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POLICÍA NACIONAL DEL PERÚ

ESCUELA NACIONAL DE FORMACIÓN


PROFESIONAL POLICIAL
ESCUELA DE EDUCACIÓN SUPERIOR TÉCNICO
PROFESIONAL PNP- TRUJILLO

ÁREA DE ASUNTOS ACADÉMICOS Y DE INVESTIGACIÓN

SÍLABO DESARROLLADO DE
DERECHO ADMINSITRATIVO EN LA FUNCIÓN POLICIAL
DOCENTES

 CRNL. PNP® SANCHEZ ARTEAGA Luis Alberto


 CRNL. PNP MENDEZ YUPANQUI Javier N.
 CMDTE. PNP® PEREZ SOSAYA Marco Antonio
 CMDTE. PNP® TEJADA RUIZ José Luis Enrique
 MY. S PNP CORONEL FERNÁNDEZ Julio C.
 SS PNP TRUJILLO - 2022Carlos G.
SÁNCHEZ SÁNCHEZ
 Mg. DEL CARPIO SEDANO Maribel J.

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TRUJILLO – 2022
SILABO

DERECHO ADMINISTRATIVO EN LA FUNCIÓN POLICIAL

I. DATOS GENERALES
A. PROGRAMA DE ESTUDIOS : Ciencias Administrativas y Policiales
B. MODULO PROFESIONAL : Formación específica jurídica
C. UNIDAD DIDÁCTICA : Derecho Administrativo en la Función Policial
D. DOCENTES RESPONSABLES : Crnl. PNP ® SÁNCHEZ ARTEAGA Luis A.
Crnl. PNP MENDEZ YUPANQUI JAVIER N.
Cmdte. PNP ® PÉREZ SOSAYA Marco A.
Cmdte. PNP ® TEJADA RUIZ José Luis E.
MY. S PNP CORONEL FERNÁNEZ Julio C.
SS PNP SÁNCHEZ SÁNCHEZ Carlos G.
Mg. DEL CARPIO SEDANO Maribel J.
E. PERIODO LECTIVO : 2021 II
F. PERIODO ACADÉMICO :V
G. NÚMERO DE CRÉDITOS TOTALES: 03 (2 teóricos – 1 práctico)
H. N° HORAS/SEMANAS : 64/32 (teóricas) y 32 (prácticas)
I. N° DE HORAS : 04
J. PLAN DE ESTUDIOS : 2022-V
K. FECHA DE INICIO : 09 mayo 2022
L. FECHA DE FINALIZACIÓN : 27 agosto 2022

II. SUMILLA

La unidad didáctica forma parte del Currículo de Estudios de la Escuela de


Educación Superior Técnico Profesional PNP, siendo de naturaleza teórico- práctica
desarrolla los conceptos fundamentales, marco normativo, la función y el acto
administrativo, acorde a lo señalado en el Derecho Administrativo, TUO del PAG,
Leyes de la PNP y otras normas constitucionales y legales.

III. COMPETENCIA GENERAL DEL PROGRAMA DE ESTUDIOS

 Desarrollar la pertinencia de la doctrina sobre derecho administrativo acorde con la


función policial y según la legislación vigente.
 Aplicar la Ley del Procedimiento Administrativo General y su procedimiento en el
cumplimiento de la función policial.

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 Aplicar la función policial y las normas legales sobre derecho administrativo de manera
profesional, por igual a todos los organismos del estado, en especial a los usuarios.

IV. CAPACIDADES E INDICADORES DE LOGROS

CAPACIDAD INDICADORES DE LOGRO


‐ Reconoce y analiza los
Reconocer y analizar los planteamientos teóricos del
planteamientos teóricos sobre Derecho Administrativo y
conceptos fundamentales, marco
normativo y procedimientos procedimientos en general.
administrativos desde su inicio
hasta su resolución, en relación al ‐ Identifica y consolida el ejercicio
ejercicio de la función policial. de la función policial, en relación a
la Ley 27444 y su Reglamento.
Acreditar conocimientos
actualizados del Derecho ‐ Identifica y valora la importancia
administrativo y Ley 27444 Ley
del Procedimiento Administrativo del Derecho Administrativo en la
General función policial.

V. CONTENIDOS
INDICADORES DE LOGRO

 Conoce de las definiciones y aplicación del Derecho Administrativo.


 Identifica los procedimientos de la Ley de PAG en el ejercicio de la función
policial.
 Comprende los mecanismos de interrelación de las instituciones jurídicas del
Derecho Administrativo y la estructura de la Administración Pública.
 Internaliza la importancia del conocimiento del Derecho Administrativo vigente en
la función policial.
 Comprende las garantías, derechos y obligaciones de los ciudadanos frente a la
administración.
 Conoce de Los recursos administrativos y los procedimientos especiales en la
función policial.
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SEMANA CONTENIDO
RECURSOS
ACADÉMICA CONCEPTUAL PROCEDIMENTAL ACTITUDINAL

 Se inicia con una  Equipo multimedia.


DERECHO ADMINISTRATIVO EN LA  Muestra interés  Diapositivas marco
introducción sobre el
PRIMERA FUNCIÓN POLICIAL
Derecho Administrat.  Es proactivo normativo.
SEMANA A. INTRODUCCIÓN
B. LA FUNCIÓN ADMINISTRATIVA  Se define la función y  Sensibilización  Material didáctico.
(04 horas)
C. EL ACTO ADMINISTRATIVO el acto administrativo con el tema  Plumones
09-14MAY22
 Responden  Actitud reflexiva  Pizarra
preguntas.

FUENTES DE ORDENAMIENTO
ADMINISTRATIVO  Equipo multimedia.
 Visualizan  Participación  Videos
SEGUNDA diapositivas activa  Normas legales
SEMANA ASIGNACIÓN DEL TRABAJO Legislación vigente  Trabajo en equipo sobre Fuentes del
(04 horas) INDIVIDUAL Y COLABORATIVO
 Responden  Muestra interés ordenamiento
16-21MAY22
Preguntas administrativo

 Equipo multimedia.
 Visualizan  Muestra interés
TERCERA LEY DEL PROCEDIMIENTO  Material didáctico.
diapositivas sobre la  Es proactivo
SEMANA ADMINISTRATIVO GENERAL
LPAG
 Normas legales
 Sensibilización
(04 horas)  Plumones
 Preguntas y con el tema
23-28MAY22 respuestas
 Pizarra
 Actitud reflexiva

 Analizan texto de  Equipo multimedia


 Sensibilización
CUARTA diapositivas sobre el  Video sobre actos
RÉGIMEN JURÍDICO DE LOS con el tema
SEMANA Régimen jurídico de administrativos
ACTOS ADMINISTRATIVOS  Actitud reflexiva
(04) horas los actos  Normas legales.
administrativos  Muestra interés
30-04JUN22  Plumones
 Responde a  Pizarra
preguntas

 Video
 Analizan video sobre la
sensibilizador.
QUINTA ORGANIZACIÓN DE LA organización de la
 Equipo multimedia.
SEMANA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA administración pública  Actitud reflexiva
 Normas legales.
(04) horas PERUANA  Responden preguntas  Muestra interés
 Plumones
06-11JUN22
 Pizarra

SEXTA  Leen información  Trabaja en equipo  Equipo multimedia


SEMANA EFICACIA DE LOS ACTOS sobre la eficacia de  Sensibilización  Videos
(04 horas) ADMINISTRATIVOS los actos con el tema  Normas legales.
administrativos  Actitud reflexiva  Plumones
 Responden preguntas  Muestra interés  Pizarra
13-18JUN22
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SEMANA CONTENIDO
RECURSOS
ACADÉMICA CONCEPTUAL PROCEDIMENTAL ACTITUDINAL

SÉTIMA  Examen
PRIMER EXAMEN PARCIAL  Entrega del examen  Participación
SEMANA (60 minutos). activa
 Lapicero
(04 horas)  Plumones
20-25JUN22  Pizarra.

 Visualizan video  Sensibilización  Equipo multimedia


OCTAVA sobre procedimientos
PROCEDIMIENTOS con el tema  Diapositivas
SEMANA ADMINISTRATIVOS ESPECÍALES administrativos
 Actitud reflexiva  Videos
(04 horas) especiales
 Responden preguntas  Muestra interés  Normas legales
27-02JUL22

SEMANA CONTENIDO
RECURSOS
ACADÉMICA CONCEPTUAL PROCEDIMENTAL ACTITUDINAL

NOVENA  Visualizan un video sobre  Equipo multimedia


AUTORIDAD ADMINISTRATIVA  Muestra interés
SEMANA la autoridad administrativa  Diapositivas.
PRINCIPIOS GENERALES Y  Es proactivo
(04 horas) COMPETENCIA
 Aplican principios  Normas.
 Trabaja en equipo
generales y competencia  Material didáctico
 Actitud reflexiva
04-09JUL22  Responden a preguntas

DÉCIMA INICIACIÓN DEL PROCEDIMIENTO  Visualizan vídeo sobre  Equipo multimedia


INSTRUCCIÓN DEL procedimiento  Trabaja en equipo  Diapositivas
SEMANA
PROCEDIMIENTO administrativo y aplican  Actitud reflexiva  Equipo multimedia.
(04horas) FIN DEL PROCEDIMIENTO Y conocimientos  Muestra interés  Manuales
11-16JUL22 EJECUCIÓN DE RESOLUCIONES  Casos prácticos.

 Equipo
DÉCIMA LOS RECURSOS  Analizan video sobre los
ADMINISTRATIVOS  Muestra interés multimedia
PRIMERA recursos administrativos
 Es proactivo  Diapositivas
(04 horas) RECEPCIÓN DE TRABAJOS
 conocen procedimientos
 Trabaja en equipo  Videos
APLICATIVOS INDIVIDUALES sobre la materia
 Actitud reflexiva  Normas
18-23JUL22  Responden a preguntas.

DÉCIMA  Examen
SEGUNDO EXAMEN PARCIAL  Entrega del examen  Lapicero
SEGUN. (60 minutos).  Participación activa
 Plumones
(04 horas)  Pizarra
25-30JUL22

DÉCIMA  Sensibilización con


TERCERA el tema  Equipo multimedia
MANUAL DE PROCEDIMIENTO  Resuelven casos
(04) horas  Diapositivas.
ADMINISTRATIVO GENERAL prácticos.  Actitud reflexiva
 Muestra interés  Normas
01-06AGO22  Responde preguntas.

DÉCIMA RECEPCIÓN, EXPOSICIÓN Y  Equipo multimedia


 Actualizan conocimientos
CUARTA CALIFICACIÓN DE LOS  Muestra interés  Diapositivas
Sobre temas de interés
(04) horas TRABAJOS
con la función policial.
 Es proactivo  Videos.
COLABORATIVOS  Actitud reflexiva  Normas legales
 Responden preguntas.
08-13AGO22

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SEMANA CONTENIDO
RECURSOS
ACADÉMICA CONCEPTUAL PROCEDIMENTAL ACTITUDINAL

 Resuelve casos  Equipo multimedia


DÉCIMA propuestos.  Participación activa  Video.
QUINTA TALLER  Responde preguntas  Trabajo en equipo  Normas.
(04) horas Y CASUÍSTICA  Muestra interés  Diapositivas
15-20AGO22 .

DÉCIMA  Examen
SEXTA EXAMEN FINAL DACA  Entrega del examen
 Participación activa  Lapicero
(04) horas
 Recepción del trabajo
22-27AGO22
grupal.

VI. METODOLOGÍA

A. La metodología que se aplicará durante el proceso de enseñanza-aprendizaje


se orientarán a la interacción permanente del docente con los Estudiantes y de
ellos entre sí, priorizando el trabajo en equipo.
B. Se promoverá la investigación permanente con la participación de los
estudiantes para analizar los diferentes conceptos procedimentales.
C. Se promoverá el desarrollo de pensamiento crítico, la predisposición a la
investigación, favoreciendo la exposición de sus conocimientos.
D. Se emplearán recursos didácticos de acuerdo a los temas a desarrollar
disponibles y al alcance, con el fin de que el aprendizaje sea significativo.

VII. RECURSOS DIDÁCTICOS

El responsable de la Escuela de Formación, verificará que los ambientes


destinados a las academias (aulas), se hallen en correcto estado de presentación y
limpieza; asegurando que los equipos a utilizar en el dictado de las clases se
encuentren operativos y con protección debida para evitar el bloqueo por virus y
otros.

El docente para el desarrollo de la asignatura empleará los equipos y materiales


siguientes:
 Equipo multimedia.
 Pizarra y plumón, plataforma virtual, computadora y laptop.
 Silabo desarrollado, material educativo, diapositivas y vídeos para reforzar las
técnicas de enseñanza.
VIII. EVALUACIÓN
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La evaluación del aprendizaje estará basada en el enfoque Socioformativo (Tobón
2010), porque se centra en la valoración de las competencias, entendiendo a la
valoración como un proceso de reconocimiento que los estudiantes aprenden y
ponen en acción en un contexto social asumiendo el error como una oportunidad de
mejora y crecimiento personal.
La evaluación socioformativa es un nuevo enfoque de la evaluación que se centra
en desarrollar y mejorar el talento de las personas, para afrontar los retos de la
sociedad, del conocimiento mediante el abordaje de problemas del contexto y la
colaboración, por lo que se considerará la evaluación conceptual, procedimental y
actitudinal enfocados básicamente en el desempeño ante actividades reales o
simuladas, asimismo se tendrá en cuenta los siguientes indicadores, instrumentos y
requisitos de aprobación:

8.1. Indicadores e Instrumentos de Evaluación

INDICADORES INSTRUMENTOS
Conceptual:
Explica los fundamentos teóricos del
Derecho Administrativo en la Función
Policial, así como la normatividad Interrogatorio / Lista de
vigente en nuestro país con el propósito cotejo
Dialogo / Cuadro de
de aplicarlos y garantizar una
participación
convivencia pacífica entre todas las
personas.
Procedimental:
Dramatiza los casos relacionados con los Observación Sistemática /
procedimientos policiales en el marco de las Guía de observación
leyes vigentes a fin de evitar a futuro Prueba / Objetiva
excesos o algún nivel de violencia en su Solicitud de productos/
aplicación. Proyectos
Actitudinal:
Mantiene la calma bajo presión, es
responsable y de buen trato con los
demás con el objetivo de desenvolverse Ficha de observación
en forma idónea en sus quehaceres
cotidianos.
PRODUCTO ACREDITABLE: El estudiante al término de la UD debe
presentar DOS (02) trabajos: Un (01) Trabajo Colaborativo y Un (01)
Trabajo Aplicativo Individual.

8.2. Requisitos de aprobación


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‐ La escala de calificación es vigesimal y el calificativo mínimo aprobatorio
es trece (13). En todos los casos la fracción 0.5 o más se considera como
una unidad a favor del estudiante.
‐ El estudiante que en la evaluación general en una Unidad Didáctica
(Asignaturas), obtenga nota desaprobatoria, tiene derecho a un examen
sustitutorio programado.
‐ El estudiante que después de realizado el proceso de recuperación
obtuviera nota menor a trece (13), en una o más capacidades terminales
de una Unidad Didáctica, desaprueba la misma.
‐ El estudiante que acumulará inasistencias injustificadas en número igual o
mayor al 30% del total de horas programadas en la Unidad Didáctica
(Asignaturas), será desaprobado en forma automática, sin derecho a
recuperación.
Promedio General:
PG = PEP (3) + TAI (1) + TC (2) +EF (4)
________________________________
10

PEP = Promedio de Exámenes Parciales


TAI = Trabajo Aplicativo Individual
TC = Trabajo Colaborativo
EF = Examen Final

IX. BIBLIOGRAFÍA BÁSICA

A. Constitución política del Perú de 1993.


B. Resolución de la Asamblea General de Las Naciones Unidas 217-A de
10DIC1948, Declaración Universal de los Derechos Humanos.
C. Decreto Legislativo N° 1267-2016-IN, de 16DIC2016.- Ley de La PNP y sus
modificatorias.
D. DS. N° 026-2017-IN, del 15OCT2017. -Reglamento del D. Leg. N° 1267 Ley de
la Policía Nacional del Perú y sus modificatorias DS N° 002-2018-IN.
E. TUO. de la Ley de Procedimiento Administrativo General, aprobado mediante
Decreto Supremo N° 004 - 2019-JUS.
F. Derecho Administrativo, Instituto de Ciencias Hegel, Lima, setiembre 2021.
G. Comentarios a la Ley de Procedimiento Administrativo General, Juan Carlos
Morón Urbina, 15° Edición, Editorial Gaceta Jurídica; Lima 2020.
H. Fundamentos de Derecho Administrativo, Parte I, Escuela Nacional Indecopi,
Lima, junio 2017.
I. Manual del Procedimiento Administrativo, Christian GUZMAN NAPURI, 1°
Edición; Editorial PACIFICO, Lima 2013.
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I UNIDAD

PRIMERA SEMANA (04 HORAS)

09 AL 14MAY2022

DERECHO ADMINISTRATIVO EN LA FUNCIÓN POLICIAL

INTRODUCCIÓN

Uno de los principios esenciales en un estado democrático de derecho, es el principio de


separación de poderes. Este principio significa la identificación de tres grandes funciones del
estado:
La función legislativa, que es aquella función que consiste en aprobar el marco legal, aprobar
las leyes.
La función jurisdiccional, que es aquella función que significa que el estado resuelve las
controversias que se pueden plantear entre los habitantes de la nación o con respecto a la
administración.
La función administrativa, que tiene a su cargo aplicar encargado a la administración pública
el marco legal.
Cuando hablamos de la función administrativa nos estamos refiriendo a aquel conjunto de
organismos, entidades que llamamos en genérica administración pública. Estamos hablando de
más de 2750 entidades en el Perú que forman partes de la administración pública y cuya
finalidad es tutelar, proteger los intereses de la colectividad; esto es, los derechos de las
personas que integran la sociedad.
Las distintas formas como actúa, como se manifiesta la actividad en la administración son
variables:
Potestad normativa: nos estamos refiriendo aquella que se le atribuye a la administración para
poder reglamentar las leyes fundamentalmente establecer los marcos en virtud del cual la
administración va a cumplir dichas funciones y además va a establecer obligaciones y derechos
de los privados.
Poder del Policía: nos estamos refiriendo a aquella función que el ordenamiento asigna a la
administración de poder verificar que la actividad de los privados es compatible con los
intereses de la colectividad; es decir, a los casos en los cuales los agentes económicos tienen
que obtener alguna licencia, como es el caso de la licencia de funcionamiento, la licencia de
9
edificación y tantas otras en las cuales ellos tienen el derecho constitucional preexistente a la
libre iniciativa privada y a la libre empresa.
Función prestacional o de servicios públicos: la sociedad le encarga a la administración
algunos tipos de tarea como lo relativo a temas sociales o temas esenciales, en buena cuenta,
la administración sea la que proporcione los bienes y servicios en la sociedad, es también el
caso de los más conocidos servicios públicos donde la administración su rol, es más bien
asegurar la prestación que pueda ser llevada a cabo a través probablemente de operadores
privados.
Función de fomento: lo que hace la administración es crear beneficios e incentivos para que
los privados orienten su efectividad hacia estos objetivos que interesa en buena cuenta a la
sociedad.
Potestad de fiscalización (supervisión e inspección): el ordenamiento jurídico encarga a la
administración esta tarea a fin de que pueda verificar el cumplimiento de las obligaciones
establecidas por la ley o por un contrato, como puede ser una concesión por parte de los
agentes que están vinculados a estas normas, producto de esta fiscalización la administración
podrá determinar el cumplimiento del cumplimiento o también podrá formular sugerencias o lo
que se denomina en el derecho administrativo medidas correctivas para que restablezcan la
legalidad de su actuación.
Potestad sancionadora: en virtud del cual la administración puede aplicar sanciones: es decir,
castigar a aquellos que han infringido el ordenamiento administrativo o han cometido ilícitos, y
La solución de controversias que se manifiesta de dos formas:
- Si alguna de las decisiones que adopta la administración no es del agrado del destinatario,
éste puede cuestionarla ante la propia administración, a través de los denominados
recursos administrativos.
- Otro mecanismo también es, en determinadas circunstancias la legislación contempla los
denominados procedimientos trilaterales (Indecopi) que son aquellos casos en los cuales
dos privados cuando se trata de temas en donde median intereses de la colectividad
pueden acudir frente a la administración y llevar sus controversias para que las resuelva a
través de un procedimiento administrativo, en estos casos la administración verifique que
se está satisfaciendo los intereses de la colectividad.

Y ahora que ya tratamos en qué consiste la función administrativa, veremos en que consiste el
derecho administrativo.
El Derecho Administrativo es aquella rama del derecho que estudia las relaciones entre la
administración pública y los privados; es decir, entre la administración pública y los destinatarios
de la actividad administrativa.
El derecho administrativo estudia también las reglas propias de organización y funcionamiento
de la administración pública, dentro de ello al personal que forma parte de la citada
administración y de la aplicación del procedimiento administrativo, que es aquel mecanismo que
está previendo como realiza su actividad; de allí, que el ordenamiento jurídico establece que la
actuación de la administración pública debe regularse en torno a el establecimiento de un
conjunto de potestades o prerrogativas exorbitantes que se le reconoce y no a los privados, con
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la finalidad de facilitar el cumplimiento de sus objetivos que son siempre de tutela de los
intereses públicos o de la colectividad.
¿Cuáles son estas prerrogativas?
- La presunción de la legalidad de su actuación.
- Ella misma, tiene la potestad de anular sus decisiones cuando sean ilegales o graven al
interés público.
- La regla de que no se le puede cuestionar si no se ha agotado la vía administrativa.
- La autotutela administrativa ejecutiva: ella misma puede hacer cumplir sus decisiones.
En el caso de la administración pública, ella no requiere acudir al poder judicial para hacer
cumplir sus decisiones, ella misma lo hace cumplir como ocurre a través de la ejecución
coactiva.
Por tanto, en la regulación del procedimiento administrativo se establecen estas prerrogativas
por parte de la administración, pero, además, el ordenamiento establece que esas prerrogativas
tienen que ejercerse en armonía con los intereses y derechos de los destinatarios.
Esta es la importancia del derecho administrativo.
Otra definición del Derecho Administrativo:
Es la rama del derecho público que estudia los principios y normas relacionadas con la función
administrativa y actividad de la administración pública, también estudia las relaciones que se
dan entre la administración y los particulares, las relaciones inter orgánicas y su control que
incluye la protección judicial de los particulares y el derecho de defensa en contra de los actos
que le afectan al administrado.

Explico elemento por elementos:


El derecho administrativo es parte del derecho público, está referido a dos grandes ramas:
el derecho privado que estudia y norma la relación que hay entre los particulares y el derecho
público que se encarga de normar la relación que hay entre los particulares y el estado o la
administración, dentro de esta rama, está el derecho administrativo.
Estudia los principios y normas relacionadas con, se refiere a dos principios que rigen en el
derecho administrativo: el principio de legalidad, establece que toda la administración debe
sujetarse a la ley, es decir que las resoluciones que vaya a emitir cada órgano administrativo
deben estar sujeta a la ley, a una norma legal vigente, en tanto que el principio de juricidad va
más allá, si debe estar sujeto a la ley; pero también, a los principios generales del derecho
(justicia, igualdad, etc.).
Normas relacionadas con la función administrativa y actividad de la administración
pública, la función administrativa no es más que el quehacer del aparato estatal, de los órganos
administrativos, de la administración como tal, que tiene una serie de pasos que cumplir: la
planificación, la coordinación, la organización y la dirección-ejecución y el control, estos
elementos son los que garantizan una buena función administrativa.
También estudia las relaciones que se dan entre la administración y los particulares, este
elemento es muy importante porque la administración pública tiene contacto directo y continuo
para con los particulares. Por ejemplo, quiero construir una casa, me acerco a ventanilla para
tramitar el permiso sobre la construcción de la casa, obviamente esta relación es día a día.
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Las relaciones interorgánicas y su control, establecen que dentro de la administración
pública hay distintos órganos administrativos que tienen una función en particular y el derecho
administrativo regula la coordinación que se da entre ellos (jerarquía, orden que se debe
respetar, plazos, como se va a emitir una resolución, etc.).
Que incluye la protección judicial de los particulares y el derecho de defensa en contra
de los actos que le afectan al administrado, aquí es donde el administrado tiene los
mecanismos legales de defensa ante la administración. Por ejemplo: voy a ventanilla a solicitar
autorización para construir un bien inmueble, pero me deniegan el permiso, al afectar mis
derechos como particular, recurro a los recursos a fin que mis derechos sean respetados.
Respecto al Poder de Policía, es la actividad de la administración pública que limitando o
disciplinando el derecho, el interés o la libertad, regula la práctica del acto o la abstención del
hecho, en razón del interés público en materia de seguridad, la higiene, el orden, las
costumbres, la producción y disciplina de mercado, el ejercicio de actividades económicas
dependientes de la concesión o autorización del poder público, la tranquilidad pública o el
respeto a la propiedad y los derechos individuales o colectivos.
El poder de policía es una actividad de la administración pública y es ejercido por un órgano
competente dentro de los límites de la ley aplicables.
En conclusión, el derecho administrativo en su conjunto sirve para garantizar el efectivo
ejercicio de los derechos que como particulares tenemos ante la administración pública.
La Policía Nacional del Perú como institución tutelar del estado y de conformidad a la
Constitución Política, Ley y su Reglamento, sin lugar a dudas está obligada a conocer el
derecho administrativo y los procedimientos en general acorde al ejercicio de la función policial.

LA FUNCIÓN Y EL ACTO ADMINISTRATIVO

FUNCIÓN ADMINISTRATIVA

A fin de entender a cabalidad el objeto de regulación del derecho administrativo, es necesario


determinar de manera previa qué es lo que se entiende por Administración Pública.
Administración Pública, es aquella compuesta por entidades que realizan función
administrativa, al margen de su estructura. Y es que, existen entidades que desarrollan
funciones administrativas, que no forman propiamente parte del Estado. A su vez, existen
entidades y órganos del Estado que no ejercen función administrativa, sino de otra índole.
Hay que considerar que las actividades de la Administración Pública deben configurarse como
obligaciones, al amparo del principio de legalidad y teniendo en cuenta la competencia de cada
uno de los entes que la conforman, además, ninguna de dichas actividades puede considerarse
propia de la función gubernativa, la función legislativa o la función jurisdiccional.

La función administrativa es la que el Estado realiza bajo un orden jurídico, y que consiste en
la ejecución de actos que determinan situaciones jurídicas para casos individuales.
Es la función del Estado que se ocupa de la satisfacción de los intereses comunitarios
impostergables. Es la función más amplia que se utiliza en la esfera estatal y es la función
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principal del Poder Ejecutivo, donde encontramos el derecho administrativo puro.
"La función administrativa es la actividad concreta, practica, desarrollada por el Estado para la
inmediata obtención de sus cometidos”.

La función administrativa tiene por objeto la gestión inmediata de los asuntos jurídico-
públicos, así como la satisfacción de los intereses generales. A diferencia de la función
ejecutiva, cuyas decisiones tienen un contenido netamente político, esta función busca ejecutar,
dirigir y servir a la población de una manera más directa y tangible.
En ese sentido, la función administrativa tiene un contenido complejo, en la medida que integra
una tarea de ejecución material de obligaciones y deberes establecidos en las leyes, una labor
de reglamentación de las prescripciones normativas, y una labor de eliminar incertidumbres en
la esfera de los derechos de contenido legal de los particulares. Es ejercida, de modo originario
por las entidades de la administración pública, y también inclusive por particulares, a título de
delegación, concesión o autorización.
De lo expuesto se desprende que la función administrativa es en esencia una actividad que
realizan los distintos entes estatales dentro de los parámetros establecidos por ley, y según las
competencias otorgadas. Dichas actividades se manifiestan a través de los distintos actos
administrativos, los cuales se encuentra sometidos al Derecho Público. Así tenemos que la
función administrativa se exterioriza de las siguientes maneras:
a) El Acto Administrativo: es la declaración unilateral efectuada en ejercicio de la función
administrativa que produce efectos jurídicos individuales en forma directa.
b) Reglamento Administrativo: declaración unilateral efectuada en ejercicio de la función
administrativa que produce efectos jurídicos generales en forma directa.
c) Simple Acto de la Administración: declaración unilateral interna o ínter orgánica efectuada
en ejercicio de la función administrativa que produce efectos individuales en forma indirecta.
d) Hecho Administrativo: acto material traducido en operaciones técnicas o actuaciones
físicas, ejecutadas en ejercicio de la función administrativa productora de efectos jurídicos
directos o indirectos.
e) Contrato Administrativo: declaración bilateral o de voluntad común productora de efectos
jurídicos entre dos o más personas, de la cuales una de esta en ejercicio de la función
administrativa.
Al ser la función administrativa un concepto relativamente nuevo dentro de la concepción del
Estado, existen una serie de doctrinas que tratan de esclarecer el panorama sobre esta figura.

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LAS FUNCIONES DEL ESTADO, se clasifican tradicionalmente en:

1. FUNCION LEGISLATIVA

Función del Estado que se ocupa de dictar, alterar o suspender las leyes (normas jurídicas de
alcance general, abstractas, de cumplimiento obligatorio y dirigidas a un número indeterminado
o determinable de personas) siempre que sean conformes a la Constitución Nacional. Es la
función principal del Poder Legislativo.

2. FUNCION JUDICIAL

Función del Estado que se ocupa de interpretar y aplicar la ley en casos concretos, para
resolver controversias jurídicas entre partes con intereses contrapuestos (imponiendo una
decisión con fuerza de verdad legal). Es la función principal del Poder Judicial.

3. FUNCION ADMINISTRATIVA

Función del Estado continua, rápida e inmediata que se ocupa de que se cumpla la ley y de
satisfacer los intereses comunitarios impostergables. Es la función principal del Poder Ejecutivo
(a cargo del Presidente de la Nación) dentro de la cual está la función administrativa.

CARACTERÍSTICAS DE LA FUNCIÓN ADMINISTRATIVA

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 ES UNA FUNCIÓN CONTINUA Y PERMANENTE

Así, por ejemplo, el Presidente de la República (máxima figura administrativa) no tiene


vacaciones, y si se va de viaje queda el ministro delegatorio, lo que se explica porque siempre
debe haber una máxima figura administrativa.

 REALIZA LOS FINES DEL ESTADO

Que va desde la realización de sus libertades, los derechos y deberes del ciudadano, hasta la
prestación de los servicios públicos que es lo mismo que satisfacer las necesidades publicas
insatisfechas y por supuesto los de llevar a cabo o realizar las aspiraciones de calidad de vida y
de prosperidad general.

 ES UNA FUNCION PARA ADAPTAR

A diferencia de las otras funciones del estado la función administrativa se caracteriza porque
cumple esencialmente una función adaptativa de los deberes de satisfacción de necesidades
colectivas y de protección de los derechos a cargo del estado frente a las transformaciones
sociales.
Aplica por consiguiente la función administrativa la teoría de la adaptación medio.

 CUMPLE UNA FUNCION TUTELAR

Ya que tiene a su cargo la tutela de los derechos y deberes de las personas, esta tutela la lleva
a cabo para la consecución de los intereses generales.

 ES UNA FUNCION AUTONOMA

Significa que cuando se adopta una decisión administrativa se adopta en derecho, debe
producir un resultado material.

 ES FUNCIÓN INMEDIATA

Porque las decisiones que tomen las autoridades deben ser cumplidas una vez se han impuesto
y el diálogo entre el administrado y la administración es inmediato.

 ES UNA FUNCION DEL ESTADO

Porque siempre es ejercida por el Estado, o por los particulares a través la delegación,
autorización o concesión de la autoridad estatal.
Criterios diferenciadores de la función administrativa en relación a otras funciones del estado.

 CRITERIO ORGÁNICO, FORMAL O SUBJETIVO

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Toma en cuenta el órgano que realiza la función. De esta forma solo habría actividad
administrativa. En el Poder Ejecutivo; actividad administrativa.
Poder Legislativo, actividad legislativa.
Estas sostienen que la función administrativa es aquella actividad que predominantemente
realiza el órgano ejecutivo y los órganos que actúan en su esfera.
Este criterio es criticado por Gordillo y dice "Se sostuvo primero que la función administrativa es
la que realiza el Poder Ejecutivo…. Desde el punto de vista orgánico (a veces llamado formal.),
según el acto sea realizado por un órgano jurisdiccional (independiente), administrativo
(dependiente) o legislativo (de índole constitucional), nos encontraríamos ante una función de
tal o cual tipo; criterio insuficiente por cuanto según se ha visto los otros órganos estatales
(legislativo y jurisdiccionales) también realizan funciones administrativas”.

LOS ACTOS ADMINISTRATIVOS

El acto administrativo es un acto jurídico cuya característica principal es que emana de la


Administración Pública. Sus normas, fiscalización y legalidad provienen del Derecho
Administrativo. Producen efectos jurídicos, pero solo pueden ser dictados en el marco de una
potestad concedida por ley. Sus distintas expresiones deben tener fines de servicio al interés
general.

Actos administrativos personales y actos administrativos reales


Los actos administrativos personales son aquellos que regulan de modo directo y concreto la
posición jurídica o la conducta de los administrados, por lo cual para su construcción inciden las
características personales del administrado (por ejemplo, otorgamiento de una pensión,
designación en un cargo, adjudicación de una buena pro, o una sanción administrativa).
El acto administrativo real está dirigido de modo directo e inmediato a concretar situaciones
jurídicas patrimoniales, por medio de las cuales se califican la regularidad de una actividad, o
constituyen aptitudes jurídicas de bienes o actividades y no de personas. Por ejemplo, son
actos administrativos reales, un permiso de circulación de vehículos, una autorización de
exportación, la afectación de bienes al dominio público, la calificación de patrimonio histórico de
algún bien, la transferencia de bienes interadministrativos, una licencia de construcción, etc.
La utilidad de la diferencia, radica en la transmisibilidad del estatuto que produce el acto
administrativo, de tal suerte que los actos administrativos personales al haber sido otorgados en
función de los sujetos, le siguen a estos, durante la vigencia del acto; a diferencia de los actos
administrativos reales, que, al estar dispuestos en función de los bienes, son separables de las
personas que sean los destinatarios del acto.

1. Son actos administrativos, las declaraciones de las entidades que, en el marco de normas
de derecho público, están destinadas a producir efectos jurídicos sobre los intereses,
obligaciones o derechos de los administrados dentro de una situación concreta.

2. No son actos administrativos:


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2.1 Los actos de administración interna de las entidades destinados a organizar o hacer
funcionar sus propias actividades o servicios. Estos actos son regulados por cada entidad, con
sujeción a las disposiciones del Título Preliminar de la Ley de PAG, y de aquellas normas que
expresamente así lo establezcan.
2.2 Los comportamientos y actividades materiales de las entidades.
Para conformar un procedimiento unitario, dichos actos, deben cumplir con las siguientes
condiciones:
a. Que cada acto procesal conserve su propia individualidad (Por ejemplo, mantener
requisitos de validez y objetos inmediatos propios) y no como en el acto administrativo complejo
donde se fusionan en la declaración final de la administración.
b. Que los actos conectados deben tener como objetivo, efectos jurídicos unitarios.
c. Que, a su interior los actos procesales se vinculen causalmente entre sí, de tal modo
que cada uno, supone al anterior, y el ultimo supone al grupo entero.

De tal modo, los componentes del procedimiento aparecen con su valor propio: La resolución
como el acto principal con vocación de ser terminal y los actos preparatorios, como
instrumentos de aquella, vinculados en una relación de medios afines.

REQUISITOS PARA LA VALIDEZ DE LOS ACTOS ADMINISTRATIVOS

Son requisitos de validez de los actos administrativos:

1. Competencia. - Ser emitido por el órgano facultado en razón de la materia, territorio, grado,
tiempo o cuantía, a través de la autoridad regularmente nominada al momento del dictado y en
caso de órganos colegiados, cumpliendo los requisitos de sesión, quórum y deliberación
indispensables para su emisión.

2. Objeto o contenido. - Los actos administrativos deben expresar su respectivo objeto, de tal
modo que pueda determinarse inequívocamente sus efectos jurídicos. Su contenido se ajustará
a lo dispuesto en el ordenamiento jurídico, debiendo ser lícito, preciso, posible física y
jurídicamente, y comprender las cuestiones surgidas de la motivación.

3. Finalidad Pública. - Adecuarse a las finalidades de interés público asumidas por las normas
que otorgan las facultades al órgano emisor, sin que pueda habilitársele a perseguir mediante el
acto, aun encubiertamente, alguna finalidad sea personal de la propia autoridad, a favor de un
tercero, u otra finalidad pública distinta a la prevista en la ley. La ausencia de normas que
indique los fines de una facultad no genera discrecionalidad.

4. Motivación. - El acto administrativo debe estar debidamente motivado en proporción al


contenido y conforme al ordenamiento jurídico.

5. Procedimiento regular. - Antes de su emisión, el acto debe ser conformado mediante el

17
cumplimiento del procedimiento administrativo previsto para su generación.

MODALIDAD DE LOS ACTOS ADMINISTRATIVOS

Cuando una ley lo autorice, la autoridad, mediante decisión expresa, puede someter el acto
administrativo a condición, término o modo, siempre que dichos elementos incorporables al
acto, sean compatibles con el ordenamiento legal, o cuando se trate de asegurar con ellos el
cumplimiento del fin público que persigue el acto.
Una modalidad accesoria no puede ser aplicada contra el fin perseguido por el acto
administrativo.

FORMA DEL ACTO ADMINISTRATIVO

Los actos administrativos deberán expresarse por escrito, salvo que, por la naturaleza y
circunstancias del caso, el ordenamiento jurídico haya previsto otra forma, siempre que permita
tener constancia de su existencia.
El acto escrito indica la fecha y lugar en que es emitido, denominación del órgano del cual
emana, nombre y firma de la autoridad interviniente. Cuando el acto administrativo es producido
por medio de sistemas automatizados, debe garantizarse al administrado conocer el nombre y
cargo de la autoridad que lo expide.
Cuando deban emitirse varios actos administrativos de la misma naturaleza, podrá ser
empleada firma mecánica o integrarse en un solo documento bajo una misma motivación,
siempre que se individualice a los administrados sobre los que recaen los efectos del acto. Para
todos los efectos subsiguientes, los actos administrativos serán considerados como actos
diferentes.

OBJETO O CONTENIDO DEL ACTO ADMINISTRATIVO

El objeto o contenido del acto administrativo es aquello que decide, declara o certifica la
autoridad.
En ningún caso será admisible un objeto o contenido prohibido por el orden normativo, ni
incompatible con la situación de hecho prevista en las normas; ni impreciso, obscuro o
imposible de realizar.
No podrá contravenir en el caso concreto disposiciones constitucionales, legales, mandatos
judiciales firmes; ni podrá infringir normas administrativas de carácter general provenientes de
autoridad de igual, inferior o superior jerarquía, e incluso de la misma autoridad que dicte el
acto.
El contenido debe comprender todas las cuestiones de hecho y derecho planteadas por los
administrados, pudiendo involucrar otras no propuestas por estos que hayan sido apreciadas de
oficio, siempre que la autoridad administrativa les otorgue un plazo no menor a cinco (5) días
para que expongan su posición y, en su caso, aporten las pruebas que consideren pertinentes.

18
MOTIVACIÓN DEL ACTO ADMINISTRATIVO

La motivación debe ser expresa, mediante una relación concreta y directa de los hechos
probados relevantes del caso específico, y la exposición de las razones jurídicas y normativas
que con referencia directa a los anteriores justifican el acto adoptado.
Puede motivarse mediante la declaración de conformidad con los fundamentos y conclusiones
de anteriores dictámenes, decisiones o informes obrantes en el expediente, a condición de que
se les identifique de modo certero, y que por esta situación constituyan parte integrante del
respectivo acto. Los informes, dictámenes o similares que sirvan de fundamento a la decisión,
deben ser notificados al administrado conjuntamente con el acto administrativo.
No son admisibles como motivación, la exposición de fórmulas generales o vacías de
fundamentación para el caso concreto o aquellas fórmulas que por su oscuridad, vaguedad,
contradicción o insuficiencia no resulten específicamente esclarecedoras para la motivación del
acto. No constituye causal de nulidad el hecho de que el superior jerárquico de la autoridad que
emitió el acto que se impugna tenga una apreciación distinta respecto de la valoración de los
medios probatorios o de la aplicación o interpretación del derecho contenida en dicho acto.
Dicha apreciación distinta debe conducir a estimar parcial o totalmente el recurso presentado
contra el acto impugnado.
No precisan motivación los siguientes actos:

 Las decisiones de mero trámite que impulsan el procedimiento.


 Cuando la autoridad estima procedente lo pedido por el administrado y el acto
administrativo no perjudica derechos de terceros.
 Cuando la autoridad produce gran cantidad de actos administrativos sustancialmente
iguales, bastando la motivación única.
SEGUNDA SEMANA (04 HORAS)
16 AL 21MAY2022

FUENTES DEL ORDENAMIENTO ADMINISTRATIVO

A. EL DERECHO ADMINISTRATIVO COMO ORDENAMIENTO JURÍDICO

El Derecho Administrativo constituye un ordenamiento jurídico autónomo, por lo tanto,


representa una porción específica del ordenamiento jurídico que será aplicable únicamente al
ámbito de actuación de la administración pública, tal y como lo establece el artículo V de la Ley
del Procedimiento Administrativo General (artículo que regula las fuentes del procedimiento
administrativo). Así, la norma citada establece que el Derecho Administrativo es aplicable a un
determinado grupo de personas e instituciones; por un lado, regula a las entidades de la
administración pública, y por otro, a todas aquellas personas que originariamente, o por
delegación, ejerzan función administrativa.

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El Derecho Administrativo se despliega con autonomía, siendo importante en su aplicación el
uso de las fuentes del derecho que le son propia, afín de cubrir los vacíos existentes incluyendo
sus principios generales.

B. LAS FUENTES DEL DERECHO ADMINISTRATIVO

El termino fuente según Delpiazzo Carlos, significa “… el origen de donde emerge o brota el
derecho”. Por otro lado, desde una perspectiva jurídica, existen una serie de teorías acerca del
alcance de las fuentes del derecho.
Las fuentes del Derecho se clasifican en Fuentes formales y Fuentes materiales.
Las primeras tratan sobre los procesos de creación y manifestación de normas jurídicas,
ejemplo la legislación, la constitución, los tratados internacionales, la jurisprudencia y la
costumbre; las segundas son las circunstancias históricas, factores y elementos que se dan en
cierta época e influyen en el contenido de las normas jurídicas.

Fuente: RICHARD MARTIN TIRADO (2017) FUNDAMENTOS DE DERECHO ADMINISTRATIVO


PARTE I. Escuela Nacional Indecopi. Pg. 142.

Así también, se ha hecho una distinción según como las fuentes contribuyan a la producción del
Derecho. En ese contexto, tenemos por un lado a las fuentes directas o creadoras, y por el otro,
a las de evidencia o indirectas, La fuentes directas o creadoras, son aceptadas por el organismo
jurídico vigente, como un modo de crear derecho (leyes o normas) y las fuentes de evidencia,
no buscan crear derecho, sino evidenciar la existencia del mismo, teniendo como objetivo
principal el ayudar a entender el contenido de las normas y leyes (doctrina y jurisprudencia);
todo ello con la finalidad de solucionar las posibles oposiciones que pudiesen generarse.

Principios Básicos:

Existen tres principios básicos a tomar en cuenta; el principio de jerarquía, el principio de


temporalidad y el principio de competencia.

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a) El Principio de Jerarquía, establece que, ante la oposición de fuentes, prevalecerá
aquella con más valor formal, es decir aquella que tenga mayor capacidad de producir
efectos jurídicos, ya sean derogatorios o de innovación.
b) El Principio de Temporalidad, nos plantea que, entre fuentes de igual jerarquía, se
elegirá a aquella que hubiese sido emitida con posterioridad.
c) El principio de competencia, implica la atribución de la potestad de regular
determinadas materias o de dictar cierto tipo de normas a un órgano concreto, con
exclusión de los demás.

FUENTE: RICHARD MARTIN TIRADO (2017) FUNDAMENTOS DE DERECHO ADMINISTRATIVO


PARTE I. Escuela Nacional Indecopi. Pg. 142.

C. LAS FUENTES DEL PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO

 Las disposiciones constitucionales.


 Los tratados y convenios internacionales incorporados al Ordenamiento Jurídico
Nacional.
 Las leyes y disposiciones de jerarquía equivalente.
 Los Decretos Supremos y demás normas reglamentarias de otros poderes del
Estado.
 Los demás reglamentos del Poder Ejecutivo, los estatutos y reglamentos de las
entidades, así como los de alcance institucional o provenientes de los sistemas
administrativos.
 Las demás normas subordinadas a los reglamentos anteriores.
21
 La jurisprudencia proveniente de las autoridades jurisdiccionales que interpreten
disposiciones administrativas.
 Las resoluciones emitidas por la Administración a través de sus tribunales o
consejos regidos por leyes especiales, estableciendo criterios interpretativos de
alcance general y debidamente publicadas. Estas decisiones generan precedente
administrativo, agotan la vía administrativa y no pueden ser anuladas en esa sede.
 Los pronunciamientos vinculantes de aquellas entidades facultadas expresamente
para absolver consultas sobre la interpretación de normas administrativas que
apliquen en su labor, debidamente difundidas.
 Los principios generales del derecho administrativo.

Las fuentes del derecho administrativo en nuestro país se encuentran normadas en la ley
de Procedimiento Administrativo General Ley 27444, artículo V del Título Preliminar, siendo
las siguientes:

1. Las disposiciones constitucionales

La Constitución, en su dimensión de norma marco del derecho nacional - en el ámbito


formal y el material -, es la principal fuente de derecho administrativo.

Ello porque opera como norma que limita el poder estatal, estableciendo como
resultado evidentes límites al accionar de la Administración Pública, sobre la base de
principios, derechos e instituciones constitucionalmente garantizadas.
A la vez, la norma constitucional determina la organización el Estado, en particular,
respecto a las atribuciones y funciones de los diversos entes que lo componen, de tal
manera que el origen de la competencia administrativa se encuentra en la norma
constitucional. Teniendo en cuenta, claro está, que no toda la Administración Pública se
encuentra dentro del Estado.

La Constitución: Es la norma de mayor jerarquía de un Estado, a partir de ella se


estructura jurídicamente, nuestra carta magna en su Art. 51 establece “… la
constitución prevalece sobre toda norma legal; la ley, sobre las normas de menor
jerarquía, y así sucesivamente…”
Nuestra constitución tiene disposiciones que regulan los derechos fundamentales, la
institución de los principios aplicables al régimen económico estatal, mecanismos de
control jurisdiccional de la actuación administrativa, regulación de deberes positivos a
cargo del Estado, instituye mecanismos de control para actuación administrativa, por
ejemplo la defensoría del Pueblo; regula garantías constitucionales a fin de
salvaguardar a los particulares frente a la actuación de la administración pública.

2. Los tratados y convenios internacionales incorporados al Ordenamiento Jurídico


Nacional.

22
En un mundo global el derecho internacional adquiere un rol trascendental, siendo que
el Derecho Administrativo también se funda en normas internacionales, como tratados,
convenios y declaraciones, si esto genera obligaciones a cargo de la administración
pública en un Estado. El Art. 55 Constitucional establece “que los tratados celebrados
por el Estado y en vigor forman parte del derecho nacional, sin embargo; no se
establece su rango con claridad.
Algunos internacionalistas nacionales, les confieren una jerarquía equivalente a las
normas constitucionales, por cuanto de acuerdo con lo dispuesto en la cuarta
disposición final y transitoria de nuestra Constitución actual, “las normas relativas a los
derechos y a las libertades que la Constitución reconoce se interpretarán de
conformidad con la Declaración Universal de Derechos Humanos y con los tratados y
acuerdos internacionales sobre las mismas materias ratificados por el Perú”. Otros les
confieren un valor superior a las leyes, teniendo en consideración el Art. 27 de la
Convención de Viena, ratificado por el Perú en octubre del año 2000, mediante Decreto
Supremo N° 029-2000-RE, en el que nuestro país se reconoce la primacía de las
normas internacionales sobre las nacionales.

Más allá de esta polémica discusión existen diversos tratados internacionales de los
cuales el Perú es signatario, que imponen obligaciones y/o deberes específicos de
actuación a la administración pública, tal como acontece con el ámbito de los tratados
internacionales de derechos humanos de los cuales el Perú es parte, como el Pacto de
San José de Costa Rica; entre otros, así como a los mecanismos de integración
comunitaria (Comunidad Andina de Naciones) o bilateral, y de instituciones o normas
multilaterales (Convención Interamericana contra la Corrupción).

3. Las leyes y disposiciones de jerarquía equivalente

La ley es la norma emitida por el órgano legislativo congreso de alcance general que
obliga a un número indeterminado de personas, mandando o prohibiendo alguna cosa,
pero dentro esta categoría se incluyen también la Ley Orgánica que regula la
organización del Estado las Leyes Presupuestarias las Leyes de Reforma
Constitucional, así como deben incluirse también en las disposiciones de jerarquía
equivalente a los decretos legislativos, los mismos que son emitidos por el poder
ejecutivo, previa autorización del congreso en la que se expresa las materias a regular
y el plazo durante el cual puede hacerse uso de la delegación, decretos de urgencia
que implican la facultad del gobierno de emitir normas con rango de ley sin autorización
alguna debido a situaciones excepcionales, la constitución del 1993 prescribe que las
medidas extraordinarias, que puede dictar el presidente en materia económica o
financiera debe ser expedidos con cargo a dar cuenta al congreso y cuando lo requiera
el interés nacional, el reglamento del congreso, las normas regionales y locales de
carácter general. La ley se caracteriza por ser de cumplimiento obligatorio para las

23
instituciones, así como para los particulares y se presume que una vez publicadas las
personas tienen conocimiento de las mismas.
Esta debe cumplir con los siguientes requisitos: AUTENTICIDAD, GENERALIDAD,
COERCIBILIDAD, OBLIGATORIEDAD.

4. Los Decretos Supremos y demás normas reglamentarias de otros poderes del


Estado.
Norma dictada por el Presidente de la República juntamente con sus Ministros para
una determinada materia en sus modalidades de aplicación general (Decreto Supremo)
y aplicación Especial (Resolución Suprema).
Un Decreto supremo es fuente de Derecho Administrativo porque a través de esta
norma el Estado pone en movimiento toda la administración pública.

5. Los demás reglamentos del Poder Ejecutivo


Los estatutos y reglamentos de las entidades, así como los de alcance institucional o
provenientes de los sistemas administrativos.

6. Las demás normas subordinadas a los reglamentos anteriores


Centrales y descentralizadas.

7. La jurisprudencia proveniente de las autoridades jurisdiccionales que interpreten


disposiciones administrativas
Es el conjunto de decisiones y sentencias emitidas que crean una pauta en la solución
de problemas, está constituida por los fallos expedidos por los magistrados judiciales o
por funcionarios que integran tribunales administrativos, al momento de resolver los
procesos a su cargo jurídicos similares.

8. Las resoluciones emitidas por la Administración a través de sus tribunales o


consejos regidos por leyes especiales

En nuestro Derecho Administrativo nacional se ha habilitado a los tribunales o consejos


regidos por leyes especiales, para establecer criterios interpretativos de alcance
general y debidamente publicadas simultáneamente a la resolución de un caso
concreto. Estas decisiones generan precedente administrativo, que agotan la vía
administrativa y no pueden ser anuladas estableciendo criterios interpretativos de
alcance general y debidamente publicadas.

9. Los pronunciamientos vinculantes de aquellas entidades facultadas expresamente


para absolver consultas sobre la interpretación de normas administrativas que apliquen
en su labor, debidamente difundidas.

10. Los principios generales del derecho administrativo

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Así, los principios generales del derecho son las ideas, postulados éticos o criterios
fundamentales, básicos, positivizados o no, que condicionan y orientan la creación,
interpretación e integración del ordenamiento jurídico escrito (legal y jurisprudencial) y
consuetudinario: buena fe, equidad, respeto recíproco, razonabilidad, etc.
Los principios generales ofrecen medios más adecuados para una mejor interpretación
y aplicación de la norma legal y consuetudinaria.

D. PRECEDENTES ADMINISTRATIVOS

La LPAG ha optado por otorgar carácter de fuentes del derecho administrativo a los
pronunciamientos calificados como precedentes administrativos. Estos precedentes deben
haber sido emitidos por Tribunales o Consejos Administrativos regidos por leyes
especiales, y, asimismo, deben cumplir con ciertos requisitos especiales contenidos en el
artículo VI del Título Preliminar de la LPAG, norma que señala lo siguiente:

1. Los actos administrativos que al resolver casos particulares interpreten de modo expreso
y con carácter general el sentido de la legislación, constituirán precedentes
administrativos de observancia obligatoria por la entidad, mientras dicha interpretación
no sea modificada. Dichos actos serán publicados conforme a las reglas establecidas en
la presente norma.

2. Los criterios interpretativos establecidos por las entidades, podrán ser modificados si se
considera que no es correcta la interpretación anterior o es contraria al interés general.
La nueva interpretación no podrá aplicarse a situaciones anteriores, salvo que fuere más
favorable a los administrados.

3. En todo caso, la sola modificación de los criterios no faculta a la revisión de oficio en


sede administrativa de los actos firmes.

El presente artículo incluye una técnica de protección de la igualdad de los administrados


ante la administración, de protección de la buena fe y de proscribir la arbitrariedad en el
ejercicio de las potestades discrecionales de las autoridades. La variabilidad de criterios por
la Administración afecta a la seguridad jurídica, a la predictibilidad administrativa y la buena
fe con que actúan los administrados.

Denominamos precedente administrativo a la calidad que adquieren los actos


administrativos resolutivos firmes que concluyen asuntos particulares, pero contienen
interpretaciones o razonamientos jurídicos de proyección general sobre el sentido de
algunas normas administrativas. La idea la sintetiza bien DIEZ PICAZO afirmando que
precedente es “el supuesto ya resuelto anteriormente en un caso similar”.

E. FUNCIÓN DE LAS DISPOSICIONES GENERALES

25
1. Las autoridades superiores pueden dirigir u orientar con carácter general la actividad de
los subordinados a ellas mediante circulares, instrucciones y otros análogos, los que, sin
embargo, no pueden crear obligaciones nuevas a los administrados.

2. Dichas disposiciones deben ser suficientemente difundidas, colocadas en lugar visible de


la entidad si su alcance fuera meramente institucional, o publicarse si fuera de índole
externa.

3. Los administrados pueden invocar a su favor estas disposiciones, en cuanto establezcan


obligaciones a los órganos administrativos en su relación con los administrados.

Las disposiciones generales o prescripciones administrativas de orden interno, pero de


alcance general, son actos de administración interna subordinados a las fuentes del
Derecho, que son emitidas por las autoridades superiores hacia sus subordinados en
ejercicio de su potestad jerárquica, para orientar sus actividades, bajo la forma de
circulares, instrucciones, directivas, órdenes jerárquicas, instrucciones del servicio, etc.).

En doctrina se reconocen tres tipos de ordenes jerárquicas:

 Las de carácter informativo, mediante las cuales el órgano superior advierte a los
inferiores de la ocurrencia de hechos relevantes para el ejercicio de la actividad. Por
ejemplo, una circular del área de personal que informa un cambio de horario de
labores.

 Las de carácter directivo, mediante las cuales se imponen a los órganos inferiores los
objetivos concretos o parámetros de eficacia que deben lograr en determinados
campos de su actividad. Por ejemplo, una circular que aprueba los índices de
desempeño o productividad que deben alcanzarse en una dependencia policial.

 Las de carácter preceptivo, mediante las cuales el órgano superior establece líneas
concretas de actuación en un momento determinado o criterios de resolución ante una
situación específica, como sucede con los lineamientos resolutivos que aprueban
algunas entidades. Por ejemplo, una circular de la autoridad aduanera que dispone a
las intendencias como debe procederse con el despacho de mercaderías.

F. DEFICIENCIAS DE LAS FUENTES EN EL DERECHO ADMINISTRATIVO

Las autoridades administrativas no podrán dejar de resolver las cuestiones que se les
proponga, por deficiencia de sus fuentes; en tales casos, acudirán a los principios del
procedimiento administrativo previstos en esta Ley; en su defecto, a otras fuentes
supletorias del derecho administrativo, y sólo subsidiariamente a éstas, a las normas de
otros ordenamientos que sean compatibles con su naturaleza y finalidad.

26
Cuando la deficiencia de la normativa lo haga aconsejable, complementariamente a la
resolución del caso, la autoridad elaborará y propondrá a quien competa, la emisión de la
norma que supere con carácter general esta situación, en el mismo sentido de la resolución
dada al asunto sometido a su conocimiento.

Para resolver estos asuntos, las autoridades deben acudir en orden descendente a las
siguientes fuentes supletorias:

a) Los principios del Procedimiento administrativo.

b) Fuentes supletorias del Derecho Administrativos (Doctrina nacional, comparada, la


costumbre o practica administrativa); y solo a falta de ellos.

c) Analogía de otros ordenamientos (Por ejemplo, el Código Procesal Civil o Código Civil)
en aquellos aspectos que sean compatibles con la naturaleza y finalidad administrativa.

Adicionalmente a la resolución del caso concreto, la norma faculta a la autoridad para dar
noticia de la insuficiencia normativa para generar un tratamiento de nivel general a este
caso, el mismo que debe ser concordante con la resolución dada al caso particular. Esta
situación, puede conllevar desde una iniciativa legislativa hasta una propuesta al superior
para la modificación de la disposición insuficiente.

G. CRITERIOS DE INTERPRETACIÓN DE LAS FUENTES DEL DERECHO


ADMINISTRATIVO
Para interpretar y delimitar el campo de aplicación del ordenamiento positivo al cual se
refieren las fuentes se utilizará la jurisprudencia judicial o constitucional, los precedentes
administrativos, los pronunciamientos administrativos vinculantes y los principios generales
del derecho.

II UNIDAD

TERCERA SEMANA (04 HORAS)


23 AL 28MAY2022

LEY DEL PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO GENERAL


LEY 27444 Y TUO DS. N° 004-2019-JUS

La Ley del procedimiento Administrativo General (2001), es la ley principal que integra el
Derecho Administrativo, se trata de un conjunto de normas que definen la existencia de los
procedimientos administrativos y regula la validez de los actos emitidos por las entidades
públicas, siendo aplicable a todos los actos y procedimientos iniciados en la Administración
Pública.

Su TUO fue publicado mediante el Decreto Supremo N°004-2019-JUS el 25 de enero de 2019.

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La LPAG, establece el régimen jurídico aplicable a la Administración Pública, a fin de que su
actuación garantice el interés general y los derechos e intereses de los administrados,
respetando el ordenamiento constitucional y jurídico.

Se aplica cuando cualquier entidad estatal hace uso de sus facultades o potestades
administrativas. Estas potestades nacen de la Constitución Política y le son otorgadas con el fin
de gestionar los recursos públicos con fines de servicio a la sociedad.  

I. CARACTERISTICAS
La ley 27444 se distingue por:
 
 Ius imperiun:
Poder jurídico otorgado por la Constitución a las entidades públicas para imponer las
normas, administrar los recursos del Estado y ejecutar sus actos. De esta manera las
personas naturales y jurídicas, quedan sometidas a las decisiones de la administración
pública.

 Común:
Se refiere al amplio campo y situaciones en la que se debe aplicar.
 
 Innovador:
Busca que el Estado Peruano se modernice y logre altos estándares de eficiencia y
accesibilidad a los ciudadanos.

 Colectivo:
Regula las relaciones de las entidades Públicas con el resto de la Sociedad, busca la
armonía de la mayoría de intereses y la prevalencia del bienestar general.

II. TÍTULO PRELIMINAR DE LA LEY DE PROCEMIENTO ADMINISTRATIVO GENERAL


El Título preliminar establece en su artículo 1° que la ley 27444 será aplicable a todas las
entidades de la Administración Pública. Como:
1. El Poder Ejecutivo (Ejemplo, Despacho Presidencial, Vicepresidencia de la República,
etc.), incluyendo Ministerios (Ejemplo, Ministerio del Interior, etc.) y Organismos
Públicos (Ejemplo, PROINVERSION, SUNARP, SUTRAN, PERU COMPRAS, etc.).

2. El Poder Legislativo (Ejemplo. Congreso de la República, etc.).

3. El Poder Judicial (Corte Superior de Justicia La Libertad, etc.).

4. Los Gobiernos Regionales (Ejemplo, Gobierno Regional La Libertad - GRELL, etc.).

5. Los Gobiernos Locales; (Ejemplo, Municipalidad Provincial de Trujillo, etc.).

6. Los Organismos a los que la Constitución Política del Perú y las leyes confieren
autonomía (OSITRAN, OSINERGMIN, SUNASS, OSIPTEL, etc.).

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7. Las demás entidades, organismos, proyectos especiales, y programas estatales,
cuyas actividades se realizan en virtud de potestades administrativas y, por tanto, se
consideran sujetas a las normas comunes de derecho público, salvo mandato expreso
de ley que las refiera a otro régimen; (Ejemplo. Autoridad Portuaria CHAVIMOCHIC,
PEJESA).

8. Las personas jurídicas bajo el régimen privado que prestan servicios públicos o
ejercen función administrativa, en virtud de concesión, delegación o autorización del
Estado, conforme a la normativa de la materia. (Ejemplo. SEDALIB, PETROPERU,
FONDO MI VIVIENDA, etc.).

Los procedimientos que tramitan las personas jurídicas mencionadas en el párrafo anterior
se rigen por lo dispuesto en la presente Ley, en lo que fuera aplicable de acuerdo a su
naturaleza privada.

 CONTENIDO

Conforme al artículo II de la Ley 27444, está versa sobre las actuaciones de la


función administrativa del Estado, regulando todos los procedimientos
administrativos desarrollados en las entidades, incluyendo los procedimientos
especiales. 

Las leyes que crean y regulan los procedimientos especiales no podrán imponer
condiciones menos favorables a los administrados que las previstas en la presente
Ley.

Las autoridades administrativas, al reglamentar los procedimientos especiales,


cumplirán con seguir los principios administrativos, así como los derechos y deberes
de los sujetos del procedimiento, establecidos en la presente Ley.

 FINALIDAD

Tiene por finalidad establecer el régimen jurídico aplicable para que la actuación de
la Administración Pública sirva a la protección del interés general, garantizando los
derechos e intereses de los administrados y con sujeción al ordenamiento
constitucional y jurídico en general.

 Orientan la interpretación de las normas administrativas, de modo que el funcionario


de las entidades administrativas que se encuentre en el dilema de escoger entre
varias posibles interpretaciones de una norma de procedimiento administrativo debe
optar por la interpretación que esté más conforme a los principios administrativos.
 Suplir los vacíos o lagunas del ordenamiento administrativo porque operan como
virtuales normas subsidiarias para integrar el derecho y en tal virtud resolver el
problema de las situaciones que no están reguladas por norma alguna situación.

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 Constituir el marco legal para la generación de otras disposiciones reglamentarias de
carácter general.

Sin lugar a dudas se trata de una corriente legislativa inspirada en la Ley de Procedimiento
Administrativo General, que ha sido el primer cuerpo legal que consagró una extensa
relación de principios de Derecho específicos del procedimiento administrativo. Constituye
ejemplo de la anotada tendencia un buen número de las disposiciones dictadas por los
organismos reguladores de servicios públicos y de concesiones de infraestructura en
ejercicio de sus potestades normativas, especialmente los reglamentos de carácter
autónomo que se dictan regulando el trámite de diversos procedimientos administrativos
especiales los que por regla general son aprobados cuidando de consagrar una relación de
principios que tienen por objetivo constituir los parámetros o pautas para la aplicación e
interpretación del reglamento en cuestión, los mismos que se aplican sin perjuicio de que
puedan ser también de aplicación a otros principios del Derecho Administrativo.

El Tribunal Constitucional peruano quien, ha cumplido un rol destacado en el enunciado


jurisprudencial de los Principios del Derecho Administrativo o del Derecho Público en
general, ha sido claro respecto de los principios que se derivan del ordenamiento
constitucional y que constituyen la clave de bóveda de importantes sectores del
ordenamiento administrativo, como sucede con los principios constitucionales que inspiran el
régimen de la contratación estatal, de los servicios públicos, del régimen de los funcionarios
y servidores públicos, de la potestad sancionadora, etc., entre otros campos del Derecho
Administrativo.

III. PRINCIPIOS DEL PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO

Los Principios en el procedimiento administrativo peruano se encuentran regulados en el


artículo IV del Título Preliminar del Texto Único Ordenado de la Ley de Procedimiento
Administrativo General y orientan e informan el ordenamiento jurídico en esta materia,
limitando la actuación de los operadores jurídicos y las potestades de la Administración
Pública.

Cada principio contiene una definición precisa que le da un contenido específico y bien
delimitado, de suerte que ninguno puede ser interpretado en sentido contrario a los
propósitos benéficos que persigue su aplicación al procedimiento administrativo.

El procedimiento administrativo se sustenta fundamentalmente en los siguientes principios,


sin perjuicio de la vigencia de otros principios generales del Derecho Administrativo:

 Principio de Legalidad 
Las autoridades administrativas deben actuar con respeto a la Constitución, la ley y
al derecho, dentro de las facultades que le estén atribuidas y de acuerdo con los
fines para los que les fueron conferidas.

30
 Principio del Debido Procedimiento 
Los administrados gozan de los derechos y garantías implícitos al debido
procedimiento administrativo. Tales derechos y garantías comprenden, de modo
enunciativo mas no limitativo, los derechos a ser noticiados; a acceder al expediente;
a refutar los cargos imputados; a exponer argumentos y a presentar alegatos
complementarios; a ofrecer y a producir pruebas; a solicitar el uso de la palabra,
cuando corresponda; a obtener una decisión motivada, fundada en derecho, emitida
por autoridad competente, y en un plazo razonable; y, a impugnar las decisiones que
los afecten.
La institución del debido procedimiento administrativo se rige por los principios del
Derecho Administrativo. La regulación propia del Derecho Procesal es aplicable solo
en cuanto sea compatible con el régimen administrativo.

 Principio de Impulso de Oficio


Las autoridades deben dirigir e impulsar de oficio el procedimiento y ordenar la
realización o práctica de los actos que resulten convenientes para el esclarecimiento
y resolución de las cuestiones necesarias.

 Principio de Razonabilidad
Las decisiones de la autoridad administrativa, cuando creen obligaciones, calquen
infracciones, impongan sanciones, o establezcan restricciones a los administrados,
deben adaptarse dentro de los límites de la facultad atribuida y manteniendo la
debida proporción entre los medios a emplear y los fines públicos que deba tutelar,
a fi n de que respondan a lo estrictamente necesario para la satisfacción de su
cometido.

 Principio de Imparcialidad
Las autoridades administrativas actúan sin ninguna clase de discriminación entre los
administrados, otorgándoles tratamiento y tutela igualitarios frente al procedimiento,
resolviendo conforme al ordenamiento jurídico y con atención al interés general.

 Principio de Informalismo
Las normas de procedimiento deben ser interpretadas en forma favorable a la
admisión y decisión final de las pretensiones de los administrados, de modo que sus
derechos e intereses no sean afectados por la exigencia de aspectos formales que
puedan ser subsanados dentro del procedimiento, siempre que dicha excusa no
afecte derechos de terceros o el interés público.

 Principio de Presunción de Veracidad 


En la tramitación del procedimiento administrativo, se presume que los documentos
y declaraciones formulados por los administrados en la forma prescrita por esta Ley,

31
responden a la verdad de los hechos que ellos afirman. Esta presunción admite
prueba en contrario.

 Principio de Buena Fe Procedimental


La autoridad administrativa, los administrados, sus representantes o abogados y, en
general, todos los partícipes del procedimiento, realizan sus respectivos actos
procedimentales guiados por el respeto mutuo, la colaboración y la buena fe. La
autoridad administrativa no puede actuar contra sus propios actos, salvo los
supuestos de revisión de oficio contemplados en la presente Ley.

Ninguna regulación del procedimiento administrativo puede interpretarse de modo tal


que ampare alguna conducta contra la buena fe procedimental.

 Principio de Celeridad
Los procedimientos deben ser dinámicos, los funcionarios deben evitar actuaciones
procesales que dificulten su desenvolvimiento o constituyan meros formalismos, a
fin de alcanzar una decisión en tiempo razonable, sin que ello releve a las
autoridades del respeto al debido procedimiento o vulnere el ordenamiento. Los
procedimientos deben ser cortos, rápidos.
 Principio de Eficacia
Los sujetos del procedimiento administrativo deben hacer prevalecer el cumplimiento
de la finalidad del acto procedimental, sobre aquellos formalismos cuya realización no
incida en su validez, no determinen aspectos importantes en la decisión final, no
disminuyan las garantías del procedimiento, ni causen indefensión a los
administrados. En todos los supuestos de aplicación de este principio, la finalidad
del acto que se privilegie sobre las formalidades no esenciales deberá ajustarse al
marco normativo aplicable y su validez será una garantía de la finalidad pública que
se busca satisfacer con la aplicación de este principio.

 Principio de Verdad Material 


En el procedimiento, la autoridad administrativa competente debe verificar los hechos
que motivan sus decisiones, para lo cual deberá adoptar todas las medidas
probatorias necesarias autorizadas por la ley, aun cuando no hayan sido propuestas
por los administrados o hayan acordado eximirse de ellas.
En el caso de procedimientos trilaterales la autoridad administrativa estará facultada a
verificar por todos los medios disponibles la verdad de los hechos que le son
propuestos por las partes, sin que ello signifique una sustitución del deber probatorio
que corresponde a estas.
Sin embargo, la autoridad administrativa estará obligada a ejercer dicha facultad
cuando su pronunciamiento pudiera involucrar también al interés público.

 Principio de Participación 

32
Las entidades deben brindar las condiciones necesarias a todos los administrados
para acceder a la información que administren, sin expresión de causa, salvo
aquellas que afectan la intimidad personal, las vinculadas a la seguridad nacional o
las que expresamente sean excluidas por ley; y extender las posibilidades de
participación de los administrados y de sus representantes, en aquellas decisiones
públicas que les puedan afectar, mediante cualquier sistema que permita la difusión,
el servicio de acceso a la información y la presentación de opinión.

 Principio de Simplicidad
Los trámites establecidos por la autoridad administrativa deberán ser sencillos,
debiendo eliminarse toda complejidad innecesaria; es decir, los requisitos exigidos
deberán ser racionales y proporcionales a los fines que se persigue cumplir.

 Principio de Uniformidad
La autoridad administrativa deberá establecer requisitos similares para trámites
similares, garantizando que las excepciones a los principios generales no serán
convertidas en la regla general. Toda diferenciación deberá basarse en criterios
objetivos debidamente sustentados.

 Principio de Predictibilidad o de Confianza Legítima 


La autoridad administrativa brinda a los administrados o sus representantes
información veraz, completa y confiable sobre cada procedimiento a su cargo, de
modo tal que, en todo momento, el administrado pueda tener una comprensión cierta
sobre los requisitos, trámites, duración estimada y resultados posibles que se podrían
obtener.

Las actuaciones de la autoridad administrativa son congruentes con las expectativas


legítimas de los administrados razonablemente generadas por la práctica y los
antecedentes administrativos, salvo que por las razones que se expliciten, por escrito,
decida apartarse de ellos.

La autoridad administrativa se somete al ordenamiento jurídico vigente y no puede


actuar arbitrariamente. En tal sentido, la autoridad administrativa no puede variar
irrazonable e inmotivadamente la interpretación de las normas aplicables.

 Principio de Privilegio de Controles Posteriores 


La tramitación de los procedimientos administrativos se sustentará en la aplicación de
la fiscalización posterior; reservándose la autoridad administrativa, el derecho de
comprobar la veracidad de la información presentada, el cumplimiento de la
normatividad sustantiva y aplicar las sanciones pertinentes en caso que la
información presentada no sea veraz.

33
 Principio del Ejercicio Legítimo del Poder
La autoridad administrativa ejerce única y exclusivamente las competencias
atribuidas para la finalidad prevista en las normas que le otorgan facultades o
potestades, evitándose especialmente el abuso del poder, bien sea para objetivos
distintos de los establecidos en las disposiciones generales o en contra del interés
general.

 Principio de Responsabilidad
La autoridad administrativa está obligada a responder por los daños ocasionados
contra los administrados como consecuencia del mal funcionamiento de la actividad
administrativa, conforme lo establecido en la presente ley. Las entidades y sus
funcionarios o servidores asumen las consecuencias de sus actuaciones de acuerdo
con el ordenamiento jurídico.

 Principio de Acceso Permanente


La autoridad administrativa está obligada a facilitar información a los administrados
que son parte en un procedimiento administrativo tramitado ante ellas, para que en
cualquier momento del referido procedimiento puedan conocer su estado de
tramitación y a acceder y obtener copias de los documentos contenidos en dicho
procedimiento, sin perjuicio del derecho de acceso a la información que se ejerce
conforme a la ley de la materia.

Finalmente, dejamos constancia que la vinculación de las autoridades administrativas con estos
principios es directa, sin necesidad de regulación adicional, reglamentación, orden superior, o
cualquier acción jurídica intermedia o particularización al caso que se encuentra en trámite.
Constituyen verdaderos deberes funcionales por ser operativos directamente, para los
procedimientos comunes y especiales.

CUARTA SEMANA (04 HORAS)


30 AL 04JUN2022

RÉGIMEN JURÍDICO DE LOS ACTOS ADMINISTRATIVOS

Art. 1°. - Concepto de acto administrativo


1.1. Son actos administrativos, las declaraciones de las entidades que, en el marco de normas
de derecho público, están destinadas a producir efectos jurídicos sobre los intereses,
obligaciones o derechos de los administrados dentro de una situación concreta.
1.2 No son actos administrativos:
1.2.1 Los actos de administración interna de las entidades destinados a organizar o hacer
funcionar sus propias actividades o servicios. Estos actos son regulados por cada entidad, con
sujeción a las disposiciones del Título Preliminar de esta Ley, y de aquellas normas que
expresamente así lo establezcan.
1.2.2 Los comportamientos y actividades materiales de las entidades.
34
(Texto según el artículo 1 de la Ley 27444).

El acto administrativo es el resultado jurídico de un proceso de exteriorización intelectual que es


emanado de cualquiera de los órganos de las entidades, para concretar en un supuesto
específico la potestad conferida por la ley.
Al constituir el acto administrativo, una típica manifestación del poder público, conlleva fuerza
vinculante por imperio del Derecho.
Comúnmente se reduce el acto administrativo a aquellas actuaciones que contienen una
manifestación de voluntad administrativa, el querer, la intención consciente y voluntaria de la
autoridad —haciendo actuar a la ley—, que se forma con los elementos de juicio que conoce y
el ordenamiento jurídico aplicable. Sin embargo, también son actos administrativos las
certificaciones, las inscripciones, las constancias, etc., supuestos en los cuales propiamente la
autoridad no posee una manifestación de su querer.
Con acierto DROME afirma: que la doctrina considera que las declaraciones que sirven de base
al acto administrativo pueden ser:
 Declaraciones decisorias, cuando contienen una declaración de voluntad, de deseo o un
querer específico de la administración que constituye su finalidad (por ejemplo, resolución
administrativa, acotación tributaria, otorgamiento de licencia).
 Declaraciones de conocimiento, cuando la autoridad certifica tanto el conocimiento de un
hecho de relevancia jurídica (por ejemplo, acto de transmisión, como la notificación o la
publicación), como la aceptación de declaraciones particulares de interés administrativo (por
ejemplo, partidas de nacimiento, inscripciones regístrales, certificaciones).
 Declaraciones de opinión, cuando valora y emite un juicio afirmativo o negativo sobre un
hecho comprobado administrativamente (por ejemplo, certificación administrativa de
antecedentes, de buena conducta, de salud, etc.).
DROMI, Roberto. El acto administrativo. Editorial Ciudad Argentina, Buenos Aires, p. 16.

La naturaleza de decisión ejecutoria es sustancial para la configuración del acto administrativo,


pues solo mediante este acto, la autoridad puede crear, reconocer, modificar, transformar o
cancelar intereses, obligaciones o derechos de los administrados, a partir del contenido del acto
que aprueba. La actividad administrativa productora de efectos jurídicos externos, se
caracteriza por dirigirse hacia el exterior de la organización administrativa que la emita, hacia
los ciudadanos, otras entidades, las autoridades administrativas respecto de sus derechos
como agente público, otros órganos, cuando actúan como administrados, o cuando posean
carácter general.
El sujeto pasivo o administrado viene a ser calificado por que sobre sus intereses o derechos
de relevancia pública recae el efecto del acto, y van a verse alterados —sea a favor o en
contra—. Por ende, resultan excluidos los actos, que están dirigidos a producir efectos
indirectos en el ámbito externo, tales como los informes aun cuando sean vinculantes o dación
de normas técnicas, aun cuando se expresen bajo forma de resolución.

35
Característica del acto administrativo, es que los efectos subjetivos que producen son
concretos, de materia y situación jurídico-administrativa específica, lo que los diferencia de los
reglamentos que son abstractos, generales e impersonales.

La exigencia de concreción para configurar un acto administrativo, no es sinónimo de


individualidad del administrado concernido con el acto, puesto que un acto también puede ser
dirigido a un número incierto de personas, pero dentro de una situación jurídico administrativa
perfectamente concreta (por ejemplo, convocatoria a una licitación pública, o a una audiencia
pública).
La actuación pública que califica como acto administrativo ha de estar sujeta a los preceptos del
Derecho Público o lo que es lo mismo realizada en ejercicio de la función administrativa.

Art. 2°. - Modalidades del acto administrativo


2.1 Cuando una ley lo autorice, la autoridad, mediante decisión expresa, puede someter el acto
administrativo a condición, término o modo, siempre que dichos elementos incorporables al
acto, sean compatibles con el ordenamiento legal, o cuando se trate de asegurar con ellos el
cumplimiento del fin público que persigue el acto.
2.1 Una modalidad accesoria no puede ser aplicada contra el fin perseguido por el acto
administrativo. (Texto según el artículo 2 de la Ley N° 27444).

Las modalidades a que puede sujetarse un acto administrativo son los tradicionales de todo
acto jurídico, conforme a la teoría general del derecho: plazo, modo y condición.

1. PLAZO
Esta modalidad establece el momento mismo en que los efectos jurídicos del acto
administrativo comienzan o cesan.

2. CONDICIÓN
Esta modalidad es el hecho futuro e incierto al que se subordina el nacimiento o extinción de los
efectos del acto administrativo, según sea condición suspensiva o resolutoria. En particular la
condición suspensiva ha sido materia de cuestionamientos doctrinarios por importar una
limitación a la ejecutoriedad del acto, por lo que su empleo es restrictivo, quedando virtualmente
como aplicable a casos de actos administrativos que requieren de una aprobación o
conformidad posterior para tener eficacia.

3. MODO
Esta modalidad consiste en una carga u obligación que se le impone al administrado, como
sucede frecuentemente en las contrataciones o contratos de compraventa de acciones que
establecen deberes de interés público para el adquirente. La carga puede ser exigida
directamente por la Administración.

Art. 3°. - Requisitos de validez de los actos administrativos


36
Son requisitos de validez de los actos administrativos:
Competencia. - Ser emitido por el órgano facultado en razón de la materia, territorio, grado,
tiempo o cuantía, a través de la autoridad regularmente nominada al momento del dictado y en
caso, de órganos colegiados, cumpliendo los requisitos de sesión, quorum y deliberación
indispensables para su emisión.
Objeto o contenido. - Los actos administrativos deben expresar su respectivo objeto, de tal
modo que pueda determinarse inequívocamente sus efectos jurídicos. Su contenido se ajustará
a lo dispuesto en el ordenamiento jurídico, debiendo ser lícito, preciso, posible física y
jurídicamente, y comprender las cuestiones surgidas de la motivación, finalidad Pública.-
Adecuarse a las finalidades de interés público asumidas por las normas que otorgan las
facultades al órgano emisor, sin que pueda habilitársele a perseguir mediante el acto, aun
encubiertamente, alguna finalidad sea personal de la propia autoridad, a favor de un tercero, u
otra finalidad pública distinta a la prevista en la ley. La ausencia de normas que indique los fines
de una facultad no genera discrecionalidad.
Motivación. - El acto administrativo debe estar debidamente motivado en proporción al
contenido y conforme al ordenamiento jurídico.
Procedimiento regular. - Antes de su emisión, el acto debe ser conformado mediante el
cumplimiento del procedimiento administrativo previsto para su generación.
(Texto según el artículo 3 de la Ley N° 27444).

La existencia del acto administrativo depende del cumplimiento correcto de sus elementos
esenciales de validez: la competencia, el objeto y contenido posible, la finalidad pública,
motivación y procedimiento regular.

Art. 4°. - Forma de los actos administrativos


4.1 Los actos administrativos deberán expresarse por escrito, salvo que por la naturaleza y
circunstancias del caso, el ordenamiento jurídico haya previsto otra forma, siempre que permita
tener constancia de su existencia.
4.2 El acto escrito indica la fecha y lugar en que es emitido, denominación del órgano del cual
emana, nombre y firma de la autoridad interviniente.
4.3 Cuando el acto administrativo es producido por medio de sistemas automatizados, debe
garantizarse al administrado conocer el nombre y cargo de la autoridad que lo expide.
4.4 Cuando deban emitirse varios actos administrativos de la misma naturaleza, podrá ser
empleada firma mecánica o integrarse en un solo documento bajo una misma motivación,
siempre que se individualice a los administrados sobre los que recae los efectos del acto. Para
todos los efectos subsiguientes, los actos administrativos serán considerados como actos
diferentes. (Texto según el artículo 4 de la Ley N" 27444).

Por la forma se entiende al modo como se documenta y se da a conocer la voluntad


administrativa al exterior.
La principal forma de documentación de los actos administrados es el carácter escrito, o
escrituriedad. Sin embargo, existen casos de actos válidos con su mera exteriorización por
37
señales (timbres, alarmas, señales luminosas, señales de tránsito) y expresiones verbales, etc.,
pero siempre bajo autorización legal.
Los requisitos formales de todo acto administrativo son: la fecha y lugar de emisión, el órgano
que lo emite, el nombre y la firma (no el sello) de quien lo emite. Adicionalmente debe
considerarse que el original del acto ha de contar con la firma autógrafa del funcionario en
caracteres legibles, con el nombre completo y claro.
La utilidad de la firma mecánica se encuentra, precisamente, en que permite generar la
producción masiva de actos administrativos de la misma naturaleza. En ese sentido, la firma
mecánica se utilizará allí donde exista un conjunto de actos de igual naturaleza, tales
como la expedición de licencias y demás títulos habilitantes, la absolución de solicitudes de
acceso a la información pública, la resolución de recursos de apelación, entre otros.
Es importante indicar que, si bien se requiere previamente la existencia de un conjunto de actos
administrativos de la misma naturaleza, lo cierto es que estos deben encontrarse
respectivamente individualizados, es decir, cada acto administrativo tendrá que especificar el
administrado concreto sobre el cual va a desplegar sus efectos.
Respecto del significado de firma mecánica cabe indicar que el término “mecánico”, según el
Diccionario de la Real Academia Española, significa aquello que es “ejecutado por un
mecanismo o máquina”, con lo cual es posible definir a la firma mecánica como la
transposición de la firma autógrafa (la firma del puño y letra de la autoridad administrativa) a
través de un medio mecánico (como un escáner, por ejemplo) a otros documentos (los cuales
contendrían los actos administrativos de la misma naturaleza con la individualización respectiva
del administrado del cual se trate).

Art. 5°. - Objeto o contenido del acto administrativo


5.1 El objeto o contenido del acto administrativo es aquello que decide, declara o certifica la
autoridad.
5.2 En ningún caso será admisible un objeto o contenido prohibido por el orden normativo, ni
incompatible con la situación de hecho prevista en las normas; ni impreciso, obscuro o
imposible de realizar.
5.3 No podrá contravenir en el caso concreto disposiciones constitucionales, legales, mandatos
judiciales firmes; ni podrá infringir normas administrativas de carácter general provenientes de
autoridad de igual, inferior o superior jerarquía, e incluso de la misma autoridad que dicte el
acto.
5.4 El contenido debe comprender todas las cuestiones de hecho y derecho planteadas por los
administrados, pudiendo involucrar otras no propuestas por estos que hayan sido apreciadas de
oficio, siempre que la autoridad administrativa les otorgue un plazo no menor a cinco (5) días
para que expongan su posición y, en su caso, aporten las pruebas que consideren pertinentes.
(Texto modificado según el artículo 2 del Dec. Legislativo N° 1272).

Las características que deben reunir el objeto o contenido del acto deben ser:
Legalidad

38
Conformidad con el marco legal que lo regula (en los términos establecidos en el principio de
legalidad - artículo IV del Título Preliminar de la LPAG.).
Precisión
El acto debe ser determinado o por lo menos determinable, para poder identificar de qué
decisiones se trata, a quiénes comprende, qué intereses o derechos afecta o favorece, en qué
circunstancias de tiempo o modo producirán sus efectos.

Posibilidad Jurídica
Posibilidad jurídica que se presenta no solo cuando su contenido está habilitado expresamente
por alguna disposición superior, sino también si el ordenamiento jurídico otorga a la
Administración la facultad de cumplir y hacer cumplir una obligación, por medio de sus órganos
y en ejercicio de sus facultades. De tal suerte que también nos encontraremos frente a un acto
gubernativo jurídicamente imposible, cuando para la Administración no exista posibilidad de
cumplirlo o ejecutarlo (por ejemplo, la sanción disciplinaria a quien ya no es funcionario o
servidor público en el régimen laboral privado).
Posibilidad Fáctica
La imposibilidad puede provenir de una causal personal (imposibilidad que se aplique a la
persona a la cual se refiere el acto), o de una causal material (si el objeto sobre el cual recae el
acto ha desaparecido).
Congruencia con la motivación
Finalmente, acerca de la sujeción del contenido de los actos administrativos a la ley, es
necesario recordar que un acto administrativo debe apoyarse en las normas legales pertinentes,
aun cuando el interesado las omita o las citara erróneamente, y recurriendo supletoriamente a
las fuentes del Derecho Administrativo aplicables. Para el Derecho Procesal, en general, la
congruencia implica que la decisión comprenda todas las pretensiones y fundamentos
propuestos por los interesados durante el procedimiento, de tal modo que con la resolución se
emita íntegramente opinión sobre la petición concreta y sobre los argumentos expuestos.
En el campo administrativo, la aplicación de esta figura presenta sus matices propios, ya que el
funcionario público no agota su cometido y obligaciones únicamente con el análisis y
pronunciamiento de lo expuesto por el administrado (en la solicitud, pruebas, alegatos, etc.),
sino que al funcionario corresponde, como proyección de su deber de oficialidad y búsqueda de
la verdad material, incorporar los hechos y evidencia que sea pertinente al caso y resolver sobre
cuantos aspectos obren en el expediente, sin importar si fueron aportados por el administrado,
por la autoridad misma o terceros denunciantes.

Art. 6.- Motivación del acto administrativo


6.1 La motivación debe ser expresa, mediante una relación concreta y directa de los hechos
probados relevantes del caso específico, y la exposición de las razones jurídicas y normativas
que con referencia directa a los anteriores justifican el acto adoptado.
6.2 Puede motivarse mediante la declaración de conformidad con los fundamentos y
conclusiones de anteriores dictámenes, decisiones o informes obrantes en el expediente, a
condición de que se les identifique de modo certero, y que por esta situación constituyan parte
39
integrante del respectivo acto. Los informes, dictámenes o similares que sirvan de fundamento
a la decisión, deben ser notificados al administrado conjuntamente con el acto administrativo.
6.3 No son admisibles como motivación, la exposición de fórmulas generales o vacías de
fundamentación para el caso concreto o aquellas fórmulas que por su oscuridad, vaguedad,
contradicción o insuficiencia no resulten específicamente esclarecedoras para la motivación del
acto.
No constituye causal de nulidad el hecho de que el superior jerárquico de la autoridad que
emitió el acto que se impugna tenga una apreciación distinta respecto de la valoración de los
medios probatorios o de la aplicación o interpretación del derecho contenida en dicho acto.
Dicha apreciación distinta debe conducir a estimar parcial o totalmente el recurso presentado
contra el acto impugnado.
6.4 No precisan motivación los siguientes actos:
6.4.1 Las decisiones de mero trámite que impulsan el procedimiento.
6.4.2 Cuando la autoridad estima procedente lo pedido por el administrado y el acto
administrativo no perjudica derechos de terceros.
6.4.3 Cuando la autoridad produce gran cantidad de actos administrativos sustancialmente
iguales, bastando la motivación única.
(Texto modificado según el artículo 2 del Decreto Legislativo N° 1272).

La exteriorización obligatoria de las razones que sirven de base o determinan una resolución de
la Administración es denominada motivación.
La exigencia de argumentar la orientación de los actos administrativos es reconocida como el
mecanismo necesario para permitir apreciar su grado de legitimidad y limitar la arbitrariedad en
la actuación pública, dado que obliga al funcionario a razonar, reflexionar, a patentizar tanto la
justificación de su acto como el objetivo perseguido con su emisión, con lo cual brinda mayores
posibilidades para evaluar si ejerce su competencia, circunscribiéndose solo a dictados de
interés público, exponiendo un elemento valioso para una ulterior interpretación, calificación y
control de su actuación, en términos de objetividad y finalidad públicas.
El incumplimiento de la motivación administrativa puede dar lugar a consecuencias sobre
los actos administrativos mismos y sobre las autoridades que los emiten. La consecuencia
sobre los actos es la nulidad (cuando se omita la motivación o ella revele contravención legal
o normativa) o la necesidad de dictar un nuevo acto para enmendarlo (en caso de motivación
incongruente, imprecisa, insuficiente o parcial). Adicionalmente, la infracción del deber de
motivación conlleva la responsabilidad administrativa para el autor del acto.
En el plano de fortalecer a la falta o insuficiencia de motivación como causal de nulidad de un
acto administrativo, se precisa que no constituye causal de nulidad el hecho de que el superior
jerárquico de la autoridad emisora del acto tenga una apreciación distinta, debiendo en base
a ello proceder a estimar total o parcialmente el recurso presentado contra ese acto impugnado.
La idea es que, si existe únicamente una discrepancia de la autoridad superior con la
motivación de la primera instancia, corresponde estimar parcial o totalmente el recurso
presentado contra el acto impugnado y no declarar la nulidad del acto y reenviarlo a la primera
instancia para nueva decisión.
40
Art. 7°. - Régimen de los actos de administración interna
7.1 Los actos de administración interna se orientan a la eficacia y eficiencia de los servicios y a
los fines permanentes de las entidades. Son emitidos por el órgano competente, su objeto debe
ser física y jurídicamente posible, su motivación es facultativa cuando los superiores jerárquicos
impartan las órdenes a sus subalternos en la forma legalmente prevista.
El régimen de eficacia anticipada de los actos administrativos previsto en el artículo 17 es
susceptible de ser aplicado a los actos de administración interna, siempre que no se violen
normas de orden público ni afecte a terceros.
7.2 Las decisiones internas de mero trámite, pueden impartirse verbalmente por el órgano
competente, en cuyo caso el órgano inferior que las reciba las documentará por escrito y
comunicará de inmediato, indicando la autoridad de quien procede mediante la fórmula, “Por
orden de ...”. (Texto modificado según el artículo 2 del Decreto Legislativo N° 1272).

La ley ha reconocido que tratándose de actos destinados a regular u ordenar la propia


Administración, no es necesario recubrirlos de análogas garantías sustantivas y procesales
como a los actos administrativos (por tener como destinatarios a los administrados), tales como,
por ejemplo, la forma escrita. Son ejemplo de actos de administración interna: la asignación de
funciones, la rotación de personal, la aprobación de un cuadro para la asignación de personal o
de una estructura organizacional, la emisión de una circular.

¿los actos de administración son inimpugnables?


No obstante carecer de norma alguna de respaldo, la Administración sostiene uniformemente
que los actos de administración no son impugnables, desestimando sistemáticamente cualquier
cuestionamiento que se puedan plantear contra ellos. En principio, debemos afirmar que es
correcto este planteamiento.

La inimpugnabilidad se sustenta en que las decisiones contenidas en un acto de administración


están dirigidas al orden interno de las entidades, por lo que no habría ningún derecho o interés
legítimo susceptible de sentirse afectado —y, por ende, recurrir— frente a una aprobación de un
organigrama, la asignación de funciones, la impartición de órdenes de servicio a los
subalternos, o la emisión de un informe no vinculante. Noten que la inimpugnabilidad de estos
actos se sustenta en la imposibilidad de afectarse, directa o indirectamente, derechos o
intereses legítimos, y no en el privilegio que esta categoría de actuación pública se encuentre
inmunes al control. No obstante, debemos advertir que existen actos de administración de
diversas autoridades que, si bien están básicamente dirigidas al orden interno, pueden tener
repercusiones indirectas, pero no por ello insignificantes, respecto de los administrados en sus
relaciones con la Administración. Pensemos, por ejemplo, en una rotación de personal que
afecte la integridad familiar del servidor o un cuadro de asignación de personal, que está
dirigido a suprimir plazas de personal existente. En esta misma línea, debe tenerse en cuenta la
práctica perversa de algunas autoridades para recubrir bajo la forma de actos de administración

41
a verdaderos actos administrativos, creyendo que bajo esta forma evaden el control jurídico a
sus despropósitos (por ejemplo, darle forma de oficios a las decisiones administrativas).

Art. 8°. - Validez del acto administrativo


Es válido, el acto administrativo dictado conforme al ordenamiento jurídico.
(Texto según el artículo 8 de la Ley N° 27444).
Es válido el acto administrativo dictado conforme al ordenamiento jurídico. El acto administrativo
será perfecto y legal cuando cumpla con las condiciones de legitimidad y de mérito. Serán
elementos de legitimidad los que se relacionan con el cumplimiento de las normas positivas
concernientes al acto, y son elementos de mérito los que se refieren al cumplimiento oportuno y
conveniente de los fines del acto. Por tanto, para la validez del acto administrativo requiere, no
sólo del cumplimiento del criterio de legitimidad, sino también del criterio de oportunidad.

Art. 9°. - Presunción de validez


Todo acto administrativo se considera válido en tanto su pretendida nulidad no sea declarada
por autoridad administrativa o jurisdiccional, según corresponda.
(Texto según el artículo 9 de la Ley N° 27444).

Art. 10°. - Causales de nulidad


Son vicios del acto administrativo, que causan su nulidad de pleno derecho, los siguientes:
1. La contravención a la Constitución, a las leyes o a las normas reglamentarias.
2. El defecto o la omisión de alguno de sus requisitos de validez, salvo que se presente alguno
de los supuestos de conservación del acto a que se refiere el artículo 14.
3. Los actos expresos o los que resulten como consecuencia de la aprobación automática o por
silencio administrativo positivo, por los que se adquiere facultades, o derechos, cuando son
contrarios al ordenamiento jurídico, o cuando no se cumplen con los requisitos, documentación
o tramites esenciales para su adquisición.
4. Los actos administrativos que sean constitutivos de infracción penal, o que se dicten como
consecuencia de la misma. (Texto según el artículo 10 de la Ley N° 27444).
No hay nulidad si el vicio no es constatado y declarado.
Objetivamente, una decisión administrativa es nula cuando se encuentre incursa en alguna de
las causales siguientes:

La contravención a las normas jurídicas es la primera causal de anulación de un acto


administrativo, pues ninguna autoridad puede pretender sobrepasar los límites legales o actuar
al margen de ella.
La nulidad del acto administrativo deviene de la trasgresión de las normas jurídicas con las
cuales más bien debiera encontrar conformidad, cuyas principales manifestaciones son los
vicios por la actuación contra legem, en una falsa aplicación de la ley o en una falsa valoración
de los hechos.
La proliferación de silencio administrativo positivo, de procedimientos de aprobación automática,
el empleo de documentos sucedáneos, y la presunción de veracidad han dado ocasión a las
acciones indebidas que aquí se trata de contrarrestar. La buena fe es principio de la actuación
42
administrativa, pero nada autoriza a la obtención de ventajas indebidas, ni a que estas puedan
tornarse inconmovibles cuando agravian justamente la buena fe.
Si el objeto contenido por el acto administrativo no solo es ilícito sino constitutivo de delito
previsto y penado en el Código Penal, estaremos frente a un caso de vicio trascendente y, por
ende, afecto a la sanción de nulidad.
Recibe igual tratamiento si el acto mismo es la conducta reprochable penalmente (por ejemplo,
el acto constitutivo de abuso de autoridad) o si el acto sea derivado de la comisión de un delito
(por ejemplo, licencia o permiso obtenido por un acto de corrupción).

Art. 11°. - Instancia competente para declarar la nulidad


11.1 Los administrados plantean la nulidad de los actos administrativos que les conciernan por
medio de los recursos administrativos previstos en el Título III Capítulo II de la presente Ley.
11.2 La nulidad de oficio será conocida y declarada por la autoridad superior de quien dictó el
acto. Si se tratara de un acto dictado por una autoridad que no está sometida a subordinación
jerárquica, la nulidad se declarará por resolución de la misma autoridad.
La nulidad planteada por medio de un recurso de reconsideración o de apelación será conocida
y declarada por la autoridad competente para resolverlo.
11.3 La resolución que declara la nulidad dispone, además, lo conveniente para hacer efectiva
la responsabilidad del emisor del acto inválido, en los casos en que se advierta ilegalidad
manifiesta, cuando sea conocida por el superior jerárquico.
(Texto modificado según el artículo 2 del Decreto Legislativo N° 1272).
La pretensión de nulidad que se ejerce contra una resolución administrativa no tiene la
independencia para pretender ser un recurso independiente. La exigencia de no arborizar el
derrotero del procedimiento administrativo hace que los recursos sean delimitados
perfectamente en su número y en su ejercicio, de ahí que cuando un administrado considere
que se ha dictado una resolución nula deba hacerlo saber a la autoridad por medio de los
recursos administrativos que establece la LPAG.

Como tal la nulidad puede ser el argumento suficiente para plantear una apelación o una
revisión. No corresponde plantear la nulidad en la reconsideración, puesto que la competencia
para pronunciarse sobre el corresponde al superior jerárquico y no a la misma autoridad.

Art. 12°. - Efectos de la declaración de nulidad


12.1 La declaración de nulidad tendrá efecto declarativo y retroactivo a la fecha del acto, salvo
derechos adquiridos de buena fe por terceros, en cuyo caso operará a futuro.
12.2 Respecto del acto declarado nulo, los administrados no están obligados a su cumplimiento
y los servidores públicos deberán oponerse a la ejecución del acto, fundando y motivando su
negativa.
12.5 En caso de que el acto viciado se hubiera consumado, o bien sea imposible retrotraer sus
efectos, sólo dará lugar a la responsabilidad de quien dictó el acto y en su caso, a la
indemnización para el afectado.
(Texto según el artículo 12 de la Ley N° 27444).

43
Por si alguna autoridad o administrado persistiera en intentar mantener los efectos de algún
acto declarado nulo, se ha establecido un mandato directo y universal para administrados y
autoridades. Todos deben oponerse a la ejecución de un acto nulo, motivando su negación
para advertir a los partícipes del vicio que lo afectaba y la declaración de nulidad que ha sido
objeto.
La constatación de la nulidad puede atravesar por vicisitudes adicionales: que se hayan
consumado los efectos del acto viciado (por ejemplo, si la actividad autorizada ya se realizó) o
sea imposible retrotraer sus efectos (por ejemplo, si los resultados se han consolidado en tal
grado que declararlo retroactivo solo sea formal). En ambos casos, el pronunciamiento de la
Administración no se contentará con una declaración formal de ilegalidad y la responsabilidad
administrativa del autor, sino que además necesitará disponer se inicie acciones para satisfacer
la indemnización por responsabilidad económica contra el beneficiado por el acto.

Art. 13.- Alcances de la nulidad


13.1 La nulidad de un acto sólo implica la de los sucesivos en el procedimiento, cuando estén
vinculados a él.
13.2 La nulidad parcial del acto administrativo no alcanza a las otras partes del acto que
resulten independientes de la parte nula, salvo que sea su consecuencia, ni impide la
producción de efectos para los cuales, no obstante, el acto pueda ser idóneo, salvo disposición
legal en contrario.
13.3 Quien declara la nulidad, dispone la conservación de aquellas actuaciones o trámites cuyo
contenido hubiere permanecido igual de no haberse incurrido en el vicio.
(Texto según el artículo 13 de la Ley N° 27444).
La nulidad de un acto que integra el procedimiento administrativo determina la nulidad de los
actos sucesivos y, por lo tanto, implica retrotraer las actuaciones administrativas al momento
del trámite en que se cometió la infracción. Esta regla está condicionada a que los actos
procedimentales se encuentren vinculados unos a otros causalmente entre ellos. De ser actos
independientes la declaración de invalidez no es transmitida desde el acto viciado a los
sucesivos.
Sobre la nulidad parcial o conservación parcial del acto, permite anular una parte del acto y
dejar intacta la otra, separando según la independencia que las mismas puedan brindar
respecto de la otra parte. De igual manera permite reconocer otros efectos distintos al acto nulo.
No será posible aplicar esta técnica de conservación cuando la parte que se pretenda
conservar sea consecuencia de la anterior.
En aplicación del principio de eficacia, el numeral 13.3. del artículo 13 del TUO de la LPAG
estipula la conservación de todos los actos procedimentales cuyo contenido hubiese
permanecido en el mismo sentido de repetirse las actuaciones. Se busca evitar la dilación del
procedimiento por la reposición de actuaciones cuando van a conducir a idénticos resultados.
Para su aplicación es necesario que la autoridad administrativa con potestad anulatoria llegue
al convencimiento racional, por el análisis de los datos objetivos del expediente y del marco
legal, que el contenido de algún acto procedimental hubiese permanecido inalterable de no
haberse realizado la infracción origen de la nulidad. Por su aplicación es factible que la
44
autoridad disponga expresamente que se mantengan vigentes algunos de los actos procesales
posteriores al vicio (informes, pruebas actuadas, etc.), pero nunca se refiere a la inalterabilidad
de los efectos del acto administrativo que se anula.

QUINTA SEMANA (04 HORAS)


06 AL 11JUN2022

ORGANIZACIÓN DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA PERUANA

Como ya se ha señalado de manera reiterada, no debe confundirse Estado con Administración


Pública. Existen entidades estatales que no desempeñan primordialmente funciones
administrativas, existiendo a su vez personas jurídicas no estatales que forman parte de la
Administración Pública. Estas últimas ejercen función administrativa a través de una
autorización otorgada por el Estado, la misma que los somete en determinados ámbitos a
regulaciones provenientes del derecho administrativo. En consecuencia, el estudio de la
organización de la Administración Pública que realizaremos a continuación no se reduce al
Estado, sino que deberá tomar en cuenta también a dichas personas jurídicas no estatales. A
su vez, en lo que corresponde al Estado, procederemos a analizar los diversos estamentos del
mismo en tanto desempeñan función administrativa, considerando que prácticamente toda
entidad del Estado ejerce, por lo menos residualmente, dicha función.
En el presente capítulo nos centraremos en la Organización Nacional del Estado, mientras que
en el siguiente trataremos la organización descentralizada.

La organización de la administración pública peruana es sumamente compleja, producto del


desmesurado crecimiento del aparato estatal realizada en la década de los años 70 hacia
delante, y ha experimentado severos cambios a partir de la ola de privatizaciones iniciada a
principio de los años de la década del 90 del siglo que nos acaba de dejar. Actualmente, esta
forma de organización basada en un criterio de Estado unitario y centralista, ha sido dejada de
lado por la reafirmación constitucional del imperativo de un Estado unitario, pero a la vez
descentralizado, con la existencia de un reparto de competencias específicas entre tres niveles
de gobierno: Gobierno Nacional, Gobiernos Regionales y Gobiernos Locales.
En esta unidad, desarrollaremos las principales cuestiones relativas a la organización de la
administración pública en nuestro sistema jurídico. Se parte de la distinción existente entre
Estado, Gobierno y administración pública, para luego pasar a analizar el marco constitucional
peruano aplicable a la organización administrativa.
Posteriormente, efectuaremos el análisis del modelo de organización en base a Sectores y
Sistemas, sobre el cual se encuentra estructurada la organización administrativa peruana que
nos rige.
Acto seguido, se trabajarán los aspectos más relevantes de la organización administrativa en
cada uno de los niveles de gobierno establecidos por la Constitución. Así, se pasará revista al
régimen de la organización administrativa del Gobierno Nacional, a la organización
45
administrativa de los Gobiernos Regionales, y se finalizará mediante el análisis de la
organización administrativa de las instancias de Gobierno Local.

ESTADO, GOBIERNO Y LA ADMINISTRACION PÚBLICA

En el modelo de organización del Estado Peruano se suelen utilizar los términos de Estado,
gobierno y administración pública como equivalentes. Cuando en la realidad cada uno de los
precitados conceptos contiene una serie de características particulares, así como objetivos y
fines diversos para efectos del derecho administrativo. Tal y como lo hemos referido en una
lección anterior, el “Estado”, es la sociedad jurídicamente organizada, en torno a la noción de
poder. El poder es detentado por el Estado, en virtud a un mecanismo de delegación específico,
derivado del “pacto social” consistente en la organización del gobierno democrático.
Ahora bien, de otro lado, es necesario establecer a qué se refiere el concepto de “Gobierno”. En
términos jurídicos este concepto implica el ejercicio de la función de dirección política interior y
exterior del Estado, con lo que el concepto de la función de gobierno sería realizado por el
Poder Ejecutivo, el Poder Legislativo y el Poder Judicial. Sin embargo, dentro de la estructura
descentralizada del país, se especifica la existencia de instancias de gobierno a nivel regional y
a nivel local. Por lo tanto, el Gobierno es el conjunto de instituciones en que se organizan las
personas que ejercen el poder y la soberanía del Estado.
De esta manera, la función de gobierno es ejercida por las siguientes instancias que se
conforman como niveles de gobierno (ciertamente con competencias y atribuciones distintas),
en nuestra organización política, en la medida que el gobierno peruano es unitario y a la vez
descentralizado:

NIVELES DE GOBIERNO

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Finalmente, el concepto de administración pública puede entenderse en dos sentidos. Desde un
punto de vista objetivo, la administración pública implica ejercer la función administrativa, esto
es, aquella función estatal encargada de aplicar y cumplir las leyes (mediante su ejecución),
pero también en dictar disposiciones (función de reglamentación) y en resolver reclamaciones
(función de solución de controversias).
De otro lado, existe un concepto subjetivo de administración pública, que lo identifica como
aquél complejo u órgano encargado de ejercer la función administrativa.
En tal sentido, tal como hemos afirmado en capítulos anteriores, el concepto de administración
pública que manejamos es uno que se acerca a las definiciones de tipo objetivo, mediante el
cual se puede identificar a las entidades y órganos (que de manera originaria o derivada)
ejercen la denominada función administrativa, y que resulta de especial relevancia, en la
medida que sirve de soporte o sostén material para el ejercicio de las demás funciones
estatales.

ELEMENTO BÁSICOS DE LA ESTRUCTURA ADMINISTRATIVA

1. EL MARCO CONSTITUCIONAL DE LA ORGANIZACIÓN DEL GOBIERNO PERUANO


Al leer la Constitución Política del Perú de 1993, nos encontramos con una norma
asistemática, en la que no se desarrolla de manera clara la estructura de los órganos
estatales, ni se establecen con claridad las competencias y funciones de los mismos. Esto
último se compone con la reciente reforma del Capítulo XIV del Título IV de la Constitución
de 1993, sobre “descentralización”. En ese sentido, desde una perspectiva formal, no se
puede hablar de un modelo orgánico de administración pública reconocible en la

47
mencionada Constitución, solo se distingue una organización del Estado en base a la
denominada separación de poderes. Sin embargo, ello no resuelve los problemas de
organización que se generan en el funcionamiento concreto de la organización estatal.
En ese contexto, el gobierno peruano tiene tres niveles, y se organiza de acuerdo a una
estructura de descentralización del poder. Así, se tiene que existen instancias de gobierno
central, gobierno regional y gobierno local, dentro de una estructura de gobierno unitaria,
pero- a la vez-descentralizada.
Sin embargo, será importante mencionar que el modelo de organización en materia de
administración pública que existe en el Perú actualmente, se encuentra desfasado, si se
tiene en cuenta que durante los últimos treinta años se han dado una serie de cambios
radicales en materia administrativa.

El Gobierno Nacional
Es el principal pilar del Estado, y tiene la autoridad para dirigir, controlar y administrar sus
instituciones. Por lo tanto, su labor fundamental es la conducción de la política general o
ejercicio del poder ejecutivo el Estado.
Como ya mencionamos, el concepto de Gobierno Nacional debe ser diferenciado del
Estado. Si quisiéramos ver esta relación desde una metáfora, podríamos decir que el
Estado es un barco y el gobierno es el capitán del mismo. En ese sentido, el gobierno
cambia y se transforma, mientras que el Estado permanece en el tiempo. Las instancias del
denominado Gobierno Nacional reúnen en sí a un conjunto de poderes públicos que ejercen
sus competencias de gobierno sobre el íntegro del territorio nacional, en tanto así los
dispone la propia Constitución y las leyes. De tal suerte que el Gobierno Nacional incluye las
competencias del Poder Ejecutivo, Poder Legislativo y Poder Judicial dentro de un ámbito
estrictamente nacional, de conformidad a las competencias específicas asignadas a tales
poderes por la Constitución y las leyes de desarrollo constitucionales.

El Poder Ejecutivo
El marco constitucional vigente, desarrolla en el Título IV (De la estructura del Estado), un
capítulo dedicado a la organización del Poder Ejecutivo. Conforme a ello, se desarrollan las
atribuciones y la caracterización del Presidente de la República, el Consejo de Ministros, y
las relaciones entre el Poder Ejecutivo y el Poder Legislativo.
El Poder Ejecutivo, como ya hemos señalado, se encuentra organizado en base a la Ley
Orgánica del Poder Ejecutivo, Ley N° 29158, publicada en el Diario Oficial El Peruano con
fecha 20 de diciembre de 2007.
Conforme a dicha Ley, el Poder Ejecutivo está integrado por:
- La Presidencia de la República.
- El Consejo de Ministros.
- La Presidencia del Consejo de Ministros.
- Los Ministerios.
- Entidades Públicas del Poder Ejecutivo

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En el caso peruano, el Presidente de la República, personifica a la nación y dirige el Poder
Ejecutivo. Tiene adscrito a su cargo una organización, denominada Despacho Presidencial,
que tiene por objeto la administración de la Casa de Gobierno, así como la coordinación de
las actividades y del respaldo logístico necesario para el ejercicio de las funciones del
Presidente.
De otro lado, el Consejo de Ministros, de acuerdo al artículo 119 de la Constitución, tiene
como labor ejercer la dirección y la gestión de los servicios públicos, señalando
expresamente el texto constitucional que a cada ministro le corresponde la dirección y la
gestión de los servicios públicos en los asuntos que competen a la cartera a su cargo.
La figura del Presidente del Consejo de Ministros, es instituida en la Constitución, para
realizar las funciones de ser, después del presidente de la República, el portavoz autorizado
del gobierno; coordinar las funciones de los demás ministros; y, refrendar los decretos
legislativos, los decretos de urgencia y los demás decretos que señalan la Constitución y la
ley.
Luego, el texto constitucional hace referencia a la figura de los Ministros, como
responsables políticos de la gestión de su sector, en la medida que, la organización
administrativa peruana se asienta sobre los conceptos de sector y sistema administrativo.
Es pertinente entonces determinar los conceptos de “sector” y “sistema”, así como su
relevancia para la organización de la administración pública en nuestro país.

2. La Descentralización en el Texto Original de la Constitución de 1993


La Constitución de 1993, estableció en el Capítulo IV de su Título IV, las disposiciones
relativas al proceso de descentralización del Estado peruano. Dichas normas, a entender de
los especialistas sobre la materia, constituyeron un marcado retroceso con respecto al
proceso de regionalización iniciado en 1988 en el Perú, toda vez que el texto constitucional
únicamente estableció algunas escasas disposiciones relativas a la futura existencia de los
gobiernos regionales (con lo que en la práctica, estos fueron desactivados y condenados a
una especie de limbo jurídico), y ciertamente, puso énfasis en repetir el texto del articulado
correspondiente a los gobiernos locales tal como fuera regulada dicha materia por la
Constitución de 1979.
En aplicación del texto de la Constitución de 1993, se dictaron diversas disposiciones que le
dieron fin a la experiencia de regionalización iniciada en la década de los 80. Así, los
gobiernos regionales existentes (creados en 1988 bajo el imperio de la antigua Constitución
de 1979, hoy derogada), se desarticularon mediante diversos dispositivos legales,
creándose los denominados “CTAR” (Consejos Transitorios de Administración Regional), los
mismos que debían encargarse de cumplir las funciones de las ex instancias de gobierno
regional, hasta que en un futuro se llegara a concretar el “ansiado” proceso de
regionalización102.
Así, luego del proceso de desactivación de las autonomías regionales, finalmente, a través
de la Ley Nº 26922 (Ley Marco de Descentralización) se dio el puntillazo final al proceso de
regionalización, cuando se formalizó la renuncia del gobierno de Fujimori a continuar dicho
49
proceso, mediante la restauración del sistema de organización departamental del país,
preexistente a la regionalización. La prueba de este último enunciado la constituye el
artículo 12 de la Ley Marco de Descentralización, norma que estableció lo siguiente:
“Artículo 12.- De la Departamentalización
12.1 El proceso de regionalización se constituye sobre el ámbito territorial de los
departamentos. Con ese fin a partir de la vigencia de la presente Ley, creánse los Consejos
Transitorios de Administración Regional (CTAR) en cada uno de los departamentos del país,
como organismos públicos descentralizados del Ministerio de la Presidencia, con autonomía
técnica, presupuestal y administrativa en el ejercicio de sus funciones, en concordancia con
lo dispuesto en el Artículo 14 de la presente Ley.
12.2 Las provincias y distritos que a la fechan están bajo la jurisdicción administrativa de un
Consejo Transitorio de Administración Regional distinto al departamento al que pertenecen,
quedarán comprendidas en el Consejo Transitorio de Administración Regional de este
último, a partir de su fecha de instalación.
12.3 La sede administrativa de cada Consejo Transitorio de Administración Regional será la
ciudad capital del respectivo departamento. 12.4 Los Consejos Transitorios de
Administración Regional tendrán vigencia hasta que queden constituidas las Regiones”.

Es evidente que sólo esta disposición, por sí misma, anuló todo el esfuerzo realizado en
plasmar en la realidad los enunciados descentralizadores contenidos en la Constitución de
1979. Ciertamente, a través de la Ley Marco de Descentralización, se consolidó una
organización administrativa del Estado contraria a toda forma de descentralización del poder
estatal hacia las instancias básicas de gobierno. En dicha época, lo únicamente relevante
era realizar un proceso inverso: centralizar el poder en Lima y específicamente en las
instancias del gobierno central.

“La descentralización es una forma de organización democrática y constituye una política


permanente de Estado, de carácter obligatorio, que tiene como objetivo fundamental el
desarrollo integral del país. El proceso de descentralización se realiza por etapas, en forma
progresiva y ordenada conforme a criterios que permitan una adecuada asignación de
competencias y transferencia de recursos del gobierno nacional hacia los gobiernos
regionales y locales.”

Así, el capítulo de la Descentralización en la reforma constitucional, establece un nuevo


esquema de organización territorial del país, al señalar en su artículo 189 que “El territorio
de la República está integrado por regiones, departamentos, provincias y distritos, en cuyas
circunscripciones se constituye y organiza el gobierno a nivel nacional, regional y local, en
los términos que establece la Constitución y la Ley, preservando la unidad e integridad del
Estado y de la Nación. El ámbito del nivel regional de gobierno son las regiones y
departamentos. El ámbito de nivel local de gobierno son las provincias, distritos y los
centros poblados”.
Ley Orgánica de Gobiernos Regionales (Ley 27867). - El régimen jurídico de los
50
gobiernos regionales ha sido establecido mediante la LOGR. Dicha norma precisa las
competencias de los gobiernos regionales, su estructura orgánica, funciones generales y
específicas, el régimen económico y financiero, así como algunas precisiones vinculadas
con el proceso de transferencia de competencias establecido en la LBD, entre otros
aspectos sustantivos del proceso de regionalización.

El Consejo Regional. - Es el órgano normativo y fiscalizador del Gobierno Regional. Le


corresponde las funciones y atribuciones que se establecen en la LOGR y aquellas que le
sean delegadas. Está integrado por el Gobernador Regional, el Vicegobernador Regional y
los Consejeros Regionales elegidos en cada región (artículo 13 LOGR).

La Presidencia Regional. - Es el órgano ejecutivo del Gobierno Regional; recae en el


Gobernador Regional, quien es la máxima autoridad de su jurisdicción, representante legal y
titular del Pliego Presupuestal del Gobierno Regional. El Gobernador Regional desempeña
su cargo a dedicación exclusiva, con la sola excepción de la función docente. Percibe una
remuneración mensual fijada por el Consejo Regional de acuerdo a la disponibilidad
presupuestal, siendo obligatoria la publicación de la norma que la aprueba y su monto (Art.
20 LOGR).

El Consejo de Coordinación Regional. - Es un órgano consultivo y de coordinación del


Gobierno Regional con las municipalidades. Está integrado por los Alcaldes Provinciales y
por los representantes de la sociedad civil, con las funciones y atribuciones que le señala la
LOGR (Art. 11 LOGR). Es importante anotar que el artículo 25 de la LOGR establece que
las funciones administrativas del Gobierno Regional se desarrollan por las Gerencias
Regionales a cargo de los Gerentes Regionales. Estos son responsables legal y
administrativamente por los actos que ejecutan en el ejercicio de sus funciones y por los que
suscriben junto con el Gobernador Regional
Gerencia General Regional: El Gerente General Regional es responsable administrativo
del Gobierno Regional. Es nombrado por el Gobernador Regional. Coordina la acción de las
diferentes Gobiernos Regionales. - Gerencias Regionales: El artículo 29 de la LOGR
establece que las Gerencias Regionales son las siguientes:
a. Gerencia de Desarrollo Económico: es la encargada de ejercer las funciones específicas
regionales en los sectores industria, comercio, turismo, artesanía, pesquería, minería,
energía e hidrocarburos y agricultura.
b. Gerencia de Desarrollo Social: es la encargada de ejercer las funciones específicas
regionales de educación, cultura, ciencia y tecnología, recreación, deportes, salud, vivienda,
trabajo, promoción del empleo, pequeña y microempresa, población, saneamiento,
desarrollo social e igualdad de oportunidades.
c. Gerencia de Planeamiento, Presupuesto, y Acondicionamiento Territorial: es la encargada
de ejercer las funciones específicas sectoriales en materia de planificación estratégica
prospectiva, inversiones, presupuesto, tributación y ordenamiento territorial, administración y
adjudicación de terrenos de propiedad del Estado.
51
d. Gerencia de Infraestructura: es la encargada de ejercer las funciones específicas
sectoriales en materia de vialidad, transportes, comunicaciones, telecomunicaciones y
construcciones y demás funciones establecidas por la Ley.
e. Gerencia de Recursos Naturales y Gestión del Medio Ambiente: Le corresponde atender
las funciones específicas sectoriales en materia de áreas protegidas, medio ambiente y
defensa civil.

3. ORGANIZACIÓN DE LOS GOBIERNOS LOCALES


Son órganos de gobierno local las municipalidades provinciales y distritales. La estructura
orgánica de las municipalidades está compuesta por el Concejo municipal y la Alcaldía.
Órganos de Coordinación en el Gobierno Municipal: Son órganos de coordinación:
a.- El Consejo de Coordinación Local Provincial.
b.- El Consejo de Coordinación Local Distrital.
c.- La Junta de Delegados Vecinales.

Ley Orgánica de las Municipalidades (27972)


En aplicación de la Constitución Política de 1979, se estableció un marco jurídico de
aplicación de la estructura descentralizada del país. En aplicación de tales disposiciones, se
dictó la Ley Nº 23853 – Ley Orgánica de Municipalidades, la misma que ha regido durante
cerca de 20 años. Actualmente, en aplicación de la reforma constitucional operada en el
Capítulo IV del Título XIV de la Constitución, así como las disposiciones pertinentes de la
nueva Ley de Bases de la Descentralización, se ha estimado conveniente reformar y
actualizar el marco normativo de actuación de las leyes que rigen el espacio jurídico de los
gobiernos locales. Es por ello que recientemente se ha dictado la Ley Nº 27972 – Ley
Orgánica de Municipalidades (LOM) la misma que sustituye el régimen jurídico establecido
por la antigua Ley Nº 23853. Conforme al artículo I del Título Preliminar de la LOM, los
gobiernos locales son entidades básicas de la organización territorial del Estado y canales
inmediatos de participación vecinal en los asuntos públicos, que institucionalizan y
gestionan con autonomía los intereses propios de las correspondientes colectividades;
siendo elementos esenciales del gobierno local, el territorio, la población y la organización.
En dicha tónica, las municipalidades provinciales y distritales son los órganos de gobierno
promotores del desarrollo local, con personería jurídica de derecho público y plena
capacidad para el cumplimiento de sus fines.

Organización de los Gobiernos Locales. - Son órganos de gobierno local las


municipalidades provinciales y distritales. La estructura orgánica de las municipalidades está
compuesta por el Concejo municipal y la Alcaldía.

Concejo Municipal: El Concejo municipal, provincial y distrital, está conformado por el


alcalde y el número de regidores que establezca el Jurado Nacional de Elecciones,
conforme a la Ley de Elecciones Municipales. Los concejos municipales de los centros
poblados están integrados por un Alcalde y cinco regidores. El Concejo municipal ejerce
52
funciones normativas y fiscalizadoras.
La Alcaldía: La Alcaldía es el órgano ejecutivo del gobierno local. El alcalde es el
representante legal de la municipalidad y su máxima autoridad administrativa.

Las Principales Técnicas organizativas de la Administración Publica


Las técnicas organizativas constituyen principios o criterios rectores específicos para desarrollar
la acción administrativa. En tal sentido, constituyen los puntos centrales de referencia para la
construcción de una teoría de la organización administrativa. A continuación, desarrollamos
cada uno de los conceptos que son reconocidos como las principales técnicas de organización
administrativa.
Centralización y descentralización
La organización administrativa del Estado como el nuestro (de tipo unitario) ha sido
eminentemente centralizada. Esto es, los poderes de dirección y de conducción del gobierno y
de la gestión de los asuntos públicos se han concentrado en instancias políticas de alcance
nacional.
De esta manera, la descentralización constituye una forma de organización del Estado,
contraria totalmente a la centralización, y se ha manifestado en nuestro país mediante el nuevo
modelo de reparto competencial entre el Gobierno Nacional y las entidades que integran los
Gobiernos Regionales y Locales. Los órganos que integran la administración guardan entre sí
una relación piramidal: convergen hacia una autoridad única, de la cual depende toda la
organización.

Descentralización Funcional y Territorial


La descentralización puede darse en dos formas, una funcional y la otra territorial. La
descentralización funcional, de un lado, puede darse cuando de una organización central se
desprenden una o más funciones específicas, las mismas que son otorgadas a un organismo
“descentralizado”, esto es una nueva persona jurídico-pública que se crea para el ejercicio
autónomo de determinadas funciones. De otro lado, la descentralización territorial, es
equiparable a la descentralización política. Implica una nueva organización y distribución de la
organización política en torno a espacios territoriales determinados. Tal como hemos señalado,
a partir de la reforma del Capítulo XIV del Título IV de la Constitución de 1993, opera en nuestro
país una nueva experiencia de descentralización política, funcional, territorial y administrativa, la
misma que se caracteriza por una nueva organización de niveles de gobierno, cada uno con
competencias propias de gestión, pero dentro de esquema de Estado unitario.

Jerarquía Autonomía, Coordinación, Colaboración Y Cooperación

Jerarquía Autonomía. - La jerarquía es el vínculo piramidal de la interrelación que guardan los


órganos administrativos, en relación de subordinación, coordinación y supra ordinación. La
Administración se organiza piramidalmente por vía de diferentes líneas que conducen a un
mismo centro. Las líneas jerárquicas son la sucesión de distintos órganos de Administración
unidos por la identidad de la materia, pero diferenciados por la competencia que tienen en esa
53
materia. En razón de esa diferente competencia ocupan un grado jerárquico. De otro lado, el
grado jerárquico es la situación o posición de cada órgano en una línea jerárquica106. De otro
lado, la autonomía es lo opuesto en el Derecho Público. Implica que un organismo
administrativo (dotado de personalidad jurídica), ejerce sus competencias en un ámbito de
independencia funcional y técnica específica con relación a un centro de dirección. Para
entender el concepto de autonomía, es necesario comprender que los criterios de dirección al
interior de las entidades estatales siempre son eminentemente políticos (en la medida que se
obedecen las políticas generales fijadas por el Gobierno). En tal sentido, es necesario
determinar la existencia de ciertas entidades u organismos que no se vinculan directamente a
una responsabilidad política, sino que requieren ejercer sus funciones de una manera autónoma
a criterios de dirección política. De esta forma el concepto de autonomía tiene una valoración
estrictamente jurídica, puesto que se encuentra ligado a la ausencia de una dirección jerárquica
en el ejercicio de determinadas funciones, las mismas que tienen contenido técnico específico.

Colaboración y Coordinación Administrativa. - La colaboración y la coordinación son


principios jurídicos de organización administrativa, existen diferencias sustanciales entre las
mismas. Por ello, resulta necesario emprender una distinción conceptual respecto al contenido y
significado de ambos principios, y sus implicancias en el desarrollo de las organizaciones
públicas. Ahora bien, la implicancia que ambos principios de la organización administrativa son
de primer orden, con miras a entender el armazón de las relaciones existentes entre las
distintas entidades que integran la administración pública.
Finalmente, el concepto de administración pública puede entenderse en dos sentidos. Desde un
punto de vista objetivo, la administración pública implica ejercer la función administrativa, esto
es, aquella función estatal encargada de aplicar y cumplir las leyes (mediante su ejecución),
pero también en dictar disposiciones (función de reglamentación) y en resolver reclamaciones
(función de solución de controversias).
De otro lado, existe un concepto subjetivo de administración pública, que lo identifica como
aquél complejo u órgano encargado de ejercer la función administrativa.

SEXTA SEMANA (04 HORAS)


13 AL 18JUN2022

LA EFICACIA DE LOS ACTOS ADMINISTRATIVOS: NOTIFICACIÓN Y


PUBLICACIÓN

Sumario: 1. La eficacia de los actos administrativos. 1.1. Eficacia inmediata. 1.2. Eficacia
anticipada. 1.3. Eficacia diferida. 2. La notificación de actos administrativos. 2.1. Requisitos.
2.2. Plazo de la notificación. 2.3. Realización de la notificación. 2.4. La notificación personal y
los ajustes efectuados por el Decreto Legislativo N.º 1029. 2.4.1. Cuando el domicilio del
administrado ha sido ubicado. 2.5. Notificación no personal. 2.6. Actos con dispensa de
notificación. 3. La publicación del acto administrativo. 3.1. La publicación como
notificación. 3.2. Requisitos. 4. Notificaciones defectuosas. 4.1. Saneamiento de

54
notificaciones defectuosas.
Los actos administrativos están sujetos a ciertos requisitos a fin de que su procedimiento y
eficacia no sean atacados de vicios que generen su invalidez. Ahora bien, se entiende por
eficacia de un acto administrativo su capacidad para producir efectos jurídicos, a diferencia de
la validez, que como ya dijimos es más bien la conformidad del acto con el ordenamiento
jurídico. y, en consecuencia, un acto válido puede no ser eficaz, por diversas circunstancias que
luego veremos.
Ahora bien, esta eficacia tiene relación directa con el hecho de que el contenido del acto sea
conocido por quienes pueden ser afectados por el mismo, como una garantía para el
administrado contra un accionar indebido de la Administración. La puesta en conocimiento del
acto administrativo se denomina notificación, y constituye, de acuerdo a la doctrina, un medio
de publicidad administrativa. A su vez, la publicación del acto administrativo constituye una
modalidad de notificación, y puede operar en vía principal o de manera subsidiaria, como
veremos más adelante.

1. LA EFICACIA DE LOS ACTOS ADMINISTRATIVOS

Como lo hemos señalado líneas arriba, los actos de las Administraciones Públicas que se
encuentren sujetos al derecho administrativo se presumirán válidos y producirán efectos desde
la fecha en que se notifiquen.

1. 1. Eficacia inmediata
La eficacia del acto está en principio supeditada a la notificación o publicación del acto. Ahora
bien, y salvo que en ellos se disponga otra cosa, el acto que favorece al administrado genera
efectos desde su emisión. Esta previsión tiene, por obvia finalidad, favorecer al administrado y
permitirle no tener que esperar hasta la notificación del acto para hacer operativo este y exigir
su ejecución. La Ley, sin embargo, no señala qué ocurre si es que el acto — no obstante que la
Administración determine lo contrario— en realidad no favorece al particular y este quiere
impugnarlo. Deberá entenderse entonces que el plazo para impugnar es a partir de la
notificación del acto y no a partir de su emisión. De la misma manera, la Ley no se pronuncia
respecto de aquellos actos que puedan favorecer a ciertos administrados, pero pudiera
perjudicar a otros.

1. 2. Eficacia Anticipada
Como ya se había adelantado, el acto administrativo, en determinadas circunstancias puede
tener efecto retroactivo, lo cual se traduce en la generación de efectos de manera anticipada.
El establecimiento de estas circunstancias se basa en particular en presupuestos de protección
a derechos de los administrados, así como en consideraciones de interés general; no obstante
que importantes sectores de la doctrina consideran que la regla general, basada en la seguridad
jurídica, es la irretroactividad de los actos administrativos.
En ese orden de ideas, el ordenamiento jurídico establece que podrá otorgarse eficacia
retroactiva a los actos cuando produzcan efectos favorables a la persona interesada, siempre
55
que los supuestos de hecho necesarios existieran ya en la fecha a que se retrotraiga la eficacia
del acto y esta no lesione derechos o intereses legítimos de otras personas. Casos de esto son
las licencias y permisos, así como las inscripciones registrales, cuyos efectos se retrotraen a la
fecha de presentación de la solicitud.
Asimismo, tienen eficacia anticipada los actos que se dicten en enmienda y los que contengan
una declaratoria de nulidad. Un acto se dicta en enmienda cuando el efecto a conseguir es
corregir o subsanar un defecto no sustancial, es decir, cuando este último no genera nulidad, a
fin de obtener su conservación. Evidentemente, la enmienda debe surtir efecto desde la
emisión del acto enmendado. Por otro lado, y como se ha indicado en el capítulo precedente, el
acto nulo es tal desde su emisión, salvo evidentes consideraciones de posible afectación de
derechos adquiridos de buena fe por parte de terceros.
Finalmente, y no obstante no estar señalados de manera expresa en el artículo 17º de la Ley,
debemos señalar que tienen también efectos retroactivos los llamados actos rectificatorios, es
decir, aquellos que pretenden corregir errores materiales o aritméticos que existen en un acto
determinado de fecha anterior. Dicha rectificación puede darse en cualquier momento, de oficio
o a instancia de los administrados, siempre que no se altere lo sustancial del contenido del acto
ni el sentido de la decisión. La rectificación antes referida adopta las formas y modalidades de
comunicación o publicación que corresponda para el acto original.

1. 3. Eficacia diferida
Por otro lado, los actos administrativos pueden poseer eficacia diferida, es decir, aquella que se
da en un momento incluso posterior al de la notificación del acto. Esta eficacia diferida se da
por diversos motivos y ante diversas circunstancias que el ordenamiento jurídico considera
pertinentes. Un ejemplo de acto administrativo de eficacia diferida es aquel sometido a
modalidad, en particular a condición suspensiva, plazo suspensivo o sometido a modo o cargo.
La eficacia del acto, en consecuencia, está supeditada a la generación del evento, sea incierto,
cierto o sometido a la acción del administrado, respectivamente.
Ahora bien, existe una interesante controversia en la doctrina respecto a la pertinencia de la
condición suspensiva en el acto administrativo, puesto que los ejemplos que se emplean para
demostrar su existencia tienen como requisito la generación de un hecho futuro e incierto que
condiciona la generación de sus efectos de manera general, lo cual en realidad constituye un
reglamento. Es por ello que se señala que no existe la posibilidad de la generación de una
condición suspensiva en el caso de un acto administrativo.
Otro supuesto, que no debe confundirse con la condición, es la suspensión provisional del acto
administrativo, que según la ley genera la pérdida de efectividad y ejecutoriedad, cuando en
realidad implica que dichas condiciones se encuentran pendientes mientras dure la suspensión.
Un ejemplo de esta suspensión provisional es la generada ante la presentación de un recurso
administrativo, cuando se cumple con los requisitos establecidos en la Ley Nº 27444, dado que,
en principio, la impugnación administrativa no suspende los efectos del acto. Dicha suspensión
puede darse cuando la ejecución pudiera causar perjuicios de imposible o difícil reparación o
cuando se aprecie objetivamente la existencia de un vicio de nulidad trascendente.
Es necesario señalar, por otro lado, que la resolución emitida en un proceso sancionador será
56
ejecutiva únicamente cuando ponga fin a la vía administrativa, ello sin perjuicio de las medidas
cautelares que puedan obtenerse en el eventual proceso contencioso administrativo que se
promueva. Esto es una excepción adicional al principio general de ejecutoriedad del acto
administrativo, admitida por gran parte del Derecho y la doctrina comparados, con lo cual la
resolución en cuestión también tiene eficacia diferida. Sin embargo, la Administración podrá
adoptar las medidas cautelares precisas para garantizar la eficacia de la resolución emitida, en
tanto la misma no sea ejecutiva.

2. LA NOTIFICACIÓN DE ACTOS ADMINISTRATIVOS


La notificación es el acto a través del cual se pone en conocimiento del interesado el contenido
de un acto administrativo. Asimismo, existe un régimen de notificación aplicable a diversos
actos de la Administración, tales como citatorios, emplazamientos y otros. En principio, todo
acto que pueda afectar al administrado debe serle notificado, incluso los actos administrativos
de mero trámite.
La función fundamental de la notificación es brindar eficacia al acto administrativo, al permitir
que este pueda ser de conocimiento de aquella persona que va a ser afectada por la resolución.
De hecho, la notificación genera certeza respecto al momento de emisión del acto
administrativo, puesto que, en la práctica, la fecha que el acto administrativo muestra no es
necesariamente la fecha en que el mismo ha sido emitido.
Asimismo, la notificación del acto administrativo permite que el administrado pueda realizar las
acciones conducentes a la ejecución y/o cumplimiento del acto —cuando este le favorece— así
como permite que pueda interponer los recursos que considere adecuados o iniciar los
procesos judiciales pertinentes, si el acto administrativo perjudica sus intereses.

2. 1. Requisitos
Ahora bien, las resoluciones y actos administrativos que afecten a los derechos e intereses de
las personas interesadas se notificarán cumpliendo con un conjunto de requisitos. En primer
lugar, deberá contener el texto íntegro de la resolución, con la respectiva motivación, lo cual
puede implicar adjuntar copia certificada o transcribir el texto de la misma; sin modificación
alguna.
Asimismo, deberá señalar el procedimiento administrativo dentro del cual haya sido dictado,
información muy útil en especial en procedimientos administrativos iniciados de oficio. En este
caso, el acto de inicio del procedimiento contiene un conjunto de elementos adicionales, los
cuales se han establecido a fin de cautelar el derecho de defensa del administrado. A ello nos
vamos a referir en el capítulo respectivo.
Además, la notificación deberá explicitar la autoridad e institución de la cual procede el acto y su
dirección; así como la fecha de vigencia del acto notificado, debiéndose entender como tal la
fecha de su notificación salvo que estemos frente a un acto administrativo sometido a plazo
suspensivo, lo cual debe ser señalado expresamente.
Por otro lado, la notificación contiene la indicación respecto al agotamiento de la vía
administrativa, lo cual es medular para la iniciación del proceso contencioso administrativo. Ello
es muy importante teniendo en cuenta que el administrado no necesariamente conoce la
57
estructura de la vía administrativa en una entidad determinada, la cual se puede complicar si es
que dicha vía se agota a través de un ente distinto al que emitió la resolución de primera
instancia.
Finalmente, la modificación del acto administrativo deberá contener también la expresión de los
recursos que procedan contra dicho acto, el órgano ante el que hubieran de presentarse y el
plazo para interponerlos; sin perjuicio de que las personas interesadas puedan ejercitar
cualquier otro tipo de recurso que estimen procedente. Este requisito es complementario al que
hemos descrito en el párrafo precedente, puesto que, si el acto administrativo no agota la vía, la
autoridad administrativa debe indicar el mecanismo requerido para concluir con la misma.
2. 2. Plazo de la notificación
Una de las interesantes novedades que traía el Decreto Legislativo N.º 1029 es la reforma del
artículo 188º de la Ley N.º 27444, preceptuándose que el plazo consignado establecido en el
procedimiento administrativo respectivo, para que la autoridad administrativa emita el
pronunciamiento correspondiente, incluye el plazo que la entidad tiene para notificar dicho
pronunciamiento, que es de cinco días conforme lo dispuesto por el artículo 24º de dicha norma.
Antes de la vigencia de la actual redacción de dicho artículo se entendía que dicho plazo estaba
incorporado en aquel tras el cual se generaba el silencio administrativo. La evidente razón de
esta interpretación se encontraba en el hecho de que la fecha consignada en un acto
administrativo como fecha de emisión no necesariamente es cierta, siendo la única fecha cierta
la de notificación al administrado.

2. 3. Realización de la notificación
La notificación es el mecanismo al interior del procedimiento administrativo por el que se da
cuenta a quienes interese de los actos emitidos por las entidades que forman parte de la
Administración Pública. La notificación, entonces, es una actuación material de la
Administración, también conocido como hecho administrativo, y no un acto administrativo
adicional.
Las notificaciones se practicarán por cualquier medio que permita hacer que lo resuelto en el
acto administrativo sea de conocimiento de la persona interesada o su representante, así como
la fecha, la identidad y el contenido del acto notificado. La Ley prefiere, por razones de
protección a los intereses de los administrados, la notificación personal en el domicilio del
interesado, razón por la cual establece un evidente orden de prelación.
Por otro lado, de conformidad con la Ley, también es posible notificar al interesado vía
telegrama, correo certificado, telefax, correo electrónico o cualquier otro medio que permita
comprobar que ha sido recibida la comunicación, a falta de la posibilidad de efectuar la
notificación personal. Ello es válido cuando el empleo de cualquiera de estos medios hubiese
sido solicitado expresamente por el administrado.
Finalmente, la Ley considera que la publicación es una forma de notificación, la misma que
también opera de manera residual, a falta de las dos modalidades previas. A ello haremos
referencia en un acápite posterior. Es necesario señalar que, no obstante que la autoridad no
puede suplir alguna modalidad con otra, esta podrá complementariamente recurrir a varios de
los mecanismos a fin de asegurar que el administrado tenga la mayor posibilidad de conocer el
58
acto emitido969. Lo que ocurre, en primer término, es que la notificación personal resulta ser
siempre la modalidad más garantista. En segundo lugar, la publicación no es más que una
notificación ficta, que no asegura que el administrado haya tenido conocimiento del acto
emitido.
Asimismo, la norma menciona que, respecto a los citatorios, a los emplazamientos, a los
requerimientos de documentos o de otros actos administrativos análogos el tratamiento jurídico
será similar el señalado en este punto. Dichos actos, si bien son de trámite, requieren ser de
conocimiento oportuno de los administrados, a fin de que los mismos puedan ejercer
adecuadamente sus derechos.

2.4. La notificación personal y los ajustes efectuados por el Decreto Legislativo Nº 1029
La notificación personal se practicará en el lugar que esta haya señalado a tal efecto en la
solicitud o en un escrito posterior, o en el último domicilio que la persona haya señalado en otro
procedimiento análogo. Ello implica, además que la entidad tendrá por válido el domicilio
señalado por el administrado mientras el mismo no lo modifique expresamente, sin que se
admita prueba en contrario.
Ahora bien, el Decreto Legislativo N.º 1029 ha efectuado un importante ajuste a esta regulación
estableciendo que en el caso de que el administrado no haya señalado domicilio, o el que
haya señalado no exista, la autoridad deberá emplear el domicilio señalado en el documento
nacional de identidad del administrado, salvo que se acredite que el mismo efectivamente ha
desaparecido, que justifica la realización de la publicación como medio de notificación en
aplicación del artículo 23º de la Ley del Procedimiento Administrativo General. La redacción
anterior de la norma preceptuaba que, si el administrado no ha señalado domicilio, la autoridad
debía agotar su búsqueda mediante los medios que se encuentren a su alcance, recurriendo a
fuentes de información de las entidades de la localidad.
Ahora bien, esto genera dos puntos que es preciso aclarar. En primer lugar, la Ley no
determina qué es lo que ocurre si es que nos encontramos ante una persona jurídica cuyo
domicilio la Administración Pública requiere ubicar. En este caso debería ser de aplicación el
domicilio establecido en el Registro Único de Contribuyentes (RUC), el mismo que es válido en
aplicación de la normativa de la materia y que además es verificado por la Administración
Tributaria.
En segundo lugar, el artículo 23º de la Ley N.º 27444 no ha sido modificado por el Decreto
Legislativo N.º 1029, con lo cual muestra cierta incoherencia con la redacción actual del artículo
21º antes referido. En particular porque no todos los supuestos originalmente establecidos en
dicha norma resultan hoy aplicables a efectos de efectuar la publicación en vía subsidiaria. A
ello nos referiremos más adelante.

2.4.1. Cuando el domicilio del administrado ha sido ubicado


Cuando la notificación se practique en el domicilio de la persona interesada, debe entregarse
copia del acto notificado y señalar la fecha y hora en que es efectuada, recabando el nombre y
firma de la persona con quien se entienda la diligencia. En caso de que esta no se halle
presente en él en el momento de entregarse la notificación, podrá hacerse cargo de la misma
59
cualquier persona que se encuentre en el domicilio y haga constar su identidad, así como su
relación con el administrado.
Ahora bien, cuando la persona interesada o su representante rechace la notificación de una
actuación administrativa, se hará constar ello en el expediente, a través del acta respectiva,
especificándose las circunstancias del intento de notificación, y se considerará efectuado el
trámite, teniéndose por bien notificado, por lo que se seguirá adelante con el procedimiento
administrativo de que se trate.
Esta última actuación genera amplia polémica en la doctrina, al no resultar suficientemente
garantista en relación con los derechos del administrado, en especial si la notificación es en sí
misma defectuosa, e incluso, en casos en que la misma en realidad no se haya realizado. En
estos casos el administrado tampoco tendría mecanismos adecuados de defensa ante un
comportamiento arbitrario de las entidades al momento de realizar la notificación. Por ello la
notificación dejará constancia de las características del lugar donde se ha notificado.
El Decreto Legislativo N.º 1029 ha modificado dicho artículo 21º, disponiendo que, en el caso de
no encontrarse persona alguna en el domicilio, el notificador deberá dejar constancia de ello en
el acto de notificación, dejar un aviso en dicho domicilio, y regresar en una nueva fecha a fin de
efectuar la referida notificación, la misma que podrá ser colocada bajo la puerta en caso de que
el administrado no se encuentre. Dicha regulación es muy similar a la contenida en el Código
Procesal Civil, la misma que resulta más adecuada para ambas partes.
Finalmente, la notificación personal surte efecto desde el día que ha sido realizada.
Evidentemente, los plazos que corresponda, sea para impugnar, sea para cumplir con lo
ordenado por el acto, se computan desde el día hábil siguiente al día en el cual ocurre la
notificación. Respecto al cómputo de los plazos, lo trataremos más adelante en el capítulo
respectivo.

2. 5. Notificación no personal
La notificación vía correo o telegrama, o a través de medios electrónicos o informáticos, se
encuentra sujeta, en principio, a los mismos requisitos de contenido que los que resulten
aplicables a la notificación en general y en especial a la notificación personal. En este contexto
resulta de particular relevancia la notificación a través del correo electrónico, la misma que es
empleada en ciertos procedimientos especiales
En particular, en el contexto de los procesos de selección en el ámbito de la contratación
pública se señala que todos los actos realizados durante los procesos de selección deberán ser
notificados a través del Seace. A solicitud del participante, en adición a la notificación efectuada
por medio del Seace, se le notificará personalmente en la sede de la entidad o a la dirección de
correo electrónico que consigne al momento de registrarse como participante.
Ahora, en el ámbito de lo señalado en el párrafo anterior existen dos limitaciones. La primera,
que el administrado debe de haber solicitado expresamente la utilización de estos mecanismos
de notificación. La segunda, que su empleo opera de manera residual al no existir posibilidad
de la notificación personal981. Sin embargo, se establece como resultado del Decreto
Legislativo N. º 1029 que el administrado podrá ser notificado vía correo electrónico si hubiera
consignado en su escrito alguna dirección electrónica que conste en el expediente, siempre que
60
haya dado su autorización expresa para ello; no siendo en este caso de aplicación el orden de
prelación establecido en la Ley.
La principal dificultad que se encuentra a estos medios de notificación es que no siempre puede
obtenerse constancia de su recepción, a menos que el administrado realice actos que permitan
suponer que tuvo conocimiento oportuno del acto emitido. Para ello, es preferible emplear
correo certificado, así como servidores de correo electrónico que permitan la obtención de
constancia de su lectura por el destinatario.
Finalmente, las notificaciones de esta naturaleza surten efectos el día que conste haber sido
recibidas por el administrado. Lo complejo de esta disposición es que no siempre dicha
constancia coincide exactamente con la fecha en la cual el administrado efectivamente toma
conocimiento de la resolución emitida, como podría ocurrir por ejemplo con la recepción de un
fax. Por ello debe preferirse siempre el correo certificado o la comunicación electrónica, como
ya lo hemos señalado.

2.6. Actos con dispensa de notificación


Existen ciertos actos administrativos respecto de los cuales la Administración no se encuentra
obligada a efectuar la notificación, al existir la certeza de que el Administrado ha tomado
conocimiento indubitable del contenido de los mismos y en mérito de la aplicación del principio
de eficacia. El primer caso señalado en la Ley corresponde al del acto emitido en presencia del
particular, por ejemplo, en los casos en los cuales este asiste a una audiencia dentro de un
proceso administrativo determinado. Requisito esencial aplicable a este supuesto es la
existencia de acta en la cual conste la asistencia del administrado. En tal circunstancia, el
particular ha sido informado de la emisión del acto y de su contenido. Como resultado
inmediato, la fecha de la emisión del acto implica el inicio del plazo para la presentación de los
recursos a los que haya lugar.
Por otro lado, la Ley entiende que no es necesaria la notificación cuando el administrado toma
conocimiento del acto a través de la revisión que se realiza del expediente, obteniendo una
copia de la resolución y dejándose constancia en el expediente, a modo de cargo de
notificación. Dicha figura se muestra similar con la denominada notificación por nota, propia de
los procesos judiciales. En tal sentido, la toma de conocimiento por parte del particular en esta
vía se configura como una verdadera notificación, con los efectos consiguientes.

3. LA PUBLICACIÓN DEL ACTO ADMINISTRATIVO


El principio general es que los actos administrativos sean objeto de publicación cuando así lo
establezcan las normas reguladoras de cada procedimiento o cuando lo aconsejen razones de
interés general apreciados por el órgano competente. La publicación implica la puesta en
conocimiento del público en general de la emisión realizada, a diferencia de la notificación
propiamente dicha, que es una puesta en conocimiento particular.
La publicación procede, en vía principal, cuando lo emitido por la entidad consiste en
disposiciones de alcance general, las mismas que podrían subsumirse en los conceptos
señalados respecto a los actos de contenido normativo, que como hemos señalado no
configuran actos administrativos. El ejemplo más claro de esto son los reglamentos, a los
61
cuales ya nos hemos referido en este trabajo.
Asimismo, procede la publicación cuando se ha emitido un acto administrativo que interesa a un
número indeterminado de personas que no se han apersona - do al proceso y que no tienen
domicilio conocido. Ejemplo de esto último lo encontramos en los procedimientos que tienen
relación con el medio ambiente, la defensa al consumidor, los servicios públicos, entre otros.
3.1. La publicación como notificación
Por otro lado, la publicación sustituirá a la notificación, en cuanto a actos de carácter particular,
operando en vía subsidiaria y surtiendo sus mismos efectos, en un conjunto de casos
determinados legalmente988. En primer término, cuando la Ley lo exija en forma expresa, no
obstante que el acto se encuentra dirigido a un particular determinado, a fin de que dicho acto
sea de conocimiento público.
Asimismo, deberá efectuarse la publicación cuando resulte impracticable cualquier otra
modalidad, al haber agotado la Administración las pesquisas destinadas obtener el domicilio del
administrado. En primer lugar, parece haberse dejado a discrecionalidad de la Administración la
determinación respecto a cuándo se considera que se ha agotado la búsqueda en cuestión. En
segundo lugar, siempre debería ser posible obtener el domicilio del administrado, a través del
DNI, el mismo que se presume válido; salvo que incluso el domicilio consignado en dicho
documento sea equivocado.
Además, debe emplearse la publicación cuando se han practicado las modalidades existentes a
las que ya hemos hecho mención, sin que haya existido resultado alguno. Ello puede ocurrir sea
porque la persona a quien deba notificarse haya desaparecido, sea equivocado el domicilio
aportado por el administrado o se encuentre en el extranjero sin haber dejado representante
legal, pese al requerimiento efectuado a través del Consulado respectivo.
En el primer caso, dadas las reformas generadas por el Decreto Legislativo N.º 1029° es
evidente que deberá requerirse declaración judicial de dicha desaparición, lo que el Código Civil
denomina designación de curador interino.
En este caso tampoco debería ser procedente la publicación, toda vez que se procedería a
notificar con el acto administrativo al curador interino. En el segundo caso, es evidente que
dicha causal ya no resulta aplicable, pues siempre será posible recurrir al domicilio consignado
en el DNI, a fin de determinar el domicilio correcto del administrado. Solo en el caso en el cual
el domicilio señalado en el documento sea inexistente deberá procederse a la publicación, como
ya se ha señalado líneas arriba.
Finalmente, en el último caso, es evidente que la publicación carece de todo sentido, puesto
que es imposible que el administrado pueda revisar el diario oficial encontrándose fuera del país
sin poder ser ubicado, a lo que debe agregarse que el Perú no posee consulados en todos los
países del mundo. En este caso debería ser aplicable lo dispuesto por el Código Civil en
materia de desaparición, debiendo preguntarnos si la Administración Pública goza de
legitimidad para solicitar la designación de curador interino establecida por dicha norma.

3.2. Requisitos
Resulta evidente que la publicación de un acto administrativo deberá contener los mismos
elementos que hemos indicado con respecto a los términos de las notificaciones. Este precepto
62
es de particular importancia para evitar que la autoridad administrativa publique simples
emplazamientos en vez de efectuar una notificación cumpliendo con sus requisitos.
A ello debemos agregar el hecho de que la publicación se incluirá además cualquier otra
información que pueda ser importante para proteger sus intereses y derechos, teniendo en
cuenta la naturaleza poco garantista de la publicación de actos administrativos. Ello puede
incluir datos adicionales del procedimiento o de la entidad, como si dirección electrónica o
número de teléfono.
Sin embargo, por razones de economía procesal, en los supuestos de publicaciones de actos
que contengan elementos comunes, podrán publicarse de forma conjunta los aspectos
coincidentes, especificándose solamente los aspectos individuales de cada acto. Asimismo,
también le es aplicable a la publicación lo establecido para las notificaciones defectuosas, que
detallaremos igualmente en un apartado posterior.
4. NOTIFICACIONES DEFECTUOSAS
Las notificaciones defectuosas generan la obligación de rehacerlas, subsanando las omisiones
que se hayan generado por el incumplimiento de lo prescrito por la Ley, sin que ello perjudique
de manera alguna al administrado, salvo que la autoridad administrativa desestime el
cuestionamiento a la validez de la notificación efectuada. Para ello, sin embargo, debe
demostrarse que la notificación se ha realizado sin las formalidades o requisitos legales.
En consecuencia, si el administrado realiza un acto determinado que es rechazado y este se
basa en información errónea, el tiempo transcurrido no será tomado en cuenta para el
vencimiento de los plazos respectivos. Como resultado, el administrado tendrá una nueva
oportunidad para realizar el acto en cuestión, por encontrase aún dentro del plazo, sin perjuicio
de la aplicación del principio de informalismo, por ejemplo, en el caso en que el administrado
presente el recurso ante autoridad incompetente.
Considerada la notificación como una garantía en beneficio del administrado, el legislador
impone la obligación de informar en el acto de notificación, además del texto íntegro del acto,
los recursos que contra este proceden, la autoridad revisora o la que deba conocer de ellos y
los plazos para interponerlos.
Se sanciona la notificación defectuosa con su invalidez y, consecuentemente, con la ineficacia
del acto notificado; pero también se prevé que los errores inducidos en los lapsos de
interposición del recurso no pueden imputarse al interesado. Al punto que, de este error, por
ejemplo, en materia de recursos administrativos, no podría luego pretender ser sancionado con
la falta de agotamiento de la instancia administrativa como presupuesto procesal exigido para
acceder al proceso contencioso administrativo.

En lo que se refiere al caso de error de la notificación consistente en la falta de señalamiento de


los lapsos legalmente establecidos para la interposición de los recursos, (bien en sede
administrativa, bien en sede judicial) se entiende que tal error no podía menoscabar el derecho
a la defensa del interesado y, en consecuencia, si bien el mismo habría intentado el recurso
fuera del lapso legalmente establecido, mal podía declararse la extemporaneidad del mismo.
Finalmente, la interposición incorrecta del recurso ante autoridad distinta a la pertinente, en
virtud de un error inducido por una defectuosa notificación, no puede afectar el derecho del
63
administrado de acceder a la justicia. La jurisprudencia y la doctrina, en especial la extranjera,
ha señalado que en tales casos corresponde al órgano administrativo ante el cual se interpuso
el recurso, remitir para su decisión al órgano que sea efectivamente competente.

4.1. Saneamiento de notificaciones defectuosas


No obstante, lo anteriormente expuesto, la Ley establece mecanismos a través de las cuales
pueden sanearse o convalidarse las notificaciones defectuosas a través de acciones del
administrado. En tal sentido, la notificación defectuosa por omisión de alguno de sus requisitos
de contenido, surtirá efectos legales a partir de la fecha en que el interesado manifiesta
expresamente haberla recibido, si no hay prueba en contrario.
Asimismo, se tendrá por bien notificado al administrado a partir de la realización de actuaciones
procedimentales del mismo que permitan suponer razonablemente que tuvo conocimiento
oportuno del contenido o alcance de la resolución, o interponga cualquier recurso que proceda.
No se considera tal la solicitud de notificación realizada por el administrado, a fin que le sea
comunicada alguna decisión de la autoridad.

SÉTIMA SEMANA (04 HORAS)


20 AL 25JUN2022

I EXAMEN PARCIAL

OCTAVA SEMANA (04 HORAS)


27 AL 02JUL2022

PROCEDIMIENTOS ADMINISTRATIVOS ESPECIALES

GONZALES NAVARRO, resume al procedimiento administrativo especial como “aquel


procedimiento que ha sido pensado para una hipótesis particular y concreta cuyo contenido
aconseja una tramitación distinta de la general”.

En tal virtud, la existencia de procedimientos especiales se funda o bien en la peculiar


característica de la materia administrativa en que van a ser aplicados (como sucede con los
procedimientos industrial, minero y laboral) o bien en la singular finalidad perseguida a través
suyo (como acontece en los procedimientos licitario, subasta pública y de expropiación), que
determinan la necesidad de diferenciarse de las pautas ordinarias del procedimiento
administrativo. Tal concepto en nada se opone a que para disciplinar las figuras e instituciones
al interior de los procedimientos especiales se procure, en cuanto sea posible, adaptarlas dentro
del espíritu y cánones de las normas generales.

64
Doctrinalmente se ha clasificado al procedimiento administrativo en dos tipos: procedimiento
administrativo general y procedimientos especiales. Los procedimientos especiales responden a
una lógica distinta a la del general, esto porque han sido pensados para una hipótesis particular
y concreta, cuyo contenido aconseja una tramitación distinta de la general. Estos
procedimientos, a su vez, se sub clasifican en tres tipos: el procedimiento trilateral, el
procedimiento de fiscalización y el procedimiento sancionador. 

En el presente escrito nos encargaremos de desarrollar las principales características de los


tres tipos de procedimientos administrativos especiales regulados por nuestro ordenamiento, de
manera que podrán advertirse las características propias de cada uno y las diferencias
existentes entre ellos. En primer lugar, abordaremos el procedimiento trilateral; luego,
desarrollaremos el procedimiento de fiscalización; y, finalmente, el procedimiento sancionador.
 
1. El procedimiento administrativo trilateral
El procedimiento trilateral es un tipo de procedimiento administrativo de fisonomía triangular.
Esta figura no es una creación de la LPAG, sino que representa el reconocimiento de una
realidad preexistente de nuestro país. Sin embargo, este no puede ser usado por cualquier
tipo de Administración Pública, ni bajo cualquier tipo de circunstancia. Este tipo de
procedimiento es una forma de realizar justicia administrativa, esto porque la administración
pública puede instaurar un procedimiento para que dos partes en conflicto no acudan al
Poder Judicial, sino más bien para que dicho conflicto sea resuelto por la Administración
Pública competente. Para ello se requiere, evidentemente, que dicha Administración tenga
instaurado el procedimiento. 

El procedimiento administrativo trilateral es de naturaleza contenciosa e implica


necesariamente la concurrencia de dos o más administrados vinculados por un conflicto a
ser resuelto. En este procedimiento, la Administración no actúa como parte (no hay interés
público) sino más bien como un tercero imparcial encargado de resolver el conflicto entre las
partes. Por eso mismo, en este procedimiento las partes asumen los costos y tienen la carga
de la prueba. Adicionalmente, el procedimiento trilateral se inicia comúnmente a pedido de
parte y, excepcionalmente, de oficio. Cabe acotar que el pedido de parte no es lo mismo que
la denuncia presentada por un administrado por alguna infracción, esto porque el pedido de
parte funciona más como un reclamo de una de las partes, a lo cual es preexistente el
conflicto. 

Procedimentalmente, el principio del contradictorio se hace más evidente en los trilaterales,


esto porque las partes pueden presentar alegatos a su favor y contradecir los presentados
en su contra. Asimismo, por la posición imparcial que asume la Administración, se
produce una suerte de atenuación del principio de verdad material, esto porque más bien se
acentúa la verdad formal o procesal: no importa la verdad absoluta de los hechos, lo que
interesa es lo que las partes prueban y argumentan, esto porque la carga de la prueba recae
básicamente en los administrados. 
65
Respecto al acto administrativo que resuelve la controversia, este no tiene caracterización
alguna como en el procedimiento sancionador. Sólo se habla de un acto administrativo que
resuelve un conflicto entre las partes. No obstante, este acto podrá ser impugnado mediante
la apelación (si hay superior jerárquico) o mediante la reconsideración (si no hay superior
jerárquico). Cabe mencionar que las partes podrán llegar a un acuerdo extra procedimental,
pero este debe llevarse a cabo antes de que se expida la resolución final por parte de la
administración. El acuerdo entre partes podrá ser recogido en una resolución administrativa,
este deberá presentarse por escrito con identificación de las partes y de la vigencia. 
Finalmente, la Administración tiene la posibilidad de continuar de oficio el procedimiento
siempre que se presente una afectación a terceros o haya vinculación con el interés general. 

2. Procedimiento de fiscalización
El procedimiento de fiscalización hace referencia a una actividad de garantía. Es necesario
que este sea diferenciado de la potestad sancionadora de la Administración Pública. La
fiscalización hace referencia al control, la inspección, la auditoría, entre otras cuestiones. La
fiscalización es una actividad y facultad distinta a la sancionadora. De todo el universo de
actividades recogidas por la fiscalización sólo hay una pequeña parte que se vincula con la
sanción: cuando se advierten y detectan infracciones. 

La fiscalización tiene como fin principal la prevención. En la fiscalización se debe advertir que
los administrados ajusten su actuación a los establecido en el ordenamiento. En tal sentido,
configura una herramienta auxiliar, pues tiene una finalidad complementaria a las actividades
de las demás administraciones: contribuye a que las administraciones realicen una buena
labor, ya que investiga y fiscaliza. 

La facultad de fiscalización tiene origen normativo: el administrado no busca a la


Administración para que fiscalice, esta realiza la actividad de acuerdo con lo establecido en
el ordenamiento jurídico. Por ello, el que tenga la facultad de fiscalizar no puede hacer
cualquier cosa, sino sólo lo que se le ha conferido por ley. Así también, las Administraciones
no pueden usar esta potestad para satisfacer intereses privados o particulares, por lo que
sólo responderá al interés público. Mediante la fiscalización se realiza, esencialmente,
actuación material: verifica hechos, levanta y solicita información, investiga, etc. Los fines
específicos de la actividad fiscalizadora entonces son la prevención general, el conocimiento
de la realidad, y la detección de riesgos e irregularidades. Es sólo este último fin el que está
vinculado con la potestad sancionadora. 

Ahora bien, la fiscalización está sujeta a determinados principios: la legalidad, la


proporcionalidad y la igualdad. En primer lugar, la legalidad implica que la fiscalización se
produce dentro de un marco legal determinado. En segundo lugar, la proporcionalidad
implica la determinación de medios adecuados para fines queridos. En tercer lugar, la
igualdad implica que el trato debe ser igual para todos los administrados, sin establecerse
66
diferenciaciones. 

Finalmente, la función de fiscalización concluye con la elaboración de un acta de inspección,


en la cual deben recogerse los comportamientos, acciones u omisiones de los administrados
respecto de la específica normativa que regula cada una de las materias. Dependerá de lo
establecido en dicha acta si se ha encontrado algún tipo de irregularidad, lo cual habilita a la
Administración a iniciar un procedimiento sancionador.
3. Procedimiento sancionador
El procedimiento administrativo sancionador es una manifestación del ius puniendi del
Estado, al igual que el Derecho Penal.  Si bien es cierto que en nuestra Constitución de 1993
no se habilita la potestad sancionadora a las Administraciones, el Tribunal Constitucional se
la ha conferido jurisprudencialmente. La justificación de la potestad sancionadora de la
administración se encuentra en la tutela del bien común. En tal sentido, se castiga al
administrado ante la posibilidad de lesiones a bienes jurídicamente protegidos.

El procedimiento sancionador se inicia de oficio o mediante denuncia que habilita a iniciarlo.


Por este motivo, hay una etapa de carácter preliminar: instrucción preliminar. Como el
procedimiento siempre se inicia de oficio, el instructor tiene que realizar todas las
actuaciones necesarias para que el inicio del procedimiento cuente con todo lo necesario
que conlleve que se ha cometido una infracción y que merece una sanción. En tal sentido, la
instrucción preliminar es sustantiva 
Respecto a la naturaleza de la sanción administrativa, podemos decir que es la función
represiva, retributiva o de castigo lo que distingue a la sanción administrativa de otras
resoluciones administrativas que restringen derechos individuales con otros fines. En tal
sentido, la sanción administrativa puede ser definida de la siguiente manera: es toda aquella
imposición de una situación gravosa o perjudicial en el ámbito de la esfera del administrado,
como consecuencia de una contravención al ordenamiento jurídico, producida en el curso de
un procedimiento administrativo y con una finalidad principalmente de carácter represor.

Ahora bien, la potestad sancionadora se rige por algunos principios esenciales que deberán
ser tomados en cuenta por la Administración al momento de ejercerla.
 Principio de legalidad: implica que para poder sancionar a una administración se
debe establecer en la ley. En tal sentido, hay reserva de ley absoluta. Si no está
expresamente establecido no se podrá sancionar. 
 Tipicidad: implica que sólo son aplicables las sanciones debidamente tipificadas de
manera clara en instrumento normativo de rango legal sin que sean válidas
interpretaciones extensivas o de analogía.
 Debido procedimiento: implica que para imponer sanciones se deberán tener en
consideración todas las garantías del debido proceso (ejercer la defensa, participar
del procedimiento, celeridad, prescripción y caducidad, etc.)

67
 Razonabilidad: implica la aplicación de criterios establecidos para graduar las
sanciones impuestas por la autoridad. Se debe apreciar la conducta y la gravedad de
esta para poder poner la sanción. 
 Irretroactividad: implica que son aplicables las disposiciones vigentes al momento
en que se incurre en la conducta, salvo que la norma posterior sea más favorable al
administrado. 
 Concurso de infracciones: establece que cuando una misma conducta suponga
varias infracciones se sancionará la más grave.
 Continuación de infracciones: establece las reglas de procedencia de la imposición
de sanciones por infracciones en las que el administrado incurra en forma continua.
Lo que se quiere es que no te vuelvan a sancionar por lo mismo.
 Causalidad: establece que sólo el responsable, el que comete la infracción, será
sancionado, a menos que se establezca responsabilidad solidaria.
 Presunción de licitud: similar a la presunción de inocencia del Derecho Penal. Esta
implica que las entidades asumen que la actuación de los administrados va acorde al
ordenamiento jurídico.
 Culpabilidad: se establece que se aplica la responsabilidad subjetiva, no la objetiva.
La responsabilidad administrativa, entonces, es subjetiva.
 Non bis in idem: implica que no se podrán imponer sucesiva o simultáneamente una
pena y una sanción administrativa por el mismo hecho en los casos en que se
aprecie la identidad del sujeto, hecho y fundamento. 

Finalmente, el resultado del procedimiento administrativo sancionador es la imposición de


una sanción en caso el administrado, efectivamente, haya cometido la infracción que se le
imputó. Respecto a la sanción, cabe decir que existen eximentes y atenuantes que pueden
ser aplicados a cada caso concreto. Algunos eximentes son la incapacidad mental
debidamente comprobada, el caso fortuito o la fuerza mayor debidamente comprobada, el
obrar en cumplimiento de un deber legal o el ejercicio legítimo de defensa, la orden
obligatoria de autoridad competente, entre otros. En el caso de los atenuantes se establece
que si iniciado el procedimiento sancionador el infractor reconoce su responsabilidad de
forma expresa y por escrito procederá la atenuación; así también, cuando otros supuestos
sean establecidos por norma especial. 

MEDIDAS CAUTELARES DENTRO DEL PROCEDIMIENTO TRILATERAL


En cualquier etapa del procedimiento trilateral, de oficio o a pedido de parte, podrán dictarse
medidas cautelares conforme al artículo 146. En este caso, las medidas cautelares tienen
por finalidad proteger el interés del reclamante, evitando la generación de un perjuicio o que
el que ya se ha producido se agrave. Asimismo, las medidas cautelares permiten asegurar el
resultado de la resolución final que se emita si el obligado al cumplir con una medida cautelar
ordenado por la administración no lo hiciere, se aplicarán las normas sobre ejecución forzosa
prevista en los artículos 203 al 211.

Cabe la apelación contra la resolución que dicta una medida cautelar solicitada por alguna
68
de las partes dentro del plazo de tres (3) días contados a partir de la notificación de la
resolución que dicta la medida. Salvo disposición legal o decisión de la autoridad en
contrario, la apelación no suspende la ejecución de la medida cautelar. La apelación deberá
elevarse al superior jerárquico en un plazo máximo de (1) día, contado desde la fecha de la
concesión del recurso respectivo y será resuelta en un plazo de cinco (5) días.

IMPUGNACION EN EL PROCEDIMIENTO TRILATERAL


Contra la resolución final recaída en un procedimiento trilateral expedida por una autoridad u
órgano sometido a subordinación jerárquica, sólo procede la interposición del recurso de
apelación. De no existir superior jerárquico, sólo cabe plantear recurso de reconsideración.
Una vez resuelto el recurso, se tendrá por agotada la vía administrativa, teniendo cualquiera
de las partes expedito el derecho de recurrir al Poder Judicial, a través de proceso
contencioso administrativo, en el cual debe participar también aquella parte que fuera
favorecida por la resolución impugnada.

La apelación deberá ser interpuesta ante el órgano que dictó la resolución apelada dentro de
los quince (15) días de producida la notificación respectiva.

El expediente deberá elevarse al superior jerárquico en un plazo máximo de dos (2) días
contados desde la fecha de la concesión del recurso respectivo.

Dentro de los quince (15) días de recibido el expediente por el superior jerárquico se correrá
traslado a la otra parte y se le concederá plazo de quince (15) días para la absolución de la
apelación.

Con la absolución de la otra parte o vencido el plazo a que se refiere el artículo precedente,
la autoridad que conoce de la apelación podrá señalar día y hora para la vista de la causa
que no podrá realizarse en un plazo mayor de diez (10) días contados desde la fecha en que
se notifique la absolución de la apelación a quien la interponga.

La administración deberá emitir resolución dentro de los treinta (30) días siguientes a la
fecha de realización de la audiencia.

NOVENA SEMANA (04 HORAS)


04 AL 09JUL2022

AUTORIDAD ADMINISTRATIVA: PRINCIPIOS GENERALES Y COMPETENCIA

Art. 72°. - Fuente de competencia administrativa


72.1 La competencia de las entidades tiene su fuente en la Constitución y en la ley, y es
reglamentada por las normas administrativas que de aquéllas se derivan.
72.2 Toda entidad es competente para realizar las tareas materiales internas necesarias para el
eficiente cumplimiento de su misión y objetivos, así como para la distribución de las
atribuciones que se encuentren comprendidas dentro de su competencia.

69
I. CREACIÓN DE COMPETENCIAS ADMINISTRATIVAS
La competencia es la facultad para decidir válidamente sobre determinadas materias,
adquirida por un organismo administrativo y que solo puede tener por fundamento la
Constitución o la ley.
La disposición comentada tiene como objeto claro establecer una reserva legal para la
creación de competencias administrativas. Es la Constitución y la ley orgánica, en el caso de los
organismos constitucionalmente creados, y en los de un organismo o entidad pública. La propia
Administración no puede crear organismos ni puede asignarse competencias no establecidas
en la ley. Cumpliendo su rol de desarrollo legal, las normas administrativas solo quedan
habilitadas para reglamentar las competencias ya dadas por el legislador. Proceder de modo
contrario sería favorecer la extensión de competencias por parte del propio ente administrador.
Dada su trascendencia en el desenvolvimiento de la gestión pública, la competencia siempre
se ha reconocido como de carácter restringido, de manera que solo podrán adoptarse
decisiones válidas sobre los asuntos que hayan sido atribuidos en forma clara y expresa. Así
claramente queda excluida cualquier alegación de competencia administrativa adquirida vía
prórroga por el consentimiento del administrado o derivada de manera extensiva o analógica de
alguna disposición legal. Así sucederá cuando una norma atribuye competencia a un órgano
para dictar un determinado tipo de acto, se asume que ese mismo órgano tiene la competencia
para modificarlo, aunque el ordenamiento no indique expresamente esa facultad.

II. ORGANIZACIÓN INTERNA DE COMPETENCIAS


La segunda parte del precepto comentado deja a salvo la potestad netamente
administrativa para poder organizarse a título singular, no reglamentario y, por ende,
impersonal. Aun cuando se ha establecido la reserva legal para la creación, modificación o
supresión de organismos administrativos y para dotarles de competencias administrativas, se
reconoce a la propia Administración la potestad para estructurar orgánicamente sus servicios
con carácter discrecional, pero dentro del marco legal.

Art. 73°. - Presunción de competencia desconcentrada


73-1 Cuando una norma atribuya a una entidad alguna competencia o facultad sin especificar
qué órgano a su interior debe ejercerla, debe entenderse que corresponde al órgano de
inferior jerarquía de función más similar vinculada a ella en razón de la materia y de
territorio, y, en caso de existir varios órganos posibles, al superior jerárquico común.
73.2 Particularmente compete a estos órganos resolver los asuntos que consistan en la simple
confrontación de hechos con normas expresas o asuntos tales como: certificaciones,
inscripciones, remisiones al archivo, notificaciones, expedición de copias certificadas de
documentos, comunicaciones o la devolución de documentos.
73-3 Cada entidad es competente para realizar tareas materiales internas necesarias para el
eficiente cumplimiento de su misión y objetivos.

La Administración tradicional conceptuaba que toda organización pública parte bajo el


principio de concentración funcional, según el cual todos los poderes que el ordenamiento
70
atribuye al organismo se congregan en el nivel jerárquico superior. En ese momento inicial,
todos los actos jurídicos relacionados con la razón de ser de la institución emanan de su titular,
correspondiendo a los órganos restantes efectuar meramente las acciones técnicas de
preparación, trámite o ejecución de tales decisiones.
Como se puede apreciar, la disposición comentada precisamente consagra la regla contraria,
de modo tal que a partir de su vigencia cualquier disposición que adicione competencias a un
órgano preexistente, se entenderá vía esta presunción que las nuevas atribuciones o funciones
corresponden directa y originariamente a los niveles inferiores de la entidad y no al superior. La
regla tiene varias consecuencias directas, pero las más importantes son dos:
1. Importa una desconcentración automática dispuesta a partir de la propia ley, que no
queda librada a ninguna decisión administrativa específica. Por ello, también se le menciona
a esta presunción como una forma de determinación inespecífica de competencias, porque
mediante ella se logra la asignación de tareas no obstante que las normas establecen
atribuciones sin mayor detalle o concreción.
2. Imprime mayor celeridad a la gestión, desde que es atribuida la función, el órgano inferior
en que radique competencia en función de las reglas establecidas es responsable de actuar
inmediatamente, sin esperar alguna asignación adicional, documento de gestión o similares.
Con la finalidad de afianzar la presunción de desconcentración automática de las nuevas
funciones, la norma precisa adicionalmente algunos casos de actividades que desde la propia
LPAG han sido desconcentrados en los niveles inferiores de las entidades. Tales casos son:
 Confrontación de hechos con normas expresas (por ejemplo, recepción de
información o de documentos conforme al TUPA).
 Certificaciones de documentos.
 Inscripciones en cualquier registro.
 Remisiones al archivo.
 Notificaciones y comunicaciones.
 Expedición de copias certificadas de documentos.
 Devolución de documentos.

Art. 74°. - Carácter inalienable de la competencia administrativa


74-1 Es nulo todo acto administrativo o contrato que contemple la renuncia a la titularidad, o la
abstención del ejercicio de las atribuciones conferidas a algún órgano administrativo,
74-2 Solo por ley o mediante mandato judicial expreso, en un caso concreto, puede ser exigible
a una autoridad no ejercer alguna atribución administrativa de su competencia.
74-3 Es demora o negligencia en el ejercicio de la competencia o su no ejercicio cuando ello
corresponda, constituye falta disciplinaria imputable a la autoridad respectiva.
74-4 Las entidades o sus funcionarios no pueden dejar de cumplir con la tramitación de
procedimientos administrativos, conforme a lo normado en la presente Ley. Todo acto en
contra es nulo de pleno derecho.

La disposición comentada se dirige a reforzar la reserva de ley de la competencia


administrativa, ratificando lo indisponible que es para la propia Administración su competencia
71
funcional asignada. No basta establecer que solo mediante una norma con rango de ley se
pueden asignar funciones, sino también es imprescindible disponer que del mismo modo
únicamente mediante ley, se pueda alienar esta competencia.

Por ello, se prohíbe expresamente que las propias entidades administrativas puedan
renunciar a la titularidad de una competencia administrativa o le habilite a abstenerse de ejercer
una atribución como, por ejemplo, si pactara con algún administrado el no ejercicio de una
atribución. La nulidad que se derivaría de esta acción alcanzaría a los actos y acuerdos
administrativos que se puedan haber dictado en este sentido como, por ejemplo, en una
transacción judicial o extrajudicial o conciliación, para el mismo fin.
Las excepciones a esta regla son: la ley expresa y la existencia de un mandato judicial firme
en un caso concreto, que impidan a la Administración ejercer una atribución.
La reforma de la LPAG consideró importante agregar el mandato para que las entidades no
puedan dejar de cumplir con la tramitación de los procedimientos administrativos, conforme a lo
normado en la ley comentada, esto quiere decir, que es ilegal la suspensión del ingreso a
trámite de determinadas solicitudes, o de uno o más procedimientos ya en curso. Las únicas
excepciones son los supuestos normativos de la LPAG que permiten transitoriamente y por
breve lapso suspender el procedimiento administrativo en curso.

Art. 75°. - Conflicto con la función jurisdiccional


75.1 Cuando, durante la tramitación de un procedimiento, la autoridad administrativa adquiere
conocimiento que se está tramitando en sede jurisdiccional una cuestión litigiosa entre
dos administrados sobre determinadas relaciones de derecho privado que precisen ser
esclarecidas previamente al pronunciamiento administrativo, solicitará al órgano
jurisdiccional comunicación sobre las actuaciones realizadas.
75.2 Recibida la comunicación, y sólo si estima que existe estricta identidad de sujetos, hechos
y fundamentos, la autoridad competente para la resolución del procedimiento podrá
determinar su inhibición hasta que el órgano jurisdiccional resuelva el litigio.
La resolución inhibitoria es elevada en consulta al superior jerárquico, si lo hubiere, aun
cuando no medie apelación. Si es confirmada la resolución inhibitoria es comunicada al
Procurador Público correspondiente para que, de ser el caso y convenir a los intereses
del Estado, se apersone al proceso.
Dentro del principio de separación de poderes impregnado en todo régimen constitucional de
Derecho, tenemos que analizar cuál es la relación existente entre los procedimientos
administrativos y los procesos judiciales, o lo que es lo mismo, las vías secuenciales por las
cuales el poder administrador y el poder jurisdiccional atienden sus fines constitucionales y
cometidos públicos.
Como bien afirma ROCCO, la “actividad administrativa es la actividad primaria; la actividad
jurisdiccional es actividad secundaria, y según lo hemos dicho ya, sustitutiva”. Con ello el autor
sintetiza las relaciones de prioridad resolutiva y conceptualización entre ambas funciones,
derivadas de que mientras con la actividad jurisdiccional, el Estado persigue una finalidad
indirecta y secundaria: la de procurar la satisfacción de los intereses, individuales y colectivos,
72
privados o públicos, tutelados por el Derecho, que no pueden ser satisfechos por la falta de
certeza o la inobservancia de la norma que los tutela; en cambio, mediante la actividad
administrativa, el Estado persigue finalidades directas y primarias.

IRRELEVANCIA DE LOS PROCESOS JUDICIALES PARA DETERMINAR ACCIÓN


ADMINISTRATIVA. - Resulta importante establecer los alcances de los artículos 139 inciso 2
de la Constitución Política del Estado y el artículo 13 de la Ley Orgánica del Poder Judicial, que
son dos figuras cercanas, pero no idénticas.

I. CONCEPTO DE AVOCAMIENTO A CAUSA PENDIENTE


El artículo 139 inciso 2 de la Constitución Política contiene varias conductas prohibidas en
función del principio de independencia en el ejercicio de la función jurisdiccional vinculada a la
genérica “no avocación a causa pendiente en el Poder Judicial”.
Es bueno tener presente que el avocamiento no es más que la acción de desplazar la
competencia de otra autoridad para conocer de un caso que originalmente estaba siendo
conocido por aquel. Para el efecto la avocación es una figura propia de los cambios de
competencia jurídica para conocer y resolver asuntos que se encuentra prácticamente en
retirada en el Derecho Procesal contemporáneo. Así, por ejemplo, lo podemos encontrar
sumamente limitada dentro del propio ámbito administrativo para establecer que solo procede
avocarse una autoridad, por más jerarquía y mando que tenga, a los asuntos que conoce otra
autoridad cuando una ley expresa así se lo autorice.
Dentro de la misma lógica se encuentra tratada como una forma de preservar la
independencia de la autoridad jurisdiccional en la Constitución Política del Estado y en la Ley
Orgánica del Poder Judicial, e incluso garantizada con una penalidad específica (art. 410 del
Código Penal).
Sin embargo, en todos los casos debe tenerse presente que la conducta prohibida es la
de los tribunales superiores o autoridades ajenas al Poder Judicial para “sacar un proceso
tramitado o a tramitarse en un tribunal inferior de su competencia”. Como se puede
apreciar, para su configuración requiere un verdadero cambio de la competencia para resolver
el asunto, una “succión hacia arriba de las competencias que la avocación comporta encuentra
su manifestación propia entre los órganos de un mismo ente u organización sujetos a una
relación jerárquica”.

Cuando durante la tramitación de cualquier procedimiento administrativo se suscita


una cuestión litigiosa entre dos administrados sobre determinadas relaciones de
Derecho Privado que precisen ser esclarecidas previamente al pronunciamiento
administrativo, corresponde a la Administración inhibirse del Judicial para que declare el
derecho definitorio del litigio. Si la Administración lo considera pertinente, tiene la facultad de
recabar información de la instancia judicial para dilucidar si existen los supuestos para que
opere esta abstención.

73
Una vez resuelto el conflicto de interés en la sede judicial, la Administración reasume el
procedimiento, y deberá obrar teniendo en cuenta el criterio de la irrevisibilidad en sede
administrativa de los actos confirmados por el Poder Judicial.

Un caso típico de esta situación acontece cuando durante la tramitación de una solicitud
para obtener pensión de viudez acuden dos personas argumentando ser cónyuges del ex
servidor y aparentemente acreditan tal condición, manteniendo una litis pendiente sobre este
tema en el Poder Judicial. Como se puede apreciar, si el administrador resolviera ese
expediente estimando alguna de las dos solicitudes, habría que concluir que ha reconocido
calidad de cónyuge a una de las solicitantes en desmedro de la otra, lo cual solo compete
legalmente a la vía judicial. Por ello, en aplicación de esta figura, lo adecuado es transferir el
extremo controvertido al Poder Judicial.
De acuerdo con la norma existen algunos presupuestos que han de darse necesariamente para
que proceda legalmente esta inhibición, y tales presupuestos son:

• Una cuestión contenciosa suscitada entre dos particulares dentro de un procedimiento


administrativo
Se trata que en ambas vías se encuentren tramitando simultáneamente procesos que
mantienen vinculación y, por ende, debe prevalecer la instancia judicial a la administrativa.
En tal sentido, no cabe aplicación de esta inhibición, si no existiera un proceso abierto en el
Poder Judicial o si fuere la propia Administración, quien evasivamente planteara que el tema
deba ser analizado en sede judicial y no administrativa.
• Que la cuestión contenciosa verse sobre relaciones de Derecho Privado
Que el contenido esencial de la materia discutida sea inherente al Derecho Privado y
regulado conforme a sus normas, y no de Derecho Público. Por ejem, GARCIA-TREVIJANO
explica esta situación con los siguientes ilustrativos ejemplos:
“Cuando se discute sobre cuestiones matrimoniales en relación con
determinados efectos ante la Administración Pública, esta puede obligar a que las partes
acudan con carácter previo a los tribunales civiles para que decidan su estado. Un ejemplo
aclarará esta cuestión. Se discute el derecho a pensión entre la madre y la esposa de un
funcionario fallecido. La madre alega que no puede existir pensión a favor de la viuda porque
el matrimonio de su hijo era nulo. La Administración no puede resolver esta cuestión de
derecho a pensión sin que previamente los tribunales civiles declaren si el matrimonio era
válido o nulo. Es, pues, un caso también en que la Administración deja de conocer hasta que
los tribunales civiles deciden el status de la parte. Mientras tanto debe suspender cualquier
decisión”.

• Necesidad objetiva de obtener el pronunciamiento judicial previo para poder resolver


el asunto planteado ante la Administración
En este caso se requiere no solo que la materia civil del conflicto y el asunto administrativo
sometido al conocimiento de la autoridad, tengan vinculación o sean relativos a un mismo
tema, sino que tengan una relación de interdependencia de modo que lo resuelto en la vía
74
judicial sea un supuesto de hecho para la resolución del caso administrativo. Por ejemplo,
que se dilucide judicialmente la relación de filiación, para poder administrativamente
determinar el otorgamiento de una pensión por este motivo.
Este elemento es crucial porque nos configura una condición de ineludible cumplimiento
para la preferencia a favor de la sede judicial constituida cuando el artículo 13 de la Ley
Orgánica del Poder Judicial, dice “que requiera de un pronunciamiento previo, sin el cual no
puede ser resuelto el asunto que se tramita ante la administración pública”.

Identidad de sujetos, hechos y fundamentos


La segunda exigencia de contenido, es que entre la materia judicial y la administrativa deba
existir identidad entre las partes que están en el procedimiento administrativo, identidad entre
los hechos que se vienen instruyendo en ambos procedimientos, y además los fundamentos de
las pretensiones deben también ser los mismos. De ello, se extrae que no basta que exista un
procedimiento judicial abierto para que la Administración ceda su competencia, aun cuando los
temas fueran concurrentes. Por ejemplo, si existe un procedimiento administrativo para anular
una resolución aprobatoria de una pensión y uno de los probables afectados mantenga con la
entidad un proceso judicial por adeudos, no cabe la inhibición de la sede administrativa por
cuanto carece de identidad de fundamentos entre ambas pretensiones.
II. DIFERENCIA ENTRE INHIBICIÓN Y ABSTENCIÓN

SE INHIBE de la vía administrativa por cuanto en razón de la materia no es competencia


de la Administración Pública, independientemente de la instancia, grado o tiempo, poder
analizarlo.
SE ABSTIENE una autoridad en particular, cuando frente a un caso de competencia de
la sede administrativa posee en lo personal alguna circunstancia que le hacen incurrir en
conflicto de intereses real o presunto, por el que debe apartarse del conocimiento del caso.
La previsión de la autorización al procurador público en caso de convenir al Estado
apersonarse al proceso judicial configura solo una posibilidad que la Administración puede
ponderar ejecutar, mas no una ineludible obligación.

Art. 76°. - Ejercicio de la competencia


76.1 El ejercicio de la competencia es una obligación directa del órgano administrativo que la
tenga atribuida como propia, salvo el cambio de competencia por motivos de delegación o
evocación, según lo previsto en esta Ley.
76.2 El encargo de gestión, la delegación de firma y la suplencia no suponen alteración de la
titularidad de la competencia.
76.3 No puede ser cambiada, alterada o modificada la competencia de las entidades
consagradas en la Constitución.

La competencia de un órgano administrativo es la esfera de atribuciones encomendadas


por el ordenamiento jurídico y, por ende, contiene el conjunto de funciones y facultades que
pueden ser ejercidas.
75
Para evitar la confusión existente en nuestra Administración Pública sobre si las
facultades o atribuciones importan la potestad discrecional para su ejercicio, la Comisión
consideró indispensable caracterizar la competencia como un deber funcional, de modo tal que
los funcionarios y servidores se reconozcan con claridad titulares de una carga directa y
personal de actuación y en arbitrio para determinar cuándo y cómo se ejerce. Se estima que la
legislación al fijar la competencia en términos específicos (al establecer funciones específicas) o
en términos generales (al fijar objetivos, fines o metas), importa afincar el deber de las
autoridades de agotar todas las funciones posibles para el cometido del servicio público.
La competencia entonces es una potestad que compete asumir a quien la tiene atribuida
como propia —por norma expresa o de modo presunto como prevé el artículo 73 del TUO de la
LPAG— y a la vez constituye requisito para todo acto administrativo o acto de administración
interna.
De este artículo se desprende con nitidez la existencia de un verdadero deber imputable
a todos los funcionarios de ejercer la competencia que le corresponde, cuando se presenten los
presupuestos fácticos para su ejercicio (por ejemplo, la comisión de una falta a ser sancionada).
En suma, el deber se encuentra a cargo directamente del órgano administrativo que la tenga
atribuida como propia.

Art. 77°. - Cambios de competencia por motivos organizacionales


Si durante la tramitación de un procedimiento administrativo, la competencia para conocerlo es
transferida a otro órgano o entidad administrativa por motivos organizacionales, en éste
continuará el procedimiento sin retrotraer etapas ni suspender plazos.
Han resultado fenómenos relativamente frecuentes en nuestra Administración Pública
las supresiones, sustituciones, reorganizaciones y absorciones de órganos bajo argumentos
diversos de reformas, reorganizaciones o reestructuraciones funcionales. Esta norma tiene el
efecto particular que, admitiendo la existencia de tales fenómenos perniciosos, pues
corresponden a la potestad de autoorganización que tiene la Administración Pública, se
preocupa por la búsqueda de que cualquier cambio organizacional no afecte la continuidad de
los procedimientos administrativos en curso.
En ese sentido, la norma comentada es sumamente útil, pues implica varios deberes para la
Administración que inicia cambios estructurales.
a) Cautelar que cuando se lleve a cabo un cambio estructural, se proceda a cuidar la
continuidad de los procedimientos en curso, mediante la correspondiente asignación de
competencia. Ningún cambio estructural puede producir el quiebre, conclusión o suspensión
de los procedimientos administrativos de facto.
b) Las autoridades que reasuman la competencia de asuntos en curso deben cuidar la
conservación de las actuaciones realizadas, ni retrotraer fases del procedimiento.

Art. 78°. - Delegación de competencia


78.1 Las entidades pueden delegar el ejercicio de competencia conferida a sus órganos en
otras entidades cuando existan circunstancias de índole técnica, económica, social o

76
territorial que lo hagan conveniente. Procede también la delegación de competencia de un
órgano a otro al interior de una misma entidad.
78.2 Son indelegables las atribuciones esenciales del órgano que justifican su existencia, las
atribuciones para emitir normas generales, para resolver recursos administrativos en los
órganos que hayan dictado los actos objeto de recurso, y las atribuciones a su vez
recibidas en delegación.
78.3 Mientras dure la delegación, no podrá el delegante ejercer la competencia que hubiese
delegado, salvo los supuestos en que la ley permite la avocación.
78.4 Los actos administrativos emitidos por delegación indican expresamente esta circunstancia
y son considerados emitidos por la entidad delegante.
78.5 La delegación se extingue:
a) Por revocación o avocación.
b) Por el cumplimiento del plazo o la condición previstos en el acto de delegación.

LA DELEGACIÓN: TÉCNICA DE TRANSFERENCIA DE COMPETENCIAS

La LPAG establece la posibilidad de que las propias autoridades de las entidades


públicas transfieran sus competencias a otras entidades o a sus órganos inferiores, aunque no
sean jerárquicamente dependientes.
La delegación es una técnica de transferencia de competencias, autorizada por ley, en
virtud de la cual un órgano denominado delegante se desprende de una parte de la
competencia que tiene atribuida y la transfiere a otro órgano —delegatario— al cual esa
competencia no le había sido asignada. Por ello, se dota al órgano receptor de facultades
decisivas que serán ejercidas en exclusiva, en tanto no sean revocadas o avocadas por el
superior. Como posteriormente se apreciará, la transferencia de competencias no es absoluta
sino relativa, pues el delegante mantiene algunas potestades aun operadas la delegación.

Las características de la delegación son las siguientes:


• Ponderación de causas por el delegante. - La posibilidad de delegar facultades no es
discrecional para la autoridad, ya que para otorgarla ha de fundamentarla en razones de
índole económica, social, territorial y técnica, que la hagan aconsejable.
• Taxatividad de las facultades delegadas. - No toda función o atribución original de las
entidades administrativas pueden ser delegadas, sino aquellas consideradas periféricas
de las entidades.
• Temporalidad de la delegación. - La delegación se diferencia de la reasignación de
funciones en que, es esencialmente temporal y no definitiva. Si bien la delegación no
siempre se establece hasta una fecha fija o durante un lapso determinado, siempre será
revocable o cancelable mediante la avocación por el superior.

CONSTANCIA DE LA DELEGACIÓN EN EL ACTO ADMINISTRATIVO DICTADO POR EL


DELEGADO

77
La autoridad delegada debe permanentemente exteriorizar a los administrados que
actúa en vía de delegación y no con competencia propia.
Se ha agregado la mención a que: “Procede también la delegación de competencia de
un órgano a otro al interior de una misma entidad”. Esto claramente ha sido explicado en la
Exposición de Motivos del Decreto Legislativo N° 1272 del modo siguiente: “Dentro de la LPAG,
el artículo 67 {artículo 78 del TUO] regula la forma en que se materializa la delegación de
competencias.

Art. 79°, - Deber de vigilancia del delegante


El delegante tendrá siempre la obligación de vigilar la gestión del delegado, y podrá ser
responsable con éste por culpa en la vigilancia.

La técnica de la delegación produce una disociación del universo de facultades y


deberes de la competencia: transfiere al delegado la titularidad de ejercicio de las facultades y
atribuciones precisas objeto de la delegación, pero mantiene en poder del delegante la potestad
de revertir la delegación cuando lo considere conveniente, y, fundamentalmente, la potestad de
dirección, coordinación y control interno del ejercicio de la facultad delegada. Como responsable
del deber de vigilancia, la autoridad administrativa delegante se torna responsable por culpa en
la vigilancia, acerca del contenido de la decisión adoptada.

Art. 80°. - Avocación de competencia


80.1 Con carácter general, la ley puede considerar casos excepcionales de avocación de
conocimiento, por parte de los superiores, en razón de la materia, o de la particular
estructura de cada entidad.
80.2 La entidad delegante podrá avocarse al conocimiento y decisión de cualquier asunto
concreto que corresponda decidir a otra, en virtud de delegación.
La norma comentada reconoce la posibilidad de que la ley expresamente pueda
autorizar a los órganos superiores a avocarse el conocimiento y decisión de un asunto
originalmente atribuido a otro órgano, operando como una forma de ascenso o succión de la
competencia por parte del superior jerárquico. Como consecuencia de esta avocación, el
órgano superior asume la competencia como propia para decidir el asunto, y el acto se
entenderá dictado por él a todos los efectos, incluso para definir la procedencia de los recursos.
De lo expuesto se puede entender que la avocación opera en dos contextos posibles:
- En la relación orgánica de jerarquía, donde el superior y el inferior tienen una misma
competencia material y, por lo tanto, el superior asume como propia la competencia no
obstante el orden competencial establecido.
- En la relación de delegación, por la cual el delegante retiene la disposición última sobre
la competencia.

Art. 81°. - Disposición común a la delegación y avocación de competencia


Todo cambio de competencia debe ser temporal, motivado, y estar su contenido referido a una
serie de actos o procedimientos señalados en el acto que lo origina, ha decisión que se
78
disponga deberá ser notificada a los administrados comprendidos en el procedimiento en curso
con anterioridad a la resolución que se dicte.
Los cambios de competencia que la ley contempla, requieren la concurrencia de cuatro
características. Como tal, el acto administrativo que aprueba la delegación o avocación de
competencia no refleja una facultad discrecional, sino reglada con una serie de exigencias que
debe cumplir.
Así, la norma bajo comentario establece cuatro exigencias:
1. Temporalidad. - Por la cual ninguna transferencia de competencias puede ser permanente ni
indeterminada, sino que debe estar sujeta a un término fijo para asegurar la previsibilidad en
el accionar de la Administración Pública.
2. Motivado. - La segunda exigencia es que el acto que establezca la avocación o delegación
deba fundamentarse en las causales previstas en la LPAG en los artículos 78 y 80 para su
procedencia. La autoridad debe argumentar y convencer que si acuerda la delegación es
porque existen circunstancias de índole técnica, económica, social o territorial, que lo hagan
aconsejable; o si acuerda la avocación, deba responder a la materia de que se trate o en la
estructura de cada entidad.
3. Generalidad. - referirse a una serie de actos o procedimientos. Como la transferencia de
competencia es una figura prevista en función del servicio público, y no de la situación
particular de los administrados, la norma establece que tal disposición debe referirse a una
serie de actos o procedimientos y no a casos específicos. Esta misma norma proscribe que
la transferencia de competencia sirva para dar preferencias, privilegios o generar
discriminaciones entre los asuntos y administrados.
4. Comunicación a los administrados. - La transferencia de competencia no es un fenómeno
de trascendencia meramente interna, sino con importantes proyecciones en el estatuto del
administrado. Por ello, se constituye en una exigencia a favor del administrado que la
decisión de transferir la competencia se notifique a los interesados en los expedientes en
curso afectos a esta decisión.

Art. 82°. - Encargo de gestión


82.1 La realización de actividades con carácter material, técnico o de servicios de competencia
de un órgano puede ser encargada a otros órganos o entidades por razones de eficacia, o
cuando la encargada posea los medios idóneos para su desempeño por sí misma.
82.2 El encargo es formalizado mediante convenio, donde conste la expresa mención de la
actividad o actividades a las que afecten el plazo de vigencia, la naturaleza y su alcance.
82.3 El órgano encargante permanece con la titularidad de la competencia y con la
responsabilidad por ella, debiendo supervisar la actividad.
82.4 Mediante norma con rango de ley, puede facultarse a las entidades a realizar encargos de
gestión a personas jurídicas no estatales, cuando razones de índole técnico y presupuestado lo
haga aconsejable bajo los mismos términos previstos en este artículo, dicho encargo deberá
realizarse con sujeción al Derecho Administrativo.

79
La técnica del encargo de gestión supone la traslación operativa de la competencia que solo
alcanza a las actuaciones materiales, técnicas o de servicios, y no a actuaciones jurídicamente
relevantes o decisorias, manteniendo el órgano encargante la responsabilidad y titularidad de la
competencia. Son ejemplos de estos encargos, los acuerdos para que una entidad reciba los
escritos dirigidos al encargante o, efectúe las notificaciones que le corresponden.
Como se puede apreciar con nitidez, esta figura a la vez que es una técnica de traslación de
acciones materiales, importa una forma de colaboración entre entidades públicas.

Art. 83°. - Delegación de firma


83.1 Los titulares de los órganos administrativos pueden delegar mediante comunicación escrita
la firma de actos y decisiones de su competencia en sus inmediatos subalternos, o a los
titulares de los órganos o unidades administrativas que de ellos dependan, salvo en caso de
resoluciones de procedimientos sancionadores, o aquellas que agoten la vía administrativa.
83.2 En caso de delegación de firma, el delegante es el único responsable y el delegado se
limita a firmar lo resuelto por aquél.
83.3 El delegado suscribe los actos con la anotación “por”, seguido del nombre y cargo del
delegante.
La delegación de firma no implica alteración de la competencia original, pues el delegante
sigue siendo el exclusivo responsable de la decisión y de la competencia. Es una técnica
instrumental creada para acelerar la formalización de decisiones administrativas, sin cambiar la
competencia y responsabilidad del delegante.
No se trata de una traslación de conocimiento de un expediente para el delegado, sino
que el delegante ya ha decidido, instruido y conceptualizado e impartido el sentido de la
resolución, restando solo la formalización del acto administrativo respectivo.
Por esta figura las autoridades con capacidad resolutiva pueden delegar al interior de su
oficina (subalternos inmediatos), o en otros órganos jerárquicamente subordinados, la
formalización de la firma en documentos y actos resolutivos a su cargo. Para tal efecto, el
delegante debe formalizar la delegación por escrito dirigido al delegado. La expresión gráfica de
esta delegación es la suscripción por el delegado, con la anotación de una equis o el signo “por”
antepuesto a su firma, y debajo de ello el nombre y cargo de la autoridad a la cual se
representa.
Queda claro que el órgano administrativo habilitado para firmar no puede tomar una
determinación propia y decisiva sobre asunto alguno, sino instrumentalizar lo decidido por el
delegante. Si no procediere así el delegado, lo resuelto estaría viciado de nulidad por
incompetencia manifiesta.

Art. 84°. - Suplencia


84.1 El desempeño de los cargos de los titulares de los órganos administrativos puede ser
suplido temporalmente en caso de vacancia o ausencia justificada, por quien designe la
autoridad competente para efectuar el nombramiento de aquéllos.
84.2 El suplente sustituye al titular para todo efecto legal, ejerciendo las funciones del órgano
con la plenitud de los poderes y deberes que las mismas contienen.
80
84.3 Si no es designado titular o suplente, el cargo es asumido transitoriamente por quien le
sigue en jerarquía en dicha unidad; y ante la existencia de más de uno con igual nivel, por quien
desempeñe el cargo con mayor vinculación a la gestión del área que suple; y, de persistir la
equivalencia, el de mayor antigüedad; en todos los casos con carácter de interino.

El tema de la suplencia existía ya en nuestro ordenamiento administrativo, pero su tratamiento


lo vinculó al régimen de la carrera pública, bajo el título de encargo de funciones, cuando es
más propio de la secuencia del procedimiento y la competencia administrativa.
La suplencia no altera la competencia del órgano, sino que su titular, que es uno de sus
elementos, se desplaza temporalmente. Por esta figura, ante la ausencia transitoria o
permanente del titular de un órgano administrativo, aquel es sustituido por quien determine el
órgano competente para el nombramiento de aquellos o, en su defecto, por quien le
corresponde asumir esta tarea a partir de esta norma.

Art. 85°. - Desconcentración


85.1 La titularidad y el ejercicio de competencia asignada a los órganos administrativos se
desconcentran en otros órganos de la entidad, siguiendo los criterios establecidos en la
presente Ley.
La desconcentración de competencia puede ser vertical u horizontal. La primera es una forma
organizativa de desconcentración de la competencia que se establece en atención al grado y
línea del órgano que realiza las funciones, sin tomar en cuenta el aspecto geográfico. La
segunda es una forma organizativa de desconcentración de la competencia que se emplea con
el objeto de expandir la cobertura de las funciones o servicios administrativos de una entidad.
85.2 Los órganos de dirección de las entidades se encuentran liberados de cualquier rutina de
ejecución, de emitir comunicaciones ordinarias y de las tareas de formalización de actos
administrativos, con el objeto de que puedan concentrarse en actividades de planeamiento,
supervisión, coordinación, control interno de su nivel y en la evaluación de resultados.
85.3 A los órganos jerárquicamente dependientes se les transfiere competencia para emitir
resoluciones, con el objeto de aproximar a los administrados las facultades administrativas que
conciernan a sus intereses.
85.4 Cuando proceda la impugnación contra actos administrativos emitidos en ejercicio de
competencia desconcentrada, corresponderá resolver a quien las haya transferido, salvo
disposición legal distinta.

El artículo materia de comentario está reservado para la desconcentración como técnica


de asignación permanente de competencias decisorias a órganos inferiores de la propia
entidad, bien en atención a la especialidad de la tarea (desconcentración vertical) o bien en
función del territorio geográfico para expandir la cobertura de funciones o servicios
(descentralización horizontal). Sin embargo, y si de lo que se trata es de asegurar un mejor
desenvolvimiento de las tareas asignadas o asumidas, pareciera más útil distinguir entre
desconcentración horizontal y desconcentración vertical. La desconcentración vertical involucra

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distribuir la labor en atención al grado y línea del órgano que realiza las funciones cuya
concentración se quiere revertir, sin tomar en cuenta para ello el aspecto geográfico.
Por otro lado, la desconcentración horizontal se articula, más bien, con la apuesta por
expandir la cobertura de las funciones o servicios administrativos dentro de una entidad, siendo
que si la cobertura aumenta se va a necesitar encargar a otros órganos al interior de la misma
entidad esa nueva cobertura, evitando recargar más la labor de unos pocos”.
A diferencia de la delegación, la desconcentración es una técnica permanente de organización y
además limita la responsabilidad del superior jerárquico al deber de supervisión normal y
razonable. La desconcentración favorece a la organización administrativa en la medida que
descongestiona el poder originando mayor celeridad en la resolución de los asuntos, aproxima
los servicios y funciones a los usuarios.

Art. 86°. - Deberes de las autoridades en los procedimientos


Son deberes de las autoridades respecto del procedimiento administrativo y
de sus partícipes, los siguientes:
1. Actuar dentro del ámbito de su competencia y conforme a los fines para los que les fueron
conferidas sus atribuciones.
2. Desempeñar sus funciones siguiendo los principios del procedimiento administrativo
previstos en el Título Preliminar de esta Ley.
3. Encauzar de oficio el procedimiento, cuando advierta cualquier error u omisión de los
administrados, sin perjuicio de la actuación que les corresponda a ellos.
4. Abstenerse de exigir a los administrados el cumplimiento de requisitos, la realización de
trámites, el suministro de información o la realización de pagos, no previstos legalmente.
3. Realizar las actuaciones a su cargo en tiempo hábil, para facilitar a los administrados el
ejercicio oportuno de los actos procedimentales de su cargo.
6. Resolver explícitamente todas las solicitudes presentadas, salvo en aquellos procedimientos
de aprobación automática.
7. Velar por la eficacia de las actuaciones procedimentales, procurando la simplificación en sus
trámites, sin más formalidades que las esenciales para garantizar el respeto a los derechos
de los administrados o para propiciar certeza en las actuaciones.
8. Interpretar las normas administrativas de forma que mejor atienda el fin público al cual se
dirigen, preservando razonablemente los derechos de los administrados.
9. Los demás previstos en la presente Ley o derivados del deber de proteger, conservar y
brindar asistencia a los derechos de los administrados, con la finalidad de preservar su
eficacia.
10. Habilitar espacios idóneos para la consulta de expedientes y documentos, así como para la
atención cómoda y ordenada del público, sin perjuicio del uso de medios con aplicación de
tecnología de la información u otros similares.

Cuando se caracteriza la actuación de los órganos estatales o de sus funcionarios se


suele confundir entre los términos finalidades, atribuciones, funciones, facultades y deberes
tratándose, en verdad, de conceptos concomitantes, pero no coincidentes.
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Las finalidades son los propósitos o razones de ser inherentes a la naturaleza de una entidad u
órgano. Las atribuciones son las potestades concedidas a las entidades u órganos para
desarrollar en mejor manera sus finalidades.
Por su parte, las funciones son las acciones asignadas a cada cargo dentro de las
entidades para operativizar las atribuciones propias de estas. Contrariamente, las facultades
son las autorizaciones reconocidas a cada cargo para que los servidores y funcionarios puedan
ejercer sus correspondientes funciones, para determinados supuestos previstos en la ley o
incluidos dentro de la finalidad institucional.

Los principales deberes de las entidades administrativas son:

• Actuar dentro de su competencia y conforme a los fines propios de las atribuciones. -


Los elementos de finalidad y de competencia cobran realce a partir de este inciso que los
consagra además de requisitos de validez del acto administrativo, como verdaderos deberes de
la autoridad pública. Según este deber, las autoridades deben evaluar permanentemente la
competencia con que actúan, evitando extralimitarse, y al adoptar sus decisiones deben
cautelar que se enmarquen dentro de los objetivos para los cuales fue acordado el otorgamiento
de la facultad administrativa.
• Desempeñar las funciones conforme a los principios del procedimiento administrativo. -
Se establece nítidamente que no solo constituyen elementos integradores en caso de vacíos, o
referentes interpretativos en caso de defectos normativos o para el desarrollo ulterior de la
normativa, sino verdaderas obligaciones para las autoridades administrativas de ineludible
cumplimiento. Como tal, los principios de legalidad, impulso de oficio, debido procedimiento,
razonabilidad, imparcialidad, entre otros, se convierten en deberes de actuación permanente
para las autoridades, por la que quedan sujetas a la responsabilidad consiguiente.
• Encausar de oficio el procedimiento ante omisiones o errores de los administrados. - A
las autoridades administrativas les corresponde impulsar, dirigir y ordenar cualquier
procedimiento administrativo sometido a su competencia hasta esclarecer las cuestiones
involucradas, aun cuando se trate de procedimientos iniciados por el administrado. Este deber
de oficialidad no excluye la posibilidad de colaboración o gestión de que goza el administrado
para impulsar el trámite.
• Abstenerse de realizar exigencias a los administrados que carezcan de sustento legal. -
Este inciso convierte en deber de las autoridades la legalidad de las exigencias documentales,
de información, de cobro de tasas, y de procedimientos, que establece la LPAG
• Realizar actuaciones a su cargo en tiempo hábil. - La norma busca que las autoridades
realicen las acciones a su cargo de manera oportuna, sin afectarle a los administrados por lo
prematuro o extemporaneidad de los actos de su cargo (emisión de informes, realización de
notificaciones, obtención de documentos de otras entidades o administrados, decisión sobre
pedidos en el expediente, etc.).
• Resolver los asuntos sometidos a su conocimiento. - Los agentes necesariamente deben
emitir pronunciamiento sobre el asunto sometido a su conocimiento, sin poder dejar de decidirlo
por ningún motivo (incluso ante algún defecto de la ley —art. II del Título Preliminar y art. 2 del
83
TUO de la LPAG-) ni eludirlo, apartándose injustificadamente de su conocimiento (art. 18 del
TUO de la LPAG). No se cumple este deber con el simple acuse de recibo, sino con la decisión
de fondo desestimando o estimando la petición administrativa.
• Velar por la eficacia de las actuaciones procedimentales. - Este precepto hace de cargo
de la autoridad administrativa la promoción de la eficacia de la dinámica del procedimiento a su
cargo, procurando la simplificación de sus trámites, sin más formalidades que las esenciales
para garantizar el respeto a los derechos de los administrados o para propiciar certeza en las
actuaciones.
 Interpretación finalista de las normas administrativas. - Esta regla consagra una norma
hermenéutica de singular importancia para el funcionamiento correcto y aplicación adecuada
del ordenamiento administrativo por la autoridad.
 Deber de proteger, conservar y brindar asistencia a los derechos de los administrados. -
Las decisiones del agente deben orientarse al servicio público y, como tal, auxiliar al
interesado, desempeñando hacia él —como componente de la sociedad— un rol tuitivo.
En tal virtud, al funcionario público le corresponde:
 Admitir escritos imperfectos e indicar tales deficiencias al administrado. Convocar a los
terceros no comparecientes y a terceros facultados para intervenir en defensa de
intereses difusos.
 Aplicar normas pertinentes, aun cuando no sean invocadas por los administrados.
 Tramitar los recursos no obstante incurran en errores de cita legal.
 Corregir cualquier omisión u error que advierta de oficio o a pedido de parte,
encausando el procedimiento por la vía legítima.
 Advertir al administrado la insuficiencia incurrida al formular su petición, que pueda
ocasionarle una denegatoria o impedir la obtención del derecho.

DÉCIMA SEMANA (04 HORAS)


11AL 16JUL2022

INICIACIÓN DEL PROCEDIMIENTO, INSTRUCCIÓN DEL PROCEDIMIENTO, FIN


DEL PROCEDIMIENTO Y EJECUCIÓN DE RESOLUCIONES

INICIACIÓN DEL PROCEDIMIENTO

Art. 114°. - Formas de iniciación del procedimiento


El procedimiento administrativo es promovido de oficio por el órgano competente o instancia del
administrado, salvo que por disposición legal o por su finalidad corresponda ser iniciado
exclusivamente de oficio o a instancia del interesado.
(Texto según el artículo 105 de la Ley N" 27444).

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El procedimiento administrativo es iniciado por aquel acto jurídico al que el sistema jurídico le da
el carácter de activar la función pública, produciendo una sucesión ordenada y sistemática de
trámites dirigidos a obtener una decisión de la autoridad.
Los actos jurídicos a los cuales se les da esta virtualidad, o bien son actos de la autoridad
(procedimientos de oficio) o actos de los particulares (peticiones en general), pero en cualquiera
de los supuestos sirve para fijar los límites del objeto del procedimiento.

Art. 115°. -Inicio de oficio


115.1 Para el inicio de oficio de un procedimiento debe existir disposición de autoridad superior
que la fundamente en ese sentido, una motivación basada en el cumplimiento de un deber legal
o el mérito de una denuncia.
115.2 El inicio de oficio del procedimiento es notificado a los administrados determinados cuyos
intereses o derechos protegidos puedan ser afectados por los actos a ejecutar, salvo en caso
de fiscalización posterior a solicitudes o a su documentación, acogidos a la presunción de
veracidad. La notificación incluye la información sobre la naturaleza, alcance y de ser previsible,
el plazo estimado de su duración, así como de sus derechos y obligaciones en el curso de tal
actuación.
115.3 La notificación es realizada inmediatamente luego de emitida la decisión, salvo que la
normativa autorice que sea diferida por su naturaleza confidencial basada en el interés público.
(Texto según el artículo 104 de la Ley N" 27444).

Con la denominación de procedimiento administrativo de oficio nos referimos a aquel promovido


por una decisión de actuación propia de las autoridades públicas competentes, cumpliendo su
deber de oficialidad o principio inquisitivo inherente a la función pública con el objetivo de tutelar
el interés público, realizar una actividad investigadora, inspectora, sancionadora o satisfacer
una necesidad propia de la Administración. Son de naturaleza gratuita para los administrados
involucrados. Por ejemplo, procedimientos tributarios (acotación), procedimientos internos,
procedimientos de fiscalización (defensa monumental), procedimiento de inspección de trabajo,
etc.
Las autoridades administrativas son las que dan origen al procedimiento de oficio, mediante un
acto administrativo de trámite (acuerdo, resolución, etc.) que se dirige al interior de la
Administración para activar sus competencias propias.
La norma exige que el acto de inicio de un procedimiento de oficio sea notificado
inmediatamente a los administrados determinados cuyos intereses o derechos protegidos
puedan ser afectados por los actos a ejecutar, como una medida previsora y de advertencia al
contribuyente, al servidor procesado disciplinariamente, o al auditado; para que con
posterioridad no pueda ser sorprendido sin haber podido expresar sus argumentaciones en
torno a los hechos.

Art. 116°. - Derecho a formular denuncias


116.1 Todo administrado está facultado para comunicar a la autoridad competente aquellos
hechos que conociera contrarios al ordenamiento, sin necesidad de sustentar la afectación
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inmediata de algún derecho o interés legítimo, ni que por esta actuación sea considerado sujeto
del procedimiento.
116.2 La comunicación debe exponer claramente la relación de los hechos, las circunstancias
de tiempo, lugar y modo que permitan su constatación, la indicación de sus presuntos autores,
partícipes y damnificados, el aporte de la evidencia o su descripción para que la administración
proceda a su ubicación, así como cualquier otro elemento que permita su comprobación.
116.3 Su presentación obliga a practicar las diligencias preliminares necesarias y, una vez
comprobada su verosimilitud, a iniciar de oficio la respectiva fiscalización. El rechazo de una
denuncia debe ser motivado y comunicado al denunciante, si estuviese individualizado.
116.4 La entidad receptora de la denuncia puede otorgar medidas de protección al denunciante,
garantizando su seguridad y evitando se le afecte de algún modo.
(Texto según el artículo 105 de la Ley N° 27444, mod. según el artículo 2 Dec. Legislativo
N° 1272).
Los procedimientos de oficio incluyen la posibilidad de que un particular inste su inicio mediante
“denuncias”, sin que por ello el procedimiento se convierta en uno de parte. Ello obedece a que
la denuncia es solo el acto por el cual se pone en conocimiento de una autoridad alguna
situación administrativa no ajustada a derecho, con el objeto de comunicar un conocimiento
personal, a diferencia de la petición que es la expresión de la pretensión con interés personal,
legítimo, directo e inmediato en obtener un comportamiento y resultado concreto de la
autoridad, condiciones que no son exigibles a los denunciantes o instigadores.

Art. 124°. - Requisitos de los escritos


Todo escrito que se presente ante cualquier entidad debe contener lo siguiente:
1. Nombres y apellidos completos, domicilio y número de Documento Nacional de
Identidad o carné de extranjería del administrado, y en su caso, la calidad de representante y
de la persona a quien represente.
2. La expresión concreta de lo pedido, los fundamentos de hecho que lo apoye y, cuando
le sea posible, los de derecho.
3. Lugar, fecha, firma o huella digital, en caso de no saber firmar o estar impedido.
4. La indicación del órgano, la entidad o la autoridad a la cual es dirigida, entendiéndose
por tal, en lo posible, a la autoridad de grado más cercano al usuario, según la jerarquía, con
competencia para conocerlo y resolverlo.
5. La dirección del lugar donde se desea recibir las notificaciones del procedimiento,
cuando sea diferente al domicilio real expuesto en virtud del numeral 1. Este señalamiento de
domicilio surte sus efectos desde su indicación y es presumido subsistente, mientras no sea
comunicado expresamente su cambio.
6. La relación de los documentos y anexos que acompaña, indicados en el TUPA.
7. La identificación del expediente de la materia, tratándose de procedimientos ya
iniciados. (Texto según el artículo 113 de la Ley N" 27444).

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Los escritos, instancias o solicitudes son los pedidos fundamentados que los administrados, en
ejercicio de su derecho constitucional a la petición, realizan ante cualquiera de las entidades
administrativas con la finalidad de obtener una satisfacción a sus intereses.
Aun cuando no hay norma positiva que así lo exija, es obvia la exigencia de la escritoriedad de
los pedidos de los administrados, pero no cabe exigir en cambio, salvo norma expresa en
contrario en procedimientos especiales, formalidad expresa alguna, tales como dimensiones, o
tipo de papel, idioma, empleo de tinta de determinados color, uso o de membrete, ser
manuscrito, ser escriturado a máquina, en computadora, o en fotocopia firmada, ni otro
formalismo parecido que carece de contenido esencial. Incluso, cuando las entidades optan por
emplear formatos, estos deben ser gratuitos, simples y de libre reproducción.

Art. 128°. - Recepción documental


128.1 Cada entidad tiene su unidad general de recepción documental, trámite documentado o
mesa de partes, salvo cuando la entidad brinde servicios en varios inmuebles ubicados en
zonas distintas, en cuyo caso corresponde abrir en cada local registros auxiliares al principal, al
cual reportan todo registro que realicen.
128.2 Tales unidades están a cargo de llevar un registro del ingreso de los escritos que sean
presentados y la salida de aquellos documentos emitidos por la entidad dirigidos a otros
órganos o administrados. Tara el efecto, expiden el cargo, practican los asientos respectivos
respetando su orden de ingreso o salida, indicando su número de ingreso, naturaleza, fecha,
remitente y destinatario. Concluido el registro, los escritos o resoluciones deben ser cursados el
mismo día a sus destinatarios.
128.3 Dichas unidades tenderán a administrar su información en soporte informático,
cautelando su integración a un sistema único de trámite documentado.
128.4 También a través de dichas unidades los administrados realizan todas las gestiones
pertinentes a sus procedimientos y obtienen la información que requieran con dicha finalidad.
(Texto según el artículo 111 de la Ley N° 27444).

Un aspecto esencialmente pragmático pero trascendente para la conservación de los derechos


de los administrados es la presentación de los escritos. Este aspecto tiene una serie de reglas
que son pertinentes observar.
Como pauta general, los escritos deben ser presentados en la Ventanilla Única (denominada en
la práctica como Trámite Documentarlo, Mesa de Partes, Unidad de Receptoría, etc.)
establecida para el efecto en cada una de las instituciones competentes.
Los administrados —personalmente o mediante sus representantes— se dirigirán ante esa
dependencia presentando el escrito correspondiente, momento a partir del cual se le da ingreso,
registra, numera y, en el día y directamente, debe derivarse a la unidad orgánica competente
para su atención.

Art. 142°. -Obligatoriedad de plazos y términos


142.1 Los plazos y términos son entendidos como máximos, se computan independientemente
de cualquier formalidad, y obligan por igual a la administración y a los administrados, sin
87
necesidad de apremio, en aquello que respectivamente les concierna. Los plazos para el
pronunciamiento de las entidades, en los procedimientos administrativos, se contabilizan a
partir del día siguiente de la fecha en la cual el administrado presentó su solicitud, salvo que se
haya requerido subsanación en cuyo caso se contabilizan una vez efectuada esta.
142.2 Toda, autoridad debe cumplir con los términos y plazos a su cargo, así como supervisar
que los subalternos cumplan con los propios de su nivel.
142.3 Es derecho de los administrados exigir el cumplimiento de los plazos y términos
establecidos para cada actuación o servicio.
(Texto según el artículo 131 de la Ley N°27444, mod. según el artículo 2 Dec. Legislativo
N°1272).
Por imperio de la ley, los plazos obligan por igual, sin necesidad de apercibimiento o
intimidación alguna, a los agentes administrativos y a los interesados en lo que respectivamente
les concierne, quienes tienen recíprocamente el deber de cumplirlos y poder exigir su
cumplimiento en sede administrativa (reclamación, queja, etc.) o en la judicial.

Art. 143°. - Plazos máximos para realizar actos procedimentales


A falta de plazo establecido por ley expresa, las actuaciones deben producirse dentro de los
siguientes:
2. Para recepción y derivación de un escrito a la unidad competente: dentro del mismo día de
su presentación.
3. Para actos de mero trámite y decidir peticiones de ese carácter: en tres días.
4. Para emisión de dictámenes, peritajes, informes y similares: dentro de siete días después
de solicitados; pudiendo ser prorrogado a tres días más si la diligencia requiere el
traslado fuera de su sede o la asistencia de terceros.
5. Para actos de cargo del administrado requeridos por la autoridad, como entrega de
información, respuesta a las cuestiones sobre las cuales deban pronunciarse: dentro de
los diez días de solicitados.
(Texto según el artículo 152 de la Ley N° 27444).

A la par de dar firmeza y uniformidad a estos plazos, se busca dar seguridad jurídica a todos los
administrados a fin que tengan claridad de los plazos máximos en los que se producirán las
actuaciones principales. Solo si la normativa del procedimiento especial establece plazos
distintos, este artículo cede su posición, de no ser así rige automáticamente.

INSTRUCCIÓN DEL PROCEDIMIENTO

Art. 170°. - Actos de instrucción


170.1 Los actos de instrucción necesarios para la determinación, conocimiento y comprobación
de los datos en virtud de los cuales deba pronunciarse la resolución, serán realizados de oficio
por la autoridad a cuyo cargo se tramita el procedimiento de evaluación previa, sin perjuicio del
derecho de los administrados a proponer actuaciones probatorias.

88
170.2 Queda prohibido realizar como actos de instrucción la solicitud rutinaria de informes
previos, requerimientos de visaciones o cualquier otro acto que no aporte valor objetivo a lo
actuado en el caso concreto, según su naturaleza. (Texto según el artículo 179 de la Ley N°
27444).
La instrucción del procedimiento administrativo tiene por objeto que la autoridad administrativa
que está a cargo de un expediente acopie los elementos necesarios para lograr su convicción
de la verdad material, indispensable para decidir el derecho aplicable al caso concreto materia
de análisis. Se trata de formar el fundamento que servirá de insumo en la futura resolución que
emita la autoridad administrativa.
Los actos de instrucción en puridad comprenden dos tipos diferentes de actuaciones
procedimentales: aquellas dirigidas a aportar datos al expediente y aquellas que constituyen
actividad probatoria.
Por la primera actividad de aportación de datos se incorporan al procedimiento y al expediente
determinadas informaciones, datos o normas preexistentes al caso, que serán evaluadas por la
autoridad en su momento. Son tales los requerimientos de informes legales (art. 183 del TUO
de la LPAG), solicitud de documentos a las autoridades (art. 178 del TUO de la LPAG), y la
solicitud de información a los administrados (art. 180 del TUO de la LPAG).
Por la segunda actividad, que es la propiamente probatoria, se trata de aquellos medios que
permiten demostrar la veracidad de las informaciones y documentos aportados. Tales como
testimoniales, declaraciones, inspecciones, peritajes, etc.

Art. 171°. - Acceso al expediente


171.1 Los administrados, sus representantes o su abogado, tienen derecho de acceso al
expediente en cualquier momento de su trámite, así como a sus documentos, antecedentes,
estudios, informes y dictámenes, obtener certificaciones de su estado y recabar copias de las
piezas que contiene, previo pago del costo de las mismas. Sólo se exceptúan aquellas
actuaciones, diligencias, informes o dictámenes que contienen información cuyo conocimiento
pueda afectar su derecho a la intimidad personal o familiar y las que expresamente se excluyan
por ley o por razones de seguridad nacional de acuerdo a lo establecido en el inciso 5) del
artículo 2 de la Constitución Política. Adicionalmente se exceptúan las materias protegidas por
el secreto bancario, tributario, comercial e industrial, así como todos aquellos documentos que
impliquen un pronunciamiento previo por parte de la autoridad competente.
171.2 El pedido de acceso al expediente puede hacerse verbalmente, sin necesidad de
solicitarlo mediante el procedimiento de transparencia y acceso a la información pública, siendo
concedido de inmediato, sin necesidad de resolución expresa, en la oficina en que se encuentre
el expediente, aunque no sea la unidad de recepción documental.
(Texto según el artículo 160 de la Ley 1A° 27444, modificado según el artículo 2 Decreto
Legislativo 14° 1272).
Como sabemos, el derecho fundamental de acceso a la información pública se encuentra
recogido en el inciso 5 del artículo 2 de la Constitución Política de 1993, en los siguientes
términos:
“Artículo 2.- Toda persona tiene derecho:
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(...)
5. A solicitar, sin expresión de causa, la información que requiera y a recibirla de cualquier
entidad pública, en el plazo legal, con el costo que suponga el pedido. Se exceptúan las
informaciones que afectan la intimidad personal y las que expresamente se excluyan por ley o
por razones de seguridad nacional.
(...)”.
Art. 172.- Alegaciones
172.1 Los administrados pueden en cualquier momento del procedimiento, formular
alegaciones, aportar los documentos u otros elementos de juicio, los que serán analizados por
la autoridad, al resolver.
172.2 En los procedimientos administrativos sancionadores, o en caso de actos de gravamen
para el administrado, se dicta resolución sólo habiéndole otorgado un plazo perentorio no
menor de cinco días para presentar sus alegatos o las correspondientes pruebas de descargo.
(Texto según el artículo 161 de la Ley N" 2744).

La LPAG reconoce a los administrados la facultad de presentar un informe, formular


alegaciones, aportar documentos o cualquier elemento de juicio.
La figura de la alegación ha sido regulada como requisito indispensable solo para aquellos
procedimientos de gravamen para los administrados (por ejemplo, sancionadores, fiscalización,
tributarios, etc.), en los que la autoridad deberá otorgar vista de la causa por un lapso no menor
de cinco días para presentar su alegato a manera de apreciación final sobre lo actuado, bajo la
pena de producir indefensión e invalidar la decisión final.

Art. 173°. - Carga de la prueba


173.1 La carga de la prueba se rige por el principio de impulso de oficio establecido en la
presente Ley.
173.2 Corresponde a los administrados aportar pruebas mediante la presentación de
documentos e informes, proponer pericias, testimonios, inspecciones y demás diligencias
permitidas, o aducir alegaciones. (Texto según el artículo 162 de la Ley N° 27444).

Aportar y actuar los medios probatorios tendentes a verificar la verdad material de los hechos es
eventualmente interés de los afectados por el acto a dictarse, pero por sobre todo y aun sin que
medie pedido u ofrecimiento de parte, resulta una obligación para la propia Administración
Pública en virtud del deber de oficialidad imperante en el procedimiento administrativo.
En muchos casos la Administración Pública necesita averiguar y comprobar determinados
hechos para poder pronunciar resolución en su consecuencia. Así acontece, por ejemplo, en los
procedimientos iniciados de oficio.

Art. 174°. - Actuación probatoria


174 .1 Cuando la administración no tenga por ciertos los hechos alegados por los administrados
o la naturaleza del procedimiento lo exija, la entidad dispone la actuación de prueba, siguiendo
el criterio de concentración procesal, fijando un período que para el efecto será menor de tres
90
días ni mayor de quince, contados a partir de su planteamiento. Sólo podrá rechazar
motivadamente los medios de prueba propuestos por el administrado, cuando no guarden
relación con el fondo del asunto, sean improcedentes o innecesarios.
174 .2 La autoridad administrativa notifica a los administrados, con anticipación no menor de
tres días, la actuación de prueba, indicando el lugar, fecha y hora.
174 .3 Las pruebas sobrevinientes pueden presentarse siempre que no se haya emitido
resolución definitiva. (Texto según el artículo 163 de la Ley N" 2 7444).

En la dinámica de la prueba, la teoría del proceso suele diferenciar cuatro momentos:


ofrecimiento, admisión, actuación y valoración. No obstante, en el procedimiento administrativo
general no existe una delimitación precisa de los precitados momentos probatorios ni necesidad
de fases propiamente definidas por actos administrativos.

FIN DEL PROCEDIMIENTO

Art. 197°. - Fin del procedimiento


197.1 Pondrán fin al procedimiento las resoluciones que se pronuncian sobre el fondo del
asunto, el silencio administrativo positivo, el silencio administrativo negativo en el caso a que se
refiere el párrafo 199.4 del artículo 199, el desistimiento, la declaración de abandono, los
acuerdos adoptados como consecuencia de conciliación o transacción extrajudicial que tengan
por objeto poner fin al procedimiento y la prestación efectiva de lo pedido a conformidad del
administrada en caso de petición graciable.
197.2 También pondrá fin al procedimiento la resolución que así lo declare por causas
sobrevenidas que determinen la imposibilidad de continuarlo.
(Texto según el artículo 186 de la Ley N° 27444).

La conclusión del procedimiento es un momento natural del ciclo vital de la voluntad


administrativa del Estado. Pero no aparece de modo único, sino que existen varios supuestos
en los cuales puede afirmarse que el procedimiento administrativo ha terminado.
El modo normal de conclusión del procedimiento es mediante un acto administrativo que
resuelve el fondo del asunto.
Los modos especiales de concluir el procedimiento son a su vez de dos tipos:
1. Un acto expreso que no contiene decisión sobre el fondo de la cuestión planteada, tal como
acontece con el abandono, el desistimiento y la imposibilidad material o jurídica de
continuar el procedimiento. En ninguno de estos casos son las circunstancias exógenas las
que determinan la conclusión del procedimiento, sino el acto administrativo debidamente
motivado que las estimen suficientes para determinar la terminación del procedimiento y
siempre que ello no afecte el interés público.
2. Cuando se produce una situación de hecho o de las partes que el Derecho reconoce con la
eficacia suficiente para concluir el procedimiento como, por ejemplo, los acuerdos
convencionales, el silencio administrativo, la prestación efectiva.

91
Art. 198°. - Contenido de la resolución
198.1 La resolución que pone fin al procedimiento cumplirá los requisitos del acto administrativo
señalados en el Capítulo Primero del Título Primero de la presente Ley.
198.2 En los procedimientos iniciados a petición del interesado, la resolución será congruente
con las peticiones formuladas por éste, sin que en ningún caso pueda agravar su situación
inicial y sin perjuicio de la potestad de la administración de iniciar de oficio un nuevo
procedimiento, si procede. (Texto según el artículo 181 de la Ley N° 27444).

El modo normal como concluye un procedimiento administrativo es la resolución administrativa,


pues es la expectativa tanto de los administrados y las autoridades que los inician e instruyen.
Si no tuvieran esa expectativa, carecería de sentido el procedimiento administrativo, por cuanto
en él se concreta la función administrativa.
A su vez, la resolución constituye por excelencia el acto administrativo típico, en su
manifestación de acto definitivo, para distinguirlo de los actos de iniciación, instrucción,
ordenamiento, notificación y de ejecución, que también se producen a lo largo del procedimiento
administrativo de evaluación previa.
Los requisitos de las resoluciones son los mismos de todo acto administrativo: competencia,
objeto, finalidad pública, motivación y procedimiento previo.
La congruencia implica que la decisión comprenda todas las pretensiones y fundamentos
propuestos por los interesados durante el procedimiento, de tal modo que con la resolución se
emita íntegramente opinión sobre la petición concreta y sobre los argumentos expuestos.

EJECUCIÓN DE LAS RESOLUCIONES

Art. 203°. - Ejecutoriedad del acto administrativo


Los actos administrativos tendrán carácter ejecutario, salvo disposición legal expresa en
contrario, mandato judicial o que estén sujetos a condición o plazo conforme a ley.
(Texto según el artículo 192 de la Ley N° 27444).
La ejecutoriedad de los actos administrativos puede ser definido como “una especial
manifestación de la eficacia de los mismos, por la cual cuando imponen deberes y restricciones
a los particulares pueden ser realizados aun contra su voluntad por los órganos directos de la
Administración Pública, sin que sea necesaria la previa intervención de la acción declarativa de
los órganos jurisdiccionales”.
El Tribunal Constitucional ha establecido que por la ejecutoriedad del acto administrativo se
habilita a la Administración Pública a “hacer cumplir por sí' misma un acto administrativo dictado
por ella, sin la intervención del órgano judicial, respetando los límites impuestos por mandato
legal, así como a utilizar medios de coerción para hacer cumplir un acto administrativo y a
contar con el apoyo de la fuerza pública para la ejecución de sus actos cuando el
administrado no cumpla con su obligación y oponga resistencia de hecho.
La ejecutoriedad es, pues, una consecuencia del acto administrativo y su sustento
constitucional tiene origen en el numeral 1 del artículo 118 de nuestra Carta Magna, que ordena
al Presidente de la República —y, por ende, al Poder Ejecutivo y a toda la Administración
92
Pública— a cumplir y hacer cumplir la Constitución y los tratados, leyes y demás disposiciones
legales”.
Y prosigue el Tribunal señalando que “pero aun cuando la Administración Pública tiene la
capacidad para proteger directamente sus intereses, pudiendo incluso exigir por sí misma el
cumplimiento de sus actos, esta facultad de autotutela de la Administración Pública de ejecutar
sus propias resoluciones —sustentada en los principios de presunción de legitimidad y de
ejecución de las decisiones administrativas- implica la tutela de los derechos fundamentales de
los administrados que pueden verse amenazados o vulnerados por la actividad de la
Administración, como son los derechos al debido procedimiento y a la tutela judicial
efectiva”.
Por tanto; la debida observancia de este derecho fundamental exige, en primer lugar, que la
actividad de ejecución forzosa esté precedida de un acto administrativo, dictado luego de
cumplirse el correspondiente debido procedimiento con participación útil del administrado.
Cualquier actuación material de ejecución que no esté precedida de un acto administrativo se
traduce en una vía de hecho, violatoria por tanto del derecho a la defensa del administrado que
sufre las consecuencias de esa ilegal actuación de la Administración Pública.

DÉCIMA PRIMERA SEMANA (04 HORAS)


18 AL 23JUL2022

LOS RECURSOS ADMINISTRATIVOS

Art. 218°. - Recursos administrativos


218.1 Los recursos administrativos son:
a) Recurso de reconsideración
b) Recurso de apelación
Solo en caso que por ley o decreto legislativo se establezca expresamente, cabe la
interposición del recurso administrativo de revisión.
218.2 El término para la interposición de los recursos es de quince (15) días perentorios, y
deberán resolverse en el plazo de treinta (30) días.
(Texto según el artículo 201 de la Ley N° 27444, modificado según el artículo 2 Decreto
Legislativo N" 1272).

Denominamos recurso administrativo a la manifestación de voluntad unilateral y recepticia del


administrado, por la cual dentro de un procedimiento iniciado contesta una decisión de la
Administración Pública que le causa agravio, exigiéndole revisar tal pronunciamiento, a fin de
alcanzar su revocación o modificatoria.
Si el interesado está conforme con la decisión administrativa y, por ende, no impugna, consiente
la resolución y concluye el procedimiento. Pero si considera lo contrario, el sistema jurídico le
reconoce la facultad procesal de cuestionarla.

93
Para la procedencia de los recursos en lo administrativo no se establece ninguna causal o
pretensión específica que le sirva de fundamento. En tal sentido, la fundamentación del recurso
es libre, en cuanto al señalamiento de algún tipo de agravio presuntamente ocasionado al
administrado, pudiendo basarse indistintamente en razón a su inoportunidad, su falta de mérito,
su inconveniencia o en cualquier infracción al ordenamiento jurídico, incluyendo la posibilidad
de un deficiente análisis del instructor (puro derecho).

Los recursos administrativos se encuentran estrechamente vinculados al hecho que el


administrado posee derechos y garantías a lo largo de un procedimiento. Una de esas
garantías es la facultad de contradicción, que se encuentra reconocida en el artículo 120
del TUO de la Ley 27444.
La mencionada norma señala que procede la contradicción frente a un acto que supone
que viola, afecta, desconoce o lesiona un derecho o un interés legítimo. En esa línea, una de
las formas mediante las cuales opera la facultad de contradicción es la interposición de
recursos administrativos.
Del mismo modo, podemos afirmar que los recursos administrativos son mecanismos que
nos brinda el ordenamiento para contradecir una decisión de la administración que vulnera
un derecho o un interés legítimo. Igualmente, Martin Tirado señala que un recurso
administrativo se configura como un acto de naturaleza procesal que el administrado realiza a
fin de que la administración “modifique o revoque un acto o resolución administrativos.

1. Recurso de reconsideración

El recurso de reconsideración se interpondrá ante el mismo órgano que dictó el primer acto que
es materia de la impugnación y deberá sustentarse en nueva prueba. En los casos de actos
administrativos emitidos por órganos que constituyen única instancia no se requiere nueva
prueba. Este recurso es opcional y su no interposición no impide el ejercicio del recurso de
apelación.

Objetivo del recurso de reconsideración

El recurso de reconsideración consiste en que la misma autoridad administrativa que conoció


el procedimiento y emitió el acto administrativo revise nuevamente el expediente y subsane
errores. En palabras de Morón Urbina, el hecho que sea la misma autoridad la que ya conozca
el expediente implicará que esta “podrá dictar una resolución con mayor celeridad que otra
autoridad que recién conozca de los hechos”[3]. En consecuencia, si tal autoridad toma nota de
su error, a partir del recurso administrativo, esta cambiará el sentido de su decisión para evitar
el control posterior del superior.
 Por ello, el recurso de reconsideración tiene como objeto que la misma autoridad que decidió
en el acto administrativo impugnado tome cuenta de su propio error y modifique su decisión.
Dicha decisión será más rápida porque fue la misma autoridad.

94
Las características del recurso de reconsideración
Morón Urbina identifica dos características para el recurso de reconsideración.
La primera característica radica en que su recepción, sustanciación y decisión compete al
mismo órgano que dictó el acto recurrido, al cual resulta sencillo identificar en una generalidad
de casos.
Por otra parte, la segunda característica del recurso es su carácter opcional para el
administrado. Esta peculiaridad implica que será el administrado quien definirá si ejerce este
medio de impugnación o no, siendo impedida la Administración Pública de exigir su ejercicio
para lograr el agotamiento de la vía. Por ello, el único recurso obligatorio será la apelación.

La nueva prueba

De acuerdo con el TUO de la Ley 27444, el recurso de reconsideración deberá sustentarse en


una nueva prueba, la que permitirá a la autoridad administrativa tomar cuenta de su error y
que este sea debidamente modificado. Por tanto, el papel que cumple la nueva prueba en la
imposición de la reconsideración es de gran envergadura porque, de acuerdo a lo afirmado por
Morón Urbina, “perdería seriedad pretender que pueda modificarlo con tan solo un nuevo
pedido o una nueva argumentación sobre los mismos hechos. Para habilitar la posibilidad del
cambio de criterio, la ley exige que se presente a la autoridad un hecho tangible y no evaluado
con anterioridad, que amerite la reconsideración.

Por consiguiente, la exigencia de la nueva prueba implica que el recurso de reconsideración no


es una mera manifestación de “desacuerdo” con la decisión de la autoridad, sino que es un
requerimiento de revisar nuevamente la propia decisión en función a un nuevo medio
probatorio que aporta una revelación para la administración.
Asimismo, Morón Urbina afirma que, para determinar qué es una nueva prueba, es necesario
diferenciar dos tipos de hechos: (i) el hecho materia de la controversia que requiere ser
probado; y, (ii) el hecho o hechos que son invocados para probar el hecho controvertido. En esa
línea, la prueba nueva se hallará en el segundo hecho, y esta buscará dar sustento al primer
hecho, es decir, al hecho materia de la controversia que busca ser probado.

2. Recurso de apelación
El recurso de apelación se interpondrá cuando la impugnación se sustente en diferente
interpretación de las pruebas producidas o cuando se trate de cuestiones de puro derecho,
debiendo dirigirse a la misma autoridad que expidió el acto que se impugna para que eleve lo
actuado al superior jerárquico.

Alcances del recurso de apelación


La apelación es el recurso mediante el cual el administrado se dirige a la misma autoridad que
tomó la decisión, para que esta la eleve a la autoridad jerárquicamente superior. En ese
95
marco, la autoridad a la que se eleva el expediente, en función a sus atribuciones, reevalúa el
expediente y toma una nueva decisión. Asimismo, a diferencia de la reconsideración, la
apelación no requiere nueva prueba.
En línea con lo expuesto por Morón Urbina, la apelación presupone la existencia de una
jerarquía administrativa titular de la potestad de corrección, y por ello busca exigir al superior
que examine lo actuado y resuelto por el subordinado[8]. En ese sentido, los administrados
podrán ejercer este recurso sólo cuando un acto haya sido emitido por un órgano administrativo
subordinado jerárquicamente a otro, y no cuando se trate de actos emitidos por la autoridad de
mayor jerarquía, o por órganos autónomos.

Supuestos de aplicación del recurso de apelación


El recurso de apelación se plantea ante dos supuestos:
(i) Cuando la impugnación se sustente en diferente interpretación de las pruebas producidas.
(ii) Cuando se trate de cuestiones de puro derecho, debiendo dirigirse a la misma autoridad que
expidió el acto que se impugna para que eleve lo actuado al superior jerárquico.

3. Revisión

A diferencia de lo señalado por la reconsideración y la apelación, la revisión es un recurso


excepcional que solo se interpone cuando una ley o decreto legislativo lo establezca
expresamente. Este recurso de reconsideración se encuentra detallado en el último párrafo del
inciso 218.1 del artículo del TUO de la Ley 27444.

Recursos administrativos
218.1 […] Solo en caso que por ley o decreto legislativo se establezca expresamente, cabe la
interposición del recurso administrativo de revisión.

Conclusiones

 Los recursos administrativos son mecanismos que nos brinda el ordenamiento para


contradecir una decisión de la administración que vulnera un derecho o un interés
legítimo.
 El recurso de reconsideración consiste en que la misma autoridad administrativa que
conoció el procedimiento y emitió el acto administrativo revise nuevamente el expediente
y subsane errores.
 Asimismo, el recurso de apelación es el recurso mediante el cual el administrado se
dirige a la misma autoridad que tomó la decisión, para que esta la eleve a la autoridad
jerárquicamente superior.
 El recurso de revisión es un recurso excepcional que solo se interpone cuando una ley o
decreto legislativo lo establezca expresamente.

96
DÉCIMA SEGUNDA SEMANA (04 HORAS)
25 AL 30JUL2022

II EXAMEN PARCIAL

DÉCIMA TERCERA SEMANA (04 HORAS)


01 AL 06AGO2022

MANUAL DE PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO GENERAL

1. ASPECTOS GENERALES DEL PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO

La administración pública debe asegurar la obtención de este delicado equilibrio que debe
existir entre los intereses de los administrados y el llamado interés general, concepto este último
que tiende a identificarse con los de interés público o bien común, y que se trata de aquello que
beneficia favorablemente a la colectividad en su conjunto.

La finalidad del ordenamiento del funcionamiento de la Administración Pública y del


procedimiento administrativo es muy clara, puesto que se pretende establecer el régimen
jurídico aplicable para la protección del interés general, buscando de esta manera al mismo
tiempo garantizar los derechos e intereses de los administrados, y con sujeción al ordenamiento
constitucional y jurídico en general.

Ello se ha hecho aún más evidente con la implementación del silencio administrativo, así como
las distintas modificatorias que ha presentado a lo largo de los últimos años constituyéndose
hoy en una norma con la finalidad de mejorar la regulación que estas contienen, así como poder
simplificar, optimizar y eliminar trámites administrativos; incorporar modalidades de fiscalización
administrativa y asimismo introducir disposiciones para la utilización de tecnologías digitales
como la implementación de la notificación electrónica, la mesa de partes digital, entre otras
mejoras en pos de la eficacia y eficiencia del servicio público convirtiéndose en lo que
conocemos el Texto Único Ordenado de la Ley 27444 - Ley del Procedimiento Administrativo
General donde se ha compilado toda la normativa de la materia en un solo texto.

Además, el derecho administrativo, al regular el funcionamiento de la Administración Pública y


el procedimiento administrativo, propende al bienestar general, puesto que permite que el
administrado acceda con mayor facilidad y, por ende, a un menor costo a la Administración
97
Pública. Ello a su vez permite reducir la informalidad, que genera desarrollo económico y social,
en especial en un país en el cual la ausencia de formalidad es muy alta, que impide la
incorporación a la legalidad de un conjunto muy alto de personas, naturales y jurídicas.

Es por ello por lo que la Ley de Procedimiento Administrativo General, consagra principios de
aplicación inmediata, no solo al procedimiento administrativo como tal, sino también a todo el
Derecho Administrativo en general. Ejemplos pueden encontrarse a nivel del principio del
debido procedimiento en sede administrativa, el principio de impulso de oficio, el principio de
razonabilidad, el principio de imparcialidad, el principio de informalismo o el principio de
presunción de veracidad. Es así como la Administración debe adecuarse al denominado
principio de legalidad, pues se encuentra sometida al Derecho y, aunque está habilitada para
dictar reglas generales, estas están subordinadas a la ley. El principio de legalidad es el pilar
del derecho administrativo y del derecho público en general, dado que sin el mismo toda la
normativa administrativa, así como la doctrina sobre el particular, carecerían por completo de
razón de ser.

Las normas administrativas, y en especial la Ley de Procedimiento Administrativo General,


regulan el accionar de la Administración Pública sobre la base de principios generales;
establecen una adecuada regulación de un elemento básico en el derecho público que es el
acto administrativo; señalan una amplia normatividad sobre el propio procedimiento
administrativo, su iniciación, ordenamiento, instrucción, terminación y la ejecución de las
resoluciones administrativas, al amparo del principio de ejecutoriedad. Asimismo, la Ley precisa
importantes preceptos respecto a los procedimientos de revisión que realiza la Administración,
operen estos a pedido de parte o de oficio. Por otro lado, la Ley de Procedimiento
Administrativo General regula de manera general procedimientos especiales de particular
importancia en la Administración Pública moderna, como son el procedimiento trilateral y el
procedimiento sancionador.

Finalmente, la norma materia de estudio establece normativa precisa correspondiente a la


responsabilidad de la Administración Pública desterrando definitivamente aquella concepción
monárquica que pretendía asegurar que el Estado no era susceptible de cometer errores y
respecto a la responsabilidad del personal que trabaja para ella, conforme al principio de
responsabilidad.

2. EL PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO

El procedimiento administrativo es por definición un proceso cognitivo, pues implica una toma
de decisión fundada en un análisis previo, tras el cual se emite una resolución. El procedimiento
administrativo no implica entonces la generación de una declaración de voluntad, dado que esta
última se encuentra limitada por el principio de legalidad, al cual ya hemos hecho referencia en
su momento. Como lo hemos señalado al momento de referirnos al acto administrativo, este no
constituye una declaración de voluntad, debiendo descartarse las posiciones doctrinarias y
98
jurisprudenciales —nacionales y extrajeras— que identifican el acto administrativo con el acto
jurídico civil.

2.1. Finalidad del procedimiento administrativo

El procedimiento administrativo, a su vez, tiene una doble finalidad. En primer lugar, constituir
una garantía de los derechos de los administrados, haciendo efectivo en particular el derecho
de petición administrativa. Y es que el procedimiento administrativo es la reacción del Estado de
Derecho ante la existencia de potestades autoritarias de la Administración, en mérito de
concepciones provenientes de respeto por los derechos fundamentales y el sometimiento de la
Administración a la Ley.

Pero a la vez, el procedimiento administrativo debe asegurar la satisfacción del interés general.
Dentro de esta lógica, se incluyen principios como el de verdad material, eficacia o
informalismo, así como conceptos tan importantes como los de simplificación administrativa, el
impulso de oficio, oficialidad de la prueba y la participación de los administrados en él.

2.2. Clasificación de los procedimientos administrativos contenida en la ley de


procedimiento administrativo general

En primer lugar, los procedimientos administrativos que inician los administrados ante las
entidades para satisfacer o ejercer sus intereses o derechos —es decir, los iniciados a pedido
de parte—, se clasifican en: procedimientos de aprobación automática o de evaluación previa
por la entidad, y este último a su vez se encuentra sujeto, en caso de falta de pronunciamiento
oportuno por parte de la Administración, a silencio positivo o silencio negativo Ahora bien, la Ley
no establece una clasificación de los denominados procedimientos de oficio —iniciados sin
participación directa del administrado—, ni establece esquemas de silencio administrativo para
ello, no existiendo mecanismos de protección al administrado ante la inmovilidad de la
Administración más allá de la denominada caducidad, de aplicación muy puntual en el
procedimiento administrativo peruano. Nos referiremos a lo señalado más adelante.

2.3. Procedimientos tramitados por la Administración que no son procedimientos


administrativos

Es evidente que no todo procedimiento tramitado al interior de una entidad pública es un


procedimiento administrativo. Ello porque no todo procedimiento —entendido como una
sucesión de actuaciones administrativas dirigidas a la obtención de un resultado específico—
tiene por finalidad generar un acto administrativo. De hecho, existen múltiples procedimientos
que tienen por finalidad generar actos de administración interna o actuaciones de naturaleza
contractual. Denominar procedimiento administrativo a un procedimiento meramente
institucional constituye una evidente contradicción.

99
2.4. Manual de Procedimientos Institucionales

Un mecanismo que permite aclarar lo antes señalado es la existencia de los llamados Manuales
de Procedimientos (MAPRO) al interior de las entidades de
la Administración Pública. El MAPRO es un instrumento de gestión que debe contener todos los
procedimientos que a su vez detallan las acciones que se siguen en la ejecución de los
procesos generados para el cumplimiento de las funciones —a cargo de las diferentes unidades
orgánicas de una entidad— y que debe guardar correspondencia con los dispositivos legales
y/o administrativos que regulan el funcionamiento de esta.

Según las normas aplicables, el Manual de Procedimientos es un documento descriptivo y de


sistematización normativa, teniendo a la vez un carácter instructivo e informativo, puesto que
pone en conocimiento del personal de la entidad respecto a los procedimientos que operan al
interior de ella. En dicho documento se incluyen todos los procedimientos institucionales, siendo
que únicamente los procedimientos administrativos son incorporados al Texto Único
de Procedimientos Administrativos (TUPA).

La Policía Nacional del Perú como institución pública dependiente del Ministerio del Interior
actualmente cuenta con distintos dispositivos institucionales relacionados con sus objetivos
como son el Mapa de Procesos Nivel 0 de la Policía Nacional del Perú que sirve para la
implementación de la gestión por procesos en el marco de la Política Nacional de
Modernización de la Gestión Pública; el Manual de Procesos del proceso estratégico E.03
Desarrollo Institucional de la Policía Nacional del Perú que sirve para establecer los procesos y
procedimientos a fin de preservar, controlar y supervisar la disciplina, imagen institucional, la
ética y la calidad del servicio policial a nivel nacional; el Manual de Procesos del Proceso
Estratégico E.07 Disciplina de la Policía Nacional del Perú que establece los procesos y
procedimientos que se desarrollan en la Policía Nacional del Perú para promover la
modernización y el desarrollo de la Institución Policial y asimismo, a nivel del ámbito operativa
con el Manual de Procedimientos Operativos de la policía Nacional del Perú donde se
establecen los procedimientos operativos que deben adoptar el personal policial en la
prevención e investigación del delito o para brindar apoyo a las entidades públicas conforme a
ley.

3. PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO DE OFICIO

El procedimiento de oficio implica que la Entidad dé comienzo a un procedimiento administrativo


sin intervención ni petición directa de administrado alguno a través de una decisión razonada de
la Administración. Son iniciados de oficio los procedimientos de fiscalización posterior
señalados en la Ley de Procedimiento General, los procedimientos sancionadores en general,
los procedimientos tributarios de fiscalización y los procedimientos de control iniciados por el
INDECOPI o los organismos reguladores, entre otros. La iniciación de oficio es la modalidad
aplicable en general a los procedimientos cuya resolución puede generar consecuencias
100
negativas a sus destinatarios, puesto que resulta imposible que se genere ello a partir de una
petición de un administrado, incluso si es el resultado de una denuncia. Sin embargo, la Ley no
impide su uso en procedimientos cuyo resultado pueda resultar favorable a los destinatarios del
acto administrativo en cuestión.

La existencia de procedimientos de oficio se justifica considerando que existe actos


administrativos que la Administración debe emitir sin la participación de los administrados, e
incluso, en contra de su voluntad puesto que los efectos de estos pueden resultar gravosos. A
su vez, la necesidad de la activación del procedimiento por parte de la Administración se
justifica en el interés general, que se supone que no siempre concuerda con el interés individual
de los particulares. Sin embargo, esta concepción es discutible, toda vez que el interés general
se concibe como la sumatoria de los intereses particulares de la colectividad. Incluso a nivel del
procedimiento sancionador, como veremos más adelante, la Administración se convierte en juez
y parte, en especial si no existe una denuncia que haya generado la iniciación del
procedimiento.

4. PROCEDIMIENTOS INICIADOS A PEDIDO DE PARTE

Como su nombre lo indica, son aquellos procedimientos iniciados por el administrado en mérito
del empleo de su derecho de petición y pretendiendo hacer efectivo un interés o derecho
específico, sea particular o colectivo. Los procedimientos a pedido de parte pueden clasificarse
en procedimientos de aprobación automática y procedimientos de evaluación previa.

4.1. Procedimiento de aprobación automática

El procedimiento de aprobación automática consiste en que la solicitud es considerada


aprobada desde el mismo momento de su presentación ante la entidad competente para
conocerla, siempre que cumpla con los requisitos y entregue la documentación completa,
previsiones exigidas en el Texto Único de Procedimientos Administrativos (TUPA) de la entidad.

La existencia de procedimientos de aprobación automática se basa en principios de


simplificación administrativa, como la presunción de veracidad, celeridad y privilegio de
controles posteriores. Asimismo, se justifica en el empleo de mecanismos de promoción de la
inversión privada, favoreciendo el ingreso al mercado de los agentes económicos; además de
permitir la participación de los administrados en los procedimientos y el manejo de la
administración pública. De esta manera se establecen mecanismos a través de los cuales se
favorece a los administrados de manera directa, fomentando su ingreso a la formalidad.

De hecho, la aprobación automática se concibió como un mecanismo para eliminar restricciones


administrativas para la inversión privada, siendo evidentemente preferida sobre la evaluación
previa.
Los procedimientos de aprobación automática permiten a la Administración Pública mejorar su
101
eficiencia, enfocando la evaluación previa a los supuestos que realmente lo justifiquen, es decir,
aquellos en los cuales la intensidad del interés general involucrado requiera de un análisis más
exhaustivo de la legalidad o pertinencia de lo solicitado por el administrado. Tal situación genera
una reducción de costos evidente en el ámbito de las entidades, que beneficia a la sociedad en
su conjunto, dado que los costos administrativos que asume el Estado son finalmente cargados
a aquella a través del sistema impositivo.

En el procedimiento de aprobación automática, la entidad no emite pronunciamiento alguno que


confirma la aprobación automática. El procedimiento no es sustanciado al interior de la entidad,
sino que es instruido fuera de él, puesto que el interesado prueba la licitud de lo solicitado con
la documentación pertinente, la misma que se da por válida en mérito de la aplicación del
principio de presunción de veracidad. Para algunos, más que una autorización, el procedimiento
de aprobación automática consiste en una comunicación documentada realizada por el
particular. Para otros, sin embargo, al procedimiento de aprobación automática implica la
emisión de un acto administrativo tácito, como resultado del cual se adquiere el derecho o la
autorización respectiva. Dicho documento no puede ser considerado un acto administrativo,
sino más bien la constancia de la existencia de la autorización o el derecho adquirido como
resultado del procedimiento de aprobación automática.

Es así como, como constancia de la aprobación automática de la solicitud del administrado,


basta la copia del escrito o del formato presentado —el denominado cargo de presentación—,
conteniendo el sello oficial de recepción, sin observaciones e indicando el número de registro de
la solicitud, fecha, hora y firma del agente receptor, salvo lo señalado en el párrafo precedente.

4.1.1. Procedimientos considerados de aprobación automática

En el mismo orden de ideas, la norma señala que son procedimientos de aprobación


automática, sujetos evidentemente a la presunción de veracidad, aquellos que cumplan con
determinados requisitos establecidos por la Ley. Estos requisitos operan sin perjuicio de la
fiscalización posterior que realice la administración, procedimiento que como veremos más
adelante es la evidente respuesta del ordenamiento jurídico a la presunción de veracidad.

1. Aquellos conducentes a la obtención de licencias, autorizaciones, constancias y copias


certificadas o similares; resultados que favorecen al administrado y que le permiten
ejercer determinados derechos, los cuales requieren una respuesta inmediata de la
administración.

2. Que sean procedimientos que habiliten para el ejercicio continuado de actividades


profesionales, sociales, económicas o laborales en el ámbito privado, de tal manera que
ante el incumplimiento de alguno de los requisitos la Administración puedan declarar la
nulidad de la autorización en cuestión.

102
3. Que las actividades a realizar no afecten derechos de terceros, de tal manera que no
sea indispensable informarles a estos de la existencia de la autorización o del ejercicio
del derecho.

Lo que ocurre es que la obligación administrativa de solicitar autorizaciones para el ejercicio de


determinadas actividades genera costos de transacción respecto a los particulares, que a su
vez desincentivan dichas actividades, que resultan importantes para la colectividad. En
consecuencia, y a fin de corregir la distorsión generada por dicho mecanismo de intervención
estatal, y a la vez permitir corregir la lentitud e ineficiencia de la Administración Pública, se
establece que la aprobación será automática, siempre que se cumpla con los requisitos
exigidos, y sin perjuicio de la fiscalización posterior.

4.1.2. Fiscalización posterior

Por la fiscalización posterior —típico procedimiento iniciado de oficio, como ya hemos visto—, la
entidad ante la que se realiza un procedimiento de aprobación automática o de evaluación
previa, queda obligada a verificar de oficio mediante el sistema del muestreo, la autenticidad de
las declaraciones, de los documentos, de las informaciones y de las traducciones
proporcionadas por el administrado.

La fiscalización posterior es el comprensible correlato de la existencia de procedimientos


de aprobación automática. Dado que se asume que la documentación es veraz —al amparo de
la presunción de veracidad, elemento fundamental dentro de la concepción de simplificación
administrativa, como bien sabemos—y se establece la asignación inmediata del derecho, la
Administración Pública, en mérito de consideraciones de interés general, debe establecer
mecanismos de fiscalización de la documentación presentada. Ello permite además que el
Estado no renuncie a su función fiscalizadora, sin que ello perjudique a los administrados en la
tramitación de los procedimientos administrativos.

Lo indicado en el párrafo precedente no obsta para que no deba emplearse la fiscalización


posterior respecto a los procedimientos de evaluación previa, en particular los sometidos a
silencio administrativo positivo. Ello dado que la presentación de documentos y la información
proporcionada por los administrados dentro de los procedimientos de evaluación previa también
gozan de presunción de veracidad, fundamentalmente cuando los mismos configuran
sucedáneos documentales, como veremos más adelante.

4.2. Procedimiento de evaluación previa

En el procedimiento de evaluación previa, a diferencia del procedimiento de aprobación


automática, se requiere de la sustanciación del procedimiento respectivo por parte de la
entidad, así como la emisión de un pronunciamiento por parte de esta. En el procedimiento de
evaluación previa se da propiamente actos de instrucción, así como la resolución final en el
103
procedimiento, actos que no se generan en el procedimiento de aprobación automática,
convirtiéndose en el procedimiento administrativo por excelencia. Ahora bien, si bien es cierto la
entidad tiene siempre la obligación de resolver, es necesaria la existencia de mecanismos
aplicables a la inacción de la Administración, que se encuentran configurados a través de
silencio administrativo, creado como garantía de los derechos del administrado. En
consecuencia, existen procedimientos de evaluación previa sujetos a silencio administrativo
positivo, así como los procedimientos sujetos a silencio administrativo negativo.

Existe silencio administrativo positivo cuando el administrado se encuentra facultado a asumir


que la autoridad ha accedido a lo solicitado ante la inactividad de esta. Se habla de silencio
administrativo negativo cuando el administrado, ante el transcurso del plazo, puede asumir que
lo solicitado ha sido denegado. En ambos casos, se mantiene el derecho del administrado de
esperar el pronunciamiento de la administración en caso lo considerase conveniente.

4.2.1. Plazo máximo para el procedimiento administrativo de evaluación previa

El plazo que transcurra desde el inicio de un procedimiento administrativo de evaluación previa


hasta que sea dictada la resolución respectiva, no puede exceder de treinta (30) días hábiles,
salvo que por ley o decreto legislativo se establezcan procedimientos cuyo cumplimiento
requiera una duración mayor.

El TUPA evidentemente puede establecer plazos menores, pero nunca mayores. Transcurrido
el citado plazo, los administrados pueden hacer uso de los mecanismos que les provee el
sistema jurídico, en particular el silencio administrativo que corresponda, de acuerdo con la Ley.
La doctrina sigue discutiendo respecto a la iniciación de procesos judiciales ante la inactividad
formal de la Administración, las mismas que incluyen el proceso de cumplimiento y el proceso
contencioso administrativo por omisión.

5. LOS SUJETOS DEL PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO

Los sujetos que intervienen en el procedimiento administrativo general son los administrados y
la autoridad administrativa. Ambos son partes en tanto interactúan en el procedimiento a fin de
obtener el resultado de manera conjunta, los administrados en términos de interés personal y la
Administración Pública al amparo, en principio, del denominado interés general. La citada
interacción, sin embargo, no implica ni configura necesariamente un conflicto de intereses entre
las citadas partes, pero deja en claro la relación desigual existente entre ambos. En cambio, en
un proceso trilateral, y como su nombre lo indica, existen tres partes claramente diferenciadas,
una de ellas es la Administración -el ente encargado de la solución del conflicto, en general un
órgano colegiado o un tribunal administrativo- y las otras son dos administrados con intereses
claramente contrapuestos, respecto de los cuales la autoridad debe resolver.

5.1. Los administrados


104
El administrado es la persona natural o jurídica que, cualquiera sea su calificación o situación
procedimental, participa en el procedimiento administrativo. Para que una persona pueda ser
considerada administrado, se debe encontrar en una relación de subordinación respecto a la
Administración y bajo su tutela en una situación jurídica determinada. Asimismo, se requiere la
existencia de un interés por parte del administrado, lo cual lo convierte en protagonista del
procedimiento.

Ahora bien, una entidad estatal puede intervenir como administrado en un procedimiento
administrativo cuando se somete a las normas que lo disciplinan, en igualdad de facultades y
deberes que los demás administrados. Esto se ve por ejemplo en procedimientos
administrativos trilaterales, en donde la autoridad administrativa puede resolver conflictos
incluso entre dos entes administrativos.

5.2. Autoridad administrativa

La autoridad administrativa, al interior de un procedimiento administrativo es el agente de las


entidades que, bajo cualquier régimen jurídico, ejercen potestades públicas y conducen el inicio,
la instrucción, la sustanciación, la resolución, la ejecución, o que de otro modo participan en la
gestión de los procedimientos administrativos.

Autoridad administrativa, en el sentido del procedimiento administrativo no son solo los órganos
administrativos de la administración central, sino también de los entes descentralizados y las
empresas del Estado en tanto emitan actos administrativos.

También pueden ser entidades administrativas, conforme a las más recientes orientaciones del
derecho administrativo comparado, órganos de personas públicas no estatales —como los
colegios profesionales— y hasta personas privadas, como por ejemplo las que prestan servicios
públicos.

EN CONCLUSIÓN
La adecuada regulación del funcionamiento de la Administración Pública, así como de la
tramitación del procedimiento administrativo es de importancia medular para el derecho público
en general y el derecho administrativo en particular.

La finalidad del ordenamiento del funcionamiento de la Administración Pública y del


procedimiento administrativo es muy clara, puesto que se pretende establecer el régimen
jurídico aplicable para que la actuación de la Administración Pública sirva para la protección del
interés general, buscando de esta manera —al mismo tiempo— garantizar los derechos e
intereses de los administrados, y con sujeción al ordenamiento constitucional y jurídico en
general.
Siempre debe tenerse en cuenta un principio tan importante como el de la Primacía de los
Derechos Fundamentales, nacido en los albores del constitucionalismo moderno y componente
105
primordial de lo que conocemos como Estado de Derecho. Esta primacía implica, por lo menos
para el sistema democrático liberal moderno, que los derechos fundamentales deben ser
preferidos sobre cualquier otro bien jurídico que no goce de dicha categoría. Ello evidentemente
no puede ser desconocido por el accionar de las entidades públicas.

La Administración debe adecuarse al denominado principio de legalidad. En el Estado de


derecho se ubica a la Administración como esencialmente ejecutiva, encontrando en la ley su
fundamento y el límite de su acción. Es una Administración sometida al Derecho y, aunque está
habilitada para dictar reglas generales, estas están subordinadas a la ley. El principio de
legalidad es el pivote del derecho administrativo —y del derecho público en general—, dado que
sin el mismo toda la normativa administrativa, así como la doctrina sobre el particular,
carecerían por completo de razón de ser.

Las normas administrativas, y en especial la Ley de Procedimiento Administrativo General,


regulan el accionar de la Administración Pública sobre la base de principios generales;
establecen una adecuada regulación de un elemento básico en el derecho público que es el
acto administrativo; señalan una amplia normatividad sobre el propio procedimiento
administrativo, su iniciación, ordenamiento, instrucción, terminación y la ejecución de las
resoluciones administrativas, al amparo del principio de ejecutoriedad. Asimismo, la Ley precisa
importantes preceptos respecto a los procedimientos de revisión que realiza la Administración,
operen estos a pedido de parte o de oficio.

En el manual materia de estudio, encontramos el contenido temático de todo aquello que


venimos desarrollando a favor de los Estudiantes, como:

La función administrativa, principios que la regulan, sistema de fuentes del derecho


administrativo, la estructura de la administración pública, la organización de la administración
pública, organización descentralizada, la autoridad administrativa o la administración pública
como sujeto de relaciones jurídicas procesales, colaboración entre entidades, régimen jurídico
de los administrados, régimen jurídico de los actos administrados, la validez y la nulidad del
acto administrativo, la eficacia de los actos administrativos: notificación y publicación, el
procedimiento administrativo, la legalidad del procedimiento, formas de iniciación del
procedimiento administrativo, el inicio del procedimiento administrativo, el tiempo en el
procedimiento administrativo: plazos y términos, la ordenación del procedimiento administrativo,
la instrucción del procedimiento administrativo, fin del procedimiento, ejecución de los actos
administrativos, revisión de oficio de los actos administrativos, los recursos administrativos, el
procedimiento administrativo trilateral y la potestad sancionadora de la administración pública.

Como es de verse, el manual de procedimiento administrativo general, es prácticamente una


guía importante para el desarrollo de las actividades; tanto, para las entidades públicas como
para los particulares que necesitan de ella. De allí, la obligatoriedad de los miembros de la
Policía Nacional del Perú para conocer a cabalidad dicha materia en razón de su finalidad
106
constitucional y fundamental para el desarrollo de sus actividades funcionales a favor de la
comunidad (interés general).

DÉCIMA CUARTA SEMANA (04 HORAS)


08 AL 13AGO2022

RECEPCIÓN, EXPOSICIÓN Y CALIFICACIÓN DE LOS TRABAJOS


COLABORATIVOS

DÉCIMA QUINTA SEMANA (04 HORAS)


15 AL 20AGO2022

TALLER Y CASUÍSTICA

DÉCIMA SEXTA SEMANA (04 HORAS)


22 AL 27AGO2022

EXAMEN FINAL DACA

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