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Conferencia General Abril 1976

". . . FLORECERÁN COMO LA ROSA . . ."


por el élder J. Thomas Fyans

La inspiración y dirección de los profetas a través de los años,


nos han dado el conocimiento de lo que habría de venir. En ésta,
nuestra dispensación, hemos
recibido un libro de declaraciones proféticas.
El profeta José Smith ha dicho: "Uno de los aspectos más
importantes en la fe de la Iglesia de los Santos de los Últimos
Días por medio de la plenitud del evangelio sempiterno, es el
recogimiento de Israel del cual los lamanitas son parte.
En un edicto de los Doce Apóstoles en 1845, se nos dice, hablando de los
lamanitas de toda América: "También ellos llegarán al conocimiento de sus
antepasados y al de la plenitud del evangelio; y lo abrazarán y serán una rama
justa de la casa de Israel".
El presidente Brigham Young, hablando de las conversiones de los lamanitas
dijo: "Mirad y vedlos como una llama de fuego, un poderoso torrente que fluye
como una gran marcha de ángeles" (Young Woman's Journal, mayo de 1890, pág.
263).
John Taylor expresó este pensamiento, "La misma organización del
sacerdocio debe ser introducida y conservada entre la Casa de Lehi así como
entre aquellos de Israel reunidos de las naciones gentiles".
El presidente Wilford Woodruff previó el futuro y reveló que "Sion está
destinado a levantarse y florecer. Los lamanitas florecerán como la rosa en las
montañas . . . Cada palabra que Dios ha dicho de ellos se cumplirá, y ellos, muy
pronto recibirán el evangelio. Ese día se manifestará el poder de Dios entre
ellos, y surgirá una nueva nación (Journal of Discourses, 15:282).
Ahora consideremos las revelaciones de hoy en día que nuestro Profeta actual
ha compartido con nosotros: "Los lamanitas han de levantarse en majestad y
poder" (Confence Report. oct. de 1947, pág. 22).
Esta declaración profética fue hecha el 3 de octubre de 1947, cuando en
Centroamérica había menos de cien miembros y en la gran tierra de México
menos de cinco mil. "Los lamanitas habrán de levantarse en majestad y poder." Los
que eran menos de 100 en Centroamérica cuando esas palabras proféticas
fueron pronunciadas, se han convertido en la actualidad en más de 40.000. De los
menos de 5.000 en México, en aquel tiempo, actualmente hay una rica
cosecha de más de 150.000, que se destacan imponentes en medio del campo
blanco, listo para la siega.
El total de miembros que había en esos países en 1947, representa la cosecha
de un par de meses en la actualidad.
Conferencia General Abril 1976

Continúo con la declaración del presidente Kimball: "Debemos esperar


ansiosos ese día en que gocen de seguridad económica, cultura, refinamiento y
educación; administrarán granjas, negocios e industrias, y estarán dedicados a las
profesiones y a la enseñanza" (Ibid.).
Cuando escuchamos aquellas palabras en 1947, eran muy pocos los
profesionales que había entre los miembros de la Iglesia en esos países.
"Administrarán granjas", dijo el presidente Kimball. Hay un presidente de estaca,
que administra un negocio de siete granjas, con más de 400.000 pollos.
"…negocios e industrias, y estarán dedicados a las profesiones y a la enseñanza."
Escuchad la lista que des-cribe las profesiones de presidentes de estaca
miembros del sumo consejo y obispos de la ciudad de México: Arquitectos,
abogados, ingenieros, agrónomos, bioquímicos, mecánicos, empleados de
aerolínea y de la industria petrolera, topógrafos, electricistas, médicos, dentistas,
enfermeras, gerentes de negocios, sastres, carpinteros, contratistas, maestros,
administradores de escuelas, contadores públicos, herreros, agentes de seguros,
granjeros, etc. Al elevarse el número en la lista, también se ha elevado el nivel de
una nación.
El lugar de origen de una de las refinerías más grandes en Latinoamérica
se encuentra en los alrededores de un antiguo estatuario Tolteca, esperando
procesar ríos de petróleo en canales que recorran cientos de kilómetros por
sobre las montañas y a través de los valles. Un complejo generador de
electricidad, suficiente para abastecer muchas ciudades, está situado junto a los
restos de una antigua civilización que alcanzó el apogeo de la paz por la que
nosotros continuamos luchando.
Continúo citando las palabras del presidente Kimball: ". . . se organizarán
en barrios y estacas de Sión". Quince estacas se organizaron en México en un día.
Los hermanos de México y América Central aquí presentes, representan 31
estacas y 171 barrios y ramas; si agregamos las 9 misiones, los 38 distritos y las
215 ramas de misión, tenemos un total de 456 unidades de la Iglesia solamente
en esta parte de la viña del Señor, que produce fruto en abundancia. Nos
acercamos a los
200.000 espíritus eternos que han recibido el evangelio. En ellos tenemos
la clara evidencia del cumplimiento de una profecía.
Al encontrarme recientemente en las playas del Océano Pacífico por unos
momentos, observé las olas en movimiento y la marea que se acercaba a la
playa arenosa. El oleaje poderoso elevaba cada vez más las marcas sobre la arena,
como un recordatorio de promesas a los hijos, cuya memoria está entorpecida por
la distancia y el tiempo, y que también están esforzándose, anhelando, y
mereciendo las alturas no alcanzadas desde tiempo inmemorial. No obstante,
ahora reaccionan con promesas que surgen de un poder interno tan poderoso
como las olas y la marea, y serán nuevamente elevados por medio del servicio
Conferencia General Abril 1976

meritorio a las alturas de un ayer ya olvidado y a metas accesibles tan sólo en el


recuerdo.
El Señor ha bendecido las declaraciones proféticas del presidente Kimball, con
el cumplimiento de las mismas.
¿Cómo lo supo? ¿Quién le dio el poder de ver el futuro? ¿Quién soltó los
grillos de temor de su lengua?
Los profetas no se pueden discernir por medio de procesos intelectuales.
Las declaraciones que se han escuchado este día no han sido presentadas como
prueba de que el presidente Kimball es un Profeta; son simplemente evidencias
exteriores de un poder interno. No son una prueba sino un testimonio de los
poderes divinos vinculados con el origen de toda la verdad eterna.
Así como el Señor instruyó a Abraham, Isaac y Jacob y éstos conservaron
registros de su inspiración para nuestros días, al igual que sucedió con Jeremías,
Isaías, Malaquías y otros, aún así habla el Profeta en la actualidad.
Testifico que hay un Profeta del Señor sobre la tierra y no es diferente de
aquellos de la antigüedad. No lleva sandalias ni túnicas largas como era la
costumbre antigua, pero posee poder, visión y presciencia para el presente y el
futuro. El Señor es nuestra luz y esa luz nos llega por medio de los profetas. De
esto testifico en el nombre de Jesucristo. Amén.

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