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1. TIPO PENAL
La conducta delictiva que se conoce con el nomen iuris de infanticidio se encuentra regulado
en el tipo penal del artículo 110 del código sustantivo, el que literalmente señala:
La madre que mata a su hijo durante el parto o bajo la influencia del estado puerperal, será
reprimida con pena privativa de libertad no menor de uno ni mayor de cuatro años o con
prestación de servicio comunitario de cincuenta y dos a ciento cuatro jornadas.
2. TIPICIDAD OB]ETNA
El infanticidio se configura cuando la madre ocasiona, ya sea por acción u omisión, la muerte
dolosa del producto de su gestación durante o en circunstancias del parto o cuando se
encuentre bajo los efectos del estado puerperal.
En la ciencia médica, se entiende por parto a la función fisiológica natural mediante el cual el
producto del embarazo es expulsado del vientre materno al mundo exterior. Ello significa que
se inicia desde el momento que la gestante comienza a sentir intensos dolores que avisan el
inminente nacimiento y finaliza cuando es totalmente expulsado al exterior el nuevo individuo.
En forma más precisa, el parto se inicia con lo que comúnmente los obstetras, obstetrices y
ginecólogos llaman dilatación (desde uno a diez cm.), pues desde esos instantes, el producto
de la gestación tiene vida independiente. Ha cumplido el período biológico de nueve meses y
se encuentre expedito para desarrollar su vida
En consecuencia, pensar que la vida humana independiente se inicia con la percepción visual
de la persona en la fase del alumbramiento del parto, una vez que comienza a salir del claustro
materno, pues es "más reprochable matar lo que se ve que lo que no se ve", no tiene asidero
en nuestro sistema jurídico penal, debido que si ese hubiese sido el razonamiento del
legislador nacional, nada se oponía que en lugar de decir "durante el parto", hubiese indicado
"durante el nacimiento" en el tipo penal correspondiente al infanticidio. Ello debido que,
desde todo punto de vista, son términos claramente definidos por la Real Academia de la
Lengua Castellana. Realizar interpretación diversa y darle otro significado a las palabras
debidamente conceptualizadas, ocasiona seria distorsión en la dogmática penal, originando
equívocos y cuando no injusticias en la praxis judicial.
Además, sustenta nuestra posición el hecho que para nuestro legislador no era nada nuevo
indicar "durante el nacimiento", si aquello hubiese sido su intención, pues el artículo 242 del
Código Penal de 1863 regulaba el infanticidio en los términos siguientes: "La mujer de buena
fama que por ocultar su deshonor matare a su hijo en el momento de nacer, sufrirá cárcel".
Aquí tenemos un antecedente legislativo, en donde se tenía como límite del infanticidio, el dar
muerte durante el nacimiento. En consecuencia, alegar que el legislador ha incurrido en error
de técnica legislativa al mencionar "durante el parto" en lugar de decir "durante el nacimiento"
en el tipo penal del artículo 110, no tiene mayor fundamento.
Por otro lado, resulta explicable que los penalistas españoles Muñoz Conde y Enrique
Gimbernat, entre otros, defiendan o sustenten la posición de la percepción visual, pues el
artículo 410 del Código Penal español ya derogado, pero comentado por aquellos, al tipificar la
figura del infanticidio indicaba: "la madre que para ocultar su deshonra matare al hijo recién
nacido". Aquí, claramente se indica que el sujeto pasivo será siempre un recién nacido, para
nada se hace alusión "durante el parto" como aparece en el tipo penal del Código Penal
peruano. En consecuencia, es compatible que para el sistema jurídico penal español tenga
asidero la teoría de la percepción visual, tan igual como lo es para el sistema penal argentino
que utiliza igual fórmula legislativa al tipificar el delito de infanticidio. Pero, de modo alguno,
podemos sustentarla en nuestro sistema jurídico penal. También resulta necesario indicar que
la figura autónoma del infanticidio ha sido suprimida en el Código Penal español de 1995, al
punto que en la actualidad interpretativamente solo se constituye en agravante del homicidio
simple tipificado en el artículo 138 del citado texto punitivo.
En suma, para nuestro sistema jurídico penal se configurará el infanticidio en circunstancias o
durante el parto, cuando la madre de muerte a su hijo en el periodo comprendido entre el
inicio de los intensos dolores y la expulsión total al exterior del nuevo ser.
El estado puerperal se entiende como aquel periodo que transcurre desde el nacimiento del
niño hasta que los órganos genitales y el estado psicológico de la recién madre vuelvan a su
normalidad anterior a la gestación. Resulta, como efecto natural del parto, la alteración
psicológica de la madre, ocasionando una disminución en su capacidad de entendimiento y sus
frenos inhibitorios, ello como consecuencia lógica del sufrimiento físico vivido durante el parto
y la debilidad al haber perdido abundante líquido sanguíneo y cuando no, el latente
sentimiento de no querer al recién nacido ya sea por circunstancias éticas o económicas.
Roy Freyre enseña que estado puerperal es el tiempo que transcurre sin que la madre se haya
recuperado todavía de las alteraciones psico-física propias del embarazo y alumbramiento. La
palabra "estado" permite dar una idea clara que se trata de un proceso donde se presentan
sucesivos modos de ser de una situación personal sujeta a cambio. En consecuencia, si la
madre durante este estado da muerte a su hijo recién nacido, será autora del delito de
infanticidio. Caso contrario, de verificarse la inexistencia del estado puerperal al momento de
dar muerte a su hijo, la conducta homicida de modo alguno constituirá infanticidio sino
parricidio y, por tanto, la pena a imponerse será mayor.
Finalmente, al ser unánime la doctrina en el sentido que el tiempo que dura el estado
puerperal es incierto y varía de una mujer a otra, su fijación se determinará en cada caso
concreto que la realidad presente. Situación que será determinada con el apoyo de los
expertos en la ciencia médica y psicológica y sobre la base de las circunstancias en que
ocurrieron y rodearon a los hechos.
Al revisar la literatura penal sobre las razones que privilegian la figura del infanticidio,
mayormente encontramos que la razón fundamental resulta ser el matar para mantener el
honor, la buena fama de la agente. El privilegio tiene un fundamento honoris causa. En tanto
que otros sustentan la atenuación de la pena solo en el estado puerperal. Finalmente, hay
quienes tratan de hacer una mixtura entre honoris causa e impetus domis, es decir,
fundamentan el privilegio entre el matar por honor y el matar durante el estado puerperal. Sin
embargo, en la actualidad nadie puede sustentar seriamente que el infanticidio se privilegie
por razones de honor o fama. Ello ha quedado obsoleto en la sociedad moderna que nos ha
tocado vivir.
En esta época de modernidad o, porque no, de postmodernidad se tiene claro que las razones
que fundamentan el privilegio del infanticidio lo constituye la disminución de la imputabilidad
de la agente, al actuar durante el estado del parto o bajo la influencia del estado puerperal. Las
especiales circunstancias en las que actúa el sujeto activo constituyen el fundamento del
privilegio punitivo del injusto penal de nomen iuris infanticidio. "La atenuación se explica por
los trastornos psíquicos que ocasionan en la mujer los significativos cambios físicos propios del
embarazo y del parto". Nadie puede objetar fundadamente que las especiales condiciones en
las que el agente desarrolla la conducta homicida, 1 justifiquen en cierto modo y medida su
actuar. Por ello se afirma que el infanticidio aparece como un delito especial impropio de
naturaleza sui generis debido que determina la atenuación de la punibilidad. Creemos que con
el avance de la ciencia médica actual, no tiene sustento afirmar (como lo hacía en los años
cuarenta, el argentino José Peco) que el estado puerperal es vago, incierto y peligroso.
Por otro lado, de ningún modo puede sostenerse, que el fundamento del privilegio punitivo del
que goza el delito en sede, lo constituya el hecho que la víctima sea un recién nacido o
naciente como al parecer opinan Villavicencio, Bramont-Arias Torres/García Cantizano y Villa
Stein. Aceptar tal posición es arbitrario, no compatible con nuestro sistema jurídico, en donde
el bien jurídico "vida" tiene el mismo valor en todos los delitos que le afectan o ponen en
peligro. No se acepta alguna diferencia entre una vida independiente y otra. Por lo demás, no
entendemos de donde salió tal planteamiento, pues por la forma cómo aparece redactado el
tipo penal, no se evidencia mínimamente que la minorante sea consecuencia de la calidad o
condición del sujeto pasivo. La condición consistente en que la víctima se encuentre en
inminente nacimiento, naciente o nacido, para nada influye en la atenuación de la pena.
Tampoco el parentesco constituye razón para que opere la minorante.
Lo constituye la vida humana independiente entendida como aquella que no necesita ningún
mecanismo artificial para desarrollarse y desenvolverse en este mundo. Esto es, desde el
momento en que el individuo trata o mejor dicho intenta, en forma natural, salir del vientre de
la madre hacia adelante. En otros términos, desde la circunstancia fácilmente verificable por la
ciencia médica, como lo es el inicio de los intensos dolores, aparece el bien jurídico protegido
por el hecho punible de infanticidio.
Por la misma construcción del tipo penal, solo es posible que la madre biológica del naciente o
recién nacido sea sujeto activo del ilícito penal de infanticidio. Se conoce como un típico delito
de propia mano. El infanticidio viene a constituir un delito especial impropio, pues la condición
del sujeto activo solo atenúa la penalidad. En tanto, si la madre no actúa bajo las
circunstancias anotadas en el tipo penal, será autora del ilícito de parricidio. La atenuante no
alcanza a otros parientes, de tal modo que, si el padre del recién nacido da muerte a este, su
conducta será adecuada para la figura del parricidio. Con la condición impuesta por el
legislador de que solo sujeto activo puede ser la madre biológica del naciente o nacido, se está
dando a entender que de modo alguno la calidad de vida del sujeto pasivo, es el fundamento
para la atenuación de la pena. Si otro pariente, diferente a la recién madre, o un extraño pone
fin a la vida del naciente o nacido, su conducta no será adecuada a la figura del infanticidio,
sino, según sea el caso, al parricidio u homicidio simple.
De acuerdo con lo expuesto, solo serán sujetos pasivos de infanticidio el individuo que se
encuentra en inminente nacimiento, el que está naciendo y el ya nacido que se encuentra
desarrollándose normalmente durante el período en que la madre se encuentra bajo los
efectos del estado puerperal. Le asiste razón a Bramont-Arias Torres/García Cantizano cuando
afirman que, si la madre matara bajo la influencia del estado puerperal a otro hijo, distinto del
recién nacido, estaríamos ante a un caso de parricidio posiblemente atenuado por disminución
de la culpabilidad de la mujer, pero no infanticidio. Incluso si la recién madre en estado
puerperal da muerte a otro niño que no es su hijo, su conducta homicida se subsumirá en el
tipo penal del homicidio, pero jamás en el tipo penal de infanticidio. Esto se deduce del mismo
tenor literal del texto del artículo 110 del Código Penal. Donde se relaciona directamente el
momento del parto y del estado puerperal con la figura de "su hijo".
3. TIPICIDAD SUBJETIVA
Ello en aplicación del artículo 20 inciso 1 del corpus juris penale. Esto último ocurriría cuando
la madre actúe bajo los efectos de una fiebre puerperal, por ejemplo.
En cuanto al error, cabe indicar que de presentarse será resuelto aplicando los principios
generales ya expuestos ut supra.
4. ANTIJURIDICIDAD
Una vez que se ha determinado que en la conducta analizada concurren todos los elementos
objetivos y subjetivos que conforman la tipicidad del infanticidio previsto en el artículo 110 del
Código Penal, el operador jurídico pasará inmediatamente a analizar el segundo elemento o
nivel denominado antijuridicidad. Es decir, se entrará a determinar si la conducta es contraria
al ordenamiento jurídico o en su caso, concurre alguna causa de justificación de las previstas y
sancionadas en el artículo 20 del Código Penal. De ese modo, el operador jurídico analizará si
en el infanticidio concreto concurre un estado de necesidad justificante o el agente actuó por
una fuerza física irresistible o compelido por un miedo insuperable.
5. CULPABILIDAD
Luego, determinará si tenía conocimiento que su actuar homicida era antijurídico, es decir,
contrario al ordenamiento jurídico del país. De modo alguno se requiere un conocimiento
específico, sino simplemente un conocimiento paralelo a la esfera de un profano, o mejor, un
conocimiento que se desprende del sentido común que gozamos todas las personas normales.
Finalmente se entrará a analizar si el agente tuvo o no alternativa diferente a cometer el
delito.
6. CONSUMACIÓN
El delito se perfecciona en el instante que el agente pone fin a la vida de su indefensa víctima.
Es irrelevante determinar los medios y la forma empleada para calificar el delito, pudiendo ser
por estrangulamiento, por inanición, sumersión, sepultamiento, etc. La participación también
es posible, siendo de aplicación lo dispuesto en el artículo 25 del código sustantivo con igual
razonamiento a lo dicho en lo referente al parricidio. Ello aun cuando los tratadistas nacionales
de derecho penal, más por costumbre o tradición que por argumentos consistentes, sean de
contraria opinión alegando que para resolver la responsabilidad de los instigadores y
cómplices debe recurrirse al artículo 26 del Código Penal.
Por otro lado, por ser benigna la pena, puede aparecer una injusticia que a un partícipe que no
se encuentre en las especiales circunstancias que exige el tipo penal para el agente, sea
merecedor de la atenuante o minorante. Sin embargo, este supuesto de ningún modo puede
ser un argumento para romper los principios generales de la figura penal de participación, sino
por el contrario, debemos alegar que la aplicación de las consecuencias jurídicas del delito será
graduada por el juzgado teniendo la posibilidad de imponerle el máximo de pena previsto en el
tipo penal, al ser mayor su culpabilidad respecto de la autora principal.
7. TENTATIVA
Es posible la tentativa al ser el infanticidio un hecho punible de resultado lesivo al bien jurídico
vida. Por ejemplo, se presenta cuando la madre después de dos días de haber tenido un parto
complicado, se dispuso a dar muerte al causante de sus intensos dolores mediante sumersión,
siendo el caso que cuando ya tenía al recién nacido por dos minutos debajo de agua, hizo su
aparición su cónyuge y padre de la criatura, evitando que se produzca el resultado letal luego
de un alterado forcejeo.
8. PENALIDAD.
Después del debido proceso donde queda claro la forma, medios y circunstancias en que actuó
el sujeto activo, así como su personalidad, la autoridad jurisdiccional podrá imponerle una
pena privativa de libertad no menor de uno ni mayor de cuatro años, o también de acuerdo a
las circunstancias le impondrá una pena limitativa de derechos de prestación de servicio
comunitario de cincuenta y dos a ciento cuatro jornadas. Esto es, facultativamente, el juzgador
le impondrá una pena privativa de la libertad o una pena limitativa de derechos.