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Nuestro grupo como seres de conocimiento emprendedor resalta la importancia de emprender en

el ámbito laboral como regentes de farmacia, esto dando un concepto claro y propio de lo
pensado para ser una persona emprendedora en el campus laboral.

El emprendimiento es una calidad directamente relacionada con la oportunidad y el acierto de


premisas humanas por excelencia: Sembrar, abordar y proteger de forma muy general, el
emprendimiento, se puede traducir por la capacidad para hacer un esfuerzo adicional por alcanzar
una meta u objetivo.

Todas las personas somos seres dotados de espíritu emprendedor y poseemos la capacidad de
innovar debido a principalmente los cambios asumidos al tomar consciencia con la necesidad de
progresar como regentes de farmacia, sobre todo porque tenemos la voluntad de probar cosas
nuevas o hacer cosas diferentes, esto con el beneficio de ayudar a una sociedad como tal que
dispone de nosotros como regentes, la cultura emprendedora consiste en identificar
oportunidades y reunir recursos suficientes del entorno para transformarlos en una empresa o
tarea, es decir, emprender supone innovar o agregar valor a un producto o proceso ya existente o
en ocasiones crear uno nuevo, diferente o inventando.

Pero en todo caso sabemos que para emprender tenemos que tener unas idas, estas ideas se
vuelven la base del proyecto que vamos a generar, estas ideas sirven para generar e innovar
grandes oportunidades de desarrollo empresarial que nos ayuda como regentes, pero debido a
esto las ideas pensadas a desarrollar pueden generar a corto, mediano y largo plazo ventajas y
desventajas, esto lo cual da a entender que como regentes debemos generar ideas para tener
ventajas hacia la competencia, pero esas ideas que se generan para un bien del negocio contienen
riesgos, esto debido a la competencia ya mencionada, pero para esto de estar en el campo
empresarial se necesita un apoyo o algo relativamente valioso para lo es la ejecución y la creación
de “algo” que materialice nuestra idea, como un software, una marca, una metodología u otra
persona con mayor experiencia el ámbito emprendedor y empresarial.

Cabe resaltar que es importante tener una visión emprendedora cuestionarse para saber más allá
de lo que se quiere lograr que todo vaya vinculado a tal fin de cómo será el futuro a lo que se
desea teniendo muy en cuenta que este se basa principalmente en unir los deseos, las
expectativas y las metas como fuentes de ayuda.

La visión tiene una perspectiva multidimensional. Es decir, no es lineal en una única faceta de la
vida de una persona, la visión responde a: ¿Dónde quieres ir? ¿Cuál es el escenario que deseas
alcanzar? Hablamos de un lugar situado en el futuro, para el cual debemos generar un mapa que
nos permita saber por dónde debemos dirigir los pasos, qué vamos a necesitar. El emprendedor
debe visionarse en cuanto a sus capacidades para aprender a dominar habilidades que le serán de
gran utilidad, tanto en su trabajo, como en la vida privada, entre las que se pueden mencionar:
cómo planificar, tomar decisiones, ser creativo, adoptar una actitud positiva, ser sociable,
negociar, motivar y muchas otras. Esto hace al emprendedor y su relación social con la comunidad.

En primer lugar, está la capacidad de ser autónomo. Entonces la autonomía se traduce en una
actitud que implica alto grado de responsabilidad social. Supone una secuencia de actitudes y
conductas bien delimitadas. Formula metas claras y viables. Elige consecuentemente los
momentos y espacios, asumiendo las consecuencias que deriven. Elije y emplea las estrategias
adecuadas, organizando el conocimiento para construir significados. Es relevante la posibilidad de
tener libertad de decisiones.

Un segundo factor importante es la actitud creativa. La creatividad implica una personalidad


arriesgada y original. Supone lanzarse a lo novedoso sin miedos, y por tanto, estar preparado/a
para lo imprevisible. La construcción sobre lo que existen, la posibilidad de recrear ideas con
fluidez. La capacidad de ser flexible ante las posibles diferencias, así pues, el pensamiento
divergente es necesario para asimilar y afrontar positivamente oportunidades desconocidas.

Muy de cerca va la actitud versátil, puesto que supone una plasticidad y volubilidad precisas ante
el cambio. La versatilidad se caracteriza por ser una actitud de apertura hacia lo desconocido, pero
con alto grado de confianza, competencias y capacidad de adaptación al cambio. La polivalencia es
imprescindible, porque las personas polivalentes son capaces de asumir tareas diferentes a las
habituales y amoldar su trabajo a situaciones diversas, a veces incluso desconocidas.

La actitud innovadora es una cualidad que ayuda al emprendimiento, por cuanto supone un
cambio hacia mejor. El esfuerzo en investigar, transformar, mejorar y avanzar se visualiza en
procesos de innovación y desarrollo. Para cualquier acto innovador es una oportunidad de
progreso. La innovación siempre lleva implícito un riesgo, una amenaza de fracaso en dicho
cambio, es una acción desafiante a lo habitual y aparentemente seguro.

Por último, no menos importante, la actitud proyectiva es de destacar. Supone estar dispuesto a
gestionar con racionalidad, a optimizar con prospección, utilidad y competitividad, pero lo más
relevante es la capacidad de resolución sobre la proyección realizada.

Estas competencias emprendedoras permiten al individuo desarrollar las actitudes precisas para
emprender su proyecto de vida (personal, laboral…e incluso sentimental), con conocimiento y
confianza en sí mismo, además sin miedos, porque el ser humano es tremendamente creativo e
innovador; nace sin miedo a equivocarse, y si se equivoca tiene que estar preparado para saber
dar soluciones reales.

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