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SUASNABAR y Otros
SUASNABAR y Otros
Autores:
Claudio Suasnábar, Verónica Orellano, Asunción Iglesias, Jessica Miño Chiappino,
Natalia Vuksinic y Sebastián Koc Muñoz
1
Resumen:
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Introducción
Sobre este último aspecto, las posiciones oscilan entre considerarla como una derecha
“conservadora” y “neoliberal” en el marco de una vuelta a los años noventa, y aquellos
que ven en esta formación política una “nueva derecha” que, compartiendo algunos de
los rasgos anteriores, agregan la caracterización de “gerencial” y “empresaria” (por la
incorporación de CEOs a la administración pública), “republicana” (por el
reconocimiento a las reglas democráticas), “pragmática” o “new age” (por oposición a
las derechas doctrinarias) y algunos más osados adjudican cierta “preocupación por lo
social” (por el mantenimiento de las políticas sociales del gobierno anterior).
1
El frente nacional Cambiemos se constituyó de cara a las elecciones nacionales de 2015 y está integrado
por los partidos Propuesta Republicana (PRO), Unión Cívica Radical (UCR), Coalición Cívica (CC), el
partido FE y la Democracia Cristiana.
2
Bobbio, Norberto (1996) Derecha e Izquierda. Razones y significados de una distinción política.
Taurus, España. p. 163.
3
formaciones de derecha anteriores (UCeDe y cavallismo)3, de cuadros provenientes del
mundo empresario, de las universidades privadas y de ONGs así como también de
sectores católicos. Asimismo, el PRO se presenta como una novedosa forma de hacer
política, dotado de un nuevo ethos, que se configura como una heterodoxa combinación
de nuevos y viejos políticos. Esta diversidad de integrantes y sectores resultan claves
para comprender el discurso político de la nueva gestión, las orientaciones de política, y
el rol de los profesionales y expertos dentro del nuevo paradigma discursivo que
postula4.
Entre todos los interrogantes que plantea el nuevo escenario político, quizás el más
relevante sea el futuro de la gestión de la gobernadora María Eugenia Vidal en la
provincia de Buenos Aires. En primer lugar, por una ruptura con la hegemonía del
peronismo de los últimos 28 años en esa jurisdicción, en segundo lugar, por la
complejidad del territorio bonaerense y, en tercer lugar, por el desafío que supone
conformar un equipo de gestión de una fuerza política que además gestiona la nación y
Ciudad Autónoma de Buenos Aires (de aquí en adelante CABA).
3
La UCeDe (Unión del Centro Democrático) fue un partido de derecha fundado por el Ing. Alsogaray
con fuerte presencia electoral en la ciudad de Buenos Aires durante los años ochenta, luego en la década
siguiente se aliaría al peronismo en su giro neoliberal con Menem. Hacia comienzos de la década de 2000
estos sectores se nuclearían alrededor de la figura de Domingo Cavallo, ex ministro de economía de
Menem que posteriormente se sumaría al gobierno de la Alianza de Fernando de la Rúa.
4
Las políticas públicas se dan siempre dentro de un marco discursivo donde las acciones e intervenciones
se crean dentro de un contexto de ideas, normas y valores y normativas que tienden a orientar la acción de
los actores. Hall, P. (1990) "Policy Paradigms, experts, and the State: the case of macroeconomics Policy-
Marking in Britain", in Brooks, S. y Cagnon, A. (edited) Social scientists, Policy and the State. Praeger
Publischers, New York, pág. 279.
4
de política (diagnóstico, problemas, objetivos), instrumentos de política y resultados
esperados. Desde el punto de vista metodológico, el trabajo combina el análisis
documental (normativa jurisdiccional) y la realización de entrevistas en profundidad a
un grupo reducido de funcionarios teniendo en cuenta las diferentes funciones en la
estructura de gestión.
Desde el año 1987 hasta 2015, el gobierno de la provincia de Buenos Aires (y por ende
de la educación bonaerense) estuvo en manos de gobiernos peronistas. Para
Cambiemos, el triunfo supuso el desafío de conformar un equipo de gestión capaz de
hacer frente a un territorio que no estaba en el radar como factible de ganar y por tanto
también constituyó una sorpresa para el PRO.
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La complejidad del territorio educativo bonaerense, su extensión y modo de
organización y la magnitud de la DGCyE plantearon al nuevo gobierno la necesidad de
contar con un número mayor de equipos de gestión capacitados que permitan asegurar
la gobernabilidad del sistema. Ello implica intervenir en un universo que comprende
20.977 establecimientos educativos, 4.914.177 alumnos, 368.816 cargos docentes y
64.058 cargos no docentes. Además, la provincia se caracteriza por una disparidad
demográfica según la región y una desigual distribución territorial de la matrícula: el
58% de los alumnos se ubican en el Gran Buenos Aires y el 69% de los alumnos asiste a
establecimientos de gestión estatal.
5
La Ley Federal de Educación argentina es la que impulsa las políticas descentralizadoras de los años ‘90
en el país, a tono con el clima de reforma en buena parte de Latinoamérica. El rasgo más saliente quizás
sea la trasferencia de los establecimientos de nivel medio y superior por parte de la Nación a las
provincias. Tiramonti, G. y Suasnábar, C. (2000). “La reforma Educativa Nacional en busca de una
interpretación” en Revista APORTES para el Estado y la Administración Gubernamental. Año 7, Número
15, Bs. As.
6
Agoff, S., Bertranou, J., Foglia, C. (2013), El gobierno de la educación pública bonaerense entre 1983 y
2010: momentos, actores y tensiones. Ponencia preparada para el XI Congreso Nacional de Ciencia
Política, organizado por la Sociedad Argentina de Análisis Político y la Universidad Nacional de Entre
Ríos. Paraná.
6
Por otro lado, la conducción técnico-administrativa de los asuntos docentes, del acceso a
los cargos, las cuestiones disciplinarias, de certificación, títulos y escalafón, se organiza
en cada distrito a partir de tribunales descentralizados, que dependen no obstante de la
administración central. Finalmente, en lo referido a la instancia administrativa, los
consejos escolares son los encargados de la administración de los establecimientos
educativos en lo que hace a infraestructura, personal auxiliar y servicio alimentario
escolar.
De ello darían cuenta las adecuaciones de la estructura orgánico funcional que introduce
la gestión educativa de Cambiemos, entre las cuales se destacan la creación de la
Subsecretaría de Políticas Docentes y Gestión Territorial que asumiría la
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responsabilidad de un trabajo más territorial7y el traspaso de la Dirección Provincial de
Planeamiento de la órbita de la Subsecretaría de Educación a la Unidad Ministro. Así,
funciones de planeamiento, ejercidas anteriormente por las direcciones de nivel son
limitadas y transferidas al control exclusivo del área de Planeamiento, aunque, a criterio
de los entrevistados, aún persisten cuestiones por resolver. En este sentido un aspecto
relevante lo constituye la relativa autonomía construida por las direcciones de nivel y
modalidades percibidas por los entrevistados como ministerios dentro del ministerio.
En otro orden, pero en línea con los ejes de trabajo anunciados por el gobierno, se crea
el Consejo de Formación Docente Continua, como organismo “ad-hoc” responsable de
coordinar la capacitación y/o formación continua de los docentes. El mismo convoca a
profesionales externos, que a juicio de quienes lideran hoy la gestión, aportarían una
“trayectoria importante en el área que en articulación con los propios lograrán hacer una
diferencia significativa”. La conformación de un consejo permitiría el involucramiento
de estos expertos en educación zanjando la tensión entre la distancia que estos
manifiestan respecto de una cultura burocrática, que diagnostican como ineficiente y
poco profesionalizada, y su incorporación como parte de la nueva gestión.
7
Esto permitiría descomprimir las Subsecretarías de Educación y Administrativa derivando temas
sindicales, laborales y de carrera docente, así como el trabajo con los consejos escolares y los programas
socioeducativos –con fuerte anclaje territorial-.
8
política) que ofreció poca resistencia al ordenamiento “despolitizado” propuesto por el
nuevo gobierno. Con respecto a la supervisión, el recambio de la totalidad de los
inspectores jefes regionales y distritales, que en su mayoría asumieron la conducción de
sus sedes sin experiencia en el cargo, es vista como una modificación que permite la
direccionalidad de los actores del territorio en función de las líneas políticas actuales.
No se suprime el funcionamiento más burocrático y dependiente de las relaciones cara a
cara, sino que paralelamente se constituye un nuevo modo de relación vía las redes
sociales que “acerca” a los gobernantes a los individuos a la vez que permite mantener
un componente de control más estricto.
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estas designaciones son decisión exclusiva del Director General de Cultura y Educación,
no obstante, se deben tener en cuenta el capital político del candidato en cuestión y su
relación con los demás agentes territoriales del distrito o región (municipios, referentes
políticos provinciales, consejeros escolares, entre otros). En este sentido, estos actores
juegan con mayor o menor libertad de acción en la medida en que construyan poder
territorial a través de alianzas, sean político partidarias, familiares o de conocimiento y
confianza personal, entre otras posibilidades.
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algunos casos supera los treinta años, durante la cual ocuparon distintos escalones de la
carrera docente. Entre ellos es posible distinguir aquellos que ocuparon gradualmente
casi todos los cargos del escalafón docente, a partir de su ingreso como docente de nivel
primario o secundario, pasando por los cargos de conducción (secretario, vicedirector,
director) hasta llegar a concursar cargos de inspector de enseñanza, lo que les permitirá
a algunos de ellos estar al frente de jefaturas distritales o regionales. Otros casos revelan
una trayectoria en la educación superior universitaria y no universitaria, durante la que
se desempeñaron y desempeñan aún, no sólo como docentes sino también en equipos de
conducción.
En términos del tipo de gestión, tanto los funcionarios que trabajaron o trabajan en
establecimientos de nivel inicial, primario y secundario, como los que se desempeñan
en el nivel superior, reconocen, en casi todos los casos, su paso tanto por instituciones
estatales como de gestión privada en distintos momentos de su carrera, sin establecer
valoración alguna entre uno u otro modelo de gestión, pero sí destacando que fue la
titularidad en la gestión estatal lo que les permitió concursar los cargos más altos del
escalafón docente. Estos cargos de mayor jerarquía los acercaron a la gestión del
sistema educativo bonaerense y les permiten acreditar experiencia en el gobierno de la
educación.
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entrevistados, está en manos de un funcionario cuya trayectoria no se asocia desde sus
inicios a la educación o la gestión pública, sino que se identifica con los perfiles
traccionados desde la gestión privada. Tras un primer recorrido por empresas
relacionadas con las telecomunicaciones durante la década del ‘90, la crisis del 2001 lo
encuentra desempeñándose en una Pyme. A la par de su labor profesional como
contador, comienza a participar en el equipo de quien sería luego ministro de Economía
de la gestión PRO en la Ciudad de Buenos Aires, Grindetti, analizando aún sin estar en
la gestión de gobierno, aspectos relativos a las áreas de impuestos y rentas. Si bien el
PRO pierde las elecciones de 2003, continuó trabajando en equipos técnicos
“invirtiendo horas”, de cara a las próximas elecciones.
Las vías de acceso a los cargos políticos en la DGCyE se definieron, en todos los casos
entrevistados, a partir del conocimiento personal. Algunas de estas relaciones se
forjaron en espacios de formación académica, como se evidencia en el relato de
funcionarios, quienes, más allá de sus trayectorias docentes en el sistema, acceden a los
lugares de decisión que al día de hoy ocupan a partir de compartir trayectos de
formación de posgrado con quienes hoy se desempeñan como las máximas autoridades
de la DGCyE. En otros casos, el conocimiento se da en la gestión en el Ministerio de
Educación de la CABA. En la medida en que los equipos de gestión serían definidos
desde y para esa jurisdicción y eventualmente para el ámbito nacional, el triunfo de la
Alianza Cambiemos en la provincia supuso redefinir los equipos y en ese proceso,
algunos agentes desembarcan en la provincia de Buenos Aires de la mano de los
funcionarios porteños. Ello no significa que estos funcionarios no tuvieran experiencia
en el sistema educativo bonaerense, sino que su acceso a cargos políticos se da a través
del conocimiento con miembros de los equipos de la CABA.
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Una mirada compartida entre los funcionarios entrevistados respecto de su función se
puede resumir bajo el rótulo de lo que caracterizan como “perfil técnico pedagógico”.
En ese sentido, no encuentran incompatibilidad ideológica o partidaria a la hora de
desempeñarse en diversas gestiones de distinto color político, en la medida en que, su
visión de sí es la de un técnico que sigue lineamientos político pedagógicos que no
tendrían que ver con mandatos político partidarios.
Ciertamente, este posicionamiento también supone una ruptura con los modos de actuar
e intervenir de la gestión anterior durante la gobernación de Scioli. Lo paradójico es que
esta posición será asumida incluso por muchos quienes, sobre todo durante su segundo
mandato y más allá de las fisuras al interior, se presentaban como un cuerpo burocrático
que reivindicaba la política en su más amplio sentido y reconocía su imbricación con el
gobierno del sistema educativo, además de definirse en consonancia con las políticas
nacionales de la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner.
Por un lado, las razones o causas de los cambios de personal se manifiestan como algo
"normal" e impersonal dentro de la gestión pública. Uno de los entrevistados, el cual
posee una gran trayectoria dentro de la gestión administrativa, con antecedentes
laborales dentro del gobierno anterior, manifestó que se debe tener en cuenta que quien
se sienta en una silla como un funcionario político, tiene que tener muy claro que todos
los días puede ser el último. Según el entrevistado, no existen razones específicas, "A
todos nos propone alguien, y donde se sientan había otro colega".
Esto último aporta cierta complejidad al análisis cuando los entrevistados destacan
como un aspecto valorable de la gestión de Cambiemos al frente de la DGCyE, la
política de continuidad de los equipos intermedios. En casi todos los casos, salvo en lo
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atinente a la gestión territorial de Inspectores Jefes Distritales y Regionales, los
funcionarios señalan que, más allá del ingreso a la gestión de personas de su confianza
para acompañarlos en cargos que ellos consideran claves en la gestión, favorecieron la
permanencia de estratos medios de la burocracia educativa (asesores, equipos técnicos).
El argumento que esgrimen a la hora de justificar estas decisiones está asociada a la idea
de “neutralidad política” según la cual, no importa cuál haya sido la adscripción
partidaria del agente si tiene algo para ofrecer a la gestión, discurso central de
Cambiemos a nivel nacional.
En este sentido, el diagnóstico que los cuerpos de gestión hacen del sistema educativo
se relaciona con la idea de que la política partidaria permeó en todos los ámbitos de la
educación bonaerense desde la DGCyE hasta el interior de los establecimientos
educativos. Este es un punto en que la totalidad de los entrevistados marcan su
diferencia con la gestión anterior señalando críticamente a un tipo de intervención
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donde la política partidaria se “colaba” en las instituciones educativas, por ello lo que se
pretende casi como deseo es la “limpieza” y la no intromisión de la política en la
escuela.
Con todo y pese a estos cuestionamientos hacia la gestión anterior, en las opiniones de
estos funcionarios no se aprecian diferencias en la caracterización de los problemas
pedagógicos que sufre la provincia, como tampoco en los puntos de la agenda de
política, en los cuales hay bastante coincidencia con la orientación anterior respecto de
lo que hay que cambiar, mejorar y gestionar. Por el contrario, las posiciones se dividen
sobre cómo hacer o llevar adelante estas acciones.
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conforman los agentes administrativos de carrera al interior de las direcciones son
considerados como pequeñas corporaciones que dificultan los canales de comunicación
y la resolución de problemas.
Tal como expresa Pierre Muller se considera que “hay una política pública porque hay
un problema a resolver” (1990: p. 63). Esos problemas a resolver se constituyen como
“un constructo social cuya configuración dependerá de múltiples factores propios de la
sociedad y del sistema político implicado” (op. cit, p. 65). Es allí donde dichos
problemas se convierten en “temas de agenda” de la política pública, donde la noción de
“agenda”8 es fundamental para el análisis del proceso mediante el cual las autoridades
políticas se apropian o no de dichos temas o cuestiones a resolver, para construir a partir
de los mismos un programa o plan de acción, en función de la construcción de una
representación, una imagen de la realidad sobre la cual se quiere intervenir para
modificar, lo que el autor denomina “el referencial de las políticas públicas” (p. 73).
En este sentido, más que una agenda de política claramente explicitada la gestión
educativa de Cambiemos reconoce una serie de preocupaciones que parecen guiar las
líneas de acción a desarrollar y de aquellas que se están implementando.
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Según Padioleau (1982) “la agenda política comprende el conjunto de los problemas percibidos como
aquellos que piden un debate público e incluso la intervención de las autoridades legítimas” (pág. 25)
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“desjerarquizada” en la gestión anterior, aunque no queda claro el sentido otorgado a la
función de supervisión que pivotea entre la función de control y la de asesoramiento, o
control amistoso como lo define uno de los funcionarios entrevistados.
De todos modos, un aspecto que si bien no forma parte aun de una agenda oficializada
ha sido mencionado en las entrevistas –y responde a una preocupación presente ya en
gestiones anteriores- es el de la forma de acceso al cargo de inspector y la necesidad de
establecer alguna instancia de formación obligatoria que anteceda al concurso que
permite acceder a los cargos jerárquicos.
En el caso del nivel superior se hace más hincapié en este punto de la agenda ya que el
diagnóstico que hace el nivel respecto de ello es la ausencia de supervisores e
inspectores de nivel, lo que hace que los institutos no tengan canales de comunicación
con el nivel central, lo que determina la necesidad de ampliar el cuerpo de inspectores.
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Además del Fondo Educativo, la provincia de Buenos Aires implementó el “Fondo Escuela”
(Resolución 117/14 y modificatoria 399/15) para reparaciones de menor cuantía o tareas de
mantenimiento de los establecimientos escolares. Los fondos se financian con el 40% del Fondo
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la Nación. La transferencia de fondos nacionales otorga a los actores territoriales cierto
margen de autonomía respecto del nivel central jurisdiccional en lo referido al
sostenimiento de la infraestructura escolar en el municipio. Esta herramienta de
financiamiento juega un rol importante al momento de medir la “cintura política” de los
actores territoriales en el ámbito distrital. Aquí, la ya mencionada Unidad Educativa de
Gestión Distrital (UEGD) no sólo se conforma como espacio donde se establecen las
prioridades para el distrito, sino también contribuye a reducir el grado de autonomía de
los intendentes en la medida que la representación de todos los actores territoriales
supone una mayor transparencia y el establecimiento de acuerdos para el proceso de
toma de decisiones. Pero incluso con estos límites es posible encontrar reclamos a los
intendentes respecto del uso desvirtuado del presupuesto del Fondo Educativo, al
desviar su ejecución para atender cuestiones ajenas a los objetivos de sostenimiento y
fortalecimiento del sistema educativo en el municipio.
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más fuerza desde los municipios en la medida en que el Inspector Jefe no ha
consolidado aún su rol.
En este sentido, una de las cuestiones que preocupa en la mayoría de los casos es el
nivel primario, aunque a simple vista parezca el más consolidado. Los temas que se
detectan como fundamentales a cambiar respecto de ello tienen que ver con la
formación y capacitación docente, la revisión del diseño curricular, pero sobre todo la
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Además de la evaluación en términos institucionales también surgen como temas prioritarios la
evaluación del personal y del sistema en su conjunto, la evaluación de los procesos de enseñanza y
aprendizaje, que se conciben como un punto central a revisar, y la evaluación docente como clave para
revisar el sistema de formación y capacitación, el sistema de puntajes docentes, las designaciones, el
ingreso, los concursos, el ausentismo, entre otras variables.
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revisión de las estrategias de enseñanza que en él se implementan, que llevan a
visualizar el principal problema en este punto, lo que algunos llaman “el gran agujero en
la educación hoy”: “los chicos que llegan a tercer grado y no saben leer ni escribir”.
Este problema se atribuye principalmente a dos cuestiones: por un lado, a visiones
teóricas que han fracasado en la forma de implementar en la práctica los modos de
enseñar a leer y escribir y, por otro, la resistencia de los propios docentes y
capacitadores a pensar estos problemas desde otros enfoques y con otras herramientas.
Es importante resaltar que una de las cuestiones que se establecen como esenciales para
desarrollar líneas de trabajo al interior del nivel superior es la articulación entre los
institutos de Formación Docente y las universidades, que tienen históricamente “un
encono”, “una dualidad” o “una grieta” en la que es necesario encontrar puntos de
consenso y trabajo mancomunado, así como también con la escuela secundaria. Sin
embargo, este parece ser más bien un tema de agenda hacia el interior de la dirección
del nivel.
Los instrumentos de políticas tal como lo expresa Fontaine (2015) constituyen un tipo
particular de instituciones, es decir “son dispositivos técnicos y sociales que estructuran
la acción pública al organizar las relaciones entre el estado y la ciudadanía” (Lascoumes
20
y Le Gales, 2004: 13), por lo que no se reducen a una cuestión técnica, no son meros
medios para conseguir determinados fines, sino que dichos medios se seleccionan y se
adaptan en función de los contextos como “medio e institución que estructura la manera
de formular un problema” (Fontaine, 2015: 85). Estos dispositivos materializan y ponen
en funcionamiento la acción de gobierno, por lo que no puede concebirse con
características de neutralidad, sino por el contrario, portan de valores que establecen
diversos modos de regulación, o al decir de Fontaine (2015) “un modo de gobernanza se
refleja en la preferencia de un gobierno por un estilo de políticas públicas a través de sus
instrumentos” (p. 81). Se constituyen así indisociables de los agentes y sobre todo de la
intencionalidad y finalidades que se les atribuyen.
En las entrevistas los instrumentos de política aún están en el plano del diseño y la
planificación previos a la intervención e implementación de la política. Aparecen
herramientas o dispositivos como la “digitalización de la matrícula”, la implementación
de un “nuevo sistema nominal”, “la revisión de documentos curriculares y de gestión”,
“los círculos para directores e inspectores”, “los encuentros de capacitación”, “la
implementación de un operativo de evaluación”, entre tantos otros; que son pensados
como medios para determinados objetivos que se plantean con claridad y se
materializan en acciones y prácticas concretas.
A modo de conclusiones
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parece estar más centrada en la gobernabilidad del sistema que en su capacidad de
direccionar y orientar hacia una agenda de política que se diferencie del período
anterior.
Comenzando por la estructura organizativa es posible señalar que, lejos de lo que podría
suponerse, los cambios introducidos por la gestión Cambiemos no implicaron una
reducción de su planta funcional. Al contrario, la preocupación central por mantener el
control del sistema, así como la necesidad de extender la base del apoyo político,
contribuyó a aumentar la cantidad de instancias en la conducción central, a la vez que
diversifica aún más la estructura en el plano territorial. A ello se suma la reorientación
de las relaciones con los intendentes vía la ampliación de destinos en el uso del Fondo
Educativo y la limitación de atribuciones a los Consejos Escolares con la transferencia
de la administración del servicio alimentario escolar a los gobiernos municipales. En
rigor, el fortalecimiento de los intendentes y el peso creciente del territorio como
espacio de construcción de poder no es un hecho nuevo sino por el contrario marca la
continuidad de una tendencia iniciada con la última reforma de la constitución
provincial en 1994.
Esta preocupación por la gobernabilidad del sistema también se observa en otra de las
novedades introducidas como es la creación de la Subsecretaría de Políticas Docentes y
Gestión Territorial que ciertamente combina y articula la gestión de dos focos
conflictivos: por un lado, la relación siempre compleja con los gremios docentes (actor
relevante por su capacidad de resistencia al interior del sistema y frente al gobierno), y
por otro lado, el vínculo también tensionado con el ámbito distrital-municipal y
regional.
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interior de la actual gestión educativa provincial. Es posible entonces identificar tres
elementos que componen esta diversidad de trayectorias: los diferentes niveles
educativos en los cuáles han participado, los diversos cargos y/o tareas realizadas y los
diversos ámbitos de participación, tanto públicos como privados. Asimismo, existen
momentos claves en las trayectorias de los diversos funcionarios públicos, que han
representado un momento crucial para el posterior desarrollo profesional y político de
sus carreras, los cuales suponen un puente de conexión entre espacios territoriales y
profesionales determinados hacia el acceso a la gestión pública.
El ámbito y espacio de trabajo específico es crucial para poder comprender los circuitos
profesionales y académicos que han generado la potencialidad para establecer ciertos
lazos de proximidad y cercanía con los llamados "contactos cruciales", de gran
influencia para determinar el acceso a la gestión. No es casual, entonces que la totalidad
de los funcionarios entrevistados hayan establecido su primer contacto con miembros
pertenecientes a las primeras líneas del ministerio, aquellos pertenecientes a la llamada
“mesa chica".
Los criterios de selección y reclutamiento de los funcionarios que pone en juego los
decisores políticos para conformar sus equipos de gestión se relacionan con al menos
tres aspectos: primero, el acervo de conocimiento científico y formación académica que
dan cuenta las trayectorias; segundo, la experiencia práctica entendida como
conocimiento práctico dado por la experiencia del saber-hacer, y tercero, la confianza.
Sin embargo, este último aspecto parece pesar más que los anteriores ya que si bien, la
capacidad técnica y el conocimiento son fundamentales para ejercer ciertas funciones
públicas y por lo tanto son tenidos en cuenta, las relaciones de confianza desarrolladas a
lo largo de sus trayectorias, ya sean por proximidad o amistad, suelen tenerse más
presentes que las causas específicas referidas a su requerimiento técnico-científico11.
Ciertamente, la confianza cumple un papel fundamental dentro de la política y en la
gestión pública.
11
Por otro lado, la experiencia y conocimientos requeridos, se encuentran fuertemente vinculados a la
temática perteneciente en cada área de dirección. Es decir que, no solamente se busca el conocimiento
experto, sino que existe una importancia y valorización del conocimiento que solamente brinda la
experiencia, es decir el saber-hacer, conocer los mecanismos de gestión, organización y planificación en
la gestión educativa de la provincia.
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Con respecto a la cuestión de la agenda, las orientaciones e instrumentos de política, la
gestión educativa de Cambiemos durante este primer año no se diferenció
sustantivamente en sus tópicos principales de la sostenida por la administración
anterior, lo que conlleva cierta inercia en los instrumentos de política ya instalados a los
que se superponen fragmentariamente las novedades introducidas. Pese a esta
continuidad, las representaciones e imágenes que proyectan los funcionarios de sus
prácticas y funciones se encuentran definidas y redefinidas en base a una oposición
construida en torno a las prácticas y discursos de la gestión anterior. Como señala
Larrain (2003) la identidad es un proceso de construcción donde los individuos se
definen sí mismos en relación simbólica con el/los otro/s.
Esto indica dos cosas, por un lado, la necesidad de diferenciarse y conformar su agenda
política a partir de la oposición frente a la presencia desjerarquizada y poco exigente de
control, representada por la gestión anterior. Por otro lado, al mismo tiempo, señala que
el enfoque propuesto por el nuevo gobierno se encuentra más centrado en la lógica del
control de gestión, en cómo supervisar y no tanto en qué supervisar. Por ello no es
extraño que la evaluación se posicione como un elemento primordial dentro del discurso
político-educativo actual que como dispositivo de control/regulación se expande y
proyecta hacia el nivel institucional, el personal docente, su desempeño y el ausentismo,
el sistema de selección docente y los procesos de enseñanza-aprendizaje.
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Para finalizar y recuperando el interrogante inicial respecto del futuro de la gestión
educativo de Cambiemos nos interesa analizar los obstáculos que señalan los
funcionarios entrevistados.
Uno de los principales obstáculos refiere a los gremios docentes donde se proyecta una
visión e imagen conflictiva, que contribuyó en gran medida a construir una actitud de
confrontación del gobierno de Cambiemos. Esta posición es consistente con el tono
apolítico o anti-político del discurso oficial que deslegitima el conflicto gremial por
considerar que no estaría motivado solamente por el “justo” reclamo salarial sino más
bien por intereses políticos. Así, los obstáculos se conciben como “ruidos o
interferencias políticas que traten de distorsionar lo que el objetivo de esta gestión se
plantea”. Vale aclarar que las entrevistas fueron tomadas en un momento previo al
conflicto docente por lo que algunos pocos todavía afirmaban que no iba a haber
problemas con los gremios, que los sindicatos “no hacían grandes reclamos” y que
existía “una confianza plena en la sensatez de los dirigentes gremiales”.
Al respecto cabría una reflexión más amplia que ciertamente desborda los objetivos de
esta ponencia, pero posibilita abrir nuevos interrogantes hacia una mejor y más
profunda caracterización de la gestión educativa de Cambiemos. El conflicto gremial
docente sintetiza bastante bien la estrategia de diferenciación frente al gobierno
kirchnerista desde el discurso anti-político, aunque las preocupaciones de política
educativa que no llegan a conformar una agenda marcan una fuerte continuidad con la
gestión antes criticada. Asimismo, la recurrencia del conflicto gremial docente también
da cuenta del problema estructural del financiamiento educativo provincial que destina
más del 90 % al pago de salarios, y por tanto depende en gran medida de la ayuda
nacional.
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formular una agenda de política radican también en la propia matriz discursiva de
Cambiemos cuyas orientaciones de política educativa (con perdón de la palabra) no
supera la oposición del discurso anterior.
Bibliografía
26
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