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ENTREGA 1 – SEMANA 4

INTRODUCCIÓN AL DERECHO

Juliana Vélez Raigoza (Suplente)

Código: 100266280

Yury Guaqueta

Código: 100175170

Alexandra Martinez Scarpeta

Dayanna Carolay Gil Barbosa

Código: 100281152

Diana Yaneth Fernández Castañeda (Vocera)

Código: 100289339

Profesor: Ketty Margarita Guerrero Ardila

Institución Universitaria Politécnico Gran Colombiano

Junio 7 de 2022
Introducción

El estado colombiano acogido a la constitución de 1991 y en la cual dicha

constitución lo asume como un Estado social de Derecho, implica que Colombia es un Estado

de implicaciones sociales, orientado a los derechos fundamentales y principios

constitucionales; por tal Razón las autoridades deben gozar de una legitimidad en el ejercicio

del poder político de Colombia, la justificación para esto parte de un consenso de un proceso

electoral.

La legitimidad en la política va de la mano como la representación o justificación del poder

político de acá concluimos que es el reconocimiento a los gobernantes como titulares del

poder y que le damos la potestad de ejercer.

"La legitimidad es el reconocimiento por parte de la población de que los gobernantes de su

Estado son los verdaderos titulares del poder y los que tienen derecho a ejercerlo: a crear y

aplicar normas jurídicas, disponiendo del monopolio de la fuerza, de acuerdo con esas

normas, sobre la población". López Hernández, José, "El concepto de legitimidad en

perspectiva histórica", Cuadernos Electrónicos de Filosofía del Derecho, N° 18, Instituto de

Derechos Humanos de la Universidad de Valencia, Valencia, 2009, p. 156. En:

http://ojs.uv.es/index.php/CEFD/article/view/116/124 [visitado el 18/11/2012].

El objetivo principal de la política es la toma o la conservación del poder en un estado, lo

ideal de esta es el ejercicio como ciencia y como arte de lo posible en pro de la sociedad y no

para un beneficio personal.

Para autores como Brussino, Rabbia y Sorribas (2009) de acuerdo con Conway (1990) nos

dicen que “la participación política incluye todos aquellos comportamientos que realizan

personas y grupos para influir en los asuntos públicos: a través de estas prácticas, los
ciudadanos explicitan sus preferencias respecto a qué tipo de gobierno debe regir una

sociedad, cómo se dirige al Estado, y cómo aceptan o rechazan decisiones específicas del

gobierno que afectan a una comunidad o a sus miembros individuales” (p. 279).

Es donde si la política y el estado tienen como fin común la protección de la sociedad y la

realización de un bien común, no surge la pregunta:

¿Cómo Ejerce la política y la legitimidad en el ejercicio de su poder con el estado?

Es importante que iniciemos este ensayo partiendo del término Poder, el cual se hará

referente al Poder Político, tomemos en este caso como referente el significado que le da

históricamente Mx Weber: “Poder es la posibilidad de imponer la propia voluntad sobre la

conducta ajena”. (Weber, Max, Economía y sociedad, 2a. ed., México, Fondo de Cultura

Económica, 1964, p. 696.).

Si bien podemos adaptar esta posición, también cabe resaltar las funciones que cumple el

Poder dentro de la sociedad y en especial, de cómo este término lo asociamos a diferentes

ámbitos que cumplen determinadas características, en los cuales podemos destacar: Poder

Político, Poder Económico, Poder ideológico entre otros.

Nuestro énfasis será en el ejercicio del Poder Político ya que, si lo asociamos con el estado,

podemos asumir que este poder está basado en una fuerza legal, pues el poder político está

justificado en la Ley; pero es el Estado que a partir de la constitución asume las facultades

como el poder. En este sentido lo Político es el resultado de un ámbito a nivel social el cual

es producido por relaciones de poder; así, el concepto de política con relación al estado se

asocia a entornos de la problemática relacionada a la construcción inherente de los

fundamentos estatales, más claramente Estado-nación como institución que ejerce el poder;
La política en este caso está expuesta al dilema de convertirse en una ciencia del poder

entendido como un ejercicio del estado (Mariñez Navarro, 2001: p. 14)

Si bien el estado tiene sus propios recursos y poderes distintivos, los cuales sustentan su

autonomía relativa, también tiene vulnerabilidades distintivas, y sus operaciones dependen de

los recursos que se producen en cualquier otro lugar de su entorno.

Las estructuras del estado tienen un impacto específico y diferencial sobre la capacidad de las

distintas fuerzas políticas para perseguir sus intereses y estrategias particulares en contextos

específicos.

En conjunto, tales consideraciones muestran que, el punto de vista del poder o las

capacidades estructurales del Estado, sus vínculos estructurales o estratégicos y sus logros, no

solo dependen de la naturaleza del Estado como sistema político y jurídico, incluso

asumiendo que sus límites institucionales pueden ser mapeados, precisos y estables, sino que

también dependen de varias habilidades y fuerzas fuera de él.

Poner a los estados en su lugar, como lo hacemos aquí, no descarta (de hecho, sugiere)

procesos que son específicamente creados y luego mediados por el estado; Sin embargo,

ambos son necesarios en relación con el contexto social más amplio, así como con las

decisiones estratégicas y de comportamiento de los actores dentro y fuera de los países.

Según Maritain (1949 en la Universidad de Chicago) identifica al poder con la legitimidad y

a la autoridad con la legalidad, lo cual dificulta su gusto, ya que ambos son esenciales para la

vigencia y eficacia de un determinado orden jurídico.

Ahora bien, el Poder Político para ser otorgado y poder ser función necesita una legitimidad

acorde con las condiciones y la constitución que lo acoge, para esto la legitimidad de estos

poderes está respaldada por la constitución, sus leyes y en la cual está en función de una

sociedad.
Legitimidad significa el reconocimiento del ejercicio del poder político por quien está

llamado a ejercerlo, y no por otros; Esta autoridad se produce como consecuencia del cargo

que exige el ejercicio del poder y la correspondiente aceptación por parte de los afiliados al

estado.

Es por lo anteriormente expuesto y por los numerosos ejemplos que nos ha dado la historia

que se hace patente la necesidad de limitar el ejercicio del poder político y de convertirlo en

objeto de un sistema de control. Las Constituciones contemporáneas positivan el ejercicio del

poder y establecen medios de acceso a él, así como límites y controles para su ejercicio.

Se podría dar a entender que el poder es la facultad para realizar actos y tomar decisiones

respecto de sí y de terceros, y que una vez identificados en el sistema jurídico se transforman

en funciones conferidas a sujetos específicos y que producen efectos jurídicos; por otra parte,

la autoridad es el sustento legítimo de dicho sistema. Por lo tanto, se podría considerar al

poder político como la relación surgida entre quien goza de la autoridad y el don de mando, y

quienes acatan u obedecen serían los mismos que originariamente confirieron dicha autoridad

al reconocerlo como legítimo. En consecuencia, la autoridad es una potestad, el derecho

atribuido en virtud de alguna fuente de legitimación para realizar actos de poder.

Artículo 116.- “El poder público de los estados se dividirá, para su ejercicio, en

Ejecutivo, Legislativo y Judicial, no podrán reunirse dos o más de estos poderes en una sola

persona o corporación, ni depositarse el legislativo en un solo individuo.”

Ahora bien, en estudios realizados anteriormente en los ciudadanos como fuerza que elige los

poderes en su experiencia, se percibe que la característica más importante de una Democracia

es la libertad de expresión reflejada en la política con un 47%, en segundo lugar, la selección

de gobernantes en las elecciones limpias y justas con un 28.3%, en el caso de la desigualdad,

reflejada en la reducción de las diferencias entre pobres y ricos se menciona con un 12.7%,
sin embargo existen ciudadanos los cuales todavía no saben cómo se ve reflejada la

democracia en la vida diaria con 6.2%. En este contexto la participación ciudadana es un

elemento central de las denominadas democracias participativas y deliberativas; este tipo de

democracia pretende incorporar a los ciudadanos y los grupos sociales y a su vez asume la

constante participación de la ciudadanía en los asuntos de la comunidad en los procesos de

toma de decisiones. Sin embargo, para poder entender las tendencias de la participación

política se tiene que analizar desde una visión más compleja estudiando las preferencias e

intereses individuales, grupos y organizaciones, además de las características del mismo

sistema político y el espacio público la cual el ciudadano exterioriza sus apoyos o demandas

para incidir en la toma de decisiones y ejecución de políticas por parte la autoridad.

Conclusiones
● Uno de los fines de la constitución, así como la razón de mantener su condición de

norma suprema en la escala del ordenamiento jurídico, es el estado de derecho

estructura de la comunidad, entendido como el que asegura el equilibrio y la armonía

de las partes involucradas, en las relaciones políticas, económicas y jurídicas,

asegurando un orden justo y autónomo.

● Al hablar de política, poder y de estado no podemos dejar a un lado el término de

legitimidad, es esta la que nos permite una intersección adecuada en el ejercicio del

poder político dentro del estado.

● Podemos entonces concretar que el Estado es la forma moderna de una organización

política, que se viene transformando a través del tiempo conllevando a un cambio

social.
Referencias
Brussino, S., Rabbia, H. H. y Sorribas, P. (2009), Periles socio-cognitivos de la
participación política de los jóvenes. Interamerican Journal of Psychology. 43(2), 279-287.
López Hernández, José, "El concepto de legitimidad en perspectiva histórica",
Cuadernos Electrónicos de Filosofía del Derecho, N° 18, Instituto de Derechos Humanos de
la Universidad de Valencia, Valencia, 2009, p. 156. En:
http://ojs.uv.es/index.php/CEFD/article/view/116/124 [visitado el 18/11/2012].
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FRANCISCO SÁNCHEZ GARCÍA* OSWALDO LEYVA CORDERO** Universidad Autónoma de


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