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¡¡Excelente!!
Monografía investigativa
4. Conclusión
5. Bibliografía
6. Anexos
6.1 “Amazonas en llamas: Algo más que incendios” Facundo
Sanseverino | Somos
6.2 “Incendios y cambio climático: pasar de los derivados del
petróleo a los biocombustibles” Héctor Huergo | Clarín
Nosotros y los otros: la construcción del enunciador y sus
implicancias en dos notas de Clarín y Somos
Introducción:
Por otro lado, Somos es un espacio político encabezado por Victoria Donda,
formado en 2018 por funcionarios y militantes que solían pertenecer a Libres del Sur,
partido político de izquierda. Somos se caracteriza por seguir una línea ideológica
similar: feminismo, defensa y ampliación de derechos sociales, perspectiva ecologista y
defensa de un Estado más fuerte e involucrado en las realidades sociales. Este medio de
1
Al 24/11/20, el partido político “Somos” cambió su denominación a “Identidad”. Su sitio
www.somos.org.ar ha cambiado a www.identidad.org.ar, está en reestructuración y hay contenidos que
no están disponibles aún. Entre ellos, el texto utilizado para este trabajo, que incluiremos en la sección de
Anexos. Mantendremos la denominación original (“Somos”) con el fin de facilitar la lectura y
comprensión de lo expuesto.
comunicación forma parte de las estrategias comunicativas implementadas por el
partido, que integra el Frente de Todos, bloque político gobernante.
Respecto de los autores de ambos textos, podemos destacar que Héctor Huergo
es Ingeniero Agrónomo, se desempeña como Responsable de Contenidos Hub Rural-
Grupo Clarín y conductor de un programa rural llamado “El Campo La industria verde”.
En cuanto a Facundo Sanseverino, cabe mencionar que la información disponible en
línea es escasa, por lo que nos encontramos limitados a los datos disponibles en su perfil
de Twitter, que permiten conocer que además de militar en Somos desde Barrios de Pie,
forma parte de la Universidad Popular Barrios de Pie y participa activamente en
actividades sociales mayormente relacionadas a la defensa y cuidado del medio
ambiente.
Esta concepción, que hace referencia a las interpretaciones del mundo y las
representaciones sociales, se relaciona al aporte expuesto en La información como
discurso (Valentino & Fino, 2015), según el que podemos entenderlo como “el
resultado de una construcción intencional de la realidad” (Martínez, Servera, & Del
Manzo, 2015:22). De esta manera desarrollamos la noción de un discurso orientado a
ciertos fines, como exponen Charaudeau y Maingueneau (2005:181) cuando afirman
que “el discurso se construye, en efecto, en función de un fin. Se considera que va hacia
alguna parte”, y retoman a O. Ducrot: “el discurso está intrínsicamente orientado al
inscribir una orientación argumentativa en las unidades mismas de la lengua”.
Por último, de Calsamiglia y Tusón así como también de Charaudeau y
Maingueneau tomamos el desarrollo de la importante relación entre el discurso y el
contexto o marco en el que este discurso tiene lugar, la situación comunicativa, las
relaciones sociales y los aspectos históricos y socioculturales que intervienen: “No hay
discurso que no esté contextualizado: no se puede asignar verdaderamente sentido a un
enunciado fuera de contexto” (Charaudeau & Maingueneau, 2005:182). “Tener en
cuenta el contexto exige observar el marco en el que se elaboran y se manifiestan las
piezas discursivas.” (Calsamiglia Blancafort & Tusón Valls, 2001:17).
Una perspectiva teórica que aporta categorías pertinentes para este análisis es la
de Voloshinov cuando respecto de los juicios de valor, expone que están presentes en
todas las palabras. “No se puede coordinar ningún enunciado sin un juicio de valor.
Todo enunciado es por sobre todo, una orientación valorativa.” (Voloshinov, 1976). Y
esta orientación valorativa se expresa de distintas formas a través de los discursos: “La
utilización de determinados términos, construcciones discursivas, modos de referirse al
otro, estará ligada a una ideología, una visión del mundo, metas y finalidades
concretas.” (Martínez, Servera, & Del Manzo, 2015:22) A modo de ejemplo, podemos
extraer la siguiente afirmación de Huergo del texto que analizamos en esta monografía
“Algunos quieren aprovechar los incendios para empujar una riesgosa ley de
humedales” (Huergo, 2020). Respecto de la ideología, consideramos relevante
relacionar lo expuesto por Voloshinov y la cita de Martínez, Servera y Del Manzo con
lo que enuncia Marc Angenot (2010:27) sobre este concepto, al afirmar que la ideología
está en todas partes. “Todo lenguaje es ideológico, todo lo que significa hace signo en la
ideología”: de esta manera entendemos que lleva la marca de las maneras de conocer y
representar lo conocido, manifiesta intereses sociales y ocupa una posición en la
economía de los discursos.
Huergo Sanseverino
Nosotros Cita 1: “Estamos, Cita 7: “es necesario hacerse algunas preguntas en
literalmente, echando más clave de desafíos para pensar el futuro, para
leña al fuego” reflexionar sobre que queremos construir como
alternativa al neoliberalismo. Pensar de qué
Cita 2: “Evitemos el debate manera queremos enfrentar la crisis económica, la
liviano e inconducente.” emergencia climática, ambiental y social, y que
Cita 3: “Debemos pasar de tipo de proyecto queremos construir para terminar
los derivados del petróleo a con las problemáticas estructurales de nuestro país
los biocombustibles” y Nuestra América.”
Cita 8: “No podemos cometer los mismos errores
del presente y del pasado.”
Cita 9: “Debemos enfrentar estas problemáticas
con firmeza, estrategias y políticas públicas
integrales y transversales.”
Los otros Cita 4: “Algunos quieren Cita 10: “(Bolsonaro) no hace más que echar
aprovechar los incendios culpas, con la excusa de querer desprestigiar su
para empujar una peligrosa gobierno, a quienes vienen resistiendo el avance
ley de humedales. extractivista sobre el Amazonas.”
Cita 5: “En el medio de la Cita 11: “la frontera de la soja transgénica avanza
confusión se suman los junto con el fracking en Vaca Muerta y la
veganos, reclamando por megaminería a cielo abierto.”
los derechos del animal, las
emisiones de metano, la Cita 12: “modelos de desarrollo socioeconómico
pérdida de biodiversidad” y político específicos, que generan desigualdades
sociales y ambientales, desequilibrando
Cita 6: “El gobierno confía ecosistemas y pensados para afuera de Nuestra
mucho más en la Vaca América.”
Muerta que en la Vaca
Viva” Cita 13: “el incentivo oficial y la falta de
controles y políticas al respecto son un combo
perfecto para la explotación y destrucción de la
Amazonia”
Cita 14: “estas dinámicas extractivistas ignoran
completamente el valor de los ecosistemas…son
totalmente ajenas a la justicia social”
Tal como puede observarse en la fila “Los otros” del cuadro, ambos autores
señalan el accionar de un grupo determinado y construyen sus discursos alrededor de la
problemática que de allí se desprende.
Por otro lado, en el texto de Somos, la problemática planteada apunta a que los
incendios son solo una parte de lo que se constituye como un problema estructural, tal
como afirma Sanseverino en la siguiente frase:
De esta forma se puede observar que en ambos textos la tercera persona (los
otros) es usada para señalar a los culpables, mientras que los autores le atribuyen a la
primera persona (nosotros) la responsabilidad -y capacidad- de involucrarse para
alcanzar una solución.
No es difícil descubrir que las dos notas analizadas guían al lector hacia lugares
muy distintos. Ambos autores sostienen una perspectiva particular que los lleva a
apuntar contra problemáticas diferentes y, por lo tanto, hacia otros culpables.
Sin embargo, es necesario aclarar que esta última descripción de las estrategias
de Huergo en la construcción de los otros, están presentes también en el texto de
Sanseverino, en el que fácilmente identificamos su posición contraria a Bolsonaro y a
quienes sostienen el modelo extractivista y neoliberal, como las empresas sojeras,
petroleras y mineras.
Incluso al hablar puntualmente de la cuestión del fuego, ambos autores se
posicionan desde distintos lugares. Huergo sostiene que los incendios son producto del
cambio climático, que es causado por “la quema del carbono almacenado en los suelos
y el carbón guardado en sus entrañas” mientras que Sanseverino afirma que “tiene en
sus principales causas la explotación e industria ganadera, la expansión de los
monocultivos, la explotación hidrocarburífera y los hábitos de consumo de nuestras
sociedades”. Aunque esta oposición no implica necesariamente que uno de ellos esté en
lo correcto y el otro no, es una diferencia interesante ya que marca el foco sobre el que
cada uno se posiciona, esas marcas que manifiestan las maneras de conocer y
representar lo conocido de las que habla Angenot (2010:27) sobre la ideología: Huergo
propone esperar a que el fuego se apague naturalmente y migrar hacia otras fuentes de
energía, mientras que Sanseverino afirma que es necesario dar lugar a un debate
profundo, proyectando hacia el futuro una transformación estructural.
Conclusión
Las dos notas analizadas de Somos y Clarín toman la misma problemática desde
perspectivas diferentes y presentan la construcción del enunciador como estrategia
compartida. En ambas encontramos la figura del nosotros como un importante recurso
para convocar al lector y hacerlo parte de la problemática presentada, así como de la
responsabilidad para integrar la solución. Por otro lado, se construye a través del uso de
la tercera persona la identidad de un grupo opuesto, al que -en los dos casos- se le
atribuyen los problemas planteados.
Tal como afirman los autores que se tuvieron en cuenta desde el marco teórico
de esta monografía, las diferencias entre ambos medios y autores respecto al modelo de
país que defienden, el rol del Estado y de la ciudadanía frente a este tipo de situaciones,
o la importancia del debate para la solución de problemas, se reflejan en los discursos a
través de las estrategias y elementos utilizados en su construcción.
Bibliografía
Anexo 2
Mientras ocupo buena parte de mi tiempo y mis neuronas en seguir las conferencias
virtuales del extraordinario Congreso de Aapresid, veo el avance de los incendios en
buena parte de nuestra geografía. Pero a esta altura no me preocupan tanto los incendios
como la utilización política e ideológica de un fenómeno que requiere un análisis más
cuidadoso. Estamos, literalmente, echando más leña al fuego.
Se está hablando, livianamente, de intencionalidad. Puede haber impericia, falta de
responsabilidad, e incapacidad para el manejo de los focos. Pero los casos de incendios
intencionales tienen poco que ver con estos eventos. De un lado y del otro, se han
lanzado falacias, o al menos especulaciones prematuras, con el objetivo de azuzar las
llamas y armar un aquelarre. Calma.
No es tampoco cuestión de desviar la atención. Pero conviene saber que en este
momento hay una secuencia de pavorosos incendios en el norte de California. Se están
quemando 120.000 hectáreas, hubo ya 12 muertos, más de 100.000 evacuados y el
gobernador del Estado salió a pedir ayuda internacional para el combate.
Hay datos tremendos: el fin de semana último cayeron 12.000 rayos, los agentes
causales de los focos. No alcanzan los bomberos forestales, un cuerpo que se nutre de
voluntarios. Dos tercios de ellos son usualmente presidiarios, que se reivindican
parcialmente brindando este servicio a sus comunidades. Pero resulta que la pandemia
del coronavirus los afectó masivamente, así que la mayor parte están convalecientes o
cuarentenados…faltan bomberos.
Hace unos meses, los incendios arrasaban media Australia, que es políticamente
correcta. Semanas antes, el Amazonas, con el políticamente incorrecto Jair Bolsonaro
tratando de explicar que no tenía nada que ver. Y seguramente era así, pero marche
preso. Sus antecedentes lo condenaban a priori.
En la Argentina, algunos quieren aprovechar los incendios para empujar una riesgosa
“ley de humedales” que puede paralizar cualquier proceso productivo. El expediente es
sencillo: hay productores insensibles, avaros y ambiciosos, capaces de quemar medio
delta o las islas del Paraná, o cualquier “humedal”, para que venga pasto fresco y
aprovecharlo con sus vacas. En el medio de la confusión, se suman los veganos,
reclamando por los derechos del animal, las emisiones de metano, la pérdida de
biodiversidad y cuantos vicios puedan haber salido de la Caja de Pandora.
En unos días, el cielo va a descargar toneladas de agua y los incendios se van a apagar.
Mientras tanto, hay que evitar por todos los medios que se propaguen. Quedarán
secuelas. Pero evitemos el debate liviano e inconducente. Lo esencial es invisible a los
ojos.
Y lo esencial es que estos eventos son una expresión concreta del cambio climático
global. Que se debe fundamentalmente a dos cosas: la quema del carbono almacenado
en los suelos, tanto en la materia orgánica subsuperficial, como en los hidrocarburos y el
carbón guardado en sus entrañas. Lo demás, la fermentación ruminal de las distintas
especies animales, existe pero es marginal.
Los grandes paradigmas, entonces, residen en terminar con la quema de combustibles
fósiles, que pasa de carbono almacenado bajo la forma de carbón, petróleo y gas, a
dióxido de carbono en el aire. Mientras tanto, con la expansión agrícola, necesaria para
alimentar una creciente población mundial, los suelos de todo el mundo perdieron 3 o
4% de materia orgánica, que también se convirtieron en CO2.
Lo primero, entonces, es transitar hacia otras fuentes de energía. Tanto en la generación
eléctrica como en el transporte, que en el futuro irán juntos. Pero en la transición, lo que
la sociedad global ha determinado es que debemos pasar de los derivados del petróleo a
los biocombustibles.
De primera o de segunda generación, en este caso a partir de residuos biológicos. En eso
estamos en la Argentina, aunque bastante distraídos en los últimos tiempos. El área de
Energía ha estado siempre en manos del mundo del petróleo y el gas, buscando la forma
de impedir que se avance con el biodiesel, el bioetanol y el biogás. Quedan pocos meses
para que se venza la ley 26.093, que abrió paso a las inversiones en plantas de última
generación para convertir el maíz y la caña de azúcar en etanol, y el aceite de soja en
biodiesel.
Nadie sabe qué destino va a tener este camino iniciado hace diez años. Lo concreto es
que esta semana se autorizó la suba de los combustibles, pero la componente de etanol y
biodiesel sigue con el precio congelado. Y su materia prima (maíz y aceite de soja)
cotizan en dólares, que se van ajustando con más prisa que pausa. El gobierno confía
mucho más en la Vaca Muerta que en la Vaca Viva de aquel impromptu de Martín
Fraguío, que popularizó Gabriel Delgado cuando acompañó al presidente Alberto
Fernández en la conferencia de prensa de la fallida estatización de Vicentín.
Hay que retomar el camino virtuoso de los biocombustibles, que implican inversiones,
empleo, sustitución de importaciones de gasoil y nafta, mejora del medio ambiente.
Economía del interior competitivo.
Fuente: Clarín