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Mi reacción ante las situaciones con las que me encuentro en la calle muchas

veces no es la más apropiada porque me dejo apasionar con los casos de policía
que me encuentro en la calle, pero trato de no dejarme llevar y trato de ser neutral
para poder así dar una solución acorde al problema a la comunidad, me interesa
que no se vulneren los derechos a los demás, sin importar su condición social,
todos merecemos el mismo trato y más cuando somos funcionarios públicos y más
si estamos expuestos a la vista de las personas, debemos dar un gran ejemplo,
como dice nuestra misión el fin primordial es el mantenimiento de la convivencia
para los habitantes de Colombia, así mismo debemos aplicar los valores
institucionales para prestar un mejor servicio policial.
Las personas quedan muy agradecidas por mi proceder, se llevan un buen
servicio y una excelente imagen y no solo mía, si no de la institución en general
porque yo no me represento como persona, sino represento a una institución.
La última vez que tuve un conflicto laboral fue con un subalterno y todo por un
permiso que yo no le quise otorgar a sabiendas que yo no soy la persona idónea
que pueda autorizar esta clase de permisos, le decía que debía seguir el conducto
regular para que atendieran los mandos superiores su solicitud pero como los
costumbres en la policía nacional han venido cambiando con el pasar de los años
ya los uniformados que acaban de ingresar a la institución creen saber más que
los mismos mandos y sabérselas todas o porque solamente no quieren entender
que esto es una institución jerarquizada donde se debe obedecer a los mandos se
está perdiendo el respeto ya por la antigüedad y el liderazgo y ya solamente lo
toman como un trabajo y no por vocación como lo hacían nuestros padres cuando
ingresaron a la Gran Familia Policía Nacional.

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