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La Raz N Neoliberal Econom As Barrocas y Pragm Tica Popular
La Raz N Neoliberal Econom As Barrocas y Pragm Tica Popular
La Raz N Neoliberal Econom As Barrocas y Pragm Tica Popular
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Verónica Gago
traficantes de sue os
mapas
Índice
Agradecimientos 11
Introducción a la edición de
Traficantes de Sueños. Sandro Mezzadra 13
Introducción 21
Bibliografía 337
Agradecimientos
11
12 La razón neoliberal
©
se permite la copia
Introducción a la edición de
Traficantes de Sueños
Sandro Mezzadra
13
14 La razón neoliberal
21
22 La razón neoliberal
©
se permite la copia
1. Entre la microeconomía proletaria
y la red transnacional:
la feria La Salada
39
40 La razón neoliberal
La moneda viva
Microeconomías proletarias
8 «La Salada vende más que los shoppings» (nota de Patricia Barral,
Perfil, 9 de mayo de 2010).
9 Antonio Negri, «El monstruo político. Vida desnuda y potencia»,
Entre la microeconomía proletaria y la red transnacional 47
Pragmática vitalista
Copia y frontera
Copia y control
pagina12.com.ar/diario/suplementos/radar/9-7866-2012-04-15.html
se permite la copia
Mímesis y heterotopía
Sobre lo común
Ensamblaje y agenciamiento
31 Ibidem, p. 126.
Entre la microeconomía proletaria y la red transnacional 69
así como las formas en que los movimientos buscan saltarse las
se permite la copia
Apuntes cartográficos
©
se permite la copia
Hacerme feriante
complementariedad.
se permite la copia
73 Ibidem, p. 49.
74 Notamos –y anotamos– una puesta en diálogo entre la teoría italia-
na postoperaísta y la teoría boliviana en particular y latinoamericana
en general que permite este cruce. Desarrollado especialmente en la
antropología política citada en Commonwealth; Michael Hardt y A. Ne-
gri, Commonwealth, Harvard University Press. 2009.
75 L. Tapia, Política Salvaje, op. cit., p. 42.
76 Ibidem, p. 43.
92 La razón neoliberal
Promiscuidad
83 Ibidem, p. 247.
84 Ibidem, p. 379.
Entre la microeconomía proletaria y la red transnacional 95
Economías barrocas
Futuros pasados
La contemporaneidad de lo no contemporáneo
Anacronismo y poscolonialismo
109
110 La razón neoliberal
Crisis y comunidad
performático.
19 Ibidem, p. 127.
130 La razón neoliberal
en la economía de mercado–.
La comunidad flexibilizada
Santo Domingo (Haití). Tres décadas más tarde, los españoles criollos
se lanzaron a las guerras que finalmente lograron la independencia
de la autoridad política ibérica. Dada la simultaneidad de esos
movimientos, es interesante notar que la insurrección pan-andina
ha recibido escasa mención en la historiografía occidental acerca de
la Era de la Revolución […] no existe casi ninguna evidencia de que
la insurrección pan-andina estuviera inspirada por los philosophes de
la revolución francesa o por el éxito de los criollos norteamericanos.
Tampoco fue provocada por la labor de agentes secretos británicos
hostiles a la corona española. A diferencia de la revolución haitiana, que
Entre La Salada y el taller 143
Economía textil
Imagen-tejido
©
se permite la copia
49 Ibidem, p. 103.
50 Ibidem, p. 107.
150 La razón neoliberal
Orientalismo
1 La información que más circula dice que habrían cinco mil talle-
res en Ciudad de Buenos Aires y otros quince mil en el Conurba-
no. El ex cónsul boliviano, J. Alberto González, sostenía ese cálculo
en un artículo del periódico boliviano Los tiempos, titulado «En ese
©
151
152 La razón neoliberal
Cálculo urbano
Algunas hipótesis
De la calle al trabajo
19 Véase www.renacerbol.com.ar/edicion160/sociedad01.htm.
164 La razón neoliberal
Dimensión transnacional
argentinas a las cuales les pagaban 20 pesos por feria o algo así. A
ellas también las habían acusado de robarles. Pero siempre teníamos
que aguantar porque no teníamos donde ir. Y la garantía que tenía-
mos era el documento que lo tenía ella. Y sin el documento no podés
hacer nada», en Colectivo Simbiosis y Colectivo Situaciones, De chue-
quistas y overlockas. Una discusión en torno a los talleres textiles, op. cit.
23 La descripción que hace Alfredo Ayala, líder de los talleristas
y titular de ACIFEBOL (Asociación Civil Federativa Boliviana) del
funcionamiento de los intermediarios es la siguiente:
«AA: Las marcas hoy en día tienen como testaferros. Hay
intermediaros. No son ellas mismas las que van a contratar. Ellos, los
intermediarios, son los que negocian los precios entre las marcas y los
talleristas. Es el que pone la cara y distribuye.
CS: ¿El intermediario es legal?
AA: Es ilegal también. Ni siquiera tiene remito para responder. El remi-
to lo tiene el tallerista y la marca lo obtiene a través del intermediario.
CS: ¿Ustedes reclaman a la embajada que promueva la legalización?
AA: Por supuesto, porque si no vamos a seguir siempre en lo mismo.
CS: Ante la legalización, ¿puede ser que las marcas dejen de intere-
sarse en la economía de los talleres?
AA: No, no creo que esto sea así. Por el contrario, esto haría que mu-
cha gente obtenga el trabajo directamente.
CS: De todas maneras, el intermediario es una figura posible porque
le garantiza a la marca trabajo muy barato…
AA: No sólo el trabajo barato, sino también la liberación de impues-
tos. Por los trabajadores tienen que pagar obra social. Son millones
de pesos que se ahorra la marca.
©
se permite la copia
punto nodal de sus reclamos. Los fabricantes quieren que sus talleres
sean considerados como proveedores y no como trabajadores depen-
dientes de ellos. De esta manera, por un lado, se desligan, en parte,
de la responsabilidad de lo que sucede en esos talleres y, por otro, se
desregula el precio a pagar» en A. Lieutier Esclavos. Los trabajadores
costureros de la ciudad de Buenos Aires, pp. 121 y 123.
29 Parafraseo aquí a Sinclair Thomson, cuando caracteriza a los caci-
ques del siglo XVII por su acceso privilegiado a la tierra y a la fuerza
de trabajo comunaria, en S. Thomson Cuando sólo gobernasen los in-
dios. La política aymara en la era de la insurgencia, op. cit., p. 48.
Entre la servidumbre y la nueva empresarialidad popular 173
Una economía-ensamblaje
35 «–Ponele que una fábrica necesite sacar mil prendas. Mil prendas
©
se permite la copia
Estrategias de visibilización
El argumento culturalista
500 y 900 pesos mensuales y vivían en una piecita que les alquilaban
los propios talleristas. “Ningún empresario contrata un taller de cos-
tura sin tener un mínimo de contacto previo donde se le garantice el
cumplimiento de los plazos y las normas de calidad”, sostuvo el fis-
cal en ese momento. “Esta circunstancia de explotación laboral –aña-
dió– no sólo no puede ser desconocida por los empresarios sino que,
por el contrario, indica que es consentida y tácitamente favorecida,
para obtener mayor producción a menor costo”» en «Explotación,
esa “costumbre ancestral”», cit.
41 Ibidem.
Entre la servidumbre y la nueva empresarialidad popular 183
El argumento judicial
46 http://www.cambio.bo/noticia..php?fecha=2010-01-18&idn=13572.
47 Eduardo Videla, Página/12, 25 de marzo de 2010.
188 La razón neoliberal
El argumento moralizador
pp. 21-22.
55 La cuestión de la reciprocidad, de Durkheim a Malinowski y espe-
cialmente con Mauss y Polanyi, se vuelve una noción fundamental en
las ciencias sociales para pensar las economías que mixturan formas
mercantiles y no mercantiles. Según Abduca (2007), el «carácter ubi-
cuo, nodal, y central de la “reciprocidad”, que aúna la distribución
económica y la justicia jurídica y política, no es invención del griego ni
de sus lectores. La encontramos, por dar sólo dos ejemplos, al oeste del
estrecho de Bering al igual que en la tradición andina […]».
194 La razón neoliberal
59 Ibidem, p. 19
196 La razón neoliberal
Barroco
Trabajar adentro
78 http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/subnotas/58447-19286
-2005-10-26.html. Después también fue investigado judicialmente por la
compra ilícita, como funcionario, de autos de lujo («Por corrupción y
otros delitos Evo instruye “limpieza” del Servicio Exterior», 31 de enero
de 2008, Diario Hispano Boliviano , La Paz).
79 Juan Carlos Estrada Vázquez, ¡¡No olvidamos!!, op. cit.
212 La razón neoliberal
Multinaturalismo
vez que cree estar nombrando de cero algo que los colec-
se permite la copia
¿Posneoliberalismo?
rrez Aguilar.1
se permite la copia
219
220 La razón neoliberal
7 Ibidem, p. 406.
224 La razón neoliberal
8 Ibidem, p. 407.
©
se permite la copia
9 Ibidem, p. 408.
10 ¿Se puede trazar una suerte de paralelismo con las situación la-
tinoamericana llamada posneoliberal? El ejercicio sería decir: en los
80 y 90 se introdujo abrupta y violentamente la libertad de mercado
frente a un estado que se quería debilitar en su modalidad interven-
cionista-fordista y en el posneoliberalismo se «inventa» un estado
que asume el neoliberalismo como suelo a la vez que se reinventa en
otro tipo de intervencionismo.
11 M. Foucault, El nacimiento de la biopolítica, op. cit., p. 149.
Entre el taller y la villa: una discusión sobre el neoliberalismo 225
12 Ibidem, p. 178.
226 La razón neoliberal
Mapear el neoliberalismo
255
256 La razón neoliberal
6 Ibidem, p. 79.
7 María Carman trabaja de manera formidable esta contraposición
entre naturaleza y cultura como reparto de legitimidades en la ciu-
dad en dos de sus libros: Las trampas de la naturaleza y Las trampas de
la cultura (FCE-Clacso).
258 La razón neoliberal
Dispersión y aglomeración
1.11.14
cerca de 120.000 los que obtienen una tarjeta de compra social para
alimentos de la canasta básica o útiles escolares, con un monto indi-
vidual que va entre los 200 y los 1000 pesos. Los extranjeros también
representan el 70 por ciento (cerca de 20.000 de los 26.000 subsidia-
dos) entre los beneficiarios de los tickets sociales que se entregan a
las madres de hogares en situación de pobreza y que consisten en
una chequera de 150 pesos para la compra de alimentos. Estos pro-
gramas asistenciales son compatibles con otras ayudas entregadas
por el gobierno nacional a las mismas personas. Todos son datos
reseñados en La Nación, 6 de octubre de 2010, nota de Daniel Gallo.
Entre la ciudadanía posnacional y el gueto: la ciudad abigarrada 263
simple ni sencilla.
19 Arturo Escobar, Más allá del Tercer Mundo: Globalidad imperial, colo-
nialidad global y movimientos sociales anti-globalización, Instituto Colom-
biano de Antropología e Historia de la Universidad del Cauca, 2005.
Entre la ciudadanía posnacional y el gueto: la ciudad abigarrada 269
Vivir bien
La lengua de la patria
©
25 Ibidem, p. 83.
26 Ibidem, pp. 86-87
278 La razón neoliberal
Democracia sensible
La villa transnacional
Mapear el territorio
La jungla y la polis
La economía de la inclusión/exclusión
46 Han sido varios curas que trabajan en las villas porteñas quienes
han salido a discutir, a través de un documento público, la lógica de
la urbanización como lógica externa a la villa. Véase, por ejemplo, la
entrevista con el padre Pepe Di Paola de Carmelo Paredes, «El verda-
dero urbanizador es el villero», Zoom, 20 de agosto de 2008. (Dispo-
nible en: http://revista-zoom.com.ar/articulo2534.html).
298 La razón neoliberal
que van de los 100 dólares a los mil, cada semana, cada mes.
se permite la copia
Fiesta y encierro
©
se permite la copia
309
310 La razón neoliberal
4 Ibidem, p. 20.
312 La razón neoliberal
El tiempo heterogéneo
9 Ibidem, p. 153.
©
se permite la copia
16 Ibidem.
17 P. Chatterjee ha publicado un nuevo libro Lineages of Political So-
ciety: Studies in Postcolonial Democracy, Nueva York, Columbia Uni-
versity Press, 2011, recogiendo en parte las polémicas del libro que
aquí tratamos The Politics of the Governed: Reflections on Popular Politics
in Most of the World, 2004. Allí cita en varias oportunidades La razón
populista, como una línea de argumentación afín en tanto refiere al
desarrollo de formas democráticas que suelen ser despreciadas –o
catalogadas como formas pervertidas– desde las teorías modernas.
318 La razón neoliberal
26 Ibidem, p. 41.
27 Ibidem, p. 53. La analogía entre las multitudes y las mujeres es
también subrayada por Laclau, que señala que cuanto más miedo
a las multitudes se evidenciaba a fines del siglo XIX, más violentas
eran las descripciones de las mujeres como seres patológicos. En este
punto, cabe agregar que quedan claramente excluidas de la idea de
individuo (ya volveremos sobre esto).
322 La razón neoliberal
28 Hay que notar que también Lazzarato (2006), retomando las teo-
rización de Foucault tratadas al inicio de este capítulo y en relación a
Tarde señala como actor decisivo los públicos y trabaja su relación con
la noción de población. Ver Políticas del acontecimiento, Buenos Aires,
Tinta Limón [Por una política menor, Madrid, Traficantes de Sueños].
29 E. Laclau, La razón populista, op. cit., p. 85.
30 Ibidem, p. 99.
31 Ibidem, p. 26.
Entre el populismo y 323
32 Ibidem, p. 105.
33 Ibidem, p. 107.
34 Ibidem, p. 108.
35 Ibidem, p. 108.
324 La razón neoliberal
36 Ibidem, p. 121.
37 Ibidem, p. 139.
38 Ibidem, p. 139.
39 Citado en E. Laclau, La razón populista, op. cit., p. 123.
40 Ibidem, p. 125.
Entre el populismo y 325
41 Ibidem, p. 130.
42 Ibidem, p. 277.
326 La razón neoliberal
jurídico-política.
se permite la copia
Pueblo y población
49 Ibidem, p. 134.
332 La razón neoliberal
©
se permite la copia
La razón neoliberal
333
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