Sobre el aborto por violación hay que ser muy claros:

1. Que una mujer quede embarazada, fruto de una violación es de lo más infrecuente
por muchas razones. Les dejo datos que aparecen en el libro «Aborted women: silent no
more» de David Reardon:
- 39% a 54% no quedan expuestas al esperma del violador.
- 43% de las víctimas son naturalmente estériles, ya sea por ser muy jóvenes, muy viejas,
estar ya embarazadas u otras causas.
- 51% de los violadores experimentaron disfunciones que les impidieron consumar el
acto.
- 20% de las víctimas tomó anticonceptivos, usaba DIU o tenía ligadura de trompas.
- Además de la infertilidad natural, algunas de las víctimas están protegidas del
embarazado por lo que se ha llamado estrés de infertilidad temporal, como reacción
frente al estrés extremo de la violación.

Esto nos lleva a entender que el embarazo fruto de la violación es DEMASIADO

infrecuente, por lo que lo que claramente la solución no está en despenalizar el aborto
para el supuesto de violación. Más bien, se debe de atender a las víctimas (que,
felizmente, son pocas) con contención y apoyo antes, durante y después del parto. El
problema es la vulnerabilidad que ella experimenta frente a la gran injusticia que vivió y
tiene miedo de afrontar la maternidad en soledad. Por otro lado, se debería endurecer
los mecanismos de persecución del delito de violación, tanto para prevenirlo como para
disuadir a los violadores con cero impunidad.

2. El aborto no mejora la situación de la mujer, sino que suma una situación más
traumática a la que ya vive.