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Comentario Inicial

Es tarea del discípulo dar el protagonismo en su misión a Jesús Resucitado, para que luego
de haberlo proclamado como Rey y Señor, logre dirigir la mirado a su Señor y confiarle
todo lo que se ha podido experimentar.
Es este el proceso que nos invita a vivir en este momento la Liturgia comunitaria, que en
medio del cansancio logremos direccionar nuestro descanso a los brazos de Jesús resucitado
de entre los muertos, y recobrar siempre la docilidad del hombre fiel que se dirige a su
creador. Es por ello que Jesús acoge nuestro sufrimiento y lo redime. Para que logre
efectuar tal acción completamente, Jesús requiere algo de nosotros y es dejarlo actuar.
Jesús que toca a la puerta espera una respuesta para poder convertir cualquier cansancio en
motivo de esperanza, de lucha y de perseverancia, especialmente en el proceso vocacional.
De la misma forma que convierte el sufrimiento del madero en redención para el cristiano,
quiere convertir el cansancio del cuerpo en recompensa del alma. Cuando el Discípulo
siente agotarse, es la fuerza del maestro que viene en su auxilio. Confiados en que es Jesús
resucitado quien viene a nuestro encuentro, iniciemos nuestra oración.

La entrega absoluta es el resultado de un corazón indiviso, dispuesto a donarse en totalidad.


Que, a la luz de la entrega de Jesús en el madero, seamos dóciles y derrochadores de
gracias en nuestro proceso vocacional
CANTADO
El cantico será cantado. Inicia dimensiones intelectual y comunitaria.
El salmo será salmodiado inicia etapa discipular.

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