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DE RIESGOS LABORALES
La inteligencia emocional forma parte del mundo laboral, ya que hasta el 80 % del trabajo que
desempeña cualquier persona depende directamente de sus habilidades emocionales. En
sectores como el marketing, es imprescindible que el trabajador entienda qué puede sentir el
cliente al ver la campaña publicitaria o qué nuevo producto puede necesitar.]
Factores como el tipo de trabajo que se realiza, la duración de los turnos, la falta de participación
en los procesos relacionados con la jornada laboral y una comunicación deficiente entre los
directivos y los empleados provocan un malestar que interfiere en el correcto desarrollo del
trabajo.
La corrección de estos factores te ayudará a conseguir que cada trabajador se sienta parte
fundamental de tu negocio y que preste la atención debida a evitar los riesgos más habituales.
Sin embargo, es posible crear un ambiente de trabajo positivo en el que todas las personas
implicadas se sientan partícipes de la buena marcha del negocio. Reconocer la labor de cada
empleado, fomentar una política de incentivos y corregir amablemente los posibles errores que
hayan cometido son siempre opciones mucho más recomendables para lograr el objetivo arriba
descrito.
Aumentar la flexibilidad del horario de cada persona, logrando así que el mismo se
ajuste a sus necesidades.
Crear un área de reunión con los trabajadores, sin perder nunca de vista la importancia
de mantener el optimismo y la diversión dentro de lo posible.
Usar una estancia con cierta amplitud para montar un pequeño gimnasio o llegar a algún
acuerdo con uno cercano. Así cada trabajador podrá realizar alguna actividad física ajena
a su trabajo.
Fomentar la participación de los empleados en algún evento solidario o bien colaborar
con alguna ONG para aumentar la unión entre los mismos.
Organizar viajes, excursiones y actividades conjuntas para aumentar la conciencia de
grupo.
Admitir las sugerencias de tus empleados para que se sientan partícipes de la evolución de
tu negocio.
Contar con el apoyo de un psicólogo y de un médico que hagan chequeos periódicos a los
trabajadores para confirmar su buen estado de salud física y mental.
Ofrecer clases de meditación y relajación para que tengan la capacidad de amoldarse a
los periodos de mayor exigencia.
Diseñar planes de financiación para facilitar el pago de la hipoteca o del vehículo del
trabajador, dándole facilidades de pago.
También es importante que tengas en cuenta que cualquier comunicación con tus clientes ha de
ser empática y optimista para lograr su fidelización. Un trabajador con una inteligencia emocional
desarrollada podrá atender a tu clientela de forma correcta más fácilmente.
Este tipo de competencia se basa en factores como la conciencia que tiene el trabajador de sí
mismo, su capacidad de adaptarse a cualquier tipo de situación y su motivación para alcanzar los
objetivos propuestos.
En lo que respecta a la relación del trabajador con el cliente, se deben valorar su empatía y sus
habilidades sociales. Resulta imprescindible contar siempre con algún trabajador específico que
se encargue de analizar estas competencias emocionales en cada uno de los empleados para
evitar posibles accidentes.
Todos los aspectos anteriores inciden, directamente, en la posibilidad del aumento de riesgos
laborales. Este factor provoca hasta un 20 % de pérdida de beneficios económicos y el incremento
de la mala reputación de tu empresa, lo que puede terminar convirtiéndose en una etapa de
pérdidas de la que te será complicado recuperarte.
Así, parece evidente que apostar por crear un ambiente de trabajo agradable, entender a cada
persona, crear grupos de trabajo en los que el ambiente sea el más adecuado y no permitir que la
rutina o el aburrimiento sean lo habitual son consejos a poner en práctica lo antes posible para
conseguir los resultados ya comentados.
La inteligencia emocional es, por lo tanto, la mejor base posible para que cada trabajador se
sienta siempre a gusto llevando a cabo su trabajo de forma eficaz. Si te interesa nuestro máster
en riesgos laborales, no dudes en solicitar toda la información que necesites al respecto.
Estaremos encantados de atenderte y de facilitarte la labor de convertirte en un profesional de
éxito en un sector que nunca para de evolucionar.
¿Cómo se desarrolla?
Para desarrollarla puedes acudir a la ayuda de uno o varios expertos, o empezar a
identificar ciertos aspectos que recomienda el psicólogo Daniel Goleman, mundialmente
reconocido por su teoría de la Inteligencia Emocional:
4. No te juzgues
Las emociones son simples mensajeras que te indicarán cómo manejarte positivamente.
No juzgues tus sentimientos. Ellos te brindan preciada información y son sumamente útiles
para poner en práctica el autocontrol y el manejo consciente de lo emocional.
Al menos tan valiosas como las aptitudes exclusivamente cognitivas como el razonamiento
analítico o la experiencia técnica son las que combinan el pensamiento y la emoción: las
competencias emocionales. Los aprendizajes de Daniel Goleman sobre la Inteligencia Emocional
son muy significativos. La diferencia entre los directivos sobresalientes y los mediocres se
encuentra en el ámbito de las competencias emocionales.
2. Autorregulación
La autorregulación -capacidad de controlar nuestros impulsos y sentimientos conflictivos-
constituye el núcleo esencial de cinco competencias:
Autocontrol: Gestionar adecuadamente nuestras emociones y nuestros impulsos
conflictivos.
Confiabilidad: Ser honrado y sincero.
Integridad: Cumplir responsablemente con nuestras obligaciones.
Adaptabilidad: Afrontar los cambios y los nuevos desafíos con la adecuada flexibilidad.
Innovación: Permanecer abierto a nuevas ideas, perspectivas e información.
3. Motivación
Los trabajadores ‘estrella’ se caracterizan por tres competencias motivacionales:
Logro: El impulso que nos lleva a mejorar o sobresalir.
Compromiso: La capacidad de asumir la visión y los objetivos de la organización o el
grupo.
Iniciativa y optimismo: Competencias que movilizan a las personas para aprovechar las
oportunidades y superar los contratiempos.
4. Empatía
Este aprendizaje sobre la inteligencia emocional de Goleman nos deja un concepto claro. Las
diferencias en nuestro grado de dominio de las habilidades sobre las que descansa
nuestra conciencia social determinan las correspondientes diferencias en las competencias
laborales que dependen de la empatía. Entre ellas cabe destacar:
5. Capacidad de relación
La capacidad de relación es la habilidad social de movilizar adecuadamente las emociones de los
demás. Necesita de varias competencias, como:
Influencia: Esgrimir tácticas eficaces de persuasión.
Comunicación: Enviar mensajes claros y convincentes.
Gestión de los conflictos: Negociar y resolver los desacuerdos.
Liderazgo: Inspirar y orientar.
Catalizadores del cambio: Iniciar, promover o controlar los cambios.