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Hubo una vez un hada que nació bajo la apariencia de una dulce niña.
Sus papás la llamaron Sara, y… era mágica muy… pero que muy mágica.
Todo lo que veían sus ojos era especial, o lo que tocaban sus manitas.
Era capaz de hacer castillos de princesas con un poquito de arena. O de
fabricar mundos especiales con los lapiceros de colores.
El caso es… que Sara un día fue al cole, fue allí para ver cómo eran los
niños, y vio que todos eran muy parecidos a ella.
Así que se quedó con ellos por un tiempito, a todos regalaba su sonrisa
y su presencia. ¡Qué suerte tenían aquellos niños! ya que no todos
hemos compartido nuestras clases de cole con un hada.
En la clase había una seño que estaba encantadísima con Sara. No era
para menos, creo que por ser un poco más grande que los demás niños,
había descubierto que bajo su apariencia de niña pequeña se encontraba
toda la magia de los sueños y los deseos.
Sara estaba en el patio jugando como juegan todos los niños, aunque a
este hada una de las cosas que más le gustaba era… la que antes ya os
he contado ¡hacer castillos con el cubo y la pala!
-¿Te gustaría?
-¡Mucho!
A su seño le pareció raro que con aquellas cosas Sara pudiera fabricar
un castillo… ¡la verdad!, pero no dudo nada de nada y fue a buscar todo
aquello que le había pedido, incluso trajo algunas cosas de su cosecha
personal. Una caracolillo de mar, unas conchas, unas moras y unas
fresas, unos botones, algunas canicas que también tenía en el
cajón. En ese cajón que tienen todas las profesoras y profesores
llenos… de secretos.
Se acercó y fue sacando cada una de las cosas que había recogido para
fabricar el castillo. Sara fue poniéndolas donde debían de estar,
mientras su profesora observaba, y ella le devolvía la mirada con sus
ojos profundos como una noche estrellada, o como un mar de verano
en playa, con esa mirada que solo las hadas mágicas pueden tener.
Y con… aquel olor el castillo fue tomando forma, se fueron formando las
almenas, los jardines, todas y cada una de las cosas que había traído se
convirtieron en algo especial y maravilloso.
FIN