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¡¡Excelente!!

Análisis de la construcción discursiva sobre el tema de


los incendios forestales
“Nosotros y los otros: un estudio comparativo
de la construcción del enunciador en dos notas
de Clarín y Somos”

Valentina Belén Solis

Monografía investigativa

Universidad Nacional del Comahue


Facultad de Derecho y Ciencias Sociales
Licenciatura en Comunicación Social
Lengua y Discurso III
FADE-7315
Año 2020
Índice
1. Introducción

2. Marco teórico metodológico

2.1 Sobre la noción de discurso

2.2 Los procesos de significación

2.3 El enunciador y las estrategias discursivas

3. Nosotros y los otros: análisis comparativo de la enunciación y la


alternancia entre la primera y la tercera persona
3.1 Causas y culpas: desarrollo de la construcción de los
enunciadores detrás de las causas y responsables de los incendios.

4. Conclusión

5. Bibliografía

6. Anexos
6.1 “Amazonas en llamas: Algo más que incendios” Facundo
Sanseverino | Somos
6.2 “Incendios y cambio climático: pasar de los derivados del
petróleo a los biocombustibles” Héctor Huergo | Clarín
Nosotros y los otros: la construcción del enunciador y sus
implicancias en dos notas de Clarín y Somos

Introducción:

Durante los últimos años creció la cantidad de incendios en áreas naturales. La


problemática tuvo lugar en distintas partes del mundo, con sus focos principales en
California (Estados Unidos), Australia, la selva amazónica y la Argentina. En nuestro
país ya son más de 300000 las hectáreas afectadas por el fuego. Alrededor de esta
creciente problemática se han construido múltiples debates en la población argentina y
en la esfera política, que ponen en cuestionamiento las causas detrás de los incendios,
los culpables y el rol que el Estado debería tener respecto a las posibles soluciones. Esto
provocó que se construya un tópico a través de la insistente cobertura de los medios
masivos de comunicación, que han abordado la temática de distintas maneras y desde
múltiples aspectos acorde a sus intereses y línea ideológica.

Se trata de una problemática directamente relacionada con la realidad política,


social y económica actual de nuestro país, que incide fuertemente con los intereses de
sectores poderosos y de la que se desprenden debates, proyectos y posicionamientos
dentro de la opinión pública. Es por esto que el tratamiento de este tema en los medios
de comunicación de masas cumple un rol fundamental para los procesos de construcción
de sentido. Por lo tanto, un análisis del modo en que esta temática es abordada y
presentada en los espacios mediáticos y de las estrategias detrás de la construcción de
los discursos es más que pertinente y se convierte en una herramienta para estudiar y
entender los procesos de comunicación y sus implicancias en nuestra sociedad.

En esta monografía investigativa se realizará un análisis discursivo de dos notas


con el propósito de analizar y exponer la construcción del enunciador en el discurso de
ambos medios y sus implicancias en la construcción de sentido. Hemos seleccionado
dos textos referidos al problema de los incendios, publicados en dos espacios muy
distintos: por un lado, “Incendios y cambio climático: pasar de los derivados del
petróleo a los biocombustibles” escrito por Héctor Huergo para el diario Clarín en
agosto de 2020 y por el otro, “Amazonas en llamas: algo más que incendios”, escrito
por Facundo Sanseverino para la sección de noticias de Somos1 en agosto de 2019.

A continuación, procederemos a contextualizar y analizar ambas notas y a sus


autores desde un nivel pragmático. Luego desarrollaremos las nociones conceptuales
que conforman el marco teórico metodológico del presente trabajo y finalmente
presentaremos los resultados de esta monografía, en primer lugar, con un análisis
comparativo de la enunciación y la alternancia entre la primera y la tercera persona, y
luego mediante la relación entre la construcción del enunciador y las causas y
responsables de los incendios a los que apuntan ambos autores. Este desarrollo nos
conducirá a la conclusión final.

El diario Clarín es un periódico argentino fundado en 1945 que se encuentra


entre los más leídos a nivel nacional. Forma parte del Grupo Clarín, el grupo de medios
de comunicación más grande del país y dueño de una gran cantidad de empresas como
emisoras de radio, canales de televisión, prestadoras de televisión por cable y
proveedores de internet, entre las que podemos nombrar a Radio Mitre, Todo Noticias,
Canal 13 o Cablevisión. La posición política e ideológica de Clarín tiende a coincidir
con los sectores identificados en nuestra sociedad como de derecha, de ideales
conservadores y que defienden, entre otras cosas, el liberalismo económico y una
limitada presencia del Estado, tal como el mismo diario lo describe: “La ideología de
derecha está más enfocada en el individuo y la iniciativa privada. Se trata de gobiernos
que favorecen la economía de las empresas para que sean éstas las que generen la
riqueza en un país.” (Diario Clarín, 2019). Este posicionamiento se ve reflejado en el
texto de Clarín analizado para este trabajo, como veremos en la presentación de los
resultados.

Por otro lado, Somos es un espacio político encabezado por Victoria Donda,
formado en 2018 por funcionarios y militantes que solían pertenecer a Libres del Sur,
partido político de izquierda. Somos se caracteriza por seguir una línea ideológica
similar: feminismo, defensa y ampliación de derechos sociales, perspectiva ecologista y
defensa de un Estado más fuerte e involucrado en las realidades sociales. Este medio de

1
Al 24/11/20, el partido político “Somos” cambió su denominación a “Identidad”. Su sitio
www.somos.org.ar ha cambiado a www.identidad.org.ar, está en reestructuración y hay contenidos que
no están disponibles aún. Entre ellos, el texto utilizado para este trabajo, que incluiremos en la sección de
Anexos. Mantendremos la denominación original (“Somos”) con el fin de facilitar la lectura y
comprensión de lo expuesto.
comunicación forma parte de las estrategias comunicativas implementadas por el
partido, que integra el Frente de Todos, bloque político gobernante.

Respecto de los autores de ambos textos, podemos destacar que Héctor Huergo
es Ingeniero Agrónomo, se desempeña como Responsable de Contenidos Hub Rural-
Grupo Clarín y conductor de un programa rural llamado “El Campo La industria verde”.
En cuanto a Facundo Sanseverino, cabe mencionar que la información disponible en
línea es escasa, por lo que nos encontramos limitados a los datos disponibles en su perfil
de Twitter, que permiten conocer que además de militar en Somos desde Barrios de Pie,
forma parte de la Universidad Popular Barrios de Pie y participa activamente en
actividades sociales mayormente relacionadas a la defensa y cuidado del medio
ambiente.

Marco teórico metodológico

En este trabajo se analizarán dos notas publicadas en distintos momentos,


referidas a la temática de los incendios forestales antes mencionada. En ambas el foco
del estudio se centrará en la construcción del enunciador como estrategia discursiva y
sus implicancias en los procesos de construcción de sentido. Para ello, se realizará una
lectura analítica teniendo en cuenta los recursos utilizados por los autores, como la
utilización de las distintas categorías gramaticales (pronombres, artículos, sustantivos,
verbos, personas gramaticales) y se realizará un cuadro comparativo con transcripciones
de ambos textos que acompañará la presentación de los resultados. A continuación,
desarrollaremos algunos conceptos teóricos importantes previo a la presentación de los
resultados.

Sobre la noción de discurso

Al momento de dar una definición de discurso, los distintos autores citados en


este trabajo coinciden en que el discurso es una práctica social. A este concepto,
Covadonga López (2014:16) añade una definición desarrollada desde el enfoque
sociolingüístico, que expone que el discurso es “un sistema de interpretación del mundo,
un reflejo de las creencias, tensiones y enfrentamientos sociales que se instauran en la
sociedad y la lengua muestra explícita o implícitamente esas representaciones
compartidas por grupos o individuos que dan forma a la identidad social”.

Esta concepción, que hace referencia a las interpretaciones del mundo y las
representaciones sociales, se relaciona al aporte expuesto en La información como
discurso (Valentino & Fino, 2015), según el que podemos entenderlo como “el
resultado de una construcción intencional de la realidad” (Martínez, Servera, & Del
Manzo, 2015:22). De esta manera desarrollamos la noción de un discurso orientado a
ciertos fines, como exponen Charaudeau y Maingueneau (2005:181) cuando afirman
que “el discurso se construye, en efecto, en función de un fin. Se considera que va hacia
alguna parte”, y retoman a O. Ducrot: “el discurso está intrínsicamente orientado al
inscribir una orientación argumentativa en las unidades mismas de la lengua”.
Por último, de Calsamiglia y Tusón así como también de Charaudeau y
Maingueneau tomamos el desarrollo de la importante relación entre el discurso y el
contexto o marco en el que este discurso tiene lugar, la situación comunicativa, las
relaciones sociales y los aspectos históricos y socioculturales que intervienen: “No hay
discurso que no esté contextualizado: no se puede asignar verdaderamente sentido a un
enunciado fuera de contexto” (Charaudeau & Maingueneau, 2005:182). “Tener en
cuenta el contexto exige observar el marco en el que se elaboran y se manifiestan las
piezas discursivas.” (Calsamiglia Blancafort & Tusón Valls, 2001:17).

Los procesos de significación

Siguiendo con lo expuesto en relación a la importancia del contexto en los


discursos, introducimos los aportes teóricos de Valentín Voloshinov (1976) que hemos
tenido en cuenta para este trabajo. Voloshinov define a la palabra como el signo
ideológico por excelencia. La caracteriza y expone la importancia del contexto: “La
multiplicidad de significados es el rasgo constitutivo de la palabra” “Su significado es
inseparable de la situación concreta de su realización” (Voloshinov, 1976:127) Por lo
tanto, el lenguaje debe ser comprendido necesariamente en su contexto. Es decir, en la
situación de interacción concreta y también la situación histórica detrás de ésta.

Una perspectiva teórica que aporta categorías pertinentes para este análisis es la
de Voloshinov cuando respecto de los juicios de valor, expone que están presentes en
todas las palabras. “No se puede coordinar ningún enunciado sin un juicio de valor.
Todo enunciado es por sobre todo, una orientación valorativa.” (Voloshinov, 1976). Y
esta orientación valorativa se expresa de distintas formas a través de los discursos: “La
utilización de determinados términos, construcciones discursivas, modos de referirse al
otro, estará ligada a una ideología, una visión del mundo, metas y finalidades
concretas.” (Martínez, Servera, & Del Manzo, 2015:22) A modo de ejemplo, podemos
extraer la siguiente afirmación de Huergo del texto que analizamos en esta monografía
“Algunos quieren aprovechar los incendios para empujar una riesgosa ley de
humedales” (Huergo, 2020). Respecto de la ideología, consideramos relevante
relacionar lo expuesto por Voloshinov y la cita de Martínez, Servera y Del Manzo con
lo que enuncia Marc Angenot (2010:27) sobre este concepto, al afirmar que la ideología
está en todas partes. “Todo lenguaje es ideológico, todo lo que significa hace signo en la
ideología”: de esta manera entendemos que lleva la marca de las maneras de conocer y
representar lo conocido, manifiesta intereses sociales y ocupa una posición en la
economía de los discursos.

El enunciador y las estrategias discursivas

Al hablar de la construcción del enunciador, es importante desarrollar a qué nos


referimos con este término. Para ello, tomamos como referencia los aportes de Patrik
Charaudeau (1988) y el modelo de comunicación que propone respecto a los espacios y
sujetos del discurso. Entre los participantes de la comunicación, Charaudeau distingue
entre el espacio externo en el que ubica al sujeto comunicante y el interpretante -
personas físicas detrás del discurso- y el espacio interno, donde encontramos al
enunciador y al destinatario. El enunciador constituye la identidad enunciativa que el
sujeto comunicante se da a sí mismo en el discurso.

Las distintas formas de construcción de este enunciador estarán vinculadas -


además de a las distintas cuestiones ya desarrolladas como los procesos de
significación, orientaciones valorativas e interpretaciones del mundo- a las estrategias
discursivas, que podemos definir como “conjunto organizado de procedimientos que un
hablante/escritor lleva a cabo con un fin específico en función del contexto socio-
cognitivo en el que se encuentra” (Martínez, Servera, & Del Manzo, 2015:22).
Nosotros y los otros: análisis comparativo de la enunciación y la alternancia
entre la primera y la tercera persona
Para esta sección hemos elaborado un cuadro de doble entrada que servirá como
soporte visual para la comprensión del análisis que llevaremos adelante respecto de
ambas notas. En este cuadro se visualizará fácilmente la utilización por parte de cada
autor de la primera persona (“nosotros”) y la tercera (“los otros”).

Huergo Sanseverino
Nosotros Cita 1: “Estamos, Cita 7: “es necesario hacerse algunas preguntas en
literalmente, echando más clave de desafíos para pensar el futuro, para
leña al fuego” reflexionar sobre que queremos construir como
alternativa al neoliberalismo. Pensar de qué
Cita 2: “Evitemos el debate manera queremos enfrentar la crisis económica, la
liviano e inconducente.” emergencia climática, ambiental y social, y que
Cita 3: “Debemos pasar de tipo de proyecto queremos construir para terminar
los derivados del petróleo a con las problemáticas estructurales de nuestro país
los biocombustibles” y Nuestra América.”
Cita 8: “No podemos cometer los mismos errores
del presente y del pasado.”
Cita 9: “Debemos enfrentar estas problemáticas
con firmeza, estrategias y políticas públicas
integrales y transversales.”
Los otros Cita 4: “Algunos quieren Cita 10: “(Bolsonaro) no hace más que echar
aprovechar los incendios culpas, con la excusa de querer desprestigiar su
para empujar una peligrosa gobierno, a quienes vienen resistiendo el avance
ley de humedales. extractivista sobre el Amazonas.”
Cita 5: “En el medio de la Cita 11: “la frontera de la soja transgénica avanza
confusión se suman los junto con el fracking en Vaca Muerta y la
veganos, reclamando por megaminería a cielo abierto.”
los derechos del animal, las
emisiones de metano, la Cita 12: “modelos de desarrollo socioeconómico
pérdida de biodiversidad” y político específicos, que generan desigualdades
sociales y ambientales, desequilibrando
Cita 6: “El gobierno confía ecosistemas y pensados para afuera de Nuestra
mucho más en la Vaca América.”
Muerta que en la Vaca
Viva” Cita 13: “el incentivo oficial y la falta de
controles y políticas al respecto son un combo
perfecto para la explotación y destrucción de la
Amazonia”
Cita 14: “estas dinámicas extractivistas ignoran
completamente el valor de los ecosistemas…son
totalmente ajenas a la justicia social”

Al leer y analizar ambos textos, nos encontraremos con algunas similitudes. Si


analizamos la estructura básica, tanto el texto publicado en Clarín como el de Somos
presentan una introducción al problema, la descripción de los culpables, y énfasis en lo
que hay que hacer. Al hacerlo construyen discursos polarizados: presentan una realidad
fisurada al construir discursivamente las figuras de “nosotros” y “los otros”. Ahora
bien: ¿Las identidades construidas a través de los enunciadores son las mismas en
ambos textos? Esos “nosotros” de los que habla Huergo, ¿son los mismos “nosotros” a
los que se refiere Sanseverino? ¿Y los otros?

Huergo comienza refiriéndose a su propia preocupación sobre la utilización


política e ideológica de la problemática de los incendios y en un principio instala esta
cuestión como una responsabilidad colectiva, tal como se puede observar en el cuadro:
“Estamos echando más leña al fuego”. Rápidamente establece la existencia de dos
posturas contrarias al hacer referencia a que “de un lado y del otro se han lanzado
falacias”. De este modo se puede ver reflejado cómo se construyen en el discurso, dos
bandos claramente distinguidos. De un lado nosotros y del otro, los otros.

Sanseverino, por su lado, comienza describiendo brevemente lo que sucede con


los incendios y hace énfasis en lo que ello significa para nuestro planeta. Desde un
principio se puede notar que, si bien los discursos son distintos, la estrategia de ambos
con el enunciador comienza siendo muy similar: lo que está sucediendo nos afecta a
nosotros.

Tal como puede observarse en la fila “Los otros” del cuadro, ambos autores
señalan el accionar de un grupo determinado y construyen sus discursos alrededor de la
problemática que de allí se desprende.

En el texto de Clarín, el problema planteado por Huergo es el del tratamiento


político e ideológico que se suma a la problemática de los incendios. Los agentes detrás
del problema (algunos que aprovechan para empujar la ley de humedales, el gobierno y
los veganos, citas 4, 5 y 6 del cuadro) desvían la atención de lo realmente importante.
Ante esta realidad, es necesario hacer algo (Citas 2 y 3: evitar el debate liviano e
inconducente y pasar de los derivados del petróleo a los biocombustibles)

Por otro lado, en el texto de Somos, la problemática planteada apunta a que los
incendios son solo una parte de lo que se constituye como un problema estructural, tal
como afirma Sanseverino en la siguiente frase:

“(Los incendios en el Amazonas) son producto de modelos de


desarrollo socioeconómico y político específicos, que generan
desigualdades sociales y ambientales, desequilibrando ecosistemas y
pensados para afuera de Nuestra América.”

El autor hace referencia a que esta problemática se complementa con


gobernantes que son parte del problema y no de la solución:“Bolsonaro no hace más
que echar culpas”(Cita 10), “el incentivo oficial y la falta de controles y políticas al
respecto son un combo perfecto para la explotación y destrucción de la Amazonia”
(Cita 13), y sostiene que éstos apoyan a los sectores poderosos que sostienen el
extractivismo, de acuerdo al siguiente fragmento: “la frontera de la soja transgénica
avanza junto con el fracking en Vaca Muerta y la megaminería a cielo abierto.” por lo
que concluye que es urgente involucrarse en primera persona y enfrentar el problema:
“No podemos cometer los mismos errores” “Debemos enfrentar estas problemáticas
con firmeza”

“es necesario hacerse algunas preguntas en clave de desafíos para


pensar el futuro, para reflexionar sobre que queremos construir como
alternativa al neoliberalismo. Pensar de qué manera queremos
enfrentar la crisis económica, la emergencia climática, ambiental y
social, y que tipo de proyecto queremos construir para terminar con
las problemáticas estructurales de nuestro país y Nuestra América”
Cita 7

De esta forma se puede observar que en ambos textos la tercera persona (los
otros) es usada para señalar a los culpables, mientras que los autores le atribuyen a la
primera persona (nosotros) la responsabilidad -y capacidad- de involucrarse para
alcanzar una solución.

Causas y culpas: desarrollo de la construcción de los enunciadores detrás de


las causas y responsables de los incendios.

No es difícil descubrir que las dos notas analizadas guían al lector hacia lugares
muy distintos. Ambos autores sostienen una perspectiva particular que los lleva a
apuntar contra problemáticas diferentes y, por lo tanto, hacia otros culpables.

Sanseverino insiste en visibilizar el trasfondo detrás de los incendios: el


problema no está en el fuego en sí mismo, sino en quienes están echándole leña:
aquellos agentes del modelo extractivista y neoliberal que incrementan las
desigualdades de nuestra población y perjudican nuestra tierra. Para ello, propone
hacerse preguntas y reflexionar. Huergo se opone a la idea de que un debate profundo
pueda llevarnos a algún lado.

Como ya anticipamos, los problemas se enuncian atribuyéndole su


responsabilidad a otros, pero al hablar de lo que esto genera, se apela a la conciencia del
lector al convocar al enunciador nosotros para referirse a los afectados. Sanseverino
aplica este recurso reiteradas veces a través de los sustantivos: la comunidad, nuestra
tierra, nuestra América, nuestro país, nuestras sociedades.

Huergo en cambio, lo presenta de manera más sutil y menos reiterativa. En lugar


de enfocarse en la descripción puntual del nosotros, da lugar a esta construcción de
manera inversa, describiendo primero a los otros: los veganos, el gobierno, los que
impulsan la ley de humedales. El lector se posiciona de un lado o del otro en función de
cómo se identifica con esos sectores.

Sin embargo, es necesario aclarar que esta última descripción de las estrategias
de Huergo en la construcción de los otros, están presentes también en el texto de
Sanseverino, en el que fácilmente identificamos su posición contraria a Bolsonaro y a
quienes sostienen el modelo extractivista y neoliberal, como las empresas sojeras,
petroleras y mineras.
Incluso al hablar puntualmente de la cuestión del fuego, ambos autores se
posicionan desde distintos lugares. Huergo sostiene que los incendios son producto del
cambio climático, que es causado por “la quema del carbono almacenado en los suelos
y el carbón guardado en sus entrañas” mientras que Sanseverino afirma que “tiene en
sus principales causas la explotación e industria ganadera, la expansión de los
monocultivos, la explotación hidrocarburífera y los hábitos de consumo de nuestras
sociedades”. Aunque esta oposición no implica necesariamente que uno de ellos esté en
lo correcto y el otro no, es una diferencia interesante ya que marca el foco sobre el que
cada uno se posiciona, esas marcas que manifiestan las maneras de conocer y
representar lo conocido de las que habla Angenot (2010:27) sobre la ideología: Huergo
propone esperar a que el fuego se apague naturalmente y migrar hacia otras fuentes de
energía, mientras que Sanseverino afirma que es necesario dar lugar a un debate
profundo, proyectando hacia el futuro una transformación estructural.

Conclusión
Las dos notas analizadas de Somos y Clarín toman la misma problemática desde
perspectivas diferentes y presentan la construcción del enunciador como estrategia
compartida. En ambas encontramos la figura del nosotros como un importante recurso
para convocar al lector y hacerlo parte de la problemática presentada, así como de la
responsabilidad para integrar la solución. Por otro lado, se construye a través del uso de
la tercera persona la identidad de un grupo opuesto, al que -en los dos casos- se le
atribuyen los problemas planteados.

Podemos decir que estamos frente a una situación interdiscursiva, en la que se


construye un diálogo entre ambos elementos. El grupo de los otros identificado en el
texto de Clarín, corresponde con lo que se expone en Somos como la figura del
nosotros. De la misma manera, si analizamos la identidad construida alrededor del
enunciador de los otros en el texto de Sanseverino, encontraremos coincidencias con la
representación del nosotros que se construye en la nota de Huergo.

Tal como afirman los autores que se tuvieron en cuenta desde el marco teórico
de esta monografía, las diferencias entre ambos medios y autores respecto al modelo de
país que defienden, el rol del Estado y de la ciudadanía frente a este tipo de situaciones,
o la importancia del debate para la solución de problemas, se reflejan en los discursos a
través de las estrategias y elementos utilizados en su construcción.

Estos elementos, en consonancia con el contexto que enmarca al discurso,


contribuyen a la construcción de sentido que realiza el lector a partir de ellos, que a su
vez, se integra a su propia visión del mundo, en la que está siempre presente la cuestión
ideológica.

Bibliografía

Angenot, M. (2010). El discurso social: problemática de conjunto. En El discurso


social: los límites históricos de los pensable y lo decible (págs. 21-49). Buenos
Aires: siglo veintiuno.
Calsamiglia Blancafort, H., & Tusón Valls, A. (2001). El análisis del discurso. En Las
cosas del decir: Manual de análisis del discurso (págs. 15-26). Barcelona: Ariel
S.A.
Charaudeau, P., & Maingueneau, D. (2005). Diccionario de análisis del discurso.
Buenos Aires: Amorrortu.
Covadonga Lopez, A. (2014). El Análisis del Discurso como disciplina teórica. En
Análisis del Discurso (págs. 13-29). Madrid: Síntesis.
Martínez, M., Servera, R., & Del Manzo, M. (2015). Aproximaciones a los estudios del
discurso: perspectivas teóricas-analíticas. En A. Valentino, & C. Fino, La
información como discurso. Recorridos teóricos y pistas analíticas (págs. 13-
31). La Plata: Editorial de la Universidad Nacional de La Plata (EDULP).
Voloshinov, V. (1976). Tema y significado en la lengua. En El signo ideológico y la
filosofía del lenguaje (págs. 125-133). Buenos Aires: Ediciones Nueva Visión SAIC.
Diario Clarín. (25 de octubre de 2019). ¿Qué significa ser de izquierda o de derecha?
Obtenido de Clarín | Política: https://www.clarin.com/politica/-que-significa-ser-de-
izquierda-o-de-derecha-_0_bO9xxTJn.html?
gclid=EAIaIQobChMIquiz1YOx7QIVigyRCh1rkQjoEAAYAyAAEgL2k_D_BwE
Sendra, F. (30 de mayo de 2019). De derechas y de izquierdas...¿pero de quien?
Obtenido de Clarín | Opinión: https://www.clarin.com/opinion/derechas-
izquierdas_0_symSvYK0V.html
Corpus analizado:
Huergo, H. (26 de Agosto de 2020). Incendios y cambio climático: pasar de los
derivados del petróleo a los biocombustibles. Obtenido de Clarín:
https://www.petrolnews.net/noticia.php?r=39086
Sanseverino, F. (23 de Agosto de 2019). Amazonas en llamas: algo más que incendios.
Obtenido de Somos.
Anexos
Anexo 1

Amazonas en llamas: algo más que incendios.


Por Facundo Sanseverino, equipo Somos Ambiente.
Ago 23, 2019 | Ambiente

Desafíos y encrucijadas ante la crisis del neoliberalismo.


Hace 17 días que uno de los pulmones de nuestro planeta se prende fuego. 68 reservas
naturales arrasadas, 34 millones de personas en peligro y miles de hectáreas alcanzadas
por las llamas. Una gran parte de la biodiversidad de nuestro planeta y fuente de la vida,
convirtiéndose en cenizas.
Si bien los incendios en el Amazonia no son nuevos, el actual presidente de Brasil,
Bolsonaro, desde su asunción se mostró públicamente a favor de la expansión de la
frontera agropecuaria y la instalación de mineras y petroleras multinacionales en la
región, incluso prometiendo abrir paso a la explotación sobre tierras indígenas
protegidas por la Constitución. No es nada nuevo que los incendios forestales son un
método eficaz para avanzar sobre la frontera extractivista. El incentivo oficial y la falta
de controles y políticas al respecto, son un combo perfecto para la explotación y
destrucción de la Amazonia.
Este año, de acuerdo con los registros del centro de investigación espacial de Brasil
(INPE), los incendios forestales en el pulmón verde del planeta llevan una suma récord
de 72.843 focos, un aumento de 83% frente al mismo período de 2018. Bolsonaro ante
esta situación, en vez de generar políticas al respecto y dar con los responsables,
desplazó al director de la entidad acusándolo de fomentar una ‘’imagen pésima de
Brasil’’. Ahora, sobre los incendios de los últimos días, no hace más que echar culpas,
con la excusa de querer desprestigiar su gobierno, a quienes vienen resistiendo el avance
extractivista sobre el Amazonas.

No son catástrofes naturales


Los incendios en el Amazonas, así como las sequias, las inundaciones y las altas o bajas
temperaturas en nuestro planeta, no son en sí mismo fenómenos de la naturaleza o
climáticos, ni mucho menos desgracias del destino o de alguna divinidad, son producto
de modelos de desarrollo socioeconómico y político específicos, que generan
desigualdades sociales y ambientales, desequilibrando ecosistemas y pensados para
afuera de Nuestra América. Tienen un anclaje local, de alcance transnacional y se
dinamizan sobre la lógica rentística de convertir a la naturaleza en moneda, valor de
cambio, comoditie, bienes de lujo e insumos para industrias y fuentes de energía
contaminantes y no renovables.
Estamos hablando de modelos de mal desarrollo, como definieron Maristella Svampa y
Enrique Viale en su libro publicado en el 2014. Estas dinámicas extractivistas ignoran
completamente el valor de los ecosistemas, sus ciclos, el ambiente y la biodiversidad de
nuestro planeta. Todo se transforma en mercancías que no garantizan derechos sino que
generan desigualdades y acumulación de riqueza monetaria, mientras se destruyen las
fuentes de la vida de nuestro planeta. Además, estas dinámicas de mal desarrollo son
totalmente ajenas a la justicia social, se realizan a espaldas de las comunidades y no
solucionan los problemas habitacionales, de empleo, pobreza y hambre de nuestros
pueblos. La eliminación de ecosistemas y bosques nativos, la contaminación de
acuíferos y comunidades en beneficio del agronegocio, la minería y la explotación de
hidrocarburos, no son cuestiones exclusivas de Brasil y tampoco de su gobierno.
En Argentina, la frontera de la soja transgénica avanza junto con el fracking en Vaca
Muerta y la megaminería a cielo abierto. En las ciudades también asistimos al avance de
la especulación inmobiliaria en beneficio de la privatización de espacios públicos y
verdes, a costa de los problemas ambientales y habitacionales de las mayorías. Frente a
estos modelos extractivistas, es necesario hacerse algunas preguntas en clave de
desafíos para pensar el futuro, para reflexionar sobre que queremos construir como
alternativa al neoliberalismo. Pensar de qué manera queremos enfrentar la crisis
económica, la emergencia climática, ambiental y social, y que tipo de proyecto
queremos construir para terminar con las problemáticas estructurales de nuestro país y
Nuestra América.
No podemos cometer los mismos errores del presente y del pasado. Cientos de años de
extractivismo pesan sobre Nuestra América, que con diferentes matices, no ha sido
ajeno a gobiernos tanto neoliberales como neodesarrollistas y progresistas.
El cambio climático es una realidad, pero el término es insuficiente si no lo
profundizamos. El mismo tiene en sus principales causas la explotación e industria
ganadera, la expansión de los monocultivos, la explotación hidrocarburífera y los
hábitos de consumo de nuestras sociedades. Debemos enfrentar estas problemáticas con
firmeza, estrategias y políticas públicas integrales y transversales.
Es imprescindible no caer en posiciones catastrofistas que no hacen más que alimentar
la resignación, inmovilizando a nuestros pueblos. Hay que construir esperanza basada
en las alternativas disponibles para una transición ecológica. Pensar y construir un país
y una América sobre las ruinas del neoliberalismo, que impulse la democracia
participativa, la agroecología, la economía circular, energías renovables, educación
ambiental, los derechos humanos y de la naturaleza, la justicia social, ambiental y el
buen vivir. Todo esto es posible, solo falta voluntad política y ejecución de programas y
estrategias pensadas con hipótesis de conflicto, consensos y acuerdos para enfrentar los
desafíos y encrucijadas que nos traen estos tiempos.
Nuestro país ya declaro la Emergencia Climática y ahora es imperante poner en práctica
políticas acordes a ello. Configurar una visión de Estado en pos de una transición
ecológica, en que todos los ministerios trabajen codo a codo, desde una visión
ambientalista y ecológica integral, transversal y estratégica para llevar a cabo las
transformaciones necesarias para frenar el aumento de las emisiones de carbono y las
injusticias sociales y ambientales de nuestros pueblos.
«Sólo después que el último árbol sea cortado, sólo después que el último río haya sido
envenenado, sólo después que el último pez haya sido atrapado, sólo entonces nos
daremos cuenta que no nos podemos comer el dinero»

Anexo 2

Incendios y cambio climático: pasar de los derivados del


petróleo a los biocombustibles

26/08/2020 | ARGENTINA | Medio Ambiente


Texto de Héctor A. Huergo

Mientras ocupo buena parte de mi tiempo y mis neuronas en seguir las conferencias
virtuales del extraordinario Congreso de Aapresid, veo el avance de los incendios en
buena parte de nuestra geografía. Pero a esta altura no me preocupan tanto los incendios
como la utilización política e ideológica de un fenómeno que requiere un análisis más
cuidadoso. Estamos, literalmente, echando más leña al fuego.
Se está hablando, livianamente, de intencionalidad. Puede haber impericia, falta de
responsabilidad, e incapacidad para el manejo de los focos. Pero los casos de incendios
intencionales tienen poco que ver con estos eventos. De un lado y del otro, se han
lanzado falacias, o al menos especulaciones prematuras, con el objetivo de azuzar las
llamas y armar un aquelarre. Calma.
No es tampoco cuestión de desviar la atención. Pero conviene saber que en este
momento hay una secuencia de pavorosos incendios en el norte de California. Se están
quemando 120.000 hectáreas, hubo ya 12 muertos, más de 100.000 evacuados y el
gobernador del Estado salió a pedir ayuda internacional para el combate.
Hay datos tremendos: el fin de semana último cayeron 12.000 rayos, los agentes
causales de los focos. No alcanzan los bomberos forestales, un cuerpo que se nutre de
voluntarios. Dos tercios de ellos son usualmente presidiarios, que se reivindican
parcialmente brindando este servicio a sus comunidades. Pero resulta que la pandemia
del coronavirus los afectó masivamente, así que la mayor parte están convalecientes o
cuarentenados…faltan bomberos.
Hace unos meses, los incendios arrasaban media Australia, que es políticamente
correcta. Semanas antes, el Amazonas, con el políticamente incorrecto Jair Bolsonaro
tratando de explicar que no tenía nada que ver. Y seguramente era así, pero marche
preso. Sus antecedentes lo condenaban a priori.
En la Argentina, algunos quieren aprovechar los incendios para empujar una riesgosa
“ley de humedales” que puede paralizar cualquier proceso productivo. El expediente es
sencillo: hay productores insensibles, avaros y ambiciosos, capaces de quemar medio
delta o las islas del Paraná, o cualquier “humedal”, para que venga pasto fresco y
aprovecharlo con sus vacas. En el medio de la confusión, se suman los veganos,
reclamando por los derechos del animal, las emisiones de metano, la pérdida de
biodiversidad y cuantos vicios puedan haber salido de la Caja de Pandora.

En unos días, el cielo va a descargar toneladas de agua y los incendios se van a apagar.
Mientras tanto, hay que evitar por todos los medios que se propaguen. Quedarán
secuelas. Pero evitemos el debate liviano e inconducente. Lo esencial es invisible a los
ojos.
Y lo esencial es que estos eventos son una expresión concreta del cambio climático
global. Que se debe fundamentalmente a dos cosas: la quema del carbono almacenado
en los suelos, tanto en la materia orgánica subsuperficial, como en los hidrocarburos y el
carbón guardado en sus entrañas. Lo demás, la fermentación ruminal de las distintas
especies animales, existe pero es marginal.
Los grandes paradigmas, entonces, residen en terminar con la quema de combustibles
fósiles, que pasa de carbono almacenado bajo la forma de carbón, petróleo y gas, a
dióxido de carbono en el aire. Mientras tanto, con la expansión agrícola, necesaria para
alimentar una creciente población mundial, los suelos de todo el mundo perdieron 3 o
4% de materia orgánica, que también se convirtieron en CO2.
Lo primero, entonces, es transitar hacia otras fuentes de energía. Tanto en la generación
eléctrica como en el transporte, que en el futuro irán juntos. Pero en la transición, lo que
la sociedad global ha determinado es que debemos pasar de los derivados del petróleo a
los biocombustibles.
De primera o de segunda generación, en este caso a partir de residuos biológicos. En eso
estamos en la Argentina, aunque bastante distraídos en los últimos tiempos. El área de
Energía ha estado siempre en manos del mundo del petróleo y el gas, buscando la forma
de impedir que se avance con el biodiesel, el bioetanol y el biogás. Quedan pocos meses
para que se venza la ley 26.093, que abrió paso a las inversiones en plantas de última
generación para convertir el maíz y la caña de azúcar en etanol, y el aceite de soja en
biodiesel.
Nadie sabe qué destino va a tener este camino iniciado hace diez años. Lo concreto es
que esta semana se autorizó la suba de los combustibles, pero la componente de etanol y
biodiesel sigue con el precio congelado. Y su materia prima (maíz y aceite de soja)
cotizan en dólares, que se van ajustando con más prisa que pausa. El gobierno confía
mucho más en la Vaca Muerta que en la Vaca Viva de aquel impromptu de Martín
Fraguío, que popularizó Gabriel Delgado cuando acompañó al presidente Alberto
Fernández en la conferencia de prensa de la fallida estatización de Vicentín.
Hay que retomar el camino virtuoso de los biocombustibles, que implican inversiones,
empleo, sustitución de importaciones de gasoil y nafta, mejora del medio ambiente.
Economía del interior competitivo.
Fuente: Clarín

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