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onaciashucner cence roa ea Pre Cot ai Ha pt Ignacio Sénchez-Cuenca La confusi6n nacional LADEMOCRACIA ESPAAIOLA ANTE LA CRISIS CATALANA is ecu LONER ‘emco ANCETCHRA 28 ‘LesupeosoetAcimn m8 onruaen Kaos 1A Dacha ESPANOL ANTE LACS KALAMA STELIBG MS ADD PARA SOR OSTRRIRG LA NTE {nb Ls Ears = ae SA UMLUADO LO HK a ‘meta aan ce atmos io Oe HDRDDUSA ARTES SE ha conan HTQSYUA AOD, INDICE INTRODUCCION. UNA DECEPCION DEMOCRATICA 9 La democeacia espattols ante el napejo 9 Blindar ia democracia con ta leyenda negra 16 Antodiagnéstico demoeratien 2a Plan y propésito del libro 26 ‘CAPITULO 1. CONFUSIONES SOBRE NACION Y NACIONALISMO 25 Un debate toxieo 35 EL nacionaliemo son los otros 49 Demoeracis, pueblo, nacion 55 Nacionalismo 62 Nacionalismos con ysin Estado 68 El nacionalismo espafol también existe 79 CAPITULO 2. CONFLICTOS SOBRE EL DEMOS EN LA DEMOCRACIA ESPANOLA 91 Demoeracia y conflieto nacional 91 El primer conflicto: el plan Ibarretre 97 Bl segundo conflito; el Eetatuto catalan de 2006 yla sentencia del Tribunal Constitucional de 2010 107 Conseeuenciss 122 una defensa firme de los principios democraticos 2 la hora de afrontar una crisis constitucional, como la catalana, y todo ello ha sido consecuencia tanto del nacionalismo espaftol, que se construye en oposicién a los nacionalis~ ‘mos regionales, como de una concepeién legalista de la democracia, que resulta empobrecedora y contraprodu~ cente ante un conflicto sobre el demos que no se ha queri- do reconocer como tal. 183 eiL000 REFORMA Y REFERENDUM La manera en la que se ha resuelto la crisis constitucional catalana constituye, a mi juicio, un fracaso colectivo desde un punto de vista democratico. Nunca se tenia que haber legado hasta aqui. El Gobierno no quiso abric una nego~ ciacién que desactivara el conflicto, prefirié dejar pasar el tiempo, mientras los lideres del independentismo catalén se aprovechaban de esa inacci6n para justificar una estra- tegia unilateral que ha acabado en.un sonoro fracas. En un pats en el que el debate sobre la cuestion nacio- nal no estuviera tan viciado se habrian producido negovia- ciones en la fase inicial del conflicto y se babria evitado, por un lado, la represién injustificada, la guerra sucia de baja intensidad, la judicializacién del problema y, en tlti- ‘ma instancia, la imposicién del orden constitucional a través del articulo 135 de la Constituciéa; y, por el otro Jado, la desobediencia constitucional, el atropello de la oposicién, la divisién social y la declaracién unilateral de independencia. Hubo oportunidades mucho antes del otofio de 2017 para que el Estado intentara una apr ny tratara de desactivar el enfrentamiento. E incluso durante el propio mes de octubre, ‘Tras el discurso de Puigdemont del dia 10 de dicho mes, en el que suspendié “Ia declaracién de independencia, se podia haber aprove- chado ese pequefio resquicio para intentar reconducir el Al dia siguiente, &in embargo, el Gobierno ini- “GIS Tos tramites para la aplicacién del articulo 155. El pro- pio Puigdemont tave en su mano realizar una convocatoria anticipada de elecciones, evitando de este inod6 que el Gobierno siguiera adelante con la suspensién de la auio- nomia, pero tampoco lo hizo. = Curiosamente, en medio de la crisis constitucional, y a pesar de la reactivacién del nacionalismo espaiiol, se pudo detectar un giro argumental que, con el tiempo, podria terminar siendo la base para una reconsideracién de los planteamientos dominantes en Espaia sobre la cuestion nacional. Hasta el verano de 2017, |i mayoria de las opiniones contrarias a la celebracién de un referéndum o consulta en Catalufia se basaban en razones legalistas y nacionalistas: ni la Constitucién admite que una regi6n lleve 2 cabo una consulta, ni los catalanes tie~ nen derecho a decidir su futuro, es el conjunto del pueblo espanol quien ha de decidir, Una vex. que se produjo la yotaci6n del 1-0, las eriticas cambiaron de orievtacién. Se dijo insistentemente que nadie podia tomarse en serio los resultados de la votacién porque aquello no fue un verda: dero referéndum, pues no contaba con las garantias nece sarias, entre otras un censo piiblico publicado con antela cién, una junta electoral que supervisara el proceso, un reenento de Jog.yotos imparcial y una campais electoral, votacién hubiese cum: plido todos esos requisitos, habria entonces que haberla tomado enserio, Por decirlo asi, quienes criticaban la forma | enlaquese llevé a cabo el referéndum estaban abandonan 1% Le To mismo czbe decir de los comentarios criticos que se realizaron sobre la declaracién unilateral de indepen- dencia, Mas alld de su obvio carécter ilegal, se repitié una y otra ver que los independentistas estaban dando un paso trascendental sin contar con suficiente apoyo ciudadano._ Bero eso significaba, inevitablemente, que el juicio habria sido distinto en caso de que el apoyo hubiera sido mayor y / ni, les himeros imiportaban, no solo laley. ~ e la crisis de octubre podian leerse numerosas opiniones que no prestaban atencién alguna al nivel de acuerdo ciudadano con la independencia de Catalufa. Sin ‘embargo, al afirrsarse que los fideres independentistas no tenian el apoyo necesario, se admitia que la valoraci6n._ tendria que ser distinta si dicho apoyo fuera abrumador. $é eriticaba a los partidos favorables a la secesién no solo porque estuvieran saltndose la ley, sino también porque ro tenfan un mandato popular para cllo. El juicio, por tanto, habria sido distinto si se hubiese constatado que un, digamos, 70 por tiesto de los catalanes querté la sécesién. ~" El episodio de Tabarnia confirma el cambio de mexi=" talidad. Puesto que en la zona costera de Tarragona y Barcelona el independentismo es una posicién minoritaria, se plante6 la posibilidad de que, en caso de que Catalufia se independizase de Espasa, el territorio correspondiente a esa rea, bautizado “Tabarnia”, se separara a su ver de la Reptblice catalana, constituyéndose en una nucva regién de Espaiia. Bn la ciencia politica se ha estudiado a fondo este asunto, que recibe el término téenico def'secesion recursiy “va, Quienes defendian que Tabara tenia derecho a sepa rarse de Catalufia estaban dando por bueno que la decisi6n * corresponde a los habitantes de aquel territorio, esto es, | estaban reconociendo implicitamente el derecho a decidir, 185, Elestablishment politico y mediatico pasé de puntillas sobre la encuesta que publicé el diario El Mundo el 30 de octubre de 2017. Se preguntaba a los entrevistados, de for- ma clara y sencilla, si eran partidarios de que "los catala- nes realicen un referéndum legal pactado con el Gobierno de Espaita”. El.57 por ciento de los espafioles estaba de acuerdo con la propuesta, sin perjuicio de que, a conti- nuacién, se registrase un 80 por ciento de gente en contra de la independencia de Catalutia™, Con una formalacién distinta, en la encuesta de My- Word para la Cadena Ser de noviembre de 2017 se pre- guntaba por cuatro opciones para dar solucién a la cues- tién catalana™. Dichas opciones eran: 1) la celebracion de un referéndum pactado entre el Estado y Gi Cataluiia, 2) la reforma de la Constitucién para transformar Espafia cn un Estado federal, 3) la formacién de un gobierno no independentista en Catalufta que permita mantener el Estado autonémico actual, y.4) la reduccién de la autono- mfa del gobierno de Cataluiia en ambitos como la educa cidnolos medios de comunicacién péblicos. Como puede verse en el grafico 6, aunque las respuestas estén muy repartidas, el referéndum pactado es la opcién que mas apoyo concita, 226. H Mundo, 30/20/2017, on hitp://onmw elmundo.es/eatalunal2oxg/10/30/ s9fgqrasbachygscObyoyh-ntml, Ante la sepreca del resultado, ft undo publicé un mes despues ottacacuesia ca a que, gracias aa for smulici6n mis compleje de la pregunta, o¢ conseguia un resultado menos “anémalo” para la linea ideoldgica dl periddico. As, la nueva pregunta amezalaba la roforma constitucional con el referéadum y evitaba menclo- nar que el referéndum fuera pactado entre el Fatadoy Catala” 7Es par- tidario de reformar la Gonstitucié para permitirun referéndu de inde- pendencia?”. I respuesta fue um 64 por lento en contra, Véase hitp// ‘wow -elmundo.es/espana/0x7/12/08/saqSoedex68eBe7da6Shage7 heal 29g, htp,//myword.ee/wp-content/uploads/2017/1/Informe-de-resultados- ODSERvitorio-noviembre-2017-paf 186 orAnco ‘GRADO DE ACUERDO CON DIVERSAS SOLUCIONES. ‘ALA CUESTION CATALANA » a 5 decree Sore an Me a Parece, asi pues, que un porcentaje nada desdefiable dela sociedad espafola esté entrando en una légica demo- cratica con respecto a la cuestién catalana. No obstante, este resultado convive con opiniones muy duras sobre el castigo penal alos politicos independentistas: segiin el ¢s~ tudio de MyWord, el 54, por ciento ve bastante o muy bien el encarcelamiento de miembros del Govern y de los dos lideres de las asociaciones civiles; ademas, un 40.7 por ciento considera bastante o muy bien la actuaci6n de las fuerzas policiales el 1-0 (frente a un 33,8 que responde bastante o muy mal), Aunque la opinién pablica espafio~ la tiene una imagen muy negativa sobre el papel de los Kideres independentistas en la crisis constitucional de 2017 aprueba la reaccién represiva del Estado, los datos muestran que se ha introducido una cufia democritica cuya manifestacion més clara es el apoyoa un referéndum pactado. Sin duda, una consulta o referéndum de independen- cia es una opeién arriesgada y problematica. Pero segin 187 defendié el Tribunal Supremo de Canadé, ante un con- flicto sobre la composicién del demos, un referéndum no vinculante celebrado en el territorio en el que se reclama la independencia es un instrumento atil para determinar el grado de apoyo ala secesién (véase el ca~ pitulo 3). Esta tesis no consigue abrirse paso en el esta- blishment politico, judicial y periodistico de Espafta. En general, el referéndum se ve como una opeién pésima. Pero cuando se repasan las principales objeciones que se elevan en contra del referéndum, se descubre que la ‘mayor parte de ellas son de poco peso y parecen formu- ladas pensando en el caso catalén mas que en una idea general de cémo abordar un conflicto sobre la composi- cidn del demos. No deja de ser chocante que quienes sacan a relucir los problemas potenciales de los referéndums (polariza- _cidn, manipulacién, etc.) a propésito de Catalufia o Pais Vasco, no suclen objetar nada cuando se convocan refe- j réndums “seguros” (como el de la Constituaién de 1978 o “Ide la Constitucién curopea en 2008). Esta critica selec - tiva a los referéndums, en funcién de qué sea lo que hayen juego y ewal vaya a ser el resultado esperado, parece poco coherente. Tras el resultado del referendum sobre la Unién Europea en Reino Unido, muchos analistas salieron en tromba criticando la legitimidad de los referéndums, con argumentos parecidos a los que se han manejado en Espafia. Habria sido mis creible silas objeciones se hubie- sen sacado antes de conocer el desenlace. Aunque resulte inverificable, uno no puede dejar de pensar que si hubiera triunfado la pertenenciaala Uni6n Europea, los argumen- tos en contra de los referéndums se habrian quedado guardados en el cajén, esperando mejor ocasién. Olvidémonos de la parcialidad en la defensa y eriti- ca de los referéndums y fijemos la vista en el rigor l6gico 188 de los argumentos. De forma muy sintética, ofrezco un resumen de las principales objeciones tal como se refle~ jan en el contexto catalén. En primer higar?se menciona que, segin el derecho internacional, a Cafalufia no le asiste el derecho deauto- determinaci6n, el cual se reserva para situaciones de injusticia manifiesta, como una invasi6n militar o domi- naci6n colonial. Esto, evidentemente. es cierto, pero el, Estado puede organizar un. seferéudum en-unategién de sutersitorio no en apligaciéu delderecho internacional, sino bajo el supuesto de que se trata de un instru: para resolver an problema politico. Em segundo lugar, se recurre a la Constitueién para coneluir que en Espana una comunidad avténoma no puede realizar una consulta sobre su futuro politico Pero ésto no esté tan claro, Hay constitucionalistas que argumentan que dicha consulta sf tendria encaje legal. Y, en cualquier caso, si llegamos a la conclusién de que seria bueno permitir a Catalufa realizar una consulta, los partidos politicos podrian ponerse de acuerdo en forma constitueional que desbloquease Ja via legal dela convacataria. ‘Bn tercer lugar.jse alega que el pueblo catalén no es, soberano, que la soberania pertenece al pueblo espaol en su conjunto. Por tanto, el referéndum se habria de celebrar en el conjunto de Espafia, no en Catalufia. Este planteamiento, creo, ¢s errénco, pues la consulta no es unejercicio de soberanfa. sino un método para dilucidar el grado de apoyo a la independencia en el territorio en el que se pide Estado propio. Considerar que el resulta do relevante es el que pueda producirse en el conjunto de Espafia supone no reconocer el problema de compo- sicién del demos que se establece con la demanda de secesion. Al pasar por alto.el problema del demos. es 189 evidente que un referéndum en el que votaran todos los espafioles no permitiria avanzar un solo paso en la reso- lucién del problema, pues con elevada probabilidad se registrarian resultados muy distintos en Catalufiay en el resto de Espaia, | En euarte Iugar, se dice que los referéndums divi- dena la sociedad de forma artificial. Pero, normalmen- te, si se contempla un referéndum, es porque la socie- dad esta previamente dividida’ Ademas, en Catalufia hay un consenso popular muy extendido sobre la conve- niencia de realizar la consulta. Hasta tal punto resulta asi que Ja negativa a permitir la consulta profundiza la division entre Catalufia y el resto de Espafia y es motivo de una fuerte tensién politica dentro de Gatalifia que lleva a la radicalizacién de las posiciones nacionalistas, incluyendo la estrategia unilateralista En quinio liga, se objeta que un referéndum es una mala salida porque, ante una decision de esta en- vérgadura, no se puede decidir mediante una mayoria coyuntural. También se alega que si no sale el resultado apetecido porlos nacionalistas, estos querrén repetir la convocatoria en otro momento. No obstante, parece relativamente sencillo dar solucién a estos problemas técnicos. Las partes podrian acordar de antemano tanto el umbral de una mayoria clara (por ejemplo, una mayo- ria absoluta del censo, de forma que el catalan mediano el que divide a Catalufia en dos mitades iguales—esté a favor de la independencia) como el plazo minimo que deberia transcurrir hasta la posible celebracién de un segundo refcréndum (por ejemplo, un plazo prudencial de diez afios). | En sexto lugar, se sefala que el inconveniente prin- cipal de un referéndum es que presenta soluciones binarias, cuando Ja mayoria puede preferir una opcion age intermedia que no esté reflejada en las opciones extre- mas entre las que se decide. Esta es la objecién, a mi parecer, de mayor imporiancia y merece un ardlisis pausado, Enel caso catalan, las encuestas indican que el grupo mayoritario seria favorable a una autonomia muy refor- zada en el'seno de Espafia antes que la independendia o el statu quo actual. sa autonorila Feforzada requeriria probablemente algin tipo de organizaci6n federal del Estado (un acuerdo fiscal mas favorable a los intereses de Catalufia y una mejor institucionalizacién de las relaciones Generalitat-Gobierno en todo lo que afecta a las competencias transferidas), asi como el reconoci- miento de que Catalufia es una nacién, En un referén- dum binario, sin embargo, los ciudadanos tendrian que clegir entre una Repablica catalana independiente y el actual Estado autonémico: en esas condiciones, una parte de quienes quieren mayor descentralizacién y reconocimiento nacional optara por la Repablica y otra por el Estado autonémico, no quedando nixguna de las dos plenamente satisfechas. En este sentido, es impor- tante tener en cuenta que hay dos tipos de independen- tistas, ao que lamaré “incondicionalés” y “condi nales”. Los primeros optan por la Repablica catalana Sean cuales sean las reformas y pactos que ofrezca el Estado; han Ilegado a un punto de ruptura total con Espaiia, dela que no se sienten parte en absoluto, porlo que no quieren tomar decisiones colectivas con el resto de espafioles. Los segundos, sin embargo, son sensibles ala oferta de Espafta. Estin a fivor de la independencia | de Cataluna sila alternativa es el statu quo, pero podrian ! aceptar la permanencia en el Estado espafiol sila alter- nativa ala independencia fuese otra y resultase mas atractiva. sgt Por eso, si se desea una salida al conflicto territorial que sea congruente cox valores democréticos, creo que, pianteado en Hspaia un problema sobre la composicion del demos, las autoridades espanoles deberian buscar una solucién intermedia en la linea que acabo de apuniar para convencer'a una iniifensd iniayoria de fos catalanes de que la independencia no vale la pena. Gon otras palabras, pienso que el Estado debéria modificar el statu quo, de manera que si se llega a confrontar ¢] nuevo statu quo cOnild opcién de la independencia, pueda haber una ma- yoria amplia de catalanes que se sientan satisfechos con ¢l nuevo estatus de Catalufia. Espafia, pues, antes de co! vocar una consulta sobre la independencia de uno de sus territorios, debe tener la oportunidad de llevar a cabo la reforma institucional que considere conveniente como alternativa al independentismo. Voy a intentar ser més preciso™. A mi juicio, lateso- lucién democrétiea del problema catalan podria consistir en realizar on primera instancia una reforma constitu- cional sobre la estructura territorial del Estado, que se someta a referéndum en toda Espafa. Esta reforma en- | carnaria el punto intermedio Al que antes me referia. Si " dicha reforma fuese aceptada en todo el territorio, in- cluyendo Cataluiia, no habria razones para que se tuvie~ se que celebrar a continuacién una consulta sobre la independencia. Pero si la reforma constitucional fraca- sase en Cataluaa, entonces, en segunda y diltima instan- cia, se deberia permitir la realizacién de una consulta especifica en Cataluita sobre la separacién de Espafa. Asi. en caso de que llegiramos hasta la consulta catala- na, las opciones a confrontar serfan el nuevo statu quo y Present cvs ies on "ens pag pai un geenénvdom catalén”. CT. Chiao, ety eh referendam-Constitacion-iadependeatiemo. tan la independencia de Catalufta. Bl Estado, por tanto, ha~ bria podido, en interés de su integridad territorial, reformar el statu quo para que este resultase mas atrac~ tivo aun mayor niimero de catalanes, lo que alejaria del horizonte politico un conflicto sobre la independencia En resumen, antes de llegar auna consulta sobre la secesion de un territorio, el Estado deberia tener la opor- tunidad de reformar el statu quo « fin de presentar una alternativa mas atractiva frente a la independencia Dicha reforma podria tener tres elementos centrales: el pleno Teconocimiento de Ja nacién catalana, una mejora fiseal y un marco estable y creible para €l ejercicio de las competencias que ejerza la Administracién catalana. A partir de abi, los tres desarrollos fiosibles son los que se explican a continuacién. Si la reforma taviera éxito y saliese aprobada en. Catalufa, se habria resuelto la crisis catalana, Espaia pavaria a ser un pais federal y plurinacional y el eonflic- to se desactivaria durante un eierto tiempo (quiz para siempre) Sila reforma fracasara. cosechando un rechazo en Catalunao en el resto de Espafia, no quedaria mas reme~ dio (desde el punto de vista democratico) que ir directa~ mente a la consulta, en cuyo caso se decidiria entre el modelo actual y la independencia. Sila reforma fuese aprobada en el resto de Espaiia ero rechazada én Cataluita, habria que proceder a rea~ Mzarla consulta, en la que los ciudadanos catalanes ten- drian que elegir entre.la Espaita plurinacional reforma- day la independencia. En caso de que se pudiera plantear de esta manera la reforma, los partidos con posiciones més radicales en el nacionalismo espafiol, PP y Ciudadanos, tendrian incen- involucrarse en un cambio conistitucional tivos par: ambicioso que redujera al minimo la posibilidad de un rechazo en Catalufa. El hecho de que la alternativa a una reforma exitosa fuera la consulta, seria un acicate para que la reforma constitucional se Ilevase a cabo seria~ mente, sin limitarse a cambios cosméticos. Por otro lado, los independentistas tendrian motives estratégi- cos para votar en contra de la reforma constitucional, pues la secesién de Catalufia es més probable si se some- te a consideraci6n popular la repiblica frente al modelo autondmico,agtual. Aun admiitiendo ese problema, tFeo que lo més importante es encontrar la forma de im crar ala derecha espaftola en una reforma que supere el conilieto sobre el demos. Esta propuesta es muy genérica y estoy seguro de que se podria mejorar en muchos aspectos. Cabe pensar en otras propuestas similares, que compartan el mismo espiritu aunque adopten otras vias, Mi principal objeti- vo es solamente mostrar al lector que hay otros modos de afrontar el problema catalan que no pasan por la intransigencia yla represién. - No soy tan ingenuo como para creer que fa respues- ta intransigente no pueda funcionar en la prictica. De hecho, lo mas probable es que esa respuesta sea la que acabe prevaleciendo y no veamos una reforma constita~ cional que se haga cargo de las demandas de Cataluia. Los independentistas, a causa de la presi6n del Estado y del insuficiente apoyo popular que retinen sus pla- nes y objetivos, no tendran mas remedio que renun- ciar al programa maximo de la independencia por la via unilateral, con la consiguiente decepeidn en sus pases. Con otras palabras, una vez que la ilusién de la Republica catalana se desvanezca, la coalicién inde- pendentista muy probablemente se resquebrajara Algunos se quedaran en el independentismo, otros 194 volverdn a posiciones autonomistas o federalistas. Las torpezas represivas del Estado pueden alargar un tanto el desenlace, pero me parece que a medio plazo es inevi- table que el abandono del unilateralismo produzca una desactivacién del movimiento civil que ha protagoniza~ do el procés hasta el momento. Curiosamente, ese sera el momento de mayor peligro para la democracia. Los estudios nos indican que las circunstancias mas peli- grosas para el orden politico se dan justamente cuando un movimiento se desinfla: los elementos mas radicali- zados pueden tratar de compensar la pérdida de apoyo popular con cl uso de tacticas cada vez més violentas, creandose en ocasiones grupos armados™. Si algo asi sucediera, la causa del independentismo quedaria com- pletamente rota. El independentismo catalan trat6 de aprovecharse de la debilidad del Fstado espatiol durante los afios de la crisis econémica. La legitimidad del sistema politico y del capitalismo descendié a niveles nunca antes obscr~ vados en nuestra democracia. Bl ideal de una Repiblica na desperté ilusién y esperanza entre amplias capas de la ciudadania que no veian salida en un Estado carcomido por la corrupcién, los malos resultados eco- némicos y las injusticias en el reparto de los sacrificios. Sin embargo, ninguna crieis es eterna y tras mas dé seis anos de extrema dureza, el pais volvi6 a crecer. Los inde- pendentistas, por otro lado, no imaginaron que la Union Europea fuera a dar un respaldo undnime al Estado espafiol. Al finy al cabo, la Union Europea ha sido siem- pre un club de Estados y si algo temen todos ellos es que se quiebren las fronteras existentes, Aunque quid Io 129, Véose, por ejemplo, Igzeca Séushes-Cugncay Paloma Aguilar (2009): “Terrorist violence and popular mobil Tie ae ate Sema mansion to democracy Plies Socey. 903). pp. 428-453. 195, més importante en toda esta historia haya sido que los independentistas, pese ala debilidad de Espafa en la crisis, no egaron nunca a tener el apoyo de una mayoria de Gatalufa. De abi que, cuando estalla la crisié final én otoao de 2017. el Estado concluya que se dan todas las condiciones para una solucién no negdéiada, una solu- cién'en la que el Estado haga valer su fuerza en contra del movimiento independentista y de sus lideres. Es también lo que la opinién pablica queria. El independentismo calculé mal sus fuerzas. O puede que, como hadefendido incansablemente Guillem Martinez, nunca pretendiera realmente forzar una rup- tara con Espatia y todo se mantuviera en el plano de un simylaero. El caso es que ao supo parar a tiempo. Tras el referéndum del 1-0 podria haber utilizado Ta ola de sim- patia internacional a su causa y el desprestigio del Fstado espafol paca haber abiérto un periodo de retlexion sobre la utilizacién del capital politico conseguido. Podria haber pensado en una estrategia gradual, de acu~ mulacién de fuerzas, que no rompiera con los compro- misos demoératicos que marearon la priméra fase del ‘proces, lero, por los motivos que fuesen, siguié adelant fe. Las decisiones que tomé el independentismo a partir de ahi parecen encarnar una especie de suspension del principio de realidad. Al romper los nacionalistas cata~ lanes las reglas de juego, el Gobierno de la derecha, con la complicidad dé los jueces. los grandes medios de comunicacién y buena parte de la sociedad espafiola, opt6 por dar un escarmiento definitivo al independen- tismo. Desde el punto de vista de la estabilidad institucio- nal, lo previsible es que el pais recupere una cierta“nor- malidad” en el medio plazo. Una crisis constitucional tai Virulenta-como ta de otoio de 2017 dificilmente se 196 repetira. Como ha sucedido en otros momentos de nucs- tra historia, la recuperacién de la normalidad se lograra { acosta de un empobrecimiento dela democracia. Parael | nacionalismo espaiiol, no obstante, ese parece ser un cosie asumible. 197 1

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