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HISTORIAS DE ABUELAS
Leonardo Fossati, recuperó su identidad en agosto de 2005. se lo entregaría a su familia biológica, pe-
ro esto nunca ocurrió. En cambio, fue en-
El desenlace
La desaparición de la pareja fue un golpe
Vacaciones en Mar del Plata (1963). Marta, durísimo para los Fossati. Rubén era el hi-
Vacaciones en Tandil. Lola, Rubén, Marta y Leonardo (parado detrás). Leonardo, Lola y Rubén, delante de ellos. jo mimado, el consentido, el comprador, y
la vida sin él no era lo mismo. Su ausen-
Por Luciana Guglielmo Leonardo daba sus primeros pasos, mien- cia se tornó muy pesada y dolorosa. El
La dictadura militar causó estragos, pro- tras crecía inocentemente; sus abuelos y Inés dio a luz en la co- Abuelo Leonardo sabía perfectamente
vocando heridas muy profundas. Muchas tíos atravesaban el momento más doloro-
personas pudieron resistir y reciclar el do- so de sus vidas, la desaparición de sus cina de la Comisaría 5º que su hijo estaba en problemas, pero
nunca lo comentó con nadie. Un día, al
lor para convertirlo en lucha, pero otras,
lamentablemente, no fueron capaces de
seres queridos, la tristeza de la ausencia,
la incertidumbre del paradero, los sueños
de La Plata, atada de pasar, le dijo a su hija que Rubén no iba a
volver. Al poco tiempo se enfermó y falle-
soportarlo. Este último fue el caso de la rotos, los proyectos truncados y la búsque- pies y manos y frente a ció. La Abuela Lola, tras el fallecimiento
Abuela Lola. Si bien no pudo sumarse a la da como su única esperanza. Pero esas de su marido, se enteró del secuestro de
activa búsqueda de sus seres queridos, dos realidades se volvieron a unir ese in- todos los guardias del su hijo. Marta le contó la verdad ya que
su familia no bajó los brazos. Y aquel nie-
to que alguna vez imaginó y soñó, hoy tra-
vierno de 2005 cuando Leonado llegó a la
casa de las Abuelas y pudo apropiarse de centro clandestino creía que debía saberlo. Su desespera-
ción fue total, no podía dejar de pensar
baja para mantener vivo el recuerdo de su historia. donde estaría, si estaba sufriendo, si el
los que ya no están. so, impulsivo y carismático. Nadie podía pequeño habría nacido. La situación le
Leonardo Fossati recuperó su identidad La Abuela resistirse a su magnetismo y su encanto, provocó una gran tristeza. A los tres me-
el 11 de agosto de 2005. Unos meses an- Lola José de Fossati fue una gran mujer, y, a pesar de cometer muchas locuras de ses, un coágulo cerebral le produjo un
tes, se había acercado a Abuelas con mu- humilde, generosa y dedicada por comple- adolescente –como robarle el auto a su cuadro de afasia y hemiplejia. A pesar de
chas dudas y felizmente encontró res- to a su familia. Conoció a Leonardo Fossa- hermana para salir con sus amigos– todo todo, Marta continuó adelante con la bús-
puestas. Esas certezas le abrieron las ti, un vecino del barrio del que se enamo- se le perdonaba. La Abuela Lola y él te- queda del pequeño mientras cuidaba de
puertas a un nuevo mundo que estuvo ró perdidamente y con el que, tiempo des- nían una relación muy fuerte. Rubén era su mamá. Sin duda, es lo que la Abuela
dispuesto a conocer. pués, se casaría. Tuvieron dos hijos, obrero metalúrgico y estudiaba el profeso- hubiese deseado. Finalmente, y luego de
Él nació el 12 de marzo de 1977 en la Marta y Rubén. Los hermanos se llevaban rado de Historia. Comenzó su militancia siete años de enfermedad, Lola falleció.
cocina de la Comisaría 5° de La Plata, du- 13 años de diferencia, así que ambos su- en Montoneros. Sólo su hermana estaba El tiempo transcurrió, Leonardo creció y
rante el cautiverio de su madre, Inés Bea- pieron armar una relación muy especial y al tanto de su actividad política. Sus pa- se convirtió en un hombre y en padre. A
triz Ortega. Permaneció con ella menos de afectuosa, basada en el diálogo y en el dres se preocuparían mucho si llegaban a medida que los años pasaban, sus dudas
cinco días y luego fue arrebatado de sus compañerismo. enterarse. eran mayores. No estaba cómodo con su
brazos. A partir de entonces, la historia fa- Los recuerdos de infancia son maravillo- Era un joven idealista y estaba conven- identidad y por ese motivo se acercó a las
miliar se quebró. Los Fossati atravesaron sos. Marta recuerda las vacaciones diver- cido de que el mundo podía cambiar. Abuelas. Todas sus preguntas tuvieron
por realidades diferentes en temporalida- tidas que pasaron juntos en Córdoba, Tan- Aquella juventud de los 70 tenía el poder, respuesta y, a partir de entonces, su reali-
des simultáneas. Mientras el pequeño dil y Mar del Plata. También, cuando todos las ganas y la voluntad de hacerlo. Fue dad y la de su familia de origen confluye-
los domingos iban a comer afuera y dis- durante ese tiempo cuando conoció a su ron. Leonardo recuperó a sus seres queri-
frutaban de la vida familiar. gran amor, Inés, una joven con la que no dos y conoció a través de los relatos fami-
La desaparición de la Lola y Leonardo eran una pareja muy sólo compartiría su vida, sino también sus liares a sus padres y a sus abuelos.