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5/7/2021 Evaluación de la ansiedad

VOLUMEN:
2 NÚMERO: 1

REDUCCIÓN DE LA
ANSIEDAD A TRAVÉS DEL
ENTRENAMIENTO EN HABILIDADES SOCIALES
I. Iruarrizaga*,
J. Gómez-Segura**, T. Criado**, M. Zuazo** y E. Sastre**

Dpto. Psicología
Básica (Procesos Cognitivos)*

Master en Intervención
en la Ansiedad y el Estrés**

Facultad de Psicología

Universidad Complutense
de Madrid

Spain

INTRODUCCIÓN
   
La ansiedad, entendida como respuesta emocional, puede ser definida como
"una respuesta emocional, o
patrón de respuestas, que engloba aspectos
cognitivos displacenteros, de tensión y aprensión; aspectos
fisiológicos,
caracterizados por un alto grado de activación del sistema nervioso autónomo
y aspectos motores
que suelen implicar comportamientos poco ajustados y
escasamente adaptativos. La respuesta de ansiedad
puede ser elicitada tanto
por estímulos externos o situacionales como por estímulos internos al sujeto,
tales
como pensamientos, ideas, imágenes, etc., que son percibidos por
el individuo como peligrosos o amenazantes.
El tipo de estímulos (internos
y externos) capaces de evocar la respuesta de ansiedad estará, en gran
parte,
determinado por las características del sujeto, existiendo notables
diferencias individuales en cuanto a la
propensión a manifestar reacciones
de ansiedad ante las diversas situaciones" (Miguel-Tobal, 1990. pag.
310).

   
Según el mayor estudio epidemiológico realizado hasta la fecha (Myers,
Weissman y Tischler, 1984;
Weissman, 1985), los trastornos de ansiedad
son los más frecuentes en la población general afectando al 8,9% de
la
población. Si se tiene en cuenta que los síntomas son más frecuentes que
los trastornos, otro 11% de la
población padece síntomas de ansiedad importantes.
Así, parece que, en total, un 20% de la población puede
llegar a sufrir
trastornos o síntomas significativos de ansiedad (Pasnau, 1987).

   
Dentro de los trastornos de ansiedad los más frecuentes son las fobias
y el trastorno de ansiedad generalizada
que pueden llegar a afectar al
15-19% de la población y los más infrecuentes son el trastorno de pánico,
la
agorafobia y el trastorno obsesivo-compulsivo (con tasas que oscilan
del 0,4% al 1,6% de la población)
(Merikangas y Weissman, 1985).

   
Si nos centramos en el ámbito de las relaciones interpersonales probablemente
el trastorno de ansiedad más
relevante es el de fobia social. Es difícil
calcular la frecuencia de este tipo de trastorno, los estudios
epidemiológicos
han puesto de relieve una prevalencia global que oscila entre el 3% y el
13% (APA, 1995), pero
estas cifras pueden variar dependiendo de los umbrales
definidos para cuantificar el malestar clínico o la
afectación de la actividad
global del individuo y los tipos de situaciones sociales objeto de estudio.

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Con seguridad existen muchos casos en que los sujetos que sufren dificultades
a causa de un exceso de
ansiedad social, no cumplen los suficientes criterios
diagnósticos tipificados en el Manual diagnóstico y
estadístico de los
trastornos mentales DSM-IV (APA, 1995), y por tanto no pueden ser etiquetados
como fóbicos
sociales. Esta reflexión nos conecta con el estudio de timidez
llevado a cabo por Zimbardo (1977) en el que se
evaluaron 5.000 sujetos
de varios paises, resultando que alrededor del 40% se consideraban tímidos
y un 80%
informaban de timidez en algún momento de sus vidas.

   
En algunos trabajos se ha concluido que el porcentaje de individuos con
fobia social puede estar seriamente
infraestimado (Heimberg, 1990; Heimberg,
Dodge y Becker, 1987) . Parece claro que es difícil hacer una
estimación
de la incidencia real de la ansiedad social debido a que, en primer lugar,
los sujetos con fobia social
pueden rehuir el tratamiento por miedo a hablar
abiertamente sobre sí mismos y por el temor a ser observados.
En segundo
lugar: esos sujetos pueden considerar que sus problemas no se pueden solucionar,
que son tímidos
de carácter ("Así soy yo") y que no podrán cambiar ("Así
he sido siempre"). En último término: los sujetos con
fobia social puede
que acudan al tratamiento por alguna otra patología concomitante, entre
otras y como más
frecuentes, el alcoholismo o el abuso de sustancias psicoactivas,
por lo que el diagnóstico de fobia social puede
verse solapado por otra
patología más llamativa.

   
El campo de las Habilidades Sociales (HHSS), que experimentó un gran auge
durante los anos setenta, se ha
ido desarrollando durante las siguientes
décadas incorporando a su vez los hallazgos obtenidos en otras áreas de
la psicología, especialmente distintos elementos de orientación cognitiva.

   
Aunque los orígenes del estudio de las HHSS se atribuyen frecuentemente
a Salter (1949), conocido por el
desarrollo de técnicas para aumentar la
expresividad, y a Wolpe (1958), que utilizó por primera vez el término
"conducta asertiva", encontramos otros trabajos previos en la literatura
científica, como los realizados con ninos
por Jack (1934), Page (1936)
y Murphy, Murphy y Newcomb (1937). Influencias posteriores en el desarrollo
de
este campo fueron las aportaciones de Moreno (1946) sobre el psicodrama
por la similitud entre éste y el ensayo
de conducta (procedimiento básico
del entrenamiento básico en HHSS), y la terapia del papel fijo de
Kelly
(1955).

   
De acuerdo con Caballo (1995), fueron Wolpe y Lazarus (1966), con su investigación
con la conducta
asertiva, y McFall y Lillesand (1971), con sus programas
de entrenamiento para superar déficit en HHSS, los
que dieron un impulso
definitivo al desarrollo y establecimiento de este campo.

   
Actualmente la importancia de las HHSS en el funcionamiento interpersonal
está ampliamente establecida, no
obstante, no existe una definición universalmente
aceptada por todos los investigadores, encontrándose
numerosas definiciones
que inciden en una u otra característica de lo que constituye una conducta
socialmente
habilidosa. Meichembaum, Butler y Gruson (1981) consideran
que la dificultad en establecer una definición
estriba en la dependencia
que ésta tiene del contexto. El contexto es cambiante, depende del marco
cultural al
que atendamos, a sus normas culturales y a sus patrones de
comunicación. Unido a lo anteriormente dicho, si
pensamos que en una interacción
social, cada uno de los participantes aporta sus propios recursos cognitivos
(valores, creencias, conocimientos, etc.) es fácil comprender que ésto
ha complicado la tarea de encontrar una
definición satisfactoria.

   
De entre todas las definiciones una de las más completa es la aportada
por Caballo (1986. Pag. 556) en la que
se considera la conducta socialmente
habilidosa como "... ese conjunto de conductas emitidas por un individuo
en un contexto interpersonal que expresa los sentimientos, actitudes, deseos,
opiniones o derechos de ese
individuo de un modo adecuado a la situación
inmediata, respetando esas conductas en los demás, y que
generalmente resuelve
los problemas inmediatos de la situación mientras minimiza la probabilidad
de futuros
problemas".

   
De las distintas definiciones existentes se pueden extraer las características
fundamentales de lo que llamamos
Habilidades Sociales:

1.- Son conductas


manifiestas; es decir, son un conjunto de estrategias y capacidades de
actuación
aprendidas y que se manifiestan en situaciones de relaciones
interpersonal, incluyendo comportamientos
verbales y no verbales, específicos
y discretos.
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2.- Están dirigidas


a la obtención de reforzamientos sociales tanto externos como internos
o personales
(autorrefuerzo, autoestima).

3.- Implican una interacción


recíproca.

4.- Están determinadas


por el contexto social, cultural y la situación concreta y específica en
que tiene
lugar.

5.- Las habilidades


sociales se organizan en distintos niveles de complejidad, los cuales mantienen
una
cierta jerarquía, cuyas estructuras se desarrollan desde un nivel molar
(p.ej: habilidades de interacción
heterosocial), hasta llegar a uno molecular
(p.ej: mantener contacto ocular), habiendo pasando por niveles
intermedios
(p.ej: decir "no").

6.- Como todo tipo


de conducta, se encuentran muy mediatizadas por las ideas y creencias respecto
a la
situación y a la actuación propia de los demás.

7.- Tanto los déficits


como los excesos de la conducta de interacción personal pueden ser especificados
y
objetivizados con el fín de intervenir sobre ellos.

    El
entrenamiento en habilidades sociales puede ser aplicado prácticamente
a todo tipo de problemas ya que
parece existir una estrechísima relación
entre dichas habilidades y la salud (Pérez Pareja, 1997); de ahí que el
ámbito de aplicación de estos entrenamientos se haya extendido desde la
psicología clínica hacia otras áreas de
la psicología como por ejemplo:

* El campo de la Psicología
de la Salud está aplicando programas específicos para trastornos crónicos
(mejora de la autoimagen en ninos y adolescentes).

* Prevención e intervención
en la Salud Laboral (mejora del clima laboral).

* Relaciones y recursos
humanos.

    Diversos
estudios apuntan la existencia de una relación inversamente proporcional
entre la ansiedad y el
comportamiento socialmente hábil (Orenstein, Orenstein
y Carr, 1975). Tal es así, que en las intervenciones
realizadas con programas
de entrenamiento en habilidades sociales, no sólo se obtiene de forma directa
una
mejoría de estas, sino que, de forma indirecta parecen facilitarse
importantes reducciones de la ansiedad, incluso
en sus manifestaciones
clínicas (Chambless, Hunter y Jackson, 1982). Por tanto, se ha considerado
con cierta
frecuencia que la ansiedad social está muy relacionada con la
falta de habilidades sociales, de hecho, a menudo a
la hora de evaluar
conductas sociales se han utilizado instrumentos que miden la ansiedad
social en vez de
cuestionarios de habilidades sociales (Fernández Ballesteros
y Carrobles, 1991).

   
Por mencionar otros estudios que también han analizado la relación entre
ambos constructos, podemos
destacar el trabajo de Burkhart, Green y Harrison
(1979) en el que se realizaba una evaluación de la ansiedad
dentro del
estudio de la validez predictiva y de constructo de una medida de la asertividad.
El trabajo de
Hollandsworth (1976) donde se analiza correlacionalmente
la relación entre miedo social y asertividad. Y el
trabajo de Beatty, Plax
y Kearney (1984) en el que estudiaron la validez concurrente del cuestionario
"Personal
Report of Comunication Apprehension - PRCA 24" con la Escala
de Asertividad de Rathus (RAS), analizando
por tanto las variables asertividad
y ansiedad a hablar en público.

   
De cualquier forma, los mecanismos que explican esta relación no están
aún claramente definidos. Se ha
senalado la influencia de diversas variables
en función de distintos modelos explicativos de la adquisición y
mantenimiento
de la ansiedad, como por ejemplo: la exposición a situaciones ansiógenas
durante el
entrenamiento (Turner, Beidel y Cooley, 1994); la modificación
de variables cognitivas como las expectativas de
autoeficacia (Valerio
y Stone, 1982); la percepción social o interpersonal adecuada (Rosenthal,
1979); la
capacidad de ponerse en el lugar de la otra persona (Argyle,
1969); la modificación de las autoverbalizaciones
negativas (Caballo, 1983);
y se nos ocurre como otra posible explicación el aumento de la capacidad
de
controlar el contexto con la consiguiente reducción de su potencialidad
ansiógena. Probablemente sean todas
ellas las que, de forma conjunta, pueden
dar cuenta a estas reducciones de la ansiedad (Caballo, Andrés y Bas,
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1997).

OBJETIVOS
   
El programa de habilidades sociales que presentamos a continuación ha sido
elaborado como respuesta a las
necesidades detectadas por los terapeutas
de atención individual en el marco de las actividades del Master en
Intervención
en Ansiedad y el Estrés de la Facultad de Psicología de la Universidad
Complutense de Madrid, en
relación a lograr mejorar los déficit en habilidades
sociales que presentan los pacientes.

   
Por tanto nuestro trabajo persigue tres objetivos:

   
Ya que el mismo consiste en un programa de entrenamiento en Habilidades
Sociales de carácter grupal,
nuestro primer objetivo será instaurar en
los sujetos las diferentes habilidades no exitentes en su repertorio
conductual,
mejorar aquellas habilidades que, aún existiendo en dicho repertorio no
son lo suficientemente
eficaces o satisfactorias en las situaciones de
interacción, y así mismo, potenciar las habilidades que ya existen
en el
repertorio conductual del sujeto y que se utilizan correctamente.

   
El segundo objetivo será verificar la existencia de los descensos de ansiedad
evaluada en sus tres sistemas de
respuesta, incluso cuando se presenta
en niveles clínicos.

   
Por último, el objetivo fundamental será analizar y estudiar la relación
entre el incremento de las habilidades
sociales y la disminución de los
niveles de ansiedad.

MÉTODO
Sujetos
   
El programa se aplicó a un grupo de 25 sujetos (9 hombres y 16 mujeres),
estudiantes de primero y segundo
de Psicología de la Universidad Complutense
de Madrid, de edades comprendidas entre 18 y 20 anos. Los
participantes
de este programa han sido seleccionados tras cumplimentar el Inventario
de Situaciones y
Respuestas de Ansiedad -ISRA- y obtener altas puntuaciones
en el mismo. La aplicación de este cuestionario
formaba parte de las prácticas
de la asignatura de Introducción a la Psicología.

Instrumentos
   
Se administraron los siguientes cuestionarios y escalas:

   
1.- "Inventario de Situaciones y Respuestas de Ansiedad" ISRA (Miguel
Tobal y Cano Vindel, 1986,
1988, 1994). Este cuestionario trata de conjugar
las aportaciones de dos modelos teóricos. Por un lado el modelo
interactivo
multidimensional de la ansiedad (Endler, 1973; Endler y Magnusson, 1974,
1976); por otro, el
modelo tridimensional o de los tres sistemas propuestos
por Lang (1968).

   
El ISRA presenta un formato S-R y consta de 224 items, formados por la
interacción de 22 situaciones y 24
respuestas representativas de los tres
sistemas de respuesta. Incluye, además una situación abierta que puede
ser
descrita por el sujeto, de gran utilidad en la práctica clínica.

   
El objetivo del ISRA es posibilitar mediante la valoración de respuetas
específicas ante situaciones concretas
una evaluación de la reactividad
de los tres sistemas de respuesta (cognitivo, fisiológico y motor) así
como una
medida de cuatro áreas situacionales ligadas a diferencias individuales,
estas son: FI ansiedad ante la evaluación,
FII ansiedad interpersonal,
FIII ansiedad fóbica y FIV ansiedad ante situaciones habituales o de la
vida
cotidiana.

   
El sujeto debe responder a los items de acuerdo con una escala de frecuencia
de 5 puntos, donde 0 es "casi
nunca" y 4 "casi siempre", indicando la frecuencia
con que aparece cada una de las respuestas ante cada
situación.

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El cuestionario ofrece información de las siguientes escalas:

- Sistemas de respuestas

   
C: Reactividad cognitiva (respuestas o manifestaciones cognitivas de
la ansiedad).

   
F: Reactividad fisiológica (respuestas o manifestaciones fisiológicas
de la ansiedad).

   
M: Reactividad motora (respuestas o manifestaciones motoras de la ansiedad).

- Áreas situacionales
o rasgos específicos:

   
FI: Ansiedad ante la evaluación

   
FII: Ansiedad interpersonal

   
FIII: Ansiedad fóbica

   
FIV: Ansiedad ante situaciones habituales o de la vida cotidiana.

- T: Es una
puntuación total, producto de la suma de las puntuaciones de los tres sistemas
de respuesta, y
ofrece una estimación del nivel general o rasgo general
de ansiedad.

    Las
puntuaciones directas obtenidas en cada escala y en el total pueden ser
transformadas en puntuaciones
centiles, lo que permite conocer el nivel
del individuo en relación a la población de referencia.

   
2.- Escala Multidimensional de Expresión Social. Caballo (1987,
1993)

Parte Cognitiva
(EMES-C)

   
Este es un cuestionario dirigido a evaluar pensamientos negativos relacionados
con distintas
dimensiones de las habilidades sociales. Consta de 44 items,
en los que se indica su frecuencia de aparición
en una escala tipo Likert
de 0 a 4 puntos.Ofrece información acerca de 12 diferentes factores que
agrupan
las siguientes situaciones:

   
1. Temor a la expresión en público y a enfrentarse con superiores.

   
2. Temor a la desaprobación de los demás al expresar sentimientos negativos
y al rechazar peticiones.

   
3. Temor a hacer y recibir peticiones.

   
4. Temor a hacer y recibir cumplidos.

   
5. Preocupación por la expresión de sentimientos positivos y la iniciación
de interacciones con el sexo
opuesto.

   
6. Temor a la evaluación negativa por parte de los demás en la expresión
de conductas positivas.

   
7. Temor a una conducta negativa por parte de los demás en la expresión
de conductas positivas.

   
8. Preocupación por la expresión de los demás en la expresión de sentimientos.

   
9. Preocupación por la impresión causada en los demás

   
10. Temor a expresar sentimientos positivos.

   
11. Temor a la defensa de los derechos

   
12. Asunción de posibles carencias propias.

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Cuanto mayor sea la


puntuación en este cuestionario, mayor incidencia de los pensamientos
distorsionados.

Parte Motora (EMES-M).

   
Este es un cuestionario dirigido a evaluar conductas socialmente adecuadas.
Consta de 64 items y cubre
varias dimensiones de las habilidades sociales.
En cada item se indica su frecuencia de aparición en una
escala tipo Likert
de 0 a 4 puntos. Ofrece información acerca de 12 diferentes factores que
agrupan las
siguientes situaciones:

   
1. Iniciación de interacciones

   
2. Hablar en público/enfrentarse con superiores.

   
3. Defensa de los derechos del consumidor

   
4. Expresión de molestia, desagrado, enfado

   
5. Expresión de sentimientos positivos hacia el sexo opuesto.

   
6. Expresión de molestia y enfado hacia familiares

   
7. Rechazo de peticiones provenientes del sexo opuesto

   
8. Aceptación de cumplidos

   
9. Tomar la iniciativa en las relaciones con el sexo opuesto

   
10. Hacer cumplidos

   
11. Preocupación por los sentimientos de los demás

   
12. Expresión de carino hacia los padres.

    Cuanto
menor sea la puntuación en este cuestionario, menor será el nivel de habilidades
sociales.

Procedimiento
   
El programa se llevó a cabo en la Facultad de Psicología de la Universidad
Complutense de Madrid. Se
desarrolló entre los meses de Febrero y Mayo
de 1998. El mismo constó de 10 sesiones de una hora de duración
y con una
periodicidad semanal. La aplicación del programa tiene tres fases:

   
FASE I: Se aplica a los sujetos la batería de pruebas anteriormente
citada, dirigidas a verificar qué facetas de
las habilidades sociales pueden
estar más deficitarias, así como comprobar su estado de ansiedad.

   
FASE II: Una vez estudiadas las áreas deficitarias de los sujetos se
inicia esta fase que es esencialmente
de tratamiento. Consta de 8 sesiones
en las que se entrenaban diferentes facetas de las habilidades sociales.
Todas las sesiones tenían la misma estructura:

   
Charla informativa: se llevaron a cabo mediante una breve explicación
sobre la utilidad real de la técnica
que ese día se entrenase, objetivos
a los que se dirige y el procedimiento para llevarla a cabo.

   
Dinámica de grupo: una vez explicada la técnica a entrenar, se procedía
a la práctica de la misma y
posteriormente se comentaba en el grupo la
experiencia obtenida.

   
A continuación describimos superficialmente cada una de las sesiones del
programa:

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En la primera sesión se realiza la presentación de los terapeutas y
de los participantes, se realiza la
evaluación pretratamiento mediante
los cuestionarios ya descritos y se hace una breve exposición del
programa
que se va a llevar a cabo. Además de esto se les da una explicación de
qué son las
habilidades sociales y porqué vamos a entrenarlas.

   
En la segunda sesión se informa a los sujetos de los resultados obtenidos
en la evaluación
pretratamiento (tanto de forma grupal como individual)
y después ya se empieza a trabajar, se les
ensena a observar conductas
no verbales y paraverbales, incidiendo en la importancia de las mismas.
Esto último se llevó a cabo mediante la técnica del Confesionario y la
técnica del Reflejo.

   
En la tercera sesión se continua trabajando con la observación de conductas
verbales y no
verbales. En esta sesión se desarrolló la técnica del uso
de silencios y la técnica del feedback positivo
y sugerencias de mejora.

   
En la cuarta sesión se trabaja el cómo iniciar, mantener y terminar
conversaciones con personas
del mismo sexo o del sexo opuesto. También
se practica lo entrenado en sesiones anteriores. Siempre
se dará mucha
importancia a la emisión de feedback positivo y sugerencias de mejora.

   
En la quinta sesión se entrena en el aprendizaje de nuevas alternativas
para responder de forma
asertiva ante distintas situaciones de interacción
social. Esto se hace mediante tres técnicas: Disco
rayado, Banco de niebla
e Interrogación negativa. Se les informa de qué es una conducta asertiva,
por
qué es tan difícil ser asertivos y cuáles son los derechos asertivos.

   
En la sexta sesión se les entrena en la expresión y recepción de conductas
de afecto y en dar y
recibir cumplidos.

   
En la séptima sesión se les explica las técnicas necesarias para modificar
pensamientos negativos y
cómo sustituirlos por otros más adaptativos; cómo
reducir niveles de activación fisiológica y aprender
conductas adecuadas
para la intervención a nivel no verbal y paralingüístico. Esto se hizo
con el
objetivo de crear y fomentar estrategias útiles para afrontar con
éxito las situaciones que requieran
intervenciones en público. Se aplicaron
las siguientes técnicas: Autoinstrucciones; Entrenamiento en
Respiración
Abdominal; Modelado; Técnica del duelo al sol y Ensayo de conducta.

   
En la octava sesión se refuerzan las habilidades para hablar en público
aprendidas en la sesión
anterior y se ponen en práctica las estrategias
aprendidas anteriormente para iniciar y mantener
conversaciones con el
fin de mejorar las habilidades heterosociales.

   
En la novena sesión se refuerza el entrenamiento de algunas habilidades
solicitadas por el grupo
como son la habilidad para decir "NO", mediante
la técnica del SI-NO y las habilidades
heterosociales, mediante ensayo
conductual.

   
FASE III: Esta fase se llevó a cabo en la novena y décima sesión.

 
   
En la novena sesión se realiza la evaluación postratamiento mediante
una segunda aplicación de los
cuestionarios citados con anterioridad.

   
En la décima sesión se hace la devolución de los resultados obtenidos,
tanto de forma grupal como
individual, y se evalúa la eficacia del programa
y de los terapeutas mediante una encuesta anónima.

Análisis de datos
   
En la realización del presente trabajo se han utilizado puntuaciones directas
del ISRA y del
cuestionarioEMES-M y EMES-C. A partir de ellas:

   
1.- Se han analizado las medias grupales de las puntuaciones directas del
ISRA en sus tres sistemas de
respuesta (cognitivo, fisiológico y motor)
y en sus áreas situacionales (ansiedad ante la evaluación, ansiedad
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interpersonal,
ansiedad fóbica y ansiedad ante situaciones habituales o de la vida cotidiana)
de la evaluación pre
y postratamiento (ver Tabla 1 y Figura 1).

TABLA 1

Medias grupales
en puntuaciones directas de las evaluaciones
pre y postratamiento en las ocho variables del
ISRA

  Cog Fis Mot Tot   F-I F-II F-III F-IV


PRE 104,24 66,22 79,08 248,25 109,88 36,56 45,00 30,32
POST 72,95 52,91 59,25 184,08 82,45 27,95 29,70 21,70

  FIGURA
1

Medias grupales
en puntuaciones directas de las evaluaciones
pre y postratamiento en las ocho variables del

ISRA

2.- Se ha calculado
la media grupal EMES-C de las puntuaciones directas pre y postratamiento
(ver Tabla 2 y
Figura 2).

TABLA 2

Medias grupales
en puntuaciones directas de las evaluaciones
pre y postratamiento en las doce variables del
EMES-C

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  C-1 C-2 C-3 C-4 C-5 C-6 C-7 C-8 C-9 C-10 C-11 C-12
PRE 30,83 10,05 10,44 9,22 10,22 8,61 9,38 7,16 9,77 8,22 5,66 4,83
POST 19,44 6,33 7,27 5,61 6,44 5,55 6,27 5,55 5,11 6,05 3,05 3,00

  FIGURA
2

Medias grupales
en puntuaciones directas de las evaluaciones
pre y postratamiento en las doce variables del

EMES-C

3.- Se ha calculado
la media grupal EMES-M de las puntuaciones directas pre y postratamiento
(ver Tabla 3 y
Figura 3).

TABLA 3

Medias grupales
en puntuaciones directas de las evaluaciones
pre y postratamiento en las doce variables del
EMES-M

 
  M-1 M-2 M-3 M-4 M-5 M-6 M-7 M-8 M-9 M-10 M-11 M-12
PRE 15,00 13,40 5,16 8,48 8,16 8,44 6,40 5,40 3,40 4,88 3,32 2,00
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POST 23,10 21,20 10,00 12,88 11,32 12,48 8,60 8,80 5,70 7,04 4,68 2,36

  FIGURA
3

Medias grupales
en puntuaciones directas de las evaluaciones
pre y postratamiento en las doce variables del

EMES-M

4.- Análisis de diferencias


de medias utilizando el estadístico no paramétrico W de Wilcoxon de todos
los
factores del ISRA (ver Tabla 4).

TABLA 4

Medias y diferencia
de medias entre la evaluación pre y postratamiento
referidas a las ocho variables del ISRA

VARIABLES MEDIAS PRE MEDIAS POST Z P


Isra Cog 104,24 72,95 -4,0714 0,0000
Isra Fis 66,22 52,91 -2,6917 0,0071
Isra Mot 79,08 59,25 -2,8000 0,0051
Isra Tot 248,25 184,08 -3,6571 0,0003
         
Isra F-I 109,88 82,45 -3,6143 0,0003
Isra F-II 36,56 27,95 -2,2857 0,0223
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Isra F-III 45,00 29,70 -3,3000 0,0010


Isra F-IV 30,32 21,70 -3,1023 0,0019

5.- Análisis de diferencias


de medias utilizando el estadístico no paramétrico W de Wilcoxon de todos
los
factores del EMES-C (ver Tabla 5).

TABLA 5

Diferencia de medias
entre la evaluación pre y postratamiento referidas
a las doce variables del cuestionario
EMES-C

VARIABLES MEDIA PRE MEDIA POST Z P


EMES C-1  30,83 19,44 -3,7236 0,0002
EMES C-2 10,05 6,33 -3,4128 0,0006
EMES C-3 10,44 7,27 -3,1139 0,0018
EMES C-4 9,22 5,61 -3,4128 0,0006
EMES C-5 10,22 6,44 -3,1480 0,0016
EMES C-6 8,61 5,55 -2,7001 0,0069
EMES C-7 9,38 6,27 -3,1542 0,0016
EMES C-8 7,16 5,55 -1,9132 0,0557
EMES C-9 9,77 5,11 -3,4187 0,0006
EMES C-10 8,22 6,05 -2,3010 0,0214
EMES C-11 5,66 3,05 -3,4405 0,0006
EMES C-12 4,83 3,00 -3,2374 0,0012

6.- Análisis de diferencias


de medias utilizando el estadístico no paramétrico W de Wilcoxon de todos
los
factores del EMES-M (ver Tabla 6).

TABLA 6

Diferencia de medias
entre la evaluación pre y postratamiento referidas
a las doce variables del cuestionario
EMES-M

VARIABLES MEDIA PRE MEDIA POST Z P


EMES M-1 15,00 23,12 -4,1975 0,0000
EMES M-2 13,36 21,24 -3,9143 0,0001
EMES M-3 5,16 10,00 -4,1714 0,0000

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5/7/2021 Evaluación de la ansiedad

EMES M-4 8,48 12,88 -3,6650 0,0002


EMES M-5 8,16 11,32 -2,9714 0,0030
EMES M-6 8,44 12,48 -4,0286 0,0001
EMES M-7 6,36 8,56 -2,9370 0,0033
EMES M-8 5,44 8,80 -4,2857 0,0000
EMES M-9 3,40 5,72 -3,4089 0,0007
EMES M-10 4,88 7,04 -2,7830 0,0054
EMES M-11 3,32 4,68 -2,6763 0,0074
EMES M-12 2,00 2,36 -1,8671 0,0619

7.- Correlaciones entre


los factores estudiados por el ISRA y el EMES-C en la evaluación pretratamiento
(ver
Tabla 7).

TABLA 7

Correlaciones entre
las ocho variables del ISRA y los doce factores
del EMES-C en la evaluación
pretratamiento

Cog ,6559** ,5676* ,6034** ,4161 ,3959 ,4388 ,3346 ,2538 ,5093* ,4559 ,2960 ,2136
Fis ,4094 ,4642 ,4790* ,1688 ,4139 ,3621 ,2081 ,4752* ,4721* ,2869 -,4380 ,2462
Mot ,3046 ,4024 ,5777* ,2134 ,3071 ,2086 ,1035 ,1578 ,3886 ,3396 -,1071 ,3817
Tot ,5070* ,5272* ,6174** ,3035 ,4046 ,3668 ,2373 ,3043 ,5004* ,4052 -,4440 ,3130
F-I ,5441* ,4358 ,5904** ,4270 ,4878* ,3135 ,2802 ,1767 ,4393 ,3779 ,6430 ,5270
F-II ,4278 ,4165 ,6989** ,4167 ,4682 ,2663 ,2899 ,2815 ,4484 ,3783 -,5110 ,4273
F-III ,1780 ,1090 ,2273 ,5710 ,1315 -,6830 -,1277 ,8440 ,1008 ,1300 -,2477 ,4946*
F-IV ,7505** ,7687** ,4193 ,4026 ,4436 ,5957** ,3912 ,4480 ,6391** ,4412 ,1663 ,5790
  C-1 C-2 C-3 C-4 C-5 C-6 C-7 C-8 C-9 C-10 C-11 C-12
* p<0.05

** p<0.01

8.- Correlaciones entre


los factores estudiados por el ISRA y el EMES-C en la evaluación postratamiento
(ver
Tabla 8).

TABLA 8

Correlaciones entre
las ocho variables del ISRA y los doce factores
del EMES-C en la evaluación
postratamiento

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Cog ,7359** ,7799** ,5265* ,5864* ,4127 ,6390** ,5394* ,3619 ,6571** ,8209** ,4545 ,2614
Fis ,4744 ,6619** ,3412 ,4050 ,1313 ,4852* ,2325 ,1759 ,3176 ,5177* ,1544 ,1865
Mot ,6897** ,6039* ,4321 ,5943* ,2101 ,5905* ,5325* ,2683 ,4893* ,7425** ,2505 ,2969
Tot ,6838** ,7317** ,4667 ,5711* ,2702 ,6159** ,4715 ,2897 ,5262* ,7486** ,3082 ,2687
F-I ,3421 ,5069* ,1684 ,2981 ,1828 ,3442 ,3999 ,2063 ,5261* ,4635 ,2205 -,9900
F-II ,6606** ,7287** ,5933* ,3952 ,3329 ,4095 ,3408 ,3928 ,5059* ,6877** ,4490 ,2601
F-III ,2531 ,3954 ,1192 ,1062 -,6770 ,8570 -,1742 -,6730 ,4610 ,3719 ,4062 ,1355
F-IV ,7222** ,7176** ,5254* ,6690 ,4970* ,7542** ,5574* ,3042 ,5779* ,6900** ,2056 ,3487
  C-1 C-2 C-3 C-4 C-5 C-6 C-7 C-8 C-9 C-10 C-11 C-12
* p<0.05

** p<0.01

9.- Correlaciones entre


los factores estudiados por el ISRA y el EMES-M en la evaluación pretratamiento
(ver
Tabla 9).

TABLA 9

Correlaciones entre
las ocho variables del ISRA y los doce factores
del EMES-M en la evaluación
pretratamiento

 
Cog -,6773** -,6667** -,4803* -,4685* -,2024 -,4093* -,4610 -,5044* -,8060** -,6470 -,1593 -,1054
Fis -,5102** -,4940* -,2765 -,2829 -,1416 -,8330 -,7960 -,4372* -,6637** ,2430 -,2268 ,1258
Mot -,4732* -,5296** -,4249* -,3106 -,1077 -,2120 ,4230 -,3597 -,6931** -,1720 -,9300 ,1910
Tot -,5868** -,5906** -,4182* -,3736 -,1652 -,2492 -,2240 -,4527* -,7726** -,2900 -,1636 ,1690
F-I -,5200** -,5344** -,3560 -,3185 -,2320 -,1790 -,4950 -,4600* -,7538** -,1636 -,2384 ,2580
F-II -,7402** -,3834 -,2950 -,1450 -,4621* -,1609 -,1668 -,3285 -,5896** -,2247 -,2666 ,8080
F-III -,3100 -,4406* -,3743 -,2133 ,2700 -,1292 ,1819 -,3652 -,3999** ,4010 -,1368 -,8280
F-IV -,5613** -,6163** -,3938 -,4384 -,2146 -,3255 -,9230 -,4202* -,7242** ,2970 -,4100 -,1510
  M-1 M-2 M-3 M-4 M-5 M-6 M-7 M-8 M-9 M-10 M-11 M-12

* p<0.05

** p<0.01

10.- Correlaciones
entre los factores estudiados por el ISRA y el EMES-M en la evaluación
postratamiento (ver
Tabla 10).

TABLA 10

Correlaciones entre
las ocho variables del ISRA y los doce factores
del EMES-M en la evaluación
postratamiento

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Cog -,5466** -,5313** -,7136** -,6072** -,5478** -,2883 -,3239 -,5161** -,5276** -,2005 -,1294 -,3152
Fis -,4793* -,4819* -,4965* -,4733* -,5057* -,3855 -,4790* -,4318* -,4141* -,3001 -,1039 -,9760
Mot -,5873** -,5621** -,6417** -,5318** -,5808** -,1591 -,3653 -,5817** -,4655* -,3010 -,2120 -,1516
Tot -,5749** -,5527** -,6500** -,5704** -,5844** -,2750 -,4149* -,5371** -,4975* -,2761 -,1461 -,1860
F-I -,3199 -,3455 -,5321** -,4758* -,3273 -,3676 -,4075* -,3263 -,2495 ,5050 -,5820 ,6000
F-II -,6246** -,4653* -,5012* -,4164* -,6061** -,3773 -,6543** -,2642 -,6179** -,8310 -,2122 ,6380
F- -,2387 -,3839 -,4592* -,2921 -,3884 -,3752 -,1215 -,2437 -,2403 -,3803 -,2184 -,2159
III
F- -,5820** -,6100** -,6706** -,6498** -,4742* -,2832 -,3585 -,6006** -,4291* -,2753 -,1939 -,2136
IV
  M-1 M-2 M-3 M-4 M-5 M-6 M-7 M-8 M-9 M-10 M-11 M-12

* p<0.05

** p<0.01

   
Como se puede observar aparecen importantes mejorías en casi todos los
factores que han sido evaluados.
Pero necesitamos saber si estas diferencias
que se muestran son estadísticamente significativas. Previamente hay
que
tener en cuenta que nos encontramos con datos referentes a un grupo pequeno
de sujetos, que
presumiblemente no tienen una distribución normal y por
lo tanto no se cumplen los criterios de
homocedasticidad. Por esta razón
no sería correcta la utilización de cualquier tipo de prueba paramétrica.

   
Puesto que se trata de un diseno de medidas repetidas, con variables cuantitativas
no dicotómicas, la prueba
más adecuada será el estadístico W de Wilcoxon
(SPSS, 1994). En las siguientes tablas se indican los resultados
de estos
análisis:

   
Como se puede ver los descensos en el test de ansiedad ISRA han sido significativos
en todos los factores
medidos. El descenso de mayor magnitud y significación
lo tenemos en los datos referentes al sistema de
respuesta cognitivo, por
lo que parece que este es el que más se ha visto influido por la aplicación
del programa
de entrenamiento. Por el contrario, el factor F-II (ansiedad
interpersonal) es la variable que ha tenido una
evolución de menor magnitud
aunque claramente significativa, esto se puede explicar porque en este
factor
tienen un peso importante los items S-7 ("si una persona del otro
sexo está muy cerca de mi, rozandome, o si
estoy en una situación sexual
íntima") y S-15 ("cuando voy a una cita con una persona del otro sexo"),
que se
refieren a situaciones sexuales íntimas. Obviamente en un programa
de entrenamiento en habilidades sociales de
carácter grupal, no hemos podido
trabajar este tipo de situaciones.

   
Por lo que vemos que las mejorías obtenidas en lo que se refiere a pensamientos
negativos acerca de la
interacción social, son significativas en todos
los factores, a excepción del factor 8; es decir, no aparecen
diferencias
significativas en "Preocupación por la expresión de los demás en la expresión
de sentimientos", si
bien es cierto que las diferencias en este factor
no son significativas, no lo es menos que estas indican una
importante
tendencia dada su cercanía al nivel de significación (Z= -1,9132; p= 0,0557)
por lo que es de suponer
que, en caso de que la muestra hubiese sido más
grande, probablemente estas diferencias si hubiesen sido
finalmente significativas.

   
Esta modificación de tipo cognitivo que supone la disminución de la frecuencia
de aparición de pensamientos
negativos relacionados con las habilidades
sociales, está en la misma línea de los resultados obtenidos en el
sistema
de respuesta cognitivo del cuestionario ISRA. Las reducciones de mayor
magnitud y significación
aparecen en los factores 1 (temor a la expresión
en público y a enfrentarse con superiores), 2 (temor a la
desaprobación
de los demás al expresar sentimientos negativos y al rechazar peticiones),
4 (temor a hacer y

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5/7/2021 Evaluación de la ansiedad

recibir cumplidos), 9 (preocupación por la impresión


causada en los demás) y 11 (temor a la defensa de
derechos).

   
El último análisis será el referente a los resultados del cuestionario
EMES-M, antes de ofrecer los datos, se
recuerda que la tendencia de las
puntuaciones en este caso ha de ser contraria a la de los análisis anteriores.
En el
cuestionario ISRA, a mayor puntuación más ansiedad, por tanto una
mejoría de los sujetos viene de la mano de
un descenso en sus puntuaciones.
En lo que se refiere al cuestionario EMES-C, a mayor puntuación más
frecuencia
de pensamientos distorsionados, por tanto la mejoría de los sujetos también
implica un descenso en
sus puntuaciones. Por lo que, en lo referente al
cuestionario EMES-M la mejoría de los sujetos se tiene que
reflejar necesariamente
en un aumento de las puntuaciones, ya que lo que está midiendo es la frecuencia
de
conductas socialmente hábiles.

   
Hecha esta advertencia, se ofrecen los resultados del análisis:

   
Como en el caso anterior encontramos que han aparecido diferencias significativas
en todos los factores, a
excepción del factor 12, es decir, las diferencias
no son significativas en lo que se refiere a "Expresión de carino
hacia
los padres", pero igualmente podemos observar una importante tendencia
(Z= -1,8671; p= 0,0619).

   
En este cuestionario la magnitud y significación de los cambios es mayor,
los factores que aparecen más
influidos son el factor 1 (iniciación de
interacciones), 2 (hablar en público/enfrentarse con superiores), 3
(defensa
de los derechos del consumidor), 4 (expresión de molestia, desagrado o
enfado), 6 (expresión de
molestia y enfado hacia familiares), 8 (aceptación
de cumplidos) y 9 (tomar la iniciativa en relaciones con el
sexo opuesto).

   
Resumiendo los resultados analizados hasta el momento se puede concluir
que la eficacia del programa de
entrenamiento queda demostrada, tanto en
lo que se refiere al incremento de conductas socialmente habilidosas,
como
al descenso en la incidencia de pensamientos de carácter distorsionador.

   
Pero además, todos nuestros objetivos se han visto cumplidos, toda vez
que efectivamente los descensos en la
ansiedad de los sujetos se han verificado,
este descenso se ha producido tanto en la ansiedad total, como en los
tres
sistemas de respuesta y en las cuatro áreas situacionales o rasgos específicos.
Es necesario destacar que las
mayores diferencias en ansiedad tras la intervención
se producen en el sistema de respuesta cognitivo.

   
Una segunda aproximación al análisis de los resultados que puede resultar
de interés es el análisis de cómo se
correlacionan entre sí todos los factores
que en el presente trabajo se están barajando, aún teniendo siempre en
cuenta que las conclusiones que de éste se puedan obtener tienen un valor
relativo, ya que con sólo 25 sujetos
los resultados de un análisis correlacional
son difícilmente generalizables.

   
Ambas tablas ofrecen una gran cantidad de datos, no obstante se pueden
destacar algunos fenómenos que
tienen interés:

   
En primer lugar, uno de ellos difícil de explicar a priori, es el hecho
de que el número y la importancia de las
correlaciones significativas entre
las distintas variables se ve muy modificado de la evaluación pretratamiento
a
la evaluación postratamiento. Por ejemplo, el sistema de respuesta cognitivo
en la evaluación pretratamiento
mostraba correlaciones significativas con
sólo cuatro factores del cuestionario EMES-C, sin embargo en la
evaluación
postratamiento el número de correlaciones aumenta hasta ocho. Este mismo
fenómeno se repite con
el sistema de respuesta motor, que pasa de sólo
una correlación a siete. El factor F-II (ansiedad interpersonal)
pasa de
mostrar una correlación a cinco y el factor F-IV (ansiedad antes situaciones
habituales o de la vida
cotidiana) pasa de cuatro a ocho correlaciones.

   
Parece como si en el momento de la evaluación postratamiento la relación
entre la ansiedad y los
pensamientos distorsionadores fuese más clara.
Este mismo fenómeno lo vamos a encontrar también al analizar
los resultados
de la comparación ISRA EMES-M, por lo que parece que se puede pensar más
en un cambio
cognitivo en los sujetos a la hora de afrontar y contestar
las pruebas de evaluación. Este cambio lógicamente se
deberá a una influencia
del programa de entrenamiento. Más adelante, en las conclusiones, lanzaremos
alguna
hipótesis explicativa acerca de esto.

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En cuanto a un análisis más detenido de las variables, en el cuestionario
EMES-C encontramos que los
factores 11 (temor a la defensa de derechos)
y 12 (asunción de posibles carencias propias) no aparecen
relacionados
con ninguna variable del cuestionario ISRA, no muestran ninguna correlación,
tanto en el momento
pretratamiento como en el postratamiento.

   
Otros factores que también aparecen poco relacionados son el 5 (preocupación
por la expresión de
sentimientos positivos y la iniciación de interacciones
con el sexo opuesto), el factor 8 (preocupación por la
expresión de los
demás en la expresión de sentimientos) y el factor 4 (temor a hacer y recibir
cumplidos).

   
En cambio, los factores que se muestran más relevantes son el 1 (temor
a la expresión en público y a
enfrentarse con superiores), el 2 (temor
a la desaprobación de los demás al expresar sentimientos negativos y al
rechazar peticiones), el 6 (temor a la evaluación negativa por parte de
los demás en la expresión de conductas
positivas) y el 10 (temor a expresar
sentimientos positivos).

   
En cuanto a las variables del cuestionario ISRA, se muestran como más importantes,
tanto en cuanto al
número de correlaciones, como a la magnitud de las mismas,
el sistema de respuesta cognitivo, el factor FII
(ansiedad interpersonal)
y el factor F-IV (ansiedad ante situaciones habituales o de la vida cotidiana).

   
En este mismo cuestionario, el factor que aparece menos relacionado es
el factor F-III (ansiedad fóbica), que
sólo se relaciona con la asunción
de posibles carencias propias (Factor 12).

   
En este caso, como se puede observar, la magnitud de las correlaciones
ha descendido sensiblemente, pero en
cambio, y en la misma línea de lo
analizado en las tablas anteriores, el número de correlaciones significativas
aumenta en la evaluación postratamiento. Por ejemplo, el sistema de respuesta
fisiológico pasa de tener cuatro
correlaciones significativas a tener ocho,
el motor pasa de cuatro a siete, el factor F-II (ansiedad interpersonal)
pasa de tres a siete y el factor F-IV (ansiedad ante situaciones habituales
o de la vida cotidiana) pasa de cuatro a
siete.

   
En cuanto al análisis de las variables, nos encontramos con que los factores
10 (hacer cumplidos), 11
(preocupación por los sentimientos de los demás)
y 12 (expresión de carino hacia los padres) no muestran
ningún tipo de
relación con las variables de ansiedad medidas por el ISRA.

   
Otro factor que se muestra menos relacionado va a ser el factor 6 (expresión
de molestia y enfado hacia
familiares).

   
Por el contrario muestran más correlaciones, y por tanto más relación con
las variables de ansiedad, los
factores: 1 (iniciación de interacciones),
2 (hablar en público/enfrentarse con superiores), 3 (defensa de los
derechos
del consumidor), 4 (expresión de molestia, desagrado o enfado), 5 (expresión
de sentimientos positivos
hacia el sexo opuesto) y 9 (tomar la iniciativa
en relaciones con el sexo opuesto).

   
En cuanto a las variables del cuestionario ISRA, siguen manteniendo su
importancia el sistema de respuestas
cognitivo, el factor F-II (ansiedad
interpersonal) y el factor F-IV (ansiedad ante situaciones habituales o
de la
vida cotidiana), pero además adquieren nueva importancia el resto
de sistemas de respuesta, es decir, el
fisiológico y el motor, lo cual
no es un dato sorprendente, toda vez que el cuestionario EMES-M está dirigido
a
medir frecuencia de conductas, mientras que en el caso anterior, el cuestionario
EMES-C medía frecuencia de
aparición de pensamientos.

   
El factor F-III (ansiedad fóbica) se sigue manteniendo en su línea, siendo
el factor menos correlacionado, sin
embargo es de interés que sus tres
correlaciones pueden estar mostrando áreas de relación interpersonal que
habitualmente son temidas y evitadas: hablar en público/enfrentarse con
superiores (Factor 2), las situaciones de
defensa de derechos del consumidor
(Factor 3) y las situaciones en las que es necesario tomar la iniciativa
en
relaciones con el sexo opuesto (Factor 9).

CONCLUSIÓN
   
En principio, los tres objetivos inicialmente propuestos se han alcanzado.
El primero de ellos, con un matiz
esencialmente clínico, ha sido conseguir
mejorar los recursos de afrontamiento de los sujetos en las situaciones
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de interacción social. El análisis de datos nos muestra importantes disminuciones


en la incidencia de
pensamientos negativos en casi todos los factores medidos
por el cuestionario EMES-C . Estas mejorías son de
mayor magnitud en pensamientos
relacionados con el temor a hablar en público y a enfrentarse con superiores,
el temor a la desaprobación de los demás y a expresar sentimientos negativos
o a rechazar peticiones, el temor a
hacer y recibir cumplidos, la preocupación
por la impresión causada en los demás y el temor a la defensa de
derechos.

   
En lo que se refiere a las mejorías relativas a conductas sociales autoinformadas
por los sujetos, es decir, los
datos ofrecidos por el cuestionario EMES-M,
aparecen mejorías en prácticamente todos los factores, destacando
por su
mayor magnitud las aparecidas en situaciones de iniciación de interaccones,
hablar en público y
enfrentarse con superiores, defensa de los derechos
del consumidor, expresión de molestia, desagrado y enfado,
expresión de
molestia y enfado hacia familiares, aceptación de cumplidos y tomar la
iniciativa en relaciones con
el sexo opuesto.

   
En cuanto al segundo objetivo, hemos podido verificar la existencia de
esa disminución de la respuesta de
ansiedad como consecuencia de la aplicación
de un programa de entrenamiento en Habilidades Sociales que en
los trabajos
anteriormente citados se apuntaba.

   
En lo que se refiere al tercer objetivo, es decir el análisis de las relaciones
entre la ansiedad y la conducta
socialmente hábil, el análisis de resultados
nos ha permitido obtener las siguientes conclusiones:

   
La relación que aparece entre la ansiedad (ISRA) y la presencia de pensamientos
distorsionados sobre sus
propias habilidades sociales y sobre su capacidad
de afrontamiento o de ponerlas en marcha (EMES-C), nos
muestra cómo el
Sistema de Respuesta Cognitivo está claramente mucho más relacionado que
los demás
sistemas de respuesta, tal y como era de esperar. En lo que se
refiere a las áreas situacionales, es la medida por el
factor F-IV (ansiedad
ante situaciones habituales o de la vida cotidiana) la que se muestra más
relacionada con la
presencia o ausencia de este tipo de pensamientos.

   
Por lo que se refiere a la ansiedad (ISRA) en relación con comportamientos
socialmente hábiles (EMES-M),
el Sistema de Respuesta Cognitivo sigue manteniendo
claramente una posición muy relevante, aunque
lógicamente, tanto el Sistema
Fisiológico, como el Motor, adquieren también importancia. Por su parte,
en las
áreas situacionales volvemos a encontrar que la medida por el factor
F-IV (ansiedad ante situaciones habituales
o de la vida cotidiana) es muy
importante, y en este caso también adquiere relevancia la medida por el
factor F-
II (ansiedad interpersonal).

   
Como hemos visto, se han producido reducciones significativas en todas
las variables del cuestionario ISRA,
pero estas modificaciones en el resto
de las variables están menos relacionadas con los factores que miden los
cuestionarios EMES-C y EMES-M.

   
Es interesante indicar cómo el área situacional menos relacionada con el
cuestionario EMES-M, la medida por
el factor F-III (ansiedad fóbica), sólo
muestra correlaciones significativas con tres factores del mismo que hacen
referencia a situaciones de mucho poder ansiógeno, y que por lo tanto pueden
provocar muchas conductas de
evitación. Estas situaciones son: hablar en
público (Factor 2), defensa de derechos del consumidor (Factor 3) y
tomar
la iniciativa con el sexo opuesto (Factor 9).

   
En cuanto a pensamientos distorsionados aparecen más relacionados con la
ansiedad el temor a hablar en
público (Factor 1), el temor a expresar sentimientos
negativos y rechazar peticiones (Factor 2), el temor a una
evaluación negativa
por parte de los demás al expresar conductas positivas (Factor 6) y el
temor a expresar
sentimientos positivos (Factor 10). Un resultado que parece
anómalo, por lo inesperado, ha sido el que muestra
el Factor 11 (temor
a la defensa de derechos) que no tiene ninguna correlación con ninguna
variable de ansiedad.
No sabemos explicar este resultado.

   
En lo referente a las conductas sociales que aparecen más relacionadas
con las variables de ansiedad, destacan
la iniciación de interacciones
(Factor 1), el hablar en público (Factor 2), la defensa de derechos (Factor
3), la
expresión de molestia, desagrado y enfado (Factor 4), la expresión
de sentimientos positivos hacia el sexo
opuesto (Factor 5) y tomar la iniciativa
con el sexo opuesto (Factor 9). Parece claro, y era de esperar, que los
factores que muestran más relación con la ansiedad se corresponden con
aquellas situaciones sociales que
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podríamos llamar más "dífíciles" o "comprometidas".


Este tipo de conductas son las que generan mayores
niveles de ansiedad
que el resto de las conductas medidas en el cuestionario EMES-M.

   
Respecto al fenómeno que hemos observado del aumento del número de correlaciones
significativas en la
evaluación postratamiento con respecto de la evaluación
pretratamiento, hay que hacer una reflexión.
Inicialmente, ante este resultado,
lo primero que pensamos es que la relación entre la ansiedad y los
pensamientos
y conductas sociales se había hecho más clara tras la realización del programa
de entrenamiento,
pero pronto surgió la hipótesis de que no era la relación
entre estas variables lo que se había modificado, sino la
percepción de
esa relación por parte de los sujetos. Es decir, los sujetos se han enfrentado
a las mismas pruebas
en dos momentos distintos. En la primera ocasión desconocen
casi por completo, o al menos tienen un
conocimiento popular, de qué son
las habilidades sociales, cómo son, cómo se pueden mejorar, y por tanto,
creemos que también tienen un conocimiento poco exhaustivo de "cómo son
sus propias habilidades sociales".
En la segunda evaluación, tras haber
realizado el programa, son "prácticamente" unos "expertos" en habilidades
sociales desde el punto de vista teórico.

   
Este cambio en la información que los sujetos poseen provoca, de alguna
forma, una mejoría en su capacidad
de autoobservación, esto también provocará
cambios en la forma de percibir, interpretar y contestar a los ítems.
Probablemente
este aumento en el número de correlaciones nos dice que los sujetos en
la segunda ocasión en
que contestan a la prueba lo hacen de una manera
más coherente, más ajustada a la realidad.

   
Si esto es así, nos está ofreciendo un factor contaminador no controlado,
ya que estamos comparando algo
más que la ansiedad, los pensamientos distorsionados
o las conductas socialmente hábiles. Comparamos también
el cambio que se
produce en la forma que tiene el sujeto de percibir su propio problema.
Este factor
contaminador también puede amenazar la evaluación de la eficacia
de cualquier otro tipo de intervención
terapéutica, especialmente las de
corte más cognitivo en las que se ofrece al paciente mucha información
sobre
la naturaleza de su problema.

   
Retornando al ámbito de nuestro trabajo, y a modo de resumen, podemos concluir
que se ha verificado la
existencia de los descensos de la ansiedad tras
la aplicación del programa de entrenamiento en Habilidades
Sociales. La
relación entre la ansiedad y las conductas socialmente habilidosas está
especialmente mediada por
la actividad del Sistema de Respuesta Cognitivo,
y muy influida por el rasgo específico de ansiedad ante
situaciones habituales
o de la vida cotidiana. Las situaciones en que estas relaciones entre las
habilidades
sociales y la ansiedad son más claras son aquellas situaciones
que pudieramos denominar como más "difíciles" o
"comprometidas".

   
Por último, nos preguntamos si los sujetos que disponen de menos recursos
en sus interacciones sociales
tenderán a mostrar puntuaciones más elevadas
en este factor F-IV que otros sujetos que no tengan este tipo de
dificultades.
Sería interesante verificar no sólo esta tendencia, sino además discriminar
la misma en el perfil con
respecto del resto de variables de ansiedad que
ofrece el cuestionario ISRA.

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