El término “fantástico” ha sido usado para generalizar a los
largo de la historia producciones literarias bien diversas como,
las leyendas folclóricas, los relatos de terror, de fantasmas y de ciencia ficción, entre otros. Un cuento, no necesariamente es fantástico porque se produzca en él un simple hecho irreal, como podría ser un animal que habla, un gnomo o un duende. Esto simplemente se asume y se continúa la lectura, teniendo en cuenta que la historia transcurre en un mundo donde ese ser tiene esa facultad.
En el relato fantástico, en cambio, los hechos irreales no
tienen justificación alguna. No existe una certeza sobre lo que está ocurriendo, el lector necesita explicaciones y estas no por el relato. Como lo afirma Tzvetan Todorov: "la ambigüedad subsiste hasta el fin de la aventura: ¿realidad o sueño? ¿Verdad o ficción?"