ESCUELA PROFESIONAL DE INGENIERÍA QUÍMICA ASIGNATURA DE INGENIERÍA AMBIENTAL
INTRODUCCIÓN
˂˂ Aquí se presenta una pequeña lección de química ˃˃ escribió Bill
McKibben en el New York Time Magazine (*), ˂˂ Agárralo y agarrarás la razón por la que la era medioambiental acaba de iniciarse… ˃˃ La lección de McKibben trata sobre la diferencia entre dos moléculas, el monóxido de carbono (CO) y el dióxido de carbono (CO2). En la actualidad los automóviles emiten unos 300 gramos de carbono, en forma de CO, por cada 5 litros de gasolina quemada, este valor representa la mitad de la cantidad emitida hace años. Esta disminución es debida a la mejora continua de las tecnologías. A consecuencia de esto, el aire actual de Santiago de Chile, Lima, Londres, Los Ángeles y de otras ciudades está más limpio que lo que solía estar. Sin embargo, los mismos 5 litros de gasolina emiten casi 3.3 kilogramos de CO2, y este valor no puede reducirse. La concentración de CO2 atmosférico está aumentando en todo el planeta, y según los acuerdos internacional, está provocando un calentamiento global del planeta. Las dos moléculas representan las dos caras de la moneda medioambiental. Gracias a los controles medioambientales y a las nuevas tecnologías, la calidad medioambiental ha mejorado en muchas zonas de nuestro planeta, sin embargo, los problemas a escala global están solo en el inicio y son más difíciles de resolver. El CO es un subproducto del proceso de combustión y está sujeto a un control de las emisiones, pero el CO2 es el producto final de la combustión y es un compañero inevitable de todos los procesos de combustión en los que los combustibles fósiles están presentes. ˂˂ CO versus CO2 ˃˃, un simple átomo de O ocasiona todas las diferencias del mundo.
Este ejemplo muestra la incidencia que la química tiene en el medio ambiente.
La química se encuentra por todas partes, alrededor de nosotros, y es lo que realmente marca la diferencia. Los ciclos químicos que se producen en el planeta se ven continuamente alterados por las actividades humanas y estas alteraciones pueden degradas la calidad de vida, ya que, en la mayoría de los casos, las emisiones de los automóviles superan la capacidad de auto limpieza del aire de nuestras ciudades. Nosotros somos capaces de disminuir estos efectos, como han quedado demostrado por la experiencia de Los Ángeles. Pero para que los sistemas de control aplicados resulten efectivos primero debemos comprender la química asociada a los procesos que queremos controlar. En el caso de Los Ángeles los intentos iniciales para disminuir el smog en los años sesenta resultaron infructuosos, por no decir que empeoraron la situación inicial.
Asignatura: Ingeniería Ambiental
Ing. Jorge S. García Blásquez Morote Los niveles de emisión de CO e hidrocarburos en los automóviles se fijaron a determinados valores, sin embargo, los fabricantes de automóviles, para satisfacer los nuevos requerimientos, aumentaron la relación aire/combustible con el fin de quemar el combustible de forma completa. A consecuencia de esto, y en contra de lo que cabría esperar, los niveles de smog se incrementaron ya que debido a la mayor relación aire/combustible la temperatura de combustión se elevó, favoreciéndose por tanto las emisiones de óxido de nitrógeno. Solamente cuando se descubrió que los componentes fundamentales del smog eran los hidrocarburos y los óxidos de nitrógeno la formación del smog pudo controlarse. Este tipo de sorpresa no es inusual en los asuntos medioambientales. El mundo es un lugar maravillosamente complejo, tanto químicamente como en otros aspectos. Nosotros sólo estamos al comienzo de saber cómo funciona.” (*) Bill McKibben, <<Not so Fast>>, New York Times Magazine, July 23, 1995, pp. 24-25. Tomado de Química Medioambiental. Segunda edición. Thomas G. Spiro y William M. Stigliani, 2007, Pearson Prentice Hall, Impreso en España* Bill McKibben, “Not So Fast”, New York Times Magazine, July 23, 1995, pp. 24-25.