Está en la página 1de 5

Narco-cultura

El narcotráfico ha venido a ocupar un lugar importante en los temas de seguridad,


política y economía. Esto no se ha dado sólo en el ámbito nacional con la lucha
del presidente mexicano Felipe Calderón ya que la agenda internacional también
se ha visto afectada, especialmente la relación entre México y Estados Unidos -
quienes comparten dicho problema-. El narcotráfico también ha entrado a formar
parte de una peculiar cultura, y es de ahí de donde surge la palabra "narcocultura"
utilizada para hacer referencia al estilo de vida y al comportamiento de los
hombres y mujeres que están inmiscuidos en el narcotráfico. La nueva cultura se
extiende inclusive a personas que no participan en estas actividades, pero que se
comportan, visten y en general tienden a imitar ese estilo de vida.
 
Las personas inmiscuidas en la narco-cultura muestran una actitud de
prepotencia, de sentirse dueños de todo lo que les rodea (incluso de las personas)
y que, de manera peligrosa para la convivencia social, es manifestada por un
grupo amplio y creciente de personas en algunas regiones de México; una de
estas regiones es el estado de Sinaloa (al noroeste del país). Esta región, como
nos cuenta Luis Astorga en una de las pocas investigaciones académicas sobre el
tema del narcotráfico, ha convivido con los problemas que conllevan las drogas
ilícitas desde el Porfiriato, al inicio del siglo pasado, Pero ¿por qué a pesar de que
se ha convivido por mucho tiempo con este fenómeno, es en tiempos recientes en
los que se ha notado una creciente admiración hacia los narcotraficantes por parte
de ciertos segmentos de la sociedad y, especialmente, en los jóvenes?
 
Desde el momento en el que comenzó la llamada guerra contra el narcotráfico
hasta el año presente, se estima un saldo de veintiocho mil personas muertas.
Una gran cantidad de esta cifra son jóvenes dispuestos a arriesgar sus vidas con
el fin de ser parte este negocio criminal. ¿Por qué? Una explicación es la falta de
oportunidades en el ámbito laboral. Otra, que el narcotráfico aumenta como fuente
de trabajo gracias a que la demanda de drogas ilícitas ha crecido en Estados
Unidos y en México -donde según el Consejo Nacional Contra las Adicciones
(CONADIC), en el año 2002 había 203 mil adictos y 6 años después, en el 2008,
la cifra creció en un espectacular 51%. El narcotráfico es un negocio atractivo por
las millonarias cantidades de dinero que maneja. Es un anzuelo que atrapa a
jóvenes que eligen el camino "fácil" para conseguir dinero, sin importar las
consecuencias que esto implique. Es una alternativa a una vida de esfuerzo o en
otros casos de condena a la pobreza.
 
En algunos sectores de la sociedad se subestima la moral de las personas y se
pone el dinero en su lugar, lo que ha dado a los narcotraficantes y a sus cómplices
gran poder (incluso en la política), convirtiéndolos en ídolos de una sociedad
escasa de éxitos.
 
Los narcotraficantes son modelos a seguir y han creado una moda que va más
allá de los narco-corridos que cuentan sus supuestas hazañas. Esta moda incluye
la ostentación de alhajas (como mujeres portando uñas decoradas con cristales
Swarovski), el portar varios radios y teléfonos a la vez, un corte de cabello
distintivo (hombres con estilo militar y mujeres largo y lacio). La "retribución" a sus
comunidades de origen consiste en aportar dinero para construir templos
religiosos o donaciones para causas que demuestren su "generosidad". Su santo
patrono es Jesús Malverde, un antiguo bandido justiciero que, en la tradición, roba
a los ricos y ayuda a los pobres. El culto incluye largas horas de música de
tambora cada vez que un "jale" o negocio de narcotráfico ha tenido éxito. Aquí no
hay miedo a parecer narcotraficante. Por el contrario, se busca parecer y, así,
ilusoriamente evadir la realidad de pobreza, o crearse un falso "respeto" al
convertirse en un "pesado", es decir, un personaje que provoca rechazo pero a la
vez infunde miedo, temor fundado. Situación que, en un ambiente de corrupción
judicial, crea en el ciudadano normal una sensación de malestar permanente, de
impotencia ante la brutalidad que imponen los criminales.
 
La labor del gobierno mexicano, más allá de una guerra frontal y abierta contra el
narcotráfico por medio de la fuerza de las armas, debería enfocarse en el aspecto
humano de la sociedad. Es decir, mejorar la educación teniendo como propósito el
ir más allá de sólo crear profesionistas, para fundamentalmente formar mejores
personas. Sin embargo, todo el trabajo del gobierno no valdría sin el apoyo de la
sociedad -que es donde reside la mayor responsabilidad-. Como sociedad
debemos tener claro que es un error convertir a los "narcos" en ídolos o aceptar su
supuesta benevolencia. El dinero de los "narcos" es obtenido mediante una
actividad criminal que causa la degradación física y moral e incluso la muerte de
miles de personas. Esta es una guerra que no se puede combatir y esperar ganar
con el simple uso de las armas. Si se le quiere ganar al narcotráfico, la verdadera
guerra está en el pensamiento y las aspiraciones de los ciudadanos.
 
¿Cómo los jóvenes se apropian de la narcocultura?

Los jóvenes siempre están en un proceso de ir formando su propia identidad y en


ese proceso tienden a buscar algún tipo de prototipo de lo que están viendo en su
día a día, en el cual puedan basar su relación con otros jóvenes, muchas veces
pueden tomar lo que hace un artista, lo que hace un maestro, lo que hace un
político o lo que hace un familiar; entonces tratan de tomar un ejemplo de cómo
relacionarse con los otros.

Entonces, en esas relaciones que tienen entre pares, dentro de las escuelas, o en
sus lugares de trabajo o en su propio entorno familiar, tratan de utilizar aquellas
herramientas e instrumentos, que son utilizados por la delincuencia organizada,
para ellos poder también de alguna manera en su día a día, ir resolviendo
conflictos o ir dando una imagen.

Por ejemplo, ven que en las narcoseries, muchos de los narcotraficantes tienen
poder, tienen dinero, tienen armas, tienen mujeres, etc. Entonces de alguna
manera ellos tratan de imitar eso, para poderse forjar una imagen ante los demás,
o también para tratar de alguna manera obtener, algún tipo de respeto donde los
demás los vean cómo ven a los narcotraficantes.

Esto se puede ver sobre todo en barrios donde hay mucha violencia, donde hay
mucha delincuencia.
Conclusión

No estoy de acuerdo con la narco-cultura, si bien es una manifestación social, lo


es de un sector que vulnera y agrede a aquellos que son más susceptibles de ser
atacados como los jóvenes o adultos que se dejan llevar por la necesidad de
probar una droga o de imitar o adoptar una moda propia del narcotráfico. No es
una moda o una tendencia cultura que edifique a la sociedad.

También podría gustarte