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DIRECTOR:
Ptr. Juan David García R.
AUTOR:
Daniel Belvedere
REDACCIÓN Y REVISIÓN:
Diana Lucero Torres
DISEÑO Y DIAGRAMACIÓN:
Flor Mariel Carrillo Sánchez
ELABORACIÓN DE CLASES:
Escuela de Teología - Universidad de Navojoa
IMPRESIÓN:
Editorial Montemorelos S.A. de C.V.
Carretera Nacional Km. 206 Montemorelos N.L. México
Impreso en México - Printed in Mexico
2020 © Todos los derechos reservados
2
Mensaje del Director:
Apreciado alumno:
Dios espera un servicio personal de cada uno de aquellos a quienes ha con-
fiado el conocimiento de la verdad para este tiempo. “No todos pueden salir
como misioneros a los países extranjeros, pero todos pueden ser misioneros en
su propio ambiente, para sus familias y su vecindario” (9T 30).
Es por lo anterior que el Instituto de Capacitación para Evangelismo, conti-
núa dando énfasis a la importancia de Todo Miembro Involucrado, como el
escenario indicado para poner el discipulado en acción.
Te animo, para que a través de las clases que recibirás en este módulo, tú pue-
das involucrarte en las filas del ejército de esperanza en el Norte de México.
Ptr. Jua
Juan
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García Ramírez
Director
ctor dell Instituto de Capacitación para Evangelismo (ICE)
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3
CÓMO ENSEÑAR LAS DOCTRINA
ADVENTISTAS BÁSICAS
Libro de texto:
“Creencias de los Adventistas del Séptimo Día”
Editorial: APIA
Disponible en la agencia de publicaciones
Requisitos:
Para aprobar el curso de “Doctrinas Básicas Adventistas”, estos son los si-
guientes requisitos:
- Asistir a la clase o talleres al menos un 80% del tiempo.
- Leer el libro de texto y escribir en una página un resumen del contenido
del libro.
- Dar una disertación de una enseñanza o doctrina básica adventista en
su iglesia local.
- Preparar un escrito de una doctrina básica adventista y su explicación
en el mundo contemporáneo.
4
ÍNDICE
Presentación 1.................................................................................................................... 6
Introducción 2.................................................................................................................... 7
• Qué debemos enseñar
• Un gran desafío llamado secularismo
• Cómo piensan y actúan los secularizados
5
PRESENTACIÓN
6
INTRODUCCIÓN
Uno de los tres pilares del Ministerio de Jesús, cual es el uso de los princi-
pios del Evangelio (Mt 4: 23). Como continuadores de su misión tenemos el
privilegio de enseñar la palabra de Dios a quienes no la conocen. Sabemos
qué “ de igual importancia que el esfuerzo público es, la de casa en casa, en los
hogares de la gente” 2. Esta obra adquiere mayor importancia a medida que
se va cerrando el cerco del Gran conflicto. Por esa razón, el Instituto de Ca-
pacitación para Evangelismo ha puesto en su programa curricular este curso
en el que se analizará, cómo facilitar la enseñanza de las doctrinas adventistas
básicas. Ellas aparecen resumidas en esta introducción.
Conscientes de que algunas personas tienen dificultades para aceptar al-
gunas de las 28 doctrinas bíblicas fundamentales, las cuales están resumidas
en esta introducción. En este manual encontrará algunas ideas prácticas para
facilitar su enseñanza.
LA BIBLIA
LA DEIDAD
7
EL PADRE
EL HIJO
EL ESPÍRITU SANTO
LA CREACIÓN
LA NATURALEZA HUMANA
LA GRAN CONTROVERSIA
10
LA EXPERIENCIA DE LA SALVACIÓN
En su infinito amor y misericordia, Dios hizo que Cristo, que no
conoció pecado, fuese hecho pecado por nosotros (Gá 3:13-14), con
el fin de que pudiésemos ser hechos justicia de Dios en Él (2 Co 5:17-21;
Jn 3:16; Gá 1:4; 4:4-7; Tit 3:3-7). Guiados por el Espíritu Santo, sentimos
nuestra necesidad, reconocemos nuestra pecaminosidad, nos arrepenti-
mos de nuestras transgresiones (Jn 16:8), y ejercemos fe en Jesús como
Señor y Cristo, como sustituto y ejemplo (Gá 3:13-14; 1 Pe 2:21-22). Esta
fe que recibe la salvación viene por medio del poder divino de la Palabra
(Ro 10:17), y es el don de la gracia de Dios (Lc 17:5; Mr 9:23-24). Por
medio de Cristo somos justificados, adoptados como hijos e hijas de Dios,
y librados de la tiranía del pecado (Ef 2:5-10; Ro 3:21-26; Col 1:13,14).
Por medio del Espíritu nacemos de nuevo y somos santificados; el Espíritu
renueva nuestras mentes (Ro 12:2), escribe la ley de amor de Dios en nues-
tros corazones (He 8:7-12), y nos concede el poder de vivir una vida santa
(Ro 8:14-17; Ez 36:25-27). Al permanecer en él, llegamos a ser partici-
pantes de la naturaleza divina (Gá 3:26; Jn 3:3-8; 1 P 1:23), y recibimos la
seguridad de la salvación ahora y en el juicio (2 P 1:3-4; Ro 8:1-4; 5:6-10).
CRECIENDO EN CRISTO
. LA IGLESIA
. EL REMANENTE Y SU MISIÓN
13 La iglesia universal está compuesta por todos los que creen verda-
deramente en Cristo, pero en los últimos días, que son una época de
extensa apostasía, hay un remanente que ha sido llamado para guardar
los mandamientos de Dios y la fe de Jesús. Este remanente anuncia la
llegada de la hora del juicio, proclama la salvación por medio de Cristo, y
levanta su voz para anunciar la proximidad de su segundo advenimiento.
Esta proclamación está simbolizada por los tres ángeles de Apocalipsis 14,
coincide con la obra de juicio en el cielo y resulta en una obra de arre-
pentimiento y reforma en la tierra. A todo creyente se lo llama para que
tenga parte individual en el testimonio mundial de la iglesia. Dn 7:9-14; Is
1:9; 11:11; Jer 23:3; Mi 2:12; 2 Co 5:10; 1 P 1:16-19; 4:17; 2 P 3:10-14; Jud 3, 14; Ap 12:17;
14:6-12; 18:1-4.
11
LA UNIDAD DEL CUERPO DE CRISTO
EL BAUTISMO
. DONES ESPIRITUALES
12
amor para el bien común de la iglesia y la humanidad. Dados por la agen-
cia del Espíritu Santo, el cual reparte a cada miembro según su voluntad,
los dones proveen todas las capacidades y ministerios que necesita la iglesia
para cumplir sus funciones divinamente ordenadas. Según las Escrituras,
dichos dones incluyen los ministerios de la fe, sanidad, profecía, procla-
mación, enseñanza, administración, reconciliación, compasión, servicio
abnegado y caridad, para ayuda y apoyo del pueblo. Algunos miembros
son llamados por Dios y son capacitados por el Espíritu para realizar fun-
ciones reconocidas por la iglesia en el ministerio pastoral, evangelístico,
apostólico y de enseñanza, estos se necesitan especialmente para equipar
a los miembros para el servicio, para edificar la iglesia hasta la madurez
espiritual, y con el fin de promover la unidad de la fe y del conocimiento
de Dios. Cuando los miembros usan estos dones espirituales como fieles
mayordomos de la multiforme gracia de Dios, la iglesia se ve protegida de
la influencia destructora de las falsas doctrinas, crece con el conocimiento
que viene de Dios, y se ve fortalecida en la fe y en el amor (Ro 12:4-8; 1 Co
12:9-11, 27, 28; Ef 4:8, 11-16; Hch 6:1-7; 1 Ti 3:1-13; 1 P 4:10, 11).
. EL DON DE PROFECÍA
18 Uno de los dones del Espíritu Santo es la profecía. Este don cons-
tituye un rasgo que identifica a la iglesia remanente, y se manifestó en
el ministerio de Elena G. de White, por haber sido la mensajera del Se-
ñor. Sus escritos proveen una fuente de verdad perdurable y autoritativa,
que provee para la iglesia consuelo, conducción, instrucción y corrección.
Además, hacen claro el hecho de que la Biblia es la regla con la cual se
debe probar toda enseñanza y experiencia (Jl 2:28-29; Hch 2:14-21; He
1:1-3; Ap 12:17; 19:10).
. LA LEY DE DIOS
13
. EL SÁBADO
LA MAYORDOMÍA
. LA CONDUCTA CRISTIANA
22 Hemos sido llamados a ser un pueblo piadoso que piensa, siente y ac-
túa en armonía con los principios del cielo. Con el fin de que el Espíritu
Santo reproduzca en nosotros el carácter de nuestro Señor, nos ocupamos
únicamente en actividades que produzcan pureza cristiana, salud y gozo
en nuestras vidas. Esto significa que nuestras diversiones y entretenimien-
tos deben hallarse a la altura de las más elevadas normas de la belleza y el
gusto cristianos. Sin dejar de reconocer las diferencias culturales, nuestra
vestimenta debe ser sencilla, modesta y presentable, como corresponde
en el caso de individuos cuya verdadera belleza no consiste en el adorno
exterior, sino en el ornato incorruptible de un espíritu manso y apacible.
Significa además que por cuanto nuestros cuerpos son templo del Espíritu
Santo, debemos cuidar de ellos en forma inteligente. Junto con el descan-
so y el ejercicio adecuado, debemos adoptar el régimen alimentario más
14
sano posible, y abstenernos de los alimentos impuros que identifican las
Escrituras. Ya que las bebidas alcohólicas, el tabaco y el uso irresponsa-
ble de drogas y narcóticos son dañinos para nuestro organismo, debemos
abstenernos también de ellos. En vez de usarlos debemos ocuparnos en
todo lo que contribuya a colocar nuestros pensamientos y cuerpos bajo
la disciplina de Cristo, quien desea para nosotros gozo, bondad y salud
perfecta (Ro 12:1, 2; 1 Jn 2:6; Ef 5:1-21; Fil 4:8; 2 Co 10:5, 6; 6:14-7:1; 1 P 3:1-4;
1 Co 6:19-20; 10:31; Lv 11:1-47; 3 Jn 2).
. MATRIMONIO Y FAMILIA
. LA MUERTE Y LA RESURRECCIÓN
26 La paga del pecado es muerte. Pero solo Dios, que es inmortal, otor-
gará la vida eterna a sus redimidos. Hasta ese día la muerte es un estado
de inconsciencia para toda la gente. Cuando Cristo, que es nuestra vida,
aparezca, los justos resucitados y los justos vivos serán glorificados y al-
zados para encontrarse con su Señor. La segunda resurrección, la de los
impíos, sucederá mil años después (Ro 3:23; 1 Ti 6:15,16; Jn 11:11-14; Col
3:4; 1 Co 15:51-54; 1 Te 4:13-17; Jn 5:28, 29; Ap 20:1-10).
. LA TIERRA NUEVA
17
nuestra misión no depende de los resultados que obtenemos (Ez 2:4-5, 7) sino
de los objetivos redentores de Dios (Mr 16:15-16). Sea como fuere, tenemos
que encontrar mejores formas de enseñar las doctrinas bíblicas básicas que
las que estuvimos usando hasta aquí. Por eso planteamos la pregunta: ¿Qué
estrategia seguir para enseñarle la Biblia a los secularizados? Para descubrirla,
tratemos de entender cómo piensan y actúan.
1
Finley, Mark, Studying Together (Fallbrook, CA: Hart Publications, 1991)
2
White, Elena G. de, Obreros Evangélicos, 377, año 1915
3
White, Elena G. de, Manuscrito, 121, 1897.
4
White, Elena G. de, Review and Herald, 30 de septiembre, 1902.
18
Plantaación
Plantación nd dee
Cómo enseñar la Biblia y
UNIDAD las doctrinas esenciales
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nuevas
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de la salvación
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INTRODUCCIÓN
En la introducción de este manual encontrará el enunciado de cada una de
ellas y los versículos que las sustentan. Aquí daremos prioridad al enfoque que
podríamos dar a su enseñanza y cómo actuar ante las preguntas y objeciones
más frecuentes.
En esta unidad veremos cómo estudiar las doctrinas de la Biblia, la salva-
ción y el bautismo.
Debido a que los católicos tienen más problemas que los evangélicos para
aceptar las doctrinas abordadas en este capítulo, les dedicaremos a ellos más
espacio en las explicaciones.
19
Enseñar como quien no está enseñando
El punto de referencia más confiable del adulto es su propia experiencia.
Aparentemente da mejores resultados enseñar como quien no está enseñan-
do. Esto es, facilitar la información informalmente; mientras se conversa; o
contar experiencias breves, que “casualmente” dan la información necesaria
para entender el asunto que se está tratando. Si la historia o experiencia es del
interesado, mejor todavía.
Aparentemente la manera más eficaz para que el adulto acepte y adopte
una idea nueva es crear el ambiente para que la persona sienta que ella descu-
brió la solución o el asunto en cuestión. Hacer esto es todo un arte que lleva
tiempo, pero es una aventura interesante y productiva. Quizá lo mejor sea que
usted haga su propia experiencia, evalúe sus resultados y ajuste la estrategia
de acuerdo a ella.
El manejo de la Biblia
Muchos católicos tienen una Biblia, pero no todos la estudian. En el pasado
dedicábamos algunos minutos para darles una corta clase de fuentes bíblicas.
Les explicábamos cómo fue escrita, quiénes la escribieron, en qué consisten el
Antiguo y el Nuevo Testamento, los libros, capítulos, versículos, etc. Hoy las
cosas son diferentes. La persona necesita saber todo eso y más, pero parece
que al adulto no le interesa que se lo expliquemos. Quizá sea porque es un
enfoque teórico y, además, porque al adulto no le gusta que le enseñen. Ge-
neralmente le gusta descubrir o aprender por sí mismo. Por eso es más fácil
enseñarle como quien no le está enseñando, mediante comentarios hechos al
paso, o contando cortas experiencias. En lugar de dar toda la información en
bloques, con cierto sabor formal, académico, podríamos ir fraccionando la
información. Por ejemplo:
- En el momento en que le ayudamos a encontrar el primer versículo po-
demos decirle que, para encontrar más fácil la parte que nos interesa, los
libros de la Biblia están divididos en capítulos y versículos.
- Cuando sea posible, dejemos que el interesado comente lo que está descu-
briendo en la Biblia, o qué está entendiendo de los versículos que se están
leyendo.
- Al ayudarles a encontrar un versículo del Antiguo Testamento, por ejem-
plo, Números 12:6, podemos comentar que Números, que fue escrito por
Moisés en el siglo XV AC. Está en la parte de la Biblia que llamamos An-
tiguo Testamento y tiene 39 libros.
- Al buscar otro versículo, por ejemplo, 2 Timoteo 3:16, podemos comen-
tar que “eso fue escrito después de Cristo, por San Pablo. Por eso está en
la parte de la Biblia que llamamos Nuevo Testamento. Lo que a mí me
sorprende es descubrir que, a pesar de los quince siglos que pasaron desde
20
que se comenzó a escribir el Antiguo Testamento, hasta que se terminó
de escribir el Nuevo, toda la Biblia tiene una armonía impresionante. Eso
me hace pensar que hubo una mente que inspiró a los 44 autores que la
escribieron. En realidad es eso lo que dice San Pedro en 2 Pedro 1:19-21.”
- Al buscar otro versículo, podemos mencionar que entre los dos testamen-
tos totalizan 66 libros. Eso es una verdadera biblioteca sagrada. Por eso la
llamamos Biblia. Etc.
Los versículos que podemos utilizar
En la introducción de este manual, bajo el título Qué es lo que debemos en-
señar, encontrará las 28 doctrinas fundamentales. La primera de ellas es La
Biblia. Allí encontrará el resumen de dicha doctrina con los versículos que la
fundamentan. Usted encontrará más referencias bíblicas en Creencias de los
Adventistas del Séptimo Día, preparado por la Asociación Ministerial de la
Asociación General.2
Las pruebas de la inspiración de la Biblia
La gente necesita confiar en ella. Habría que proveerles elementos de juicio
que les ayuden a creer que la Biblia es la revelación de Dios para guiar la vida
del ser humano. ¿Cómo hacerlo? Teniendo en cuenta que la mayoría no está
familiarizada con el manejo de la Biblia, no conviene que los estudios bíblicos
sean muy largos. Es mejor estudiar en un siguiente encuentro, cuáles son las
razones por las cuales podemos confiar en la Biblia.
Hace como un siglo que los adventistas usamos el cumplimiento de las
profecías sobre Tiro, Sidón, etc., para demostrar que la Biblia es la Palabra de
Dios. El enfoque es legítimo, pero sería mejor alcanzar dos objetivos al mismo
tiempo:
1. Usar las profecías como prueba de la inspiración de la Biblia.
2. Disipar algunos temores y prejuicios que el católico promedio tiene
contra los adventistas y los protestantes en general.
Un ejemplo de un área de prejuicios: Los dogmas marianos de la inmacu-
lada concepción (promulgado por Pío IX en 1854) y de la asunción (promul-
gado por Pío XII en 1950), con todos los aspectos del culto a María crearon
un enfrentamiento inevitable entre católicos y cristianos no católicos. Estos
últimos esgrimieron argumentos bíblicos válidos, pero dieron la impresión de
estar contra la virgen. Quizá por eso muchos católicos temen estudiar la Biblia
con nosotros. ¿Cómo “matar los dos pájaros de un tiro” y ayudarles a confiar
en la Biblia y no temer estudiarla con nosotros? ¡Estudiando las profecías me-
siánicas, incluyendo las que hablan de María! Veamos algunos ejemplos:
1. Unos 700 años antes de Cristo estaba profetizado el lugar de su naci-
miento. Mi 5:2 profetizó que el Mesías iba a nacer en Belén de Judá.
21
- ¿Qué ocurrió? San Lucas nos confirma que la profecía se cumplió (S.
Lucas 2:1-7).
- ¿Cómo fue posible? Is 46:9-10 lo revela.
23
Algunos problemas
Los católicos aceptan que la Biblia es la Palabra de Dios, pero tienen algu-
nos problemas derivados de su teología, especialmente de ciertos dogmas. Por
ejemplo, los libros apócrifos y la llamada sagrada tradición.
Los apócrifos de las traducciones católicas
Las traducciones católicas incluyen los siete libros apócrifos del Anti-
guo Testamento. Apócrifo significa “falso, espurio o rechazable”.4 Los católi-
cos los llaman deuterocanónicos, que significa de segunda inspiración. Fueron
escritos en el período comprendido entre el Antiguo y el Nuevo Testamento.
Cuando Jerónimo tradujo la Biblia al latín no quiso incluir los apócrifos, pero
el papa le ordenó que lo hiciera. Entonces Jerónimo incluyó una nota dicien-
do que esos libros fueron traducidos como información.
¿Por qué los apócrifos no forman parte del canon sagrado?
1. S. Pablo dice que Dios les confió a los judíos el canon del Antiguo Testa-
mento (Ro 3:1- 2). Como ellos no incluyeron a los apócrifos en el canon,
nosotros no deberíamos considerarlos sagrados
2. Jesús citó los libros del Antiguo Testamento pero no citó a los libros
apócrifos. Esto evidencia que Él no los consideró como una fuente de
revelación para los cristianos.
3. La manera como termina el libro apócrifo de 2 Macabeos es elocuente:
“Así pasaron los acontecimientos relacionados con Nicanor. Como desde
aquella época la ciudad quedó en poder de los hebreos, yo también ter-
minaré aquí mismo mi relato. Si ha quedado bello y logrado en su com-
posición, eso es lo que yo pretendía; si imperfecto y mediocre, he hecho
cuanto me era posible. Como el beber vino solo, o sólo agua es agradable
y de un gusto delicioso, igualmente la disposición grata del relato encanta
los oídos de los que dan en leer la obra. Y aquí pongamos fin. “(2 Maca-
beos 15:37-3 9 Biblia de Jerusalén). Si el autor no pretendió escribir sus
libros por revelación, haríamos mal en incluirlos en la Biblia.
La tradición católica
26
juntos, pidiendo la luz del Espíritu Santo para entender la Palabra que
el mismo Espíritu inspiro (2 P 1:21), y hagamos como los bereanos. Ellos
escudriñaban las Escrituras para ver si esas cosas eran así (Hch 17:11).
Un aspecto práctico:
Aunque algunos tienen buena memoria y son capaces de recordar los versí-
culos que resuelven diversos problemas teológicos, parece más práctico anotar,
junto a los versículos que crean dudas, las referencias bíblicas que los resuel-
ven. Por ejemplo: junto a Santiago 5:16, podríamos anotar 1 Jn 2:1-2; 1:9; Mt
6:9-12: Is 43:25. Que nos ayudan a entender que los pecados se confiesan a
Dios, en oración, y que es Él quien los perdona.
Un poco más adelante veremos cómo resolver algunas de las dudas teológicas
más frecuentes.
3. La parte testimonial de la salvación. Recuerde que las ilustracio-
nes son útiles, pero el testimonio es más poderoso. Hechos 1:8 dice que
tenemos que evangelizar mediante el testimonio. Cuando el endemo-
niado de Gadara compartió su testimonio, interesó en el evangelio a
toda la región que acababa de rechazar a Cristo (Lc 9:37-40). Lo mismo
ocurrió con el testimonio de la Samaritana (Jn 4:28-39).
27
versión que conocemos personalmente especialmente si son fácilmente
comprobables por el interesado. Pero ningún testimonio supera el poder
de nuestra propia experiencia.
• ¿Cuáles son las características de un testimonio eficaz? Los testimonios
deben ser breves y al punto. Recuerde que los testimonios no tienen
como objeto establecer comparaciones ni ganar una polémica. Ellos
deberían mostrar «cómo funciona» el evangelio en la vida real. Por eso
conviene, en forma breve y al punto, contar:
El confesionario y el perdón
Comencemos a estudiar el tema a partir de aquello que el católico sabe y
acepta. Por ejemplo, a partir del Padre nuestro
1. En el Padrenuestro Jesús nos enseña que debemos confesarle el
pecado directamente a Dios; en oración. (Mt 6:9,12).
2. Como Jesús es Dios (Jn 1:1-3), Él tiene poder para perdonar los peca-
dos. (Mr 2:5-11; Jn 14:6; He 4:14-16).
3. S. Pedro apóstol enseñó que se debe pedir perdón directamente
a Dios. (Hch 8:18-22; Hch 4:12). Eso es lógico, porque hay que pedir
perdón al ofendido y es el ofendido quien debe perdonar.
Algunos evangélicos piensan que una vez que una persona viene a Cristo
no puede perder nunca la salvación. A primera vista pareciera como que Jn
30
10:28 dijera eso, pero no es así. Ahora bien, ¿Cómo explicárselo a aquel que
piensa lo contrario? Elena de White aconseja: “Primero, debemos presentar
las verdades que tenemos en común y obtener la confianza de los oyentes; en-
tonces, a medida que los atraigamos, podemos avanzar despacio, con el tema
que se presente” 13
b. ¿Por qué será que la Biblia dice que «el que perseverare hasta el fin
será salvo?» (Mt 10:22; 24:13). En 2 P 2:19-22, Pedro dice que los que
vuelven al pecado están en una situación peor que antes de convertir-
se. He 10:26-27 es más elocuente todavía: quien peca voluntariamente,
después de haber conocido el evangelio, no queda cubierto por la gra-
cia. Está perdido. Ap 3:5 da a entender que es posible borrar del libro de
la vida el nombre del apóstata. En 1 Co 9:27 Pablo dice que, con todo
que él era apóstol de Jesucristo, si no permanecía fiel hasta el fin podría
ser eliminado.
La predestinación
Algunos toman ciertos versículos y piensan que Dios predestino arbitraria-
mente a ciertas personas para salvarse y a otras para perderse, sin tomar en
cuenta lo que ellas elijan. Veamos lo que enseña la Biblia:14
1. Dios hizo provisión de la salvación desde antes de la fundación
del mundo (1 Pe 1:20; Ap 13:8) Pero no salva a una persona contra su
propia voluntad (1 Ti 2:4).
2. Dios no discrimina. Él quiere que todos se salven (1 Ti 2:4; Ez
33:11; Is 55:1; Ap 22:17).
31
3. Dios apela al corazón de los pecadores para que acepten su gracia
y se salven (Ez 18:30-32).
4. Dios salva a aquellos que aceptan su gracia y creen en Jesús como
su salvador (Jn 3:16-21; 1:12-13).
5. Dios tendrá que condenar a quienes rechazan deliberadamente el
regalo de la salvación (Jn 3:18-120; 15:22).
EL BAUTISMO CRISTIANO
El bautismo de bebés
Agustín decía que todos estábamos seminalmente en Adán. Cuando Adán
peco, todos pecamos. Como consecuencia de ello, se instituyó el bautismo de
los párvulos, argumentando que debía borrárseles el pecado original. Ahora
bien, ¿Qué dice la Biblia?
1. Entendemos por “sentido común” ese código mental automático integrado por lo
que nos enseñaron dogmáticamente durante nuestra primera infancia, el estilo de
33
vida de nuestra comunidad y lo que nosotros experimentamos en la vida. Ese códi-
go mental automático nos dice que algo es correcto o incorrecto antes de haberlo
analizarlo.
2. Asociación Ministerial de la Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día,
Creencias de los Adventistas del Séptimo Día (Florida, Buenos Aires: Asociación
Casa Editora Sudamericana, 1988).
3. Si desea más informaciones sobre cada uno de estos puntos, véase en el Seven-
th-day Adventist Dictionary
4. Diccionario histórico del cristianismo. César Vidal Manzanares. Estella, Navarra: Edi-
torial Verbo Divino, 1999. S.v. “Apócrifo”.
5. Concilio de Trento, Sesión 4,8, del 8 de abril de 1546. Esto fue confirmado por la
Constitución dogmática sobre Revelación del Concilio Vaticano II.
6. Sobre esas fuentes extra bíblicas y el concepto mormón de revelación progresiva,
aconsejamos ver el manual Como Actuar ante los Mormones, preparado por el IIMC.
7. Los Artículos de Fe, artículo 8.
8. El prejuicio mormón contra la Biblia fue generado y alimentado por José Smith,
quien dijo: “Creo en la Biblia tal como se hallaba cuando salió de la pluma de sus
escritores originales. Los traductores ignorantes, los escribas descuidados y los
sacerdotes intrigantes y corruptos han cometido muchos errores.” José Fielding
Smith, Enseñanzas del profeta José Smith (Salt Lake City: La Iglesia de Jesucristo de
los Santos de los últimos Días, 1969), 404.
9. LeGrand Richars (Un apóstol Mormón), A Marvelous Work and a Wonder (Salt Lake
City: Deseret Book, 1979), 128.
10. En este momento Razonamiento a partir de las Escrituras es el principal manual
para el trabajo de puerta a puerta de los testigos. Sustituye a la concordancia de
bolsillo conocida como Asegúrese de Todas las cosas, que utilizaron por muchos
años.
11. Razonamiento a partir de las Escrituras (Watchtower Bible and Tract Society:
Brooklyn, New York, 1989), p. 395.
12. Para más información, véase el manual Cómo actuar ante los testigos de Jehová
que el Internacional Institute of Christian Ministries, de la Asociación General, ha
publicado con el título Reaching and Winning Jehovah Witnesses.
13. White, Elena G. de, Testimonies 3:426.
14. El Seventh-day Adventist Dictionary, bajo el artículo “Predestination”, analiza este
tema con más detalles.
Tu plan de acción
¿Cómo piensan encarar los desafíos que plantea esta lección?
1.
2.
34
Cómo enseñar la Biblia y
UNIDAD las doctrinas distintivas
2 del adventismo
INTRODUCCIÓN
35
Por tres razones:
a. Porque debemos estar seguros de que los entienden bien.
b. Porque les resultará más fácil aceptar las verdades nuevas si
ellas están relacionadas con verdades que conoce y acepta.
c. Porque ellos necesitan tener la seguridad de que los adventistas
no somos legalistas; que creemos en la justificación por la fe.
36
Antiguo Testamento la salvación por la fe en la gracia y después mostrarles la
vigencia de la Ley en el nuevo.
39
que incluyan a todos los 10 Mandamientos. Uno podría titularse La Ley, el
cristiano y su Dios; y el otro La Ley, el cristiano y su prójimo. Si estudiamos
con católicos, al estudiar la Ley, el cristiano y su Dios dedicaremos más tiempo
al segundo Mandamiento.
Versículos útiles
El estudio podría incluir los siguientes versículos:
1. ¿Por qué Dios no quiere que lo adoremos mediante las imágenes?
Porque Dios es Espíritu y pide un culto espiritual (Hch 17:29; Jn 4:23-
24).
2. El Mandamiento prohíbe tanto adorar como honrar o venerar
cualquier tipo de imágenes religiosas (Ex 20:4- 6).
3. La Palabra de Dios es muy clara en decir que las imágenes no
tienen vida, no oyen, no ven ni pueden responder. Por esas razones
considera que pedirles alguna gracia es un acto irracional (Is 44:9-20;
45:20; 46:5-9; 42:17).
4. ¿Qué deberíamos hacer para armonizar nuestra vida con la
voluntad de Dios? (Is 30:21-23).
2. ¿Cuáles son los versículos que dicen que el domingo es un día santo?
3. ¿Cuáles son los versículos que dicen que el domingo sustituye al Sábado?
4. Conclusión:
43
2. Mr 16:1-2. Al igual que Mateo, Marcos dice que era el día siguiente al
día de reposo y agrega un detalle: fueron a hacer las compras que no
debían hacer en el día santo del Señor (Neh 13:16-22). Este versículo
fue escrito por lo menos un cuarto de siglo después de la Resurrección.
El hecho de que no aclare “porque todavía no lo guardaban como día
santo”, demuestra que el domingo era un día común. Era el primer día
[a partir] del día de reposo.
4. Jn 20:1. Este versículo cuenta que María no fue a la tumba para festejar
la resurrección, porque ella ni siquiera sabía que hubiese resucitado (Jn
20:1-2). Los discípulos tampoco lo sabían (Jn 20:3-18). El hecho de que
Juan escribió esto casi 70 años después de la resurrección y todavía lla-
ma a ese día como el primer día [a partir] del día de reposo revela que la
resurrección de Cristo no había santificado a ese día. Si a eso le agrega-
mos el hecho de que el enfoque de Juan es más teológico que histórico,
habría que admitir que la iglesia apostólica no guardaba el domingo,
sino el Sábado como día de reposo. Pero Juan hace dos referencias más
al día de la resurrección.
5. Jn 20:19. Habla de una reunión en el día que Jesús resucitó. Pero no era
para festejar la resurrección. Allí dice que estaban encerrados por mie-
do de los judíos. Entonces se les apareció Jesús, para animarlos y para
darles pruebas de que había resucitado.
6. Jn 20:26. Dice que ocho días después seguían encerrados y que alguno
de ellos todavía no creía que Jesús hubiese resucitado.
Si tenemos en cuenta que el evangelio de Juan sería el último libro de la
Biblia que fue escrito; y que el apóstol dedica casi la mitad de su evangelio
a la semana de la crucifixión (Jn 12:1-19:42) y al periodo post resurrección
(Jn 20-21); y que Juan dice haber escrito todo lo que necesitamos saber para
44
creer en Cristo y ser salvos (Jn 20:31), el hecho de que Juan llama al día de la
resurrección primer día [a partir] del día de reposo (Jn 20:1), evidencia que la
Biblia no nos enseña a guardar el domingo en recuerdo de la resurrección. Al
contrario, nos manda a guardar el Sábado.
7. Hch 20:7 Registra una reunión religiosa en el primer día [a partir]
del sábado. No era para conmemorar la resurrección. Allí dice que Pa-
blo alargó el discurso hasta la medianoche porque salía de viaje a la ma-
ñana siguiente. Si tenemos en cuenta que en la Biblia el día comienza
a la puesta de sol y termina 24 horas después cuando vuelve a ponerse
el sol (Gn 1:5, 8, 13, 19, 23, 31; Lv 23:32), llegaremos a la conclusión
de que se trata de una reunión sabática que se prolongó hasta la me-
dianoche. O sea, durante la primera parte que es la parte nocturna) del
primer día de la semana.
8. 1 Co 16:1-3. Pablo no habla de ir a la iglesia ni de guardar el día de
la resurrección. En realidad ni menciona la resurrección. Él dice que el
primer día de la semana, o sea cuando ya no es mas día reposo; cuando
ya se pueden atender las cuestiones financieras, laborales, etc., hagan un
presupuesto para ver cuánto podrían dar para ayudar a los damnifica-
dos de Jerusalén (Hch 11:28-30).
45
acción de gracias, en la intimidad filial y en la amistad esponsal.” 1
El documento cita como 28 textos bíblicos que señalan al sábado como
día de reposo, pero termina diciendo que “los cristianos, percibiendo la ori-
ginalidad del tiempo nuevo y definitivo inaugurado por Cristo, han asumido
como festivo el primer día después del sábado, porque en él tuvo lugar la
resurrección del Señor.” En otras palabras: Desobedecen al Mandamiento de
Dios y pretenden honrarlo con lo que Él nunca pidió. Es algo parecido a la
ofrenda de Caín, aunque más grave, porque pretende dar visos de santidad a
la desobediencia consciente. Sin duda que se trata de una situación parecida a
la que condeno Jesús (Mt 15:3-9; Mr 7:6-13).
Apocalipsis 1:8
Como fue visto un poco más arriba, el Nuevo Testamento no usa la palabra
Domingo. Tampoco usa la expresión “día del Señor para referirse al día de la
resurrección de Cristo. Usa la expresión “una día [a partir] del Sábado”, que
puede traducirse como primer día de la semana. Entonces, ¿De qué día del
Señor habla Ap 1:10?
Si se refiere a un día de la semana específico, y teniendo en cuenta que Jesús
dijo que Él era el Señor del Sábado (Mt 12:8; Mr 2:28; Lc 6:5), y que Dios
llama al Sábado “mi día santo” (Is 58:13) habría que concluir que Ap 1:10
está hablando del día establecido por el Señor en el cuarto Mandamiento (Ex
20:8-11): el Sábado.
Quizá la posibilidad más coherente con el simbolismo escatológico del Apo-
calipsis es que Juan se está refiriendo al día de la venida de Cristo. Hay dos
razones para pensar así:
1. Cuando Juan dice en el Apocalipsis: “yo fui en el espíritu”, significa que
fue transportado en visión a un determinado lugar o a un determinado
momento (Ap 4:2; 17:3).
2. Teniendo en cuenta que, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testa-
mento, el día del Señor es la segunda venida de Cristo (Is 13:6; Ez 30:3;
Mal 4:5; 1 Co 5:5; 2 P 3:10) habría que concluir que Juan fue trasladado
en visión a la segunda venida del Señor.1 Esa idea es coherente con el
contexto inmediato, ya que tres versículos antes (Ap 1:7) Juan describe
la segunda venida de Cristo.
47
El indujo a Adán y Eva a dudar de la palabra que Dios, a independi-
zarse de ella y pecar; asegurándoles: “No moriréis” (Gn 3:1-4). Por lo
tanto la doctrina de la inmortalidad incondicional del alma y el pecado
nacieron juntas y tienen el mismo padre. Sin duda que Pablo podría
haberla incluido en la lista de las doctrinas de demonios que menciona
en 1 Timoteo 4:1. 1
- Las religiones y las filosofías paganas adoptaron la doctrina
de la inmortalidad incondicional del alma que la serpiente anti-
gua propuso en el Edén. Los egipcios podrían haber sido los primeros
en fomentar esa creencia. Posteriormente algunos escritores griegos se
apropiaron de ella y la presentaron como propia.
- El catolicismo la heredó del paganismo. La doctrina de la inmor-
talidad incondicional del ser humano no es aceptada por las Sagradas
Escrituras 2 porque sólo Dios tiene inmortalidad incondicional (1 Ti
6:16; 1:17; Ro 1:23). El cristiano está llamado a buscarla mediante
Jesucristo (Ro 2:7; 1 Ti 2:10), el cual se la dará después de su segunda
venida (2 Co 15:53-54). Durante la Edad Media el catolicismo abrió
sus puertas a la filosofía, especialmente a la corriente platónica de
Agustín y a la aristotélica de Tomás de Aquino. La filosofía trajo con-
sigo algunos conceptos ajenos a la Biblia. Uno de ellos fue la doctrina
de la inmortalidad del alma.
- Los protestantes la heredaron del catolicismo. La reforma se centró
especialmente en el retorno a la Biblia como única fuente de reve-
lación divina y a la justificación por la fe en la gracia y los méritos
que Cristo hizo en favor del ser humano. Esa gigantesca tarea no les
dejó margen de tiempo para investigar en profundidad otras doctrinas
que se habían deteriorado durante la Edad Media. Quizá por eso los
protestantes heredaron del catolicismo la doctrina anti bíblica de la
inmortalidad incondicional del alma.
Qué es el hombre
1. El alma consciente del ser humano vino a la existencia como resultado
de la unión de dos elementos que no son naturalmente conscientes: El
polvo de la tierra y el soplo o aliento de vida (Gn 2:7).
2. La Biblia usa la palabra alma unas 1600 veces, pero nunca dice que es
inmortal. Ella dice que cuando el pecado, el alma viviente llegó a ser
alma mortal (Is 52:12; Ez 18:4, 20).
3. La Biblia dice que cuando el ser humano muere las cosas vuelven al
estado anterior a la existencia de la vida. En otras palabras, se disocia
la unidad viviente y pensante, por lo que el polvo vuelve a la tierra,
como era; y el espíritu vuelve a Dios, que lo dió (Ec 12:7). ¿Qué carac-
48
terísticas tenía el espíritu de vida que Dios le dio al hombre? Gn 2:7 lo
llama “aliento de vida”. Job lo llama “hálito de Dios en mis narices” (Job
27:3). Por lo tanto no se refiere a un alma consciente.
4. Cuando el ser humano muere, queda inconsciente, como los que duer-
men (Jn 11:11-14; Ec 9:5; Sal146:4; 115:17; 6:5).
5. Los muertos resucitarán, esto es, volverán a la vida. Por eso recupera-
rán su consciencia y recibirán su recompensa (Job 19:25-26; Jn 5:28-
29; 2 Te 4:13-18; 1 Co 15:51-54; 2 Ti 4:7-8).
Este incidente se parece mucho al diálogo entre Eva y la serpiente usada por
Satanás en Edén.
1. Saúl se había apartado de Dios, y éste ya no le respondía (1 S 16:14).
Entonces acudió a alguien que, al igual que la serpiente de Edén, se
prestaba como instrumento para comunicarse con espíritus ajenos al
ámbito de Dios (1 S 28:7). Entonces le ocurrió algo parecido a lo que les
ocurrirá a los reyes de los que habla Apocalipsis 16:14.
2. Samuel estaba muerto (1 S 28:3), y “los muertos nada saben” (Ec 9:5).
Por lo tanto no era Samuel el espíritu que le apareció a Saúl. Tampoco
fue el Espíritu de Dios, porque Saúl dijo que Dios ya no le respondía (1
S 28:6, 15). En ese caso, queda una única y sombría alternativa: era una
manifestación satánica. Era lo que hoy llamamos una sesión espiritista.
Esa actividad estaba prohibida en Israel (Dt 18:10-15; Is 47:13-14). Saúl
lo sabía, y murió a causa de ello (1 Cr 10:13).
49
“Partir y estar con Cristo”
Para ser objetivos, deberíamos buscar la explicación de Fil 1:21, 23 en los
escritos del mismo apóstol Pablo. En ellos encontramos al menos dos cosas:
1. Pablo relaciona su deseo con la venida del Señor (Fil 3:20-21; 2 Ti
4:7-8).
2. La partida de la cual Pablo habla ocurrirá en ocasión de la segunda
venida de Cristo. Entonces los muertos fieles resucitarán y, junto con
los fieles vivos, serán transformados y trasladados con el Señor al cielo
(1 Ts 4:14-17; 1 Co 15:51-54).
51
El purgatorio
El concilio de Trento estableció que después de la remisión de la culpa y
de la pena eterna, queda un rato de pena temporal. Si este no se satisface en
esta vida, debe satisfacerse en el purgatorio. Sostiene que las oraciones y obras
buenas de los vivos alivian y abrevian los sufrimientos de los muertos y preten-
de que la misa es un sacrificio propiciatorio que ayuda a quienes están en el
purgatorio. 4 ¿Qué dice la Biblia al respecto?
1. “Cada uno dará a Dios cuenta de si” (Ro 14:12; Ez 18:4, 20). El úni-
co que puede interceder entre Dios y los hombres es Jesús (1 Ti 2:5; Jn
14:6; Hch 4:11-12).
2. La salvación se obtiene exclusivamente por la fe; no por obras (Hch
16:30-31; Ef 2:8-9; Ro 3:24-26).
3. No hay una segunda oportunidad después de la muerte (He 9:27).
4. Los muertos no pueden purgar culpas en el purgatorio porque ellos están
completamente inconscientes (Ec 9:4-6, 10; Sal146:4; Jn 11:11-14).
1
Satanás comenzó su engaño en el Edén. Dijo a Eva: < No moriréis >. Tal fue la pri-
mera lección de Satanás acerca de la inmortalidad del alma, y ha continuado con
este engaño desde entonces hasta hoy, y seguirá con él hasta que haya cesado el
cautiverio de los hijos de Dios”. E. G. de White, Primeros Escritos, 218.
2
La opinión de que nosotros, los seres humanos, somos inmortales porque nues-
tra alma es indestructible a causa de su esencia divina es definitivamente irre-
conciliable con las enseñanzas bíblicas acerca de Dios y del hombre. Emil Brun-
ner, Eternal Hope (Philadelphia: Westminster Press, 1954), 105, 106.
3
Finley, Mark, Studying Together (Fallbrook, CA: Hart Reseach Center, 1991), 53.
4
Roger Le Deaut, director del Séminaire Francais de Roma, dice que la creencia
en una purificación de las almas después de la muerte, al propio tiempo que la
posibilidad concedida a los vivos de ayudar a los difuntos, se halla atestiguada
por primera vez en 2 Mac. 12: 38-46. (Enciclopedia de la Biblia [Ediciones Garriga]
, t. V. columna 1352). En la versión de la Biblia cuya traducción estuvo a cargo de
catorce escritoristas católicos presididos por el Dr. Evaristo Martín Nieto, se afirma
acerca de este pasaje de 2 Macabeos, que es «el texto bíblico más claro acerca
de la existencia del Purgatorio: sólo así puede darse la expiación más allá de la
muerte>> (ed. de 1964, p.576).
52
Los puntos más destacados de esta clase
Haz un resumen de los puntos más destacados de esta clase:
1.
2.
3.
¿Cuáles son los principales desafíos que plantea esta clase? Haz una lista de
ellos:
1.
2.
3.
Tu plan de acción
1.
2.
3.
53
Cómo enseñar las UNIDAD
3
Doctrinas vinculadas con
la Escatología y la
Eclesiología
INTRODUCCIÓN
En esta clase veremos cómo podríamos enseñar las doctrinas vinculadas con
la escatología: la segunda venida y el milenio. También veremos cómo hacer
comprensibles los 2.300 días y cómo ayudar a las personas a identificar la
iglesia de Cristo.
LA SEGUNDA VENIDA DE CRISTO
Cuándo estudiar esta doctrina
No hay una regla fija. Algunos enseñan la segunda venida de Cristo después
de la doctrina de la Biblia. Ellos piensan que el tema despierta interés, pero
confrontar al Rey de Reyes con la conciencia cargada de pecados sería terri-
ble. Para que una persona se interese en la venida de Cristo debería estar en
paz. Por eso sugiero la conveniencia de primero estudiar el plan de salvación
para que la segunda venida se transforme en la “bienaventurada” (Tit 2:13)
del interesado.
Cómo estudiar esta doctrina con los católicos
El adulto acepta con mayor facilidad las ideas nuevas si las puede relacionar
con sus convicciones o experiencias previas. En ese caso, podríamos recordar
que, más o menos por la mitad, el credo católico dice que Jesús “está sentado a
la diestra de Dios Padre Todopoderoso, y de allí ha de venir a juzgar a los vivos
y a los muertos”. Pero no solamente el credo habla de la segunda venida de
Cristo. Esa doctrina es mencionada unas 1.500 veces en la Santa Biblia. Por
cada vez que se predice la primera venida de Cristo en el Antiguo Testamento,
hay ocho predicciones sobre su segunda venida. Es impresionante, pero en el
Nuevo Testamento hay un promedio de un versículo de cada cinco que alude,
directa o indirectamente, a la segunda venida de Cristo.
55
que describe claramente la venida visible de Cristo: ‘Todas las tribus de
la tierra... verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo,
con poder y gran gloria’. En las palabras de estos pasajes no hay nada
que sugiera ni remotamente que la venida descrita en Mt 24 sea diferente
de la que se describe en 1 Te 4. Por lo tanto, ambos pasajes describen un
mismo acontecimiento que sucederá en un mismo momento. Esta es la
enseñanza uniforme de todas las Escrituras”.4
5. “Como ladrón”. En 1 Te 5:2 y otros pasajes, la Biblia dice que Jesús
vendrá “como ladrón en la noche”. ¿Qué quiere decir esa expresión? Un
análisis cuidadoso demuestra que usar esa expresión no significa que Je-
sús vendrá secretamente a robar a sus escogidos. Lo que dice la Biblia es
que vendrá en forma sorpresiva, visible y poderosa (Mt 24:27, 42-44; 17e
5:1-5).
6. Los siete años de la tribulación. Algunos piensan que habrá siete años
entre el “rapto” y la destrucción de los impíos. Las parábolas de Jesús
muestran que la segunda venida de Cristo es el clímax de la historia tanto
para los fieles como para los infieles. Así como no habrá un rapto secreto,
tampoco habrá un periodo de siete años para reconsiderar la vida. “He
aquí ahora es el día de salvación” (2 Co 6:2). El trigo y la cizaña crecerán
juntos hasta la cosecha (Mt 13:30). No hay una segunda oportunidad para
el siervo infiel y negligente (Mt 24:44-51). No hay siete años de separación
entre un evento y el otro. Las ovejas y los cabritos serán separados en el
momento en que el Señor aparezca en las nubes de los cielos. (Mt 25:31-
46).
EL MILENIO
Qué es el milenio
El único lugar de la Biblia donde se habla específicamente del milenio es en
Apocalipsis 20. Dicho capítulo forma parte de la cronología profética de los
acontecimientos finales. Allí dice que el milenio es un período de 1.000 años
entre dos resurrecciones: la resurrección de los justos y la resurrección de los
otros muertos (Ap 20:4-6). No todas las teorías que elaboraron los teólogos son
56
fieles a la revelación que Dios nos da en ese capítulo y, como resultado de ello,
quiebran la natural armonía interna de la Biblia. Veamos algunos ejemplos.
¿1,000 años de paz previos a la venida de Cristo?
Parte del mundo evangélico cree que el milenio es un período de 1.000 años
de paz sobre la tierra, que será establecido por Jesús después de su segunda
venida. A pesar de lo atractiva que resulte, esa doctrina quiebra la armonía
interna de la revelación bíblica. Veamos algunos ejemplos:
1. ¿Cómo serían las condiciones previas a la segunda venida de Cristo?
Mt 24:1-13, 29-31, 38-39; 2 Te 2:1-12; 2 Ti 3:1-9.
2. ¿Dónde estaría Cristo después de su segunda venida? Jn 14:1-3.
3. ¿Cómo quedará la tierra después de la segunda venida de Cristo? No
habrá un milenio de paz sobre la tierra para los fieles, porque el Señor
los llevará con él al cielo (Ap 19:7-9; 1 Te 4:16-17; Jn 14:1-3). No habrá
un milenio de paz sobre la tierra para los impíos, porque el Señor los
destruirá en su venida (2 Te 1:7-8; Ap 19:11-21). En otras palabras: no
habrá un milenio de paz sobre la tierra después de la segunda venida
de Cristo.
57
del Padre (Jn 14:1-3) y la tétrica cena de aves de la tierra (Ap 19:16-21).
Como resultado de esa doble acción, la tierra quedará deshabitada, lo
cual conducirá a las escenas descritas en el capítulo 20.
4. En el capítulo 20 se representa el momento en el cual Satanás, encade-
nado por las circunstancias mencionadas en el punto anterior, no tendrá
a quien tentar. Ap 20:1-3 dice que esa cadena de circunstancias durará
1.000 años.
5. Durante el milenio se desarrollará una solemne escena de juicio en el
cielo (Ap 20:4-5; 1 Co 6:1-4).
6. Satanás será suelto de su prisión cuando acabe el milenio y los impíos
resuciten para recibir la condena resultante del juicio (Ap 20:5-7).
7. Entonces tendrá lugar la batalla final: Encabezados por Satanás, los
impíos intentarán tomar por asalto la santa ciudad (Ap 20:7-8), cuyo
descenso es descrito en Ap 21:1-2, y Dios lanzará una lluvia de fuego
y azufre, el cual se convertirá en un lago destructor de Satanás y todos
sus seguidores (Ap 20:9-10). Esa será lo que la Biblia llama la muerte
segunda” (Ap 20:12-15), la cual erradicará para siempre el pecado y su
originador.
8. Después del milenio vendrá el final feliz. Cuando hayan sido destruidos
Satanás y todos aquellos que se identificaron con su rebelión contra
Dios. La profecía de los cielos nuevos y la tierra nueva alcanzará todos
sus objetivos (Is 66:22-23; 2 P 3:13). Ap 21 y 22 describen su inigualable
hermosura.
59
1. Juan, (símbolo del pueblo de Dios) entra en la profecía, y no por vo-
luntad propia. El escuchó una voz del cielo que lo mandaba a pedir el
librito que estaba en la mano del ángel (Ap 10:8). Evidentemente esto es
símbolo de un proceso guiado por Dios.
2. En el lenguaje de los símbolos proféticos, a Juan se le reveló que “en los
días de la voz del séptimo ángel”, el pueblo de Dios viviría un chasco.
a. La voz del cielo lo mandó a pedir el librito que estaba en la mano del
ángel (Ap 10:8)
b. Juan, siervo de Dios (Ap 1:1), símbolo adecuado del pueblo de Dios,
obedeció a la voz del cielo y pidió el librito (Ap 10:9). En otras pala-
bras, se predice que los creyentes sinceros se dedicarían a investigar
el librito.
c. El revelador le profetizó el chasco: “Toma, y cómelo; te amargará el
vientre, pero en tu boca será dulce como la miel” (Ap 10:9). Quie-
re decir que el cielo impulsó a los creyentes sinceros a “devorar el
contenido de la profecía que hasta entonces había estado “sellada y
cerrada.”
d. La profecía dice que efectivamente, el pueblo de Dios, representado
por Juan, viviría la experiencia del chasco (Ap 10:10).
- Juan recibió más informaciones que las que escribió (Ap 10:4). Así
que es posible que se le hayan revelado los detalles del chasco por el
que pasaría el pueblo de Dios.
- La profecía se cumplió, pero ¿Por qué se nos anunció el chasco
mediante el lenguaje de los símbolos? ¿Por qué no nos llegaron a
nosotros todos los detalles que se le dieron a Juan? No lo sabemos,
pero probablemente los creyentes se hubieran negado a pasar por la
experiencia frustrante del chasco y, a todas luces, Dios sabía que era
necesaria. ¿Por qué? Por la misión que debía cumplir el remanente
de ese chasco.
3. El remanente del chasco sería responsable de re-evangelizar al mundo
(Ap 10:10-11). Entonces nos preguntamos, ¿Por qué los creyentes de-
bían pasar por ese chasco para cumplir con la misión de re-evangelizar
el mundo?
a. Las iglesias que existían cuando estaba por sonar la séptima trompeta
no habían restaurado todas las doctrinas que Dios reveló en su Pala-
bra, ni las restaurarían. La demostración más clara es que hasta hoy
no lo han hecho.
b. Los creyentes amaban a sus congregaciones. Su tendencia era perma-
necer en ellas y seguir creyendo lo que ellas enseñan hasta el día de
hoy. Por causa del traumático chasco de 1844 ellos fueron expulsados
de sus iglesias y se vieron obligados a investigar con oración, temor y
60
temblor. Esa experiencia les permitió redescubrir las verdades echa-
das por tierra durante la edad media.
c. Entonces Dios cumplió su propósito redentor: los mandó por todo el
mundo para re-evangelizarlo (Ap 10:11).
61
16:18). Los apóstoles fueron edificados, al igual que nosotros, sobre Cristo,
el único fundamento válido ante el Señor (Ef 2:20-22; 1 Co 3:11).
3. Cristo es la cabeza de su cuerpo espiritual, que es la iglesia (Ef 1:22) y
como tal retiene el primado dentro de su iglesia (1 Co 1:18).
4. La iglesia es la familia de Dios. Él es nuestro Padre y nosotros, sus hijos,
debemos amarnos con amor fraternal (Mt 23:8; Mt 22:36-40)
5. La iglesia necesita algún tipo de organización. La Biblia menciona una
estructura básica que incluye a los pastores, ancianos, diáconos, etc. (Ef
4:11-12; 14:23; 1 Ti 3:8-9)
6. La iglesia está llamada a mantener los principios establecidos por nuestro
Dios (Hch 6:2; Ap 12:17; 14:12) y proclamar el evangelio a toda criatura
(Mt 28:18-20; Mr 16:15-16).
2. ¿Por qué Jesús no dijo «sobre ti”, Pedro, edificaré mi iglesia? Si Jesús
hubiese querido edificar su iglesia sobre Pedro le hubiese dicho: sobre ti,
Pedro, edificaré mi iglesia. Pero no lo dijo. En lugar de ello Jesús dijo:
a. “Tú eres Petros (πƐθρωσ) y Sobre esta Petra (πƐτρα) edificaré…”.
El hecho de haber utilizado dos palabras diferentes, las cuales no son
sinónimos, evidencia que Pedro (πƐδρσ) es uno y la Petra (πƐτρα) so-
bre la cual se edificaría la iglesia, es otro, diferente de Petros. El signifi-
cado de estos dos vocablos es elocuente:
b. Petros (πƐθρωσ) significa un canto rodado, una piedrecilla.»
c. Petra (πƐτρα) significa roca, acantilado, manto rocoso.
d. Jesús dijo que su iglesia no sería edificada sobre el canto rodado sino
sobre la Roca o acantilado.
64
3. ¿Quién es la Roca o Acantilado?
a. La Biblia enseña que Roca es nombre propio de Dios (Dt 32:18, 31;
Hab 1:12). Teniendo en cuenta que Cristo es Dios (Jn 1:1-3), podría-
mos pensar que la Roca es Cristo. Desde el momento que San Pablo
(1 Co 10:4) y el mismo San Pedro lo dicen (1 P 2:3-4), parece lógico
concluir que esa sería la única alternativa válida.
b. Dios le reveló a Pedro que Jesús es Cristo, el Hijo de Dios (o sea, la Roca
o Acantilado). El idioma hebreo bíblico tenía pocos vocablos. Esto los
obligaba a expresar ciertas ideas mediante vocablos compuestos por
dos o más palabras. Por ejemplo: para referirse a un pacificador, decían
que era un hijo de paz. El nombre Bar Nabé (Hijo de Consolación),
significa Consolador. Bar Ac (Hijo de Luz), significa Iluminado. ¿Qué
significaba, para los contemporáneos de Jesús, el título Cristo, el Hijo
de Dios? Hasta sus enemigos entendieron que significa Divino; en otras
palabras, Dios. Así lo dice el evangelio, Juan 10:24 menciona que los
judíos presionaron a Jesús para que definiera si él era el Cristo, a lo
que Jesús respondió que él era el Hijo de Dios (Jn 10:25). Entonces los
judíos lo consideraron blasfemo y quisieron matarlo porque al identi-
ficarse como Hijo de Dios se estaba haciendo Dios (Jn 10:36, 30-33).
Mateo dice que al final de su ministerio el sanedrín condenó a Jesús a
muerte como blasfemo por haber reconocido que él era el Cristo, el
Hijo de Dios (Mt 26:63-66). Por lo tanto, la Biblia nos revela que los
nombres Petra y Cristo, el Hijo de Dios son sinónimos. Quiere decir
que cuando Pedro, por revelación divina (Mt 16:17) le dijo a Jesús “Tú
eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente” (Mt 16:16), le estaba diciendo:
“Tú eres Dios. Tú eres la Petra”.
4. No sobre Petros (Pedro) Sino Sobre la Petra (Cristo). Jesús señaló
el contraste entre dos seres y sus respectivas funciones.
a. Él dijo: “Tú eres Petros =Canto Rodado
b. Sobre esta Petra (Roca=Dios=Jesús), que tú Petros (Canto Rodado),
acabas de descubrir y confesar8, edificaré mi iglesia” (Mt 16:18).
• Eso hace insostenible la teoría de la autoridad papal porque Pedro fue
Petros (canto rodado) y un sucesor de Petros no podría ser más que
un Petros. Y la iglesia no fue fundada sobre Petros sino sobre Cristo,
la Petra.
• “Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto,
el cual es Jesucristo (1 Co 3:11).
• En vez de nombrar a uno como su cabeza, Cristo dijo de los discípu-
los: “No queráis ser llamados Rabbi”; “Ni seáis llamados maestros;
porque uno es vuestro Maestro, el Cristo”. (Mt 23:8).
65
El primado en la iglesia
Hay varias evidencias neo testamentarias las cuales mostrarían que Jesús no
le entregó el primado a Pedro ni algún otro de los discípulos.
1. Ninguno ejercería el primado. Después del diálogo de Mateo 16 los discí-
pulos seguían discutiendo acerca de quién ejercería el primado (Mt 18:1-
5; Mr 9:33-37; Lc 9:46-48). El hecho de que lo registran tres de los cuatro
evangelios sugiere que era una preocupación generalizada en el grupo, lo
cual insinúa que Jesús no había definido quién tendría el primado.
2. Hasta la semana de la crucifixión Jesús no le había otorgado a nadie
el primado. Por eso Juan y Santiago utilizaron a su madre para que le
pidiera a Jesús el primado (Mt 20:20-21). Entonces el Señor aclaró que
él no tenía potestad para otorgar el primado (Mt 20:22-23). Por lo tanto,
no se lo había dado a Pedro.
3. La reacción de los otros diez apóstoles demuestra que el primado seguía
vacante (Mt 20:24).9
4. En la iglesia no debía existir una cabeza tipo monárquica (Mt 20:25-28).
5. La cabeza de la iglesia es Cristo. Tres décadas después de la ascensión del
Señor Pablo explicó que la cabeza de la iglesia es Cristo (Ef 5:23). Como
Jesús es el todopoderoso y retiene todos sus poderes (Mt 28:18-20) pode-
mos entender que el no necesita un sustituto (Col 1:16-18). Por otro lado
pretender curar el lugar de Cristo sería una presunción grave. El Nuevo
Testamento usa una palabra muy severa para identificar a quien se pone
en lugar de Cristo. Está compuesta por dos términos griegos: Anti [el
que se pone en lugar de; y también el que se opone a] y Xristós [Cristo].
El Representante de Cristo
El Espíritu Santo es el representante de Cristo en la Tierra. Jesús lo aclaró
durante la última cena (Jn 14:16-18,26) Es obvio que no necesitamos otro re-
presentante porque el Espíritu Santo no necesita sucesores porque es Eterno y
Omnipresente (Jn 16:7; 15:26).
Las llaves del reino
Salta a la vista que la frase “las llaves del reino de los cielos” es una expre-
sión metafórica. Siendo así, y a fin de entender mejor lo que Jesús le quiso
decir a Pedro, resulta procedente preguntarnos para qué sirven las llaves. Las
llaves tienen la función de a abrir y/o cerrar el reino de los cielos. La Biblia nos
enseña que las llaves estaban con Cristo (Is 22:22) y siguen estando con él (Ap
3:7). Sin embargo, el evangelio dice que también le fueron dadas a Pedro (Mt
16:19), aunque no exclusivamente. Mateo dice que los otros apóstoles también
las recibieron (Mt 18:18), y no fueron los únicos. Llama la atención descubrir
que antes que ellos, ya las tenían los dirigentes religiosos que rechazaron a
Cristo (Lc 11:52; Mt 23:13). Esos hechos levantan serios interrogantes sobre
66
la teología católica que le atribuye la autoridad de la iglesia a Pedro y a sus
sucesores. Por lo tanto nos obliga a investigar un poco más.
¿Qué es lo que abre el reino de los cielos? De acuerdo al evangelio de Lucas
es una ciencia o conocimiento que tiene la virtud de abrir o de cerrar el reino
de los cielos a las personas (Lc 11:52). 10 El Nuevo Testamento afirma que lo
que abre el reino de los cielos a las personas es creer, arrepentirse, convertirse
y bautizarse (Mr 16:15.16; Jn 3:3-5; Hch 2:27-38). En otras palabras: no se re-
fiere al ejercicio de una autoridad administrativa. Se trataría del conocimiento
del evangelio, el cual está al alcance de todo ser humano (Mr 16:15.16).11.
67
G. de White. El Deseado de todas las Gentes, 382
10.El teólogo católico Juan Strubinger colocó el siguiente comentario en una
nota de pie de plana de Lc 11:52, de su traducción de la Biblia al español:
“La llave del conocimiento de Dios es la Sagrada Escritura (S. Crisosto-
mo). Los escribas y fariseos que la interpretaban falsamente, o la reser-
vaban para sí mismos, son condenados como seductores de las almas. El
pueblo tiene derecho a que se le predique la Palabra de Dios”
11.“Las llaves del reino de los cielos son las palabras de Cristo. Todas las pa-
labras de la Santa Escritura son suyas y están incluidas en esa frase.
Esas palabras tienen poder para abrir y cerrar el cielo. Declaran las con-
diciones bajo las cuales los hombres son recibidos o rechazados. Así la
obra de aquellos que predican la Palabra de Dios tiene sabor de vida para
vida o de muerte para muerte. La suya es una misión cargada de
resultados eternos.” White, El Deseado Para Todas las Gentes, 382.
En resumen:
Los puntos más destacados de esta clase
Haz un resumen de los puntos más destacados de esta clase:
1.
2.
3.
Los desafíos que presenta esta clase
¿Cuáles son los principales desafíos que plantea esta clase? Haz una lista de
ellos:
1.
2.
3.
Tu plan de acción
¿Cómo piensan encarar los desafíos que plantea esta lección?
68
Cómo enseñar las
UNIDAD Doctrinas vinculadas con
4 del cristianismo práctico
INTRODUCCIÓN
69
6. La Biblia nos revela que cuando oramos con fe y pedimos que el Señor nos
responda de acuerdo a su voluntad. Él nos oye (Mt 7:7; Sal 86:7; 1 Jn 5:14;
Mt 21:22; Stg 1:6; S. Jn 14:13; Mt 6:9).
1. Hay un solo mediador. La Biblia enseña que hay un solo mediador entre
Dios y los hombres (Jn 14:6, Hch 4:11-12; 1 Ti 2:5). Por eso Jesús nos
enseñó a orar a Dios, el Padre, en el nombre del Hijo (Jn 14:13).
2. Los muertos no pueden ayudarnos porque están inconscientes. Cuando
una persona muere esta inconsciente, como si durmiera (Jn 11:11-14;
Ec 9:4-6; 12:7; Sal146:4; 104:29; 146:4). Los muertos despertarán a la
vida cuando Jesús vuelva y los resucite (1 Te 4:13-18).
3. Muchas veces rezan a la imagen del santo, o al menos ante ella. Esa
práctica religiosa tiene dos problemas:
a. Las imágenes no ven, ni oyen, ni responden (Is 44:9-20; 46:5-10).
b. Esa práctica viola el segundo Mandamiento de la Ley de Dios (Ex
20:4-6).
EL EVANGELIO DE LA SALUD
Objetivos del mensaje de la salud
1. Honrar a nuestro Creador (1 Co 6:19-20).
“Se debería enseñar a los jóvenes que las leyes de la naturaleza son leyes
de Dios, tan ciertamente divinas como los preceptos del Decálogo. El Señor
ha escrito en cada nervio, músculo y fibra del cuerpo las leyes que gobiernan
nuestro organismo. Toda violación de esas leyes, cometida por descuido o con
premeditación, es un pecado contra nuestro Creador.”1
2. Disfrutar del don de la vida con salud (3 Jn 2; Dt 4:39-40; Ex 15:26).
73
dención (Is 43:1). Nosotros somos sus mayordomos (Sal 8:4-6). Las Escrituras
nos advierten contra el peligro de olvidar que todo, incluso la habilidad para
progresar económicamente, es un don de Dios (Dt 8:11-18). Por eso le devol-
vemos al Señor nuestros diezmos y ofrendas (Lv 27:30, 32; Gn 14:20; 28:22;
2 Cr 31:6).
Testificar
Cuenta brevemente tu experiencia como fiel mayordomo del Señor. Cómo el
Señor cumple en tu vida su promesa de derramar abundantes bendiciones.
El principio
La vida cristiana se caracteriza por la coherencia entre los valores inte-
riores que la fundamentan y la conducta externa que la expresa. Siendo que
la vanidad es incompatible con las virtudes cristianas (Sal 24:4; Sal 119:37,
38), es lógico que el cristiano adorne su cuerpo con una modestia y sencillez
compatible con la humildad de los principios cristianos (Hch 4:46; 2 Ti 2:9;
1 Pe 3:1-4).
Un voto de humildad
La Biblia nos cuenta de creyentes que hicieron una especie de voto de senci-
llez, o de humildad con Dios. Si tenemos en cuenta que al Señor le desagrada
la vanidad expresada por las alhajas (Is 3:16-24: Os 2:13). Entenderemos por
qué, el día en que la familia de Jacob decidió consagrarse a Dios, sepultaron
sus joyas (Gn 35:2-4)
74
EL DON DE PROFECÍA NOS AYUDA A VIVIR
EL CRISTIANISMO PRÁCTICO
¿Quién es un profeta?
El Antiguo Testamento usa tres palabras diferentes para referirse a un pro-
feta.36 Dos de ellas significan vidente, 37 o sea, alguien a quien Dios comunica
un mensaje mediante una representación audiovisual. La otra palabra 38 se re-
fiere a alguien que anuncia, o también proclama un mensaje. La combinación
de estos tres conceptos nos permite entender quién es un profeta:
1. Un profeta es alguien que recibió una revelación de Dios.
a. En algunos casos la revelación era una predicción. Por ejemplo,
cuando Dios le reveló a Daniel la profecía que predecía dos mile-
nios y medio de historia (Dn 2).
b. En otros casos no son predicciones sino principios de vida. Dios
le reveló a su profeta Moisés (Dt 34:10) los principios que debían
regir la conducta de los creyentes (Dt 6:1-3), los cuales cubren una
gama temática muy amplia.
- Educación religiosa de los hijos (Dt 6:4-9).
- Ordenanzas sobre la vida familiar (Nm 30:16).
- Principios de salud (Ex 15:26; Lv 11).
- Los 10 Mandamientos (Ex 24:12).
- Principios humanitarios (Ex 22:22-27; Dt 10:17-19; 24:17-22).
Dios dio el don profético tanto a hombres como a mujeres. El Antiguo Tes-
tamento menciona a tres mujeres con dicho don. Ellas son María, que era la
hermana de Moisés y Aarón (Ex 15:20), Débora (Jue 4:4) y Hulda (2 R 22:14).
El Nuevo Testamento se menciona a otras cinco: Ana (Lc 2:36) y las cuatro
hijas de Felipe (Hch 21:8,9.
75
Un regalo de Dios para su iglesia
El don de profecía, al igual que los otros dones espirituales, es un regalo
que Dios le hace a la iglesia con el propósito de ayudarle a crecer en la gracia
hasta alcanzar la plenitud cristiana (Ef 4:11-13). Este don ha sido siempre
una característica del pueblo de Dios (2 P 121), pero fue prometido en forma
especial para los últimos tiempos (Jl 2:28; 1 Co 1:7), como una característica
sobresaliente de la iglesia verdadera. Ella tendría “el testimonio de Jesús” (Ap
12:17), que es “el espíritu de la profecía” (Ap 19:10).
79
nuestra situación actual, puedo decir: ¡Alabemos a Dios! Mientras contemplo
lo que el Señor ha hecho, me siento llena de asombro y confianza en Cristo
como nuestro caudillo”. 48
b. Jesús citó el Antiguo Testamento. A veces dijo quién era el autor de las
palabras que estaba pronunciando (Mr 13:14; Mt 15:7-9; 22:43-44),
en otros casos dijo que la cita venía del Antiguo Testamento, pero sin
especificar quién la escribió (Mt 4:4, 7, 10; 21:16, 42; 22:31-32; Mr
12:10-11, 25, 26; 14:27; Mt 11:10).
e. Pedro transcribió parte de los escritos del Antiguo Testamento sin de-
cir de dónde lo había tomado y quien era su autor. En 1 P 3:10-12
estaba usando las palabras de Sal 34:12-16 sin decir que las había
escrito David.
81
2. La inspiración implica selección, modificación y adaptación para ex-
presar lo que Dios quiere decir mediante su profeta. Veamos algunos
pocos ejemplos:
a. Simeón uso a Isaías sin citarlo. Las palabras pronunciadas por Si-
meón, quien profetizo movido por el Espíritu Santo (Lc 2:25-28).
Simeón no dice que tomó sus palabras del libro del profeta Isaías,
pero su profecía contiene parte de lo escrito por el citado profeta (Is
42; 6; 49; 6), con cierta reelaboración de la idea.
b. Pedro cito una porción del Antiguo Testamento con la cual existe
una coincidencia conceptual parcial, para agregarle algunos aspec-
tos nuevos que Dios le inspiró (1 P 1:23-25). Un poco después hace
lo mismo, con tres citas correspondientes a dos autores del Antiguo
Testamento (1 P 2:6-9). En esos casos no hay plagio ni contradic-
ción. Sencillamente partió de un punto en coincidencia para expli-
car el mensaje que debía dar al pueblo de Dios.
c. Pablo citó al autor del que tomó las palabras pero reelaborando su
pensamiento (Gá 4:22-31)
d. Jesús citó e hizo lo mismo (Mt 5:21-48; Mr 7:6-13).
El apóstol Pablo distinguía entre aquello que Dios le revelaba y lo que era
su opinión personal (1 Co 7:10-12).
Cuando el profeta transmite la revelación de Dios no se equivoca. Ahora
bien, cuando expresa sus opiniones personales, por supuesto que puede equi-
vocarse. Eso es lo que dijo Elena de White en una carta escrita el 5 de marzo
de 1909:
“La información dada en cuanto al número de habitaciones del Sanatorio
de Paradise Valley no fue dada como una revelación del Señor sino simple-
mente como una opinión humana. Nunca me ha sido revelado el número
exacto de habitaciones de ninguno de nuestros sanatorios, y el conocimiento
que tengo en cuanto a tales cosas lo he obtenido preguntando a los que supo-
nía que estaban informados. En mis palabras, cuando hablo acerca de estos
temas comunes, no hay nada para inducir a la mente a creer que recibo mi
conocimiento en una visión del Señor y que presento eso como tal...”
“Cuando el Espíritu Santo revela alguna cosa acerca de las instituciones de
la obra del Señor, o acerca de la obra de Dios en el corazón y la mente de los
hombres, como ha revelado esas cosas a través de mí en lo pasado, el mensaje
dado ha de ser considerado como luz dada por Dios para aquellos que la ne-
cesitan. Pero es un gran error que uno mezcle lo sagrado con lo común. En
82
una tendencia a hacer esto podemos ver la obra del enemigo para destruir las
almas...”
“Hay oportunidades cuando deben declararse cosas comunes, pensamien-
tos comunes deben ocupar la mente, deben escribirse cartas comunes y se
debe dar información que ha pasado de un obrero a otro. Tales palabras, tal
información, no son dadas bajo la inspiración especial del Espíritu de Dios.
Se hacen preguntas a veces que no tienen nada que ver con temas religiosos, y
esas preguntas deben ser contestadas. Conversamos acerca de casas y tierras,
transacciones comerciales y ubicación para nuestras instituciones, sus ventajas
y desventajas”. 53
Un buen consejo
83
29
White, Elena G. de, Consejos sobre el régimen alimentario, 243.
30
Ibid, 245.
31
White, Elena G. de, Consejos sobre el régimen alimentario, 239, 240,
243.
32
Elena G. de White, Spiritual Gifts, 140, 141.
33
Elena G. de White, El ministerio de curación, 181.
34
Elena G. de White, Consejos sobre el régimen alimenticio, 505.
35
Elena G. de White, El ministerio de curación, 181; Mensajes selectos,
2:341; Medical ministry, 228.
36
Cuando el Nuevo Testamento habla del mensaje de los profetas,
generalmente serefieren a los escritores del Antiguo Testamento,
37
Son las palabras hebreas hózeh y ro’eh.
38
La palabra hebrea más usada es nabí, la cual expresa la idea de
anunciar. O sea que el profeta es alguien que anuncia, o alguien
que proclama un mensaje.
39
White, Elena G. de, Cada día con Dios, 127.
40
White, Elena G. de, Consejos sobre el régimen alimenticio, 491.
41
White, Elena G. de, Consejos sobre la salud, 495.
42
White, Elena g. de, El hogar Cristiano, 163.
43
White, Elena G. de, El ministerio de la bondad, 220.
44
White, Elena G. de, Joyas de los Testimonios, 2:278-279.
45
Algunos se preguntan por qué Elena de White compiló y publicó los Tes-
timonios enviados a personas y a congregaciones específicas. Ella misma nos
da la respuesta: “Delante de mí había una compañía cuyos cabellos y ropas
estaban desgarrados, y cuyos rostros eran el mismo retrato de la desesperación
y el horror. Se acercaron a mí y restregaron sus ropas contra las mías. Al mirar
mis vestidos, vi que estaban manchados de sangre. Volví a caer como muerta
a los pies de mi ángel acompañante. No podía presentar una sola excusa y
anhelaba estar lejos de ese lugar santo. El ángel me alzó y dijo: ‘Este no es tu
caso ahora, pero esta escena ha pasado delante de ti para hacerte saber cuál
será tu situación si descuidas el declarar a otros lo que el Señor te ha revelado.’
Con esta solemne amonestación presente, salí a decir a la gente las palabras de
reproche e instrucción que Dios me diera.
“Los mensajes que era dados para diferentes personas los escribía frecuen-
temente para ellas, haciéndolo en muchos casos en respuesta a su urgente
pedido. A medida que mi obra se extendía, esto llegó a ser una parte impor-
tante y pesada de mis labores. Antes de la publicación del Testimonio No. 15
[1868], me habían enviado muchos pedidos de testimonios aquellos a quienes
había reprendido; pero me hallaba en un estado de gran agotamiento, por
causa de mis pesados trabajos, y rehuía la tarea, especialmente cuando sabía
que algunas de esas personas eran muy indignas, y habla muy poca esperanza
de que las amonestaciones dadas produjesen cambio”.
“Una persona me trajo una pieza de tela blanca, y me pidió que cortase de
ella vestidos para personas de todos los tamaños y de todas las descripciones
de carácter y circunstancias de la vida. Se me dijo que los cortase y los colgase
84
de modo que estuviesen listos para ser hechos cuando los pidiesen. Tenía la
impresión de que muchas de aquellas personas para quienes debía cortar ves-
tiduras eran indignas. Pregunte si esta sería la última pieza de tela que habría
de cortar, y se me dijo que no, que tan pronto como se hubiese terminado
esta, habría otras que debería atender. Me sentía desalentada por la cantidad
de trabajo que tenía delante de mí, y declare que había estado dedicada a
cortar vestidos para otros durante más de veinte años, que mis trabajos no
habían sido apreciados y que no veía que hubiesen logrado mucho beneficio.
A la persona que me traía la tela le hablé de una mujer en particular, para la
cual me había ordenado cortar un vestido. Declaré que no lo apreciaría, y que
regalárselo sería una pérdida de tiempo y de materiales. Era muy pobre, de
intelecto inferior, desaseada en sus costumbres, y pronto lo ensuciaría”.
“La persona replicó: “Corta los vestidos. Este es tu deber. La pérdida no es
tuya, sino mía. Dios ve no como el hombre ve. Él te indica el trabajo que quie-
re que hagas, y no sabes qué prosperará, si esto o aquello. Entonces alce mis
manos, callosas por el largo uso de las tijeras, y declaré que no podía menos
que rehuir el pensamiento de continuar esa clase de trabajo. La persona volvió
a repetir: ‘Corta los vestidos. No ha llegado todavía el momento de tu relevo.
‘Con sentimiento de gran fatiga me levante para emprender mi trabajo. De-
lante de mí había tijeras nuevas pulidas, que empecé a usar. En seguida me
abandonaron mis sentimientos de cansancio y desaliento. Las tijeras parecían
cortar casi sin esfuerzo de mi parte, y corté vestido tras vestido con compara-
tiva facilidad…”
“Puesto que la instrucción y amonestación dadas en los testimonios para los
casos individuales se aplicaban con igual fuerza a muchos otros que no habían
sido señalados especialmente de esta manera, me pareció que era mi deber
publicar los testimonios personales para beneficio de la iglesia. En el Testimo-
nio No. 15, hablando de la necesidad de hacer esto, dije: ‘No conozco ninguna
manera mejor de presentar mis visiones de los peligros y errores generales, así
como el deber de todos los que aman a Dios y guardan sus mandamientos,
que dando estos testimonios. Tal vez no hay manera más directa y vigorosa
de presentar lo que el Señor me ha mostrado.” (Joyas de los testimonios, 271-
274).
46
White, Elena de, Joyas de los testimonios, 5:67.
47
White, Elena G. de, Joyas de los testimonios, 2:301-302.
48
White, Elena G. de, Life Sketches, 196.
49
White, Elena G. de, Life Sketches, 196.
50
White, Elena G. de, Review and Herald, 20 de enero de 1903.
51
Pedro cita a Is 40:6-9).
52
Alli cita Is 28:16; Sal 118:22, e Is 8:14-15.
53
White, Elena G. de, Mensajes selectos, 1:43-44.
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Los puntos más destacados de esta clase
Haz un resumen de los puntos más destacados de esta clase:
1.
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¿Cómo piensan encarar los desafíos que plantea esta lección?
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