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EFESIOS: EL NUEVO PUEBLO DE DIOS Malcolm O. Tolbert CONVENTION PRESS * Nashville, Tennessee © Copyright 1979 CONVENTION PRESS All rights reserved 5132-57 Este es el libro de texto para un curso sobre Estudio Biblico del curso de Estudio de la Iglesia. El objetivo del grupo: Este libro es escrito para ser estudiado por adultos y es una parte del Curso de Estudio de la Iglesia que se est ofreciendo, La declaracién de: “Fe y Mensaje Bautista” del afio 1963, fue la guia para las partes doctrinales para el escritor y editor de este volumen. El numero de la clasificacion Decimal Dewey: 227:5 Impreso en los Estados Unidos de América Reconocimientos Dedico este trabajo a mi maestro, el doctor Frank Stagg. Mi deuda personal para con él no puede medirse. Es el tipo de maestro que ensefia hechos, pero —lo que es mds importante ayuda a cambiar vidas. Su amor por el Nuevo Testamento y su inmutable consagracién para lle- gar a ser un buen intérprete me ha influido profundamen- te. Por sobre todo, su consagracién a Jesucristo como Sefior personal me ha inspirado continuamente, tanto a mi como a centenares de otros que han tenido la fortuna de sentarse a sus pies. Al preparar este estudio, estoy en deuda con Marcus. Barth. Muy pocas veces, una persona tiene el trasfondo, la penetracién, la capacidad y Ja consagracién como para producir un comentario realmente importante. Marcus Barth ciertamente lo ha hecho en la obra en dos voliimenes sobre Efesios. Aunque mi deuda a esa obra est4 documen- ‘tada aqui y alla en el curso de mi escrito, Marcus Barth me ayud6 a formar muchas de mis propias ideas sobre el sig- nificado de numerosos pasajes de Efesios. 93 Contenido Introduccion Cap. 1 Alabanza al Dios de Toda Bendicién .... Cap. 2 Oracién de Pablo por Sus Lectores Cap. 3 El Poder de Dios en la Vida de los Creyentes ... Cap. 4 La Inclusion de los Gentiles Cap. 5 Pablo: Apéstol a los Gentiles . Cap. 6 Oracion de Pablo por los Santos Cap. 7 Vida en el Cuerpo de Cristo .sveessssvecsesreesiesseees 101 Cap. 8 La Moralidad Cristiana en AcciOn ......1000.00eeeeeveveee 117 Cap. 9 La Familia Cristiand ........0ccsseecssseeensersrneeseeereneee 133 Cap. 10 Preparacién para la Batalla Cémo Estudiar Este Libro as Introduccién Una Palabra para Comenzar: Para el pueblo de Dios que anhela ser lo que Dios pretende que sea, cumpliendo el papel que le ha sido designado divina~ mente en el plan de la redencién, Efesios tiene una importan- cla que no puede ser sobrepasada. El libro nos abre nuevas perspectivas y nos juzga al extremo de que siempre queda- mos lejos de la meta. Nos alienta e inspira a continuar nues- tra peregrinacién hacia esa meta que Dios tiene para su puc- blo. Con estas poderosas e€ incisivas palabras, el doctor Malcolm O. Tolbert establece el tono de este libro que despierta nuestras mentes. El doctor Tolbert es pastor de la Primera Iglesia Bautista de Gainesville, Georgia. Antes de su actual pastorado, sirvié como misionero en el extranjero y como profesor de Nuevo Testamento y Griego en el Seminario Teolégico Bautista de Nueva Or- leans. A partir de tan rico trasfondo, el doctor Tolbert 5 comparte su interpretacién de Efesios con profunda vi- sién y consagrada habilidad. Considera a la Iglesia, bajo el sefiorio de Cristo, como una abierta tendencia de la accién de Dios derribando barreras que separan a las gentes mostrando su propésito y capacidad para crear un nuevo pueblo. Cristo y la iglesia son las claves del propésito de Dios de unificar su universo. Este estudio biblico presenta una firme base para la empresa misionera de los bautistas. Una nueva com- prensién de nuestra misién y propésito como nuevo pue- blo de Dios que debe inspirarnos para ser envueltos en la prosecucién del empuje redentor de la Iglesia. Este estu- dio biblico, entonces, proporciona a la vez informaci6n e inspiracién. Este libro puede ser usado tanto para el estudio per- sonal como de grupo. En ambos casos, las actividades para el aprendizaje personal que se encuentran al final de cada capitulo ayudaran al estudiante para repasar y fijar el material cubierto. El comentario esta basado en el tex- to de la versién Reina-Valera Revisada, a menos que se indique otra cosa.’ Al final del libro se dan instrucciones sobre cémo solicitar reconocimiento para este curso. * El texto biblico utilizadlo en esta version castellana es el de la Biblia Reina-Valera, Revisién 1960, (RVR 60). En algunos casos se ust 1a Biblia de Jerusalén (BJ), la Ver~ sign Nécar-Colunga (NC), y la Versién Moderna (VM). 6 CAPITULO 1 Alabanza al Dios de Toda Bendicién Efesios 1:1-14 En nuestro tiempo, una de las principales preocupaciones de los pensadores y lideres cristianos es la de descubrir la naturaleza y propésito de la iglesia en el plan de Dios. Generalmente, los tedlogos estén de acuerdo en que el concepto del Nuevo Testamento sobre la iglesia alcanza su punto més alto en Efesios. Ese libro es Ja clave para comprender al pueblo que Dios creé por el hecho redentor de la encarnacién. Efesios ocupa un lugar prominente en los estudios bi- blicos. Muchos estudiosos consideran que Efesios es la mas acabada expresion del pensamiento paulino. Alli legan a fructificar comple- tamente las ideas que estaban en germen en escritos previos de Pa- bio. Para el pueblo de Dios que anhela ser lo que Dios pretende cumpliendo su papel divinamente asignado en el plan de la reden- cibn, Efesios no puede ser sobrepasado en su importancia. El libro abre nuevos panoramas de posibilidades y nos juzga hasta el extre- mo que siempre quedamos lejos de la meta. Nos alienta ¢ inspira para continuar nuestra peregrinacién hacia la meta que Dios tiene para su pueblo. 7 Algunos eruditos cuestionan si Efesios es en realidad una carta. En algunos aspectos difiere de otras cartas de Pablo, por cuanto tra- ta grandes ideas més que problemas locales. El interés del libro con- cierne con la iglesia como totalidad mas bien que con una congrega- cién especifica. Debido a este cardcter inusual, Efesios ha sido des- crito como un ensayo, un sermén y una carta circular. Al margen de cémo se lo describa, Efesios esta presentado en la forma de una carta del primer siglo. Tenemos muchos ejemplos de literatura epistolar del mundo helenistico que rode6 el Mediterraneo en el primer siglo. Las cartas cominmente comienzan con (1) el nombre del autor, (2) el nombre de los destinatarios, (3) una palabra de saludo y (4) una oracién de gratitud y o intercesién por los desti- natarios. Esta es la forma que Pablo seguia en sus cartas. Efesios no es diferente de otros escritos en cuanto a la estructura de su comien- x0. Pero Pablo difiere de otros autores de cartas en el uso que hace de sus expresiones caracteristicas. Pablo usa la forma convencional para comunicar ideas distintivamente cristianas. Esto constituye la contribucién creativa de Pablo en la redaccién de cartas que estable- cid el modelo para la epistola cristiana primitiva. Pablo fue el crea- dor y otros los imitadores. I. El Saludo (1:1, 2) Conservando su estilo peculiar, Pablo no sélo se identifica al principio como el autor de Ja epistola; también hace algunas afirma- ciones significativas sobre si mismo. En Efesios 1:1 se llama a si mismo “apéstol de Jesucristo”. En e! Nuevo Testamento, el término “apéstol” puede ser practicamente un sinénimo de nuestra palabra “misionero”, alguien que ha sido enviado por una iglesia a procla~ mar el evangelio (ver Hechos 14:4; Ro. 16:7). También puede signi- ficar un representante comisionado por una iglesia (ver 2 Co. 8:23; Fil, 2:25). La palabra “apéstol” también tiene un sentido restringido en el Nuevo Testamento. Los autores usan la palabra para designar a aquellos hombres a quienes Jestis habia escogido y comisionado. En este sentido especial, Pablo se llama a sf mismo “apéstol”. Habia visto al Sefior resucitado y habia recibido su mandato de predicar el evangelio directamente de Jesiis (ver Ro. 1:1; 1 Co. 9:1, 2; 15:9; 2 Be Co. 11:4, 5). En otras palabras, Pablo reclama para si mismo una posicién igual a la de los apéstoles originales. No sabemos c6mo distinguia Pablo su experiencia religiosa de la de la segunda generacién cristina, pero lo hacia. Cuando se Ila- maba a si mismo “un apéstol de Jesucristo”, queria decir: Soy un emisario directamente elegido por Jesucristo para ser su agente per- sonal y especial para llevar las buenas nuevas a los gentiles. Luego Pablo califica su apostolado: su papel era la expresi6n de “la voluntad de Dios” (v. 1). Lo que habia sido realizado por Cristo Jestis era una fiel ejecucién de la propia decisién de Dios. La elec- cién de Pablo hecha por Dios como apéstol tenfa su lugar y signifi- cado en el contexto de! plan de redencién que Dios desarrollaba, lo que es el tema de Efesios. La conviccién de Pablo de que Dios le habfa llamado para esta tarea es una clave significativa para interpretar su pensamiento. Ha- bia conocido la hostilidad y habia sufrido azotes; aun entonces esta- ba en prisi6n. Habfa experimentado la ingratitud, la oposicién y la mofa de parte de los demés cristianos. Sin embargo, segin lo que podemos percibir, nada de esto hizo que Pablo se desilusionara al punto de que estuviera dispuesto a volver su espalda a la iglesia. Su voz s6lo fue acallada por la muerte. Nadie puede dejar de pensar en el contraste entre Pablo y mu- chos ministros de la actualidad. Por supuesto, si una persona est errada en su llamamiento, demuestra honestidad y valor cuando en- frenta ese hecho. Pero el mundo moderno est Ileno de gente que ha dejado el ministerio pastoral porque han tenido el tipo de experien- cias que tuvo Pablo, aunque generalmente no en el mismo grado. Renuncian a ese ministerio y vuelven Ia espalda a la iglesia porque estan amargados, desilusionados, heridos o simplemente porque pueden ganar mas dinero en otras tareas. La conviccidn paulina de que la voluntad de Dios estaba expresada en los mandamientos de su Sefior no le permitia abdicar de su ministerio. Por Io comin, Pablo agregaba frases descriptivas a la identifi- cacién de los destinatarios de sus cartas. En primer lugar, en Efesios él llama “santos” a sus posibles lectores (v. 1), Nuestro uso de la pa- labra “santo” coloca el énfasis en el carécter moral de una persona y en sus realizaciones religiosas. Esta no es la forma en que Pablo usa- ba el término. Lo usaba primordialmente manteniendo su trasfondo 9 del Antiguo Testamento. Allf la palabra “santo” describe al pueblo que pertenecia al Sefior (Dt. 7:6). Cuando Pablo llama “santos” a los creyentes, enfatizaba su re- lacién con el pueblo de Dios en el Antiguo Testamento. Enfatizaba Ia accién de gracia y redencién de parte de Dios que habia escogido a los hebreos y los habia convertido en su pueblo. Algunos de aquel pueblo a los que Pablo llama “‘santos” no eran moralmente buenos. Pablo los llama asi porque crefa que eran una parte del pueblo de Dios. Por lo tanto, en este contexto, el énfasis en la palabra no es el de la conducta de los creyentes, sino en la bondad de Dios que les amé y redimi6. En la Versién Reina-Valera, los lectores también son identifica- dos como “que estén en Efeso” (y. 1). Esta frase ha sido omitida por otros traductores (v.g. BJ).. Esta omisin indica un problema tex- tual. Algunos manuscritos importantes, incluyendo la copia mas an- tigua de las epistolas paulinas, omiten las palabras “en Efeso”. Ademés de la ausencia de la frase “en Efeso” en manuscri importantes, Efesios mismo provoca dudas de si Pablo escri carta a los cristianos de ese lugar. De acuerdo con Hechos, Pablo es- tuvo en Efeso aproximadamente tres afios. Por lo tanto, conocia a la iglesia y los individuos que la formaban en una manera intima y personal. Sin embargo, cuando leemos Efesios, no podemos encon- trar el tipo de referencias personales y concretas que se esperarian en una carta de Pablo a esa congregacién. Efesios es el menos perso- nal de todos los escritos de Pablo. Como observa Marcus Barth, si Pablo escribié Efesios, se estaba dirigiendo a un grupo de gentiles que habfa ingresado a la iglesia con posterioridad a su ministerio. alli. Mucha gente cree que Efesios era una carta circular enviada a varias iglesias del Asia Menor, de las que Efeso era una. Asi puede ser. Por tanto, debemos admitir que no estamos seguros de quiénes eran los destinatarios de esta carta. Lo que si sabemos es que eran “santos”. Por tiltimo, Pablo se dirige a gente que eran “icles en Cristo Jesis” (v. 1). La palabra traducida “fieles” puede haber significado, y aun significa, “creyentes”. Sdlo por el contexto se determina la cleccién. En este caso, el contexto no es decisivo. La frase puede ser usada para distinguir a los santos cristianos de los del Antiguo Tes- tamento. Tanto la antigua comunidad de Israel como la nueva co- 10° munidad que Dios estaba creando podian ser lamadas de “santos”. La diferencia estaba en la relacién de la nueva comunidad con Cris- to Jestis el Mesias. Los lectores eran santos, porque eran creyentes “en Cristo Jestis” (v. 1). Sin embargo, la mayoria de las versiones traducen la palabra como “fieles”. Esta traducci6n enfatiza la forma cristiana de vivir, més bien que su propia consagraci6n interior. Esto hace presumir que la fidelidad cristiana en palabras, acciones y relaciones era una forma de expresar en su vida esa fe. “En Cristo Jestis”, una expresién favorita de Pablo, tiene va- ios significados en diferentes contextos. Sin embargo, podemos de- cir con seguridad que “en Cristo Jesis” enfatiza la relacién con Cristo, por un lado, y la centralidad de Cristo en el propésito reden- tor de Dios por el otro. Sea lo que fuere el cristiano, haga lo que hi- ciere como creyente, sean cuales fueren sus esperanzas para el futu- ro, todo depende y esté determinado por la relacién personal con Cristo Jesis. El saludo en Efesios es tipicamente paulino. No usa el saludo comtin que se encuentra en la correspondencia helenistica contem- pordnea. En ella, la palabra comin de saludo era chairein, que lite- ralmente significa “regocijarse”. Sin embargo, hace que dos grandes palabras sean comunes al vocabulario cristiano: “gracia” y “paz”, las que sirven como su saludo a las congregaciones cristianas (v. 2). “Gracia” es el favor inmerecido de Dios. La redencién es posi- ble s6lo porque el amor de Dios nos aleanza cuando no lo merece- mos, cuando lo desconocemos 0 cuando nos rebelamos en contra de él. Pablo conocia el significado de la gracia, porque Dios vino a él cuando estaba rebelandose contra Dios y estaba totalmente definido contra el propésito redentor de Dios. No estaba buscando, orando, gimiendo o haciendo algo similar cuando Dios lo salvé. Mas bien, habja estado en el camino a Damasco, con el crimen en su corazén. Cuando tratamos de interpretar la gracia en los escritos de Pablo, tenemos que recordar que sélo puede ser entendida en el contexto de su experiencia en el camino de Damasco. Sabia lo que significa la gracia inmerecida. “Paz” es un sinénimo prictico de salvacién. El término deseri- be la nueva existencia del creyente, Ya no existe hostilidad entre el creyente y Dios, Dios no es visto contra el individuo sino en favor de él, Especialmente en Efesios, la paz describe la nueva relacién en- oll tre el creyente y los demas. La muralla intermedia ha sido derribada (Bf. 2:14). La gente ya no es clasificada como judia o griega, varén 0 mujer (Ga. 3:28). Hoy, cuando entendemos !a paz especialmente en términos de nuestra orientacién sicolégica, necesitamos darnos cuenta de que éste no era el énfasis primordial de Pablo. No estaba escribiendo sobre la paz de la mente o la tranquilidad, aunque cier- tamente esto puede ser una consecuencia de la paz. Para Pablo, la paz describe el estado totalmente nuevo en el cual Ia accién de grax cia de Dios ha permitido el ingreso del hombre. Dios nos ha atraido hacia si mismo y el uno hacia el otro. Il. El Plan de Redencién de Dios (1:3-14) 1. Arraigados en la Eleccién Eterna de Dios Pablo abre el cuerpo de Efesios con una exclamacién de agrade- cida alabanza. El clamor no era un imperativo, como se lee en algu- nas traducciones. Las palabras de Pablo no convocan a otros para alabar a Dios. Més bien, esa exclamacién era algo que surgia de su corazn. Su expresién era la de un hombre que ha vislumbrado la al- tura, la anchura y la profundidad de la-actividad redentora de Dios, y que expresa su fervor por su participacién en esa actividad: “Ben- dito sea el Dios y Padre de nuestro Sefior Jesucristo” (v. 3). {Quién era este Dios? :Cuél era su nombre? Para Pablo, como para otros creyentes primitivos, era el “Padre de nuestro Sefior Je- sucristo” (v. 3). El término “Padre” es una metéfora que ciertamen- te no debe ser llevada muy lejos como para coincidir con lo que la palabra significa en las relaciones humanas. Llamar a Dios “Padre de nuestro Sefior Jesucristo” subraya la relacién intima entre Jesiis y Dios. Sea lo que fuere que hoy reciba el cristiano, en relacién con Jesucristo, viene del Padre. Pablo conocfa a Dios, no por medio de Ia Ley 0 Ia conciencia 0 por su estudio de la Escritura, sino por medio de Cristo. Hoy co- menzamos a conocer a Dios cuando reconocemos que él es el Padre de Jesucristo. Pablo alaba a Dios por su bendicién: Dios “nos bendijo con toda bendicién espiritual en los lugares celestiales” (v. 3). La bendi- cién de Dios no es definida claramente aqui. Pablo define la bendi- cién en versiculos posteriores de este pasaje. Sin embargo, aqui la bendicién es calificada con cinco elementos del predicado. 12° Primero, la bencicién no es algo privado, personal. Pablo afirmé que Dios “nos bendijo” (v. 3). Cuando pensaba en la bendi- cién de Dios, no pensaba en la forma en que lo hacemos muchos de nosotros. Cuando decimos que Dios nos ha bendecido, generalmen- te pensamos en términos personales, privados y aun egoistas. Gene- ralmente pensamos en un buen trabajo, la buena salud, el amor y apoyo de la familia, y el éxito personal. Para Pablo, la bendicién de Dios era la misma en la pobreza que en la riqueza, en los tiempos buenos como en los malos, en el éxito personal o en el fracaso. La bendicién de Dios era algo que él compartia con todos los creyentes en todo momento. Esta forma corporativa de pensar y hablar era tipicamente paulina. Recibfa la bendicién de Dios en la fraternidad con todos los creyentes. La bendicién de Dios también es caracterizada como una “ben- dicién espiritual” (v. 3). “Espiritual” no significa algo vago, senti- mental o ultramundano, divorciado de la historia y la vida humana. Por definicién, todo lo que Dios hace es espiritual. Un don espiritual es descrito diciendo que proviene de Dios. La idea de que Dios actéa en su Espiritu también est presente en el versiculo 3. Ademas, la bendicién de Dios es total, completa. Nos ha bende- cido con “toda bendicién espiritual” (v. 3). Sin embargo, para Pa- blo, la bendicién de Dios no debia dividirse en sus varias partes. Quizé podriamos traducir, con Marcus Barth, “plena bendicién es- piritual”. Dios nos ha bendecido “en lugares celestiales” o, literalmente, “en los celestiales” (v. 3). La frase “lugares celestiales” no ha de ser entendida en términos de geografia, sino en términos de relacién. Doquiera que Dios esté es un lugar celestial. Cuando estamos en re- lacién con Dios, estamos en un lugar celestial. Como los términos “paz”, “santos” y “gracia”, la frase “lugares celestiales” es una afir- macién de la relacién privilegiada que tiene con Dios la comunidad cristiana. Finalmente, la bendicin de Dios nos viene “en Cristo” (v. 3). Recibimos nuestra bendicién de parte de Dios en virtud de nuestra relacién con Cristo. Otra forma de expresar esta verdad es decir que Dios ha bendecido a aquellos que estén en el cuerpo de Cristo, la fraternidad de los creyentes. Estar en Cristo es estar asociado con los otros miembros de su cuerpo. #13 En el versiculo 4, Pablo comenzé a definir en términos mas concretos la bendicién por la que alababa a Dios. Una de las ideas principales en toda seccién es que la bendicién esta arraigada sola- mente en Dios y que no tiene explicacién fuera del propésito y amor de Dios. Nos escogié “antes de la fundacién del mundo” (v. 4). Aqué la redencién es vista como algo preeminente sobre la creacién. La re- dencién también es descrita como independiente de los hechos y cri- sis de la historia. El propésito redentor de Dios no es el resultado de una decisin apresurada. Dios no reacciona a una emergencia crea- da por el pecado y la rebelién, El amor de Dios es eterno. Su propésito de redencién es eterno. Qué significa esta verdad? Este concepto significa para Pablo —y debiera significar para nosotros— que ni el mal, ni el destino, ni la ocasién ni cualquier poder terreno o celestial, ni experiencia algu- na nos pueden separar del amor de Dios. La esencia de la doctrina biblica de la eleccién es el amor eter~ no de Dios. El propésito de esa doctrina es el de fortalecer la con- fianza del creyente en Ia capacidad salvadora de Dios. A pesar del mal y el sufrimiento, Dios tiene todo bajo control. Est4 siguiendo adelante con su propésito de redimir a las personas. La doctrina de la eleccién ha sido distorsionada, en la historia de la teologia, por el desarrollo de la doctrina de la predestinacién incondicional. De acuerdo con esta doctrina, la eleccién humana no tiene papel alguno ni en la salvacién ni en la condenacién; Dios elige al salvado que no puede resistir su gracia, y todos los demés estén perdidos. Deir que nuestra salvacin es el resultado del propésito de Dios, que se mantiene fuera del tiempo y el espacio, es verbalizar una verdad estremecedora. Pero, decir que otros estén perdidos por- que Dios no eligi6 salvarles, hace de Dios un monstruo. Tal concep- to rechaza la clara ensefianza de Juan 3:16 y niega cualquier posibi- lidad de libertad humana. La eleccidn de Dios tiene un propésito que ha de realizarse en la vida de los creyentes: “para que fuésemos santos y sin mancha delante de él” (v. 4). Hemos dicho que todos los creyentes son san- tos, 0 sea que, todos son santos en razén de pertenecer al pueblo es- cogido de Dios. Este concepto es lo que indica la fe cristiana. Sin 140 embargo, los santos viven bajo el imperativo del evangelio: que han de ser santos y sin mancha. O sea que, han de llegar a ser lo que ya son. Deben vivir a a altura de una relacién especial que han recibi- do como un don de Dios. Para Pablo, la salvacién abrié al creyente la posibilidad de cre- cer. Mas que eso, la salvacién garantiza el logro del propésito de Dios. Hoy, podemos fracasar y caer en nuestros intentos de ser lo que Dios quiere que seamos, pero tenemos la confianza de que él completar4 su obra en nosotros. Esta esperanza es uno de Jos facto- res mas importantes en la vida cristiana. Por muy frecuentemente que caigamos, sabemos que, finalmente, Dios tendra éxito; de ese modo, confiamos en que algiin dia legaremos a ser un pueblo bue- no, un pueblo que ame a Dios con todo su coraz6n, y que ame a su projimo como a si mismo. Pablo niega, primero, la eleccién en términos del caracter de los creyentes (santos y sin mancha). En el versiculo 5, define la meta en términos de status. Dios nos ha “predestinado para ser adoptados hijos suyos”. La palabra traducida “hijos” significa literalmente “colocados como hijos”, una adopci6n. Esta figura de la adopcién se encuentra sélo en los escritos de Pablo. Otros autores, como Juan, escriben de nuestra relacién con Dios tal como si fuéramos hijos de Dios. Pero, con su uso del término como algo que significa “adopta- do como hijo”, Pablo, aparentemente, enfatiza el hecho de que de- pendemos totalmente de Dios. No somos hijos por nacimiento natu- ral o por mérito. Debemos nuestra posicién delante de Dios a la li- bre eleccién de su gracia. Luego la “‘adopcién” es enfatizada por la frase final del versfcu- lo 5, “segtin el puro afecto de su voluntad”. “Puro afecto” se traduce mejor por “beneplicito” (VM, BJ, NC) y es un sinénimo de “volun ad”. La primera difiere de la segunda en su connotacién emocional. Nuestra redencién es de acuerdo con el propésito de Dios, y es algo en lo cual Dios se deleita. Concuerdo con la Versién Reina-Valera que coloca “en amor” en el versiculo 5 antes que en el 4, aunque el texto griego es ambi- guo en este respecto (ver NC, por ejemplo). El propésito eterno de Dios es explicado por su amor. Su amor es la raz6n por 1a cual pode- mos depender de su propésito. En muchos debates sobre la eleccién, ese aspecto central y de suma importancia ~el amor— es dejado a “15 un lado. El amor de Dios es dgape, que no depende del mérito hu- mano 0 de nuestra respuesta. El dgape es constante, nunca disminu- ye, nunca cambia. El dgape emana de Dios y es la expresidn central de su carécter. Su propésito redentor tiene su fuente en el amor y es ejecutado en amor. Podemos depender de Dios para llevar adelante su propésito hasta el fin, a causa de su amor sin altibajos. Dios es el Dios soberano cuya eleccién determina nuestra sal- vacién. Pero algunos le han convertido en un personaje oscuro y prohibido; otros han interpretado sus acciones como arbitrarias, inescrutables y rudas. Este concepto de Dios pierde totalmente el tema central de la doctrina paulina de la eleccién. La eleccién de Dios no es ruda, arbitraria e inscrutable; esta determinada sola- mente por el amor. La comprensién de que Dios escoge para redimirnos en amor nos Ilevar4 a la “alabanza de la gloria de su gracia” (v. 6). Cierta- mente, Pablo alababa a la gracia de Dios cuando componia este gran himno, La gracia de Dios también es alabada cada vez que un grupo de creyentes se congrega para adorar a Dios, su redentor. La ultima parte del versiculo 6 es dificil de traducir en forma que enfatice la gracia como lo hace el texto griego. El verbo echari- tosen es un derivado del sustantivo charis, “gracia”. Podemos tra- ducirlo literalmente: que nos ha agraciado en el Amado. “Amado” es un titulo mesidnico. Cualquier grupo o individuo que es escogido por Dios para participar en su propésito redentor, puede ser Ilama- do amado de Dios. Aunque la palabra “amado” puede ser aplicada a cualquiera —por ejemplo, otro creyente—, pertenece a Jesus en un sentido especial. “Amado” es el titulo dado a Aquel, a quien Dios escogié para ser el medio por el cual su gracia fluye a los creyentes. 2. Realiados por Medio de Fesucristo En el versiculo 7, Pablo se vuelve de lo eterno a lo histérico. En el pasaje precedente, el énfasis ha sido la eleccién eterna de Dios, en amor, como fuente de nuestra redencién. Pablo vuelve, entonces, su atencién de lo eterno al hecho histérico en el cual se concreté el propésito eterno de Dios. Ese hecho fue la cruz. “Por su sangre” (v. 7) —o sea, por la muerte en sacrificio de Jestis— la redencién lleg6 a ser una realidad para el creyente. “Redencién” (v. 7) es una tipica metafora paulina. Desde el punto de vista de Pablo, el problema basico del hombre desvalido es 16° su esclavitud al poder supremo del pecado y de la carne. El hombre necesita liberaci6n. Si ha de ser libre, debe ser liberado por un poder mayor que el de la carne. Pablo crefa que Dios habia emancipado a los creyentes, por la cruz, y los habfa trasladado a la esfera de su propio amor y poder. “El perdén de los pecados” (v. 7) no es una frase paulina tipica. Las palabras enfatizan la culpa y responsabilidad humanas por nuestra suerte, Somos rebeldes contra Dios, violadores voluntarios de sus deseos. Necesitamos perdén. En Cristo, Dios nos perdona. EI perdén y la redenci6n echan luz sobre dos importantes face- tas de nuestra salvaci6n. Dios nos perdona; al mismo tiempo, nos li- bera del dominio del pecado. Llegamos a estar bajo su gobierno, que es mas poderoso que el gobierno del pecado. El perdén de los pecados es modificado por la frase “segiin las riquezas de su gracia, que hizo sobreabundar para con nosotros” (vv. 7, 8). Nuestra redencién no es cosa magra, pequefia. La salva- cidn es de acuerdo con la gracia, la gracia prédiga. Nuestra reden- cién es tan grande, tan duradera, tan amplia, tan universal en su al- cance como es invencible la gracia de Dios. En los versiculos precedentes, Pablo alabé a Dios por su reden- cién que (1) tiene sus raices en su propésito eterno; (2) se caracteri= za por la prédiga gracia; (3) ha llevado al creyente a una nueva rela- cién con él y con los demas y, (4) ha dado al creyente un nuevo futu- ro. Sélo cuando llega a los versiculos 9 y 10, Pablo indica la esfera del propésito eterno de Dios, en el cual la redencién de las personas constituye una parte tan central. La relacién exacta de “sabiduria e inteligencia” con el versiculo 9 no es clara. ¢Son ellas el don de Dios al creyente que, por lo tanto, puede percibir lo que Dios est4 haciendo? 0, describen la fori.a en que Dios se relaciona con el creyente al revelarse a si mismo? Las acciones de Dios no son arbitrarias, al azar o sin sentido. La “gra- cia” es libre y sobreabundante, pero no es dada sin criterio. Es dificil elegir entre dos opciones. Ambas son verdaderas. Dios acttia de un modo sabio, y él nos ha dotado con la capacidad de percibir lo que est haciendo. Dios no es sélo un Dios que ama y salva; también es un Dios que se revela a si mismo a sus hijos, haciéndoles conocer el secreto de su propésito, les ha hecho conocer “el misterio de su voluntad” (v. 9). “Misterio” es una traduccién literal, pero no la mejor, de esa 17

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