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Cuatro contaminantes letales para los

motores diésel
El monitoreo y análisis de algunos contaminantes es importante porque son la causa
raíz de una degradación prematura del lubricante y falla del motor. Otros
contaminantes son síntomas de una condición de falla activa que requiere una
respuesta diferente a un simple cambio de aceite. Por ejemplo, un daño en los sellos
puede originar una dilución con combustible o una contaminación con glicol y esto
no se remedia con un cambio de aceite o cambiando a un lubricante de mejor
desempeño. Estos contaminantes son también causa raíz que favorecen la
ocurrencia de nuevas fallas. El valor del análisis de lubricantes está en detectar los
problemas en su etapa más temprana, antes de que se manifiesten.

Cualquiera de los contaminantes descritos anteriormente son capaces de hacer que


un motor falle prematura o incluso repentinamente. Cabe resaltar que los
problemas son más severos cuando los contaminantes se presentan en forma
combinada, como alto hollín con alto glicol o alto hollín con dilución con
combustible. Existen numerosos caminos para las fallas y la consecuente secuencia
del evento. Miles de motores diésel fallan prematuramente cada año a consecuencia
de la presencia de glicol, combustible, hollín y agua en el lubricante.
Glicol

El glicol se introduce en el aceite de un motor diésel como consecuencia de sellos


defectuosos, daño en las juntas, grietas en el cilindro, rotura de la cámara, daño por
corrosión y cavitación. Un estudio reveló la presencia de un 8.6% de glicol en una
prueba de campo con 100,000 motores diésel. Otro estudio realizado con 11,000
camiones de carga de larga distancia, dio como resultado la presencia de glicol en
1.5% de las muestras y pequeñas de cantidades en el 16% de los camiones. Estos
son algunos de los riesgos asociados a la contaminación con glicol:

• Se requiere sólo un 0.4% de refrigerante con glicol en un aceite de motor


diésel para coagular el hollín y causar lodos, depósitos, restricción del flujo de
aceite y obstrucción de filtros.
• De acuerdo con un estudio, la contaminación con glicol incrementa la tasa de
desgaste 10 veces por encima de la que causaría una contaminación
solamente con agua.
• El glicol reacciona con los aditivos causando su precipitación. Por ejemplo, un
importante aditivo antidesgaste en el aceite de motor, el Dialquil Ditiofosfato
de Zinc (ZDDP), formará productos de reacción y obstruirá los filtros al
reaccionar con el glicol. Esto conlleva la pérdida de la capacidad antidesgaste
y del desempeño antioxidante del aceite.
• El glicol provoca aferramiento en frío del motor.
• El etilén glicol produce ácidos corrosivos, incluyendo: ácido glicólico, ácido
oxálico, ácido fórmico y ácido carbónico. Estos ácidos disminuyen
rápidamente la alcalinidad del lubricante (número básico – BN), dando como
resultado una falta de protección frente a dicho ambiente corrosivo y a la
oxidación del aceite básico.
• Las bolas de aceite (contaminantes esféricos abrasivos) se forman por la
reacción del aditivo detergente a base de sulfonato de calcio (encontrado en
casi todos los aceites de motor) y el glicol. Se sabe que estas bolas de aceite
causan daño en los cojinetes de bancada y otras superficies friccionantes de
los motores.
• La contaminación con glicol incrementa sustancialmente la viscosidad del
aceite provocando una lubricación inadecuada y un enfriamiento deficiente.

Dilución con combustible

Arranques frecuentes, excesiva marcha en vacío y condiciones de operación en frío


pueden provocar moderados problemas de contaminación con combustible. Una
dilución severa (por encima del 2%) está asociada con fugas, problemas en los
inyectores y combustión deficiente. Estos son síntomas de condiciones serias que
no pueden ser corregidas con un cambio de aceite. Existe una referencia que indica
que el 0.36% del consumo de combustible de un motor, termina en el cárter.
Algunos problemas asociados a dilución con combustible son:
• Una dilución con diésel en condiciones de operación a bajas temperaturas
produce una fluidez deficiente (aglomeración de ceras). Durante el arranque
genera baja presión y desabasto de aceite.
• El diésel contiene moléculas aromáticas insaturadas, las cuales están
catalogadas como pro-oxidantes del aceite. Esto trae como resultado una
disminución prematura del número básico (pérdida de la protección
anticorrosiva) y un incremento en la viscosidad del aceite a causa de la
oxidación, ocasionando depósitos y un leve desabasto de aceite.
• La dilución con combustible disminuye la viscosidad de un aceite de motor,
por ejemplo un 15W-40 a 5W-20. Esto colapsa el espesor crítico de la
película lubricante, generando desgaste prematuro en la zona de combustión
del motor (anillos-pistón-cilindro) y en los cojinetes del cigüeñal.
• La dilución con combustible causada por un inyector defectuoso causa el
lavado del aceite de las paredes del cilindro, lo que acelera el desgaste de
anillos, pistones y cilindros. También causa un alto pase de gases al cárter
(blow-by) e incrementa el consumo de aceite (blow-by inverso).
• La dilución con combustible severa diluye la concentración de los aditivos,
disminuyendo su efectividad.
• La dilución con biodiesel da como resultado mayores problemas que los que
normalmente se producen cuando se utiliza el diésel obtenido de la
refinación del petróleo. Estos incluyen estabilidad a la oxidación,
taponamiento de filtros, formación de depósitos y volatilidad.

Hollín

El hollín es un subproducto de la combustión, que está presente en todos los aceites


de motor diésel en operación. Entra en el motor principalmente por el paso de gases
al cárter (blow-by) durante su operación. La presencia de hollín es normal y
esperada para un determinado número de kilómetros u horas de uso del motor; si la
concentración y el estado del hollín son anormales, es síntoma de que hay algún
problema con el motor y/o es necesario un cambio de aceite. Algunos de los
problemas relacionados con la contaminación con hollín son:

• La eficiencia de la combustión está directamente relacionada con la tasa de


generación de hollín. Incorrecto tiempo de encendido, filtro de aire tapado y
excesiva tolerancia en los anillos causan alta concentración de hollín. Los
problemas de combustión no se resuelven con un cambio de aceite.
• Los nuevos diseños de motores diésel de bajas emisiones tienen presiones de
inyección más elevadas. Esto incrementa la sensibilidad hacia el desgaste
abrasivo (por ejemplo, por hollín) entre los balancines, su eje y los cojinetes
de los balancines produciendo su rotura. Las nuevas unidades con
recirculación de gases de escape (EGR) amplifican la cantidad de hollín
producido y su potencial abrasivo.
• La viscosidad incrementa con el hollín. Sin embargo, una alta dispersancia
asociada a los actuales aceites de alto desempeño, hace que su viscosidad
incremente considerablemente al manejar mayores cantidades de hollín. Una
alta viscosidad genera problemas de arranque en frío con el consecuente
riesgo de desabasto de aceite.
• El hollín y el lodo depositados en el motor o separados del aceite en algunas
de las siguientes áreas, caja de balancines, cubierta de válvulas, cárter de
aceite y culata, comprometen la confiabilidad de los motores.
• Los depósitos sobre la superficie de los motores interfieren con la eficiencia
de la combustión y la economía de aceite y combustible.
• El hollín pule la película antidesgaste en condiciones de lubricación límite
como la encontrada en la zona del árbol de levas y seguidores.
• Incremento de los depósitos de carbón detrás de los anillos y en sus ranuras
por aumento en los niveles de hollín y lodos causa un desgaste rápido de los
anillos y de las paredes de los cilindros. También puede dañar o romper los
anillos durante el arranque a bajas temperaturas.

Agua

El agua es uno de los contaminantes más destructivos para la mayoría de los


lubricantes. Ataca los aditivos, induce la oxidación de la base lubricante e interfiere
con la formación de la película lubricante. Se considera normal que existan bajos
niveles de contaminación con agua en aceites de motor. Altos niveles de agua
merecen atención y raramente se corrigen con un cambio de aceite. A continuación
algunas notas adicionales relacionadas con la contaminación con agua:

• Largos periodos de marcha en vacío durante el invierno causan condensación


de agua en el cárter, lo que ocasiona disminución del número básico (BN) y
ataque corrosivo sobre las superficies, oxidación del aceite, etc.
• El agua emulsionada puede absorber aditivos muertos, hollín, productos de
oxidación y lodo. Cuando se mueven con el flujo de aceite, estas
acumulaciones de lodo pueden tapar los filtros y restringir el flujo de aceite
hacia los cojinetes, pistones y tren de válvulas.
• El agua incrementa considerablemente el potencial corrosivo de los ácidos
normalmente encontrados en los aceites de motor.

Desarrollo de la falla

El desarrollo de la falla varía considerablemente para estos contaminantes. La


mayoría de las fallas de muerte súbita por niveles moderados de estos
contaminantes usualmente tienen uno o más factores agravantes (el efecto
combinado). Por el contrario, concentraciones masivas de uno o más de estos
contaminantes resultan en fallas de muerte súbita sin la ayuda de alguna
circunstancia agravante. Hay docenas de otros factores agravantes que pueden
acortar drásticamente el desarrollo de la falla. Lo típico es que un problema
moderado pase desapercibido y se desarrolle con el tiempo. Esto acorta la vida del
motor, por ejemplo de 1’200,000 km a 500,000 km.
El efecto acumulativo de los contaminantes en el aceite sobre la confiabilidad del
motor, la economía de combustible, emisiones de escape y costos de
mantenimiento de una flota grande es enorme. No hay aditivos en el aceite de
motor que controlen el daño causado por estos contaminantes. Por lo tanto, el
mantenimiento proactivo y el análisis de lubricantes son las mejores estrategias para
contrarrestar estos riesgos.

Fuente:

https://noria.mx/lublearn/cuatro-contaminantes-letales-para-los-motores-diesel/

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