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UN​ ​SITIO​ ​DE​ ​MEMORIA​ ​EN​ ​UN​ ​CONTEXTO​ ​DE

JUICIO​ ​DE​ ​LESA​ ​HUMANIDAD


Aguilar,​ ​Ángeles

aguilar.angeles@yahoo.com.ar

Mitre,​ ​Susana

filetearte@hotmail.com

Institución: Espacio para la Memoria y la promoción de los Derechos Humanos ex Centro


Clandestino​ ​de​ ​Detención,​ ​Tortura​ ​y​ ​Exterminio​ ​“Club​ ​Atlético”.

El objetivo del presente trabajo es abordar la articulación de un Sitio de Memoria con


las diferentes facetas que surgen de un juicio de Lesa Humanidad, en tanto hecho histórico e
irrepetible, profundizando las posibilidades que presenta esta instancia para el trabajo
pedagógico. Lo analizaremos a partir de la experiencia que nos atraviesa como
trabajadores/as del Espacio para la Memoria ex Centro Clandestino de Detención, Tortura y
Exterminio “Club Atlético”, en el contexto del juicio ABO (Circuito Represivo
Atlético-Banco-Olimpo).

En un aspecto más general, esta práctica nos lleva a articular con distintas instancias
de las políticas públicas de Memoria, potenciando las tareas que se realizan desde ámbitos
diferentes: Secretaría de Derechos Humanos (tanto en lo judicial como querellantes, como en
los​ ​programas​ ​de​ ​acompañamiento​ ​a​ ​las​ ​víctimas),​ ​Programas​ ​Educativos,​ ​entre​ ​otros.

Por otra parte, entendemos que las diferentes etapas de este juicio representan
distintos y particulares momentos del Proceso de Justicia. En este sentido, cada una de ellas
aporta nuevos elementos para las distintas áreas de trabajo de un Sitio de Memoria, con
mayor incidencia en el área de investigación donde se incrementan los datos que nos ayudan
a​ ​la​ ​reconstrucción​ ​de​ ​los​ ​hechos.

En cuanto a la tarea educativa, describiremos nuestra experiencia desde el Sitio de


Memoria, haciendo eje en el enfoque territorial, con diferentes dispositivos pedagógicos
según los niveles educativos trabajados: talleres, acompañamiento a las audiencias, visitas
enfocadas​ ​en​ ​los​ ​juicios​ ​de​ ​Lesa​ ​Humanidad.

El desarrollo de criterios pedagógicos y acciones conscientes, parte de la


caracterización de la temática como altamente compleja, debido a la contemporaneidad de los
actores sociales que involucra y los diferentes contextos políticos que atravesamos. Estas
variables se entrecruzan creando a veces condiciones favorables y otras no tanto. Cuando el
relato vuelve a estar en duda es necesario afirmar las verdades históricas incuestionables. Lo
que​ ​padeció​ ​la​ ​sociedad​ ​argentina​ ​entre​ ​1976​ ​y​ ​1983​ ​fue​ ​un​ ​genocidio.

Nos​ ​preguntamos:

¿Porqué es importante que la sociedad entera asista a los juicios, especialmente las nuevas
generaciones?
Nos​ ​respondemos.:

● Porque la reparación es individual en el caso de las víctimas directas, pero es también


una reparación social (objetivación de lo vivido) llevada adelante por parte de un
estado​ ​democrático,​ ​otrora​ ​estado​ ​terrorista.

● Porque los juicios no son difundidos por los medios masivos de comunicación y con
nuestra​ ​presencia​ ​en​ ​ellos,​ ​interpelamos​ ​y​ ​custodiamos​ ​que​ ​se​ ​haga​ ​justicia.

Finalmente, Sitios de Memoria y Juicios de Lesa Humanidad se apropian del lugar simbólico
donde los tribunales legitiman lo vivido por la sociedad argentina durante el período del
Terrorismo​ ​de​ ​Estado,​ ​calificandolo​ ​como​ ​un​ ​genocidio.

De​ ​ex​ ​–​ ​Centros​ ​Clandestinos​ ​de​ ​Detención​ ​a​ ​Sitios​ ​de​ ​Memoria
Los Sitio de Memoria ha sido lugares en permanente transformación desde que fueron
recuperados, donde los aprendizajes que desde allí se construyen se van dando
colectivamente, en forma dialógica, en pos de la construcción colectiva de la memoria
histórica.

Fácilmente se identifican dos grandes momentos en cuanto al modo de intervenir en


ellos y a la construcción de sentidos: el momento protagonizado por la sociedad civil que en
sus luchas sociales conformaron el movimiento de DDHH y el momento en que comienzan
las​ ​políticas​ ​públicas​ ​de​ ​memoria​ ​por​ ​parte​ ​del​ ​Estado​ ​Argentino​ ​.

Durante la etapa signada por políticas de olvido e impunidad (desde mediados de los
80` al 2003), el movimiento de dd hh (organismos de ddhh, sobrevivientes, organizaciones
político sociales) en su incansable lucha por Memoria Verdad y justicia, investigó sobre
todos los aspectos del plan sistemático de exterminio del Terrorismo de Estado:
funcionamiento de centros clandestinos de detención, despliegue operativo de la fuerzas
armadas en todo el territorio de nuestro país y articulación con otros países, identificación de
detenidos–desaparecidos, de sobrevivientes, de niños apropiados, de represores responsables
de los delitos perpetrados. Además de estas investigaciones, la realización de acciones
concretas​ ​de​ ​búsqueda​ ​y​ ​ ​visibilización​ ​tanto​ ​en​ ​argentina​ ​como​ ​en​ ​el​ ​exterior.

Nuevo​ ​Escenario
La etapa subsiguiente a partir del 2003 estuvo signada por las Políticas Públicas de
Memoria, que sin dudas se constituyeron en un punto de inflexión en la reconstrucción de
nuestro pasado reciente, políticas públicas inéditas destinadas a esclarecer, juzgar y reparar
las violaciones a los derechos humanos de la última dictadura por parte del Estado
Argentino, que en términos generales crearon las condiciones para la elaboración individual
y social de la situación traumática que produjo el genocidio y fundamentalmente hacer
justicia. Cada uno de programas, leyes y decretos dictados, habilitaron la posibilidad en
diferentes ámbitos de poner en superficie los hechos ocurridos para cargarlos de sentidos,
problematizarlos,​ ​transmitirlos,​ ​juzgarlos.

Entre las iniciativas más importantes de esta búsqueda de Memoria, Verdad y Justicia
pueden mencionarse los avances en la desclasificación de archivos, las políticas públicas
específicas que desde el Poder Ejecutivo fortalecieron la investigación sobre delitos de lesa
humanidad, las numerosas sentencias alcanzadas, la creación de sitios de memoria en ex-
Centros Clandestinos de Detención, la ampliación de las medidas de reparación para los
colectivos de víctimas, el trabajo realizado en torno al derecho a la identidad, el Programa
Educación y Memoria del Ministerio de Educación e integración en el ​Instituto de Políticas
Públicas​ ​en​ ​Derechos​ ​Humanos​ ​del​ ​MERCOSUR​ ​(IPPDH)

Es entonces que los ex Centros Clandestinos de Detención, hoy Sitios de Memoria,


estuvieron atravesados desde la vuelta a la democracia por diferentes contextos políticos y
actores sociales. La recuperación de los mismos se dio con diferentes particularidades, pero
en casi todos los casos fue el movimiento de derechos humanos quien tomó la iniciativa de
buscarlos, investigarlos y señalarlos. Más tarde estas demandas y acciones convertidas en
políticas públicas de Memoria crearon un nuevo escenario y, a partir de allí, un nuevo modo
de​ ​construcción.

Los Sitios en tanto lugares materiales donde se llevó a cabo el genocidio, brindaron en
un primer momento la posibilidad a sobrevivientes (ya fueran afectados directos que
pasaron por ccd o sus familiares o afectados indirectos, miembros de esa generación) de
poner en palabras lo vivido, recorrerlos, palparlos, dándole verosimilitud -en la materialidad-
a los relatos escuchados o callados durante tantos años, además de un espacio físico donde
tramitar​ ​tanto​ ​dolor​ ​y​ ​ausencias.

Este momento fue también un tiempo de ir construyendo el relato con todas las
tensiones resultantes de la disputa de sentidos. ¿Cómo relatar el funcionamiento del CCD, la
planificación y ejecución del plan sistemático? ¿Cómo narrar lo inenarrable del horror vivido
en casos personal, es incluyendo a su vez, la dimensión socio-histórica que rodeó a los
hechos antes y después del Terrorismo de Estado? ¿Cómo tender el necesario puente con
jóvenes de generaciones que no vivieron en ese tiempo? Difícil tarea, siempre inacabada que
va​ ​construyéndose​ ​en​ ​el​ ​tiempo.

En cuanto al área de investigación este nuevo escenario permitió no solo heredar lo


realizado durante años por los organismos de ddhh sino que además se diseñaron por parte
del Estado programas que fueron centralizando toda la información disponible, entre ellos, se
creó​ ​en​ ​el​ ​2003​ ​el​ ​Archivo​ ​Nacional​ ​de​ ​la​ ​Memoria.

En el mismo sentido, también en el área educativa estas políticas de estado


comenzaron a plasmar a nivel institucional, lo que antes dependía de la iniciativa de algunos
docentes.

En el ámbito judicial se produjo la reapertura de los procesos judiciales a los


responsables​ ​de​ ​los​ ​crímenes​ ​de​ ​Lesa​ ​Humanidad.

Dice Daniel Feierstein ​“Creo que los efectos de sentido se construyen en muchos planos,
pero lo jurídico tiene un peso cualitativo, ya que hemos puesto a la justicia en el rol de
sanción​ ​de​ ​Verdades​ ​colectivas.​ ​“

Sitio​ ​de​ ​Memoria​ ​ ​ex​ ​-​ ​“Club​ ​Atlético”​ ​-​ ​Juicio​ ​ABO​ ​III
Pasados 41 años del comienzo de la última dictadura cívico-militar, 40 del
funcionamiento del Centro Clandestino de Detención, Tortura y Exterminio “Club Atlético”,
y 34 de la recuperación de la democracia, aún es mucho lo que resta saber sobre esta parte de
nuestra historia. En ese sentido, la recuperación de la memoria del Centro Clandestino de
Detención​ ​Tortura​ ​y​ ​Exterminio​ ​(CCDTyE)​ ​“Club​ ​Atlético”​ ​no​ ​es​ ​una​ ​excepción.

Su existencia fue denunciada en plena dictadura, por algunos sobrevivientes que


estaban en el exilio, quienes incluso pudieron precisar su lugar de emplazamiento. Ellxs
mismxs comenzaron la investigación y la reconstrucción sobre el CCDTyE: su fecha de
funcionamiento, quiénes fueron los represores que allí habían actuado, quiénes eran los
compañeros​ ​y​ ​compañeras​ ​que​ ​habían​ ​estado​ ​secuestrados,​ ​entre​ ​otros​ ​aspectos.

Esta tarea continuó ya en democracia, con el acompañamiento de organismos de


DDHH y también de organizaciones sociales y barriales. El Juicio a las Juntas (1985)
permitió que cerca de 50 víctimas (entre familiares y sobrevivientes) de este CCDTyE
pudieran contar su historia. Pero las leyes de impunidad pusieron un dique que parecía
infranqueable​ ​en​ ​la​ ​búsqueda​ ​de​ ​Memoria,​ ​Verdad​ ​y​ ​Justicia

No obstante, el movimiento de Derechos Humanos no bajó los brazos. En el caso del


ex CCDTyE “Club Atlético”, la pelea también pasó por recuperar la materialidad del mismo.
Excavar y recuperar los restos del edificio que había sido enterrado bajo las toneladas de
hormigón de las autopistas. En ese camino, ya para mediados de los 90`, “el Atlético” se
convirtió en uno de los primeros ex CCDTyE señalizado por la sociedad civil en sucesivas
Jornadas por la Memoria, siendo la primera jornada de visibilización el 6 de Julio de 1996.
No fue fácil, varios atentados pretendieron borrar esas marcas que la sociedad ponía para
enfrentar​ ​la​ ​política​ ​oficial​ ​de​ ​olvido.

Esa lucha tenaz condujo a que en 2002, casi 20 años después de recuperada la
democracia, comenzara la excavación del predio donde había funcionado el CCDTyE “Club
Atlético”. Así, se convirtió en uno de los primeros Sitios de Memoria del Terrorismo de
Estado​ ​del​ ​país​ ​que​ ​tuvo​ ​un​ ​equipo​ ​de​ ​trabajo​ ​e​ ​investigación​ ​bajo​ ​una​ ​órbita​ ​estatal.

Bajo el amparo de las políticas públicas de memoria, esas marcas primeras de la


sociedad civil se cristalizaron en más de 120 Sitios de Memoria señalizados por el Estado. A
la fecha, más de 30 de esos lugares han sido recuperados como Espacios para la Memoria,
para que la sociedad pueda recorrerlos y reflexionar sobre ese período de nuestra historia.
Todavía hoy, se siguen identificando nuevos CCDTyE que comienzan, a su tiempo, a recorrer
esos​ ​caminos.

Pero aún nos resta saber muchísimo más de lo que sabemos. En el caso del CCDTyE
“Club Atlético” sabemos con precisión que dejó de funcionar el 28 de diciembre de 1977,
cuando lxs secuestradxs que aún permanecían con vida fueron llevados a otro CCDTyE del
mismo circuito represivo, el “Banco”, mientras se armaba el Olimpo, último lugar de
reclusión, construido utilizando material desmantelado del CCDTyE “Club Atlético”. La
fecha de inicio de su funcionamiento se presenta más opaca, y la única forma de estimarla es
a partir de los primeros testimonios de sobrevivientes con los que contamos, quienes fueron
secuestrados en febrero de 1977. No obstante, hay indicios de que el CCDTyE podría haber
estado​ ​en​ ​funcionamiento​ ​desde​ ​unos​ ​meses​ ​antes.
Sobre las víctimas del CCDTyE “Club Atlético” tampoco sabemos el total de las
identidades de estas personas, su condición (desaparecidxs o sobrevivientes), tiempo de
permanencia y condiciones de secuestro, así como el destino final de aquellxs que no
tuvieron la posibilidad de ser liberadxs tras su secuestro, entre otros aspectos. Los datos,
informes y listados de víctimas se construyen sumando pequeñas y fragmentarias piezas a un
rompecabezas que siempre es incompleto y que el pacto de silencio de las Fuerzas Armadas
nos niega conocer a la sociedad entera. No se duda sobre la existencia de registros realizados
en el marco del funcionamiento de los CCDTyE del país, tampoco se duda que los hubo
sobre​ ​éste​ ​en​ ​particular.

Durante el año en que funcionó el CCDTyE “Club Atlético” como lugar de reclusión,
tortura y exterminio, en el sótano de un edificio perteneciente al Servicio de
Aprovisionamiento y Talleres de la Policía Federal, habrían pasado, entre 1200 y 1500
personas. Esta estimación surge a partir de una de las principales herramientas de
deshumanización implementada por las fuerzas represivas del Estado que implicaba la
sustracción de la identidad de lxs secuestradxs al momento de ser ingresados al CCDTyE. En
lugar de su nombre se les asignaba una letra y un número con el que debían identificarse
durante la permanencia en el CCDTyE. Al día de la fecha se tiene registro de la utilización
de un total de doce letras, que fueron utilizadas combinándolas con números que iban del
cero hasta el cien, y constándose que en algunas letras se superó la centena. Esto, junto a
otros datos como la cantidad de secuestradxs ingresadxs por día y la cantidad de “traslados”
realizados (eufemismo que refieren a los llamados “vuelos de la muerte”), nos permite
estimar​ ​aquella​ ​cifra.

Se ha identificado a menos de la mitad del total de víctimas que habrían pasado por
este CCDTyE. al día de hoy, sólo tenemos identificadas aproximadamente a quinientas (500)
de ellas. Más de trescientos (300) de estas personas son compañerxs desaparecidxs, en la
mayoría de los casos su cautiverio en el CCDTyE “Club Atlético” está confirmado por el
testimonio de sobrevivientes. En otros casos, su identificación proviene en base a las distintas
investigaciones que han ido reconstruyendo y siguen reconstruyendo en la actualidad la
lógica y dinámica del terrorismo de Estado (zonificación de la represión, grupos de tareas,
centros​ ​clandestinos,​ ​circuitos​ ​represivos,​ ​líneas​ ​de​ ​caídas,​ ​grupos​ ​de​ ​militancia,​ ​etc.).

Cerca de ciento cincuenta (150) de las quinientas víctimas identificadas a la fecha son
sobrevivientes que en algún momento aportaron ante un área del Estado u organismo de
DDHH su testimonio, pudiéndose precisar el CCDTyE “Club Atlético” como el lugar de
cautiverio.

En 2004, comenzó la segunda etapa de excavaciones, y en el 2009 la última realizada


hasta el momento, dejando al descubierto un15 % aproximado del total del sótano. El resto
se​ ​encuentra​ ​bajo​ ​tierra.

Al relato de los sobrevivientes propiamente dicho se suma el de otros actores que


permiten reponer distintos aspectos del genocidio a la vez que confrontar con los actuales
discursos negacionistas (en sus diferentes variantes) que buscan socavar los consensos
alcanzados (social y jurídicamente) en torno a lo acontecido durante la última dictadura
cívico-militar.

Uno de esos aspectos es la ausencia de información y documentación oficial que ha


caracterizado al período pos-dictatorial, lo cual potencia la significación y originalidad del
proceso de justicia que hemos construido en nuestro país. Durante esta etapa del juicio ABO,
por ejemplo, hemos podido escuchar el relato sobre la búsqueda infructuosa por dependencias
oficiales/militares por parte de familiares de detenidos-desaparecidos, donde queda
explicitada​ ​la​ ​posesión​ ​de​ ​dicha​ ​información​ ​y​ ​registros​ ​por​ ​parte​ ​de​ ​las​ ​fuerzas​ ​represivas.

Otro aspecto importante en esta etapa de juicios –no tanto porque sea una novedad
sino porque se ha dado en un caudal mucho mayor- es el testimonio de hijos de
detenidos-desaparecidos, que permite dar cuenta de esas consecuencias del genocidio que
obviamente se prolongan hasta nuestros días, tanto en el tejido social como en los cuerpos y
trayectorias mismas de los declarantes. Habilitados por la intención de la fiscalía de reponer
estas historias, mediante la pregunta “¿Cómo fue tu vida sin…?”, pudimos escuchar la
narración de esas vidas marcadas por esas ausencias. Si esas voces permiten aprehender las
consecuencias duraderas del genocidio, esto quedó cristalizado de manera paradigmática en
el caso de la hija de una detenida-desaparecida, secuestrada junto a su madre y luego devuelta
a su familia. Su declaración en la audiencia fue precedida de una aclaración respecto a su
apellido actual: a 34 años de finalizada la dictadura aún lleva el apellido cambiado, producto
de la estrategia de preservación que siguió su familia luego de la desaparición de su madre
(su​ ​padre​ ​había​ ​sido​ ​asesinado​ ​previo​ ​a​ ​que​ ​ella​ ​nazca).

Los relatos de hijxs plenamente conscientes de la militancia y la historia de sus


padres, reconstruida gracias al relato de familiares y compañerxs, se contrapone a otros donde
lo que prima es la angustia y el casi total desconocimiento de la historia. La destrucción del
tejido familiar o el manto de silencio tendido como forma de autopreservación, decanta en
estas historias de hijxs que sólo narran desde el dolor y la angustia por esas ausencias, pero
sin​ ​poder​ ​inscribirlas​ ​del​ ​todo​ ​en​ ​un​ ​contexto​ ​más​ ​amplio.

​ ​El​ ​Sitio​ ​de​ ​Memoria​ ​en​ ​las​ ​distintas​ ​etapas​ ​del​ ​juicio​ ​articulación​ ​con​ ​otras
áreas
Las dos grandes etapas del juicio ABO (Atlético-Banco-Olimpo) se dieron bajo
distintos momentos institucionales de este Sitio de Memoria, determinando participaciones
cualitativamente​ ​diferentes​ ​de​ ​nuestra​ ​parte,​ ​en​ ​dicha​ ​instancia.

El primer tramo -desde noviembre de 2009 a diciembre de 2010- estuvo marcado


fuertemente por la impronta arqueológica de ese sitio, tanto que tiempo antes del comienzo
de la etapa oral se terminó de excavar una zona de alto valor testimonial, como fue el ingreso
a los baños y la escalera de acceso/egreso del CCDTyE. En este sentido, el equipo de
Arqueología y Conservación participó de las audiencias para exponer sobre el proceso de
excavación del lo que fuera el CCD y sobre los objetos hallados en el mismo. Por otra parte,
en ese momento el Sitio de Memoria se encontraba en la órbita del Instituto Espacio para la
Memoria (IEM), un ente autónomo y autárquico que dependía presupuestariamente del
Gobierno​ ​de​ ​la​ ​Ciudad​ ​de​ ​Buenos​ ​Aires.

La nueva etapa del juicio (que se desarrolla desde septiembre de 2016) nos encuentra
insertos en la órbita de la Dirección Nacional de Sitios de Memoria, a su vez dependiente de
la Secretaría de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural de la Nación. En este sentido,
implicó para nosotros un abanico más amplio de áreas y actores con los cuales conectarnos en
el marco de la preparación y desarrollo de la instancia judicial. Como ejemplo de ésto
podemos mencionar el trabajo conjunto con la fiscalía que llevó adelante la acusación
(encabezada por la Dra. Gabriela Sosti), convocando a sobrevivientes y familiares para
informar sobre las particularidades del juicio en sus distintos aspectos. También se realizó un
encuentro en conjunto con la fiscalía y el Centro de Asistencia a Víctimas de Violaciones de
Derechos Humanos "Dr. Fernando Ulloa". Finalmente, colaboramos con información a
pedido del equipo de abogados de la Secretaría de Derechos Humanos que llevan adelante la
querella​ ​del​ ​Estado​ ​en​ ​el​ ​juicio​ ​ABO.

En este sentido, los ejemplos mencionados aportan a la construcción y consolidación


de estos lugares como capilares del Estado en el territorio, potenciando los trabajos y
promoviendo​ ​la​ ​circulación​ ​de​ ​información.

Investigación
Como ya hemos dicho, la instancia del juicio siempre habilita nuevos lazos para la
construcción de un Sitio de Memoria. A los aportes enunciados en términos de las actividades
educativas, debemos sumar las posibilidades que se abren en términos de la investigación en
estos​ ​lugares,​ ​que​ ​son​ ​varias.

Por un lado, confirman, precisan y concretan indicios o elementos que se insinuaban


en las primeras declaraciones, ya sean de la CoNaDeP o de otras instancias judiciales u
organismos públicos. Incluso sobrevivientes con una larga trayectoria testimonial han podido
ampliar su relato. En otros casos nos encontramos con personas que están realizando su
primera​ ​declaración​ ​en​ ​un​ ​juicio​ ​oral,​ ​con​ ​todo​ ​lo​ ​que​ ​ello​ ​implica.

En términos de la reconstrucción del listado de secuestrados de este ex CCDTyE, es


un momento de vital importancia. Una de las dificultades con las que contamos es la
fragmentación de los reservorios de información, que no siempre están conectados entre sí, ni
cuentan con la misma información. Los juicios implican un gran caudal de información que
permite ampliar, enriquecer así como corregir la información con la cual contamos hasta el
día​ ​de​ ​hoy.

Otro aspecto de vital importancia es la posibilidad de contactar a sobrevivientes,


familiares, amigos y compañeros de lxs detenidxs desaparecidxs. En primer lugar para que
conozcan el trabajo que realizamos e incluso para que visiten el Sitio de Memoria, algo que
en muchos casos no habían hecho. Pero también es de vital importancia para la realización de
entrevistas para el Proyecto de Historias de Vida, mediante el cual reconstruimos las
trayectorias de lxs compañerxs aquí secuestradxs y desaparecidxs por el Terrorismo de
Estado. Al día de hoy contamos con casi 60 entrevistas que sirven de insumo para las
distintas​ ​investigaciones​ ​y​ ​producciones​ ​que​ ​se​ ​arman​ ​desde​ ​el​ ​Sitio.

La identificación de represores es otro punto que no se puede soslayar y que sigue


ampliando​ ​nuestro​ ​conocimiento​ ​sobre​ ​el​ ​accionar​ ​de​ ​la​ ​represión​ ​estatal​ ​clandestina.

Entonces, el juicio se presenta como una oportunidad única de potenciar las distintas
líneas de trabajo que desarrollamos desde el sitio. Un juicio “mueve” cosas, distintos
engranajes se ponen en marcha, y eso se siente en el territorio y en la cotidianeidad de un
Sitio de Memoria. Así queda más que clara la relación de necesidad mutua entre el proceso
de​ ​justicia​ ​y​ ​la​ ​existencia,​ ​sostenimiento​ ​y​ ​consolidación​ ​de​ ​estos​ ​espacios​ ​de​ ​memoria.

¿Qué​ ​es​ ​lo​ ​que​ ​hoy​ ​sabemos​ ​de​ ​esas​ ​personas?


Víctimas​ ​directas:​ ​Desaparecidxs​ ​y​ ​sobrevivientes

Muy​ ​poco​ ​es​ ​lo​ ​que​ ​se​ ​sabe.

En relación a estas cifras, deben tenerse en cuenta dos aspectos: 1. Muchos


sobrevivientes dieron testimonio pero aún no se ha podido precisar el lugar donde estuvieron
secuestrados (ya sea por el poco detalle que pueden brindar sobre la espacialidad y
materialidad del lugar de reclusión o porque el lugar en el que estuvieron secuestrados aún no
está identificado como CCDTyE) . 2. Muchxs sobrevivientes nunca prestaron declaración
testimonial ante ninguna instancia y por ende no se encuentran en los listados de víctimas
directas del Terrorismo de Estado. Esto nos consta habiéndose sumado tan sólo en el año
2017 dos (2) testimonios de sobrevivientes del CCDTyE “Club Atlético” con los que hasta la
fecha​ ​no​ ​se​ ​contaba.

Otros datos aportados por el recuerdo de lxs sobrevivientes, son la cantidad


aproximada de secuestradxs ingresadxs por día al CCD o los “traslados” periódicos (de al
menos uno por mes). Esta información da sustento a la cifra de víctimas estimada, la cual sin
embargo no es definitiva, ya que se sigue reconstruyendo con el aporte testimonial y de las
investigaciones.

La cantidad de los casos -confirmados y posibles- que tenemos identificados ha ido


creciendo a lo largo de los años, potenciado por la información que ha surgido en los juicios
por delitos de lesa humanidad y por la existencia de políticas públicas de memoria que han
estimulado la circulación de información entre las diferentes órbitas y espacios que
desarrollan esta difícil tarea de reconstrucción. En este sentido, es de vital importancia la
recopilación integral que realiza la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación de
información generada en diferentes ámbitos en una sola y única base de datos llamada
Registro​ ​Único​ ​de​ ​Víctimas​ ​del​ ​Terrorismo​ ​de​ ​Estado​ ​(RUVTE).

Mujeres​ ​embarazadas​ ​y​ ​niñxs​ ​apropiados:

Para el caso de este CCDTyE, al día de hoy se tiene registro de 19 mujeres secuestradas que
estaban embarazadas. Se desconoce cuántas de ellas llegaron a dar a luz. Asimismo, se
presume que puedan existir casos de mujeres embarazadas de las cuales aún hoy no se tiene
registro. Hasta la fecha se ha restituido la identidad de sólo cuatro (4) jóvenes nacidos durante
el​ ​cautiverio​ ​de​ ​sus​ ​madres.

Otras​ ​víctimas

Un aspecto importantísimo que ha ido cristalizando con el avance de los juicios es la


posibilidad de abordar otras consecuencias duraderas del genocidio perpetrado. Tal es el caso
de los hijxs de detenidos-desaparecidxs que debieron continuar sus vidas huérfanos de uno o
ambos​ ​padres.

Con el objetivo de identificar la cantidad de menores de edad que quedaron huérfanos,


desde el equipo de investigación del Sitio de Memoria se buscó reconstruir en principio el
total de parejas que fueron secuestradas en este CCDTyE. Se identificaron un total de
cincuenta (50) casos en los que ambos integrantes de la pareja estuvieron secuestradxs en este
CCDTyE. A la vez se identificaron sesenta y un (61) parejas de las que al menos uno de sus
integrantes pasó por este CCDTyE, siendo el otro integrante de la pareja en muchos casos
víctima también del Terrorismo de Estado habiendo sido secuestradx en otro CCDTyE, ya
sea estando actualmente en la condición de desaparecidx/asesinadx o liberadx. Del total de
esas ciento once (111) parejas identificadas, ochenta y cinco (85) de ellas tenían hijxs al
momento del secuestro. El análisis realizado hasta el presente nos ha permitido registrar un
total de ciento cuarenta y dos (142) niñxs que, cuando menos, crecieron sin uno de sus
padres.

Cada unx de esxs hijxs vivió situaciones singulares. Algunxs muy pequeñxs y sin
recuerdos propios, otrxs con recuerdxs amorosos y/o traumáticos. En general, criados por
abuelxs, tíxs, que a su vez debieron encargarse de ellxs en las condiciones de dolor por la que
estaban atravesados. En varios casos, separados de su/sus hermanxs, otrxs en el exilio sea
interno o externo. Algunxs sabiendo desde un principio el destino incierto de sus
padres/madres, otrxs sin poder siquiera preguntar por ellxs. La mayoría viviendo una doble
vida, una adentro de sus casas y otra afuera, muchas veces sintiendo el desprecio y/o rechazo
que provocaban esos hijxs de la “subversión” y sobre todo esperando, siempre esperando.
Algunas​ ​de​ ​esas​ ​historias​ ​las​ ​hemos​ ​podido​ ​escuchar​ ​en​ ​el​ ​transcurso​ ​de​ ​este​ ​juicio.

¿Por​ ​qué​ ​30.000​ ​desaparecidxs?

La cifra de víctimas directas del Terrorismo de Estado sin lugar a dudas aún se
encuentra en construcción por toda una sociedad que luchó y lucha aún hoy en día para
conocer el destino de sus seres queridos desaparecidos y de lxs niñxs (hoy jóvenes)
apropiadxs. Es también una tarea magna desarrollada por las políticas públicas de Estado que
promueven la reparación histórica de las secuelas del Terrorismo de Estado. La cifra exacta
consta en la documentación generada por las propias fuerzas represivas del Estado que por un
pacto​ ​de​ ​silencio​ ​niega​ ​a​ ​toda​ ​una​ ​sociedad​ ​esa​ ​información​ ​concreta.

Los datos reconstruidos sobre el Sitio de Memoria ex CCDTyE “Club Atlético” a lo


largo de años señalan que las estadísticas de víctimas desaparecidas y sobrevivientes son muy
escasas​ ​en​ ​relación​ ​al​ ​total​ ​que​ ​hubo.

Las cifras de víctimas aumentan exponencialmente para aquellos CCDTyE que no


tuvieron la posibilidad de contar con un proceso de recuperación atravesado por “Club
Atlético”. Algunos ni siquiera fueron recuperados como Sitios de Memoria y no tienen, por
ende, un equipo de investigación que trabaje en la reconstrucción de su listado de víctimas,
mucho​ ​menos​ ​para​ ​aquellos​ ​CCDTyE​ ​que​ ​aún​ ​ni​ ​siquiera​ ​han​ ​sido​ ​identificados​ ​como​ ​tales.

Por otro lado, como ha demostrado la investigación realizada sobre parejas


secuestradas e hijxs, el daño y las víctimas del Terrorismo de Estado exceden ampliamente al
de aquellas personas que estuvieron secuestradas. Fueron sus familias, sus amigxs, sus seres
queridos,​ ​todxs​ ​atravesadxs​ ​por​ ​las​ ​consecuencias​ ​de​ ​esas​ ​torturas​ ​y​ ​desapariciones​ ​forzadas.

No es antojadizo el número de al menos 500 niñxs que fueron apropiados. Así lo


demuestran las denuncias de mujeres embarazadas que presumiblemente dieron a luz y aún
falta encontrar a esxs jóvenes que permanecen con una identidad sustituida. Por estas razones
es que en el Sitio de Memoria ex CCDTyE “Club Atlético” se seguirá leyendo todos los 24
de marzo el listado de compañerxs desaparecidxs que hasta la fecha se ha logrado reconstruir
que fueron secuestradxs en este CCDTyE, y el listado de las quince (15) mujeres
embarazadas​ ​que​ ​podrían​ ​haber​ ​dado​ ​a​ ​luz​ ​a​ ​esos​ ​nietxs​ ​que​ ​aún​ ​se​ ​buscan.
No es antojadizo el reclamo por lxs 30.000 desaparecidx. Los datos que se van
obteniendo dan cuenta de la magnitud de la tragedia por la que el Terrorismo de Estado
obligó a transitar a tantas víctimas directas (desaparecidxs o sobrevivientes) como a sus
familias y seres queridxs, cifras que denotan que las víctimas son sin lugar a dudas más de
30.000. Más allá de los números reconstruidos o silenciados por el pacto de silencio de las
FFAA, la víctima es la sociedad entera. Por estas razones es necesario mantener y
profundizar las políticas públicas que sostienen los pilares de Memoria, Verdad y Justicia, en
las​ ​cuales​ ​se​ ​enmarca​ ​la​ ​labor​ ​que​ ​como​ ​equipo​ ​desarrollamos.

Educación
Los Espacios de Memoria, a través de la ley 26.691 promulgada en el 2011, están
destinados a la trasmisión de la memoria, la educación y la promoción de los derechos
humanos.

Desde el área de educación del Espacio para la Memoria y la Promoción de los


Derechos Humanos ex Centro Clandestino de Detención, Tortura y Exterminio (CCDTyE)
“Club Atlético”, como desde las demás áreas, nos propusimos trabajar con la tercera etapa del
juicio por delitos de Lesa Humanidad del circuito represivo ABO (Atlético-Banco-Olimpo).
No sólo para trabajar la transmisión de la memoria del pasado reciente, sino porque lo que se
está llevando adelante en esta causa es un hecho histórico que atraviesa a toda la sociedad,
inclusive​ ​a​ ​quienes​ ​no​ ​vivieron​ ​el​ ​terrorismo​ ​de​ ​Estado​ ​de​ ​la​ ​última​ ​dictadura​ ​cívico-militar.

Retomando el contacto con la escuela Normal Nº 3, con quien venimos trabajando


desde hace algunos años, ya que se encuentra a muy pocas cuadras del Espacio de Memoria,
nos acercamos a dicha institución educativa para proponerle realizar con el nivel terciario un
taller​ ​al​ ​que​ ​llamamos​ ​“Estudiantes​ ​en​ ​los​ ​Juicios​ ​de​ ​Lesa​ ​Humanidad”.

Nos enfocamos en este nivel debido a que, por un lado, a las audiencias judiciales
sólo pueden asistir mayores de 18 años, y por otro porque buscamos propiciar un espacio de
reflexión y experiencia directa que aporte a la formación de futuros docentes con la
incorporación de temas vinculados a la transmisión de la memoria de los hechos ocurridos
durante el terrorismo de estado, sus antecedentes y consecuencias y así mismo la importancia
de​ ​los​ ​juicios​ ​de​ ​lesa​ ​humanidad​ ​que​ ​se​ ​llevan​ ​adelante​ ​en​ ​nuestro​ ​país.

El taller pudimos realizarlo en las dos sedes con la que cuenta el colegio, en los
barrios​ ​de​ ​San​ ​Telmo​ ​y​ ​Lugano.

Cuando planificamos el taller nos pareció importante que supieran el camino


transcurrido desde la última dictadura cívico-militar hasta la apertura en 2005 de nuevas
causas judiciales. El taller consta de varios encuentros, en el primero de ellos desarrollamos
un recorrido histórico por los juicios de Lesa Humanidad llegando al presente y a la tercera
parte del juicio ABO; la asistencia a una audiencia del juicio oral; luego trabajar la
materialización del plan sistemático represivo en los Centros Clandestinos de Detención
llevado a cabo por la última dictadura cívico-militar con una visita al Sitio de Memoria “Club
Atlético”,​ ​ ​y​ ​un​ ​cierre​ ​grupal.

Cuando pensamos en la transmisión sobre nuestro pasado reciente nos enfrentamos al


hecho de la distancia temporal transcurrida, y también a las transmisiones o aprendizajes que
toman determinados hechos históricos con un principio y un fin determinados, y no abordan
consecuencias​ ​que​ ​hasta​ ​el​ ​día​ ​de​ ​hoy​ ​perduran.

Desde el Espacio de Memoria se traza constantemente un puente entre pasado


presente y, en este sentido, el juicio es de gran ayuda: aquellos delitos cometidos hace 41
años se están juzgando hoy, en las audiencias el tiempo del declarante que da testimonio
sobre lo que vivió y del/la estudiante que asiste es el mismo. Ambas partes, al mismo tiempo,
son partícipes o testigos del proceso de justicia que se está desarrollando en esa sala judicial,
dejando​ ​en​ ​evidencia,​ ​entre​ ​otras​ ​cosas,​ ​la​ ​demora​ ​de​ ​estos​ ​procesos.

La visita al Espacio de Memoria materializa los testimonios escuchados en la


audiencia, y permite retomar lo trabajado en el recorrido histórico del primer encuentro del
taller: contextualizar los centros clandestinos como dispositivo concentracionario durante el
terrorismo de Estado, la década de impunidad iniciada con las leyes de obediencia debida,
punto final y los decretos de indulto, y el paso a que sea el Estado quien lleve adelante
políticas públicas de Memoria (nulidad de las leyes de obediencia debida y punto final,
señalamiento y preservación por ley de los Sitios de Memoria del terrorismo de Estado,
instauración​ ​del​ ​24​ ​de​ ​marzo​ ​como​ ​día​ ​de​ ​la​ ​memoria​ ​por​ ​la​ ​verdad​ ​y​ ​la​ ​justicia,​ ​etc).

En dicho recorrido enfatizamos y problematizamos el rol del/la educador/a, e


interpelamos a los/as estudiantes como futuros docentes. La visita guiada en el Espacio, como
cualquier eje temático a trabajar, está sujeto a un recorte: qué decir en torno a todo lo que se
sabe, cómo, con fundamento en qué o quiénes. Desde el área de Educación proponemos una
visita participativa, para que circule la palabra ya sea desde los saberes o los imaginarios
previos, o las deducciones o preguntas que el mismo recorrido genera, poniendo todo esto en
diálogo con las fuentes con las que contamos: principalmente testimonios de sobrevivientes,
datos​ ​históricos​ ​duros,​ ​verdades​ ​comprobadas​ ​a​ ​través​ ​de​ ​los​ ​procesos​ ​judiciales.

Al ser la experiencia de asistir a una audiencia un hecho movilizador, les entregamos


a los/as estudiantes, por un lado una guía de observación de la audiencia, y por otro preguntas
para una reflexión final, podía ser de manera anónima, a compartir con todo el grupo como
cierre del taller. Estas estrategias fueron una propuesta para poder poner en palabras lo visto y
vivido​ ​en​ ​la​ ​audiencia,​ ​sólo​ ​como​ ​un​ ​disparador​ ​organizador​ ​de​ ​un​ ​relato.

Por otro lado, venimos articulando con otros programas educativos y uno de ellos es
“La escuela va a los juicios”. Dicho programa se propone generar nuevos espacios de debate
y reflexión sobre la participación de los jóvenes en los juicios de lesa humanidad, ​y lograr
que los testimonios se inscriban en el espacio de lo público. Pueden asistir estudiantes a partir
de​ ​16​ ​años,​ ​y​ ​esto​ ​fue​ ​una​ ​conquista​ ​lograda​ ​por​ ​el​ ​programa.

Nos pidieron desde dos escuelas secundarias que están inscriptas en dicho programa,
realizar un taller específico desde el Espacio de Memoria ex “Club Atlético” ya que asistirían
a​ ​una​ ​audiencia​ ​del​ ​juicio​ ​ABO​ ​III.

Una de estas instituciones fue la Escuela Normal Superior Lenguas Vivas del barrio
de Retiro, con quienes hay un intercambio todos los años debido a que suelen realizar la
visita al Espacio de Memoria, y también debido a que tiene una Comisión de Derechos
Humanos muy activa con quienes se ha trabajado en conjunto en relación a estudiantes
detenidas-desaparecidas de la escuela que han sido vistas en el Centro Clandestino de
Detención, Tortura y Exterminio (CCDTyE) “Club Atlético”. A través de esta Comisión se
colocaron en la escuela baldosas con sus nombres, y se ha trabajado en conjunto con el área
de investigación del ex “Club Atlético” en relación a las historias de vida de las
detenidas-desaparecidas, compartidas con todo el colegio en el acto de colocación de las
baldosas.

Como el grupo de estudiantes que asistiría a la audiencia del juicio no conocía el


Espacio de Memoria, realizamos primero una presentación del mismo, yendo desde un
contexto macro latinoamericano, enfocando luego en el CCDTyE “Club Atlético”, pasando
luego por las etapas de excavación, recuperación del Sitio y su señalamiento como Espacio
de​ ​Memoria,​ ​y​ ​las​ ​líneas​ ​actuales​ ​de​ ​trabajo.

Para completar el encuentro en el Lenguas Vivas, un integrante del programa “La


escuela va a los juicios” comenzó su exposición preguntándole a los/as estudiantes si les
parecía importante que los crímenes cometidos por el terrorismo de Estado estén siendo
juzgados. Ante la respuesta positiva, explicó por qué durante muchos años, más de una
década, no solo no se podían juzgar, sino que muchos acusados e inclusive condenados
quedaron​ ​en​ ​libertad.

Explicó cómo se aprobó la nulidad de las leyes de obediencia debida y punto final, la
que permitió que se reabriera la posibilidad de elevar causas y poder juzgar así a los
responsables por los delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura
cívico-militar. Y entre otras causas emblemáticas enunció las dos primeras partes del circuito
represivo ABO (la primera desarrollada entre 2009-2010, la segunda en 2012, y la tercera
iniciada​ ​en​ ​septiembre​ ​de​ ​2016.

La otra institución que nos pidió realizar un taller fue la Escuela de Educación Media
Nº 2 D.E. 17 “Rumania”. El año pasado, el grupo de estudiantes (que estaba en 4º año)
realizó la visita al Espacio de Memoria ex CCDTyE “Olimpo”, y este año (estando en 5º año)
realizó​ ​la​ ​recorrida​ ​por​ ​el​ ​ex​ ​CCDTyE​ ​“Club​ ​Atlético”.

Luego de la recorrida por el Sitio Arqueológico, y por la sala de exhibición de algunos


de los objetos hallados en las excavaciones y puestos en diálogo con testimonios de
sobrevivientes, realizamos, con el acompañamiento de imágenes, el recorrido histórico por
los​ ​juicios​ ​de​ ​Lesa​ ​Humanidad.

Cronológicamente, a través de una línea de tiempo que los/as estudiantes se llevaron


consigo como material de consulta, revisamos acciones y acontecimientos históricos que
hacen, por acción u omisión, al camino recorrido en relación a averiguaciones, denuncias y
juzgamiento​ ​de​ ​los​ ​responsables​ ​por​ ​delitos​ ​de​ ​lesa​ ​humanidad.

Con estas dos escuelas secundarias, al igual que con estudiantes y docentes del
profesorado del Colegio Normal Nº 3, nos encontramos en los tribunales de Comodoro Py
para​ ​presenciar​ ​una​ ​audiencia​ ​del​ ​juicio​ ​ABO​ ​III.

Cuando finalizó la misma, nos dirigimos a una sala de la planta baja que está
reservada para que los integrantes del programa “La escuela va a los juicios” reciban y
trabajen​ ​con​ ​los/as​ ​estudiantes​ ​que​ ​asistieron​ ​ese​ ​día.

Tanto para los/as estudiantes como para nosotras/os fue reencontrarnos con caras
conocidas en una instancia que es muy sensible, ya que se escuchan relatos muy violentos
que vivieron los/as sobrevivientes o familiares de detenidos-desaparecidos. Fue evidenciar
también el acompañamiento que desde los Espacios de Memoria hacemos para con los/as
testigos​ ​en​ ​los​ ​juicios​ ​que​ ​nos​ ​involucran​ ​directamente.

Para los/as estudiantes del nivel terciario, fue además presenciar otra instancia
pedagógica en relación a la temática, ya que los integrantes del programa antes mencionado
proponen primero un espacio de charla y reflexión conjunta sobre lo recién escuchado, tanto
si quedaron dudas o algo que haya llamado la atención, como también cómo se sintieron o si
lo vivido fue como se lo imaginaron. Y por otro invitan a lo/as estudiantes a realizar unos
afiches sobre lo que les dejó esta experiencia o sobre lo que quisieran comunicar luego de
todo​ ​el​ ​proceso​ ​que​ ​atravesaron,​ ​incluida​ ​la​ ​audiencia.

Sabemos que los juicios por delitos de Lesa Humanidad no están difundidos, y eso se
evidencia en las salas prácticamente vacías de las audiencias. Es por esto que la presencia de
los/as estudiantes resulta muy importante, tanto por el acompañamiento que sienten las
víctimas, sea que declaran por primera vez o que ya tienen una trayectoria en estas instancias,
como por ser parte de un hecho histórico, irrepetible, y que ha tardado muchos años y muchas
luchas​ ​en​ ​que​ ​se​ ​lleve​ ​a​ ​cabo.

La participación de los/as estudiantes en las audiencias de los juicios permite que cada
uno de ellos pueda reflexionar sobre sus experiencias, sus derechos y responsabilidades. Y en
el​ ​caso​ ​del​ ​terciario,​ ​proyectar​ ​estas​ ​temáticas​ ​a​ ​sus​ ​actuales​ ​o​ ​futuros​ ​espacios​ ​de​ ​trabajo.

Lo vivido durante la última dictadura cívico-militar no atravesó únicamente a las


víctimas directas del terrorismo de Estado, sino que abarcó a toda la sociedad. Los primeros
procesos de justicia (conformación de las CoNaDeP, el juicio a las juntas, por ejemplo) al
retorno de la democracia, quedaron truncos y silenciados con el advenimiento de las leyes de
impunidad​ ​y​ ​los​ ​decretos​ ​de​ ​perdón,​ ​sancionados​ ​entre​ ​1986​ ​y​ ​1989.

Lo no juzgado, acallado desde los medios masivos de comunicación, la impunidad y


libertad que gozaban los genocidas, comenzó a ser revertido cuando las consignas de
Memoria, Verdad y Justicia pasaron a ser una política pública: fue desde el Estado, entre
otras acciones, que se comenzó a juzgar a los máximos responsables por los delitos de lesa
humanidad​ ​cometidos​ ​en​ ​los​ ​CCDTyE.

Esta memoria colectiva se hace presente cuando ocurren instancias de transmisión,


cuando se produce un vínculo intergeneracional, por ejemplo, en una sala de audiencia, entre
quienes vivieron la época y quienes no, entre quienes van a relatar su experiencia de terror
vivida en un CCDTyE y entre quienes salen de la audiencia reclamando que se haga Justicia,
no​ ​sólo​ ​por​ ​quien​ ​han​ ​escuchado​ ​testimoniar,​ ​sino​ ​por​ ​la​ ​sociedad​ ​entera.

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