El alcoholismo se define, según la OMS, "como cualquier
deterioro en el funcionamiento físico, mental o social de una persona, cuya naturaleza permita inferir razonablemente que el alcohol es una parte del nexo causal que provoca dicho trastorno".
El alcoholismo se encuentra relacionado con el 40-50%
de los accidentes de tráfico, el 15-20% de los accidentes laborales, el 50% de los homicidios, etc.
Es importante recordar que todo alcohólico suele
presentar de forma asociada elevado consumo de tabaco, café e importantes trastornos en la dieta, con lo que su patología se encuentra de forma incrementada. Consecuencias: Riesgos para la salud a corto plazo Lesiones, como por choques de vehículos automotores, caídas, ahogamientos y quemaduras. Violencia, como homicidios, suicidios, agresión sexual y violencia doméstica con parejas sexuales. Intoxicación por alcohol, una emergencia médica que es ocasionada por niveles altos de alcohol en la sangre. Comportamientos sexuales riesgosos, como tener relaciones sexuales sin protección o con múltiples parejas. Estos comportamientos pueden ocasionar embarazos no planeados o enfermedades de transmisión sexual, como el VIH. Abortos espontáneos y muerte fetal o trastornos del espectro alcohólico fetal en las mujeres embarazadas y los bebés. Riesgos para la salud a largo plazo Alta presión arterial, enfermedad cardiaca, accidentes cerebrovasculares, enfermedad del hígado y problemas digestivos. Cáncer de mama, boca, garganta, laringe, esófago, hígado, colon y recto. Problemas de aprendizaje y memoria, como demencia y bajo rendimiento escolar. Problemas de salud mental, como depresión y ansiedad. Problemas familiares, problemas relacionados con el trabajo y desempleo. Dependencia al alcohol o alcoholismo. Prevención del Alcoholismo: La prevención debe iniciarse en edades tempranas, con una educación basada en la moderación, reforzada con el ejemplo en la familia, así como acciones que fomenten la autoestima y habilidades sociales, para que en el futuro elijan formas sanas de diversión.
Para paliar y prevenir el consumo de alcohol entre los
adolescentes es necesario articular una serie de medidas con este objetivo:
Fijar una edad para comprar y consumir alcohol y
regular la forma en que se promocionan las bebidas alcohólicas.
Fomentar la relación y el diálogo entre padres y
adolescentes: La influencia del entorno familiar es crucial para que el joven siga unos hábitos saludables y evite el consumo de alcohol.
Fomentar, mediante el uso de campañas, la
concienciación acerca de los graves riesgos que acarrea el consumo de alcohol a cualquier edad, pero especialmente entre los jóvenes.