Como se indica arriba, la lateralidad cerebral se refiere a la diferente especialización de los
hemisferios cerebrales en determinadas funciones que, en contra de lo que muchas personas creen, no es total o absoluta. Muchas funciones de nuestro cerebro se encuentran «repartidas» entre ambos hemisferios, es decir, ambos hemisferios desempeñan algún papel a la hora de cumplir una misma función, y se comunican y coordinan entre ellos a través de una serie de fibras que los unen (cuerpo calloso). Lo vamos a entender mejor con un ejemplo: el lenguaje. El lenguaje es la función cognitiva que más lateralidad cerebral presenta. Esto quiere decir que uno de los hemisferios, en concreto el izquierdo, controla la mayor parte de las capacidades de la función del lenguaje. Sin embargo, y a pesar de ser la función más lateralizada, el hemisferio derecho desempeña también una labor muy importante. De todo ello podemos extraer las siguientes conclusiones: Existe cierto grado de lateralidad cerebral La lateralidad cerebral es más pronunciada en unas funciones que en otras Ninguno de los hemisferios desempeña ninguna función en exclusiva, sin que intervenga el otro en alguna medida Si dividimos el cuerpo humano en dos partes simétricas, de arriba a abajo, el control homolateral es el que ejerce cada hemisferio en su parte correspondiente del cuerpo (el hemisferio izquierdo en la parte izquierda del cuerpo). El control que ejerce cada hemisferio en la parte contraria del cuerpo se denomina contralateral. Pues bien, ambos hemisferios controlan mejor la parte contralateral que la homolateral, sin embargo, el hemisferio izquierdo controla mejor su «parte del cuerpo» que el derecho la suya. Además, el hemisferio izquierdo es superior en tareas de memoria cuando el contenido es verbal. Lateralidad cerebral Por su parte, el hemisferio derecho es superior cuando se trata de realizar tareas de capacidad espacial, como la percepción de la dirección y la distancia, se ha mostrado superior también en la experiencia emocional en cuanto a la percepción de expresiones faciales y estado de ánimo. En cuanto a las capacidades musicales, el hemisferio derecho tiene un rendimiento mayor en la percepción de melodías y se muestra superior en tareas de memoria con contenido no verbal. Los hemisferios cerebrales trabajan en equipo, de forma coordinada y, a pesar de que existe cierta lateralización de funciones, una lesión en cualquiera de ellos puede alterar la función correspondiente, aunque el hemisferio dañado no sea superior en el desempeño de esa función. CEREBRO ESCINDIDO. A principios de la década de los cincuenta, el cuerpo calloso constituía una considerable paradoja. Su tamaño, estimado en 200 millones axones, y su posición central, exactamente entre los dos hemisferios cerebrales, indicaba que su función es extremadamente importante; sin embargo, las investigaciones realizadas en los años treinta y cuarenta parecían sugerir que no servía para nada. Se había seccionado el cuerpo calloso en monos y en varias otras especies de laboratorio, pero los animales no parecían diferentes después de la operación de cómo eran antes. Del mismo modo, los pacientes humanos que habían nacido sin cuerpo calloso parecían ser perfectamente normales. El innovador experimento de Myers y Sperry En 1953 se obtuvo una solución al enigma del cuerpo calloso gracias al experimento que realizaron Myers y Sperry con gatos. Este experimento planteó dos cuestiones teóricas asombrosas. Demostró que una función del cuerpo calloso es transferir la información aprendida de un hemisferio al otro. Demostró que cuando se secciona el cuerpo calloso cada hemisferio puede funcionar independientemente: todos los gatos con cerebro escindido parecían tener dos cerebros. Adiestraron a gatos para que realizaran una tarea de discriminación visual simple. en cada ensayo, se ponía al gato delante de dos tableros, uno con un círculo y del cuadrado se cambiarán al azar de un ensayo a otro y los gatos tenían que aprender qué símbolo presionar para conseguir una recompensa de comida. Hay dos vías por las que la información visual puede cruzar de un ojo al hemisferio contralateral: de cuerpo calloso a quiasma óptico. Las conclusiones sobre la dualidad esencial del cerebro y la función de transferencia de información que tiene el cuerpo calloso se ha confirmado en varios procedimientos de prueba. Un ejemplo: los monos con cerebro escindido no pueden realizar tareas que requieran una discriminación táctil fina o con respuestas motoras de precisión con una mano si lo han aprendido con la otra. No hay transferencia de información táctil y motora fina en los monos con cerebro escindido debido a que las fibras somatosensitivas y motoras que intervienen en la discriminación sensitiva y motora fina son contralaterales Comisurotomía en seres humanos con epilepsia Pruebas de que los hemisferios de los pacientes con cerebro escindido funcionan independientemente Cuando se presentan objetos de prueba al hemisferio derecho, ya sea visualmente o táctilmente la pauta de respuestas es diferente por completo Señalización cruzada Aunque los dos hemisferios de un sujeto con el cerebro escindido no disponen de un medio directo de comunicación neural, a veces se comunican uno con otros indirectamente mediante un método denominado señalización cruzada. HEMISFERIO IZQUIERDO Y DERECHO. El cerebro está constituido por dos hemisferios, derecho e izquierdo, conectados entre sí por una estructura denominada Cuerpo Calloso, formado por millones de fibras nerviosas que recorren todo el cerebro. Cada uno de los hemisferios está especializado en funciones y conductas diferentes, siendo ambos hemisferios fundamentales para el ser humano, y con una relación inversa respecto a nuestro cuerpo, ya que el hemisferio izquierdo coordina el movimiento de la parte derecha del cuerpo, mientras que el hemisferio derecho coordina el de la zona izquierda. Hemisferio izquierdo: Controlo el lado derecho del cuerpo. Soy lógico, científico, verbal, matemático, ordenado, estratégico, preciso, analítico, práctico, realista y planificado. Amo lo habitual, categorizo, separo, ejecuto, manejo información matemática, controlo el tiempo, tomo las decisiones, asumo el control y abstraigo información. Soy responsable de la memoria a largo plazo, la memoria verbal, atención focalizada y los aspectos relacionados con el lenguaje. Sé exactamente quién soy. VERBAL, usa las palabras para definir, nombrar las cosas. ANALÍTICO, ve las cosas parte por parte. ABSTRACTO, toma una parte de una información y lo utiliza para representar el todo. SIMBÓLICO, usa símbolos para representar conceptos. TEMPORAL, lleva cuenta del tiempo y lleva las cosas en sucesión. RACIONAL, extrae conclusiones basados en la lógica y en los datos de que dispone. DIGITAL, usa números. Hemisferio derecho: Controlo el lado izquierdo del cerebro. Soy no verbal, intuitivo, creativo, pasional, anhelante, intuitivo, sensual, imaginativo, sentimental e integrador. Amo el sabor, el sonido de las risas, el movimiento, los colores vivos, el arte, la poesía y las sensaciones. Soy responsable de procesar los elementos emocionales, las imágenes, el sabor y las habilidades espaciales, visuales, artísticas y musicales. Soy todo lo que quiero ser. NO VERBAL, tiene conocimiento de las cosas, pero con relación mínima con las palabras. SINTÉTICO, une las cosas para formar conjuntos o un todo. CONCRETO, se relaciona con las cosas tal y como son en el presente ANALÓGICO, ve semejanzas entre las cosas, comprende las relaciones metafóricas. ATEMPORAL, no tiene sentido del tiempo. NO RACIONAL, no necesita basarse ni en la razón ni en los datos. ENFOQUE DE LA NEUROCIENCIA COGNITIVA AL LENGUAJE. Las neurociencias del lenguaje son una rama de la neurociencia cognitiva, disciplina que trata de entender la relación entre las experiencias mentales y la biología humana, y se enfatiza en el cerebro y sus vínculos con el cuerpo. Los seres humanos tenemos muchas capacidades mentales distintas que pueden ser exploradas científicamente. Hay investigadores que se interesan por conocer la base cerebral de la memoria; otros estudian el origen de las emociones, la atención, la conciencia. Tratar de comprender cómo el lenguaje —esa capacidad humana de comprender y producir enunciados, de adquirir una lengua materna o aprender un idioma extranjero— se relaciona con el cerebro es tarea específica de las neurociencias del lenguaje.