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Parcial 3

Camila Alzate Torres.


Economía.

Coyuntura económica
Johny Vargas Restrepo

Universidad Nacional de Colombia, Sede Medellín


Medellín, Antioquia.
24 de noviembre de 2014
1. Dado el panorama internacional, ¿cuáles son las perspectivas para la
economía colombiana?
El panorama internacional se ha visto marcado por la recesión en las economías
desarrolladas (que han venido presentado signos de recuperación), en la
inestabilidad financiera como rezago de la crisis mundial de 2008 y con la
disminución en los precios de los combustibles. Colombia debe establecer una
evaluación a futuro dado esta perspectiva.
A pesar de ser un país con políticas macroeconómicas que le brindan estabilidad,
no se puede decir que el país ha sido inmune al contexto internacional.
Inicialmente se ha evidenciado como la volatilidad en los mercados
internacionales, como la reducción en la compra de activos por la FED, traería
más volatilidad a los mercados internacionales e incrementaría el costo de la
deuda colombiana. (BBVA Research-Colombia, 2014). Así, inicialmente J.P.
Morgan redujo la valoración de la importancia de Colombia y los capitales
extranjeros partieron hacia activos más seguros, reduciendo la entrada de
inversión de portafolio en el país.
“Una señal adicional de la fragilidad de la recuperación cíclica en marcha la da el
repunte desde mediados de septiembre de los indicadores de tensiones en los
mercados financieros, que se han situado en el caso de las economías
emergentes en niveles no vistos desde mayo de 2013” (BBVA Research-
Colombia, 2014).Esta perspectiva no parece mejorar en el corto plazo.
Sin embargo, se ha visto como las economías desarrolladas (Estados Unidos y la
Eurozona) han ido recuperándose y su crecimiento económico ha sido lento, pero
sostenido. Al ser Estados Unidos el principal socio comercial de Colombia,
seguido por la Unión Europea, se espera una recuperación de la balanza
comercial en el corto-mediano plazo, impulsado por el aumento de las
exportaciones que no se vea únicamente sostenido por el sector minero-
energético, sino que también se dé gracias al crecimiento del sector industrial que
se ha ido recuperando paulatinamente: “Por su parte, el tipo de cambio con el
dólar se sitúa por encima de COP 2.000, reflejando valores más cercanos al
equilibrio estimado por nosotros entre COP 1.953 y 2.068. Este “nuevo normal”
cambiario apoyará la recuperación de los sectores transables diferentes a la
minería, los cuales venían teniendo la menor dinámica desde 2008 con un
crecimiento de solo 0,7% en promedio anual en relación a la expansión de 4,2%
en el PIB.” (BBVA Research-Colombia, 2014).
Esto implicaría un reto para Colombia a fin de encontrar la estabilidad de la
economía en un sector diferente al minero que provea al país un aumento de la
productividad, que es uno de los retos planteados por la OCDE. “. A fin de
garantizar un crecimiento equilibrado, será fundamental incrementar la capacidad
de la economía para ajustarse a la mejora de los términos de intercambio y
aumentar la tasa de ahorro. Las políticas deberían centrarse en aumentar la
competitividad y la productividad, y al mismo tiempo en facilitar la adaptabilidad de
la economía, tanto en lo que respecta a los mercados de productos como al
mercado laboral.” (OCDE, 2013). Se prevé entonces una recuperación del sector
industrial sustentado por el mayor uso de la capacidad instalada y el incremento
en las importaciones de bienes de capital y materias primas industriales.
Esto es positivo ya que, dada la disminución de los precios del petróleo del
presente año, se ha dado un proceso de desaceleración en el crecimiento del PIB,
ya que este es el mayor producto de exportación del país. Esto puede revertirse
dado que EEUU está recuperándose de su crisis y, ya que hay una devaluación
del peso, puede incrementar el número de compras de combustible. Sin embargo,
“el reto de la economía en el mediano plazo será reemplazar la fuente minera de
crecimiento, pues este sector ya se encuentra muy cerca de sus máximos niveles
de producción. Los candidatos, en orden de importancia, a ocupar el liderazgo
sectorial son infraestructura, industria, agricultura y comercio” (BBVA Research-
Colombia, 2014)
En general, las perspectivas para la economía colombiana son positivas, siendo
esta una economía estable, con tasas controladas de inflación y que busca
mejorar su condición dada la coyuntura que se desarrolla: la inversión en las vías
de 4G y el proceso de paz. El ministro de Hacienda así lo menciona : “Si logramos
un punto más de crecimiento al año por cuenta de las autopistas de cuarta
generación (4G) y otro más por cuenta de la paz, para el año 2018, que es muy
pronto, estaríamos en 1000 dólares por encima en el ingreso per cápita de los
colombianos que hoy es de 8000 dólares.” (Cárdenas Santamaría, 2014)
Bibliografía
BBVA Research-Colombia. (2014). Situación Colombia: cuarto trimestre 2014.
Cárdenas Santamaría, M. (noviembre de 2014). Colombia es la quinta economía
con mayor perspectiva de crecimiento.
OCDE. (2013). Estudios Económicos de la OCDE: Colombia. Evaluación
Económica.
2. ¿Se podría evitar otra crisis financiera mundial? Explique.
Las crisis financieras han constituido una nueva preocupación tanto para las
economías desarrolladas como en vías de desarrollo. Estas crisis son causa de
inestabilidad general que afecta los niveles de empleo, la capacidad adquisitiva de
las familias y que lleva a la bancarrota a múltiples empresarios (como se ha visto
en las crisis financieras pasadas).
Las crisis financieras se ven sustentadas en los manejos económicos de las élites
en el poder, no solo políticas sino también económicas. Los malos manejos en la
economía como la falta de regulación de los mercados financieros, la especulación
en los mercados bursátiles, el alto endeudamiento público y privado para sustentar
un alto consumo; son algunos de los pilares de una crisis financiera.
En retrospectiva, se evidencia que la gran depresión económica de 1929 se
produjo por falta de regulación por parte del Estado de los mercados financieros y
el gran margen de especulación que se presentó, dando lugar a una recesión
económica y una altísima tasa de desempleo que vinieron de la mano con la
conocida estanflación.
Sin embargo, las crisis actuales se reflejan en graves problemas de Balanza de
Pagos que se manifiestan a veces en forma de salidas considerables y repentinas
de capital, que no pueden ser subsanados únicamente por medidas de rescate del
mismo Estado y requieren también del apoyo de los privados. La gran apertura de
las economías que se ha dado en el último siglo, ayuda que la velocidad de
transmisión de este tipo de crisis sea mayor y su impacto en las economías cada
vez más devastador. Se podría culpar de esto tanto a los entes reguladores que
no establecen políticas adecuadas para el manejo de los mercados, como a los
privados que prestan su mano para propiciar que estos desequilibrios se den a
cambio de obtener una compensación económica.
Así, las crisis financieras parecen un desenlace inexorable en el sistema
globalizado de economías capitalistas con deficiencias en la regulación de sus
mercados. Esto nos lleva a la pregunta, ¿se podría evitar otra crisis financiera
mundial? Podría ser adecuado dar respuesta afirmativa a esta pregunta, sin
embargo es más plausible asegurar que las crisis financieras no van a
desaparecer, pero podría procurarse porque sea menor su frecuencia y su
gravedad.
Las medidas que se proponen para alcanzar esto se sugiere que, “para reducir el
riesgo de crisis y facilitar su eventual solución, se precisan por lo menos cuatro
tipos de medidas: a) mejorar la evaluación de riesgo sistémico y evitar su
acumulación en épocas prósperas; b) mejorar la transparencia y divulgación de los
diversos riesgos asumidos; c) ampliar el alcance interinstitucional y transfronterizo
de las regulaciones, pero salvaguardando la diversidad constructiva, y d) adoptar
mecanismos que promuevan la toma de medidas más eficaz y coordinada”
(Sacasa, 2008)
Otras propuestas para reducir el riesgo de generación de crisis financiera es
“manteniendo controlado el nivel de endeudamiento público, luchando contra la
inflación, evitando los regímenes cambiarios insostenibles, gestionando
responsablemente la deuda y fortaleciendo los sistemas financieros nacionales”
(FMI, 2001).
También, a partir de la revisión histórica puede concluirse que “los factores que
estuvieron asociados a la etapa más larga de estabilidad financiera del último siglo
y medio fueron una supervisión financiera nacional y estrecha, control de
capitales, crecimiento limitado del crédito, orientación preferente de los recursos
financieros a la actividad productiva, y ausencia de innovación financiera con
pretensión especulativa. Todo lo cual fue de la mano, y eso no podía ser fruto de
la casualidad, de más ahorro, de mayor tasa de inversión real, y de elevados
ritmos de crecimiento de la actividad y el empleo” (Torres López, 2012)
Estas propuestas son pertinentes en el contexto actual donde el mundo se puede
ver envuelto en una nueva crisis financiera mundial si no se corrigen a tiempo las
señales negativas de las economías desarrolladas entre los que se encuentran: i)
el creciente desempleo visto sobre todo en los países que aún no se han podido
recuperar de la anterior crisis (España y Gracia); ii) El alto porcentaje de
préstamos en Italia; iii) La crisis económica y política en Turquía; iv) la precaria
situación financiera de Ucrania, desencadenada por las circunstancias políticas y
económicas; v) El comportamiento del mercado de valores en EE.UU. (RT
Actualidad, 2014).
Bibliografía:
FMI. (2001). Solución y prevención de las crisis financieras: El papel del sector
privado.
RT Actualidad. (17 de febrero de 2014). 12 señales de que la crisis económica
mundial está empezando a recrudecerce. Obtenido de RT Actualidad:
http://actualidad.rt.com/economia/view/120106-senales-crisis-economica-mundo-
inicio
Sacasa, N. (2008). Cómo evitar crisis en el futuro. Finanzas & Desarrollo, 11-14.
Torres López, J. (2012). ¿Se pueden evitar las crisis financieras? La lección de la
historia. Economistas sin Fronteras, 7-9.
3. Si se llega a dar el acuerdo de paz, ¿cuáles cree que podrían ser los
efectos en la sociedad colombiana?
Colombia cumple con el apodo de ser el país con el conflicto-no negociado- más
largo del mundo. Ha tenido que desarrollar su desarrollo entorno a altos niveles de
secuestros y desplazamientos forzados, precarias condiciones para la población
rural y en general, un alto nivel de violencia que afecta la imagen del país, tanto
para los nacionales como para los extranjeros.
Por esto, la negociación de un tratado de paz se convierte en un pilar fundamental
para lograr una reestructuración de la sociedad colombiana y de su economía, que
ofrece una perspectiva más positiva que negativa.
En el caso de que este conflicto llegara a su fin, se prevé un impulso positivo de la
economía, se justifica que el conflicto armado impide el crecimiento efectivo del
PIB del país que en caso de concretar el proceso “bajo el escenario conservador,
en el año 2048 el PIB per cápita estaría por los lados de los 35.000 dólares por
habitante, en vez de 26.500 si el conflicto persistiera y el PIB per cápita continuara
creciendo a la misma tasa de los últimos 10 años” (Mejía, 2014).
Según el informe de perspectiva económica de Colombia de la OCDE, si Colombia
lograra concretar la paz y se terminara el conflicto armado se mejoraría la
situación del país en términos de capital humano, físico y social. “Por ejemplo, el
final del conflicto aumentaría el capital humano mediante la reducción de la
pobreza y la desigualdad, el aumento del tamaño de la fuerza laboral y el
incremento del número de niños que asisten a la escuela al reducirse los
desplazamientos de familias debidos a la violencia.” (OCDE, 2013)
Por otro lado, se encuentra la posibilidad de aumentar la inversión pública en
mejorar las condiciones sociales, medidas como ampliar la cobertura y calidad de
los servicios básicos de salud y educación dada la reducción en el presupuesto
para la guerra. Se ha evidenciado que este gasto ha ido aumentando
progresivamente a medida que se recrudecía el conflicto. Así, se tiene que en
1990, el Estado colombiano gastaba solo el 2% del PIB en seguridad
(Kalmanovitz, 2013), cifra que fue aumentando progresivamente hasta llegar entre
2002 y 2010 a cifras entre el 5% y el 6%.
Otro de los frentes que debería ser asegurado por la consecución del tratado de
paz es una reforma agraria y una política de restitución de tierras a los
campesinos. Se calcula que se recuperarían 800.000 hectáreas de tierra en total
(CERAC, 2014) con las cuales podrían incorporarse a la economía recursos
productivos que están siendo desaprovechados, generando un mayor empleo en
el campo y reconociendo a los campesinos posesión sobre las tierras. “La mejora
del desarrollo rural y el estado de derecho en las zonas rurales impulsaría la
producción agrícola. Además, la reducción de los actos terroristas contra la
infraestructura física se traduciría en una menor destrucción de capital físico y ese
clima más seguro atraería más inversión extranjera directa (IED) y turismo.”
(OCDE, 2013)
Además, también habría de asegurarse “un proceso de reparación a las víctimas,
que incluya la restitución de las tierras despojadas a muchos campesinos y un
compromiso firme de abandonar las armas y el narcotráfico” (Mejía, 2014). Otra de
las consecuencias sociales que se espera de la culminación del conflicto armado
es que las demás actividades ilícitas y de la delincuencia en menor grado.
Sin embargo, estos efectos que podrían ser causados por la consecución de un
acuerdo de paz, pueden verse mermados si no se propende un bienestar que no
puede ser conseguido únicamente por un acuerdo de paz, como lo es la
disminución de la desigualdad en el país y el mejoramiento de las condiciones
laborales, estos son responsabilidad del Estado.
Bibliografía
CERAC. (2014). ¿Qué ganará Colombia con la paz?
Kalmanovitz, S. (2013). El impacto económico del conflicto interno colombiano y
un escenario de paz.
Mejía, D. (2014). Los costos del proceso de paz en cuatro escenarios. Especial
para El Tiempo. Bogotá, Colombia.
OCDE. (2013). Estudios Económicos de la OCDE: Colombia. Evaluación
Económica.

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