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la llegada de la revolución digital, en la que tuvo que cambiar sus antiguos


esquemas para no dejarse vencer por la innovación que ofrecían las cámaras
digitales.

Esta etapa representó la “posibilidad de que cualquiera fuera fotógrafo” afirma


Ricardo Gaitán, especialista en marcas. Lo que en principio era imposible de
comprar, para 2008 toda la tecnología asociada a cámaras, como impresoras,
memorias y cartuchos, estaban al alcance de la sociedad.

Dejó de ser necesario ir a Foto Japón a revelar rollos de fotografía, a


comprarlos, o a tomarse fotos, ya que cualquiera que tuviera una cámara
digital y una impresora, podía hacer lo mismo.

Por lo que la compañía pasó de tener 210 puntos de distribución en 2008 a tan
solo 101 a la fecha.

Tras este tropiezo, la compañía trató de ponerse en pie y de reinventarse, paso


de ser especialista en fotografía a vender diferentes productos digitales y hasta
objetos de cocina como teteras.

Sin embargo, en los últimos meses llegó un nuevo golpe que dificultará aún
más la recuperación de la compañía y que probablemente fue uno de los
causantes para que la firma solicitara su liquidación. El escándalo de
Interbolsa, es para Francisco Cubillos, profesor de la Universidad del Rosario
especialista en empresas, “el asunto que más sumerge a Foto Japón”

Foto Japón tiene cuatro dueños: Víctor Maldonado, el empresario involucrado


en el escándalo de Interbolsa, de quien se creía era el accionista mayoritario
de la firma, figura solo con el 5% de la compañía. Su esposa, María Inés
Escobar de Maldonado, sería dueña de otro 45% a través de la firma Narita
Investments, mientras que el otro 50% es de Nishima Investments, a nombre
de Juan B. Sanint. Ambas sociedades están registradas en Panamá.

“Los Sanint son socios fuertes y pueden pedir que se levanten los embargos a
cambio de prestar caución preventiva. Con esa salida podrían garantizar un
eventual resarcimiento de prejuicios”, dijo el abogado Julio José Orozco.

El pasado 15 de julio Foto Japón hizo oficialmente la solicitud de


reorganización empresarial ante la Superintendencia de Sociedades, pues
alegaba que no iba a poder pagar las deudas que tiene con el sistema
financiero, principalmente. En la actualidad los técnicos de la entidad se
encuentran estudiando el caso y ajustando las cifras, pues al parecer muchas
de ellas presentadas en los diferentes reportes financieros no coinciden.

Por ejemplo, la firma Foto del Oriente Ltda. pide acogerse a la ley de
quiebras, aun y cuando en sus estados reporta activos por $130.833 millones y
deudas de $60.602 millones. Sin embargo, la Supersociedades piensa que
muchas de las cifras de los activos fueron infladas, y ha encontrado detalles
como que de los 101 locales donde funcionan las tiendas, solo seis son de su
propiedad.

Finalmente, es de anotar que bajo Foto del Oriente están subordinadas otras
14 firmas, de las cuales siete están ya en proceso de liquidación y en las que
Escobar también aparecería con participación.

Lo que le queda por delante a la Supersociedades es determinar el estado


financiero de la firma, quiénes son los dueños y ver con cuántos recursos
podría contar para reparar a las víctimas del sonado descalabro de Interbolsa.

Las posibilidades que le quedan a la compañía

Según el experto Francisco Cubillos, a la empresa Foto Japón le quedan tres


caminos después de los golpes que ha recibido por la coyuntura del sector y el
escándalo de Interbolsa. Puede optar por ceñirse a los mecanismos
institucionales que le imponga el Gobierno, para poder encontrar la forma de
seguir operando; la segunda opción que tiene es desligarse del nombre de
Interbolsa, en este caso puede ser por medio de su venta a terceros, lo que
implicaría una reestructuración de la misma; y la última posibilidad es que la
empresa se vea afectada a tal punto que sea necesario cerrarla

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