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Ganó Petro en Colombia: los mensajes para la

política argentina tras un giro ideológico inédito en


la región
Alberto Fernández y Cristina Kirchner festejaron como
propia la victoria de la izquierda en Colombia. Es un
retroceso para la derecha en América Latina y, al mismo
tiempo, la confirmación de la novena derrota de un
oficialismo
Por
Facundo Chaves
20 de Junio de 2022

De izquierda a derecha. Cristina Kirchner, Alberto Fernández, Gustavo Petro y


Rodolfo Hernández.
Después de muchos desencuentros, Cristina Kirchner y Alberto Fernández
coincidieron el domingo en una mirada y un discurso público. Ambos se
apresuraron a festejar como propia la inédita victoria del ex guerrillero
izquierdista Gustavo Petro en las elecciones de Colombia ante el
multimillonario Rodolfo Hernández. Se trata de un giro histórico de impacto
continental. Pero esa reacción, intuitiva, podría no tomar un cuenta un dato que
ya es tendencia: más allá de las cuestiones ideológicas, se trató de la novena
derrota consecutiva que tuvieron los oficialismos en América Latina.

En el Frente de Todos lo vivieron como un respiro en medio del escándalo cada


vez grave del avión venezolano iraní -que suma capítulos inquietantes que
derrumban los primeros argumentos oficiales- y de una crisis económica que
se profundiza por una inflación imparable, poder adquisitivo menguante y un
dólar inestable.

La post pandemia, en un escenario agravado por la invasión de Rusia a Ucrania,


de inciertas consecuencias, generó sociedades más polarizadas, empobrecidas y
descontentas que vienen arrasando con las estructuras políticas tradicionales en el
mundo y, con mayor énfasis, en la región. Aunque lo saliente es el avance en
América Latina de la izquierda y un retroceso de la derecha, en las elecciones
ninguno de los oficialismos logró resistir la ola de cambios: en algunos casos, se
llegó a extremo de que sus últimos presidentes ahora están presos.
“El Gobierno puede festejar, pero si se mira el resultado con atención,
también es una mala noticia. Primero porque es otro oficialismo que pierde
y segundo porque confirma que la mala gestión se paga muy caro. Con Petro
en Colombia se suma otro país alineado a la política latinoamericana, pero
es un alerta porque es la novena elección que el que gana desplaza a un
gobierno con malos resultados”.

Así lo explicó en diálogo con Infobae, desde Bogotá, el consultor político y


observador de las elecciones colombianas, Daniel Ivoskus, quien señaló que el
resultado puede tener una lectura para el oficialismo y también para la oposición.
Javier Milei -que pareció ver en Hernández un anticipo profético de su propuesta
electoral- y dirigentes de Juntos por el Cambio, como Horacio Rodríguez Larreta
y Mauricio Macri.
El tuit que publicó Cristina Kirchner después de la victoria de Gustavo Petro en
las elecciones de Colombia.
La victoria de Petro es un hecho inédito para Colombia pero también para la
región. Es la primera vez en 134 años de historia constitucional ininterrumpida
que la izquierda llega al poder. Y con un dirigente con pasado guerrillero y
antiguas simpatías inocultables por Hugo Chávez, Fidel Castro y Daniel Ortega.

“Es un error mirar sólo entre izquierda y derecha. Hay que sumar al análisis la
división entre oficialismos y oposición, más allá de la ideología. En las
elecciones que se hicieron después de la pandemia perdieron los candidatos
apoyados por los oficialismos y terminó ganando quién aprovechó mejor los
contrastes”, agrega el analista, que participó como observador tanto en la
primera como en la segunda vuelta en Colombia, comicios que fueron limpios y
concluyeron sin denuncias de fraude.

La izquierda tuvo un avance aplastante en los últimos comicios y viene tiñendo el


continente, más allá de la fortaleza o fragilidad que tengan, a partir de la gestión,
los gobiernos surgidos tras el colapso post pandemia de los gobiernos de derecha.

Elecciones post pandemia en América

La siguiente es una cronología de los últimos comicios desde el Norte, Centro y


Sudamérica:

1- República Dominicana: el 5 de julio de 2020, Luis Abinader le ganó con un


acuerdo multipartidario opositor al oficialismo de entonces, que presentó la
candidatura de Gonzalo Castillo.

2- Bolivia: el 18 de octubre de 2020, Luis Arce, apoyado por Evo Morales, del


izquierdista MAS-IPSP, se impuso ante el ex presidente Carlos Mesa, con apoyo
de un sector del oficialismo de la ex presidenta Jeanine Áñez, que ahora está
presa y condenada.

3- Estados Unidos: Joe Biden ganó el 3 de noviembre de 2020 las elecciones


ante el presidente Donald Trump, quien rechazó los resultados y no quiso
reconocer su derrota. Fueron los comicios con mayor participación, en una
sociedad polarizada.

4- Ecuador: el 7 de febrero de 2021, Guillermo Lasso, de la coalición opositora


de centroderecha CREO-PSC, se impuso ante Andrés Arauz, otro opositor. Lenin
Moreno terminó su presidencia con un rechazo superior al 90 por ciento y no
pudo siquiera presentar un candidato.
5- Perú: el 6 de junio, en segunda vuelta, el izquierdista opositor Pedro
Castillo se impuso ante la dirigente de derecha Keiko Fujimori. Ambos fueron
opositores al gobierno inconcluso de Pedro Pablo Kuczynski, a quien lo
sucedieron tres fugaces mandatarios.

6- Honduras: el 28 de noviembre de 2021, Xiomara Castro, esposa del


izquierdista ex mandatario Mel Zelaya, se impuso ante el oficialismo, que
presentó a Nasry Asfura, del gobernante Partido Nacional. El anterior presidente,
Juan Orlando Hernández, está preso en Estados Unidos por narcotraficante.

7- Chile: el 19 de diciembre de 2021, el dirigente de izquierda Gabriel Boric se


impuso en segunda vuelta ante el derechista José Antonio Kast. Ambos fueron
duros opositores al gobierno de Sebastián Piñera, cuyo candidato apenas logró
menos del 13% de los votos.

8- Costa Rica: el 6 de febrero de 2022, el opositor Rodrigo Chaves se impuso


ante otro candidato también opositor y ex presidente, José María Figueres Olsen.
El postulante apoyado por el oficialismo, José María Villalta, protagonizó una
catástrofe: apenas obtuvo 1% de los votos.

9- Colombia: el 19 de junio de 2022, el opositor y ex guerrillero Gustavo


Petro le ganó a Rodolfo Hernández, un dirigente empresario de centroderecha
que se presentaba como el “Trump Colombiano” y también se diferenciaba del
presidente Iván Duque y Álvaro Uribe. Por primera vez un dirigente de izquierda
presidirá la república más estable de la región.

10- Brasil: el 2 de octubre están previstas las elecciones en el gigante de


Sudamérica. El actual presidente, el derechista Jair Bolsonaro, está en las
encuestas por detrás de Lula Da Silva, ex mandatario por el centroizquierdista
PT. Si se confirman las previsiones podría ser la décima derrota de un oficialismo
en comicios celebrados después de la pandemia.

Alerta para gobierno y oposición


El
tuit de Alberto Fernández que felicitó a Petro por su victoria en las elecciones de
Colombia.
En una entrevista con el periodista Juan Amorín, de C5N, Alberto Fernández
transparentó el análisis ideológico de los resultados: “Colombia de algún modo
se sube a la América que pretende unirse, es un cambio muy importante.
Todos esperábamos que este resultado pudiera darse. Sin querer inmiscuirse
en las decisiones de otros países, era importante que Petro llegara a la
presidencia. Colombia va a ser para Argentina un socio estratégico para
unir a América Latina. Para la reformulación del mundo global, su victoria
tiene una importancia superlativa”.

Repitió así la idea que publicó en Twitter: “Su triunfo convalida la democracia y
asegura el camino hacia una América Latina integrada, en este tiempo que nos
exige la máxima solidaridad entre pueblos hermanos”. La euforia, después, la
expresó Cristina Kirchner también en la misma red social: “Me trasmiten el
triunfo de la coalición Pacto Histórico en el ballotage en Colombia. Pido que me
comuniquen y casi al instante escucho su voz: Hola presidente… Aquí Gustavo
Petro, Cristina (juro que hace 10 años me decían esto y no lo creía) Se lo dije y
se rió, estaba emocionado, yo también. ‘Ahora a construir la paz’, me dijo. Tiene
razón, hay que suturar las heridas de tanta tragedia ¡Salud al Pueblo Colombiano
y a su Presidente!”.

Los comicios de Colombia no sólo establecieron, como posible conclusión, que


un dirigente de izquierda dura, con pasado guerrillero y simpatía probada por el
chavismo, asumirá por primera vez en la historia en una de las democracias más
estable de América Latina. A eso se agrega que una mala gestión, con bajos
índices de aprobación y sentimientos antipolíticos, pueden tener como “víctimas”
primeras al candidato más parecido al oficialismo.

Federico ‘Fico’ Gutiérrez, aunque desconoció su pertenencia al uribismo


gobernante, fue barrido por no haber expresado acabadamente un cambio. Así, en
segunda vuelta terminaron un ex guerrillero como Petro y un longevo magnate
inmobiliario, que usó el Tik Tok como arma de campaña y que no se incomodaba
cuando lo llamaban el “Trumpo colombiano” o cuando aparecía rodeado de
mujeres jóvenes y bellas. Pero Hernández arruinó todo lo que había hecho en la
primera vuelta: en un país habituado a la violencia extrema, se fue diciendo que
tenía miedo de que lo mataran, se negó a debatir, y pronunció palabras ofensivas
hacia la Virgen y sobre las drogas. Habló de más, hizo de menos. La receta
falló.

Rodolfo Hernández, el ingeniero que falló y permitió la victoria del izquierdista


Petro en Colombia. (foto Reuters)
Ivoskus resaltó que en países polarizados -como Colombia y también Argentina-
“si a uno de los dos polos les va mal, se rompen demasiado, puede haber lugar
para una tercera fuerza”. La clave, según esa perspectiva, es que se mantengan
unidos esos bloques, conteniendo entre el 35% y el 40% de los votos. Cualquier
ruptura que atomice la oferta electoral favorece la irrupción de “los Hernández”,
o en el caso argentino, “los Milei”. La sociedad pide un cambio radical.

La derrota del empresario colombiano mostró que “los errores ajenos pagan
electoralmente más que los aciertos propios”. Le ocurrió a Hernández en las
elecciones y, parece, se viene registrando de manera análoga, según los sondeos y
encuestas, en la figura argentina más asimilable: Milei viene sufriendo el
resultado de sus expresiones sobre la tenencia libre de armas, la venta de órganos
y una interna ruidosa que se escucha más en las redes y los medios que en la
calle. Hablar de más, hacer de menos.

Las elecciones de Colombia pueden ser un indicio de que el “oficialismo tendrá


que ponerse de acuerdo” para evitar rupturas que le achiquen ese 35 a 40 por
ciento, pero “si la oposición es inteligente, tiene más chances de gobernar”,
afirma el analista. Aquí está el desafío que tienen por delante en Juntos por el
Cambio cómo gestionan las diferencias Mauricio Macri, Horacio Rodríguez
Larreta y el radicalismo. A más de un año de las elecciones, “la ansiedad de
acelerar los tiempos los puede perjudicar”.

El proyecto de Alivio fiscal fue aprobado por unanimidad en la Cámara de


Diputados
En el Frente de Todos, el Gobierno también jugó con el ingreso de Daniel Scioli
al ministerio de Desarrollo Productivo y, en el Congreso, con la aprobación del
alivio fiscal para monotributistas y autónomos que promovió Sergio Massa desde
la presidencia de la Cámara de Diputados y que -con apoyo de la oposición- se
aprobó por unanimidad. En el Frente Renovador adjudican a esas leyes tejidas
con acuerdos políticos la mejora en la imagen que registró en 18 de las 24
provincias el dirigente en la última encuesta que elaboró CB Consultora. Y
destacan, como activo, su enfrentamiento con Milei por el tema de las armas, la
venta de órganos: “Antagonizó y le puso límites”.

Más allá de ese cruce con Massa y del impacto en su imagen, Milei estuvo en
Colombia -específicamente en Medellín y Barranquilla- donde promovió el voto
en contra de Petro. Su nombre fue incluido en una larga crónica de The Wall
Street Journal que trazó un panorama sobre la política en América Latina: “Lo
único que hacen los políticos es decirle a la gente lo que quiere oír”, dijo Milei y
desafió: “Que sigan votando a esa basura. A mí me da igual. Digo lo que pienso,
actúo y trabajo según mis principios liberales, le guste a quien le guste”. El
resultado de Colombia puede ser una lección.

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