En este ensayo se hablará sobre el lenguaje sexista en la actualidad
existe una igualdad entre hombres y mujeres, pero esta no siempre se respeta, con esto también conoceremos que la lengua no es neutra y se ve reflejada en la interacción de los géneros en la que la sociedad posiciona a la mujer en una relación de subordinación, en la que cada persona tiene una manera distinta de usar el lenguaje pero dependiendo del contexto él puede ser sexista, racista o carente de los valores importantes del ser humano, por lo que puede mostrar una conducta altamente discriminante hacia la mujer.
Dentro de la sociedad actual es muy común hablar sobre la violencia de
géneros y las formas en que las personas lo generalizan o llegan a minimizar, por lo que una de las manifestaciones más notables y de la que muchos no se dan cuenta, es el lenguaje sexista. Este se da al menospreciar a las mujeres y obstaculizar en su identificación mediante un uso discriminatorio parcial, Caballero (2019, p.92) señala que existe “Asociaciones como hombre-virilidad o fuerza y mujer-debilidad o delicadeza son algunos estereotipos sexistas”, llegando a crear barreras arbitrarias e injustas al desarrollo personal y colectivo de las mujeres lo que hace que las mismas se vuelvan invisibles, transmitiendo una imagen perjudicial dentro de este aspecto dando paso a formar un pensamiento donde los hombres se cree que son superiores a las mujeres.
Utilizamos el lenguaje sexista para expresar un mensaje con la intención
de insultar y afectar a una persona que, gracias a su contexto o fondo, se ha extendido por medio de la cultura, tradiciones, publicidad, el ámbito laborar e incluso por la educación, pero en esta última de una manera que no somos tan consientes, lo que da como resultado la discriminación para la otra persona del mismo sexo, Desafortunadamente, las mismas mujeres permiten e integran en su vocabulario diario este tipo de expresiones, por lo que el lenguaje sexista da paso a reforzar la discriminación. Dicho de otra manera, logramos que los estereotipos se estandaricen más dentro de la sociedad. Por otro lado, los cambios solo se darán si tenemos una iniciativa propia de cambiar e influir en el resto, ya sea en la educación donde se pueden empezar con pasos cortos por ejemplo creando consciencia desde los más pequeños.
En conclusión, de todo lo mencionado anteriormente pudimos darnos
cuenta de que el lenguaje no es sexista, sin embargo, los hablantes son los que transforman el lenguaje en sexista por el mal uso que les dan. Por eso resulta difícil exagerar el valor de la crítica del lenguaje, a pesar de que existe ciertas palabras que pueden cambiar el contexto de forma tan impactante, por el mero hecho de escoger determinadas palabras, revelamos nuestros propios conceptos ocultos sobre la sociedad, y nuestra propia interpretación de la misma. Si cada individuo tuviera conciencia de dicho proceso, podríamos descubrir una forma creativa al problema de los usos lingüísticos que, o bien esconden la información acerca de las vidas de las mujeres, la enmascaran inadecuadamente. Las malas prácticas del lenguaje tienen la posibilidad de ser modificadas debido a nuestra acción educativa, tenemos la oportunidad de influir y producir conciencia a partir de los salones.
Bibliografías:
Caballero, H. (2019). El sexismo en el lenguaje como forma de violencia de
género. un análisis sociolingüístico a partir de las locuciones españolas. En Comunicación, género y educación (pp. 91–96). Dykinson, S.L. https://www.jstor.org/stable/j.ctvktrwjp.12