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El caso de la estantería

Relato por: Domenica Rodríguez

Protagonista: Detective Mizuki Pheles Van Hellsing

(Fragmento de los relatos de Heepnet, por Domenica Rodríguez, los hechos toman lugar posterior al las batallas dentro de la multi-realidad y la aparición del villano de los relatos)

Los últimos días, o más bien años, en cuanto a su dimensión, habían resultado en una completa locura para el y todos los suyos,
después de aquello no había mejor descanso que un café y un libro de su preferencia…Moby Dick, su preferido, se la pasó la tarde
entera leyéndolo, luego de que Johan se quedara dormido en su oficina, mentalmente agradecía a todo ser mitológico o deidad que
pudiese existir en las religiones humanas que su acompañante de habitación no ronqueara en lo absoluto, su lectura había sido
reconfortante, amena, y tranquila. Pheles se dirigió al piso de abajo en dónde como decoración de la cafetería de su hermano habían
varias estanterías de libros, 4 para ser precisos, nadie jamás se atrevía a tomar ningún libro, las estanterías jamás levantaron la
curiosidad suficiente como para que alguien lo hiciera, la única persona que leía esos libros era Pheles , y en realidad todos esos libros
eran distintas versiones de una sola historia realizada por distintas editoriales, solo las favoritas de Pheles, que quisquilloso y ambicioso
se las arregló para conseguir los libros, todo ello, de Moby Dick…la verdad es que el detective tenía un cierto fetiche con las historias
demasiadamente dramáticas que en cierto peculiar caso podrían volverse una realidad. Aquel fetiche se fusionó con su ligera obsesión
por el mar, resultando en que Moby Dick termine por ser su novela preferida.
Tras contemplar unos breves segundos la estantería a dónde el libro era perteneciente lo colocó en el lugar correspondiente, y cuando
estaba a punto de retirarse hacia el piso superior, un ruido sordo lo detuvo llamando su atención.
El libro que acababa de colocar de repente yacía en el suelo arrojado, le pareció extraño, se acercó lentamente; un libro más se precipitó
de manera estrepita frente a sus ojos, Pheles se quedo estático, sin embargo tras lo vívido, sinceramente y en lo personal ya se esperaba
una oda, una crónica y una divina comedia.
Tras tomar una bocanada de aire, rasco ligeramente su cien, retirando cualquier estupidez que se pudiese cruzar en su cabeza aquel
momento, pues necesitaba únicamente el lado lógico y pragmático de si mismo, ya más tarde divagaría por los pasillos de su palacio
mental de ser necesario.
Ya en cuclillas ante su “escena del crimen” siendo esta nada más que dos simples, comunes y silvestres libros, observo…

Tras observar unos segundos notó algo sutil, pero peculiar, los dos libros que habían caído yacían ambos en el suelo abiertos exacta y
precisamente en la mitad, los levanto y colocó en la barra de la cafetería en el orden de caída, abiertos tal cual estaban…¿por qué estás
páginas?.. acaso tienen algo en especial por ser visto?, al leer no encontró nada fuera de lo normal, no había nada más que un fragmento
de novela ante sus ojos.. observó un poco más y entonces pudo ver algo distinto, en la séptima y tercera línea de cada párrafo, ciertas
letras llevaban más tinta que otras, aumentando o disminuyendo su grosor: “las variadas revelaciones y alusiones más
especialmente leviatanicas…” Al seguir el patrón de las letras en cada línea descubrió que era un mensaje en código, dos letras
equivalente a punto y cuatro letras, línea…era código Morse, cada séptima y tercera línea contenía una palabra, el dúo de libros en la
barra formaban un mensaje incompleto; ligeramente agitado, el detective nuevamente observó alrededor a manera ligeramente frenética,
pero con atención entonces lo notó…los espacios en la estantería… cada espacio vacío se hallaba cada 7 libros, así que contó 7 espacios
más desde el último hoyo, tomo el libro y lo abrió asegurándose de que sea la mitad exacta y cuando observo las anomalías de tinta se
detuvo y empezó a leer el código, con un total de tres libros se completaba un mensaje de 14 palabras “soy Allen, felicidades por
completare la demostración, adaptaciones han finalizado, bienvenidos al verdadero videojuego” Pheles petrificado solo contempló
aquellas páginas con una expresión de sorpresa que no tenía precio, tan pronto como reaccionó volviendo en sí, tomo el teléfono
empezando a marcar...debían enterarse, pero empezaría por su hermano menor, ya que era su confidente.

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