Ana es una joven de 26 años que nació en el municipio de
Chinique de las Flores, del departamento de Quiché, quien desde muy pequeña ha tenido una pasión por el canto. Su papá fue parte importante de su crecimiento en esta disciplina artística pues él la guiaba para que cada vez lo hiciera mejor. Ana Gonzales es una cantante guatemalteca de los géneros cristiano y mariachi que en los últimos días ha causado polémica en las redes sociales por su impecable voz y profundo mensaje de fe a través de sus interpretaciones. Originaria de Quiché, Ana sintió un llamado hacia la música cuando tenía apenas 7 años. Su padre, quien reconocía su increíble talento, tenía el deseo de pagarle clases de canto, pero sus planes cambiaron cuando la pequeña se enfermó. Sin embargo, la cantante en potencia sabía que su talento tenía un propósito distinto. Conforme a los años, Ana comenzó a reconocer de dónde provenía su don y cuál era su propósito: alabar a Dios. En una entrevista en Franchs TV, comentó que hasta que ella aceptó a Dios en su corazón le dio importancia a su talento; tenía 14 años. Según nos contó, desde los 8 años de edad ella empezó a incursionar en el canto, pero en ese entonces vivía junto a su familia en Puerto Barrios, Izabal. Sin embargo, pasó por varias pruebas de vida, en donde decidió poner su talento para cantar música cristiana. Mientras Ana descubría su maravilloso talento, comenzó a enfrentarse a situaciones muy difíciles de forma simultánea. Su padre se enfermó por muchos años y ella y sus hermanos debían ver cómo conseguían dinero para comer. «Hemos pasados momentos muy difíciles. A veces mucha gente nos critica, pero ellos no saben de dónde venimos o qué es lo que hemos pasado», expresó Ana a Franchs TV. «Me acuerdo que ya no teníamos que comer e íbamos con mis hermanitos a buscar hongos para vender y poder comer.» La familia de Ana se enfrentó a muchos retos durante el tiempo que su padre estaba enfermo. Debían trabajar muy duro para pagar las deudas de su padre y su madre dejaba de comer para que sus hijos pudieran alimentarse. Como Ana era la mayor, cuidaba de sus hermanos mientras su madre salía a vender. Ana también fue víctima de acoso escolar por ser más alta que sus compañeros y usaba ropa diferente a la de sus compañeros. La artista guatemalteca no encontró paz ni en la escuela ni en su casa, pero la encontró en Dios. «Si yo le canto a Dios es porque he pasado muchas cosas en la vida y le doy gracias (…) porque estamos aquí de pie.» A lo largo de su trayectoria, Ana ha contado con el apoyo incondicional de su familia que la ha acompañado en todo momento de su carrera artística.
¿Cuál ha sido su mayor reto?
La guatemalteca contó que lo difícil para ella ha sido viajar y transportarse de un lugar a otro para presentarse a las actividades. No obstante, ha tenido varios conciertos en cumpleaños, campañas, y otro tipo de actividades cristianas a las que ha asistido. Acerca de su música Ana ha experimentado diferentes géneros musicales, entre los que destacan el mariachi, baladas y adoraciones, los cuales considera que «han sido de mucha bendición» a su vida. Ana no solo se dedica a cantar, también trabaja en una tortillería en Chinique De Las Flores, Santa Cruz, Quiché. Para ella es importante ser una persona trabajadora y apoyar a su familia. Actualmente, Ana continúa compartiendo su talento para acercar a más personas a su fe y compartir un mensaje de esperanza y amor. Asimismo, cuenta su testimonio para demostrar cómo Dios cambió su vida.