Mauricio Arana Ramírez

Miguel de Cervantes, “Capítulo XLII. De los consejos que dio don Quijote a
Sancho Panza antes que fuese a gobernar la ínsula, con otras cosas bien
consideradas” en  Segunda parte del ingenioso caballero Don Quijote de la
Mancha, Colombia, Alfaguara, 2006.
Después de bajar del cielo, Sancho le pide al duque ser gobernante de una
ínsula. Esto no es por codicia. Sancho quiere saber qué se siente ser
gobernante.
El duque le dice todo lo que implica (Armas, letras y vestimenta), pero antes de
que Sancho se vaya, Don Quijote le da estos consejos:
- Temerle a Dios te hará sabio. Alguien sabio no puede errar.
- Conocerte a ti mismo. De esa forma, será más prudente ante cualquier
conflicto. Por ejemplo, la rana que quiso hincharse para igualarse a un
buey.
- No tengas miedo en esconder la humildad de tu linaje. Si la muestras,
nadie tratará de insultarte o de correrte. Además, aquellos que nacen de
una baja estirpe, suben a la dignidad pontificia e imperatoria.
- Si un pariente viene a visitarte en tu ínsula, no lo desprecies o corras. En
vez de eso, trátalo bien y regálale. De esa forma, el cielo estará feliz
porque nadie se desprecia de lo que él hizo.
- Si traes a tu mujer, adoctrínala e instrúyela para que no parezca alguien
rústica y tonta por su natural rudeza.
- No trates de encajar en algún grupo.
- Trata de ser imparcial con los ricos y pobres.
- Si hay equidad, no cargar todo el peso de la ley en el delincuente.
- Si se puede doblar la vara de la justicia, que no sea porque es gratuita.
Que sea por misericordia.
- Si llegara a juzgar a un enemigo, que enfoque en la verdad y no en la
injuria.
- Si una mujer hermosa le pide justicia, que lo haga a partir de qué pide, no
de cómo lo pide.
- Si alguien ya tiene una sentencia, no echarle sal a la herida con palabras.
- Si hay alguien debajo de tu jurisdicción, velo como alguien sujeto a las
condiciones de nuestra depravada naturaleza. Sin embargo, muéstrale
piedad y misericordia porque, de todas las cosas que Dios nos dio, la que
más resplandece es la misericordia.
Si Sancho sigue todos estos consejos, podrá ser un muy buen gobernante, será
famoso y su legado rendirá frutos.