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DETECTORES CONTRA INCENDIOS:

¿CONOCES TODOS LOS TIPOS?


in Electricidad

En España mueren cada año cerca de 200 personas a causa de incendios; con objeto
de reducir esta cifra, los detectores contra incendios que antaño se utilizaban solo a
escala industrial, hoy son cada vez más requeridos en los hogares españoles.
Los detectores son una pieza clave de los sistemas de protección contra incendios.
Con el tiempo y el avance tecnológico han ido surgiendo distintos tipos de
dispositivos, siempre con el propósito de suplir una necesidad específica para este
mercado.

Tabla de contenidos
 Tipos de detectores contra incendios
o Detectores de humo
o Detectores de temperatura
o Detectores de llama
 Entradas relacionadas:

Tipos de detectores contra incendios


El fuego, independientemente de las causas que lo provoquen, tiene algunas
características constantes y medibles: produce gases (humo), provoca un
aumento de temperatura y emite radiación.
Los distintos tipos de detectores contra incendios se sirven de alguna de estas
características para realizar su función.

Detectores de humo
Los detectores de humo son detectores contra incendios que, como su nombre indica,
detectan la presencia de humo en el aire y activan una alarma para alertar del peligro

de incendio.
Según el método utilizado para la detección, existen distintos tipos de detectores:

 Detectores iónicos: detectan gases y humos de combustión no necesariamente


visibles. Disponen de una cámara de ionización de aire abierta (de ahí su nombre); si
entra humo en esta cámara se reduce la ionización del aire, generándose una
condición de alarma.

 Detectores ópticos/fotoeléctricos: estos detectores contra incendios cuentan con


dos dispositivos, uno emisor de luz y otro fotorreceptor, situados en diferentes ejes.
Cuando el humo entra en la cámara del detector, el haz de luz enviado por el emisor
se dispersa y puede alcanzar el detector, activando así la alarma.
Existe un tipo especial de detector óptico llamado detector de rayo infrarrojo, el cual
dispone de un elemento emisor, un reflector y un receptor. En este tipo de detectores
se activa la alarma cuando el haz de luz infrarroja recibida por el elemento receptor
se encuentra por debajo de una intensidad preestablecida, ante la presencia de una
densidad de humo determinada en la trayectoria de los haces.

Detectores de temperatura
Los detectores contra incendios por temperatura se colocan donde no es apropiado
instalar detectores de humo, generalmente en zonas de servicio como la cocina o
garaje, donde puede haber humo no procedente del fuego fortuito.

Según su funcionamiento también existen distintos tipos.

 Detectores térmicos: también llamados de temperatura fija, son los detectores


contra incendios por temperatura más utilizados. Están diseñados para activar una
alarma cuando la temperatura del aire a su alrededor alcanza un límite establecido.
La temperatura de activación más común para este tipo de detectores es de 58 °C,
aunque existen en el mercado detectores que se activan a una temperatura de 47 ºC,
aumentando por consiguiente el margen de seguridad.
 Detectores termovelocimétricos: estos detectores contra incendios están
diseñados para activar una alarma cuando detectan un rápido incremento en la
temperatura del aire que los rodea, alrededor de 8 °C por minuto, independientemente
de la temperatura inicial.
Detectores de llama
Los de llama son un tipo de detectores contra incendios que se utilizan cuando
existe riesgo de combustión sin humo, por ejemplo, cuando hay gases o líquidos
combustibles. Su uso está más orientado al ámbito industrial.
Las llamas emiten radiación infrarroja y rayos ultravioleta. Sirviéndose de esta
propiedad, encontramos tres tipos de detectores de llama:

 Detectores infrarrojos (IR): incorporan un sensor de radiación infrarroja que activa


una alarma ante un cierto nivel de este tipo de radiación.
 Detectores ultravioletas (UV): incorporan un sensor de radiación ultravioleta.
 Detectores combinados (IR/UV): incorporan ambos sensores con la finalidad de
aumentar la sensibilidad, además de reducir el riesgo de falsas alamas.
En conclusión, los detectores contra incendios más recomendables para
salvaguardar vidas son los detectores de humo, gracias a su capacidad de
detectar el riesgo de incendio incluso antes de que se produzca la combustión.
Sin embargo, su uso no siempre es adecuado, en especial en zonas donde se pueden
producir humos de forma regular e inofensiva, como la cocina o el garaje, o bien en
fuegos sin la presencia de humo. Para estos casos existen otros tipos de detectores
contra incendios, como los de temperatura o de llama.

Principio de funcionamiento de detectores


de Humo Ionicos
El detector de Humo Iónico, trabaja con base en una cámara formada por dos placas
y un material radiactivo (Americio 241), que ioniza el aire que pasa entre las
placas, generando una pequeña corriente eléctrica permanente, que es medida por
un circuito electrónico conectado a las placas, esta es la condición "normal" del
detector.
Cuando se genera la combustión, las partículas liberadas interfieren en la ionización
que se lleva a cabo en la cámara del detector; esto afecta la producción de corriente
que se ve disminuida, por lo que la corriente medida por circuito eléctrico será menor,
y cuando sea inferior a un valor predeterminado se genera la condición de alarma.

Principio de funcionamiento de detectores


de humo Fotoelectricos
Estos detectores funcionan con el principio de dispersión de luz. En el interior de la
cámara del detector se encuentra un LED emisor de luz y un fotosensor. La luz emitida
por el LED incide en un área de la cámara donde no puede ser captada por el
fotosensor, esta es la condición "normal" del detector.

Cuando se genera un incendio también se genera humo que entra en la cámara del
detector, y obscurece el medio en el que se propaga la luz emitida por el LED, esto
hace que la luz de dicho emisor se disperse y se refleje hacia el fotosensor, que al
recibir la luz genera la condición de alarma.

Criterios de Detección
La función principal de un detector de humo es la de advertir un incendio generando
una señal de alama, pero al escoger el detector a utilizar debemos considerar el tipo
de humo que detectan, es decir su característica de detección:

Los detectores de humo iónicos son especialmente sensibles a los humos que
contienen pequeñas partículas (de .01 a 0.4 micrones), son mas sensitivos a la
presencia de fuego de crecimiento rápido y humo no visible, tal como el que se genera
en fuegos de combustión rápida provocados por: gasolina, alcohol, aceites, plásticos,
líquidos químicos, etc.

Por su parte los detectores fotoeléctricos son utilizados para detectar incendios de
menor velocidad de propagación, que generan humo negro visible (con partículas de
humo que van de los 0.4 a los 10 micrones) , como los que se generan en incendio
donde tenemos combustibles como: maderas, cuero, lana, y la mayoría de los
polímeros.

¿Cuál es el detector de Humo que debo


utilizar?
Tanto en los detectores de humo iónicos como los en los de tipo fotoeléctrico, su
espectro de respuesta es lo suficientemente amplio como para su uso generalizado,?
entonces ¿cual es que debo utilizar?

Esta es una pregunta difícil de responder, dado que es muy complicado determinar el
tamaño de las particular que se pueden liberar en un incendio determinado, ya que
hay una considerable variedad de combustibles, que pueden tener efectos diferentes,
en diferentes situaciones, como ejemplo, si tiramos un cigarro encendido en un sillón,
o una cama, generara una combustión paulatina que a su vez generara humo visible,
pero si ese mismo cigarro cae sobre papel o periódico, que se encuentre sobre la
cama generara llamas, más rápidamente.

¿y entonces?
Como debemos escoger un detector de humo para proteger nuestra vida y nuestro
patrimonio, debemos elegir uno que nos de aviso de forma oportuna, y también que
sea menos propenso a falsas alarmas, y para esta elección consideremos lo
siguiente:

Los detectores de humo fotoeléctricos son más utilizados para casa y oficinas, ya que
tienen un espectro de detección enfocado a combustibles como madera, lana,
algodón, etc., estos se encuentran en mayor cantidad en casas y oficinas, almacenes
de ropa, y mueblerías, además de ser menos propensos a falsas alarmas en
ambientes controlados.

Por su parte los detectores iónicos, pueden ser más efectivos en laboratorios, talleres,
tiendas de pintura, o industrias donde se utilicen alcoholes, solventes y todo tipo de
materiales de rápida combustión. Además recordemos que estos utilizan un isopo
radioactivo y a pesar de que la radioactividad que genera no es un problema para la
salud, siempre existe el riesgo de un accidente y que el isopo se mezcle con el medio
ambiente, generando un problema de contaminación, además de que por su gran
sensibilidad es mas propenso a falsas alarmas provocadas por acumulación de polvo
y corrientes de aire.

Sea ,cual sea, el que elijamos, recordemos que un detector de humo puede salvar
nuestra vida, la de nuestras seres queridos y nuestro patrimonio. Si no podemos
colocar un sistema de detección de incendio de los conocidos como inteligentes, por
su alto costo, podemos protegernos con detectores autónomos que funcionan sobre
los mismos principios de detección y que se alimentan de corriente eléctrica con una
pila de 9v, y que además integran el dispositivo de anunciación, es decir, una pequeña
sirena que genera un sonido de alarma de 109dB, capaz de alertarnos
oportunamente, y por si fuera poco a un bajo costo

Los detectores de humo o de incendios pueden ser analógicos (indican nivel de la sustancia o
magnitud medida, por ejemplo, concentración de un elemento generado durante el incendio)
o digitales (detectan presencia o variación de humo, pero sin poder cuantificar el nivel). Si se
atiende al uso en edificios, existen 3 tipos de detectores de humo o de incendios:

1. Detectores convencionales. Detectan humo, fuego, calor o cualquier combinación de


estos. Se instalan, habitualmente, en lazo e indican si hay una alarma en las diferentes
zonas de detección.
2. Detectores convencionales direccionables. Estos sistemas son capaces de detectar,
también, la existencia de calor, humo o fuego (o combinación de los mismos) pero
indican si existe alarma por cada elemento de detección, no por cada zona. Por tanto,
son unos sistemas más precisos que permiten una mejor acción de los servicios de
intervención.
3. Detectores inteligentes. En este caso, los elementos se conectan en lazo, pero son
capaces de cuantificar la presencia de humo, niveles de temperatura, fuego o
combinaciones de estos elementos y reaccionar de acuerdo a un protocolo
programado previamente.

En edificios, puede considerarse un sistema de detección de incendios aquel que detecta la


existencia de un incendio y, además, activa las señales de alarma necesarias para tomar las
medidas adecuadas. La normativa específica los asimila al concepto de «sistema automático
de detección de incendios», denominados detectores, frente a otros sistemas manuales, como
los pulsadores de emergencia.

Tipos de detectores de humos y de incendios


Los detectores más utilizados son de cuatro tipos y se basan en diferentes principios físicos y
de funcionamiento:

1. Detectores de humos iónicos. Funcionan por un principio de ionización del aire en


caso de que entre humo en la cámara de detección; los elementos detectados pueden
ser invisibles a simple vista. Se instalan generalmente en la industria química, ya que
son más sensibles a fuegos de crecimiento rápido o de humo no visible. Es importante
mencionar que no funcionan si el aire tiene una velocidad superior a unos 0,5 m/s.
2. Detectores ópticos. El humo que entra en el equipo hace que se interrumpa la
transmisión de un rayo de luz que hay en su interior, lo cual genera una alarma. Son
sistemas para detección puntual y existen dos tipos; , los detectores ópticos analógicos
y los digitales. Estos detectores se colocan en los conductos de extracción de aire
(ventilación) del local para que detecten la presencia de humo en grandes estancias o
en el edificio en general. Se utilizan, habitualmente, en viviendas, centros
comerciales, supermercados, cárceles o bodegas, entre otros.
3. Detector térmico. Realmente no es un detector de humo como tal, sino de incendio,
ya que funciona por la fusión de un elemento cuando se alcanza una temperatura
elevada. Son de detección tardía (normalmente, se activan alrededor de los 68 ºC) y
solo pueden instalarse en locales de hasta 7 metros de altura. Generalmente, se usan
cuando no puede emplearse un sistema convencional de detección de humos; por
ejemplo, en cocinas o garajes.
4. Detector de radiación. Tampoco es un detector de humo, sino un detector de
incendio. Detecta, mediante diferentes elementos electrónicos, la presencia de
radiación generada por la presencia de un incendio. Se instalan sólo en recintos
abiertos o lugares con techos muy elevados, y producen una alarma tardía.

En función del tipo de detector deberá establecerse un plan de mantenimiento, u otro, ya que
algunos son más sensibles a la suciedad y pueden llevar a falsas alarmas.

En los aparcamientos cerrados estos sistemas son cruciales, ya que la normativa indica que
deben contar con un sistema de control de humo y calor. Este, a su vez, integrará el sistema
de ventilación de funcionamiento en condiciones normales. Los detectores de humo, así como
los detectores de CO o NO2 , junto con el resto de elementos del sistema de control, permiten
el accionamiento del sistema de ventilación según sea necesario.

En este ámbito, la solución tecnológica más avanzada que existe en la actualidad es el sistema
que emplea ventiladores de impulso (o jet fans), fabricados para permitir un adecuado
funcionamiento en caso de incendio. Modelos axiales o centrífugos se colocan de forma
estratégica a lo largo de la superficie útil del aparcamiento. Distribuyen el aire fresco desde
los puntos de aporte hasta los de extracción y arrastran consigo la polución o humo que pueda
generarse. Asimismo, dicho sistema puede representar un ahorro en costes de construcción,
instalación y mantenimiento, dada la baja sección vertical de los ventiladores de impulso.

Detección de Incendios es un rubro complejo, no obstante es mucho más sencillo de lo que se


piensa. El presente artículo tiene como objetivo hacer llegar a aquellos instaladores que aun
no estén realizando instalaciones de Detección de Incendios, aspectos básicos a considerar
para incursionar en el rubro. Esperamos les resulte de utilidad.
Detección de incendios: Zonas de detección
En detección de incendios, para poder identificar físicamente el foco del mismo dentro del
edificio, se establecerán distintas zonas de alarma para la detección de incendios, estas áreas
(o zonas) se corresponderán con las zonas de la propia Central de Incendios. Como máximo,
en cada zona se podrán instalar hasta 25 detectores de incendio.
La superficie de las zonas de detección no puede superar los 1000 m2 y deben estar ubicadas
en un solo nivel o piso. Los locales de escalera, cajas de ascensores y tragaluces se definirán
como zonas independientes.
Con respecto a los recintos, se podrán integrar varios en una zona de detección si se cumplen
estas condiciones:
Los recintos deberán ser contiguos y no mayor de cinco.
La superficie total no superar los 400 m2.
Que el acceso de los recintos puedan ser observados con facilidad.
La señalización del disparo de la alarma debe ser óptico y perceptible para poder identificar
la zona afectada por incendio.
Detección de incendios: Tipos de detectores de incendio
En detección de incendios, para establecer el tipo de detector se debe tener en cuenta la
probable evolución del incendio desde sus inicios, la altura del local, las variables
ambientales y las causas posibles de falsas alarmas en las zonas protegidas.
Mientras más alto sea el local o cuanto más grande sea la distancia entre el foco del incendio
y el techo, menor resultará la concentración uniforme de humos.
Las áreas del techo con mayor altura, pero de superficies pequeñas, no se considerarán o se
las tomará como una zona independiente.
Determinación de la ubicación y distancia entre detectores
La cantidad y la distribución de los detectores está determinada por el tipo de sensor, de la
forma y dimensiones dela zona a proteger y de las condiciones físicas del local a proteger.
La selección de los detectores a utilizar se establece en base a dos condiciones básicas:
Identificación de un incendio en su fase inicial.
Detección de incendios: Minimizar las falsas alarmas.
En detección de incendios, como regla general y en base a distintos reglamentos
internacionales de protección contra incendio se puede establecer una distancia de separación
entre detectores de 9 m, para cielorrasos planos y sin obstáculos entre la zona a proteger y los
detectores.
Si se considera que la mayoría de los locales a proteger son cuadrados o rectangulares, con un
detector ubicado en el centro del local se llegaría a cubrir un área de diámetro 13 m. En la
práctica se encuentran dificultades tales como cielorrasos de distintos niveles, vigas salientes
hacia abajo y divisiones que obstruyen el paso del humo en dirección a los detectores, techos
inclinados, etc., entonces la separación entre detectores debe variar en cada caso y a criterio
del proyectista.
Para que un detector tenga una efectividad del 100% en la detección de incendios, la altura
máxima del techo debe ser, como máximo de 3 metros. A mayor altura, la efectividad se
reduce con un coeficiente menor a uno, como ejemplo un detector colocado en un techo 6 m.
de altura, el rendimiento de éste se debe multiplicar por 0,64, lo que hace disminuir la
distancia entre detectores. La Norma IRAM establece las condiciones de ubicación de
detectores por su tipo y mediante curvas y gráficos.
Si la cantidad de zonas del techo fuesen mayores que la superficie permisible de supervisión,
cada una de estas zonas se tomará como un recinto único.
La distancia entre los detectores y las paredes no deben ser menores a 0,5 m. y los detectores
no pueden tener objetos que los puedan obstruir a distancias menores a 0,5 m.
Los detectores se deben colocar tan próximos al del centro del techo como sea posible, ya que
esta es una zona de concentración de humos y calor.
Los pulsadores manuales de aviso de incendio se colocarán de manera tal que sean fácilmente
detectables de forma visual, en las salidas de emergencia, debiéndose corresponder con una
zona física de incendio para identificación rápida del local desde donde se lo accionó.
Se debe evitar instalar detectores de humo en:
Salidas o retornos de equipos de aire acondicionado. Debido a que las corrientes de aire
producidos por estos equipos puede producir acumulación de polvo en los detectores,
provocando falsas alarmas o funcionamiento defectuoso.
Lugares sucios o de mucho polvo.
En la intemperie.
En zonas húmedas.
En zonas para fumadores o que se pueda producir humo.
Cerca de artefactos de luz con lámparas de descarga, puesto que la interferencia eléctrica que
producen este tipo de artefactos podrían provocar falsos disparos.
En ambientes de temperatura muy alta o muy baja.
En ambientes donde se genere humo se instalarán sensores térmicos de gradiente o de fusible
de temperatura (por ejemplo: cocheras) y en lugares donde haya artefactos donde se queme
gas o cocheras donde se estacionen automóviles que funcionen a GNC se instalarán
detectores de gas.

Detección de incendios: Cómo diseñar un sistema de detección de incendio


Un Sistema de detección de incendio está formado principalmente por los siguientes
elementos:
Detectores
Avisadores manuales
Alarmas acústicas y luminosas
Central de alarma
Las normas internacionales de uso, instalación y mantenimiento de los Sistemas de alarma
contra incendio son publicadas por la NFPA (Nacional FireProtectionAssociation) con sede
en Massachusetts, EE UU.
Entre otros, laboratorios de ensayos normalizados como UL (Underwriters Laboratorios, Inc)
prueban los distintos dispositivos de acuerdo a las normas y dan a conocer listados con
equipos aprobados. Además autorizan al fabricante a rotularlos con siglas, p/ej. UL.
Detección de incendios: Detectores
Existen en la actualidad distintos tipos de detectores:
Detectores iónicos de humo
Detectores ópticos de humo
Detectores de temperatura máxima
Detectores de gradiente de temperatura
Detectores combinados.
Detectores especiales.
Se describen brevemente el principio de funcionamiento de cada uno de ellos:
Detección de incendios: Detectores iónicos de humo
Al producirse un incendio, se liberan partículas visibles e invisibles de humo y gases de
combustión. La función del detector es percibir estas partículas y accionar un circuito
electrónico que envíe la información a la Central de Alarma, para dar los avisos acústicos y
luminosos correspondientes.
Los detectores iónicos constan de una cámara doble, ionizada por un material radioactivo y
un circuito electrónico asociado.La cámara está compuesta por dos placas cargadas
eléctricamente y una lámina conteniendo Americio 231 que emite partículas alfa (núcleos de
átomos de Helio).Estas partículas entran en colisión con las moléculas de aire, desalojando
los electrones de sus órbitas. De esta forma se crean iones positivos y negativos que son
atraídas por las placas negativa y positiva respectivamente.Esto crea una pequeña corriente
que es medida por un circuito electrónico conectado a las placas.
Las 2 cámaras que conforman al detector son similares, con la diferencia que una es cerrada y
la otra abierta permitiendo el ingreso de partículas de humo.Estas partículas de mayor
tamaño, al entrar en colisión con las moléculas de aire ionizadas, provocan una disminución
de la corriente de ionización.
Cuando esta corriente es inferior a un valor predeterminado comparado con la de la cámara
cerrada no afectada por el humo, se produce la condición de alarma.Detecta partículas cuyo
tamaño puede variar entre 0,01 y 0,4 micrones.La presión atmosférica y la humedad si bien
afectan la corriente mencionada, al actuar en las dos cámaras por igual, no producen
variaciones en la medición por comparación.
Mundialmente se está dejando de utilizar este tipo de detector, debido a la dificultad que
presenta su desecho cuando deja de funcionar o se deteriora.Al contener en su interior
material radioactivo no puede ser tratado como un residuo domiciliario.Si bien la cantidad de
radiación emitida es ínfima y queda totalmente confinada al detector, el contacto o la
ingestión accidental del material radioactivo podría producir serias lesiones.
En nuestro país, la CNEA, Comisión Nacional de Energía Atómica, ha dictado una serie de
normativas al respecto. Para proceder a su eliminación, se debe solicitar los servicios del
Departamento Coordinación de Prestaciones del Programa Nacional de Gestión de Residuos
Radioactivos. El organismo confecciona un presupuesto que debe ser aceptado por el
solicitante.
Recibida la conformidad, se confeccionará un CONTRATO DE ASISTENCIA
TECNOLOGICA DEL SERVICIO DE GESTION y una planilla de declaración jurada del
generador del residuo, por cada lote de detectores de humo diferenciados por isótopo a
eliminar.Entregados los detectores y finalizado el trámite, la CNEA emitirá el
CERTIFICADO DE TRANSFERENCIA DE MATERIAL RADIOACTIVO que deberá
conservarse.
Detección de incendios: Detectores ópticos de humo
El principio de funcionamiento de los detectores ópticos, se basa en la dispersión de un haz
de luz provocada por partículas de humo.
En una cámara oscura, se colocan un diodo LED y un fotodiodo.El haz del emisor de luz
LED, incide en un área donde no puede ser captado por el fotodiodo en condiciones
normales.Cuando hay presencia de humo en la trayectoria del haz, la luz incide sobre las
partículas de humo y se refleja sobre el fotodiodo. Este, asociado también a un circuito
electrónico, produce la condición de alarma al recibir la luz reflejada.
Las partículas de humo que disparan a este tipo de detector tienen un tamaño de entre 0,4 y
10 micrones.Como se puede apreciar, el tamaño de las partículas es mayor en este caso que
en el de los detectores iónicos, por lo que la velocidad de respuesta es ligeramente menor
aunque no significativa en un caso de incendio.
Detección de incendios: Detectores de humo para ductos
Para la detección de humo dentro de conductos de aire acondicionado, se utilizan gabinetes
especiales en los que va montado un detector de humo.El diseño de este gabinete permite una
eficiente toma de muestras del aire que circula por los conductos de aireación y mediante un
adecuado montaje del detector, se pueden detectar partículas de humo sin producir falsas
alarmas por la circulación de aire.
Detección de incendios: Barreras de detección de humo
Constan de un transmisor y un receptor de rayos infrarrojos pulsados. Disponen en general de
ajustes internos de dirección, alcance, sensibilidad y tiempo de respuesta.
Si el haz de rayos infrarrojos se oscurece en un determinado porcentaje, se produce la
condición de alarma.
Si el haz se bloquea completamente, genera una señal de falla.Se utilizan para cubrir
distancias de entre 50 m a 100 m, lo que los hace sumamente útiles para la protección de
galpones o naves industriales.
Detección de incendios: Detectores ópticos de llama
Constan de dispositivos sensibles a la radiación infrarroja y ultravioleta de las llamas, un
lente y un circuito electrónico vinculado.Se utilizan generalmente en sectores que contengan
sustancias inflamables, tales como depósitos de gas y combustibles, refinerías de petróleo y
plataformas de exploración. Por este motivo, se fabrican en gabinetes a prueba de explosión.
Algunos modelos disponen de circuitos electrónicos para testear la limpieza del lente en
forma continua. Tienen alta inmunidad a las falsas alarmas causadas por reflejos, arcos
voltaicos y otras fuentes de radiación. Son de alto costo.Se debe tener en cuenta la
importancia de la limpieza periódica que se debe realizar tanto en los detectores iónicos como
ópticos.
El polvo, la humedad y pequeños insectos pueden afectar la detección, produciendo falsas
alarmas.Si bien la mayoría de los detectores cuenta con rejillas de protección, con el paso del
tiempo acumulan en su interior partículas que se encuentran en suspensión en el aire y deben
ser removidas en forma periódica.Los detectores se deben limpiar por lo menos una vez por
año y si las condiciones ambientales así lo exigieran, la frecuencia debería ser mayor.
Detección de incendios: Detectores de temperatura máxima
Los detectores de temperatura fija máxima o los termovelocimétricos, se utilizan en lugares
en los que las características ambientales hacen imposible el uso de detectores de humo.Tal
sería el caso de escenarios donde puede haber humo en forma permanente o polvos, vapores y
sólidos suspendidos en el aire. Como ejemplo serían playas cerradas donde transiten
camiones, cocinas o industrias que liberen gran cantidad de partículas al medio ambiente.
Estos equipos exhiben un tiempo de respuesta considerablemente lento en comparación con
los detectores ópticos o iónicos por lo que se recomienda su utilización sólo en los lugares
mencionados.
Hay varios principios constructivos de detectores de temperatura máxima:
Detección de incendios: Con material fusible
El detector está formado por un elemento metálico de aleación eutéctica, que es aquélla que
tiene una temperatura de fusión constante. Los metales usados son principalmente plomo,
estaño y cadmio. Cuando se alcanza esa temperatura, el material se derrite y por la presión
ejercida por un resorte se cierra un circuito dando señal de alarma. Generalmente el material
fusible está adosado a una placa colectora de calor que se desprende del detector al superar la
temperatura máxima. Esto lo torna sumamente seguro, pero lo inutiliza para una nueva
detección por lo que debe ser reemplazado.Las temperaturas fijas usuales son de 57º o 87º.
Detección de incendios: Con lámina bimetálica
El elemento detector es una lámina o membrana formada por dos metales con distinto
coeficiente de dilatación, que al aumentar la temperatura se deforma hacia un contacto fijo,
cerrando un circuito eléctrico y dando señal de alarma. La distancia entre los contactos
determina la temperatura de funcionamiento, que es generalmente similar a la descripta
anteriormente.
La ventaja de este sistema, es que al disminuir la temperatura el detector se auto resetea,
quedando preparado para otra detección.
Detección de incendios. Detectores de gradiente de temperatura o termovelocimétricos:
Actúan en general, cuando la temperatura aumenta más de 8º por minuto.Constan de una
cámara neumática y un tubo capilar. Ante un aumento rápido de la temperatura, se produce la
expansión del aire contenido dentro de la cámara, que dispone de un diafragma flexible. Este
último lleva adosado un contacto que al producirse la dilatación del aire, cierra un circuito
dando condición de alarma. Para mayor seguridad y minimizar las falsos disparos, se utilizan
dentro del detector 2 cámaras similares que deben actuar simultáneamente.Si el aumento de
temperatura es lento, el aire escapa por los respiraderos del tubo capilar y no se dilata el
diafragma.
Existen otros modelos de detectores temovelocimétricos que utilizan distintos principios de
funcionamiento, como aquellos construidos con termopares o los electrónicos basados en
compuestos metálicos que varían su resistencia eléctrica con la temperatura.
Detección de incendios. Detectores térmicos combinados
Combinan los principios de funcionamiento de los detectores de temperatura fija y los
termovelocimétricos. Si no actúa este último porque la temperatura no se eleva con suficiente
rapidez, actuará el de temperatura máxima.
Como se ha mencionado en la parte 1, las normas internacionales de uso, instalación y
mantenimiento de los Sistemas de alarma contra incendio son publicadas por la NFPA
(Nacional FireProtectionAssociation) con sede en Massachusetts, EE UU.
En particular la norma NFPA 72 trata la ubicación y separación entre detectores.
En nuestro país, las normas las establece IRAM (Instituto Argentinode Racionalización de
Materiales).La NORMA IRAM 3554 especifica las condiciones que deben cumplir las
instalaciones fijas contra incendio y los sistemas de detección y alarma.
Normas Relacionadas
IRAM 3554 Instalaciones fijas contra incendio. Sistemas de detección y alarma. Proyecto y
montaje de la instalación.
IRAM 3577 Instalaciones fijas contra incendio. Sistemas de detección y alarma. Métodos de
ensayo prácticos con fuego para el control de la instalación.
IRAM 3551 Instalaciones fijas contra incendio. Sistemas de detección y alarma.
Aplicaciones.
IRAM 3639 Instalaciones fijas contra incendio sistemas de detección y alarma. Inspección
periódica.
IRAM 3531 Instalaciones fijas contra incendio. Sistemas de detección y alarma. Definiciones
y descripción de detectores.
IRAM 3558 Instalaciones fijas contra incendio. Sistemas de detección y alarma. Tableros de
control y señalización.
IRAM 3528
Instalaciones fijas contra incendio. Evaluación del riesgo por el método de Pourt, para la
aplicación de sistemas automáticos de detección y extinción.
IRAM 3651 Instalaciones fijas contra incendio. Alarmas contra incendio. Sistemas de
espuma de baja expansión y de mezclas.
IRAM 3597
Instalaciones fijas contra incendio. Sistemas hidrantes.
IRAM 3636 Instalaciones fijas contra incendio. Sistemas fijos de agua fraccionada.
IRAM 3555-2 Instalaciones fijas contra incendio. Sistemas de rociadores automáticos de
agua. Componentes.
IRAM 3556 Instalaciones fijas contra incendio. Sistemas de extinción. Dispositivos eléctricos
de control.
IRAM 3632 Instalaciones fijas contra incendio. Sistemas de extinción a base de dióxido de
carbono (CO2).
IRAM 3635 Instalaciones fijas contra incendio. Sistemas de extinción a base de halon 1301.
IRAM 3668-1 Instalaciones fijas contra incendio. Sistemas fijos de extinción por polvo.
Requisitos generales.
Sin describir la totalidad de estas normas, se reproducirán parcialmente y se comentarán los
lineamientos básicos de las mismas para que el proyecto y la instalación de los sistemas
pueda realizarse correctamente.
Detección de incendios. Zonas de detección
La finalidad de dividir los lugares a proteger en zonas de detección es identificar en forma
inequívoca el foco del incendio.La superficie de las zonas de detección no debe superar los
1000 m2. Deben estar situadas en un solo nivel o piso con excepción de los recintos de
escalera, tragaluces cajas de ascensores, que se definirán como zonas independientes.Como
máximo, en cada zona se podrán agrupar 25 detectores automáticos de incendio.
En una zona de detección se podrán agrupar varios recintos, si se cumplen las siguientes
condiciones:
Que los recintos sean contiguos y no mayor de cinco y que superficie de los mismos no
supere los 400 m2.
Que los recintos además de ser contiguos, sus accesos puedan ser apreciados con facilidad.
Que la señalización de alarma sea óptica y bien perceptible para identificar correctamente una
zona afectada por incendio.
Detección de incendios. Selección del tipo de detector de incendio
Para la selección se debe tener en cuenta la evolución más probable del incendio en su fase
inicial, la altura del recinto, las circunstancias ambientales y todas las fuentes posibles de
falsas alarmas en las zonas a proteger.Cuanto más alto sea el recinto o cuanto mayor sea la
distancia entre el foco del incendio y el techo, tanto mayor resultará ser la zona con una
concentración uniforme de humos.Las zonas del techo con alturas mayores pero de pequeña
superficie no se toman en cuenta o se considerarán como una zona independiente.
La Norma IRAM sugiere la siguiente tabla para la elección de los detectores en función de la
altura.
Detección de incendios: Pautas generales para determinar la ubicación y separación
entre detectores
En detección de incendios, el número y la disposición de los detectores es en función del tipo
de detector, de la geometría del lugar a proteger y del entorno que predomina en el recinto
supervisado.
La elección del detector se realiza en base a dos premisas básicas:
La identificación de un posible incendio en su fase inicial.
La de minimizar las falsas alarmas.
Algunos reglamentos de protección contra incendio especifican una distancia de separación
entre centros de detectores bajo condiciones ideales de instalación de 9 m, considerando
cielos rasos lisos y sin obstrucciones entre el área protegida y los detectores. Teniendo en
cuenta que la mayoría de los recintos son rectangulares o cuadrados, colocando un detector
en el centro de una habitación, se llegaría en condiciones ideales a cubrir un diámetro de
13m.
Como en la práctica se deben enfrentar problemas tales como cielos rasos con distintos
niveles, vigas de techo expuestas, espacios de almacenamiento y divisiones que obstruyen el
paso del humo hacia los detectores, estratificación del aire o cielos rasos inclinados, la
separación entre detectores varía de acuerdo a cada caso.
Se debe considerar además que para que el detector tenga una efectividad del 100%, la altura
máxima del cielo raso debe ser de 3 metros. A mayor altura como por ejemplo 6 m, la
efectividad se reduce al 64% por lo que la distancia entre detectores debe ser menor.
En este sentido, la Norma IRAM establece las condiciones mínimas para la disposición de
detectores de acuerdo a su tipo mediante curvas y gráficos.A título de ejemplo, para una
superficie máxima supervisada por un detector de humo de 60 m2, una inclinación del techo
de hasta 15°, una distancia máxima entre el detector y un punto cualquiera del techo de 5,8
m, la distancia horizontal permisible entre detectores será de 7,7 m.Cuando los detectores
tienen que ser ubicados en techos con vigas, se tendrá en cuenta la altura del recinto y las de
la viga para determinar la cantidad de detectores a colocar. Si los sectores del techo fuesen
mayores que la superficie permisible de supervisión, cada uno de estos sectores se
considerará como si fuera un recinto propio.
El ejemplo sería considerar la protección con detectores de humo un recinto de 60 m2 con un
techo dividido en sectores de 12 m2. En este caso se debería colocar 5 detectores (uno por
recinto) para lograr una protección efectiva. En pasillos estrechos con un ancho menor a 3 m,
se podrán colocar detectores de humo hasta una distancia de 15 m entre si.
En cielorrasos inclinados o a dos aguas, la separación de detectores en el plano horizontal,
tomando como referencia la línea vertical de plomada de la cumbre del techo, debe ser de 1 m
desde dicha línea vertical.
Otro aspecto importante a considerar es la distancia entre los detectores y las paredes. Estas
no deben ser menores a 0,5 m.Además la distancia horizontal y vertical entre los detectores y
las mercaderías almacenadas tampoco debe ser menor a 0,5 m.
Cuando se instala un sólo detector, en una habitación o recinto, el mismo se debe colocar tan
cerca del centro del techo como sea posible, ya que dicho lugar es óptimo para detectar un
incendio en cualquier lugar del área cubierta.
Los detectores para conductos y sistemas de aire acondicionado son diseñados especialmente
para este uso, difieren de los expuestos hasta el momento y deben cumplir las normas para
trabajar con determinada velocidad de aire dentro del espacio al que estarán destinados.
Los avisadores manuales de incendio se agruparán de modo tal que se pueda determinar en
forma rápida e inequívoca el lugar de procedencia del aviso.Se montarán en forma bien
visible a lo largo de las vías de escape tales como salidas, pasillos, escaleras y en los sectores
especialmente expuestos a peligros. Deben guardar entre si una distancia no mayor a 40 m.
Los detectores de humo no deben instalarse en los siguientes lugares:
En corrientes de aire producidos por salidas o retornos de equipos de aire acondicionado. La
cercanía a dichos lugares puede producir acumulación de polvo en los detectores lo que
podría derivar en falsas alarmas o un funcionamiento defectuoso.
En áreas muy polvorientas o sucias.
A la intemperie.
En áreas mojadas o excesivamente húmedas.
En lugares permitidos para fumar o que se puedan generar humos por escapes de vehículos o
partículas de combustión.
Áreas de fabricación con presencia de vapores fuertes o densos. La concentración alta de
gases más densos que el aire, tales como dióxido de carbono, aumentarán la sensibilidad de
los detectores. Gases menos densos como el helio, los harán menos sensibles.
Cerca de artefactos de luz fluorescente, ya que por la interferencia eléctrica que producen
podrían generar falsas alarmas.
En ambientes muy fríos o muy cálidos.
Cuando existan dudas sobre la posibilidad de que se produzcan falsas alarmas en lugares con
presencia habitual de humo o gases de combustión, es preferible instalar detectores de
gradiente y temperatura máxima.
Los detectores de humo están diseñados para que el mantenimiento necesario sea el mínimo
posible, pero igualmente se acumula suciedad y polvo en los elementos de detección, que
pueden afectar su sensibilidad. Podrían volverse más sensibles, en cuyo caso aumentarán las
falsas alarmas. Si por el contrario se vuelven menos sensibles, la señal de alarma se generará
con una menor anticipación en caso de incendio. Como las dos condiciones son indeseables,
la solución es la prueba periódica del funcionamiento de los mismos.
En la tercera parte se comentarán los procedimientos de prueba y mantenimiento de los
detectores de humo.
Detección de incendios: Inspección, prueba y manteniemiento de detectores
Se mencionó en la parte 2, que los detectores de humo están diseñados para que el
mantenimiento necesario de los mismos sea el mínimo posible.De todas maneras la
acumulación de suciedad y polvo en los elementos de detección afectan su sensibilidad. Si
esta aumenta, aumentarán las falsas alarmas. Si por el contrario disminuye, la señal de alarma
se generará con una menor anticipación en caso de incendio. Como las dos condiciones son
indeseables, la solución es la prueba periódica del funcionamiento de los mismos.
Las normas internacionales que tratan el tema son NFPA 90A y la NFPA 72.
Todos los detectores deben ser inspeccionados visualmente al finalizar la instalación y
posteriormente 2 veces por año como mínimo. Se debe constatar además que las condiciones
ambientales no se hayan modificado.Para limpiar el polvo de los detectores, se debe utilizar
una aspiradora potente colocando la punta de la boquilla tan cerca de los orificios externos
como sea posible.Se puede usar también una boquilla con cepillo integrado para ayudar a
desprender las partículas adheridas.En algunos detectores es posible extraer la cámara de
detección para efectuarle una limpieza más profunda. Para realizarlo se deberá consultar el
manual del fabricante.
Transcurrido 1 año de la instalación original y posteriormente cada 2 años se debe verificar la
sensibilidad de los detectores, siguiendo las instrucciones del fabricante.Esto debe realizarse
con el instrumental adecuado.Los detectores pueden probarse utilizando un producto químico
en aerosol para verificar su funcionamiento.
La norma NFPA 72 establece que la sensibilidad de un detector no debe probarse ni medirse
con medios que no administren una concentración cuantificada y definida de humo. La
duración del rociado, la distancia entre el aerosol y el detector, el ángulo de salida del rocío y
la variación de las condiciones atmosféricas pueden producir resultados erráticos.Por este
motivo es importante seguir las recomendaciones del fabricante sobre el gas, aerosol o humo
que se debe utilizar para probar los detectores.

Detección de incendios: Diagnóstico de fallas y motivos de las falsas alarmas


En detección de incendios, ningún sistema de detección es inmune a las falsas alarmas.
Cuanto mayor es el número de detectores instalados, mayor será la probabilidad de
tenerlas.También esta posibilidad es mayor en una fábrica o en un laboratorio, que en una
oficina.Las cusas de falsas alarmas son numerosas y variadas, generalmente motivadas por la
mala ubicación de detectores y factores relacionados con el medio ambiente. Entre ellas se
mencionan las más frecuentes:
Ambientes con temperaturas extremas o con gran caudal de aire.
Sectores con presencia excesiva de polvo, suciedad o humedad.
Locales con presencia normal de partículas de combustión alrededor de los detectores, como
por ejemplo garajes o playas cerradas de carga de vehículos.
Instalación defectuosa en la que detectores y cables no se han protegido contra la
interferencia de corrientes inducidas de circuitos adyacentes, de emisiones de radiofrecuencia
y de otros tipos de radiaciones electromagnéticas.
Mantenimiento inadecuado que puede causar la acumulación de polvo y suciedad en las
cámaras de detección.
Factores esporádicos, tales como el encendido de equipos de calefacción del inmueble luego
de un largo período de inactividad.
Trabajos de remodelación edilicia o pintura que provoquen polvo de demolición o de lijado
de paredes.
Corrientes inducidas por descargas atmosféricas durante tormentas.
Invasión de insectos.

Detección de incendios: Supervición de los circuitos de detectores conectados a una


central de incendio
Los circuitos que conectan los detectores de incendio al panel de control, deben estar bajo
supervisión continua para que una condición de falla que pueda impedir el funcionamiento
normal del sistema, sea detectada y anunciada.Generalmente los detectores que se conectan a
una central de incendio son de 2 conductores. Se alimentan y envían información a través del
mismo circuito.
Las formas de conexión con la central se pueden diferenciar como Circuitos Clase B o
Circuitos Clase A.
Los Circuitos Clase B pueden diferenciar entre un cortocircuito (condición de alarma) y una
apertura (condición de falla). Este tipo de circuito se supervisa haciendo circular una pequeña
corriente y trabajando con resistencia de fin de línea.Las variaciones de esta corriente de
supervisión es procesada en el panel de control, que emitirá un aviso de alarma si la corriente
aumenta o un aviso de falla si la corriente disminuye.Una apertura del circuito producido por
el corte de un cable, anula eléctricamente todos los detectores o avisadores conectados
después del punto de apertura.
En cambio, los Circuitos Clase A también pueden diferenciar entre cortocircuitos y aperturas
de circuito. La supervisión de alimentación eléctrica se efectúa mediante la medición de la
corriente y una resistencia de fin de línea que en el caso de esta configuración, forma parte
del panel de alarma.
Un circuito de Clase A debe iniciarse en el panel de control y retornar a él. Por lo tanto habrá
4 conductores por circuito. Se desprende de esta consideración que la central debe estar
preparada y equipada específicamente para circuitos Clase A.
Los conductores adicionales que en este caso se requieren, permiten al panel supervisar el
circuito desde ambos lados del mismo, sin que el funcionamiento de los detectores sea
afectado por un corte en el cable.De esta forma todos los sensores pueden seguir
respondiendo en caso de una condición de alarma aunque exista un corte o un cortocircuito a
tierra en uno de los conductores.
Detección de incendios: Centrales de Alarma
Se encuentran 2 tipos de tecnologías en materia de centrales de alarma que se describirán
brevemente:
Detección de incendios: Centrales Convencionales
Poseen zonas de detección generalmente terminadas con resistencias de fin de línea. Aceptan
de acuerdo a normas, hasta 20 detectores por zona. Pueden disponer un número fijo de zonas
o ser ampliables con módulos de expansión. La información puede ser brindada por medio de
LEDS o display LCD.
Son ideales para instalaciones pequeñas o medianas donde la señalización por zonas es
suficiente para una clara identificación de un sector donde se ha detectado humo.
Tienen la ventaja de tener bajo costo y programación simple. Utilizan detectores
convencionales.
Detección de incendios: Centrales analógicas direccionables
Permiten una mejor identificación de los sectores ya que cada detector se transforma en un
indicador preciso e inequívoco del punto donde se ha producido humo ya que por si solo
informa su estado.Las centrales no disponen de zonas sino de lazos donde cada uno puede
aceptar en el orden de 100 detectores y 100 módulos.A cada detector o módulo se le asigna
un número que es reconocido e indicado en el display LCD de la central en caso de detección
o falla.
Son los equipos recomendados para grandes instalaciones y permiten grandes ampliaciones
en forma sencilla.Los detectores analógicos pueden informar a la central su estado de
contaminación con polvo y ésta compensar el umbral de detección logrando mantener un
nivel de sensibilidad constante.Además permiten un ajuste de sensibilidad diferente para cada
detector de acuerdo al sector donde estarán instalados.
Los módulos también permiten ser asignados con una dirección y ser acoplados a los
avisadores manuales, a dispositivos de control, controles de climatización, compuertas
cortafuegos etc.Las ventajas que presentan son una fácil instalación, mejor registro de
eventos, programación de entradas y salidas flexible y mayor capacidad de expansión.
Se ha analizado someramente los distintos aspectos que se deben tener en cuenta para la
realización correcta de un sistema de detección de incendio. Pero se considera que el
proyecto definitivo debe tomar en cuenta todas las particularidades del lugar a proteger y de
haber sido estudiado en todos sus detalles.

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