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Lengua y literatura 2° año

La comunicación
Todas las actividades que las personas realizan en su vida cotidiana involucran de algún
modo la comunicación. Leer el diario, escuchar la radio, conversar con un amigo, enviar un
correo electrónico, recibir mensajes de texto, publicar una foto, hacer las compras, ir a clase,
visitar un museo, entre otras, son acciones en las que emisores y receptores intercambian
mensajes. La comunicación es posible en la interacción con otros; en el marco de una comunidad
que comparte una serie de códigos, ya sean orales, gestuales, escritos o icónicos.
En un intercambio comunicativo intervienen los siguientes seis elementos que conforman
el llamado circuito de la comunicación (Modelo de Roman Jakobson):

Cuando elaboramos textos, lo hacemos con una determinada intención: informar, convencer,
entretener, explicar, entre otros. En correspondencia con estas intenciones, podemos agrupar los
textos teniendo en cuenta la función del lenguaje que predomina en ellos: 
 Función expresiva/ emotiva: cuando manifestamos nuestras emociones y sentimientos,
como ser pena, alegría, miedo, dolor, felicidad… 
 Función apelativa: cuando queremos atraer la atención de nuestros receptores y provocar
en ellos una respuesta, por ejemplo, para llamar su atención (¡Escúchame!), indicarles que
hagan algo (Prohibido estacionar), darles una orden (Pasame la jarra de tereré), entre
otros. 
 Función informativa/referencial: cuando damos a conocer informaciones, datos, sobre
hechos o cosas reales o imaginadas; muchas veces son ideas y conceptos. 
 Función estética/poética: cuando buscamos producir emoción o goce de carácter artístico
en nuestros receptores, como en los textos poéticos.
 Función fática: cuando queremos confirmar el medio por el cual nos comunicamos. Por
ejemplo: ‘¿Te llegan los whatsapps?
 Función metalingüística: cuando se orienta el mensaje hacia el código en el que está
expresado: “naranja es un homófono del color y de la fruta”.

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