Está en la página 1de 71

¡Ayuda!

Mi adolescente es rebelde
Dave & Judi Coats
© 2020 Poiema Publicaciones
Traducido del libro Help! My Teen is Rebellious © 2014,
publicado por Shepherd Press.
Las citas bíblicas han sido tomadas de La Santa Biblia, Nueva
Versión Internacional © 1999 por Biblica, Inc. Todos los derechos
reservados. Las citas marcadas con la sigla LBLA han sido tomadas
de La Biblia de las Américas © 1986, 1995, 1997 por The
Lockman Foundation.
Prohibida la reproducción total o parcial de este libro por cualquier
medio visual o electrónico sin permiso escrito de la casa editorial.
Escanear, subir o distribuir este libro por Internet o por cualquier otro
medio es ilegal y puede ser castigado por la ley.
Poiema Publicaciones
info@poiema.co
www.poiema.co
Categoría: Religión, Experiencia Práctica. Vida Cristiana.
ISBN: 978-1-950417-24-7
Impreso en Colombia
CONTENIDO

Introducción

1. Identificando diferentes tipos de rebeldes

2. El rebelde en cada uno de nosotros

3. Respondiendo a la rebeldía

4. Se trata de discipulado

Conclusión

Ejercicios prácticos de aplicación personal

Notas de texto
INTRODUCCIÓN

U n día, sentados con nuestra hija adolescente en nuestra sala


en Wisconsin, nos quedamos atónitos cuando nos señaló con
el dedo y dijo: “¡No me van a decir qué hacer!”. Francamente, este
evento nos asustó como padres. Quizás has tenido una experiencia
similar.
Ahora tenemos tres hijos adultos, pero hemos vivido alegrías y
dolores con cada uno de ellos. Como familia, conocemos la angustia
de tener tanto a un rebelde que te desafía abiertamente como a uno
que lo hace mintiendo. El segundo tipo de rebelde a veces parecía
ser un peligro mayor para nosotros porque no sabíamos a dónde lo
llevaría su mentira ni cuándo nos estaba mintiendo. Con nuestra
otra hija, nos frustrábamos con el hecho de que conducía su
vehículo imprudentemente rápido en las carreteras del campo, lo
que indicaba que le importaban muy poco nuestras reglas de
manejo.
Estas luchas con nuestros adolescentes nos han puesto de
rodillas en oración y nos han llevado a la Palabra de Dios para
buscar respuestas sobre su rebelión y, lo que es igualmente
importante, sobre nuestra propia rebelión. Al haber aprendido por
medio de nuestras experiencias, deseamos compartir con ustedes
algunas de las verdades bíblicas que nos han ayudado.
Como padres, Dios nos forzó a lidiar con nuestros propios
corazones rebeldes. Hubo momentos en los que nos enojamos con
Dios por tener que lidiar con una hija explosiva. También nos
cansamos de tener que responderle a un mentiroso. En nuestra
impaciencia, le pedimos a Dios que transformara a nuestros hijos
para que pudiéramos tener paz en nuestro hogar. Pero Dios elige Su
tiempo y Su camino para el cambio. Como resultado, acudimos a
Dios para que nos ayudara a examinar nuestros propios corazones,
con el propósito de ver dónde necesitábamos cambiar para
entonces poder tener un diálogo abierto con nuestros adolescentes.
Por la gracia de Dios, pudimos ver a nuestros tres adolescentes
responder a nuestra confrontación amorosa. Posteriormente, Dios
creó en ellos corazones sumisos. Hoy nos alegramos de ver a
nuestros hijos adultos amando a Dios y sirviéndole. Dios usó
nuestro hogar como un taller donde Su gracia, a través de la
Palabra y del Espíritu, cambió a nuestros adolescentes a Su
semejanza. Él puede hacer lo mismo en tu hogar.
Quizás esta introducción te sorprenda. Tal vez pensaste que
comenzaríamos con un ataque contra los malvados “años de la
adolescencia”. Pero ¿adivina qué? Cada uno de nosotros se rebela
todos los días. La pregunta es: ¿nos vemos como rebeldes? Nos
disgustan las autoridades en nuestros lugares de trabajo. El auto se
descompone y nos enojamos en lugar de recurrir a Dios para buscar
Su voluntad. Nos rebelamos contra el plan de Dios para nosotros, y
nuestros adolescentes observan nuestras reacciones rebeldes. Con
demasiada frecuencia ignoramos la rebelión en nuestros propios
corazones. Sea cual sea el tipo de rebelde que tengas en tu hogar,
primero debes caminar con Dios para controlar tu propia rebelión;
solo entonces podrás comenzar a abordar las necesidades de tu
adolescente rebelde. Veremos esto en detalle en las siguientes
páginas.
El rebelde en tu hogar puede haberte causado una gran tristeza
y desilusión. ¿Hay alguna esperanza en esta situación? Sí, y se
encuentra en la Biblia. Debido a que la rebelión es un problema
común para padres y adolescentes, todo hogar puede beneficiarse
de este estudio.
1
IDENTIFICANDO DIFERENTES TIPOS DE
REBELDES

E n el Antiguo Testamento, en el libro de 1 Reyes, encontramos


un relato del rey Salomón, quien es conocido como el hombre
más sabio que jamás haya existido. Aquí hay un ejemplo de su
sabiduría. Un día, dos mujeres le trajeron un bebé y ambas
afirmaron ser la madre del bebé. Salomón tuvo que determinar qué
mujer era realmente la madre. Les dijo que cortaría al bebé por la
mitad y que les daría la mitad a cada una. Una de las mujeres no
quería aceptar esta decisión, insistiendo en preservar la vida del
bebé; por lo tanto, Salomón supo que ella era la verdadera madre
(1R 3:16-28).
La sabiduría singular de Salomón le fue dada por Dios para que
él pudiera gobernar al pueblo. Como resultado, su fama se extendió
a través del mundo conocido. En el libro de Proverbios, Salomón
enseña a su hijo la clave para tener una vida llena de sabiduría:

El temor del Señor es el principio de la sabiduría.

Proverbios 1:7 (LBLA)


En Proverbios, encontramos la definición de un necio (o de un
rebelde); esa persona es exactamente lo opuesto a un hombre
sabio. Proverbios dice que un necio no escucha la instrucción: es
rebelde. El necio rechaza la instrucción y la dirección que le da
alguien con autoridad, ya sea la instrucción de un padre, de un tutor
o de un pastor.
No todos los necios están en el mismo escenario: algunos
tienen más tiempo recorriendo ese camino y están más sumidos que
otros en su necedad. Como padre o tutor, es importante que
determines qué nivel de rebelión estás enfrentando en tu hogar. En
las siguientes páginas, explicamos los diversos niveles de necedad
que se describen en el libro de Proverbios.1 Identificar el tipo de
necedad te ayudará a saber qué dirección práctica y bíblica debes
seguir. En última instancia, todos los caminos de rebelión alejan a
nuestros hijos de Dios, así que nuestra esperanza está en dirigir sus
miradas a Dios a través de la cruz de Cristo. En Isaías 53:6, la Biblia
dice que

Todos andábamos perdidos, como ovejas; cada uno seguía


su propio camino, pero el Señor hizo recaer sobre Él
[Jesucristo] la iniquidad [el pecado] de todos nosotros.

Ora para que tu hijo adolescente perciba la necedad de sus


elecciones. Si tu hijo adolescente no recibe un nuevo corazón y una
vida en Dios que provenga de la presencia de Cristo en su interior,
cualquier cambio será meramente externo y no durará.
El necio simple

Me puse a ver a los inexpertos, y entre los jóvenes observé a


uno de ellos falto de juicio.

Proverbios 7:7

El necio que vemos aquí, el “necio simple”, es abierto y receptivo a


influencias buenas o malas, pero es inmaduro. El adolescente que
podría caracterizarse como un necio simple también puede ser
inconsciente, ingenuo, carente de percepción sobre las
consecuencias de su comportamiento o ignorante por falta de
instrucción. El necio simple es inexperto.
¿Cuáles son algunas de las formas en las que el necio simple
se rebela? Los padres de un necio simple podrían decir: “No hagas
tal o cual cosa”. Pero un amigo del adolescente luego le dice:
“¿Pero qué tiene de malo hacer eso?”. Y el adolescente toma la
mala decisión. Al necio simple tal vez se le ha dicho que no haga
algo, pero deja de lado esa instrucción al no saber el “por qué”
detrás de ella. La instrucción fue débil; por lo tanto, el adolescente
inmaduro decide hacer una mala elección debido a una falta de
conocimiento. Esta rebelión no es justificable, pero el razonamiento
detrás de ella difiere de lo que está detrás de otros tipos de rebelión.
Si eres un padre en esta situación, debes abordar la desobediencia
con cuidado e instruir más a tu hijo adolescente.
Aquí tienes un ejemplo. Unos padres le dicen a su hijo
adolescente que no debe exceder los límites de velocidad al
conducir su vehículo. Un día, cuando sale con un amigo, el
adolescente espontáneamente decide competir con otro amigo en la
carretera. El adolescente es detenido por la policía y recibe una
multa por exceso de velocidad. Este es un ejemplo de necedad
simple. Las consecuencias naturales para las acciones del
adolescente incluyen una prima de seguro más alta y el pago por la
infracción de exceso de velocidad. ¿Cómo deberían responder los
padres de este adolescente?
Los padres deben sentarse y hablar con su hijo para ver si está
triste por haberlos desobedecido y si comprende que pudo haber
tenido peores consecuencias. Si muestra pena y expresa
remordimiento, esta reacción confirma su inexperiencia —simple
necedad— y su disposición a cambiar. Los padres deben expresar
su agradecimiento a Dios porque su hijo no resultó herido, aunque
saben que en otro momento podría ser diferente. Los padres no
deben pagar la multa y un seguro de auto más caro; el adolescente
debe conseguir un trabajo si es necesario para pagarlo él mismo.
Con esta respuesta medida de los padres, la esperanza es que el
adolescente sea más sabio después de la experiencia. Ahora ha
recibido instrucción sobre una elección incorrecta.
Los padres deben tener en cuenta que esto es una señal de
advertencia para ellos, de que tal vez se necesita más enseñanza
para guiar a su hijo de modo que pueda tomar decisiones sabias.
Este evento no debe pasarse por alto porque “los niños son niños”;
más bien, los padres deberían pensar: “Los necios simples
manifiestan necedad y simpleza en su comportamiento”.
El necio lento

El necio se divierte con su mala conducta, pero el sabio se


recrea con la sabiduría.

Proverbios 10:23

El necio detesta alejarse del mal.

Proverbios 13:19

Este necio “lento” (aletargado, apagado y obstinado) tiene una


tendencia a tomar decisiones equivocadas. Sabe distinguir el bien
del mal, pero le atraen más las amistades equivocadas. Este necio
lento disfruta de la compañía de ese tipo de amigos y de la diversión
en la que se involucran, aun sabiendo que esas personas están
pecando.
Para volver a la ilustración del adolescente que excedió el límite
de velocidad: esta vez, a pesar de que sus padres le han dicho que
estarán muy disgustados si vuelve a recibir una multa por exceso de
velocidad, planea otra carrera en la carretera. La premeditación
indica una profundidad más seria de necedad. El adolescente
esconde el incidente de sus padres, por temor a su reacción. Sin
embargo, Dios usa a los padres del otro conductor para sacar el
incidente a la luz.
Los padres deben responder gentilmente, pero también deben
percatarse de que su hijo está exhibiendo un patrón definido de
tomar decisiones equivocadas: por lo tanto, hay un pecado que
debe abordarse. Los deseos de control en el corazón del
adolescente lo están impulsando en esta dirección. Ya no es
inmaduro y falto de instrucción; ahora está tomando decisiones a
pesar de saber claramente que esas elecciones son incorrectas y
que sus padres le aman y están preocupados por él.
Si tu hijo adolescente se encuentra en esta etapa, te
recomendamos que te sientes con él para tener una plática familiar
(una estrategia para el cambio que se detalla en la sección llamada
“Ejercicios prácticos de aplicación personal”); debes tratar de ver los
deseos del corazón de tu hijo (como la aprobación de los amigos, el
temor a ser rechazado por sus amigos o el placer y la emoción de lo
prohibido). Lo que debes buscar es la respuesta a esta pregunta:
¿Por qué está dispuesto a arriesgarse [en este caso] a perder el uso
de un auto, a lastimar a sus padres o a arriesgar su vida por esta
emoción pasajera del exceso de velocidad?
Este tipo de rebelde podría estar a la defensiva o algo
arrepentido, o podría culpar a sus amigos. En nuestro ejemplo,
después de que se hayan establecido las consecuencias (pagar la
multa por exceso de velocidad, perder el derecho al uso del auto y
limitar el tiempo libre con amigos), los padres orarán para que estas
consecuencias ayuden a conducir a este “necio lento” por el camino
que lleva a la sabiduría. El tiempo que este adolescente durará sin
usar el vehículo dependerá de la magnitud de su remordimiento y
arrepentimiento genuinos, y de la evidencia de su fruto durante las
siguientes semanas.
El necio establecido

El que es sabio atesora el conocimiento, pero la boca del


necio es un peligro inminente… Los labios del justo orientan a
muchos; los necios mueren por falta de juicio.

Proverbios 10:14, 21

El “necio establecido” ha decidido en su corazón vivir en rebelión


contra lo que es correcto. La severidad de su necedad (rebelión) ha
llegado al límite. Los matices de la palabra hebrea traducida como
“necio” en la Biblia indican que este necio es más descarado. Los
versículos de la Biblia citados arriba indican que estos necios están
cerca de la destrucción, son orgullosos y desprecian la instrucción.
Ellos tuercen la verdad contra aquellos que desafían su rebelión.
Sus corazones podrían estar llenos de amargura e ira contra
quienes los instruyen y corrigen. Esta rebelión puede ser o
extremadamente engañosa o extremadamente evidente: el hijo
adolescente podría dar portazos, gritar o actuar, pero también podría
ser un rebelde silencioso que oculta su rebeldía de formas
ingeniosas. Los que tienen a un “necio establecido” en su hogar
deben aplicar mucho discernimiento, ya que la rebelión suele estar
oculta detrás de un exterior agradable y dócil.
Para volver una vez más al ejemplo del exceso de velocidad,
esta vez el “necio establecido”, cuando sus padres están de viaje,
toma las llaves de su auto para una salida planeada con amigos a
las carreteras del campo. Planea esto simplemente para fastidiar a
sus padres o a las autoridades. Su motivación no es la emoción del
paseo, sino el conocimiento de que está siendo rebelde
deliberadamente. En consecuencia, también pone en peligro las
vidas de otras personas, sin preocuparse por su bienestar. También
planea pasar tiempo besándose con una chica en el auto. Su
enfoque se centra exclusivamente en su propia satisfacción, y no le
importan para nada los daños que pudieran resultar de sus
acciones.
Las acciones de este necio establecido salen a la luz cuando los
padres de la joven acuden a los padres del adolescente para
explicarles que su hija ha sentido remordimiento y les ha contado
sobre el engaño y la actividad inmoral en los que ellos han
participado. ¿Cómo deberían responder los padres a este nuevo
nivel de rebeldía?
En este caso, es evidente que, hasta ahora, las consecuencias
de las acciones del adolescente no han vuelto su corazón hacia la
rectitud y la sabiduría. Por lo tanto, esas consecuencias deben
intensificarse. Salomón nos recuerda que

La vara de la disciplina imparte sabiduría…

Proverbios 29:15

Salomón afirma que la disciplina física y la corrección verbal dan


sabiduría. La rebelión en el corazón de este adolescente ahora es
evidente, del tipo “haré lo que yo quiera”, así que la respuesta de los
padres debe ser severa.
Si tu adolescente se encuentra en esta etapa, debes tomar la
decisión de reunirte regularmente con él durante un acercamiento
inicial. Debes sacar tiempo cada semana para reunirte con tu hijo
adolescente y ser su mentor con el fin de llegar a la raíz del
problema. Debes confrontar su pensamiento equivocado y sus
patrones de maldad desde una perspectiva familiar y bíblica. Debes
advertir a tu adolescente y guiarlo a lo largo del proceso. En este
punto, debes decir: “Te amo lo suficiente como para pasar tiempo
contigo para hablar sobre tu rebeldía”. Es evidente que los pasos
que se han dado hasta este momento han sido insuficientes. Por lo
tanto, te sugerimos que como esposo, esposa, padre soltero, pastor
de jóvenes o tutor, pases un tiempo semanal en oración
enfocándote en esta rebeldía, tal vez también ayunando. Esta
coyuntura es crucial.
Parte de este tiempo de discipulado debe enfocarse en las
advertencias de Dios al necio, que son claras en Proverbios. El
camino de los rebeldes conduce a la destrucción. Los padres deben
advertir a sus hijos adolescentes qué tipo de destrucción les espera,
para que no haya dudas en la mente de los adolescentes. Si los
adolescentes continúan por este camino, la destrucción es
inevitable.
El necio desvergonzado

… ser padre de un necio [desvergonzado] no es ninguna


alegría.

Proverbios 17:21

Podemos entender cómo esta afirmación de Proverbios se aplica a


un hogar donde el adolescente ha actuado de manera
desvergonzada y sin sentido. El “necio desvergonzado” ha cerrado
su mente a la voz de la razón.
Encontramos un ejemplo de un necio desvergonzado en 1
Samuel 25, donde se nos habla del hombre llamado Nabal (su
nombre en hebreo significa “necio desvergonzado”). Su
comportamiento hacia David y hacia otros a su alrededor es típico
de este tipo de persona: arrogante, autoritaria y carente de
vergüenza o de cualquier noción de deshonra. Lo más probable es
que esta persona no crea que Dios vaya a traer ningún tipo de
castigo sobre ella. Dios no estaba en la mente de Nabal. El Salmo
14:1 dice:

Dice el necio en su corazón: “No hay Dios”.

Este tipo de necio es descarado, no solo con sus padres, sino


también con Dios.
En nuestro ejemplo, el necio desvergonzado sería detenido por
estar bebiendo mientras conducía; se jactaría ante sus amigos por
sus acciones, causaría dificultades a los oficiales de policía, sería
fastidioso y contencioso, insistiría en que alguien más tiene la culpa
e insultaría al oficial, resistiéndose al arresto. Como padre, deberías
preocuparte por la relación de tu hijo adolescente con Dios. ¿Qué
evidencia hay de que él o ella conoce a Dios? ¿Ves algún fruto de
un corazón apesadumbrado? Cuando un adolescente continúa
viviendo de una forma desvergonzada y arrogante, está mostrando
un patrón de comportamiento impío. Cuando el adolescente no
responde con arrepentimiento ante sus elecciones, debes
preguntarte por qué. ¿No hay presencia de Dios ni convicción en su
interior?
¿Qué deberías hacer si tienes un necio desvergonzado en
casa? Como él desprecia la instrucción, este necio no es receptivo a
la instrucción ni a la Palabra de Dios. No hay evidencia en absoluto
de un deseo de cambiar. Tu objetivo en este momento debe ser
reducir el tiempo que pasa interactuando con amigos que sean una
mala influencia. Podrías considerar sesiones de consejería
profesional. Tus momentos de negociación con el adolescente
deben ocurrir en tu hogar, por el bien de todos en la familia. Debes
mostrar a los demás miembros de la familia que eres consciente del
problema, por lo que ha llegado el momento de implementar reglas
básicas. Estas reglas básicas no son para instruir sino para pautar el
comportamiento de tu hijo mientras esté en tu hogar. Los siguientes
son ejemplos de los tipos de reglas que podrías implementar:
» Debes estar en casa antes de las 10 p.m.

» Solo conducirás tu auto para ir y regresar al trabajo o a la


escuela.

» No debes perder los estribos en casa (con los demás


miembros de la familia).

» Perdiste tu derecho a un teléfono celular y al uso de internet.

Este proceso será extremadamente difícil y doloroso para la familia,


pero es necesario si deseas ver algún cambio en la vida de tu
adolescente rebelde.
El necio desvergonzado también necesita escuchar a los
pastores y a otros consejeros bíblicos. La iglesia local debe unirse
para ayudarte con tu hijo adolescente. ¿Hay algún hombre en la
iglesia para quien tu hijo pueda trabajar por un tiempo? ¿Está este
hombre dispuesto a asociarse contigo y con el pastor para orar y
proporcionarle ayuda bíblica? ¿Está tu pastor dispuesto a reunirse
semanalmente contigo y con tu hijo? ¿Podrías enviar a tu hijo a
algún otro lugar por un período de tiempo para que esté bajo la
influencia de otras personas que caminan con Dios y que puedan
invertir en su vida espiritual? No seas orgulloso: pídele a la iglesia
que ore por ti y que trabaje contigo. El orgullo podría evitar que
recibas la ayuda que necesitas en una situación espiritual de vida o
muerte.
Como tu hijo ahora tiene que ir a la escuela, al trabajo y a la
iglesia, su tiempo libre será limitado. Quizás trate de abandonar tu
hogar para irse a vivir con un amigo. Si tu hijo adolescente intenta
hacer esto, no vayas por él ni lo regreses tu casa. Las reglas
básicas llegaron a su fin; tu hijo adolescente se independizó, aunque
debes continuar amándolo e intercediendo por él. Para mantener la
paz en tu hogar con el resto de la familia, no cedas a las presiones
de los familiares ni de cualquier otro para hacerte retroceder. Esta
es la etapa donde tal vez tengas que considerar medidas extremas
como un hogar para jóvenes o un centro de consejería bíblica donde
se le pueda brindar ayuda durante toda la semana para corregirlo
espiritualmente.
El necio insolente

Despide al insolente, y se irá la discordia y cesarán los pleitos


y los insultos.

Proverbios 22:10

El “insolente” es el necio que actúa de manera extrema, que suele


mostrar indignación y desprecio absoluto por alguien o algo. El libro
de Proverbios indica que la única solución para la batalla
interminable con este tipo de necios es despedirlo. El insolente está
más allá de nuestro control.
¿Qué significa para un padre “despedir” a un insolente? Por el
bien de los demás hijos y de todo el hogar, y por la vergüenza que el
insolente ha traído al hogar, los padres o tutores deben estar
dispuestos a entregarlo a los resultados de su necedad. Tu hijo
adolescente no te escucha; te odia; tu corrección es
contraproducente. Recuerda que una de las personas que se
beneficiará de la expulsión de un insolente es el necio simple:

Golpea al insolente, y se hará prudente el inexperto [simple];


reprende al entendido, y ganará en conocimiento.

Proverbios 19:25
“Despedir” significa tomar la difícil decisión de eliminar la influencia
que tu hijo adolescente tiene sobre otras personas que se han
desviado a causa de él. Puedes llegar a un acuerdo con el necio
desvergonzado, pero al insolente no le importa tu autoridad en el
hogar, así que su tiempo se ha agotado. El necio desvergonzado
podría aceptar tus condiciones y acatarlas por razones personales
egoístas, pero el insolente no quiere saber de ninguna autoridad.
Lamentablemente, ahora debes contemplar la opción de enviar a tu
hijo adolescente a alguna institución correccional, como un hogar de
consejería profesional con un enfoque bíblico. Al hacerlo, al menos
evitarás que tu hijo adolescente acabe en la cárcel.
Comprender estos cinco niveles de necedad puede guiarte a
una evaluación precisa del nivel de rebeldía en la vida de tu hijo
adolescente. Ningún padre desea que un adolescente viva una vida
de necedad cuando puede vivir una vida de piedad. Pero ¿de dónde
viene toda la rebelión y cuándo apareció por primera vez?
2
EL REBELDE EN CADA UNO DE NOSOTROS

S egún la Biblia, la rebeldía apareció por primera vez en el jardín


del Edén. El primer hombre y la primera mujer, Adán y Eva,
vivían de la manera que Dios había dispuesto para ellos, disfrutando
de una relación con Él. Pero Satanás entró a este paraíso para
destruir esta paz y la sumisión del hombre a Dios. Satanás fue un
ángel creado que se rebeló contra Dios en el cielo, fue expulsado de
allí y ahora quería seducir a esta pareja para que se unieran en su
conspiración contra Dios. ¿Cuál fue la estrategia de Satanás? Les
hizo cuestionar la autoridad, el conocimiento y los propósitos de
Dios. Luego negó abiertamente la Palabra de Dios, contradiciendo a
Dios.
Dios les había dicho a Adán y a Eva que podían comer el fruto
de cualquier árbol del jardín, excepto el del árbol del conocimiento
del bien y del mal: “El día que de él comas, ciertamente morirás” (Gn
2:17). Pero Satanás les dijo: “¡No es cierto, no van a morir! Dios
sabe muy bien que, cuando coman de ese árbol, se les abrirán los
ojos y llegarán a ser como Dios, conocedores del bien y del mal”
(Gn 3:4-5). Adán y Eva creyeron la mentira de la serpiente, se
rebelaron contra Dios y lo desobedecieron abiertamente.
Esta rebelión preparó el escenario para todos nosotros. Como
descendientes de Adán y Eva, cada uno de nosotros nace en
rebeldía. La “rebeldía adolescente”, como prefiere llamarla la cultura
actual, es simplemente un síntoma de nuestra condición humana
ante Dios. No veas la rebelión como un problema exclusivo de los
adolescentes; es el problema de toda la humanidad.
Adán y Eva pensaron que si se volvían contra Dios, la vida sería
mejor que antes. Satanás los había engañado. Él ocultó todo el
daño que resultaría de su rebelión contra Dios. Sus corazones
cambiaron y se convirtieron en terreno fértil para todo tipo de deseos
y pensamientos pecaminosos.
El corazón es la esencia de lo que somos como personas; es
donde comienza y reside la rebelión. La Biblia describe el corazón
como el lugar donde se forman los pensamientos, los deseos, los
anhelos, los propósitos y las acciones. En los días de Jesús, la idea
común era que la falta de pureza (el pecado) era causada por
fuentes externas, pero Jesús dijo claramente que el corazón era la
fuente de todo mal.

Porque del corazón salen los malos pensamientos, los


homicidios, los adulterios, la inmoralidad sexual, los robos,
los falsos testimonios y las calumnias.

Mateo 15:19

Adán y Eva, nuestros padres caídos, perdieron la inocencia con la


que habían sido creados (seguramente desearon regresar a ese
estado en el que no conocían el mal). Ahora, en lugar de disfrutar de
Su presencia, temían estar con Dios. Ahora también le temían al
juicio de Dios, y en sus corazones insensatos pensaron que de
alguna manera podrían esconderse de Él. Adán le dijo a Dios:
“Escuché que andabas por el jardín, y tuve miedo porque estoy
desnudo. Por eso me escondí” (Gn 3:10). Además, la relación entre
marido y mujer, que antes había sido tan dulce, ahora estaba
distorsionada y dañada por la Caída que produjo la rebelión. Adán
culpó a Eva; Eva culpó a la serpiente. Y ambos se sintieron
incómodos con su desnudez, a pesar de que se habían conocido sin
vergüenza hasta ese punto. La rebeldía había invadido el hogar, y
sus efectos seguían acumulándose. En Génesis 4, su hogar se vio
aún más afectado por la rebelión de uno de sus hijos, Caín, quien
asesinó a su hermano por enojo. Su rebeldía se manifestó cuando
presentó una ofrenda que no cumplía con los estándares de Dios.
Cuando Dios no aceptó su ofrenda, Caín se enojó tanto que
arremetió contra su hermano y lo mató. La rebeldía en el hogar
había conducido al asesinato.
La rebelión contra Dios conduce a muchos pecados, incluyendo
el adulterio, la mentira, el robo, la idolatría, la ira y el odio. Los
efectos se han visto claramente en todo el mundo durante los siglos
que siguieron a Génesis 3. Hemos librado guerras, destruido
hogares y desarrollado nuestras propias formas de adoración.
Hemos creado nuestros propios dioses. Hemos inventado sistemas
religiosos que están en oposición directa al Dios de la Biblia. El
deseo malvado de la humanidad es hacer lo que sea necesario para
vivir nuestras vidas a nuestra manera, independientes de Dios.
Las cosas no han cambiado tanto desde el día en que Adán y
Eva fueron desterrados del jardín del Edén. La única diferencia entre
nosotros y ellos es que nosotros nunca tuvimos corazones puros;
todos comenzamos con corazones depravados y ensombrecidos por
el pecado que se han apartado de Dios, decididos a rebelarnos
contra Él. Aun cuando nuestra forma de hacer las cosas no parezca
ser reprensible moralmente —según los estándares de la sociedad
— si no es a la manera de Dios, estamos siendo rebeldes. Nos
rebelamos contra la idea de Dios. Como necios, hacemos nuestro
propio tipo de dios.
¿Cuál es la respuesta de Dios a esta rebeldía? El apóstol Pablo
dice:

A la verdad, como éramos incapaces de salvarnos, en el


tiempo señalado Cristo murió por los malvados. Difícilmente
habrá quien muera por un justo, aunque tal vez haya quien se
atreva a morir por una persona buena. Pero Dios demuestra
Su amor por nosotros en esto: en que cuando todavía éramos
pecadores, Cristo murió por nosotros.

Romanos 5:6-8

Dios proveyó para nosotros. Ofreció rescatarnos a través del


sacrificio de Su Hijo. Los versículos anteriores explican que
podríamos considerar dar nuestras vidas por otros. Pablo dice que
esto casi nunca sucede, pero que si hubiésemos sido bendecidos
por la bondad de otro ser humano a través de una provisión
sacrificial, respetaríamos y amaríamos a esa persona, y hasta
podríamos considerar dar nuestras vidas por ese ser humano. Pero
Dios sacrificó a Su Hijo Jesús por amor a quienes lo despreciaron.
Somos rebeldes contra Dios, y aun así Cristo murió por nosotros
Sus enemigos, los que nos habíamos vuelto contra Él. Toda la raza
humana nace en rebeldía contra Dios, y merece ser castigada
eternamente por su pecado; sin embargo, Dios nos ofrece
esperanza en Su Hijo, nuestro sustituto. ¿Dónde ocurrió este acto
de sustitución? En la cruz del Calvario hace casi dos mil años. Cristo
fue golpeado, humillado y crucificado para que rebeldes como
nosotros pudiéramos ser libres. Luego resucitó, demostrando que
había conquistado el poder del pecado, la muerte y el infierno.
Cada uno de nosotros, como rebelde, debe acudir a Dios,
confiando solo en Cristo y en Su pago por nuestros pecados. ¿Has
tomado esta decisión personalmente? Si no, las Escrituras dicen
que hoy es el día para arrepentirse y confiar en Jesucristo como
Señor y Salvador: “Por eso, como dice el Espíritu Santo: ‘Si ustedes
oyen hoy Su voz no endurezcan el corazón’” (Heb 3:7-8); “Busquen
al Señor mientras se deje encontrar, llámenlo mientras esté cercano”
(Is 55:6). Cuando Adán y Eva se rebelaron contra Dios, Él no se
volvió contra ellos y los rechazó; se acercó a ellos y les ofreció la
oportunidad de restaurar la relación, ya no como rebeldes, sino
como Sus hijos. ¿Has sido reconciliado con Dios mediante la fe en
Su Hijo, Jesús?
Si esperas que tu hijo adolescente deje su rebeldía y se vuelva
a Dios, ¿has demostrado que tú mismo estás dispuesto a ver tu
propia rebeldía? Si tu hijo ve esta humildad en ti, entonces ya estás
dando el primer paso para ser el ejemplo adecuado y preparar el
escenario donde podrás interactuar con tu adolescente rebelde.
Hemos visto los diferentes niveles de rebeldía y necedad que se
establecen en Proverbios, y esa rebelión es que el hombre se ha
alejado de Dios y ha rechazado Su salvación. Por lo tanto, es
importante para nosotros, como padres, responder bíblicamente a la
rebelión que encontramos en nuestros adolescentes.
3
RESPONDIENDO A LA REBELDÍA

C omparar las descripciones de necedad que se encuentran en


Proverbios con un pasaje del Nuevo Testamento nos ayuda a
ver los niveles correspondientes de respuesta para los padres ante
la necedad de sus hijos adolescentes. Hebreos 12:5, 9 dice lo
siguiente:

Hijo mío, no tomes a la ligera la disciplina del Señor...


Después de todo, aunque nuestros padres humanos nos
disciplinaban, los respetábamos.

El necio simple necesita la dirección, la enseñanza y la instrucción


de sus padres. El necio lento necesita disciplina que involucre cierta
medida de control y la aflicción de las consecuencias. Hebreos 12:5
dice que no debemos desanimarnos cuando seamos reprendidos
por el Señor (nuestro Padre celestial). Nuestro Padre celestial nos
dirige hacia la sabiduría, y lo mismo debe hacer el padre terrenal
con el necio lento. El necio lento solo podrá elegir el camino de la
sabiduría cuando sea transformado —llevado al arrepentimiento—
por el Espíritu Santo y por la Palabra de Dios.
El necio establecido y el necio desvergonzado llaman más la
atención hacia sí mismos debido a la necesidad de reprensión
adicional. Hebreos 12:6 dice:

Porque el Señor disciplina a los que ama, y azota a todo el


que recibe como hijo.

La palabra “disciplina” se refiere a una corrección física que es


difícil, vergonzosa y extremadamente dolorosa. Entre las posibles
consecuencias para los necios desvergonzados están la disciplina
de la iglesia, un tiempo en la cárcel, la expulsión de una escuela, la
pérdida de una licencia o incluso tener un expediente penal. En este
nivel, los padres deben ser creativos con la disciplina. Después de
haber confrontado a tu hijo adolescente sin éxito, y después de que
tu hijo adolescente haya rechazado cualquier consejo piadoso,
debes considerar la prohibición de su actividad favorita. Trata de
comprender a tu adolescente: ¿qué está impulsando los deseos de
su corazón? ¿Qué hará que su corazón vuelva al camino correcto?
El último nivel de respuesta se explica en la última frase de Hebreos
12:9:

¿No hemos de someternos, con mayor razón, al Padre de los


espíritus, para que vivamos?

Someternos a Dios significa acudir a Él y ser obedientes. Si no


estamos sujetos a Dios, podemos sufrir consecuencias serias. El
equivalente para los necios insolentes sería sacarlos del hogar de
modo que reciban una ayuda intensiva para tratar con su rebeldía.
La meta en Hebreos 12 se declara en los versículos 10-11:
Dios lo hace [nos disciplina] para nuestro bien… después [la
disciplina] produce una cosecha de justicia y paz para
quienes han sido entrenados por ella.
Preparando nuestros propios corazones

A menudo, las personas usan la siguiente excusa para justificar la


rebeldía de sus hijos: “Es la gracia de Dios la que determina cómo
serán los niños, y los míos se rebelaron”. Sin embargo, eso es
atribuirle a Dios toda la responsabilidad de criar a los hijos. ¿Para
qué dio hijos a los padres? ¿Por qué las Escrituras nos exhortan a
no ser como aquellos que no estorbaron a sus hijos y que luego
pagaron un alto precio por ello? ¿Por qué Proverbios contiene
principios para aconsejar a los hijos a fin de que vivan sabiamente?
Es muy cierto que es solo por la gracia que Dios obra en los
corazones, incluyendo los nuestros. No somos el Espíritu Santo, por
lo que no podemos transformar a nadie (aunque algunos padres
intentan asumir ese papel). No podemos forzar a nuestros
adolescentes a tomar decisiones espirituales. No podemos
determinar cómo “saldrán” nuestros hijos. No podemos decirle a
Dios: “Si hacemos tal o cual cosa, tienes que lograr que mis hijos
vivan para Ti”. Dios no es un vendedor de autos usados con quien
podemos hacer un trato estableciendo nuestras condiciones.
¿Podemos influenciar a nuestros adolescentes y
conducirlos a la sabiduría de Dios?

Un ejemplo en la Biblia nos ayuda a darnos cuenta de que sí


podemos influenciar a nuestros hijos, ya sea hacia la piedad o hacia
la impiedad. La Palabra de Dios dice algo muy aleccionador acerca
de Elí en 1 Samuel 3:13:

Él sabía que [sus hijos] estaban blasfemando contra Dios y,


sin embargo, no los refrenó.

¿Dice la Biblia que los hijos de Elí fueron malvados porque la gracia
de Dios no se le manifestó a Elí? ¿O que se volvieron malvados
porque sus amigos eran una mala influencia? ¿O porque iban a la
escuela pública? ¿O porque otros adultos fueron malos con ellos?
No: Elí “no los refrenó”.
Si bien todo en la vida está gobernado por la gracia de Dios
(vivimos en una era de gracia), al mismo tiempo nosotros como
padres tenemos la responsabilidad de crear una atmósfera de
sabiduría y de amor intenso por Dios en nuestros hogares, algo que
hacemos al vivir entregados por completo a Él. Podemos obedecer
los mandatos bíblicos sobre cómo debemos interactuar sabiamente
con nuestros hijos y con otros.
No podemos hacer que nuestros adolescentes amen a Dios,
pero sí podemos mostrarles el amor de Dios. No podemos
convertirlos en personas que se relacionen correctamente, pero sí
podemos modelar relaciones bíblicas, amando a los demás y
sacrificándonos por ellos. No podemos esperar que nuestros
adolescentes oren si no estamos orando, que caminen con Dios si
no estamos caminando con Él ni que amen a Dios si nosotros no le
amamos. Debemos orar fervientemente por nuestros jóvenes para
que Dios destruya su egoísmo y obstinación, y ser lo
suficientemente humildes como para buscar consejo. Hay mucha
sabiduría bíblica en el consejo, y el consejo piadoso nos da
esperanza para encontrar soluciones.
¿Dónde nos deja esto?

Todos necesitamos cambiar nuestra manera de pensar. La rebeldía


no es cosa de adolescentes; también tiene que ver contigo y
conmigo. ¿Estamos obedeciendo los mandamientos establecidos en
la Palabra de Dios sobre la crianza de los hijos y la mentoría?
Ninguno de nosotros “sale bueno o malo”. Todos nos rebelamos
todos los días en mayor o menor grado. Actuamos como si los
adolescentes “buenos” ya no pecaran, pero la Biblia no habla de
hijos “buenos”. Proverbios 10:1 dice:

El hijo sabio es la alegría de su padre; el hijo necio es el


pesar de su madre.

Al obedecer la Palabra de Dios, nuestra influencia puede ayudar a


nuestros adolescentes a tomar decisiones sabias. Y, si son
cristianos o llegan a ser cristianos, sus decisiones sabias los guiarán
cuando vivan para Dios en el futuro. Mediante tu obediencia a la
Palabra de Dios, puedes crear una sed de justicia en tus hijos. Si tu
adolescente luego elige un camino de necedad, él tomará esa
decisión sabiendo muy bien que le has mostrado el camino sabio.
No puedes castigarte por las decisiones de tus hijos. Todos tenemos
voluntades individuales, elegimos nuestros propios caminos.
Como padres tenemos una responsabilidad seria de ser
persistentes y constantes en nuestra labor de guiar a nuestros hijos
hasta la adultez. Vale la pena agregar que, si tienes hijos pequeños,
es mucho más fácil abordar su rebelión en las primeras etapas que
después cuando ya son adolescentes. “Constancia” y “persistencia”
son palabras clave en la crianza de los niños. Sé lo más constante
posible y persiste en hacer lo que es bíblico.
¿Cuáles son algunas de las oportunidades que tenemos para
cumplir con nuestra responsabilidad de ser ejemplos piadosos y
mentorear a nuestros jóvenes?
4
SE TRATA DE DISCIPULADO

Hasta ahora hemos visto los siguientes puntos:


Paso 1: Nunca nos deshacemos completamente de nuestros
corazones rebeldes. Por lo tanto, como padres, debemos
arrepentirnos de nuestro propio pecado. Cada día tenemos que
disfrutar la riqueza de la relación que Dios ha permitido que
tengamos con Él.
Paso 2: Debemos discernir el nivel de rebeldía en la vida de
nuestros adolescentes. Si tu hijo hace algo que te sorprende, esto
podría ser un indicio de que necesitas conocerlo mejor, o de que no
has aceptado la visión bíblica de cuán malvados son nuestros
corazones desde el nacimiento. Algunos padres aceptan
ingenuamente las expectativas de nuestra cultura respecto a los
adolescentes rebeldes, pero no debemos ignorar las señales de
rebeldía.
Paso 3: Debemos tomar nota de los actos de rebeldía de
nuestros adolescentes y responder de una manera amorosa,
constante y bíblica.
Paso 4: Debemos orar para que Dios obre en las vidas de
nuestros adolescentes. Solo Su poder puede transformarlos.
Nuestro compromiso con la crianza piadosa va de la mano con la
gracia de Dios. Preparemos el terreno de sus corazones para que la
gracia de Dios obre en ellos.
La crianza bíblica en el hogar es un proceso. Cada adolescente
pasará por un proceso diferente, pero deberíamos dirigirlos hacia el
mismo objetivo. Dios quiere producir semejanza a Cristo en nuestros
adolescentes. El discipulado durante la adolescencia vale la pena
porque el fruto será la alegría de verlos caminar sabiamente cuando
sean adultos. Así que ¿cómo deberíamos mentorear a nuestros
adolescentes y cuál es el proceso para hacer discípulos?
Puede que tengas que comenzar pidiéndole a tu hijo que te
perdone por la rebeldía que has exhibido en el hogar. Si te humillas,
la interacción entre tu y tu hijo adolescente quedará libre de
obstáculos. Considera lo que el apóstol Pablo dice en Filipenses
2:3-4:

Con humildad consideren a los demás como superiores a


ustedes mismos. Cada uno debe velar no solo por sus
propios intereses, sino también por los intereses de los
demás.

Como padres, es difícil considerar primero los intereses de nuestro


adolescente. Pero si lo hacemos, estaremos mostrando a nuestros
adolescentes el ejemplo de Cristo.
¿Estoy orando fervientemente por mi adolescente?
Recordamos la noche en que la hermana de Judi, Chris, llamó
para decirnos que tenía un tumor cerebral y que los médicos le
habían dado dos años de vida. No dormimos esa noche: clamamos
a Dios toda la noche, orando para que cambiara esta situación. Eso
es orar fervientemente. Santiago 5:16 nos dice: La oración del justo
es poderosa y eficaz.
Pregúntate y responde honestamente esta pregunta: ¿Estoy
clamando a Dios para que mi hijo adolescente deje la rebeldía y se
vuelva a Él?
¿Estoy siendo un mentor para mi hijo adolescente?
¿Estás mentoreando a tu hijo adolescente, sentándote con él
con una Biblia abierta y ayudándolo con dificultades específicas? No
importa cuál sea el nivel de necedad de tu adolescente, necesita
que lo aconsejes con la Palabra de Dios.
Nuestra hija fue una “tirana” hasta los dieciséis años. Ella le
había pedido a Cristo que fuera su Salvador a los diez años, pero
luego se rebeló contra nosotros y nos dijo: “Los odio”. Su enojo se
manifestaba en estallidos explosivos y escandalosos. Un día estaba
furiosa y salió en su auto a toda velocidad. Decidimos reunirnos
semanalmente con ella para buscar la ayuda de Dios en oración y
en Su Palabra. Ella no disfrutaba ser una adolescente enojada.
Reconoció su necesidad y quería ser diferente. Durante ese año, su
vida dio un giro de 180 grados. La Palabra de Dios y el Espíritu
hicieron la obra, pero Él nos usó para guiarla. Creemos que Dios le
mostró que ella podía cambiar y convertirse en una adolescente con
dominio propio. Ella se llenó de esperanza a través de la Biblia y
deseó ser lo que Dios dijo que podría ser como joven adolescente.
Dios quiere que tengamos esa conexión bíblica con nuestros hijos
adolescentes.
¿Estoy teniendo tiempos regulares de estudio bíblico
con mi familia?
En Deuteronomio 6:7, el escritor dice:

Incúlcaselas [estas palabras que hoy te mando]


continuamente a tus hijos. Háblales de ellas cuando estés en
tu casa y cuando vayas por el camino, cuando te acuestes y
cuando te levantes.

Este versículo enfatiza que todos los aspectos de nuestra vida en el


hogar deben reflejar la verdad bíblica a nuestros niños y
adolescentes. ¿Tienes tiempo para clases de música y actividades
deportivas, pero no para la Biblia y la memorización de la Palabra?
El Salmo 119:9, 11 nos explica nuestra necesidad de memorizar
estas verdades y de meditar en ellas:

¿Cómo puede el joven llevar una vida íntegra? Viviendo


conforme a Tu palabra…. En mi corazón atesoro Tus dichos
para no pecar contra Ti.

Las palabras del salmista nos muestran algo valioso que es


colocado en un lugar seguro para poder ser disfrutado. Él está
diciendo que debemos “atesorar” la Palabra de Dios en nuestros
corazones.
¿Estoy escuchando a mi hijo adolescente?
Santiago 1:19 nos anima a estar listos para escuchar, y ser
lentos para hablar y para enojarse. Nuestros adolescentes necesitan
y desean desesperadamente toda nuestra atención.
Una vez estuvimos en la casa de un amigo que tenía un hijo
rebelde. Observamos lo ansioso que estaba el hijo por que su padre
disfrutara de las cosas que le gustaban y escuchara sus noticias del
día. Sin embargo, el padre siempre quiso ser el centro de atención.
Un adolescente puede cerrarse y darse por vencido en un ambiente
como ese.
¿Estoy abriendo mi casa a los amigos de mi hijo
adolescente?
Romanos 12:13 nos dice: Practiquen la hospitalidad. ¿Es más
importante para nosotros que nuestros hogares estén limpios,
ordenados y perfectos, o que nuestros adolescentes sientan que sus
amigos pueden venir y pasar el rato? Si vienen los amigos, al menos
sabremos dónde están nuestros adolescentes; y deberíamos
sentirnos honrados de que se sientan lo suficientemente cómodos
para invitar a sus amigos.
¿Confío en mi adolescente?
Este principio lo describimos como un “banco de confianza”
donde los adolescentes hacen depósitos. Si el banco de confianza
está lleno y no hay motivo para dudar del adolescente, ¿por qué
tenemos que decir “no” tan a menudo? Escucha sus deseos y
detente para escuchar. Puede que no haya razones para negarle su
petición.
Debemos confiar en los adolescentes mientras no demuestren
no son confiables. Se les debe dar responsabilidades. ¿Estamos
diciendo “sí” a algunas de sus peticiones para que aprendan
responsabilidad e integridad? ¿O estamos tratando de controlar
cada movimiento que hagan hasta que lleguen a los dieciocho años
(o más tarde)?
¿Le estoy diciendo todos los días a mi adolescente lo
mucho que lo amo?
El ejemplo de Jesús en Juan 21 nos anima a expresar
verbalmente nuestro amor. Después de Su muerte y resurrección,
se apareció en la orilla del mar mientras Pedro y otros pescaban.
Cuando Pedro llegó a la orilla, Jesús le hizo una pregunta. Para
Pedro, este fue un momento incómodo porque había negado ser un
seguidor de Jesús antes de la crucifixión. Jesús le preguntó a Pedro:
“Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que estos?”. Hizo la pregunta
dos veces más, y cada vez Pedro confirmaba verbalmente su amor
por Cristo (Jn 21:15-17).
¿Por qué es tan fácil abrazar a nuestros niños pequeños,
besarlos repetidamente y decirles cuánto los amamos, pero luego,
cuando nuestros hijos están en sus años de adolescencia,
abandonamos esas expresiones verbales? Tal vez estás pensando:
“Simplemente no soy muy cariñoso”. Bueno, ¡cambia! Tu hijo
adolescente necesita que lo mires a los ojos regularmente y le
digas: “Te amo mucho”.
¿Estoy apoyando a las autoridades en la vida de mi
adolescente?
Hebreos 13:17 nos ordena que estimemos a las autoridades
porque cuidan de nuestras almas. Las autoridades tienen una gran
responsabilidad ante Dios.
Hemos estado trabajando con estudiantes universitarios desde
1996. Siempre nos damos cuenta cuando a un joven le cuesta
someterse a las autoridades, y generalmente los padres de ese
joven le echan la culpa a alguien más. Los padres no apoyan a las
autoridades ni los castigos establecidos por las acciones de sus
estudiantes universitarios. Esta actitud de los padres hará que el
joven sea aún más rebelde en el futuro.
¿Estoy hablando abiertamente sobre asuntos de pureza,
moralidad y noviazgo con mi hijo adolescente?
En Proverbios 6:27, 29 Salomón le dijo a su hijo:

¿Puede alguien echarse brasas en el pecho sin quemarse la


ropa?... Pues tampoco quien se acuesta con la mujer ajena
puede tocarla y quedar impune.

Si Salomón le dio esas instrucciones a su hijo, ¿no deberíamos


hacer lo mismo? No podemos dejar estos temas a un pastor de
jóvenes o a un consejero de la escuela. Padres, es una buena idea
que estudien el libro de Proverbios con su hijo adolescente. Madres,
es esencial que hablen con su hija sobre lo que dicen las Escrituras
en cuanto a la modestia y la pureza. De lo contrario, en la
universidad terminarán desesperados por encontrar ayuda después
de haber perdido el control o de haber tomado decisiones negativas
que alterarán sus vidas, debido a que estos temas esenciales no se
enseñaron en el hogar a la luz de las Escrituras.
¿Permito que mi adolescente maneje dinero en efectivo,
tarjetas de débito, cuentas bancarias y ahorros?
Deja que tu adolescente conduzca un auto; deja que busque un
trabajo; deja que maneje dinero. El escritor de Lamentaciones 3:27
dice: Bueno es que el hombre aprenda a llevar el yugo desde su
juventud.
En los tiempos de la Biblia, a los hombres jóvenes se les
animaba a asumir la responsabilidad de un trabajo e incluso a
hacerse cargo de recursos familiares que eran valiosos (“el yugo” en
el versículo anterior indica la responsabilidad del cuidado de un
animal valioso para el trabajo de un hombre en sus campos de
cultivo).
En cuanto a la instrucción de las mujeres jóvenes, mira la
descripción de una esposa y de su trabajo en Proverbios 31:15-16:

Se levanta de madrugada, da de comer a su familia y asigna


tareas a sus criadas. Calcula el valor de un campo y lo
compra; con sus ganancias planta un viñedo.

Dudamos que una muchacha pueda convertirse en este tipo de


mujer de la noche a la mañana. Además, las jóvenes de aquellos
días se casaban a una edad bastante temprana. Las tareas
domésticas deben ser una parte natural del crecimiento de tu hija.
También es importante ayudar y enseñar a tu adolescente a
manejar las finanzas, así como ser un buen ejemplo en esto. Hay
tantos adolescentes que llegan a la universidad sin estar preparados
para enfrentar los rigores de la responsabilidad fiscal. Si los padres
no preparan a sus hijos adolescentes para la responsabilidad
financiera durante esos años formativos, estos jóvenes adultos
tendrán dificultades para controlarse con las tarjetas de crédito, para
ahorrar, para ofrendar con gozo y ayudar a los demás
económicamente.
¿Estoy respondiendo de manera irrazonable a los
fracasos (la rebeldía) de mi adolescente?
Salomón dice en Proverbios 15:1:

La respuesta amable calma el enojo, pero la agresiva echa


leña al fuego.

Debemos gobernar nuestros espíritus cuando nuestros


adolescentes tomen decisiones equivocadas, ya sea como necios
simples o como necios insolentes. Como regla general, enojarse
nunca lleva al progreso. Debemos usar esos momentos para instruir
sabiamente a nuestros adolescentes, con voces calmadas y
controladas.
Nuestra hija cayó en una zanja cinco veces con su auto en las
carreteras nevadas de Wisconsin. La quinta vez, Judi resultó estar
en el siguiente vehículo que pasaba por ahí. Dios lo tenía bien
planeado. Judi estaba muy enojada con ella, pero le pidió a Dios
que la ayudara a responder amablemente. Salió de su vehículo,
trepó por la nieve y se acercó a la puerta del auto de nuestra hija.
Primero, Judi le preguntó si estaba bien. Luego procedió a
explicarle, en un tono suave pero firme, que la próxima vez que se
metiera en una zanja por conducir demasiado rápido en carreteras
resbaladizas, tendríamos que quitarle el auto. Judi también le dijo
tranquilamente que tendría prohibido exceder las 35 millas por hora
en los caminos rurales. La conciencia de nuestra hija sería su guía
en cuanto a ese mandato. Creemos que si Dios no hubiera ayudado
a Judi a controlar su lengua ese día, nuestra hija no se habría
beneficiado de una instrucción sabia.
¿Aprovecharás este tiempo de discipulado en la vida de tu
adolescente? Tenemos la oportunidad de invertir amorosamente en
el desarrollo espiritual de nuestros adolescentes, en la formación de
sus pensamientos y en el análisis de los deseos de sus corazones
para que, a medida que se vayan haciendo adultos, podamos verlos
convertirse en versiones santas de sí mismos.
CONCLUSIÓN

C omo padres, lo que necesitamos para enfrentar la rebeldía en


nuestros propios corazones y en los corazones y las vidas de
nuestros hijos es esperanza. Necesitamos tener esperanza en que
Dios nos puede transformar en padres que lo amen más a Él y a
nuestros adolescentes que a nuestras propias agendas.
Necesitamos tener esperanza en que el Dios cuyo poder resucitó a
Su Hijo Jesús de la muerte también es poderoso para transformar a
nuestros adolescentes, de modo que pasen de ser rebeldes que no
escuchan a ser adultos que viven y eligen sabiamente.
Independientemente del tipo de necios rebeldes que tengamos
en nuestros hogares, no debemos perder la esperanza. ¿Tienes un
necio simple? Ámalo y dale la enseñanza y el tiempo que necesita.
¿Está tu adolescente en el otro lado del espectro? ¿Es un necio
insolente que desafía descaradamente a las autoridades y a Dios?
Debemos creer que Dios conoce a nuestros adolescentes y que los
ama mucho. Él demostró Su amor mediante la cruz de Cristo. Desde
la cruz, Dios nos dice a nosotros y a nuestros adolescentes: “Esta
es la magnitud de Mi amor por ti”. Dios no se dará por vencido con
nuestros hijos rebeldes, y nosotros tampoco deberíamos hacerlo.
Nuestra fe puede llegar a ser muy frágil. Pero sin fe en lo que
Dios puede hacer, solo nos quedan recursos humanos. Esos
recursos no son suficientes. La fe confía en lo que Dios ha dicho. Es
por eso que la Palabra de Dios, la Biblia, debe ser crucial para ti.
Cree en lo que Dios te ha dicho sobre Sí mismo, sobre la vida y
sobre tu adolescente. Cuando parezca que la confrontación
amorosa y la mentoría perseverante no están produciendo el fruto
deseado, recuerda que cualquier otro método es mucho menos
efectivo que las opciones bíblicas de la fe, la esperanza y el amor.
Estas tres características son fundamentales para que permanezcas
comprometido con tu hijo adolescente a través de su rebeldía. Y la
Biblia dice que “la más excelente de ellas es el amor” (1Co 13:13).
Dios nos mostró cómo amar a los rebeldes por medio de la obra de
Cristo en la cruz. ¿Le estás señalando a tu hijo adolescente ese
amor sacrificial de Cristo con tu ejemplo de amor sacrificial por él?
EJERCICIOS PRÁCTICOS DE APLICACIÓN
PERSONAL
Versículos para padres
Utiliza los siguientes versículos de las Escrituras para examinar
tu corazón:
» Y ustedes, padres, no hagan enojar a sus hijos, sino críenlos
según la disciplina e instrucción del Señor (Ef 6:4).

» Instruye al niño en el camino correcto, y aun en su vejez no lo


abandonará (Pro 22:6).

» La vara de la disciplina imparte sabiduría, pero el hijo


malcriado avergüenza a su madre (Pro 29:15).

» Pero Yo les digo: Amen a sus enemigos y oren por quienes


los persiguen (Mt 5:44).

» Dichosos los que trabajan por la paz, porque serán llamados


hijos de Dios (Mt 5:9).

» Dichosos serán ustedes cuando por Mi causa la gente los


insulte, los persiga y levante contra ustedes toda clase de
calumnias. Alégrense y llénense de júbilo, porque les espera
una gran recompensa en el cielo. Así también persiguieron a los
profetas que los precedieron a ustedes (Mt 5:11-12).

» El amor es paciente, es bondadoso… todo lo espera, todo lo


soporta (1Co 13:4, 7).

» Por lo tanto, como escogidos de Dios, santos y amados,


revístanse de afecto entrañable y de bondad, humildad,
amabilidad y paciencia, de modo que se toleren unos a otros y
se perdonen si alguno tiene queja contra otro. Así como el
Señor los perdonó, perdonen también ustedes. Por encima de
todo, vístanse de amor, que es el vínculo perfecto (Col 3:12-14).
Versículos para adolescentes
Anima a tu hijo adolescente a utilizar los siguientes versículos
de las Escrituras para examinar su corazón:

» Se han llenado de toda clase de maldad, perversidad,


avaricia y depravación. Están repletos de envidia, homicidios,
disensiones, engaño y malicia. Son chismosos, calumniadores,
enemigos de Dios, insolentes, soberbios y arrogantes; se
ingenian maldades; se rebelan contra sus padres (Ro 1:29-30).

» Hijos, obedezcan en el Señor a sus padres, porque esto es


justo (Ef 6:1).

» La gente estará llena de egoísmo y avaricia; serán


jactanciosos, arrogantes, blasfemos, desobedientes a los
padres, ingratos, impíos, insensibles, implacables,
calumniadores, libertinos, despiadados, enemigos de todo lo
bueno, traicioneros, impetuosos, vanidosos y más amigos del
placer que de Dios (2Ti 3:2-4).

» El hijo sabio atiende a la corrección de su padre, pero el


insolente no hace caso a la reprensión (Pro 13:1).

» Si ustedes me aman, obedecerán Mis mandamientos (Jn


14:15).
La mesa familiar
“La mesa familiar” es una herramienta común utilizada en la
consejería para unir a las familias con el propósito de que puedan
analizar los principios bíblicos y aplicarlos de manera práctica. Este
es un formato sugerido para una mesa familiar. Utilicen las
preguntas que están en cursiva como puntos de reflexión para
ustedes como padres.
1. Lean Efesios 4:17-32 antes de reunirse con su hijo
adolescente. Léanlo entre tres y cinco veces la semana antes de
tener la primera mesa familiar.
2. Elijan un lugar de reunión que sea “neutral”, es decir, donde
todos se sientan cómodos.
3. Planeen guiar juntos estos tiempos según los principios que se
encuentran en Efesios 4:17-32. ¿Cuáles son esos principios?
Hagan una lista de ellos y llévenlos a la mesa.
4. Oren y pídanle a Dios que les ayude a agradarle y obedecerle
a través de Su Palabra. Pídanle que los transforme a la
semejanza de Su Hijo Jesús. ¿Qué debe cambiar en la vida de
cada uno? ¿Cuáles son las actitudes y acciones específicas que
son contrarias a la voluntad de Dios?
Pautas espirituales para todos los participantes de la
mesa familiar
1. Este es un momento en el que ustedes, como familia, pueden
analizar lo que debe cambiar y cómo cambiarlo. No es un
momento para atacar, discutir ni herir. En su familia, ¿quién
tiende a recurrir a ataques verbales? ¿Por qué esa persona
ataca de esta manera?
2. No utilicen un tono de voz ni palabras que muestren enojo.
Sean amables al no interrumpir a los demás. No pierdan el
control ni dejen de participar. Hablen la verdad en amor. ¿Luchan
con alguna de estas dos formas pecaminosas de responder?
¿Tienden a perder el control o a dejar de hablar?
3. Este es un momento para descubrir y atacar los problemas, no
para atacar a otros. No culpen a nadie. Están aquí para resolver
problemas, no para crear más. ¿Quiénes deberían aceptar parte
de la culpa por la situación actual? ¿De qué maneras ha
obstaculizado cada uno la unidad en su hogar?
4. Si alguno de los participantes de la mesa familiar rompe
alguna de las reglas anteriores, los demás participantes deben
ponerse de pie en silencio y esperar a que esa persona deje de
hablar. Esa persona debe pedir perdón y debe concedérsele. No
se vayan. Esperen con paciencia y amor.
5. Si no pueden ponerse de acuerdo en cuanto a una solución,
escriban su desacuerdo. Piensen en el problema bíblicamente.
¿Cuáles verdades aplican? La próxima vez que vayan a la mesa,
deben ir con respuestas. Si necesitan ayuda, hablen con su
pastor o con otros consejeros bíblicos para que les ayuden a
pensar bíblicamente.
6. Padres, hagan su mejor esfuerzo por ver la vida desde la
perspectiva de su hijo adolescente. Escuchen lo que dice.
¿Escucharán con humildad? ¿Pueden prometerle a su hijo que
lo escucharán con corazones dispuestos?
7. Padres, lleguen a algunos acuerdos en cuanto a las áreas de
lucha. Elijan cuidadosamente lo que sea más importante. El
objetivo es progresar en su relación con su hijo adolescente sin
dejar de agradar a Dios. Esto no es un tribunal militar: no están
en esa mesa para dictar los términos de la rendición de su hijo
adolescente. Establezcan algún tipo de contrato o acuerdo con
su adolescente (ver siguiente ejemplo). Escribir este acuerdo en
papel ayuda a proporcionar claridad y objetividad.
Ejemplo de un acuerdo relacional

Conducta deseada: Veracidad


No puedes hacer actividades a escondidas. No puedes
escabullirte con amigos que no aprobemos. No puedes ver
contenido que no aprobemos. Debes comunicarnos abiertamente tu
horario y las actividades que desees realizar. No debe haber
berrinches cuando se te nieguen las cosas. Como padres, nos
comprometemos a negarte solo aquello que veamos claramente
como algo que tendrá implicaciones espirituales negativas.
Principio bíblico: Dios es veraz
Debemos ser como Él. No hay falsedad en Él. (Tito 1:2 describe
a Dios como Aquel “que no miente”.)
Recompensa por la obediencia
[Prométanle a su hijo algo que él apreciaría.] Después de cuatro
semanas sin haber realizado ninguna actividad engañosa, le
daremos a nuestro hijo el privilegio de salir con amigos por la noche.
Consideraremos permitirle usar el auto una vez por semana durante
el próximo mes.
Pérdida de privilegios por desobediencia
[Quítenle algo que su hijo adolescente valore y disfrute, pero no
algo de valor espiritual, como asistir a la iglesia o participar en el
grupo de jóvenes.] Si engaña o intenta engañar durante las
próximas cuatro semanas, perderá el privilegio de jugar baloncesto
esta temporada. Nos reuniremos con el entrenador y el pastor para
explicarles que este es un riesgo potencial dada la situación actual.
NOTAS DE TEXTO

1 En Proverbios, el hebreo para “necio” distingue diferentes niveles de


necedad. Ver R. Laird Harris, Gleason L. Archer, Jr., y Bruce K. Waltke
(editores), Theological Wordbook Of the Old Testament (TWOT) [Libro de
palabras teológicas del Antiguo Testamento], 2 vols., (Chicago: Moody
Press, 1980). Las siguientes definiciones fueron presentadas por Louis
Goldberg, Th.D. : “el necio simple”, TWOT #1853; “el necio lento”, TWOT
#1011; “el necio establecido”, TWOT #44; “el necio desvergonzado”, TWOT
#1285; “el necio insolente”, TWOT #1113.

También podría gustarte