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Acto I, Escena 1: Venecia. Una calle.

Resumen
La primera escena transcurre de noche, en una calle de Venecia. Rodrigo
dialoga con Yago, quien está amargado por no haber sido considerado para un
puesto militar. Aunque Yago tiene mucha experiencia en batalla, Casio, un
hombre de estrategia, pero de poca experiencia práctica, fue nombrado como
lugarteniente de Otelo en vez de él. En su condición de alférez, Yago cuenta que
sirve a Otelo –un guerrero moro general del ejército– pero solo para su
beneficio personal. Admite que pretende ser leal y que su verdadera naturaleza
no es la que se ve a simple vista. Yago sabe que Desdémona, la hija de
Brabancio –un noble veneciano de alto rango– ha huido con Otelo, y que su
padre no sabe nada de esta unión. Decide entonces utilizar a Rodrigo, que desea
a Desdémona, para que despierte a Brabancio, advirtiéndole de la desaparición
de su hija.
Al principio, Brabancio desoye estos gritos que provienen de la oscuridad, pero
luego descubre que su hija no está en la casa y decide hacer caso a los avisos.
Yago también se encuentra allí, pero sin ser visto, gritando cosas desagradables
sobre Otelo y sobre sus intenciones con Desdémona. Brabancio entra en pánico
y convoca un grupo de búsqueda para hallar a su hija. Yago parte sin que nadie
se entere que ha traicionado a su líder.
Acto I, Escena 2: Otra calle frente a la taberna Sagitario
Resumen
Yago se encuentra con Otelo y le cuenta que Rodrigo lo ha traicionado, porque
fue a contarle al padre de Desdémona sobre su casamiento. También le dice que
Brabancio está trastornado y que posiblemente quiera alejarlo de su esposa.
Llegan Casio, Rodrigo y Brabancio; Yago finge amenazar a Rodrigo por lo que
hizo, en una falsa demostración de su lealtad hacia Otelo. Brabancio está muy
enojado y asegura que Otelo tuvo que haber embrujado a su hija para que esta
se escape con él, a lo que Otelo responde que le han ordenado presentarse ante
el Duque, por lo que ambos deciden resolver el asunto frente a esta autoridad.
Acto I, Escena III: Cámara del Consejo
Resumen
Se informa que los barcos turcos se dirigen hacia Chipre para desafiar la
fortaleza veneciana de la isla. Los senadores reunidos determinan que se deben
tomar medidas de defensa. Brabancio y Otelo llegan mientras se discuten estas
medidas, y el noble veneciano denuncia que Otelo lo ha agraviado al casarse
con su hija.
Otelo se dirige al Consejo admitiendo que se casó con Desdémona, pero que
logró cortejarla con sus historias, no mediante brujería. Desdémona llega y
confirma lo que dice Otelo. A Brabancio se le niega entonces el motivo de su
queja y el Duque permite que Desdémona permanezca junto a Otelo. Luego se
determina que Otelo marche hacia Chipre para defender el territorio, y este
solicita que Desdémona pueda ir con él, dado que han estado casados por muy
poco tiempo. Se determina que Desdémona se quede con Yago hasta que pueda
llegar a Chipre y unirse allí con Otelo. Antes de despedirse, Brabancio advierte
a Otelo que si su hija fue capaz de engañar a su padre, es posible entonces que
engañe también a su marido.
Celoso, Rodrigo está molesto por el permiso que le dieron a Otelo y a
Desdémona para estar juntos. Pero Yago le asegura que la unión no durará
mucho, y que en cualquier momento Desdémona irá corriendo hacia él. Yago
quiere que la pareja se rompa y piensa utilizar a Rodrigo como parte de este
plan.
Acto II, Escena 1: Chipre
Resumen
Una terrible tormenta ha azotado a Chipre, justo cuando los turcos estaban por
acercarse. El ataque turco pudo ser sofocado, pero también es un mal augurio
para el barco de Otelo. Llega un mensajero que confirma que la flota turca fue
destruida por la tormenta. Casio también llega, mientras Otelo sigue en el mar.
A continuación, divisan otro barco que se acerca, pero no es el de Otelo sino el
de Yago, Desdémona y Emilia.
Casio los saluda a todos, alabando especialmente a Desdémona. Yago empieza
a discutir con Desdémona acerca de la naturaleza de las mujeres, demostrando
su menosprecio por el género femenino. Otelo llega finalmente, feliz de
encontrar bien a su esposa, que llegó mucho antes de lo esperado. Él y
Desdémona hacen manifestaciones públicas de su amor y luego se retiran. Yago
habla con Rodrigo y lo convence de que Desdémona ya se ha alejado de Otelo,
porque lo engaña con Casio. Entonces planea con él un ataque al lugarteniente,
con el objetivo de perjudicar tanto a Casio como a Otelo.
Acto II, Escena 2: Una calle
Resumen
Entra el heraldo de Otelo para proclamar la pérdida total de la flota turca.
Anuncia que se permiten celebraciones por el acontecimiento, que acompañen
la felicidad de Otelo por su reciente casamiento.
Acto II, Escena 3: la ciudadela de Chipre
Resumen
Yago y Casio hacen guardia juntos. Yago incita a Casio a beber, sabiendo que
aquel se emborracha fácilmente. También intenta provocar en Casio
sentimientos por Desdémona, construyendo una imagen tentadora de la
doncella, pero las respuestas de Casio son inocentes y amistosas. Casio se retira
y Yago comunica al público que busca embriagar a Casio para provocar una
disputa entre él y Rodrigo. Él quiere que Casio quede desacreditado para tomar
su posición como lugarteniente.
Montano, el gobernador de Chipre, llega junto a otros caballeros. Yago los
entretiene hablando de nimiedades y cantando. Pronto, un ebrio Casio se topa
con Rodrigo. Ambos pelean fuera de escena. Luego aparece Casio persiguiendo
a Rodrigo. Montano intenta frenar a Casio y termina recibiendo un golpe de
aquel. El alboroto despierta a Otelo, que se acerca para saber qué ha sucedido.
Montano le cuenta lo que sabe y Yago completa lo que falta, mintiendo sobre su
rol en el asunto. Otelo despoja a Casio de su rango y se marcha, dejando a Casio
y a Yago solos.
Casio se lamenta por haber perdido su reputación, que él estima mucho. Yago
intenta convencerlo de que la reputación importa poco, y que si habla con
Desdémona, tal vez consiga que ella responda por él ante Otelo. Esto facilitará
el plan de Yago de insinuar que Desdémona y Casio tienen una relación, lo que
enfurecerá a Otelo. Luego, Yago realiza un soliloquio en el que dice que
Desdémona hablará en nombre de Casio, y que conseguirá que esto les juegue a
ambos en contra.
Acto III, Escena 1: Delante de la ciudadela
Resumen
El tercer acto comienza con un breve alivio cómico. Un bufón hace bromas con
unos músicos y después hace un juego de palabras con Casio, quien le ordena ir
en búsqueda de Desdémona para ver si ella puede hablar con él. Yago aparece y
Casio le cuenta que tiene intenciones de hablar con Desdémona para que ella
interceda por él ante Otelo. Luego llega Emilia y le dice a Casio que
Desdémona lo recibirá para hablar de su reputación mancillada.
Acto III, Escena 2: La ciudadela
Resumen
Otelo le da a Yago unas cartas que debe entregar al piloto de un barco para que
las lleve a Venecia. Luego, Otelo se retira a ver las fortificaciones con sus
caballeros.
Acto III, Escena 3: La ciudadela
Resumen
Desdémona resuelve que quiere abogar por Casio. Le dice esto a Emilia, y
agrega que cree que Casio es una buena persona a la que han perjudicado
injustamente. Por eso se compromete a hacer todo lo que pueda para persuadir a
su marido de restituirlo en su cargo. Casio habla con ella brevemente, y se va
justo cuando Otelo entra, porque no quiere confrontar con él. Yago toma ventaja
de esta situación para despertar las inseguridades de Otelo, insinuando que la
salida de Casio parece culposa e incriminatoria. Otelo habla luego con
Desdémona, quien le expresa su preocupación por Casio; ella es persistente con
este tema, lo que a Otelo no le agrada demasiado. Le dice que hará lo que ella
quiere para que no insista con el asunto por un tiempo.
Yago consigue intensificar las dudas de Otelo sobre Desdémona, haciéndole
creer que algo hay entre su esposa y Casio. Otelo empieza a convencerse de la
verdad de estas insinuaciones y a dudar de la fidelidad de su esposa, a medida
que Yago permite que las sospechas se conviertan en acusaciones contra
Desdémona. Otelo empieza a revelar las inseguridades que siempre tuvo sobre
su esposa y sobre sí mismo. Desdémona entra en escena y tiene una breve
conversación con Otelo, en la que este admite que se siente perturbado, aunque
no cuenta cuál es la causa de su consternación.
Desdémona deja caer, sin darse cuenta, el pañuelo que Otelo le había regalado
en su luna de miel. Emilia lo recoge y se lo da a Yago, quien decide usar el
pañuelo como sostén clave de su pérfido plan. Otelo vuelve a entrar en escena y
le demanda a Yago una “prueba ocular” de la deshonestidad de Desdémona.
Entonces Yago inventa que Casio confesó en sueños su relación con
Desdémona, y luego le dice que aquel posee el pañuelo que Otelo le había dado
a su esposa. Yago sabe que este pañuelo es muy importante para Otelo: se trata
de una prenda de su madre que fue el primer obsequio que le dio a su amada.
Otelo se enfurece al escuchar que Desdémona sería capaz de regalar algo tan
valioso y, persuadido por las insinuaciones de Yago, afirma que está
convencido de la culpabilidad de Desdémona. Entonces jura que Casio recibirá
por castigo la muerte y que se vengará de Desdémona por este engaño, que
jamás sucedió.
Acto III, Escena IV: Una calle
Resumen
Desdémona le pregunta al bufón dónde está Casio, y este va en su búsqueda.
Desdémona busca por todas partes el pañuelo, porque sabe que si lo pierde su
esposo se molestará mucho. Otelo entra en escena y le pregunta a Desdémona
por el pañuelo. Ella admite que no lo tiene. Entonces, Otelo le remarca lo
importante que es y le habla de sus poderes mágicos. A Desdémona no le gusta
el tono de su esposo, que parece obsesionado con el objeto, y empieza a
temerle. Interrumpe la inquisición de Otelo mencionando el intento de Casio de
reconciliarse con él. Ante esto, Otelo se enoja y se va. Tanto Emilia como
Desdémona notan que Otelo ha cambiado mucho, que parece cruel y celoso, y
sospechan que algo habrá ocurrido.
En eso, llegan Yago y Casio. Este último se lamenta porque no consigue que
Otelo lo tome de nuevo como su lugarteniente. Desdémona lo siente mucho,
porque sabe que Casio es un hombre de valor, y les cuenta a los dos que Otelo
se está comportando de manera extraña y que está trastornado; Yago decide ir a
buscarlo, fingiendo preocupación. Emilia cree que el cambio de Otelo tiene algo
que ver con Desdémona o con su naturaleza celosa, pero todavía no pueden
comprender lo que ha sucedido. Salen, dejando solo a Casio.
Entra Blanca, a quien Casio le pide que copie un pañuelo que encontró en su
habitación. Es el pañuelo de Desdémona, pero él no lo sabe. Le dice a Blanca
que no la ama y se enoja con ella por sospechar que el pañuelo es un regalo de
otra mujer. Blanca no se perturba y sale con el pañuelo.
Acto IV, Escena 1: Frente a la ciudadela
Resumen
A pesar de haber acusado a Desdémona de infiel, Otelo intenta no condenarla
severamente. Sigue hablando con Yago sobre la importancia de encontrar el
pañuelo, pero pronto Yago desata una furia aún mayor en Otelo, haciendo que
muerda el anzuelo con meras insinuaciones. Por su ira, Otelo entra en un transe,
y entonces Yago aprovecha para inventar una evidencia de sus engaños. Llama
a Casio a escena mientras Otelo está escondido, y habla con él sobre Blanca,
pero Otelo, perturbado como está, cree que Casio habla de Desdémona. Llega
Blanca y le da el pañuelo a Casio, diciendo que no quiere tener nada que ver
con eso. Al ver de lejos el pañuelo, Otelo encuentra la última “prueba” que
necesita para declarar culpable a su esposa.
Otelo resuelve que matará él mismo a Desdémona, y le ordena a Yago que
asesine a Casio. Ludovico, un noble veneciano pariente de Desdémona, ha
llegado hace poco a Chipre; Otelo y Desdémona lo reciben. Cuando Desdémona
menciona a Casio, Otelo se enfada y la abofetea en frente de todos; ella se retira
muy conmocionada. A Ludovico le sorprende mucho que Otelo se comporte de
esa manera, y no comprende cómo un hombre tan noble pudo haber actuado con
tanta crueldad.
Acto IV, Escena 2: La ciudadela
Resumen
Otelo interroga a Emilia sobre la posibilidad de que Desdémona haya tenido un
amorío con Casio. Emilia le dice que no vio nada, pero Otelo no le cree.
Entonces, ella jura que ha visto y escuchado todo lo que sucedió entre Casio y
Desdémona, y que su esposa es pura y fiel. Otelo cree que Emilia está metida en
el engaño, y su insistencia en que es inocente solo consigue inflamar su ira.
Otelo se va, y Desdémona y Emilia intentan descubrir qué es lo que le sucede, y
cómo pueden solucionar el problema. Desdémona se siente especialmente
desconsolada y Emilia está muy enojada, ya que cree que alguien le envenenó la
mente a Otelo para convencerlo de acusar a Desdémona. Yago está presente e
intenta disipar esta opinión, para que Emilia no intensifique su sospecha. Al
abandonar a las mujeres, Yago se cruza con Rodrigo, que no está nada contento
con cómo Yago ha manejado las cosas. Aunque Yago le prometió que obtendría
el amor de Desdémona, nada indica que haya hecho algo para conseguirlo.
Yago lo tranquiliza haciéndole creer que, si mata a Casio, Desdémona será
suya. Rodrigo acepta el plan, aunque, con esto, Yago arriesga que su secreto se
revele.
Acto IV, Escena 3: La ciudadela
Resumen
Otelo le dice a Desdémona que se vaya a acostar y que despida a Emilia. La
criada se lamenta, deseando que Otelo y Desdémona no se hubiesen conocido.
A pesar de todo, Desdémona sigue amando a Otelo. Ella comprende que morirá
pronto y empieza a cantar una canción de tristeza y resignación, aceptando su
destino. Le pregunta a Emilia si cometería adulterio a cambio de que su marido
conquiste el mundo. Emilia piensa que no es tan alto el costo si se considera el
premio, y le contesta que sí. Desdémona, en cambio, es demasiado buena y
devota como para realizar ese acto, considerado un crimen.
Acto V, Escena 1: Una calle frente a la ciudadela
Resumen
Yago esta con rodrigo y lo tiene preparado para matar a Cassio, cualquiera que
sea el resultado de la pelea, Yago espera salir beneficiado, Rodrigo ataca a
Cassio pero falla y Cassio lo termina hiriendo a el, luego de esto, Yago ataca a
Cassio por detrás y lo hiere en la pierna, Otelo escucha los gritos de cassio y se
alegra ya que Yago cumplio con su palabra, luego de esto Yago se va para
matar a Desdemona. Entran Graciano y Ludovico sin entender lo que ha
sucedido, Yago pretende que no sabe de la pelea y intenta auxiliar a Cassio
quien le dice que Rodrigo intento asesinarlo y Yago apuñala y mata a Rodrigo.
Entra Blanca y ve que casio esta herido y yago intenta inculparla de ser
complice del intento de asesinato, luego llega Emilia (esposa de Yago) y esta le
cree a su esposo y también acusa a Emilia de haber sido complice.
Acto V, Escena 2: La alcoba de Desdémona
Resumen
Otelo entra en la habitación de Desdémona mientras ella duerme con la
determinación de matarla. Desdémona despierta y Otelo le dice que pida perdón
por sus pecados antes de morir. Ella cree que no puede hacer nada para evitar
que la asesine, pero insiste en convencerlo de que es inocente. Otelo le
recrimina haber encontrado el pañuelo en manos de Casio, a lo que Desdémona
responde que eso no puede ser cierto. Desesperada, le ruega a Otelo que no la
mate, pero él comienza a asfixiarla. Emilia golpea la puerta, queriendo saber
qué sucede. Otelo la deja entrar, pero intenta ocultar a Desdémona, creyendo
que está muerta. Emilia le cuenta que Rodrigo murió y que Casio está herido.
Pronto descubre que Desdémona está a punto de morir y que Otelo es el
responsable. Entonces, Desdémona pronuncia sus últimas palabras y después
Emilia acusa a Otelo de haberse dejado llevar por el engaño y cometer este
crimen horrible. Otelo no cree que ha sido llevado hacia la locura, hasta que
llegan los otros personajes, Yago confiesa la verdad, y Casio le cuenta lo
sucedido con el pañuelo. Entonces, Otelo se abruma con su dolor.
Yago apuñala de muerte a Emilia por poner en evidencia sus planes frente a
todos. Ludovico y Graciano revelan que el padre de Desdémona, Brabancio, ha
muerto, y que por eso no podrá lamentarse por la tragedia. Otelo intenta herir a
Yago, luego les dice a los presentes que lo recuerden por quién es y se suicida.
Casio se convierte en el líder temporal de las tropas en Chipre, y Ludovico y
Graciano se encargan de llevar las noticias de la tragedia a Venecia. Yago es
tomado en custodia para que sus crímenes sean juzgados de regreso en Venecia.
Otelo Lista de Personajes
Otelo
Un noble moro al servicio del estado veneciano. Se enamora y se casa con la
delicada Desdémona, aunque él es de mediana edad y ella es todavía joven.
Otelo es un buen hombre, valiente y gran guerrero, pero es víctima de dos
falencias: los celos y el orgullo. Aunque Otelo es muy elocuente, él cree que sus
costumbres y sus palabras son toscas.
Desdémona
La esposa de Otelo, una joven veneciana de alta alcurnia y buena crianza.
Desdémona es casi demasiado virtuosa, lo que la hace sentir que debe defender
a Casio y hablar públicamente cuando es necesario. Es más fuerte de lo que
Otelo cree, y no es la mujer privada, retraída y dócil que él desearía que ella
fuera.
Casio
El teniente de Otelo, aunque tiene poca experiencia en el oficio. Casio es un
noble veneciano que sabe cortejar a las mujeres. Se opone a Otelo en muchos
aspectos, razón por la cual este lo admira y lo envidia. Otelo llega a creer que
Casio ha tenido un amorío con su mujer, si bien las intenciones de Casio con
Desdémona son del todo honorables.
Yago
Es el alférez de Otelo, a quien Casio le ha quitado el puesto de teniente. Yago es
joven y traicionero; se muestra como un villano desde el principio y, aunque
menciona su orgullo herido y la alegada infidelidad de su esposa Emilia con
Otelo, sus acciones no tienen verdadera justificación. Es inmoral, pero muy
perceptivo, entusiasta, y capaz de manipular a las personas para que caigan en
sus trampas.
Emilia
Esposa de Yago y doncella de Desdémona. Se le confía llevar a la gente ante la
presencia de Desdémona y quedarse con ella en todo momento. Emilia no es
consciente de las maquinaciones de su marido, ni de sus cualidades más
oscuras. Ella le sigue siendo fiel a Desdémona por encima de los demás, aunque
sin darse cuenta cumple un papel clave en la traición de Yago.
Brabancio
Padre de Desdémona, senador y renombrado ciudadano de Venecia. No le
agrada en absoluto la unión de Desdémona y Otelo, y le advierte a su yerno que,
así como su hija lo traicionó a él, Desdémona podría traicionar también a su
marido.
Rodrigo
Un caballero veneciano que desea a Desdémona y que, por esto, es un peón en
los planes de Yago. Este le promete a Rodrigo que él obtendrá el amor de
Desdémona a cambio de su ayuda, pero Rodrigo no recibe más que una muerte
deshonrada, después de atentar contra la vida de Casio.
Duque de Venecia
Gobernante de la ciudad y superior de Otelo. Él permite que Otelo y
Desdémona permanezcan juntos, a pesar de las protestas de Brabancio. El
Duque también envía a Otelo hacia Chipre para combatir a los turcos.
Senadores
Otras figuras de autoridad de Venecia, hombres de razón y orden que también
apoyan la unión de Otelo y Desdémona. En asuntos de guerra, Otelo responde a
ellos y al Duque.
Blanca
Cortesana amante de Casio que lo visita frecuentemente. Este le pide que haga
una copia del pañuelo de Desdémona, y el hecho de que este pañuelo aparezca
en su casa lo incrimina aún más del supuesto amorío. Es la única mujer de la
obra a la que Casio muestra menos respeto, posiblemente porque Blanca es una
prostituta.
Montano
Predecesor de Otelo en el gobierno de Chipre. En el final de la obra, pronuncia
un juicio contra Yago, comenta la situación y asiste en la conclusión de la
trama. Es la principal figura de orden y ley en Chipre, y sirve como control de
daños luego de que Otelo muera y Yago se muestre poco apto para el cargo.
Ludovico y Graciano
Dos nobles venecianos, emparentados con Brabancio y Desdémona. Los dos
personajes cumplen su papel más importante cuando Desdémona muere y deben
llevar las noticias de la tragedia a Venecia, en su rol de funcionarios de la
ciudad.
Autor
William Shakespeare fue un dramaturgo, poeta y actor inglés. Conocido en
ocasiones como el Bardo de Avon (o simplemente el Bardo), Shakespeare es
considerado el escritor más importante en lengua inglesa y uno de los más
célebres de la literatura universal.
Según la Encyclopædia Britannica, «Shakespeare es generalmente reconocido
como el más grande de los escritores de todos los tiempos, figura única en la
historia de la literatura.

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