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LA FILOSOFIA EN LA EDUCACION SECUNDARIA. 1.—ta multiplicidad de sistemas y tradiciones nacionales y la pasibilidad de ensefiar filosofia. No es insdélito el pregun- tarse si es posible y conveniente ensefar filosofia a los alum: nos del ciclo secundario. Que las respuestas dadas por las auto- tidades encargadas de organizar y dirigir lo educacién no son coincidentes lo prueba la diversidad de situaciones naciongles en lo que respecta a los cursos de filosofia. De otfo lado, aun- que en conjunto el movimiento actual de la educacién secun- daria favorece, segién creemos, Ja expansién de la ensefianza filoséfica, no debe dejar de considerarse el hecho de que en ciertos paises, al revisarse ef sistema educativo, se ha persistida en la abstencién. Sin embargo, al hacer referencia o tal o cual caso de sistema educative y o la aceptacién o la supresién de la ensefianza filoséfica en determinados paises y a su progre- so en el conjunto de la educacidén secundaria actual es preciso tener en cuenta los razones de politica nacional, las diferencias de tradicién espiritual y las variaciones en la concepcién misma -de la filosofia y sus metas. Esto hard advertir los factores dife- renciales que intervienen en cada caso en el planteo de lo cues- tién. y también en la respuesta que se da a ella. Cabe no obstante plantear el problema desde una pers- pectiva pedagégica general y considerar si es posible y con- yeniente ensenar filosofia en el ciclo secundario. Esto es lo que se hace frecventemente oponiende a la implantacién de tales estudios algunos argumentos que vamos 9 examinar a conti- nuacién.' A ellos se agrega, en paises como el Peri, un argu- mento que se apoya en la situacién econdmico-social y en la supuesta orientacién practica que debe tener la educacién de las naciones subdesarrolladas, 2.—-La objecién psicolégica, La primera objecién contra la_posibilidad de ensefar filosofia en la secundaria apela a la psicologia del adolescente, que es por lo comin el educando ial que se-imparte esta ensefianza en dicho ciclo de estudios. “Se basa la objecién en el supuesto de que el joven que atra- viesa por uno etapa de equilibrio animico inestable, con yng marcada proclividad a la negacién de las realidades. y los va- lores y .un sentimiento persistente de desconcierto e insatisfac- cién, lejos de ser ayydado por la conciencia critica y proble- matica que cultiva la filosofia, el joven puede ser mas bien per- turbado psicolégicamente- por ella, acentudndose’ artificial e 3 Sobre el mismo punto, Cf, la serie de articulos publicados por nosotros en el Suplemento Dominical del diario El Comereto de Lima, 1958, recogidos en eb libro En torno a la Educacién, Lima, Facultad de Educacién de Iz Univer- widad de San Marcos, 1965. 2da. Parte, pp. 95 y ss. aR DEDACTICA DE LA FILOSOFIA innecesariamente los factores conflictivos y de desajuste con el anugde y la sociedad que obran en al. Semejante critica peca por lo menos de simplismo, pues pone de resalto sélo ciertos elementos de ia filosotia, precisa- mente aquellos que pueden ser considerados agravantes de la crisis vital del adolescente ~aunque sobre esto faltan estudios empiricos suficientes—, olvidando otros que, al canalizar tos conflictos que su situacién psiquica peculiar provoca ~~vg., con: twa la auvteridad, el dogmatismo, las ideas recibidas—~ sirven de via de resolucién de ellos, mientras que otras actitudes los exacerban © simplemente los aplazan con resultados nocives. . En todo caso, el problematismo y el espirity critica de la filosofia, camo todo medio pedagdgico, adquieren un sentide diverso segin sea la manera como se les inserta y emplea en el proceso educative, No se puede por tanto afirmar a priori y simplemente que el filosofar como tal sea nocivo al adolescente, sin contar con que, segin veremos, hoy también razones para creer que, por el contrario, le es benéfico. 3.—La objecién de especializacién. En segundo lugar se aduce que la filosofia en un tipo especial, no ordinaric, de co- nocimiento, el cual requiere singulares dotes personales y una dedicacién plena para poder ser adquirido. Por tanto, no se armeniza con las miras y las condiciones reales de la escuela secundaria, en la cual no se trata de formar especialistas y menos de nivel superior. Segin este punto de vista, el lugar de la filosofia es la Universidad, es decir, la educacidn: superior, y la edad propia para dedicarse a su estudio ta pastescolar. No negamos que el argumento tiene peso y puede conces derse enteramente si se pretende hacer de los alymnas de se- cundaria especialistas en filosofic, lo que no,es pasible por las tazones aducidas. Pierde su fuerza, en cambio, cuando se reco: nece que son otros los fines y valores de la educacidn filosdfica en este nivel.’ Cuando se tiene en mente esos fines y en la medi- da en que pueden alcanzarse —cosa que de hecho. se realiza en aquellos plonteles en que hay buena ensefianza de la mate- ria— resulta artificial la alfernativa en que se apoya el argu- mento: o se forma especialistas en filosofia o no puede darse ensefianza filosdfica en la secundaria. El argumento se mues- tra entonces vane. 4—ta objecién Pragmdtica— Otro repare opuesio a la educacién filoséfica es mds bien practicista y utilitario y, en este 1 Bn el capitulo [ff estudiamos estos fines y valores. LA FILOSOFIA EN LA EDUCACIGN SECUNDARIA ae . santide, opvesto al’ anterior. Ya:no sé trata de salvar a ta filo- ‘sof en su condicién-dé teoria pure y_ de alto nivel, sino de res- tarle -importancio ¢ inclusive de. prevenir los peligros que entre- fe su-ensefianza., Se dice, en efecto, que ta formacidn secunda- ria debe ser til para la vida y, por tanto, gravitar hacia la ca- pacitacién técnica. Especialmente en paises. pobres como los lotinoamericanos —se agrega— fa escuela no debe desviarse de este objetive practice central. Pero jo filosofia; segdn este punto de vista, representa justamente la ofientacién antiprdctica y no inmediotista por excetencia, pues se ofrece como un saber abstracta, ajeno a las realidades particulares y fechables. Con respecto a esta objecién, sefialemos por lo pronte que no dfecta propia a exclusivamente a la educacién filosdfica sino al conjunto de la “ensefianza secundario, Habria que es- ‘clarecer, como premisa de la discusién, si el valor de la edu- tacién secundaria, incluyendo la ensefonza de la ciencia, se encuentra del lado de un practicismo del tipo mencionade. No lo creemos, entre ofras cosas porque é| implica una concepcidn no sdélo demasiado estrecha de io educacién secundaria sine, inclusive, de la proxis mismo. Pero, ademas, ponemos en tela de “juicio lo afirmacién del antipracticisme de la Filosofia toda vez qué una de sus funciones —y no solamente como materia enseficda en la educacién. secundaria es fa orientacién uni- versal y critica del pensomiento, ef cual es siempre, de una vu otra manera, un elemento fundamental de la praxis racional, és decir, de und accidn que no opera ciegamente sobre fa tealidad. Finalmente, cabe sefialar que ia secundaria, si no_ex- clusiva.o predominantemente, también es un ciclo de estudias previo y preparatorie con respecto a la Universiciad y que, por consiguiente, debe ‘capacitar para los estudios superiores. En este caso —que evidentemente ya no seria general— habria que .contemplar, con criterios ‘distintos a fos cominmente aplicados a la formacién de cuadros técnicos, la cuestién del lugar que corresponde a la educucién filosdéfica en el sistema de Ia secundaria. : Por cierto que lo dicho tiene también aplicacién en un pais subdesarroliade, pues, en este punto, fos problemas de fa for- macién secundaria no son distintos a los de los paises desarro- llados aunque sean de. mds'compleia y de mds dificil solucién. Aparte de que es preciso evitar, cuando se enfocan los proble- tas educacionales de los naciones subdesarrolladas, el reco- mendar para ellas sdlo formas inferiores o débiles de educa- clén que horda imposible una superacién cabo! de su situacién deprimida actual. : §.—fxigencia de ensafar filosofia. En jo onterior se ho perfilado, al hilo de una respuesta afirmativa a ta cuestién de ae DIDACTICA DE LA FILOSOFIA si es posible ensefar filosofia, la exigencia de dicha forma de educacién en el colegio secundarie. Vamos a abordar este tema desde dos dngulos, que no siempre se distinguen suficien- temente y que conviene distinguir, considerando primero las ra- zones que hacen aconsejables la ensefiariza de la filosofia en secundaria y, en segundo lugar, las que respaldan ia inclusién de la materia filosdfica en el curriculum de tal ciclo 0, dicho Ge otro mode, los razones favorables a ja ensefianza de la ilosofia. a} Con. respecto a lo presencia de la filosofia en el curri- culum secundario cabe sefialar lo siquiente: i} La flosefia completa el cuadro de Ia cultura que debe adquirir el educancdo de secundaria y Hende o darle una visién integrada, totalizante y no meramente aditiva, de los divarsos sectores del conocimiento y ta creacién humana con que se ha fomiliarizade en el curso de su educacién. Este valor de cultura sélo podra ser realizado en la educacién secundaria por quie- nes —lo mayorio— no van a seguir estudios superiores. i} EL conocimiento, las creencias, los valores y autorida- des con que es confrontado el educando a lo largo de su edu- cacién y de su vida entera no han side sometides sistematica- mente al imperio de una refiexién critica que ponga por encima de toda norma Io racionalidad y la verdad universal. Este mo- fiva, de una parte, rebeldias movidas por ef sentimiento de des- contento o de sujecién y que obedecen a yn impulso sin meta definida o, de stra conductas estereotipadas, sin originatidad y sin horizonte, plazas fuertes del conservaderismo ciego, de la supersticién y de la tolerancia. Lo reflexién y lo orientacidn filo- s6ficas contribuyen decisivamente a enmendar estos defectos. Pe- ro sdélo pueden serles ofrecidos a la mayoria de los adolescen- tes, como hemos dicho, en el nivel secundario. iti} Finalmente, para aquellos alumnos que van a conti- nuor estudios en institutes superiores, es necesoria una base de técnicas y conceptos filosdficos, no sdlo con vistas a un futuro curso de estudios avanzados de esta especialidad, sino a fas demas especialidades ocadémicas de nive! yniversitario. b} Veamos ahora la exigencia de ensefar Mlosofia en el colegio, _ 4 Si bien lo filosofia tiene en principio el cardcter de un diseurso universal, es decir, de un logos dirigide a todos los hombres, y si todo hombre, en principio, puede acceder a lo ‘LA FELOSOFIA EN LA EDUCACION SECUNDARIA SB filosofia, esto no significa que fodo hombre, esponténeamente, gin ningén cultive previo, flosofe. Es preciso que enfre en con- acto con les pensadores que hon fundede y montenide viva fa radicién filosdfica; es necesario que estudie las obras represen- jativas de Ia filosofia y penetre en su sentido, a fin de poder oeceder al filosofar propiomente dicho. Como le sefald ya muy tlaramente Hegel, no es fo mismo poseer por naturaleza a fa- zultad racional y ser apto pare hacer filosofio.Es preciso, pues, aprender a flosofar. ii} Este aprendizeje de la filosofia difleilmente puede he- earse solo. Se va claramente yo esto en el hecho de que la file. sofia que bodemas conocer es un acio personal madura y por tanto un pensar actual o actualizado en otro espirity que ha lograde ia modurez. Hay ‘entonces uno necesidad primaria de contacto interhumano parc poder acceder a fa filosofia; sin asté contacto no se puede flosofor. De alll que el maestro seo incispentable y, con éi, in ensefianza. Guinde por el profe- sor el alumno Hene que superar uno a uno los obstéculos de le _conciencia ingenua, primitive, prejuiciosa o unilateral de lo real, y acceder graduaimente af nivel de un pensar filosdfico tiquiera elemental. Hay en esto escalas y grades y el maestro esef Hlamedo a decidir la medida adecuada. Memos dicho on- tes que no se puede ensefiar filosofia sino a filosofor; pera esto no significa que no 5ea necesorio ensefar o filosofar, Por el sontrario, @s indispensable, pues sin la mediacién del maestro no le sera posihle al joven aprender a flosofor. En esto fa en tefianza de io filosofia repite el esavema de lo tradicidn histé- fica de lo filosolia.! : ii} A menudo se cree que no es neceserio incluir fo filoso- i como wna materia curriculer en la educacién secundaria pensando que indirectomente, por ejempla o través de otros cursos, como los de religién, Heratura, historia o ciencia puede re un enfoque filasdfico a los planteos. de ciertas cuestios nes y¥, de ese modo, hacer occeder al alumno o fa reflexién co- trespondiente. Pere esto es olvidar, por un lado, lo absorbente gue pueden ser los otras moterias, ia proclividad, muy explica- le, de cada profesor a emplear todo el Hempo en los asuntos de si especiolidad y ia casi inevitable. gravitacién de su con- tiencia de especialista en. los enfoques del tema supuestamen- te flosdfico. Pero, ademas, puede ocurrir, lo cual no es en verdad poco frecuente, que estos enfoques sean justamente con- frarios © los filosdficos y que fa cultura flosdfica sea necesaria bara enmendar, completar o superar jos defectos del especia+ ‘inte Lh nuestra Enlclaciin Gtonifien, cap, 1 32 DIDACTICA DE LA FILOSOFIA lista, La diferencia de la ensefianze de la filesofia y de las otras materias, que hemos examinado anteriormente, hace claro que no puede prescindirse de aquella reemplazdndola per un apre- surado y convencional tratamiento “flosdfico” de ciertas cues- tienes pragmaticas. 6.—Lugar de ia ensefianza de fa filosofia en los planes de estudio. Considerada lo posibilidad y el valor de la ensefian- za fileséfica en el ciclo secundario, preguntémonos qué lugar fe toca dentro de este ciclo, que normalmente se divide en gra- dos y ramas diversos. Suele haber, por eiemplo, un grado gene- ral y bésico distinto del nivel de especidiizacién, y svele haber ramas de letras, ciencia, administracién, técnica, etc. gin cual de estas divisiones académicas debe colocarse la ensefanza de la filosofia? gA cud! pertenece propiamente? Estas cuestiones no pueden ser respondidas de modo completo sin considerar los diferentes sistemas y formas de la ensefianza filesdfica, lo que sélo haremos més odelante.' Pero manteniéndonos en un plano de abstracecién aceptable, podemos ensayar a esta ‘altura una respuesta, sin perjuicio de que las especificaciones que ofrezca- mos luego le den un cardcter més concrete. Se ha pensade tracicionalmente en nuestro pals y en la ma- yoria de los paises extranjeros, y se suele pensar aun hoy dia en muchas partes que fa ensefianza de ia filosofia pertenece al grépo de fas materias Hamadas de letras. Una lamentable con fusién entre educacién humanista y educacién fiteraria-ha re- forzado esta tesis, No hay, sin embargo, ninguna razén suficien- te para sostenerla, como no Ia hay para asimilar la ensefian- za filosdéfica a ta cientifica o a la de cualquiera otra especiali- dad bien determinada. Por tanto, es preciso afirmar que las asignaturas de filesofia no pertenecen exclusivamente o une v otra rama de las que suelen distinguirse en lo secundaria. Acep- tada la conveniencia de impartir su ensefianza, debe impartirse por tanto en todas ellas sin excepcién, para eviter este error de unilateralidad. Por lo que toca a la distincién de la ensefienza secunda- ria general y especial, nos parece que si el grado o subciclo comin comprende sdlo unos pocos afios o semestres:luego de terminada la edycacién primaria o elemental y si por. esta ra- z6n sélo se imparte a nifios muy jévenes sin una suficiente bose de cultura, no debe situarse en esta etapa la ensefianza filosdfi- co. Peto tampoco debe quedar reducida a lo condicién de asig- natura de especializacién, privando de su beneficio a la mayo- 2 Ch ef cop, VE LA FILOSOFIA EN LA EDUCACION SECUNDARIA 33 tia. de los alumnos. lo aconsejable es darla a todos en aque- Ilos afios de estudio en que las condiciones de madurez y de cultura de los educandos permitan un aprovechamiento suficiente .de la materia ensenada. 7. Bibliografia Bernad de Chdéneton, July, La filosofio en la escuela secundaria. Buenos Aires, Eudebo, 1965. Corbett, J.P., “Teaching Philosophy Now", en Archambault, {ed.}, Philosophical Analysis ond Education. Colin, Pierre “'R@le de l'enseignement de la philosophie dans evolution psychologique et spirituelle des adolescents’. En U'’Enseignement de la philosophie, Paris, Recherches et Debats, 36. Dreyfus, Dino, “Lo philosophie peut-eHe s'enseigner? ou lo *‘mauvaise conscience’ du professeur de philosophie”. En Revue de L'Enseignement Philosophique, Paris, a. 2, n. 5-6. Kesseler, Kurt, “Notwendigkeit und die Aufgaben des philosophi- ~ schen Unterrichts in der hoeheren Schulen". En Zeitschrift fur die Reform des hoeheren Schulen, 1916, 18. Myers, Orvil F. et al., “The Role of Philosophy in Junior College Terminal Education. (Report of a Committee on the Teaching of Philosophy in Junior College, Los Angeles City College)’. En The Junior College Journal, Nov. 1944-Feb. 1945. Pullen, Karl, Die Problemafik des Philosophie-Unterrichts an fgeheren Schulen. Diisseldof, Paedagogischer Verlag Schwann, Salazor Bondy, Augusto. En terno a fa educacidn. Lima, Univer- sidad de San Marcos, 1965, segunda parte. iniciacién filoséfica Stoffer, Helmut {ed.}, Aufgabe und Gestoltung des Philosophie- Unterrichts Frankfurt am Main, Verlag Moritz Diesterweg UNESCO, The Teaching of Philosophy Paris, 1953. Vaz Ferreira, Carlos, “Sobre ensefianza de la filosofia”. En Lecciones de pedagogia y cuestiones de ensefianza. Monte- video, 1957.

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