Está en la página 1de 68

BREVIARIOS

del
FONDO DE CULTURA ECONÓMICA

213
LA ESTRUCTURA
DE LAS REVOLUCIONES CIENTÍFICAS
Traducción de
CARLOS SaLÍS SANTOS
La estructura
de las
revoluciones cientifícas
por

THOMAS S. KUHN

FONDO DE CULTURA ECONÓMICA


MÉXICO
ex libris eltropical
Primera edición en inglés, 1962
Segunda edición, 1970
Primera edición en español, 1971
Decimoctava reimpresión, 2002
Segunda edición, 2004 ÍNDICE
Segunda reimpresión, 2004

Kuhn, Thomas Samuel Prefacio .


La estructura de las revoluciones científicas f Tho- 9
mas Samuel Kuhn; trad. de Carlos Solís Santos. - 2" ed. 1. Introducción: un papel para la historia 23
- México: FCE, 2004 II. El camino hacia la ciencia normal . . 35
352 p. ; 17 x 11 cm - (Colec. Brev!arios ; 213) . III. Naturaleza de la ciencia normal . . .
Título original The Stracture ofSClentlfic RevolutlOns 57
ISBN 968-16-7224,.() IV. La ciencia normal como solución de
rompecabezas . . . . . . . . . . . . . . 76
l. Ciencia - Historia 2. Ciencia - Filosofía 1. Solís
Santos, Carlos, tr. 11. Ser 111. t V. La prioridad de los paradigmas. . . . 89
VI. Las anomalías y el surgimiento de los
LC Q175. K95 Dewey 082.1 B84 V. 213 descubrimientos científicos . . . . . . 102
VII. Las crisis y el surgimiento de las teo-
Comentarios y sugerencias: editor@fce.com.mx rías científicas . . . . . . . . . . . . . . 123
www.fondodeculturaeconomica.com VIII. La respuesta a la crisis . . . . . . . . . 141
Te!. (55)5227-4672 Fax (55)5227-4694
IX. La naturaleza y la necesidad de las
Diseño de portada: R/4, Pablo RuJfo revoluciones científicas . 164
X. Las revoluciones como cambios de la
Título original: The Structure o( Scientific Rev.0lutions
Edición autorizada por The Umverslty of Chlcago Press, visión del mundo . . . . . . . . . . . 193
Chicago, IlIinois, E. U. A. XI. La invisibilidad de las revoluciones 231
© 1962, 1970, The University of Chicago Press. XII. La resolución de las revoluciones
Todos los derechos reservados
243
XIII. El progreso a través de las revoluciones 268
D. R. © 1971, FONDO DE CULTURA ECONÓMICA Epílogo 1969 . . . . 290
Carretera Picacho-Ajusco, 227; 14200 México, D. F. Índice de materias
www.fondodeculturaeconomica.com 349
Se prohíbe la reproducción total o parcial de esta obra
-incluido el diseño tipográfico y de portada-,
sea cual fuere el medio, electrónico o mecánico,
sin el consentimiento por escrito del editor.

ISBN 968-16-7224-0 (segunda edición)


ISBN 968-16-0443-1 (pnmera edición)
Impreso en México· Printed in Mexico

7
192 NATURALEZA DE LAS REVOLUCIONI~S

siendo dicho recurso a criterios externos lo que


de manera más clara hace revolucionarios los de-
bates sobre paradigmas. No obstante, también
está en juego algo aún más fundamental que las X. LAS REVOLUCIONES COMO CAMBIOS
normas y los valores. Hasta ahora sólo he defen- DE LA VISIÓN DEL MUNDO
dido que los paradigmas son constitutivos de la
ciencia. Ahora quiero mostrar un sentido según
el cual también son constitutivos de la naturaleza. AL EXAMINAR los documentos de la investigación
del pasado desde el punto de vista de la historio-
grafía contemporánea, el historiador de la cien-
cia puede sentir la tentación de proclamar que
cuando cambian los paradigmas, el propio mun-
do cambia con ellos. Guiados por un nuevo para-
digma, los científicos adoptan nuevos instrumen-
tos, miran en lugares nuevos y, lo que resulta más
importante, durante las revoluciones ven cosas
nuevas y diferentes cuando miran con instru-
mentos familiares en lugares en los que ya antes
habían mirado. Parecería más bien como si la co-
munidad profesional hubiese sido transportada
repentinamente a otro planeta en el que los obje-
tos familiares se viesen bajo una luz diferente,
estando además acompañados por otros que no
resultan familiares. Por supuesto, no ocurre nada
por el estilo; no hay ningún traslado geográfico y
fuera del laboratorio los asuntos ordinarios con-
tinúan normalmente como antes. Con todo, los
cambios de paradigma hacen que los científicos
vean de un modo distinto el mundo al que se
aplica su investigación. En la medida en que su
único acceso a dicho mundo es a través de lo que
ven y hacen, podemos estar dispuestos a afirmar
que tras una revolución los científicos responden
a un mundo distinto.
Las demostraciones conocidas de los cambios

193
194 CAMBIOS DE LA VISIÓN DEL MUNDO CAMBIOS DE LA VISIÓN DEL MUNDO 195

en la Gestalt visual resultan muy sugerentes en que habitaba antes. Ésta es otra de las razones
cuanto prototipos elementales de estas transfor- por las que las escuelas guiadas por paradjgmas
maciones del mundo de los científicos. Lo que diferentes siempre se enfrentan a algunos malen-
antes de una revolución eran patos en el mundo tendidos.
del científico, son conejos después de ella. La per- Está claro que los experimentos de la Gestalt,
sona que antes veía el exterior de una caja desde en su forma más común, ilustran tan sólo la na-
arriba, ve luego su interior desde abajo. Las trans- turaleza de las transformaciones perceptivas.
formaciones de este tipo acompañan comúnmen- Nada nos dicen acerca de la función de los para-
te al proceso de aprendizaje científico, por más digmas o de las experiencias previamente asimi-
que en general sean más graduales y casi siempre ladas en el proceso de la percepción. Mas sobre
irreversibles. Al mirar las curvas de nivel, el estu- este particular exjste una abundante bibHografía
diante no ve más que líneas sobre un papel allí psicológica, gran parte de la cual surge del traba-
donde el cartógrafo ve una imagen del terreno. Al jo original del Instituto de Hanover. Un sujeto ex-
mirar una fotografía de una cámara de niebla, el perimental que se pone unos anteojos con lentes
estudiante sólo ve líneas discontinuas y confusas, inversoras de la imagen, inicialmente ve el mun-
mientras que el físico ve un registro de sucesos do cabeza abajo. Al principio su aparato percep-
subnucleares familiares. Es preciso pasar por al- tivo funciona como si hubiese sido entrenado para
gunas de esas transformaciones de la visión antes funcionar sin los anteojos, por 10 que el resultado
de que el estudiante se convierta en un habitante es una desodentación extrema y una aguda crisis
del mundo del científico, capaz de ver lo que ve el personal. Pero, una vez que el sujeto ha comen-
científico y capaz de responder como él. Con to- zado a aprender a manejarse en este nuevo mun-
do, el mundo al que tiene entonces acceso el estu- do, todo su campo visual se invierte, normalmen-
diante no está fijado de una vez por todas ni por te tras un periodo intermedio en el que la visión
la naturaleza del medio, por una parte, ni por la resulta sencillamente confusa. A partir de enton-
naturaleza de la ciencia, por la otra. Más bien ces, se ven de nuevo los objetos como se veían
está determinado conjuntamente por el medio y antes de ponerse los anteojos. La asimilación de
por la particular tradición de ciencia normal en un campo visual previamente anómalo ha reac-
la que el estudiante ha sjdo entrenado. Por con- cionado transformando el propio campo.l Tanto
sjguiente, en tiempos revolucionados, cuando literal como metafóricamente, la persona acos-
cambja la tradición de la ciencia normal, la per- tumbrada a las lentes inversoras ha sufrido una
cepción que tiene el científico de su medio ha de transformación revolucionaria de la visión.
reeducarse; en algunas situaciones familiares, ha
de aprender a ver una nueva Gestalt. Una vez que 1 Los experimentos originales se deben a George M. Strat-
lo haya hecho, el mundo de su investigación pa- ton, "Vision without Inversion of the Retinal Image", Psycho-
recerá ser aquí y allá inconmensurable con aquel logical Review, IV (1897), pp. 341-360, 463-481. Se puede en-
196 CAMBIOS DE LA VISIÓN DEL MUNDO CAMBIOS DE LA VISIÓN DEL MUNDO 197

Los sujetos del experimento de los naipes anó- do inmensamente sugerentes los tipos de experi-
malos discutido en el capítulo VI experimentaron mentos descritos antes. N. R. Hanson, en particu-
una transformación muy semejante. Hasta que lar, ha empleado las demostraciones de la Gestalt
aprendieron, gracias a una exposición prolonga- para elaborar algunas de las mismas consecuen-
da, que el universo contenía cartas anómalas, cias de las creencias científicas de las que me
sólo veían el tipo de barajas para el que los había ocupo aquí. 3 Otros colegas han señalado repeti-
equipado la experiencia previa. Con todo, una vez damente que la historia de la ciencia tendría más
que la experiencia ha suministrado las categorías sentido y resultaría más coherente si se pudiese
adicionales requeridas, eran capaces de ver todas suponer que de vez en cuando los científicos ex-
las cartas anómalas en la primera exposición lo perimentan cambios en la percepción como los
bastante larga como para permitir alguna identi- descritos más arriba. Sin embargo, por más que
ficación de cualquier tipo. Hay también otros ex- los experimentos psicológicos sean sugerentes,
perimentos que demuestran que el tamaño, color, en este caso no pueden ser más que eso. Mues-
etc., que se percibe en los objetos presentados ex- tran características de la percepción que podrían
perimentalmente varían también según el entre- ser centrales en el desarrollo científico, pero no
namiento y la experiencia previos del sujeto. 2 Al demuestran que las observaciones precisas y con-
explorar la rica bibliografía experimental de la troladas realizadas por los científicos que investi-
que se han sacado estos ejemplos, surge la sospe- gan compartan en absoluto esas características.
cha de que la propia percepción tiene como pre- Además, la naturaleza misma de esos experimen-
rrequisito algo similar a un paradigma. Lo que ve tos hace imposible una demostración directa de
una persona depende tanto de a qué mira como tal cuestión. Si los ejemplos históricos han de ha-
también de qué le ha enseñado a ver su experien- cer que parezcan pertinentes estos experimentos
cia visual y conceptual previa. En ausencia de tal psicológicos, hemos de reparar antes en qué ti-
aprendizaje, sólo puede darse "una lujuriante y pos de elementos de juicio podemos esperar que
zumbante confusión", para decirlo con las pala- la historia pueda o no ofrecer.
bras de William James. El sujeto de una demostración de la Gestalt sa-
En años recientes, varias de las personas inte- be que su percepción se ha transformado porque
resadas en la historia de la ciencia han encontra- puede cambiar adelante y atrás reiteradamente
contrar una panorámica más al día en Harvey A. Carr, An ln- mientras sostiene en sus manos el mismo libro o
troduction to Space Perception (Nueva York, 1935), pp. 18-57. la misma hoja de papel. Consciente de que nada
2 Véanse los ejemplos en Albert H. Hastorf, "The Influence ha cambiado en su entorno, acaba centrando la
of Suggestion on the Relationship between Stimulus Size and atención no en la figura (el pato o el conejo), sino
Perceived Distance", Journal of Psychology, XXIX (1950), pp.
195-217; así como Jerome S. Bruner, Leo Postman y John Ro- 3 N. R. Hanson, Patterns of Discovery (Cambridge, 1958),
drigues, "Expectations and the Perception of Color", Ameri- cap. r [hay traducción española, Patrones del descubrimiento,
can Journal of Psychology, LXIV (1951), pp. 216-227. Madrid, Alianza, 1977].
198 CAMBIOS DE LA VISIÓN DEL MUNDO CAMBIOS DE LA VISIÓN DEL MUNDO 199

en las líneas del papel que está mirando. Incluso luz era "a veces una onda y a veces una partícula"
puede terminar aprendiendo a ver esas líneas sin fue ~n periodo de crisis, un periodo en el que
ver ninguna de las figuras, pudiendo decir enton- algo Iba mal, y que sólo terminó con el desarrollo
ces (algo que antes no hubiera podido decir de de la mecánica ondulatoria y la constatación de
manera legítima) que lo que realmente ve son esas que la luz era una entidad autoconsistente distin-
líneas, aunque las vea alternativamente como un ta tanto de las ondas como de las partículas. Por
pato o como un conejo. Igualmente, el sujeto del tanto, en las ciencias, si las transformaciones per-
experimento del naipe anómalo sabe (o, más exac- ceptivas acompañan a los cambios de paradigma,
tamente, se le puede persuadir de ello) que su no hemos de esperar que los científicos den fe
percepción ha de haber cambiado porque una directamente de dichos cambios. Al mirar la Lu-
autoridad externa, el experimentador, le asegura na, el converso al copernicanismo no dice "acos-
que al margen de lo que viera, estaba mirando tumbraba a ver un planeta, mas ahora veo un sa-
todo el tiempo un cinco de corazones negro. En télite". Tal manera de expresarse daría a entender
amos casos, como en todos los experimentos psi- que en cierto sentido el sistema tolemaico había
cológicos semejantes, la efectividad de la demos- sido correcto en algún momento. Por el contra-
tración depende de que ésta sea analizable de rio, un converso a la nueva astronomía dice, "an-
este modo. A menos que haya una norma externa taño tomaba a la Luna por un planeta (o veía la
respecto de la cual demostrar la existencia de un Luna como un planeta), pero estaba equivocado".
cambio de visión, no podría extraerse conclusión Ese tipo de afirmaciones es recurrente después
alguna cerca de la existencia de posibilidades de las revoluciones científicas. Si ordinariamente
perceptivas alternativas. enmascara un cambio en la visión científica o al-
Sin embargo, con la observación científica la guna otra transformación mental con los mismos
situación es exactamente la inversa. Los científi- efectos, no podemos esperar un testimonio direc-
cos no poseen recurso alguno más allá de lo que to acerca de dicho cambio. Hemos de buscar por
ven con sus ojos e instrumentos. Si hubiese algu- el contrario testimonios indirectos y comporta-
na autoridad superior respecto de la cual se pu- mentales en el sentido de que el científico con un
diese mostrar que su visión se había transforma- paradigma nuevo ve de modo distinto de como
do, entonces dicha autoridad se convertiría en la había visto antes.
fuente de sus datos, mientras que la conducta de Volvamos pues a los datos y preguntémonos
su visión se transformaría en una fuente de pro- qué tipo de transformaciones en el mundo del
blemas, al modo en que la del sujeto experimen- científico puede descubrir el historiador que cree
tallo es para el psicólogo. Surgirían los mismos en tales cambios. El descubrimiento de Urano
tipos de problemas si el científico pudiera cam- debido a sir William Herschel suministra un pri-
biar atrás y adelante como el sujeto de los experi- mer ejemplo que además mantiene un estrecho
mentos de la Gestalt. El periodo durante el cual la paralelismo con el experimento del naipe anóma-
200 CAMBIOS DE LA VISIÓN DEL MUNDO CAMBIOS DE LA VISIÓN DEL MUNDO 201

lo. Al menos en 17 ocasiones distintas entre 1690 trella O cometa) suministradas por el paradigma
y 1781, algunos astrónomos, incluyendo a varios anteriormente dominante.
de los más eminentes observadores europeos, ha- El cambio de visión que permitió a los astróno-
bían visto una estrella en posiciones que nosotros mos ver Urano, el planeta, con todo no parece
suponemos ahora que tienen que haber estado haber afectado exclusivamente a la percepción de
ocupadas en aquel momento por Urano. Uno de ese objeto anteriormente observado. Sus con-
los mejores observadores de dicho grupo había secuencias tuvieron más alcance. Probablemen-
visto de hecho la estrella en cuatro noches sucesi- te, aunque los elementos de juicio no son claros,
vas de 1769 sin percatarse del movimiento que el pequeño cambio paradigmático inducido por
podría haber sugerido otra identificación. Cuan- Herschel contribuyó a preparar a los astrónomos
do Herschel observó por primera vez el mismo para el descubrimiento rápido, tras 1801, de nu-
objeto 12 años más tarde, lo hizo con un telesco- merosos planetas menores o asteroides. Debido a
pio mucho mejor fabricado por él mismo. Como su pequeño tamaño, éstos no mostraban la am-
resultado de ello, fue capaz de darse cuenta de pliación anómala que había alertado a Herschel.
que ofrecía el tamaño aparente de un disco lo que Sin embargo, los astrónomos, preparados para el
era al menos inusual para una estrella. Algo an- hallazgo de planetas adicionales, fueron capaces
daba mal, y por consiguiente pospuso la identifi- de identificar 20 de ellos con instrumentos nor-
cación hasta examinar mejor las cosas. Dicho males en los primeros 50 años del siglo XIX. 5 La
examen puso de manifiesto el movimiento de Ura- historia de la astronomía suministra muchos otros
no entre las estrellas y por consiguiente ¡Herschel ejemplos de cambios en la percepción científica
anunció que había visto un nuevo cometa! Tan inducidos por el paradigma, algunos de los cua-
sólo varios meses más tarde, y tras infructuosos les resultan incluso más claros. ¿Acaso podría ser
intentos de hacer encajar el movimiento observa- accidental, por ejemplo, que los astrónomos de
do en una órbita cometaria, Lexell sugirió que la Occidente vieran por primera vez cambios en los
órbita probablemente era planetaria. 4 Una vez cielos, anteriormente inmutables, durante el me-
aceptada esta sugerencia, en el mundo del astró- dio siglo posterior a la propuesta del nuevo para-
nomo profesional había unas cuantas estrellas digma copernicano? Los chinos, cuyas creencias
menos y un planeta más. Un cuerpo celeste que cosmológicas no impedían los cambios celestes,
había sido observado intermitentemente durante habían registrado la aparición de muchas estre-
casi un siglo, se vio de modo distinto después de llas nuevas en los cielos en fechas mucho más
1781 porque, como el naipe anómalo, ya no se po- tempranas. Asimismo, incluso sin la ayuda del te-
día hacer encajar en las categorías perceptivas (es-
5 Rudolph Wolf, Geschichte der Astronomie (Munich, 1877),
pp. 513-515, 683-693. Nótese en particular hasta qué punto la
4 Peter Doig, A Concise History of Astronomy (Londres, explicación de Wolf hace difícil explicar estos descubrimien-
1950), pp. 115-116. los como consecuencia de la ley de Bode.
202 CAMBIOS DE LA VISIÓN DEL MUNDO CAMBIOS DE LA VISIÓN DEL MUNDO 203

lescopio, los chinos habían registrado sistemáti- Si podemos quedar satisfechos con el uso coti-
camente la aparición de las manchas solares si- diano del verbo ver, reconoceremos rápidamente
glos antes de que las vieran Galileo y sus contem- que ya nos hemos topado con muchos otros ejem-
poráneos. 6 No fueron las manchas solares y la plos de cambios en la percepción científica que
nueva estrella los únicos ejemplos de cambio ce- acompañan a los cambios de paradigma. El uso
leste que aparecieron en los cielos de la astro- ampliado de percepción y de ver requerirá ense-
nomía occidental inmediatamente después de guida de una defensa explícita, pero permítaseme
Copérnico. Mediante el uso de instrumentos tra- antes ejemplificar su aplicación en la práctica.
dicionales, algunos tan sencillos como un hilo, los Reconsideremos por un momento dos de nues-
astrónomos de finales del siglo XVI descubrieron tros ejemplos anteriores tomados de la historia
repetidamente que los cometas vagabundeaban a de la electricidad. Durante el siglo XVII, cuando
su arbitrio a través del espacio anteriormente su investigación estaba guiada por una u otra teo-
reservado a los inmutables planetas y estrellas.? ría de los efluvios, los electricistas veían una y
La propia facilidad y rapidez con la que los as- otra vez que las motas rebotaban o caían de los
trónomos vieron nuevas cosas al mirar los viejos cuerpos electrificados que las habían atraído. Al
objetos con los viejos instrumentos puede indu- menos eso es lo que los observadores del siglo
cirnos a decir que, después de Copérnico, los as- XVII decían ver, y no tenemos más razones para
trónomos vivían en un mundo distinto. En cual- dudar de sus informes de percepción que de los
quier caso, su investigación procedía como si así nuestros propios. Situado ante el mismo aparato,
fuese. un observador moderno vería una repulsión elec-
Hemos extraído los ejemplos anteriores de la trostática, más bien que un rebote mecánico o
astronomía porque los informes de observacio- gravitatorio, pero históricamente con una sola
nes celestes se expresan frecuentemente con un excepción universalmente ignorada, la repulsión
vocabulario que consta de términos hasta cierto electrostática no fue vista como tal hasta que el
punto puramente observacionales. Sólo en tales aparato a gran escala de Hauksbee amplió enor-
informes podemos esperar encontrar algo que se memente sus efectos. Sin embargo, la repulsión
aproxime a un paralelismo pleno de las observa- tras la electrificación por contacto fue solamente
ciones de los científicos con las de los sujetos uno de los diferentes efectos de repulsión que vio
experimentales del psicólogo. Pero no es necesa- Hauksbee. Mediante sus investigaciones, más bien
rio insistir en tal paralelismo pleno, y tenemos que por un cambio de Gestalt, la repulsión se con-
mucho que ganar relajando nuestras exigencias. virtió repentinamente en la manifestación funda-
mental de la electrificación, siendo entonces la
6 Joseph Needham, Science and Civilization in China, III
(Cambridge, 1959), pp. 423-429, 434-436. atracción lo que hacía falta explicar. 8 Los fenóme-
7 T. S. Kuhn, The Copernican Revolution, pp. 206-209 [en la x Duane Roller y Duane H. D. Roller, The Development, pp.
traducción española, La revolución copernicana, pp. 270-273]. 21·29.
CAMBlOS DE LA VISIÓN DEL MUNDO CAMBlOS DE LA VISIÓN DEL MUNDO 205
204

nos eléctricos visibles a comienzos del siglo XVIII miento del oxígeno, Lavoisier vio la naturaleza
eran más sutiles y más variados que los que veían como mínimo de manera diferente. Y, en ausen-
los observadores del siglo XVII. Una vez más, tras cia de algún recurso a esa hipotética naturaleza
la asimilación del paradigma de Franklin, el elec- fija que "vio de manera diferente", el principio
tricista que miraba una botella de Leyden v.eía de economía nos incita a decir que tras descu-
algo distinto de lo que había visto antes. El artIlu- brir el oxígeno Lavoisier trabajaba en un mundo
gio se había convertido en un condensado~par~ distinto.
el que no era preciso ni la forma de botella nI el VI- Enseguida indagaré las posibilidades de evitar
drio. En lugar de ello pasaron a primer plano las esta expresión extraña, pero antes necesitamos
dos capas conductoras, una de las cuales no ha- otro ejemplo de su uso, derivado éste de una de
bía formado parte del aparato original. Como ates- las partes mejor conocidas del trabajo de Galileo.
tiguan gradualmente tanto. las di~cu,si~:)lles es- Desde la remota antigüedad, la mayoría de las
critas como las representacIOnes plctoncas, dos personas habían visto algún grave oscilando aquí
placas metálicas con un no conductor entre ellas9 y allá colgado de una cuerda o de una cadena
se habían convertido en el prototipo de la clase. hasta terminar deteniéndose. Para los aristotéli-
Simultáneamente fueron descritos de nuevo otros cos, quienes creían que un cuerpo pesado se mue-
efectos de inducción, mientras que otros fueron ve por su propia naturaleza desde una posición
observados por primera vez. alta hasta un estado de reposo natural en otra
Los cambios de este tipo no se limitan a la as- inferior, el cuerpo oscilante estaba simplemente
tronomía y la electricidad. Ya hemos señalado a~­ cayendo con dificultad. Limitado por la cuerda,
gunas de las transformaciones similares de la VI- sólo podría conseguir el reposo en el punto más
sión que se pueden obt~ner de l~ hist?ria de l~ bajo después de un movimiento tortuoso y un
química. Lavoisier, deClamas, VIO oXlg~n? alh tiempo considerable. Por el contrario, cuando Ga-
donde Priestley había visto aire desfloglstlzado lileo veía el cuerpo oscilante, veía un péndulo, un
y donde otros no habían visto nada en absoluto. cuerpo que era casi capaz de repetir el mismo
Con todo, al aprender a ver oxígeno, Lavoisier te- movimiento una y otra vez hasta el infinito. Y al
nía que cambiar también su visión ~e muchas ver tal cosa, Galileo observó además otras propie-
otras sustancias más familiares. Por ejemplo, te- dades del péndulo, construyendo en tomo a él mu-
nía que ver un mineral ~ompuest? all~ donde chas de las partes más significativas y originales
Priestley y sus contemporaneo s hablan VIsto una de su nueva dinámica. Por ejemplo, Galileo deri-
tierra elemental, y se dieron además otros ca~­ vó de las propiedades del péndulo sus únicos ar-
bias semejantes. Como resultado del descubn- gumentos plenos y convincentes sobre la inde-
pendencia del peso y la tasa de caída, así como de
la relación entre la caída vertical y la velocidad
9 Véase el análisis del capítulo VTI y la bibliografía incluida
en la referencia que se cita allí en la nota 9.
terminal de los movimientos por planos inclina-
CAMBIOS DE LA VISIÓN DEL MUNDO CAMBIOS DE LA VISIÓN DEL MUNDO 207
206

dos. 10 Vio todos estos fenómenos naturales de sepamos, que vieron en los movimientos oscila-
modo distinto de como habían sido vistos ante- torios lo que en parte veía en ellos Galileo. Buri-
dan describe el movimiento de una cuerda vi-
riormente.
¿Por qué se produjo ese cambio de visión? Gra- brante diciendo que el ímpetu se imprime en ella
cias al particular genio de Galileo, por supuesto. cuando es golpeada inicialmente; a continuación
Pero repárese en que el genio no se manifiesta aquí el ímpetu se consume en desplazar la cuerda con-
por una observación más precisa u objetiva del tra la resistencia de su tensión; la tensión hace
cuerpo oscilante. Descriptivamente la percepc.ión volver luego a la cuerda a su posición, confirién-
aristotélica es igualmente exacta. Cuando GalIleo dole un ímpetu creciente hasta alcanzar el punto
informó de que el periodo del péndulo era inde- medio del movimiento; tras ello, el ímpetu des-
pendiente de la amplitud, para amplitudes hasta plaza la cuerda en la dirección opuesta, una vez
de 90°, su visión del péndulo lo llevó a ver mucha más en contra de la tensión de la cuerda, y así
más regularidad de la que nosotros podemos des- prosigue un proceso simétrico que puede prolon-
cubrir ahí. 11 Lo que parece haber estado implica- garse indefinidamente. Andando el siglo, Oresme
do más bien fue la explotación por parte del ge- bosquejó un análisis similar de la piedra osci-
nio de las posibilidades perceptivas disponibles lante que hoy se ofrece como la primera discu-
gracias a un cambio del paradigma medieval. Ga- sión de un péndulo. 12 Su punto de vista está muy
lileo no recibió una educación completamente próximo a aquel con el que Galileo abordó ini-
aristotélica. Por el contrario, aprendió a analizar cialmente el péndulo. En el caso de Oresme al
los movimientos en términos de la teoría del ím- menos, y casi con certeza también en el de Ga-
petu, un paradigma tardomedieval que sostenía lileo, se trataba de un punto de vista que había
que la continuación del movimiento de un grave hecho posible la transición del paradigma origi-
se debe a un motor interno implantado en él por nal del movimiento de Aristóteles al paradigma
el proyector que inició su movimiento. Jean Buri- escolástico del ímpetu. Hasta que no se inventó
dan y Nicole Oresme, los escolásticos del siglo XIV dicho paradigma escolástico, el científico no po-
que ofrecieron la formulación más perfecta de la día ver péndulos, sino sólo piedras oscilantes.
teoría del ímpetu, son las primeras personas, que Los péndulos fueron engendrados por algo muy
similar a un cambio de Gestalt inducido por el
10 Galileo Galilei, Dialogues Concerning Two New Sciences,
paradigma.
trad. H. Crew y A. de Salvio (Evanston, IIlinois, 1946), pp. 80-
81, 162-166 [hay traducción española, Consideraciones Y de- No obstante, ¿realmente hemos de describir lo
mostraciones matemáticas sobre dos nuevas ciencias, Madrid, que separa a Galileo de Aristóteles o a Lavoisier
Editora Nacional, 1976, pp. 175-178 y 289-292; las páginas de Priestley como un cambio de visión? ¿Veían
del volumen VIII de la edición de las Opere de A. Favaro son
127-129 y 206-208.]
11 lbidem, pp. 91-94, 244 [traducción citada, pp. 190-194 Y 12 M. Clagett, The Science of Mechanics in the Middle Ages

396-398; Opere, VIII, pp. 138-141 y 277-278]. (Madison, Wisconsin, 1959), pp. 537-538, 570.
208 CAMBIOS DE LA VISIÓN DEL MUNDO CAMBIOS DE LA VISIÓN DEL MUNDO 209

realme nte estas person as cosas diferen tes cuan- g~rantiza que la crisis se pueda pospo ner indefi-
do miraba n los mismo s tipos de objeto s? ¿Hay mdam ente. Las investi gacion es actual es en cier-
algún sentid o legítim o en el que podam os decir t~s partes de la filosofía, la psicolo gía, la lingüís -
que desarr ollaba n su investi gación en mundo s tlca e inclus o la histori a del arte, coinci den en
distint os? No se pueden poster gar por más tiem- sugeri r que el paradi gma tradici onal está un tan-
po estas pregun tas, pues es obvio que hay otro to sesgad o. El desaju ste se vuelve tambié n cada
modo mucho más usual de descri bir todos los vez más visible por el estudio históri co de la cien-
ejempl os históri cos bosque jados más arriba. Sin cia, hacia el que se dirige aquí necesa riamen te
duda mucho s lectore s prefer irán decir que lo que casi toda nuestr a atenció n.
cambi a con un paradi gma es tan sólo la interpr e- Ningu no de estos temas promo tores de crisis
tación que hace el científ ico de las observ acione s, h~ produ~ido aún una alterna tiva viable al para-
las cuales por sí misma s están fijadas de una vez dIgma epIstem ológico tradici onal, mas empiez an
por todas por la natura leza del medio y del apa- a sugeri r cuáles habrán de ser alguna s de las ca-
rato percep tivo. Según esta maner a de ver las co- racterí sticas de dicho paradi gma. Yo, por ejem-
sas, tanto Priestl ey como Lavois ier vieron ambos plo, soy doloro samen te consci ente de las dificul-
oxígen o, por más que interp retara n sus obser- tad~s crea.da s al d~cir que cuand o Aristó teles y
vacion es de modo distint o. Tambi én Aristó teles GalIleo mIrab an pIedra s oscilan do, el primer o
y Galileo habría n visto péndu los, aunqu e diver- veía una caída obstac ulizad a mientr as que el se-
gían en su interpr etació n de lo que cada uno ha- gundo veía un péndul o. Las misma s dificul tades
bía visto. se presen tan de modo aún más fundam ental con
Permít aseme decir de entrad a que este enfoqu e las frases iniciales de este capítul o: aunque el mun-
tan usual de lo que ocurre cuand o los científ icos do ~o c~mbie con. un cambio de paradi gma, tras él
cambi an su maner a de pensar sobre cuestio nes el Clenllfico trabaja en un mundo distinto . No obs-
fundam entale s no puede ser ni totalm ente erró- tante, estoy conven cido de que hemos de apren-
nea ni una mera equivo cación . Por el contra rio, der a confer ir sentid o al menos a enunc iados
es una parte esenci al de un paradi gma filosófico pareci dos a éstos. Lo que ocurre durant e una re-
iniciad o por Descar tes y desarr ollado al mismo volució n científ ica no es plenam ente reduct ible a
tiempo que la dinám ica newton iana. Dicho para- una re.inte rpretac ión de datos aislado s y estable s.
digma ha sido de utilida d tanto a la ciencia como En pnme r lugar, los datos no son inequí voca-
a la filosofía. Su explota ción, como la de la propia mente esta~les. Un péndul o no es una piedra que
dinámi ca, ha sido fecund a para una compr ensión cae y el oXIgeno no es aire desflog istizad o. Por
fundam ental que tal vez no hubier a podido lo- consig uiente , los datos que los científ icos reco-
grarse de otra maner a. Pero como tambié n indica gen de estos divers os objeto s son ellos mismo s
el ejempl o de la dinám ica newton iana, ni siquie- di~ti~tos, Como verem os ensegu ida. Y lo que es
ra el más sorpre ndente de los éxitos del pasado mas Impor tante, el proces o media nte el cual el
CAMBIOS DE LA VISIÓN DEL MUNDO 211
210 CAMBIOS DE LA VISIÓN DEL MUNDO

individuo o la comunidad realiza la transición de Mas la empresa interpretativa, y ése era el pro-
la caída obstaculizada al péndulo o del aire des- blema del penúltimo párrafo, tan sólo puede ar-
flogistizado al oxígeno, no se parece a una i.n ter - ticular un paradigma, no corregirlo. Los paradig-
pretación. ¿Cómo podr~a s~rlo en aus~nCla de mas no pueden ser en absoluto corregidos por la
unos datos fijos que el Clentlfico pueda mterpre- ciencia normal, la cual, como ya hemos visto, en
tar? Más que un intérprete, el científico que abra- última instancia sólo conduce al reconocimiento
za un nuevo paradigma es como la persona que de anomalías y a la crisis. Además, estas crisis no
lleva lentes inversoras. Aunque se enfrenta a la terminan por interpretación y deliberación, sino
misma constelación de objetos que antes, y sabe merced a un acontecimiento relativamente re-
que es así, con todo los encuentra transformados pentino y no estructurado semejante a un cam-
completamente en muchos de sus det~lle~. bio de Gestalt. Entonces los científicos tienden a
Estas observaciones no pretenden mdIcar que hablar de que "las escamas caen de los ojos" o del
no sea típico de los científicos interpretar datos y "destello de luz" que "baña" un rompecabezas an-
observaciones. Por el contrario, Galileo interpre- tes sumido en las tinieblas, lo que permite que sus
taba las observaciones sobre el péndulo, Aristóte- componentes se vean de un modo nuevo que por
les interpretaba las observaciones sobre las pie- vez primera hace posible su solución. En otras
dras que caen, Musschenbroek interpretaba las ocasiones, la iluminación pertinente llega duran-
observaciones sobre una botella llena de carga y te el sueño.J3 No hay ningún sentido ordinario
Franklin interpretaba las observaciones sobre un del término interpretación que se avenga a estos
condensador. Pero todas y cada una de estas in- destellos de intuición a través de los cuales nace
terpretaciones presuponían un paradigma. For- un paradigma nuevo. Por más que tales intuicio-
maban parte de la ciencia normal, una ~mpresa nes, tanto la anómala como la congruente con la
que, como ya hemos visto, tiene por objeto re.fi- ciencia normal, dependan de la experiencia obte-
nar, extender y articular un paradigma ya eXIS- n!da con el viejo paradigma, no están ligadas ló-
tente. El capítulo ll1 ofrecía varios ejemplos en gIcamente o paso a paso con elementos particu-
los que la interpretación desempeñaba una fun- 13 [Jacques] Hadamard, Subconscient intuition et logique
ción central, ejemplos que tipifican la abruma- dans la recherche scientifique (Conférence faite au Palais de la
dora mayoría de la investigación. En cada uno Découverte le 8 Décembre 1945 [AlenJ;on, s.f.]), pp. 7-8. Se pue-
de ellos, y en virtud de un paradigma aceptado; de e~co~trar una .exposición mucho más completa, aunque
el científico sabía qué es lo que era un dato, que restnnglda exclUSIvamente a las innovaciones matemáticas
en la obra del mismo autor, The Psychology oflnvention in th~
instrumentos habrían de utilizarse para obtener- Mathematical Field (Princeton, 1949) [existe una traducción
lo y qué conceptos eran pertinen~es para in~~r­ española de la primera edición de Princeton, 1945, Psicología
pretarlo. Dado un paradigma, la mterpretaclOn de la invención en el campo matemático, Buenos Aires, Espa-
de los datos resulta central en la empresa que lo sa-Calpe, 1947; el título inglés es Essay on the Psychology of
!l/ventlOn In the Mathematical Field].
explora.
212 CAMBIOS DE LA VISIÓN DEL MUNDO CAMBIOS DE LA VISIÓN DEL MUNDO 213

lares de dicha experiencia, como habría de ocu- los cuerpos flotantes hizo que el medio no fuera
rrir en el caso de una interpretación. Por el con- esencial; la teoría del ímpetu hizo el movimiento
trario, toman grandes porciones de dich~ expe- si.métrico y duradero, mientras que el neoplato-
riencia y las transforman en el haz mas bIen msmo llamó la atención de Galileo sobre la for-
distinto de experiencia que luego se ligará paso a m~ ~~r~ul.ar del movimiento. 15 Por consiguiente,
paso con el nuevo paradigma, aunque no con el m~dlO umcamente el peso, el radio, el desplaza-
antiguo. mIento angular y el tiempo de cada oscilación,
Para saber algo más acerca de lo que puedan ~ue eran exactamente los datos que se podrían
ser esas diferencias en la experiencia, volvamos mterp~etar para dar lugar a las leyes del péndulo
por un momento a Aristóteles, Galileo y el pén- de Gahleo. Para el caso, la interpretación resultó
dulo. ¿Qué datos hizo accesib~es a cada uno ?e ser .casi innecesaria. Dados los paradigmas de
ellos la interacción entre sus dIferentes paradIg- Gahleo, las regularidades pendulares eran casi
mas y su medio común? Al ver una caída obsta- accesibles a simple vista. Cómo, si no, habríamos
culizada, los aristotélicos medirían (o al menos de ~xplicar el descubrimiento de Galileo de que el
discutirían, ya que los aristotélicos rara vez me- penado de la lenteja es totalmente independiente
dían) el peso de la piedra, la altura vertical a la de la amplitud, descubrimiento que la ciencia
que había sido levantada y el tiempo que emplea- normal surgi~a de Galileo hubo de erradicar y
ba para llegar al reposo. Junto con la resistencia que hoy en dla somos totalmente incapaces de
del medio, ésas eran las categorías conceptuales docume~ta.r. Las regularidades, que no podrían
desplegadas por la ciencia aristotélica cuando se haber eXIstido para un aristotélico, y que de he-
ocupaban de un cuerpo en caída. 14 La investiga- cho la naturaleza no ejemplifica exactamente en
ción normal guiada por ellas no podría haber n.in!?ún sit~o, fueron consecuencia de la experien-
producido las leyes descubiertas po~ Galileo. Lo Cla .mmedIata de una persona que vio a la piedra
único que podría hacer, cosa que hIZO por otro oscIlante a la manera de Galileo.
camino, sería conducir a una serie de crisis de las Tal vez este ejemplo sea excesivamente irreal
que surgió la manera que tenía Galileo de ver la ya <:I~e los aristotélicos no han registrado dis~
piedra oscilante. La obra de Arquímedes sobre CUSlOn alguna sobre piedras oscilantes. Para su
paradigma, se trataba de un fenómeno extraordi-
14 T. S. Kuhn, "A Function for Thought Experiments", en
Mélanges Alexandre Koyré, R. Taton e 1. B. Cohen (eds.), que
nariamente complejo. Sin embargo, los aristotéli-
se publicará en Hermann (Pans) en 1963. [Se publicó en 1964
con el título L'Aventure de la science, Mélanges Alexandre Koy- 15 A. Koyr~, Études Galiléennes (París, 1939), 1, pp. 46-51

ré, París, Hemann, vol. n, pp. 307-334. También se pu?licó [hay tradUCCión española, Estudios galileanos, Madrid, Siglo
como capítulo 10 de The Essential Tension. Selected Studles In XXI, 1980, pp. 66-72]; así como "Galileo and Plato", Journal
Scientific Tradition and Change, The University.?f Chicago (JI the History of Ideas, IV (1943), pp. 400-428 [hay traducción
Press, 1977; traducido al español como La tenslOn esenczal, española, "Galileo y Platón" en A. Koyré, Estudios de historia
México, FCE, 1981.] del pensamiento científico, Madrid, Siglo XXI, pp. 150-179].
CAMBIOS DE LA VISIÓN DEL MUNDO CAMBIOS DE LA VISIÓN DEL MUNDO 215
214

cos sí atendieron el caso más simple de piedras parte estas concepciones, la piedra en caída, al
en caída sin restricciones no ordinarias, y aquí se modo del péndulo, mostraba las leyes que la re-
ponen de manifiesto también las m~smas diferen- gían casi por inspección directa. Galileo no fue
cias de visión. Al contemplar una pIedra que cae, una ~e las primeras personas que sugirieron que
Aristóteles veía un cambio de estado más bien las pIedras caían con movimiento uniformemen-
que un proceso. Para él, las mediciones p~rtine~­ te acelerado. 18 Además había desarrollado su teo-
tes de un movimiento eran por tanto la dIstanCia rema sobre este asunto, junto con muchas de sus
total cubierta y el tiempo total transcurrid?, pa- consecuencias, antes de experimentar con el pla-
rámetros que sumi~istra~ lo que h.oy en dIa.ll~~ no inclinado. Dicho teorema formaba parte de
maríamos no velocIdad, smo velocIdad medIa. u~a red de nuevas regularidades accesibles al ge-
De manera similar, dado que la piedra se veía im- mo en un mundo determinado conjuntamente
pulsada por su naturaleza para alcanzar su punto por la naturaleza y por los paradigmas en los que
de reposo final, Aristóteles veía ~l p~rámetro de se h~~ían educado Galileo y sus contemporáneos.
distancia pertinente en cualqmer mstante del Al V1Vl; en. ese mu~do, Galileo aún podía, cuando
movimiento como la distancia hasta el punto fi- le vema bIen, explIcar por qué Aristóteles había
nal, más bien que la distancia desde el origen del ~isto l~ que había visto. Sin embargo, el contenido
movimientoP Estos parámetros conceptuales mmedIato de la experiencia de Galileo con las pie-
subyacen y confieren sentido a la mayoría de sus dras en caída libre no había sido el de Aristóteles.
conocidas "leyes del movimiento". Con todo, en Por supuesto, no está en absoluto claro que de-
parte gracias al paradigma del ímpetu y en p~rte ?amos. pr~,ocupar~os tanto por la "experiencia
gracias a la doctrina conocida como de la latItud mmedIata , es deCIr, por los rasgos perceptivos
de las formas la crítica escolástica cambió este que un paradigma ilumina hasta el punto de que
modo de ver ~l movimiento. Una piedra movida muestran sus regularidades casi a simple vista.
por el ímpetu adquiría cada vez más í~petu ~ Tales rasgos, obviamente, han de cambiar cuan-
medida que se alejaba de su punto de partIda. ~SI do cambian los compromisos del científico con
pues, el parámetro pertinent~ pasó. a ser la d~s­ los paradigmas, pero distan de lo que ordinaria-
tancia-desde más bien que la dIstanCia-a. Ademas, mente tenemos en mente cuando hablamos de
la noción aristotélica de velocidad se vio dividida los datos brutos o de la experiencia bruta a partir
por los escolásticos en conceptos que poco des- de la cual se supone que se desarrolla la investi-
pués de Galileo se convirtieron en nuestras velo- gación científica. Tal vez la experiencia inmediata
cidad media y velocidad instantánea. Pero cuando debería d,ejarse de lado por ser algo cambiante,
se veía a través del paradigma del que formaban concentrandonos por el contrario en el análisis
de las operaciones y mediciones concretas que
T. S. Kuhn, "A Function for Thought Experiments". .
16
Koyré, Études, n, pp. 7-11 [traducción española, EstudIOS
17
18 Clagett, The Science of Mechanics, caps. IV, VI Y IX.
gali/eanos, pp. 80-84].
216 CAMBIOS DE LA VISIÓN DEL MUNDO CAMBIOS DE LA VISIÓN DEL MUNDO 217

los científicos Hevan a cabo en su laboratorio. O tal la investigación normal tan sólo porque prome-
vez se debería Hevar aún más lejos el análisis a ten ofrecer una oportunidad para la elaboración
partir de lo inmediatamente dado. Por ejemplo, fructífera de un paradigma aceptado. Las opera-
podría realizarse en términos de algún lenguaje ciones y las mediciones están determinadas por
de observación neutral, tal vez un lenguaje dise- el paradigma de manera mucho más clara que la
ñado para adecuarse a las impresiones retinianas experiencia inmediata de la que en parte derivan.
que median en lo que ve el científico. Tan sólo de La ciencia no se ocupa de todas las posibles ma-
una de estas maneras podemos aspirar a recu- nipulaciones de laboratorio, sino que por el con-
perar un ámbito en el que la experiencia sea de trario selecciona aqueHas pertinentes para yux-
nuevo estable de una vez por todas, en el que el taponer el paradigma a la experiencia inmediata
péndulo y la caída obstaculizada no sean percep- que el paradigma ha determinado en parte. Como
ciones distintas, sino más bien diferentes inter- resultado de ello, los científicos con distintos pa-
pretaciones de los datos inequívocos suministra- radigmas se enzarzan en diferentes manipulacio-
dos por la observación de una piedra oscilante. nes concretas de laboratorio. Las mediciones que
Pero ¿es la experiencia sensorial fija y neutral? hay que realizar sobre un péndulo no son las per-
¿Acaso son las teorías simplemente interpretacio- tinentes para un caso de caída obstaculizada. Tam-
nes manufacturadas a partir de datos dados? La poco las operaciones pertinentes para elucidar
perspectiva epistemológica que con más frecuen- las propiedades del oxígeno son siempre las mis-
cia ha guiado la filosofía occidental durante tres mas que las precisas para investigar las caracte-
siglos responde con un inmediato e inequívoco rísticas del aire desflogistizado.
¡sí! En ausencia de una alternativa desarroHada, Tal vez algún día se ingenie un lenguaje de ob-
encuentro imposible abandonar del todo tal pun- servación puro; pero tres siglos después de Des-
to de vista. Con todo, ya no funciona de manera cartes nuestras esperanzas en semejante eventua-
efectiva y ahora me parecen inútiles los intentos lidad siguen dependiendo exclusivamente de una
de hacerlo mediante la introducción de un len- teoría de la percepción y de la mente. Y la experi-
guaje de observación neutro. mentación psicológica moderna está produciendo
Las operaciones y mediciones que realiza un con rapidez muchos fenómenos a los que difícil-
científico en el laboratorio no son "lo dado" de la mente puede enfrentarse tal teoría. El pato-cone-
experiencia, sino más bien "lo recogido con difi- jo muestra que dos personas con la misma im-
cultad". No son lo que ve el científico, al menos presión retiniana pueden ver cosas distintas; las
no hasta que su investigación haya avanzado lo lentes inversoras muestran que dos personas con
suficiente y su atención esté bien enfocada. Son distintas impresiones retinianas pueden ver la
más bien índices concretos del contenido de per- misma cosa. La psicología ofrece una gran canti-
cepciones más elementales y, en cuanto tales, se dad de otros elementos de juicio en el mismo
seleccionan para ser escrutadas más de cerca por sentido, y las dudas que de eHo dimanan se ven
218 CAMBIOS DE LA VISIÓN DEL MUNDO CAMBIOS DE LA VISIÓN DEL MUNDO 219

fácilmente reforzadas por la historia de los inten- este modo para informar acerca de un mundo
tos de mostrar un lenguaje observacional efecti- plenamente conocido por adelantado puede pro-
vo. Ningún intento de lograr tal objetivo se ha ducir informes meramente neutrales y objetivos
aproximado a un lenguaje de puros preceptos sobre "lo dado". La investigación filosófica no ha
universalmente aplicable. Y aquellos intentos que suministrado aún la más leve indicación de cómo
más se aproximan, comparten una característica habría de ser un lenguaje capaz de tal cosa.
que refuerza notablemente varias de las tesis prin- En tales circunstancias podemos sospechar al
cipales de este ensayo. Desde el comienzo presu- menos que los científicos aciertan en principio y
ponen un paradigma, tomado sea de una teoría en la práctica cuando tratan al oxígeno y a los pén-
científica existente o de alguna fracción del dis- dulos (y quizá también a los átomos y a los elec-
curso ordinario, y luego tratan de eliminar de él trones) como los ingredientes fundamentales de
todos los términos no lógicos y no perceptivos. su experiencia inmediata. Como resultado de la
En algunos ámbitos del discurso, este esfuerzo se experiencia incorporada al paradigma de la espe-
ha llevado muy lejos y con resultados fascinantes. cie, la cultura y finalmente la profesión, el mundo
Ni que decirse tiene que merece la pena prose- del científico se ha poblado de planetas y péndu-
guir con ese tipo de esfuerzos. Pero su resultado los, de condensadores y minerales compuestos,
es un lenguaje que, como el empleado en las cien- amén de otros cuerpos por el estilo. En compara-
cias, incorpora un cúmulo de expectativas acerca ción con estos objetos de la percepción, las lectu-
de la naturaleza y deja de funcionar desde el mo- ras de las varas de medir y las impresiones retinia-
mento en que dichas expectativas se ven defrau- nas resultan construcciones complicadas, a las
dadas. Nelson Goodman señala exactamente esto que la experiencia sólo tiene acceso directo cuan-
cuando describe el objetivo de su libro Structure do el científico dispone que así ocurra con unas u
of Appearance: "Afortunadamente nada más está otras por necesidades especiales de la investiga-
en duda [que los fenómenos que se sabe que exis- ción. Con esto no se quiere sugerir que los pén-
ten]; pues dista de estar clara la noción de casos dulos, por ejemplo, sean las únicas cosas que pue-
"posibles", de casos que no existen aunque po- da ver un científico al mirar a una piedra que
drían existir".19 Ningún lenguaje restringido de oscila, pues ya hemos señalado que los miembros
19 N. Goodman, The Structure of Appearance (Cambridge,
de otra comunidad científica podrían ver una caí-
Massachusetts, 1951), pp. 4-5. Merece la pena citar el pasaje da obstaculizada. Pero lo que se sugiere es que el
más por extenso: "Si todos y solos los residentes de Wilmin- científico que mira una piedra que oscila, no pue-
ton en 1947 que pesan entre 175 y 180 libras son pelirrojos, de tener una experiencia que sea en principio más
entonces 'residente pelirrojo en 1947 de Wilminton' y 'resi-
dente de 1947 en Wilminton con peso entre 175 Y 180 libras' hemos determinado que no existe tal persona .... Afortunada-
pueden unirse en una definición constructiva ... el problema mente nada más se pone en duda, pues la noción de casos
de si 'podría haber habido' alguien al que se aplicara uno de 'posibles', de casos que no existen pero podrían haber existi-
estos predicados pero no el otro no se sostiene ... una vez que do, dista de estar clara".
220 CAMBIOS DE LA VISIÓN DEL MUNDO CAMBIOS DE LA VISIÓN DEL MUNDO 221

elemental que ver un péndulo. La alternativa no condensador en lugar de la botella de Leyden o


es alguna hipotética visión "fija", sino la visión a un péndulo en lugar de una caída obstaculizada,
través de otro paradigma que haga que la piedra era sólo una parte de un cambio integral en la vi-
oscilante sea alguna otra cosa. sión científica de una gran cantidad de fenóme-
Todo esto podrá parecer más razonable si re- nos relacionados de carácter químico, eléctrico o
cordamos una vez más que ni los científicos ni dinámico. Los paradigmas determinan al mismo
las personas ordinarias aprenden a ver el mundo tiempo grandes áreas de la experiencia.
a trozos, pieza a pieza. Excepto cuando todas las Con todo, sólo una vez que la experiencia se ha
categorías conceptuales y manipuladoras se en- visto determinada de esta manera, se puede ini-
cuentran dispuestas por adelantado, por ejemplo ciar la búsqueda de una definición operacional o
para el descubrimiento de otro elemento transu- de un lenguaje de observación puro. El científico
ránico más o para descubrir una nueva casa, tanto o el filósofo que se pregunta qué mediciones o qué
el científico como el hombre de la calle seleccio- impresiones retinianas hacen que el péndulo sea
nan grandes áreas completas del flujo de la expe- lo que es, deber ser capaz previamente de recono-
riencia. El niño que transfiere la palabra mamá cer un péndulo cuando lo ve. Si en lugar de ello
de todos los humanos a todas las mujeres y luego viese una caída obstaculizada, ni siquiera se plan-
a su madre, no se limita a aprender lo que signifi- tearía la cuestión. Y si viese un péndulo pero lo
ca mamá o quién es su madre, sino que está hiciera a la manera en que ve un diapasón o una
aprendiendo a la vez algunas de las diferencias balanza oscilante, su pregunta no obtendría res-
que hay entre machos y hembras, así como algo puesta, o al menos no podría responderse del mis-
cerca de cómo se relaciona con él una sola de en- mo modo, pues no sería la misma pregunta. Por
tre todas las mujeres. Como consecuencia de ello consiguiente, aunque las preguntas acerca de las
cambian sus reacciones, sus expectativas y sus impresiones retinianas o acerca de las conse-
creencias, y sin duda gran parte del mundo que cuencias de manipulaciones especiales de labora-
percibe. Por el mismo motivo, los copernicanos torio sean siempre legítimas y en ocasiones inclu-
que negaban al Sol el título tradicional de plane- so extraordinariamente fecundas, presuponen un
ta, no sólo aprendían qué significa planeta o qué mundo ya dividido perceptiva y conceptualmente
era el Sol. Sin duda estaban cambiando el signi- de cierta manera. En cierto sentido tales cues-
ficado de planeta a fin de que pudiera seguir es- tiones forman parte de la ciencia normal, pues
tableciendo distinciones útiles en un mundo en el dependen de la existencia de un paradigma y re-
que todos los cuerpos celestes, y no sólo el Sol, ciben distintas respuestas como resultado del
se veían de modo distinto a como se habían vis- cambio de paradigma.
to antes. Lo mismo se puede decir en el caso de Para concluir este capítulo, olvidémonos en ade-
cualquiera de nuestros anteriores ejemplos. Ver lante de las impresiones retinianas y limitemos
oxígeno en lugar de aire desflogistizado, ver un de nuevo la atención a las operaciones de labora-
222 CAMBIOS DE LA VISIÓN DEL MUNDO CAMBIOS DE LA VISIÓN DEL MUNDO 223

torio que suministran a los científicos los indicios A lo largo de la mayor parte del siglo XVIII y has-
concretos, aunque fragmentarios, de lo que ya ta entrado el XIX, los químicos europeos creían
han visto. Ya hemos observado reiteradamente casi universalmente que los átomos elementales
una de las maneras en que tales operaciones de de los que constaban todas las especies de sus-
laboratorio cambian con los paradigmas. Tras tancias químicas se mantenían unidos merced a
una revolución científica, muchas mediciones y fuerzas de afinidad mutua. Así, un trozo de plata
manipulaciones viejas se vuelven irrelevantes y se presentaba cohesión debido a las fuerzas de afi-
ven sustituidas por otras. No se aplican las mis- nidad entre los corpúsculos de plata (hasta des-
mas pruebas al oxígeno que al aire desflogistiza- pués de Lavoisier tales corpúsculos se considera-
do, si bien los cambios de este tipo no son nunca ban a su vez compuestos de partículas aún más
totales. Sea lo que sea lo que ve el científico, des- elementales). Según la misma teoría, la plata se di-
pués de una revolución sigue mirando el mismo solvía en ácido (o la sal en agua) porque las par-
mundo. Además, aunque antes pueda haberlos tículas del ácido atraían a las de la plata (o las
usado de manera diferente, gran parte de su len- partículas de agua atraían a las de la sal) con
guaje y la mayoría de sus instrumentos de labora- más fuerza que aquella con que se atraían entre
torio siguen siendo los mismos que antes. Como sí las partículas de estos solutos. O también, el
consecuencia de ello, la ciencia posrevoluciona- cobre se disolvería en la solución de plata preci-
ría incluye inevitablemente gran parte de las mis- pitándola porque la afinidad entre el ácido y el
mas manipulaciones, realizadas con los mismos cobre era mayor que la afinidad del ácido por la
instrumentos y descritas en los mismos términos plata. Había muchísimos otros fenómenos que se
que empleaba su predecesora prerrevolucionaria. explicaban de la misma manera. En el siglo XVIII,
En el caso de que se hayan transformado estas la teoría de la afinidad electiva era un paradigma
manipulaciones persistentes, el cambio debe re- químico admirable, muy utilizado, y a veces con
sidir o en la relación con el paradigma o en sus gran fecundidad, en el diseño y análisis de la ex-
resultados concretos. Merced a la introducción perimentación química. 2o
de un último ejemplo nuevo, deseo ahora sugerir No obstante, la teoría de la afinidad establecía
que se dan ambos tipos de cambio. Al examinar la línea de demarcación entre las mezclas físicas
la obra de Dalton y sus contemporáneos, descu- y los compuestos químicos de una manera que se
briremos que una y la misma operación, cuando ha vuelto extraña desde la asimilación del trabajo
se conecta a la naturaleza a través de un paradig- de Dalton. Los químicos del siglo XVIII recono-
ma diferente, puede pasar a ser un indicio de un cían dos tipos de procesos. Cuando la mezcla pro-
aspecto completamente distinto de la regularidad ducía calor, luz, efervescencia o algo por el estilo,
de la naturaleza. Además veremos que a veces, en se consideraba que había tenido lugar una unión
su nueva función, las viejas manipulaciones dan
resultados concretos distintos. 20 H. Metzger, Newton, Stahl, Boerhaave, pp. 34-68.
224 CAMBIOS DE LA VISIÓN DEL MUNDO CAMBIOS DE LA VISIÓN DEL MUNDO 225

química. Si, por otra parte, las partículas de la niciones. En cierto sentido puede que haya sido
mezcla se podían distinguir visualmente o se po- así, pero ese sentido no es aquel que hace de las
dían separar mecánicamente, se trataba única- definiciones meras conveniencias convencionales.
mente de una mezcla física. Mas estos criterios En el siglo XVIII las mezclas no eran plenamente
tan crudos eran de escasa utilidad en la gran can- distinguibles de los compuestos mediante prue-
tidad de casos intermedios que existían, como los bas operacionales, y quizá no podrían haberlo
de la sal en el agua, las aleaciones, el vidrio, el oxí- sido. Aun cuando los químicos hubiesen buscado
geno en la atmósfera, etc. Con la guía de su para- dichas pruebas, hubieran buscado criterios que
digma, la mayoría de los químicos consideraban hicieran que las soluciones fuesen compuestos.
como químico todo este espectro intermedio, por La distinción entre mezcla y compuesto formaba
la sencilla razón de que consistían en procesos re- parte del paradigma; formaba parte del modo en
gidos por fuerzas del mismo tipo. La sal en el agua que veían su campo de investigación, y en cuanto
o el oxígeno en el nitrógeno eran ejemplos de com- tal resultaba previa a cualquier prueba de labora-
binación química del mismo tipo que la combina- torio, aunque no a la experiencia cumulada del
ción producida por la oxidación del cobre. Los conjunto de la química.
argumentos a favor de considerar las soluciones Pero mientras que la química se veía de este
como compuestos eran muy poderosos. La pro- modo, los fenómenos químicos ejemplificaban le-
pia teoría de la afinidad estaba bien comprobada. yes distintas de las que surgían con la asimila-
Además, la formación de un compuesto explica- ción del nuevo paradigma de Dalton. En concreto,
ba la homogeneidad observada en las soluciones. mientras las soluciones siguieran siendo compues-
Si, por ejemplo, el oxígeno y el nitrógeno estu- tos, por más que aumentase la experimentación
vieran sólo mezclados y no combinados en la at- química, no podría haber producido por sí mis-
mósfera, entonces el gas más pesado, el oxígeno, ma la ley de las proporciones fijas. A finales del
debería depositarse en el fondo. Dalton, que con- siglo XVIII era bien sabido que algunos compues-
sideraba que la atmósfera era una mezcla, nunca tos contenían ordinariamente pesos de sus cons-
logró explicar satisfactoriamente por qué el oxí- tituyentes en proporciones fijas. En el caso de al-
geno no hacía tal cosa. La asimilación de su teo- gunas categorías de reacciones, el químico alemán
ría atómica terminó creando una anomalía allí Richter incluso había constatado las regularidades
donde antes no había habido ninguna. 21 adicionales incluidas hoy en la ley de los equiva-
Existe la tentación de decir que los químicos lentes químicos. 22 Sin embargo, ningún químico
que veían las soluciones como compuestos dife- hacía uso de esas regularidades excepto en las re-
rían de sus sucesores tan sólo en cuestión de defi- cetas, y hasta casi finales de siglo, nadie pensó en
22 J. R. Partington, A Short History ofChemistry, pp. 161-
21Ibidem, pp. 124-129, 139-148. Para Dalton, véase Leonard 163 [en la traducción española, Historia de la química, cap.
K. Nash, The Atomic-Molecular Theory, pp. 14-21. Vlll, Parte IIl, segunda sección].
226 CAMBIOS DE LA VISIÓN DEL MUNDO CAMBIOS DE LA VISIÓN DEL MUNDO 227

generalizarlas. Dados los obvios contraejemplos, debido a su propio trabajo en dicha especialidad,
como la sal en agua o el vidrio, no era posible ge- abordaba tales problemas con un paradigma dis-
neralización alguna sin abandonar antes la teoría tinto del de los químicos contemporáneos. En
de la afinidad y repensar los límites del dominio de particular, veía la mezcla de gases o la absorción
la química. Las consecuencias se volvieron explí- de un gas en agua como un proceso físico en el
citas al final mismo del siglo en un famoso deba- que no desempeñaban función alguna las fuerzas
te entre los químicos franceses Proust y Berthollet. de afinidad. Por consiguiente, para él la homoge-
El primero pretendía que todas las reacciones neidad observada de las soluciones constituía un
químicas se producían en proporciones fijas, mien- problema, si bien creía poder resolverlo en caso
tras que el segundo lo negaba. Cada uno de ellos de conseguir determinar los tamaños y pesos re-
reunía a favor de su punto de vista una impresio- lativos de las diversas partículas atómicas de sus
nante cantidad de elementos de juicio experi- mezclas experimentales. Para determinar tales
mentales. Con todo, ambos mantenían sin reme- tamaños y pesos, Dalton terminó acudiendo a la
dio un diálogo de sordos, por lo que su debate era química, suponiendo desde el principio que, en el
por completo inconcluyente. Allí donde Bertho- campo restringido de reacciones que tenía por
llet veía un compuesto que podía variar en las pro- químicas, los átomos sólo se podían combinar
porciones, Proust no veía sino una mezcla física. 23 uno a uno o en alguna otra razón simple entre
Para esta disputa no servía ni la experimentación números enteros. 24 Esta suposición natural le
ni un cambio en la convención definitoria. Am- permitió determinar los tamaños y pesos de las
bos químicos sufrían de un malentendido tan fun- partículas elementales, aunque también convirtió
damental como el que caracterizaba a Galileo y en una tautología la ley de las proporciones cons-
Aristóteles. tantes. Para Dalton, cualquier reacción cuyos in-
Tal era la situación en los años en que Dalton gredientes no entraran en proporciones fijas, ipso
emprendió las investigaciones que llevaron final- {acto no era un proceso químico puro. Así, esa ley
mente a su famosa teoría química atómica. Pero que los experimentos no podrían haber estableci-
hasta los últimos estadios de dichas investigacio- do antes de la obra de Da1ton, una vez que tal
nes, Dalton ni era químico ni se interesaba por la obra se aceptó, se convirtió en un principio cons-
química. Era por el contrario un meteorólogo que tituyente que ningún conjunto de mediciones
investigaba lo que para él eran los problemas físi- químicas podría haber perturbado. Como resul-
cos de la absorción de gases por el agua y del agua tado de lo que tal vez sea nuestro ejemplo más
por la atmósfera. En parte debido a que se había completo de revolución científica, las mismas
formado en una especialidad distinta y en parte manipulaciones químicas establecieron una rela-
23 A. N. Meldrum, "The Development of the Atomic Theory:
(1) Berthollet's Doctrine of Variable Proportions", Manchester 24 L. K. Nash, "The Origin of Dalton's Chemical Atomic
Mernoirs, LIV (1910), pp. 1-16. Theory", ¡siso XLVII (1956), pp. 101-116.
228 CAMBIOS DE LA VISIÓN DEL MUNDO CAMBIOS DE LA VISIÓN DEL MUNDO 229

ción con las generalizaciones químicas muy dis- de practicar la química (él mismo la denominó el
tinta de la que antes habían mantenido. "nuevo sistema de filosofía química"), la cual re-
Ni que decir tiene que las conclusiones de Dal- sultó fecunda con tanta rapidez que sólo fueron
ton fueron ampliamente atacadas cuando se pro- capaces de resistirse a ella unos cuantos de los
pusieron por vez primera. Berthollet, en particu- viejos químicos franceses y británicos. 25 Como re-
lar, nunca se dejó convencer. Teniendo en cuenta sultado de ello, los químicos pasaron a vivir en un
la naturaleza de la cuestión, no tenía por qué ha- mundo en el que las reacciones se conducían de
berlo hecho. Mas, para la mayoría de los quími- modo muy distinto a como lo habían hecho antes.
cos, el nuevo paradigma de Dalton resultó con- A medida que ocurrían estas cosas, se produjo
vincente allí donde Proust no lo había sido, pues otro cambio típico y muy importante. Aquí y allá
poseía unas implicaciones mucho más amplias y los propios datos numéricos de la química empe-
de mayor alcance que un mero criterio nuevo para zaron a cambiar. Cuando Dalton repasó inicial-
distinguir una mezcla de un compuesto. Si, por mente la bibliografía química en busca de datos
ejemplo, los átomos sólo pudiesen combinarse que apoyaran su teoría física, encontró algunos
químicamente en razones simples de enteros, en- registros de reacciones que encajaban, pero difí-
tonces el reexamen de los datos químicos existen- cilmente podría haber dejado de hallar otros que
tes mostraría ejemplos de proporciones múltiples no lo hacían. Las propias mediciones de Proust
además de fijas. Los químicos dejaron de escribir de los dos óxidos de cobre daban, por ejemplo,
que los dos óxidos, digamos del carbono, conte- una razón en peso con el oxígeno de 1.47:1 en lu-
nían 56 y 72% de oxígeno en peso, escribiendo a gar del 2: 1 exigido por la teoría atómica, siendo
cambio que un peso de carbono se combinaría o Proust precisamente la persona de quien cabría
bien con 1.3 o con 2.6 pesos de oxígeno. Al regis- esperar que obtuviese la razón daltoniana. 26 De
trar de este modo los resultados de las viejas ma- hecho, era un fino experimentador y sus opinio-
nipulaciones, saltaba a la vista la razón 2:1, cosa nes atinentes a las relaciones entre mezclas y com-
que ocurría en el análisis de muchas reacciones puestos estaban muy próximas a las de Dalton.
perfectamente conocidas así como en el de otras Mas resulta difícil hacer que la naturaleza encaje
nuevas. Además, el paradigma de Dalton hacía en un paradigma. Por eso los rompecabezas de la
posible asimilar el trabajo de Richter y ver su ple-
25 A. N. Meldrum, "The Development of the Atomic Theory:
na generalidad. Asimismo sugería nuevos experi- (6) The Reception Accorded to the Theory Advocated by Dal-
mentos, en especial los de Gay-Lussac sobre los ton", Manchester Memoirs , LV (1911), pp. 1-10.
volúmenes de combinación que ofrecían a su vez 26 Para Proust, véase Meldrum, "Berthollet's Doctrine of

otras regularidades en las que los químicos ni Variable Proportions", Manchester Memoirs, LIV (1910), p. 8.
La historia detallada de los cambios graduales en las medicio-
siquiera habían soñado con anterioridad. Lo que nes de la composición química y de los pesos atómicos está
los químicos tomaron de Dalton no fueron nue- aún por escribir, aunque Partington, en A Short History of
vas leyes experimentales, sino una nueva manera Chemistry, ofrece muchas pistas útiles.
230 CAMBIOS DE LA VISIÓN DEL MUNDO

ciencia normal resultan tan provocadores y por


eso también las mediciones emprendidas sin un
paradigma rara vez llevan a conclusión alguna.
Por consiguiente, los químicos no podían aceptar XI. LA INVISIBILIDAD DE LAS REVOLUCIONES
tranquilamente la teoría de Dalton dados los ele-
mentos de juicio, pues en gran parte eran negati-
vos. Por el contrario, incluso una vez aceptada la HEMOS de preguntamos aún cómo se resuelven las
teoría, aún tenían" que meter en cintura a la natu- revoluciones. Con todo, antes de ello parece obli-
raleza, un proceso que acabó por llevarse casi gado el intento de asegurar la convicción acerca de
otra generación. Cuando finalmente se consiguió, su existencia y naturaleza. Hasta ahora he intenta-
incluso la composición porcentual de compues- do mostrar las revoluciones mediante ejemplos,
tos de sobra conocidos era distinta. Los propios los cuales podrían multiplicarse hasta el hartazgo.
datos habían cambiado. Éste es el último de los Sin embargo, la mayoría de ellos, seleccionados
sentidos en los que podemos estar dispuestos a deliberadamente por su familiaridad, no se han
afirmar que, tras una revolución, los científicos tenido de ordinario por revoluciones, sino por
trabajan en un mundo distinto. adiciones al conocimiento científico. Podría ex-
presarse igualmente esta misma opinión de cua-
lesquiera ejemplos adicionales, por lo que pro-
bablemente resultarían inefectivos. Sugiero que
existen excelentes razones por las cuales las revo-
luciones han resultado ser casi invisibles. Tanto
los científicos como los legos toman en gran par-
te la imagen que tienen de la actividad científica
creadora de una fuente autorizada que oculta sis-
temáticamente la existencia y el significado de las
revoluciones científicas, en parte por razones fun-
cionales importantes. Sólo se puede aspirar a ha-
cer plenamente efectivos los ejemplos históricos si
se reconoce y analiza la naturaleza de dicha auto-
ridad. Además, si bien este punto sólo se podrá
desarrollar plenamente en el capítulo final [XIII],
el análisis ahora necesario empezará a señalar
uno de los aspectos del trabajo científico que más
claramente lo distingue de cualquier otra tarea
creadora, exceptuando tal vez a la teología.

231
PROGRESO Y REVOLUCIONES 269

psicología es una ciencia porque presenta tales y


cuales características, mientras que otros contes-
tan que tales rasgos no son necesarios o suficien-
XIII. EL PROGRESO tes para volver científico un campo. A menudo se
A TRAVÉS DE LAS REVOLUCIONES gasta mucha energía y se despiertan grandes pa-
siones, sin que, visto desde fuera, se tenga la me-
nor idea de por qué. ¿Acaso depende mucho de
LAS PÁGINAS precedentes han desarrollado cuanto una definición de ciencia? ¿Acaso una definición
es posible en este ensayo mi descripción esque- puede decirle a alguien si es o no un científico?
mática del desarrollo científico. Sin embargo, no Si es así, ¿por qué a los científicos naturales o a
pueden ofrecer cabalmente una conclusión, pues los artistas les importa un bledo la definición del
si dicha descripción ha podido captar después de término? Inevitablemente es de sospechar que la
todo la estructura esencial de la evolución conti- cuestión sea más fundamental. Tal vez lo que en
nua de la ciencia, habrá planteado al mismo tiem- realidad se plantea sean preguntas del siguiente
po un problema especial: ¿Por qué la empresa tenor: ¿Por qué mi campo de estudio no progresa
bosquejada antes habría de avanzar uniforme- como lo hace, por ejemplo, la física? ¿Qué cam-
mente de una manera que le está vedada digamos bios de técnicas o métodos o ideología le permiti-
al arte, la teoría política o la filosofía? Las res- rían hacerlo? Con todo, no se trata de preguntas
puestas más comunes a esta pregunta han sido que se puedan responder merced a un acuerdo
refutadas en el cuerpo de este ensayo, por lo que acerca de definiciones. Además, si los preceden-
hemos de concluirlo preguntándonos si es posi- tes de las ciencias naturales son de aplicación al
ble sustituirlas por otras. caso, dejarán de ser una fuente de preocupación
Repárese inmediatamente en que una parte de no cuando se encuentre una definición, sino cuan-
la pregunta es por completo semántica. En con- do los grupos que ahora dudan de su condición
siderable medida el término ciencia se limita a alcancen un consenso acerca de sus logros pa-
aquellos campos que progresan de manera obvia. sados y presentes. Por ejemplo, quizá sea signifi:
Tal cosa se ve con más claridad que en ninguna cativo que los economistas discutan acerca de SI
otra parte en los debates recurrentes acerca de si su campo es una ciencia en menor medid.a .en
es realmente científica una u otra de las ciencias que lo hacen los profesionales de otros dOmInIOS
sociales contemporáneas. Tales debates mantie- de las ciencias sociales. ¿Acaso eso es así porque
nen un paralelismo con los periodos preparadig- los economistas saben qué es la ciencia? ¿O es
máticos de los campos que hoy se consideran más bien porque están de acuerdo en lo que es la
científicos sin el menor asomo de duda. Su gran economía?
problema es cómo definir ese término embarazo- Este punto tiene uno inverso que, aunque no
so. Hay quienes argumentan, por ejemplo, que la sea ya puramente semántico, puede contribuir a

268
PROGRESO Y REVOLUCIONES 271
270 PROGRESO Y REVOLUCIONES

mostrar las inextricables conexiones que median profundidad. E incluso hoy en día, p~ra cambiar
entre nuestras nociones de ciencia y de progreso. una vez más de terreno, parte de la dIficultad con
Durante muchos siglos, tanto en la antigüedad que nos encontramos para ver las profundas dife-
como de nuevo en la Europa moderna, la pintura rencias que median entre la ciencia y la tecnolo-
se consideraba como la disciplina acumulativa. gía se relaciona con el hecho de que ambos cam-
Durante todos esos años, el objetivo del artista se pos poseen como atributo obvio el progreso.
suponía que era la representación. Los críticos y No obstante, el hecho de reconocer que tenda-
los historiadores, como Plinio y Vasari, registra- mos a ver como ciencia cualquier campo en el
ban entonces con veneración las series de inven- que exista un progreso marcado, sólo puede acla-
ciones, desde el escorzo al claroscuro, que hacían rar, pero no resolver, nuestra dificultad actual.
posible representaciones de la naturaleza cada vez Queda el problema de comprender por qué el
más perfectas. 1 Mas ésos eran también los años progreso habría de ser una característica tan no-
especialmente durante el Renacimiento, en lo~ table de una empresa llevada a cabo con las téc-
que se consideraba que no había mayor separa- nicas y fines descritos en este ensayo. Esta cues-
ción entre las ciencias y las artes. Leonardo era tión engloba varias cosas en una, y habremos de
uno de tantos que pasaban libremente de un cam- considerar cada una de ellas por separado. Con
po a otro, campos que sólo más tarde se converti- todo, en todos los casos excepto el último, la re-
rían en terrenos categóricamente distintos. 2 Ade- solución dependerá en parte de invertir nuestra
más, incluso una vez que hubo tocado a fin ese manera usual de ver la relación entre la actividad
intercambio regular, el término arte siguió apli- científica y la comunidad que la practica. Habre-
cándose tanto a la tecnología y a los oficios -que mos de aprender a identificar como causas. lo que
también se consideraban progresivos-, como a la ordinariamente se ha tenido por efectos. SI logra-
pintura y a la escultura. Sólo cuando estas últimas mas hacerlo, la expresión progreso científico e
renunciaron inequívocamente al objetivo de la re- incluso objetividad científica llegarán a parecer en
presentación y comenzaron de nuevo a aprender parte redundantes. De hecho, se ac~ba de ejem-
de modelos primitivos, la ruptura que ahora da- plificar un aspecto de la redundancIa. ¿Progresa
mos por sentada comenzó a adquirir su actual un campo porque es ciencia o es ciencia porque
¡ E. H. Gombrich, Art and Illusion: A Study in the Psycho-
progresa?
logy 01 Pictorial Representation (Nueva York, 1960), pp. 11-12
Preguntemos ahora por qué habría de progre-
[hay traducción española, Arte e ilusión. Estudio sobre la psi- sar una empresa como la ciencia normal y co-
cología de la representación pictórica, Barcelona, Gustavo Gili, mencemos recordando algunas de sus caracte-
1979,p.25]. rísticas más sobresalientes. Normalmente, los
2 Ibidem, p. 97 [143]; también Giorgio de Santillana, "The
miembros de una comunidad científica madura
Role of Art in the Scientific Renaissance", en Critical Problems
in the History o(Science, M. Clagett (ed.) (Madison, Wiscon- trabajan desde un único paradigma o desde un
sin, 1959), pp. 33-65. conjunto estrechamente relacionado de ellos. Las
272 PROGRESO Y REVOLUCIONES PROGRESO Y REVOLUCIONES 273

comunidades científicas distintas muy rara vez de cada una de las escuelas. Se trata del periodo
investigan los mismos problemas. En esos casos que en el capítulo Il se describía como aquel du-
excepcionales, los grupos tienen en común varios rante el cual los individuos practican la ciencia,
paradigmas importantes. No obstante, visto des- si bien los resultados de su empresa no contribu-
de dentro de una única comunidad, sea de cientí- yen a la ciencia tal como la conocemos. y tam-
ficos o de no científicos, el resultado del trabajo bién, durante los periodos revolucionarios en los
creador de éxito es progreso. ¿Cómo no habría que los principios fundamentales de un campo
de serlo? Acabamos de señalar, por ejemplo, que están una vez más en tela de juicio, se expresan
cuando los artistas tenían la representación repetidamente dudas acerca de la posibilidad mis-
como objetivo, tanto los críticos como los histo- ma de un progreso continuo si se adopta uno u
riadores levantaban acta del progreso del grupo otro de los paradigmas opuestos. Quienes recha-
aparentemente unido. Otros campos creativos zaban el newtonismo proclamaban que su creen-
exhiben un progreso del mismo tipo. El teólogo cia en fuerzas innatas haría volver a la ciencia a
que articula el dogma o el filósofo que refina los la Edad Media. Quienes se oponían a la química
imperativos kantianos contribuye al progreso, de Lavoisier sostenían que el rechazo de los "prin-
aunque sólo sea al del grupo que comparte sus cipios" químicos en favor de los elementos de la-
premisas. Ninguna escuela creadora reconoce boratorio significaba el rechazo de explicaciones
que exista un tipo de obra que por un lado sea un químicas ya logradas por parte de quienes se refu-
éxito creativo y, por otro, no sea una contribu- giaban en meros nombres. Aunque expresado con
ción a los logros colectivos del grupo. Si tenemos mayor moderación, parece latir un sentimiento
dudas, como a tantos nos ocurre, acerca de que similar en la oposición de Einstein, Bohm y otros
los campos no científicos progresen, eso no es así a la interpretación probabilística dominante de
porque no progresen las escuelas individuales. la mecánica cuántica. Dicho sea brevemente, sólo
Por el contrario, más bien se ha de deber a que durante los periodos de ciencia normal el progre-
siempre hay escuelas rivales, cada una de las cua- so parece obvio y seguro. No obstante, durante
les pone constantemente en tela de juicio los fun- dichos periodos, la comunidad científica no po-
damentos mismos de las demás. Quien arguye, dría ver de otro modo los frutos de su trabajo.
por ejemplo, que la filosofía no ha progresado, Así pues, por lo que respecta a la ciencia nor-
hace hincapié en que aún hay aristotélicos, no en mal, parte de la respuesta al problema del pro-
que el aristotelismo haya dejado de progresar. greso está sencillamente en el ojo del observador.
No obstante, estas dudas acerca del progreso El progreso científico no es de un tipo diferente
surgen también en las ciencias. A lo largo del pe- del progreso en otros terrenos, pero el hecho de
riodo preparadigmático, cuando se presenta una que la mayor parte del tiempo no haya escuelas
multiplicidad de escuelas rivales, resulta muy difí- rivales que pongan en tela de juicio los objetivos
cil hallar pruebas de progreso excepto el interno y normas de los demás, hace mucho más fácil de
274 PROGRESO Y REVOLUCIONES PROGRESO Y REVOLUCIONES 275

ver el progreso de una comunidad de ciencia nor- consiguiente puede resolver un problema y pasar
mal. Con todo, esto es sólo una parte de la res- al siguiente con más rapidez que quienes traba-
puesta y en absoluto es la más importante. Por jan para un grupo más heterodoxo. Y lo que es
ejemplo, ya hemos señalado que una vez que la aun más importante, el aislamiento de la comu-
recepción de un paradigma ha liberado a la co- nidad científica respecto a la sociedad, le permite
munidad científica de la necesidad de reexami- al científico individual concentrar su atención en
nar constantemente sus primeros principios, los problemas que tiene buenas razones para pensar
miembros de dicha comunidad pueden concen- que será capaz de resolver. Frente a lo que ocurre
trarse exclusivamente en los fenómenos más suti- con el ingeniero, con muchos médicos y con la
les y esotéricos de los fenómenos que le interesan. mayoría de los teólogos, el científico no tiene por
Inevitablemente eso aumenta la efectividad y la qué elegir los problemas debido a que necesiten
eficiencia con las que el grupo como un todo re- urgentemente una solución, sin que se tengan en
suelve los nuevos problemas. Otros aspectos de cuenta las herramientas disponibles para resol-
la vida profesional de las ciencias aumentan aún verlos. También a este respecto resulta instruc-
más esta especialísima eficiencia. tivo el contraste entre los científicos naturales y
Algunos de ellos son consecuencia del aisla- muchos científicos sociales. Estos últimos, pero
miento sin parangón de las comunidades científi- nunca los primeros, tienden a menudo a defen-
cas maduras respecto de las exigencias de los ciu- der la elección del problema que investigan (co-
dadanos y de la vida diaria. Tal aislamiento nunca mo, por ejemplo, los efectos de la discriminación
ha sido completo; se trata más bien de una cues- racial o las causas de los ciclos comerciales) so-
tión de grado. Sin embargo, no hay otras comu- bre todo en términos de la importancia social de
nidades profesionales en las que el trabajo crea- alcanzar una solución. ¿ Cuál de ambos grupos
dor individual se dirija y se evalúe de manera tan esperaríamos que resolviese sus problemas a ma-
exclusiva por otros miembros de la profesión. El yor ritmo?
más esotérico de los poetas o el más abstracto de Los efectos del aislamiento respecto a la so-
los teólogos está muchísimo más preocupado que ciedad más amplia se ven enormemente intensi-
el científico porque las personas comunes aprue- ficados por otra característica de la comunidad
ben su trabajo creador:, si bien tal vez esté menos cientifica profesional, cual es la naturaleza de su
interesado por la aprobación en general. Esta di- iniciación educativa. En la música, en el arte grá-
ferencia resulta ser decisiva. Precisamente por- fico y en la literatura, los profesionales reciben su
que trabaja tan sólo para un público de colegas, educación enfrentándose a las obras de otros ar-
público que comparte sus propios valores y creen- tistas, sobre todo del pasado. Los libros de texto,
cias, el científico puede dar por sentado un único excepto los compendios o manuales de creacio-
conjunto de normas. No tiene por qué preocupar- nes originales, desempeñan tan solo un función
se de lo que piense otro grupo o escuela, y por secundaria. En historia, filosofía y ciencias socia-
276 PROGRESO Y REVOLUCIONES PROGRESO Y REVOLUCIONES 277

les, los libros de texto poseen mayor importancia. educativa, pocos científicos desearían cambiarla.
Pero incluso en estos campos, los libros de curso Después de todo, ¿por qué debería leer el estu-
elementales se complementan con la utilización diante de física, por ejemplo, las obras de Newton,
de antologías de fuentes originales, algunas de las Faraday, Einstein o Schrodinger, cuando todo
cuales son los "clásicos" del campo y otras, los in- cuanto necesita saber sobre dichas obras está re-
formes de investigación contemporáneos que los sumido en algunos libros de texto puestos al día,
profesionales escriben para otros profesionales. de manera más breve, precisa y sistemática?
Como resultado de ello, al estudiante de una de es- Sin querer defender los extremos exacerbados
tas disciplinas se le está llamando constantemen- a los que en ocasiones se ha llevado este tipo de
te la atención sobre la inmensa variedad de pro- educación, no se puede dejar de constatar que en
blemas que han tratado de resolver a lo largo del general ha resultado tremendamente efectivo.
tiempo los miembros de su futuro grupo. Y, lo que Por supuesto, se trata de una educación rígida y
es aun más importante, tiene continuamente an- estrecha, probablemente más que cualquier otra,
te sí algunas soluciones rivales e inconmensura- exceptuando tal vez la teología dogmática. Mas el
bles a dichos problemas, soluciones que en últi- científico está casi perfectamente equipado para
ma instancia tendrá que evaluar por sí mismo. el trabajo de ciencia normal, para la resolución
Compárese dicha situación con la que se da al de rompecabezas dentro de la tradición que define
menos en las ciencias naturales contemporáneas. el libro de texto. Además, se halla asimismo bien
En estos campos, el estudiante depende princi- equipado para otra tarea, cual es la generación a
palmente de libros de texto hasta que, en su ter- través de la ciencia normal de crisis importantes,
cero o cuarto año de trabajo como licenciado, ini- aunque cuando surgen, por supuesto, el científi-
cie su propia investigación. En muchos planes de co no está igualmente bien preparado. Aunque
estudio ni siquiera se exige que los estudiantes las crisis prolongadas se reflejen probablemente
graduados lean obras que no se hayan escrito es- en una práctica educativa menos rígida, la for-
pecialmente para estudiantes. Los pocos que espe- mación científica no está bien diseñada para pro-
cifican la lectura complementaria de artículos y ducir personas que descubran fácilmente un nue-
monografías de investigación, limitan dichas re- vo modo de enfocar las cosas. Pero con tal de que
comendaciones a los cursos más avanzados y a aparezca alguien con un nuevo enfoque que pue-
las lecturas que parten más o menos de allí a don- da ser candidato a paradigma (generalmente una
de han llegado los textos al uso. Hasta los últimos persona joven o alguien recién llegado al campo),
estadios de la educación del científico, los libros la pérdida debida a la rigidez afecta sólo al in-
de texto sustituyen sistemáticamente a los escri- dividuo. Dada una generación en la que realizar
tos científicos creadores que hicieron posibles esos el cambio, la rigidez individual es compatible con
manuales. Dada la confianza que tienen en sus pa- una comunidad que pueda pasar de un paradig-
radigmas, confianza que hace posible esta técnica ma a otro cuando lo exija la ocasión. Resulta com-
278 PROGRESO Y REVOLUCIONES PROGRESO Y REVOLUCIONES 279

patible especialmente cuando esa misma rigidez objeto adecuado de examen profesional la ma-
le ofrece a la comunidad un indicador sensible de yoría de los libros y artículos en los que dicho pa-
que algo ha ido mal. radigma estaba incorporado. La educación cien-
Así pues, en su estado normal una comunidad tífica no utiliza el equivalente de lo que es un
científica es un instrumento inmensamente efi- museo de arte o la biblioteca de clásicos, y de ello
ciente para resolver los problemas o los rompe- en ocasiones se deriva una drástica distorsión de
cabezas definidos por su paradigma. Además, el la percepción científica del pasado de la discipli-
resultado de resolver esos problemas ha de ser na. En mayor medida que los profesionales de
inevitablemente un progreso. No hay aquí pro- otros campos creadores, llega a verlo conectado
blema alguno. No obstante, el reconocimiento de en línea directa con la cumbre actualmente al-
este extremo no hace sino resaltar el segundo as- canzada por la disciplina. Dicho en dos palabras,
pecto del problema del progreso en las ciencias. llega a verlo como un progreso. Mientras perma-
Enfrentémonos a él y preguntémonos por el pro- nezca en el campo, no le cabe otra salida.
greso a través de la ciencia extraordinaria. ¿Por Inevitablemente estas observaciones habrán de
qué el progreso habría de ser también un acom- sugerir que los miembros de una comunidad cien-
pañante aparentemente universal de las revolu- tífica madura son, como el personaje típico del
ciones científicas? Una vez más, resulta muy ins- 1984 de Orwell, víctimas de la historia reescrita
tructivo preguntarse cuál otro habría de ser el por la mano oculta de los poderes fácticos. Ade-
resultado de una revolución. Las revoluciones se más esa sugerencia no resulta del todo inadecua-
cierran con la victoria total de uno de los dos cam- da. En las revoluciones científicas hay tanto pér-
pos opuestos. ¿Acaso ese grupo va a decir alguna didas como ganancias, y los científicos tienden a
vez que el resultado de su victoria no merece el mostrar una peculiar ceguera hacia las prime-
título de progreso? Eso equivaldría más bien a ras. 3 Por otra parte, no podemos dejar en este
admitir que ellos se equivocaron mientras que punto la explicación del progreso a través de re-
sus oponentes estaban en lo cierto. Para ellos al voluciones, pues hacerlo implicaría que en la
menos, el resultado de la revolución ha de ser el ciencia el poder hace el derecho, fórmula que una
progreso y están en una excelente posición para vez más no estaría del todo mal si no suprimiera
asegurar que los miembros futuros de su comu-
nidad vean la historia pasada de la misma forma. 3 Los historiadores de la ciencia se topan con frecuencia
El capítulo XI describía con detalle las técnicas con esta ceguera de un modo especialmente chocante. El gru-
mediante las cuales se llevaba a cabo tal cosa y po de estudiantes que procede de ciencias es con frecuencia el
acabamos de hacer referencia a un aspecto es- grupo al que más recompensa enseñar, pero al comienzo es
también usualmente el más frustrante. Dado que los estu-
trechamente relacionado de la vida científica pro- diantes de ciencias "saben las respuestas correctas", resulta
fesional. Cuando una comunidad científica repu- especialmente difícil hacerlos analizar una ciencia del pasado
dia un paradigma pasado, rechaza a la vez como en sus propios términos.
280 PROGRESO Y REVOLUCIONES PROGRESO Y REVOLUCIONES 281

la naturaleza del proceso y de la autoridad con los problemas sobre los que trabaja han de ser
que se elige entre distintos paradigmas. Si el árbi- problemas de detalle. Más importante: las solu-
tro de los debates entre los paradigmas fuese sólo ciones que lo satisfagan no han de ser sólo perso-
la autoridad, especialmente la autoridad no profe- nales, sino que por el contrario han de ser acep-
sional, el resultado de esos debates podría seguir tadas como soluciones por muchos. Con todo, el
siendo una revolución, pero no sería una revolu- grupo que las comparta no se puede tomar alea-
ción científica. La existencia misma de la ciencia toriamente del conjunto de la sociedad, sino que
depende de investir a los miembros de un tipo es- se trata más bien de la comunidad bien definida
pecial de comunidad con el poder de elegir entre de los colegas profesionales del científico. Aun-
los paradigmas. Hasta qué punto ha de ser espe- que no esté escrita, una de las reglas más fuertes
cial dicha comunidad para que la ciencia sobre- de la vida científica es la prohibición de recurrir
viva y se desarrolle es algo que se pone de manifies- a los jefes de Estado o a la ciudadanía en general
to por la gran inseguridad con que la humanidad en cuestiones científicas. El reconocimiento de la
cobija la empresa científica. Todas las civilizacio- existencia de un único grupo profesional compe-
nes de que tenemos noticia han dispuesto de una tente y la aceptación de su función como árbitro
tecnología, un arte, una religión, un sistema polí- exclusivo de los logros profesionales posee aún
tico, leyes y demás. En muchos casos, esas face- otras implicaciones. Los miembros del grupo, en
tas de la civilización han estado tan desarrolladas cuanto individuos y en virtud de su educación y
como las nuestras. Pero sólo las civilizaciones des- experiencia compartida, han de considerarse los
cendientes de la Grecia helenística han poseído únicos poseedores de las reglas del juego o de al-
algo más que el tipo más rudimentario de cien- gún otro principio equivalente para emitir juicios
cia. Ningún otro lugar ni tiempo ha sostenido las inequívocos. Dudar de que compartan alguno de
especialísimas comunidades de las que surge la esos principios de evaluación equivaldría a ad-
productividad científica. mitir la existencia de normas incompatibles de
¿ Cuáles son las características esenciales de es- evaluación científica, admisión que plantearía in-
tas comunidades? Obviamente, necesitan un estu- evitablemente el problema de si la verdad en las
dio muchísimo mayor, por lo que en esta área ciencias puede de ser única.
sólo son posibles las generalizaciones más pro- Esta pequeña lista de características comunes
visionales. No obstante, han de resultar ya extra- a las comunidades científicas se ha sacado to-
ordinariamente claros algunos requisitos nece- talmente, como debería ser, de la práctica de la
sarios para ser miembro de un grupo científico ciencia normal, que es la actividad para la que
profesional. El científico, por ejemplo, ha de ocu- ordinariamente se instruye al científico. Nótese,
parse de resolver problemas acerca de la conducta no obstante, que a pesar de su brevedad la lista es
de la naturaleza. Además, aunque su preocupa- ya suficiente para segregar a dichas comunidades
ción por la naturaleza po~ea un carácter global, de todos los demás grupos profesionales. Repáre-
282 PROGRESO Y REVOLUCIONES PROGRESO Y REVOLUCIONES 283

se además en que, a pesar de que se haya extraí- ma, la novedad no es un objetivo de las ciencias
do de la ciencia normal, esta lista da cuenta de como lo es de tantos otros campos creadores. Co-
muchos rasgos peculiares de la respuesta del gru- mo resultado de ello, aunque un nuevo paradigma
po durante las revoluciones, y en especial durante nunca o rara vez posea todas las aptitudes de sus
los debates acerca de paradigmas. Ya hemos ob- predecesores, ellos normalmente conservan una
servado que un grupo de este tipo ha de ver como gran cantidad de las partes más concretas de los
un progreso el cambio de paradigma, y ahora po- logros pasados, permitiendo además soluciones
demos darnos cuenta de que en gran medida esa específicas de problemas adicionales.
impresión resulta artificialmente satisfecha, pues Una vez dicho esto, no ha de entenderse que la
la comunidad científica es un instrumento supre- capacidad de resolver problemas sea el funda-
mamente eficiente para maximizar el número y mento único o inequívoco para elegir paradig-
la precisión de los problemas resueltos mediante ma. Ya hemos señalado múltiples razones por las
el cambio de paradigma. que no puede haber un criterio de este tipo. Pero
Dado que la unidad de logro científico es el pro- lo que sí se da a entender es que una comunidad
blema resuelto, y dado que el grupo sabe de so- de especialistas científicos hará cuanto esté en su
bra qué problemas ya han sido resueltos, pocos mano para asegurar el aumento continuo del con-
científicos se dejarán convencer fácilmente para junto de datos que pueda manejar con precisión
adoptar un punto de vista que ponga de nuevo y detalle. En este proceso, la comunidad aceptará
sobre el tapete muchos problemas que ya se han algunas pérdidas y con frecuencia habrán de eli-
solucionado previamente. La propia naturaleza minarse algunos viejos problemas. Además, en
debe minar primero la seguridad profesional ha- muchas ocasiones la revolución limita la ampli-
ciendo que los logros anteriores parezcan proble- tud de las cuestiones profesionales de que se ocupa
máticos. Además, aun cuando haya ocurrido tal la comunidad, aumenta el grado de su especiali-
cosa y se haya presentado un nuevo candidato a zación y mitiga la comunicación con otros grupos
paradigma, los científicos se mostrarán reacios tanto científicos como ordinarios. Aunque no ca-
a abrazarlo a menos que se den dos condiciones be duda de que la ciencia se vuelve más profunda,
importantísimas. En primer lugar, el nuevo can- no tiene por qué hacerse también más amplia, y
didato a paradigma tiene que dar la impresión de cuando esto ocurre, tal amplitud se manifiesta
que resuelve algún problema sobresaliente y re- sobre todo en la proliferación de las especialida-
conocido por todo el mundo que no se puede abor- des científicas y no sólo en el alcance de una úni-
dar de otro modo. Y, en segundo lugar, el nuevo ca especialidad. Con todo, a pesar de estas y aun
paradigma ha de prometer conservar una parte otras pérdidas de las comunidades individuales,
relativamente amplia de la capacidad concreta de la naturaleza de dichas comunidades suministra
resolución de problemas que se ha acumulado en una garantía virtual de que tanto la lista de pro-
la ciencia merced a sus predecesores. Por sí mis- blemas resueltos por la ciencia como la precisión
284 PROGRESO Y REVOLUCIONES PROGRESO Y REVOLUCIONES 285

de las soluciones individuales de los problemas ya a decir hace de ello un proceso evolutivo hacia
no dejarán de seguir aumentando. Al menos la nada. Es inevitable que esta laguna haya pertur-
naturaleza de la comunidad suministra dicha ga- bado a muchos lectores, pues todos estamos pro-
rantía si es que hay algún modo de ofrecer tal co- fundamente habituados a ver la ciencia como la
sa. ¿Qué mejor criterio podría haber que la deci- única empresa que constantemente se aproxima
sión del grupo científico? cada vez más a alguna meta preestablecida por la
Estos últimos párrafos señalan en qué direc- naturaleza.
ciones creo que ha de buscarse una solución más ¿Pero acaso hace falta que exista tal meta? ¿No
fina al problema del progreso en las ciencias. Tal podemos explicar tanto la existencia como el éxi-
vez indiquen que el progreso científico no es exac- to de la ciencia en términos de evolución a partir
tamente como pensábamos que era, pero al mis- del estado de conocimiento de la comunidad en
mo tiempo mostrarán que algún tipo de progreso cualquier momento dado? ¿Acaso sirve de algo
ha de caracterizar inevitablemente a la empresa imaginar que existe una descripción plena, obje-
científica mientras dicha empresa sobreviva. En tiva y verdadera de la naturaleza y que la medida
las ciencias no tiene por qué haber progreso de adecuada de una realización científica es la me-
otro tipo. Para ser más exactos, hemos de aban- dida en que nos aproxima a dicho fin último? Si
donar la idea implícita o explícita de que los cam- logramos acostumbramos a sustituir la evolución-
bios de paradigma llevan a los científicos y a quie- hacia-Io-que-queremos-conocer por la evolución-a-
nes de ellos aprenden cada vez más cerca de la partir-de-lo-que-conocemos, se desvanecerán en
verdad. el proceso un cierto número de problemas emba-
Es hora ya de señalar que hasta hace unas cuan- razosos. En algún rincón de este laberinto debe
tas páginas, el término verdad sólo había apareci- agazaparse, por ejemplo, el problema de la in-
do en este ensayo en una cita de Francis Bacon. ducción.
E incluso en estas últimas páginas ha aparecido Aún no puedo especificar con algún detalle las
tan sólo como fuente de la convicción de los cien- consecuencias de este punto de vista alternativo
tíficos de que no pueden coexistir reglas incom- acerca del avance científico, pero sirve de con-
patibles de hacer ciencia excepto durante las revo- suelo constatar que la transposición conceptual
luciones, cuando la principal tarea de la profesión aquí recomendada está muy próxima a otra em-
es eliminar todos los conjuntos de reglas menos prendida en Occidente hace ahora un siglo. Sirve
uno. El proceso de desarrollo descrito en este en- especialmente de consuelo porque en ambos ca-
sayo ha sido un proceso de evolución desde los sos el principal obstáculo a dicha transposición
inicios primitivos, un proceso cuyos estadios su- es el mismo. Cuando Darwin publicó inicialmen-
cesivos se caracterizan por una comprensión de te su teoría de la evolución por selección natural
la naturaleza cada vez más detallada y refinada. en 1859, lo que más molestaba a muchos profe-
Sin embargo, nada de lo que se ha dicho o se va- sionales no era ni la idea del cambio de las espe-
286 PROGRESO Y REVOLUCIONES PROGRESO Y REVOLUCIONES 287

cies ni la posible descendencia humana del mono. contrario, la selección natural, al operar en un
Las pruebas que apuntaban a la evolución, inclui- medio dado y con los organismos presentes de
da la evolución humana, se habían venido acu- hecho en él, era la responsable del surgimiento
mulando durante décadas, y la idea de evolución gradual pero continuo de los organismos más
había sido sugerida y ampliamente difundida con complejos, más articulados y muchísimo más es-
anterioridad. Por más que la evolución en cuanto pecializados. Incluso los órganos maravillosa-
tal se topara con cierta resistencia, especiaTmente mente adaptados, como el ojo humano y la mano
por parte de algunos grupos religiosos, no era esa humana, órganos cuyo diseño había suministra-
en absoluto la mayor de las dificultades a que se do anteriormente poderosos argumentos en favor
enfrentaban los darwinistas. Esa dificultad surgía de la existencia de un supremo artífice y de un
de una idea que era casi exclusiva de Darwin. To- plan preconcebido, eran el producto de un pro-
das las teorías evolucionistas pre-darwinistas de ceso que avanzaba regularmente a partir de los
sobra conocidas, las de Lamarck, Chambers, Spen- inicios primitivos, pero no hacia meta alguna. El
cer y los Naturphilosophen alemanes, habían en- aspecto más difícil y perturbador de la teoría dar-
tendido que la evolución era un proceso dirigido winista era la creencia en que la selección natu-
a un fin. Se entendía que la "idea" del hombre y de ral, provocada por la mera competencia entre los
la flora y la fauna contemporáneas había estado organismos en aras de la supervivencia, pudiera
presente desde el inicio de la creación de la vida, haber producido al ser humano junto con los ani-
tal vez en la mente de Dios. Tal idea o plan había males y plantas superiores. ¿Qué habrían de sig-
suministrado la dirección y la fuerza rectora de nificar evolución, desarrollo y progreso en ausencia
todo el proceso evolutivo. Cada nuevo estadio del de una meta específica? Para muchas personas
desarrollo evolucionista era una más perfecta tales términos se mostraron de pronto como au-
realización de un plan que había estado presente tocontradictorios.
desde el comienzo. 4 Es fácil llevar demasiado lejos la analogía que
Para muchas personas, la abolición de este tipo conecta la evolución de los organismos con la
de evolución teleológica fue la más importante y evolución de las ideas científicas, pero por lo que
menos aceptable de las sugerencias de Darwin. 5 respecta a las cuestiones planteadas en este capí-
El origen de las especies no reconocía meta alguna tulo final resulta casi perfecta. El proceso descri-
establecida por Dios o por la naturaleza. Por el to en el capítulo XII como la resolución de las re-
voluciones es la selección mediante el conflicto
4 Loren Eiseley, Darwin's Century: Evolution and the Men dentro de la comunidad científica del modo más
Who Discovered lt (Nueva York, 1958), caps. n, IV-V. apto de practicar la ciencia futura. El resultado
5 Para un pormenor especialmente agudo de un notable
conflicto darwiniano sobre este problema, véase A. Dupree,
neto de una sucesión de tales selecciones revolu-
Asa Gray, 1810-1888 (Cambridge, Massachusetts, 1959), pp. cionarias, separadas por periodos de investigación
295-306, 355-383. normal, es el conjunto maravillosamente adapta-
288 PROGRESO Y REVOLUCIONES PROGRESO Y REVOLUCIONES 289

do de instrumentos que llamamos conocimiento rio, es tan viejo como la propia ciencia y sigue sin
científico moderno. Los sucesivos estadios de di- estar resuelto. Pero no es necesario resolverlo en
cho proceso de desarrollo están marcados por un este lugar. Cualquier concepción de la naturaleza
aumento en la articulación y la especialización. compatible con el desarrollo de la ciencia median-
Además, todo este proceso puede haberse produ- te pruebas es compatible con el punto de vista evo-
cido, tal como suponemos ahora que ocurrió con lucionista de la ciencia desarrollado aquí. Puesto
la evolución biológica, sin recurso a una meta es- que esta visión es también compatible con la ob-
tablecida, a una verdad científica fija y permanen- servación minuciosa de la vida científica, hay sóli-
te, de la que cada estadio del desarrollo del cono- das razones para utilizarla en los intentos de resol-
cimiento científico constituye una imagen mejor. ver la multitud de problemas que aún subsisten.
Cualquiera que haya seguido hasta aquí la ar-
gumentación sentirá, no obstante, la urgencia de
preguntar por qué habría de funcionar el proceso
evolutivo. ¿Cómo habría de ser la naturaleza, in-
cluido el ser humano, para que fuese posible la
ciencia? ¿Por qué habrían de ser capaces las co-
munidades científicas de alcanzar un consenso
firme imposible en otros campos? ¿Por qué ha-
bría de perdurar el consenso mediante un cam-
bio de paradigma tras otro? ¿Y por qué el cambio
de paradigma habría de producir invariablemente
un instrumento más perfecto en cualquier sentido
que los conocidos anteriormente? Desde cierto
punto de vista estas preguntas, exceptuando la pri-
mera, ya han sido respondidas, pero desde otro
punto de vista siguen tan abiertas como lo esta-
ban cuando comenzó este ensayo. No sólo la co-
munidad científica ha de ser especial; el mundo
del que dicha comunidad forma parte ha de po-
seer también características muy especiales, y no
estamos ahora en mejor posición que cuando co-
menzamos para saber cuáles han de ser éstas.
Ahora bien, el problema de cómo ha de ser el
mundo para que el ser humano pueda conocerlo
no ha sido creado por este ensayo. Por el contra-
EPiLOGO: 1969 291

ciones en las que actualmente se desarrolla mi pro-


pio pensamiento. 3
Varias de las dificultades clave de mi texto ori-
EPÍLOGO: 1969 ginal se aglutinan en torno al concepto de para-
digma, por lo que mi discusión comienza con
ellas. 4 En la sección que sigue inmediatamente,
HAN PASADO ya casi siete años desde que se publi- sugiero que es deseable separar dicho concepto
có este libro l y entretanto la respuesta de l.os crí- de la noción de comunidad científica, indico có-
ticos y mi propio trabajo ulterior han mejora?o mo se puede llevar a cabo tal cosa y discuto al-
mi comprensión de un cierto número de cuestI<;>- gunas consecuencias importantes de la resultan-
nes planteadas por él. En lo fundamental,. mIS te separación analítica. Considero luego qué es lo
puntos de vista permanecen prácticamente mal- que ocurre cuando se buscan los paradigmas exa-
terados, aunque ahora reconozco que algunos ~s­ minando la conducta de los miembros de una co-
pectos de su formulación inicial han creado dIfi- munidad científica previamente detemzinada. Es-
cultades y malentendidos gratuitos. Puesto q.u.e te procedimiento pone en seguida de relieve que
algunos de esos malentendidos son responsabIli- en gran parte del libro el término paradigma se
dad mía, su eliminación me permite ganar un te-
rreno que en última instancia suministrará el fun- 3 Se hallarán otras indicaciones en dos ensayos míos re-

damento sobre el cual asentar una nueva versión cientes: "Reflections on My Critics", en Imre Lakatos y Allan
Musgrave (eds.), Criticism and the Growth of Knowledge (Cam-
dellibro. 2 Mientras tanto, aprovecho la ocasión de bridge, 1970), y "Second Thoughts on Paradigms", en Frede-
bosquejar las revisiones precisas, de comentar al- rick Suppe (ed.), The Structure of Scientific Theories (Urbana,
gunas críticas reiteradas, y de sugerir las direc- Illinois, 1970 o 1971), ambos en prensa en la actualidad. [Pa-
ra "Reflection" véanse las pp. 231-278 del original inglés; hay
traducción española, "Consideración en torno a mis críticos",
I Este epílogo se preparó inicialmente por sugerencia de mi
en La crítica y el desarrollo del conocimiento, Barcelona, Grijal-
antiguo alumno y viejo amigo, el doctor Shigeru Nakayama
bo, 1975, pp. 391-454. "Second Thoughts" se publicó en reali-
de la Universidad de Tokio, a fin de que se incluyera en su tra-
dad en 1974; pp. 259-282 del original inglés; hay traducción
ducción de la obra al japonés. Le estoy agradecido por la idea,
española, "Segundas reflexiones acerca de los paradigmas",
por su paciencia al esperar que la llevase a término y por su
en D. F. Suppe, La estructura de las teorías científicas, Madrid,
permiso para incluir el resultado en la edición en lengua
Editora Nacional, 1979, pp. 509-533, reeditado en Madrid, UNED,
~=.
2
..'
En esta edición no he intentado reescnblr 51stematica-
.. 1990, pp. 389-421; se puede encontrar también como cap. 12
de La tensión esencial, México, FCE, 1981.] En adelante citaré
mente el libro, limitando las alteraciones a unos cuantos erro-
el primero de estos ensayos como "Ret1ections" y el volumen
res tipográficos y a dos pasajes que contenían e~r.ores ais-
en que aparece como Grr)\vlh oi' Knowledge, y aludiré al se-
lables. Uno de éstos es la descripción de la funclOn de los
gundo ensayo como "Second Thoughts".
Principios de Newton en el desarrollo de la mecánica del siglo
4 Para una crítica especialmente convincente de mi presen-
XVlll, que aparecía más mTiba en las páginas 68-73. El otro se
tación inicial de los paradigmas, véase Margaret Masterman,
refiere a la respuesta a la crisis de la página 153. "The Nature of Paradigm", en Growth ofKnowledge [pp. 59-

290
292 EPÍLOGO: 1969 EPÍLOGO: 1969 293

usa con dos sentidos diferentes. Por un lado, hace cho argumento al problema de la elección entre
alusión a toda la constelación de creencias, valo- dos teorías incompatibles, instando en una breve
res, técnicas y demás, compartidos por los miem- conclusión a considerar que las personas que sos-
bros de una comunidad dada. Por otro, denota tienen puntos de vista inconmensurables han de
un tipo de elemento de dicha constelación, las so- tenerse por miembros de distintas comunidades
luciones concretas a rompecabezas que, usadas lingüísticas, de modo que sus problemas de co-
como modelos o ejemplos, pueden sustituir a las municación han de considerarse como proble-
reglas explícitas como base para la solución de mas de traducción. Se discuten también tres pro-
los restantes rompecabezas de la ciencia normal. blemas residuales en las secciones finales 6 y 7.
El primer sentido del término, llamémoslo el so- El primero toma en consideración la acusación
ciológico, es objeto de la sección 2, más abajo; la de que la visión de la ciencia desarrollada en este
sección 3 se dedica a los paradigmas como logros libro es relativista de pies a cabeza. El segundo
ejemplares pasados. comienza preguntando si mi argumentación ado-
Filosóficamente al menos, este segundo sen- lece, como se ha dicho, de una confusión entre el
tido de paradigma es el más profundo de ambos modo descriptivo y el normativo; concluye con
y las afirmaciones que he hecho en su non:bre unas breves consideraciones sobre un tema que
son las principales fuentes de las controverSIas y merece un ensayo aparte, cual es hasta qué punto
los malentendidos que ha desencadenado el libro, las principales tesis del libro se podrían aplicar
especialmente por la acusación de que hago de la legítimamente a otros campos distintos de la
ciencia una empresa subjetiva e irracional. Estas ciencia.
cuestiones se toman en consideración en las sec-
ciones 4 y 5. La primera de ellas defiende que tér- 1. Los paradigmas y la estructura
minos como subjetivo e intuitivo no se pueden de la comunidad
aplicar con propiedad a los componentes del co-
nocimiento que he descrito diciendo que estaban El término paradigma aparece pronto en las pá-
tácitamente engastados en los ejemplos compar- ginas precedentes y se introduce de un modo in-
tidos. Si bien tal conocimiento, a menos que se trínsecamente circular. Un paradigma es lo que
cambie esencialmente, no es objeto de paráfrasis comparten los miembros de una comunidad cien-
en términos de reglas y criterios, es con todo sis- tífica y, a la inversa, una comunidad científica cons-
temático, sometido a la prueba del tiempo y en ta de personas que comparten un paradigma. No
cierto sentido, corregible. La sección 5 aplica di- todos los círculos son viciosos (más adelante en
este epílogo, defenderé un argumento con una es-
89; traducción española, "La naturaleza de los paradigmas",
en La crítica y el desarrollo del conocimiento, pp. 159-201] Y tructura similar), pero éste es una fuente de difi-
Dudley Shapere,"The Structure of Scientific Revolutions", cultades reales. Las comunidades científicas pue-
Philos~phicalReview, LXXIII (1964), pp. 383-394. den aislarse y deberían serlo sin recurso previo a
294 EPÍLOGO: 1969 EPÍLOGO: 1969 295

los paradigmas. Éstos últimos pueden descubrir- Desde esta perspectiva, una comunidad cientí-
se luego examinando la conducta de los miem- fica consta de profesionales de una especialidad
bros de una comunidad dada. Si hubiera de escri- científica. En una medida sin parangón en la ma-
bir de nuevo este libro, lo empezaría discutiendo yoría de los demás campos, estas personas han
la estructura comunitaria de la ciencia, tema que pasado por procesos semejantes de educación e
recientemente se ha convertido en un tema im- iniciación profesional, merced a lo cual han ab-
portante de la investigación sociológica que los sorbido la misma bibliografía técnica, extrayendo
historiadores de la ciencia están empezando tam- de ella muchas lecciones en común. Normalmen-
bién a tomar en serio. Los resultados prelimina- te las líneas que separan las bibliografías al uso
res, muchos de los cuales aún no se han publicado, marcan los límites de los temas científicos, y de
sugieren que las técnicas empíricas precisas para ordinario cada comunidad posee un tema de es-
su exploración no son triviales, si bien algunas tudio propio. En las ciencias hay escuelas, es de-
están ya disponibles y otras sin duda se habrán de cir, comunidades, que abordan el mismo tema
desarrollar. 5 La mayoría de los científicos en activo desde perspectivas incompatibles. Mas son ahí
responden sin titubeos a las preguntas relativas a más raras que en otros campos; siempre están en
la comunidad a que pertenecen, dando por supues- competencia y ésta normalmente se termina en-
to que hay diferentes grupos, cuya pertenencia está seguida. Como resultado de ello, los miembros de
determinada al menos aproximadamente, los cua- una comunidad científica se ven a sí mismos y son
les se reparten las diversas especialidades exis- vistos por los demás como las únicas personas
tentes. Por tanto supondré aquí que se habrán de responsables de la prosecución de un conjunto
hallar medios más sistemáticos para su identi- de metas compartidas, incluyendo entre ellas la
ficación. En lugar de presentar los resultados pre- formación de sus sucesores. Entre dichos grupos
liminares de las investigaciones, articularé bre- la comunicación es relativamente plena y los jui-
vemente la noción intuitiva de comunidad que cios profesionales, relativamente unánimes. Dado
subyace a la mayoría de los capítulos anteriores que, por otro lado, la atención de las distintas co-
de este libro. Se trata de una noción hoy en día munidades científicas se centra en asuntos dife-
ampliamente compartida por científicos, sociólo- rentes, la comunicación profesional a través de la
gos y por algunos historiadores de la ciencia. línea de separación entre los grupos es en ocasio-
nes ardua y lleva con frecuencia a malentendidos
5 W. O. Hagstrom, The Scientific Communitv (Nueva York, que, de continuar, pueden provocar desacuerdos
1965), caps. IV y V; D. J. Price y D. de B. Beaver, "Collabora- importantes, anteriormente insospechados.
tion in an Invisible College", American Psychologist, XXI
(1966), pp. 1011-1118; Diana Crane, "Social Structure in a tesis de doctorado de la Universidad de Harvard, 1966),
liSIS,
Group oE Scientists: A Test of the 'Invisible College' Hypothe- v "The Micro-Structure of an Invisible College: The Phage
sis", American Sociological Review, XXXIV (1969), pp. 335- Group" (escrito presentado en una reunión anual de la Ameri-
352; N. C. Mullins, Social Networks among Biological Scien" can Sociological Association, Boston, 1968).
296 EPÍLOGO: 1969 EPÍLOGO: J969 297

Las comunidades en este sentido existen, por más recientes de la historia. Lo típico es que pro-
supuesto, en diversos niveles. El más global es duzca comunidades de tal vez un centenar de
la comunidad de todos los científicos naturales. miembros, aunque en ocasiones sean significati-
En un nivel sólo ligeramente inferior, los princi- vamente menos. Usualmente algunos científicos
pales grupos profesionales son las comunidades individuales, especialmente los más capaces, per-
de físicos, químicos, astrónomos, zoólogos y simi- tenecerán a varios de esos grupos sea simultánea
lares. Para estos grandes grupos, la pertenencia o sucesivamente.
al grupo se establece fácilmente excepto en los már- Las comunidades de este tipo constituyen las
genes. Ordinariamente resulta más que suficiente unidades que se han presentado en este libro
el tema más general al que se dedican, la per- como aquellas que producen y validan el conoci-
tenencia a sociedades profesionales, así como las miento científico. En ocasiones, los miembros de
revistas que se leen. Otras técnicas similares ais- dichos grupos comparten paradigmas y, sin ha-
larán a los subgrupos más importantes, como los cer referencia a la naturaleza de esos elementos
químicos orgánicos, y tal vez los químicos de las compartidos, difícilmente se entenderán muchos
proteínas entre ellos, los físicos del estado sólido aspectos de la ciencia descritos en las páginas
y de altas energías, los radioastrónomos y demás. precedentes. Pero no ocurrirá así con otros de
Los problemas empíricos sólo aparecen en el si- esos aspectos, aunque no se hayan presentado in-
guiente nivel de especialización. Para poner un dependientemente en mi texto original. Por con-
ejemplo contemporáneo, ¿cómo se habría de ais- siguiente, merece la pena señalar, antes de aten-
lar el grupo fago antes de que se proclamara pú- der directamente a los paradigmas, toda una serie
blicamente? Para este fin es preciso recurrir a la de cuestiones que solo exigen hacer referencia a
asistencia a conferencias especiales, a la distribu- la estructura de la comunidad.
ción de borradores de manuscritos o pruebas de Tal vez la más sorprendente de ellas sea lo que
imprenta anteriores a la publicación, y sobre todo, he denominado anteriormente la transición del
a las redes de comunicación formales e informa- periodo preparadigmático al posparadigmático en
les, incluyendo las descubiertas en la correspon- el desarrollo de un campo científico. Esta transi-
dencia y en los nexos entre citas. 6 Supongo que ción se ha bosquejado más arriba, en el capítulo n.
es algo que se puede hacer y que se hará, al me- Antes de que tenga lugar, hay algunas escuelas
nos para el mundo contemporáneo y las épocas que compiten por el dominio de un campo deter-
minado. Después, siguiendo la estela de algunos
6 Eugene Garfied, The Use ol Citation Data in Writing the logros científicos notables, el número de escuelas
History alScience (Filadelfia, Institute of Scientific Information, se ve considerablemente reducido, normalmente
1964); M. M. Kessler, "Comparison of the Results of Biblio-
graphic Coupling and Analytic Subject Indexing", American a una, con lo que da comienzo un modo más efi-
Dacumentatian, XVI (1965), pp. 223-233; D. J. Price, "Networks ciente de practicar la ciencia. Este último es en
of Scientific Papers", Science, CIL (1965), pp. 510-515. general esotérico y orientado a la resolución de
298 EPÍLOGO: 1969 EPÍLOGO: 1969 299

problemas, una manera de trabajar qu~ el grupo digamos, la "óptica física" la "electricidad" y el
sólo puede practicar cuando sus miembros dan "calor" hubieran de dar nombre a comunidades
por sentado los fundamentos de su campo. científicas dado que nombran temas de investiga-
La naturaleza de la transición a la madurez ción. La única alternativa que parecía permitir
merece una mayor atención de la que hél recibido mi texto era que todos esos temas han pertenecido
en este libro, especialmente por parte de los que a la comunidad física. Con todo, las identificacio-
se ocupan del desarrollo de las ciencias sociales nes de ese estilo no superarán un examen, tal y
contemporáneas. A tal fin, puede ser útil señalar como mis colegas de historia han señalado reite-
que la transición no tiene por qué aSOciarse (y radamente. Así, por ejemplo, no existía comuni-
ahora creo que no debería hacerse) Con la ad- dad física antes de mediados del siglo XIX, mo-
quisición de un paradigma por vez primera. Los mento en que se formó por la confluencia de
miembros de todas las comunidades científicas, partes de dos comunidades anteriormente sepa-
incluyendo las escuelas del periodo preparadig- radas, las de las matemáticas y la de la filosofía
mático, comparten el tipo de elementos que he natural (physique expérimentale). Lo que hoy en
denominado colectivamente un paradigma. Lo día es el tema de estudio de una única comunidad
que cambia con la transición a la madurez no es amplia, había estado disperso de distintos modos
la presencia de un paradigma.. sino más bjen su por djversas comunjdades en el pasado. Otros te-
naturaleza. Sólo tras el cambio es posible la in- mas más restringidos, como por ejemplo el calor
vestigación normal de resolución de l"Ompeca- y la teoría de la materia, habían existido durante
bezas. Muchos de los atributos de una ciencia largos periodos sin convertirse en el campo espe-
desarrollada que he asociado más arriba con la cial de ninguna comunidad científica única. Sin
adquisición de un paradigma, los trataría ahora embargo, tanto la ciencia normal como las revo-
como consecuencias de la adquisición de un tipo luciones son actividades basadas en la comunidad.
de paradigma que identifica los rompecabezas Para descubrirlas y analizarlas es preciso desen-
que constituyen un reto, suministra pistas para marañar antes la estructura comunitaria de las
su solución y garantiza que los profesionales ver- ciencias que cambia a lo largo del tiempo. En pri-
daderamente listos tengan éxito. Sólo quienes se mera instancia, un paradigma no domina un te-
han sentido envalentonados al ver que ~u propio ma, sino más bien a un grupo de investigadores.
campo (o escuela) posee paradigmas pueden sen- Cualquier estudio sobre la investigación dirigida
tir que se sacrifica algo importante con el cambio. por un paradigma o llamada a destrozar un para-
Una segunda cuestión, más importante al me- digma ha de comenzar localizando al grupo o a
nos para los historiadores, concierne a lti identifi- los grupos responsables.
cación biunívoca que se hace en este libro de las Cuando se aborda de este modo el análisis del
comunidades científicas con los tema~ científi- desarrollo científico, tienden a desvanecerse dife-
cos. Esto es, he actuado reiteradamente como si, rentes dificultades que han atraído la atención de
300 EPÍLOGO; 1969 EPÍLOGO: 1969 301

la crítica. Algunos comentaristas, por ejemplo, en parte debido a mi vaguedad acerca de la natu-
han utilizado la teoría de la materia para sugerir raleza y tamaño de las comunidades pertinentes,
que exagero drásticamente la unanimidad de los unos cuantos lectores de este libro han llegado a
científicos y su compromiso con un paradigma. la conclusión de que lo que me preocupa princi-
Hasta hace poco relativamente, señalan, esas teo- palo exclusivamente son las revoluciones impor-
rías han sido objeto de continuo desacuerdo y de- tantes, como las asociadas con Copérnico, New-
bate. Estoy de acuerdo con esa descripción, pero ton, Darwin o Einstein. No obstante, un bosquejo
no la tengo por un contraejemplo. Las teorías de más claro de la estructura de la comunidad con-
la materia, al menos hasta 1920, no eran el terre- tribuiría a poner de relieve la impresión más bien
no específico o el tema de estudio de ninguna co- distinta que he intentado crear. Para mí, una re-
munidad científica. Por el contrario, constituían volución es un tipo especial de cambio que entra-
herramientas para un gran número de grupos ña una especie de reconstrucción de los compro-
de especialistas. En ocasiones, los miembros de misos del grupo, pero no hace falta que sea un
diferentes comunidades elegían diversas herra- cambio grande, ni tiene por qué parecer revolu-
mientas y criticaban la elección que habían he- cionario a los de fuera de una única comunidad
cho otros. Y lo que es más importante, una teoría compuesta tal vez por menos de 25 personas. Es
de la materia no es el tipo de tema sobre el que urgentemente necesario que comprendamos este
deban estar necesariamente de acuerdo ni siquie- cambio revolucionario frente al acumulativo,
ra los miembros de una sola comunidad cientí- precisamente porque ocurre de manera tan regu-
fica. La necesidad de un acuerdo depende de qué lar a esta escala pequeña, razón por la cual a sido
es lo que hace la comunidad. La química de la pocas veces reconocido o discutido en los escri-
primera mitad del siglo XIX suministra un ejem- tos de filosofía de la ciencia.
plo al caso. Aunque varias de las herramientas Una última alteración, íntimamente relacio-
fundamentales de la comunidad (las proporcio- nada con la anterior, puede ayudar a facilitar di-
nes constantes, las proporciones múltiples y los cha comprensión. Algunos críticos han puesto en
pesos de combinación) se habían convertido en duda que la crisis, la conciencia común de que
propiedad común como resultado de la teoría ató- algo ha ido mal, preceda a las revoluciones de ma-
mica de Dalton, tras ella era perfectamente posi- nera tan invariable como he dado a entender en
ble que los químicos basaran su trabajo en esas mi texto original. Sin embargo, nada importante
herramientas a la vez que discrepaban, en oca- depende para mi argumento de que las crisis sean
siones con vehemencia, acerca de la existencia de un prerrequisito absoluto para las revoluciones.
los átomos. Basta con que sean el preludio usual que sumi-
Creo que también de disolverán del mismo mo- nistre un mecanismo de autocorrección que ase-
do algunas otras dificultades y malentendidos. gure que la rigidez de la ciencia normal no prosi-
En parte debido a los ejemplos que he elegido y ga eternamente sin que se ponga en tela de juicio.
302 EPÍLOGO: 1969 EPÍLOGO: 1969 303

Las revoluciones se pueden inducir también de separación. El uso más global es objeto de esta
otras maneras, aunque pienso que rara vez lo son. sección, mientras que el otro se considerará en
Además, señalaría ahora lo que la falta de una la siguiente.
discusión adecuada de la estructura de la comu- Habiendo aislado a una comunidad particular
nidad ha oscurecido antes: no es preciso que las de especialistas mediante técnicas como las que
crisis se generen merced al trabajo de la comuni- hemos estado considerando, puede ser útil pre-
dad que las experimenta y que a veces sufre una guntar: ¿qué es lo que comparten sus miembros
revolución como cónsecuencia de ello. Los ins- que explica la relativa plenitud de su comunica-
trumentos nuevos como el microscopio electró- ción profesional y la relativa unanimidad de sus
nico o las leyes nuevas como las de Maxwell pue- juicios profesionales? A esta pregunta mi texto
den desarrollarse en una especialidad mientras original permite como respuesta: un paradigma o
que su asimilación crea una crisis en otra. un conjunto de paradigmas. Ahora bien para este
uso, no así para el que se discutirá más abajo, el
término resulta inapropiado. Los propios científi-
2. Los paradigmas como la constelación cos dirían que lo que comparten es una teoría o
de los compromisos del grupo un conjunto de teorías, y me alegraría que el tér-
mino pudiese terminar recuperándose para este
Volvamos ahora sobre los paradigmas y pregun- uso. Tal y como se utiliza ordinariamente en filo-
témonos qué es lo que pueden ser. En mi texto sofía de la ciencia, no obstante, teoría connota
original no hay ninguna cuestión que sea más una estructura de naturaleza y alcance mucho
importante ni más oscura. Un lector favorable, más limitados de lo que aquí se necesita. Hasta
que comparte mi convicción de que paradigma tanto el término no se pueda liberar de sus impli-
nombra los elementos filosóficos centrales delli- caciones al uso, evitaré la confusión de adoptar
bro, preparó un índice analítico parcial y conclu- otras. Para los fines presentes sugiero matriz dis-
yó que el término se usa por lo menos de 22 mo- ciplinar, disciplinar porque alude a la posesión
dos distintos. 7 Ahora estimo que la mayor parte común por parte de los que practican una disci-
de esas diferencias se deben a inconsistencias de plina concreta, y matriz porque se compone de
estilo (por ejemplo, las leyes de Newton son a ve- elementos ordenados de varios tipos, cada uno
ces un paradigma, a veces parte de un paradigma de los cuales precisa una especificación ulterior.
yen ocasiones paradigmáticas), por lo que se pue- Todos o la mayoría de los objetos del compromi-
den eliminar con relativa facilidad. Pero una vez so de grupo que mi texto original consideraba pa-
hecho ese trabajo editorial, seguirían existiendo radigmas, partes de paradigmas o paradigmáticos
dos usos muy distintos del término que requieren son constituyentes de la matriz disciplinar y en
cuanto tales forman un todo y funcionan juntos.
7 Masterman, "The Nature of Paradigm", Con todo, no los vamos a discutir como si fueran
304 EPÍLOGO: 1969 EPÍLOGO: 1969 305

de una pieza. No intentaré dar una lista exhausti- ley, los miembros de la comunidad ya sabían qué
va, si bien señalar los tipos principales de compo- era H, R e J, y estas generalizaciones simplemen-
nentes de una matriz disciplinar no sólo clarifica- te les dijeron algo acerca de la conducta del calor,
rá la naturaleza de mi posición actual, sino que a la corriente y la resistencia que antes no sabían.
la vez también preparará el camino a mi siguien- Pero más a menudo, como indica lo que se ha
te argumento principal. tratado ya en el libro, las generalizaciones simbó-
Denominaré generalizaciones simbólicas a un licas sirven a la vez para una segunda función,
tipo importante de componentes, poniendo la función que de ordinario se separa tajantemente
mira en esas expresiones que los miembros de un en los análisis de los filósofos de la ciencia. Al
grupo despliegan sin contestación o disentimien- modo de f = ma o J = VlR, funcionan en parte
to y que se pueden poner fácilmente en una for- como leyes y en parte también como definiciones
ma lógica del tipo (x)(y)(z) 0 (x, y, z). Son los de algunos de los símbolos que contienen. Ade-
componentes formales o fácilmente formaliza- más, el equilibrio entre sus inseparables fuerzas
bIes de la matriz disciplinar. En ocasiones, se en- legislativa y definitoria cambia con el tiempo. En
cuentran ya en forma simbólica: f = ma o J = VlR. otro contexto, estos puntos merecerían un análi-
Otros se expresan de ordinario mediante pala- sis detallado, pues la naturaleza del compromiso
bras: "los elementos se combinan en proporcio- con una leyes muy distinta de la naturaleza del
nes de peso constantes" o "la acción es igual a la compromiso con una definición. A veces las leyes
reacción". Si no fuese por la aceptación general se pueden corregir poco a poco, pero no las defi-
de expresiones de este jaez, no existirían los pun- niciones, puesto que son tautologías. Por ejem-
tos de anclaje en los que los miembros del grupo plo, parte de lo que exigía aceptar la ley de Ohm
fijan las poderosas técnicas de manipulación ló- era una redefinición tanto de corriente como de
gica y matemática en su empresa de resolución resistencia. Si ambos términos continuaran signi-
de rompecabezas. Aunque el ejemplo de la taxo- ficando lo que habían significado antes, la ley de
nomía sugiere que la ciencia normal puede pro- Ohm no podría haber sido cierta. Por eso levantó
ceder con muy pocas expresiones de este estilo, una oposición tan enérgica, mientras que no ocu-
muy en general la potencia de una ciencia parece rrió así con la ley de Joule-Lenz. 8 Probablemente
aumentar con el número de generalizaciones se trata de una situación típica. En la actualidad
simbólicas que quienes las practican tienen a su sospecho que todas las revoluciones entrañan,
disposición. entre otras cosas, el abandono de generalizacio-
Tales generalizaciones ofrecen el aspecto de le-
8 Para aspectos importantes de este episodio, véase T. M.
yes naturales, pero para los miembros del grupo
Brown, "The Electric Current in Early Nineteenth-Century
a menudo su función no se limita a eso. En oca- French Physics", Historical Studies in the Physical Sciences, I
siones no son más que eso, por ejemplo la ley de (1969), pp. 61-103, Y Morton Schagrin, "Resistance to Ohm's
Joule-Lenz, H = RJ2. Cuando se descubrió esta Law", American Journal ofPhysics, XXI (1963), pp. 536-547.
306 EPÍLOGO: 1969 EPÍLOGO: 1969 307

nes cuya fuerza había sido anteriormente en par- tarse como una explicación o como una solución
te la de las tautologías. ¿Mostró Einstein que la a un rompecabezas, y, a la inversa, contribuyen a
simultaneidad era relativa o alteró la noción mis- la determinación de la lista de los rompecabezas
ma de simultaneidad? ¿Estaban sencillamente sin resolver y a la evaluación de la importancia
equivocados quienes veían una paradoja en la que cada uno de ellos tiene. Repárese, no obstan-
expresión relatividad de la simultaneidad? te, en que los miembros de las comunidades cien-
Consideremos a continuación un segundo tipo tíficas no tienen por qué compartir ni siquiera los
de componente de la matriz disciplinar sobre el modelos heurísticos, por más que ordinariamen-
que ya hemos hablado extensamente en mi texto te lo hagan. Ya he señalado que la pertenencia a
original bajo rúbricas tales como paradigmas me- la comunidad de los químicos durante la primera
tafísicos o partes metafísicas de los paradigmas. mitad del siglo XIX no exigía creer en los átomos.
En lo que estoy pensando es en los compromisos Designaré aquí como valores a un tercer tipo
compartidos con creencias del tipo de que el ca- de elementos de la matriz disciplinar. Normal-
lor es la energía cinética de las partes constitu- mente los comparten distintas comunidades con
yentes de los cuerpos; que todos los fenómenos más frecuencia de lo que ocurre con las generali-
perceptibles se deben a la interacción entre los zaciones simbólicas o los modelos, por lo que
átomos cualitativamente neutros en el vacío, o contribuyen en gran medida a crear un senti-
también alternativamente a materia y fuerza o a miento de comunidad de los científicos naturales
campos. Si tuviera que volver a escribir el libro, como un todo. Si bien funcionan en todo mo-
ahora describiría tales compromisos como creen- mento, su importancia particular se pone de ma-
cias en modelos particulares y ampliaría la cate- nifiesto cuando los miembros de una comunidad
goría de los modelos a fin de dar también cabida dada han de identificar una crisis o, más tarde,
a los de tipo relativamente heurístico, como que elegir entre modos incompatibles de practicar su
el circuito eléctrico se puede considerar como un disciplina. Probablemente los valores más pro-
sistema hidrodinámico en régimen estacionario, fundamente aceptados afecten a las predicciones,
o que las moléculas de un gas se comportan co- las cuales deben ser precisas; deben preferirse las
mo minúsculas bolas de billar elásticas con movi- cuantitativas a las cualitativas, sea cual sea el mar-
miento aleatorio. Aunque la fuerza del compro- gen de error permisible; deben satisfacerse consis-
miso del grupo varíe a lo largo del espectro que tentemente en un campo dado, etc. No obstante,
va de los modelos heurísticos a los ontológicos, lo hay también valores aplicables a la evaluación de
cual tiene consecuencias que no son triviales, aún teorías en su conjunto, las cuales, antes que nada,
así todos los modelos poseen funciones seme- han de permitir la formulación y solución de rom-
jantes. Entre otras cosas, suministran al grupo las pecabezas, yen la medida de lo posible deberían
analogías y metáforas predilectas o permisibles. ser simples, consistentes y plausibles, esto es, com-
Al hacerlo, ayudan a determinar qué habrá de acep- patibles con otras teorías comúnmente suscritas.
308 EPÍLOGO: 1969 EPÍLOGO; 1969 309

(Considero ahora como una debilidad de mi texto que el compromiso con ellos sea a la vez profundo
original el que haya prestado tan escasa atención y constitutivo de la ciencia, la aplicación de los
a valores como la consistencia interna y externa valores se ve en ocasiones considerablemente
al estudiar las fuentes de crisis y los factores que afectada por los rasgos de las personalidades in-
intervienen en la elección de teorías.) Existen ade- dividuales y por las biografías que caracterizan a
más otros tipos de valores, como por ejemplo que los miembros de un grupo.
la ciencia debería (o no tendría por qué) ser so- A muchos lectores de los capítulos preceden-
cialmente útil, pero los precedentes servirán para tes, esta característica del funcionamiento de los
indicar lo que tengo en mente. valores compartidos se les ha antojado una debi-
Con todo, hay un aspecto de los valores com- lidad considerable de mi posición. Dado que hago
partidos que merece una mención particular. En hincapié en que aquello que los científicos com-
mayor medida de lo que ocurre con otros compo- parten no basta para dictar un juicio uniforme
nentes de la matriz disciplinar, los valores pue- acerca de cuestiones tales como la elección entre
den ser compartidos por personas que difieren en teorías rivales o acerca de la distinción entre una
su aplicación. Los juicios acerca de la precisión anomalía ordinaria y una anomalía provocadora
son relativamente estables, aunque no del todo de crisis, se me acusa a veces de exaltar la subje-
estables, de una época a otra y de un miembro a tividad e incluso la irracionalidad. 9 Pero tal reac-
otro de un grupo dado. Sin embargo los juicios ción ignora dos características propias de los jui-
.acerca de la simplicidad, la consistencia, la plau- cios de valor en cualquier campo. En primer
sibilidad y similares varían con frecuencia consi- lugar, los valores compartidos pueden ser deter-
derablemente de un individuo a otro. Lo que para minantes significativos de la conducta de un gru-
Einstein era una inconsistencia insoportable en po aunque los miembros de dicho grupo no los
la vieja teoría cuántica, inconsistencia que hacía apliquen del mismo modo. (De no ser así, no ha-
imposible el desarrollo de la ciencia normal, para bría problemas filosóficos especiales sobre la teo-
Bohr y otros no era sino una dificultad que se po- ría del valor o la estética.) No todas las personas
día esperar que acabaría por resolverse por los pintaban igual en los periodos en los que la repre-
medios normales. Lo que es más importante, en sentación era un valor primordial, si bien el pa-
aquellas situaciones en las que han de aplicarse
los valores, si se toman algunos de ellos aislada- 9 Véase en especial Dudley Shapere, "Meaning and Scienti-
mente, dictarán con frecuencia alternativas dis- fic Change", en Mind and Cosmos: Essays in Contemporary
tintas. Una teoría puede ser más precisa, aunque Science and Philosophy, The University of Pittsburgh Series in
menos consistente o plausible que otra, lo que se the Philosophy of Science, III (Pittsburgh, 1966), pp. 41-85;
Israel Scheffler, Science and Subjectivity (Nueva York, 1967);
ejemplifica una vez más con la vieja teoría cuán- y los ensayos de sir Karl Popper e Imre Lakatos en Growth of
tica. En resumen, aunque los valores sean am- Knowledge [en la trad. española, La crítica y el desarrollo del
pliamente compartidos por los científicos y aun- conocimiento, pp. 149-158 Y 203-343 respectivamente).
310 EPÍLOGO: 1969 EPíLOGO: 1969 311

trón de desarrollo de las artes plásticas cambió por ejemplares. Con ello me refería inicialmente a
drásticamente cuando se abandonó tal valor. JO las soluciones de problemas concretas que se en-
Imagínese 10 que ocurriría en las ciencias si la cuentran los estudiantes al comienzo de su edu-
consistencia dejara de ser un valor fundamental. cación científica, sea en los laboratorios, en los
En segundo lugar, la variabilidad individual en la exámenes o al final de los capítulos de los libros
aplicación de los valores compartidos puede des- de texto. A estos ejemplos compartidos habría
empeñar funciones esenciales para la ciencia. que añadir además al menos algunas de las solu-
Los puntos a los que se han de aplicar los valores ciones técnicas de problemas, encontradas en las
son también invariablemente aquellos en los que publicaciones periódicas con las que se topan los
se corren riesgos. La mayor parte de las anoma- científicos en sus carreras como investigadores
lías se resuelve por medios normales y la mayoría después de los estudios, las cuales también les en-
de las propuestas de teorías nuevas resultan mal. señan mediante ejemplos cómo se debe hacer el
Si todos los miembros de una comunidad res- trabajo. Las diferencias entre los conjuntos de
pondiesen a cada anomalía como a una fuente de ejemplares suministran a la comunidad la estruc-
crisis o adoptasen cada nueva teoría propuesta tura fina de la ciencia en mayor medida que los
por un colega, la ciencia se extinguiría. Si, por demás tipos de componentes de la matriz disci-
otro lado, nadie reaccionara a las anomalías o a plinar. Así, por ejemplo, todos los físicos empie-
las teorías de nuevo cuño con alto riesgo, no ha- zan aprendiendo los mismos ejemplares: proble-
bría ninguna o muy pocas revoluciones. En cues- mas como el plano inclinado, el péndulo cónico y
tiones de este tipo, el recurso a los valores com- las órbitas keplerianas; instrumentos como el ver-
partidos más bien que a reglas compartidas que nier, el calorímetro y el puente de Wheatstone.
rijan las elecciones individuales puede ser el modo No obstante, a medida que progresa su instruc-
que tiene la comunidad de distribuir los riesgos y ción, las generalizaciones simbólicas que compar-
asegurar el éxito de la empresa a largo plazo. ten se ven ilustradas cada vez en mayor medida
Pasemos ahora a un cuarto tipo de elemento de por distintos ejemplares. Aunque tanto los físicos
la matriz disciplinar, no el único que resta, sino del estado sólido como los de teoría de campos
el último del que me ocuparé aquí, para el cual el comparten la ecuación de Schrodinger, ambos
término paradigma resulta completamente apro- grupos sólo tienen en común sus aplicaciones
piado tanto filológica como autobiográficamente. más elementales.
Se trata del componente de los compromisos com-
partidos del grupo que me indujo en primer lugar
a elegir esa palabra. No obstante, dado que el tér- 3. Los paradigmas como ejemplos compartidos
mino ha cobrado vida propia, lo sustituiré aquí
El paradigma como ejemplo compartido es el ele-
10 Véase antes la discusión del comienzo del capítulo XIiI. mento central de lo que ahora considero el aspec-
312 EPÍLOGO: 1969 EPÍLOGO: 1969 313

to más novedoso y menos comprendido de este o sus términos, ni acerca de cómo los científicos
libro. Por consiguiente, los ejemplares exigirán de la comunidad conectan esa expresión a la na-
mayor atención que los otros tipos de componen- turaleza. En realidad, el hecho de que la acepten
tes de la matriz disciplinar. Por lo común, los filó- sin discusión y la utilicen como el punto en el
sofos de la ciencia no se han parado a considerar que introducir la manipulación lógica y mate-
los problemas a los que se enfrenta un estudiante mática no entraña por sí mismo que estén en
en los laboratorios o en los textos científicos, pues absoluto de acuerdo acerca de cosas tales como
se supone que se limitan a ejercitar la aplicación su significado y aplicación. Por supuesto que con-
de lo que el estudiante ya conoce. Se dice que no cuerdan en gran medida, pues de lo contrario la
puede en absoluto resolver problemas a menos cuestión se pondría de manifiesto rápidamente
que haya aprendido antes la teoría y algunas re- en la conversación subsiguiente. Pero podemos
glas para su aplicación. El conocimiento científico preguntamos en qué punto y por qué medios han
está embebido en la teoría y las reglas, mientras llegado a ese acuerdo. Enfrentados a una situa-
que los problemas se ofrecen para adquirir soltura ción experimental dada, ¿cómo han aprendido a
en su aplicación. Con todo, he tratado de defen- escoger las fuerzas, las masas y las aceleraciones
der que este emplazamiento del contenido cog- pertinentes?
noscitivo de la ciencia está equivocado. Una vez En la práctica, aunque este aspecto de la situa-
que el estudiante ha resuelto muchos problemas, ción pocas veces se advierta, si es que se hace al-
hacer más no hace sino aumentar su destreza; guna vez, lo que tienen que aprender los estu-
pero al comienzo y durante algún tiempo después, diantes es incluso más complicado que eso. No es
resolver problemas es aprender cosas importan- totalmente exacto que la manipulación lógica y
tes acerca de la naturaleza. En ausencia de di- matemática se aplique directamente a f = ma,
chos ejemplares, las leyes y teorías que ha apren- sino que, bien examinada, dicha expresión resul-
dido anteriormente tendrían escaso contenido ta ser un esquema o esbozo de ley. A medida que
empírico. el estudiante o el científico profesional pasa de
Para aclarar lo que quiero decir, volveré breve- un problema a otro, cambia la generalización
mente sobre las generalizaciones simbólicas. Un simbólica a la que se aplica dicha manipulación.
ejemplo ampliamente compartido es la segunda Para el caso de la caída libre; f = ma se convierte
ley del movimiento de Newton, que en general se en mg = m d 2s/dt2; para el péndulo simple se trans-
escribe como f = ma. El sociólogo, por ejemplo, o forma en mg sen8 = -mi d 28/dt 2; para un par de
el lingüista que descubra que los miembros de osciladores armónicos en interacción se convier-
una comunidad dada emiten y reciben sin pro- te en dos ecuaciones, la primera de las cuales se
blemas la expresión correspondiente, a menos que puede escribir m¡ d 2s/dt2 + kjs j = k2(srsj+d); y
investigue mucho más, no habrá aprendido gran para situaciones más complejas como el girósco-
cosa acerca de lo que significa ya sea la expresión po, adopta aun otras formas cuyo parecido de fa-
314 EPÍLOGO: 1969 EPÍLOGO: 1969 315

r
milia con = ma es todavía más difícil de descu- laboratorio bien concebido. Tras haber resuelto
brir. Con todo, al aprender a identificar fuerzas, algunas, que pueden variar muchísimo de un in-
masas y aceleraciones en una diversidad de situa- dividuo a otro, ve las situaciones a que se enfren-
ciones 'físicas con las que no se había encontrado ta como un científico con la misma Gestalt que
anteriormente, el estudiante ha aprendido tam- otros miembros de su grupo de especialistas. Para
r
bién a diseñar la versión apropiada de = ma,
con la cual ponerlas en relación, versión para la
él ya no son las mismas situaciones a las que se
enfrentaba cuando inició su formación. Entre-
que a menudo no ha encontrado antes un equiva- tanto ha asimilado un modo de ver contrastado
lente literal. ¿Cómo ha aprendido a hacer tal cosa? en el tiempo y aprobado por el grupo.
Nos ofrece una pista un fenómeno familiar La función de las relaciones de semejanza ad-
tanto a los estudiantes de ciencias como a los his- quiridas se revela asimismo con claridad en la
toriadores de la ciencia. Los primeros señalan historia de la ciencia. Los científicos resuelven
con mucha frecuencia que han leído de cabo a rompecabezas tomando como modelo las solu-
rabo un capítulo de su libro de texto, lo han en- ciones anteriores a otros rompecabezas, a menu-
tendido perfectamente y a pesar de todo tienen do con un recurso mínimo a generalizaciones sim-
dificultades para resolver algunos de los proble- bólicas. Galileo halló que una bola que rueda por
mas del final del capítulo. También con frecuen- un plano inclinado adquiere la velocidad justa
cia, esas dificultades se disuelven del mismo mo- para hacerla volver a la misma altura vertical por
do. El estudiante descubre, con o sin la ayuda del un segundo plano inclinado de cualquier pen-
instructor, una manera de ver su problema como diente, y aprendió a ver esa situación experimen-
similar a otro problema con el que ya se ha en- tal como un péndulo con una masa puntual por
contrado. Una vez vista la semejanza, una vez lenteja. A continuación, Huygens resolvió el pro-
captada la analogía entre dos o más problemas blema del centro de oscilación de un péndulo
distintos, puede interrelacionar los símbolos y físico imaginando que el cuerpo extenso de este
ligarlos a la naturaleza del modo que ya antes ha último estaba compuesto por péndulos puntuales
mostrado resultar efectivo. El esquema de ley, galileanos cuyas ligaduras mutuas pudieran sol-
r
digamos = ma, ha funcionado como una herra-
mienta que informa al estudiante qué semejanzas
tarse instantáneamente en cualquier punto de la
oscilación. Una vez sueltas las ligaduras, los pén-
buscar, señalando la Gestalt en la que ha de verse dulos puntuales individuales oscilarían libremen-
la situación. La consiguiente habilidad de ver una te, si bien cuando cada uno de ellos alcanzara su
variedad de situaciones como semejantes las unas punto más elevado, su centro colectivo de gra-
r
a las otras, como casos de = ma u otra genera- vedad se elevaría tan sólo, como el del péndulo
lización simbólica, es, según creo, lo más impor- de Galileo, hasta la altura desde la que el centro de
tante que adquiere un estudiante al hacer proble- gravedad del péndulo extenso había iniciado la
mas ejemplares, sea con papel y lápiz o en un caída. Finalmente Daniel Bernoulli descubrió
316 EPÍLOGO: 1969 EPÍLOGO: 1969 317

cómo hacer que el flujo de agua desde un orificio der las relaciones de semejanza y que luego se
se asimilara al péndulo de Huygens. Determínese incorpora a la manera de ver las situaciones físi-
el descenso del centro de gravedad del agua del cas más bien que a reglas o leyes. Los tres proble-
tanque y del chorro en un intervalo de tiempo in- mas del ejemplo, todos ellos ejemplares para los
finitesimal. Imagínese a continuación que luego estudiosos de la mecánica del siglo XVIII, desplie-
cada partícula de agua se mueve de forma inde- gan una única ley de la naturaleza. Conocida co-
pendiente hacia arriba hasta la máxima altura mo el principio de la vis viva, generalmente se
alcanzable con la velocidad adquirida durante enunciaba como; "el descenso actual es igual al
dicho intervalo. El ascenso del centro de grave- ascenso potencial". La aplicación que hizo Ber-
dad de las partículas individuales ha de ser en- noulli de la ley indica cuán importante era. Sin
tonces igual al descenso del centro de gravedad embargo, por sí mismo, el enunciado verbal de la
del agua del tanque y el chorro. De esta forma de leyes virtualmente impotente. Preséntese a un
ver el problema se siguió inmediatamente la velo- estudiante contemporáneo de física que, aunque
cidad de flujo largamente buscada. I I conozca todas las palabras y sepa hacer todos esos
Este ejemplo debería empezar a dejar claro a problemas, emplea hoy en día medios distintos.
qué me refiero cuando hablo de aprender de los Imagínese luego qué habrían de significar todas
problemas a ver situaciones similares entre sí, esas palabras, a pesar de ser de sobra conocidas,
que son objeto de aplicación de la misma ley o para una persona que no tiene la menor idea de
esquema de ley científica. Al mismo tiempo, debe- los problemas. Para esa persona, la generaliza-
ría mostrar por qué aludo al importante conoci- ción sólo podría empezar a funcionar cuando
miento de la naturaleza que se adquiere al apren- aprendiera a reconocer los "descensos actuales" y
los "ascensos potenciales" como ingredientes de
11 Para el ejemplo, véase René Dugas, A History of Mecha- la naturaleza, lo cual entraña aprender, previa-
nics, traducción de J. R. Maddox (Neuchatel, 1955), pp. 135- mente a la ley, algo acerca de qué situaciones pre-
136,186-193, Y Daniel Bemoulli, Hydrodynamica, sive de viri-
bus et motibus fluidoru m, commentarii opus academicum senta la naturaleza y cuáles no. Este tipo de saber
(Estrasburgo, 1738), sección IIl. Para ver en qué medida la no se adquiere exclusivamente por medios verba-
mecánica de la primera mitad del siglo XVIII progresó viendo les, sino que se produce más bien a medida que
la solución de un problema como un modelo para resolver se oyen las palabras al mismo tiempo que se reci-
otro, consúltese Clifford Truesdell, "Reactions of Late Baro-
que Mechanics to Success, Conjecture, error, and failure in ben ejemplos concretos de cómo funcionan cuan-
Newton's Principia", Texas Quarterly, X (1967), pp. 238-258. do se usan; esto es, la naturaleza y las palabras se
[El artículo se recogió luego en el cap. III de C. Truesdell, aprenden al mismo tiempo. Para echar mano una
Essays in the History of Mechanics, Nueva York, Springer, vez más de la útil expresión de Michael Polanyi;
1968; hay traducción española: Ensayos de Historia de la lo que resulta de este proceso es un conocimiento
mecánica, Madrid, Tecnos, 1975, pp. 134-174: "Reacciones de
la mecánica del barroco a los éxitos, conjeturas, errores y fra- tácito que se aprende haciendo ciencia más bien
casos contenidos en el [sic] Principia".] que adquiriendo reglas para hacerla.
318 EPÍLOGO: 1969 EPÍLOGO: 1969 319

4. Conocimiento tácito e intuición nos sistemático o menos analizable que el cono-


cimiento incorporado a reglas, leyes o criterios
Esta referencia al conocimiento tácito y el consi- de identificación. Por el contrario, lo que tengo
guiente rechazo de las reglas apunta a otro pro- en mente es un modo de conocimiento que se ter-
blema que ha molestado a muchos de mis críticos, giversa si se reconstruye en términos de reglas
a quienes les parecía que daba pie a acusaciones que primero se abstraen de los ejemplares y luego
de subjetivismo e irracionalidad. A algunos lecto- funcionan en lugar de ellos. 0, para decirlo de otra
res les ha dado la impresión de que yo trataba de manera, cuando hablo de que se parte de ejem-
hacer que la ciencia se asentara sobre intuiciones plares para adquirir la capacidad de reconocer
individuales inanalizables más bien que sobre la una situación dada como similar o disimilar a
ley y la lógica. Pero tal interpretación yerra en dos otras que se han visto antes, no estoy sugiriendo
aspectos esenciales. En primer lugar, si hablo des- que se trate de un proceso que en principio no
pués de todo de intuiciones, éstas no son indivi- pueda ser plenamente explicable en términos de
duales, sino que son más bien el patrimonio con- mecanismos neurocerebrales. Por el contrario, lo
trastado y compartido de los miembros de un que quiero decir es que la explicación, por su pro-
grupo con éxito, patrimonio que adquieren los pia naturaleza, no responderá a la pregunta "¿Si-
novicios mediante un entrenamiento que forma milar respecto a qué?" Esta pregunta exige una
parte de su preparación para entrar a formar par- regla, en este caso criterios mediante los cuales
te del grupo. En segundo lugar, no son inanaliza- agrupar ciertas situaciones en conjuntos de se-
bles en principio, sino que por el contrario estoy mejanza, y lo que digo es que en este caso se de-
en la actualidad experimentando con un progra- bería resistir a la tentación de buscar criterios (o
ma de computadora diseñado para investigar sus al menos un conjunto completo de ellos). Con
propiedades en un nivel elemental. todo, no me opongo al método, sino a un tipo par-
Nada tengo que decir aquí sobre ese progra- ticular de método.
ma,12 pero su mera mención debería hacer ver Para llenar de contenido esta tesis debo hacer
cuál es mi posición esencial. Cuando hablo del una breve digresión. Lo que sigue me parece aho-
conocimiento incorporado en los ejemplares com- ra obvio, pero el constante recurso en mi texto
partidos, no aludo a un tipo de conocimiento me- original a expresiones del tipo el mundo cambia
sugiere que no siempre fue así. Si dos personas
12 Se puede encontrar alguna información sobre el tema en están en el mismo sitio y miran en la misma di-
"Second Thougts". ["Second Thoughts on Paradigms", en F. rección, a menos que incurramos en el solipsis-
Suppe (ed.), The Structure of Scientific Theories, Urbana, Uni-
versity ol' Illinois Press, 1974, pp. 459-482; hay traducción es- pp. 389-421. También se puede ver ahora en el cap. 12 de T. S.
pañola; "Segundas reflexiones acerca de los paradigmas", en Kuhn (ed.), The Essel1tial Tensiol1, The University of Chicago
F. Supe (ed.), La estructura de las teorías ciel1ti(icas, Madrid, Press, 1977, traducido al español como La tensión esencial,
Editora Nacional, 1979, pp. 509-533, Y Madrid, UNED, 1990, México, FCE, 1981.]
320 EPÍLOGO: 1969 EPÍLOGO: 1969 321

mo, hemos de concluir que reciben estímulos muy estímulos, sino por los objetos de nuestras sensa-
similares. (Si ambos pudieran poner sus ojos en ciones y éstos no tienen por qué ser los mismos
el mismo lugar, los estímulos serían idénticos.) para distintos individuos ni para grupos diferen-
Pero las personas no ven estímulos, sino que lo tes. Por supuesto, en tanto en cuanto los indivi-
que sabemos de ellos es enormemente teórico y duos pertenezcan al mismo grupo, compartiendo
abstracto. Por el contrario, lo que tienen son sen- con ello la educación, el lenguaje, la experiencia
saciones y no tenemos la menor obligación de su- y la cultura, tenemos buenas razones para supo-
poner que nuestros dos observadores tengan las ner que sus sensaciones sean las mismas. ¿Cómo,
mismas sensaciones. (Los escépticos deberían re- si no, podríamos entender que su comunicación
cordar que el daltonismo no se detectó hasta que sea tan plena y que sus conductas de respuesta al
lo describió John Dalton en 1794.) Por el contra- medio sean hasta tal punto comunes? Tienen que
rio, entre la recepción del estímulo y la concien- ver cosas, tienen que procesar estímulos de ma-
cia de una sensación tiene lugar una buena dosis nera en gran medida igual. Sin embargo, allí don-
de procesamiento neuronal. Algunas de las pocas de comienza la diferenciación y la especializa-
cosas que sabemos sobre el asunto es que estímu- ción de los grupos, carecemos de elementos de
los muy distintos pueden producir las mismas juicio similares acerca de la inmutabilidad de las
sensaciones, que el mismo estímulo puede pro- sensaciones. Sospecho que sólo la estrechez de
ducir sensaciones muy distintas y finalmente que miras nos lleva a suponer que la vía que va de los
la vía del estímulo a la sensación está en parte estímulos a la sensación es la misma para todos
condicionada por la educación. Los individuos los miembros de todos los grupos.
criados en diferentes sociedades se comportan en Volviendo ahora a los ejemplares y las reglas,
ocasiones como si vieran cosas distintas. Podría- lo que he estado tratando de dar a entender, aun-
mos reconocer que de hecho es así, si no experi- que de forma preliminar, es lo siguiente. Una de
mentáramos la tentación de identificar los es- las técnicas fundamentales mediante las cuales
tímulos con las sensaciones de manera biunívoca. los miembros de un grupo, sea toda una cultura
Repárese ahora en que dos grupos cuyos miem- o una subcomunidad de especialistas en su seno,
bros tienen sistemáticamente sensaciones dife- aprenden a ver las mismas cosas cuando se en-
rentes al recibir los mismos estímulos, en cierto frentan a los mismos estímulos es viendo ejem-
sentido viven en mundos distintos. Postulamos la plos de situaciones que sus predecesores del gru-
existencia de estímulos para explicar nuestras po ya han aprendido a ver como semejantes entre
percepciones del mundo, y postulamos su inmu- sí y diferentes de otros tipos de situaciones. Estas
tabilidad para evitar el solipsismo tanto individual situaciones similares pueden consistir en presen-
como social. No tengo la menor reserva acerca de taciones sensoriales sucesivas del mismo indivi-
ninguna de ambas suposiciones, pero nuestro duo, por ejemplo la madre, que termina recono-
mundo está poblado en primera instancia no por ciéndose a primera vista como lo que es y como
322 EPÍLOGO: 1969 EPÍLOGO: 1969 323

alguien distinto del padre o la hermana. Pueden 0, para ser más exactos, no podemos hacer tal
ser también representaciones de miembros de fa- cosa hasta después de haber tenido una sensación
milias naturales, como cisnes por un lado y gansos hasta después de haber percibido algo. Entonce~
por otro o, para los miembros de grupos más es- buscamos a menudo criterios y los utilizamos'
pecializados, pueden ser ejemplos de situaciones entonces podemos entregarnos a la interpreta~
newtonianas, esto es, de situaciones que son se- ción, un proceso de deliberación mediante el cual
mejantes por estar controladas por alguna versión elegimos entre distintas alternativas, cosa que no
de la forma simbólica f = ma, siendo distintas de ha~e~os en la percepción misma. Por ejemplo,
aquellas situaciones a las que se aplican, ponga- qmza haya algo raro en lo que hemos visto (re-
mos por caso, los esquemas de leyes de la óptica. cuérdense los naipes anómalos). Al dar la vuelta
Concédase por el momento que ocurra algo de a la esquina, vemos a nuestra madre entrando en
este estilo. ¿Acaso habríamos de decir que lo que una tienda del centro en un momento en el que
se ha adquirido a partir de los ejemplares son re- pensábamos que estaba en casa. Al considerar lo
glas y la capacidad de aplicarlas? Esta descrip- que hemos visto, exclamamos de pronto, "¡No era
ción resulta tentadora porque el que veamos una mamá, puesto que es pelirroja!" Al entrar en la
situación como similar a otras con las que nos tienda vemos de nuevo a la señora y no entende-
hemos topado antes ha de ser el resultado del pro- mos cómo pudimos confundirla con nuestra ma-
cesamiento neuronal que está plenamente regido
por leyes físicas y químicas. En este sentido, una
dre. ° quizá vemos las plumas de la cola de un
ave acuática que está comiendo del fondo de una
vez que hemos aprendido a hacerlo, el reconoci- charca poco profunda. ¿Se trata de un cisne o de
miento de la semejanza ha de ser tan completa- un ganso? Contemplamos mentalmente lo que
mente metódico como el latido de nuestros cora- hemos visto comparando las plumas de la cola
zones. Pero esta misma comparación sugiere que con las de los cisnes y gansos que hemos visto an-
el reconocimiento puede también ser involunta-
rio, un proceso sobre el que no tenemos control.
teriormente. °
tal vez, siendo protocientíficos
sencillamente deseamos conocer algunas carac~
De ser así, no podemos concebirlo propiamente t~rísticas generales (la blancura de los cisnes, por
como algo que resolvamos aplicando reglas y crite- ejemplo) de los miembros de una familia natural
rios. Hablar del reconocimiento en estos términos que ya somos capaces de identificar con facili-
implicaría que tuviésemos acceso a alternativas,
que, por ejemplo, hubiéramos podido desobede- las leyes fuesen como las de Newton y todas las reglas como
cer una regla, aplicar mal un criterio o experi- los Diez Mandamientos. En ese caso, la expresión transgredir
mentar con otra manera de ver las cosas. 13 Eso, una ley carecería de sentido y el rechazo de las reglas no pare-
cería entrañar un proceso que no estuviera gobernado por
según entiendo, es algo que no podemos hacer. leyes. Desgraciadamente, las leyes de tráfico y otros produc-
tos similares de la legislación se pueden transgredir, lo cual
l3 Esta cuestión jamás habría tenido que planearse si todas que facilita la confusión.
324 EPÍLOGO: 1969 EPÍLOGO: 1969 325

dad. Una vez más, contemplamos lo que hemos percepción en absoluto. En muchos medios, un
percibido anteriormente, buscando lo que tienen grupo que no supiese distinguir a los lobos de los
en común los miembros de una familia dada. perros no duraría mucho. Un grupo de físicos nu-
Todos ellos son procesos deliberativos en los cleares tampoco sobreviviría hoy en día como
que buscamos y empleamos criterios y reglas. grupo de científicos si sus miembros fueran inca-
Esto es, tratamos de interpretar sensaciones ya paces de identificar las trayectorias de las par-
disponibles, tratamos de analizar lo que para tículas alfa y de los electrones. El hecho de que
nosotros ya está dado. Hagámoslo como lo haga- sirvan muy pocos modos de ver es precisamente
mos, los procesos implicados han de ser en últi- lo que hace que sólo sean dignos de ser transmiti-
ma instancia neurológicos, estando por tanto re- dos de generación en generación los que han su-
gidos por las mismas leyes físico-químicas que perado la prueba de la utilidad para el grupo. Asi-
rigen, por un lado, la percepción y, por otro, el la- mismo, podemos hablar de la experiencia y del
tido de nuestros corazones. Mas el hecho de que conocimiento de la naturaleza incorporados en la
el sistema obedezca las mismas leyes en los tres vía que va del estímulo a la sensación, debido a
casos no ofrece ninguna razón para suponer que que han sido seleccionados por su éxito a lo largo
nuestro aparato neuronal esté programado para de la historia.
operar en la interpretación del mismo modo que Tal vez conocimiento sea un término inadecua-
en la percepción, o en ambas del mismo modo do, pero hay motivos para recurrir a él. Lo que se
que en el caso del latido del corazón. A lo que me incorpora al proceso neuronal que trasforma los
he estado oponiendo en este libro es por consi- estímulos en sensaciones posee las siguientes ca-
guiente al intento, tradicional desde Descartes racterísticas: se ha transmitido a través de la edu-
aunque no antes, de analizar la percepción como cación; por ensayo, se ha mostrado más efectivo
un proceso interpretativo, como una versión in- que sus competidores históricos en el medio ha-
consciente de lo que hacemos una vez que hemos bitual de un grupo; y, finalmente, está sujeto a
percibido. cambio tanto a través de una ulterior educación
Por supuesto, lo que hace que merezca la pena como por el descubrimiento de desajustes con el
subrayar el carácter integral de la percepción es medio. Se trata de características que competen
el hecho de que haya tanta experiencia pasada in- al conocimiento, lo que explica que emplee ese
corporada en el aparato neuronal que transforma término. Pero se trata de un uso extraño porque
los estímulos en sensaciones. Un mecanismo per- falta otra característica, pues no tenemos acceso
ceptivo adecuadamente programado posee un directo a qué es lo que conocemos, ni tenemos
valor de supervivencia. Decir que los miembros reglas o generalizaciones con las cuales expresar
de diversos grupos pueden tener percepciones este conocimiento. Las reglas que podrían ofre-
distintas cuando se enfrentan a los mismos estí- cer tal acceso deberían hacer referencia a estímu-
mulos no quiere decir que puedan tener cualquier los, no a sensaciones, y sólo podemos conocer los
326 EPÍLOGO: 1969 EPÍLOGO: 1969 327

estímulos a través de una teoría refinada. En su me permite eliminar aquí la metáfora. 14 En lugar
ausencia, el conocimiento incorporado a la vía de ello, ofreceré una breve defensa. Ver unas go-
que va del estímulo a la sensación permanece titas de agua o una aguja contra una escala nu-
tácito. mérica constituye una experiencia perceptiva pri-
Aunque obviamente se trata de un planteamien- mitiva para quien no esté familiarizado con las
to preliminar que no tiene por qué ser correcto cámaras de niebla y los amperímetros. Por tanto
en todos los detalles, lo que se acaba de decir exige examen, análisis e interpretación (o bien
acerca de la sensación se ha de entender literal- la intervención de una autoridad externa) antes
mente. Cuando menos se trata de una hipótesis de que se pueda llegar a una conclusión acerca de
acerca de la visión que habrá de someterse a in- electrones o corrientes. Pero es muy otra la posi-
vestigación experimental, aunque probablemente ción de la persona que haya estudiado dichos ins-
no se pueda contrastar directamente. Pero hablar trumentos y haya tenido con ellos mucha expe-
de este modo de la visión y de la sensación tam- riencia mediante ejemplares, y asimismo existen
bién posee aquí funciones metafóricas como en diferencias correspondientes en la manera en
el cuerpo del libro. No vemos electrones, sino que procesa los estímulos que le llegan de ellos.
más bien trayectorias o bien burbujas de vapor Por lo que atañe al vapor del aliento en una fría
en una cámara de niebla. No vemos en absoluto
corrientes eléctricas, sino más bien la aguja de 14 Las siguientes observaciones crípticas tal vez puedan ser-
vir de guía a los lectores de "Second Thoughts" [véase nota 12].
un amperímetro o de un galvanómetro. Sin em- La posibilidad de un reconocimiento inmediato de los miem-
bargo, en las páginas precedentes, especialmente bros de las familias naturales depende de la existencia, tras el
en el capítulo x, me he expresado repetidamente procesamiento neuronal, de un espacio perceptivo entre las
como si percibiéramos las entidades teóricas del familias que han de ser discriminadas. Si, por ejemplo, hubie-
tipo de las corrientes, los electrones y los cam- se un continuo perceptivo de las aves acuáticas entre los gan-
sos y los cisnes, nos veríamos obligados a introducir un crite-
pos, como si aprendiésemos a hacerlo mediante rio específico para distinguirlos. Se puede decir algo similar
el examen de ejemplares, y como si también en de las entidades inobservables. Si una teoría física no admite
esos casos fuese erróneo dejar de hablar de ver la existencia de ninguna otra cosa parecida a una corriente
para hablar de criterios e interpretaciones. La me- eléctrica, entonces un pequeño número de criterios, que pue-
den variar ampliamente de un caso a otro, bastará para iden-
táfora que transfiere ver a contextos de este tipo tificar las corrientes aunque no haya un conjunto de reglas
difícilmente es una justificación válida de tales que especifiquen las condiciones necesarias y suficientes para
pretensiones. A la larga habrá de eliminarse en su identificación. Este punto sugiere un corolario plausible
favor de un tipo de discurso más literal. que puede ser más importante. Dado un conjunto de condi-
El programa de computadora aludido antes ciones necesarias y suficientes para la identificación de una
entidad teórica, dicha entidad puede eliminarse de la ontolo-
empieza a sugerir algunos modos en que ello po- gía de una teoría por sustitución. Sin embargo, en ausencia
dría hacerse, pero ni el espacio disponible ni el de tales reglas, estas entidades no son eliminables; la teoría
alcance de mi actual comprensión del problema exige su existencia.
328 EPÍLOGO: 1969 EPÍLOGO: 1969 329

tarde invernal, sus sensaciones pueden ser las 5. Los ejemplares, la inconmensurabilidad
mismas que las de una persona corriente, pero al y las revoluciones
ver una cámara de niebla ve (aquí literalmente)
no gotitas, sino las trayectorias de electrones, par- Lo que se acaba de decir sirve también como fun-
tículas alfa y demás. Esas trayectorias son, si se damento para aclarar otro de los aspectos delli-
quiere, criterios que interpreta como indicios de bro, a saber: mis observaciones sobre la inconmen-
la presencia de las partículas correspondientes, surabilidad y sus consecuencias para los científicos
pero esa vía es más corta así como distinta de la que debaten acerca de la elección de teorías suce-
seguida por la persona que interpreta gotitas. sivas. J5 En los capítulos x y XII he argüido que en
Considérese si no a un científico que examina dichos debates, las partes enfrentadas ven inevi-
un amperímetro para determinar el número en el tablemente de modo distinto algunas de las situa-
que se ha detenido la aguja. Probablemente su ciones experimentales u observacionales a las que
sensación sea la misma que la de una persona ambas recurren. Ahora bien, dado que los vo-
corriente, especialmente si esta última ha leído cabularios con que discuten dichas situaciones
antes otro tipo de instrumentos de medición. constan fundamentalmente de los mismos térmi-
Pero el científico ha visto el aparato de medida nos, han de conectar de forma distinta dichos
(de nuevo literalmente) en el contexto de todo el términos a la naturaleza, por lo que su comuni-
circuito y sabe algo acerca de su estructura inter- cación es sólo parcial. Como resultado de ello, la
na. Para él, la posición de la aguja es un criterio, superioridad de una teoría sobre otra no se pue-
pero sólo del valor de la corriente. Para hacer su de probar en el debate. En lugar de ello, he insis-
interpretación sólo necesita determinar en qué tido en que cada una de las partes ha de tratar de
escala se debe leer el instrumento. Para la per- convertir a la otra por persuasión. Sólo los filóso-
sona corriente, por otro lado, la posición de la fos han tergiversado seriamente la intención de
aguja no es un criterio de nada excepto de sí mis- estas partes de mi argumento. Con todo, algunos
ma. Para interpretarla, ha de examinar todo el de ellos han señalado que creo lo que sigue: 16 los
entramado de cables, interno y externo, experi- que proponen teorías inconmensurables no se pue-
mentar con baterías e imanes y demás. En el uso den comunicar entre sí en absoluto; consecuen-
metafórico no menos que en el literal de ver, la cia de lo cual en un debate sobre elección de teo-
interpretación comienza allí donde acaba la per- 15 Los puntos que siguen se tratan con más detalle en los
cepción. Ambos procesos no son uno solo y qué capítulos v y VI de "Reflections" [pp. 427-435 Y 135-449 de la
deja la percepción para que lo complete la inter- traducción española de "Consideración en torno a mis críti-
pretación depende drásticamente de la naturale- cos", en La crítica y el desarrollo del conocimiento, Barcelona,
za y cuantía de la experiencia y del entrenamien- Grijalbo, 1975].
16 Véanse la obras citadas en la nota 9, más arriba, así como
to previos. el ensayo de Stephen Toulmin en Growth of Knowledge [pp.
133-144 de la traducción señalada en la nota anterior.].
330 EPÍLOGO: 1969 EPÍLOGO: 1969 331

rías no se pueden esgrimir buenas razones, sino Nada de esta tesis relativamente familiar entra-
que en vez de ello las teorías han de elegirse por ña que no haya buenas razones para ser convenci-
razones que en última instancia son personales y do o que tales razones no sean en última instan-
subjetivas; esto es, la decisión a la que de hecho cia decisivas para el grupo. Ni siquiera implica
se llega está provocada por algún tipo de percep- que las razones para la elección sean distintas de
ción mística. Los pasajes en los que se asientan es- las que citan usualmente los filósofos de la ciencia,
tas tergiversaciones han sido responsables de las como la precisión, la simplicidad, la fecundidad y
acusaciones de irracionalidad en mayor medida similares. Lo que habría que sugerir, no obstante,
que cualesquiera otras partes del libro. es que tales razones funcionan como valores, por
Considérense en primer lugar mis observacio- lo que aquellos que convienen en honrarlos, los
nes acerca de la prueba. Lo que he estado tratan- pueden aplicar de manera distinta, tanto indivi-
do de mostrar es muy sencillo y bien conocido dual como colectivamente. Por ejemplo, si dos
por la filosofía de la ciencia. Los debates sobre la personas discrepan acerca de la fecundidad rela-
elección de teorías no se pueden plasmar en una tiva de sus teorías, o sí concuerdan acerca de ello,
forma completamente semejante a las pruebas pero discrepan acerca de la importancia relativa
lógicas o matemáticas. En estas últimas, las pre- para hacer una elección de la fecundidad y el al-
misas y las reglas de inferencia se estipulan desde cance, pongamos por caso, ninguna de ellas pue-
el comienzo. Si hay un desacuerdo acerca de las de ser acusada de haber cometido un error. Tam-
conclusiones, las partes del consiguiente debate poco se puede decir que alguna de ellas se esté
pueden retroceder paso a paso, comparando ca- conduciendo de forma poco científica. No existe
da uno de ellos con las estipulaciones previas. Al un algoritmo neutral para la elección de teorías,
final de dicho proceso, unos u otros han de con- no existe un procedimiento de decisión sistemá-
ceder que han cometido un error, que han viola- tico que, aplicado adecuadamente, haya de lle-
do una regla previamente aceptada. Una vez ad- var a la misma decisión a todos los individuos del
mitido, no hay más que hablar y la prueba de los grupo. En este sentido, es la comunidad de espe-
oponentes resulta irresistible. Tan sólo en el caso cialistas más bien que sus miembros individuales
de que, en lugar de ello, ambas partes descubran la que toma la decisión efectiva. Para entender
que discrepan acerca del significado o la aplica- por qué la ciencia se desarrolla como lo hace, no
ción de las reglas estipuladas, que su acuerdo es preciso revelar los detalles de la biografía y de
previo no ofrece un fundamento suficiente para la personalidad que ha llevado a cada individuo
la prueba, el debate prosigue en la forma que concreto a una elección particular, por más que
toma inevitablemente durante las revoluciones el tema sea fascinante. Lo que hay que entender,
científicas. El debate versa acerca de las premisas sin embargo, es el modo en que un conjunto de
y recurre a la persuasión como preludio a la posi- valores compartidos interactúa con las experien-
bilidad de una demostración. cias particulares compartidas por una comuni-
332 EPÍLOGO: 1969 EPÍLOGO: 1969 333

dad de especialistas para asegurar que la mayo- mente se conservan los nombres de los conjun-
ría de los miembros del grupo terminará por en- tos. Con todo, la transferencia de un subconjunto
contrar decisivo un conjunto de argumentos más ordinariamente forma parte de un cambio crítico
que otro. en la red de interrelaciones entre ellos. La trans-
Se trata de un proceso de persuasión, si bien ferencia de los metales del conjunto de los com-
presenta un problema más profundo. Dos perso- puestos al de los elementos desempeñó una fun-
nas que perciben de forma distinta la misma si- ción esencial en el surgimiento de una nueva
tuación, aunque a pesar de todo usen el mismo teoría de la combustión, de la acidez y de la com-
vocabulario, cuando discuten han de emplear las binación física y química. Estos cambios se di-
palabras de manera diferente. Esto es, hablan fundieron rápidamente uno tras otro por toda la
desde lo que he dado en llamar puntos de vista química. Por consiguiente, no es de extrañar que
inconmensurables. ¿Cómo habrían de aspirar a cuando se producen tales redistribuciones, dos
entenderse, por no hablar de persuadirse? Inclu- personas cuyo discurso había procedido anterior-
so una respuesta preliminar a dicha pregunta exi- mente con una comprensión aparentemente ple-
ge que se especifique aún más la naturaleza de la na, puedan encontrarse repentinamente con que
dificultad. Supongo que, al menos en parte, es del responden a los mismos estímulos con descrip-
tipo siguiente. ciones y generalizaciones incompatibles. Tales
La práctica de la ciencia normal depende de la dificultades no tienen por qué manifestarse en
habilidad, adquirida a partir de ejemplares, de todas las áreas de su discurso científico, pero sur-
agrupar objetos y situaciones en conjuntos de se- girán y se acumularán con mayor densidad en
mejanza que son primitivos en el sentido de que torno a los fenómenos de los que depende de ma-
el agrupamiento se realiza sin responder a la pre- nera más central la elección de teorías.
gunta "¿Semejantes respecto a qué?" Así pues, Aunque tales problemas se hacen evidentes pri-
uno de los aspectos centrales de cualquier revolu- mero en la comunicación, no son meramente lin-
ción es que cambian algunas de las relaciones de güísticos y no se pueden resolver sencillamente
semejanza. Los objetos que se agrupaban antes estipulando las definiciones de los términos pro-
en el mismo conjunto se reúnen después en otros blemáticos. Dado que las palabras en torno a las
distintos y viceversa. Piénsese en el Sol, la Luna, cuales se acumulan las dificultades se han apren-
Marte y la Tierra antes y después de Copérnico; dido en parte aplicándolas directamente a los
en la caída libre, el movimiento pendular y plane- ejemplares, los participantes en una ruptura de la
tario antes y después de Galileo; o en las sales, comunicación no pueden decir, "Yo empleo la pa-
aleaciones o en una mezcla de azufre y limaduras labra elemento (o mezcla o planeta o movimiento
de hierro antes y después de Dalton. Dado que la no restringido) del modo determinado por los si-
mayoría de los objetos incluso de los conjuntos guientes criterios". Esto es, no pueden recurrir a
modificados siguen agrupándose juntos, normal- un lenguaje neutral que ambos usen del mismo
334 EPÍLOGO: 1969 EPÍLOGO: 1969 335

modo y que sea adecuado para enunciar sus teo- dentro del grupo y entre los grupos, en primer
rías respectivas o incluso las consecuencias em- lugar pueden tratar de descubrir los términos y
píricas de ambas teorías. La diferencia es en par- las locuciones que, aunque se usen sin proble-
te anterior a la aplicación de los lenguajes en los mas dentro de cada comunidad, con todo constitu-
que no obstante se refleja. yen focos de problemas para las discusiones entre
Las personas que experimentan esas rupturas grupos. (Las locuciones que no presenten tales
de la comunicación han de tener con todo algún dificultades se pueden traducir de manera homo-
recurso. Los estímulos que inciden sobre ellos fónica.) Tras aislar esas áreas de dificultad en la
son los mismos, así como también lo son sus apa- comunicación científica, pueden luego recurrir a
ratos neurológicos generales por distinta que sea sus vocabularios compartidos en la vida diaria en
su programación. Además, excepto en un área un esfuerzo para elucidar aún más sus problemas.
restringida, por importante que sea, de su expe- Esto es, cada uno de ellos puede intentar descu-
riencia, incluso su programación neurológica ha brir qué vería y qué diría el otro al presentarle un
de ser casi idéntica, pues comparten una historia, estímulo al que su propia respuesta verbal sería
excepción hecha del pasado inmediato. Como distinta. Si son capaces de refrenar lo bastante su
resultado de ello, comparten tanto su mundo y tendencia a explicar la conducta anómala como
su lenguaje cotidianos como la mayor parte de su consecuencia de un mero error o locura, con el
mundo y lenguaje científicos. Dado que tienen tiempo podrán llegar a predecir muy bien la con-
tanto en común, deberían ser capaces de descu- ducta del otro. Cada uno de ellos habrá aprendi-
brir muchas cosas acerca de cómo difieren. No do a traducir la teoría del otro y sus consecuen-
obstante, las técnicas precisas no son ni directas cias a su propio lenguaje y, a la vez, a describir en
ni cómodas ni forman parte del arsenal normal su lenguaje el mundo al que se aplica esa teoría.
del científico. Los científicos rara vez las identifi- Eso es lo que hace o lo que debería de hacer co-
can y en pocas ocasiones las usan más del tiempo rrientemente el historiador de la ciencia cuando
preciso para lograr la conversión o para conven- se ocupa de teorías científicas periclitadas.
cerse a sí mismos de que no la van a conseguir. Dado que la traducción, si se practica, permite
En pocas palabras, lo que pueden hacer los que a los implicados en una ruptura de comunicación
se ven envueltos en una ruptura de la comunica- [hay traducción española, Palabra y objeto, Barcelona, Labor,
ción es reconocerse mutuamente como miembros 1968, y Herder, 200l].Sin embargo, Quine parece suponer
de diferentes comunidades lingüísticas y hacerse que dos personas que reciben el mismo estímulo han de tener
entonces traductores Y Al tomar como tema pro- la misma sensación y por consiguiente tiene poco que decir
pio de estudio las diferencias entre sus discursos acerca de hasta qué punto el traductor debe ser capaz de des-
cribir el mundo al que se aplica el lenguaje que se traduce.
17 La fuente ya clásica de la mayoría de los aspectos perti- Para este último punto, véase E. A. Nida, "Linguistics and
nentes de la traducción es W. v. O. Quine, Word and Object Ethnology in Translation Problems", en Del Hymes (ed.), Lan-
(Cambridge, Massachusetts, y Nueva York. 1960), caps. 1 y II guage and Culture in Society (Nueva York, 1964), pp. 90-97.
336 EPÍLOGO: 1969 EPÍLOGO: 1969 337

experimentar de manera delegada parte de los quirido los vocabularios y compromisos especia-
méritos y deméritos del punto de vista ajeno, lizados de ninguno de los grupos.
constituye una poderosa herramienta para la per- No obstante, los argumentos que se pueden
suasión y para la conversión. Sin embargo, puede enunciar en el vocabulario que ambos grupos usan
ser que la persuasión no funcione y, aunque lo del mismo modo no resultan por lo común deci-
haga, puede no verse acompañada o seguida por sivos, al menos no hasta un estadio muy avanza-
una conversión. Ambas experiencias na son lo do de la evolución de los puntos de vista opues-
mismo, sino que entre ellas media una importan- tos. Entre los ya admitidos en la profesión, pocos
te distinción que sólo recientemente he compren- se dejarán convencer sin algún recurso a las com-
dido de manera plena. paraciones más extensas permitidas por la tra-
Según yo lo veo, persuadir a alguien eS conven- ducción. Aunque el precio a pagar por ello sea a
cerlo de que el punto de vista propio es superior y menudo el uso de frases de gran longitud y com-
que por consiguiente debería sustituir al suyo. plejidad (piénsese en la controversia entre Proust
Eso se consigue en ocasiones sin tener por qué y Berthollet llevada a cabo sin recurrir al término
recurrir a nada parecido a la traducción. En su elemento), muchos resultados de investigación
ausencia, muchas de las explicaciones y enuncia- adicionales se pueden traducir del lenguaje de
dos de problemas aceptados por los miembros de una comunidad al de la otra. Además, a medida
un grupo científico resultarán opacos para el otro. que avanza la traducción, algunos miembros de
Pero normalmente cada comunidad lingüística ambas comunidades podrán empezar también a
puede producir desde el comienzo unos cuantos comprender de manera delegada de qué manera
resultados concretos de investigación que, aun- un enunciado antes opaco podría ser una expli-
que se puedan describir con enunciados compren- cación para los miembros del grupo opuesto. La
sibles del mismo modo para ambos grupos, con disponibilidad de este tipo de técnicas no garan-
todo la otra comunidad los puede explicar aún en tiza, como es natural, la persuasión. Para la ma-
sus propios términos. Si el nuevo punto de vista yor parte de las personas la traducción es un pro-
perdura un tiempo y sigue dando resultados, es ceso amedrentador totalmente extraño a la ciencia
probable que los resultados de la investigación normal. En cualquier caso, siempre hay contra-
verbalizables de este modo tiendan a aumentar. argumentos disponibles y no hay reglas que pres-
Para algunas personas esos resultados solos se- criban cómo alcanzar un equilibrio. Con todo, a
rán decisivos y puede ser que digan: no sé cómo medida que los argumentos se acumulan y se su-
han logrado el éxito los que proponen el nuevo pera con éxito un reto tras otro, sólo la obstina-
punto de vista, pero tengo que aprenderlo; sea lo ción ciega puede explicar a fin de cuentas la re-
que sea lo que hagan, es obvio que está bien. Esta sistencia pertinaz.
reacción se da fácilmente en personas que aca- Siendo esto así, se vuelve crucialmente impor-
ban de llegar a la profesión, pues aún nO han ad- tante un segundo aspecto de la traducción fami-
338 EPÍLOGO: 1969 EPÍLOGO: 1969 339

liar desde hace tiempo a los historiadores y a los ofrecen un clima en el que es más probable que
lingüistas. Traducir una teoría o visión de mundo se produzca. La traducción puede además sumi-
al propio lenguaje no significa apropiársela, pues nistrar puntos de acceso a la reprogramación
para ello es preciso convertirse en un nativo y neuronal que, por inescrutable que sea en estos
descubrir que se piensa y se opera en un lenguaje momentos, ha de subyacer a la conversión. Sin
que antes era extraño, sin que baste simplemente embargo, ni las buenas razones ni la traducción
con traducir. Con todo, no es éste un cambio que constituyen una conversión, que es el proceso
un individuo emprenda o deje de emprender por que hemos de explicar para comprender un tipo
deliberación o elección, por muy buenas que sean esencial de cambio científico.
sus razones para querer hacerlo. Por el contrario,
en algún punto del proceso de aprender a tradu-
cir, se encuentra con que se ha producido el cam- 6. Las revoluciones y el relativismo
bio, con que se ha pasado al nuevo lenguaje sin
haber tomado decisión alguna. O bien, como mu- Una consecuencia de la posición que acabamos
chos de aquellos que se toparon por vez primera, de pergeñar ha perturbado especialmente a algu-
digamos, con la relatividad o la mecánica cuántica nos de los que me han criticado. 18 Encuentran que
a mitad de su vida, se encuentra completamente mi punto de vista es relativista, especialmente tal
persuadido de la bondad del nuevo punto de vis- y como se ha desarrollado en la última sección de
ta, siendo a pesar de todo incapaz de asumirlo y este libro. Mis consideraciones en torno a la tra-
encontrarse cómodo en el mundo que contribuye ducción destacan las razones del cambio. Los que
a conformar. Intelectualmente tal persona ha ele- proponen distintas teorías son como los miem-
gido, aunque se le escape la conversión precisa bros de diferentes comunidades lingüístico-cul-
para que su elección sea efectiva. No obstante, turales. Aceptar el paralelismo sugiere que en cier-
puede utilizar la nueva teoría, pero lo hará como to sentido ambos grupos pueden estar en lo cierto.
un extranjero en un medio extraño, una alternati- Aplicado a la cultura y su desarrollo, esa posición
va que está abierta exclusivamente porque ya hay es relativista.
nativos ahí. Su trabajo parasita el de ellos, pues Pero aplicado a la ciencia puede no serlo y, en
carece de la constelación de técnicas mentales cualquier caso, dista del mero relativismo en un
que los futuros miembros de la comunidad ad- aspecto que se les ha escapado a sus críticos.
quirirán por educación. Como he defendido, tomados como un grupo o
La experiencia de conversión que he compara- en grupos, los que practican las ciencias desarro-
do con un cambio de Gestalt sigue estando, por
consiguiente, en el centro del proceso revolucio- 18 Shapere, "Structure of Scientific Revolutions", y Popper
nario. Las buenas razones a favor de una elec- en Growth of Knowledge [en la traducción española, La crítica
ción suministran motivos para la conversión y y el desarrollo del conocimiento, pp. 149-158.]
340 EPÍLOGO: 1969 EPÍLOGO: 1969 341

lladas son fundamentalmente personas que re- nos útiles a este fin, aunque también importantes
suelven rompecabezas. Aunque los valores que es- como elementos determinantes de la vida cientí-
grimen en momentos de elección entre las teorías fica, serían valores como la simplicidad, el alcan-
deriven también de otros aspectos de su trabajo, ce y la compatibilidad con otras especialidades.
en caso de conflicto entre los valores, la capaci- Estas listas no son aún las precisas, pero no me
dad probada de plantear y resolver rompecabezas cabe duda de que se pueden completar. Si ello es
presentados por la naturaleza es el criterio domi- posible, entonces el desarrollo científico es, como
nante para la mayoría de los miembros de un el biológico, un proceso unidireccional e irrever-
grupo científico. Como cualquier otro valor, la ca- sible. Las teorías científicas posteriores son mejo-
pacidad de resolver rompecabezas resulta ser res que las anteriores para resolver rompecabe-
ambigua en su aplicación. Dos personas que lo zas en los medios a menudo muy distintos en los
compartan pueden diferir con todo en el juicio que se aplican. Esta posición no es relativista y
que emitan al usarlo. Sin embargo, la conducta pone de manifiesto en qué sentido soy un creyen-
de una comunidad para la que sea preeminente te convencido del progreso científico.
será muy distinta de la conducta de aquella para Sin embargo, comparada con la noción de pro-
la que no lo sea. Creo que en las ciencias el eleva- greso más extendida entre los filósofos de la cien-
do puesto concedido a la capacidad de resolver cia y las personas ordinarias, esta postura carece
rompecabezas posee las siguientes consecuencias. de un elemento esencial. Ordinariamente se con-
Imagínese un árbol evolutivo que represente el sidera que una teoría científica ha de ser mejor
desarrollo de las modernas especialidades cientí- que sus predecesoras no sólo en el sentido de ser
ficas desde su origen común en, digamos, la filoso- un instrumento mejor para descubrir y resolver
fía natural y las artes primitivas. Una línea traza- rompecabezas, sino además porque de algún mo-
da hacia arriba del árbol que vaya sin retroceder do constituye una mejor representación de cómo
nunca del tronco a la punta de alguna rama des- es en realidad la naturaleza. A menudo se oye de-
cribirá la sucesión de teorías conectadas por rela- cir que las sucesivas teorías se acercan o se apro-
ciones de filiación. Si consideramos cualesquiera ximan cada vez más a la verdad. Al parecer, este
dos de dichas teorías tomadas de puntos no muy tipo de generalizaciones aluden no a la solución
próximos a su origen, debería ser fácil enunciar de rompecabezas ni a las predicciones concretas
una lista de criterios que permitiesen un observa- derivadas de una teoría, sino más bien a su onto-
dor imparcial distinguir una y otra vez la teoría logía, esto es, a la correspondencia entre las enti-
más antigua de la más reciente. Entre los más dades con las que la teoría puebla la naturaleza y
útiles estarían la exactitud de las predicciones, es- lo que está "realmente ahí".
pecialmente de las predicciones cuantitativas, la Quizá haya otra manera de salvaguardar la no-
proporción entre temas esotéricos y cotidianos, y ción de "verdad" en su aplicación a teorías glo-
el número de distintos problemas resueltos. Me- balmente consideradas, pero ésta no puede fun-
342 EPÍLOGO: 1969 EPÍLOGO: 1969 343

cionar. Creo que no hay un modo de reconstruir Unos cuantos lectores de mi texto original han
expresiones como realmente ahí que sea indepen- señalado que paso reiteradamente del modo des-
diente de las teorías. Se me antoja ilusoria en criptivo al normativo, una transición especial-
principio la idea de una correspondencia entre la mente notoria en algunos pasajes que comien-
ontología de una teoría y su contrapartida "real" zan con la expresión "Pero no es eso lo que los
en la naturaleza. Además, en cuanto historiador, científicos hacen", y terminan pretendiendo que
me impresiona la implausibilidad de ese punto los científicos no deberían hacerlo. Algunos crí-
de vista. No me cabe duda, por ejemplo, de que la ticos pretenden que confundo la descripción
mecánica newtoniana mejora la de Aristóteles y con la prescripción, violando así el venerable teo-
que la de Einstein hace lo propio con la de Newton rema filosófico según el cual es no implica debe. 19
en cuanto instrumento de resolver rompecabezas. Dicho teorema se ha convertido en un lugar co-
Mas en su sucesión soy incapaz de ver una direc- mún que ya no se respeta en todas partes. Algu-
ción coherente de desarrollo ontológico. Por el nos filósofos contemporáneos han descubierto
contrario, en algunos aspectos importantes, aun- importantes contextos en los que lo normativo y
que no en todos en absoluto, la teoría general de la lo descriptivo están inextricablemente mezcla-
relatividad de Einstein está más próxima a la de dos. 20 Es y debe no están siempre en absoluto tan
Aristóteles de lo que cualquiera de ellas está la separados como podía parecer. Sin embargo, no
de Newton. Aunque sea comprensible la tenta- es preciso recurrir a las sutilezas de la filosofía
ción de tildar de relativista a esta postura, me pa- lingüística contemporánea para revelar qué ha
rece un diagnóstico errado. A la inversa, si la po- parecido confuso en mi posición a este respecto.
sición es relativista, no veo que el relativista se Las páginas precedentes presentan un punto de
pierda nada preciso para explicar la naturaleza y vista o teoría acerca de la naturaleza de la ciencia
el desarrollo de las ciencias. y, como otras filosofías de la ciencia, la teoría po-
see consecuencias sobre el modo en que los cien-
tíficos habrían de conducirse si su empresa hu-
7. La naturaleza de la ciencia biera de tener éxito. Aunque no tiene por qué ser
correcta, como ocurre con cualquier otra teoría,
Concluiré discutiendo dos reacciones frecuentes ofrece un fundamento legítimo para repetidos de-
a mi texto original, la primera crítica y la segun- be y debería. A la inversa, un conjunto de razones
da favorable, y ninguna de ellas del todo correc- para tomar en serio a la teoría es que los cien-
ta, según estimo. Aunque ni tienen nada que ver
19 Para uno entre tantos ejemplos, véase el ensayo de P. K.
con lo que se ha venido diciendo hasta aquí ni
Feyerabend en Growth of Knowledge [en la traducción espa-
tienen que ver la una con la otra, ambas han sido ñola, La crítica y el desarrollo del conocimiento, pp. 345-389].
lo bastante comunes como para exigir al menos 20 Stanley Cavell, Must We Mean What We Say? (Nueva
alguna respuesta. York, 1969), cap. l.
344 EPÍLOGO: 1969 EPÍLOGO: 1969 345

tíficos, cuyos métodos se han desarrollado y se- que las he tomado prestadas de otros campos. Los
leccionado por su éxito, se conducen de hecho historiadores de la literatura, de la música, de las
como dice la teoría que debieran hacerlo. Mis ge- artes, del desarrollo político y de muchas otras ac-
neralizaciones descriptivas son pruebas a favor tividades humanas hace tiempo que han descrito
de la teoría precisamente porque también se pue- sus objetos de estudio de la misma manera. Una
den derivar de ella, mientras que para otros pun- de sus herramientas usuales ha sido el estableci-
tos de vista acerca de la naturaleza de la ciencia miento de periodos en términos de rupturas re-
constituyen conductas anómalas. volucionarias del estilo, el gusto y la estructura
No creo que la circularidad del argumento sea institucional. Si he tenido alguna originalidad en
viciosa. Las consecuencias del punto de vista dis- conceptos de este estilo ha sido principalmente
cutido no se agotan con las observaciones sobre por haberlos aplicado a las ciencias, campos cu-
las que descansaba inicialmente. Incluso antes de yo desarrollo se consideraba en general que era
que se publicara por primera vez este libro, había distinto. Posiblemente la noción de paradigma
encontrado que algunas partes de la teoría que como un logro concreto, como un ejemplar, sea
presenta eran herramientas útiles para la explo- una segunda contribución. Sospecho, por ejem-
ración de la conducta y el desarrollo científicos. plo, que algunas de las notorias dificultades que
La confrontación de este epílogo con las páginas rodean a la noción de estilo en las artes podrían
del original puede sugerir que ha seguido desem- disiparse si se pudiera considerar que los cua-
peñando dicha función. Un punto de vista que dros se toman unos a otros como modelo en lu-
sea simplemente circular no puede ofrecer tal gar de producirse conforme a algunos cánones
guía. estilísticos abstractos. 21
Mi respuesta a una última reacción a este libro Con todo, este libro pretendía asimismo esta-
habrá de ser de distinta índole. Algunos de los blecer otra tesis que ha resultado menos clara-
que han disfrutado con él lo han hecho no tanto mente visible para muchos de sus lectores. Aunque
porque iluminara la ciencia cuanto porque in- el desarrollo científico pueda asemejarse al que se
terpretan que sus tesis principales son aplicables da en otros terrenos en mayor medida de lo que
también a muchos otros campos. Entiendo lo que se ha supuesto con frecuencia, también es sorpren-
quieren decir y no desearía desanimarlos en sus dentemente distinto. Decir, pongo por caso, que
intentos de extender esta posición, pero aún así, las ciencias, al menos a partir de un cierto punto
su reacción me ha desconcertado. En la medida
en que el libro describe el desarrollo científico co- 21 Para este aspecto, así como para un tratamiento más por-

mo una sucesión de periodos ligados a la tradi- menorizado de qué hay de especial en las ciencias, véase T. S.
Kuhn, "Comment [on the Relations of Science and Art]",
ción, separados por rupturas no acumulativas, Comparative Studies in Philosophy and History, XI (1969), pp.
no cabe duda de que sus tesis poseen una amplia 403-411. [Ahora se puede encontrar también como capítulo
aplicabilidad. Pero es normal que así sea, dado 14 de La tensión esencial, ya citada.]
346 EPÍLOGO: 1969 EPÍLOGO: 1969 347

de su desarrollo, progresan de un modo vedado a bIes? La comprensión más plena de la ciencia de-
otros campos, no puede estar del todo equivoca- penderá también de las respuestas a otros tipos
do, sea lo que sea lo que se entienda por progre- de preguntas, pero no hay área más necesitada de
so. Uno de los objetivos del libro era el de exami- investigación que ésta. El conocimiento científico,
nar tales diferencias para comenzar a explicarlas. como el lenguaje, o es intrínsecamente propiedad
Considérese, por ejemplo, el reiterado hincapié común de un grupo o no es nada. Para entender-
que se ha hecho antes en la ausencia o, como diría lo necesitaremos conocer las características espe-
ahora, en la relativa escasez de escuelas rivales ciales de los grupos que lo crean y lo utilizan.
en las ciencias desarrolladas. O recuérdense mis
observaciones acerca de la medida en que los
miembros de una comunidad científica dada cons-
tituyen el único público y los únicos jueces del
trabajo de dicha comunidad. O piénsese una vez
más acerca de la naturaleza especial de la educa-
ción científica, acerca de la resolución de proble-
mas como objetivo y acerca del sistema de valores
que despliega el grupo científico en los periodos
de crisis y toma de decisiones. El libro aísla otros
aspectos del mismo tipo, ninguno de los cuales es
necesariamente exclusivo de la ciencia, aunque
todos en conjunto hacen que dicha actividad sea
algo aparte.
Hay aún muchísimo que aprender acerca de to-
dos estos rasgos. Tras haber iniciado este epílogo
subrayando la necesidad de estudiar la estructu-
ra comunal de la ciencia, terminaré subrayando
la necesidad de estudios similares, especialmente
comparativos, sobre las correspondientes comu-
nidades de otros campos. ¿Cómo elegimos y cómo
somos elegidos para formar parte de una comu-
nidad particular, científica o no? ¿Cuál es el pro-
ceso y las etapas de socialización en el grupo?
¿Qué ve el grupo colectivamente como sus fines,
qué desviaciones individuales o colectivas tolera-
rá, y cómo controla las aberraciones impermisi-
ÍNDICE DE MATERIAS

Este índice ha sido preparado por Peter J. Riggs, y tan-


to el autor como el editor esta en deuda con él por reco-
mendar esta añadidura y cuidar la edición.

ad hoc: 44, 69, 142, 150 tes: 193-194,204-205,209,


Alfonso X.: 128 252-253
anomalías: 30,103,118-120, ciencia de libro de texto: 232-
125, 148-150, 157-158, 162, 234
196 ciencia extraordinaria: 150,
Aristarco: 138, 138n 156, 160-162, 259
Aristóteles: 25, 37, 41, 45, 97, ciencia madura: 37, 40, 59,
125,128,133,182,205-206, 129
207-214, 226, 237, 241, ciencia normal: 29-31, 37-38,
250,272 59, 75, 80-82, 91, 93, 96-
Arquímides: 45, 212 100, 146, 149-150, 157, 162-
163,243,255,308
Bacon, sir Francis: 46, 47n, Clairaut: 148
50, 50n, 65, 80,284 comunidad científica: 14, 28-
Black, J.: 45, 129-130 30,79,96-98,116,165,271,
botella de Leyden: 49, 117- 273,278,293-300,307-312
118, 118n, 18~204,220 consenso: 10,45,257,269,288
Boyle, R.: 45, 65, 86, 240-242, conocimiento tácito: 91n, 317
242n Copérnico (y/o copemicanis-
Brahe, Tycho:61,263,263n mo): 17,31,34,38,63,124-
129,131,136-138,145,149,
cajas conceptuales: 29 151, 151n, 165, 199,201-
cambio de Gestalt: 12, 115, 202, 220, 252, 252-253,
121-122,154,193-194,197- 252n, 257-258, 258-259,
198,207,211,253 264,265,301
cambio de paradigma: 148- Coulomb, C.: 55, 65-66, 73,
161, 167 76-77
cambio de visión del mundo: crisis: 116, 125-139, 133-134,
219-220, 252-253, 333-339 144-145,145,149-150,152-
cambios a mundos diferen- 153, 155, 301

349
350 ÍNDICE ONOMÁSTICO ÍNDICE ONOMÁSTICO 351

Darwin, Ch.: 53, 254, 254n, Hutton, J.: 45 óptica: 38-42, 47, 82, 96, 125, rayos X: 33, 85, 110-113, 116,
285-286, 286n, 301 145,259 165
Dalton, J. (y/o química de inconmensurabilidad: 182, resistencia: 122, 150, 255-
Dalton): 143, 186,222-232, 194,249-250,252,253,329- paradigma: 38-40, 44, 49, 51- 256
227n, 235-236,236n, 239 339 52,57,88,89-91,259,261- resolución de rompecabezas:
De Broglie, L.: 265 262,302 78-81,244
Descartes, R. (o cartesiano): Kelvin, lord: 51n, 113, 165, paralaje anual estelar: 63, 63n revoluciones científicas: 31-
47n, 85, 97, 98n, 208, 217, 173n, 254 Pauli, W.: 151-152 34,162-173,178-180
250,252 Kepler, J.: 69, 71, 157, 157n, percepción: 195-198 Roentgen, W.: 110-113, 165
descubrimiento: 103-104, 1]7- 257-258, 257n, 262 Planck, M.: 40, 254, 254n, 259
1]8,171 planeta(s): 61, 126,220 Scheele, C.: 104, 107, 130
Lavoisier, A. (y/o químíca de Popper, sir KarI: 246, 247n,
Einstein, A.: 31-32,40,62,91, Lavoisier): 31, 37, 66,105- 248,309n tensión esencial: 144
124,137,145,151, 156, 159, 106, 109-110, 109n, 112, Priestley, J.: 40n, 51n, 104- teoría cuántica: 99-100, 151,
161, 161n, 174-175, 179- 113-132,145,155,159,165, 106,108-109,112-1]4,124, 160, 169, 189, 308
180, 189,241,251, 251n, 186-187,204-205,208,223, 130,145,154-155,157,159- Tolomeo: 37, 58,126-128,145,
258,260, 261n, 265, 273, 241,249,258,262-264,273 160,204,207-208,249,254, 150,174,199,258,259,262,
277,301,308 Leibniz, G. W.: 97, 98n, 133 262,267 263n
elección paradigmática: 167- lenguaje de observación: 216, problemas esotéricos: 59
168,191-192,243-244,249- 221 proceso acumulativo: 24-27, Urano (planeta): 199-201
250,257 Lyell, sir Charles: 37 102,153,169-171,270
electricidad: 27, 42-45, 47, progreso: 53, 104, capítulo Venus (planeta): 260
48-49,50, 51n, 54, 65, 77, Marte (planeta): 157 X11I (268-289), esp. pp. 269- verosimilitud: 12
96,117,185,203-205 Maxwell, J. c.: 32, 84,91, 97, 271,278
97n, 110, 124, 135-136, 135n, Wittgenstein, L.: 91-92, 92n,
falsación y falseamiento: 141- 145,149,187-188,190 Quine, W. V. O.: 12, 334n 93
142,241,244,247-248 Mercurio (planeta): 148, 148n,
fisión nuclear: 115, 115n 261
flogisto: 105-106, 108-109, movimiento lunar: 69, 83,147
11],131-133,145,154,176, mundos distintos: 209, 204-
180,187,209-210,217,220, 205,209,252-253
250, 263, 263n
Franklin, B.: 37, 42-44, 45, neutrino (partícula): 63, 157
49, 50n, 51n, 53, 55n, 118, Newton, sir Isaac (y/o newto-
186,204,210 nianismo): lIn, 31, 37, 40-
42,45,63-64,68-72,83-84,
Galilei, Galileo: 26, 66, 69, 90-91,95-97, 100, 125, 125n,
97, 124-125, 159, 202, 127, 132-136, 139, 143, 145,
205-206, 206n, 207, 209- 147-148,158,174-175,179-
210,212-215, 213n, 214n, 182,184,186,188-189,190,
226,236-237, 237n, 315, 208, 236-237, 236n, 239,
332 250,253,258,264,273,277,
geología: 37, 55, 97 301,312
La estructura de las revoluciones científicas
se terminó de imprimir y encuadernar en el
mes de diciembre de 2004 en los talleres de
Impresora y Encuadernadora Progreso, S. A.
de C. V. (IEPSA), Calzo de San Lorenzo, 244;
09830 México, D. F. En su tipografía, parada
en el Departamento de Integración Digital
del FCE, se emplearon tipos New Aster de 10
y 8 puntos. La edición, que consta de 5000
ejemplares, estuvo al cuidado de Maribel
Madero Kondrat.

También podría gustarte