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SÍLABO DESARROLLADO DE
DERECHO ADMINSITRATIVO EN LA FUNCIÓN POLICIAL
DOCENTES
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TRUJILLO – 2022
SILABO
I. DATOS GENERALES
A. PROGRAMA DE ESTUDIOS : Ciencias Administrativas y Policiales
B. MODULO PROFESIONAL : Formación específica jurídica
C. UNIDAD DIDÁCTICA : Derecho Administrativo en la Función Policial
D. DOCENTES RESPONSABLES : Crnl. PNP ® SÁNCHEZ ARTEAGA Luis A.
Crnl. PNP MENDEZ YUPANQUI JAVIER N.
Cmdte. PNP ® PÉREZ SOSAYA Marco A.
Cmdte. PNP ® TEJADA RUIZ José Luis E.
MY. S PNP CORONEL FERNÁNEZ Julio C.
SS PNP SÁNCHEZ SÁNCHEZ Carlos G.
Mg. DEL CARPIO SEDANO Maribel J.
E. PERIODO LECTIVO : 2021 II
F. PERIODO ACADÉMICO :V
G. NÚMERO DE CRÉDITOS TOTALES: 03 (2 teóricos – 1 práctico)
H. N° HORAS/SEMANAS : 64/32 (teóricas) y 32 (prácticas)
I. N° DE HORAS : 04
J. PLAN DE ESTUDIOS : 2022-V
K. FECHA DE INICIO : 09 mayo 2022
L. FECHA DE FINALIZACIÓN : 27 agosto 2022
II. SUMILLA
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Aplicar la función policial y las normas legales sobre derecho administrativo de manera
profesional, por igual a todos los organismos del estado, en especial a los usuarios.
V. CONTENIDOS
INDICADORES DE LOGRO
FUENTES DE ORDENAMIENTO
ADMINISTRATIVO Equipo multimedia.
Visualizan Participación Videos
SEGUNDA diapositivas activa Normas legales
SEMANA ASIGNACIÓN DEL TRABAJO Legislación vigente Trabajo en equipo sobre Fuentes del
(04 horas) INDIVIDUAL Y COLABORATIVO
Responden Muestra interés ordenamiento
16-21MAY22
Preguntas administrativo
Equipo multimedia.
Visualizan Muestra interés
TERCERA LEY DEL PROCEDIMIENTO Material didáctico.
diapositivas sobre la Es proactivo
SEMANA ADMINISTRATIVO GENERAL
LPAG
Normas legales
Sensibilización
(04 horas) Plumones
Preguntas y con el tema
23-28MAY22 respuestas
Pizarra
Actitud reflexiva
Video
Analizan video sobre la
sensibilizador.
QUINTA ORGANIZACIÓN DE LA organización de la
Equipo multimedia.
SEMANA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA administración pública Actitud reflexiva
Normas legales.
(04) horas PERUANA Responden preguntas Muestra interés
Plumones
06-11JUN22
Pizarra
SÉTIMA Examen
PRIMER EXAMEN PARCIAL Entrega del examen Participación
SEMANA (60 minutos). activa
Lapicero
(04 horas) Plumones
20-25JUN22 Pizarra.
SEMANA CONTENIDO
RECURSOS
ACADÉMICA CONCEPTUAL PROCEDIMENTAL ACTITUDINAL
Equipo
DÉCIMA LOS RECURSOS Analizan video sobre los
ADMINISTRATIVOS Muestra interés multimedia
PRIMERA recursos administrativos
Es proactivo Diapositivas
(04 horas) RECEPCIÓN DE TRABAJOS
conocen procedimientos
Trabaja en equipo Videos
APLICATIVOS INDIVIDUALES sobre la materia
Actitud reflexiva Normas
18-23JUL22 Responden a preguntas.
DÉCIMA Examen
SEGUNDO EXAMEN PARCIAL Entrega del examen Lapicero
SEGUN. (60 minutos). Participación activa
Plumones
(04 horas) Pizarra
25-30JUL22
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SEMANA CONTENIDO
RECURSOS
ACADÉMICA CONCEPTUAL PROCEDIMENTAL ACTITUDINAL
DÉCIMA Examen
SEXTA EXAMEN FINAL DACA Entrega del examen
Participación activa Lapicero
(04) horas
Recepción del trabajo
22-27AGO22
grupal.
VI. METODOLOGÍA
INDICADORES INSTRUMENTOS
Conceptual:
Explica los fundamentos teóricos del
Derecho Administrativo en la Función
Policial, así como la normatividad Interrogatorio / Lista de
vigente en nuestro país con el propósito cotejo
Dialogo / Cuadro de
de aplicarlos y garantizar una
participación
convivencia pacífica entre todas las
personas.
Procedimental:
Dramatiza los casos relacionados con los Observación Sistemática /
procedimientos policiales en el marco de las Guía de observación
leyes vigentes a fin de evitar a futuro Prueba / Objetiva
excesos o algún nivel de violencia en su Solicitud de productos/
aplicación. Proyectos
Actitudinal:
Mantiene la calma bajo presión, es
responsable y de buen trato con los
demás con el objetivo de desenvolverse Ficha de observación
en forma idónea en sus quehaceres
cotidianos.
PRODUCTO ACREDITABLE: El estudiante al término de la UD debe
presentar DOS (02) trabajos: Un (01) Trabajo Colaborativo y Un (01)
Trabajo Aplicativo Individual.
09 AL 14MAY2022
INTRODUCCIÓN
Y ahora que ya tratamos en qué consiste la función administrativa, veremos en que consiste el
derecho administrativo.
El Derecho Administrativo es aquella rama del derecho que estudia las relaciones entre la
administración pública y los privados; es decir, entre la administración pública y los destinatarios
de la actividad administrativa.
El derecho administrativo estudia también las reglas propias de organización y funcionamiento
de la administración pública, dentro de ello al personal que forma parte de la citada
administración y de la aplicación del procedimiento administrativo, que es aquel mecanismo que
está previendo como realiza su actividad; de allí, que el ordenamiento jurídico establece que la
actuación de la administración pública debe regularse en torno a el establecimiento de un
conjunto de potestades o prerrogativas exorbitantes que se le reconoce y no a los privados, con
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la finalidad de facilitar el cumplimiento de sus objetivos que son siempre de tutela de los
intereses públicos o de la colectividad.
¿Cuáles son estas prerrogativas?
- La presunción de la legalidad de su actuación.
- Ella misma, tiene la potestad de anular sus decisiones cuando sean ilegales o graven al
interés público.
- La regla de que no se le puede cuestionar si no se ha agotado la vía administrativa.
- La autotutela administrativa ejecutiva: ella misma puede hacer cumplir sus decisiones.
En el caso de la administración pública, ella no requiere acudir al poder judicial para hacer
cumplir sus decisiones, ella misma lo hace cumplir como ocurre a través de la ejecución
coactiva.
Por tanto, en la regulación del procedimiento administrativo se establecen estas prerrogativas
por parte de la administración, pero, además, el ordenamiento establece que esas prerrogativas
tienen que ejercerse en armonía con los intereses y derechos de los destinatarios.
Esta es la importancia del derecho administrativo.
Otra definición del Derecho Administrativo:
Es la rama del derecho público que estudia los principios y normas relacionadas con la función
administrativa y actividad de la administración pública, también estudia las relaciones que se
dan entre la administración y los particulares, las relaciones inter orgánicas y su control que
incluye la protección judicial de los particulares y el derecho de defensa en contra de los actos
que le afectan al administrado.
FUNCIÓN ADMINISTRATIVA
La función administrativa es la que el Estado realiza bajo un orden jurídico, y que consiste en
la ejecución de actos que determinan situaciones jurídicas para casos individuales.
Es la función del Estado que se ocupa de la satisfacción de los intereses comunitarios
impostergables. Es la función más amplia que se utiliza en la esfera estatal y es la función
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principal del Poder Ejecutivo, donde encontramos el derecho administrativo puro.
"La función administrativa es la actividad concreta, practica, desarrollada por el Estado para la
inmediata obtención de sus cometidos”.
La función administrativa tiene por objeto la gestión inmediata de los asuntos jurídico-
públicos, así como la satisfacción de los intereses generales. A diferencia de la función
ejecutiva, cuyas decisiones tienen un contenido netamente político, esta función busca ejecutar,
dirigir y servir a la población de una manera más directa y tangible.
En ese sentido, la función administrativa tiene un contenido complejo, en la medida que integra
una tarea de ejecución material de obligaciones y deberes establecidos en las leyes, una labor
de reglamentación de las prescripciones normativas, y una labor de eliminar incertidumbres en
la esfera de los derechos de contenido legal de los particulares. Es ejercida, de modo originario
por las entidades de la administración pública, y también inclusive por particulares, a título de
delegación, concesión o autorización.
De lo expuesto se desprende que la función administrativa es en esencia una actividad que
realizan los distintos entes estatales dentro de los parámetros establecidos por ley, y según las
competencias otorgadas. Dichas actividades se manifiestan a través de los distintos actos
administrativos, los cuales se encuentra sometidos al Derecho Público. Así tenemos que la
función administrativa se exterioriza de las siguientes maneras:
a) El Acto Administrativo: es la declaración unilateral efectuada en ejercicio de la función
administrativa que produce efectos jurídicos individuales en forma directa.
b) Reglamento Administrativo: declaración unilateral efectuada en ejercicio de la función
administrativa que produce efectos jurídicos generales en forma directa.
c) Simple Acto de la Administración: declaración unilateral interna o ínter orgánica efectuada
en ejercicio de la función administrativa que produce efectos individuales en forma indirecta.
d) Hecho Administrativo: acto material traducido en operaciones técnicas o actuaciones
físicas, ejecutadas en ejercicio de la función administrativa productora de efectos jurídicos
directos o indirectos.
e) Contrato Administrativo: declaración bilateral o de voluntad común productora de efectos
jurídicos entre dos o más personas, de la cuales una de esta en ejercicio de la función
administrativa.
Al ser la función administrativa un concepto relativamente nuevo dentro de la concepción del
Estado, existen una serie de doctrinas que tratan de esclarecer el panorama sobre esta figura.
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LAS FUNCIONES DEL ESTADO, se clasifican tradicionalmente en:
1. FUNCION LEGISLATIVA
Función del Estado que se ocupa de dictar, alterar o suspender las leyes (normas jurídicas de
alcance general, abstractas, de cumplimiento obligatorio y dirigidas a un número indeterminado
o determinable de personas) siempre que sean conformes a la Constitución Nacional. Es la
función principal del Poder Legislativo.
2. FUNCION JUDICIAL
Función del Estado que se ocupa de interpretar y aplicar la ley en casos concretos, para
resolver controversias jurídicas entre partes con intereses contrapuestos (imponiendo una
decisión con fuerza de verdad legal). Es la función principal del Poder Judicial.
3. FUNCION ADMINISTRATIVA
Función del Estado continua, rápida e inmediata que se ocupa de que se cumpla la ley y de
satisfacer los intereses comunitarios impostergables. Es la función principal del Poder Ejecutivo
(a cargo del Presidente de la Nación) dentro de la cual está la función administrativa.
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ES UNA FUNCIÓN CONTINUA Y PERMANENTE
Que va desde la realización de sus libertades, los derechos y deberes del ciudadano, hasta la
prestación de los servicios públicos que es lo mismo que satisfacer las necesidades publicas
insatisfechas y por supuesto los de llevar a cabo o realizar las aspiraciones de calidad de vida y
de prosperidad general.
A diferencia de las otras funciones del estado la función administrativa se caracteriza porque
cumple esencialmente una función adaptativa de los deberes de satisfacción de necesidades
colectivas y de protección de los derechos a cargo del estado frente a las transformaciones
sociales.
Aplica por consiguiente la función administrativa la teoría de la adaptación medio.
Ya que tiene a su cargo la tutela de los derechos y deberes de las personas, esta tutela la lleva
a cabo para la consecución de los intereses generales.
Significa que cuando se adopta una decisión administrativa se adopta en derecho, debe
producir un resultado material.
ES FUNCIÓN INMEDIATA
Porque las decisiones que tomen las autoridades deben ser cumplidas una vez se han impuesto
y el diálogo entre el administrado y la administración es inmediato.
Porque siempre es ejercida por el Estado, o por los particulares a través la delegación,
autorización o concesión de la autoridad estatal.
Criterios diferenciadores de la función administrativa en relación a otras funciones del estado.
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Toma en cuenta el órgano que realiza la función. De esta forma solo habría actividad
administrativa. En el Poder Ejecutivo; actividad administrativa.
Poder Legislativo, actividad legislativa.
Estas sostienen que la función administrativa es aquella actividad que predominantemente
realiza el órgano ejecutivo y los órganos que actúan en su esfera.
Este criterio es criticado por Gordillo y dice "Se sostuvo primero que la función administrativa es
la que realiza el Poder Ejecutivo…. Desde el punto de vista orgánico (a veces llamado formal.),
según el acto sea realizado por un órgano jurisdiccional (independiente), administrativo
(dependiente) o legislativo (de índole constitucional), nos encontraríamos ante una función de
tal o cual tipo; criterio insuficiente por cuanto según se ha visto los otros órganos estatales
(legislativo y jurisdiccionales) también realizan funciones administrativas”.
1. Son actos administrativos, las declaraciones de las entidades que, en el marco de normas
de derecho público, están destinadas a producir efectos jurídicos sobre los intereses,
obligaciones o derechos de los administrados dentro de una situación concreta.
De tal modo, los componentes del procedimiento aparecen con su valor propio: La resolución
como el acto principal con vocación de ser terminal y los actos preparatorios, como
instrumentos de aquella, vinculados en una relación de medios afines.
1. Competencia. - Ser emitido por el órgano facultado en razón de la materia, territorio, grado,
tiempo o cuantía, a través de la autoridad regularmente nominada al momento del dictado y en
caso de órganos colegiados, cumpliendo los requisitos de sesión, quórum y deliberación
indispensables para su emisión.
2. Objeto o contenido. - Los actos administrativos deben expresar su respectivo objeto, de tal
modo que pueda determinarse inequívocamente sus efectos jurídicos. Su contenido se ajustará
a lo dispuesto en el ordenamiento jurídico, debiendo ser lícito, preciso, posible física y
jurídicamente, y comprender las cuestiones surgidas de la motivación.
3. Finalidad Pública. - Adecuarse a las finalidades de interés público asumidas por las normas
que otorgan las facultades al órgano emisor, sin que pueda habilitársele a perseguir mediante el
acto, aun encubiertamente, alguna finalidad sea personal de la propia autoridad, a favor de un
tercero, u otra finalidad pública distinta a la prevista en la ley. La ausencia de normas que
indique los fines de una facultad no genera discrecionalidad.
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cumplimiento del procedimiento administrativo previsto para su generación.
Cuando una ley lo autorice, la autoridad, mediante decisión expresa, puede someter el acto
administrativo a condición, término o modo, siempre que dichos elementos incorporables al
acto, sean compatibles con el ordenamiento legal, o cuando se trate de asegurar con ellos el
cumplimiento del fin público que persigue el acto.
Una modalidad accesoria no puede ser aplicada contra el fin perseguido por el acto
administrativo.
Los actos administrativos deberán expresarse por escrito, salvo que, por la naturaleza y
circunstancias del caso, el ordenamiento jurídico haya previsto otra forma, siempre que permita
tener constancia de su existencia.
El acto escrito indica la fecha y lugar en que es emitido, denominación del órgano del cual
emana, nombre y firma de la autoridad interviniente. Cuando el acto administrativo es producido
por medio de sistemas automatizados, debe garantizarse al administrado conocer el nombre y
cargo de la autoridad que lo expide.
Cuando deban emitirse varios actos administrativos de la misma naturaleza, podrá ser
empleada firma mecánica o integrarse en un solo documento bajo una misma motivación,
siempre que se individualice a los administrados sobre los que recaen los efectos del acto. Para
todos los efectos subsiguientes, los actos administrativos serán considerados como actos
diferentes.
El objeto o contenido del acto administrativo es aquello que decide, declara o certifica la
autoridad.
En ningún caso será admisible un objeto o contenido prohibido por el orden normativo, ni
incompatible con la situación de hecho prevista en las normas; ni impreciso, obscuro o
imposible de realizar.
No podrá contravenir en el caso concreto disposiciones constitucionales, legales, mandatos
judiciales firmes; ni podrá infringir normas administrativas de carácter general provenientes de
autoridad de igual, inferior o superior jerarquía, e incluso de la misma autoridad que dicte el
acto.
El contenido debe comprender todas las cuestiones de hecho y derecho planteadas por los
administrados, pudiendo involucrar otras no propuestas por estos que hayan sido apreciadas de
oficio, siempre que la autoridad administrativa les otorgue un plazo no menor a cinco (5) días
para que expongan su posición y, en su caso, aporten las pruebas que consideren pertinentes.
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MOTIVACIÓN DEL ACTO ADMINISTRATIVO
La motivación debe ser expresa, mediante una relación concreta y directa de los hechos
probados relevantes del caso específico, y la exposición de las razones jurídicas y normativas
que con referencia directa a los anteriores justifican el acto adoptado.
Puede motivarse mediante la declaración de conformidad con los fundamentos y conclusiones
de anteriores dictámenes, decisiones o informes obrantes en el expediente, a condición de que
se les identifique de modo certero, y que por esta situación constituyan parte integrante del
respectivo acto. Los informes, dictámenes o similares que sirvan de fundamento a la decisión,
deben ser notificados al administrado conjuntamente con el acto administrativo.
No son admisibles como motivación, la exposición de fórmulas generales o vacías de
fundamentación para el caso concreto o aquellas fórmulas que por su oscuridad, vaguedad,
contradicción o insuficiencia no resulten específicamente esclarecedoras para la motivación del
acto. No constituye causal de nulidad el hecho de que el superior jerárquico de la autoridad que
emitió el acto que se impugna tenga una apreciación distinta respecto de la valoración de los
medios probatorios o de la aplicación o interpretación del derecho contenida en dicho acto.
Dicha apreciación distinta debe conducir a estimar parcial o totalmente el recurso presentado
contra el acto impugnado.
No precisan motivación los siguientes actos:
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El Derecho Administrativo se despliega con autonomía, siendo importante en su aplicación el
uso de las fuentes del derecho que le son propia, afín de cubrir los vacíos existentes incluyendo
sus principios generales.
El termino fuente según Delpiazzo Carlos, significa “… el origen de donde emerge o brota el
derecho”. Por otro lado, desde una perspectiva jurídica, existen una serie de teorías acerca del
alcance de las fuentes del derecho.
Las fuentes del Derecho se clasifican en Fuentes formales y Fuentes materiales.
Las primeras tratan sobre los procesos de creación y manifestación de normas jurídicas,
ejemplo la legislación, la constitución, los tratados internacionales, la jurisprudencia y la
costumbre; las segundas son las circunstancias históricas, factores y elementos que se dan en
cierta época e influyen en el contenido de las normas jurídicas.
Así también, se ha hecho una distinción según como las fuentes contribuyan a la producción del
Derecho. En ese contexto, tenemos por un lado a las fuentes directas o creadoras, y por el otro,
a las de evidencia o indirectas, La fuentes directas o creadoras, son aceptadas por el organismo
jurídico vigente, como un modo de crear derecho (leyes o normas) y las fuentes de evidencia,
no buscan crear derecho, sino evidenciar la existencia del mismo, teniendo como objetivo
principal el ayudar a entender el contenido de las normas y leyes (doctrina y jurisprudencia);
todo ello con la finalidad de solucionar las posibles oposiciones que pudiesen generarse.
Principios Básicos:
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a) El Principio de Jerarquía, establece que, ante la oposición de fuentes, prevalecerá
aquella con más valor formal, es decir aquella que tenga mayor capacidad de producir
efectos jurídicos, ya sean derogatorios o de innovación.
b) El Principio de Temporalidad, nos plantea que, entre fuentes de igual jerarquía, se
elegirá a aquella que hubiese sido emitida con posterioridad.
c) El principio de competencia, implica la atribución de la potestad de regular
determinadas materias o de dictar cierto tipo de normas a un órgano concreto, con
exclusión de los demás.
Las fuentes del derecho administrativo en nuestro país se encuentran normadas en la ley
de Procedimiento Administrativo General Ley 27444, artículo V del Título Preliminar, siendo
las siguientes:
Ello porque opera como norma que limita el poder estatal, estableciendo como
resultado evidentes límites al accionar de la Administración Pública, sobre la base de
principios, derechos e instituciones constitucionalmente garantizadas.
A la vez, la norma constitucional determina la organización el Estado, en particular,
respecto a las atribuciones y funciones de los diversos entes que lo componen, de tal
manera que el origen de la competencia administrativa se encuentra en la norma
constitucional. Teniendo en cuenta, claro está, que no toda la Administración Pública se
encuentra dentro del Estado.
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En un mundo global el derecho internacional adquiere un rol trascendental, siendo que
el Derecho Administrativo también se funda en normas internacionales, como tratados,
convenios y declaraciones, si esto genera obligaciones a cargo de la administración
pública en un Estado. El Art. 55 Constitucional establece “que los tratados celebrados
por el Estado y en vigor forman parte del derecho nacional, sin embargo; no se
establece su rango con claridad.
Algunos internacionalistas nacionales, les confieren una jerarquía equivalente a las
normas constitucionales, por cuanto de acuerdo con lo dispuesto en la cuarta
disposición final y transitoria de nuestra Constitución actual, “las normas relativas a los
derechos y a las libertades que la Constitución reconoce se interpretarán de
conformidad con la Declaración Universal de Derechos Humanos y con los tratados y
acuerdos internacionales sobre las mismas materias ratificados por el Perú”. Otros les
confieren un valor superior a las leyes, teniendo en consideración el Art. 27 de la
Convención de Viena, ratificado por el Perú en octubre del año 2000, mediante Decreto
Supremo N° 029-2000-RE, en el que nuestro país se reconoce la primacía de las
normas internacionales sobre las nacionales.
Más allá de esta polémica discusión existen diversos tratados internacionales de los
cuales el Perú es signatario, que imponen obligaciones y/o deberes específicos de
actuación a la administración pública, tal como acontece con el ámbito de los tratados
internacionales de derechos humanos de los cuales el Perú es parte, como el Pacto de
San José de Costa Rica; entre otros, así como a los mecanismos de integración
comunitaria (Comunidad Andina de Naciones) o bilateral, y de instituciones o normas
multilaterales (Convención Interamericana contra la Corrupción).
La ley es la norma emitida por el órgano legislativo congreso de alcance general que
obliga a un número indeterminado de personas, mandando o prohibiendo alguna cosa,
pero dentro esta categoría se incluyen también la Ley Orgánica que regula la
organización del Estado las Leyes Presupuestarias las Leyes de Reforma
Constitucional, así como deben incluirse también en las disposiciones de jerarquía
equivalente a los decretos legislativos, los mismos que son emitidos por el poder
ejecutivo, previa autorización del congreso en la que se expresa las materias a regular
y el plazo durante el cual puede hacerse uso de la delegación, decretos de urgencia
que implican la facultad del gobierno de emitir normas con rango de ley sin autorización
alguna debido a situaciones excepcionales, la constitución del 1993 prescribe que las
medidas extraordinarias, que puede dictar el presidente en materia económica o
financiera debe ser expedidos con cargo a dar cuenta al congreso y cuando lo requiera
el interés nacional, el reglamento del congreso, las normas regionales y locales de
carácter general. La ley se caracteriza por ser de cumplimiento obligatorio para las
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instituciones, así como para los particulares y se presume que una vez publicadas las
personas tienen conocimiento de las mismas.
Esta debe cumplir con los siguientes requisitos: AUTENTICIDAD, GENERALIDAD,
COERCIBILIDAD, OBLIGATORIEDAD.
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Así, los principios generales del derecho son las ideas, postulados éticos o criterios
fundamentales, básicos, positivizados o no, que condicionan y orientan la creación,
interpretación e integración del ordenamiento jurídico escrito (legal y jurisprudencial) y
consuetudinario: buena fe, equidad, respeto recíproco, razonabilidad, etc.
Los principios generales ofrecen medios más adecuados para una mejor interpretación
y aplicación de la norma legal y consuetudinaria.
D. PRECEDENTES ADMINISTRATIVOS
La LPAG ha optado por otorgar carácter de fuentes del derecho administrativo a los
pronunciamientos calificados como precedentes administrativos. Estos precedentes deben
haber sido emitidos por Tribunales o Consejos Administrativos regidos por leyes
especiales, y, asimismo, deben cumplir con ciertos requisitos especiales contenidos en el
artículo VI del Título Preliminar de la LPAG, norma que señala lo siguiente:
1. Los actos administrativos que al resolver casos particulares interpreten de modo expreso
y con carácter general el sentido de la legislación, constituirán precedentes
administrativos de observancia obligatoria por la entidad, mientras dicha interpretación
no sea modificada. Dichos actos serán publicados conforme a las reglas establecidas en
la presente norma.
2. Los criterios interpretativos establecidos por las entidades, podrán ser modificados si se
considera que no es correcta la interpretación anterior o es contraria al interés general.
La nueva interpretación no podrá aplicarse a situaciones anteriores, salvo que fuere más
favorable a los administrados.
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1. Las autoridades superiores pueden dirigir u orientar con carácter general la actividad de
los subordinados a ellas mediante circulares, instrucciones y otros análogos, los que, sin
embargo, no pueden crear obligaciones nuevas a los administrados.
Las de carácter informativo, mediante las cuales el órgano superior advierte a los
inferiores de la ocurrencia de hechos relevantes para el ejercicio de la actividad. Por
ejemplo, una circular del área de personal que informa un cambio de horario de
labores.
Las de carácter directivo, mediante las cuales se imponen a los órganos inferiores los
objetivos concretos o parámetros de eficacia que deben lograr en determinados
campos de su actividad. Por ejemplo, una circular que aprueba los índices de
desempeño o productividad que deben alcanzarse en una dependencia policial.
Las de carácter preceptivo, mediante las cuales el órgano superior establece líneas
concretas de actuación en un momento determinado o criterios de resolución ante una
situación específica, como sucede con los lineamientos resolutivos que aprueban
algunas entidades. Por ejemplo, una circular de la autoridad aduanera que dispone a
las intendencias como debe procederse con el despacho de mercaderías.
Las autoridades administrativas no podrán dejar de resolver las cuestiones que se les
proponga, por deficiencia de sus fuentes; en tales casos, acudirán a los principios del
procedimiento administrativo previstos en esta Ley; en su defecto, a otras fuentes
supletorias del derecho administrativo, y sólo subsidiariamente a éstas, a las normas de
otros ordenamientos que sean compatibles con su naturaleza y finalidad.
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Cuando la deficiencia de la normativa lo haga aconsejable, complementariamente a la
resolución del caso, la autoridad elaborará y propondrá a quien competa, la emisión de la
norma que supere con carácter general esta situación, en el mismo sentido de la resolución
dada al asunto sometido a su conocimiento.
Para resolver estos asuntos, las autoridades deben acudir en orden descendente a las
siguientes fuentes supletorias:
c) Analogía de otros ordenamientos (Por ejemplo, el Código Procesal Civil o Código Civil)
en aquellos aspectos que sean compatibles con la naturaleza y finalidad administrativa.
Adicionalmente a la resolución del caso concreto, la norma faculta a la autoridad para dar
noticia de la insuficiencia normativa para generar un tratamiento de nivel general a este
caso, el mismo que debe ser concordante con la resolución dada al caso particular. Esta
situación, puede conllevar desde una iniciativa legislativa hasta una propuesta al superior
para la modificación de la disposición insuficiente.
II UNIDAD
La Ley del procedimiento Administrativo General (2001), es la ley principal que integra el
Derecho Administrativo, se trata de un conjunto de normas que definen la existencia de los
procedimientos administrativos y regula la validez de los actos emitidos por las entidades
públicas, siendo aplicable a todos los actos y procedimientos iniciados en la Administración
Pública.
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La LPAG, establece el régimen jurídico aplicable a la Administración Pública, a fin de que su
actuación garantice el interés general y los derechos e intereses de los administrados,
respetando el ordenamiento constitucional y jurídico.
Se aplica cuando cualquier entidad estatal hace uso de sus facultades o potestades
administrativas. Estas potestades nacen de la Constitución Política y le son otorgadas con el fin
de gestionar los recursos públicos con fines de servicio a la sociedad.
I. CARACTERISTICAS
La ley 27444 se distingue por:
Ius imperiun:
Poder jurídico otorgado por la Constitución a las entidades públicas para imponer las
normas, administrar los recursos del Estado y ejecutar sus actos. De esta manera las
personas naturales y jurídicas, quedan sometidas a las decisiones de la administración
pública.
Común:
Se refiere al amplio campo y situaciones en la que se debe aplicar.
Innovador:
Busca que el Estado Peruano se modernice y logre altos estándares de eficiencia y
accesibilidad a los ciudadanos.
Colectivo:
Regula las relaciones de las entidades Públicas con el resto de la Sociedad, busca la
armonía de la mayoría de intereses y la prevalencia del bienestar general.
6. Los Organismos a los que la Constitución Política del Perú y las leyes confieren
autonomía (OSITRAN, OSINERGMIN, SUNASS, OSIPTEL, etc.).
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7. Las demás entidades, organismos, proyectos especiales, y programas estatales,
cuyas actividades se realizan en virtud de potestades administrativas y, por tanto, se
consideran sujetas a las normas comunes de derecho público, salvo mandato expreso
de ley que las refiera a otro régimen; (Ejemplo. Autoridad Portuaria CHAVIMOCHIC,
PEJESA).
8. Las personas jurídicas bajo el régimen privado que prestan servicios públicos o
ejercen función administrativa, en virtud de concesión, delegación o autorización del
Estado, conforme a la normativa de la materia. (Ejemplo. SEDALIB, PETROPERU,
FONDO MI VIVIENDA, etc.).
Los procedimientos que tramitan las personas jurídicas mencionadas en el párrafo anterior
se rigen por lo dispuesto en la presente Ley, en lo que fuera aplicable de acuerdo a su
naturaleza privada.
CONTENIDO
Las leyes que crean y regulan los procedimientos especiales no podrán imponer
condiciones menos favorables a los administrados que las previstas en la presente
Ley.
FINALIDAD
Tiene por finalidad establecer el régimen jurídico aplicable para que la actuación de
la Administración Pública sirva a la protección del interés general, garantizando los
derechos e intereses de los administrados y con sujeción al ordenamiento
constitucional y jurídico en general.
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Constituir el marco legal para la generación de otras disposiciones reglamentarias de
carácter general.
Sin lugar a dudas se trata de una corriente legislativa inspirada en la Ley de Procedimiento
Administrativo General, que ha sido el primer cuerpo legal que consagró una extensa
relación de principios de Derecho específicos del procedimiento administrativo. Constituye
ejemplo de la anotada tendencia un buen número de las disposiciones dictadas por los
organismos reguladores de servicios públicos y de concesiones de infraestructura en
ejercicio de sus potestades normativas, especialmente los reglamentos de carácter
autónomo que se dictan regulando el trámite de diversos procedimientos administrativos
especiales los que por regla general son aprobados cuidando de consagrar una relación de
principios que tienen por objetivo constituir los parámetros o pautas para la aplicación e
interpretación del reglamento en cuestión, los mismos que se aplican sin perjuicio de que
puedan ser también de aplicación a otros principios del Derecho Administrativo.
Cada principio contiene una definición precisa que le da un contenido específico y bien
delimitado, de suerte que ninguno puede ser interpretado en sentido contrario a los
propósitos benéficos que persigue su aplicación al procedimiento administrativo.
Principio de Legalidad
Las autoridades administrativas deben actuar con respeto a la Constitución, la ley y
al derecho, dentro de las facultades que le estén atribuidas y de acuerdo con los
fines para los que les fueron conferidas.
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Principio del Debido Procedimiento
Los administrados gozan de los derechos y garantías implícitos al debido
procedimiento administrativo. Tales derechos y garantías comprenden, de modo
enunciativo mas no limitativo, los derechos a ser noticiados; a acceder al expediente;
a refutar los cargos imputados; a exponer argumentos y a presentar alegatos
complementarios; a ofrecer y a producir pruebas; a solicitar el uso de la palabra,
cuando corresponda; a obtener una decisión motivada, fundada en derecho, emitida
por autoridad competente, y en un plazo razonable; y, a impugnar las decisiones que
los afecten.
La institución del debido procedimiento administrativo se rige por los principios del
Derecho Administrativo. La regulación propia del Derecho Procesal es aplicable solo
en cuanto sea compatible con el régimen administrativo.
Principio de Razonabilidad
Las decisiones de la autoridad administrativa, cuando creen obligaciones, calquen
infracciones, impongan sanciones, o establezcan restricciones a los administrados,
deben adaptarse dentro de los límites de la facultad atribuida y manteniendo la
debida proporción entre los medios a emplear y los fines públicos que deba tutelar,
a fi n de que respondan a lo estrictamente necesario para la satisfacción de su
cometido.
Principio de Imparcialidad
Las autoridades administrativas actúan sin ninguna clase de discriminación entre los
administrados, otorgándoles tratamiento y tutela igualitarios frente al procedimiento,
resolviendo conforme al ordenamiento jurídico y con atención al interés general.
Principio de Informalismo
Las normas de procedimiento deben ser interpretadas en forma favorable a la
admisión y decisión final de las pretensiones de los administrados, de modo que sus
derechos e intereses no sean afectados por la exigencia de aspectos formales que
puedan ser subsanados dentro del procedimiento, siempre que dicha excusa no
afecte derechos de terceros o el interés público.
31
responden a la verdad de los hechos que ellos afirman. Esta presunción admite
prueba en contrario.
Principio de Celeridad
Los procedimientos deben ser dinámicos, los funcionarios deben evitar actuaciones
procesales que dificulten su desenvolvimiento o constituyan meros formalismos, a
fin de alcanzar una decisión en tiempo razonable, sin que ello releve a las
autoridades del respeto al debido procedimiento o vulnere el ordenamiento. Los
procedimientos deben ser cortos, rápidos.
Principio de Eficacia
Los sujetos del procedimiento administrativo deben hacer prevalecer el cumplimiento
de la finalidad del acto procedimental, sobre aquellos formalismos cuya realización no
incida en su validez, no determinen aspectos importantes en la decisión final, no
disminuyan las garantías del procedimiento, ni causen indefensión a los
administrados. En todos los supuestos de aplicación de este principio, la finalidad
del acto que se privilegie sobre las formalidades no esenciales deberá ajustarse al
marco normativo aplicable y su validez será una garantía de la finalidad pública que
se busca satisfacer con la aplicación de este principio.
Principio de Participación
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Las entidades deben brindar las condiciones necesarias a todos los administrados
para acceder a la información que administren, sin expresión de causa, salvo
aquellas que afectan la intimidad personal, las vinculadas a la seguridad nacional o
las que expresamente sean excluidas por ley; y extender las posibilidades de
participación de los administrados y de sus representantes, en aquellas decisiones
públicas que les puedan afectar, mediante cualquier sistema que permita la difusión,
el servicio de acceso a la información y la presentación de opinión.
Principio de Simplicidad
Los trámites establecidos por la autoridad administrativa deberán ser sencillos,
debiendo eliminarse toda complejidad innecesaria; es decir, los requisitos exigidos
deberán ser racionales y proporcionales a los fines que se persigue cumplir.
Principio de Uniformidad
La autoridad administrativa deberá establecer requisitos similares para trámites
similares, garantizando que las excepciones a los principios generales no serán
convertidas en la regla general. Toda diferenciación deberá basarse en criterios
objetivos debidamente sustentados.
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Principio del Ejercicio Legítimo del Poder
La autoridad administrativa ejerce única y exclusivamente las competencias
atribuidas para la finalidad prevista en las normas que le otorgan facultades o
potestades, evitándose especialmente el abuso del poder, bien sea para objetivos
distintos de los establecidos en las disposiciones generales o en contra del interés
general.
Principio de Responsabilidad
La autoridad administrativa está obligada a responder por los daños ocasionados
contra los administrados como consecuencia del mal funcionamiento de la actividad
administrativa, conforme lo establecido en la presente ley. Las entidades y sus
funcionarios o servidores asumen las consecuencias de sus actuaciones de acuerdo
con el ordenamiento jurídico.
Finalmente, dejamos constancia que la vinculación de las autoridades administrativas con estos
principios es directa, sin necesidad de regulación adicional, reglamentación, orden superior, o
cualquier acción jurídica intermedia o particularización al caso que se encuentra en trámite.
Constituyen verdaderos deberes funcionales por ser operativos directamente, para los
procedimientos comunes y especiales.
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Característica del acto administrativo, es que los efectos subjetivos que producen son
concretos, de materia y situación jurídico-administrativa específica, lo que los diferencia de los
reglamentos que son abstractos, generales e impersonales.
Las modalidades a que puede sujetarse un acto administrativo son los tradicionales de todo
acto jurídico, conforme a la teoría general del derecho: plazo, modo y condición.
1. PLAZO
Esta modalidad establece el momento mismo en que los efectos jurídicos del acto
administrativo comienzan o cesan.
2. CONDICIÓN
Esta modalidad es el hecho futuro e incierto al que se subordina el nacimiento o extinción de los
efectos del acto administrativo, según sea condición suspensiva o resolutoria. En particular la
condición suspensiva ha sido materia de cuestionamientos doctrinarios por importar una
limitación a la ejecutoriedad del acto, por lo que su empleo es restrictivo, quedando virtualmente
como aplicable a casos de actos administrativos que requieren de una aprobación o
conformidad posterior para tener eficacia.
3. MODO
Esta modalidad consiste en una carga u obligación que se le impone al administrado, como
sucede frecuentemente en las contrataciones o contratos de compraventa de acciones que
establecen deberes de interés público para el adquirente. La carga puede ser exigida
directamente por la Administración.
La existencia del acto administrativo depende del cumplimiento correcto de sus elementos
esenciales de validez: la competencia, el objeto y contenido posible, la finalidad pública,
motivación y procedimiento regular.
Las características que deben reunir el objeto o contenido del acto deben ser:
Legalidad
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Conformidad con el marco legal que lo regula (en los términos establecidos en el principio de
legalidad - artículo IV del Título Preliminar de la LPAG.).
Precisión
El acto debe ser determinado o por lo menos determinable, para poder identificar de qué
decisiones se trata, a quiénes comprende, qué intereses o derechos afecta o favorece, en qué
circunstancias de tiempo o modo producirán sus efectos.
Posibilidad Jurídica
Posibilidad jurídica que se presenta no solo cuando su contenido está habilitado expresamente
por alguna disposición superior, sino también si el ordenamiento jurídico otorga a la
Administración la facultad de cumplir y hacer cumplir una obligación, por medio de sus órganos
y en ejercicio de sus facultades. De tal suerte que también nos encontraremos frente a un acto
gubernativo jurídicamente imposible, cuando para la Administración no exista posibilidad de
cumplirlo o ejecutarlo (por ejemplo, la sanción disciplinaria a quien ya no es funcionario o
servidor público en el régimen laboral privado).
Posibilidad Fáctica
La imposibilidad puede provenir de una causal personal (imposibilidad que se aplique a la
persona a la cual se refiere el acto), o de una causal material (si el objeto sobre el cual recae el
acto ha desaparecido).
Congruencia con la motivación
Finalmente, acerca de la sujeción del contenido de los actos administrativos a la ley, es
necesario recordar que un acto administrativo debe apoyarse en las normas legales pertinentes,
aun cuando el interesado las omita o las citara erróneamente, y recurriendo supletoriamente a
las fuentes del Derecho Administrativo aplicables. Para el Derecho Procesal, en general, la
congruencia implica que la decisión comprenda todas las pretensiones y fundamentos
propuestos por los interesados durante el procedimiento, de tal modo que con la resolución se
emita íntegramente opinión sobre la petición concreta y sobre los argumentos expuestos.
En el campo administrativo, la aplicación de esta figura presenta sus matices propios, ya que el
funcionario público no agota su cometido y obligaciones únicamente con el análisis y
pronunciamiento de lo expuesto por el administrado (en la solicitud, pruebas, alegatos, etc.),
sino que al funcionario corresponde, como proyección de su deber de oficialidad y búsqueda de
la verdad material, incorporar los hechos y evidencia que sea pertinente al caso y resolver sobre
cuantos aspectos obren en el expediente, sin importar si fueron aportados por el administrado,
por la autoridad misma o terceros denunciantes.
La exteriorización obligatoria de las razones que sirven de base o determinan una resolución de
la Administración es denominada motivación.
La exigencia de argumentar la orientación de los actos administrativos es reconocida como el
mecanismo necesario para permitir apreciar su grado de legitimidad y limitar la arbitrariedad en
la actuación pública, dado que obliga al funcionario a razonar, reflexionar, a patentizar tanto la
justificación de su acto como el objetivo perseguido con su emisión, con lo cual brinda mayores
posibilidades para evaluar si ejerce su competencia, circunscribiéndose solo a dictados de
interés público, exponiendo un elemento valioso para una ulterior interpretación, calificación y
control de su actuación, en términos de objetividad y finalidad públicas.
El incumplimiento de la motivación administrativa puede dar lugar a consecuencias sobre
los actos administrativos mismos y sobre las autoridades que los emiten. La consecuencia
sobre los actos es la nulidad (cuando se omita la motivación o ella revele contravención legal
o normativa) o la necesidad de dictar un nuevo acto para enmendarlo (en caso de motivación
incongruente, imprecisa, insuficiente o parcial). Adicionalmente, la infracción del deber de
motivación conlleva la responsabilidad administrativa para el autor del acto.
En el plano de fortalecer a la falta o insuficiencia de motivación como causal de nulidad de un
acto administrativo, se precisa que no constituye causal de nulidad el hecho de que el superior
jerárquico de la autoridad emisora del acto tenga una apreciación distinta, debiendo en base
a ello proceder a estimar total o parcialmente el recurso presentado contra ese acto impugnado.
La idea es que, si existe únicamente una discrepancia de la autoridad superior con la
motivación de la primera instancia, corresponde estimar parcial o totalmente el recurso
presentado contra el acto impugnado y no declarar la nulidad del acto y reenviarlo a la primera
instancia para nueva decisión.
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Art. 7°. - Régimen de los actos de administración interna
7.1 Los actos de administración interna se orientan a la eficacia y eficiencia de los servicios y a
los fines permanentes de las entidades. Son emitidos por el órgano competente, su objeto debe
ser física y jurídicamente posible, su motivación es facultativa cuando los superiores jerárquicos
impartan las órdenes a sus subalternos en la forma legalmente prevista.
El régimen de eficacia anticipada de los actos administrativos previsto en el artículo 17 es
susceptible de ser aplicado a los actos de administración interna, siempre que no se violen
normas de orden público ni afecte a terceros.
7.2 Las decisiones internas de mero trámite, pueden impartirse verbalmente por el órgano
competente, en cuyo caso el órgano inferior que las reciba las documentará por escrito y
comunicará de inmediato, indicando la autoridad de quien procede mediante la fórmula, “Por
orden de ...”. (Texto modificado según el artículo 2 del Decreto Legislativo N° 1272).
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a verdaderos actos administrativos, creyendo que bajo esta forma evaden el control jurídico a
sus despropósitos (por ejemplo, darle forma de oficios a las decisiones administrativas).
Como tal la nulidad puede ser el argumento suficiente para plantear una apelación o una
revisión. No corresponde plantear la nulidad en la reconsideración, puesto que la competencia
para pronunciarse sobre el corresponde al superior jerárquico y no a la misma autoridad.
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Por si alguna autoridad o administrado persistiera en intentar mantener los efectos de algún
acto declarado nulo, se ha establecido un mandato directo y universal para administrados y
autoridades. Todos deben oponerse a la ejecución de un acto nulo, motivando su negación
para advertir a los partícipes del vicio que lo afectaba y la declaración de nulidad que ha sido
objeto.
La constatación de la nulidad puede atravesar por vicisitudes adicionales: que se hayan
consumado los efectos del acto viciado (por ejemplo, si la actividad autorizada ya se realizó) o
sea imposible retrotraer sus efectos (por ejemplo, si los resultados se han consolidado en tal
grado que declararlo retroactivo solo sea formal). En ambos casos, el pronunciamiento de la
Administración no se contentará con una declaración formal de ilegalidad y la responsabilidad
administrativa del autor, sino que además necesitará disponer se inicie acciones para satisfacer
la indemnización por responsabilidad económica contra el beneficiado por el acto.
En el modelo de organización del Estado Peruano se suelen utilizar los términos de Estado,
gobierno y administración pública como equivalentes. Cuando en la realidad cada uno de los
precitados conceptos contiene una serie de características particulares, así como objetivos y
fines diversos para efectos del derecho administrativo. Tal y como lo hemos referido en una
lección anterior, el “Estado”, es la sociedad jurídicamente organizada, en torno a la noción de
poder. El poder es detentado por el Estado, en virtud a un mecanismo de delegación específico,
derivado del “pacto social” consistente en la organización del gobierno democrático.
Ahora bien, de otro lado, es necesario establecer a qué se refiere el concepto de “Gobierno”. En
términos jurídicos este concepto implica el ejercicio de la función de dirección política interior y
exterior del Estado, con lo que el concepto de la función de gobierno sería realizado por el
Poder Ejecutivo, el Poder Legislativo y el Poder Judicial. Sin embargo, dentro de la estructura
descentralizada del país, se especifica la existencia de instancias de gobierno a nivel regional y
a nivel local. Por lo tanto, el Gobierno es el conjunto de instituciones en que se organizan las
personas que ejercen el poder y la soberanía del Estado.
De esta manera, la función de gobierno es ejercida por las siguientes instancias que se
conforman como niveles de gobierno (ciertamente con competencias y atribuciones distintas),
en nuestra organización política, en la medida que el gobierno peruano es unitario y a la vez
descentralizado:
NIVELES DE GOBIERNO
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Finalmente, el concepto de administración pública puede entenderse en dos sentidos. Desde un
punto de vista objetivo, la administración pública implica ejercer la función administrativa, esto
es, aquella función estatal encargada de aplicar y cumplir las leyes (mediante su ejecución),
pero también en dictar disposiciones (función de reglamentación) y en resolver reclamaciones
(función de solución de controversias).
De otro lado, existe un concepto subjetivo de administración pública, que lo identifica como
aquél complejo u órgano encargado de ejercer la función administrativa.
En tal sentido, tal como hemos afirmado en capítulos anteriores, el concepto de administración
pública que manejamos es uno que se acerca a las definiciones de tipo objetivo, mediante el
cual se puede identificar a las entidades y órganos (que de manera originaria o derivada)
ejercen la denominada función administrativa, y que resulta de especial relevancia, en la
medida que sirve de soporte o sostén material para el ejercicio de las demás funciones
estatales.
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mencionada Constitución, solo se distingue una organización del Estado en base a la
denominada separación de poderes. Sin embargo, ello no resuelve los problemas de
organización que se generan en el funcionamiento concreto de la organización estatal.
En ese contexto, el gobierno peruano tiene tres niveles, y se organiza de acuerdo a una
estructura de descentralización del poder. Así, se tiene que existen instancias de gobierno
central, gobierno regional y gobierno local, dentro de una estructura de gobierno unitaria,
pero- a la vez-descentralizada.
Sin embargo, será importante mencionar que el modelo de organización en materia de
administración pública que existe en el Perú actualmente, se encuentra desfasado, si se
tiene en cuenta que durante los últimos treinta años se han dado una serie de cambios
radicales en materia administrativa.
El Gobierno Nacional
Es el principal pilar del Estado, y tiene la autoridad para dirigir, controlar y administrar sus
instituciones. Por lo tanto, su labor fundamental es la conducción de la política general o
ejercicio del poder ejecutivo el Estado.
Como ya mencionamos, el concepto de Gobierno Nacional debe ser diferenciado del
Estado. Si quisiéramos ver esta relación desde una metáfora, podríamos decir que el
Estado es un barco y el gobierno es el capitán del mismo. En ese sentido, el gobierno
cambia y se transforma, mientras que el Estado permanece en el tiempo. Las instancias del
denominado Gobierno Nacional reúnen en sí a un conjunto de poderes públicos que ejercen
sus competencias de gobierno sobre el íntegro del territorio nacional, en tanto así los
dispone la propia Constitución y las leyes. De tal suerte que el Gobierno Nacional incluye las
competencias del Poder Ejecutivo, Poder Legislativo y Poder Judicial dentro de un ámbito
estrictamente nacional, de conformidad a las competencias específicas asignadas a tales
poderes por la Constitución y las leyes de desarrollo constitucionales.
El Poder Ejecutivo
El marco constitucional vigente, desarrolla en el Título IV (De la estructura del Estado), un
capítulo dedicado a la organización del Poder Ejecutivo. Conforme a ello, se desarrollan las
atribuciones y la caracterización del Presidente de la República, el Consejo de Ministros, y
las relaciones entre el Poder Ejecutivo y el Poder Legislativo.
El Poder Ejecutivo, como ya hemos señalado, se encuentra organizado en base a la Ley
Orgánica del Poder Ejecutivo, Ley N° 29158, publicada en el Diario Oficial El Peruano con
fecha 20 de diciembre de 2007.
Conforme a dicha Ley, el Poder Ejecutivo está integrado por:
- La Presidencia de la República.
- El Consejo de Ministros.
- La Presidencia del Consejo de Ministros.
- Los Ministerios.
- Entidades Públicas del Poder Ejecutivo
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En el caso peruano, el Presidente de la República, personifica a la nación y dirige el Poder
Ejecutivo. Tiene adscrito a su cargo una organización, denominada Despacho Presidencial,
que tiene por objeto la administración de la Casa de Gobierno, así como la coordinación de
las actividades y del respaldo logístico necesario para el ejercicio de las funciones del
Presidente.
De otro lado, el Consejo de Ministros, de acuerdo al artículo 119 de la Constitución, tiene
como labor ejercer la dirección y la gestión de los servicios públicos, señalando
expresamente el texto constitucional que a cada ministro le corresponde la dirección y la
gestión de los servicios públicos en los asuntos que competen a la cartera a su cargo.
La figura del Presidente del Consejo de Ministros, es instituida en la Constitución, para
realizar las funciones de ser, después del presidente de la República, el portavoz autorizado
del gobierno; coordinar las funciones de los demás ministros; y, refrendar los decretos
legislativos, los decretos de urgencia y los demás decretos que señalan la Constitución y la
ley.
Luego, el texto constitucional hace referencia a la figura de los Ministros, como
responsables políticos de la gestión de su sector, en la medida que, la organización
administrativa peruana se asienta sobre los conceptos de sector y sistema administrativo.
Es pertinente entonces determinar los conceptos de “sector” y “sistema”, así como su
relevancia para la organización de la administración pública en nuestro país.
Es evidente que sólo esta disposición, por sí misma, anuló todo el esfuerzo realizado en
plasmar en la realidad los enunciados descentralizadores contenidos en la Constitución de
1979. Ciertamente, a través de la Ley Marco de Descentralización, se consolidó una
organización administrativa del Estado contraria a toda forma de descentralización del poder
estatal hacia las instancias básicas de gobierno. En dicha época, lo únicamente relevante
era realizar un proceso inverso: centralizar el poder en Lima y específicamente en las
instancias del gobierno central.
Sumario: 1. La eficacia de los actos administrativos. 1.1. Eficacia inmediata. 1.2. Eficacia
anticipada. 1.3. Eficacia diferida. 2. La notificación de actos administrativos. 2.1. Requisitos.
2.2. Plazo de la notificación. 2.3. Realización de la notificación. 2.4. La notificación personal y
los ajustes efectuados por el Decreto Legislativo N.º 1029. 2.4.1. Cuando el domicilio del
administrado ha sido ubicado. 2.5. Notificación no personal. 2.6. Actos con dispensa de
notificación. 3. La publicación del acto administrativo. 3.1. La publicación como
notificación. 3.2. Requisitos. 4. Notificaciones defectuosas. 4.1. Saneamiento de
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notificaciones defectuosas.
Los actos administrativos están sujetos a ciertos requisitos a fin de que su procedimiento y
eficacia no sean atacados de vicios que generen su invalidez. Ahora bien, se entiende por
eficacia de un acto administrativo su capacidad para producir efectos jurídicos, a diferencia de
la validez, que como ya dijimos es más bien la conformidad del acto con el ordenamiento
jurídico. y, en consecuencia, un acto válido puede no ser eficaz, por diversas circunstancias que
luego veremos.
Ahora bien, esta eficacia tiene relación directa con el hecho de que el contenido del acto sea
conocido por quienes pueden ser afectados por el mismo, como una garantía para el
administrado contra un accionar indebido de la Administración. La puesta en conocimiento del
acto administrativo se denomina notificación, y constituye, de acuerdo a la doctrina, un medio
de publicidad administrativa. A su vez, la publicación del acto administrativo constituye una
modalidad de notificación, y puede operar en vía principal o de manera subsidiaria, como
veremos más adelante.
Como lo hemos señalado líneas arriba, los actos de las Administraciones Públicas que se
encuentren sujetos al derecho administrativo se presumirán válidos y producirán efectos desde
la fecha en que se notifiquen.
1. 1. Eficacia inmediata
La eficacia del acto está en principio supeditada a la notificación o publicación del acto. Ahora
bien, y salvo que en ellos se disponga otra cosa, el acto que favorece al administrado genera
efectos desde su emisión. Esta previsión tiene, por obvia finalidad, favorecer al administrado y
permitirle no tener que esperar hasta la notificación del acto para hacer operativo este y exigir
su ejecución. La Ley, sin embargo, no señala qué ocurre si es que el acto — no obstante que la
Administración determine lo contrario— en realidad no favorece al particular y este quiere
impugnarlo. Deberá entenderse entonces que el plazo para impugnar es a partir de la
notificación del acto y no a partir de su emisión. De la misma manera, la Ley no se pronuncia
respecto de aquellos actos que puedan favorecer a ciertos administrados, pero pudiera
perjudicar a otros.
1. 2. Eficacia Anticipada
Como ya se había adelantado, el acto administrativo, en determinadas circunstancias puede
tener efecto retroactivo, lo cual se traduce en la generación de efectos de manera anticipada.
El establecimiento de estas circunstancias se basa en particular en presupuestos de protección
a derechos de los administrados, así como en consideraciones de interés general; no obstante
que importantes sectores de la doctrina consideran que la regla general, basada en la seguridad
jurídica, es la irretroactividad de los actos administrativos.
En ese orden de ideas, el ordenamiento jurídico establece que podrá otorgarse eficacia
retroactiva a los actos cuando produzcan efectos favorables a la persona interesada, siempre
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que los supuestos de hecho necesarios existieran ya en la fecha a que se retrotraiga la eficacia
del acto y esta no lesione derechos o intereses legítimos de otras personas. Casos de esto son
las licencias y permisos, así como las inscripciones registrales, cuyos efectos se retrotraen a la
fecha de presentación de la solicitud.
Asimismo, tienen eficacia anticipada los actos que se dicten en enmienda y los que contengan
una declaratoria de nulidad. Un acto se dicta en enmienda cuando el efecto a conseguir es
corregir o subsanar un defecto no sustancial, es decir, cuando este último no genera nulidad, a
fin de obtener su conservación. Evidentemente, la enmienda debe surtir efecto desde la
emisión del acto enmendado. Por otro lado, y como se ha indicado en el capítulo precedente, el
acto nulo es tal desde su emisión, salvo evidentes consideraciones de posible afectación de
derechos adquiridos de buena fe por parte de terceros.
Finalmente, y no obstante no estar señalados de manera expresa en el artículo 17º de la Ley,
debemos señalar que tienen también efectos retroactivos los llamados actos rectificatorios, es
decir, aquellos que pretenden corregir errores materiales o aritméticos que existen en un acto
determinado de fecha anterior. Dicha rectificación puede darse en cualquier momento, de oficio
o a instancia de los administrados, siempre que no se altere lo sustancial del contenido del acto
ni el sentido de la decisión. La rectificación antes referida adopta las formas y modalidades de
comunicación o publicación que corresponda para el acto original.
1. 3. Eficacia diferida
Por otro lado, los actos administrativos pueden poseer eficacia diferida, es decir, aquella que se
da en un momento incluso posterior al de la notificación del acto. Esta eficacia diferida se da
por diversos motivos y ante diversas circunstancias que el ordenamiento jurídico considera
pertinentes. Un ejemplo de acto administrativo de eficacia diferida es aquel sometido a
modalidad, en particular a condición suspensiva, plazo suspensivo o sometido a modo o cargo.
La eficacia del acto, en consecuencia, está supeditada a la generación del evento, sea incierto,
cierto o sometido a la acción del administrado, respectivamente.
Ahora bien, existe una interesante controversia en la doctrina respecto a la pertinencia de la
condición suspensiva en el acto administrativo, puesto que los ejemplos que se emplean para
demostrar su existencia tienen como requisito la generación de un hecho futuro e incierto que
condiciona la generación de sus efectos de manera general, lo cual en realidad constituye un
reglamento. Es por ello que se señala que no existe la posibilidad de la generación de una
condición suspensiva en el caso de un acto administrativo.
Otro supuesto, que no debe confundirse con la condición, es la suspensión provisional del acto
administrativo, que según la ley genera la pérdida de efectividad y ejecutoriedad, cuando en
realidad implica que dichas condiciones se encuentran pendientes mientras dure la suspensión.
Un ejemplo de esta suspensión provisional es la generada ante la presentación de un recurso
administrativo, cuando se cumple con los requisitos establecidos en la Ley Nº 27444, dado que,
en principio, la impugnación administrativa no suspende los efectos del acto. Dicha suspensión
puede darse cuando la ejecución pudiera causar perjuicios de imposible o difícil reparación o
cuando se aprecie objetivamente la existencia de un vicio de nulidad trascendente.
Es necesario señalar, por otro lado, que la resolución emitida en un proceso sancionador será
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ejecutiva únicamente cuando ponga fin a la vía administrativa, ello sin perjuicio de las medidas
cautelares que puedan obtenerse en el eventual proceso contencioso administrativo que se
promueva. Esto es una excepción adicional al principio general de ejecutoriedad del acto
administrativo, admitida por gran parte del Derecho y la doctrina comparados, con lo cual la
resolución en cuestión también tiene eficacia diferida. Sin embargo, la Administración podrá
adoptar las medidas cautelares precisas para garantizar la eficacia de la resolución emitida, en
tanto la misma no sea ejecutiva.
2. 1. Requisitos
Ahora bien, las resoluciones y actos administrativos que afecten a los derechos e intereses de
las personas interesadas se notificarán cumpliendo con un conjunto de requisitos. En primer
lugar, deberá contener el texto íntegro de la resolución, con la respectiva motivación, lo cual
puede implicar adjuntar copia certificada o transcribir el texto de la misma; sin modificación
alguna.
Asimismo, deberá señalar el procedimiento administrativo dentro del cual haya sido dictado,
información muy útil en especial en procedimientos administrativos iniciados de oficio. En este
caso, el acto de inicio del procedimiento contiene un conjunto de elementos adicionales, los
cuales se han establecido a fin de cautelar el derecho de defensa del administrado. A ello nos
vamos a referir en el capítulo respectivo.
Además, la notificación deberá explicitar la autoridad e institución de la cual procede el acto y su
dirección; así como la fecha de vigencia del acto notificado, debiéndose entender como tal la
fecha de su notificación salvo que estemos frente a un acto administrativo sometido a plazo
suspensivo, lo cual debe ser señalado expresamente.
Por otro lado, la notificación contiene la indicación respecto al agotamiento de la vía
administrativa, lo cual es medular para la iniciación del proceso contencioso administrativo. Ello
es muy importante teniendo en cuenta que el administrado no necesariamente conoce la
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estructura de la vía administrativa en una entidad determinada, la cual se puede complicar si es
que dicha vía se agota a través de un ente distinto al que emitió la resolución de primera
instancia.
Finalmente, la modificación del acto administrativo deberá contener también la expresión de los
recursos que procedan contra dicho acto, el órgano ante el que hubieran de presentarse y el
plazo para interponerlos; sin perjuicio de que las personas interesadas puedan ejercitar
cualquier otro tipo de recurso que estimen procedente. Este requisito es complementario al que
hemos descrito en el párrafo precedente, puesto que, si el acto administrativo no agota la vía, la
autoridad administrativa debe indicar el mecanismo requerido para concluir con la misma.
2. 2. Plazo de la notificación
Una de las interesantes novedades que traía el Decreto Legislativo N.º 1029 es la reforma del
artículo 188º de la Ley N.º 27444, preceptuándose que el plazo consignado establecido en el
procedimiento administrativo respectivo, para que la autoridad administrativa emita el
pronunciamiento correspondiente, incluye el plazo que la entidad tiene para notificar dicho
pronunciamiento, que es de cinco días conforme lo dispuesto por el artículo 24º de dicha norma.
Antes de la vigencia de la actual redacción de dicho artículo se entendía que dicho plazo estaba
incorporado en aquel tras el cual se generaba el silencio administrativo. La evidente razón de
esta interpretación se encontraba en el hecho de que la fecha consignada en un acto
administrativo como fecha de emisión no necesariamente es cierta, siendo la única fecha cierta
la de notificación al administrado.
2. 3. Realización de la notificación
La notificación es el mecanismo al interior del procedimiento administrativo por el que se da
cuenta a quienes interese de los actos emitidos por las entidades que forman parte de la
Administración Pública. La notificación, entonces, es una actuación material de la
Administración, también conocido como hecho administrativo, y no un acto administrativo
adicional.
Las notificaciones se practicarán por cualquier medio que permita hacer que lo resuelto en el
acto administrativo sea de conocimiento de la persona interesada o su representante, así como
la fecha, la identidad y el contenido del acto notificado. La Ley prefiere, por razones de
protección a los intereses de los administrados, la notificación personal en el domicilio del
interesado, razón por la cual establece un evidente orden de prelación.
Por otro lado, de conformidad con la Ley, también es posible notificar al interesado vía
telegrama, correo certificado, telefax, correo electrónico o cualquier otro medio que permita
comprobar que ha sido recibida la comunicación, a falta de la posibilidad de efectuar la
notificación personal. Ello es válido cuando el empleo de cualquiera de estos medios hubiese
sido solicitado expresamente por el administrado.
Finalmente, la Ley considera que la publicación es una forma de notificación, la misma que
también opera de manera residual, a falta de las dos modalidades previas. A ello haremos
referencia en un acápite posterior. Es necesario señalar que, no obstante que la autoridad no
puede suplir alguna modalidad con otra, esta podrá complementariamente recurrir a varios de
los mecanismos a fin de asegurar que el administrado tenga la mayor posibilidad de conocer el
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acto emitido969. Lo que ocurre, en primer término, es que la notificación personal resulta ser
siempre la modalidad más garantista. En segundo lugar, la publicación no es más que una
notificación ficta, que no asegura que el administrado haya tenido conocimiento del acto
emitido.
Asimismo, la norma menciona que, respecto a los citatorios, a los emplazamientos, a los
requerimientos de documentos o de otros actos administrativos análogos el tratamiento jurídico
será similar el señalado en este punto. Dichos actos, si bien son de trámite, requieren ser de
conocimiento oportuno de los administrados, a fin de que los mismos puedan ejercer
adecuadamente sus derechos.
2.4. La notificación personal y los ajustes efectuados por el Decreto Legislativo Nº 1029
La notificación personal se practicará en el lugar que esta haya señalado a tal efecto en la
solicitud o en un escrito posterior, o en el último domicilio que la persona haya señalado en otro
procedimiento análogo. Ello implica, además que la entidad tendrá por válido el domicilio
señalado por el administrado mientras el mismo no lo modifique expresamente, sin que se
admita prueba en contrario.
Ahora bien, el Decreto Legislativo N.º 1029 ha efectuado un importante ajuste a esta regulación
estableciendo que en el caso de que el administrado no haya señalado domicilio, o el que
haya señalado no exista, la autoridad deberá emplear el domicilio señalado en el documento
nacional de identidad del administrado, salvo que se acredite que el mismo efectivamente ha
desaparecido, que justifica la realización de la publicación como medio de notificación en
aplicación del artículo 23º de la Ley del Procedimiento Administrativo General. La redacción
anterior de la norma preceptuaba que, si el administrado no ha señalado domicilio, la autoridad
debía agotar su búsqueda mediante los medios que se encuentren a su alcance, recurriendo a
fuentes de información de las entidades de la localidad.
Ahora bien, esto genera dos puntos que es preciso aclarar. En primer lugar, la Ley no
determina qué es lo que ocurre si es que nos encontramos ante una persona jurídica cuyo
domicilio la Administración Pública requiere ubicar. En este caso debería ser de aplicación el
domicilio establecido en el Registro Único de Contribuyentes (RUC), el mismo que es válido en
aplicación de la normativa de la materia y que además es verificado por la Administración
Tributaria.
En segundo lugar, el artículo 23º de la Ley N.º 27444 no ha sido modificado por el Decreto
Legislativo N.º 1029, con lo cual muestra cierta incoherencia con la redacción actual del artículo
21º antes referido. En particular porque no todos los supuestos originalmente establecidos en
dicha norma resultan hoy aplicables a efectos de efectuar la publicación en vía subsidiaria. A
ello nos referiremos más adelante.
2. 5. Notificación no personal
La notificación vía correo o telegrama, o a través de medios electrónicos o informáticos, se
encuentra sujeta, en principio, a los mismos requisitos de contenido que los que resulten
aplicables a la notificación en general y en especial a la notificación personal. En este contexto
resulta de particular relevancia la notificación a través del correo electrónico, la misma que es
empleada en ciertos procedimientos especiales
En particular, en el contexto de los procesos de selección en el ámbito de la contratación
pública se señala que todos los actos realizados durante los procesos de selección deberán ser
notificados a través del Seace. A solicitud del participante, en adición a la notificación efectuada
por medio del Seace, se le notificará personalmente en la sede de la entidad o a la dirección de
correo electrónico que consigne al momento de registrarse como participante.
Ahora, en el ámbito de lo señalado en el párrafo anterior existen dos limitaciones. La primera,
que el administrado debe de haber solicitado expresamente la utilización de estos mecanismos
de notificación. La segunda, que su empleo opera de manera residual al no existir posibilidad
de la notificación personal981. Sin embargo, se establece como resultado del Decreto
Legislativo N. º 1029 que el administrado podrá ser notificado vía correo electrónico si hubiera
consignado en su escrito alguna dirección electrónica que conste en el expediente, siempre que
60
haya dado su autorización expresa para ello; no siendo en este caso de aplicación el orden de
prelación establecido en la Ley.
La principal dificultad que se encuentra a estos medios de notificación es que no siempre puede
obtenerse constancia de su recepción, a menos que el administrado realice actos que permitan
suponer que tuvo conocimiento oportuno del acto emitido. Para ello, es preferible emplear
correo certificado, así como servidores de correo electrónico que permitan la obtención de
constancia de su lectura por el destinatario.
Finalmente, las notificaciones de esta naturaleza surten efectos el día que conste haber sido
recibidas por el administrado. Lo complejo de esta disposición es que no siempre dicha
constancia coincide exactamente con la fecha en la cual el administrado efectivamente toma
conocimiento de la resolución emitida, como podría ocurrir por ejemplo con la recepción de un
fax. Por ello debe preferirse siempre el correo certificado o la comunicación electrónica, como
ya lo hemos señalado.
3.2. Requisitos
Resulta evidente que la publicación de un acto administrativo deberá contener los mismos
elementos que hemos indicado con respecto a los términos de las notificaciones. Este precepto
62
es de particular importancia para evitar que la autoridad administrativa publique simples
emplazamientos en vez de efectuar una notificación cumpliendo con sus requisitos.
A ello debemos agregar el hecho de que la publicación se incluirá además cualquier otra
información que pueda ser importante para proteger sus intereses y derechos, teniendo en
cuenta la naturaleza poco garantista de la publicación de actos administrativos. Ello puede
incluir datos adicionales del procedimiento o de la entidad, como si dirección electrónica o
número de teléfono.
Sin embargo, por razones de economía procesal, en los supuestos de publicaciones de actos
que contengan elementos comunes, podrán publicarse de forma conjunta los aspectos
coincidentes, especificándose solamente los aspectos individuales de cada acto. Asimismo,
también le es aplicable a la publicación lo establecido para las notificaciones defectuosas, que
detallaremos igualmente en un apartado posterior.
4. NOTIFICACIONES DEFECTUOSAS
Las notificaciones defectuosas generan la obligación de rehacerlas, subsanando las omisiones
que se hayan generado por el incumplimiento de lo prescrito por la Ley, sin que ello perjudique
de manera alguna al administrado, salvo que la autoridad administrativa desestime el
cuestionamiento a la validez de la notificación efectuada. Para ello, sin embargo, debe
demostrarse que la notificación se ha realizado sin las formalidades o requisitos legales.
En consecuencia, si el administrado realiza un acto determinado que es rechazado y este se
basa en información errónea, el tiempo transcurrido no será tomado en cuenta para el
vencimiento de los plazos respectivos. Como resultado, el administrado tendrá una nueva
oportunidad para realizar el acto en cuestión, por encontrase aún dentro del plazo, sin perjuicio
de la aplicación del principio de informalismo, por ejemplo, en el caso en que el administrado
presente el recurso ante autoridad incompetente.
Considerada la notificación como una garantía en beneficio del administrado, el legislador
impone la obligación de informar en el acto de notificación, además del texto íntegro del acto,
los recursos que contra este proceden, la autoridad revisora o la que deba conocer de ellos y
los plazos para interponerlos.
Se sanciona la notificación defectuosa con su invalidez y, consecuentemente, con la ineficacia
del acto notificado; pero también se prevé que los errores inducidos en los lapsos de
interposición del recurso no pueden imputarse al interesado. Al punto que, de este error, por
ejemplo, en materia de recursos administrativos, no podría luego pretender ser sancionado con
la falta de agotamiento de la instancia administrativa como presupuesto procesal exigido para
acceder al proceso contencioso administrativo.
I EXAMEN PARCIAL
64
Doctrinalmente se ha clasificado al procedimiento administrativo en dos tipos: procedimiento
administrativo general y procedimientos especiales. Los procedimientos especiales responden a
una lógica distinta a la del general, esto porque han sido pensados para una hipótesis particular
y concreta, cuyo contenido aconseja una tramitación distinta de la general. Estos
procedimientos, a su vez, se sub clasifican en tres tipos: el procedimiento trilateral, el
procedimiento de fiscalización y el procedimiento sancionador.
2. Procedimiento de fiscalización
El procedimiento de fiscalización hace referencia a una actividad de garantía. Es necesario
que este sea diferenciado de la potestad sancionadora de la Administración Pública. La
fiscalización hace referencia al control, la inspección, la auditoría, entre otras cuestiones. La
fiscalización es una actividad y facultad distinta a la sancionadora. De todo el universo de
actividades recogidas por la fiscalización sólo hay una pequeña parte que se vincula con la
sanción: cuando se advierten y detectan infracciones.
La fiscalización tiene como fin principal la prevención. En la fiscalización se debe advertir que
los administrados ajusten su actuación a los establecido en el ordenamiento. En tal sentido,
configura una herramienta auxiliar, pues tiene una finalidad complementaria a las actividades
de las demás administraciones: contribuye a que las administraciones realicen una buena
labor, ya que investiga y fiscaliza.
Ahora bien, la potestad sancionadora se rige por algunos principios esenciales que deberán
ser tomados en cuenta por la Administración al momento de ejercerla.
Principio de legalidad: implica que para poder sancionar a una administración se
debe establecer en la ley. En tal sentido, hay reserva de ley absoluta. Si no está
expresamente establecido no se podrá sancionar.
Tipicidad: implica que sólo son aplicables las sanciones debidamente tipificadas de
manera clara en instrumento normativo de rango legal sin que sean válidas
interpretaciones extensivas o de analogía.
Debido procedimiento: implica que para imponer sanciones se deberán tener en
consideración todas las garantías del debido proceso (ejercer la defensa, participar
del procedimiento, celeridad, prescripción y caducidad, etc.)
67
Razonabilidad: implica la aplicación de criterios establecidos para graduar las
sanciones impuestas por la autoridad. Se debe apreciar la conducta y la gravedad de
esta para poder poner la sanción.
Irretroactividad: implica que son aplicables las disposiciones vigentes al momento
en que se incurre en la conducta, salvo que la norma posterior sea más favorable al
administrado.
Concurso de infracciones: establece que cuando una misma conducta suponga
varias infracciones se sancionará la más grave.
Continuación de infracciones: establece las reglas de procedencia de la imposición
de sanciones por infracciones en las que el administrado incurra en forma continua.
Lo que se quiere es que no te vuelvan a sancionar por lo mismo.
Causalidad: establece que sólo el responsable, el que comete la infracción, será
sancionado, a menos que se establezca responsabilidad solidaria.
Presunción de licitud: similar a la presunción de inocencia del Derecho Penal. Esta
implica que las entidades asumen que la actuación de los administrados va acorde al
ordenamiento jurídico.
Culpabilidad: se establece que se aplica la responsabilidad subjetiva, no la objetiva.
La responsabilidad administrativa, entonces, es subjetiva.
Non bis in idem: implica que no se podrán imponer sucesiva o simultáneamente una
pena y una sanción administrativa por el mismo hecho en los casos en que se
aprecie la identidad del sujeto, hecho y fundamento.
Cabe la apelación contra la resolución que dicta una medida cautelar solicitada por alguna
68
de las partes dentro del plazo de tres (3) días contados a partir de la notificación de la
resolución que dicta la medida. Salvo disposición legal o decisión de la autoridad en
contrario, la apelación no suspende la ejecución de la medida cautelar. La apelación deberá
elevarse al superior jerárquico en un plazo máximo de (1) día, contado desde la fecha de la
concesión del recurso respectivo y será resuelta en un plazo de cinco (5) días.
La apelación deberá ser interpuesta ante el órgano que dictó la resolución apelada dentro de
los quince (15) días de producida la notificación respectiva.
El expediente deberá elevarse al superior jerárquico en un plazo máximo de dos (2) días
contados desde la fecha de la concesión del recurso respectivo.
Dentro de los quince (15) días de recibido el expediente por el superior jerárquico se correrá
traslado a la otra parte y se le concederá plazo de quince (15) días para la absolución de la
apelación.
Con la absolución de la otra parte o vencido el plazo a que se refiere el artículo precedente,
la autoridad que conoce de la apelación podrá señalar día y hora para la vista de la causa
que no podrá realizarse en un plazo mayor de diez (10) días contados desde la fecha en que
se notifique la absolución de la apelación a quien la interponga.
La administración deberá emitir resolución dentro de los treinta (30) días siguientes a la
fecha de realización de la audiencia.
69
I. CREACIÓN DE COMPETENCIAS ADMINISTRATIVAS
La competencia es la facultad para decidir válidamente sobre determinadas materias,
adquirida por un organismo administrativo y que solo puede tener por fundamento la
Constitución o la ley.
La disposición comentada tiene como objeto claro establecer una reserva legal para la
creación de competencias administrativas. Es la Constitución y la ley orgánica, en el caso de los
organismos constitucionalmente creados, y en los de un organismo o entidad pública. La propia
Administración no puede crear organismos ni puede asignarse competencias no establecidas
en la ley. Cumpliendo su rol de desarrollo legal, las normas administrativas solo quedan
habilitadas para reglamentar las competencias ya dadas por el legislador. Proceder de modo
contrario sería favorecer la extensión de competencias por parte del propio ente administrador.
Dada su trascendencia en el desenvolvimiento de la gestión pública, la competencia siempre
se ha reconocido como de carácter restringido, de manera que solo podrán adoptarse
decisiones válidas sobre los asuntos que hayan sido atribuidos en forma clara y expresa. Así
claramente queda excluida cualquier alegación de competencia administrativa adquirida vía
prórroga por el consentimiento del administrado o derivada de manera extensiva o analógica de
alguna disposición legal. Así sucederá cuando una norma atribuye competencia a un órgano
para dictar un determinado tipo de acto, se asume que ese mismo órgano tiene la competencia
para modificarlo, aunque el ordenamiento no indique expresamente esa facultad.
Por ello, se prohíbe expresamente que las propias entidades administrativas puedan
renunciar a la titularidad de una competencia administrativa o le habilite a abstenerse de ejercer
una atribución como, por ejemplo, si pactara con algún administrado el no ejercicio de una
atribución. La nulidad que se derivaría de esta acción alcanzaría a los actos y acuerdos
administrativos que se puedan haber dictado en este sentido como, por ejemplo, en una
transacción judicial o extrajudicial o conciliación, para el mismo fin.
Las excepciones a esta regla son: la ley expresa y la existencia de un mandato judicial firme
en un caso concreto, que impidan a la Administración ejercer una atribución.
La reforma de la LPAG consideró importante agregar el mandato para que las entidades no
puedan dejar de cumplir con la tramitación de los procedimientos administrativos, conforme a lo
normado en la ley comentada, esto quiere decir, que es ilegal la suspensión del ingreso a
trámite de determinadas solicitudes, o de uno o más procedimientos ya en curso. Las únicas
excepciones son los supuestos normativos de la LPAG que permiten transitoriamente y por
breve lapso suspender el procedimiento administrativo en curso.
73
Una vez resuelto el conflicto de interés en la sede judicial, la Administración reasume el
procedimiento, y deberá obrar teniendo en cuenta el criterio de la irrevisibilidad en sede
administrativa de los actos confirmados por el Poder Judicial.
Un caso típico de esta situación acontece cuando durante la tramitación de una solicitud
para obtener pensión de viudez acuden dos personas argumentando ser cónyuges del ex
servidor y aparentemente acreditan tal condición, manteniendo una litis pendiente sobre este
tema en el Poder Judicial. Como se puede apreciar, si el administrador resolviera ese
expediente estimando alguna de las dos solicitudes, habría que concluir que ha reconocido
calidad de cónyuge a una de las solicitantes en desmedro de la otra, lo cual solo compete
legalmente a la vía judicial. Por ello, en aplicación de esta figura, lo adecuado es transferir el
extremo controvertido al Poder Judicial.
De acuerdo con la norma existen algunos presupuestos que han de darse necesariamente para
que proceda legalmente esta inhibición, y tales presupuestos son:
76
territorial que lo hagan conveniente. Procede también la delegación de competencia de un
órgano a otro al interior de una misma entidad.
78.2 Son indelegables las atribuciones esenciales del órgano que justifican su existencia, las
atribuciones para emitir normas generales, para resolver recursos administrativos en los
órganos que hayan dictado los actos objeto de recurso, y las atribuciones a su vez
recibidas en delegación.
78.3 Mientras dure la delegación, no podrá el delegante ejercer la competencia que hubiese
delegado, salvo los supuestos en que la ley permite la avocación.
78.4 Los actos administrativos emitidos por delegación indican expresamente esta circunstancia
y son considerados emitidos por la entidad delegante.
78.5 La delegación se extingue:
a) Por revocación o avocación.
b) Por el cumplimiento del plazo o la condición previstos en el acto de delegación.
77
La autoridad delegada debe permanentemente exteriorizar a los administrados que
actúa en vía de delegación y no con competencia propia.
Se ha agregado la mención a que: “Procede también la delegación de competencia de
un órgano a otro al interior de una misma entidad”. Esto claramente ha sido explicado en la
Exposición de Motivos del Decreto Legislativo N° 1272 del modo siguiente: “Dentro de la LPAG,
el artículo 67 {artículo 78 del TUO] regula la forma en que se materializa la delegación de
competencias.
79
La técnica del encargo de gestión supone la traslación operativa de la competencia que solo
alcanza a las actuaciones materiales, técnicas o de servicios, y no a actuaciones jurídicamente
relevantes o decisorias, manteniendo el órgano encargante la responsabilidad y titularidad de la
competencia. Son ejemplos de estos encargos, los acuerdos para que una entidad reciba los
escritos dirigidos al encargante o, efectúe las notificaciones que le corresponden.
Como se puede apreciar con nitidez, esta figura a la vez que es una técnica de traslación de
acciones materiales, importa una forma de colaboración entre entidades públicas.
81
distribuir la labor en atención al grado y línea del órgano que realiza las funciones cuya
concentración se quiere revertir, sin tomar en cuenta para ello el aspecto geográfico.
Por otro lado, la desconcentración horizontal se articula, más bien, con la apuesta por
expandir la cobertura de las funciones o servicios administrativos dentro de una entidad, siendo
que si la cobertura aumenta se va a necesitar encargar a otros órganos al interior de la misma
entidad esa nueva cobertura, evitando recargar más la labor de unos pocos”.
A diferencia de la delegación, la desconcentración es una técnica permanente de organización y
además limita la responsabilidad del superior jerárquico al deber de supervisión normal y
razonable. La desconcentración favorece a la organización administrativa en la medida que
descongestiona el poder originando mayor celeridad en la resolución de los asuntos, aproxima
los servicios y funciones a los usuarios.
84
El procedimiento administrativo es iniciado por aquel acto jurídico al que el sistema jurídico le da
el carácter de activar la función pública, produciendo una sucesión ordenada y sistemática de
trámites dirigidos a obtener una decisión de la autoridad.
Los actos jurídicos a los cuales se les da esta virtualidad, o bien son actos de la autoridad
(procedimientos de oficio) o actos de los particulares (peticiones en general), pero en cualquiera
de los supuestos sirve para fijar los límites del objeto del procedimiento.
86
Los escritos, instancias o solicitudes son los pedidos fundamentados que los administrados, en
ejercicio de su derecho constitucional a la petición, realizan ante cualquiera de las entidades
administrativas con la finalidad de obtener una satisfacción a sus intereses.
Aun cuando no hay norma positiva que así lo exija, es obvia la exigencia de la escritoriedad de
los pedidos de los administrados, pero no cabe exigir en cambio, salvo norma expresa en
contrario en procedimientos especiales, formalidad expresa alguna, tales como dimensiones, o
tipo de papel, idioma, empleo de tinta de determinados color, uso o de membrete, ser
manuscrito, ser escriturado a máquina, en computadora, o en fotocopia firmada, ni otro
formalismo parecido que carece de contenido esencial. Incluso, cuando las entidades optan por
emplear formatos, estos deben ser gratuitos, simples y de libre reproducción.
A la par de dar firmeza y uniformidad a estos plazos, se busca dar seguridad jurídica a todos los
administrados a fin que tengan claridad de los plazos máximos en los que se producirán las
actuaciones principales. Solo si la normativa del procedimiento especial establece plazos
distintos, este artículo cede su posición, de no ser así rige automáticamente.
88
170.2 Queda prohibido realizar como actos de instrucción la solicitud rutinaria de informes
previos, requerimientos de visaciones o cualquier otro acto que no aporte valor objetivo a lo
actuado en el caso concreto, según su naturaleza. (Texto según el artículo 179 de la Ley N°
27444).
La instrucción del procedimiento administrativo tiene por objeto que la autoridad administrativa
que está a cargo de un expediente acopie los elementos necesarios para lograr su convicción
de la verdad material, indispensable para decidir el derecho aplicable al caso concreto materia
de análisis. Se trata de formar el fundamento que servirá de insumo en la futura resolución que
emita la autoridad administrativa.
Los actos de instrucción en puridad comprenden dos tipos diferentes de actuaciones
procedimentales: aquellas dirigidas a aportar datos al expediente y aquellas que constituyen
actividad probatoria.
Por la primera actividad de aportación de datos se incorporan al procedimiento y al expediente
determinadas informaciones, datos o normas preexistentes al caso, que serán evaluadas por la
autoridad en su momento. Son tales los requerimientos de informes legales (art. 183 del TUO
de la LPAG), solicitud de documentos a las autoridades (art. 178 del TUO de la LPAG), y la
solicitud de información a los administrados (art. 180 del TUO de la LPAG).
Por la segunda actividad, que es la propiamente probatoria, se trata de aquellos medios que
permiten demostrar la veracidad de las informaciones y documentos aportados. Tales como
testimoniales, declaraciones, inspecciones, peritajes, etc.
Aportar y actuar los medios probatorios tendentes a verificar la verdad material de los hechos es
eventualmente interés de los afectados por el acto a dictarse, pero por sobre todo y aun sin que
medie pedido u ofrecimiento de parte, resulta una obligación para la propia Administración
Pública en virtud del deber de oficialidad imperante en el procedimiento administrativo.
En muchos casos la Administración Pública necesita averiguar y comprobar determinados
hechos para poder pronunciar resolución en su consecuencia. Así acontece, por ejemplo, en los
procedimientos iniciados de oficio.
91
Art. 198°. - Contenido de la resolución
198.1 La resolución que pone fin al procedimiento cumplirá los requisitos del acto administrativo
señalados en el Capítulo Primero del Título Primero de la presente Ley.
198.2 En los procedimientos iniciados a petición del interesado, la resolución será congruente
con las peticiones formuladas por éste, sin que en ningún caso pueda agravar su situación
inicial y sin perjuicio de la potestad de la administración de iniciar de oficio un nuevo
procedimiento, si procede. (Texto según el artículo 181 de la Ley N° 27444).
93
Para la procedencia de los recursos en lo administrativo no se establece ninguna causal o
pretensión específica que le sirva de fundamento. En tal sentido, la fundamentación del recurso
es libre, en cuanto al señalamiento de algún tipo de agravio presuntamente ocasionado al
administrado, pudiendo basarse indistintamente en razón a su inoportunidad, su falta de mérito,
su inconveniencia o en cualquier infracción al ordenamiento jurídico, incluyendo la posibilidad
de un deficiente análisis del instructor (puro derecho).
1. Recurso de reconsideración
El recurso de reconsideración se interpondrá ante el mismo órgano que dictó el primer acto que
es materia de la impugnación y deberá sustentarse en nueva prueba. En los casos de actos
administrativos emitidos por órganos que constituyen única instancia no se requiere nueva
prueba. Este recurso es opcional y su no interposición no impide el ejercicio del recurso de
apelación.
94
Las características del recurso de reconsideración
Morón Urbina identifica dos características para el recurso de reconsideración.
La primera característica radica en que su recepción, sustanciación y decisión compete al
mismo órgano que dictó el acto recurrido, al cual resulta sencillo identificar en una generalidad
de casos.
Por otra parte, la segunda característica del recurso es su carácter opcional para el
administrado. Esta peculiaridad implica que será el administrado quien definirá si ejerce este
medio de impugnación o no, siendo impedida la Administración Pública de exigir su ejercicio
para lograr el agotamiento de la vía. Por ello, el único recurso obligatorio será la apelación.
La nueva prueba
2. Recurso de apelación
El recurso de apelación se interpondrá cuando la impugnación se sustente en diferente
interpretación de las pruebas producidas o cuando se trate de cuestiones de puro derecho,
debiendo dirigirse a la misma autoridad que expidió el acto que se impugna para que eleve lo
actuado al superior jerárquico.
3. Revisión
Recursos administrativos
218.1 […] Solo en caso que por ley o decreto legislativo se establezca expresamente, cabe la
interposición del recurso administrativo de revisión.
Conclusiones
96
DÉCIMA SEGUNDA SEMANA (04 HORAS)
25 AL 30JUL2022
II EXAMEN PARCIAL
La administración pública debe asegurar la obtención de este delicado equilibrio que debe
existir entre los intereses de los administrados y el llamado interés general, concepto este último
que tiende a identificarse con los de interés público o bien común, y que se trata de aquello que
beneficia favorablemente a la colectividad en su conjunto.
Ello se ha hecho aún más evidente con la implementación del silencio administrativo, así como
las distintas modificatorias que ha presentado a lo largo de los últimos años constituyéndose
hoy en una norma con la finalidad de mejorar la regulación que estas contienen, así como poder
simplificar, optimizar y eliminar trámites administrativos; incorporar modalidades de fiscalización
administrativa y asimismo introducir disposiciones para la utilización de tecnologías digitales
como la implementación de la notificación electrónica, la mesa de partes digital, entre otras
mejoras en pos de la eficacia y eficiencia del servicio público convirtiéndose en lo que
conocemos el Texto Único Ordenado de la Ley 27444 - Ley del Procedimiento Administrativo
General donde se ha compilado toda la normativa de la materia en un solo texto.
Es por ello por lo que la Ley de Procedimiento Administrativo General, consagra principios de
aplicación inmediata, no solo al procedimiento administrativo como tal, sino también a todo el
Derecho Administrativo en general. Ejemplos pueden encontrarse a nivel del principio del
debido procedimiento en sede administrativa, el principio de impulso de oficio, el principio de
razonabilidad, el principio de imparcialidad, el principio de informalismo o el principio de
presunción de veracidad. Es así como la Administración debe adecuarse al denominado
principio de legalidad, pues se encuentra sometida al Derecho y, aunque está habilitada para
dictar reglas generales, estas están subordinadas a la ley. El principio de legalidad es el pilar
del derecho administrativo y del derecho público en general, dado que sin el mismo toda la
normativa administrativa, así como la doctrina sobre el particular, carecerían por completo de
razón de ser.
2. EL PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO
El procedimiento administrativo es por definición un proceso cognitivo, pues implica una toma
de decisión fundada en un análisis previo, tras el cual se emite una resolución. El procedimiento
administrativo no implica entonces la generación de una declaración de voluntad, dado que esta
última se encuentra limitada por el principio de legalidad, al cual ya hemos hecho referencia en
su momento. Como lo hemos señalado al momento de referirnos al acto administrativo, este no
constituye una declaración de voluntad, debiendo descartarse las posiciones doctrinarias y
98
jurisprudenciales —nacionales y extrajeras— que identifican el acto administrativo con el acto
jurídico civil.
El procedimiento administrativo, a su vez, tiene una doble finalidad. En primer lugar, constituir
una garantía de los derechos de los administrados, haciendo efectivo en particular el derecho
de petición administrativa. Y es que el procedimiento administrativo es la reacción del Estado de
Derecho ante la existencia de potestades autoritarias de la Administración, en mérito de
concepciones provenientes de respeto por los derechos fundamentales y el sometimiento de la
Administración a la Ley.
Pero a la vez, el procedimiento administrativo debe asegurar la satisfacción del interés general.
Dentro de esta lógica, se incluyen principios como el de verdad material, eficacia o
informalismo, así como conceptos tan importantes como los de simplificación administrativa, el
impulso de oficio, oficialidad de la prueba y la participación de los administrados en él.
En primer lugar, los procedimientos administrativos que inician los administrados ante las
entidades para satisfacer o ejercer sus intereses o derechos —es decir, los iniciados a pedido
de parte—, se clasifican en: procedimientos de aprobación automática o de evaluación previa
por la entidad, y este último a su vez se encuentra sujeto, en caso de falta de pronunciamiento
oportuno por parte de la Administración, a silencio positivo o silencio negativo Ahora bien, la Ley
no establece una clasificación de los denominados procedimientos de oficio —iniciados sin
participación directa del administrado—, ni establece esquemas de silencio administrativo para
ello, no existiendo mecanismos de protección al administrado ante la inmovilidad de la
Administración más allá de la denominada caducidad, de aplicación muy puntual en el
procedimiento administrativo peruano. Nos referiremos a lo señalado más adelante.
99
2.4. Manual de Procedimientos Institucionales
Un mecanismo que permite aclarar lo antes señalado es la existencia de los llamados Manuales
de Procedimientos (MAPRO) al interior de las entidades de
la Administración Pública. El MAPRO es un instrumento de gestión que debe contener todos los
procedimientos que a su vez detallan las acciones que se siguen en la ejecución de los
procesos generados para el cumplimiento de las funciones —a cargo de las diferentes unidades
orgánicas de una entidad— y que debe guardar correspondencia con los dispositivos legales
y/o administrativos que regulan el funcionamiento de esta.
La Policía Nacional del Perú como institución pública dependiente del Ministerio del Interior
actualmente cuenta con distintos dispositivos institucionales relacionados con sus objetivos
como son el Mapa de Procesos Nivel 0 de la Policía Nacional del Perú que sirve para la
implementación de la gestión por procesos en el marco de la Política Nacional de
Modernización de la Gestión Pública; el Manual de Procesos del proceso estratégico E.03
Desarrollo Institucional de la Policía Nacional del Perú que sirve para establecer los procesos y
procedimientos a fin de preservar, controlar y supervisar la disciplina, imagen institucional, la
ética y la calidad del servicio policial a nivel nacional; el Manual de Procesos del Proceso
Estratégico E.07 Disciplina de la Policía Nacional del Perú que establece los procesos y
procedimientos que se desarrollan en la Policía Nacional del Perú para promover la
modernización y el desarrollo de la Institución Policial y asimismo, a nivel del ámbito operativa
con el Manual de Procedimientos Operativos de la policía Nacional del Perú donde se
establecen los procedimientos operativos que deben adoptar el personal policial en la
prevención e investigación del delito o para brindar apoyo a las entidades públicas conforme a
ley.
Como su nombre lo indica, son aquellos procedimientos iniciados por el administrado en mérito
del empleo de su derecho de petición y pretendiendo hacer efectivo un interés o derecho
específico, sea particular o colectivo. Los procedimientos a pedido de parte pueden clasificarse
en procedimientos de aprobación automática y procedimientos de evaluación previa.
102
3. Que las actividades a realizar no afecten derechos de terceros, de tal manera que no
sea indispensable informarles a estos de la existencia de la autorización o del ejercicio
del derecho.
Por la fiscalización posterior —típico procedimiento iniciado de oficio, como ya hemos visto—, la
entidad ante la que se realiza un procedimiento de aprobación automática o de evaluación
previa, queda obligada a verificar de oficio mediante el sistema del muestreo, la autenticidad de
las declaraciones, de los documentos, de las informaciones y de las traducciones
proporcionadas por el administrado.
El TUPA evidentemente puede establecer plazos menores, pero nunca mayores. Transcurrido
el citado plazo, los administrados pueden hacer uso de los mecanismos que les provee el
sistema jurídico, en particular el silencio administrativo que corresponda, de acuerdo con la Ley.
La doctrina sigue discutiendo respecto a la iniciación de procesos judiciales ante la inactividad
formal de la Administración, las mismas que incluyen el proceso de cumplimiento y el proceso
contencioso administrativo por omisión.
Los sujetos que intervienen en el procedimiento administrativo general son los administrados y
la autoridad administrativa. Ambos son partes en tanto interactúan en el procedimiento a fin de
obtener el resultado de manera conjunta, los administrados en términos de interés personal y la
Administración Pública al amparo, en principio, del denominado interés general. La citada
interacción, sin embargo, no implica ni configura necesariamente un conflicto de intereses entre
las citadas partes, pero deja en claro la relación desigual existente entre ambos. En cambio, en
un proceso trilateral, y como su nombre lo indica, existen tres partes claramente diferenciadas,
una de ellas es la Administración -el ente encargado de la solución del conflicto, en general un
órgano colegiado o un tribunal administrativo- y las otras son dos administrados con intereses
claramente contrapuestos, respecto de los cuales la autoridad debe resolver.
Ahora bien, una entidad estatal puede intervenir como administrado en un procedimiento
administrativo cuando se somete a las normas que lo disciplinan, en igualdad de facultades y
deberes que los demás administrados. Esto se ve por ejemplo en procedimientos
administrativos trilaterales, en donde la autoridad administrativa puede resolver conflictos
incluso entre dos entes administrativos.
Autoridad administrativa, en el sentido del procedimiento administrativo no son solo los órganos
administrativos de la administración central, sino también de los entes descentralizados y las
empresas del Estado en tanto emitan actos administrativos.
También pueden ser entidades administrativas, conforme a las más recientes orientaciones del
derecho administrativo comparado, órganos de personas públicas no estatales —como los
colegios profesionales— y hasta personas privadas, como por ejemplo las que prestan servicios
públicos.
EN CONCLUSIÓN
La adecuada regulación del funcionamiento de la Administración Pública, así como de la
tramitación del procedimiento administrativo es de importancia medular para el derecho público
en general y el derecho administrativo en particular.
TALLER Y CASUÍSTICA
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