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Isabel Camacho. C.I. 14.300.692. Artes Escénicas I, sección A.

Existen profundas similitudes entre la tragedia griega y la ópera que podemos evidenciar desde el
nacimiento mismo de ésta última. Un grupo de intelectuales del Renacimiento italiano, llamado
la Camerata Florentina, buscaba crear un espectáculo secular basándose en los elementos
característicos de la tragedia. Con en el conocimiento de que ésta se representaba de forma
cantada, el mencionado grupo de eruditos realizó los primeros intentos de hacer un espectáculo
en el que estuvieran presentes todas las artes y que incluyera también los seis elementos, que
precisa Aristóteles en La Poética, son esenciales para una tragedia: argumento, los caracteres, el
pensamiento, elementos literarios, el espectáculo y la música. Claramente en el Renacimiento
existía un adelanto, en comparación con la antigua Grecia, en cuanto a la notación musical,
fabricación de instrumentos y técnicas de interpretación que hizo que la ópera se convirtiera en
un espectáculo más musical en siglos posteriores, pero sin excluir el drama y la actuación. Como
ejemplo de comparación se tomará la ópera Tosca, de Giacomo Puccini, para ejemplificar las
similitudes y diferencias entre el personaje de Floria Tosca y los personajes de las tragedias
estudiadas: La Orestíada, Edipo Rey y Medea. Si el mito es la base de la tragedia, en Tosca las
ideas de la Revolución Francesa y la República son el telón del fondo de la acción, es decir, los
ideales de la época son plasmados en el argumento de la obra. Todas las obras anteriormente
nombradas tienen un contexto político: Las Euménides y Edipo Rey reflexionan sobre la justicia,
Medea muestra la decadencia de la polis griega y la democracia y Tosca está enmarcada en la
invasión de Napoleón al norte de Italia, hecho que marca el comienzo de la acción. La soberbia,
hybris que conduce a la muerte a Agamenón y Clitemnestra, en el caso de Orestes es analizada
por el tribunal presidido por Atenea quien lo absuelve de toda culpa por considerar que, a pesar
de haber asesinado a su madre, lo hizo por el loable fin de rescatar el trono de Micenas de la
usurpación. Edipo promete exiliar al asesino de Layo, desconociendo que es él mismo, siendo
también la soberbia la hybris de Edipo y en el caso de Medea, la hybris correspondería a Creonte
quien sufre las consecuencias de su debilidad. En el caso de Floria Tosca, la inicial desconfianza
mostrada con su amante, el pintor Cavardossi, no es utilizada al momento de negociar la
liberación del mismo con Scarpia, el jefe de la policia, quien la engaña y le promete liberar a
Caravaradossi a la vez que ordena a su subalterno que lo ejecute. La ingenuidad y la inseguridad
son la hybris de Tosca. La hamartía del rey Agamenón consiste en caminar por la alfombra
púrpura destinada a los dioses, en el caso de Edipo es quitarse la vista y la de Floria Tosca es
asesinar a Scarpia sin saber que la ha engañado y que de igual manera Cavaradossi va a ser
ejecutado al día siguiente. Esto la lleva a un punto en el que ya no se pueden revertir los hechos y
decide lanzarse del Castel Sant’Angelo al darse cuenta que la persiguen para apresarla por el
asesinato de Scarpia. Por el contrario Medea, planifica cuidadosamente su venganza y
escapatoria y finalmente huye sin sufrir ninguna consecuencia por haber matado a sus hijos y a
Glauca, la hija de Creonte y nueva esposa de Jasón. En la ópera también está presente la
mímesis, es decir, imita la realidad de forma verosímil mediante la escritura y la representación,
pero en este caso con predominancia del canto lírico. La diferencia principal que podemos
destacar es el silencio que acompañaba las representaciones de las tragedias en la antigua Grecia
en contraposición con la composición sinfónica realizada por Puccini para Tosca, que potencia la
acción, los diversos estados de ánimo que experimentan los personajes y resalta la metabolé o
cambio de fortuna que sufren los mismos. Famosa es su escena final, en la que la música
describe perfectamente el paso de los distintos estados de ánimo de Tosca: la alegría, la duda y el
horror. A pesar de que existe una cantidad considerable de tiempo entre la creación de las
tragedias mencionadas, la ópera Tosca y la actualidad, lo que sin lugar a dudas une a todas estas
obras es la catarsis que experimenta el espectador. En la actualidad, el público es capaz de sentir
compasión y una cierta conexión con los personajes a pesar de que Clitemnestra, Orestes, Edipo,
Medea y Tosca han cometido actos detestables. Es indudable que el teatro y las artes escénicas
logran una respuesta emocional en el público que perdura hasta nuestros días, que fue hábilmente
analizada por Aristóteles, magistralmente ejecutada por los tragediógrafos griegos y rescatada en
el renacimiento para continuar maravillándonos en la actualidad.

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