneluir que en Espana una comunidad avténoma no
puede realizar una consulta sobre su futuro politico
Pero ésto no esté tan claro, Hay constitucionalistas que
argumentan que dicha consulta sf tendria encaje legal.
Y, en cualquier caso, si llegamos a la conclusién de que
seria bueno permitir a Catalufa realizar una consulta,
los partidos politicos podrian ponerse de acuerdo en
forma constitueional que desbloquease Ja via legal
dela convacataria.
‘Bn tercer lugar.jse alega que el pueblo catalén no es,
soberano, que la soberania pertenece al pueblo espaol
en su conjunto. Por tanto, el referéndum se habria de
celebrar en el conjunto de Espafia, no en Catalufia. Este
planteamiento, creo, ¢s errénco, pues la consulta no es
unejercicio de soberanfa. sino un método para dilucidar
el grado de apoyo a la independencia en el territorio en
el que se pide Estado propio. Considerar que el resulta
do relevante es el que pueda producirse en el conjunto
de Espafia supone no reconocer el problema de compo-
sicién del demos que se establece con la demanda de
secesion. Al pasar por alto.el problema del demos. es
189evidente que un referéndum en el que votaran todos los
espafioles no permitiria avanzar un solo paso en la reso-
lucién del problema, pues con elevada probabilidad se
registrarian resultados muy distintos en Catalufiay en el
resto de Espaia,
| En euarte Iugar, se dice que los referéndums divi-
dena la sociedad de forma artificial. Pero, normalmen-
te, si se contempla un referéndum, es porque la socie-
dad esta previamente dividida’ Ademas, en Catalufia hay
un consenso popular muy extendido sobre la conve-
niencia de realizar la consulta. Hasta tal punto resulta
asi que Ja negativa a permitir la consulta profundiza la
division entre Catalufia y el resto de Espafia y es motivo
de una fuerte tensién politica dentro de Gatalifia que
lleva a la radicalizacién de las posiciones nacionalistas,
incluyendo la estrategia unilateralista
En quinio liga, se objeta que un referéndum es
una mala salida porque, ante una decision de esta en-
vérgadura, no se puede decidir mediante una mayoria
coyuntural. También se alega que si no sale el resultado
apetecido porlos nacionalistas, estos querrén repetir la
convocatoria en otro momento. No obstante, parece
relativamente sencillo dar solucién a estos problemas
técnicos. Las partes podrian acordar de antemano tanto
el umbral de una mayoria clara (por ejemplo, una mayo-
ria absoluta del censo, de forma que el catalan mediano
el que divide a Catalufia en dos mitades iguales—esté a
favor de la independencia) como el plazo minimo que
deberia transcurrir hasta la posible celebracién de un
segundo refcréndum (por ejemplo, un plazo prudencial
de diez afios).
| En sexto lugar, se sefala que el inconveniente prin-
cipal de un referéndum es que presenta soluciones
binarias, cuando Ja mayoria puede preferir una opcion
age
intermedia que no esté reflejada en las opciones extre-
mas entre las que se decide. Esta es la objecién, a mi
parecer, de mayor imporiancia y merece un ardlisis
pausado,
Enel caso catalan, las encuestas indican que el grupo
mayoritario seria favorable a una autonomia muy refor-
zada en el'seno de Espafia antes que la independendia o
el statu quo actual. sa autonorila Feforzada requeriria
probablemente algin tipo de organizaci6n federal del
Estado (un acuerdo fiscal mas favorable a los intereses
de Catalufia y una mejor institucionalizacién de las
relaciones Generalitat-Gobierno en todo lo que afecta a
las competencias transferidas), asi como el reconoci-
miento de que Catalufia es una nacién, En un referén-
dum binario, sin embargo, los ciudadanos tendrian que
clegir entre una Repablica catalana independiente y el
actual Estado autonémico: en esas condiciones, una
parte de quienes quieren mayor descentralizacién y
reconocimiento nacional optara por la Repablica y otra
por el Estado autonémico, no quedando nixguna de las
dos plenamente satisfechas. En este sentido, es impor-
tante tener en cuenta que hay dos tipos de independen-
tistas, ao que lamaré “incondicionalés” y “condi
nales”. Los primeros optan por la Repablica catalana
Sean cuales sean las reformas y pactos que ofrezca el
Estado; han Ilegado a un punto de ruptura total con
Espaiia, dela que no se sienten parte en absoluto, porlo
que no quieren tomar decisiones colectivas con el resto
de espafioles. Los segundos, sin embargo, son sensibles
ala oferta de Espafta. Estin a fivor de la independencia |
de Cataluna sila alternativa es el statu quo, pero podrian !
aceptar la permanencia en el Estado espafiol sila alter-
nativa ala independencia fuese otra y resultase mas
atractiva.
sgtPor eso, si se desea una salida al conflicto territorial
que sea congruente cox valores democréticos, creo que,
pianteado en Hspaia un problema sobre la composicion
del demos, las autoridades espanoles deberian buscar una
solucién intermedia en la linea que acabo de apuniar para
convencer'a una iniifensd iniayoria de fos catalanes de que
la independencia no vale la pena. Gon otras palabras,
pienso que el Estado debéria modificar el statu quo, de
manera que si se llega a confrontar ¢] nuevo statu quo
cOnild opcién de la independencia, pueda haber una ma-
yoria amplia de catalanes que se sientan satisfechos con
¢l nuevo estatus de Catalufia. Espafia, pues, antes de co!
vocar una consulta sobre la independencia de uno de sus
territorios, debe tener la oportunidad de llevar a cabo la
reforma institucional que considere conveniente como
alternativa al independentismo.
Voy a intentar ser més preciso™. A mi juicio, lateso-
lucién democrétiea del problema catalan podria consistir
en realizar on primera instancia una reforma constitu-
cional sobre la estructura territorial del Estado, que se
someta a referéndum en toda Espafa. Esta reforma en-
| carnaria el punto intermedio Al que antes me referia. Si
" dicha reforma fuese aceptada en todo el territorio, in-
cluyendo Cataluiia, no habria razones para que se tuvie~
se que celebrar a continuacién una consulta sobre la
independencia. Pero si la reforma constitucional fraca-
sase en Cataluaa, entonces, en segunda y diltima instan-
cia, se deberia permitir la realizacién de una consulta
especifica en Cataluita sobre la separacién de Espafa.
Asi. en caso de que llegiramos hasta la consulta catala-
na, las opciones a confrontar serfan el nuevo statu quo y
Present cvs ies on "ens pag pai un geenénvdom catalén”. CT.
Chiao, ety eh
referendam-Constitacion-iadependeatiemo. tan
la independencia de Catalufta. Bl Estado, por tanto, ha~
bria podido, en interés de su integridad territorial,
reformar el statu quo para que este resultase mas atrac~
tivo aun mayor niimero de catalanes, lo que alejaria del
horizonte politico un conflicto sobre la independencia
En resumen, antes de llegar auna consulta sobre la
secesion de un territorio, el Estado deberia tener la opor-
tunidad de reformar el statu quo « fin de presentar una
alternativa mas atractiva frente a la independencia
Dicha reforma podria tener tres elementos centrales: el
pleno Teconocimiento de Ja nacién catalana, una mejora
fiseal y un marco estable y creible para €l ejercicio de las
competencias que ejerza la Administracién catalana. A
partir de abi, los tres desarrollos fiosibles son los que se
explican a continuacién.
Si la reforma taviera éxito y saliese aprobada en.
Catalufa, se habria resuelto la crisis catalana, Espaia
pavaria a ser un pais federal y plurinacional y el eonflic-
to se desactivaria durante un eierto tiempo (quiz para
siempre)
Sila reforma fracasara. cosechando un rechazo en
Catalunao en el resto de Espafia, no quedaria mas reme~
dio (desde el punto de vista democratico) que ir directa~
mente a la consulta, en cuyo caso se decidiria entre el
modelo actual y la independencia.
Sila reforma fuese aprobada en el resto de Espaiia
ero rechazada én Cataluita, habria que proceder a rea~
Mzarla consulta, en la que los ciudadanos catalanes ten-
drian que elegir entre.la Espaita plurinacional reforma-
day la independencia.
En caso de que se pudiera plantear de esta manera la
reforma, los partidos con posiciones més radicales en el
nacionalismo espafiol, PP y Ciudadanos, tendrian incen-
involucrarse en un cambio conistitucional
tivos par:ambicioso que redujera al minimo la posibilidad de un
rechazo en Catalufa. El hecho de que la alternativa a una
reforma exitosa fuera la consulta, seria un acicate para
que la reforma constitucional se Ilevase a cabo seria~
mente, sin limitarse a cambios cosméticos. Por otro
lado, los independentistas tendrian motives estratégi-
cos para votar en contra de la reforma constitucional,
pues la secesién de Catalufia es més probable si se some-
te a consideraci6n popular la repiblica frente al modelo
autondmico,agtual. Aun admiitiendo ese problema, tFeo
que lo més importante es encontrar la forma de im
crar ala derecha espaftola en una reforma que supere el
conilieto sobre el demos.
Esta propuesta es muy genérica y estoy seguro de
que se podria mejorar en muchos aspectos. Cabe pensar
en otras propuestas similares, que compartan el mismo
espiritu aunque adopten otras vias, Mi principal objeti-
vo es solamente mostrar al lector que hay otros modos
de afrontar el problema catalan que no pasan por la
intransigencia yla represién. -
No soy tan ingenuo como para creer que fa respues-
ta intransigente no pueda funcionar en la prictica. De
hecho, lo mas probable es que esa respuesta sea la que
acabe prevaleciendo y no veamos una reforma constita~
cional que se haga cargo de las demandas de Cataluia.
Los independentistas, a causa de la presi6n del Estado
y del insuficiente apoyo popular que retinen sus pla-
nes y objetivos, no tendran mas remedio que renun-
ciar al programa maximo de la independencia por la
via unilateral, con la consiguiente decepeidn en sus
pases. Con otras palabras, una vez que la ilusién de la
Republica catalana se desvanezca, la coalicién inde-
pendentista muy probablemente se resquebrajara
Algunos se quedaran en el independentismo, otros
194
volverdn a posiciones autonomistas o federalistas. Las
torpezas represivas del Estado pueden alargar un tanto
el desenlace, pero me parece que a medio plazo es inevi-
table que el abandono del unilateralismo produzca una
desactivacién del movimiento civil que ha protagoniza~
do el procés hasta el momento. Curiosamente, ese sera
el momento de mayor peligro para la democracia. Los
estudios nos indican que las circunstancias mas peli-
grosas para el orden politico se dan justamente cuando
un movimiento se desinfla: los elementos mas radicali-
zados pueden tratar de compensar la pérdida de apoyo
popular con cl uso de tacticas cada vez més violentas,
creandose en ocasiones grupos armados™. Si algo asi
sucediera, la causa del independentismo quedaria com-
pletamente rota.
El independentismo catalan trat6 de aprovecharse
de la debilidad del Fstado espatiol durante los afios de la
crisis econémica. La legitimidad del sistema politico y
del capitalismo descendié a niveles nunca antes obscr~
vados en nuestra democracia. Bl ideal de una Repiblica
na desperté ilusién y esperanza entre amplias
capas de la ciudadania que no veian salida en un Estado
carcomido por la corrupcién, los malos resultados eco-
némicos y las injusticias en el reparto de los sacrificios.
Sin embargo, ninguna crieis es eterna y tras mas dé seis
anos de extrema dureza, el pais volvi6 a crecer. Los inde-
pendentistas, por otro lado, no imaginaron que la Union
Europea fuera a dar un respaldo undnime al Estado
espafiol. Al finy al cabo, la Union Europea ha sido siem-
pre un club de Estados y si algo temen todos ellos es que
se quiebren las fronteras existentes, Aunque quid Io
129, Véose, por ejemplo, Igzeca Séushes-Cugncay Paloma Aguilar (2009):
“Terrorist violence and popular mobil Tie ae ate Sema
mansion to democracy Plies Socey. 903). pp. 428-453.
195,més importante en toda esta historia haya sido que los
independentistas, pese ala debilidad de Espafa en la
crisis, no egaron nunca a tener el apoyo de una mayoria
de Gatalufa. De abi que, cuando estalla la crisié final én
otoao de 2017. el Estado concluya que se dan todas las
condiciones para una solucién no negdéiada, una solu-
cién'en la que el Estado haga valer su fuerza en contra
del movimiento independentista y de sus lideres. Es
también lo que la opinién pablica queria.
El independentismo calculé mal sus fuerzas. O
puede que, como hadefendido incansablemente Guillem
Martinez, nunca pretendiera realmente forzar una rup-
tara con Espatia y todo se mantuviera en el plano de un
simylaero. El caso es que ao supo parar a tiempo. Tras el
referéndum del 1-0 podria haber utilizado Ta ola de sim-
patia internacional a su causa y el desprestigio del Fstado
espafol paca haber abiérto un periodo de retlexion
sobre la utilizacién del capital politico conseguido.
Podria haber pensado en una estrategia gradual, de acu~
mulacién de fuerzas, que no rompiera con los compro-
misos demoératicos que marearon la priméra fase del
‘proces, lero, por los motivos que fuesen, siguié adelant
fe.
Las decisiones que tomé el independentismo a partir de
ahi parecen encarnar una especie de suspension del
principio de realidad. Al romper los nacionalistas cata~
lanes las reglas de juego, el Gobierno de la derecha, con
la complicidad dé los jueces. los grandes medios de
comunicacién y buena parte de la sociedad espafiola,
opt6 por dar un escarmiento definitivo al independen-
tismo.
Desde el punto de vista de la estabilidad institucio-
nal, lo previsible es que el pais recupere una cierta“nor-
malidad” en el medio plazo. Una crisis constitucional
tai Virulenta-como ta de otoio de 2017 dificilmente se
196
repetira. Como ha sucedido en otros momentos de nucs-
tra historia, la recuperacién de la normalidad se lograra {
acosta de un empobrecimiento dela democracia. Parael |
nacionalismo espaiiol, no obstante, ese parece ser un
cosie asumible.
197
1