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Desde enero de 2006 se aplica en Bolivia una nueva visión acerca de la administración y gestión de

los hidrocarburos. El 1 de mayo del mismo año mediante el Decreto Supremo N° 28701
Nacionalización de los Hidrocarburos “Héroes Del Chaco”, el gobierno del Señor Presidente de la
República, Evo Morales Ayma, nacionalizó los hidrocarburos, restituyendo el dominio del Estado
sobre sus riquezas para beneficio de todos los bolivianos, de esta manera marcó un cambio histórico
del sector hidrocarburos en Bolivia, estableciéndose de esta manera las políticas que rigen al sector
y que posteriormente se consolidaron mediante la Constitución Política del Estado del año 2009,
aprobada también mediante Referéndum.
En la misma establece los aspectos sustanciales que conducen la política y la gestión de los
hidrocarburos en Bolivia, como la propiedad de los hidrocarburos, la aplicación de contratos de
servicios para la realización de las actividades de Exploración y Producción, el incremento de las
regalías y tributos sobre la producción, el reconocimiento de la inversión pública, privada y mixta
nacional y extranjera en actividades hidrocarburíferas, la participación de Yacimientos Petrolíferos
Fiscales Bolivianos (YPFB) en toda la cadena productiva hasta la industrialización de los
hidrocarburos, y fundamentalmente se consolida a la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH)
como una institución autárquica de derecho público, con autonomía de gestión administrativa,
técnica y económica, bajo la tuición del Ministerio del ramo, responsable de regular, controlar,
supervisar y fiscalizar las actividades de toda la cadena productiva hasta la industrialización, en el
marco de la política estatal de hidrocarburos.
LA “NACIONALIZACIÓN” DE EVO MORALES
El 1 de mayo de 2006, a los cuatro meses de haber asumido la presidencia de Bolivia, Evo Morales
promulga sorpresivamente el decreto supremo 28701 “de nacionalización”[3]. Ese decreto define la
política de los HC vigente hasta hoy, la misma que establece tres medidas principales: la
perentoriedad de firmar nuevos contratos acordes a la nueva política de Estado, la estatización de
las acciones cedidas por la Capitalización a los privados y la participación de YPFB en las utilidades
de las empresas productoras en un porcentaje variable. Las tres medidas se han cumplido en plazos
razonables e inclusive han afectado a otras empresas ajenas a la Capitalización.

Queda claro que la “nacionalización” de Evo Morales se parece poco a las anteriores
nacionalizaciones, que decretaron la expulsión de las empresas transnacionales para que YPFB se
hiciera cargo de operar los campos expropiados. En este caso, los campos permanecieron a cargo
de las empresas, debido a que YPFB no tenía la capacidad para asumir la operación de los pozos,
pero aquellas se convirtieron en “contratistas”, remuneradas con un porcentaje que se acerca a 1/3
del valor de las ventas[4]. Se trata, a toda vista, de una nacionalización híbrida.

Actualmente YPFB controla todas las empresas que le pertenecieron antes de la Capitalización,
incluyendo a las dos mayores refinerías que habían sido vendidas a Petrobras, recibe más de 600
M$/año (2011) por su participación en las utilidades de las empresas operadoras y administra dos
grandes contratos de exportación de gas natural: 30 MMm3/d al Brasil y a la Argentina 15 MMm3/d,
extensibles a 27 MMMm3/d en caso de construirse el Gasoducto del Noreste .
Además, la ideología de la nacionalización es ahora parte de la Constitución y por tanto se ha
convertido en una política de Estado.
CONSECUENCIAS DE LA NACIONALIZACIÓN
Los aspectos positivos que ha traído la política de HC del gobierno de Evo Morales (la
“Nacionalización”) en sus siete años de vigencia, son efectos de corto plazo. Al contar con mercados
seguros, reservas descubiertas (aunque éstas últimas en volúmenes menores que los pregonados) y
precios internacionales elevados, Bolivia ha logrado ingresos sin precedentes por la exportación de
gas, los cuales a su vez explican la bonanza económica que vive el país. En el año 2013 se esperan
ingresos de más de 6000 M$, de los cuales 4,000 entrarán a arcas del Estado, de los gobiernos
locales y de otras instituciones beneficiarias de las regalías e impuestos.
Asimismo, la Nacionalización ha traído una mayor presencia de personal boliviano en el sector,
aunque una gran parte de los empleos son administrativos y supernumerarios.
Los excedentes han permitido emprender algunos proyectos industriales: dos plantas de separación
de licuables, que asegurarán pronto la autonomía del país en cuanto a GLP, y una muy cuestionada
planta de urea y fertilizantes, cuyo análisis va más allá de los objetivos de este ensayo.
Además, aunque con graves retrasos, se ha incrementado el uso del gas natural vehicular (GNV) y
domiciliario. El cuello de botella para un uso masivo del metano en el país es el limitado sistema de
transporte por gasoducto. Ese problema ha sido una de las causas del fracaso del mayor proyecto
industrial del actual Gobierno: la siderurgia del Mutún en la frontera con Brasil, a cargo de la empresa
Jindal de la India.
En cuanto a las consecuencias negativas, la principal es la ausencia de la inversión privada de
riesgo, especialmente en exploración, como reacción a la compra hostil de acciones, en el mejor de
los casos, o la expropiación manu militari en otros, inclusive con notables retrasos en el pago de las
indemnizaciones. En este momento, siguen vigentes demandas ante tribunales de arbitraje por un
monto superior a los 1000 M$. En algunos casos críticos se pagó inclusive en exceso el valor de las
acciones expropiadas, con el fin de evitar un fallo condenatorio de los árbitros. En todo caso, más
allá de las indemnizaciones, la consecuencia palpable de la expropiación es la desconfianza hacia el
Estado Boliviano, que impide que otras empresas, que no sean las que ya operaban en Bolivia antes
de la nacionalización, inviertan en el país. Adicionalmente, la ideología nacionalista no suele ofrecer
las mejores ventajas al capital de riesgo, aunque recientemente la desesperación para reponer
reservas gastadas a un ritmo de 0.6 TCF/año, ha producido milagrosas conversiones en ese asunto.
Un serio problema, que no ha nacido con la Nacionalización pero sí ha empeorado por esa política,
es la insuficiente producción de diesel oil. El agotamiento de pozos antiguos, la falta de exploración
de pozos nuevos y el precio subsidiado de los combustibles en el mercado interno, han producido un
déficit mayor al 50% de la demanda, la cual es atendida con las importaciones desde Venezuela por
montos que han llegado a mil M$/año y mediante contratos “solidarios” no muy transparentes. Los
incentivos, cada vez mayores, ofrecidos a las empresas han resultado ser paliativos debido a que no
resuelven el problema ni encaminan una solución a mediano plazo. Adicionalmente, el precio
subsidiado de los combustibles (GLP, gasolinas y diesel) es una gran tentación para el boyante
contrabando hacia naciones vecinas, donde los precios de los combustibles son más elevados.
En cuanto a la gasolina, retrasos en la modernización y ampliación de las refinerías han creado un
cuello de botella para los mayores volúmenes de condensado que se producen en los campos de
gas. Bolivia es autosuficiente en gasolina, en teoría, pero la falta de capacidad refinadora obliga a
exportar condensado e importar gasolina y aditivos para gasolina blanca para abastecer el mercado
interno, en ocasiones mediante operaciones muy turbias [5].
En síntesis, el gran reto que la Nacionalización es cómo atraer inversiones en exploración para
incrementar las reservas de gas y petróleo. Varios expertos del sector han pronosticado que el año
2016 es clave para las pretensiones de Bolivia de exportar mayores volúmenes de gas a la Argentina
y mantener los volúmenes comprometidos con Brasil. El eventual incumplimiento, por falta de
reservas o de capacidad de producción, pondrá en entredicho las condiciones de renovación del
contrato de venta al Brasil y la ampliación del mercado argentino. Esta situación está creando un
clima de nerviosismo y desesperación en los responsables de la política energética, quienes han
llegado a anunciar el ingreso a reservas biológicas naturales para buscar hidrocarburos y a cercenar
los derechos de los indígenas, que tanto defendieron desde la oposición.
Finalmente, en cuanto a mercados futuros, además de la consideración anterior en torno a reservas,
hay que tomar en cuenta que Brasil ya podría autoabastecerse en gas con sus reservas del Presal
(aunque a precios mayores de los que paga a Bolivia) y Argentina espera convertirse nuevamente en
una potencia gasífera mundial, cuando empiece a explotar el gas no convencional (shale gas) de sus
ricos yacimientos patagónicos. Otros mercados o son insignificantes e inciertos (Uruguay y
Paraguay) o son “tabúes” (Chile, por razones geopolíticas e históricas)

CONCLUSIONES
La medida híbrida de la “Nacionalización” ha permitido a Bolivia consolidar un crecimiento económico
sostenido a lo largo de los últimos años y financiar programas y proyectos de modernización
(infraestructura principalmente) y de mitigación de la pobreza (vía transferencia de recursos a
gobiernos locales y bonos pro-pobres). Sin embargo, ha faltado hasta ahora una visión de mediano y
largo plazo, que asegure trabajo y bienestar de la población cuando se interrumpa el flujo
excepcional de divisas por la exportación de recursos naturales.
En resumen, se ha nacionalizado, pero manteniendo un modelo de desarrollo centrado en la
economía de extracción de los recursos naturales, exportados como materia prima sin valor
agregado. En ese contexto, a menos de un golpe de timón, la Nacionalización de Evo Morales se
encamina a repetir las frustraciones de las bonanzas del pasado.

La Paz, junio de 2013


https://zaratti.wordpress.com/2013/10/02/la-nacionalizacion-de-los-hidrocarburos-en-bolivia-luces-y-
sombras/
Ley 466 - 26 de Diciembre de 2013 - Ley de la Empresa Pública.
Para el caso de YPFB y EBIH, la tuición a la que hace referencia el Parágrafo I del Artículo 361 y el
Parágrafo I del Artículo 363 de la Constitución Política del Estado, se ejercerá por la Ministra o
Ministro responsable de la política del sector, en el marco de las atribuciones referidas en el
Parágrafo precedente.
YPFB Andina S.A., a partir de la publicación de la presente Ley, deberá adoptar la tipología de
Sociedad de Economía Mixta - S.A.M, denominándose YPFB Andina S.A.M., se sujetará al Código
de Comercio y a lo establecido en la Disposición Final Décima de la presente Ley. Asimismo, YPFB
Casa Matriz, en el plazo de ciento ochenta (180) días calendario a partir de la publicación de la
presente Ley, deberá realizar todas las gestiones conducentes a adquirir al menos el 51% (cincuenta
y uno por ciento) del paquete accionario de la empresa YPFB Andina S.A.M., a fin de dar
cumplimiento al Parágrafo II del Artículo 363 de la Constitución Política del Estado.
YPFB Casa Matriz deberá realizar todas las gestiones conducentes a adquirir al menos el cincuenta
y uno por ciento (51%) del paquete accionario de la Empresa Transierra S.A., en el plazo de ciento
ochenta (180) días calendario a partir de la publicación de la presente Ley y deberá adoptar la
tipología que le corresponda de acuerdo a la participación accionaria que adquiera, a fin de dar
cumplimiento al Parágrafo II del Artículo 363 de la Constitución Política del Estado.
Para el cumplimiento de lo dispuesto en el Artículo 365 de la Constitución
Política del Estado, la Agencia Nacional de Hidrocarburos-ANH queda encargada de emitir la
normativa técnico jurídica necesaria para el cumplimiento de sus atribuciones de regulación, control,
supervisión y fiscalización de todas las actividades del circuito productivo.
YPFB Empresa Corporativa remitirá la información relativa al desempeño de las Sociedades de
Economía Mixta al COSEEP de oficio o a solicitud de ésta última.
La Empresa YPFB PETROANDINA S.A.M. mantendrá su tipología de Sociedad de Economía Mixta-
S.A.M., debiendo sujetarse a lo establecido en la presente Disposición.

La Razón (Edición Impresa) / J. Paredes, C. Corz / La Paz


01:39 / 26 de mayo de 2015
El Decreto Supremo 2366 autoriza el desarrollo de actividades hidrocarburíferas en áreas protegidas
del país con el cumplimiento de seis medidas ambientales y que se destine el 1% del monto de la
inversión para fortalecer el sitio intervenido.

Esta norma fue aprobada por el Gobierno el 20 de mayo y establece en su primer artículo que el
aprovechamiento de los recursos hidrocarburíferos se da en el marco de su “carácter constitucional,
estratégico y de interés público para el desarrollo del país; vinculado a la reducción de la extrema
pobreza en comunidades que habitan las áreas protegidas y la gestión integral de los sistemas de
vida”.
El artículo 2, relacionado a las actividades autorizadas, indica que: “se permite el desarrollo de
actividades hidrocarburíferas de exploración en las diferentes zonas y categorías de áreas
protegidas, en cumplimiento a los condicionamientos ambientales establecidos por el Servicio
Nacional de Áreas Protegidas-SERNAP y la Autoridad Ambiental Competente Nacional-AACN”.

Medidas. En dicho artículo se  complementa que en el marco del decreto se debe prever medidas
ambientales adecuadas, con mayor atención en zonas de alta sensibilidad ecológica, para
precautelar la conservación de los sistemas de vida de la Madre Tierra.

Bolivia cuenta con al menos 22 áreas protegidas, entre ellas los parques Madidi, Carrasco, Noel
Kempff Mercado, Sajama, Toro Toro, Tunari, Isiboro Sécure, Amboró; las reservas de vida silvestre  
Manuripi, Flor y Fauna Tariquía, Biológica Cordillera de Sama; y las áreas naturales de manejo
integrado Apolobamba y El Palmar, según datos extraídos de la página web de la organización
Conservación Internacional Bolivia.

El parágrafo II del artículo 2 añade que para el desarrollo de pozos exploratorios en las áreas
protegidas deberá encararse un procedimiento independiente de evaluación de impacto ambiental y
control de calidad, mientras que de descubrirse reservas tendrá que hacerse una “evaluación y
revisión de los instrumentos de planificación u ordenamiento espacial del Área Protegida”. En esta
norma se prohíbe la realización de actividades hidrocarburíferas de exploración y explotación en las
categorías de Santuario y Monumento Natural.

El decreto prevé el cumplimiento de seis medidas ambientales, como el uso de las tecnologías de
última generación, para minimizar el impacto ambiental; considerar la existencia de ecosistemas
frágiles y riesgos en la biodiversidad; priorizar tecnologías que minimicen la perturbación de la
biodiversidad y establecer medidas socioeconómicas para contribuir en la erradicación de la extrema
pobreza en esas zonas.

Las empresas que operen tienen la obligación, de acuerdo con la norma, de destinar 1% del monto
de inversión para el fortalecimiento del área protegida intervenida. Los recursos serán transferidos
por las empresas a Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), que a su vez trasladará los
mismos al Tesoro General de la Nación (TGN) para su inscripción en el presupuesto del Ministerio
de Medio Ambiente y Agua.

La disposición final única de esta normativa indica que las actividades en áreas protegidas del sector
de hidrocarburos se aplicará de manera preferente en presente decreto “sobre las disposiciones
normativas de igual jerarquía que regulan dichas actividades”.

Para el quinquenio 2015-2019 YPFB programó una inversión de $us 7.459 millones en las
actividades de exploración y desarrollo (explotación) de hidrocarburos, informó ayer el presidente de
la estatal petrolera, Guillermo Achá. “Esta es la planificación que tenemos a corto plazo a 2015”, dijo.

La afirmación fue realizada durante la socialización del Programa de Inversiones 2015 y el Plan
Estratégico Corporativo 2015-2019 por el titular de YPFB Corporación a dirigentes nacionales y
delegados de la Federación Sindical de Trabajadores Petroleros de Bolivia (FSTPB), entidad que
organiza el seminario “Capacitación Sindical y Política Petrolera”.

http://www.la-razon.com/economia/Gobierno-decreto-autoriza-actividades-hidrocarburos-areas-
protegidas_0_2277972210.html

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