El título alude al aburrimiento, un fenómeno frecuente en la experiencia escolar,
que parece reclamar una pedagogía acorde con él y preanuncia algunos de los problemas más complejos de la educación contemporánea que son tratados en el volumen. "Pedagogía del aburrido", señala Corea, fue justamente el nombre con el que, en 1993, inició una investigación en la Universidad de Lomas de Zamora, cuyo objetivo era "enseñar a un sujeto que tiene como síntoma el aburrimiento". En ese caso eran estudiantes universitarios, no sólo aburridos, sino que además distaban de responder a las expectativas que los docentes se habían forjado sobre ellos.
Esa experiencia llevó a los investigadores a reconocer los límites histórico-
culturales de otras pedagogías contemporáneas (en particular, de la "pedagogía del oprimido" de Freire y de la pedagogía crítica en general, tal como se señala en el prólogo) y a identificar una frontera: el fin del ciclo de la educación moderna y de las teorías que debatieron con ella a lo largo del siglo XX.
Modernidad liquida
La realidad líquida de Bauman consiste en una ruptura con las
instituciones y las estructuras fijadas. En el pasado, la vida estaba diseñada específicamente para cada persona, quien tenía que seguir los patrones establecidos para tomar decisiones en su vida. En la modernidad, el filósofo polaco afirma que las personas ya han conseguido desprenderse de los patrones y las estructuras, y que cada uno crea su propio molde para determinar sus decisiones y forma de vida.