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DIRECTOR:
Ptr. Juan David García R.

AUTOR:
Daniel Belvedere
REDACCIÓN Y REVISIÓN:
Diana Lucero Torres
DISEÑO Y DIAGRAMACIÓN:
Flor Mariel Carrillo Sánchez

ELABORACIÓN DE CLASES:
Escuela de Teología - Universidad de Navojoa

IMPRESIÓN:
Editorial Montemorelos S.A. de C.V.
Carretera Nacional Km. 206 Montemorelos N.L. México
Impreso en México - Printed in Mexico
2020 © Todos los derechos reservados

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Mensaje del Director:

Apreciado alumno:
Dios espera un servicio personal de cada uno de aquellos a quienes ha con-
fiado el conocimiento de la verdad para este tiempo. “No todos pueden salir
como misioneros a los países extranjeros, pero todos pueden ser misioneros en
su propio ambiente, para sus familias y su vecindario” (9T 30).
Es por lo anterior que el Instituto de Capacitación para Evangelismo, conti-
núa dando énfasis a la importancia de Todo Miembro Involucrado, como el
escenario indicado para poner el discipulado en acción.

Te animo, para que a través de las clases que recibirás en este módulo, tú pue-
das involucrarte en las filas del ejército de esperanza en el Norte de México.

Por una iglesia en movilización,

¡Vamos por más!

Ptr. Jua
Juan
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Garc
García Ramírez
Director
ctor dell Instituto de Capacitación para Evangelismo (ICE)
Unión
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Norte

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CÓMO ENSEÑAR LAS DOCTRINA
ADVENTISTAS BÁSICAS

Descripción del curso:


El propósito de este curso implica un profundo entendimiento de las enseñanzas
de la Iglesia Adventista lo cual es fundamental para todas las formas de alcance,
evangelismo y retención. En recientes años ha habido considerable controversia
con una variedad de puntos de vista que pueden traer confusión, de allí que este
curso le enseñará a:
• Repasar las doctrinas básicas de la Iglesia Adventista en su contexto
histórico.
• Explicar cómo las doctrinas son aplicadas a la vida de hoy.
• Proveer herramientas de enseñanza para cada una de las principales
doctrinas de la iglesia.

Al concluir el curso podrá aclarar y ampliar su conocimiento básico de las


enseñanzas de la Iglesia Adventista. Tendrá una mayor visión de la doctrina
en su contexto evangélico y la implementación de cada hito fundamental en el
arte de dar estudios bíblicos.

Libro de texto:
“Creencias de los Adventistas del Séptimo Día”
Editorial: APIA
Disponible en la agencia de publicaciones

Requisitos:
Para aprobar el curso de “Doctrinas Básicas Adventistas”, estos son los si-
guientes requisitos:
- Asistir a la clase o talleres al menos un 80% del tiempo.
- Leer el libro de texto y escribir en una página un resumen del contenido
del libro.
- Dar una disertación de una enseñanza o doctrina básica adventista en
su iglesia local.
- Preparar un escrito de una doctrina básica adventista y su explicación
en el mundo contemporáneo.

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ÍNDICE
Presentación 1.................................................................................................................... 6
Introducción 2.................................................................................................................... 7
• Qué debemos enseñar
• Un gran desafío llamado secularismo
• Cómo piensan y actúan los secularizados

UNIDAD 1: (OCTUBRE – DICIEMBRE 2020).................................................. 7


CÓMO ENSEÑAR LA BIBLIA Y LAS DOCTRINAS ESENCIALES DE LA
SALVACIÓN
• Cómo estudiar la doctrina de la Inspiración de la Biblia los católicos
• Problemas bíblicos de otras Iglesias
• Cómo estudiar la doctrina de la salvación
• Cómo estudiar la doctrina de la salvación con los católicos
• Los problemas de algunos protestantes con la doctrina de la salvación
• El bautismo cristiano

UNIDAD 2: (ENERO – MARZO 2021)................................................................ 35


CÓMO ENSEÑAR LAS DOCTRINAS DISTINTIVAS DEL ADVENTISMO
• Cómo enseñar el tema de la ley de Dios
• Cómo enseñar el segundo mandamiento
• Cómo enseñar la doctrina del sábado
• Cómo enseñar la doctrina de la inmortalidad condicional del hombre
• Objeciones y preguntas sobre el estado de los muertos

UNIDAD 3: (ABRIL – JUNIO 2021)......................................................................... 54
CÓMO ENSEÑAR LAS DOCTRINAS VINCULADAS CON LA ESCATOLOGÍA
Y LA ECLESIOLOGÍA
• El Milenio
• Cómo identificar a la Iglesia de Cristo
• Cómo ayudarle a un católico a descubrir cuál es la iglesia verdadera

UNIDAD 4: (JULIO – SEPTIEMBRE 2021)....................................................... 69


CÓMO ENSEÑAR LAS DOCTRINAS VINCULADAS CON EL CRISTIANISMO
PRÁCTICO
• Cómo enseñar a orar
• El evangelio de la salud
• Cómo enseñar los principios de la mayordomía cristiana
• Cómo enseñar los principios de la modestia cristiana
• El don de profecía nos ayuda a vivir el cristianismo práctico

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PRESENTACIÓN

Lo que usted encontrará en este manual


En este manual no se estudian todas las doctrinas de la iglesia. Si lo
que usted busca son los versículos principales de todas las doctrinas básicas
del adventismo, lo encontrara en el manual de la iglesia y en el libro “En
esto creemos”. También resulta útil y práctico el libro de bolsillo Estudiando
juntos, 1 escrito por Mark Finley
En este manual usted encontrará sugerencias de cómo enseñar
las doctrinas básicas del adventismo, y especialmente los puntos que a los
creyentes de otras Iglesias, les resultan más difíciles de aceptar.

El manual está ordenado de la siguiente manera:

1. Ideas prácticas de cómo enseñar la Biblia y las doctrinas


esenciales para la salvación. Por ejemplo, la Inspiración de la Biblia,
el plan de salvación, la justificación por la fe y la santificación
también por la fe.

2. Ideas prácticas de cómo enseñar las doctrinas distintivas


del adventismo. Por ejemplo: El sábado, el estado de los muertos,
los 2300 días, el santuario, el juicio investigador y el don de profecía.

3. Ideas prácticas de cómo enseñar las doctrinas vinculadas a


la escatología bíblica y la eclesiología. Por ejemplo, la segunda
venida de Cristo y El Milenio, los 2300 días y como identificar a la
iglesia verdadera.

4. Ideas prácticas de cómo enseñar las doctrinas vinculadas


con el cristianismo práctico. Por ejemplo: La reforma Pro salud,
la mayordomía cristiana y la modestia cristiana.

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INTRODUCCIÓN

Uno de los tres pilares del Ministerio de Jesús, cual es el uso de los princi-
pios del Evangelio (Mt 4: 23). Como continuadores de su misión tenemos el
privilegio de enseñar la palabra de Dios a quienes no la conocen. Sabemos
qué “ de igual importancia que el esfuerzo público es, la de casa en casa, en los
hogares de la gente” 2. Esta obra adquiere mayor importancia a medida que
se va cerrando el cerco del Gran conflicto. Por esa razón, el Instituto de Ca-
pacitación para Evangelismo ha puesto en su programa curricular este curso
en el que se analizará, cómo facilitar la enseñanza de las doctrinas adventistas
básicas. Ellas aparecen resumidas en esta introducción.
Conscientes de que algunas personas tienen dificultades para aceptar al-
gunas de las 28 doctrinas bíblicas fundamentales, las cuales están resumidas
en esta introducción. En este manual encontrará algunas ideas prácticas para
facilitar su enseñanza.

¿QUÉ ES LO QUE DEBEMOS ENSEÑAR?


Los Adventistas del Séptimo Día creemos en la Biblia como nuestra
única fuente de fe y de doctrina, en ella encontramos 28 doctrinas fun-
damentales, que resumimos a continuación.

¿QUÉ ES LO QUE DEBEMOS ENSEÑAR?


Los Adventistas del Séptimo Día creemos en la Biblia como nuestra única
fuente de fe y de doctrina, en ella encontramos 28 doctrinas fundamentales,
que resumimos a continuación.

LA BIBLIA

1 Compuesta por el Antiguo y el Nuevo Testamento, es la infalible palabra


de Dios, la cual fue transmitida por el Espíritu Santo a los apóstoles y
profetas (2 P 1:20- 21; Pr 30: 5- 6), ella nos da el conocimiento necesario
para la salvación (2 Ti 3: 16- 17), no revela las doctrinas (Jn 17: 17; Is
8:20), guía nuestra conducta cristiana (1 Ts 2:13; Sal 119:105; He 4:12).

LA DEIDAD

2 La Biblia nos Revela la existencia de un solo Dios (Dt 6:4), que es la


unidad de 3 Personas coeternas: El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo (Mt
28:19; 2 Co 13:14; Ef 4:4-6; 1 P 1:2) Dios es inmortal, todopoderoso,
omnisapiente; está por encima de todo y de todos, y es omnipresente (1
Ti 1:17; Ap 14:7).

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EL PADRE

3 Dios, el Padre Eterno, es el creador, la Fuente, el Sustentador y el So-


berano de toda la creación (Gn 1:1; Ap 4:11) Es justo y santo, misericor-
dioso y bondadoso, para la ira villano de invariable amor y fidelidad (1 Co
15:28; Jn 3:16; 1 Jn 4:8; 1 Ti 1:17; Ex 34: 6-7). Las cualidades y poderes
que se revelan en el Hijo y el Espíritu Santo son también revelaciones del
Padre. (Jn 14:9).

EL HIJO

4 Dios, el Hijo Eterno, se encarnó en Jesucristo. Por medio de Él todas las


cosas fueron creadas, se nos revela el carácter de Dios (Jn 1: 1-3, 14; Col
1: 15-19; Jn 10:30; 14:9), nos da la salvación (Ro 6: 23; 2 Co. 5:17- 19) y
el mundo es juzgado (Jn 5:22). Siendo para siempre verdaderamente Dios,
también se convirtió en verdaderamente hombre, en Jesús, el Cristo. Fue
concebido por el Espíritu Santo y nació de la virgen María (Lc 1:35; Fil
2:5- 11.) Él vivió y fue tentado como ser humano, pero ejemplificó perfec-
tamente la justicia amor de Dios (He 2: 9- 18). Por medio de sus milagros
manifestó su poder divino y fue confirmado como el Mesías prometido (1
Co 15:3-4). Él sufrió y murió voluntariamente en la cruz nuestros pecados
en lugar nuestro, fue levantado de los muertos, y ascendió para ministrar
en el santuario celestial en nuestro favor (He 8:1-2). Él volverá en gloria
para liberar definitivamente a su pueblo y restaurar todas las cosas (Jn 14:
1-3).

EL ESPÍRITU SANTO

5 Dios el Espíritu Eterno estaba activo con el Padre y el Hijo en la


creación, la encarnación y la redención (Gn 1:1-2; Lc 1:35; 4:18 Hch
10:38). El inspiró a los autores de las escrituras (2 P 1:21). El llenó la vida
de Cristo con poder (Jn 16:15). Él atrae y convence a los seres humanos;
y a los que responden a su llamado, lo renueva y transforma a la imagen
de Dios (2 Co 3:18). Fue enviado por el Padre y el Hijo para estar siempre
con sus hijos (Jn 14:16-18), y le concede a la iglesia dones espirituales (Ef
4:11), la capacita para dar testimonio a favor de Cristo (Jn 15:26-27; Hch
1:8), y en armonía con las escrituras, la lleva a toda la verdad (Jn 14: 26;
16:7-13).

LA CREACIÓN

6 Dios es el creador de todas las cosas y ha revelado en la escritura la des-


cripción auténtica de su actividad creadora (Gn 1:2; Sal 33:6; 9:104; He
11:3) Dios hizo al hombre y a la mujer en el sexto día de la semana de la
creación. En seis días hizo el señor “ los cielos y la tierra”, así como todo
lo que tiene vida sobre la tierra, y reposó en el séptimo día de esa primera
8
semana. Estableció así el Sábado como un recordativo perpetuo de su
obra creadora completa (Ex 20:8-11). El primer hombre y la primera mu-
jer fueron hechos a imagen de Dios (Gn 1:26-27), como la obra cumbre
de la creación (Gn 8:4-8); se les concedió dominio sobre el mundo, y se
les encargó que cuidasen de él (Gn 2:15; 19:20). Cuando el mundo estuvo
terminado, fue declarado “ muy bueno” (Gn 1:31), y revelaba la gloria de
Dios (Sal 19: 1-6).

LA NATURALEZA HUMANA

7 Nuestros primeros padres fueron hechos a la imagen de Dios (Gn 1:26-


27), con la capacidad y libertad de pensar y obrar (Hch 17:24-28). Si bien
fueron creados como seres libres, cada uno es una unidad indivisible de
cuerpo mente y espíritu (Gn 2:7), dependiente de vida para la vida, la
respiración y todo lo demás. Cuando nuestros primeros padres desobe-
decieron a Dios, negaron su dependencia de él y cayeron de la elevada
posición que ocupaban bajo la autoridad de Dios (Gn 3). La imagen de
Dios en ellos fue dañada (Sal 51:5), y pasaron a estar sujetos a la muerte
(Ro 3:23; 6:23). Sus descendientes comparten esta naturaleza caída y sus
consecuencias. Nacen con debilidades y tendencias al mal (Ro 5:12-17).
Pero Dios en Cristo reconcilió el mundo a sí mismo (2 Co 5:19-20), y por
su espíritu restaura en los mortales penitentes la imagen de su Hacedor
(Sal 51:10). Creados para la gloria de Dios, se les llama a amar a su Crea-
dor y los unos a los otros (1 Jn 4:7-8), y a cuidar de su ambiente (Gn 2:15).

LA GRAN CONTROVERSIA

8 Toda la humanidad se halla ahora envuelta en una gran controversia


entre Cristo y Satanás acerca del carácter de Dios, su ley, y su sobera-
nía sobre el universo. Este conflicto se originó en el cielo (Ap 12:4-9),
cuando un ser creado, dotado de libertad de elección, al exaltarse a sí mis-
mo se convirtió en Satanás (Ez 28:12-18), el adversario de Dios y condujo
a la rebelión a una porción de ángeles (Ap 12:7,4). El espíritu de Rebelión
en este mundo cuando hizo caer en el pecado a la primera pareja (Gn
3). Este pecado humano produjo la distorsión de la imagen de Dios en la
humanidad (Ro 1:19:32), el desorden en el mundo creado (Ro 8:19-22), y
su eventual devastación por medio del diluvio universal (Gn 6:8; 2 P 3:6).
Observando por toda la creación, este mundo se convirtió en la arena del
conflicto universal, en el cual el Dios de amor será finalmente vindicado
(1 Co 4:9). Con el fin de socorrer a su pueblo en esta controversia, Cristo
envía el Espíritu Santo y los ángeles leales para guiarlos, protegerlos y
sostenerlos en el camino de la salvación (He 1:14).

LA VIDA, MUERTE Y RESURRECCIÓN DE CRISTO

9 En la vida de perfecta obediencia de Cristo, sus sufrimientos, su muer-


te y resurrección (Is 53) Dios proveyó el único medio de expiar el pecado
9
de la humanidad (1 Co 15:3-4; 20:22), de modo que los que aceptan por fe
esta expiación pueden tener vida eterna (Jn 3:16; 1 P 2:21-22; 2 Co 5:14-
15), y toda la creación puede comprender mejor el infinito y santo amor
del Creador (2 Co 5:19-21). Esta expiación perfecta vindica la justicia de
la Ley de Dios y la benignidad de su carácter, por cuanto condena nuestro
pecado y hace provisión para nuestro perdón (Ro 8:3-4). La muerte de
Cristo es sustitutiva y expiatoria, capaz de reconciliar y transformar (1 Jn
2:2; 4:10). La resurrección de Cristo proclama el triunfo de Dios sobre las
fuerzas del mal, y para los que aceptan la expiación, les asegura la victoria
final sobre el pecado y la muerte (Ro 1:4; 3:25; 2 Co 2:15). Proclama el
señorío de Jesucristo, ante el cual se doblará toda rodilla tanto en el cielo
como en la tierra (Fil 2:6-11).

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LA EXPERIENCIA DE LA SALVACIÓN
En su infinito amor y misericordia, Dios hizo que Cristo, que no
conoció pecado, fuese hecho pecado por nosotros (Gá 3:13-14), con
el fin de que pudiésemos ser hechos justicia de Dios en Él (2 Co 5:17-21;
Jn 3:16; Gá 1:4; 4:4-7; Tit 3:3-7). Guiados por el Espíritu Santo, sentimos
nuestra necesidad, reconocemos nuestra pecaminosidad, nos arrepenti-
mos de nuestras transgresiones (Jn 16:8), y ejercemos fe en Jesús como
Señor y Cristo, como sustituto y ejemplo (Gá 3:13-14; 1 Pe 2:21-22). Esta
fe que recibe la salvación viene por medio del poder divino de la Palabra
(Ro 10:17), y es el don de la gracia de Dios (Lc 17:5; Mr 9:23-24). Por
medio de Cristo somos justificados, adoptados como hijos e hijas de Dios,
y librados de la tiranía del pecado (Ef 2:5-10; Ro 3:21-26; Col 1:13,14).
Por medio del Espíritu nacemos de nuevo y somos santificados; el Espíritu
renueva nuestras mentes (Ro 12:2), escribe la ley de amor de Dios en nues-
tros corazones (He 8:7-12), y nos concede el poder de vivir una vida santa
(Ro 8:14-17; Ez 36:25-27). Al permanecer en él, llegamos a ser partici-
pantes de la naturaleza divina (Gá 3:26; Jn 3:3-8; 1 P 1:23), y recibimos la
seguridad de la salvación ahora y en el juicio (2 P 1:3-4; Ro 8:1-4; 5:6-10).

CRECIENDO EN CRISTO

11 Jesús por su muerte en la cruz triunfó encima de las fuerzas de mal.


Él, quién subyugó los espíritus demoníacos durante su ministerio terrenal
ha roto su poder y ha hecho cierto su última sentencia. La victoria de Jesús
nos da victoria encima de las fuerzas del mal que todavía buscan contro-
larnos, mientras nosotros caminamos con Él en paz, alegría, y convicción
de su amor. Ahora el Espíritu Santo mora dentro de nosotros y nos da
poder. Comprometidos continuamente en Jesús como nuestro Salvador
y Señor, nosotros somos libres de la carga de nuestras deudas pasadas.
Nosotros ya no vivimos en la oscuridad, temerosos de los poderes del mal,
10
ignorantes, sin sentido del estilo de nuestra vida anterior. En esta nueva
libertad en Jesús, nosotros somos llamamos para crecer en la semejanza
de su carácter, teniendo una comunión diaria con Él en oración, alimen-
tándonos en su Palabra, meditando en esto y en su providencia, cantando
sus alabanzas, reuniéndonos para el culto, y participando en la misión
de la Iglesia. Mientras nos damos en un servicio amoroso alrededores de
aquéllos entre nosotros y dando testimonio de su salvación, su constante
presencia con nosotros a través del Espíritu, transforma cada momento y
cada tarea en una experiencia espiritual. Col 1:13, 14; 2:6, 14, 15; Lc 10:17-20;
Ef 5:19, 20; 6:12-18; 1 Ts 5:23; 2 P 2:9; 3:18; 2 Co 3:17, 18; Fil 3:7-14; 1 Ts 5:16-18; Mt
20:25-28; Jn 20:21; Gá 5:22-25; Ro 8:38, 39; 1 Jn 4:4; He 10:25.

. LA IGLESIA

12 La iglesia es la comunidad de los creyentes que confiesa que Jesucristo


es el Señor y Salvador. Manteniendo la continuidad con el pueblo de
Dios de los tiempos del Antiguo Testamento (Gn 12:3; Hch 7:38), se nos
llama a separarnos del mundo; y nos reunimos para adorar, para tener
comunión los unos con los otros, para ser instruidos en la Palabra (Ef
4:11-15), para la celebración de la Cena del Señor, para servir a toda la
humanidad, y con el propósito de proclamar a todo el mundo el Evan-
gelio (Ef 3:8-11; Mt 28:19-20). La iglesia deriva su autoridad de Cristo
(Mt 16:13-20; 18:18; Ef 2:20-22) quien es la Palabra encarnada, y de las
Escrituras, que constituyen la Palabra escrita. La iglesia es la familia de
Dios (Ef 2:19); sus miembros, que fueron adoptados por Él como sus hijos,
viven en base al nuevo pacto. La iglesia es el cuerpo de Cristo, una comu-
nidad de fe de la cual Cristo mismo es la Cabeza (Ef 1:22-23). La iglesia
es la novia por la cual Cristo murió con el fin de santificarla y purificarla.
Cuando vuelva triunfalmente, la presentará a sí mismo, una iglesia glorio-
sa, compuesta por los fieles de todas las edades, comprados con su sangre,
los cuales no tienen mancha ni arruga, sino que son santos (Ef 5:23-27;
Col 1:17-18).

. EL REMANENTE Y SU MISIÓN

13 La iglesia universal está compuesta por todos los que creen verda-
deramente en Cristo, pero en los últimos días, que son una época de
extensa apostasía, hay un remanente que ha sido llamado para guardar
los mandamientos de Dios y la fe de Jesús. Este remanente anuncia la
llegada de la hora del juicio, proclama la salvación por medio de Cristo, y
levanta su voz para anunciar la proximidad de su segundo advenimiento.
Esta proclamación está simbolizada por los tres ángeles de Apocalipsis 14,
coincide con la obra de juicio en el cielo y resulta en una obra de arre-
pentimiento y reforma en la tierra. A todo creyente se lo llama para que
tenga parte individual en el testimonio mundial de la iglesia. Dn 7:9-14; Is
1:9; 11:11; Jer 23:3; Mi 2:12; 2 Co 5:10; 1 P 1:16-19; 4:17; 2 P 3:10-14; Jud 3, 14; Ap 12:17;
14:6-12; 18:1-4.

11
LA UNIDAD DEL CUERPO DE CRISTO

14 La iglesia es un cuerpo con muchos miembros, llamados de toda


nación, tribu, lengua y pueblo. En Cristo somos una nueva creación;
las distinciones de raza, cultura, educación y nacionalidad, así como las
diferencias entre posiciones elevadas y humildes, ricos y pobres, varones y
mujeres, no deben producir divisiones entre nosotros. Somos todos iguales
en Cristo, el cual por un Espíritu nos ha unificado en una comunión con
ellos y unos con los otros; debemos servir y ser servidos sin parcialidad ni
reservaciones. Por medio de la revelación de Jesucristo que presentan las
Escrituras, compartimos la misma fe y esperanza y proyectamos un solo
testimonio ante todos. Esta unidad tiene su fuente en la unidad del Dios
triuno, el cual nos ha adoptado como sus hijos. (Ro 12:4-5; 1 Co 12:12-
14; Mt 28:19-20; Sal 133:1; 2 Co 5:16-17; Hch 17:26-27; Gá 3:27, 29; Col
3:10-15; 4:14-16; 4:1-6; Jn 17:20-23).

EL BAUTISMO

15 Por el bautismo confesamos nuestra fe en la muerte y resurrección


de Jesucristo, y testificamos de nuestra muerte al pecado y de nuestro
propósito de caminar en novedad de vida. De este modo reconocemos
que Cristo es nuestro Señor y Salvador, llegamos a ser su pueblo, y somos
recibidos como miembros por su iglesia. El bautismo es un símbolo de
nuestra unión con Cristo, el perdón de nuestros pecados y nuestra recep-
ción del Espíritu Santo. Se efectúa por inmersión en el agua, y depende
de nuestra afirmación de fe en Jesús y evidencia de arrepentimiento del
pecado. Sigue a la instrucción de las Sagradas escrituras y la aceptación
de sus enseñanzas (Ro 6:1-6; Col 2:12, 13; Hch 16:30-33; Mt 28:18-20).

LA CENA DEL SEÑOR

16 La Cena del Señor es la participación de los emblemas del cuerpo y


la sangre de Jesús como una expresión de fe en nuestro Señor y Salva-
dor. En esta experiencia de comunión, Cristo está presente para encon-
trarse con su pueblo y fortalecerlo. Al participar, proclamamos gozosos la
muerte del Señor hasta que vuelva. La preparación para la cena incluye
el examen de uno mismo, el arrepentimiento y la confesión. El maestro
ordenó el servicio del lavamiento de los pies para simbolizar la purifica-
ción renovada, para expresar el deseo de servirnos los unos a los otros en
humildad cristiana, y para unir nuestros corazones en amor. El servicio de
la comunión está abierto para todos los cristianos creyentes (1 Co 10:16-
17; 11:23-30; Mt 26:17-30; Ap 3:20; Jn 6:48-63; 13:1-17).

. DONES ESPIRITUALES

17 Dios concede a todos los miembros de su iglesia en todas las edades,


dones espirituales, los cuales cada miembro debe usar en el ministerio de

12
amor para el bien común de la iglesia y la humanidad. Dados por la agen-
cia del Espíritu Santo, el cual reparte a cada miembro según su voluntad,
los dones proveen todas las capacidades y ministerios que necesita la iglesia
para cumplir sus funciones divinamente ordenadas. Según las Escrituras,
dichos dones incluyen los ministerios de la fe, sanidad, profecía, procla-
mación, enseñanza, administración, reconciliación, compasión, servicio
abnegado y caridad, para ayuda y apoyo del pueblo. Algunos miembros
son llamados por Dios y son capacitados por el Espíritu para realizar fun-
ciones reconocidas por la iglesia en el ministerio pastoral, evangelístico,
apostólico y de enseñanza, estos se necesitan especialmente para equipar
a los miembros para el servicio, para edificar la iglesia hasta la madurez
espiritual, y con el fin de promover la unidad de la fe y del conocimiento
de Dios. Cuando los miembros usan estos dones espirituales como fieles
mayordomos de la multiforme gracia de Dios, la iglesia se ve protegida de
la influencia destructora de las falsas doctrinas, crece con el conocimiento
que viene de Dios, y se ve fortalecida en la fe y en el amor (Ro 12:4-8; 1 Co
12:9-11, 27, 28; Ef 4:8, 11-16; Hch 6:1-7; 1 Ti 3:1-13; 1 P 4:10, 11).

. EL DON DE PROFECÍA

18 Uno de los dones del Espíritu Santo es la profecía. Este don cons-
tituye un rasgo que identifica a la iglesia remanente, y se manifestó en
el ministerio de Elena G. de White, por haber sido la mensajera del Se-
ñor. Sus escritos proveen una fuente de verdad perdurable y autoritativa,
que provee para la iglesia consuelo, conducción, instrucción y corrección.
Además, hacen claro el hecho de que la Biblia es la regla con la cual se
debe probar toda enseñanza y experiencia (Jl 2:28-29; Hch 2:14-21; He
1:1-3; Ap 12:17; 19:10).
. LA LEY DE DIOS

19 Los grandes principios de la ley de Dios se hallan incorporados en los


Diez Mandamientos, y ejemplificados en la vida de Cristo. Ellos expre-
san el amor de Dios, su voluntad y propósito en lo que concierne a la con-
ducta y las relaciones humanas, y son obligatorios para todo individuo en
todas las edades. Esos preceptos son la base del pacto que Dios ha hecho, y
la norma que se usa en el juicio de Dios. Por medio de la agencia del Espí-
ritu Santo, definen el pecado y despiertan el sentido de nuestra necesidad
de un salvador. La salvación viene exclusivamente por gracia y no por
obras, pero su fruto es la obediencia a los Mandamientos. Esta obediencia
desarrolla el carácter del cristiano y produce una sensación de bienestar.
Constituye una evidencia de nuestro amor por el Señor y de nuestra preo-
cupación por nuestros semejantes. La obediencia de fe demuestra el poder
que Cristo tiene para transformar vidas, y en consecuencia fortalece el
testimonio del cristiano (Ex 20:1-17; Sal 40:7; Mt 22:36-40; Dt 28:1-14; Mt
5:17-20; He 8:8-10; Jn 15:7-10; Ef 2:8-10; 1 Jn 5:3; Ro 8:3, 4; Sal 19:7-14).

13
. EL SÁBADO

20 El benéfico Creador, después de los seis días de la creación, reposó


el séptimo día e instituyó el Sábado para toda la humanidad como un
memorial de la creación. El cuarto mandamiento de la inmutable ley de
Dios, requiere la observancia de este séptimo día, sábado, como el día de
reposo, adoración y ministerio en armonía con la enseñanza y la práctica
de Jesús, el Señor del Sábado. El Sábado es un día de deleitosa comunión
con Dios y con nuestros semejantes. Es un símbolo de nuestra redención
en Cristo, una señal de nuestra santificación, una muestra de nuestra fide-
lidad, y una anticipación de nuestro futuro eterno en el reino de Dios. El
sábado es una señal perpetua que Dios ha dejado, acerca de su pacto eter-
no entre Él y su pueblo. La gozosa observancia de este sagrado tiempo, de
tarde a tarde, de puesta de sol a puesta de sol, constituye una celebración
de la actividad creadora y redentora (Gn 2:1-3; Ex 20:811; Lc 6:16; Is 56:5,
6; 58:13, 14; Mt 12:1-12; Ex 31:13-17; Ez 20:12, 20; Dt 5:12-15; He 4:1-11;
Lv 23:32; Mr 1:32).

LA MAYORDOMÍA

21 Somos mayordomos de Dios, quien nos ha confiado tiempo y opor-


tunidades, capacidades y posesiones, y las bendiciones de la tierra y sus
recursos, somos responsables ante él de su uso correcto. Reconocemos
que Dios es el dueño, al rendir fiel servicio tanto a Él como a nuestros
semejantes, y al devolver los diezmos y ofrendas para la proclamación de
su evangelio y el apoyo y crecimiento de su iglesia. La mayordomía es el
privilegio que Dios nos concede para ayudarnos a crecer en amor y a ob-
tener la victoria sobre el egoísmo y la codicia. El mayordomo se regocija
en las bendiciones que otros reciben como resultado de su fidelidad (Gn
1:26-28; 2:15; 1 Cr 29:14; Hag 1:3-11; Mal 3:8-12; 1 Co 9:9-14; Mt 23:23;
2 Co 8:1-15; Ro 15:26, 27).

. LA CONDUCTA CRISTIANA

22 Hemos sido llamados a ser un pueblo piadoso que piensa, siente y ac-
túa en armonía con los principios del cielo. Con el fin de que el Espíritu
Santo reproduzca en nosotros el carácter de nuestro Señor, nos ocupamos
únicamente en actividades que produzcan pureza cristiana, salud y gozo
en nuestras vidas. Esto significa que nuestras diversiones y entretenimien-
tos deben hallarse a la altura de las más elevadas normas de la belleza y el
gusto cristianos. Sin dejar de reconocer las diferencias culturales, nuestra
vestimenta debe ser sencilla, modesta y presentable, como corresponde
en el caso de individuos cuya verdadera belleza no consiste en el adorno
exterior, sino en el ornato incorruptible de un espíritu manso y apacible.
Significa además que por cuanto nuestros cuerpos son templo del Espíritu
Santo, debemos cuidar de ellos en forma inteligente. Junto con el descan-
so y el ejercicio adecuado, debemos adoptar el régimen alimentario más
14
sano posible, y abstenernos de los alimentos impuros que identifican las
Escrituras. Ya que las bebidas alcohólicas, el tabaco y el uso irresponsa-
ble de drogas y narcóticos son dañinos para nuestro organismo, debemos
abstenernos también de ellos. En vez de usarlos debemos ocuparnos en
todo lo que contribuya a colocar nuestros pensamientos y cuerpos bajo
la disciplina de Cristo, quien desea para nosotros gozo, bondad y salud
perfecta (Ro 12:1, 2; 1 Jn 2:6; Ef 5:1-21; Fil 4:8; 2 Co 10:5, 6; 6:14-7:1; 1 P 3:1-4;
1 Co 6:19-20; 10:31; Lv 11:1-47; 3 Jn 2).

. MATRIMONIO Y FAMILIA

23 El matrimonio fue establecido divinamente en el Edén y Jesús afir-


mó que constituía una unión de toda la vida entre un hombre y una
mujer, en amoroso compañerismo. Para el cristiano, el compromiso del
matrimonio se hace con Dios así como con el cónyuge, y deben entrar
en él únicamente los contrayentes que comparten una fe común. El amor
mutuo, el honor, el respeto y la responsabilidad constituyen la trama de
esta relación que existe entre Cristo y su iglesia. En lo que se refiere al
divorcio, Jesús enseñó que la persona que se divorcia de su cónyuge y se
vuelve a casar excepto por fornicación, comete adulterio. Si bien es cierto
que algunas relaciones familiares pueden estar lejos de ser ideales, los cón-
yuges que se entregan enteramente el uno al otro en Cristo, pueden lograr
unidad en el amor por medio de la conducción del Espíritu y el apoyo
de la iglesia. Dios bendice la familia y se propone que sus miembros se
ayuden unos a otros en sus esfuerzos por lograr la madurez completa. Los
padres deben guiar a sus hijos en amor y enseñarles a obedecer al Señor.
Por su ejemplo y sus palabras deben enseñarles que Cristo es su amoroso
maestro, siempre tierno y solícito, que anhela verlos convertirse en miem-
bros de su cuerpo, la familia de Dios. El aumento de la unidad familiar es
uno de los aspectos distintivos del mensaje final evangélico (Gn 2:18-25; Mt
19:3-9; Jn 2:1-11; 2 Co 6:14; Ef 5:21-33; Mt 5:31-32; Mr 10:11-12; Lc 16:18; 1 Co 7:10, 11;
Ex 20:12; Dt 6:5-9; Pr 22:6; Mal 4:5, 6).

EL MINISTERIO DE CRISTO EN EL SANTUARIO CELESTIAL

24 En el cielo hay un santuario, el verdadero tabernáculo que levantó el


Señor y no el hombre. En él, Cristo acabó su ministerio en nuestro
favor, poniendo a disposición de los creyentes los beneficios de su sacrificio
expiatorio realizado una vez y para siempre en la cruz. Cuando ascendió
al cielo, inauguro su ministerio intercesor como nuestro Sumo Sacerdote.
En 1844, al fin del período profético de los 2300 días, entró en la segunda
y última fase de su ministerio expiatorio. Es una obra de investigación
judicial, la cual es parte de la eliminación definitiva de todo el pecado,
tipificada por la purificación del antiguo santuario hebreo en el Día de la
Expiación. En este servicio típico, se purificaba el santuario con la sangre
de sacrificios animales, pero las cosas celestiales se purifican con el perfec-
15
to sacrificio de la sangre de Jesús. El juicio investigador revela ante las in-
teligencias celestiales, quiénes de entre los muertos durmieron en Cristo, y
por lo tanto son en Él considerados dignos de participar de la primera re-
surrección. También manifiesta quiénes de entre los vivos permanecen en
Cristo, guardando los Mandamientos de Dios y la fe de Jesús, y se hallan
por lo tanto listos en él para ser trasladados a su reino eterno. Este juicio
vindica la justicia de Dios al salvar a los que creen en Jesús. Declara que
los que han permanecido leales a Dios recibirán el reino. La consumación
de este ministerio de Cristo poco antes la segunda venida marcará el cie-
rre del tiempo de prueba para la raza humana (He 8:1-5; 4:4-16; 9:11-28;
10:19-22; 1:3; 2:16; Dn 7:9-27; 8:13, 14; 9:24-27; Nm 14:34; Ez 4:6; Lv 16;
Ap 14:6, 7: 20:12; 22:1224.

. LA SEGUNDA VENIDA DE CRISTO

25 La segunda venida de Cristo es la bendita esperanza de la iglesia, la


gran culminación del Evangelio. La venida del Salvador será literal,
personal, visible y mundial. Cuando Él regrese los muertos justos resu-
citarán, y junto con los justos vivos serán glorificados y llevados al cielo,
pero los injustos morirán. El cumplimiento casi completo de todos los
lineamientos proféticos, junto con la condición actual del mundo, indica
que la venida de Cristo es inminente. El tiempo de ese acontecimiento no
ha sido revelado, y por lo tanto se nos exhorta a estar siempre listos ( T
2:13; He 9:28; Jn 14:1-3; Hch 1:9-11; Mt 24:14; Ap 1:7; Mt 24:43-44; 1 Te 4:13-
18; 1 Co 15:51-54; 2 Te 1:7-10; 2:8; Ap 14:14-20; 19:11-21; Mt 24; Mr 13; Lc 21;
1 Te 5:1-6).

. LA MUERTE Y LA RESURRECCIÓN

26 La paga del pecado es muerte. Pero solo Dios, que es inmortal, otor-
gará la vida eterna a sus redimidos. Hasta ese día la muerte es un estado
de inconsciencia para toda la gente. Cuando Cristo, que es nuestra vida,
aparezca, los justos resucitados y los justos vivos serán glorificados y al-
zados para encontrarse con su Señor. La segunda resurrección, la de los
impíos, sucederá mil años después (Ro 3:23; 1 Ti 6:15,16; Jn 11:11-14; Col
3:4; 1 Co 15:51-54; 1 Te 4:13-17; Jn 5:28, 29; Ap 20:1-10).

. EL MILENIO Y EL FIN DEL PECADO

27 El milenio es el reinado de Cristo en el cielo con sus santos durante


mil años, entre la primera y la segunda resurrección. Durante este tiem-
po los impíos muertos serán juzgados; la tierra estará completamente de-
solada, sin habitantes humanos, pero ocupada por Satanás y sus ángeles.
Al final, Cristo con sus santos y la ciudad santa, descenderán del cielo a la
tierra. Entonces resucitarán los muertos en el pecado, y junto con Satanás
y sus ángeles rodearán la ciudad; pero el fuego de Dios los consumirá y
purificará la tierra. Así el universo será librado del pecado y de los peca-
16
dores para siempre (Ap 20; 1 Co 6:2; Je 4:23-26; Ap 21:1-5; Mal 4:1).

. LA TIERRA NUEVA

28 En la tierra nueva, donde mora la justicia, Dios proveerá un hogar


eterno para los redimidos y un ambiente perfecto de vida, amor, gozo, y
de conocimiento en su presencia. El sufrimiento y la muerte pasarán por
que Dios mismo habitará allí con su pueblo. La gran controversia termi-
nará y el pecado no existirá más. Todas las cosas, animadas e inanimadas
declararán que Dios es amor; y él reinará para siempre. Amén (2 P 3:13;
Is 35; 65:17-25; Mt 5:5; Ap 21:1-7; 22:1-5; 11:15).

UN GRAN DESAFIO LLAMADO SECULARISMO


A pesar de que hay devotos creyentes en Dios y en su Palabra, uno de nues-
tros grandes desafíos es descubrir cómo enseñarle la Biblia a esa enorme masa
de gente que no tiene la más mínima intención de estudiarla. Hemos probado
diversos métodos, pero los resultados obtenidos no fueron proporcionales al
esfuerzo hecho.
A veces damos la impresión de confundir el mensaje con los métodos,
porque nos mantenemos fieles a ellos, aunque ya no motiven a quienes tene-
mos que evangelizar. Pero aunque esas personas siguen teniendo las mismas
necesidades básicas, cambiaron sus prioridades, su forma de pensar y de vivir.
Ellas necesitan que se les hable de una manera que les resulte comprensible.
Aunque Elena de White no vivió en la era post-cristiana, nos da un con-
sejo inteligente, que puede ser insertado dentro del marco de Mateo 13:52:
“Cualquiera haya sido vuestra práctica anterior, no es necesario repetirla vez
tras vez de la misma manera. Dios quiere que sigamos métodos nuevos y no
probados”3 “En esta obra se utilizarán algunos métodos que serán diferentes
de los empleados en el pasado.” 4
La pregunta lógica es: ¿Cuán lejos podemos llegar con nuestras innovacio-
nes? Sin duda todos concordamos en que los cambios de estrategia no deben
alterar ni desnaturalizar el mensaje y la misión que Dios dio a su iglesia. La
luz debe seguir alumbrando y la sal tiene que seguir manteniendo su sabor
(Mt 5:13-16). Quizá por eso las estrategias seculares con las que intentamos
evangelizar a los secularizados resultaron ineficaces. Lo que ocurre es que
un método secularizado seculariza a la gente; no la convierte a Cristo. Noso-
tros necesitamos descubrir la manera de presentarles un Cristo que “funcione
bien” en sus vidas, pero que siga siendo el mismo de “ayer, hoy y por los siglos”
(He 13:8), tal como está revelado en las Escrituras (Jn 5:39).
Pero seamos realistas. La falta de resultados positivos en los diversos inten-
tos, frustran. Por supuesto, a pesar de ello debemos persistir en la tarea porque

17
nuestra misión no depende de los resultados que obtenemos (Ez 2:4-5, 7) sino
de los objetivos redentores de Dios (Mr 16:15-16). Sea como fuere, tenemos
que encontrar mejores formas de enseñar las doctrinas bíblicas básicas que
las que estuvimos usando hasta aquí. Por eso planteamos la pregunta: ¿Qué
estrategia seguir para enseñarle la Biblia a los secularizados? Para descubrirla,
tratemos de entender cómo piensan y actúan.

CÓMO PIENSAN Y ACTÚAN LOS SECULARIZADOS


Los últimos años fueron testigos de un deterioro de la religiosidad en el
primer mundo. El ciudadano promedio no niega la existencia de Dios pero
vive como si no existiera; como si fuera un ser distante de la realidad cotidia-
na. En contrapartida, confía en los logros de la ciencia y de la tecnología. Se
impresiona con lo tangible. Supone que la habilidad humana puede satisfacer
sus necesidades sin la ayuda de Dios. Como resultado de su forma de pensar,
ve a la religión como algo superado e innecesario para la era que ellos llaman
post-cristiana.
La gente tiende hoy a relativizar las normas y los principios; especialmente
los religiosos. En compensación, se absolutiza la libertad y se resiste a asu-
mir los compromisos que amenacen su independencia. Es gente que teme ser
manipulada y como consecuencia de ello, se torna refractaria a los métodos
habituales de evangelización. Sin embargo, el avance de los testigos de Jehová,
de las religiones orientales y del Islamismo en Europa nos sugiere que son
evangelizables. Tendremos que encontrar la forma de hacerlo.
Las personas secularizadas no se entusiasman con las definiciones filosóficas
o teológicas, las cuales son típicas de la era del racionalismo. Tampoco se pre-
ocupan por saber si Dios existe o no. Ellas tienen una mentalidad pragmática
que se resume en la sentencia: “Si algo funciona bien, es bueno”. Por eso,
aunque no les interese la religión, les atraen las manifestaciones sobrenatura-
les y los milagros. Eso nos ofrece la oportunidad de enseñarles la Palabra de
Dios en forma práctica; mostrándoles cómo funcionan los principios bíblicos
en nuestra propia vida. Una manera de hacerlo es mediante los testimonios
breves, ligados con el texto bíblico.

1
Finley, Mark, Studying Together (Fallbrook, CA: Hart Publications, 1991)
2
White, Elena G. de, Obreros Evangélicos, 377, año 1915
3
White, Elena G. de, Manuscrito, 121, 1897.
4
White, Elena G. de, Review and Herald, 30 de septiembre, 1902.

18
Plantaación
Plantación nd dee
Cómo enseñar la Biblia y
UNIDAD las doctrinas esenciales
n uevas
nuevas
1 con
de la salvación
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nggrreegaciio
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INTRODUCCIÓN
En la introducción de este manual encontrará el enunciado de cada una de
ellas y los versículos que las sustentan. Aquí daremos prioridad al enfoque que
podríamos dar a su enseñanza y cómo actuar ante las preguntas y objeciones
más frecuentes.
En esta unidad veremos cómo estudiar las doctrinas de la Biblia, la salva-
ción y el bautismo.
Debido a que los católicos tienen más problemas que los evangélicos para
aceptar las doctrinas abordadas en este capítulo, les dedicaremos a ellos más
espacio en las explicaciones.

CÓMO ESTUDIAR LA DOCTRINA DE LA INSPIRACIÓN


DE LA BIBLIA CON LOS CATÓLICOS

El “sentido común” del católico


Los católicos secularizados abandonaron parte del vocabulario religioso de su
iglesia, pero todavía quedan católicos militantes. Pensando en ellos, diríamos
que conviene respetar su “sentido común”1 utilizando, hasta donde sea posi-
ble, el vocabulario religioso que les resulta familiar. Veamos algunos ejemplos.
• El evangélico habla de Pablo, Juan, etc. Para el católico militante, ellos
son San Pablo, San Juan, etc.
• Nosotros hablamos de Jesucristo, y el católico secular no se incomoda
por ello. Para el católico militante, es Nuestro Señor Jesucristo. Para
nosotros, la madre de Jesús fue María. Para el católico militante es la
bienaventurada virgen María. Teniendo en cuenta que, según la Biblia,
el ángel la llamó bienaventurada, y también dice que era virgen, ¿por
qué no utilizar el vocabulario que les resulta familiar?

19
Enseñar como quien no está enseñando
El punto de referencia más confiable del adulto es su propia experiencia.
Aparentemente da mejores resultados enseñar como quien no está enseñan-
do. Esto es, facilitar la información informalmente; mientras se conversa; o
contar experiencias breves, que “casualmente” dan la información necesaria
para entender el asunto que se está tratando. Si la historia o experiencia es del
interesado, mejor todavía.
Aparentemente la manera más eficaz para que el adulto acepte y adopte
una idea nueva es crear el ambiente para que la persona sienta que ella descu-
brió la solución o el asunto en cuestión. Hacer esto es todo un arte que lleva
tiempo, pero es una aventura interesante y productiva. Quizá lo mejor sea que
usted haga su propia experiencia, evalúe sus resultados y ajuste la estrategia
de acuerdo a ella.
El manejo de la Biblia
Muchos católicos tienen una Biblia, pero no todos la estudian. En el pasado
dedicábamos algunos minutos para darles una corta clase de fuentes bíblicas.
Les explicábamos cómo fue escrita, quiénes la escribieron, en qué consisten el
Antiguo y el Nuevo Testamento, los libros, capítulos, versículos, etc. Hoy las
cosas son diferentes. La persona necesita saber todo eso y más, pero parece
que al adulto no le interesa que se lo expliquemos. Quizá sea porque es un
enfoque teórico y, además, porque al adulto no le gusta que le enseñen. Ge-
neralmente le gusta descubrir o aprender por sí mismo. Por eso es más fácil
enseñarle como quien no le está enseñando, mediante comentarios hechos al
paso, o contando cortas experiencias. En lugar de dar toda la información en
bloques, con cierto sabor formal, académico, podríamos ir fraccionando la
información. Por ejemplo:
- En el momento en que le ayudamos a encontrar el primer versículo po-
demos decirle que, para encontrar más fácil la parte que nos interesa, los
libros de la Biblia están divididos en capítulos y versículos.
- Cuando sea posible, dejemos que el interesado comente lo que está descu-
briendo en la Biblia, o qué está entendiendo de los versículos que se están
leyendo.
- Al ayudarles a encontrar un versículo del Antiguo Testamento, por ejem-
plo, Números 12:6, podemos comentar que Números, que fue escrito por
Moisés en el siglo XV AC. Está en la parte de la Biblia que llamamos An-
tiguo Testamento y tiene 39 libros.
- Al buscar otro versículo, por ejemplo, 2 Timoteo 3:16, podemos comen-
tar que “eso fue escrito después de Cristo, por San Pablo. Por eso está en
la parte de la Biblia que llamamos Nuevo Testamento. Lo que a mí me
sorprende es descubrir que, a pesar de los quince siglos que pasaron desde

20
que se comenzó a escribir el Antiguo Testamento, hasta que se terminó
de escribir el Nuevo, toda la Biblia tiene una armonía impresionante. Eso
me hace pensar que hubo una mente que inspiró a los 44 autores que la
escribieron. En realidad es eso lo que dice San Pedro en 2 Pedro 1:19-21.”
- Al buscar otro versículo, podemos mencionar que entre los dos testamen-
tos totalizan 66 libros. Eso es una verdadera biblioteca sagrada. Por eso la
llamamos Biblia. Etc.
Los versículos que podemos utilizar
En la introducción de este manual, bajo el título Qué es lo que debemos en-
señar, encontrará las 28 doctrinas fundamentales. La primera de ellas es La
Biblia. Allí encontrará el resumen de dicha doctrina con los versículos que la
fundamentan. Usted encontrará más referencias bíblicas en Creencias de los
Adventistas del Séptimo Día, preparado por la Asociación Ministerial de la
Asociación General.2
Las pruebas de la inspiración de la Biblia
La gente necesita confiar en ella. Habría que proveerles elementos de juicio
que les ayuden a creer que la Biblia es la revelación de Dios para guiar la vida
del ser humano. ¿Cómo hacerlo? Teniendo en cuenta que la mayoría no está
familiarizada con el manejo de la Biblia, no conviene que los estudios bíblicos
sean muy largos. Es mejor estudiar en un siguiente encuentro, cuáles son las
razones por las cuales podemos confiar en la Biblia.
Hace como un siglo que los adventistas usamos el cumplimiento de las
profecías sobre Tiro, Sidón, etc., para demostrar que la Biblia es la Palabra de
Dios. El enfoque es legítimo, pero sería mejor alcanzar dos objetivos al mismo
tiempo:
1. Usar las profecías como prueba de la inspiración de la Biblia.
2. Disipar algunos temores y prejuicios que el católico promedio tiene
contra los adventistas y los protestantes en general.
Un ejemplo de un área de prejuicios: Los dogmas marianos de la inmacu-
lada concepción (promulgado por Pío IX en 1854) y de la asunción (promul-
gado por Pío XII en 1950), con todos los aspectos del culto a María crearon
un enfrentamiento inevitable entre católicos y cristianos no católicos. Estos
últimos esgrimieron argumentos bíblicos válidos, pero dieron la impresión de
estar contra la virgen. Quizá por eso muchos católicos temen estudiar la Biblia
con nosotros. ¿Cómo “matar los dos pájaros de un tiro” y ayudarles a confiar
en la Biblia y no temer estudiarla con nosotros? ¡Estudiando las profecías me-
siánicas, incluyendo las que hablan de María! Veamos algunos ejemplos:
1. Unos 700 años antes de Cristo estaba profetizado el lugar de su naci-
miento. Mi 5:2 profetizó que el Mesías iba a nacer en Belén de Judá.

21
- ¿Qué ocurrió? San Lucas nos confirma que la profecía se cumplió (S.
Lucas 2:1-7).
- ¿Cómo fue posible? Is 46:9-10 lo revela.

2. Algunos hablan irrespetuosamente de la bienaventurada virgen María.


Yo pienso que es porque no conocen bien la Santa Biblia. Ella nos revela
que 700 años antes del nacimiento de Nuestro Señor ya estaba profe-
tizado lo imposible: Isaías 7:14 predijo que iba a nacer de una virgen.
- ¿Qué ocurrió? El apóstol San Lucas nos revela que Dios nuestro Señor
envió un ángel para anunciarle a la bienaventurada virgen María que
el milagro profetizado siete siglos antes, se cumpliría en ella (S. Lucas
1:28-35)
- Dios nuestro Señor le reveló a San José que en la bienaventurada virgen
María se cumpliría la profecía dada siete siglos antes. Y San Mateo lo
confirma. La profecía se cumplió (Mt 1:18-23).
- ¿Por qué Dios insistió en predecir estas cosas? Nuestro Señor Jesucristo
dijo el porqué: es para que creamos (S. Juan 14:29) Cuando entendí
esto, descubrí que puedo creer en Nuestro Señor Jesucristo y en la
Santa Biblia, como Palabra de Dios.
3. Unos 700 años antes de Cristo estaba profetizado en la Biblia cómo sería
su sagrado ministerio (Is 61:1-3). San Lucas confirma el cumplimiento
de esa profecía (S. Lc 4:16-21).
4. Estaba profetizado en el Antiguo Testamento de la Biblia que el Mesías
sería traicionado por uno de sus amigos. (Sal 55:12, 13). El evangelio
confirma que esa profecía también se cumplió (Mt 26:47-50).
5. Unos 500 años antes de Cristo estaba profetizado en la Biblia que lo ven-
derían por treinta piezas de plata (Zac 11:12, 13). San Mateo confirma
que esta profecía también se cumplió (S. Mt 27:3-9). Más de una vez
pensé: ¿Cómo explicar la cohesión impresionante de los escritos Bíbli-
cos, cuando sus autores vivieron durante un período de 1.500 años? Me
parece que hay una única respuesta: Todos ellos recibieron información
de la misma fuente. Evidentemente debe ser cierto que fue Dios quien
los inspiró a todos ellos.
6. Como 700 años antes de Cristo estaban profetizados en la Biblia sus su-
frimientos y su muerte redentora (Is 53:4-7). El Nuevo Testamento nos
dice que la profecía se cumplió (Jn 1:29; Hch 8:32-35).
7. Aunque entre los judíos la pena de muerte consistía en el apedrea-
miento, como 1.000 años antes de Cristo la Biblia decía que a Jesús le
perforarían las manos y los pies (Sal 22:16). Eso también se cumplió (Lc
23:33; 24:39).
8. La profecía bíblica, escrita 1.000 años antes, decía que se repartirían
22
sus ropas (Sal 22:18). Y los soldados romanos cumplieron la profecía
(Mt 27:35).
9. La misma profecía bíblica incluía las palabras que Jesús pronunciaría
1.000 años después: “Dios mío, ¿por qué me has desamparado?” (Sal
22:1; Mt. 27:46).
10. También 1.000 años antes de la crucifixión, estaba escrito en la Biblia
que no le quebrarían ningún hueso (Sal 34:20; Jn 19:36).
11. 700 años antes, la Biblia predijo que Jesús sería sepultado en una tumba
de ricos (Is 53:9; Mt. 27:57-60).
12. Como 1.000 años antes, estaba profetizado que resucitaría (Sal 16:10;
Mt 28:2-7).
Jesús nos reveló el porqué de las profecías: “Y ahora os lo he dicho antes
que suceda, para que cuando suceda, creáis” (Jn 14:29). Unas 3.000 veces la
Biblia dice que fue inspirada por Dios. El cumplimiento de las profecías me
convenció, que es verdad. Por eso yo creo…
Autenticidad y antigüedad de la Biblia
¿Cómo podemos saber que lo que leemos hoy es igual a lo que los autores bíblicos
escribieron?

Evidentemente Dios se interesó en proteger su libro sagrado. Los hallazgos


arqueológicos confirman que la Biblia es tan antigua como pretende, y que su
texto original armoniza con el que tenemos hoy. Ejemplos:3
1. La piedra Moabita. Fue descubierta en 1868, en Dibom Jordania. Ella
confirma el relato bíblico del ataque a Israel relatado en 2 R 1 y 3.
2. Las cartas de Lakis, descubiertas en 1932-1938, a 38 kilómetros al norte
de Berseba, describe el ataque de Nabucodonosor a Israel, ocurrido en
el 586 AC.
3. Los rollos del Mar Muerto, descubiertos en 1948, que fueron escritos
entre el 15-170 AC, contienen todo el texto de los libros del Antiguo
Testamento, con excepción del libro de Ester.
4. El cilindro de Ciro registra la victoria de Ciro sobre los babilonios y la
liberación de los cautivos judíos
5. La piedra Roseta, descubierta en Egipto por los científicos de Napoleón,
en 1799, que fue escrita en tres idiomas (jeroglífico, demótico y griego)
permitió descifrar los jeroglíficos y éstos confirman los relatos bíblicos
contemporáneos a dichos documentos.

23
Algunos problemas
Los católicos aceptan que la Biblia es la Palabra de Dios, pero tienen algu-
nos problemas derivados de su teología, especialmente de ciertos dogmas. Por
ejemplo, los libros apócrifos y la llamada sagrada tradición.
Los apócrifos de las traducciones católicas
Las traducciones católicas incluyen los siete libros apócrifos del Anti-
guo Testamento. Apócrifo significa “falso, espurio o rechazable”.4 Los católi-
cos los llaman deuterocanónicos, que significa de segunda inspiración. Fueron
escritos en el período comprendido entre el Antiguo y el Nuevo Testamento.
Cuando Jerónimo tradujo la Biblia al latín no quiso incluir los apócrifos, pero
el papa le ordenó que lo hiciera. Entonces Jerónimo incluyó una nota dicien-
do que esos libros fueron traducidos como información.
¿Por qué los apócrifos no forman parte del canon sagrado?
1. S. Pablo dice que Dios les confió a los judíos el canon del Antiguo Testa-
mento (Ro 3:1- 2). Como ellos no incluyeron a los apócrifos en el canon,
nosotros no deberíamos considerarlos sagrados
2. Jesús citó los libros del Antiguo Testamento pero no citó a los libros
apócrifos. Esto evidencia que Él no los consideró como una fuente de
revelación para los cristianos.
3. La manera como termina el libro apócrifo de 2 Macabeos es elocuente:
“Así pasaron los acontecimientos relacionados con Nicanor. Como desde
aquella época la ciudad quedó en poder de los hebreos, yo también ter-
minaré aquí mismo mi relato. Si ha quedado bello y logrado en su com-
posición, eso es lo que yo pretendía; si imperfecto y mediocre, he hecho
cuanto me era posible. Como el beber vino solo, o sólo agua es agradable
y de un gusto delicioso, igualmente la disposición grata del relato encanta
los oídos de los que dan en leer la obra. Y aquí pongamos fin. “(2 Maca-
beos 15:37-3 9 Biblia de Jerusalén). Si el autor no pretendió escribir sus
libros por revelación, haríamos mal en incluirlos en la Biblia.

La tradición católica

De acuerdo con la Palabra de Dios, la Biblia es la fuente de revelación del


creyente (2 P 1:19-21; 2 Ti 3:15-17). Ella debe definir la fe y la conducta del
cristiano (Mt 21:42; Jn 5:39; Mt 4:4, 7, 10).
La iglesia católica considera a la “sagrada tradición” en pie de igualdad y la
Biblia5, aunque en la práctica condicionan la interpretación de las Escrituras
a las enseñanzas de la tradición. ¿Qué dijo Jesús al respecto? Él dijo que la
tradición religiosa no puede sustituir o invalidar a los mandamientos de Dios;
24
ni puede sustituir o invalidar a las Sagradas Escrituras (Mt 15:3-9; Mr 7:6-13).
Como es imposible ser cristiano sin seguir a Jesús y sus enseñanzas, tendría-
mos que descartar a la tradición como fuente de revelación para el cristiano.

PROBLEMAS BÍBLICOS DE OTRAS IGLESIAS


Los libros canónicos de los mormones
Los mormones ponen en pie de igualdad a la Biblia, el libro del Mormón,
Doctrinas y convenios, y La Perla de Gran Precio.6 Los llaman libros canóni-
cos. Teóricamente los tienen en pie de igualdad, pero en la práctica supeditan
la Biblia a sus otros tres libros.
Los mormones argumentan que la Biblia es la Palabra de Dios en cuanto
esté bien traducida7. Aunque a primera vista, la declaración precedente pare-
ce inofensiva, les hace mucho daño porque en el libro de Mormón se pretende
que es imposible tener una traducción correcta de la Biblia (1 Nefi 13:26-27).
Ese prejuicio los lleva a rechazar todos los versículos que no armonicen con
los escritos de José Smith.8
En la práctica, los mormones no basan sus doctrinas en la Biblia. La usan
como un complemento para persuadir a la gente a aceptar sus escritos mor-
mones9. Por lo tanto, hasta que no abran los ojos con respecto al libro del
Mormón, les será casi imposible aceptar toda la Biblia. Después de conocer la
verdadera historia de José Smith y del libro del Mormón, ellos estudiarán la
Biblia sin problemas.
En el manual Cómo Actuar Ante los Mormones encontrará la manera como
usted puede ayudar a un mormón a aceptar plenamente la Biblia. El Instituto
Internacional de Ministerios Cristianos de la Asociación General lo publicó
bajo el título Reaching and Winning Mormons.

La traducción de los testigos de Jehová


Los testigos de Jehová aceptan la Biblia como Palabra de Dios, pero tienen
dos problemas:
1. Su sistema de estudio. Ellos tienen libros y revistas repletos de referen-
cias bíblicas, cuyo contenido está dividido en párrafos numerados, como
los versículos de la Biblia. A pie de plana tienen preguntas sobre el conte-
nido de cada párrafo. Teniendo en cuenta que deben buscar la respuesta
a las preguntas en los párrafos, y no en la Biblia, terminan asimilando el
pensamiento de sus dirigentes mezclado con la Biblia. La traducción de la
Biblia. Los testigos tienen su propia versión de la Biblia.
2. La Traducción de la Biblia. Los testigos tienen su propia versión de
la Biblia. Es la Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras.
25
¿Es una traducción confiable? En el libro Razonamiento a partir de las
Escrituras,10 les enseñan cómo responder a una pregunta delicada. Allí
dice: “¿Es realmente una traducción erudita esta traducción? Puesto que
los traductores han preferido permanecer anónimos, esta pregunta no
puede ser contestada en términos de la preparación académica que ellos
tengan”. 11

¿Por qué los traductores pidieron quedar en el anonimato? Si la lista


revelada por algunos disidentes es verdadera, ninguno de los traductores
era un erudito en lenguas bíblicas. Eso es peligroso, porque en muchos
casos esa versión estaría más cerca del pensamiento de los testigos que
de los originales bíblicos. Esto explica porque los testigos que se aferran
a su traducción tienen dificultades para comprender algunas doctrinas
bíblicas.12 ¿Cómo podríamos resolver este problema? La alternativa más
razonable sería estudiar con varias traducciones de la Biblia al mismo
tiempo, incluyendo la de ellos.

CÓMO ESTUDIAR LA DOCTRINA DE LA SALVACIÓN


Tres aspectos a tener en cuenta
1. La teología de la salvación. Teológicamente la salvación tiene que
ver con la conversión, la justificación y la santificación, ambas por la
fe. ¿Cómo incorporar esas verdades teológicas a la vida de los nuevos
creyentes, especialmente a la de aquellos que están siendo rescatados del
secularismo? La mayoría de ellos no están familiarizados con el vocabu-
lario teológico, por lo tanto no suelen entenderlo y hasta pudiera ser que
no les interese. La mayoría aceptaría más fácilmente el evangelio si les
ayudásemos a descubrir cómo funciona, en forma práctica, en su vida
cotidiana. Para ello, nada mejor que seguir los pasos del camino a Cristo,
tal como aparecen en la Palabra de Dios:
a. Captación del amor de Dios.
b. Reconocimiento del pecado.
c. Arrepentimiento.
d. Confesión y recepción del perdón por la fe en la sangre de Jesús.
e. Conversión.

2. Dudas y errores teológicos. Los religiosos practicantes suelen cono-


cer razonablemente las doctrinas de sus iglesias: tanto las que eran co-
rrectas como las que no armonizan con la Palabra de Dios. Por lo tanto,
es lógico que necesiten ayuda para corregir algunos errores doctrinales.
¿Cómo hacerlo? En primer lugar, no dudemos de su sinceridad, ni entre-
mos en una especie de combate, como si fuéramos enemigos. Evitemos
la polémica. Adoptemos una actitud de búsqueda de la verdad. Oremos

26
juntos, pidiendo la luz del Espíritu Santo para entender la Palabra que
el mismo Espíritu inspiro (2 P 1:21), y hagamos como los bereanos. Ellos
escudriñaban las Escrituras para ver si esas cosas eran así (Hch 17:11).

Un aspecto práctico:
Aunque algunos tienen buena memoria y son capaces de recordar los versí-
culos que resuelven diversos problemas teológicos, parece más práctico anotar,
junto a los versículos que crean dudas, las referencias bíblicas que los resuel-
ven. Por ejemplo: junto a Santiago 5:16, podríamos anotar 1 Jn 2:1-2; 1:9; Mt
6:9-12: Is 43:25. Que nos ayudan a entender que los pecados se confiesan a
Dios, en oración, y que es Él quien los perdona.
Un poco más adelante veremos cómo resolver algunas de las dudas teológicas
más frecuentes.
3. La parte testimonial de la salvación. Recuerde que las ilustracio-
nes son útiles, pero el testimonio es más poderoso. Hechos 1:8 dice que
tenemos que evangelizar mediante el testimonio. Cuando el endemo-
niado de Gadara compartió su testimonio, interesó en el evangelio a
toda la región que acababa de rechazar a Cristo (Lc 9:37-40). Lo mismo
ocurrió con el testimonio de la Samaritana (Jn 4:28-39).

¿Por qué conviene incluir la fase testimonial en los estudios


bíblicos?
Por lo menos hay un par de razones:

a. Si es verdad que los secularizados piensan que “si funciona, es bueno”,


concluiremos que el elemento más importante para evangelizarlos es
el testimonio que les muestra que el evangelio funciona bien en la vida
del hombre y de la mujer de hoy.

b. El interesado no puede confiar en un desconocido que pretende cam-


biar su vida y su religión, especialmente si le dijeron que ese descono-
cido pertenece a una secta. Si ilustramos los conceptos bíblicos con
experiencias (breves), podríamos alcanzar tres objetivos:
• Haremos comprensible las doctrinas.
• Nos daremos a conocer en forma gradual y natural.
• Les ayudaremos a descubrir que el evangelio “funciona” en nuestra
vida. En otras palabras: haremos creíbles tanto el mensaje como el
mensajero.
• ¿Cuáles son los testimonios más eficientes? Las experiencias de con-

27
versión que conocemos personalmente especialmente si son fácilmente
comprobables por el interesado. Pero ningún testimonio supera el poder
de nuestra propia experiencia.
• ¿Cuáles son las características de un testimonio eficaz? Los testimonios
deben ser breves y al punto. Recuerde que los testimonios no tienen
como objeto establecer comparaciones ni ganar una polémica. Ellos
deberían mostrar «cómo funciona» el evangelio en la vida real. Por eso
conviene, en forma breve y al punto, contar:

a. ¿Cómo era nuestra vida antes de encontrarnos con Jesús?


b. ¿Cómo fue que encontramos a Jesús?
c. ¿Cómo es nuestra vida después del encuentro con Cristo?

CÓMO ESTUDIAR LA DOCTRINA DE LA SALVACIÓN CON LOS CATÓLICOS

Los pasos del plan de salvación


El católico promedio no necesita que se le lea decenas de versículos para acep-
tar las enseñanzas bíblicas. Normalmente le bastan pocos versículos, siempre
que sean lo suficientemente claros; generalmente menos que los que aparecen
a continuación. Usted puede seleccionar entre ellos los que considere más
apropiados para la persona con la cual está estudiando. El suele aceptar el
evangelio cuando le es presentado (generalmente en tres o cuatro estudios) de
la siguiente forma:
1. Por qué existe el dolor.
a. Dios es amor. 1 Jn 4:8; Jer 31:3; Jn 3:16; 1 Jn 3:1.
b. Dios creó todo perfecto. Gn 1:31; 27-28.
c. Él quiere nuestra felicidad. Gn 1:28; 1 Ts 5:16.
d. El enemigo sembró la mala semilla. Mt 13:24-28; 1 Jn 3:8; Ap 12:7-
9; Gn 2:15-17; 3:1-6; Ro 5:12.
e. Dios encendió la luz de la esperanza. Ez 18:20, 30-32; Gá 4:4;
Jn 3:16.

2. Dios quiere y puede devolvernos la paz del alma y regalarnos


la salvación. Él nos dice que es lo que debemos hacer para ser salvos
del pecado y de sus consecuencias:
a. Dios quiere y puede salvarnos. Mi 7:18-19; Is 43:25; Sal 103:3.
b. Nosotros debemos reconocer nuestra enfermedad espiritual. Ec 7:29;
Ro 3:23; 6:23; Gn 8:21; Ro 2:9; Job 15:20; Is 57:21; 59:2; 2 Co 7:10.
c. Debemos arrepentirnos de nuestros pecados. Ez 33:11; Hch 3:19.
d. Necesitamos aceptar a Jesús como nuestro salvador. Jn 1:29; Hch
16:30-31; Ro 10:13; Ef 2:5, 8; Hch 4:12 He 10:43; Is 40:22.
28
e. Tenemos que confesarle nuestros pecados a Dios. Sal 51:3; 1 Jn 1:8-9
f. Además de pedir, con fe, el perdón de nuestros pecados debemos
estar dispuestos a abandonarlos. 2 Co 5:17; Lv 5:5; 6:4; 1 Jn 5:18; Is
55:7; Jn 8:10-11.
g. Dios nos pide que reproduzcamos el carácter de Cristo, perdonando
a quienes nos ofendieron. (Lc 23:34: Ef 4:32; 2 Co 2:7, 9).
h. No olvide de dar su testimonio personal breve en algún momento del
estudio bíblico. Durante el estudio muestre que la gracia y el perdón
están accesibles para todos, especialmente para él. Invite a la persona
a aceptar a Jesús y haga una oración intercesora en su favor.

3. Dios quiere y puede devolvernos la paz del alma AHORA.


Ayúdele al interesado a ver que la gracia no solamente está accesi-
ble. Está a su alcance ahora. (2 Co 6:2).

a. Nuestros méritos no nos justifican delante de Dios, porque son las


obras de un pecador. Is 64:6; Ro 7:19 Jer 2:22.
b. Somos salvos por la gracia de Dios. Tit 1:2; Ef 2:8-9.
c. Somos justificados por la fe, la cual también es un regalo de Dios.
Ro 3:24; 5:1; Ef 2:8.

El confesionario y el perdón
Comencemos a estudiar el tema a partir de aquello que el católico sabe y
acepta. Por ejemplo, a partir del Padre nuestro
1. En el Padrenuestro Jesús nos enseña que debemos confesarle el
pecado directamente a Dios; en oración. (Mt 6:9,12).
2. Como Jesús es Dios (Jn 1:1-3), Él tiene poder para perdonar los peca-
dos. (Mr 2:5-11; Jn 14:6; He 4:14-16).
3. S. Pedro apóstol enseñó que se debe pedir perdón directamente
a Dios. (Hch 8:18-22; Hch 4:12). Eso es lógico, porque hay que pedir
perdón al ofendido y es el ofendido quien debe perdonar.

a. Si ofendemos a nuestro prójimo, debemos pedirle perdón a nuestro


prójimo (no al sacerdote) y es nuestro prójimo (no el sacerdote) quien
tiene que perdonarnos. (Mt 5:22-26; 6:12, 14-15; Sgo 5:16; Mt 18:21-
22).
b. Si ofendemos a Dios, debemos pedirle perdón a Dios (no al sacerdote)
y es Dios (no el sacerdote) quien debe perdonarnos. Sal 32:5; Is 43:25;
Mi 7:18-19.
4. El ladrón en la cruz acudió directamente a Cristo, quien es Dios, y
éste le perdono (Lc 23:41-42).
29
La mediación de María y de los santos
Los católicos creen que María es co-mediadora con Jesús. También creen
en cierto grado de mediación de sus muchos santos. Después que aceptaron
a Jesús como salvador, conviene estudiar el tema. Teniendo en cuenta que los
católicos militantes sienten un gran respeto por Nuestro Señor Jesucristo y por
los santos apóstoles Pedro y Pablo, sugiero estudiar el tema a partir de lo que
enseñaron Jesús, Pedro y Pablo.
1. Nuestro Señor Jesucristo reveló que Él es el único camino que nos
conduce a Dios. S. Jn 14:6.
2. S. Pedro declaró enfáticamente que solamente hay salvación en Jesús.
Hch 4:10-12.
3. S. Pablo reveló que hay un solo mediador entre Dios y el ser humano:
Jesucristo, quien se encarnó para salvarnos. Por lo tanto, debemos ir a
Dios por medio de Él. 2 Ti 2:5-6; He 4:14-16.
Las penitencias y obras meritorias
Los católicos tienen algunos problemas para aceptar la justificación por la
fe. Son problemas derivados de lo que su iglesia les enseño. Por ejemplo:
1. Las Indulgencias. La revelación bíblica de la salvación no deja espa-
cio para la doctrina católica de las indulgencias. La Palabra de Dios dice
que el ser humano fue comprado y redimido por la sangre de Cristo (1
Pe 1:18-19), quien tiene poder para Salvar eternamente a los creen en
Él y lo aceptan como su salvador (Jn 3:16; He 7:25). No hay otra opor-
tunidad después de la muerte (He 9:27). Debemos aceptar a Cristo y su
gracia mientras vivimos (2 Co 6:1-2).

2. Las penitencias. El ser humano no se puede justificar a sí mismo,


porque es un pecador (Ro 3:23). La Biblia enseña que somos salvos por
gracia, por medio de la fe, que es un don de Dios (Ef 2:8-9). Somos
justificados gratuitamente (Ro 3:24).
3. Las misas por los difuntos. A pesar de las buenas intenciones que
pudiera haber, no hay otra oportunidad después de la muerte (He 9:27).
Por lo tanto, nadie se salvara por las penitencias hechas por otra perso-
na (Ro 14:12).

LOS PROBLEMAS DE ALGUNOS PROTESTANTES


CON LA DOCTRINA DE LA SALVACIÓN
“Una vez salvo, siempre salvo”

Algunos evangélicos piensan que una vez que una persona viene a Cristo
no puede perder nunca la salvación. A primera vista pareciera como que Jn
30
10:28 dijera eso, pero no es así. Ahora bien, ¿Cómo explicárselo a aquel que
piensa lo contrario? Elena de White aconseja: “Primero, debemos presentar
las verdades que tenemos en común y obtener la confianza de los oyentes; en-
tonces, a medida que los atraigamos, podemos avanzar despacio, con el tema
que se presente” 13

Intentemos aplicar ese buen consejo:


¿Cómo se obtiene la salvación? La salvación se obtiene por la fe en la gracia
del Señor (Hch 16:30-31; Ro 3:22-25). No es por obras (Ef 2:8-9). Incluso la fe
que nos permite recibir la gracia, es un regalo de Dios (Ef 2:8).
1. ¿Qué ocurre si, después de aceptar el regalo de la salvación en Cristo,
el creyente vuelve a su estilo de vida anterior a su conversión?
Antes de responder a la pregunta, sugerimos una idea práctica: Sería una
buena idea anotar junto a Jn 10:28, los versículos que mencionaremos a con-
tinuación, para tenerlos a mano cuando los necesitemos. Ahora sí, vamos a la
respuesta:

a. El autor de la epístola a los Hebreos dice que debemos retener fir-


memente nuestra confianza (He 3:12- 14). En Mt 24:13 Jesús dijo
que el que se salva debe perseverar hasta el fin. En 1 Co 15:1-2, Pablo
declara que es necesario retener la palabra que se nos ha predicado.

b. ¿Por qué será que la Biblia dice que «el que perseverare hasta el fin
será salvo?» (Mt 10:22; 24:13). En 2 P 2:19-22, Pedro dice que los que
vuelven al pecado están en una situación peor que antes de convertir-
se. He 10:26-27 es más elocuente todavía: quien peca voluntariamente,
después de haber conocido el evangelio, no queda cubierto por la gra-
cia. Está perdido. Ap 3:5 da a entender que es posible borrar del libro de
la vida el nombre del apóstata. En 1 Co 9:27 Pablo dice que, con todo
que él era apóstol de Jesucristo, si no permanecía fiel hasta el fin podría
ser eliminado.

La predestinación
Algunos toman ciertos versículos y piensan que Dios predestino arbitraria-
mente a ciertas personas para salvarse y a otras para perderse, sin tomar en
cuenta lo que ellas elijan. Veamos lo que enseña la Biblia:14
1. Dios hizo provisión de la salvación desde antes de la fundación
del mundo (1 Pe 1:20; Ap 13:8) Pero no salva a una persona contra su
propia voluntad (1 Ti 2:4).
2. Dios no discrimina. Él quiere que todos se salven (1 Ti 2:4; Ez
33:11; Is 55:1; Ap 22:17).

31
3. Dios apela al corazón de los pecadores para que acepten su gracia
y se salven (Ez 18:30-32).
4. Dios salva a aquellos que aceptan su gracia y creen en Jesús como
su salvador (Jn 3:16-21; 1:12-13).
5. Dios tendrá que condenar a quienes rechazan deliberadamente el
regalo de la salvación (Jn 3:18-120; 15:22).

EL BAUTISMO CRISTIANO

Cuándo estudiar el tema


Hay por lo menos dos alternativas. Cada una de ellas tiene su lógica, aun-
que obedece a estrategias evangelizadoras diferentes.
Normalmente estudiamos el tema del bautismo cuando la persona com-
prendió y aceptó la mayoría de las doctrinas bíblicas fundamentales. Este
método parece lógico, porque para entonces el interesado hará una decisión
madura de unirse a la iglesia de Cristo.

La otra alternativa respeta el momento de la conversión y facilita el estudio


de las restantes doctrinas bíblicas fundamentales. Consiste en estudiar el tema
del bautismo como culminación de los temas del plan de salvación. A partir
de entonces, se comienza cada estudio bíblico diciendo: “Vamos a abrir la
Palabra de Dios para ver qué es lo que Jesús quiere decirle hoy a usted, que de-
cidió nacer de nuevo.” Usted notara que con este enfoque, los estudios bíblicos
adquieren mayor seriedad y las decisiones se toman más fácilmente.

La doctrina bíblica del bautismo

1. El bautismo no es una práctica cristiana. Es un mandato de Jesús


vinculado con la salvación (Mt 28:18; Mr 16:15-16).

a. Debe ser la expresión de una experiencia espiritual de arrepentimien-


to, conversión y nuevo nacimiento (Hch 2:38; Jn 3:3-8, Ro 6:1-6, 11).
b. Antes de bautizarse la persona debería ser adoctrinada (Mt 28:19-20)
c. Antes de bautizarse la persona debe creer en Cristo como su salvador
personal (Hch 16:30-31: 8:36-39; Mr 16:15-16).

2. El bautismo une al creyente con Dios y con su iglesia


(Hch 2:41-42; 1 Co 12:13).

El bautismo por aspersión


¿Qué podemos decir de la práctica de bautizar asperjando un poco de agua
sobre la cabeza del catecúmeno? La Biblia tiene la respuesta.
32
1. El Nuevo Testamento, que fue escrito en griego, usa la palabra baptit-
zo, que en nuestro idioma se traduce como bautizar. Esa palabra significa
sumergir. Por eso San Juan el Bautista bautizaba en el río Jordán, en un lu-
gar que tenía muchas aguas; para poder bautizar, o sea sumergir (Jn 3:23).
2. El bautismo de Jesús fue aprobado por la Trinidad (Mt 3:13-17),
por lo tanto podemos usarlo como regla modelo. El evangelio dice que
“Jesús, después que fue bautizado (sumergido), subió luego del agua...”
(Mt 3:16). Eso prueba que al ser bautizado estuvo debajo del agua. No fue
rociado en la cabeza. Fue sumergido.
3. Lo mismo ocurrió con el etíope, bautizado por Felipe (Hch 8:38).
4. En el bautismo somos sepultados junto con Cristo (Col 2:12).

El bautismo de bebés
Agustín decía que todos estábamos seminalmente en Adán. Cuando Adán
peco, todos pecamos. Como consecuencia de ello, se instituyó el bautismo de
los párvulos, argumentando que debía borrárseles el pecado original. Ahora
bien, ¿Qué dice la Biblia?

1. El pecado no es hereditario. Desde que el pecado entró en el mundo,


el ser humano nace con una tendencia a pecar. Sin embargo, esa tenden-
cia no es pecado. “El pecado es trasgresión de la ley” (1 Jn 3:4). Quiere
decir que hasta que el niño desobedezca por sí mismo la Ley de Dios, no
ha pecado. Sin duda por eso en el libro de Ezequiel dice que el niño no
hereda el pecado del padre (Ez 18:4, 20). Es lógico, porque cada uno de
nosotros dará a Dios cuenta de sí (Ro 14:12). Por lo tanto, los bebés no
necesitan que se los bautice.
2. El bautismo de bebés no es válido. Para que el bautismo sea válido,
el catecúmeno debe reunir ciertos requisitos que un bebé no puede cum-
plir: Antes de bautizarse, la persona debe creer en Jesús (Hch 16:30-31),
debe arrepentirse de sus pecados y convertirse (Hch 2:37-41), debe ser
adoctrinada (Mr 16:15-16) y debe ser discipulada (Mt 28:19-20).

Los próximos temas


En los próximos encuentros veremos:

¿Cómo enseñar las doctrinas distintivas del adventismo?


¿Cómo enseñar las doctrinas vinculadas con la escatología?
¿Cómo enseñar las doctrinas vinculadas con el cristianismo práctico?

1. Entendemos por “sentido común” ese código mental automático integrado por lo
que nos enseñaron dogmáticamente durante nuestra primera infancia, el estilo de

33
vida de nuestra comunidad y lo que nosotros experimentamos en la vida. Ese códi-
go mental automático nos dice que algo es correcto o incorrecto antes de haberlo
analizarlo.
2. Asociación Ministerial de la Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día,
Creencias de los Adventistas del Séptimo Día (Florida, Buenos Aires: Asociación
Casa Editora Sudamericana, 1988).
3. Si desea más informaciones sobre cada uno de estos puntos, véase en el Seven-
th-day Adventist Dictionary
4. Diccionario histórico del cristianismo. César Vidal Manzanares. Estella, Navarra: Edi-
torial Verbo Divino, 1999. S.v. “Apócrifo”.
5. Concilio de Trento, Sesión 4,8, del 8 de abril de 1546. Esto fue confirmado por la
Constitución dogmática sobre Revelación del Concilio Vaticano II.
6. Sobre esas fuentes extra bíblicas y el concepto mormón de revelación progresiva,
aconsejamos ver el manual Como Actuar ante los Mormones, preparado por el IIMC.
7. Los Artículos de Fe, artículo 8.
8. El prejuicio mormón contra la Biblia fue generado y alimentado por José Smith,
quien dijo: “Creo en la Biblia tal como se hallaba cuando salió de la pluma de sus
escritores originales. Los traductores ignorantes, los escribas descuidados y los
sacerdotes intrigantes y corruptos han cometido muchos errores.” José Fielding
Smith, Enseñanzas del profeta José Smith (Salt Lake City: La Iglesia de Jesucristo de
los Santos de los últimos Días, 1969), 404.
9. LeGrand Richars (Un apóstol Mormón), A Marvelous Work and a Wonder (Salt Lake
City: Deseret Book, 1979), 128.
10. En este momento Razonamiento a partir de las Escrituras es el principal manual
para el trabajo de puerta a puerta de los testigos. Sustituye a la concordancia de
bolsillo conocida como Asegúrese de Todas las cosas, que utilizaron por muchos
años.
11. Razonamiento a partir de las Escrituras (Watchtower Bible and Tract Society:
Brooklyn, New York, 1989), p. 395.
12. Para más información, véase el manual Cómo actuar ante los testigos de Jehová
que el Internacional Institute of Christian Ministries, de la Asociación General, ha
publicado con el título Reaching and Winning Jehovah Witnesses.
13. White, Elena G. de, Testimonies 3:426.
14. El Seventh-day Adventist Dictionary, bajo el artículo “Predestination”, analiza este
tema con más detalles.

Los puntos más destacados de esta clase


Haz un resumen de los puntos más destacados de esta clase:
1.
2.

Los desafíos que presenta esta clase


¿Cuáles son los principales desafíos que plantea esta clase? Haz una lista de
ellos:
1.
2.

Tu plan de acción
¿Cómo piensan encarar los desafíos que plantea esta lección?
1.
2.
34
Cómo enseñar la Biblia y
UNIDAD las doctrinas distintivas

2 del adventismo

INTRODUCCIÓN

En esta unidad veremos cómo enseñar las doctrinas de la Ley de Dios,


con énfasis en el segundo mandamiento, el Sábado y el cambio del Sábado al
domingo. También veremos cómo ensenar la doctrina de la inmortalidad con-
dicional del ser humano, pero dejaremos el tema del milenio para analizarlo
en la tercera unidad, que está dedicada a la escatología. A pesar de la profecía
de los 2.300 días y la purificación del santuario es una doctrina distintiva de
adventismo, por razones de espacio y por su afinidad con la escatología bíbli-
ca, la hemos incluido en la tercera unidad.

CÓMO ENSEÑAR EL TEMA DE LA LEY DE DIOS


Cuándo estudiar el tema
Aunque aludiremos a la Ley de Dios al estudiar el origen del mal y el plan de
salvación, no deberíamos estudiar a fondo el tema antes de dar los estudios bí-
blicos sobre la conversión, el perdón de los pecados y la justificación por la fe.
Cómo estudiar el tema con los católicos
Los católicos no tienen problemas en aceptar que los cristianos tenemos que
obedecer la Ley de Dios. Los problemas surgirán cuando estudiemos el se-
gundo y el cuarto mandamientos. Por eso conviene fortalecer la convicción en
algunas áreas específicas antes de estudiar los mandamientos mencionados:
1. Para Dios, cada uno de los mandamientos es importante (Mt 5:17-
19; Is 59:1-2).
2. La Ley de Dios es inalterable. En las matemáticas de Dios,
10 mandamientos - 1 mandamiento = 0 (Stg 2:10-12; 1 Jn 3:4).
3. Los verdaderos cristianos guardamos los 10 Mandamientos (1 Jn 2:4-
5; Jn 14:15).
Cómo estudiar el tema con los evangélicos
Algunos hermanos se preguntan, ¿Por qué dedicar tiempo a los temas del
plan de salvación cuando se estudia con los evangélicos?

35
Por tres razones:
a. Porque debemos estar seguros de que los entienden bien.
b. Porque les resultará más fácil aceptar las verdades nuevas si
ellas están relacionadas con verdades que conoce y acepta.
c. Porque ellos necesitan tener la seguridad de que los adventistas
no somos legalistas; que creemos en la justificación por la fe.

1. Comencemos con la gracia. Es más fácil que un evangélico acepte


la vigencia de la Ley si comenzamos el estudio bíblico afirmando que
creemos en la gracia. ¿Cómo hacerlo? Empecemos estudiando Roma-
nos.
a. Ro 3:10, 24. “No hay justo, ni aún uno”. Todos pecaron y están per-
didos.
b. Ro 3:24-28. Somos justificados gratuitamente, por gracia, por la fe sin
las obras de la ley”.
c. Ro 3:20. Ningún ser humano será justificado por las obras de la Ley.
d. Ro 3:31. “¿Luego por la fe invalidamos la ley? En ninguna manera, sino
que confirmamos la ley”. ¿Por qué?
e. Ro 3:20. Aunque la Ley no perdona, tiene una importante función que
cumplir: nos ayuda a descubrir cuando estamos en pecado. Enton-
ces nos lleva a Cristo (Ga 3:24).
Lo que no vale, según lo revela Pablo. Muchos evangélicos se oponen a
la Ley porque han interpretado incorrectamente la epístola a los Gálatas. La
mayoría de ellos no son teólogos y comprenderán mejor si les simplificamos
las explicaciones. Por ejemplo: Tres veces Pablo habla de lo que no vale y de
lo que sí vale delante de Dios.
LO QUE NO VALE LO QUE SI VALE
Ni la circuncisión La fe que obra por el
Gá 5:6 ni la incircuncisión amor
Ni la circuncisión
Gá 6:15 La nueva criatura
ni la incircuncisión
Ni la circuncisión Guardar los Manda-
1 Co 7:19
ni la incircuncisión mientos de Dios

¿En el Antiguo Testamento por la Ley y en el Nuevo por la gracia?


Muchos evangélicos creen que en el Antiguo Testamento la salvación era
por la Ley y en el Nuevo es por la gracia. ¿Cómo ayudarles a comprender
su error sin ofenderlos? Una alternativa interesante es mostrarles que en el

36
Antiguo Testamento la salvación por la fe en la gracia y después mostrarles la
vigencia de la Ley en el nuevo.

1. La salvación en el Antiguo Testamento.


a. Dios es un Dios misericordioso y clemente (Ex 34:5-7; Sal
5:7; Sal 34:8-10; 40:1-3; 86.15).
b. Dios manifiesta su gracia (Sal 32:10; 51:16-17; 79:8-9; 86:7;
103:8; Je 31:18).
c. Se enseña que el pecador necesita vivir la experiencia del
arrepentimiento, la confesión y el perdón. (Sal 32:5; 51:1-4, 7-9.
d. En el Antiguo Testamento habla de la necesidad de conver-
tirse (Ez 14:6; 18:30-32; Jl 2:12-13; 1 R 8:47-50: Is 55:6-7; Jer
18:11; Dt 30:1-3;
2 Cr 6:38-39; Lm 5:21).
e. En el Antiguo Testamento enseña que la justificación del pe-
cador es un acto de la gracia de Dios (Is 1:18; 43:25, 42:24)
f. En el Antiguo Testamento enseña que Dios le ofrece al peca-
dor la oportunidad de vivir el milagro del nuevo nacimiento
(Sal 51:10; Ez 11:19-20; 36:25-27)

2. Ley de Dios en el Nuevo Testamento.


a. El Nuevo Testamento enseña que la Ley es santa, justa y buena
(Ro 7:12).
b. El Nuevo Testamento enseña que la Ley es espiritual (Ro 7:14).
c. El Nuevo Testamento enseña que la fe por la cual somos salvos
no anula la Ley (Ro 3:31)
d. El Nuevo Testamento nos enseña que Jesús no cambio ni una
jota ni una tilde de la Ley (Mt 5:17-19)
e. El Nuevo Testamento nos revela que el cristiano debe guardar
los Mandamientos (Jn 15:10; 14:15; Mt 19:16-17; 1 Jn 2:3-5; 5:2-
3; 3:4; Stg 2:10-12; Ap 12:17; 14:12; 2 Jn 6).
f. El Nuevo Testamento habla de la obediencia a todos los 10
Mandamientos (Stg 2:10-12)
(1) No tener dioses ajenos delante de Dios (Mt 4:10; Ef 5:5).
(2) No rendir culto a las imágenes (1 Co 12:2; Ap 9:20).
(3) No tomar el nombre de Dios en vano (Mt 5:33-37).
(4) Guardar el Sábado (Lc 4:16, 31; 23:54-56).
(5) Honrar a tu padre y a tu madre (Mt 18:19).
(6) No matar (Mt 19:18; 5:21-26).
37
(7) No adulterar (Mt 19:18; 5:27-32).
(8) No hurtar (Mt 19:17).
(9) No hablar falso testimonio (Mt 19:18).
(10) No codiciar (Lc 12:15).

¿El amor en lugar de la obediencia?


1. Los mandamientos de amar a Dios y al prójimo (Mt 22:36-40). Al-
gunos piensan que en el Nuevo Testamento los mandamientos de amar
a Dios y al prójimo sustituyen a los 10 Mandamientos del Antiguo Testa-
mento. Jesús no dijo que el amor a Dios y el amor al prójimo invalidaban
los 10 Mandamientos, o que los sustituían. Al contrario. Él dijo que son la
base que sustenta a toda la Ley (Mt 22:37-40).
a. El amor a Dios es la base de nuestra relación con él, la cual está resumi-
da en los cuatro primeros mandamientos (Ex 20:3-11).
b. El amor al prójimo es la base de nuestra relación con nuestro prójimo,
la cual está resumida en los últimos seis mandamientos (Ex 20:12-17).
Una evidencia clara de que esos dos grandes amores no sustituyen a los 10
Mandamientos es que los dos grandes mandamientos fueron instituidos en el
Antiguo Testamento. Los dos fueron transmitidos por el mismo Moisés (Dt
6:5; Lv 19:18) que les dio las tablas de los 10 Mandamientos (Ex 20:1-17),
escritos por el dedo de Dios (Ex 31:18); para obedecerlos (Dt 4:13).
2. El cumplimiento de la Ley es el amor (Ro 13:10). Pablo no dice que el
que ama deja de obedecer la Ley, porque eso hubiera sido pecar (1 Jn 3:4).
Pablo dice que el que ama, cumple la Ley (Ro 13:8). Como ejemplo de
ello enumera varios de los 10 Mandamientos que se resumen en el amor
al prójimo (Ro13:9). Esa norma, que había sido establecida en el Antiguo
Testamento (Lv 19:18), siempre estuvo ligada a la obediencia de Manda-
mientos (Mt 19:19; 22:39; Mr 12:31; Ga 5:14; Stg 2:8).
3. Jesús es el mejor ejemplo de cómo el que ama, guarda la Ley. Na-
die amó como Él amo (Jn 3:16; Ro 5:6-8) pero Él no vino a cambiar la Ley
(Mt 5:17-19). El la obedeció (Jn 15:10) y vino a magnificarla y a engran-
decerla (Is 42:21). Sus enseñanzas en el sermón del Monte lo demuestran:
a. Explicó los alcances del mandamiento no matarás (Mt 5:21-26).
b. Explicó los alcances del mandamiento no cometerás adulterio (Mt
5:27-33).
c. Enseño como guardar el sábado (Mt 12:1-13).

Bajo el nuevo pacto ¿Debemos guardar la Ley?


Ambos pactos se hicieron en el marco de la misma Ley, pero están basados
en diferentes promesas. Lo que Identifica a uno como viejo pacto y al otro
38
como nuevo, es el momento cuando estos fueron ratificados y entraron en
vigor.
1. El antiguo pacto se basó en la promesa de fidelidad del ser humano.
Fue confirmado en el Sinaí, con la sangre de los sacrificios de animales.
a. El pueblo prometió guardar los Mandamientos de Dios (Ex 19:8;
20:19; 24:3, 7-8)
b. Dios aceptó la promesa, aunque posteriormente ellos la invalidaron
con su conducta (Jer 31:32).
c. El ser humano no pudo cumplir su promesa de obediencia y quedo
condenado por la Ley (Ro 3:23; 6:23).
2. El nuevo pacto se basa en las promesas de Dios. Fue confirmado en
el Calvario, con la sangre de Cristo. Históricamente es el más antiguo,
porque se basa en la promesa que Dios le hizo a Adán (Gn 3:15) y a Noé
(Ge 9:12, 15-16) y que se hizo efectiva con Abraham y su descendencia
(Gn 12:1-3; 15:18; 17:1-7). Lo llamamos nuevo porque fue confirmado
después del Sinaí, en la cruz, mediante la sangre derramada por el verda-
dero Cordero de Dios que quita el pecado del mundo (Gn 3:15; Jn 1:29).
a. El nuevo pacto está hecho sobre mejores promesas. Dios prome-
te darle al ser humano un nuevo corazón (Jer 31:31-34; Ez 36:25-26;
He 8:8-13).
b. El ser humano que acepta la promesa de Dios, entra en el nuevo
pacto (Jn 1:12-13; 2 Co 5:17; Ro 8:1; Gá 3:29; 1 P 2:9-10).
c. Como la Ley no es contraria a las promesas de Dios (Gá 3:21) el
Señor promete escribir su Ley en el nuevo corazón para que aquel
que ha nacido de nuevo pueda guardarla (Ez 36:27; Sal 40:8; He
10:16-17).

COMO ENSEÑAR EL SEGUNDO MANDAMIENTO


Un problema católico
El Diccionario Histórico del Cristianismo, de César Vidal Manzanares,
impreso por la editorial católica Verbo Divino, dice que el uso de imágenes
aparece expresamente prohibido en la Biblia (Ex 20:4). Esta prohibición fue
mantenida estrictamente por los primeros cristianos. El culto a las imágenes
recién surgió en la Edad Media y progresó lentamente hasta que Tomás de
Aquino le diera lugar en su teología y la aprobara el Concilio de Trento.

CUÁNDO ESTUDIAR EL TEMA


Después de estudiar el tema de la Ley de Dios, conviene tener dos estudios

39
que incluyan a todos los 10 Mandamientos. Uno podría titularse La Ley, el
cristiano y su Dios; y el otro La Ley, el cristiano y su prójimo. Si estudiamos
con católicos, al estudiar la Ley, el cristiano y su Dios dedicaremos más tiempo
al segundo Mandamiento.

Versículos útiles
El estudio podría incluir los siguientes versículos:
1. ¿Por qué Dios no quiere que lo adoremos mediante las imágenes?
Porque Dios es Espíritu y pide un culto espiritual (Hch 17:29; Jn 4:23-
24).
2. El Mandamiento prohíbe tanto adorar como honrar o venerar
cualquier tipo de imágenes religiosas (Ex 20:4- 6).
3. La Palabra de Dios es muy clara en decir que las imágenes no
tienen vida, no oyen, no ven ni pueden responder. Por esas razones
considera que pedirles alguna gracia es un acto irracional (Is 44:9-20;
45:20; 46:5-9; 42:17).
4. ¿Qué deberíamos hacer para armonizar nuestra vida con la
voluntad de Dios? (Is 30:21-23).

Preguntas y objeciones frecuentes


Estas son algunas de las objeciones y preguntas que los católicos plantean
cuando se estudia con ellos el segundo Mandamiento:
1. “¿Tiene algo de malo tener la foto de nuestros seres queridos, o las que
se usan con fines didácticos y decorativos?” El Mandamiento no habla de
las fotos de nuestros seres queridos. Tampoco se refiere a recursos didác-
ticos ni a los elementos decorativos. El Mandamiento prohíbe imágenes
religiosas con fines de culto (Ex 20:4-6).
2. “Nosotros adoramos a Dios a través de la imagen.” Aunque la intención
sea buena, Dios no acepta que se lo adore a través de una imagen (Is 42:8;
Hch 17:29)
3. “¿No es malo ser celoso? ¿Por qué Dios dice que es un Dios celoso?” A ve-
ces usamos la palabra celoso para describir virtudes. Por ejemplo, cuando
hablamos de un hombre que es celoso en cumplir sus responsabilidades
como esposo y padre, estamos destacando una virtud. Pero en el Manda-
miento habla de otra cosa. Allí Dios actúa como el hombre que no acepta
que su esposa sea infiel. Y eso es correcto (Is 42:8).
4. “Hay una diferencia entre adorar y venerar a una imagen.”3 Adorar imá-
genes y venerar imágenes son dos grados diferentes del culto que se les
brinda en el catolicismo. Ambas cosas están prohibidas por el Manda-
miento (Ex 20:4-6; Mt 4:10; Lc 4:8).
40
5. “El Mandamiento prohíbe las imágenes paganas.” El mandamiento no
hace diferencia entre imágenes paganas e imágenes cristianas. Una prue-
ba de ello es que hasta prohíbe hacer imágenes de lo que esté arriba en el
cielo (Ex 20:4-5; Is 40:18-22, 25-26).
6. Los católicos no veneran a las imágenes comunes. Ellos veneran a aque-
llas que fueron bendecidas por el sacerdote”. “Después de la bendición
del sacerdote, la imagen sigue siendo imagen. El Mandamiento de la Ley
de Dios prohíbe venerarlas (Ex 20:4-6). La Biblia dice que la desobedien-
cia a la Ley de Dios es pecado (1 Jn 3:4). Por lo tanto, rendir culto o ve-
nerar a las imágenes es una desobediencia a la Ley; es un pecado. Por lo
tanto, cuando un sacerdote bendice a las imágenes, pretende bendecir el
pecado. Y eso es grave (Mt 5:17-19; Ez 22:26; Is 2:18-21).

CÓMO ENSEÑAR LA DOCTRINA DEL SÁBADO


El Sábado de Edén a Edén
Desde el Génesis hasta el Apocalipsis, cada vez que la Biblia se refiere al día
de reposo, habla del Sábado, séptimo día de la semana.
1. El Sábado fue establecido como día de reposo en el Edén; en la se-
mana de la creación, como un monumento conmemorativo de la crea-
ción Gn 2:1-3.
2. El pueblo de Israel guardaba el Sábado desde antes que Dios pro-
clamara y escribiera los 10 Mandamientos en el Monte Sinaí Ex 16:4-5,
22-30.
3. Cuando Dios proclamó los 10 Mandamientos reitero la obligación
de guardar el Sábado. Teniendo en cuenta, el Creador fundamentó el
mandamiento, en el hecho de que Él ya lo había establecido en la crea-
ción (Ex 20:8-11), queda claro que nunca hubo en el mundo un sábado
que no fuera día de reposo.
4. El pueblo de Israel guardó el Sábado (Ex 31:17-18).
5. El Sábado es una señal de lealtad del creyente hacia Dios (Ez 20.12,
20).
6. Los gentiles del Antiguo Testamento debían guardar el Sábado (Is 56:1-7).
7. En el Nuevo Testamento, Jesús guardó el Sábado (Lc 4:16-31).
8. La virgen María y otras piadosas mujeres guardaron el Sábado des-
pués de la crucifixión (Lc 23:54-56).
9. En la eternidad se seguirá guardando el Sábado (Is 66:22-23).

Los versículos que hablan del domingo


Trabajo en grupos pequeños: A continuación nos reuniremos en grupos
41
pequeños para analizar cada uno de los versículos del Nuevo Testamento que
hablan del domingo para ver:
1. ¿Cuál de esos versículos llama al domingo «día del Señor»?
2. ¿Cuál de esos versículos dice que el domingo es día santo?
3. ¿Cuál de esos versículos dice que el domingo sustituye al Sábado
como día de reposo?
Se analizará cada uno de los ocho versículos que aparecen a continuación
y se marcará con una X al lado del sí, o con una X al lado del no, según co-
rresponda la respuesta a cada una de las tres peguntas que aparecen en las
respectivas columnas.

¿DICE QUE EL ¿DICE QUE EL ¿DICE QUE EL


VERSÍCULO DOMINGO ES DÍA DOMINGO ES UN DOMINGO SUSTITUYE
DEL SEÑOR? DÍA SANTO? AL SÁBADO?

Mt 28:1 Si: No: Si: No: Si: No:

Mr 16:1-2 Si: No: Si: No: Si: No:

Lc 24:1 Si: No: Si: No: Si: No:


Jn 20:1 Si: No: Si: No: Si: No:

Jn 20:19 Si: No: Si: No: Si: No:

Jn 20:26 Si: No: Si: No: Si: No:


Hch 20:7 Si: No: Si: No: Si: No:
1 Co 16:1-3 Si: No: Si: No: Si: No:

El informe de los grupos pequeños


1. ¿Cuáles son los versículos que dicen que el domingo es el día del Señor?

2. ¿Cuáles son los versículos que dicen que el domingo es un día santo?

3. ¿Cuáles son los versículos que dicen que el domingo sustituye al Sábado?

4. Conclusión:

¿El día del Señor o el primer día de la semana?


En el Imperio Romano los días tenían nombres vinculados a la adoración
42
de los astros y planetas.1 El domingo era el día del “señor dios el sol”. Por eso
en español, en italiano y en portugués toma la primera parte del nombre pa-
gano del día y se lo llama domingo, que quiere decir día del señor, aludiendo
al “señor dios el sol” y no a Jesucristo. Una evidencia clara de lo que acabamos
de decir es que en inglés y en alemán el domingo toma la última parte del
nombre pagano del día y se llama día del sol (Sunday en inglés y Sonntag en
alemán).
1. ¿Por qué los apóstoles, aunque vivieron en el Imperio Romano, no
usaron el nombre propio que los romanos le daban al día domingo?
La razón es clara: Ellos no adoraban a los planetas y a los astros sino a
Dios el Creador. Por lo tanto, en el Antiguo y en el Nuevo Testamento
el nombre de los días se relaciona con la adoración a Dios el Creador
y gira alrededor del Sábado (que quiere decir día de reposo), el cual es
el memorial de la creación. Al domingo lo llamaban mía ton sabbaton,
que quiere decir primer día [a partir] del sábado. Por eso los versículos
que hablan de la resurrección dicen que ocurrió en el primer día de la
semana”.
2. ¿El día del Señor Jesucristo? Es muy significativo que los evangelios, que
fueron escritos entre un cuarto y casi tres cuartos de siglo después de la
resurrección, 2 no llamen al primer día de la semana como el día del
Señor Jesús, o el día de la resurrección. El hecho de que simplemente
lo llaman primer día [a partir] una evidencia de que para los apóstoles,
el día del señor dios el sol era un día común o laborable. En contraste
con ello, el Nuevo Testamento muestra que había otro día que no era
común ni laborable.
3. En el Nuevo Testamento hay solamente dos días especiales: El Sábado
y el viernes. Todos los otros días eran numerados a partir del Sábado.
El lunes era el segundo día [a partir] del Sábado, el martes era el tercer
día [a partir] del Sábado, etc. Entonces llegaba el viernes, y lo llama-
ban paraskeué, que significa día de preparación ¿Por qué le daban ese
nombre? Porque era el día de preparación para recibir el Sábado (Lc
25:54). Que significa día de reposo, consagrado a la adoración Creador
y al estudio de las Sagradas Escrituras (Lc 4:16, 31; 36; Hch 13:14-15;
42, 44; 16:13-15; 17:2-3).

Los versículos del primer día de la semana


1. Mt 28:1. Este versículo, que fue escrito casi 40 años después de la resu-
rrección, no dice que el domingo es el día de reposo, al contrario, dice
que es el día siguiente al día de reposo. 3 Tampoco dice que para los
cristianos era el día del Señor. Dice que era un día común. Era el primer
día a partir del día de reposo.

43
2. Mr 16:1-2. Al igual que Mateo, Marcos dice que era el día siguiente al
día de reposo y agrega un detalle: fueron a hacer las compras que no
debían hacer en el día santo del Señor (Neh 13:16-22). Este versículo
fue escrito por lo menos un cuarto de siglo después de la Resurrección.
El hecho de que no aclare “porque todavía no lo guardaban como día
santo”, demuestra que el domingo era un día común. Era el primer día
[a partir] del día de reposo.

3. Lc 24:1. Lucas escribió su evangelio más de treinta años después de la


resurrección. Él juntó y sistematizó las informaciones disponibles sobre
la vida de Jesús y de los primeros cristianos a fin de darnos una informa-
ción fehaciente de las enseñanzas de Cristo y de los apóstoles (Lc 1:1-4;
Hch 1:1-3). Por esa razón, un cuarto de las cosas que conocemos sobre
la vida y ministerio de Jesús aparece relatado solamente en su evange-
lio. La lógica nos dice que, si durante el periodo neotestamentario se
hubiese comenzado a guardar el domingo, seguramente Lucas nos lo
revelaría en su evangelio o en Los Hechos de los Apóstoles. Pero ese no
es el caso. Él nos cuenta que el día de la resurrección era un día común:
el primer día [a partir] del día de reposo. Y todavía más. En los versí-
culos precedentes explica que la virgen María y otras mujeres piadosas
descansaron el sábado “conforme al mandamiento” (Lc 23:54-56). Y
eso ocurrió después de la resurrección.

4. Jn 20:1. Este versículo cuenta que María no fue a la tumba para festejar
la resurrección, porque ella ni siquiera sabía que hubiese resucitado (Jn
20:1-2). Los discípulos tampoco lo sabían (Jn 20:3-18). El hecho de que
Juan escribió esto casi 70 años después de la resurrección y todavía lla-
ma a ese día como el primer día [a partir] del día de reposo revela que la
resurrección de Cristo no había santificado a ese día. Si a eso le agrega-
mos el hecho de que el enfoque de Juan es más teológico que histórico,
habría que admitir que la iglesia apostólica no guardaba el domingo,
sino el Sábado como día de reposo. Pero Juan hace dos referencias más
al día de la resurrección.

5. Jn 20:19. Habla de una reunión en el día que Jesús resucitó. Pero no era
para festejar la resurrección. Allí dice que estaban encerrados por mie-
do de los judíos. Entonces se les apareció Jesús, para animarlos y para
darles pruebas de que había resucitado.

6. Jn 20:26. Dice que ocho días después seguían encerrados y que alguno
de ellos todavía no creía que Jesús hubiese resucitado.
Si tenemos en cuenta que el evangelio de Juan sería el último libro de la
Biblia que fue escrito; y que el apóstol dedica casi la mitad de su evangelio
a la semana de la crucifixión (Jn 12:1-19:42) y al periodo post resurrección
(Jn 20-21); y que Juan dice haber escrito todo lo que necesitamos saber para
44
creer en Cristo y ser salvos (Jn 20:31), el hecho de que Juan llama al día de la
resurrección primer día [a partir] del día de reposo (Jn 20:1), evidencia que la
Biblia no nos enseña a guardar el domingo en recuerdo de la resurrección. Al
contrario, nos manda a guardar el Sábado.
7. Hch 20:7 Registra una reunión religiosa en el primer día [a partir]
del sábado. No era para conmemorar la resurrección. Allí dice que Pa-
blo alargó el discurso hasta la medianoche porque salía de viaje a la ma-
ñana siguiente. Si tenemos en cuenta que en la Biblia el día comienza
a la puesta de sol y termina 24 horas después cuando vuelve a ponerse
el sol (Gn 1:5, 8, 13, 19, 23, 31; Lv 23:32), llegaremos a la conclusión
de que se trata de una reunión sabática que se prolongó hasta la me-
dianoche. O sea, durante la primera parte que es la parte nocturna) del
primer día de la semana.
8. 1 Co 16:1-3. Pablo no habla de ir a la iglesia ni de guardar el día de
la resurrección. En realidad ni menciona la resurrección. Él dice que el
primer día de la semana, o sea cuando ya no es mas día reposo; cuando
ya se pueden atender las cuestiones financieras, laborales, etc., hagan un
presupuesto para ver cuánto podrían dar para ayudar a los damnifica-
dos de Jerusalén (Hch 11:28-30).

Cómo conmemorar la resurrección


¿Cómo conmemora el cristiano la resurrección de Cristo? San Pablo dice
que el elemento conmemorativo de la resurrección es el bautismo por inmer-
sión. Al ser sepultados en el agua bautismal sepultamos la vieja vida de pecado
y salimos de ella para vivir una nueva vida en Cristo (Ro 6:1-6).

“Dies Domini” de Juan Pablo II


El documento “Dies Domini”, de Juan Pablo II, reconoce que Dios manda
guardar el Sábado. Como ilustración, veamos un párrafo: “El mandamiento
del Decálogo con el que Dios impone la observancia del sábado tiene, en el
libro del Éxodo, una formulación característica: “Recuerda el día del sábado
para santificarlo’ (20,8). Más adelante el texto inspirado da su motivación refi-
riéndose a la obra de Dios: ‘Pues en seis días hizo el Señor el cielo y la tierra, el
mar y todo cuanto contienen, y el séptimo descanso; por eso bendijo el Señor
el día del sábado y lo hizo sagrado (11) ‘. Antes de imponer algo que hacer,
el mandamiento señala algo que recordar. Invita a recordar la obra grande y
fundamental de Dios como es la creación. Es un recuerdo que debe animar
toda la vida religiosa del hombre, para confluir después en el día en que el
hombre es llamado a descansar. El descanso asume así un valor típicamente
sagrado: el fiel es invitado a descansar no sólo como Dios ha descansado, sino
a descansar en el Señor, refiriendo a Él toda la creación, en la alabanza, en

45
acción de gracias, en la intimidad filial y en la amistad esponsal.” 1
El documento cita como 28 textos bíblicos que señalan al sábado como
día de reposo, pero termina diciendo que “los cristianos, percibiendo la ori-
ginalidad del tiempo nuevo y definitivo inaugurado por Cristo, han asumido
como festivo el primer día después del sábado, porque en él tuvo lugar la
resurrección del Señor.” En otras palabras: Desobedecen al Mandamiento de
Dios y pretenden honrarlo con lo que Él nunca pidió. Es algo parecido a la
ofrenda de Caín, aunque más grave, porque pretende dar visos de santidad a
la desobediencia consciente. Sin duda que se trata de una situación parecida a
la que condeno Jesús (Mt 15:3-9; Mr 7:6-13).

Apocalipsis 1:8
Como fue visto un poco más arriba, el Nuevo Testamento no usa la palabra
Domingo. Tampoco usa la expresión “día del Señor para referirse al día de la
resurrección de Cristo. Usa la expresión “una día [a partir] del Sábado”, que
puede traducirse como primer día de la semana. Entonces, ¿De qué día del
Señor habla Ap 1:10?
Si se refiere a un día de la semana específico, y teniendo en cuenta que Jesús
dijo que Él era el Señor del Sábado (Mt 12:8; Mr 2:28; Lc 6:5), y que Dios
llama al Sábado “mi día santo” (Is 58:13) habría que concluir que Ap 1:10
está hablando del día establecido por el Señor en el cuarto Mandamiento (Ex
20:8-11): el Sábado.
Quizá la posibilidad más coherente con el simbolismo escatológico del Apo-
calipsis es que Juan se está refiriendo al día de la venida de Cristo. Hay dos
razones para pensar así:
1. Cuando Juan dice en el Apocalipsis: “yo fui en el espíritu”, significa que
fue transportado en visión a un determinado lugar o a un determinado
momento (Ap 4:2; 17:3).
2. Teniendo en cuenta que, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testa-
mento, el día del Señor es la segunda venida de Cristo (Is 13:6; Ez 30:3;
Mal 4:5; 1 Co 5:5; 2 P 3:10) habría que concluir que Juan fue trasladado
en visión a la segunda venida del Señor.1 Esa idea es coherente con el
contexto inmediato, ya que tres versículos antes (Ap 1:7) Juan describe
la segunda venida de Cristo.

¿Fue el Sábado clavado en la cruz?


Los cristianos solemos decir que los 10 Mandamientos son la Ley de Dios.
Eso es la verdad, pero no toda la verdad. Muchas veces Dios dice “mis leyes”
(1 R 3:14; 9:4; 2 Cr 7:17; 7:17; Sal 50:16; Ez 11:12; 36:27; Zac 1:6; Mal 3:7; He
8:10; 10:16), lo que demuestra que Él estableció otras leyes, además de la Ley
46
eterna de los 10 Mandamientos (Mt 5:17-19). Una de ellas era la ley profética
de los sacrificios que simbolizaban al Cordero de Dios que quita el pecado del
mundo.
La ley de los sacrificios proféticos consistía en “ofrecer ofrenda encendida a
Jehová, holocausto y ofrenda, sacrificio y libaciones, cada cosa en su tiempo”,1
además de los sábados de Jehová (Lv 23:37-38). Esa ley no se vinculaba al
séptimo día de cada semana (Lv 23:3). Era una profecía expresada mediante
los sacrificios de animales (He 10:1), los cuales eran una sombra profética del
Cordero de Dios que quita el pecado del mundo (Jn 14:29). Lógicamente,
la profecía tiene vigencia hasta su cumplimiento. A partir de entonces deja
de ser profecía para transformarse en historia. Eso es lo que dice Pablo en
Colosenses 2:14-17, refiriéndose a la enumeración hecha por Ezequiel: La
ley del “holocausto y el sacrificio y la libación en las fiestas solemnes, en las
lunas nuevas, en los días de reposo (que, de acuerdo a Lv 23:37-38, eran días
de reposo ‘además de los sábados de Jehová’ tenían que ver con la expiación”
(Ez 45:17). Por lo tanto, tuvieron vigencia hasta la crucifixión. Desde entonces
no necesitaban dejar de trabajar en los días señalados para la comida de la
pascua, las bebidas rituales, etc., las cuales eran una sombra profética de lo
que ahora es historia de la redención.
¿Y qué ocurrió con el Sábado, séptimo día de la semana? Como ya vimos,
no era parte de la ley que profetizaba el sacrificio de Jesús (Lv 23:3, 37-38). En
lugar de ser una profecía, fue instaurado como un monumento conmemora-
tivo de la creación, para adorar al Creador (Gn 2:1-3; Ex 20:8-11). Teniendo
en cuenta que Apocalipsis revela que ahora debemos adorar a Dios como el
Creador (Ap 4:11) en los mismos términos instituidos en el cuarto Manda-
miento (compare Ex 20:11 con Ap 14:6-7); y teniendo también en cuenta
que después de la segunda venida de Cristo se seguirá guardando el Sábado
(Is 66:22-23), queda claro que Pablo no incluyó al Sábado, séptimo día de la
semana, en la lista de las cosas que fueron clavadas en la cruz.

CÓMO ENSEÑAR LA DOCTRINA DE LA INMORTALIDAD


CONDICIONAL DEL HOMBRE
La doctrina de Dios y la doctrina de Satanás
En Edén se produjo la confrontación de dos teologías opuestas. Una fue reve-
lada por Dios. La otra fue enunciada por Satanás.

1. Dios reveló que el ser humano había recibido una inmortalidad


condicional. El Eterno creó al hombre como alma viviente (Gn 2:7),
pero le explico: si pecas, “ciertamente morirás” (Gn 2:17). En otras pa-
labras: el alma viviente llegaría a ser alma mortal (Is 52:12; Ez 18:4, 20).
2. Satanás introdujo la teología de la inmortalidad incondicional.

47
El indujo a Adán y Eva a dudar de la palabra que Dios, a independi-
zarse de ella y pecar; asegurándoles: “No moriréis” (Gn 3:1-4). Por lo
tanto la doctrina de la inmortalidad incondicional del alma y el pecado
nacieron juntas y tienen el mismo padre. Sin duda que Pablo podría
haberla incluido en la lista de las doctrinas de demonios que menciona
en 1 Timoteo 4:1. 1
- Las religiones y las filosofías paganas adoptaron la doctrina
de la inmortalidad incondicional del alma que la serpiente anti-
gua propuso en el Edén. Los egipcios podrían haber sido los primeros
en fomentar esa creencia. Posteriormente algunos escritores griegos se
apropiaron de ella y la presentaron como propia.
- El catolicismo la heredó del paganismo. La doctrina de la inmor-
talidad incondicional del ser humano no es aceptada por las Sagradas
Escrituras 2 porque sólo Dios tiene inmortalidad incondicional (1 Ti
6:16; 1:17; Ro 1:23). El cristiano está llamado a buscarla mediante
Jesucristo (Ro 2:7; 1 Ti 2:10), el cual se la dará después de su segunda
venida (2 Co 15:53-54). Durante la Edad Media el catolicismo abrió
sus puertas a la filosofía, especialmente a la corriente platónica de
Agustín y a la aristotélica de Tomás de Aquino. La filosofía trajo con-
sigo algunos conceptos ajenos a la Biblia. Uno de ellos fue la doctrina
de la inmortalidad del alma.
- Los protestantes la heredaron del catolicismo. La reforma se centró
especialmente en el retorno a la Biblia como única fuente de reve-
lación divina y a la justificación por la fe en la gracia y los méritos
que Cristo hizo en favor del ser humano. Esa gigantesca tarea no les
dejó margen de tiempo para investigar en profundidad otras doctrinas
que se habían deteriorado durante la Edad Media. Quizá por eso los
protestantes heredaron del catolicismo la doctrina anti bíblica de la
inmortalidad incondicional del alma.

Qué es el hombre
1. El alma consciente del ser humano vino a la existencia como resultado
de la unión de dos elementos que no son naturalmente conscientes: El
polvo de la tierra y el soplo o aliento de vida (Gn 2:7).
2. La Biblia usa la palabra alma unas 1600 veces, pero nunca dice que es
inmortal. Ella dice que cuando el pecado, el alma viviente llegó a ser
alma mortal (Is 52:12; Ez 18:4, 20).
3. La Biblia dice que cuando el ser humano muere las cosas vuelven al
estado anterior a la existencia de la vida. En otras palabras, se disocia
la unidad viviente y pensante, por lo que el polvo vuelve a la tierra,
como era; y el espíritu vuelve a Dios, que lo dió (Ec 12:7). ¿Qué carac-

48
terísticas tenía el espíritu de vida que Dios le dio al hombre? Gn 2:7 lo
llama “aliento de vida”. Job lo llama “hálito de Dios en mis narices” (Job
27:3). Por lo tanto no se refiere a un alma consciente.
4. Cuando el ser humano muere, queda inconsciente, como los que duer-
men (Jn 11:11-14; Ec 9:5; Sal146:4; 115:17; 6:5).
5. Los muertos resucitarán, esto es, volverán a la vida. Por eso recupera-
rán su consciencia y recibirán su recompensa (Job 19:25-26; Jn 5:28-
29; 2 Te 4:13-18; 1 Co 15:51-54; 2 Ti 4:7-8).

OBJECIONES Y PREGUNTAS SOBRE EL ESTADO DE LOS MUERTOS

Ausentes del cuerpo y presentes al Señor (2 Co 5:6, 8)


Lo primero que salta a la vista es que Pablo está usando un lenguaje me-
tafórico, casi poético, más que teológico. Pero eso no es problema. En otras
epístolas, incluyendo la primera enviada a la misma congregación de Corinto,
el apóstol define muy bien el tema.
1. Pablo contrasta en este pasaje el cuerpo terrenal (sujeto a las enferme-
dades) con el que recibiremos en ocasión de la segunda venida de Cris-
to, cuando resucitarán los fieles (1 Co 15:42, 44).
2. Ese “estar presentes al Señor”, como Pablo ya les había explicado a los
corintios, ocurrirá cuando Jesús vuelva por segunda vez (1 Co 15:51-
56). Lo mismo dijo al escribirles a los tesalonicenses (1 Te 4:13-16) y a
Timoteo (2 Ti 4:6-8).
¿Cómo pudo la pitonisa de Endor hacer venir a Samuel,
que estaba muerto?

Este incidente se parece mucho al diálogo entre Eva y la serpiente usada por
Satanás en Edén.
1. Saúl se había apartado de Dios, y éste ya no le respondía (1 S 16:14).
Entonces acudió a alguien que, al igual que la serpiente de Edén, se
prestaba como instrumento para comunicarse con espíritus ajenos al
ámbito de Dios (1 S 28:7). Entonces le ocurrió algo parecido a lo que les
ocurrirá a los reyes de los que habla Apocalipsis 16:14.
2. Samuel estaba muerto (1 S 28:3), y “los muertos nada saben” (Ec 9:5).
Por lo tanto no era Samuel el espíritu que le apareció a Saúl. Tampoco
fue el Espíritu de Dios, porque Saúl dijo que Dios ya no le respondía (1
S 28:6, 15). En ese caso, queda una única y sombría alternativa: era una
manifestación satánica. Era lo que hoy llamamos una sesión espiritista.
Esa actividad estaba prohibida en Israel (Dt 18:10-15; Is 47:13-14). Saúl
lo sabía, y murió a causa de ello (1 Cr 10:13).
49
“Partir y estar con Cristo”
Para ser objetivos, deberíamos buscar la explicación de Fil 1:21, 23 en los
escritos del mismo apóstol Pablo. En ellos encontramos al menos dos cosas:
1. Pablo relaciona su deseo con la venida del Señor (Fil 3:20-21; 2 Ti
4:7-8).
2. La partida de la cual Pablo habla ocurrirá en ocasión de la segunda
venida de Cristo. Entonces los muertos fieles resucitarán y, junto con
los fieles vivos, serán transformados y trasladados con el Señor al cielo
(1 Ts 4:14-17; 1 Co 15:51-54).

En la parábola el rico fue al infierno y Lázaro al seno de Abraham


¿La parábola del rico y Lázaro (Lc 16:19-31) es esta una historia verídica?
Mark Finley señala que esta es la quinta parábola de una serie que incluye
la oveja perdida (Lc 15:4-7), la dracma perdida (Lc 15:8-10), el hijo pródigo
(Lc 15:11-32) y el mayordomo infiel (Lc 16:1-11). Nosotros no esperamos que
los detalles de una parábola sean hechos literales. Por ejemplo: las parábolas
hablan de nosotros pero nosotros no tenemos lana, como la oveja perdida; ni
somos de plata, como la dracma, pero ese no es un problema.3 Lo que nos
interesa es descubrir qué es lo que la parábola nos quiere enseñar.
Si pretendiésemos que se trata de una historia real, tendríamos que encon-
trar respuestas coherentes para las siguientes preguntas: ¿Los que están en el
cielo pueden comunicarse con aquellos que están en el infierno? ¿Desde el
cielo se pueden ver los tormentos del infierno? Imagínese que una madre está
disfrutando del cielo y su hijo está siendo torturado por el fuego inextingui-
ble del infierno. ¿Qué clase de cielo sería para ella, viéndolo arder día noche
sin poder auxiliarlo? ¿Las almas que están en el cielo o en el infierno tienen
dedos físicos, lengua física, padecen necesidades físicas, como la sed? ¿De qué
tamaño debería ser el seno de Abraham para albergar a todos los redimidos?

¿Quién gobierna el cielo, Abraham o Dios?


A todas luces, la parábola del rico y Lázaro no es una historia real. ¿Por qué,
entonces, Jesús la contó? Los judíos tenían una historia que describía la muerte
como un pasaje por un valle de sombras, la salvación como encontrar refugio
en el seno de Abraham y la perdición como una ruina eterna. Es evidente que
Jesús compuso esta historia con los elementos que les resultaban familiares
a sus oyentes para abrirles la mente a las verdades que ellos ignoraban, o al
menos habían olvidado. Veamos algunas de las lecciones que Jesús habría
querido enseñarles:
1. Los judíos creían que la riqueza era una señal de la bendición de Dios
y la pobreza una señal de su desagrado. Para corregir ese concepto
erróneo, Jesús les conto de un rico insensible al dolor ajeno (que quizá
50
amasó su fortuna con la transpiración del pobre o mediante maniobras
deshonestas) y del pobre Lázaro. A la hora del ajuste de cuentas, el rico
recibirá el castigo divino y el pobre la recompensa bienaventurada.
2. Jesús les enseñó que nosotros decidimos nuestro destino mientras vivi-
mos y que no hay una segunda oportunidad después de la muerte.
3. La lección más evidente es la que Jesús enunció al final de su parábola:
“Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se persuadirán aunque
alguno se levantare de los muertos” (Lc 16:31). Jesús se lo dijo a quienes
vieron la resurrección de Lázaro (Jn 11:11-14, 43-44) pero no creyeron.
¡Peor todavía! “...Acordaron dar muerte también a Lázaro, porque a
causa de él muchos de los judíos se apartaban y creían en Jesús “12:10-
11).

Las almas debajo del altar


Al abrirse el quinto sello del Apocalipsis, Juan vio bajo el altar las almas
de los mártires que claman por justicia (Ap 6:9-11). ¿Significa que los muertos
están conscientes y reclaman?
En el Apocalipsis rara vez se usa un lenguaje literal. Apocalipsis es la reve-
lación de Jesucristo (Ap 1:1) expresada en el lenguaje de los símbolos. Ahora
bien, ¿Cuál de los dos lenguajes se usa en el Ap 6:9-11? Sería difícil imaginar
que los millones de fieles que murieron mártires pudieran “disfrutar” de un
largo encierro debajo del espacio limitado de un altar (Ap 6:9-10). Por otro
lado, si tuvieran cuerpo, el espacio no alcanzaría; si fueran espíritus incorpó-
reos, ¿Qué sentido tendría darles ropas? (Ap 6:11). Evidentemente, estamos
frente a una revelación expresada en el lenguaje de los símbolos. Veamos lo
que nos quieren decir.
Como en Ap 6:9-11 se habla de víctimas y de un altar, es evidente que se
están usando símbolos provenientes del santuario del Antiguo Testamento.
Allí se ofrecía el sacrificio de animales y su sangre era derramada sobre la base
que estaba debajo del altar (Lv 4:7). En las Escrituras la palabra alma puede
significar persona (Ro 13:1; Ez 18:4; Hch 27:37), y también vida (He 13:17;
1 Pe 4:19; Mt 10:28). Por otro lado, se nos dice que el alma (la vida) está en la
sangre (Lv 17:11; Dt 12:23).
Ahora el símbolo es claro: Los mártires son como las víctimas ofrecidas so-
bre el altar y su sangre, que es derramada al pie del altar del sacrificio, clama,
como lo hacen la sangre de Abel el justo (Gá 4:10) y la sangre de Cristo. (He
12:24) Las vestiduras blancas simbolizan la dignidad que les confiere la justicia
de Jesús (Ap 19:8; 3:5; 7:14) pero aunque ganaron la victoria en Cristo, deben
reposar en la tumba hasta que el Señor vuelva y les de la recompensa junto
con los demás fieles (He 11:39-40).

51
El purgatorio
El concilio de Trento estableció que después de la remisión de la culpa y
de la pena eterna, queda un rato de pena temporal. Si este no se satisface en
esta vida, debe satisfacerse en el purgatorio. Sostiene que las oraciones y obras
buenas de los vivos alivian y abrevian los sufrimientos de los muertos y preten-
de que la misa es un sacrificio propiciatorio que ayuda a quienes están en el
purgatorio. 4 ¿Qué dice la Biblia al respecto?
1. “Cada uno dará a Dios cuenta de si” (Ro 14:12; Ez 18:4, 20). El úni-
co que puede interceder entre Dios y los hombres es Jesús (1 Ti 2:5; Jn
14:6; Hch 4:11-12).
2. La salvación se obtiene exclusivamente por la fe; no por obras (Hch
16:30-31; Ef 2:8-9; Ro 3:24-26).
3. No hay una segunda oportunidad después de la muerte (He 9:27).
4. Los muertos no pueden purgar culpas en el purgatorio porque ellos están
completamente inconscientes (Ec 9:4-6, 10; Sal146:4; Jn 11:11-14).

Nuestros próximos encuentros


Nos faltan dos unidades para terminar nuestro curso
• Cómo enseñar las doctrinas vinculadas con la escatología y la eclesiología.
• Como enseñar las doctrinas vinculadas con el cristianismo práctico.

1
Satanás comenzó su engaño en el Edén. Dijo a Eva: < No moriréis >. Tal fue la pri-
mera lección de Satanás acerca de la inmortalidad del alma, y ha continuado con
este engaño desde entonces hasta hoy, y seguirá con él hasta que haya cesado el
cautiverio de los hijos de Dios”. E. G. de White, Primeros Escritos, 218.
2
La opinión de que nosotros, los seres humanos, somos inmortales porque nues-
tra alma es indestructible a causa de su esencia divina es definitivamente irre-
conciliable con las enseñanzas bíblicas acerca de Dios y del hombre. Emil Brun-
ner, Eternal Hope (Philadelphia: Westminster Press, 1954), 105, 106.
3
Finley, Mark, Studying Together (Fallbrook, CA: Hart Reseach Center, 1991), 53.
4
Roger Le Deaut, director del Séminaire Francais de Roma, dice que la creencia
en una purificación de las almas después de la muerte, al propio tiempo que la
posibilidad concedida a los vivos de ayudar a los difuntos, se halla atestiguada
por primera vez en 2 Mac. 12: 38-46. (Enciclopedia de la Biblia [Ediciones Garriga]
, t. V. columna 1352). En la versión de la Biblia cuya traducción estuvo a cargo de
catorce escritoristas católicos presididos por el Dr. Evaristo Martín Nieto, se afirma
acerca de este pasaje de 2 Macabeos, que es «el texto bíblico más claro acerca
de la existencia del Purgatorio: sólo así puede darse la expiación más allá de la
muerte>> (ed. de 1964, p.576).

52
Los puntos más destacados de esta clase
Haz un resumen de los puntos más destacados de esta clase:
1.
2.
3.

Los desafíos que presenta esta clase

¿Cuáles son los principales desafíos que plantea esta clase? Haz una lista de
ellos:

1.
2.
3.

Tu plan de acción

¿Cómo piensan encarar los desafíos que plantea esta lección?

1.
2.
3.

53
Cómo enseñar las UNIDAD

3
Doctrinas vinculadas con
la Escatología y la
Eclesiología

INTRODUCCIÓN

En esta clase veremos cómo podríamos enseñar las doctrinas vinculadas con
la escatología: la segunda venida y el milenio. También veremos cómo hacer
comprensibles los 2.300 días y cómo ayudar a las personas a identificar la
iglesia de Cristo.
LA SEGUNDA VENIDA DE CRISTO
Cuándo estudiar esta doctrina
No hay una regla fija. Algunos enseñan la segunda venida de Cristo después
de la doctrina de la Biblia. Ellos piensan que el tema despierta interés, pero
confrontar al Rey de Reyes con la conciencia cargada de pecados sería terri-
ble. Para que una persona se interese en la venida de Cristo debería estar en
paz. Por eso sugiero la conveniencia de primero estudiar el plan de salvación
para que la segunda venida se transforme en la “bienaventurada” (Tit 2:13)
del interesado.
Cómo estudiar esta doctrina con los católicos
El adulto acepta con mayor facilidad las ideas nuevas si las puede relacionar
con sus convicciones o experiencias previas. En ese caso, podríamos recordar
que, más o menos por la mitad, el credo católico dice que Jesús “está sentado a
la diestra de Dios Padre Todopoderoso, y de allí ha de venir a juzgar a los vivos
y a los muertos”. Pero no solamente el credo habla de la segunda venida de
Cristo. Esa doctrina es mencionada unas 1.500 veces en la Santa Biblia. Por
cada vez que se predice la primera venida de Cristo en el Antiguo Testamento,
hay ocho predicciones sobre su segunda venida. Es impresionante, pero en el
Nuevo Testamento hay un promedio de un versículo de cada cinco que alude,
directa o indirectamente, a la segunda venida de Cristo.

“El rapto secreto”


Algunos evangélicos creen que antes del juicio de las naciones, los creyentes
serán arrebatados mediante un rapto secreto. Esa doctrina no es coherente
con la revelación bíblica.

1. El “rapto secreto” en Mt 24:27. “No habrá nada secreto ni misterioso


54
en cuanto al retorno de Jesús. A nadie habrá que decirle que ha regresado
a la tierra porque todos lo verán (Ap 1:7). La descripción hecha en este
pasaje no deja la posibilidad de que haya un rapto secreto, ni una venida
mística, ni de que se cumpla otras falsas teorías a elaboradas por personas
piadosas, pero con más celo que ciencia, que creen tener el don de pro-
fecía. La gente ha de ver a Jesús << viniendo sobre las nubes del cielo>>
(Mt 24:30:16:27: 26:64: Mr 8:38; 14:62; Hch 1:11; Ap 1:7). La segunda
venida de Jesús será un acontecimiento inconfundible. Todos sabrán que
está ocurriendo, sin que haya que decírselo”. 1
2. El rapto secreto en Mt 24:39-41. “Hay quienes emplean Mt 24:39-41
para fundamentar la doctrina del llamado «rapto secreto», según la cual
los santos serán arrebatados en forma secreta de esta tierra antes de la
segunda venida de Cristo. Sin embargo, esta enseñanza no puede encon-
trarse ni aquí ni en ningún otro pasaje bíblico. La venida que se describe
en Mt 24 es siempre, sin excepción, una venida literal y visible de Cristo
(vers. 3, 27, 30, 39, 42, 44, 46, 48, 50). En esta ocasión todas las tribus de
la tierra... verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo
(vers. 30). Todo lo que tiene que ver con venidas secretas, Cristo lo atribu-
yó a los falsos cristos (vers. 24-26).”2
3. “Uno será tomado y el otro será dejado”. Jesús no hablo de dos mo-
mentos diferentes: uno del “rapto” y otro del juicio de las naciones. El
comparó su venida a los días de Noé y los días de Lot. En ambos casos, la
liberación de los hijos de Dios y la destrucción de los impíos fueron even-
tos simultáneos. “El contexto de [Mt 14:27] permite entender claramente
lo que significan estas dos formas no verbales: «ser tomado» y «ser deja-
do» Los que son dejados son los siervos malos, quienes, en vez de seguir
con sus actividades habituales después de un supuesto rapto secreto, son
castigados duramente y relegados a la suerte que les toca junto con los
hipócritas (vers. 48-51)”3. Los que son dejados no quedan con vida. Jesús
dijo que será como en los días de Noé. “Vino el diluvio y los destruyó
a todos” (Lc 17:26-27; Mt 24:37-40). Sucederá lo que ocurrió en los días
de Lot. “Los destruyó a todos” (Lc 17:28-30).
4. El “rapto secreto en 1 Te 4:17. “Pero este pasaje [1 Te 4:17], que según
ellos describe la venida secreta, dice claramente que Cristo vendrá con
voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, lo que hace
imposible que sea un suceso secreto. Además, evidentemente esta es nues-
tra reunión con él, acerca de la cual estaban turbados los tesalonicenses,
pero que sucederá después de la aparición del anticristo (2 Te 2: 1-3), y
no antes, como se enseña en el llamado ‘rapto secreto anterior a la tribu-
lación’. ‘Trompeta’ también se menciona en Mt 24:30-31 en un contexto

55
que describe claramente la venida visible de Cristo: ‘Todas las tribus de
la tierra... verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo,
con poder y gran gloria’. En las palabras de estos pasajes no hay nada
que sugiera ni remotamente que la venida descrita en Mt 24 sea diferente
de la que se describe en 1 Te 4. Por lo tanto, ambos pasajes describen un
mismo acontecimiento que sucederá en un mismo momento. Esta es la
enseñanza uniforme de todas las Escrituras”.4
5. “Como ladrón”. En 1 Te 5:2 y otros pasajes, la Biblia dice que Jesús
vendrá “como ladrón en la noche”. ¿Qué quiere decir esa expresión? Un
análisis cuidadoso demuestra que usar esa expresión no significa que Je-
sús vendrá secretamente a robar a sus escogidos. Lo que dice la Biblia es
que vendrá en forma sorpresiva, visible y poderosa (Mt 24:27, 42-44; 17e
5:1-5).
6. Los siete años de la tribulación. Algunos piensan que habrá siete años
entre el “rapto” y la destrucción de los impíos. Las parábolas de Jesús
muestran que la segunda venida de Cristo es el clímax de la historia tanto
para los fieles como para los infieles. Así como no habrá un rapto secreto,
tampoco habrá un periodo de siete años para reconsiderar la vida. “He
aquí ahora es el día de salvación” (2 Co 6:2). El trigo y la cizaña crecerán
juntos hasta la cosecha (Mt 13:30). No hay una segunda oportunidad para
el siervo infiel y negligente (Mt 24:44-51). No hay siete años de separación
entre un evento y el otro. Las ovejas y los cabritos serán separados en el
momento en que el Señor aparezca en las nubes de los cielos. (Mt 25:31-
46).

EL MILENIO

¿Cuándo enseñar el tema del milenio?


Desde el punto de vista cronológico, lo natural sería enseñar el tema del
milenio después de haber estudiado la doctrina de la segunda venida de Cris-
to. Sin embargo, como el tema involucra la doctrina del estado de los muertos,
sería más aconsejable estudiar el milenio después que el interesado compren-
de que pasa cuando una persona muere.

Qué es el milenio
El único lugar de la Biblia donde se habla específicamente del milenio es en
Apocalipsis 20. Dicho capítulo forma parte de la cronología profética de los
acontecimientos finales. Allí dice que el milenio es un período de 1.000 años
entre dos resurrecciones: la resurrección de los justos y la resurrección de los
otros muertos (Ap 20:4-6). No todas las teorías que elaboraron los teólogos son

56
fieles a la revelación que Dios nos da en ese capítulo y, como resultado de ello,
quiebran la natural armonía interna de la Biblia. Veamos algunos ejemplos.
¿1,000 años de paz previos a la venida de Cristo?
Parte del mundo evangélico cree que el milenio es un período de 1.000 años
de paz sobre la tierra, que será establecido por Jesús después de su segunda
venida. A pesar de lo atractiva que resulte, esa doctrina quiebra la armonía
interna de la revelación bíblica. Veamos algunos ejemplos:
1. ¿Cómo serían las condiciones previas a la segunda venida de Cristo?
Mt 24:1-13, 29-31, 38-39; 2 Te 2:1-12; 2 Ti 3:1-9.
2. ¿Dónde estaría Cristo después de su segunda venida? Jn 14:1-3.
3. ¿Cómo quedará la tierra después de la segunda venida de Cristo? No
habrá un milenio de paz sobre la tierra para los fieles, porque el Señor
los llevará con él al cielo (Ap 19:7-9; 1 Te 4:16-17; Jn 14:1-3). No habrá
un milenio de paz sobre la tierra para los impíos, porque el Señor los
destruirá en su venida (2 Te 1:7-8; Ap 19:11-21). En otras palabras: no
habrá un milenio de paz sobre la tierra después de la segunda venida
de Cristo.

¿Mil años para evangelizar el mundo?


Hay quienes enseñan que después del Armagedón habrá un milenio du-
rante el cual ellos evangelizarán a las naciones. ¿Dice eso la Biblia? El estudio
del milenio debe ser hecho con base a las revelaciones que nos aportan los
últimos capítulos del Apocalipsis, porque es el único pasaje de la Escritura que
trata directamente esta doctrina. Ap 18-22 nos ofrece un cronograma de los
acontecimientos escatológicos con los cuales cerrará el gran conflicto entre las
fuerzas del bien y las del mal.
1. El capítulo 18 da una descripción profética de lo que será el colapso de
la gran Babilonia, que es el corolario de la condenación de la ramera de
Ap 17. Esto genera en el cielo una especie de culto de alabanza a Dios
por sus obras de salvación y de justicia descrito en el capítulo 19.
2. El capítulo 19 comienza con una escena celestial de alabanza al Señor
por sus obras de salvación de su pueblo y de juicio contra la gran rame-
ra (Ap 19:1-6). Esta escena de alabanza se transforma en el preámbulo
de la segunda venida de Cristo.
3. Tras la escena de alabanza, el Señor vendrá a la tierra para ejecutar los
dos eventos simultáneos descritos en Mar 25:31-46: buscar a los redimi-
dos y destruir a quienes se rebelaron contra él. Estas dos acciones son
representadas por la gran cena de bodas del Cordero, (Ap 19:7-9) quien
viene a buscar a su esposa para cumplir su promesa de llevarla a la casa

57
del Padre (Jn 14:1-3) y la tétrica cena de aves de la tierra (Ap 19:16-21).
Como resultado de esa doble acción, la tierra quedará deshabitada, lo
cual conducirá a las escenas descritas en el capítulo 20.
4. En el capítulo 20 se representa el momento en el cual Satanás, encade-
nado por las circunstancias mencionadas en el punto anterior, no tendrá
a quien tentar. Ap 20:1-3 dice que esa cadena de circunstancias durará
1.000 años.
5. Durante el milenio se desarrollará una solemne escena de juicio en el
cielo (Ap 20:4-5; 1 Co 6:1-4).
6. Satanás será suelto de su prisión cuando acabe el milenio y los impíos
resuciten para recibir la condena resultante del juicio (Ap 20:5-7).
7. Entonces tendrá lugar la batalla final: Encabezados por Satanás, los
impíos intentarán tomar por asalto la santa ciudad (Ap 20:7-8), cuyo
descenso es descrito en Ap 21:1-2, y Dios lanzará una lluvia de fuego
y azufre, el cual se convertirá en un lago destructor de Satanás y todos
sus seguidores (Ap 20:9-10). Esa será lo que la Biblia llama la muerte
segunda” (Ap 20:12-15), la cual erradicará para siempre el pecado y su
originador.
8. Después del milenio vendrá el final feliz. Cuando hayan sido destruidos
Satanás y todos aquellos que se identificaron con su rebelión contra
Dios. La profecía de los cielos nuevos y la tierra nueva alcanzará todos
sus objetivos (Is 66:22-23; 2 P 3:13). Ap 21 y 22 describen su inigualable
hermosura.

CÓMO HACER COMPRENSIBLES LOS 2.300 DÍAS


“Es para el tiempo del fin”
A algunos les preocupa porque nuestros pioneros recién entendieron la doc-
trina del santuario después del chasco de 1844. Sin embargo, aquellos que co-
nocen la profecía dicen: ¡Amén! Quiere decir que las profecías se cumplieron.
¿Por qué? Daniel recibió la visión, pero no la entendía (Dn 8:13-15). Cuando
el Señor envía a Gabriel para que se la explicase (Dn 8:16) le dijo tres veces
que era una profecía para el tiempo del fin (Dn. 8:26, 27, 29). Por eso hubo
cosas que se le revelaron y otras que solamente se entenderían cuando llegase
el momento profético que la Biblia llama “tiempo del fin”.

Hubo cosas que Daniel no entendió


El profeta Daniel sabía que la profecía de los 2.300 días era para el tiempo
del fin pero, a pesar de estudiarla con oración y ayuno (Dn 8:27-9:1-4), no
la entendió (Dn 8:27). En respuesta a sus oraciones, Dios envió de nuevo a
Gabriel para que le ayudase a entender la visión (Dn 9:20-23). Aun así, se le
aclaró que habría algunas cosas que él no entendería.
58
1. ¿Qué es lo que se le reveló a Daniel?
a. Cómo comenzarían los 2.300 días: A Daniel se le reveló que los
2.300 días comenzarían con las setenta semanas proféticas, las cuales
serían el tiempo de los judíos (Dn 9:24-25).
b. Cuándo comenzarían los 2.300 días: A Daniel se le reveló que los
2.300 días comenzarían cuando se diera el decreto de reconstrucción
de Jerusalén, el cual iniciaría la cuenta de “las setenta semanas” que
señalan la fecha del bautismo (Dn 9:24; Hch 10:38) y la crucifixión
de Cristo (Dn 9:26). El cumplimiento de las setenta semanas sería un
sello que garantizaría la legitimidad de la profecía (Dn 9:24). ¡Y eso
se cumplió.
c. Cuándo terminarían los 2.300 días. A Daniel se le reveló que los
2.300 días eran una profecía relativa al tiempo del fin (Dn 8:26, 17,
19).
2. ¿Qué es lo que no se le reveló a Daniel? Aunque se le reveló que
los 2.300 días se cumplirían en 1844, Gabriel le dijo que el libro de
esa profecía quedaría sellado y cerrado a la comprensión hasta que
llegase el tiempo profético del fin (Dn 12:4, 8-10). O sea, cuando iba
a sonar la séptima trompeta de Apocalipsis 10. Por lo tanto, es lógico
que no la pudiesen comprender hasta que llegase ese momento.

Se entendería en el tiempo del fin


En la última parte del libro de Daniel dice que el profeta vio a un ángel
poderoso (Dn 10:5-11). Ese ángel reveló algunas cosas que Daniel no entendía
pero que se comprenderían en los postreros días, “o sea en el tiempo del fin”
(Dn 10:14; 12:4, 8, 9).
En Apocalipsis 10 Juan vio al mismo ángel que vio Daniel (Ap 10:1), pero
ubicado en otro momento del tiempo profético. La visión se refiere a “los días
de la voz del séptimo ángel [el último ángel], cuando él comience a tocar la
trompeta [la última trompeta],” cuando “el misterio de Dios se consumará,
como él lo anunció a sus siervos los profetas” (Ap 10:7). En otras palabras, la
visión de Ap 10 se refiere al tiempo del fin”. Es el momento cuando el libri-
to “sellado y cerrado” para Daniel, sincera y minuciosamente estudiado por
tantos creyentes (Dn 12:4), quedaría abierto a la comprensión del pueblo de
Dios (Dn 12:9-10). Ese ángel vino a darle a Juan la información que le faltaba
a Daniel. Por eso traía el librito abierto en su mano (Ap 10:2).

A Juan se le reveló el proceso que conduciría a la comprensión


A Juan se le reveló que durante el proceso de comprensión de la profecía se
produciría un chasco.

59
1. Juan, (símbolo del pueblo de Dios) entra en la profecía, y no por vo-
luntad propia. El escuchó una voz del cielo que lo mandaba a pedir el
librito que estaba en la mano del ángel (Ap 10:8). Evidentemente esto es
símbolo de un proceso guiado por Dios.
2. En el lenguaje de los símbolos proféticos, a Juan se le reveló que “en los
días de la voz del séptimo ángel”, el pueblo de Dios viviría un chasco.
a. La voz del cielo lo mandó a pedir el librito que estaba en la mano del
ángel (Ap 10:8)
b. Juan, siervo de Dios (Ap 1:1), símbolo adecuado del pueblo de Dios,
obedeció a la voz del cielo y pidió el librito (Ap 10:9). En otras pala-
bras, se predice que los creyentes sinceros se dedicarían a investigar
el librito.
c. El revelador le profetizó el chasco: “Toma, y cómelo; te amargará el
vientre, pero en tu boca será dulce como la miel” (Ap 10:9). Quie-
re decir que el cielo impulsó a los creyentes sinceros a “devorar el
contenido de la profecía que hasta entonces había estado “sellada y
cerrada.”
d. La profecía dice que efectivamente, el pueblo de Dios, representado
por Juan, viviría la experiencia del chasco (Ap 10:10).
- Juan recibió más informaciones que las que escribió (Ap 10:4). Así
que es posible que se le hayan revelado los detalles del chasco por el
que pasaría el pueblo de Dios.
- La profecía se cumplió, pero ¿Por qué se nos anunció el chasco
mediante el lenguaje de los símbolos? ¿Por qué no nos llegaron a
nosotros todos los detalles que se le dieron a Juan? No lo sabemos,
pero probablemente los creyentes se hubieran negado a pasar por la
experiencia frustrante del chasco y, a todas luces, Dios sabía que era
necesaria. ¿Por qué? Por la misión que debía cumplir el remanente
de ese chasco.
3. El remanente del chasco sería responsable de re-evangelizar al mundo
(Ap 10:10-11). Entonces nos preguntamos, ¿Por qué los creyentes de-
bían pasar por ese chasco para cumplir con la misión de re-evangelizar
el mundo?
a. Las iglesias que existían cuando estaba por sonar la séptima trompeta
no habían restaurado todas las doctrinas que Dios reveló en su Pala-
bra, ni las restaurarían. La demostración más clara es que hasta hoy
no lo han hecho.
b. Los creyentes amaban a sus congregaciones. Su tendencia era perma-
necer en ellas y seguir creyendo lo que ellas enseñan hasta el día de
hoy. Por causa del traumático chasco de 1844 ellos fueron expulsados
de sus iglesias y se vieron obligados a investigar con oración, temor y
60
temblor. Esa experiencia les permitió redescubrir las verdades echa-
das por tierra durante la edad media.
c. Entonces Dios cumplió su propósito redentor: los mandó por todo el
mundo para re-evangelizarlo (Ap 10:11).

Tenemos razones para creer


Algunos se llenan de dudas porque Miller no entendió lo que pasaría en
1.844. A mí me parece lógico que así fuera, porque el movimiento millerita
precedió al momento en que el librito de la profecía se abriría a la compren-
sión. A mí me vendrían las dudas si no se hubiera producido el chasco, porque
Jesús dijo que nos da las profecías para que cuando se cumplan se fortalezca
nuestra fe (Jn 14:29). Y no podemos olvidar que ambos libros, de Daniel y
Apocalipsis, nos revelan que la profecía se comprendería en el tiempo del fin,
mediante un proceso de chasco.

¿Por qué ha pasado tanto tiempo desde 1844?


Habría al menos tres razones:
1. La iglesia necesitaría una infraestructura adecuada para predicar el
evangelio a todo el mundo. Dicha estructura incluye escuelas, colegios,
casas editoras, sanatorios, etc. Así como Noé predicó 120 años, la iglesia
necesitaría cierto tiempo para cumplir su misión.
2. El que maneja los tiempos es Dios, y “para con el Señor un día es como
mil años, y mil años como un día. El Señor no retarda su promesa,
según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con
nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos proceden
al arrepentimiento” (2 P 3: 8, 9).
3. “Si todo centinela de los muros de Sión hubiera dado a la trompeta un
sonido certero, el mundo habría oído este mensaje de amonestación.
Pero la obra está atrasada en años. Mientras los hombres dormíamos,
Satanás nos ha sacado ventaja” 6

CÓMO IDENTIFICAR A LA IGLESIA DE CRISTO


Cristo tiene su iglesia
En la introducción encontrará el enunciado de esta doctrina y los versículos
que la sustentan. Aquí veremos algunos detalles complementarios
1. Cristo tiene su iglesia y la ama (Ef 5:25).
2. ÉI, que es la Roca (Ro 9:33; 1 Co 10:4), la edificó sobre sí mismo (Mt

61
16:18). Los apóstoles fueron edificados, al igual que nosotros, sobre Cristo,
el único fundamento válido ante el Señor (Ef 2:20-22; 1 Co 3:11).
3. Cristo es la cabeza de su cuerpo espiritual, que es la iglesia (Ef 1:22) y
como tal retiene el primado dentro de su iglesia (1 Co 1:18).
4. La iglesia es la familia de Dios. Él es nuestro Padre y nosotros, sus hijos,
debemos amarnos con amor fraternal (Mt 23:8; Mt 22:36-40)
5. La iglesia necesita algún tipo de organización. La Biblia menciona una
estructura básica que incluye a los pastores, ancianos, diáconos, etc. (Ef
4:11-12; 14:23; 1 Ti 3:8-9)
6. La iglesia está llamada a mantener los principios establecidos por nuestro
Dios (Hch 6:2; Ap 12:17; 14:12) y proclamar el evangelio a toda criatura
(Mt 28:18-20; Mr 16:15-16).

Las credenciales divinas


La iglesia Adventista del Séptimo Día no es una iglesia más. Ella tiene las ca-
racterísticas del remanente fiel descrito en la Palabra de Dios. Ella es la iglesia
de la profecía.
1. La iglesia Adventista del Séptimo Día nació en la hora profética: En
1.844, cuando se cumplieron los 2.300 días revelados al profeta Daniel
(Dn 8-9).
2. La iglesia Adventista del Séptimo Día nació como remanente del chasco
predicho por la profecía de Ap 10.
3. La iglesia Adventista del Séptimo Día tiene el don profético prometido
al remanente fiel (Ap 12:17; 19:10).
4. La iglesia Adventista del Séptimo Día tiene el mensaje profético (Ap
14:6-12).
5. La iglesia Adventista del Séptimo Día tiene la misión profética (Ap
10:11).

COMO AYUDARLE A UN CATÓLICO A DESCUBRIR CUÁL


ES LA IGLESIA VERDADERA

“Todo tiene su tiempo”


¿Cuándo estudiar con el católico el tema de la iglesia? Eclesiastés 3:1 dice que
todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora”.
Como principio general, no conviene apurarse a estudiar el tema de la Iglesia
verdadera porque suele haber muchas emociones en juego y estas podrían
bloquear el razonamiento. Por lo tanto, convendría estudiar el tema después
que la persona haya comprendido las doctrinas que permiten identificar a la
verdadera iglesia.
62
Cómo es la iglesia de Cristo
1. Para Dios, no todas las iglesias son iguales.
a. Jesús dijo que habría falsos ministros religiosos (Mt 24:24).
b. La Biblia predijo que algunos apostatarían de la fe (1 Ti 4:1).
c. Jesús advirtió que no todos los que profesan ser cristianos realmen-
te lo son (Mt 7:21-23).
d. Un indicio que ayuda a descubrir la iglesia verdadera: Es la que
permanece en los principios de la Palabra de Dios (Mt 7:24-27).
2. Algunas doctrinas distintivas de la iglesia fiel al Señor Jesús:
a. Cree en Jesús como único y suficiente Salvador (Hch 4:11-12) y
como único y suficiente mediador entre Dios y los hombres (Jn
14:6; 1 Ti 2:5).
b. Sigue a Cristo, su Pastor y su modelo (Jn 10:28-29; 1 P 2:21).
c. Cree en la segunda venida de Cristo (Tit 2:13; Lc 21:28).
d. Guarda perseverantemente los mandamientos de Dios y tiene la
fe de Jesús (Ap 14:12), incluyendo el mandamiento del Sábado (Ex
20:8-11; Is 58:12-14; Ez 20:12, 20; He 4:4, 10), que fue abandona-
do por el resto de la cristiandad.
e. Es una “manada pequeña” (Lc 22:32) que procura mantener la pu-
reza que Cristo le regala a su iglesia (Ef 5:27; Ap 18-4).
f. Tiene una manifestación visible del don de profecía (Ap 12:17;
19:10).
3. Algunas actividades de la iglesia verdadera:
a. Comparte su fe con los que todavía no se integraron a la iglesia
(Hch 1:8).
b. Predica el evangelio a todo el mundo (Mt 28:18-19; Mr 16:15-17;
Hch 4:18-20; 5:28-29).
c. Predica el mensaje de Dios para este tiempo (Ap 14:6-12).
El catolicismo y su iglesia docente y su iglesia enseñada
Bonifacio VIII promulgó su bula Unan Sanctam estableciendo que “la igle-
sia es, santa católica, apostólica y Romana. Sin embargo, la teología católica
habla de dos iglesias: La iglesia docente y la iglesia enseñada.
1. La iglesia docente. Cuando Bonifacio VIII hablaba de la iglesia se estaba
refiriendo a lo que el catolicismo llama la iglesia docente, que está integra-
da por el papa, los cardenales y los obispos, ella es la que tiene el magisterio
y la autoridad.
63
2. La iglesia enseñada. Está integrada por los sacerdotes y laicos.
Siendo que ese enunciado es fundamental para el catolicismo, corresponde preguntarnos:
¿Existe base bíblica que sustente esta teología? La Biblia no habla de dos iglesias; una
docente y la otra enseñada. Ella se refiere a la iglesia como un solo cuerpo encabezado
por Jesucristo mismo (Ef 5:23) e integrado por todos los creyentes (1 Co 12:12,20) los
cuales reciben dones espirituales (1 Co 12:27-28) para la obra del ministerio (Ef 4:4;
11-12).

Pedro la Piedra y la iglesia


El católico fue enseñado que la iglesia católica es la única verdadera porque
fue fundada por Pedro y tiene una sucesión ininterrumpida de papas hasta el
día de hoy. Esa doctrina se basa en una interpretación peculiar del versículo:
“tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificare mi iglesia” (Mt 16:18). Pero, ¿qué
dice realmente y que dice ese texto?

1. Lo que la Biblia no dice. La iglesia católica ha establecido una serie de


premisas que fundamentan su pretensión de ser la única iglesia verdadera.
A continuación enumeraremos las premisas que no están en el texto bíblico
invocado para establecer la sucesión de los papas:
a. La Biblia no dice “tú eres papa”.
b. La Biblia no dice que sería la iglesia de Pedro.
c. La Biblia no dice que habría una sucesión de papas a partir de Pedro.
d. La Biblia no dice que Pedro tendría una autoridad ni infalibilidad.
e. La Biblia no dice: “sobre ti edificaré mi iglesia”. En realidad, la estruc-
tura de la frase sugiere que Pedro es uno y la piedra sobre la cual se
edifica la iglesia es otra.

2. ¿Por qué Jesús no dijo «sobre ti”, Pedro, edificaré mi iglesia? Si Jesús
hubiese querido edificar su iglesia sobre Pedro le hubiese dicho: sobre ti,
Pedro, edificaré mi iglesia. Pero no lo dijo. En lugar de ello Jesús dijo:
a. “Tú eres Petros (πƐθρωσ) y Sobre esta Petra (πƐτρα) edificaré…”.
El hecho de haber utilizado dos palabras diferentes, las cuales no son
sinónimos, evidencia que Pedro (πƐδρσ) es uno y la Petra (πƐτρα) so-
bre la cual se edificaría la iglesia, es otro, diferente de Petros. El signifi-
cado de estos dos vocablos es elocuente:
b. Petros (πƐθρωσ) significa un canto rodado, una piedrecilla.»
c. Petra (πƐτρα) significa roca, acantilado, manto rocoso.
d. Jesús dijo que su iglesia no sería edificada sobre el canto rodado sino
sobre la Roca o acantilado.
64
3. ¿Quién es la Roca o Acantilado?
a. La Biblia enseña que Roca es nombre propio de Dios (Dt 32:18, 31;
Hab 1:12). Teniendo en cuenta que Cristo es Dios (Jn 1:1-3), podría-
mos pensar que la Roca es Cristo. Desde el momento que San Pablo
(1 Co 10:4) y el mismo San Pedro lo dicen (1 P 2:3-4), parece lógico
concluir que esa sería la única alternativa válida.
b. Dios le reveló a Pedro que Jesús es Cristo, el Hijo de Dios (o sea, la Roca
o Acantilado). El idioma hebreo bíblico tenía pocos vocablos. Esto los
obligaba a expresar ciertas ideas mediante vocablos compuestos por
dos o más palabras. Por ejemplo: para referirse a un pacificador, decían
que era un hijo de paz. El nombre Bar Nabé (Hijo de Consolación),
significa Consolador. Bar Ac (Hijo de Luz), significa Iluminado. ¿Qué
significaba, para los contemporáneos de Jesús, el título Cristo, el Hijo
de Dios? Hasta sus enemigos entendieron que significa Divino; en otras
palabras, Dios. Así lo dice el evangelio, Juan 10:24 menciona que los
judíos presionaron a Jesús para que definiera si él era el Cristo, a lo
que Jesús respondió que él era el Hijo de Dios (Jn 10:25). Entonces los
judíos lo consideraron blasfemo y quisieron matarlo porque al identi-
ficarse como Hijo de Dios se estaba haciendo Dios (Jn 10:36, 30-33).
Mateo dice que al final de su ministerio el sanedrín condenó a Jesús a
muerte como blasfemo por haber reconocido que él era el Cristo, el
Hijo de Dios (Mt 26:63-66). Por lo tanto, la Biblia nos revela que los
nombres Petra y Cristo, el Hijo de Dios son sinónimos. Quiere decir
que cuando Pedro, por revelación divina (Mt 16:17) le dijo a Jesús “Tú
eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente” (Mt 16:16), le estaba diciendo:
“Tú eres Dios. Tú eres la Petra”.
4. No sobre Petros (Pedro) Sino Sobre la Petra (Cristo). Jesús señaló
el contraste entre dos seres y sus respectivas funciones.
a. Él dijo: “Tú eres Petros =Canto Rodado
b. Sobre esta Petra (Roca=Dios=Jesús), que tú Petros (Canto Rodado),
acabas de descubrir y confesar8, edificaré mi iglesia” (Mt 16:18).
• Eso hace insostenible la teoría de la autoridad papal porque Pedro fue
Petros (canto rodado) y un sucesor de Petros no podría ser más que
un Petros. Y la iglesia no fue fundada sobre Petros sino sobre Cristo,
la Petra.
• “Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto,
el cual es Jesucristo (1 Co 3:11).
• En vez de nombrar a uno como su cabeza, Cristo dijo de los discípu-
los: “No queráis ser llamados Rabbi”; “Ni seáis llamados maestros;
porque uno es vuestro Maestro, el Cristo”. (Mt 23:8).

65
El primado en la iglesia
Hay varias evidencias neo testamentarias las cuales mostrarían que Jesús no
le entregó el primado a Pedro ni algún otro de los discípulos.
1. Ninguno ejercería el primado. Después del diálogo de Mateo 16 los discí-
pulos seguían discutiendo acerca de quién ejercería el primado (Mt 18:1-
5; Mr 9:33-37; Lc 9:46-48). El hecho de que lo registran tres de los cuatro
evangelios sugiere que era una preocupación generalizada en el grupo, lo
cual insinúa que Jesús no había definido quién tendría el primado.
2. Hasta la semana de la crucifixión Jesús no le había otorgado a nadie
el primado. Por eso Juan y Santiago utilizaron a su madre para que le
pidiera a Jesús el primado (Mt 20:20-21). Entonces el Señor aclaró que
él no tenía potestad para otorgar el primado (Mt 20:22-23). Por lo tanto,
no se lo había dado a Pedro.
3. La reacción de los otros diez apóstoles demuestra que el primado seguía
vacante (Mt 20:24).9
4. En la iglesia no debía existir una cabeza tipo monárquica (Mt 20:25-28).
5. La cabeza de la iglesia es Cristo. Tres décadas después de la ascensión del
Señor Pablo explicó que la cabeza de la iglesia es Cristo (Ef 5:23). Como
Jesús es el todopoderoso y retiene todos sus poderes (Mt 28:18-20) pode-
mos entender que el no necesita un sustituto (Col 1:16-18). Por otro lado
pretender curar el lugar de Cristo sería una presunción grave. El Nuevo
Testamento usa una palabra muy severa para identificar a quien se pone
en lugar de Cristo. Está compuesta por dos términos griegos: Anti [el
que se pone en lugar de; y también el que se opone a] y Xristós [Cristo].

El Representante de Cristo
El Espíritu Santo es el representante de Cristo en la Tierra. Jesús lo aclaró
durante la última cena (Jn 14:16-18,26) Es obvio que no necesitamos otro re-
presentante porque el Espíritu Santo no necesita sucesores porque es Eterno y
Omnipresente (Jn 16:7; 15:26).
Las llaves del reino
Salta a la vista que la frase “las llaves del reino de los cielos” es una expre-
sión metafórica. Siendo así, y a fin de entender mejor lo que Jesús le quiso
decir a Pedro, resulta procedente preguntarnos para qué sirven las llaves. Las
llaves tienen la función de a abrir y/o cerrar el reino de los cielos. La Biblia nos
enseña que las llaves estaban con Cristo (Is 22:22) y siguen estando con él (Ap
3:7). Sin embargo, el evangelio dice que también le fueron dadas a Pedro (Mt
16:19), aunque no exclusivamente. Mateo dice que los otros apóstoles también
las recibieron (Mt 18:18), y no fueron los únicos. Llama la atención descubrir
que antes que ellos, ya las tenían los dirigentes religiosos que rechazaron a
Cristo (Lc 11:52; Mt 23:13). Esos hechos levantan serios interrogantes sobre
66
la teología católica que le atribuye la autoridad de la iglesia a Pedro y a sus
sucesores. Por lo tanto nos obliga a investigar un poco más.
¿Qué es lo que abre el reino de los cielos? De acuerdo al evangelio de Lucas
es una ciencia o conocimiento que tiene la virtud de abrir o de cerrar el reino
de los cielos a las personas (Lc 11:52). 10 El Nuevo Testamento afirma que lo
que abre el reino de los cielos a las personas es creer, arrepentirse, convertirse
y bautizarse (Mr 16:15.16; Jn 3:3-5; Hch 2:27-38). En otras palabras: no se re-
fiere al ejercicio de una autoridad administrativa. Se trataría del conocimiento
del evangelio, el cual está al alcance de todo ser humano (Mr 16:15.16).11.

Nuestro próximo encuentro


Resta un encuentro para completar nuestro curso. El tema será:
Cómo enseñar las doctrinas vinculadas con el cristianismo práctico
1. El comentario Bíblico Adventista, s.v. El comentario Bíblico Adventista,
s.v. Mateo 24:2
2. El comentario Bíblico Adventista, s.v. Mateo 24:31.
3. El comentario Bíblico Adventista, s.v., Mateo 24:27.
4. El comentario Bíblico Adventista, s.v. 1 Tesalonicenses 4:17.
5. “Los tres grandes poderes que se opondrán a la obra de Cristo y congre-
garán a los reyes de la tierra para la batalla que se librará inmediatamente
antes del advenimiento, se identifican como el dragón, la bestia y el falso
profeta (Ap 16: 13). Según Ap 19: 19, cuando la bestia’ y los reyes de la
tierra’ y ‘sus ejércitos’ se congreguen para hacer guerra contra Cristo en
ocasión de su segunda venida, la bestia y el falso profeta serán apresados
y arrojados vivos dentro de un lago de fuego que arde con azufre (Ap 20-
21). La narración del cap. 20 presenta la suerte del tercer miembro del
trío, el dragón: será atado y lanzado al abismo, donde permanecerá por
mil años.” Comentario Bíblico Adventista del Séptimo Día, notas adicio-
nales de Ap 20, nota 2.
6. White, Elena G. de, Testimonies, 9:1909.
7. La palabra Pedro significa piedra, canto rodado. Pedro no era la roca so-
bre la cual se fundaría la iglesia.” White, El Deseado de Todas las Gentes,
381.
8. La verdad que Pedro había confesado es el fundamento de la fe del cre-
yente.” White, El Deseado de Todas las Gentes, 380.
9. Si Jesús hubiese delegado en uno de los discípulos alguna autoridad espe-
cial sobre los demás, no los encontraríamos contendiendo con tanta fre-
cuencia acerca de quién sería el mayor. Se habrían sometido al deseo de
su Maestro y habrían honrado a aquel a quien él hubiese elegido. Elena

67
G. de White. El Deseado de todas las Gentes, 382
10.El teólogo católico Juan Strubinger colocó el siguiente comentario en una
nota de pie de plana de Lc 11:52, de su traducción de la Biblia al español:
“La llave del conocimiento de Dios es la Sagrada Escritura (S. Crisosto-
mo). Los escribas y fariseos que la interpretaban falsamente, o la reser-
vaban para sí mismos, son condenados como seductores de las almas. El
pueblo tiene derecho a que se le predique la Palabra de Dios”
11.“Las llaves del reino de los cielos son las palabras de Cristo. Todas las pa-
labras de la Santa Escritura son suyas y están incluidas en esa frase.
Esas palabras tienen poder para abrir y cerrar el cielo. Declaran las con-
diciones bajo las cuales los hombres son recibidos o rechazados. Así la
obra de aquellos que predican la Palabra de Dios tiene sabor de vida para
vida o de muerte para muerte. La suya es una misión cargada de
resultados eternos.” White, El Deseado Para Todas las Gentes, 382.

En resumen:
Los puntos más destacados de esta clase
Haz un resumen de los puntos más destacados de esta clase:
1.
2.
3.
Los desafíos que presenta esta clase
¿Cuáles son los principales desafíos que plantea esta clase? Haz una lista de
ellos:
1.
2.
3.

Tu plan de acción
¿Cómo piensan encarar los desafíos que plantea esta lección?

68
Cómo enseñar las
UNIDAD Doctrinas vinculadas con
4 del cristianismo práctico

INTRODUCCIÓN

En esta unidad veremos cómo enseñar doctrinas como la oración, la refor-


ma pro salud, la mayordomía cristiana y la vida cristiana en el hogar. Tam-
bién veremos el don de profecía y cómo este nos ayuda a vivir el cristianismo
práctico.

CÓMO ENSEÑAR A ORAR


Orar es más que rezar
Los católicos militantes le dan valor a la devoción personal. Eso es bueno,
aunque suelen tener un problema: Ellos no oran; rezan. Sin embargo, la ma-
yoría lo hace inocentemente; porque se lo ensenaron en su tierna infancia.
Entonces, no los hieras. Ayúdales a descubrir la belleza de la oración. La me-
jor forma de hacerlo es comenzar por el punto que tenemos en común: la im-
portancia de la devoción personal y el Padrenuestro. A partir de allí tratemos
de conducirlos a la oración y al descubrimiento de otras verdades vinculadas
con ella. Estos son algunos de los versículos que podríamos usar:

1. Dios nos da el privilegio de comunicarnos con Él (Sal102:17; Jer 33:3; Mt


21:22; Ro 12:12; Lc 18:1)
2. Jesús nos enseñó a orar a Dios como aquel que habla con su Padre, en el
nombre del Hijo (Mt 6:9).
3. Nuestro amigo Jesús nos dijo que al hablar con el Padre invoquemos su
nombre. Él va a interceder para que Dios nos conceda lo que le pedimos
(Jn 14:13; He 7:25; 4:14-16; 1 Jn 2:1-2).
4. Jesús enseñó que orar es más que rezar; es hablar de corazón a corazón
con Dios (Mt 6:6-7; Sal 120:1).
5. Los creyentes de los tiempos bíblicos se comunicaban directamente con
Dios (Dn 9:3; 2 S 22:7; Hch 4:24, 29-30)

69
6. La Biblia nos revela que cuando oramos con fe y pedimos que el Señor nos
responda de acuerdo a su voluntad. Él nos oye (Mt 7:7; Sal 86:7; 1 Jn 5:14;
Mt 21:22; Stg 1:6; S. Jn 14:13; Mt 6:9).

Las oraciones a los santos difuntos


Los católicos rezan a los santos difuntos pidiéndoles ayuda. Algunos son
devotos de un santo, o de una santa, otros de otro; o de varios. Lo hacen
sinceramente, por lo tanto debemos evitar expresiones sarcásticas o hirientes
mientras les ayudamos a comprender que las oraciones a los santos tienen sus
problemas:

1. Hay un solo mediador. La Biblia enseña que hay un solo mediador entre
Dios y los hombres (Jn 14:6, Hch 4:11-12; 1 Ti 2:5). Por eso Jesús nos
enseñó a orar a Dios, el Padre, en el nombre del Hijo (Jn 14:13).
2. Los muertos no pueden ayudarnos porque están inconscientes. Cuando
una persona muere esta inconsciente, como si durmiera (Jn 11:11-14;
Ec 9:4-6; 12:7; Sal146:4; 104:29; 146:4). Los muertos despertarán a la
vida cuando Jesús vuelva y los resucite (1 Te 4:13-18).
3. Muchas veces rezan a la imagen del santo, o al menos ante ella. Esa
práctica religiosa tiene dos problemas:
a. Las imágenes no ven, ni oyen, ni responden (Is 44:9-20; 46:5-10).
b. Esa práctica viola el segundo Mandamiento de la Ley de Dios (Ex
20:4-6).

EL EVANGELIO DE LA SALUD
Objetivos del mensaje de la salud
1. Honrar a nuestro Creador (1 Co 6:19-20).
“Se debería enseñar a los jóvenes que las leyes de la naturaleza son leyes
de Dios, tan ciertamente divinas como los preceptos del Decálogo. El Señor
ha escrito en cada nervio, músculo y fibra del cuerpo las leyes que gobiernan
nuestro organismo. Toda violación de esas leyes, cometida por descuido o con
premeditación, es un pecado contra nuestro Creador.”1
2. Disfrutar del don de la vida con salud (3 Jn 2; Dt 4:39-40; Ex 15:26).

Las bases teológicas


Los versículos que responden a las preguntas que siguen a continuación
exponen las bases teológicas de nuestro mensaje de la salud. Para un estudio
70
más completo del tema, véase Creencias fundamentales de los Adventistas del
Séptimo Día.
1. ¿Cómo debemos considerar a nuestro cuerpo y a quién le pertenece? 1 Co
6:19-20

2. Si somos templo de Dios, ¿Quién es el que habita en nosotros? 1 Co 3:16.

3. ¿Cuáles son las consecuencias de adoptar un sistema de vida destructivo de


la salud? 1 Co 3:17.

4. ¿Cómo es que llegamos a ser templo de Dios? 2 Co 6:16.

5. ¿Qué es lo que deberíamos hacer? 1 Co 6:17-20.

LOS OCHO PRINCIPIOS FUNDAMENTALES DE LA SALUD


Éxodo 20:15 nos ayuda a entender que la salud no es el resultado de
la casualidad. Es el resultado de la obediencia a las leyes de salud que Dios
grabó en la naturaleza humana y a la satisfacción de las necesidades con base
en los principios que el mismo Creador estableció. Veamos algunos de esos
principios naturales:
1. AIRE PURO. “El aire puro y fresco hará circular la sangre, mientras
que a la vez, su influencia se sentirá cotidianamente sobre la mente, im-
partiendo sosiego y serenidad. Excita el apetito, permite una digestión
más perfecta e induce a un dulce y profundo sueño”2 “Los dormitorios
deberían ser amplios, y estar dispuestos de tal modo que permitan que
el aire circule por ello durante el día y la noche. Los que han excluido
el aire de sus dormitorios deberían comenzar a cambiar inmediatamen-
te de proceder. Deberían permitir la entrada del aire gradualmente, y
aumentar su circulación hasta que puedan soportarlo en invierno y en
verano, sin peligro de resfriarse. Se necesita aire puro para mantener la
salud de los pulmones”. 3
2. LA LUZ DEL SOL. “Ningún cuarto es adecuado para servir como
dormitorio a menos que pueda abrirse de par en par cada día para dar
acceso al aire y a la luz del sol”.4 “La naturaleza es el médico divino. El
71
aire puro, la alegre luz del sol, los hermosos árboles y flores, los huertos
y viñedos, y el ejercicio al aire libre en ese ambiente, son salutíferos, el
elixir de la vida».5
3. LA ABSTINENCIA Y LA MODERACIÓN. Este principio tiene que
ver con dos aspectos importantes: abstinencia de las cosas que destruyen
la buena salud y moderación con las cosas buenas, pero cuyo exceso
daña la salud.

a. Abstinencia. El cuidado de la salud hace recomendable la abstinencia


del tabaco, el alcohol y las drogas.
b.Moderación. Deberíamos ser moderados en el comer.6 En algunos
casos “el seguir durante algunos días una dieta de frutas ha propor-
cionado gran alivio a personas que trabajaban intelectualmente; y un
corto período de completa abstinencia, seguido de un régimen ali-
menticio sencillo y moderado, ha restablecido al enfermo por el solo
esfuerzo de la naturaleza”.7 Conviene evitar comer a deshoras.8 Aun-
que es bueno que haya variedad en las comidas,9 se debería evitar el
exceso de variedad en la misma comida, 10 y evitar comer en exceso.11
Cuidar la regularidad en las comidas.12 Dejar descansar el estómago
por lo menos cinco horas entre una comida y otra.13 La mayoría se
sentiría mejor con dos comidas diarias,14 aunque algunos necesitan
tres 15 Se recomienda un desayuno abundante y sustancioso; que sea
la principal comida del día.16 Las comidas no deberían ser muy calien-
tes ni muy frías. Conviene beber poco líquido en las comidas y evitar
el exceso de sal.17
4. EL EJERCICIO FÍSICO. Dios estableció la actividad física como
parte del modelo natural de vida (Gn 2:15). Es esencial para la buena
circulación de la sangre 18 y para mantener el vigor físico y mental.19
Es recomendable hacer algo de ejercicio físico diariamente,20 mediante
caminatas21 y/o trabajo útil.22

5. EL DESCANSO. Jesús se interesó en que sus discípulos descansasen


(Mr 6:31).Dios estableció el descanso sabático como una bendición para
el hombre (Mr 2:27-28). Además, debemos planear la vida como para
tener suficiente descanso en forma sistemática. Algunos enferman por
exceso de trabajo.23 Los tales deberían respetar las horas destinadas al
sueño y al trabajo. Habría que organizar el programa de vida como
para ser sistemáticos en el descanso y tener tiempo para la recreación.24
Los que tienen actividad intelectual deberían alternar con otro tipo de
actividad.25

6. LA ALIMENTACIÓN. El apetito no es una guía segura.26 El propósi-


to de la alimentación es reconstruir y reparar.27 Al elegir los alimentos,
72
deberíamos recordar que la dieta original que Dios le dio al ser humano
estaba constituida por una variedad de verduras, cereales, legumbres,
oleaginosas y frutas que le proveían los nutrientes necesarios (Gn 1:29;
3:18). Después del diluvio Dios les permitió el consumo de ciertas car-
nes, que en Levítico 11 son identificadas como las carnes limpias, o
sea comestibles, para diferenciarlas de las que no se deberían consumir.
Pero esa fue una dieta de emergencia. “La carne no fue nunca el mejor
alimento; pero su uso es hoy día doblemente inconveniente, ya que el
número de los casos de enfermedad aumenta cada vez más entre los
animales. Los que comen carne y sus derivados no saben lo que ingie-
ren. Muchas veces si hubieran visto los animales vivos y conocieran la
calidad de su carne, la rechazarían con repugnancia. Continuamente
sucede que la gente come carne llena de gérmenes de tuberculosis y
cáncer. Así se propagan estas enfermedades y otras también graves”. 28
Sobre el consumo de huevos, de la leche y sus derivados, se nos advierte
que llegaría el tiempo cuando no serían alimentos recomendables.29 Se
recomienda evitar el uso excesivo de azúcar.30 También se nos advierte
sobre los peligros de ir a extremos que deforman los conceptos de la
reforma de los hábitos para tener una buena salud. 31

7. EL AGUA. El agua ayuda a conservar la salud del organismo.32 “Estan-


do sanos o enfermos, el agua pura es para nosotros una de las más ex-
quisitas bendiciones del cielo. Su empleo conveniente favorece la salud.
Es la bebida que Dios proveyó para apagar la sed de los animales y del
hombre. Ingerida en cantidades suficientes, el agua suple las necesida-
des del organismo, y ayuda a la naturaleza a resistir la enfermedad. “33
Conviene evitar la ingestión de agua fría en las comidas.34 También es
útil para un tipo de tratamientos llamados hidroterapia. 35

8. CONFIANZA EN EL PODER DIVINO. Un ejemplo de cómo apli-


car este principio lo encontramos en Mt 6:25-34.

CÓMO ENSEÑAR LOS PRINCIPIOS DE LA


MAYORDOMÍA CRISTIANA

Un principio de vida cristiana

El diezmo es solamente una parte de la mayordomía, la cual incluye el


uso cristiano de por lo menos cuatro áreas: nuestro tiempo, nuestros talentos,
nuestros recursos y nuestro cuerpo. Aunque estos principios se entrelazan con
otras doctrinas, conviene estudiarlos como una unidad.
Dios es el dueño del universo y de sus habitantes (Sal 24:1). Las cuatro áreas
de nuestro ser, le pertenecen a Dios por derecho natural de creación y de re-

73
dención (Is 43:1). Nosotros somos sus mayordomos (Sal 8:4-6). Las Escrituras
nos advierten contra el peligro de olvidar que todo, incluso la habilidad para
progresar económicamente, es un don de Dios (Dt 8:11-18). Por eso le devol-
vemos al Señor nuestros diezmos y ofrendas (Lv 27:30, 32; Gn 14:20; 28:22;
2 Cr 31:6).

Destacar las bendiciones


Cuando le devolvemos a Dios nuestro diezmo con gratitud (2 Co 9:7) por
las bendiciones que nos regaló, el Señor nos bendice (Mi 3:8-10) de muchas
maneras. Nos da bendiciones materiales (Mi 3:11), nos da la alegría de par-
ticipar en el sostén de la predicación del evangelio que nos hizo felices (Ro
10:13-15), nos bendice a través del servicio abnegado de los ministros de Dios
(Nm 18:24; 1 Co 9:14), los cuales nos enseñan el camino de la salvación (2 Co
5:18-20), nos animan cuando somos golpeados en la vida, nos aconsejan cuan-
do nos desorientamos espiritualmente, y nos instruyen en las cosas de Dios (1
Ti 5:1-4; 2 Ti 4:1-2).

Testificar
Cuenta brevemente tu experiencia como fiel mayordomo del Señor. Cómo el
Señor cumple en tu vida su promesa de derramar abundantes bendiciones.

CÓMO ENSEÑAR LOS PRINCIPIOS DE LA


MODESTIA CRISTIANA

El principio
La vida cristiana se caracteriza por la coherencia entre los valores inte-
riores que la fundamentan y la conducta externa que la expresa. Siendo que
la vanidad es incompatible con las virtudes cristianas (Sal 24:4; Sal 119:37,
38), es lógico que el cristiano adorne su cuerpo con una modestia y sencillez
compatible con la humildad de los principios cristianos (Hch 4:46; 2 Ti 2:9;
1 Pe 3:1-4).

Un voto de humildad
La Biblia nos cuenta de creyentes que hicieron una especie de voto de senci-
llez, o de humildad con Dios. Si tenemos en cuenta que al Señor le desagrada
la vanidad expresada por las alhajas (Is 3:16-24: Os 2:13). Entenderemos por
qué, el día en que la familia de Jacob decidió consagrarse a Dios, sepultaron
sus joyas (Gn 35:2-4)

74
EL DON DE PROFECÍA NOS AYUDA A VIVIR
EL CRISTIANISMO PRÁCTICO

¿Quién es un profeta?
El Antiguo Testamento usa tres palabras diferentes para referirse a un pro-
feta.36 Dos de ellas significan vidente, 37 o sea, alguien a quien Dios comunica
un mensaje mediante una representación audiovisual. La otra palabra 38 se re-
fiere a alguien que anuncia, o también proclama un mensaje. La combinación
de estos tres conceptos nos permite entender quién es un profeta:
1. Un profeta es alguien que recibió una revelación de Dios.
a. En algunos casos la revelación era una predicción. Por ejemplo,
cuando Dios le reveló a Daniel la profecía que predecía dos mile-
nios y medio de historia (Dn 2).
b. En otros casos no son predicciones sino principios de vida. Dios
le reveló a su profeta Moisés (Dt 34:10) los principios que debían
regir la conducta de los creyentes (Dt 6:1-3), los cuales cubren una
gama temática muy amplia.
- Educación religiosa de los hijos (Dt 6:4-9).
- Ordenanzas sobre la vida familiar (Nm 30:16).
- Principios de salud (Ex 15:26; Lv 11).
- Los 10 Mandamientos (Ex 24:12).
- Principios humanitarios (Ex 22:22-27; Dt 10:17-19; 24:17-22).

2. La revelación es recibida por alguien que tiene el don profético (Ef


4:11-2; Ro 12:5-6; Dt 34:10).

3. El mensaje recibido debe ser proclamado para un grupo específico


(Ez 2:1-7; Lv 1:2; 4:2; 7:23, 29; Hch 9:15; Gá 2:7).
En el Nuevo Testamento se usa la palabra prophçtçs para identificar a
alguien que habla en nombre de Dios; pero también puede referirse a un pro-
fesor, filósofo, historiador o especialista en ciencias.

Dios dio el don profético tanto a hombres como a mujeres. El Antiguo Tes-
tamento menciona a tres mujeres con dicho don. Ellas son María, que era la
hermana de Moisés y Aarón (Ex 15:20), Débora (Jue 4:4) y Hulda (2 R 22:14).
El Nuevo Testamento se menciona a otras cinco: Ana (Lc 2:36) y las cuatro
hijas de Felipe (Hch 21:8,9.

75
Un regalo de Dios para su iglesia
El don de profecía, al igual que los otros dones espirituales, es un regalo
que Dios le hace a la iglesia con el propósito de ayudarle a crecer en la gracia
hasta alcanzar la plenitud cristiana (Ef 4:11-13). Este don ha sido siempre
una característica del pueblo de Dios (2 P 121), pero fue prometido en forma
especial para los últimos tiempos (Jl 2:28; 1 Co 1:7), como una característica
sobresaliente de la iglesia verdadera. Ella tendría “el testimonio de Jesús” (Ap
12:17), que es “el espíritu de la profecía” (Ap 19:10).

¿Por qué Dios dio el don de profecía a la señora White?


Había llegado el tiempo cuando se cumplirían las profecías del surgimiento
del remanente y Dios no quería que naufragase mientras cumplía su cometido
de re-evangelizar el mundo (Ap 10:11) hasta la segunda venida de Cristo (Mt
24:14). Por eso le dio el don de profecía predicho en Ap 12:17; 19:10. Pero
¿Por qué se lo dio a la señora White? Antes de hacerlo, Dios llamó a la función
profética a dos hombres.

El 18 de enero de 1842, en Boston, Dios le dio una visión de dos horas y


media al joven pastor afro-americano William E. Foy, y tres semanas después
otra, de doce horas y media. Al principio no quiso contarlas, aunque las publi-
có en 1845. Durante la demora de Foy, Dios buscó otro mensajero. Se llamaba
Hanzen Foss. Por el otoño de 1844 le dio una importante visión para que les
revelase a los creyentes adventistas las experiencias que les esperaban. Pero
Foss no se animó a hacerlo.
Frente a esta situación, Dios usó el mismo criterio que en los días apostóli-
cos: “Lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil
del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte” (1 Co 1:27). Entonces
Señor le dio el don profético a una joven débil, enfermiza, de 17 años de
edad pero dispuesta a dejarse utilizar por nuestro Dios. Se llamaba Elena. Fue
la esposa del pastor Jaime White. Ella fue usada como la mensajera del Señor
para guiar el surgimiento del último remanente de la iglesia establecida por Je-
sús. Lo hizo durante los setenta años de surgimiento, organización y desarrollo
de la Iglesia Adventista del Séptimo Día.

Las características de un profeta de Dios


La Biblia señala las características de un verdadero profeta y cuáles son algu-
nas funciones específicas por las cuales Dios lo/la llama a la función profética:
1. Su vida y su enseñanza se ciñen a la Palabra de Dios (Is 8:20). No todas
las personas aceptaron sus enseñanzas, pero todos reconocieron que era
sincera y consecuente con lo que enseñaba.
76
2. Ensalza a Cristo (1 Jn 4:2). Elena G. de White lo hizo durante los 70
años de su ministerio profético. Sus libros El Camino a Cristo y El De-
seado de Todas las Gentes lo demuestran.
3. Habla en nombre de Dios (Ez 2:7). “Los mensajes que Dios me ha dado,
han sido comunicados a su pueblo tanto mediante la palabra hablada
como en forma escrita. De ese modo mi obra ha sido doblemente ase-
gurada”. 19
a. Nos reveló un sistema de vida que mejora el nivel de nuestra salud.
“He estado repasando la luz que Dios me ha dado, y que por mi inter-
medio os ha dado a vosotros, sobre la reforma pro salud”. 40 “Según la
luz que se me ha dado no pasará mucho tiempo hasta que tengamos
que dejar toda clase de alimento de origen animal. Aún la leche se
tendrá que descartar. Las enfermedades se multiplican rápidamente.
La maldición de Dios descansa sobre la tierra, porque el hombre la
ha transformado en una maldición. Los hábitos y las prácticas de los
seres humanos han colocado a la tierra en una condición tal que la fa-
milia humana debe sustituir los alimentos de origen animal por otros.
No tenemos ninguna necesidad de alimentos a base de carne. Dios
puede proporcionarnos alguna otra cosa”. 41
b. Compartió con la iglesia los principios prácticos que salvaguardan el
hogar. “Por la luz que Dios me ha dado sé que el esposo y la esposa
deben ser en el hogar ministro, médico, enfermera y maestros, que
vinculen a sus hijos consigo y con Dios, que los preparen para evitar
todo hábito que en algo pudiera militar contra la obra de Dios en
el cuerpo, y que les enseñen a cuidar de toda parte del organismo
viviente”. 42
c. Nos transmitió orientación divina para vivir piadosamente. Un ejem-
plo breve: “Cuando un hombre está luchando honradamente para
sostenerse y sostener a su familia, y sin embargo no puede hacerlo, de
modo que sufren por falta del alimento y vestidos necesarios, el Señor
no dará por inocentes a nuestros hermanos que ministran, si conside-
ran con indiferencia a ese hermano o le prescriben condiciones que
son virtualmente imposibles de cumplir. ... Hemos de hacer nuestra la
condición del hermano infortunado”.43
d. Nos lleva a la Palabra de Dios. “El Hno. *** quiere confundir los
ánimos tratando de hacer parecer que la luz que Dios me ha dado
por medio de los Testimonios es una adición a la Palabra de Dios;
pero da así una falsa idea sobre el asunto. Dios ha visto propio atraer
de este modo la atención de este pueblo a su Palabra, para darle una
comprensión más clara de ella”. 44
4. Reprueba el pecado (Mi 3:8). Un buen ejemplo de esta fase del minis-
terio profético de la señora White son sus Testimonios para la Iglesia.45
77
Muchos de ellos fueron escritos corrigiendo pecados y errores secretos,
que Dios se los reveló en visión.

5. Exhorta (1 Co 14:3). El siguiente párrafo no solo nos muestra la fase


exhortativa de su ministerio. También nos muestra el espíritu con el
que lo ejerció: “Cuando fui a Colorado, sentí tanta preocupación por
vosotros que en mi debilidad, escribí muchas páginas que se habían de
leer en vuestro congreso. Débil y temblorosa me levantaba a las tres de
la mañana para escribiros. Dios os hablaba por medio de la arcilla. Di-
réis tal vez que esta comunicación era solamente una carta. Sí, era una
carta, pero motivada por el Espíritu de Dios, para presentar a vuestras
mentes lo que se me había mostrado. En estas cartas que escribo, en los
testimonios que doy, os presento lo que el Señor me ha presentado a mí.
No escribo en el periódico un solo artículo que exprese simplemente
mis propias ideas. Son lo que Dios me ha revelado en visión, los rayos
preciosos de la luz que resplandece del trono”. 46

6. Consuela (1 Co 14:3). La gran cantidad de cartas que la señora White


escribió a los desanimados y deprimidos, encendiendo en sus corazones
una llama de esperanza, testifican de esta fase amorosa de su ministerio.

7. Revela el futuro (Dn 2:29-30) y sus predicciones se cumplen (Dt 18:22).


¿Predijo Elena G. de White, por inspiración o por revelación, algún
evento que se haya cumplido? En los últimos capítulos de su libro El
Conflicto de los siglos predijo el proceso del ecumenismo que se está
desarrollando en este momento y nos dice cómo concluirá.

8. Guía al pueblo de Dios (Os 12:3). “Dios me ha dado una notable y


solemne experiencia en relación con su obra; podéis tener la seguridad
de que mientras tenga vida, no cesaré de elevar una voz de amonesta-
ción según sea impresionada por el Espíritu de Dios, quieran o no los
hombres oírla o tolerarla. No tengo sabiduría especial en mí misma; soy
tan sólo un instrumento en las manos del Señor para hacer la obra que
él me ha asignado. Las instrucciones que he dado por pluma o voz han
sido una expresión de la luz que Dios me ha dado. He presentado los
principios que el Espíritu de Dios ha estado grabando durante años en
mi mente y escribiendo en mi corazón”. 47

“Hasta aquí nos guió Dios”

1. Dios usó a la hermana White durante el proceso de redescubri-


miento de las verdades bíblicas olvidadas y/o abandonadas durante el
penoso período de la Edad Media. Como resultado de ello, los adventis-
tas llegaron a ser conocidos como el pueblo de la Biblia.
2. Dios usó a la hermana White durante el período de organización
78
de la estructura administrativa de la iglesia. Hasta el 2019 tenemos a la
Asociación General con sus 13 divisiones, con sus 135 uniones, y estas
con sus 688 asociaciones, 88,718 iglesias que congregan a 21,414,779
miembros. Eso ha permitido que el adventismo predicara por todo el
mundo las verdades bíblicas redescubiertas.
3. Dios usó a la hermana White para establecer el programa educa-
tivo de la Iglesia Adventista del Séptimo Día. Hasta el 2019 tenemos
6,106 escuelas primarias, 2,549 escuelas secundarias, y 118 institu-
ciones terciarias.. Como resultado de ello, la iglesia puede educar a sus
jóvenes de acuerdo a los principios cristianos, y muchos de ellos se pre-
paran como pastores, los cuales predican el evangelio en todo el mundo.
4. Dios usó a la hermana White durante el proceso del establecimien-
to del ministerio de las publicaciones. Hasta el 2019 tenemos 60 casas
editoras publicando una cantidad enorme de libros. Ese ministerio de
las publicaciones también contribuye poderosamente a la expansión del
evangelio.
5. Dios le reveló a la hermana White los principios de salud que contri-
buyeron para mejorar la calidad de vida del pueblo de Dios y para au-
mentar considerablemente su promedio de vida. Hasta el 2019 tenemos
22 fábricas de alimentos, y nuestros hermanos dan millares de cursos
sobre los principios de una vida saludable, basados en dichos principios.

6. Dios usó a la hermana White para establecer la red de hospitales


adventistas, y las facultades de medicina. Hasta el 2019 tenemos
211 hospitales y sanatorios, 440 clínicas y dispensarios, instituciones que
le permiten a la iglesia compartir los principios de salud y temperancia
con la comunidad.
7. Dios usó a la hermana White durante la organización del programa
misionero mundial de la iglesia que está llevando el evangelio “a toda
nación, tribu, lengua y pueblo”. Actualmente la iglesia dispone de 16
centros de producciones audiovisuales, cientos de radios y canales de
televisión que anuncian el evangelio, además de las miles de emisoras en
las cuales se transmiten nuestros programas evangelizadores.

8. Dios usó a la hermana White para instruir a los miembros de la iglesia


acerca de la piedad práctica, la vida devocional y la fidelidad a los prin-
cipios de la Palabra de Dios.

Así como Pablo finalizó su ministerio diciendo: “He peleado la buena


batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe” (2 Ti 4:7), Elena de White
terminó sus setenta maravillosos años de ministerio diciendo: “Al recapacitar
en nuestra historia pasada, habiendo recorrido cada paso de su progreso hasta

79
nuestra situación actual, puedo decir: ¡Alabemos a Dios! Mientras contemplo
lo que el Señor ha hecho, me siento llena de asombro y confianza en Cristo
como nuestro caudillo”. 48

No tenemos nada que temer


Desde 1915, ella descansa en el Señor pero sus escritos siguen mantenien-
do una impresionante actualidad. Sus consejos sobre la salud, los cuales se
anticiparon en más de un siglo a muchos descubrimientos de la medicina,
siguen asombrando y beneficiando y a quienes los siguen. Sus lineamientos de
la obra educativa siguen vigentes y fortalecen a la niñez y a la juventud. Sus
testimonios continúan fortaleciendo la fe del pueblo de Dios. Su descripción
profética de los acontecimientos finales, con el proceso de ecumenismo que
está llevando a la gente a maravillarse en pos del mismo poder que gestó y
ejecutó la inquisición, se cumple pasmosamente. Evidentemente, como ella
misma escribió: “No tenemos nada que temer en lo futuro, excepto que ol-
videmos la manera en que el Señor nos ha conducido y sus enseñanzas en
nuestra historia pasada”. 49

¿Sus escritos en lugar de la Biblia?


Algunos imaginan que los adventistas ponemos a los escritos de la señora
White en lugar de la Biblia. Quizá porque hay hermanos entusiasmados con
sus escritos que hablan continuamente de ellos. En otros casos, podría deberse
a que no nos conocen, y toda la información que tienen les llega por terceros;
generalmente no muy bien informados.
Los adventistas respetamos los escritos de La señora White porque existen
evidencias confiables de que Dios la inspiró. Sin embargo, no la ponemos en
lugar de la Biblia, y ni siquiera en pie de igualdad con las Escrituras. Preten-
ded hacerlo significaría no aceptar sus escritos, ya que ella misma declaró,
en 1903: “Poco caso se hace de la biblia, y el Señor ha dado una luz menor
(sus escritos) para guiar a los hombres y mujeres a la luz mayor [la Biblia] 50
Tomemos un ejemplo de cómo esa luz menor nos condujo a la luz mayor: El
redescubrimiento de la doctrina del santuario.

1. Estaba revelada en el libro de Daniel (Dn 8:13-14).


2. Estaba revelada en la epístola a los Hebreos (He 8:1-5; 91:28)
3. Estaba revelada el Apocalipsis (Ap 3:12; 11:19; 14:14-20; 15:5).
4. Dios usó a la señora White para guiarnos a las fuentes que ya existían.
En otras palabras: La luz menor nos guio a la luz mayor; a la Palabra
de Dios.

¿Plagió E. G. de White a otros autores?


Hace un tiempo fue publicado un libro en el que se pretendía que Elena
80
G. de White plagio, porque usó algunos párrafos que coincidían con lo que
ella quería decir, sin citar sus autores. Probablemente el que escribió dicho
libro ignoraba que en los días de la señora White las normas de los derechos
de autor eran diferentes a las de nuestra época. En esa época no era necesario
citar siempre a la fuente de la se extraían las informaciones. Por lo tanto, no
sería justo evaluar lo antedicho a la luz de las normas actuales. Pero, hagamos
un análisis bíblico del asunto.

1. La inspiración no implica originalidad. Veamos algunos ejemplos:


a. Lucas 1:1-4 dice que su autor quiso ordenar los hechos gloriosos que
hacen al evangelio. Se valió para ello de las informaciones propor-
cionadas por los testigos oculares del ministerio de Jesús, sistematizó
la información y la sintetizó en su evangelio. En ningún caso cita las
fuentes, pero nunca se nos ocurrió acusar a Lucas de haber cometido
plagio. Tampoco negamos su inspiración. Al contrario. Nosotros en-
tendemos que el Espíritu Santo, lo guió en la selección y redacción de
su evangelio. Lo mismo ocurre con Hch 1:1-3, escrito por el mismo
Lucas.

b. Jesús citó el Antiguo Testamento. A veces dijo quién era el autor de las
palabras que estaba pronunciando (Mr 13:14; Mt 15:7-9; 22:43-44),
en otros casos dijo que la cita venía del Antiguo Testamento, pero sin
especificar quién la escribió (Mt 4:4, 7, 10; 21:16, 42; 22:31-32; Mr
12:10-11, 25, 26; 14:27; Mt 11:10).

c. El ángel Gabriel citó el Antiguo Testamento sin mencionar el nombre


del autor de ese pasaje bíblico, y no por eso lo consideramos plagio
(Lc 1:16-18 registra las palabras de Gabriel, cuando repite las pala-
bras de Mal 4:5-6).

d. Pablo citó el Antiguo Testamento. En algunos casos citó al autor (Ro


4:6-8; 9:25, 29; 10:19, 20; 11:8-10; 15:12-13), pero en otros dijo que
provenían de la Escritura sin mencionar el nombre del autor (Ro 3:4,
10-18; 8:36; 9:33; 11:26, 27; 14:11; 15:9-11, 21). Incluso hubo casos
cuando no menciona al autor, y ni siquiera dice que es una cita bíblica
aunque, a todas luces, es una cita del Antiguo Testamento (Ro 10:18;
2 Co 6:17-18).

e. Pedro transcribió parte de los escritos del Antiguo Testamento sin de-
cir de dónde lo había tomado y quien era su autor. En 1 P 3:10-12
estaba usando las palabras de Sal 34:12-16 sin decir que las había
escrito David.

81
2. La inspiración implica selección, modificación y adaptación para ex-
presar lo que Dios quiere decir mediante su profeta. Veamos algunos
pocos ejemplos:
a. Simeón uso a Isaías sin citarlo. Las palabras pronunciadas por Si-
meón, quien profetizo movido por el Espíritu Santo (Lc 2:25-28).
Simeón no dice que tomó sus palabras del libro del profeta Isaías,
pero su profecía contiene parte de lo escrito por el citado profeta (Is
42; 6; 49; 6), con cierta reelaboración de la idea.
b. Pedro cito una porción del Antiguo Testamento con la cual existe
una coincidencia conceptual parcial, para agregarle algunos aspec-
tos nuevos que Dios le inspiró (1 P 1:23-25). Un poco después hace
lo mismo, con tres citas correspondientes a dos autores del Antiguo
Testamento (1 P 2:6-9). En esos casos no hay plagio ni contradic-
ción. Sencillamente partió de un punto en coincidencia para expli-
car el mensaje que debía dar al pueblo de Dios.
c. Pablo citó al autor del que tomó las palabras pero reelaborando su
pensamiento (Gá 4:22-31)
d. Jesús citó e hizo lo mismo (Mt 5:21-48; Mr 7:6-13).

¿Puede equivocarse un profeta?

El apóstol Pablo distinguía entre aquello que Dios le revelaba y lo que era
su opinión personal (1 Co 7:10-12).
Cuando el profeta transmite la revelación de Dios no se equivoca. Ahora
bien, cuando expresa sus opiniones personales, por supuesto que puede equi-
vocarse. Eso es lo que dijo Elena de White en una carta escrita el 5 de marzo
de 1909:
“La información dada en cuanto al número de habitaciones del Sanatorio
de Paradise Valley no fue dada como una revelación del Señor sino simple-
mente como una opinión humana. Nunca me ha sido revelado el número
exacto de habitaciones de ninguno de nuestros sanatorios, y el conocimiento
que tengo en cuanto a tales cosas lo he obtenido preguntando a los que supo-
nía que estaban informados. En mis palabras, cuando hablo acerca de estos
temas comunes, no hay nada para inducir a la mente a creer que recibo mi
conocimiento en una visión del Señor y que presento eso como tal...”
“Cuando el Espíritu Santo revela alguna cosa acerca de las instituciones de
la obra del Señor, o acerca de la obra de Dios en el corazón y la mente de los
hombres, como ha revelado esas cosas a través de mí en lo pasado, el mensaje
dado ha de ser considerado como luz dada por Dios para aquellos que la ne-
cesitan. Pero es un gran error que uno mezcle lo sagrado con lo común. En
82
una tendencia a hacer esto podemos ver la obra del enemigo para destruir las
almas...”
“Hay oportunidades cuando deben declararse cosas comunes, pensamien-
tos comunes deben ocupar la mente, deben escribirse cartas comunes y se
debe dar información que ha pasado de un obrero a otro. Tales palabras, tal
información, no son dadas bajo la inspiración especial del Espíritu de Dios.
Se hacen preguntas a veces que no tienen nada que ver con temas religiosos, y
esas preguntas deben ser contestadas. Conversamos acerca de casas y tierras,
transacciones comerciales y ubicación para nuestras instituciones, sus ventajas
y desventajas”. 53

Un buen consejo

Cuando se levantaron por la mañana, salieron por el desierto de Tecoa.


Y mientras salían, Josafat se puso en pie, y dijo: ‘Oídme, Judá y habitantes de
Jerusalén, Creed al Señor vuestro Dios, y estaréis seguros; creed a sus profetas,
y seréis prosperados” (2 Cr 20:20).
1
White, Elena G. de, La educación, 196-197.
2
White, Elena G. de, Testimonies, 1:702.
3
White, Elena G. de, Mensajes Selectos, 2:528.
4
White, Elena G. de, El ministerio de curación, 208.
5
White, Elena G. de, Testimonies, 7:79.
6
White, Elena G. de, El ministerio de curación, 237-238.
7
Ibid, 180.
8
Ibid, 235.
9
Elena G. de White, El ministerio de curación, 230, 231.
10
White, Elena G. de, Consejos sobre el régimen alimentario, 130.
11
White, Elena G. de, consejos sobre el régimen alimentario, 131.
12
Elena G. de White, El ministerio de curación, 233, 234.
13
White, Elena G. de, Consejos sobre el régimen alimentario, 205.
14
Ibid, 209.
15
Ibid, 211.
16
Ibid, 205
17
Elena G. de White, El ministerio de curación, 235.
18
Elena G. de White, Testimonies, 2:525, 526.
19
Elena G. de White, El hogar adventista, 448.
20
Elena G. de White, Testimonies, 2:533.
21
Ibid., 2:529.
22
Elena G. de White, La educación, 269, 270.
23
Elena G. de White, El ministerio de curación, 180, 181.
24
Elena G. de White, El hogar adventista, 448.
25
Elena G. de White, Counsel on health, 563-564.
26
Elena G. de White, El ministerio de curación, 227.
27
Elena G. de White, El ministerio de curación, 227.
28
Ibid, 241.

83
29
White, Elena G. de, Consejos sobre el régimen alimentario, 243.
30
Ibid, 245.
31
White, Elena G. de, Consejos sobre el régimen alimentario, 239, 240,
243.
32
Elena G. de White, Spiritual Gifts, 140, 141.
33
Elena G. de White, El ministerio de curación, 181.
34
Elena G. de White, Consejos sobre el régimen alimenticio, 505.
35
Elena G. de White, El ministerio de curación, 181; Mensajes selectos,
2:341; Medical ministry, 228.
36
Cuando el Nuevo Testamento habla del mensaje de los profetas,
generalmente serefieren a los escritores del Antiguo Testamento,
37
Son las palabras hebreas hózeh y ro’eh.
38
La palabra hebrea más usada es nabí, la cual expresa la idea de
anunciar. O sea que el profeta es alguien que anuncia, o alguien
que proclama un mensaje.
39
White, Elena G. de, Cada día con Dios, 127.
40
White, Elena G. de, Consejos sobre el régimen alimenticio, 491.
41
White, Elena G. de, Consejos sobre la salud, 495.
42
White, Elena g. de, El hogar Cristiano, 163.
43
White, Elena G. de, El ministerio de la bondad, 220.
44
White, Elena G. de, Joyas de los Testimonios, 2:278-279.

45
Algunos se preguntan por qué Elena de White compiló y publicó los Tes-
timonios enviados a personas y a congregaciones específicas. Ella misma nos
da la respuesta: “Delante de mí había una compañía cuyos cabellos y ropas
estaban desgarrados, y cuyos rostros eran el mismo retrato de la desesperación
y el horror. Se acercaron a mí y restregaron sus ropas contra las mías. Al mirar
mis vestidos, vi que estaban manchados de sangre. Volví a caer como muerta
a los pies de mi ángel acompañante. No podía presentar una sola excusa y
anhelaba estar lejos de ese lugar santo. El ángel me alzó y dijo: ‘Este no es tu
caso ahora, pero esta escena ha pasado delante de ti para hacerte saber cuál
será tu situación si descuidas el declarar a otros lo que el Señor te ha revelado.’
Con esta solemne amonestación presente, salí a decir a la gente las palabras de
reproche e instrucción que Dios me diera.
“Los mensajes que era dados para diferentes personas los escribía frecuen-
temente para ellas, haciéndolo en muchos casos en respuesta a su urgente
pedido. A medida que mi obra se extendía, esto llegó a ser una parte impor-
tante y pesada de mis labores. Antes de la publicación del Testimonio No. 15
[1868], me habían enviado muchos pedidos de testimonios aquellos a quienes
había reprendido; pero me hallaba en un estado de gran agotamiento, por
causa de mis pesados trabajos, y rehuía la tarea, especialmente cuando sabía
que algunas de esas personas eran muy indignas, y habla muy poca esperanza
de que las amonestaciones dadas produjesen cambio”.
“Una persona me trajo una pieza de tela blanca, y me pidió que cortase de
ella vestidos para personas de todos los tamaños y de todas las descripciones
de carácter y circunstancias de la vida. Se me dijo que los cortase y los colgase
84
de modo que estuviesen listos para ser hechos cuando los pidiesen. Tenía la
impresión de que muchas de aquellas personas para quienes debía cortar ves-
tiduras eran indignas. Pregunte si esta sería la última pieza de tela que habría
de cortar, y se me dijo que no, que tan pronto como se hubiese terminado
esta, habría otras que debería atender. Me sentía desalentada por la cantidad
de trabajo que tenía delante de mí, y declare que había estado dedicada a
cortar vestidos para otros durante más de veinte años, que mis trabajos no
habían sido apreciados y que no veía que hubiesen logrado mucho beneficio.
A la persona que me traía la tela le hablé de una mujer en particular, para la
cual me había ordenado cortar un vestido. Declaré que no lo apreciaría, y que
regalárselo sería una pérdida de tiempo y de materiales. Era muy pobre, de
intelecto inferior, desaseada en sus costumbres, y pronto lo ensuciaría”.
“La persona replicó: “Corta los vestidos. Este es tu deber. La pérdida no es
tuya, sino mía. Dios ve no como el hombre ve. Él te indica el trabajo que quie-
re que hagas, y no sabes qué prosperará, si esto o aquello. Entonces alce mis
manos, callosas por el largo uso de las tijeras, y declaré que no podía menos
que rehuir el pensamiento de continuar esa clase de trabajo. La persona volvió
a repetir: ‘Corta los vestidos. No ha llegado todavía el momento de tu relevo.
‘Con sentimiento de gran fatiga me levante para emprender mi trabajo. De-
lante de mí había tijeras nuevas pulidas, que empecé a usar. En seguida me
abandonaron mis sentimientos de cansancio y desaliento. Las tijeras parecían
cortar casi sin esfuerzo de mi parte, y corté vestido tras vestido con compara-
tiva facilidad…”
“Puesto que la instrucción y amonestación dadas en los testimonios para los
casos individuales se aplicaban con igual fuerza a muchos otros que no habían
sido señalados especialmente de esta manera, me pareció que era mi deber
publicar los testimonios personales para beneficio de la iglesia. En el Testimo-
nio No. 15, hablando de la necesidad de hacer esto, dije: ‘No conozco ninguna
manera mejor de presentar mis visiones de los peligros y errores generales, así
como el deber de todos los que aman a Dios y guardan sus mandamientos,
que dando estos testimonios. Tal vez no hay manera más directa y vigorosa
de presentar lo que el Señor me ha mostrado.” (Joyas de los testimonios, 271-
274).
46
White, Elena de, Joyas de los testimonios, 5:67.
47
White, Elena G. de, Joyas de los testimonios, 2:301-302.
48
White, Elena G. de, Life Sketches, 196.
49
White, Elena G. de, Life Sketches, 196.
50
White, Elena G. de, Review and Herald, 20 de enero de 1903.
51
Pedro cita a Is 40:6-9).
52
Alli cita Is 28:16; Sal 118:22, e Is 8:14-15.
53
White, Elena G. de, Mensajes selectos, 1:43-44.

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Los puntos más destacados de esta clase
Haz un resumen de los puntos más destacados de esta clase:
1.
2.
3.

Los desafíos que presenta esta clase


¿Cuáles son los principales desafíos que plantea esta clase? Haz una lista de
ellos:

1.
2.
3.

Tu plan de acción
¿Cómo piensan encarar los desafíos que plantea esta lección?
1.
2.
3.

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