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Ustedes son las velas que no se apagan por fuerte que soplen los vientos…
Ustedes son el testimonio del amor que Mi Hijo ha depositado en el corazón de cada
uno…
En este instante busquen el verdadero arrepentimiento, ese que nace desde lo más
profundo de ustedes, desde donde nace el verdadero dolor por las ofensas cometidas en
contra de Dios y del prójimo.
La fusión entre el hombre y el Espíritu Santo debe aflorar para que la Humanidad no sea
engañada. Quien rinda honor al hombre caerá con el hombre. Quienes sean idólatras,
rebeldes, los que amenazan, los impíos, los engañadores serán derrotados por Mí.
Como Estrella de la mañana, resplandezco en medio de los humildes que son formados
en el crecimiento del espíritu a la Manera Divina: en Amor, Gracia, Santidad, Verdad,
Valor y Paciencia, para que el trigo brille como si el sol le iluminara.
Yo tomo la mano del Pueblo de Mi Hijo para llevarles a nacer nuevamente. El hombre
debe renacer con un corazón de carne, fiel, colmado de paz, con sentidos purificados
por la Voluntad Divina y consciente del verdadero valor de la Cruz.
Mis hijos no niegan el esfuerzo ni el sufrimiento ni las penas que imponen el cambio de
ser un hombre acostumbrado a dar gusto a su “ego”, para ser un hombre que vive en la
constante praxis del vivir Los Mandamientos, de amar al prójimo, de vivir una constante
lucha contra sus deseos y pasiones, de exigirse un mayor conocimiento de Mi Hijo y de
Su Obrar y Actuar para ser mejor y estar más cercano a Mi Hijo.
NO DESEO REPETIDORES SINO CRIATURAS CONSCIENTES DE QUE
PARA MANTENERSE EN EL VERDADERO CAMINO CON LA FE MADURA
Y DISPUESTA PARA LA PRUEBA, TIENEN QUE ADENTRARSE EN EL
CAMINO DE MI HIJO Y ASPIRAR HACIA ARRIBA, ser conscientes de la
grandeza del ser hijo de Dios y con amor y confianza poder llamarle: “Padre nuestro
que estas en el Cielo...” (Mt. 6,9)
Bien saben que el mal desea prevalecer por sobre la Iglesia de Mi Hijo. No olviden
adorar a Mi Hijo, no sólo en el Tabernáculo, sino en cada uno de los actos y obras con
que dan testimonio del amor que dicen poseer por Mi Hijo. ¡Son tantos los que se
reúnen en los Templos con fines tan distintos a los que verdaderamente pide Mi Hijo!
En este instante los Templos han sido tomados como anfiteatros, ofendiendo
gravemente al Corazón Sacratísimo de Mi Hijo, al introducir al mismo gestor del
pecado dentro del Corazón de la Iglesia de la cual soy Madre. Blasfeman con estos
actos…
Con temblor y espanto desde la Casa Paterna, las Legiones Celestiales miran a aquellos
que reciben a Mi Hijo en pecado grave, gestando su propia condenación. ¿Es esta la
Iglesia
Oren hijos Míos, oren por Italia, padece nuevamente, el pecado sobreabunda, el
arrepentimiento es olvidado.
Oren hijos, oren, nuevas alianzas son solo falsas esperanzas. La traición se abre
paso, oren por Colombia.
Les bendigo.
Mamá María.