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Manual sobre

medidas no privativas de
la libertad que responden a las
CUESTIONES DE GÉNERO

CRIMINAL
SERIE DE MANUALES
JUSTICE HANDBOOK
DE JUSTICIA
SERIES
PENAL
Instituto de Justicia de Tailandia,
afiliado a las Naciones Unidas

Esta publicación se ha elaborado en colaboración con


el Instituto de Justicia de Tailandia.

Foto de la cubierta: © Instituto de Justicia de Tailandia


OFICINA DE LAS NACIONES UNIDAS CONTRA LA DROGA Y EL DELITO
Viena

Manual sobre medidas no privativas


de la libertad que responden a
las cuestiones de género
SERIE DE MANUALES DE JUSTICIA PENAL

NACIONES UNIDAS
Viena, 2021
© Naciones Unidas, agosto de 2021. Reservados todos los derechos en todo el mundo.

Las denominaciones empleadas en esta publicación y la forma en que se presentan los datos no implican
la expresión de juicio alguno de la Secretaría de las Naciones Unidas sobre la condición jurídica de ningún
país, territorio, ciudad o zona, o de sus autoridades, ni sobre la delimitación de sus fronteras o límites.

La presente publicación es traducción de un texto que no ha pasado por los servicios de edición.

Producción editorial: Sección de Servicios en Inglés, Publicaciones y Biblioteca, Oficina de las Naciones
Unidas en Viena.
Agradecimientos
El presente manual ha sido preparado para la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y
el Delito (UNODC) por Sabrina Mahtani, abogada de derechos humanos y experta en reforma
penal.

Un anteproyecto del manual fue objeto de examen y debate en una reunión de expertos cele-
brada en Bangkok del 2 al 4 de septiembre de 2019. La UNODC desea agradecer las valiosas
sugerencias y aportaciones de los expertos siguientes que participaron en la reunión de exper-
tos: Rana Akoum, Bayan Saleh Ali, Shane Bryans, Doreen Buettner (ONU Mujeres), Panotporn
Chalodhorn, Nathee Chitsawang, Chontit Chuenurah, Fernanda Dorantes, Bianca dos Santos
Waks, Rachel Duran Ruelo, Marta Holgado, Ratchada Jayagupta, Sommanat Juaseekoon,
Matti Tapani Joutsen, Debbie Kilroy, Gloria Lai, Klaudia Lozyk, Marlo Malagar, Fiona Mwale,
Clement Okech, Kim Pate, Varamon Ramangkura, Sugunya Rattananakin, Patsalin Reephrom,
Cherol Ringane, Carmen Rodríguez-Medel Nieto, Wanchai Roujanavong, Patcharin Rui-on,
Phiset Sa-ardyen, Assanee Sangkhanate y Neelam Sarkaria.

La UNODC también desea agradecer el apoyo y la contribución que, con sus reflexiones y
ejemplos de buenas prácticas, prestaron las siguientes personas: Charmaine Archer (Programa
de Derechos Humanos de la Facultad de Derecho de Harvard), Lilian Artz (Universidad
de Ciudad del Cabo), Tomris Atabay, Joanna Baker, Claire Cain (Women in Prison), Tsira
Chanturia (Penal Reform International), Jenny Earle (Prison Reform Trust), Sasha Gear (Just
Detention), Omar Khan, Jane Kuria (Faraja), Miriam Goodman (Justice Home), Gloria Lai
(Consorcio Internacional sobre Políticas de Drogas), Dr Haim Mell (Israel National Antidrug
Authority), Simitie Lavaly, Lynette Mabote (AIDS and Rights Alliance for Southern Africa),
Victor Mhango, Olivia Rope (Penal Reform International), Luna Santoas, Gauri Sharma
(Universidad de Delhi), Enocent Silwamba (Fraternidad Carcelaria Internacional), Eileen
Skinnider (Asociada, Centro Internacional de Reforma del Derecho Penal y de Política de la
Justicia Penal), Gaye Sow (Institute for Human Rights and Development in Africa), Lisa Vetten,
Harriet Wistrich (Justice for Women), Rebecca Wood (AdvocAid) y Colette Youngers (Oficina en
Washington para Asuntos Latinoamericanos).

Los siguientes miembros del personal de la UNODC han contribuido a la elaboración del pre-
sente manual: Claudia Baroni, Anika Holterhof, Muriel Jourdan-Ethivignot, Valerie Lebaux, Jee
Aei Lee, Takeshi Matsumoto, Karen Peters y Sven Pfeiffer.

La UNODC reconoce con gratitud la financiación proporcionada por el Instituto de Justicia de


Tailandia para la elaboración del manual sobre medidas no privativas de la libertad que respon-
den a las cuestiones de género.

iii
Índice

Introducción1

Finalidad del manual 1


Sinopsis del manual 2
Cómo utilizar el presente manual 3
Metodología3
¿Qué son los enfoques con perspectiva de género y los enfoques que responden
a las cuestiones de género? 3

1. Definir las necesidades de las mujeres en contacto con la ley 7

1.1 ¿Cuáles son los factores que impulsan el encarcelamiento de las mujeres?  8
1.2 ¿Cómo enfrentan las mujeres la discriminación en el sistema de justicia penal?  10
1.3 ¿Qué impacto tiene el encarcelamiento en las mujeres? 12
1.4 ¿Por qué es importante considerar medidas no privativas de la libertad
para las mujeres? 14
1.5 Aplicación de leyes y procedimientos penales que responda a las cuestiones
de género 15
1.6 Ejercicio de autoevaluación 16
1.7 Ejercicio de capacitación 16

2. Lograr la igualdad de género en la utilización y aplicación de medidas no privativas


de la libertad 17
2.1 Sinopsis de las normas internacionales  19
2.2 Etapa previa a la imputación y etapa previa al juicio 22
2.2.1 Despenalización 24
2.2.2 Acceso temprano a la asistencia jurídica 26
2.2.3 Necesidades de salud mental 27
2.2.4 Derivación 29
2.2.5 Justicia restaurativa 31
2.2.6 Imputación justa 35
2.2.7 Alternativas a la prisión preventiva 36
2.2.7.1 Fianzas 37
2.2.7.2  Arresto domiciliario  41
2.2.7.3  Libertad vigilada 41
2.3 Fase del juicio y la condena 42
2.3.1 Factores atenuantes específicos de género 44
2.3.2 Penas no privativas de la libertad 47
2.3.2.1 Multas 47
2.3.2.2  Condenas condicionales (con o sin supervisión) 49

v
2.3.2.3  Condena diferida 50
2.3.2.4  Arresto domiciliario  50
2.3.2.5  Órdenes de penas comunitarias de tratamiento 51
2.3.2.6  Órdenes de servicios comunitarios 53
2.3.3 Consideraciones sobre la imposición de penas no privativas de la libertad 54
2.3.3.1  Crear incentivos para la aplicación 54
2.3.3.2  Crear mecanismos de retroalimentación 54
2.3.3.3  Evitar el ensanchamiento de la red  55
2.3.4 Consideraciones sobre la imposición de penas privativas de la libertad 55
2.4 Etapa posterior a la imposición de la pena 56
2.4.1 Disposiciones sobre la puesta en libertad anticipada 56
2.5 Ejecución de diversas penas no privativas de la libertad 58
2.5.1 Vigilancia electrónica 58
2.5.2 Incumplimiento 59
2.6 Ejercicio de autoevaluación 59
2.7  Ejercicio de capacitación 60

3.  Categorías especiales de mujeres 61

3.1 Sinopsis 62
3.2 Mujeres supervivientes de la violencia por razón del género 62
3.2.1 La violencia por razón del género como vía clave para el encarcelamiento
de las mujeres 62
3.2.2 Supervivientes de la violencia por razón del género acusadas
de delitos graves 62
3.2.3  Libertad condicional 68
3.2.4 Necesidades de protección de las supervivientes de la violencia por razón
del género 68
3.3 Ciudadanas extranjeras 69
3.4 Mujeres detenidas por delitos relacionados con drogas 72
3.5 Ejercicio de autoevaluación 77
3.6 Ejercicio de capacitación 77

4. Terminología 79

5.  Otros recursos 83

vi
Introducción

Finalidad del manual


Entre la población penitenciaria, las mujeres conforman el grupo que está creciendo con mayor
rapidez en todo el mundo. Como se describe en líneas generales en el presente manual, la pobreza,
la discriminación, la violencia y las respuestas jurídicas punitivas son algunas de las principales
causas subyacentes del aumento del número de reclusas. Se ha documentado ampliamente el
impacto perjudicial y negativo que el encarcelamiento tiene en las mujeres, en sus familias y en las
comunidades.

Desde la aprobación de las Reglas de las Naciones Unidas para el Tratamiento de las Reclusas y
Medidas No Privativas de la Libertad para las Mujeres Delincuentes (Reglas de Bangkok)1, que
complementan las Reglas Mínimas de las Naciones Unidas sobre las Medidas No Privativas de
la Libertad (Reglas de Tokio)2 y las Reglas Mínimas de las Naciones Unidas para el Tratamiento
de los Reclusos (Reglas Nelson Mandela)3, se ha prestado mayor atención al tratamiento que
responde a las cuestiones de género en el caso de las mujeres en las dependencias carcelarias. El
presente manual pretende ofrecer apoyo y orientaciones en lo relativo a la adopción de medidas
que garanticen que las mujeres en contacto con la ley no sean detenidas o encarceladas innece-
sariamente y que la detención se utilice como medida de último recurso. Su punto de partida es
que se aplique el enfoque lo menos intervencionista posible, reconociendo que en determinadas
situaciones el contacto con el sistema de justicia penal puede ser perjudicial para las mujeres.

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), en particular el ODS 5 (lograr la igualdad de


género y empoderar a todas las mujeres y las niñas) y el ODS 16.3 (garantizar la igualdad de
acceso a la justicia para todos) y el objetivo general de “no dejar a nadie atrás”, no se alcanzarán
a menos que haya un enfoque transformador de la forma en que el sistema de justicia penal res-
ponde a las mujeres y las niñas.

El presente manual está diseñado para tomar como fundamento los instrumentos y recursos
internacionales existentes4, así como las mejores prácticas regionales e internacionales, con el fin
de proporcionar orientaciones sobre la aplicación de medidas no privativas de la libertad a las

1
 Resolución 65/229 de la Asamblea General, anexo, aprobada el 21 de diciembre de 2010.
2
 Resolución 45/110 de la Asamblea General, anexo, aprobada el 14 de diciembre de 1990.
3
 Resolución 70/175 de la Asamblea General, anexo, aprobada el 17 de diciembre de 2015.
4
  Reglas de Tokio; Reglas de Bangkok; Reglas Nelson Mandela; UNODC, Manual sobre mujeres y encarcela-
miento, 2a edición (2014); y UNODC, Manual de principios básicos y prácticas prometedoras en la aplicación de medidas
sustitutivas del encarcelamiento (2007).

1
2 MANUAL SOBRE MEDIDAS NO PRIVATIVAS DE LA LIBERTAD QUE RESPONDEN A LAS CUESTIONES DE GÉNERO

mujeres en contacto con la ley, como también sobre la aplicación de leyes, políticas y procedi-
mientos penales con perspectiva de género.

El objetivo del manual es orientar a jueces y fiscales, así como a otros profesionales que trabajan
con mujeres en el sistema de justicia penal, como abogados defensores, agentes de libertad vigi-
lada, profesionales de la salud y organizaciones de la sociedad civil.

También se ha diseñado como ayuda para los responsables de formular políticas a la hora de con-
siderar cuál es la mejor manera de estudiar y formular medidas no privativas de la libertad, reducir
el encarcelamiento, permitir que el sistema de justicia penal reconozca y aplique las normas de
género existentes y abordar los roles y las desigualdades. Quienes formulan políticas desempeñan
un papel importante para garantizar que los profesionales del sector de la justicia dispongan de la
legislación y las normas necesarias para aplicar otras medidas distintas de la detención o el encar-
celamiento y para adoptar un enfoque que responda a las cuestiones de género.

Además, el manual proporciona información que contribuye a que los medios de comunicación
comprendan mejor por qué es importante tener en cuenta y aplicar medidas no privativas de la
libertad y un enfoque que responda a las cuestiones de género al responder a las mujeres en con-
tacto con la ley.

Sinopsis del manual


El manual está dividido en los siguientes componentes:

• En la introducción se exponen la razón de ser, la finalidad y el ámbito de aplicación


del manual y se definen los conceptos fundamentales.
• En la primera parte se definen las necesidades particulares de las mujeres en contacto
con la ley y se explican los principales factores que conducen a su encarcelamiento. Se
examinan las repercusiones perjudiciales que el encarcelamiento tiene en las mujeres y
el motivo por el que las medidas no privativas de la libertad como alternativa a la pri-
sión preventiva y al encarcelamiento son importantes y deben ser prioritarias. También
se sugiere que se tomen medidas generales para que el sistema de justicia penal tenga
más en cuenta las cuestiones de género, con el fin de adoptar respuestas específicas a
las necesidades particulares de las mujeres.
• La segunda parte trata de las medidas no privativas de la libertad aplicables a las muje-
res en contacto con la ley. Traza primero un panorama de las normas internacionales y
regionales, para sugerir después orientaciones sobre la aplicación de esas medidas y pre-
sentar ejemplos de buenas prácticas en las distintas etapas del sistema de justicia penal:
la etapa anterior al juicio, el juicio y la imposición de la pena y la etapa posterior a esta.
• La tercera parte se refiere a las categorías especiales de mujeres respecto de las cuales
deben tenerse en cuenta consideraciones adicionales para asegurar una aplicación con
perspectiva de género de las leyes, procedimientos y prácticas penales, así como la apli-
cación de medidas no privativas de la libertad. Entre esas categorías están las mujeres
que han sobrevivido a la violencia por razón del género, las ciudadanas extranjeras que
pueden ser supervivientes de la trata y la explotación, y las mujeres detenidas por delitos
relacionados con drogas.

El manual incluye una lista de otros recursos pertinentes, así como ejemplos de ejercicios de
autoevaluación y capacitación.
Introducción 3

Ante todo, es preciso reconocer que actualmente se está dando un importante debate sobre el uso
del lenguaje. El manual se esfuerza por utilizar un lenguaje que no sea estigmatizante y, al mismo
tiempo, una terminología pertinente para el sistema de justicia penal.

Cómo utilizar el presente manual


El manual puede utilizarse como un recurso de referencia y es posible leerlo en su totalidad o por
secciones específicas.

También está concebido para su uso en actividades de capacitación y en iniciativas de creación de


capacidad de los funcionarios pertinentes.

El manual reconoce que los puntos de partida y las dificultades serán diferentes para cada país.
En los estudios monográficos se presentan ejemplos de buenas prácticas. Los ejercicios de auto­
evaluación están concebidos para reflexionar sobre las carencias del propio país y proponer reco-
mendaciones a los responsables de formular políticas y a los dirigentes del sector de la justicia.
En el manual también se hacen sugerencias sobre la adopción de un enfoque que responda a las
cuestiones de género y que pueda incorporarse a los marcos existentes.

Metodología
El presente manual se basa en un examen documental de las normas, la documentación y las publi-
caciones internacionales, regionales y nacionales existentes, así como en entrevistas con expertos
que trabajan con mujeres en contacto con la ley y con algunas exreclusas. El manual también fue
objeto de examen y debate en una reunión de expertos, celebrada en Bangkok (Tailandia) del 2
al 4 de septiembre de 2019. Los expertos formularon nuevas observaciones sobre un proyecto
revisado en diciembre de 2019.

El presente manual no se centra en las niñas en contacto con la ley; sobre esta cuestión será
necesario remitirse a los instrumentos y publicaciones especializados cuyo objetivo son los niños5.
Tampoco se ocupa de las mujeres que se identifican como lesbianas, bisexuales, transexuales o
intersexuales; sobre esta cuestión será necesario remitirse a las normas, documentos y materiales
pertinentes6.

¿Qué son los enfoques con perspectiva de género y los enfoques


que responden a las cuestiones de género?
Según una definición, las medidas con perspectiva de género se limitan a la consideración
y concienciación de las normas, los roles y las desigualdades de género, mientras que las
medidas que responden a las cuestiones de género incluyen también acciones para abordarlos

5
 Prácticas Modelo de las Naciones Unidas para Eliminar la Violencia contra los Niños en el Ámbito de la
Prevención del Delito y la Justicia Penal, resolución 69/194 de la Asamblea General, anexo, aprobada el 18 de
diciembre de 2014; Penal Reform International (PRI), Protecting Children’s Rights in Criminal Justice Systems (2013).
6 
UNODC, Manual sobre reclusos con necesidades especiales (2009).
4 MANUAL SOBRE MEDIDAS NO PRIVATIVAS DE LA LIBERTAD QUE RESPONDEN A LAS CUESTIONES DE GÉNERO

activamente7. El objetivo del presente manual es ayudar a los profesionales de la justicia penal
a responder mejor a las cuestiones de género y a pasar de enfoques desiguales en cuanto al
género o sin distinción de género a enfoques que reconozcan, aborden y, en última instancia,
transformen las normas, los roles y las desigualdades de género que conducen a la discrimi-
nación de las mujeres en contacto con la ley.

Figura I.  Escala de evaluación en cuanto a la respuesta a las cuestiones de género8

Desigual desde el punto de vista del género


Perpetúa la desigualdad de género

Sin distinciones de género


Hace caso omiso de las normas, roles y relaciones de género

Con perspectiva de género


Tiene en cuenta las normas, roles No aborda la desigualdad de género
y relaciones de género

Específica de género
Se dirige y beneficia a mujeres u hombres específicos para satisfacer
sus necesidades

Transformadora en materia de género


Aborda las causas de la desigualdad Transforma las normas, roles y
de género relaciones de género perjudiciales

7
 Organización Mundial de la Salud (OMS), Integrating Gender into HIV/AIDS Programmes in the Health Sector:
Tool to Improve Responsiveness to Women’s Needs (2009).
8
 Adaptado de WHO “Gender Responsive Assessment Scale: Criteria for Assessing Programmes and Policies”.
Introducción 5

CONCEPTOS FUNDAMENTALES

Por género se entienden los atributos y las oportunidades sociales que se vinculan con el hecho
de ser hombre o mujer y las relaciones entre mujeres y hombres y niñas y niños, como también
las relaciones existentes entre las mujeres y entre los hombres. Esos atributos, oportunidades
y relaciones los asigna la sociedad y se aprenden mediante procesos de socialización. Son
específicos de cada contexto y cada época, y susceptibles de modificarse. El género determina lo
que se espera, se permite y se valora en una mujer o en un hombre en un contexto determinado.
En la mayoría de las sociedades hay diferencias y desigualdades entre las mujeres y los hombres
en cuanto a las responsabilidades que se les asignan, las actividades que realizan, el acceso que
tienen a los recursos y el control que ejercen sobre estos, y las oportunidades que tienen de
participar en la adopción de decisiones. El género forma parte del contexto sociocultural más
amplio. Otros criterios importantes para el análisis sociocultural son la clase, la raza, el nivel de
pobreza, el grupo étnico y la edada.

Por igualdad de género se entiende la igualdad de derechos, responsabilidades y oportunidades


de mujeres y hombres, e implica que se tienen en cuenta los intereses, necesidades y prioridades
de los dos grupos. La igualdad de género no significa que hombres y mujeres sean tratados
siempre del mismo modo. Por el contrario, significa reconocer y aceptar las diferencias entre
hombres y mujeres en la sociedad y reconocer que la justicia radica en proporcionar un trato
diferenciado adecuado para lograr la igualdad de oportunidades para todosb.

La expresión discriminación contra la mujer denota “toda distinción, exclusión o restricción


basada en el sexo que tenga por objeto o por resultado menoscabar o anular el reconocimiento,
goce o ejercicio por la mujer de los derechos humanos y las libertades fundamentales en las
esferas política, económica, social, cultural y civil o en cualquier otra esfera”c.

La discriminación interseccional es un término que refleja el hecho de que las personas pueden
ser objeto de formas múltiples y complejas de discriminación, por motivos relacionados con
diversos factores específicos relativos a la identidad o las circunstancias. La discriminación de la
mujer por motivos de sexo y género está unida de manera indivisible a otros factores que afectan
a la mujer, como la raza, el origen étnico, la religión o las creencias, la salud, el estatus, la edad, la
clase, la casta, la orientación sexual y la identidad de género. La discriminación por motivos de sexo
o género puede afectar a las mujeres de algunos grupos en diferente medida o forma que a los
hombres. Los Estados partes deben reconocer y prohibir en sus instrumentos jurídicos estas formas
entrecruzadas de discriminación y su impacto negativo combinado en las mujeres afectadasd.

La violencia por razón del género contra la mujer e y la niña es la violencia dirigida a las
mujeres o que las afecta de manera desproporcionada debido a su género o sexo. El uso de este
término pone de manifiesto las causas y los efectos de la violencia relacionados con el género.
Dicha violencia adopta múltiples formas, a saber: actos u omisiones destinados a o que puedan
causar o provocar la muerte o un daño o sufrimiento físico, sexual, psicológico o económico
para las mujeres, amenazas de tales actos, acoso, coacción y privación arbitraria de libertad. Las
legislaciones nacionales pueden definir de forma diferente la violencia por razón del género
contra la mujer y la niña.

La utilización de una perspectiva de género es necesaria para lograr la igualdad de género, lo


que implica considerar el impacto diferenciado sobre las mujeres y los hombres con el objetivo
de garantizar que los dos grupos se beneficien por igual y no se vean afectados de forma
desproporcionada por las leyes, políticas y procedimientos penalesf.

a
 UNODC, Criminal Justice Assessment Toolkit (2009).
b
 UNODC, Guidance Note for UNODC Staff: Gender Mainstreaming in the work of UNODC (2013).
c
 Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer, 18 de diciembre
de 1979, Naciones Unidas, Treaty Series, vol. 1249.
d
 Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer, Recomendación general núm. 28, párr. 18.
e
 Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer, Recomendación general núm. 35, párr. 9.
f
 UNODC, Global e-Learning, Course Catalogue, “Gender Issues: Alternatives to Imprisonment for Women
Offenders” (núm. 23.3), www.unodc.org/elearning/en/courses/course-catalogue.html.]
1.  Definir las necesidades de
las mujeres en contacto
con la ley

MENSAJES FUNDAMENTALES

• En todo el mundo, el número de mujeres en establecimientos penales está aumentando a


una tasa mayor que la de los hombres. Algunos de los factores principales que explican este
aumento son las respuestas punitivas de que son objeto las mujeres con trastornos por abuso
de sustancias o las mujeres implicadas en delitos leves relacionados con drogas, así como las
leyes penales dirigidas a sancionar las conductas que tienen que ver con la sexualidad y la
reproducción. Este aumento refleja la vulnerabilidad específica de las mujeres con respecto
a la pobreza, la discriminación y la violencia por razón del género, así como las necesidades
de salud.

• Las mujeres suelen sufrir discriminación en el sistema judicial. Hay grupos específicos de
mujeres, como las indígenas y las pertenecientes a minorías, o las trabajadoras sexuales, que
enfrentan formas adicionales e interseccionales de discriminación.

• El encarcelamiento tiene un impacto negativo en las mujeres desde el punto de vista de


la seguridad, de las consecuencias que acarrea para las personas que dependen de ellas,
del deterioro de su salud mental y el estigma, además de que los establecimientos penales
carecen de instalaciones y de programas de rehabilitación específicos para las mujeres.

• Es importante que los responsables de formular políticas y los profesionales de la justicia


penal comprendan los principales factores que conducen al encarcelamiento de las mujeres y
los efectos perjudiciales que ello acarrea en sus países.

• Las medidas no privativas de la libertad pueden reducir el coste social y económico del
encarcelamiento y contribuir a reducir la población penitenciaria y los índices de reincidencia.
Esas medidas pueden ayudar a atender las necesidades específicas de las mujeres y a
favorecer su proceso de reinserción. Los miembros de la comunidad derivan mayores
beneficios de las intervenciones de base comunitaria que abordan las causas subyacentes de
que las mujeres entren en contacto con la ley.

• Es importante que las medidas no privativas de la libertad respondan a las cuestiones de


género. En muchas de las medidas y sanciones no privativas de la libertad se pasan por alto
las características, los roles y los antecedentes más comunes de las mujeres en contacto con
la ley, y no se tiene en cuenta la posibilidad de que, según la manera en que se apliquen,
causen más daño a las mujeres o redunden en una forma diferente de daño o control por
parte del Estado.

7
8 MANUAL SOBRE MEDIDAS NO PRIVATIVAS DE LA LIBERTAD QUE RESPONDEN A LAS CUESTIONES DE GÉNERO

• Los responsables de formular políticas deben asignar mayores recursos a las medidas
sustitutivas de la privación de libertad basadas en la comunidad y a las organizaciones que
trabajan para abordar las causas subyacentes de que las mujeres entren en contacto con la
ley, de modo que se preste mayor atención a la prevención.

1.1 ¿Cuáles son los factores que impulsan el encarcelamiento


de las mujeres? 9
Aunque las mujeres constituyen una minoría dentro de la población penitenciaria mundial (alre-
dedor del 7 %), su número aumenta a una tasa mayor que la de los hombres. La cifra de muje-
res y niñas en prisión en todo el mundo ha aumentado en un 53 % aproximadamente desde el
año 2000, cuando el total se estimaba en unas 466.000 reclusas. A nivel mundial, la población
penitenciaria masculina ha aumentado en torno al 20 % desde el año 200010. La proporción de
mujeres encarceladas por delitos relacionados con drogas es mayor que la de hombres. Entre la
población penitenciaria mundial, el 35 % de las mujeres están encarceladas por delitos relacio-
nados con drogas, frente al 19 % de los hombres11. En varios países, una alta proporción de las
reclusas se encuentran en prisión preventiva12.

Los principales factores que conducen al encarcelamiento de las mujeres son:

• La discriminación: Las mujeres de minorías étnicas y comunidades indígenas se ven


afectadas de forma desproporcionada por el sistema de justicia penal y se enfrentan a
importantes desventajas en él debido a las intersecciones de género y raza por el racismo
estructural13. En el caso de las mujeres de grupos minoritarios, las desigualdades y la
discriminación se agravan debido a que, en general, experimentan necesidades múltiples,
derivadas de su marginación socioeconómica en la mayoría de las sociedades y de las
consecuencias de la discriminación. En algunos países, las mujeres de grupos raciales y
étnicos minoritarios representan más del 50 % de la población penitenciaria14. La Rela-

9
 Informe de la Relatora Especial sobre la violencia contra la mujer, sus causas y consecuencias, “Causas,
condiciones y consecuencias de la encarcelación para las mujeres” (A/68/340); documento de antecedentes, “Semi-
nario 1: La función de las reglas y normas de las Naciones Unidas en materia de prevención del delito y justicia
penal en apoyo de sistemas de justicia penal eficaces, imparciales, humanos y responsables: experiencias y lecciones
aprendidas al atender las necesidades singulares de la mujer y el niño, en particular el tratamiento y la reinserción
social del delincuente” (A/CONF.222/10), 13º Congreso de las Naciones Unidas sobre Prevención del Delito y
Justicia Penal; UNODC, Training Curriculum on Women and Imprisonment: Version 1.0 (2015); UNODC, Manual sobre
mujeres y encarcelamiento, 2a edición (2014), y PRI, Women in criminal justice systems and the added value of the UN
Bangkok Rules (2015).
10
  World Prison Brief, World Female Imprisonment List, 4a edición (2017).
11
 UNODC, Informe mundial sobre las drogas 2018, La mujer y las drogas — Consumo y oferta de drogas y sus conse-
cuencias, pág. 9.
12
 Consejo de Europa, Estadísticas Penales Anuales (SPACE), 2016.
13
 Human Rights Law Centre y Change the Record Coalition de Australia, Over-represented and overlooked:
the crisis of Aboriginal and Torres Strait Islander women’s growing over-prisonment (2017). Prison Reform Trust,
Counted Out: Black, Asian and minority ethnic women in the criminal justice system (2017). Véase también Women
in Prison, “Double disadvantage: The experiences of Black, Asian and Minority Ethnic women in the criminal
justice system” (2017).
14
 Por ejemplo, en el Reino Unido, aunque el 11,9 % de las mujeres que viven en Inglaterra y Gales son negras,
asiáticas y de minorías étnicas, su representación entre la población penitenciaria femenina asciende al 20 %. Según
un análisis del Ministerio de Justicia, las mujeres negras tienen un 25 % más de probabilidades que las blancas
de que se les imponga una pena de prisión en un tribunal de la Corona (Women in Prison, “Key Facts”). En el
Brasil, el 62 % de las reclusas son negras (Connectas: el Brasil ocupa el cuarto lugar en el mundo por el mayor
número de reclusas (2018)). En los Estados Unidos, las mujeres negras o las lesbianas o bisexuales son objeto de
encarcelación de forma desproporcionada (Prison Policy Initiative, Women’s Mass Incarceration: The Whole Pie (2019)).
DEFINIR LAS NECESIDADES DE LAS MUJERES EN CONTACTO CON LA LEY 9

tora Especial sobre la violencia contra la mujer ha destacado la tasa desproporcionada de


encarcelamiento de las mujeres pertenecientes a ciertos grupos étnicos y minoritarios15.
• La pobreza: En muchos países, la mayoría de las mujeres en contacto con la ley
proceden de entornos socioeconómicos desfavorecidos, están desempleadas, tienen una
educación mínima e hijos a cargo. Más que delitos violentos, suelen cometer delitos
relacionados con la pobreza, como el robo de alimentos y otros artículos indispensables
para satisfacer las necesidades de la familia.
• Delitos relacionados con drogas: Muchas mujeres en contacto con la ley cometen
delitos de poca importancia relacionados con drogas, a menudo como resultado de la
manipulación, la coacción o las condiciones de vulnerabilidad, como la pobreza o la
violencia. Muchas de ellas tienen problemas de abuso de sustancias o han sido utiliza-
das como correos de drogas a cambio de pequeñas cantidades de dinero. Una mayor
proporción de mujeres que de hombres está en la cárcel por delitos relacionados con
las drogas y las respuestas severas y punitivas de la justicia penal explican el número
cada vez más elevado de mujeres condenadas a penas de prisión en muchas regiones,
como América Latina y Asia Sudoriental16. Se sabe que en países como el Brasil, Costa
Rica, el Perú y la República Bolivariana de Venezuela más del 60 % de las mujeres
encarceladas lo están por un delito relacionado con drogas. En Filipinas y Tailandia,
esta proporción alcanza el 53 % y el 82 %, respectivamente17.
• La violencia de género contra la mujer: Con respecto a los hombres, las mujeres
también se ven afectadas de forma desproporcionada por la violencia doméstica y otras
formas de violencia. En algunos casos, esto puede llevar a las mujeres a cometer delitos
violentos contra sus parejas, familiares u otras personas que las someten a abusos físicos,
sexuales o de otro tipo18. Existe un fuerte vínculo entre la violencia contra la mujer y la
encarcelación de las mujeres, ya sea antes, durante o después de la encarcelación19. Un
historial de violencia también puede ser un factor subyacente en los delitos relacionados
con drogas u otros delitos leves.
• La trata de personas: En muchos países, las mujeres víctimas de la trata son detenidas
por delitos como la prostitución, el fraude, el robo o el uso de documentos falsificados,
que la mayoría de las veces cometen bajo coacción o sujetas a explotación20.
• La penalización de la sexualidad y la reproducción: En algunos países, el aborto
está tipificado como delito. En otros países se recurre a una serie de leyes y políticas
relacionadas con el orden público o la “moralidad” para vigilar y castigar indirectamente
las opciones sexuales y reproductivas o la expresión de género21. Por ejemplo, las leyes
que castigan el trabajo sexual van dirigidas a quienes tienen otras pocas opciones y
aumentan el estigma y la discriminación.
• La salud mental: Las mujeres que ingresan en prisión suelen tener tasas más altas de
problemas de salud mental y de abuso de sustancias que sus homólogos masculinos,

15
 Relatora Especial sobre la violencia contra la mujer, sus causas y consecuencias, “Misión al Reino Unido de
Gran Bretaña e Irlanda del Norte” (A/HRC/29/27/Add.2).
16
 UNODC, Informe mundial sobre las drogas 2018, La mujer y las drogas — Consumo y oferta de drogas y sus
consecuencias, pág. 9.
17 
Consorcio Internacional sobre Políticas de Drogas (IDPC), Women, Incarceration and Drug Policy in Indonesia:
Promoting Humane and Effective Responses (2019).
18
 PRI y Linklaters LLP, Women who kill in response to domestic violence: How do criminal justice systems respond?
(2016).
19
 Informe de la Relatora Especial sobre la violencia contra la mujer, sus causas y consecuencias, “Causas,
condiciones y consecuencias de la encarcelación para las mujeres” (A/68/340), pág. 4.
20
 Prison Reform Trust, “Too many foreign national and trafficked women face inappropriate imprisonment”
(2018).
21 
Amnistía Internacional, Body Politics: A primer on criminalization of sexuality and reproduction (2018).
10 MANUAL SOBRE MEDIDAS NO PRIVATIVAS DE LA LIBERTAD QUE RESPONDEN A LAS CUESTIONES DE GÉNERO

a menudo como resultado de la violencia doméstica y los abusos físicos y sexuales


previos22.

1.2 ¿Cómo enfrentan las mujeres la discriminación


en el sistema de justicia penal?
La legislación o su aplicación: Las disposiciones que parecen ser neutras en cuanto al género
pueden ser discriminatorias si en la práctica se presentan cargos única o predominantemente con-
tra mujeres. Por ejemplo, los “delitos morales”, como el adulterio, las relaciones sexuales extra­
matrimoniales, la conducta sexual indebida, la fuga, la violación de los códigos de vestimenta o la
prostitución23, tienden a penalizar a las mujeres de forma exclusiva o desproporcionada, incluso si
se formulan en términos neutros en cuanto al género, y pueden dar lugar a la imposición de un
castigo y pena de prisión a las supervivientes de una violación u otras formas de violencia24. La
discriminación contra las mujeres también se produce cuando el aborto es ilegal o legal solo en
circunstancias limitadas. La criminalización del aborto plantea problemas de prueba (dificultad
para distinguir entre una interrupción del embarazo y un aborto espontáneo) y a menudo hace
que el sistema de justicia penal señale a varias mujeres por un solo aborto (ayudante, hermana,
madre, vecina). Las mujeres que son trabajadoras sexuales, incluidas las víctimas de la trata, tam-
bién se enfrentan a penas de prisión en numerosos países por delitos como la prostitución. En
algunos países se criminaliza a las mujeres por brujería o por acusaciones de brujería25.

En agosto de 2019, una mujer de 21 años en El Salvador, cuyo bebé fue encontrado muerto en
el inodoro donde dio a luz, fue absuelta de asesinato durante la celebración de un nuevo juicio.
En un principio fue acusada de aborto, pero la acusación se cambió por la de homicidio con
agravantes, dado que los fiscales alegaron que había ocultado su embarazo y no había buscado
atención prenatal. En julio de 2017, el juez dictaminó que la señora Hernández sabía que estaba
embarazada y la declaró culpable. Fue condenada a 30 años de prisión. Tras una apelación, en
febrero de 2019, la Corte Suprema de El Salvador anuló la condena de 2017 alegando ausencia de
pruebas y ordenó que se celebrara un nuevo juicio con otro juez.
Fuente: BBC News, “El Salvador: Evelyn Hernández cleared over baby’s death”, 20 de agosto de 2019, www.bbc.
com/news/world-latin-america-49368632.

La vulnerabilidad a la prisión preventiva: Muchas mujeres, en particular las que se encuen-


tran en situación de vulnerabilidad y económicamente desfavorecidas, no pueden pagar una fianza
o los servicios de un abogado y, por lo tanto, es probable que sean detenidas antes del juicio. Los
criterios de admisibilidad para poder beneficiarse de la asistencia jurídica gratuita que se basan
en estimaciones financieras pueden ser otra forma más de discriminación contra las mujeres si
se fundamentan en el ingreso familiar o la renta de los hogares, a los que las mujeres tal vez no
tengan acceso. En muchos países, el número de mujeres en prisión preventiva es superior al de las

22
 OMS, Oficina Regional para Europa, Health in Prisons (2007). Véase también, Moloney, van den Bergh y
Moller, “Women in prison: the central issues of gender characteristics and trauma history”, Public Health, vol. 6,
núm. 126 (2009).
23
 Un estudio realizado en Texas entre 1977 y 2010 reveló que las mujeres eran detenidas de forma despropor-
cionada por prostitución y que tenían más probabilidades de ser condenadas a prisión por ejercer la prostitución
que los hombres. En cambio, los hombres detenidos por prostitución tenían más probabilidades de que se dictara
su libertad condicional o se les impusiera alguna multa. Pfeffer et al., “Gendered Outcomes in Prostitution Arrests
in Houston, Texas”, Crime & Delinquency (2017).
24 
Human Rights Watch, World Report 2012: Afghanistan (2012), que detalla cómo las niñas son condenadas y
encarceladas por delitos que suelen implicar la huida del matrimonio forzado ilegal o la violencia doméstica.
25 
Help Age International, Using the law to tackle accusations of witchcraft: HelpAge International’s position (2011).
DEFINIR LAS NECESIDADES DE LAS MUJERES EN CONTACTO CON LA LEY 11
11

mujeres que cumplen condena26. Muchas mujeres en contacto con la ley tienen una educación
limitada y son menos conscientes de sus derechos jurídicos, lo que aumenta la probabilidad de
que pasen períodos prolongados de detención.

En vista de la complejidad de la mayoría de los ordenamientos jurídicos, el acceso a las alternati-


vas no privativas de la libertad también suele depender de que los representantes legales presenten
las respectivas mociones, como las referentes a fianzas, derivación, justicia restaurativa o media-
ción27. Por lo tanto, la falta de acceso al asesoramiento jurídico y la representación letrada a la que
se enfrentan las mujeres en contacto con la ley en muchos países tiene un impacto significativo en
la probabilidad de su detención y encarcelamiento.

En América Latina, un porcentaje importante de las mujeres privadas de libertad están en prisión
preventiva. Por ejemplo, en Guatemala, en 2017, había más mujeres en prisión preventiva (1.112)
que mujeres condenadas (966). Del mismo modo, en la Argentina, el Estado Plurinacional de
Bolivia, el Ecuador, Guatemala, México, Panamá, el Paraguay y el Uruguay más de la mitad de las
reclusas no habían sido condenadas y muchas languidecían en prisión preventiva durante varios
años. Una de las principales causas del aumento de las tasas de prisión preventiva es que resulta
obligatorio aplicarla cuando se trata de delitos de drogasa.

Un informe de investigación sobre las mujeres encarceladas por delitos de drogas en Indonesia
en 2017 llegó a la conclusión de que el 42 % de las que participaron en el estudio no contaron con
la asistencia de un abogado en todas las etapas de las actuaciones en su contrab.

Un informe sobre los antecedentes de las reclusas en Tailandia en 2014 reveló que el 45 % de las
mujeres dijeron no haber tenido un abogado durante su juicioc.
a
 Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA), Prisión preventiva en América Latina: El
impacto desproporcionado en mujeres privadas de libertad por delitos de drogas (2019).
b
 Consorcio Internacional sobre Políticas de Drogas (IDPC), Women, Incarceration and Drug Policy in Indonesia:
Promoting Humane and Effective Responses (2019).
c
 Instituto de Justicia de Tailandia, Women prisoners and the implementation of the Bangkok Rules in Thailand
(2014).

Los estereotipos y prejuicios de género: Cuando se piensa que las mujeres infringen las nor-
mas arraigadas de conducta de género, puede que tropiecen con problemas como, por ejemplo,
que sus declaraciones se consideren menos creíbles o que tengan que afrontar una carga de la
prueba mayor que los hombres y, por lo tanto, se les pueden imponer penas más severas. Una
investigación sobre las mujeres condenadas a muerte puso de manifiesto que las mujeres tienden
a recibir penas más leves que los hombres cuando son percibidas como víctimas que se ajustan
a los roles asignados en la sociedad, por ejemplo, la “madre afectuosa”, la “niña ingenua” o la
“mujer histérica”. En cambio, las mujeres tienden a recibir penas más severas cuando se estima
que se han desviado de esos roles, por ejemplo, la “mujer fatal”, la “asesina de niños” o la “bru-
ja”28. Cabe señalar que en varios estudios, realizados principalmente en los Estados Unidos, se ha
cuestionado la existencia de un vínculo entre el género y una mayor severidad de las penas, pero
es necesario realizar más investigaciones en profundidad en un mayor número de jurisdicciones29.

26 
Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA), Prisión preventiva en América Latina: El
impacto desproporcionado en mujeres privadas de libertad por delitos de drogas (2019).
27
 AdvocAid, Women, Debt and Detention (2012), pág. 13.
28
 The Cornell Center on the Death Penalty Worldwide, Judged for More Than Her Crime: A Global Overview
of Women Facing the Death Penalty (2018).
29 
Algunos estudios realizados en los Estados Unidos revelaron que las mujeres reciben sentencias más leves
que sus homólogos masculinos. Véase, por ejemplo, Doerner y Demuth, “Gender and Sentencing in the Federal
Courts: Are Women Treated More Leniently?”, Criminal Justice Policy Review (2012); y Butcher, Park y Morrison
Piehl, “Comparing Apples to Oranges: Differences in Women’s and Men’s Incarceration and Sentencing Outcomes”,
Journal of Labor Economics, vol. 35, núm. S1 (2017), págs. 201 a 234.
12 MANUAL SOBRE MEDIDAS NO PRIVATIVAS DE LA LIBERTAD QUE RESPONDEN A LAS CUESTIONES DE GÉNERO

Orientaciones generales de Bangkok sobre la aplicación de la perspectiva de género


en Asia Sudoriental dirigidas a los jueces (2016)

El objetivo de esta Declaración es prestar asistencia a los jueces en la comprensión y aplicación


de los principios de igualdad de género y no discriminación. El objetivo de las Orientaciones
es, en parte, ayudar a los profesionales del sector de la justicia a definir las situaciones en las
que la igualdad de trato o el trato diferenciado pueden conducir a la discriminación contra las
mujeres, y a contribuir al funcionamiento de un sistema judicial que garantice el acceso de las
mujeres a la justicia. Se destacan varios estereotipos comunes que los jueces deben tener cuidado
de evitar, como los mitos que sostienen que “las mujeres buenas son sexualmente castas”, que
“en caso de ser agredida, la responsabilidad recae en la mujer que anda sola de noche o usa
determinada ropa”, que “las pruebas testimoniales aportadas por mujeres sexualmente activas
pueden ser sospechosas a la hora de evaluar el ‘consentimiento’ en los casos de delitos sexuales”
y que “la falta de pruebas de daño físico en los casos de delitos sexuales significa que hubo
consentimiento”.
Fuente: Comisión Internacional de Juristas, The Bangkok General Guidance for Judges on Applying a Gender
Perspective in Southeast Asia (2016).

1.3 ¿Qué impacto tiene el encarcelamiento en las mujeres?

Aunque la prisión preventiva y el encarcelamiento pueden tener consecuencias negativas con


independencia del género, sus efectos son especialmente adversos para las mujeres. Un alto por-
centaje de mujeres son infractoras sin antecedentes que están privadas de libertad por delitos no
violentos, pero el encarcelamiento, en lugar de ayudar, puede dificultar su reintegración en la
sociedad30.

• Seguridad: En muchos países, las reclusas se ven más desproporcionadamente afectadas


por el abuso sexual, el acoso y la humillación que los hombres. Están especialmente
expuestas a ser violadas, agredidas sexualmente, explotadas y humilladas por sus com-
pañeros de reclusión y por el personal penitenciario.

"La presencia constante de violencia durante y después del encarcelamiento es una realidad para
muchas mujeres en todo el mundo”. — Relatora Especial de las Naciones Unidas sobre la violencia
contra la mujer.
Fuente: Informe de la Relatora Especial sobre la violencia contra la mujer, sus causas y consecuencias, “Causas,
condiciones y consecuencias de la encarcelación para las mujeres” (A/68/340), pág. 3.

• Impacto en el rol de cuidadoras: En la mayoría de los países, las mujeres son las
únicas o las principales cuidadoras de los niños o de otras personas a cargo. La gran
mayoría de las mujeres en prisión son madres31. El encarcelamiento puede causar efectos
traumáticos en los niños que se ven separados de sus madres por esa circunstancia y
pueden llegar a sufrir problemas emocionales y de desarrollo mental.

30
 Deschenes, Owen y Crow, “Recidivism among female prisoners: Secondary analysis of the 1994 BJS Reci-
divism Data Set”, National Criminal Justice Reference Service (2007).
31
 En el Cáucaso Meridional, el 78 % de las reclusas encuestadas eran madres (PRI, Who are women prisoners?
Survey results from Armenia and Georgia (2013), págs. 13 y 14). En Jordania, tres cuartas partes de las mujeres en
detención judicial tenían hijos, el 78 % de ellos menores de 18 años (PRI, Who are women prisoners? Survey results
from Jordan and Tunisia (2014), pág.11). En Sudáfrica, el 75 % de la muestra encuestada eran madres, y el 45 %
de ellas tuvieron su primer hijo entre los 16 y los 20 años (Artz, Hoffman-Wanderer y Moult, Hard Time(s): Women’s
Pathways to Crime and Incarceration (2012), p. vi, 11 y 35).
DEFINIR LAS NECESIDADES DE LAS MUJERES EN CONTACTO CON LA LEY 13
13

• Niños encarcelados con su madre: En 2017 se estimó que al menos 19.000 niños en
todo el mundo convivían con su cuidadora principal en establecimientos carcelarios32. Las
condiciones de detención repercuten inevitablemente en los niños que viven en la cárcel
con su madre, tanto por las condiciones generales como por la falta de una infraestructura
adecuada para los niños. La mayoría de los países tienen políticas en las que se establece
una edad específica límite en que los bebés y los niños pueden vivir con su progenitora
recluida, lo que a menudo da lugar a la separación. Esto crea un estrés emocional tanto
para la madre como para el niño y lleva a plantear preguntas sobre modalidades alternati-
vas de cuidado de los niños33.

• Mujeres embarazadas: Las mujeres embarazadas no suelen recibir una atención pre-
natal y postnatal adecuada durante la detención o el encarcelamiento debido a la falta de
recursos y personal en el establecimiento penal.

• Falta de instalaciones: La gran mayoría de las dependencias carcelarias existentes fue-


ron diseñadas para hombres y en muchos casos no satisfacen las necesidades específicas
de las mujeres34. Las mujeres representan un pequeño porcentaje de la población peniten-
ciaria y a menudo faltan recursos para construir establecimientos específicos para ellas.
Esto tiene como consecuencia que muchas mujeres sean encarceladas en anexos de esta-
blecimientos penales para varones, lo que puede plantear riesgos de seguridad y significa
que sus necesidades específicas de género no son atendidas. Debido a la falta de recursos
y a la escasa prioridad otorgada, es posible que las cárceles de mujeres no atiendan en
grado suficiente las necesidades sanitarias específicas de su género, como el tratamiento
de la salud sexual y reproductiva o la prestación de servicios de rehabilitación adecuados.
Debido a las limitaciones existentes en las instalaciones, es posible que las mujeres sean
recluidas en un centro o unidad con una seguridad más alta de lo necesario, con las consi-
guientes mayores restricciones y menor acceso a los programas de rehabilitación. El escaso
número de dependencias carcelarias para mujeres significa que pueden estar encarceladas
lejos de sus familias, lo que contribuye al aislamiento y dificulta las visitas familiares.

• Salud mental: Las mujeres que ingresan en prisión son más proclives que los hombres
a padecer problemas de salud mental35. Estos problemas pueden ser tanto la causa como
la consecuencia del encarcelamiento, a veces exacerbados aún más por las condicio-
nes de hacinamiento, los servicios sanitarios inadecuados y los abusos. Además, se ha
comprobado que las rupturas familiares y los sentimientos de fracaso en sus responsa-
bilidades parentales provocan en las mujeres un estrés especial y sentimientos de culpa
y ansiedad. En parte, esto emana del hecho de que, debido a los roles de género que
impone la sociedad, las mujeres tienen un mayor sentimiento de culpa por no cumplir
con su papel de madres mientras están detenidas y, por lo tanto, sufren más por la sepa-
ración de sus hijos36.

• Suicidio y conducta lesiva: Las investigaciones han demostrado que las reclusas están
más expuestas a infligirse lesiones o a intentar suicidarse en comparación con los reclu-
sos37. Un factor fundamental es que las mujeres en contacto con la ley experimentan
mayores niveles de problemas de salud mental y de dependencia de sustancias. También

32
 Naciones Unidas, “Estudio mundial sobre los niños privados de libertad” (A/74/136).
33
 Oficina Cuáquera ante las Naciones Unidas, The impact of parental imprisonment on children, Women in Prison
and Children of Imprisoned Mothers Series (2007).
34 
 Véase además Maiello y Carter, “‘Minus the urinals and painted pink?’ What should a women’s prison look
like?”, 9 de diciembre de 2015.
35
 UNODC, Manual sobre mujeres y encarcelamiento, 2a edición (2014), pág. 9.
36
 PRI, Women in criminal justice systems and the added value of the UN Bangkok Rules (2015).
37
  WHO, Regional Office for Europe, Health in Prisons (2007).
14 MANUAL SOBRE MEDIDAS NO PRIVATIVAS DE LA LIBERTAD QUE RESPONDEN A LAS CUESTIONES DE GÉNERO

puede atribuirse al impacto nocivo del aislamiento debido a las distancias que median
entre las dependencias carcelarias para mujeres y los lugares donde se encuentra su
familia y su comunidad38.

En Kirguistán, más de una cuarta parte de las reclusas encuestadas había intentado suicidarse y el
29 % se habían infligido lesiones en algún momento de su vidaa. En Túnez, el 40 % de las mujeres
encuestadas se habían infligido lesiones o habían intentado suicidarseb. Un informe elaborado
en Australia sostiene que, a diferencia de los reclusos varones, que expresan su ira y frustración
mediante la violencia física o provocando motines, las mujeres son más propensas a recurrir a las
conductas lesivasc.
a
 PRI, Who are women prisoners? Survey results from Kazakhstan and Kyrgyzstan (2014), pág. 18.
b
 PRI, Who are women prisoners? Survey results from Jordan and Tunisia (2014), pág. 28.
c
 Informe de la Relatora Especial sobre la violencia contra la mujer, sus causas y consecuencias, “Causas,
condiciones y consecuencias de la encarcelación para las mujeres” (A/68/340), nota a pie de página 119, pág. 21.

• Estigma: Las reclusas se enfrentan a diversos problemas al ser puestas en libertad,


como la pérdida de vivienda, dificultades para encontrar empleo y mala salud. El estigma
vinculado a la detención puede hacer que las mujeres pierdan su empleo mientras están
detenidas, aunque no sean condenadas. Las mujeres son más proclives a ser víctimas de
discriminación al ser puestas en libertad debido al estigma social. Pueden ser rechazadas
por sus familias o perder sus derechos parentales39.

1.4 ¿Por qué es importante considerar medidas no privativas


de la libertad para las mujeres?

El uso eficaz de las medidas no privativas de la libertad puede reducir el importante coste social y
económico del encarcelamiento, en particular de la prisión preventiva40, así como la reincidencia,
y contribuir a reducir la población penitenciaria a largo plazo al ofrecer mayores oportunidades de
rehabilitación y reinserción social. El encarcelamiento, a su vez, puede conducir a un mayor con-
tacto de las mujeres con el sistema de justicia penal y puede repercutir en su capacidad de generar
ingresos o conseguir una vivienda. Los miembros de la comunidad derivan mayores beneficios
de las intervenciones de base comunitaria que abordan las causas subyacentes de que las mujeres
entren en contacto con la ley, como el tratamiento de la drogodependencia y la salud mental41.

En el Reino Unido, el 70,7 % de las mujeres adultas privadas de libertad entre abril y junio de 2016
tras la imposición de penas cortas de prisión de menos de 12 meses reincidieron en el plazo de un
año. Hay pruebas convincentes de que las penas cortas de prisión son menos eficaces para reducir
la reincidencia que las órdenes comunitarias.

Fuente: Ministerio de Justicia del Reino Unido, Female Offender Strategy, pág. 3.

38
 PRI, Women in criminal justice systems and the added value of the UN Bangkok Rules (2015).
39
 Ibid.
40
 Open Society Foundations, The Socio-Economic Impact of Pre-Trial Detention (2011).
41
 Bazelon y Krinsky, “There’s a Wave of New Prosecutors. And They Mean Justice”, The New York Times,
11  de diciembre de 2018.
DEFINIR LAS NECESIDADES DE LAS MUJERES EN CONTACTO CON LA LEY 15
15

Sin embargo, las medidas no privativas de la libertad rara vez están diseñadas para las mujeres
u orientadas a ellas. Esto significa que en muchas de las medidas y sanciones no privativas de la
libertad se pasan por alto las características, los roles y los antecedentes más comunes de las muje-
res en contacto con la ley, y puede que, por la manera de aplicarlas, causen más daño a las mujeres
o redunden en una forma diferente de daño o control por parte del Estado. En el siguiente capí-
tulo se examina la forma de promover la igualdad de género en la aplicación de las medidas no
privativas de la libertad.

1.5 Aplicación de leyes y procedimientos penales que responda


a las cuestiones de género

Los profesionales que trabajan en el sector de la justicia, como los jueces, los fiscales y los aboga-
dos defensores, deben aplicar las características principales del ordenamiento jurídico de manera
que respondan a las cuestiones de género. Hay que tener en cuenta las siguientes opciones y suge-
rencias generales:

• Trabajar con otros organismos y grupos de la sociedad civil para recopilar y compartir
datos sobre cuestiones como el número de mujeres en prisión preventiva, con el fin de
garantizar un sistema transparente y responsable, y hacer un seguimiento de los progra-
mas de derivación y comunitarios para reunir pruebas de su eficacia.
• Adoptar normas de rendimiento destinadas a reducir el encarcelamiento, como lograr
una disminución de la detención preventiva o la reincidencia, en lugar de centrarse en
el número de condenas.
• Establecer un sistema para que los abogados defensores puedan recurrir a un fiscal
superior si consideran que una acusación o declaración es injusta.
• Impartir una capacitación obligatoria a los profesionales que trabajan en el sector de la
justicia sobre la aplicación del derecho penal que responda a las cuestiones de género, en
particular asegurándose de que están familiarizados con las disposiciones de las Reglas
de Bangkok. Como parte de la capacitación también hay que tratar de comprender las
causas subyacentes de que las mujeres entren en contacto con la ley 42.
• Localizar “paladines” dentro del sector de la justicia que puedan ayudar a alentar y
difundir un enfoque que responda mejor a las cuestiones de género.
• Tener en cuenta las responsabilidades de la mujer en el cuidado de los hijos durante
todo el proceso judicial, como por ejemplo al fijar las fechas de las comparecencias u
otras citas relacionadas con la justicia.
• Ejercer presión para que se deroguen las leyes discriminatorias y para que los responsa-
bles de formular políticas intervengan en las esferas en que resultan necesarias reformas
legislativas.
• Reunirse con exreclusas y visitar centros de detención y establecimientos penales para
mujeres para conocer sus puntos de vista sobre la aplicación del sistema de justicia

42
 La UNODC y la organización PRI han producido varios cursos de capacitación en línea de gran utilidad.
Véase UNODC, Global e-Learning, Course Catalogue, “Gender Issues: Alternatives to Imprisonment for Women
Offenders” (núm. 23.3), www.unodc.org/elearning/en/courses/course-catalogue.html; y PRI, Women in Detention: put-
ting the Bangkok Rules into practice (e-course), e-learning (18 de diciembre de 2018), y Workbook (2017).
16 MANUAL SOBRE MEDIDAS NO PRIVATIVAS DE LA LIBERTAD QUE RESPONDEN A LAS CUESTIONES DE GÉNERO

penal, así como reunirse periódicamente con organizaciones que trabajan con mujeres
en contacto con la ley para conocer sus puntos de vista y aportaciones.
• Asignar mayores recursos a las medidas sustitutivas de la privación de libertad basadas
en la comunidad y a las organizaciones que trabajan para abordar las causas subya-
centes de que las mujeres entren en contacto con la ley, de modo que se preste mayor
atención a la prevención.
• Ofrecer una gama de opciones para resolver las causas más comunes por las que las
mujeres entren en contacto con el sistema de justicia penal, como programas educativos
y de capacitación para que tengan más posibilidades de empleo y reduzcan su vulne-
rabilidad socioeconómica.
• Reconocer que hay términos de uso común como “reo”, “exreo”, “delincuente” y
“recluso” que son deshumanizantes. Esos términos reducen a las personas a su condi-
ción de delincuentes y perpetúan el estigma de los fallos condenatorios, promoviendo
estereotipos negativos que inhiben la reforma e impiden la rehabilitación y la reinserción.
En lugar de ello, hay que utilizar frases respetuosas que transmitan información sobre
la situación penal de la persona sin deshumanizarla, como “persona encarcelada” o
“persona que estuvo encarcelada”43.

1.6 Ejercicio de autoevaluación


1. ¿Cuáles son:
a. los principales factores que explican el encarcelamiento de mujeres en su país?
b. las causas subyacentes del encarcelamiento de mujeres en su país?

2. ¿Qué impacto negativo tiene en las mujeres el encarcelamiento en su país?

3. ¿Qué medidas se pueden tomar para ayudar al sistema de justicia penal de su país a dar una
respuesta más eficaz a las cuestiones de género?

1.7 Ejercicio de capacitación

Estudio monográfico: Aminatta fue detenida por prostitución y merodeo. No tiene antecedentes
penales. Tiene un bebé de 6 meses y dice que ella no duerme bien desde hace varias semanas
y que llora constantemente. Su novio es drogodependiente y ella dice que a veces la maltrata
emocional y físicamente. Es una ciudadana extranjera y se trasladó a Moganda hace un año. La
prisión principal para mujeres está a dos horas de distancia, en la capital, pero hay una prisión
más pequeña adjunta a la prisión para varones en el pueblo donde fue detenida. No cuenta con
muchas instalaciones de rehabilitación y el personal penitenciario femenino es escaso.

1. ¿Cuáles son los principales factores que pueden haber llevado a Aminatta a entrar en contacto
con la ley?

2. ¿Cómo podría el encarcelamiento tener un impacto negativo en Aminatta y su hijo?

3. ¿Cómo podría Aminatta afrontar la discriminación en el sistema de justicia penal?

43
 Fair and Just Prosecution, Brennan Center for Justice y The Justice Collaborative, 21 Principles for the 21st Cen-
tury Prosecutor (2018).
2. Lograr la igualdad de género
en la utilización y aplicación
de medidas no privativas
de la libertad

MENSAJES FUNDAMENTALES:

• Los responsables de formular políticas y los profesionales del sector de la justicia deben
incorporar las disposiciones previstas en las Reglas de Tokio, las Reglas de Bangkok y
las Reglas Nelson Mandela a la legislación y las prácticas nacionales, de manera que las
medidas no privativas de la libertad que responden a las cuestiones de género puedan
aplicarse con facilidad y de manera íntegra.

• En el caso de los cargos leves en los que la mujer en contacto con la ley no supone
una amenaza grave o peligrosa para la seguridad y la sociedad, la policía y los fiscales
deben considerar alternativas al enjuiciamiento, como el sobreseimiento del caso, la
despenalización, los programas de derivación y tratamiento que respondan a las cuestiones
de género, la justicia restaurativa y otras alternativas conexas, sin dejar de tener en cuenta el
respeto a la ley y los derechos de las víctimas.

• Incumbe a la policía, los fiscales y los jueces velar por que las personas que comparezcan
ante ellos y que no puedan sufragar los gastos de un abogado tengan acceso a asistencia
jurídica.

• La prisión preventiva debe utilizarse como último recurso y en todas las etapas del proceso
penal se considerará la posibilidad de aplicar medidas no privativas de la libertad.

• Hay que tener en cuenta la aplicación de forma rutinaria de las alternativas a la prisión
preventiva, como serían las fianzas, con independencia del tipo de delito. A la hora de
adoptar decisiones, deben tomarse en consideración criterios específicos de género.

• Durante la imposición de penas habrá que tener en cuenta los factores atenuantes propios
de cada género y eliminar las condenas obligatorias.

• Es importante proporcionar a las autoridades judiciales información relevante sobre las


mujeres en contacto con la ley (por ejemplo, responsabilidades de cuidado, historial de
victimización o necesidades de atención a la salud mental, etc.) para que a la hora de
imponer una pena se puedan tomar decisiones con conocimiento de causa. Esto debería
incluir también una evaluación del probable impacto de la detención de las mujeres en los
niños y de las disposiciones sobre el cuidado de los niños en ausencia de la cuidadora. El
servicio de libertad vigilada o el servicio social pueden aportar esta información antes de

17
18 MANUAL SOBRE MEDIDAS NO PRIVATIVAS DE LA LIBERTAD QUE RESPONDEN A LAS CUESTIONES DE GÉNERO

la condena (por ejemplo, mediante informes de indagación social). En países con recursos
limitados, los tribunales pueden asumir la responsabilidad de investigar los antecedentes
de la mujer durante el juicio. Los funcionarios de prisiones, las clínicas universitarias y los
asistentes jurídicos también pueden prestar ayuda al tribunal proporcionando información
de antecedentes para la imposición de la pena.

• En lo relativo a las mujeres en contacto con la ley, las penas no privativas de la libertad
deben tomarse en consideración en todos los casos y aplicarse siempre que proceda y
sea posible, por ejemplo, una condena condicional o diferida, una orden de servicios
comunitarios o una orden de pena comunitaria de tratamiento.

• Debe imponerse la pena no privativa de la libertad menos intervencionista posible


teniendo en cuenta las circunstancias propias de cada mujer. Se preferirá imponer penas
no privativas de la libertad en el caso de las mujeres embarazadas o con niños a cargo. Solo
se considerará imponer penas privativas de la libertad si el delito es grave o violento o si la
mujer representa un peligro permanente, pero teniendo presente el interés superior del
niño o los niños.

• Muchas mujeres no pueden pagar multas debido a la pobreza y la marginación, en


particular las mujeres de minorías étnicas. Deben estudiarse primero otras penas no
privativas de la libertad o fijar la cuantía de la multa en el nivel más bajo posible, teniendo
en cuenta los antecedentes y las circunstancias de la mujer en contacto con la ley. Las
mujeres no deben ser encarceladas por no poder pagar sus multas o tasas y los fiscales y
jueces no deben emitir órdenes de detención por impago.

• Es importante asegurarse de que las medidas no privativas de la libertad no ensanchen la


red de control de la justicia penal sobre las mujeres. La investigación de base, la vigilancia
permanente y la evaluación de estas medidas son cruciales para detectar y evitar posibles
efectos de ensanchamiento de la red.

• Es necesario crear y mantener mecanismos de retroalimentación para informar mejor a


las partes interesadas, recabando en particular las opiniones de las mujeres en contacto
con la ley que han participado en medidas no privativas de la libertad. Es importante
sensibilizar a la opinión pública sobre los beneficios de las medidas no privativas de la
libertad para reducir el estigma que sufren las mujeres participantes en ellas y para alentar a
los profesionales del sector de la justicia a confiar en su uso.

• Si una mujer ya ha sido condenada, se considerarán cuanto antes las posibilidades de poner
en libertad a la reclusa de un establecimiento y asignarla a una medida o un programa
no privativos de la libertad. Puede tratarse, por ejemplo, de diversas formas de libertad
condicional anticipada o libertad por motivos de trabajo, trabajo comunitario o educación.

• Los fiscales, los jueces y los servicios de libertad vigilada deben considerar las razones por
las que las mujeres incurren en incumplimiento de las penas no privativas de la libertad,
incluso consultando a los grupos de mujeres y a las mujeres en contacto con la ley para
comprender los retos que afrontan, en lugar de responder automáticamente con medidas
punitivas. También deben establecer medidas de resultados realistas que tengan en cuenta
la multitud de barreras a las que hacen frente las supervivientes de abusos.
LOGRAR LA IGUALDAD DE GÉNERO EN LA UTILIZACIÓN Y APLICACIÓN DE MEDIDAS NO PRIVATIVAS DE LA LIBERTAD 19

2.1 Sinopsis de las normas internacionales


Los instrumentos y normas internacionales vigentes proporcionan orientaciones claras y útiles
en lo relativo a la aplicación que responda a las cuestiones de género de medidas no privativas
de la libertad a las mujeres involucradas con los sistemas de justicia penal en cualquiera de sus
fases44. Las Reglas de Tokio fueron aprobadas por las Naciones Unidas en 1990 con el fin de
proporcionar orientaciones sobre la manera de reducir la aplicación de las penas de prisión a
nivel internacional. En 2010, la Asamblea General aprobó las Reglas de Bangkok como com-
plemento de estas reglas mediante la incorporación de una perspectiva específica de género.
Junto con otras normas regionales45, estas normas internacionales aportan un marco a los pro-
fesionales del sector de la justicia para el empleo de un enfoque que responda a las cuestiones
de género cuando apliquen medidas no privativas de la libertad y con ello reduzcan el número
de mujeres encarceladas.

El derecho internacional y las normas regionales exigen la igualdad de hombres y mujeres46. Para
lograrla, la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la
Mujer exige que se procure la igualdad sustantiva. Las medidas para atender las necesidades y
vulnerabilidades de hombres y mujeres propias de cada género o los esfuerzos para reducir o
eliminar las condiciones que originan o facilitan que se perpetúe la discriminación son una parte
esencial para garantizar la igualdad de trato. En la Convención sobre la Eliminación de Todas las
Formas de Discriminación contra la Mujer se prevén de forma expresa medidas que suponen una
diferenciación de trato entre mujeres y hombres, pero que no se consideran discriminación. De
hecho, dar el mismo trato a los hombres y a las mujeres puede conducir a la discriminación con-
tra la mujer o perpetuarla47. Como se indica en la regla 1 de las Reglas de Bangkok, las medidas
que tienen en cuenta las necesidades específicas de género de las mujeres no deben considerarse
discriminatorias48, sino que en cambio permiten a los fiscales y a los jueces asegurarse de que las
mujeres tengan el mismo acceso a la justicia y a la misma protección de la ley, tomando en cuenta
para ello el aspecto de género de su participación en el proceso de justicia penal49. Por ejemplo, la
Comisión Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos ha pedido a los Estados que formulen
medidas destinadas a las mujeres en todo el proceso jurídico penal50.

44
 UNODC, Manual de principios básicos y prácticas prometedoras en la aplicación de medidas sustitutivas del encar-
celamiento (2007).
45
 Véase Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Principios y Buenas Prácticas sobre la Protección de
las Personas Privadas de Libertad en las Américas (2008), Principio III, 4; De Vos, Gilbert y Aertsen, Reducing prison
population: Overview of the legal and policy framework on alternatives to imprisonment at the European level (2014);
Comisión Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos, Guidelines on the conditions of arrest, police custody, and
pretrial detention in Africa (Directrices de Luanda), 12 de mayo de 2014; Comisión Africana de Derechos Humanos
y de los Pueblos, Declaración de Uagadugú para acelerar la reforma penal y penitenciaria en África (2002) y Comité
Africano de Expertos sobre los Derechos y el Bienestar del Niño, A Short Guide to General Comment No. 1 on
Children of Incarcerated and Imprisoned Parents and Primary Caregivers (2014).
46
Declaración Universal de Derechos Humanos, resolución 217 A (II) de la Asamblea General, aprobada el
10 de diciembre de 1948.
47
 Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer, Recomendación general núm. 25, párr. 26.
48
 Véase además Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Principios y Buenas Prácticas sobre la Protección
de las Personas Privadas de Libertad en las Américas (3 a 14 de marzo de 2008), Principio II.
49
 Unión Africana, Protocolo de la Carta Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos relativo a los derechos
de la mujer en África, 11 de julio de 2003, artículo 8. Para obtener más información, véase Comisión Africana de
Derechos Humanos y de los Pueblos y Comité Africano de Expertos sobre los Derechos y el Bienestar del Niño,
Joint General Comment of the African Commission on Human and Peoples’ Rights and the African Committee of Experts
on the Rights and Welfare of the Child on Ending Child Marriage, comentario 40 (2017).
50
 Comisión Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos, Guidelines on the conditions of arrest, police custody,
and pretrial detention in Africa (Directrices de Luanda) (2014).
20 MANUAL SOBRE MEDIDAS NO PRIVATIVAS DE LA LIBERTAD QUE RESPONDEN A LAS CUESTIONES DE GÉNERO

El principio 3 de los Principios y directrices de las Naciones Unidas sobre el acceso a


la asistencia jurídica en los sistemas de justicia penal51 establece que “toda persona dete-
nida, arrestada, sospechosa o inculpada de un delito penal susceptible de ser castigado con pena
de reclusión o de muerte tiene derecho a asistencia jurídica en todas las etapas del proceso de
justicia penal”, y el Principio 10 refuerza la importancia de la equidad de acceso a la asisten-
cia jurídica, incluso para las mujeres52. En muchos países, las mujeres hacen frente a barreras
estructurales y culturales para acceder a la asistencia jurídica. Sin embargo, un acceso especial-
mente temprano a la asistencia jurídica en el momento de la detención o en la comisaría puede
desempeñar un papel importante a la hora de determinar si una mujer permanecerá en prisión
preventiva o será encarcelada.

En algunos países, la “detención provisional” se aplica a las supervivientes de la trata, de violación


u otras formas de violencia. Se deberán ofrecer medios de protección que no supongan la
privación de libertad (como albergues) administrados por órganos independientes, organizaciones
no gubernamentales u otros servicios comunitarios. Las medidas de privación de libertad para
proteger a una mujer deberán:

• ser de carácter temporal;


• aplicarse únicamente cuando sea necesario y lo haya solicitado expresamente la interesada;
• aplicarse bajo la supervisión de las autoridades judiciales u otras autoridades competentes;
• dejar de aplicarse si se opone a ellas la interesada53.

Cuadro. Selección de normas internacionales de importancia para los profesionales


de la justicia penal y sus elementos fundamentales

NO DISCRIMINACIÓN

Declaración Universal de Derechos Humanos (1948)


Declara que la igualdad de trato entre hombres y mujeres es un derecho humano.
Carta Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos (Carta de Banjul, 1981)
Exige que se otorgue protección a las mujeres y los niños y establece que la familia es la base de la
sociedad.
Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la
Mujer (1979)
Se describe como una carta internacional de derechos de las mujeres. La Convención se sustenta
en tres principios básicos: no discriminación, igualdad sustantiva y obligación del Estado.

ACCESO A LA JUSTICIA

Declaración sobre los Principios Fundamentales de Justicia para las Víctimas de Delitos
y del Abuso de Poder (1985)
Abarca los principios relativos a las víctimas de delitos, el acceso a la justicia y el trato justo, la
restitución, la indemnización, la asistencia y las víctimas del abuso de poder.
Principios y directrices de las Naciones Unidas sobre el acceso a la asistencia jurídica en
los sistemas de justicia penal (2012)
Expone principios y directrices prácticas para la prestación de asistencia jurídica a las personas en
contacto con el sistema de justicia penal, incluida la introducción de una perspectiva de género en
la asistencia jurídica para lograr la igualdad de género.

51
 Resolución 67/187 de la Asamblea General, anexo, aprobada el 20 de diciembre de 2012.
52
 Ibid.
53
 Regla 59 de las Reglas de Bangkok.
LOGRAR LA IGUALDAD DE GÉNERO EN LA UTILIZACIÓN Y APLICACIÓN DE MEDIDAS NO PRIVATIVAS DE LA LIBERTAD 21

MUJERES EN CONTACTO CON LA LEY

Reglas Mínimas de las Naciones Unidas sobre las Medidas No Privativas de la Libertad
(Reglas de Tokio) (1990)
Establece normas para reducir el recurso al encarcelamiento a nivel internacional.
Reglas de las Naciones Unidas para el Tratamiento de las Reclusas y Medidas No
Privativas de la Libertad para las Mujeres Delincuentes (Reglas de Bangkok) (2010)
Establece normas para el tratamiento de las reclusas y la aplicación de las medidas no privativas de
la libertad enunciadas en las Reglas de Tokio a través de una perspectiva de género.
Reglas Mínimas de las Naciones Unidas para el Tratamiento de los Reclusos (Reglas
Nelson Mandela) (2015)
Establece normas para el tratamiento de las personas encarceladas, entre las cuales se consigna que
el objetivo del encarcelamiento debe ser la rehabilitación y la reintegración de la persona.
Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Principios y Buenas Prácticas sobre
la Protección de las Personas Privadas de Libertad en las Américas
Establece normas relativas al tratamiento de las personas privadas de libertad debido a su contacto
con el sistema de justicia penal, los hospitales psiquiátricos o de cualquier otra manera.
Comisión Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos, Directrices sobre las Condi-
ciones de Detención, la Custodia Policial y la Prisión Preventiva en África (Directrices
de Luanda)
Establece normas destinadas a mejorar el tratamiento de las personas sometidas a detención, cus-
todia policial y prisión preventiva en África.
Comisión Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos, Principios sobre la desclasifi-
cación y despenalización de los delitos leves en África (Principles on the Declassification
and Decriminalization of Petty Offences in Africa)
Establece normas para evaluar los delitos leves con objeto de prevenir la marginación de las perso-
nas por su condición social.
Protocolo de la Carta Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos relativo a los
derechos de la mujer en África
Establece el principio de protección de las mujeres detenidas y el derecho de las mujeres de comu-
nidades marginadas a ser tratadas con dignidad.
Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, “Madres y bebés encarcelados”
(Recomendación 1469, 2000)
Afirma que la privación de libertad de mujeres con hijos y de mujeres embarazadas se debe aplicar
como último recurso.
Comité Africano de Expertos sobre los Derechos y el Bienestar del Niño, Observación
General núm. 1 sobre el artículo 30 de la Carta Africana sobre los Derechos y el Bienestar
del Niño relativa a los niños con progenitores y cuidadores principales encarcelados y pre-
sos (Children of Incarcerated and Imprisoned Parents and Primary Caregivers) (2013)
Afirma que las penas no privativas de la libertad deben considerarse siempre en primer lugar a la
hora de condenar a los cuidadores principales y destaca la importancia de un enfoque individuali-
zado, informado y cualitativo.

RESPUESTAS A LA VIOLENCIA DE GÉNERO CONTRA LA MUJER Y RECURSOS JURÍDICOS


PARA LAS VÍCTIMAS

Declaración de las Naciones Unidas sobre la Eliminación de la Violencia contra la


Mujer (1993)
Define la violencia contra la mujer y expone el alcance y las manifestaciones de la violencia contra
la mujer.
Declaración y Plataforma de Acción de Beijing (1995)
Amplía la definición de violencia contra la mujer para abarcar las violaciones de los derechos de la
mujer en situaciones de conflicto armado y reconoce la particular vulnerabilidad de ciertos grupos
de mujeres.
22 MANUAL SOBRE MEDIDAS NO PRIVATIVAS DE LA LIBERTAD QUE RESPONDEN A LAS CUESTIONES DE GÉNERO

Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la


Mujer (1979)
Recomendación general núm. 35 del Comité sobre la violencia por razón de género
contra la mujer (2017)
Enmarca la violencia contra la mujer en el contexto general de la discriminación; amplía la defi-
nición para incluir actos específicos de violencia contra la mujer que pueden constituir tortura o
trato cruel, inhumano o degradante.
Estrategias y Medidas Prácticas Modelo Actualizadas para la Eliminación de la Violencia
contra la Mujer en el Campo de la Prevención del Delito y la Justicia Penal (2010)
Expone principios rectores para todas las respuestas de la justicia penal (incluidas las centradas en
las víctimas; responsabilidad de los autores) e insta a los Estados a que penalicen y prohíban todas
las formas de violencia contra las mujeres. También incluye estrategias para mejorar las investiga-
ciones, las normas probatorias, los procedimientos en las salas de audiencia y los derechos de las
víctimas.
Protocolo para Prevenir, Reprimir y Sancionar la Trata de Personas, Especialmente
Mujeres y Niños
La finalidad es prevenir y combatir la trata de personas, proteger y asistir a las víctimas y promover
la cooperación entre los Estados partes.

2.2 Etapa previa a la imputación y etapa previa al juicio

Los responsables de formular políticas y los profesionales del sector de la justicia deben incorpo-
rar las disposiciones previstas en las Reglas de Tokio, las Reglas de Bangkok y las Reglas Nelson
Mandela a la legislación y las prácticas nacionales, de manera que las medidas no privativas de
la libertad que responden a las cuestiones de género puedan aplicarse con facilidad y de manera
íntegra54.

Debe considerarse la aplicación de medidas no privativas de la libertad que tienen en cuenta el


género desde el inicio de todo contacto con el sistema de justicia penal. A la hora de determinar
si recurrirán a medidas no privativas de la libertad, los jueces y fiscales deberían valorar una serie
de criterios establecidos55 que se aplicarían a las decisiones para estar en conformidad con la regla
3.2 de las Reglas de Tokio y la regla 57 de las Reglas de Bangkok. Además, según la regla 5.1 de
las Reglas de Tokio, los fiscales deben ejercer su facultad discrecional y retirar los cargos contra
las mujeres si “consideran que la protección de la sociedad, la prevención del delito o la promo-
ción del respeto a la ley y los derechos de las víctimas no exigen llevar adelante el caso”. Estos
fines están en consonancia con las Reglas Nelson Mandela, que establecen que “los objetivos de
las penas y medidas privativas de la libertad son principalmente proteger a la sociedad contra el
delito y reducir la reincidencia”56. Además de estos factores, los jueces y fiscales deberán tomar en
consideración “las necesidades de rehabilitación del delincuente, la protección de la sociedad y los
intereses de la víctima”, de conformidad con la regla 8.1 de las Reglas de Tokio.

54
 Regla 57 de las Reglas de Bangkok. Véase también Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, “Pro-
moting alternatives to imprisonment”, resolución 1938 (2013), artículo 6.
55
 Dependiendo de la jurisdicción, estos criterios pueden estar contenidos en la ley u otros instrumentos
legislativos o en reglamentos o documentos políticos elaborados por la fiscalía u otras partes del poder judicial. La
introducción, definición y aplicación de medidas no privativas de la libertad estarán prescritas por la ley (regla 3.1
de las Reglas de Tokio).
56
 Regla 4 de las Reglas Nelson Mandela.
LOGRAR LA IGUALDAD DE GÉNERO EN LA UTILIZACIÓN Y APLICACIÓN DE MEDIDAS NO PRIVATIVAS DE LA LIBERTAD 23

Reglas de Tokio, regla 3.2: La selección de una medida no privativa de la libertad se basará en los
criterios establecidos con respecto al tipo y gravedad del delito, la personalidad y los antecedentes
del delincuente, los objetivos de la condena y los derechos de las víctimas.

Reglas de Bangkok, regla 57: Las disposiciones de las Reglas de Tokio servirán de orientación
para la elaboración y puesta en práctica de respuestas apropiadas ante la delincuencia femenina.
En el marco de los ordenamientos jurídicos de los Estados Miembros, se deberán elaborar medidas
opcionales y alternativas a la prisión preventiva y la condena, concebidas específicamente para
las mujeres delincuentes, teniendo presente el historial de victimización de muchas de ellas y sus
responsabilidades de cuidado de otras personas.

En consonancia con la regla 6.1 de las Reglas de Tokio, que señala que “en el procedimiento penal
solo se recurrirá a la prisión preventiva como último recurso”, y teniendo en cuenta que separar a
las mujeres de sus familias y comunidades tiene graves consecuencias colaterales, las medidas no
privativas de la libertad deben considerarse en todas las fases del proceso penal.

• Alternativas al enjuiciamiento penal: Cuando se trata de cargos leves en los que


la acusada no suponga una amenaza grave o peligrosa para la seguridad y la sociedad,
la policía y los fiscales deberán considerar alternativas al enjuiciamiento penal, como
el sobreseimiento del caso, los programas de derivación y tratamiento que respondan
a las cuestiones de género y otras alternativas conexas, teniendo presente a la vez el
respeto a la ley y los derechos de las víctimas57. En cada fase del proceso, se tomarán
disposiciones para garantizar que se aplica la medida menos restrictiva para la mujer
en contacto con la ley, teniendo en cuenta los factores señalados.
• Alternativas a la prisión preventiva: Las alternativas a la prisión preventiva (como
fianzas, arresto domiciliario o libertad vigilada) deben aplicarse de forma rutinaria, con
independencia del tipo del delito. Los jueces y fiscales deben tomar en consideración
criterios específicos de género que pueden justificar el recurso excepcional a la detención
(como el riesgo de fuga, la intimidación de las víctimas, etc.)58.

Estas medidas se analizan en detalle en las secciones siguientes.

Reglas de Tokio, regla 2.3: A fin de asegurar una mayor flexibilidad, compatible con el tipo y la
gravedad del delito, la personalidad y los antecedentes del delincuente y la protección de la socie-
dad, y evitar la aplicación innecesaria de la pena de prisión, el sistema de justicia penal establecerá
una amplia serie de medidas no privativas de la libertad, desde la fase anterior al juicio hasta la
fase posterior a la sentencia. El número y el tipo de las medidas no privativas de la libertad disponi-
bles deben estar determinados de manera tal que sea posible fijar de manera coherente las penas.

Reglas de Bangkok, regla 58: Teniendo en cuenta las disposiciones de la regla 2.3 de las Reglas
de Tokio, no se separará a las delincuentes de sus parientes y comunidades sin prestar la debida
atención a su historial y sus vínculos familiares. Cuando proceda y sea posible, se utilizarán
mecanismos opcionales en el caso de las mujeres que cometan delitos, como las medidas
alternativas y otras que sustituyan a la prisión preventiva y la condena.

Reglas de Bangkok, regla 62: Se deberá mejorar la prestación de servicios comunitarios de


tratamiento de uso indebido de drogas destinados exclusivamente a las mujeres, en que se tengan
presentes las cuestiones de género y que estén habilitados para el tratamiento de traumas, así como
el acceso de las mujeres a dicho tratamiento a efectos de la prevención del delito y de la adopción de
medidas alternativas a la condena.

57
 Regla 5 de las Reglas de Tokio.
58
 UNODC, Manual sobre Estrategias para Reducir el Hacinamiento en las Prisiones (2013), y Amnistía Interna-
cional, Manual de juicios justos, 2a edición (2014).
24 MANUAL SOBRE MEDIDAS NO PRIVATIVAS DE LA LIBERTAD QUE RESPONDEN A LAS CUESTIONES DE GÉNERO

Figura II. Flujograma sobre la aplicación de medidas no privativas de la libertad en las distintas


fases del proceso penal

Sobre-
Detención seimiento
o imputación
formal No

Tener en cuenta factores


específicos de género: Derivación: educación,
Asegurar el acceso ¿Prisión Deri- tratamiento, programas
a la asistencia historial de abusos, vación Sí
preventiva? salud mental, comunitarios
pública alternativos, etc.
abuso de sustancias,
Considerar alternativas: rol de cuidador, etc.
libertad bajo palabra,
Sí arresto domiciliario,
libertad vigilada, etc.
Imputación
justa

Sobre- ¿Fallo
seimiento No
condenatorio?
Considerar factores
atenuantes: gravedad
Imposición del delito, rol de cuidador,
de penas ausencia de antecedentes
penales, experiencia de abuso,
situación de desventaja, etc.

Considerar alternativas:
condena condicional, condena
diferida, arresto domiciliario, Etapa posterior Considerar programas
vigilancia electrónica, multas, a la imposición de libertad anticipada
servicios comunitarios, de la pena
órdenes de tratamiento, etc.

2.2.1 Despenalización

Puede ocurrir que para definir los delitos leves (como el merodeo, el comercio ambulante, la
ebriedad en vía pública y el impago de deudas) se utilicen términos poco precisos, lo que deriva
en la imposición de sanciones desproporcionadas. Esos delitos a menudo implican discriminación
contra las mujeres y están vinculados a la pobreza, la enfermedad mental y la falta de hogar. El
enjuiciamiento penal de estos hechos delictivos con frecuencia da lugar a condiciones de haci-
namiento en las cárceles59 y es una respuesta desproporcionada a una conducta no violenta. La
despenalización de estos ilícitos tendría, por lo tanto, consecuencias importantes para las mujeres.

La Comisión Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos aprobó los principios sobre
la desclasificación y despenalización de los delitos leves en África el 25 de octubre de 2018. Los
principios establecen las normas para la evaluación de los delitos leves y promueven las medidas
que pueden adoptar los Estados partes para garantizar que dichas leyes no afecten a las personas
en función de su origen social, su condición social o su patrimonio al penalizar actividades para
ganar el sustentoa.

En 2019, el estado de Victoria, en Australia, anunció que despenalizaría la ebriedad pública


después de que una mujer aborigen muriera estando privada de la libertad. El Gobierno anunció
que en lugar de considerarlo un ilícito, aplicaría en esos casos un enfoque basado en la salud que
“promoverá vías terapéuticas y culturalmente seguras para ayudar a las personas afectadas por el
alcohol en lugares públicos”b.

59
 Ehlers, Open Society Foundations, “‘Rogues’ and ‘Vagabonds’ No More: Ending Africa’s Imperial Legacy
of Absurd Petty Offenses”, 3 de febrero de 2017. Véase además, Petty Offences Project, “Petty Offences in Africa”.
LOGRAR LA IGUALDAD DE GÉNERO EN LA UTILIZACIÓN Y APLICACIÓN DE MEDIDAS NO PRIVATIVAS DE LA LIBERTAD 25

En enero de 2017, el Tribunal Superior de Malawi, en el caso Mayeso Gwanda contra el Estado,
declaró inconstitucionales los hechos delictivos de “pícaro y vagabundo”, por lo que las
detenciones de inculpados por esos hechos son ilegalesc.
a
 Comisión Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos, Principles on the Declassification and
Decriminalization of Petty Offences in Africa (2017).
b
 The Guardian, “Victoria abolishes public drunkenness as a crime ahead of death in custody inquest”, 22 de
agosto de 2019.
c
 Causa Constitucional núm. 5 de 2015, [2017] MWHC 23 (10 de enero de 2017).

Muchas mujeres son encarceladas por delitos leves relacionados con drogas. Varios países han
iniciado o aprobado reformas legales para despenalizar los delitos leves, como el consumo personal,
al igual que la posesión y el cultivo de drogas para consumo personal, y han adoptado políticas
para remitir a los consumidores de drogas a los servicios sociales y de tratamiento comunitario
o imponerles multas administrativas o amonestaciones. Estos enfoques son posibles en el marco
de los tratados de fiscalización internacional de drogas, que promueven respuestas al consumo de
drogas y a los trastornos relacionados con el consumo de drogas centradas en la salud y respetuosas
de los derechos humanos. El uso innecesario del encarcelamiento por delitos leves relacionados
con drogas es ineficaz para reducir la reincidencia y agrava los problemas sociales, económicos
y de salud de los implicados, así como de sus familias y comunidades. También sobrecarga los
sistemas de justicia penal, impidiéndoles abordar eficazmente los delitos más graves60.

 Véanse más adelante la sección 2.2.4 sobre Derivación y la sección 3.4 sobre Mujeres detenidas por delitos
relacionados con drogas.

En 2001, Portugal despenalizó la posesión de pequeñas cantidades de todas las drogas


psicoactivas, lo que hizo posible su adquisición, posesión y consumo. Con arreglo a la Ley 30/2000,
lo que hasta entonces eran delitos se convirtieron en infracciones administrativas. Cuando se
detiene a una persona con una cantidad de drogas equivalente a menos de 10 días de consumo,
se le remite a una comisión para la disuasión de la drogadicción (Comissão para a Dissuasão
da Toxicodependência), un órgano administrativo establecido en cada una de las regiones de
Portugal e integrado por tres profesionales: un experto jurídico, un trabajador social y un médico.
Cada comisión cuenta con el apoyo de un equipo técnico de expertos sanitarios y sociales.
En  2010, el número de condenas por tráfico de drogas se redujo en un 40 % y el número de
personas encarceladas por tráfico se había reducido en un 50 %a. La despenalización condujo a
una reducción de las condiciones de hacinamiento en las cárceles: la proporción de autores de
delitos relacionados con drogas en prisión bajó del 44 % en 1999 al 19,6 % en 2013. La política
también permitió a las fuerzas del orden dirigir sus actividades hacia los traficantes violentos de
drogas en grandes cantidades y a los grupos de delincuencia organizada, en lugar de centrarse en
los usuarios y los traficantes de pequeñas cantidades.

El punto débil del modelo era la falta de servicios adaptados al género. Las recomendaciones para
reforzar este aspecto incluyen el establecimiento de servicios específicos de reducción de daños
y tratamiento dirigidos exclusivamente a las mujeres, con horarios de funcionamiento solo para
mujeres, incluidos servicios de guarderías, la incorporación de intervenciones de salud sexual y
reproductiva y servicios de apoyo social a las mujeres y madresb.
 Laqueur, “Uses and Abuses of Drug Decriminalization in Portugal”, Law and Social Inquiry (2014).
a

 IDPC, Gender And Drug Policy: Exploring Innovative Approaches To Drug Policy And Incarceration: The Portuguese
b

Model For Decriminalizing Drug Use.

60
 Equipo de tareas de coordinación del sistema de las Naciones Unidas sobre la aplicación de la posición común
del sistema de las Naciones Unidas respecto de las cuestiones relacionadas con las drogas, What we have learned
over the last ten years: A summary of knowledge acquired and produced by the UN system on drug-related matters (2019).
26 MANUAL SOBRE MEDIDAS NO PRIVATIVAS DE LA LIBERTAD QUE RESPONDEN A LAS CUESTIONES DE GÉNERO

2.2.2 Acceso temprano a la asistencia jurídica

Muchas mujeres tienen que recurrir a abogados de oficio, ya que no pueden permitirse pagar
un abogado privado. Una de las principales conclusiones del Estudio mundial sobre la asistencia
jurídica, elaborado por el PNUD y la UNODC en 2016, fue que, a escala mundial y en todos los
niveles de desarrollo, la falta de confianza en la calidad de los servicios era uno de los retos más
importantes a los que hacían frente los grupos pobres y vulnerables para acceder a ellos61. Una de
las medidas que los países pueden adoptar para asegurar la calidad de los servicios es cerciorarse
de que existan servicios de asistencia jurídica con perspectiva de género y que las mujeres sepan
cómo acceder a ellos62. En particular, se deben tomar en consideración las siguientes medidas:

• Incumbe a la policía, los fiscales y los jueces velar por que las personas que comparezcan
ante ellos y que no puedan sufragar los gastos de un abogado tengan acceso a asistencia
jurídica. Los profesionales de la justicia penal deben tener una lista preparada de
antemano de proveedores de servicios de asistencia jurídica (basada en el modelo de
prestación de su país, que puede incluir a proveedores como las oficinas de defensores
de oficio, los organismos gubernamentales de asistencia jurídica, las organizaciones
de la sociedad civil, los colegios de abogados y las clínicas universitarias de asistencia
jurídica).
• En los países con recursos limitados o en los que el número de abogados es insuficiente,
los asistentes jurídicos a nivel de la comunidad pueden aumentar el acceso a la justicia
mediante los servicios de asesoramiento jurídico que prestan, en particular para llegar
a los grupos marginados63.
• Mediante visitas periódicas a las comisarías de policía y a las dependencias carcelarias
por parte de abogados o asistentes jurídicos se puede lograr que se ofrezca a las mujeres
asesoramiento jurídico lo antes posible tras su detención.
• Los colegios de abogados, los prestadores particulares de asistencia jurídica — los aboga-
dos que prestan servicios de asistencia jurídica, incluidos los que trabajan para organiza-
ciones de la sociedad civil — deben tener la experiencia y los conocimientos apropiados
para proporcionar un asesoramiento jurídico adecuado y estar bien informados de las
necesidades especiales de las mujeres y, cuando sea posible, debe haber mujeres abogadas
o asistentes jurídicas para ofrecer servicios de asistencia jurídica64.
• El apoyo a los programas de educación jurídica dirigidos a las mujeres les ayuda a
conocer sus derechos fundamentales y a saber cómo hacerlos valer, como, por ejemplo,
no firmar una confesión que no entienden, en caso de que no puedan acceder a un
asesoramiento jurídico oportuno.

En Australia, en Queensland, la organización Sisters Inside, una organización de la sociedad civil


dirigida por una exreclusa, acude diariamente a la comisaría para reunirse con todas las mujeres
y niñas detenidas. Los trabajadores se aseguran de que se respeten los derechos humanos de las
mujeres y niñas detenidas, cerciorándose, por ejemplo, de que tengan acceso a la representación
letrada cuando comparecen por primera vez en el juzgado. Los trabajadores abordan de
forma proactiva los posibles obstáculos a la libertad bajo fianza de cada mujer o niña, lo que

61
 UNODC y PNUD, Estudio mundial sobre la asistencia jurídica (2016).
62
 UNODC, Handbook on Ensuring Quality of Legal Aid Services in Criminal Justice Processes: Practical Guidance
and Promising Practices (2019), págs. 63 a 70.
63
Open Society Foundations, Community-Based Paralegals: A Practitioner’s Guide (2010).
64
 Directriz 9, Principios y directrices de las Naciones Unidas sobre el acceso a la asistencia jurídica en los sistemas
de justicia penal.
LOGRAR LA IGUALDAD DE GÉNERO EN LA UTILIZACIÓN Y APLICACIÓN DE MEDIDAS NO PRIVATIVAS DE LA LIBERTAD 27

incluye ocuparse de buscarles alojamiento después de ser puestas en libertad y su defensa en


los tribunales. Los trabajadores también ayudan a las participantes a cumplir las condiciones de
su fianza (por ejemplo, las transportan para que se presenten ante la policía o se ocupan de
buscarles un alojamiento duradero) y, si lo desean, las ayudan a abordar las causas, a menudo
múltiples y agravadas, de su criminalización (por ejemplo, la pobreza o la falta de hogar). Estos
programas también tienen un efecto transformador en cuanto al género a través de la educación
de la policía. Desde el inicio del programa para jóvenes, el número de niñas y mujeres jóvenes
(desproporcionadamente niñas de las Primeras Naciones) detenidas por la policía se ha reducido
significativamente, y la policía prefiere cada vez más las medidas no privativas de la libertad, como
las advertencias o la fianza policial inmediataa.
En Indonesia, LBH Masyarakat ofrece servicios jurídicos gratuitos a los consumidores de drogas
a quienes capacita para que presten asistencia jurídica a la comunidad, incluso como asistentes
jurídicos formados. LBH Masyarakat colabora estrechamente con los asistentes jurídicos
y las comunidades o los familiares de las personas que consumen drogas para reunir testigos,
preparar las argumentaciones jurídicas de la defensa y recopilar pruebas justificativas, incluidas
evaluaciones psiquiátricas o médicas que muestren un historial de dependencia y necesidades
de tratamiento. Su asistencia jurídica incluye la representación en apoyo de la derivación de un
cliente en cualquier fase, desde la investigación policial hasta la audiencia judicial. Aunque la
policía está facultada para derivar un caso y evitar su enjuiciamiento en virtud de la normativa
vigente, a menudo no está dispuesta a derivar a personas que consumen drogas hacia opciones
de tratamiento (algo que también está autorizada a hacer, ya que el consumo de drogas
sigue estando tipificado como delito en la ley de drogas). Los jueces también pueden ejercer
sus facultades discrecionales en favor de la derivación de los imputados, aun al momento de
recibir declaraciones de peritos judiciales y otras pruebas justificativasb. Otra organización en
Indonesia, Action for Justice Indonesia, también ofrece asesoramiento jurídico gratuito a las
mujeres detenidas por delitos relacionados con drogas y las ayuda a evitar el enjuiciamiento penal
mediante la derivación hacia las opciones de tratamientob.
En Filipinas, la Humanitarian Legal Assistance Foundation imparte capacitación sobre asistencia
jurídica a mujeres encarceladas para que puedan ayudar a otras mujeres en su misma situación
con sus casos, colaborando con ellas en la redacción de sus afidávits y con el seguimiento de los
calendarios de las audiencias judiciales a través de los funcionarios de la cárcelc.

En Sierra Leona, los asistentes jurídicos de AdvocAid supervisan los centros de detención para
proporcionar asesoramiento jurídico a las mujeres encarceladas, apoyar las solicitudes de fianza
u ofrecer mediación en disputas menoresd. Los abogados de la organización proporcionan
representación jurídica a las mujeres acusadas en los tribunales. AdvocAid también produjo Police
Case, una serie de emisiones de televisión y radio de educación jurídica centrada en las mujeres en
contacto con la ley para concienciarlas sobre sus derechos.
a
https://sistersinside.com.au/.
b
IDPC, A Public Health Approach to Drug Use in Asia: Principles and Practices for Decriminalization (2016).
c
Fundación Friedrich Naumann, “Law as shield, lipstick as armour”, 15 de agosto de 2018.
d
AdvocAid, “Police Case”, sitio web y vídeo, diciembre de 2018.

2.2.3 Necesidades de salud mental

Muchas mujeres que ingresan en el sistema de justicia penal tienen un historial de problemas de
salud mental65. Es menos probable que salgan bajo fianza y a menudo son puestas en libertad
en la comunidad sin un plan de apoyo, por lo que a menudo vuelven a estar en contacto con
el sistema de justicia penal66. Es importante proporcionar el apoyo necesario para promover el

 UNODC, Manual sobre mujeres y encarcelamiento, 2a edición (2014), págs. 8 a 10.


65

 Iglehart, “Decriminalizing Mental Illness — The Miami Model”, The New England Journal of Medicine,
66

vol. 374 (2016), págs. 1701 a 1703.


28 MANUAL SOBRE MEDIDAS NO PRIVATIVAS DE LA LIBERTAD QUE RESPONDEN A LAS CUESTIONES DE GÉNERO

­ ienestar mental y responder a las necesidades de salud mental en lugar de dar una respuesta
b
punitiva67. En este sentido, deben considerarse las siguientes medidas:

• Apoyar la capacitación de las fuerzas del orden en materia de intervenciones en casos


de crisis para distender las situaciones que involucran a personas con necesidades de
salud mental y reducir la probabilidad de que se recurra a la fuerza o a la detención
como respuesta. Las experiencias negativas durante la detención pueden afectar a la
salud mental de las personas. Las mujeres son especialmente vulnerables inmediatamente
después de su detención y durante su ingreso en prisión.
• Cuando sea posible, derivar a las personas con necesidades de salud mental a los
servicios comunitarios y no detenerlas porque esto, en lugar de brindarles apoyo,
puede conducir a su encarcelamiento. Es necesario examinar los casos antes de for-
mular cargos para detectar a las personas que necesitan servicios y apoyo en materia
de salud mental y establecer contacto con los profesionales y expertos adecuados en
la esfera de la salud.

 Véanse también la sección 2.2.4 sobre Derivación y la sección 2.3.2.5 sobre Órdenes de penas comunitarias
de tratamiento. 

• Reconocer que una persona puede tener un trastorno de salud mental pero que su salud
mental es buena. Esto podría deberse a que está controlando bien su trastorno o que está
recibiendo un apoyo médico o social adecuado. Otra persona podría padecer de mala
salud mental sin tener un diagnóstico. Esto podría deberse a que está pasando por un
momento especialmente difícil en su vida. No es raro que las personas tengan más de un
trastorno de salud mental en un momento dado, y los síntomas a menudo se superponen.
Los trastornos de salud mental leves pueden transformarse en más graves.

• Evitar interpretar las necesidades de salud mental como factores de riesgo, porque esto
suele ser motivo de una clasificación de seguridad más alta de lo necesario (o al encarce-
lamiento por “riesgo”).

• Las mujeres con discapacidades mentales graves o con problemas de salud no deberán
permanecer en prisión, y se trasladarán a centros de salud mental adecuados68.

• Capacitar a los agentes de la autoridad, a los fiscales y al personal sobre las repercusiones
de las enfermedades mentales y los traumas. La mala salud mental entre las reclusas puede
estar vinculada a menudo con experiencias de malos tratos, trauma o abandono. Muchas
de estas experiencias se superponen.

• En las distintas fases del proceso de justicia penal, emplear como asesores, formadores y
profesionales de apoyo entre pares a personas que hayan padecido enfermedades mentales
y escuchar sus opiniones.

• Reunir a los organismos pertinentes para que colaboren en el intercambio de datos, el


desarrollo de rampas de salida del sistema de justicia penal y la superación de deficiencias
en los servicios y el apoyo comunitarios69.

67
 PRI, International Guide on the Mental Health Needs of Women in Prison (se publicará proximamente).
68
 Regla 109 de las Reglas Nelson Mandela.
69
 Fair and Just Prosecution, Brennan Center for Justice y The Justice Collaborative, 21 Principles for the 21st Cen-
tury Prosecutor (2018).
LOGRAR LA IGUALDAD DE GÉNERO EN LA UTILIZACIÓN Y APLICACIÓN DE MEDIDAS NO PRIVATIVAS DE LA LIBERTAD 29

2.2.4 Derivación

Los programas de derivación bien diseñados, que permiten a las personas eludir por completo
la privación de libertad o el sistema de justicia penal, pueden ahorrar recursos y reducir la
reincidencia. Estos programas mantienen a las personas en la comunidad en lugar de enviarlas
a prisión. Cuando la derivación precede a la imputación, los participantes pueden permanecer
totalmente fuera del sistema de justicia penal. Después de la acusación o la condena, la deriva-
ción ofrece igualmente una alternativa al encarcelamiento70. Es de particular importancia para
las mujeres en contacto con la ley, ya que privar de libertad a las mujeres con responsabilidades
de cuidado puede tener un impacto perjudicial en sus hijos. Los responsables de formular polí-
ticas deben asegurarse de la aprobación y aplicación adecuada de leyes en materia de derivación
que respondan a las cuestiones de género.

La policía y los fiscales pueden desempeñar un papel importante a la hora de permitir el recurso
a la derivación y disminuir el encarcelamiento de las mujeres. Debe consultarse a los expertos
(como los profesionales de la salud o de los servicios comunitarios) para determinar la opción
de derivación más adecuada teniendo en cuenta las circunstancias y necesidades particulares
de cada mujer.

Existen varias opciones de derivación para las mujeres que no suponen un riesgo para el
público, como las siguientes:

• absolución total o condicional;


• sanciones verbales;
• un acuerdo arbitral;
• mandamiento de restitución a la víctima o de indemnización;
• imposición de servicios comunitarios;
• procesos de justicia restaurativa;
• programas de tratamiento adaptados al género;
• remisión a los servicios de apoyo en la comunidad.

Entre los principios fundamentales que conviene considerar figuran los siguientes:

• Intervención mínima y proporcionalidad: si un caso debe ser desestimado de plano, no


habrá que encaminarlo en cambio hacia la derivación.
• Consentimiento informado: cuando la derivación entraña una obligación para la mujer
en contacto con la ley, es fundamental obtener su consentimiento, basado en la pre-
sunción de inocencia. El consentimiento informado es importante también por otras
razones, en particular en los casos de derivación a intervenciones de tratamiento y en
los casos de violencia en los que los programas de mediación o de justicia restaurativa
pueden ser perjudiciales a menos que existan salvaguardias y procedimientos de gestión
de riesgos adecuados.

70
 Fair and Just Prosecution, Brennan Center for Justice y The Justice Collaborative, 21 Principles for the 21st Cen-
tury Prosecutor (2018).
30 MANUAL SOBRE MEDIDAS NO PRIVATIVAS DE LA LIBERTAD QUE RESPONDEN A LAS CUESTIONES DE GÉNERO

• Evitar exigir a los acusados que admitan su culpabilidad como condición para par-
ticipar, si la admisión no es necesaria para promover los objetivos del programa71.
• Es importante asegurarse de que el programa se ajusta al riesgo y a las necesidades de
la persona. Por ejemplo, las mujeres que plantean un menor riesgo deberían participar
en un programa menos riguroso (o no participar en ningún programa).
• Las respuestas al incumplimiento deben ser proporcionadas y de acuerdo con el prin-
cipio de mínima intervención. Las medidas más intrusivas o incluso punitivas (como
la vigilancia electrónica y los períodos de encarcelamiento) deben utilizarse de forma
excepcional y solo cuando sean necesarias para la seguridad pública.
• Se debe derivar a las mujeres con necesidades de tratamiento de la drogodependencia
y apoyar su acceso a programas de tratamiento en la comunidad en que se tengan
presentes las cuestiones de género, estén habilitados para el tratamiento de traumas
y sean exclusivamente para mujeres72. Un estudio realizado por la UNODC reveló
que una programación integral que reconozca las diferencias de género, ofrezca
servicios exclusivos para mujeres y preste atención al cuidado prenatal e infantil, a
las habilidades parentales, a las relaciones, a los problemas de salud mental y a las
necesidades prácticas podría mejorar los resultados del tratamiento73. En las respuestas
proporcionadas al incumplimiento se deben tener en cuenta las dificultades que plantea
el proceso de recuperación del consumo de drogas y, en lugar de castigar la recaída,
se debe tratar como parte del proceso de recuperación74.
• Nunca se debe imponer de forma obligatoria un tratamiento o rehabilitación por
consumo de drogas a los reclusos75.

Australia: Durante tres años, el Gobierno de Queensland contó con un tribunal de derivación para
personas acusadas de delitos leves que también padecían falta de hogar y problemas de abuso
de sustancias o de salud mental. A las participantes se les ofrecía una “sanción” alternativa de
apoyo a cargo de una organización no gubernamental. La organización Sisters Inside ofrecía apoyo
a toda mujer que compareciera ante este tribunal. Los trabajadores se aseguraban de que cada
mujer tuviera acceso a un ingreso, alojamiento y ayuda para transitar por los servicios sanitarios y
cualquier otro servicio requerido para satisfacer sus necesidades complejas e interrelacionadas. La
mayoría de las participantes tenían antecedentes penales y la mayoría eran mujeres aborígenes. Sin
embargo, durante un período de tres años, 239 de las 240 mujeres que participaron en el programa
redujeron su tasa de delincuencia y el 96 % de las participantes fueron apartadas de la cárcela.

71
 Muchos programas de derivación imponen al delincuente la obligación de admitir su culpabilidad por lo
menos en algunos de los cargos que enfrenta y los programas están sujetos a esa admisión. Los requisitos especí-
ficos relativos a las declaraciones de culpabilidad no son siempre los mismos, ya que algunos tribunales de drogas
exigen que las declaraciones de culpabilidad abarquen todos o la mayoría de los cargos. Por consiguiente, algunos
o la totalidad de los cargos que podrían haber sido impugnados pasan a formar parte del historial oficial de hechos
delictivos de la persona. El requisito de declararse culpable para poder acogerse a la derivación puede dar lugar a
una aberración fundamental de la justicia por la que el delincuente que no se declara culpable hace frente no solo
a un camino posiblemente más oneroso, sino a la percepción por parte de una serie de responsables de la justicia
penal de que es “contumaz” o “poco dispuesto a cooperar”. Roberts e Indermaur, “Timely Intervention or Trapping
Minnows? The Potential for a Range of Net-Widening Effects in Australian Drug Diversion Initiatives”, Psychiatry,
Psychology and Law, vol. 13, núm. 2 (2006), págs. 220 a 231 (en 226).
72
 Regla 62 de las Reglas de Bangkok.
73
 UNODC, Tratamiento del abuso de sustancias y atención para la mujer: estudios monográficos y experiencia adqui-
rida (2004).
74
 UNODC y OMS, Tratamiento y atención de las personas con trastornos relacionados con el consumo de drogas que
están en contacto con el sistema de justicia penal — Medidas sustitutivas de la condena o la pena (2018).
75
 IDPC, 10 Years of Drug Policy In Asia: How Far Have We Come? A Civil Society Shadow Report (2019);
UNODC, A Transitional Framework towards Voluntary Community-based Treatment and Services for People Who Use
Drugs (2015); ACNUDH, ACNUR, OIT, OMS, ONU-Mujeres, ONUSIDA, PMA, PNUD, UNESCO, UNFPA,
UNICEF y UNODC, Declaración conjunta: Centros de detención y rehabilitación obligatorios relacionados con las
drogas (2012).
LOGRAR LA IGUALDAD DE GÉNERO EN LA UTILIZACIÓN Y APLICACIÓN DE MEDIDAS NO PRIVATIVAS DE LA LIBERTAD 31

Costa Rica: En 2014 se puso en marcha un programa a través de la Defensoría Pública que
trabaja para alejar a las mujeres vulnerables del sistema de justicia penal y ofrecerles servicios
de asesoramiento, tratamiento de drogas y capacitación en el empleo, entre otros. Un asistente
social determina las necesidades de cada mujer y para cada cliente se elabora un plan de acción
especialmente adaptado. Los objetivos del programa son reducir la reincidencia y ayudar a las
mujeres a recuperar sus derechos y su dignidadb.

Reino Unido: En los Women Support Centres se presta asistencia a las mujeres que han cometido
delitos leves mediante una intervención temprana y ayuda para evitar el encarcelamiento y
facilitar su derivación hacia programas de tratamiento pertinentesc. El Centro de Mujeres Anawim
apoya a la policía con resoluciones comunitarias y amonestaciones condicionales para las
mujeres en contacto con la leyd. De acuerdo con un estudio del Ministerio de Justicia, la tasa de
reincidencia de 597 mujeres que recibían apoyo proporcionado por los Centros de Mujeres en
Inglaterra fue del 30 % en un año, en comparación con el 35 % correspondiente a un grupo de
mujeres similares que no recibieron dicho apoyoe.

Estados Unidos: En 2011, Seattle fue pionera en la aplicación de un programa de derivación


previa a la imputación por delitos relacionados con drogas, denominado “Law Enforcement
Assisted Diversion“ (derivación asistida por las fuerzas del orden), que después fue aplicado
en otros lugares de manera generalizada. La policía puede dirigir a las personas detenidas por
delitos leves de drogas hacia el tratamiento comunitario y otros servicios en lugar de que sean
enjuiciadas. La persona se reúne con un trabajador social que puede remitirla a servicios
individuales adaptados. Dado que las mujeres que consumen drogas son detenidas con más
frecuencia por prostitución, la comisión de este delito también permitía el acceso al programa
de derivaciónf. Los participantes en el programa tenían un 58 % menos de probabilidades de ser
detenidos por otro delito, en comparación con otros que fueron acusados penalmente. También
era más factible que las personas encontraran empleo y vivienda. En 2018, la Fiscalía de Seattle
dejó de perseguir la posesión de menos de un gramo de heroína, cocaína o metanfetaminag.
a
 https://sistersinside.com.au/.
b
 WOLA, Gender and Drug Policy: Exploring Innovative Approaches to Drug Policy Incarceration, www.wola.org/
gender-drug-policy-exploring-global-innovative-approaches-drug-policy-incarceration/.
c
 Women in Prison, Women’s Support Centres (2017).
d
 http://anawim.co.uk/early_interventions.html.
e
 Ministerio de Justicia, Re-Offending Analysis — Women’s Centres throughout England (2015).
f
 Green, “LEAD program for low-level drug criminals sees success”, The Seattle Times, 8 de abril de 2015. Véase
también, WOLA, Gender and Drug Policy: Exploring Innovative Approaches to Drug Policy Incarceration, www.
wola.org/gender-drug-policy-exploring-global-innovative-approaches-drug-policy-incarceration/.
g
 Collins, Lonczak y Clifasefi, “Seattle’s Law Enforcement Assisted Diversion (LEAD): Program Effects on
Recidivism Outcomes”, Evaluation and Program Planning, vol. 64 (2017), págs. 49 a 56.

2.2.5 Justicia restaurativa

La justicia restaurativa es un enfoque de la delincuencia que ofrece a los delincuentes, las víctimas
y la comunidad una vía alternativa a la justicia. Se basa en el reconocimiento de que la conducta
delictiva no es solo una violación de la ley, sino que también la delincuencia causa un daño fun-
damental a las personas, las comunidades y la sociedad en su conjunto. A través de un proceso
participativo y flexible, la justicia restaurativa promueve la participación segura de las víctimas en
la resolución de la situación y ofrece a los delincuentes la oportunidad de rendir cuentas a quienes
han perjudicado76.

76
 UNODC, Manual sobre programas de justicia restaurativa (la 2ª edición se publicará próximamente).
32 MANUAL SOBRE MEDIDAS NO PRIVATIVAS DE LA LIBERTAD QUE RESPONDEN A LAS CUESTIONES DE GÉNERO

En un proceso restaurativo, la víctima, el delincuente y, cuando proceda, cualesquiera otras


personas o miembros de la comunidad afectados por un delito, participan conjuntamente de
forma activa en la resolución de cuestiones derivadas del delito, por lo general con la ayuda
de un facilitador77. Los programas de justicia restaurativa tienen las siguientes características
comunes, entre otras:

• atención a los daños causados por la conducta delictiva;


• participación voluntaria de los más afectados por el daño, incluyendo la víctima, el autor
y, en algunos procesos y prácticas, sus partidarios o familiares, los miembros de una
comunidad de interés y los profesionales competentes;
• preparación de las partes y facilitación del proceso por parte de profesionales capacitados
en justicia restaurativa;
• diálogo entre las partes para llegar a un entendimiento mutuo de lo ocurrido y sus
consecuencias y a un acuerdo sobre lo que debe hacerse;
• diversos resultados del proceso restaurativo, que pueden incluir una expresión de remor-
dimiento y el reconocimiento de responsabilidad por parte del autor y un compromiso
de realizar alguna acción reparadora en favor de la víctima o de la comunidad;
• un ofrecimiento de apoyo a la víctima para ayudar a su recuperación y al autor para
ayudar a su reintegración y a que desista de cometer otros actos perjudiciales78.

Las prácticas de justicia restaurativa pueden formar parte del proceso de justicia penal conven-
cional o ser una alternativa al mismo. Las investigaciones demuestran que las víctimas de delitos
a menudo no sienten que el enjuiciamiento y la condena las beneficien79. La realidad es que a
pesar de que suelen ser las más afectadas por los hechos delictivos, el sistema de justicia penal
convencional les da poca o ninguna oportunidad, a ellas o a los miembros de la comunidad, de ser
escuchados o participar en la resolución del delito. La justicia restaurativa es una vía de acceso a
la justicia para las víctimas al dar a todos los afectados por el delito la posibilidad de participar en
la mitigación y reparación del daño causado.

Los programas de justicia restaurativa pueden tener lugar en cualquier fase del proceso de justicia
penal, ya sea antes de una declaración de culpabilidad, después de esa declaración, antes de la
imposición de la pena, durante esta fase y después de la condena. Estos modelos incluyen:

• mediación entre víctima y delincuente;


• conferencias de grupos familiares;
• reuniones comunitarias;
• círculos.

Estos programas también tienen un historial consistente en cuanto al logro de tasas de reinciden-
cia más bajas que las penas convencionales, incluso tratándose de delitos graves80.

77
 Naciones Unidas, Principios Básicos sobre la Utilización de Programas de Justicia Restitutiva en Materia
Penal, resolución 2002/12 del Consejo Económico y Social, anexo, aprobada el 24 de julio de 2002.
78
 UNODC, Manual sobre programas de justicia restaurativa (la 2a edición se publicará próximamente).
79
 Alliance for Safety and Justice, Crime Survivors Speak: The First-Ever National Survey of Victims’ Views on
Safety and Justice.
80
 Fair and Just Prosecution, Brennan Center for Justice y The Justice Collaborative, 21 Principles for the 21st Cen-
tury Prosecutor (2018).
LOGRAR LA IGUALDAD DE GÉNERO EN LA UTILIZACIÓN Y APLICACIÓN DE MEDIDAS NO PRIVATIVAS DE LA LIBERTAD 33

A la hora de aplicar los programas de justicia restaurativa, es importante que se establezcan y se


sigan las siguientes garantías procesales81, ya sea en la ley, los reglamentos o las políticas:

• Se requiere el consentimiento tanto de la persona en contacto con la ley como de la


víctima y los dos podrán retirar ese consentimiento en cualquier momento del proceso.
• Los procesos de justicia restaurativa solo deben utilizarse cuando existan pruebas
suficientes.
• La participación de una persona en contacto con la ley no constituye una prueba de
culpabilidad.
• Los acuerdos deberán ser voluntarios y razonables.
• Hay que tener en cuenta la seguridad de las partes a la hora de remitir un caso a un
proceso de justicia restaurativa y llevarlo a cabo.
• Las conversaciones en los procesos restaurativos que no se realizan en público deben
ser confidenciales.
• Cuando proceda, los resultados de los acuerdos surgidos de los programas de justicia
restaurativa deben ser supervisados judicialmente o incorporados a las decisiones o
sentencias judiciales.
• De no llegarse a un acuerdo entre las partes, la falta de acuerdo por sí sola no se utili-
zará en contra de la persona en contacto con la ley en actuaciones penales posteriores.
• El incumplimiento de un acuerdo alcanzado en el curso de un proceso de justicia restau-
rativa (que no sea una decisión o sentencia judicial) no debe utilizarse como justificación
para una condena más severa en actuaciones penales posteriores.

Los responsables de formular políticas y los profesionales del sector de la justicia deben
garantizar que las directrices nacionales sobre los programas de justicia restaurativa se adopten en
consonancia con las normas internacionales pertinentes82.

En los casos de violencia por razón del género, como la violencia de pareja o la violencia sexual,
el uso de la justicia restaurativa sigue siendo controvertido. Además de las preocupaciones
por la seguridad de las víctimas, la revictimización y la victimización secundaria83, también es
motivo de inquietud la manera en que la utilización de la justicia restaurativa en los casos de
violencia por razón del género, en particular como una forma de derivación o una alternativa
al proceso de justicia penal, puede trivializar los delitos violentos y convertirlos en un asunto
privado en lugar de una denuncia pública a través de un proceso de justicia penal convencional.
Por otro lado, hay estudios que sugieren que las víctimas de violencia por razón del género
estaban más satisfechas después de un proceso de justicia restaurativa que de un proceso de
justicia penal convencional84 y se sentían más empoderadas85. De hecho, los procesos de justicia

81
 Naciones Unidas, Principios Básicos sobre la Utilización de Programas de Justicia Restitutiva en Materia Penal.
82
 Como es el caso de la Declaración sobre los Principios Fundamentales de Justicia para las Víctimas de Delitos
y del Abuso de Poder, resolución 40/34 de la Asamblea General, anexo, aprobada el 29 de noviembre de 1985;
las Reglas de Tokio; las Reglas de Bangkok; las Reglas Mínimas de las Naciones Unidas para la Administración
de la Justicia de Menores (Reglas de Beijing), resolución 40/33 de la Asamblea General, anexo, aprobada el 29
de noviembre de 1985; y las Directrices de las Naciones Unidas para la Prevención de la Delincuencia Juvenil
(Directrices de Riad), resolución 45/112 de la Asamblea General, anexo, aprobada el 14 de diciembre de 1990.
83
 Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer, Conclusiones convenidas sobre la eliminación y pre-
vención de todas las formas de violencia contra la mujer y la niña (E/2013/27, párr. 34 g)). Véase además UNODC,
Strengthening Crime Prevention and Criminal Justice Responses to Violence against Women (2014).
84
 Ministerio de Justicia de Nueva Zelandia, Restorative Justice Survey (2018).
85
 Marsh y Wager, “Restorative Justice in Cases of Sexual Violence: Exploring the views of the public and
survivors”, Probation Journal, vol. 62, núm. 4 (2015), págs. 336 a 356. Koss, Wilgus y Williamsen, “Campus Sexual
Misconduct: Restorative justice approaches to enhance compliance with Title IX guidance”, Trauma, Violence, and
Abuse, vol. 15, núm. 3 (2014), págs. 242 a 257.
34 MANUAL SOBRE MEDIDAS NO PRIVATIVAS DE LA LIBERTAD QUE RESPONDEN A LAS CUESTIONES DE GÉNERO

penal convencionales suelen ignorar las necesidades fundamentales de las víctimas, como la
necesidad de comprender las motivaciones y las intenciones futuras de los delincuentes, así
como la necesidad de garantizar que los delincuentes no estén incapacitados para indemnizar
y prestar apoyo financiero a las víctimas o a sus familias. Sin embargo, los jueces deben ser
extremadamente cautelosos a la hora de considerar si van a utilizar programas de justicia
restaurativa en los casos de violencia en razón del género, y velar por que se respeten los derechos
y las necesidades de las víctimas y de los delincuentes. Es importante reiterar que cuando se va
a utilizar un proceso de justicia restaurativa siempre debe basarse en el consentimiento libre y
voluntario de las dos partes. Los procesos obligatorios o forzosos de solución de controversias
por vías alternativas, incluyendo la mediación y la conciliación, están explícita y estrictamente
prohibidos según las normas internacionales86.

Es importante que los programas de justicia restaurativa cuenten con sólidos mecanismos de
remisión y alianzas con otros servicios sociales. Un estudio realizado por el Restorative Justice
Council de Inglaterra y Gales determinó que las prácticas de justicia restaurativa eran especial-
mente eficaces para las mujeres detenidas por delitos de hurto en tiendas. Sin embargo, debido
a la complejidad de los factores que subyacen a la comisión de delitos por mujeres, el estudio
también recomendó que los programas de justicia restaurativa mantuvieran alianzas para que
fuera posible remitir a las mujeres a los servicios adecuados, como los de salud mental, a fin
de abordar las causas subyacentes que las llevan a entrar en contacto con la ley. En la aplica-
ción de estos programas es importante adoptar un enfoque que responda a las cuestiones de
género. Los ejemplos de este enfoque que responde a las cuestiones de género están poniendo
en duda la justificación de los fallos basados en el género y concediendo más tiempo al trabajo
de preparación del caso, dada la importancia de la creación de relaciones cuando se trabaja con
mujeres87.

Estados Unidos: “Common Justice” es un programa alternativo al encarcelamiento que se


aplica en Nueva York para delitos violentos como agresión y robo. Los casos a los que puede
aplicarse deben ser aprobados por los fiscales de distrito de Brooklyn o del Bronx. Las víctimas y
los acusados deben estar de acuerdo en participar. Un facilitador capacitado ayuda a las partes a
abordar las repercusiones del delito, sus necesidades resultantes y, para la parte responsable, sus
obligaciones. En forma conjunta, las partes se ponen de acuerdo sobre las posibles reparaciones,
incluyendo la restitución, los servicios comunitarios y los compromisos de asistencia a la escuela o
al trabajo. Los responsables también completan un programa de intervención contra la violencia
de 12 a 15 meses de duración. El personal del programa supervisa el cumplimiento de los acuerdos
por parte del responsable y su participación en el programa de intervención contra la violencia,
y los que completan satisfactoriamente el programa no cumplen las penas de prisión que
afrontarían en caso contrario.
Fuente: Common Justice, Common Justice Model.

86
 En 2013, en sus Conclusiones acordadas aprobadas en su 57º período de sesiones, la Comisión de la
Condición Jurídica y Social de la Mujer, instó a los Estados Miembros a “...adoptar las medidas legislativas y de
otro tipo que resulten necesarias para prohibir los procesos alternativos de solución de controversias obligatorios
o forzosos, en particular los de mediación y conciliación forzosas, en relación con todas las formas de violencia
contra las mujeres y las niñas...” (E/2013/27, párr. 34 g)). Del mismo modo, el Convenio del Consejo de Europa
sobre Prevención y Lucha contra la Violencia contra las Mujeres y la Violencia Doméstica (Convenio de Estambul)
prohíbe el uso obligatorio de procesos de solución de controversias por vías alternativas, incluida la mediación y la
conciliación. Para obtener más información sobre la orientación normativa internacional sobre el uso de los procesos
de justicia restaurativa en el contexto de la violencia contra las mujeres, véase UNODC, Manual sobre programas de
justicia restaurativa (la 2ª edición se publicará próximamente).
87
 Restorative Justice Council, Making Restorative Justice Work for Women Who Have Offended: A Restorative Justice
Council research report (2016).
LOGRAR LA IGUALDAD DE GÉNERO EN LA UTILIZACIÓN Y APLICACIÓN DE MEDIDAS NO PRIVATIVAS DE LA LIBERTAD 35

2.2.6 Imputación justa

Dependiendo de la jurisdicción, los fiscales y los agentes de la autoridad están llamados a desem-
peñar una función importante a la hora de determinar si se presentan cargos contra alguien sospe-
choso de haber cometido un delito y cuáles son. Para que las decisiones en materia de imputación
respondan a las cuestiones de género, se deberán considerar las medidas siguientes:

• Los fiscales deben examinar los casos de forma rigurosa y temprana para determinar
si las pruebas respaldan todos los elementos del delito, de modo que los casos sin sus-
tento puedan ser rechazados o desestimados. El examen debería estar a cargo de fiscales
experimentados que analizan la acusación y las pruebas antes de presentar los cargos.
Los fiscales no iniciarán ni continuarán un procedimiento, o bien harán todo lo posible
por interrumpirlo, cuando una investigación imparcial demuestre que la acusación es
infundada88.
• No se debe presentar el máximo cargo posible de forma rutinaria. Deben adoptarse
políticas aplicables en toda la fiscalía que dejen claro que los cargos deben reflejar los
hechos y las circunstancias de cada caso, tener un enfoque que responda a las cuestiones
de género y estar diseñadas para lograr un resultado justo.
• Los fiscales y los agentes de la autoridad no deberán amenazar con aumentar los cargos
o buscar una sentencia más severa para obtener una declaración de culpabilidad.
• En algunos países, la negociación de los cargos y la condena es una práctica común.
Algunas investigaciones indican que las mujeres tienen menos probabilidades de acce-
der a la negociación de los cargos debido a su papel en los delitos89. Los sistemas de
renuncia al juicio deben garantizar los derechos procesales. Por ejemplo, no se debe
hacer una oferta de negociación de los cargos y la condena si el fiscal no puede probar
la acusación más allá de toda duda razonable. Las ofertas de negociación de los cargos
y la condena no deben estar condicionadas a la renuncia de un derecho del acusado a
solicitar la libertad provisional o la presentación de pruebas, o a litigar sobre violaciones
constitucionales90.
• Es necesario apoyar las iniciativas de reforma legislativa destinadas a reducir la duración
de las penas (en particular, la cadena perpetua sin libertad condicional)91 y a eliminar
las penas obligatorias y disposiciones conexas, como las denominadas leyes de tres
delitos graves92.

Estados Unidos: En 2018, el fiscal de distrito de Filadelfia dio instrucciones a los fiscales de su
oficina para que hicieran ofertas de negociación de los cargos y la condena por debajo del límite
inferior de las directrices de imposición de penas de Pensilvania para la mayoría de los delitos.
Cuando un fiscal considera que una oferta en el límite inferior sería demasiado baja, debe solicitar
la aprobación de un supervisor para subirla. Cuando las directrices para la imposición de penas
señalaran una condena de dos años o menos, Krasner instruyó a los fiscales para que, en general,
buscaran la libertad condicional u otra alternativa al encarcelamiento.
Fuente: Fiscal Larry Krasner, “New Policies Announced February 15, 2018”, Memorandum to Assistant District
Attorneys, District Attorney’s Office, Philadelphia, PA, 13 de marzo de 2018.

88
 UNODC, The Status and Role of Prosecutors: A United Nations Office on Drugs and Crime and International
Association of Prosecutors Guide, Criminal Justice Handbook Series (2014).
89
 Véase, por ejemplo, Grubb, Plea Bargaining and Gender (2019).
90
 Fair Trials, The Disappearing Trial Report: Towards a rights-based approach to trial waiver systems (2017).
91
 PRI y Universidad de Nottingham, Life Imprisonment: A Policy Briefing (2018).
92
 Fair and Just Prosecution, Brennan Center for Justice y The Justice Collaborative, 21 Principles for the 21st Cen-
tury Prosecutor (2018). Véase también la regla 61 de las Reglas de Bangkok.
36 MANUAL SOBRE MEDIDAS NO PRIVATIVAS DE LA LIBERTAD QUE RESPONDEN A LAS CUESTIONES DE GÉNERO

2.2.7 Alternativas a la prisión preventiva

Debido a sus efectos graves y a menudo irreversibles, el derecho internacional establece que la
prisión preventiva debe ser la excepción y no la regla. La prisión preventiva debe ser un último
recurso en las actuaciones penales en cumplimiento de la presunción de inocencia y el derecho
a la libertad93. La detención preventiva solo es legítima cuando existe una sospecha razonable
de que la persona ha cometido el delito, y cuando la detención es necesaria y proporcionada
para evitar que se fugue, cometa otro delito o interfiera en el curso de la justicia durante los
procedimientos pendientes94.

En la mayoría de las jurisdicciones, se ha establecido un conjunto de criterios en la ley o la


jurisprudencia que deben tomarse en consideración para justificar el recurso excepcional a la
detención. Los responsables de formular políticas o los profesionales del sector de la justicia
deberían establecer límites jurídicos para la utilización de la prisión preventiva como excepción
y promover el uso de medidas no privativas de la libertad.

Siempre que sea posible, deben utilizarse alternativas para las mujeres en contacto con la ley.
Debe emplearse un enfoque interseccional en el establecimiento, la aplicación y la vigilancia de
las medidas destinadas a reducir la prisión preventiva, incluida la capacitación con perspectiva
de género95. Deben tenerse en cuenta los factores de género, como los antecedentes de la mujer,
los vínculos comunitarios y familiares, las responsabilidades de cuidado, así como la gravedad
del delito y el peligro que representa para la comunidad. Es importante no separar a una mujer
de sus parientes o comunidades sin tener en cuenta su historial96. La mayoría de las mujeres en
contacto con la ley no suponen necesariamente un riesgo para la sociedad y su encarcelamiento
puede dificultar la reinserción social.

Debe prestarse especial atención a las mujeres embarazadas y a quienes tienen personas a cargo
(niños, adultos mayores y personas con discapacidad) y darles prioridad en las decisiones rela-
tivas a las medidas no privativas de la libertad. También debe prestarse especial atención a la
situación de las mujeres cabezas de familia que son el único sustento de sus familiares para que
la sanción sea compatible con el desempeño de un trabajo remunerado. En particular, solo debe
considerarse la detención preventiva:

• Cuando la mujer representa un peligro permanente.


• Después de haber tenido en cuenta el interés superior del niño y de haberse asegurado
que se adopten disposiciones apropiadas para el cuidado de esos niños97. Las responsa-
bilidades de cuidado de los hijos pueden ser un indicio de que es poco probable que
las mujeres en contacto con la ley se fuguen y que, por lo tanto, es menos probable
que la detención preventiva sea necesaria98.

93
 Regla 6.1 de las Reglas de Tokio.
94
 PRI, Factsheet: Pre-Trial Detention (2013).
95
  WOLA, Prisión preventiva en América Latina: El impacto desproporcionado en mujeres privadas de libertad por
delitos de drogas (junio de 2019).
96
 Regla 58 de las Reglas de Bangkok.
97
 Regla 64 de las Reglas de Bangkok.
98
 Comité Africano de Expertos sobre los Derechos y el Bienestar del Niño, A Short Guide to General Comment
No.  1 on Children of Incarcerated Parents and Primary Caregivers (2014).
LOGRAR LA IGUALDAD DE GÉNERO EN LA UTILIZACIÓN Y APLICACIÓN DE MEDIDAS NO PRIVATIVAS DE LA LIBERTAD 37

Interés superior del niño

Las autoridades deben tener en cuenta el interés superior del niño que puede verse afectado
por la toma de decisiones en todas las fases del proceso de justicia penal, incluida la detención,
las medidas previas al juicio, el juicio y la condena, el encarcelamiento, la puesta en libertad y la
reintegración en la familia y la comunidad.

La regla 49 de las Reglas de Bangkok indica claramente que toda decisión de permitir que los
niños permanezcan con sus madres en la cárcel se basará en el interés superior del niño y que los
niños que se encuentren en la cárcel con sus madres nunca serán tratados como reclusos.

El Comité Africano de Expertos sobre los Derechos y el Bienestar del Niño recomienda lo
siguientea:

• Las autoridades deben considerar activamente la posibilidad de aplicar alternativas a la


detención preventiva y a las penas de prisión cuando los delincuentes son progenitores o
cuidadores principales de niños. El hecho de tener en cuenta el interés superior del niño no
significa que los progenitores y cuidadores no puedan ser detenidos o encarcelados.
• La decisión de que un niño viva en prisión con su madre o cuidadora principal debe
estar sujeta a recurso judicial. Se deben elaborar criterios para tomar una decisión de
esta naturaleza en los que se consideren las características particulares del niño, como la
edad, el sexo, el nivel de madurez, la calidad de la relación con la madre o cuidadora, y la
existencia de alternativas de calidad disponibles para la familia.
• Debe facilitarse el contacto entre los progenitores o cuidadores recluidos y los niños
cuando sea en el interés superior del niño.
 Comité Africano de Expertos sobre los Derechos y el Bienestar del Niño, A Short Guide to General Comment
a

No. 1 on Children of Incarcerated Parents and Primary Caregivers (2014).

2.2.7.1 Fianzas

Muchas mujeres no pueden permitirse pagar una fianza en efectivo, ya que proceden de entornos
socioeconómicos bajos o han sido abandonadas por sus familias, por lo que carecen de este
apoyo99. Es necesario encaminarse hacia la suspensión de las fianzas en efectivo, que castigan de
hecho a las mujeres indigentes y contribuyen a la superpoblación penitenciaria. Deben tomarse en
consideración alternativas a las fianzas monetarias, como por ejemplo:

• orden de comparecer ante el tribunal en un día determinado;


• orden de permanecer en una dirección específica;
• orden de informar diaria o periódicamente al tribunal, a la policía o a otra autoridad;
• prohibición de incurrir en una determinada conducta;
• orden de firmar diariamente un libro de registro o intercambiar mensajes de texto;
• orden de salir de determinados lugares o distritos o de entrar en ellos, o de reunirse
con determinadas personas;
• orden de entregar los pasaportes u otros documentos de identidad;
• supervisión por parte de un organismo designado por el tribunal100;

99
 Prison Policy Initiative, Women’s Mass Incarceration: The Whole Pie (2017); PRI, Community service and probation
for women: A study in Kenya (2016).
100
 UNODC, Global e-Learning, Course Catalogue, “Gender Issues: Alternatives to Imprisonment for Women
Offenders” (núm. 23.3), www.unodc.org/elearning/en/courses/course-catalogue.html.
38 MANUAL SOBRE MEDIDAS NO PRIVATIVAS DE LA LIBERTAD QUE RESPONDEN A LAS CUESTIONES DE GÉNERO

• remisión a los servicios de apoyo de la comunidad, cuando proceda, como el apoyo a


los ingresos o a la vivienda.

En el Pakistán se observó que muchas mujeres permanecían detenidas durante largos períodos,
incluso por delitos leves, ya que habían sido abandonadas por sus familias y no podían pagar la
fianza.

Fuente:: Comisión de Derecho y Justicia de Pakistán, “Releasing the Female Accused on Bail”, número 48 (2012).

Para que las mujeres puedan tener acceso a la libertad bajo fianza se pueden adoptar también una
serie de medidas generales, como las siguientes:

• Los responsables de formular políticas deberían considerar la posibilidad de eliminar la


obligación de imponer la prisión preventiva para cualquier tipo de delito, garantizando
así que las decisiones de prisión preventiva no se basen en el delito que presuntamente
se ha cometido, sino que se tomen caso por caso.
• Como condición para solicitar la prisión preventiva, los jueces deben exigir a los fiscales
y al ministerio público que demuestren ante el tribunal competente que la detención es
una medida de último recurso.
• Cuando la representación jurídica no sea realista debido a la falta de abogados finan-
ciados con fondos públicos, los jueces deben hacer ellos mismos las averiguaciones
necesarias durante las audiencias sobre la puesta en libertad bajo fianza101.
• Las organizaciones de la sociedad civil también pueden desempeñar un papel fundamen-
tal y deben recibir apoyo. En los países con limitaciones de recursos, el uso de asistentes
jurídicos para ayudar a tramitar las solicitudes de libertad bajo fianza ha contribuido a
reducir la detención preventiva102.

Estados Unidos: Un estudio sobre detenidos en cárceles locales sin posibilidades de pagar una
fianza mostró que, entre los diferentes grupos raciales y étnicos, las mujeres afroamericanas tenían
los ingresos más bajos antes del encarcelamiento, mientras que los hombres blancos tenían los
ingresos más altos antes del encarcelamiento. La mayoría de los hombres afroamericanos, las
mujeres afroamericanas y las mujeres hispanas que permanecían detenidas por no pagar una
fianza vivían por debajo del umbral de pobreza antes de ser encarceladosa.

Washington D. C. se convirtió en uno de los primeros lugares en los Estados Unidos en depender
menos de la fianza monetaria, al aumentar el recurso a la libertad bajo palabra. A partir de 2017,
casi todos los acusados son puestos en libertad bajo su propia responsabilidad, es decir, bajo
palabra, o con algunas condiciones no monetarias, y mantienen una tasa de comparecencia del
87 %b.
a
 Rabuy y Kopf, “Detaining the Poor: How money bail perpetuates an endless cycle of poverty and jail time”,
10 de mayo de 2016.
b
 Stevenson y Mayson, Bail Reform: New Directions for Pretrial Detention and Release, Faculty Scholarship (2017),
pág. 7.

101
 Cabe señalar que, de conformidad con la Directriz 5, g), de los Principios y Directrices de las Naciones Unidas
sobre el Acceso a la Asistencia Jurídica en los Sistemas de Justicia Penal, “los Estados deben adoptar medidas para...
velar por que los sospechosos no representados y los acusados comprendan sus derechos. Ello puede incluir, entre
otras cosas, la solicitud de que los jueces y fiscales expliquen esos derechos en un lenguaje claro y sencillo”.
102
 Véase la experiencia de Malawi, Open Society Foundations, Improving Pretrial Justice: The roles of lawyers
and paralegals (2012).
LOGRAR LA IGUALDAD DE GÉNERO EN LA UTILIZACIÓN Y APLICACIÓN DE MEDIDAS NO PRIVATIVAS DE LA LIBERTAD 39

• Cuando no existan alternativas a la fianza monetaria, es necesario prestar apoyo a méto-


dos de pago alternativos, como los pagos con tarjeta de débito y crédito o las fianzas
no garantizadas, y respaldar los fondos para fianzas sin fines de lucro103.

Estados Unidos: En octubre de 2018, la organización no gubernamental Robert F. Kennedy


Human Rights pagó 1.200 millones de dólares para sacar a 105 mujeres y adolescentes de la
prisión de Rikers Island como parte de una campaña nacional para demostrar que la fianza en
efectivo discrimina a los pobres y a las minorías. De las 90 personas que desde entonces han
tenido comparecencias programadas ante el tribunal, solo dos no se presentaron, según el grupo.

Fuente: Mayes, “105 New York City Inmates Freed in Bail Reform Experiment”, The New York Times, 20 de
noviembre de 2018.

• Por diversas razones, las mujeres no siempre pueden cumplir las obligaciones estándar
relativas a las fianzas. Por ejemplo, es posible que no se les permita salir de casa sin
ir acompañadas por un hombre o que el transporte a la comisaría correspondiente no
sea asequible o factible. Además, los horarios de presentación en la comisaría podrían
poner en peligro sus responsabilidades como cuidadoras, por ejemplo, al coincidir con
las horas en las que tienen que recoger a sus hijos del colegio, o podrían obstaculizar
su capacidad de percibir ingresos a través de un trabajo remunerado104. Los jueces y
fiscales deben tomar en consideración estos factores y establecer obligaciones relativas a
las fianzas que tengan en cuenta las circunstancias específicas de cada mujer, en colabo-
ración con la interesada, el abogado defensor o asistente jurídico o alguna organización
de la sociedad civil.

Camboya: Las directrices del Ministerio de Justicia establecen que, si una mujer está embarazada
o tiene hijos y no hay mecanismos alternativos adecuados para su cuidado, no debe imponerse la
detención preventiva a menos que sea absolutamente necesarioa.

Sierra Leona: La normativa sobre fianzas aprobada en 2017 exige que el tribunal considere una
alternativa a la detención en el caso de un acusado que sea el principal cuidador o una mujer
embarazada o madre lactante. En estos casos, el tribunal solo puede recurrir a la detención
teniendo en cuenta el tipo y las circunstancias del delito y el riesgo que supone la persona
acusada. En todos los casos, cuando se concede la libertad bajo fianza a una persona que no tiene
un fiador adecuado, el tribunal está obligado a fijar condiciones de libertad bajo fianza razonables
y proporcionadas al delito correspondiente y a tener en cuenta las circunstancias particulares y al
acusadob.
a
Nowak, Naciones Unidas, Estudio mundial de las Naciones Unidas sobre los niños privados de libertad (2019).
b
Sierra Leone Rules of the Court Committee, Bail and Sentencing Guidelines (2017), artículo 7.

• Se deben apoyar los servicios previos al juicio que ayudan a las personas a recordar que
deben volver al tribunal (por ejemplo, notificación por teléfono o mensajes de texto)105.

103
 Fair and Just Prosecution, Brennan Center for Justice y The Justice Collaborative, 21 Principles for the 21st Cen-
tury Prosecutor (2018).
104
 PRI, Women in criminal justice systems: the added value of the UN Bangkok Rules (2015).
105
 Con los sistemas de notificación que utilizan llamadas telefónicas y mensajes de texto se han logrado altas
tasas de éxito en las comparecencias ante el tribunal. Véase Plaintiffs’ Summary of Other Jurisdictions, O’Donnell
contra Harris County, núm. H-16-1414, 2017 WL 1542457 (S D T X 28 de abril de 2018). El condado de Mult-
nomah, en Oregón, empezó a utilizar recordatorios automatizados para las comparecencias ante los tribunales y
comunicó un descenso de las inasistencias de más del 30 % y un ahorro de más de 15 millones de dólares en el
ejercicio económico 2007. O’Keefe, “Court Appearance Notification System: 2007 Analysis Highlights”, Multnomah
County Local Public Safety Coordinating Council (2007).
40 MANUAL SOBRE MEDIDAS NO PRIVATIVAS DE LA LIBERTAD QUE RESPONDEN A LAS CUESTIONES DE GÉNERO

Si el acusado tiene un historial de incomparecencia ante el tribunal, hay que considerar


la posibilidad de realizar llamadas semanales o citas de control en lugar de una fianza
en efectivo o una detención106.
• No se debe solicitar la prisión preventiva porque la acusada haya faltado a una compa-
recencia si posteriormente se presenta ante el tribunal, de acuerdo con el principio de
mínima intervención y la privación de libertad como último recurso, en consonancia
con las Reglas de Tokio107.

Estados Unidos: En 2011, Kentucky aprobó una ley que obliga a los jueces a ordenar la libertad
provisional de todas las personas consideradas de bajo y moderado riesgo de reincidencia o fuga.

Desde entonces, el número de personas detenidas mientras estaban en libertad ha disminuido


cada año: en 2015, la tasa era de solo el 10 %a. Tras este éxito, la Corte Suprema de Kentucky
instituyó la libertad provisional automática para la mayoría de los acusados no violentos (excluidos
los acusados de delitos sexuales) por debajo de un determinado umbral de riesgo.

En julio de 2015, las autoridades de la ciudad de Nueva York anunciaron un plan que autorizaría
a los jueces, en asuntos relacionados con delitos leves, a imponer opciones, como firmar un libro
de registro diario, recibir tratamiento contra las drogas e incluso intercambiar mensajes de texto,
como alternativas al pago de una fianza. El objetivo del plan era eliminar la prisión preventiva
para que las personas que no pudieran pagar una fianza siguieran trabajando y viviendo con sus
familias, y reducir el número de presos en el complejo penitenciario de Rikers Island, conocido por
sus condiciones de hacinamientob.
a
 Kentucky Justice & Public Safety Cabinet Criminal Justice Council, 2015 HB463 Implementation Report (2015),
pág. 3.
b
 WOLA, Mujeres, políticas de drogas y encarcelamiento: una guía para la reforma de políticas en América Latina y
el Caribe (sin fecha).

• Se debe exigir a los jueces que expongan y expliquen en detalle los motivos de su
decisión si deniegan la libertad bajo fianza.
• Las mujeres que se encuentran en prisión preventiva deben recibir asesoramiento jurídico
y apoyo para recurrir la decisión del tribunal o de la policía de denegar la libertad bajo
fianza.

En Australia, aproximadamente un tercio de todas las mujeres encarceladas están en prisión


preventiva. Sisters Inside cuenta con un programa de apoyo a las recluidas en prisión preventiva
para apelar la denegación de la fianza ante el más alto tribunal de Queensland. Los trabajadores
se reúnen con las mujeres recién encarceladas en las prisiones de todo el territorio de Queensland
y evalúan su admisibilidad para la concesión de la libertad bajo fianza por el Tribunal Supremo.
Se apoya a las mujeres que cumplen los requisitos para presentar una solicitud ante el tribunal.
Los trabajadores de Sisters Inside están disponibles en el tribunal para proporcionar defensa y
apoyo, ayudar a la mujer a hacer los arreglos para solicitar la fianza (por ejemplo, la vivienda) y
ofrecerle apoyo después de ser puesta en libertad. Esto tiene el efecto transformador desde el
punto de vista del género de educar a la judicatura sobre la denegación, reiterada e indebida, de
las solicitudes de fianza a las mujeres acusadas de delitos leves y no violentos. En los últimos tres
años, se ha concedido la libertad bajo fianza al 100 % de las mujeres apoyadas por el programa.
Fuente: https://sistersinside.com.au/.

106
 Fair and Just Prosecution, Brennan Center for Justice y The Justice Collaborative, 21 Principles for the 21st Cen-
tury Prosecutor (2018).
107
 Reglas 2.6 y 14 de las Reglas de Tokio. Véase además Fair and Just Prosecution, Brennan Center for Justice
y The Justice Collaborative, 21 Principles for the 21st Century Prosecutor (2018).
LOGRAR LA IGUALDAD DE GÉNERO EN LA UTILIZACIÓN Y APLICACIÓN DE MEDIDAS NO PRIVATIVAS DE LA LIBERTAD 41

2.2.7.2  Arresto domiciliario

En algunos países, el arresto domiciliario se ha utilizado como alternativa a la prisión preventiva, en


particular en el caso de mujeres embarazadas o con hijos a cargo. La orden de arresto domiciliario
puede cumplirse en el domicilio de la mujer o en el de otra persona — una cuestión de especial
importancia para las ciudadanas extranjeras — sin vigilancia o con vigilancia, según lo ordene el
juez. Para que esta medida responda a las necesidades específicas de las mujeres, hay que tener en
cuenta lo siguiente:

• Las condiciones impuestas deben respetar los derechos de la mujer en contacto con la ley
y de su familia y no deben impedir su capacidad para ganarse la vida o cumplir con las
responsabilidades familiares. Debe tener acceso suficiente a la vivienda, la alimentación y
los medicamentos mientras se encuentre bajo arresto domiciliario y debe estar vinculada
con organizaciones comunitarias capaces de apoyarla. Habrá que establecer controles
de seguridad para garantizar que la mujer no será objeto de violencia o abusos por su
pareja o un miembro de su familia mientras esté en arresto domiciliario.
• El arresto domiciliario no debe utilizarse como medida sustitutiva del encarcelamiento
y debe imponerse la medida no privativa de la libertad menos intervencionista teniendo
en cuenta las circunstancias particulares de la mujer.

Brasil: En febrero de 2018, el Supremo Tribunal Federal del Brasil dictaminó que las mujeres
embarazadas y las madres de niños de 12 años o menos pueden estar en arresto domiciliario en
lugar de en prisión preventiva. Sin embargo, ha habido problemas para aplicar la decisión, como
la falta de acceso a la asistencia jurídica para las reclusas, lo que ha impedido que las mujeres se
beneficien plenamente de esta decisióna.

China: Las mujeres que amamantan a un niño pueden ser puestas en libertad antes del juicio
junto con medidas no privativas de la libertad, como la vigilancia residencialb.
a
 Human Rights Watch, “Pregnant Women Will No Longer Await Trial in Brazilian Jails: Supreme Court Ruling a
Victory for Law Reform in Brazil”, 23 de febrero de 2018.
b
 PRI, Women in criminal justice systems and the added value of the UN Bangkok Rules (2015).

2.2.7.3  Libertad vigilada

La libertad vigilada es una alternativa innovadora a la prisión preventiva utilizada en algunos


países.

Estados Unidos: El programa “Manhattan Supervised Release”, implantado en 2013 en la ciudad


de Nueva York, ofrece una alternativa a la prisión preventiva y permite a determinadas personas
seguir trabajando y viviendo en casa con sus familias mientras esperan el juicio. El programa
ha reducido en gran medida el número de personas en situación de vulnerabilidad económica
recluidas en prisión preventiva, y los participantes en el programa también tienen menos
probabilidades de ser condenados a prisión.
Fuente: WOLA, Mujeres, políticas de drogas y encarcelamiento: una guía para la reforma de políticas en América
Latina y el Caribe (sin fecha).
42 MANUAL SOBRE MEDIDAS NO PRIVATIVAS DE LA LIBERTAD QUE RESPONDEN A LAS CUESTIONES DE GÉNERO

2.3 Fase del juicio y la condena

En consonancia con el derecho internacional, el derecho a un juicio debe ser respetado en toda la
fase del juicio y la condena. Por ejemplo, el derecho a la representación letrada, el derecho a ser
asistido por un intérprete profesional y el derecho a ser juzgado sin dilaciones indebidas108.

• Es importante que los jueces tomen debidamente en consideración los factores atenuantes
a la hora de determinar cuál es la condena que procede imponer a una mujer en con-
tacto con la ley, teniendo en cuenta las vías habituales que conducen al encarcelamiento
de las mujeres y el impacto negativo particular que tiene en ellas, que ya se esbozó en
la sección 1.3 del presente manual. Estos factores atenuantes permiten a las autorida-
des judiciales considerar un historial de abusos sistemáticos e incidentes de coacción o
manipulación. Muchas jurisdicciones permiten a los jueces tener en cuenta al menos
algunos factores atenuantes en relación con las mujeres. Sin embargo, su aplicación eficaz
también puede requerir una intervención normativa y una capacitación y orientaciones
más específicas destinadas a los jueces y otros profesionales del sector de la justicia. Por
ejemplo, cabría la posibilidad de adoptar o revisar las directrices para la imposición de
penas o las orientaciones sobre la elaboración de informes de indagación social para
tener en cuenta los antecedentes, las circunstancias y las vulnerabilidades de las mujeres.

Reglas de Bangkok, regla 61: Al condenar a las delincuentes, los tribunales tendrán la facultad
de examinar atenuantes, como la ausencia de historial penal y la levedad relativa y el carácter
de su comportamiento delictivo, teniendo en cuenta las responsabilidades de cuidado de otras
personas de las interesadas y su situación particular.

Según la regla 8.2 de las Reglas de Tokio, las penas no privativas de la libertad (medidas
sustitutivas de la privación de libertad) pueden incluir medidas como las siguientes:
a)  Sanciones verbales, como la amonestación, la reprensión y la advertencia;
b)  Libertad condicional;
c)  Penas privativas de derechos o inhabilitaciones;
d)  S anciones económicas y penas en dinero, como multas y multas sobre los ingresos calcula-
dos por días;
e)  Incautación o confiscación;
f)  Mandamiento de restitución a la víctima o de indemnización;
g)  Suspensión de la sentencia o condena diferida;
h)  Régimen de prueba y vigilancia judicial;
i)  Imposición de servicios a la comunidad;
j)  Obligación de acudir regularmente a un centro determinado;
k)  Arresto domiciliario;
l)  Cualquier otro régimen que no entrañe reclusión; y
m)  Alguna combinación de las sanciones precedentes.

Cuando proceda, en los casos de mujeres en contacto con la ley deberán utilizarse los programas
de justicia restaurativa, en consonancia con los Principios Básicos sobre la Utilización de
Programas de Justicia Restaurativa en Materia Penal.

108
 Artículo 14 c), d) y f), del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos. Véase también Amnistía
Internacional, Manual de juicios justos, 2ª edición (2014).
LOGRAR LA IGUALDAD DE GÉNERO EN LA UTILIZACIÓN Y APLICACIÓN DE MEDIDAS NO PRIVATIVAS DE LA LIBERTAD 43

Cuando se imponga una pena a una mujer en contacto con la ley, debe prestarse especial aten-
ción a su papel como cuidadora, tanto si está embarazada como si es cuidadora de un hijo a
su cargo. En general, evitar el encarcelamiento de las mujeres cuidadoras responde al interés
superior del niño y de la comunidad en su conjunto. La Carta Africana sobre los Derechos y el
Bienestar del Niño establece que “ningún niño será separado de sus padres contra su voluntad,
excepto cuando la autoridad judicial determine, de conformidad con la ley aplicable, que dicha
separación es necesaria en el interés superior del niño”109. Se ha de determinar que toda reclu-
sión de una mujer que actualmente desempeña una función de cuidadora responde al interés
superior del niño110.

Dada la gran importancia de los cuidados para la familia y la comunidad, las normas regionales
también destacan la importancia de las medidas no privativas de la libertad para las mujeres111. La
Comisión Interamericana ha señalado que “deben priorizarse medidas no privativas de la libertad
que les permitan [a las mujeres embarazadas y a las mujeres con hijos a su cuidado] hacerse cargo
de las personas que dependan de ellas”112. La Carta Africana sobre los Derechos y el Bienestar
del Niño prevé que se consideren en primer lugar las medidas no privativas de la libertad, que
se formulen y promuevan medidas sustitutivas alternativas del encarcelamiento y que se creen
“instituciones alternativas especiales” para las mujeres que son madres113. Por último, la Asamblea
Parlamentaria del Consejo de Europa afirmó que la privación de libertad de las mujeres embara-
zadas y de las madres de niños pequeños solo debería utilizarse como último recurso para aquellas
mujeres condenadas por los delitos más graves y que representan un peligro para la comunidad114.

Reglas de Bangkok, regla 63: Al adoptarse decisiones relativas a la puesta en libertad condi­
cional anticipada se tendrán en cuenta favorablemente las responsabilidades de cuidado de otras
personas de las reclusas y sus necesidades específicas de reinserción social.

Reglas de Bangkok, regla 64: Cuando sea posible y apropiado se preferirá imponer sentencias
no privativas de la libertad a las embarazadas y las mujeres que tengan niños a cargo, y se
considerará imponer sentencias privativas de la libertad si el delito es grave o violento o si la mujer
representa un peligro permanente, pero teniendo presente el interés superior del niño o los niños
y asegurando, al mismo tiempo, que se adopten disposiciones apropiadas para el cuidado de esos
niños.

Reglas de Tokio, regla 9:


9.1 Se pondrá a disposición de la autoridad competente una amplia serie de medidas sustitutivas
posteriores a la sentencia a fin de evitar la reclusión y prestar asistencia a los delincuentes
para su pronta reinserción social.

109
 Organización de la Unidad Africana, Carta Africana sobre los Derechos y el Bienestar del Niño, 11 de julio
de  1990, CAB/LEG/24.9/49 (1990), artículo 19.
110
 Véase además Comité Africano de Expertos sobre los Derechos y el Bienestar del Niño, A Short Guide to
General Comment No. 1 on Children of Incarcerated and Imprisoned Parents and Primary Caregivers (2014).
111
 Organización de la Unidad Africana, Carta Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos (“Carta de Banjul”),
27 de junio de 1981, CAB/LEG/57/3 rev. 5, 21 I.L.M. 58 (1982), artículo 18 (“La familia será la unidad natural
y la base de sociedad” y “El Estado se hará responsable de la eliminación de toda discriminación de la mujer y
de la protección de los derechos de la mujer y del niño tal como se estipulan en las declaraciones y convenios
internacionales”).
112
 Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Medidas para reducir el uso de la prisión preventiva, 3 de
julio de 2017.
113
 Organización de la Unidad Africana, Carta Africana sobre los Derechos y el Bienestar del Niño, 11 de julio
de  1990, CAB/LEG/24.9/49 (1990), artículo 30; véase también Unión Africana, Protocolo de la Carta Africana de
Derechos Humanos y de los Pueblos relativo a los derechos de la mujer en África, 11 de julio de 2003, artículo 14.
114
 Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, “Madres y bebés encarcelados”. Resolución 1469 (2000),
artículo 5.3.
44 MANUAL SOBRE MEDIDAS NO PRIVATIVAS DE LA LIBERTAD QUE RESPONDEN A LAS CUESTIONES DE GÉNERO

9.2  Podrán aplicarse medidas posteriores a la sentencia como las siguientes:


a)  Permisos y centros de transición;
b)  Liberación con fines laborales o educativos;
c)   Distintas formas de libertad condicional;
d)  La remisión;
e) El indulto.

9.3 La decisión con respecto a las medidas posteriores a la sentencia, excepto en el caso del
indulto, será sometida a la revisión de una autoridad judicial u otra autoridad competente e
independiente, si lo solicita el delincuente.

9.4 
Se considerarán cuanto antes las posibilidades de poner en libertad al recluso de un
establecimiento y asignarlo a un programa no privativo de la libertad.

En las siguientes secciones se ofrecen orientaciones sobre la aplicación de estas medidas y ejemplos
de buenas prácticas.

2.3.1 Factores atenuantes específicos de género

Es importante que los jueces tomen debidamente en consideración los factores atenuantes especí-
ficos de género en la fase de la condena y que estos sean presentados por los abogados defensores.
Entre estos recursos deben figurar los siguientes:

• gravedad del delito;


• responsabilidades de cuidado de la mujer y antecedentes característicos;
• ausencia de antecedentes penales;
• experiencia de violencia o de abuso físico o sexual115;
• historial de abusos sistemáticos e incidentes de coacción o manipulación;
• antecedentes de desventaja extrema, como la pobreza o la discriminación116;
• necesidades de atención de salud mental;
• trastornos por consumo de drogas y factores de género que pueden haber contribuido al
consumo de drogas, como la violencia por razón del género y los traumas infantiles117;

  Véase además la sección 3.4 sobre Mujeres detenidas por delitos relacionados con drogas.

Para tomar decisiones sobre la imposición de penas con conocimiento de causa, las autoridades
judiciales necesitan información sobre las mujeres en contacto con la ley y sus antecedentes
particulares. Por lo tanto, es importante asegurarse de que, antes de la condena, el servicio de
libertad condicional o el servicio social proporcionen a las autoridades judiciales la información
pertinente, como las responsabilidades de cuidado de la mujer, el historial de victimización o sus
necesidades de atención de salud mental. En algunas jurisdicciones, esto puede lograrse mediante
informes de indagación social. Otra información clave es una evaluación del probable impacto

115
 UNODC, Information note for criminal justice practitioners on non-custodial measures for women offenders (2015).
116
 Comentario a la regla 61 de las Reglas de Bangkok. Véase UNODC, Reglas de las Naciones Unidas para el Tra-
tamiento de las Reclusas y Medidas No Privativas de la Libertad para las Mujeres Delincuentes y sus Comentarios, pág. 46.
117
 UNODC, Informe mundial sobre las drogas 2018, La mujer y las drogas — Consumo y oferta de drogas y sus
consecuencias.
LOGRAR LA IGUALDAD DE GÉNERO EN LA UTILIZACIÓN Y APLICACIÓN DE MEDIDAS NO PRIVATIVAS DE LA LIBERTAD 45

de la detención de la mujer en los niños y las disposiciones para su cuidado en ausencia de la


madre118.

En los países con recursos limitados, los tribunales pueden ocuparse de investigar los anteceden-
tes de la mujer durante el juicio penal. Los funcionarios de prisiones, las clínicas universitarias y
los asistentes jurídicos también pueden prestar ayuda al tribunal al proporcionarle información de
antecedentes para la imposición de la pena.

Directrices para las investigaciones sociales y los informes previos a la sentencia


Finalidad
•  Valorar los antecedentes, la personalidad y la conducta de la persona en contacto con la ley a la
luz del delito cometido y las razones para cometerlo.
•  Definir los factores criminógenos en juego (factores de riesgo y necesidades de la persona).
•  Evaluar la gravedad del hecho delictivo y el impacto en las víctimas para determinar una
sanción proporcionada.
•  Definir el impacto probable de una condena en cualquier persona a cargo (hijos o cualquier
otro miembro dependiente de la familia (ampliada)).
•  Involucrar a las familias, a los empleadores, a las organizaciones asociadas y a otras personas
destacadas de la comunidad en torno a la persona.
•  Definir y crear alianzas con organizaciones que puedan ayudar en el proceso de una eventual
rehabilitación.
•  Adquirir conocimientos sobre la cultura y los recursos disponibles en las comunidades locales.
•  Proponer las medidas contundentes requeridas para abordar las “necesidades” detectadas y
prevenir cualquier riesgo de reincidencia, incluso mediante una condena adecuada.

Fuentes de datos e información


•  Expediente judicial.
•  La persona en contacto con la ley.
•  Familiares.
•  Vecinos y líderes de opinión.
•  Maestros.
•  Empleador.
•  Víctima o parte demandante.
•  Instituciones de detención.

Consideraciones durante la entrevista de evaluación


•  Las entrevistas deben llevarse a cabo en un lugar conveniente que proporcione al entrevistado
espacio para hablar libremente y en confianza. Las mujeres en contacto con la ley que puedan
haber sufrido violencia necesitan ser entrevistadas en un entorno seguro y no amenazante.
•  El agente de libertad vigilada debe presentarse y explicar el objetivo de la entrevista.
•  El agente no debe hacer preguntas complicadas y debe comprobar si la mujer en contacto con
la ley las entiende.
•  El proceso de evaluación no debe afectar negativamente a la mujer en contacto con la ley ni
exponerla a la estigmatización pública.
•  En determinadas circunstancias, puede ser necesario ofrecer a las mujeres en contacto con la
ley la opción de ser entrevistadas por una funcionaria o de ser entrevistadas en un entorno solo

 PRI, Resources for implementing a gender-sensitive approach to non-custodial sentences (2017).


118
46 MANUAL SOBRE MEDIDAS NO PRIVATIVAS DE LA LIBERTAD QUE RESPONDEN A LAS CUESTIONES DE GÉNERO

para mujeres. El agente debe preparar y organizar las preguntas para cada entrevista teniendo
en cuenta las áreas de interés y los problemas documentados de antemano. Conviene plantear
preguntas directas para obtener respuestas más amplias.
•  Al entrevistar a los familiares, el agente debe estar atento a la posibilidad de que dentro de la
familia existan antecedentes de abuso contra la mujer en contacto con la ley. Debido al estigma
de estos abusos, es posible que una mujer en contacto con la ley no revele de inmediato estos
antecedentes, en particular en los casos de abuso sexual.
•  El agente debe asegurarse de que el tiempo asignado para cada entrevista es suficiente,
teniendo en cuenta el número de entrevistas que se van a realizar y los alcances de cada una de
ellas.
•  Es necesario asegurarse de que las preguntas sean objetivas y perspicaces, y que se concentren
en los problemas centrales y temáticos y en las probables necesidades y zonas de riesgo, evitando
al mismo tiempo las cuestiones periféricas.
•  El agente debe asegurarse de que las preguntas se formulen con sensibilidad, de manera que
se proteja a la mujer en contacto con la ley contra la angustia psicológica.
•  El agente garantizará siempre la neutralidad, se abstendrá de formular juicios y evitará
prejuicios basados en el sexo, la religión, la clase social, la edad, etc. Tendrá en cuenta la edad de la
mujer en contacto con la ley y respetará a las personas mayores.
•  El agente debe tomarse el tiempo necesario para analizar la información generada e interpretar
eficazmente las conclusiones utilizando sus conocimientos profesionales, su experiencia y su
perspicacia.
Fuente: PRI y Kenya Probation and Aftercare Service, Guidelines for Social Investigations and Pre-Sentence
Reports (2017).

Los responsables de formular políticas y los profesionales del sector de la justicia deben apoyar
una reforma legislativa para reducir la duración de las penas y eliminar las sentencias obligato-
rias y las disposiciones conexas, en consonancia con las recomendaciones dirigidas a los fiscales,
incluidas más arriba, en materia de imputación justa (sección 2.2.6). Las Reglas de Bangkok
(regla 61) reclaman específicamente por disposiciones que permitan a los jueces tener en cuenta
las circunstancias de la infracción cometida en la toma de decisiones, así como también las res-
ponsabilidades de cuidado de las mujeres interesadas, y hacen un llamado a los Estados Miembros
a que consideren la posibilidad de eliminar las políticas de imposición de penas obligatorias para
que las autoridades judiciales puedan ejercer su criterio durante la imposición de las mismas119. El
Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas ha expresado su preocupación específica
de que la sentencia mandatoria puede llevar a la imposición de penas desproporcionadas en com-
paración con la seriedad de los crímenes cometidos, planteando problemas de cumplimiento con
varios artículos del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos120.

Armenia: Las circunstancias atenuantes específicas de género incluyen el cuidado de un hijo menor de
14 años o estar embarazada en el momento de la condena121.
Tailandia: En 2013, los jueces acordaron aplicar las Reglas de Bangkok durante la imposición de la pena,
teniendo en cuenta las circunstancias particulares de las mujeres122.

119
 Comentario a la regla 61 de las Reglas de Bangkok. Véase UNODC, Reglas de las Naciones Unidas para el Tra-
tamiento de las Reclusas y Medidas No Privativas de la Libertad para las Mujeres Delincuentes y sus Comentarios, pág. 46.
120
 Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, Examen de los informes presentados por los Estados
partes en virtud del artículo 40 del Pacto: Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos: observaciones finales del Comité
de Derechos Humanos: Australia, 7 de mayo de 2009, CCPR/C/AUS/CO/5; y Cunneen, “Contemporary Comments:
Mandatory Sentencing and Human Rights”, Current Issues in Criminal Justice, vol. 13, núm. 3 (2002).
121
 Código Penal de la República de Armenia, disponible en www.parliament.am/legislation.php?sel=show&ID
=1349&lang=eng.
122
 Piyanut Tumnukasetchai, “Bangkok Rules for Women Convicts”, The Nation, 23 de marzo de 2013.
LOGRAR LA IGUALDAD DE GÉNERO EN LA UTILIZACIÓN Y APLICACIÓN DE MEDIDAS NO PRIVATIVAS DE LA LIBERTAD 47

2.3.2 Penas no privativas de la libertad

Entre las directrices generales para garantizar que en la fase de imposición de la pena las medidas
no privativas de la libertad respondan a las cuestiones de género se pueden mencionar las siguientes:

• Las penas no privativas de la libertad123 deben tomarse en consideración en todos los


casos cuando se trate de mujeres en contacto con la ley, y aplicarse siempre que pro-
ceda y sea posible, teniendo cuidado de no separarlas de sus familias y comunidades.
• Se preferirá imponer penas no privativas de la libertad a las mujeres embarazadas o con
niños a cargo. Solo deben considerarse las penas privativas de la libertad:
− si el delito cometido ha sido grave y violento;
− si la mujer representa un peligro permanente;
− tras tener presente el interés superior del niño o de los niños124.
• Con el fin de atender sus necesidades y las razones que las llevan a entrar en contacto
con la ley, las mujeres con problemas de salud mental o adicciones a sustancias deben
ser derivadas a programas de tratamiento en la comunidad destinados exclusivamente
a las mujeres, en que se tengan presentes las cuestiones de género y estén habilitados
para el tratamiento de traumas, en lugar de ser recluidas.

Israel ha establecido programas de tratamiento de la drogodependencia exclusivos para


mujeres, ya que reconoce que debe darse una respuesta específica al género en lo que respecta
al tratamiento de esa adicción. Los datos mostraron que el porcentaje de mujeres que solicitan
tratamiento por drogodependencias en Israel es inferior al de los hombres. Son menos las
mujeres que continúan el tratamiento o consiguen terminarlo. Los datos también mostraron que
las mujeres con drogodependencias tienen características y necesidades diferentes a las de los
hombres. Aproximadamente el 90 % de las mujeres con trastornos graves por consumo de drogas
han sufrido traumas sexuales y muchas padecen problemas de salud mental. Además, existe un
mayor estigma social hacia las mujeres drogodependientes que hacia los hombres.

En los centros de tratamiento exclusivos para mujeres se alojan entre 12 y 18 mujeres que
participan en programas de tratamiento residencial durante un año aproximadamente y el
objetivo es crear una comunidad de apoyo. El personal, exclusivamente femenino, promueve un
plan de tratamiento integral centrado en la autoestima, el trastorno por estrés postraumático, las
responsabilidades de cuidado, etc. Los centros están situados en el centro de las ciudades para
que las mujeres puedan hacer uso de los servicios sociales y médicos de la comunidad.
Fuente: Información presentada por el Dr. Haim Mell (Autoridad Nacional contra las Drogas de Israel), abril a
mayo de 2019. Véase también Schori, Sapir y Lawental, “Long-term residential substance abuse treatment for
women: lessons learned from Israel”, Substance Abuse and Rehabilitation, vol. 3, supl. 1 (2012), págs. 71 a 81.

2.3.2.1 Multas

Muchas mujeres no pueden pagar multas debido a la pobreza y la marginación, en particular las
mujeres de minorías étnicas. La violencia contra la mujer por razón del género es un factor que
contribuye en gran medida a la indigencia, y los fiscales y los jueces deben tenerlo en cuenta y, en
particular, deben evitar imponer multas a las mujeres con antecedentes de malos tratos. Primero

123
 En la regla 8.2 de las Reglas de Tokio se enumeran diversas penas no privativas de la libertad como medidas
sustitutivas del encarcelamiento.
124
 Regla 64 de las Reglas de Bangkok. Véase además la sección 3.1 del presente manual.
48 MANUAL SOBRE MEDIDAS NO PRIVATIVAS DE LA LIBERTAD QUE RESPONDEN A LAS CUESTIONES DE GÉNERO

deben analizarse otras penas no privativas de la libertad o fijar la cuantía de la multa en el nivel
más bajo posible, teniendo en cuenta los antecedentes y las circunstancias de la mujer en contacto
con la ley. En particular, se deben tomar en consideración las siguientes medidas específicas:

• Abogar por el cálculo de las tasas y multas según una escala móvil, basada en los
ingresos y activos, teniendo en cuenta las deudas y las obligaciones financieras, como
la manutención de los hijos, los gastos de atención sanitaria, el alquiler y los gastos de
subsistencia. Este modelo se ha aplicado con éxito en países de todo el mundo125. Esto
podría lograrse mediante el sistema de multas sobre los ingresos calculados por día,
en el que las multas se calculan valorando la gravedad del delito y los ingresos de la
mujer en contacto con la ley126.

En Inglaterra, se observó que los responsables de la toma de decisiones eran reacios a multar a
las mujeres y que en cambio dictaban sanciones comunitarias más severas. En consecuencia, en el
supuesto de un nuevo fallo condenatorio, esas mujeres podrían recibir penas aún más severas porque
se habían saltado un peldaño en la escala de condenas127.

• Apoyar planes de pago razonables y oponerse a que se obligue a las personas a volver
al juzgado una y otra vez por pagos incompletos. Abogar por que los recargos por
demora, las tasas por planes de pago, las comisiones de cobro y los pagos de intereses
no alcancen cuantías excesivas.
• Apoyar las mociones de la defensa para reducir o suspender las multas y las tasas en
función de la indigencia128.
• Las mujeres no deben ser privadas de libertad por no poder pagar sus multas o tasas
y los fiscales y jueces deben eliminar el recurso a las órdenes de detención por impago.
Las mujeres no deben ser criminalizadas por la indigencia y los jueces deben tener en
cuenta el grado en que la violencia por razón del género contribuye a la indigencia y el
impacto desproporcionado que esto puede tener en las mujeres de las minorías étnicas.

Australia: El ingreso en prisión de una de cada tres reclusas en Australia Occidental se debe al
impago de multas. Entre 2008 y 2013, el número de mujeres recluidas por falta de pago de multas
aumentó en cerca del 600 %a. En agosto de 2014, una mujer aborigen murió en detención policial
tras ser recluida por multas impagadas. En el momento de su detención mantenía una relación
violenta con su pareja. Las organizaciones de la sociedad civil han abogado por una reforma
de la ley en Australia Occidental y han argumentado que no se impongan multas a las mujeres
que viven en la pobreza. En su defecto, sería más justo un sistema de multas proporcional a los
ingresosb.
a
 www.hrlc.org.au/news/time-for-the-western-australian-government-to-scrap-its-policy-of-locking-people-
up-for-unpaid-fines.
b
 Human Rights Law Centre, “Time for the Western Australian Government to scrap its policy of locking people for
unpaid fines”, 23 de mayo de 2016.

125
 Estados Unidos, Oficina de Asistencia Judicial del Departamento de Justicia, How to Use Structured Fines
(Day Fines) as an Intermediate Sanction (1996).
126
 UNODC, Manual sobre Estrategias para Reducir el Hacinamiento en las Prisiones (2013), pág. 130.
127
 Baronesa Jean Corston, The Corston Report: A Report by Baroness Jean Corston of a Review of Women with
Particular Vulnerabilities in the Criminal Justice System (2007), pág. 18.
128
 Fair and Just Prosecution, Brennan Center for Justice y The Justice Collaborative, 21 Principles for the 21st Cen-
tury Prosecutor (2018).
LOGRAR LA IGUALDAD DE GÉNERO EN LA UTILIZACIÓN Y APLICACIÓN DE MEDIDAS NO PRIVATIVAS DE LA LIBERTAD 49

2.3.2.2  Condenas condicionales (con o sin supervisión)

• Por condena condicional se entiende en general que el tribunal dicta una pena de
privación de libertad, pero suspende su ejecución durante un plazo específico en el
que el acusado tiene que cumplir ciertas condiciones. Si las cumple, se puede evitar el
encarcelamiento pendiente. Sin embargo, la condena quedará registrada en los antece-
dentes penales de la persona. Las condenas condicionales han funcionado de manera
satisfactoria en el caso de mujeres embarazadas o con hijos a cargo.

En Georgia, la legislación permite que la pena impuesta a una mujer embarazada se suspenda
hasta por un año después del embarazoa.

Sudáfrica: En el caso M contra el Estado, de 2007, el Tribunal Constitucional sudafricano suspendió


el encarcelamiento de una madre y única cuidadora de tres hijos menores de edad, ya que el
Tribunal consideró los efectos negativos del encarcelamiento de la madre en los niños, como
la pérdida del hogar y la comunidad, la interrupción de las rutinas escolares y el transporte y la
posible separación de los hermanos. Durante las actuaciones, el Tribunal subrayó la importancia
de tener en cuenta el interés superior de esos niños dado el posible impacto del encarcelamiento
de la madre en sus vidasb.
 PRI, “Submission to Committee on the Rights of the Child Day of General Discussion”, 30 de septiembre de 2011.
a

 S contra M (CCT 53/06) [2007] ZACC 18.


b

Es importante asegurarse que las mujeres no se vean “encaminadas hacia el fracaso” mediante
condiciones o requisitos de supervisión que estén por encima de sus posibilidades, como pre-
sentarse a firmar (tratándose de mujeres que no pueden permitirse el transporte) o los servicios
comunitarios (tratándose de mujeres con responsabilidades de cuidado, educación o capacita-
ción). La supervisión hace más probable que las mujeres que, por lo demás, tienen un bajo riesgo
de reincidencia, acaben recluidas por infracciones técnicas que tienen poco que ver con la seguri-
dad pública129. Las investigaciones realizadas en los Estados Unidos han demostrado que la mayo-
ría de las infracciones se cometen durante el primer año, lo que sugiere que a partir de entonces
la supervisión sirve de poco o nada a efectos de rehabilitación. Algunos estados de los Estados
Unidos han acortado los períodos de supervisión sin que haya aumentado la delincuencia ni la
reincidencia130. Toda orden de supervisión debe tener en cuenta las circunstancias y los antece-
dentes de la mujer, como sus responsabilidades de cuidado y empleo.

Los fiscales y los jueces deben abogar ante los departamentos de libertad condicional y libertad
vigilada por la aplicación de sanciones graduadas según las infracciones131. Esto significa comen-
zar con sanciones leves (como los servicios comunitarios) y solo en caso necesario pasar a san-
ciones moderadas (centros de presentación diaria, supervisión intensiva, etc.) o más rigurosas
(brazaletes y breves estancias en prisión). Los fiscales y los jueces no deben abogar por devolver a
las personas a la cárcel por infracciones técnicas de su supervisión132.

129
 UNODC, Manual sobre Estrategias para Reducir el Hacinamiento en las Prisiones (2013), págs. 140 y 141.
130
 Schiraldi y Jacobson, “When Less is More”, Marshall Project, 28 de agosto de 2017.
131
 Regla 14 de las Reglas de Tokio.
132
 Fair and Just Prosecution, Brennan Center for Justice y The Justice Collaborative, 21 Principles for the 21st Cen-
tury Prosecutor (2018).
50 MANUAL SOBRE MEDIDAS NO PRIVATIVAS DE LA LIBERTAD QUE RESPONDEN A LAS CUESTIONES DE GÉNERO

2.3.2.3  Condena diferida

Por condena diferida se entiende la medida que adopta el tribunal de posponer la imposición de
la pena hasta el final del período de aplazamiento. También puede incluir requisitos específicos, ya
sean supervisados o no. El caso puede ser desestimado si el acusado cumple todos los requisitos.
Una condena diferida es preferible a una condena condicional, ya que significa que una mujer en
contacto con la ley tiene la posibilidad de evitar un fallo condenatorio en sus antecedentes pena-
les, lo que puede ayudar a sus perspectivas de empleo.

En Inglaterra y Gales, se ha llegado a la conclusión de que el aplazamiento de la condena para dar


paso a la justicia restaurativa o para permitir que una persona demuestre su compromiso con un
requisito específico establecido por el tribunal es una opción válida y útil de imposición de penasa.

Las condenas diferidas son especialmente útiles para las mujeres con hijos a cargo y varios países
las emplean con resultados satisfactorios.

En Argelia, a partir de 2005, la pena de prisión puede aplazarse si la persona declarada culpable
tiene un hijo menor y el otro progenitor también está encarcelado. Además, la ejecución de la
pena de prisión puede aplazarse si la mujer está embarazada o tiene un hijo menor de 24 mesesb.

En Armenia, el Código Penal prevé el aplazamiento de la exención de la pena para las mujeres
embarazadas o con hijos menores de 3 años, excepto en el caso de las condenadas a más de cinco
años por delitos gravesc .

En Kazajstán, la duración del encarcelamiento de una mujer puede posponerse si está


embarazada o tiene hijos menores de 14 añosd.

En la Federación de Rusia, la ejecución de una condena puede ser aplazada y luego reducida
o anulada para las mujeres embarazadas o con hijos menores de 14 años, con excepción de las
condenadas a más de cinco años por delitos graves.

En Viet Nam, según los artículos 67 y 68 del Código Penal de 2015, si una mujer está embarazada
o tiene un hijo pequeño, la condena puede aplazarse hasta que el niño cumpla 3 años. Si la mujer
es la única fuente de ingresos en la familia y el encarcelamiento le causará a la familia dificultades
extremas, la sentencia puede aplazarse hasta por un año, a menos que la mujer cometa un delito
contra la seguridad nacional o un delito extremadamente gravee.
a
 Prison Reform Trust, Sentencing of Mothers: Improving the sentencing process and outcomes for women with
dependent children (2015).
b
 Biblioteca del Congreso, “Laws on Children Residing with Parents in Prison”, actualización más reciente de 2015.
c
 PRI e Instituto de Justicia de Tailandia, Guidance Document on the United Nations Rules on the Treatment of
Women Prisoners and Non-custodial Measures for Women Offenders (The Bangkok Rules) (2013).
d
 PRI, Who are women prisoners? Survey results from Kazakhstan and Kyrgyzstan (2014).
e
 Nowak, Naciones Unidas, Estudio mundial de las Naciones Unidas sobre los niños privados de libertad (2019).

2.3.2.4  Arresto domiciliario

El arresto domiciliario se utiliza como pena no privativa de la libertad, en particular cuando se


trata de mujeres embarazadas o con hijos a cargo. Puede cumplirse en el domicilio de la mujer o
en el de otra persona, lo que es importante para las ciudadanas extranjeras que tal vez no tengan
residencia en el país. Sin embargo, dado que la pobreza es un factor que impulsa el encarcela-
miento de las mujeres, es posible que muchas de ellas no tengan un domicilio fijo adecuado.
LOGRAR LA IGUALDAD DE GÉNERO EN LA UTILIZACIÓN Y APLICACIÓN DE MEDIDAS NO PRIVATIVAS DE LA LIBERTAD 51

En la Argentina, el Código Penal de 2009 permite que las madres con hijos menores de 5 años o
con responsabilidades de cuidado de personas con discapacidad cumplan sus condenas en casa
bajo arresto domiciliario. Con ello se logró una importante reducción del número de madres con
hijos en prisión.
Fuente: PRI, Women in criminal justice systems and the added value of the UN Bangkok Rules (2014).

Las disposiciones impuestas deben tener en cuenta las obligaciones de cuidado y de generación
de ingresos de la mujer, así como las necesidades médicas. Por ejemplo, es posible que una mujer
tenga que recoger a sus hijos del colegio o atender una emergencia después del toque de queda.
Debe tener acceso suficiente a la vivienda, la alimentación y los medicamentos mientras esté bajo
arresto domiciliario y debe estar vinculada con organizaciones comunitarias capaces de apoyarla.
Habrá que establecer controles de seguridad para garantizar que la mujer no será objeto de vio-
lencia o abusos por su pareja o un miembro de su familia mientras esté en arresto domiciliario.

El arresto domiciliario no debe utilizarse como sustituto del encarcelamiento y no es una solución
modelo. Debe imponerse la pena no privativa de la libertad menos intervencionista teniendo en
cuenta las circunstancias propias de cada mujer.

En el Canadá, una mujer, llamada Kimberly Rogers, con ocho meses de embarazo, murió mientras
cumplía una condena de seis meses en arresto domiciliario en 2002. Se había declarado culpable
de cometer fraude en perjuicio del programa Ontario Works (había cobrado asistencia social
mientras recibía préstamos estudiantiles para sufragar sus estudios en el programa de servicios
sociales del Cambrian College). Se le impuso una sentencia estricta y solo se le permitía salir de
su casa durante tres horas a la semana. Una orden de restitución la obligaba asimismo a devolver
la cantidad que había recibido en exceso. Su declaración de culpabilidad también dio lugar a
la aplicación de un artículo recién promulgado de la Ley de Obras de Ontario, que le impedía
recibir asistencia social durante tres meses. Esto la dejó sin ingresos, en un momento en que tenía
prohibido salir de casa para trabajar o buscar trabajo. Junto con la prohibición de las prestaciones
sociales, perdió su tarjeta de medicamentos y ya no pudo pagar los que le habían recetado para
sus migrañas, insomnio, ansiedad y depresión. (Una organización de la sociedad civil ayudó
posteriormente a que se le restituyera).

El 31 de mayo de 2001, en el marco de un recurso de inconstitucionalidad, un juez levantó


temporalmente la prohibición, argumentando que el hecho de obligar a una mujer embarazada a
vivir en la indigencia perjudicaría tanto a la Sra. Rogers como al público en general. La Sra. Rogers
comenzó a recibir prestaciones de nuevo. Sin embargo, como tenía que reembolsar lo que había
cobrado en concepto de asistencia social, su deuda se dedujo de cada cheque mensual, de manera
que el total de 520 dólares se redujo a 468 dólares. Su alquiler costaba 450 dólares al mes, lo que le
dejaba 18 dólares al mes para comida y otros gastos. Se suicidó por sobredosis.
Fuente: The Globe and Mail, “We’ve learned little from Kimberly Rogers death”, 9 de agosto de 2002.

2.3.2.5  Órdenes de penas comunitarias de tratamiento

Los programas de tratamiento en la comunidad destinados exclusivamente a las mujeres, que


responden a las cuestiones de género y están habilitados para el tratamiento de traumas son una
alternativa preferible al encarcelamiento para las mujeres con necesidades de salud mental, abuso
de sustancias o que han sufrido traumas y abusos. Los responsables de formular políticas deben
cerciorarse de que se invierta en estos programas. Entre las consideraciones importantes a la hora
de aplicar estas penas están las siguientes:
52 MANUAL SOBRE MEDIDAS NO PRIVATIVAS DE LA LIBERTAD QUE RESPONDEN A LAS CUESTIONES DE GÉNERO

• Asegurarse de obtener el consentimiento informado de la mujer y de que el tratamiento


sea voluntario.
• Evitar exigir a las mujeres en contacto con la ley que admitan su culpabilidad como
condición para participar, si la admisión no es necesaria para promover los objetivos
del programa.
• Es importante asegurarse de que el programa concuerda con el riesgo y las necesidades
de la persona. Debe considerarse primero la despenalización o la medida no privativa
de la libertad menos intervencionista. Si se aconseja la participación en un programa,
se debe asignar a las mujeres de menor riesgo a un programa menos rígido.
• Siempre que proceda y sea posible, se deben preferir los programas comunitarios, ya
que los programas de tratamiento residencial pueden ser un reto para las mujeres con
responsabilidades de cuidado y pueden ser factores desencadenantes para las supervi-
vientes de la violencia o la coacción133.
• Hay que tomar en consideración las obligaciones de cuidado y de generación de ingresos
de la mujer a la hora de establecer los requisitos, y no exigir que la mujer participe en
el programa todos los días a menos que sea absolutamente necesario. Por ejemplo, de
ser posible, las reuniones semanales con un trabajador social no deberían celebrarse en
la oficina del programa, sino que podrían depender del lugar que más se le facilite a la
mujer (como en su casa o en un lugar cercano a su domicilio)134.
• Los profesionales del sector de la justicia deberían consultar con los centros de servicios
comunitarios de tratamiento para comprender mejor los problemas a los que hacen frente
las mujeres cuando participan en esos programas: por ejemplo, entender que la recaída
forma parte del proceso de recuperación, que el cambio de conducta lleva tiempo y
que las mujeres pueden seguir en situaciones de coacción.
• Las respuestas más intrusivas o incluso punitivas al incumplimiento (como la vigilancia
electrónica y los períodos de encarcelamiento) deben utilizarse como excepción y último
recurso, e imponerse únicamente si redundan en beneficio de la seguridad pública.

Inglaterra: En Northamptonshire, existe un servicio comunitario específico para mujeres


que incluye tratamiento de salud mental junto con apoyo integral, a través de un “Centro de
Mujeres”. El Centro presta apoyo no solo en materia de salud mental, sino también de salud física,
educación, estabilidad financiera, relaciones, empleo y formación profesional, y ofrece programas
para empoderar a las mujeres para que sean más resilientes.

El programa pretende reducir la reincidencia abordando las causas profundas de la delincuencia,


además de reducir el efecto perjudicial de las penas de prisión de corta duración. Se basa en
el hecho de que muchas personas en contacto con la ley, en particular las mujeres, han sufrido
traumas y abusos durante años en que han recibido poco apoyo, y tienen malas experiencias en
materia de salud y atención social en general.

Por lo tanto, al abordar eficazmente su salud mental, el uso indebido de sustancias y los problemas
sociales conexos a través de una parte de sus servicios comunitarios, las mujeres en contacto
con la ley tienen más probabilidades de seguir un tratamiento y están menos expuestas a la
reincidencia. El día de la imposición de la pena, las mujeres son objeto de un examen previo para
determinar si reúnen las condiciones para participar en el programa.

Si el examen previo indica que la mujer en contacto con la ley es susceptible de beneficiarse de un
tratamiento de salud mental (o de drogas o alcohol), un psicólogo asistente realiza una evaluación

133
 Entrevista a Miriam Goodman, Directora Clínica de Women’s Prison Association’s Justice Home, realizada
por Sabrina Mahtani el 14 de diciembre de 2018.
134
 Ibid.
LOGRAR LA IGUALDAD DE GÉNERO EN LA UTILIZACIÓN Y APLICACIÓN DE MEDIDAS NO PRIVATIVAS DE LA LIBERTAD 53

más detallada, a fin de decidir si la mujer es apta y solicita su consentimiento para participar en el
programa, luego de transmitirle información sobre su funcionamiento. Se recomienda entonces
al magistrado o al juez el tratamiento de salud mental — como parte de la pena comunitaria— 
como una opción de condena por medio de un informe previo a la sentencia preparado por los
servicios de libertad condicional.

Este proceso de evaluación simplificado, que normalmente solo dura un par de horas, permite
a los tribunales recabar las opiniones y evaluaciones de un mayor número de profesionales de
la salud mental con la capacitación adecuada, lo que da lugar a evaluaciones más rápidas y una
reducción de los costos de informes judiciales psiquiátricos innecesarios. También permite a
los jueces que imponen las penas dar acceso a un tratamiento eficaz e individualizado de salud
mental (o de otro tipo) como parte de una pena comunitariaa.

Estados Unidos: “Justice Home” es un programa de medidas sustitutivas del encarcelamiento


con sede en la ciudad de Nueva York que se centra exclusivamente en las mujeres. En lugar
de ir a la cárcel, las mujeres seleccionadas pueden permanecer en casa con su familia y recibir
apoyo individualizado de un trabajador social para tener acceso a tratamiento contra las drogas,
servicios de salud mental y clases de crianza y competencias para la vida. Muchas exreclusas
trabajan en el programa, prestando apoyo entre pares. El programa no se centra en el número de
delitos o los tipos de cargos a los que se enfrenta una mujer, sino que, al cabo de una evaluación
detallada, su objetivo es determinar si el programa podrá atender a las necesidades particulares de
la mujer. Pueden participar las mujeres que no están detenidas o que actualmente están en prisión
preventiva. Una vez que la mujer ha completado el programa, puede declararse a favor de una
condena menor o de un sobreseimiento. Además de ser un programa significativamente menos
costoso que el encarcelamiento, los resultados preliminares de “Justice Home” han demostrado
que ha logrado una importante reducción de las tasas de reincidenciab.
a
 PRI, “A community sentence for women with mental health needs”, 1 de noviembre de 2018.
b
 Entrevista a Miriam Goodman, Directora Clínica de Women’s Prison Association’s Justice Home, realizada por
Sabrina Mahtani el 14 de diciembre de 2018. Véase también WOLA, Género y políticas de drogas: experiencias de
referencia frente a las leyes de drogas y el encarcelamiento (2017).

2.3.2.6  Órdenes de servicios comunitarios

Las órdenes de servicios comunitarios pueden reducir las condiciones de hacinamiento en las
cárceles, apoyar la rehabilitación y ayudar a la sociedad. Al tomar en consideración estas órdenes,
es importante adoptar un enfoque que responda a las cuestiones de género. Entre los factores que
se deben tener en cuenta se pueden mencionar:

• Las ubicaciones deben asignarse lo más cerca posible del domicilio de la mujer para
reducir los costes de transporte.
• Las ubicaciones deben tener en cuenta las obligaciones de cuidado de los hijos, tomar
en consideración las aptitudes particulares de la mujer y evitar los estereotipos de género
(por ejemplo, no limitarse a cocinar o a limpiar).
• También es fundamental incorporar el desarrollo de aptitudes y otros programas de
apoyo, como el asesoramiento, para ayudar a la reintegración.
• Debe garantizarse asimismo la seguridad135.

135
PRI, Resources for implementing a gender-sensitive approach to non-custodial sentences (2017). Véase también PRI
y The Kenya Probation and Aftercare Service, Gender Sensitive Community Service and Probation: Model for Reform
(2017).
54 MANUAL SOBRE MEDIDAS NO PRIVATIVAS DE LA LIBERTAD QUE RESPONDEN A LAS CUESTIONES DE GÉNERO

Bahrein introdujo en 2017 una nueva ley de penas y procedimientos alternativos que autoriza a
los tribunales a dictar penas distintas del encarcelamiento, como los servicios comunitarios, los
programas de rehabilitación y el pago de una indemnización para reparar los daños causados por
actos ilícitosa.

Kenya: En 2017, Penal Reform International puso en marcha un eficaz proyecto experimental de
servicios comunitarios con perspectiva de génerob. Se tuvo en cuenta la investigación sobre el
contexto de las mujeres en contacto con la ley en el país para que el proyecto pudiera sustentarse
en recomendaciones de base empírica. Se establecieron clínicas de iniciación para agentes de
libertad vigilada en que se abordaron las Reglas de Bangkok y las cuestiones de género para
supervisar a las mujeres en contacto con la ley. Los resultados del proyecto fueron los siguientesc:

•  m
 ejora de las relaciones entre las mujeres en contacto con la ley y los agentes de libertad
vigilada, ya que estos últimos comprendieron mejor las vías por las que las mujeres entraban en
contacto con el sistema de justicia penal;
•  m
 ejora de los informes previos a la sentencia (aspecto que también benefició a los hombres en
contacto con la ley);
•  a umento del número de agentes de libertad vigilada que recomendaban penas no privativas
de la libertad;
•  supervisión de las sanciones comunitarias con perspectiva de género.

Sudáfrica: En diciembre de 2018, el juez interino del Tribunal Superior Daniel Thulare dictó
una decisión por la que se impondrían servicios comunitarios en lugar de penas de prisión a
los condenados a menos de 24 meses de privación de libertad en el Cabo Occidental, con el
fin de reducir las condiciones de hacinamiento en los establecimientos penales y apoyar la
rehabilitaciónd.
a
 Gulf News, “Alternative penalty law for Bahrain convicts”, 29 de abril de 2019.
b
 PRI, Resources for implementing a gender-sensitive approach to non-custodial sentences (2017). Véase también
PRI y The Kenya Probation and Aftercare Service, Gender Sensitive Community Service and Probation: Model for
Reform (2017).
c
 PRI y The Kenya Probation and Aftercare Service, Gender Sensitive Community Service and Probation: Model for
Reform (2017).
d
 Cape Argus, 7 de diciembre de 2018.

2.3.3 Consideraciones sobre la imposición de penas no privativas


de la libertad

2.3.3.1  Crear incentivos para la aplicación

Es necesario adoptar medidas para alentar a los tribunales a adoptar penas no privativas de la
libertad, como dar instrucciones a los jueces para que expliquen el motivo por el que no imponen
esas condenas como medidas sustitutivas del encarcelamiento. Otra estrategia para apoyar el logro
de este objetivo es permitir que las mujeres interpongan un recurso ante un tribunal superior
sobre la base de que no se dio la consideración debida a las penas no privativas de la libertad.

2.3.3.2  Crear mecanismos de retroalimentación

Es necesario crear y mantener mecanismos de retroalimentación para informar mejor a las par-
tes interesadas, recabando en particular las opiniones de las mujeres en contacto con la ley que
LOGRAR LA IGUALDAD DE GÉNERO EN LA UTILIZACIÓN Y APLICACIÓN DE MEDIDAS NO PRIVATIVAS DE LA LIBERTAD 55

han participado en medidas no privativas de la libertad136. Es importante sensibilizar a la opinión


pública sobre los beneficios de las medidas no privativas de la libertad para reducir el estigma que
sufren las mujeres participantes en ellas y para alentar a los profesionales del sector de la justicia
a confiar en su uso.

2.3.3.3  Evitar el ensanchamiento de la red

Es importante asegurarse de que las penas no privativas de la libertad no ensanchen la red de


control de la justicia penal sobre las mujeres por medio de sanciones administrativas137. Existe
el riesgo de que estas sanciones se impongan como penas adicionales en casos en los que no se
habría considerado seriamente el encarcelamiento en primera instancia, ensanchando así la red
de control social bajo la jurisdicción del sistema de justicia penal. Una preocupación conexa es el
impacto específico y diferenciado que estos efectos de ensanchamiento de la red podrían tener en
las mujeres y en los hombres.

Para evitar el ensanchamiento de la red, se pueden tomar las siguientes medidas que respondan a
las cuestiones de género y estén en consonancia con el principio de mínima intervención:

• La formulación y aplicación de las medidas no privativas de la libertad deben basarse en


datos de referencia desglosados por sexo, ser objeto de un seguimiento estricto y evalua-
dos y revisados sistemáticamente, utilizando enfoques que tengan en cuenta el género138.
• Se debe preferir la derivación del sistema de justicia penal a una medida no privativa
de la libertad.
• Los tribunales deben asegurarse de que, en caso de que se impongan medidas no priva-
tivas de la libertad, se trate de medidas sustitutivas del encarcelamiento más que sancio-
nes complementarias139. Para reducir el riesgo de ensanchar la red de control penal, se
recomienda que el tribunal decida primero un tiempo determinado de encarcelamiento
para un delito que acarrea la privación de libertad, siguiendo los criterios de sentencia
que se usan comúnmente y luego, en la segunda etapa, decida si la duración de la
sentencia y demás circunstancias del delito justificarían reemplazar el encarcelamiento
por alguna alternativa140.

2.3.4 Consideraciones sobre la imposición de penas privativas


de la libertad

En los casos en los que no es posible imponer una pena no privativa de la libertad, deben tenerse
en cuenta varios factores con vistas a tomar decisiones que respondan a las cuestiones de género:

• Las penas privativas de la libertad solo deben considerarse cuando el delito es grave o
violento y la mujer representa un peligro permanente. Se debe aplicar la medida menos
restrictiva posible o apropiada.

136
 PRI, 10 lessons on improving alternatives to prison in East Africa (2016).
137
 UNODC, Manual sobre Estrategias para Reducir el Hacinamiento en las Prisiones (2013).
138
  Véanse las reglas 2 4), 20 y 21 de las Reglas de Tokio y las reglas 67 y 69 de las Reglas de Bangkok.
139
 UNODC, Manual de principios básicos y prácticas prometedoras en la aplicación de medidas sustitutivas del encar-
celamiento (2007). Véase también Schwartz, “A ‘New’ Female Offender or Increasing Social Control of Women’s
Behavior? Cross-National Evidence”, Feminist Studies, vol. 39, núm. 3 (2013), págs. 790 a 821.
140
 UNODC, Manual sobre Estrategias para Reducir el Hacinamiento en las Prisiones (2013), pág. 127.
56 MANUAL SOBRE MEDIDAS NO PRIVATIVAS DE LA LIBERTAD QUE RESPONDEN A LAS CUESTIONES DE GÉNERO

• Toda condena a cadena perpetua debe ser proporcionada, estar siempre vinculada a
la posibilidad de que se conceda libertad condicional y las duraciones mínimas de
encarcelamiento no deben ser excesivas, de modo que se pueda considerar la puesta en
libertad en el momento adecuado141.

Hay que tener en cuenta el impacto de género de la cadena perpetua. Un estudio realizado en
el Reino Unido reveló que las mujeres condenadas a cadena perpetua tenían menos redes de
apoyo que sus equivalentes masculinos. El estudio descubrió que casi seis veces más mujeres
condenadas a cadena perpetua que sus homólogos masculinos declararon haberse infligido
lesiones o intentado suicidarse desde su condenaa.

Ocho países (Albania, Azerbaiyán, Belarús, la Federación de Rusia, Kazajstán, Kirguistán, la


República de Moldova y Uzbekistán) prohíben la reclusión a perpetuidad para las mujeres.
Además, Armenia, Bulgaria, Tayikistán y Ucrania prohíben la imposición de reclusión a
perpetuidad a las mujeres que estaban embarazadas cuando cometieron el delito o en el
momento de la condenab.
a
 El 89 % en comparación con el 15 %, véase Crewe, Hulley y Wright, “The Gendered Pains of Life Imprisonment”,
British Journal of Criminology, vol. 57 (2017), págs. 1359 a 1378 (1365).
b
 PRI y Universidad de Nottingham, Life Imprisonment: A Policy Briefing (2018).

• Debe tenerse en cuenta el interés superior del niño o de los niños y adoptar disposiciones
para su cuidado142.

2.4 Etapa posterior a la imposición de la pena

2.4.1 Disposiciones sobre la puesta en libertad anticipada

Se considerarán cuanto antes las posibilidades de poner en libertad al recluso de un estableci-


miento y asignarlo a un programa no privativo de la libertad. Entre esas medidas cabría incluir las
siguientes:

• centros de transición;
• puesta en libertad por trabajo, servicios comunitarios o educación;
• diversas formas de libertad condicional;
• remisión;
• indulto;
• programas de reingreso143.

Por libertad condicional anticipada se entiende la puesta en libertad anticipada que se concede
a las reclusas con arreglo a determinadas condiciones individualizadas impuestas a la salida de
prisión. Puede ser obligatoria tras el cumplimiento de una condena mínima, o discrecional, tras
el cumplimiento de una determinada parte de la condena. La libertad condicional anticipada
puede favorecer la reintegración de las personas encarceladas. Se debe informar a las mujeres de
su derecho a la libertad condicional anticipada al comienzo de su condena y cuando cumplan los
requisitos para solicitarla, y se les debe brindar la oportunidad de participar.

141
 PRI y Universidad de Nottingham, Life Imprisonment: A Policy Briefing (2018).
142
 Regla 64 de las Reglas de Bangkok.
143
 Regla 9 de las Reglas de Tokio.
LOGRAR LA IGUALDAD DE GÉNERO EN LA UTILIZACIÓN Y APLICACIÓN DE MEDIDAS NO PRIVATIVAS DE LA LIBERTAD 57

Consideraciones sobre la libertad condicional anticipada de las reclusas (en consonancia


con la regla 63 de las Reglas de Bangkok):

•  el impacto perjudicial del encarcelamiento en las mujeres;


•  la consideración positiva de la información sobre las responsabilidades de cuidado de la
mujer y la necesidad de contacto con la familia;
•  el interés superior de los niños, tanto si viven con su madre en la cárcel o no;
•  las necesidades específicas de reinserción social de la mujer.

Se requieren medidas específicas para apoyar y proteger a las mujeres tras su puesta en libertad,
con el fin de reducir la victimización, la estigmatización, el abandono por parte de sus familias y
otros obstáculos para su reinserción social. Las mujeres deben estar vinculadas a los servicios de
apoyo de la comunidad para ayudarlas tras su puesta en libertad. Debe prestarse especial atención
a las mujeres en riesgo de sufrir violencia y las distintas partes interesadas (como las organizacio-
nes no gubernamentales y los servicios de libertad condicional) deben participar en la prestación
de servicios de apoyo continuo a estas mujeres.

En Australia, Sisters Inside ofrece un programa integral para las mujeres que han sido puestas en
libertad, que les permite conectarse con los servicios de apoyo de la comunidad, para encontrar
vivienda y construir una comunidad con otras mujeres que han vivido la experiencia de la
reclusión.

En la Federación de Rusia, en 2007 se creó un Centro de Rehabilitación Social para Mujeres y


Niñas que atiende tanto a las mujeres en la etapa posterior a su encarcelamiento como a las que se
les han impuesto medidas no privativas de la libertad. Estos centros prestan una serie de servicios
de reingreso, como asesoramiento jurídico, orientación, búsqueda de empleo y capacitación
básica en informáticaa.

En el Reino Unido, se ha remitido a las reclusas a programas de tratamiento de salud mental


dirigidos por los Centros de la Mujer para prepararlas para su puesta en libertadb.

En los Estados Unidos, en Pensilvania, la Women’s Re-entry Assessment & Programming


Initiative utiliza servicios que responden a las cuestiones de género para reducir la
reincidencia y fomentar un reingreso positivoc. En la ciudad de Nueva York, el programa
Justice-Involved Supportive Housing ofrece alojamiento de apoyo permanente a personas
que tienen un historial de ciclos en el sistema de justicia penal y es un modelo basado en
pruebas que, según ha quedado demostrado, tiene como resultado un menor número
de reingresos en prisión, con una reducción del 40 % de los días pasados en reclusión
y una reducción del 38 % de los ingresos en prisión en un lapso de dos años; y la mejora de
los resultados en materia de salud, con una reducción del 55 % de los días en un hospital
psiquiátrico en un lapso de dos años. Mientras están alojados, los participantes en el programa
reciben el apoyo permanente de un trabajador social que puede recomendar y poner en
contacto a los inquilinos con intervenciones en caso de crisis, recursos de gestión financiera,
prestaciones públicas, orientación y tratamiento del abuso de sustancias, gestión de la
medicación y una serie de otros servicios relacionados con las aptitudes para la vida diariad.
a
 PRI, Neglected Needs: Girls in the Criminal Justice System (2017).
b
 Women in Prison, “Case Studies” (2017).
c
 Chester County, Pennsylvania Courts, “WRAP Program”, 19 de diciembre de 2018.
d
 Ciudad de Nueva York – Health, “Mayor’s Office of Criminal Justice, Department of Health Announce
Successful Rollout of ‘Justice-involved Supportive Housing’ Program Stabilizing Individuals Who Frequently
Cycle Through Jail and Shelter”, 19 de diciembre de 2018.
58 MANUAL SOBRE MEDIDAS NO PRIVATIVAS DE LA LIBERTAD QUE RESPONDEN A LAS CUESTIONES DE GÉNERO

Es importante formular o reforzar las disposiciones que responden a las cuestiones de género en
lo relativo a la puesta en libertad anticipada. La falta de programas y oportunidades de rehabilita-
ción para las mujeres dificulta sus posibilidades de beneficiarse de dichos programas.

2.5 Ejecución de diversas penas no privativas


de la libertad

2.5.1 Vigilancia electrónica

La vigilancia electrónica es un medio de supervisar la aplicación de diferentes medidas no pri-


vativas de la libertad que se utiliza a menudo, en particular en el caso de las mujeres con hijos a
cargo. Se utiliza durante las distintas etapas del proceso penal y no se limita solo a la fase de la
imposición de penas.

En Armenia, a las mujeres embarazadas que son cuidadoras de niños menores de 3 años se
les puede otorgar una medida no privativa de la libertad como alternativa al encarcelamiento,
como la libertad condicional anticipada, la sustitución, el aplazamiento, etc. Si se aplican estas
condiciones, el Servicio de Libertad Vigilada de Armenia controlará a la persona eximida a través
de la vigilancia electrónica, así como de visitas.
Fuente: Oficina en Ereván de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), Creating a
Probation Service in the Republic of Armenia: Issues and Peculiarities.

La vigilancia electrónica debe utilizarse con moderación y solo cuando se hayan considerado
otras medidas no privativas de la libertad menos intrusivas. Cuando se recurre a la vigilancia
electrónica, es necesario aplicar consideraciones que respondan a las cuestiones de género pues,
de lo contrario, la vigilancia electrónica puede ser perjudicial y dañina. Al fijar las condiciones y
examinar las posibles infracciones no se suelen tener en cuenta los factores específicos de género
cuando se trata de mujeres. Las horas de toque de queda impuestas como parte de una condición
centrada en la vigilancia electrónica pueden ser inflexibles y, por lo tanto, exponen a las mujeres a
su incumplimiento cuando cuidan de niños pequeños u otros adultos. Las condiciones impuestas
deben tener en cuenta las circunstancias específicas de la mujer, incluidas las obligaciones de cui-
dado de los hijos y de generación de ingresos. La vigilancia electrónica ha sido más eficaz cuando
se ha combinado con otras disposiciones de apoyo en la comunidad. Se deben otorgar facultades
discrecionales a los agentes de libertad vigilada o las empresas de vigilancia electrónica de manera
que las infracciones leves no se trasladen automática y frecuentemente a los tribunales. El coste de
la vigilancia electrónica no debe trasladarse a la persona en conflicto con la ley.

Un estudio realizado en el Reino Unido observó que “...aunque es probable que un tribunal
considere aceptables algunas de las explicaciones dadas por las delincuentes para justificar su
incumplimiento, las empresas privadas de vigilancia electrónica tienen poca discrecionalidad a
la hora de decidir si comunican oficialmente las infracciones de las delincuentes. El ejercicio de
la discrecionalidad se limita a decidir si se toman o no medidas a raíz de una infracción y si las
razones aducidas por las personas con dispositivos de vigilancia electrónica son aceptables...”a. Por
lo tanto, se traslada la infracción a los tribunales para que se adopte una decisión.
LOGRAR LA IGUALDAD DE GÉNERO EN LA UTILIZACIÓN Y APLICACIÓN DE MEDIDAS NO PRIVATIVAS DE LA LIBERTAD 59

En los Estados Unidos, en 2011, el Instituto Nacional de Justicia hizo una encuesta entre 5.000
personas sujetas a vigilancia electrónica y descubrió que el 22 % del total dijo que había sido
despedido o se le había pedido que dejara un trabajo a causa del dispositivob.
a
 Holdsworth and Hucklesbury, “Designed for men, but also worn by women”, Criminal Justice Matters, vol. 95
(2014).
b
 ProPublica, “Digital Jail: How Electronic Monitoring Drives Defendants Into Debt”, 3 de julio de 2019.

Hay que tener presentes varias consideraciones éticas. En algunos casos, la vigilancia electrónica
puede provocar sentimientos de estrés, estigma y vergüenza en la persona vigilada, y a veces puede
afectar negativamente a su familia o a las personas con las que vive. La vigilancia electrónica puede
aumentar el “ensanchamiento de la red”, es decir que quedan sometidas a vigilancia electrónica
las personas que en otros casos no serían sancionadas144.

2.5.2 Incumplimiento

Los fiscales, los jueces y los servicios de libertad vigilada deben considerar las razones por las
que las mujeres incurren en incumplimiento de las penas no privativas de la libertad, incluso
consultando a los grupos de mujeres y a las mujeres en contacto con la ley para comprender
los retos que afrontan en lugar de responder automáticamente con medidas punitivas. También
deben establecer medidas de resultados realistas que tengan en cuenta la multitud de obstáculos
a los que se enfrentan las supervivientes de abusos.

Deben aplicarse sanciones graduadas en caso de incumplimiento de los requisitos de las distintas
penas no privativas de la libertad145. Esto significa comenzar con sanciones leves (como los ser-
vicios comunitarios) y pasar a sanciones moderadas solo si es necesario (centros de presentación
diaria, supervisión intensiva, etc.), o incluso a sanciones más rigurosas (brazaletes y breves estan-
cias en prisión). Los fiscales y los jueces no deben abogar por devolver a las personas a la cárcel
por infracciones técnicas de estas medidas146.

Las respuestas más intrusivas o incluso punitivas al incumplimiento (como la vigilancia electró-
nica y los períodos de encarcelamiento) deben seguir siendo un último recurso e imponerse solo
si redundan en beneficio de la rehabilitación y la seguridad pública.

2.6 Ejercicio de autoevaluación


1. En su jurisdicción, ¿cuáles son los principales obstáculos para la imposición de penas
no privativas de la libertad a las mujeres en contacto con la ley? Considere los diferen-
tes actores del sistema de justicia penal, por ejemplo, el poder judicial, la fiscalía, los
servicios de libertad condicional, etc.
2. ¿Qué penas no privativas de la libertad podrían aplicarse en su jurisdicción para res-
ponder a las necesidades de las mujeres en contacto con la ley? Considere qué medidas

144
 Gobierno de Escocia, “Electronic monitoring: uses, challenges and successes”, 17 de abril de 2019.
145
 Regla 14 de las Reglas de Tokio.
146
 Fair and Just Prosecution, Brennan Center for Justice y The Justice Collaborative, 21 Principles for the 21st Cen-
tury Prosecutor (2018).
60 MANUAL SOBRE MEDIDAS NO PRIVATIVAS DE LA LIBERTAD QUE RESPONDEN A LAS CUESTIONES DE GÉNERO

podrían adoptarse dentro del marco jurídico vigente y cuáles necesitarían una reforma
legislativa o estructural.

2.7  Ejercicio de capacitación

Estudio monográfico 1: Sarah tiene 30 años y dos hijos, un niño de 5 años y una niña de 2 años. Ha sido
detenida tras robar un teléfono móvil en una tienda. Es madre sola y trabaja a tiempo parcial tres tardes
a la semana en una panadería cuando los niños están en la guardería. Habita en una vivienda alquilada y
su familia vive en otra ciudad a unas cuatro horas de distancia en coche. Se presentó con 30 minutos de
retraso a la audiencia.

El caso llega al tribunal que usted preside.

1. ¿Qué consideraciones tomará en cuenta a la hora de fijar la fianza y las alternativas a la prisión
preventiva?
2. ¿A qué decisión llegó y por qué?

Estudio monográfico 2147: La señora M tiene 35 años y es madre sola de tres niños varones de 8, 12 y
16 años. Ha sido condenada por 40 cargos de fraude con tarjetas de crédito, que cometió mientras se
encontraba bajo una condena condicional por delitos similares. La familia vive en una zona afectada
por la violencia de las pandillas y las drogas. La Sra. M. ya ha pasado cuatro meses en prisión, un mes
en espera de juicio antes de que se le concediera la libertad bajo fianza y tres meses cumpliendo su
condena antes de ser puesta en libertad bajo fianza. El retraso en la finalización del asunto le dio la
oportunidad de demostrar su capacidad para desarrollar actividades empresariales y aumentar sus
ingresos.

El caso llega al tribunal que usted preside.

1. ¿Qué factores atenuantes que respondan a las cuestiones de género debe considerar?
2. ¿Qué penas no privativas de la libertad debe considerar148?

Estudio monográfico 3: El grupo debe dividirse en dos y cada subgrupo examinará el estudio monográfico
expuesto a continuación. Un subgrupo considerará que Lai es mujer y el otro que Lai es hombre.

Se produjo la detención de Lai, de nacionalidad extranjera, por prostitución y merodeo. Se remitió a


Lai a un programa orientado a la comunidad, pero incumplió las condiciones en dos ocasiones (no se
presentó a las clases de asesoramiento) y fue objeto de una nueva detención por prostitución.

El caso llega al tribunal que usted preside.

1. ¿Qué factores tendrá en cuenta a la hora de considerar el incumplimiento?


2. ¿Qué medidas va a imponer, si acaso, y por qué?

147
 Estudio monográfico tomado de Prison Reform International, “Women in Detention: putting the Bangkok
Rules into practice (e-course)”, e-learning (18 de diciembre de 2018).
148
  Este estudio monográfico se basa en el caso S contra M (CCT 53/06) [2007] ZACC 18. Lea el veredicto
para ver cómo se compara su decisión con la del Tribunal Constitucional de Sudáfrica. En particular, tome en
consideración los párrafos 18 y 35 de la sentencia.
3. Categorías especiales
de mujeres

MENSAJES FUNDAMENTALES

• La violencia por razón del género es una vía clave para el encarcelamiento de las mujeres.
La policía, los fiscales, los jueces y los abogados defensores deben tomar en consideración
los antecedentes de la mujer y tenerlos en cuenta. Por ejemplo, la violencia por razón del
género contra las mujeres es una de las principales causas de la indigencia y puede dar
lugar a delitos relacionados con los bienes, el impago de multas o delitos relacionados con
la prostitución. La policía, los fiscales y los jueces deben velar por que las supervivientes
de la violencia no se vean sometidas a mayores daños como resultado de la detención,
el encarcelamiento y la aplicación de penas no privativas de la libertad, como ya se ha
expuesto en secciones anteriores.

• Las normas internacionales instan a los Estados a que dispongan que los tribunales
puedan tener en cuenta, durante el enjuiciamiento y la condena, los eximentes de legítima
defensa de las mujeres supervivientes de la violencia. Es necesario reformar la legislación
o las directrices para la imposición de penas y capacitar a los profesionales del sistema de
justicia para que se consideren los historiales de abusos en los casos pertinentes, entre
otras cosas codificando las excepciones específicas de género o los factores atenuantes y
eliminando las penas obligatorias.

• Los responsables de formular políticas deben examinar sus leyes y políticas en relación
con las ciudadanas extranjeras en contacto con la ley para asegurarse de que no sean
discriminadas, que tengan acceso a los servicios de justicia y a las medidas no privativas de
la libertad y que reciban ayuda para su reasentamiento o traslado.

• Los agentes de la autoridad y los profesionales del sector de la justicia deben tomar
medidas para identificar, proteger y apoyar a las víctimas de la trata en una fase temprana
y evitar que sean enjuiciadas por delitos cometidos como consecuencia de su explotación
por parte de los traficantes. Una víctima de la trata no debe ser enjuiciada por delitos
relacionados con la trata, como tener pasaportes falsos o trabajar sin autorización, ni ser
enjuiciada por prostitución.

• Se ha registrado un notable aumento del número de mujeres recluidas por delitos


relacionados con drogas, sobre todo en América Latina y Asia Sudoriental. Las mujeres
encarceladas por ese tipo de delitos tienden a realizar tareas de bajo nivel pero de alto
riesgo, como el tráfico en pequeña escala o el cultivo o contrabando de drogas, y rara vez
son agentes principales en el comercio de drogas. Las mujeres suelen cometer delitos de
drogas debido a la drogodependencia, a situaciones de manipulación y coacción o a la
pobreza.

61
62 MANUAL SOBRE MEDIDAS NO PRIVATIVAS DE LA LIBERTAD QUE RESPONDEN A LAS CUESTIONES DE GÉNERO

• Los Gobiernos deben revisar sus leyes y las directrices y prácticas para la imposición de
penas por delitos relacionados con drogas para evaluar su cumplimiento con las normas
de proporcionalidad vigentes. Los marcos de imposición de penas proporcionadas deben
distinguir entre el tipo de drogas y la escala de la actividad ilícita, así como el papel y la
motivación de las mujeres en conflicto con la ley.

• Recientemente se han llevado a cabo varias reformas, sobre todo en América Latina, para
hacer frente a la vulnerabilidad (y a la encarcelación excesiva) de las mujeres por delitos de
drogas, que incluyen preferir las penas no privativas de la libertad y ofrecer reducciones de
la duración de la condena por delitos leves de drogas, así como de amnistías e indultos por
delitos leves de drogas que responden a las cuestiones de género.

• Se deberá dar prioridad a los programas de tratamiento destinados exclusivamente a


mujeres, en que se tengan presentes las cuestiones de género y que estén habilitados para
el tratamiento de traumas, cuando la mujer padezca de drogodependencia. Nunca se debe
imponer de forma obligatoria un tratamiento o rehabilitación por consumo de drogas a las
reclusas.

3.1 Sinopsis

La presente sección se centra en grupos especiales de mujeres que tienen necesidades adicionales
y hacen frente a múltiples capas de discriminación. Por lo tanto, hay que tener presentes conside-
raciones y enfoques particulares para garantizar la aplicación de leyes y procedimientos penales
que respondan a las cuestiones de género, así como la aplicación de medidas no privativas de la
libertad.

3.2 Mujeres supervivientes de la violencia por razón del género

3.2.1 La violencia por razón del género como vía clave para
el encarcelamiento de las mujeres

La violencia por razón del género es una vía clave para el encarcelamiento de las mujeres. La
policía, los fiscales, los jueces y los abogados defensores deben tomar en consideración los antece-
dentes de la mujer y tenerlos en cuenta. Por ejemplo, la violencia por razón del género contra las
mujeres es una de las principales causas de la indigencia y puede dar lugar a delitos relacionados
con los bienes, el impago de multas o delitos relacionados con la prostitución. La policía, los
fiscales y los jueces deben velar por que las supervivientes de la violencia no se vean sometidas a
mayores daños como resultado de la detención, el encarcelamiento y la aplicación de penas no
privativas de la libertad, como ya se ha expuesto en secciones anteriores.

3.2.2 Supervivientes de la violencia por razón del género


acusadas de delitos graves

El número de mujeres encarceladas por delitos graves, como asesinato u homicidio, es reducido.
Sin embargo, una porción importante de las mujeres que son detenidas por delitos violentos
CATEGORÍAS ESPECIALES DE MUJERES 63

tienen antecedentes de violencia por razón del género y son condenadas por el asesinato de fami-
liares maltratadores como respuesta al abuso sistemático al que las han sometido149.

Con pocas excepciones, los sistemas de justicia penal fallan a las mujeres en estos casos al ignorar
su trauma y la dinámica de la violencia de pareja. Es mucho menos probable que las supervivien-
tes que son detenidas y acusadas tras un incidente de violencia de pareja vuelvan a denunciar la
violencia y es más probable que sigan en una situación de peligro. Las mujeres que presentan
una denuncia a la policía también pueden desencadenar una investigación penal sobre su propia
conducta en algunos países que han penalizado la prostitución o el adulterio150. En muchas juris-
dicciones ha quedado demostrado que las excepciones existentes (más adaptadas a las experien-
cias masculinas) no se ajustan a la situación de una mujer que es superviviente de la violencia de
pareja y que hiere o mata a un miembro de la familia151.

Incluso cuando existen precedentes útiles, en la mayoría de las jurisdicciones la ausencia de una
base legislativa (o cuasi legislativa) específica para tratar un historial de abusos aumenta el riesgo
de que las pruebas de abusos se consideren o se traten con falta de coherencia entre los casos, espe-
cialmente en los sistemas jurídicos que no funcionan sobre la base de la doctrina del precedente.

Muchos actores judiciales, en particular los abogados defensores, no conocen lo suficiente sobre
los impactos de la violencia en las mujeres y recurren a los estereotipos. Por ejemplo, pueden juz-
gar a las mujeres por no hablar de los abusos que han sufrido, por seguir en una relación violenta
o por verse felices en apariencia (lo que contrasta con la idea de que están siendo controladas o
maltratadas)152.

En consonancia con las normas internacionales, debería considerarse la posibilidad de eliminar las
penas obligatorias para permitir que se tengan en cuenta las excepciones y los factores atenuantes
propios del género. En particular, los marcos legislativos deben permitir que los fiscales y los
tribunales tengan en cuenta, durante el enjuiciamiento y la condena, el eximente de la legítima
defensa de mujeres que son supervivientes de violencia, sobre todo cuando haya “síndrome de la
mujer maltratada”153.

149
 Comentario a la regla 61. UNODC, Reglas de las Naciones Unidas para el Tratamiento de las Reclusas y Medidas
No Privativas de la Libertad para las Mujeres Delincuentes y sus Comentarios, pág. 46.
150
 UNODC, Handbook for the Judiciary on Effective Criminal Justice Responses to Gender-based Violence against
Women and Girls (2019), pág. 127.
151
 PRI y Linklaters LLP, Women who kill in response to domestic violence: How do criminal justice systems respond?
(2016).
152
 Entrevista con Harriet Wistrich, Centre for Women’s Justice, mayo de 2019, y Lisa Vetten, mayo de 2019.
153
 Disposición 15 k) de las Estrategias y Medidas Prácticas Modelo Actualizadas para la eliminación de la
violencia contra la mujer en el campo de la prevención del delito y la justicia penal, resolución 65/228 de la Asam-
blea General, anexo, aprobada el 21 de diciembre de 2010. Véase también UNODC, Introducing the United Nations
Model Strategies and Practical Measures on the Elimination of Violence against Children in the Field of Crime Prevention
and Criminal Justice: A New Tool for Policymakers, Criminal Justice Officials and Practitioners (2015) y el Comentario
a la regla 61 de las Reglas de Bangkok, que reclama específicamente por disposiciones que permitan a los jueces
tener en cuenta las circunstancias de la infracción cometida en la toma de decisiones, así como también las res-
ponsabilidades de cuidado de las mujeres interesadas. También insta a los Estados que eliminen las disposiciones de
condena obligatoria para que los jueces puedan ejercer sus facultades discrecionales a la hora de dictar sentencia.
UNODC, Reglas de las Naciones Unidas para el Tratamiento de las Reclusas y Medidas No Privativas de la Libertad
para las Mujeres Delincuentes y sus Comentarios, pág. 46.
64 MANUAL SOBRE MEDIDAS NO PRIVATIVAS DE LA LIBERTAD QUE RESPONDEN A LAS CUESTIONES DE GÉNERO

Belice: En julio de 2010, Lavern Longsworth le arrojó aceite de keroseno y una vela a su marido,
David White, en su casa en la ciudad de Belice. Longsworth dijo que temía ser atacada por su
marido maltratador, que estaba muy drogado en ese momento. White murió en el hospital dos
semanas después por las quemaduras que sufrió. En un principio, Longsworth fue declarada
culpable del asesinato de White y condenada a prisión perpetua en 2012. En 2014, el Tribunal de
Apelación aceptó nuevas pruebas de la psiquiatra británica, Dra. Gillian Mezey, según las cuales
Longsworth sufría el “síndrome de la mujer maltratada” en el momento del delito y, por lo tanto,
no podía ser considerada completamente responsable de sus actos. La cadena perpetua por
asesinato fue anulada y sustituida por ocho años de prisión por homicidio. Longsworth ya ha sido
puesta en libertad, después de que se le concediera la libertad condicional. Este fue el primer caso
en Belice en el que un tribunal aceptó el “síndrome de la mujer maltratada” como excepción por
asesinatoa.

El Tribunal Supremo del Canadá aceptó el “síndrome de la mujer maltratada” como excepción.
El tribunal reconoció los siguientes elementos centrales de la violencia doméstica en el contexto
del derecho penal: el desequilibrio de poder “en el que la persona maltratada se percibe a sí
misma como subyugada o dominada por la otra persona”; la dependencia y la baja autoestima de
la persona menos fuerte; la naturaleza periódica e intermitente de los abusos; la clara diferencia
de poder entre las mujeres maltratadas y los maltratadores, que se combina con la naturaleza
intermitente del maltrato físico y psicológico para producir consecuencias acumuladasb.
a
 Death Penalty Project, “Battered Woman who killed her husband released from prison in Belize”, 2017.
b
 Tribunal Supremo del Canadá, R. contra Lavallée, expediente núm. 21022, sentencia, 3 de mayo de 1990.

Se han reconocido dos fenómenos psicológicos principales en el contexto de la violencia contra


las mujeres: a) el “síndrome de la mujer maltratada”, que describe la mentalidad psicológica
y el estado emocional de las mujeres supervivientes de los malos tratos y que explica por qué sue-
len continuar con las relaciones abusivas154; y b) la “reacción de combustión lenta”, en la que
las mujeres en una situación de abuso tienden a no reaccionar instantáneamente a los malos tra-
tos, en parte por razones psicológicas, pero también por el desajuste físico entre el maltratador y la
superviviente, que hace que una respuesta inminente parezca inútil o incluso más peligrosa para
la superviviente155. Las Estrategias y Medidas Prácticas Modelo Actualizadas para la Eliminación
de la Violencia contra la Mujer y la Niña en el Campo de la Prevención del Delito y la Justicia
Penal, aprobadas por la Asamblea General en diciembre de 2010, instan a los Estados Miembros
a cerciorarse de que “...el eximente de la legítima defensa de mujeres víctimas de violencia, en
particular cuando haya síndrome de mujer maltratada, se tenga en cuenta en las investigaciones,
instrucciones sumariales y sentencias en contra de ellas”156.

Cabe señalar que ha habido cierta controversia sobre el uso en los tribunales del término “sín-
drome de la mujer maltratada” y que dicho término puede ser a veces impreciso y engañoso.
En algunas jurisdicciones (como en Nueva Zelandia) se ha optado por referirse en cambio a las
“pruebas periciales sobre violencia doméstica”.

Es necesario reformar la legislación o las directrices para la imposición de penas y capacitar a


los profesionales del sistema de justicia para que se tengan en cuenta los historiales de abusos

154
  Walker, The Battered Woman Syndrome, 2ª edición (2001).
155
 PRI y Linklaters LLP, Women who kill in response to domestic violence: How do criminal justice systems respond?
(2016).
156
  Las Estrategias y Medidas Prácticas Modelo Actualizadas para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer
y la Niña en el Campo de la Prevención del Delito y la Justicia Penal indican que padecen el “síndrome de mujer
maltratada” las mujeres que, debido a los repetidos actos de violencia cometidos contra ellas por un compañero
íntimo, pueden sufrir depresión y son incapaces de actuar independientemente para escapar al abuso, llegando
incluso a negarse a presentar denuncia o a aceptar ofrecimientos de apoyo (disposición 15 k)).
CATEGORÍAS ESPECIALES DE MUJERES 65

en los casos pertinentes, entre otras cosas codificando las excepciones específicas de género o
los factores atenuantes.

MEDIDAS POSITIVAS

En Australia se han introducido en algunas jurisdicciones modificaciones legislativas en el


derecho penal para facilitar un tratamiento más indulgente de las mujeres que cometen delitos
violentos contra sus agresores. En algunos estados se han introducido nuevas excepciones
específicamente disponibles para las supervivientes de abusos (Queensland) y en otros se
han modificado las excepciones existentes para que se adapten mejor al tratamiento de las
supervivientes de abusos (Victoria)a.

En Inglaterra y Gales, la excepción de la provocación fue sustituida en 2010 por la excepción


parcial de la “pérdida de control” en los casos de homicidio, para hacer frente a la discriminación
existente por razón del género contra las mujeres en estos casos. En gran medida, no se logró que
en la excepción de la provocación tuvieran cabida la mayoría de las experiencias desesperadas
de las mujeres que han matado a un compañero que durante largo tiempo fue su agresor. Por el
contrario, en la excepción tenían fácilmente cabida los contextos en los que los hombres celosos
y controladores mataban a las mujeres que los abandonaban o habían sido infieles. Aunque las
reformas de 2010 han supuesto algunos avances en la mejora de la respuesta de la ley a los
diferentes contextos en los que matan los hombres y las mujeres, es necesario seguir revisando
y reformando la legislación para garantizar que la indulgencia que antes se concedía en la etapa
del fallo condenatorio no se traslade simplemente a la imposición de la pena. Las investigaciones
realizadas muestran que los jueces ingleses han seguido considerando que las pruebas de
infidelidad sexual pueden constituir una provocación grave y justificar una pena de prisión
significativamente menor b.

En los Estados Unidos, la ley del estado de California establece que, en lo que respecta a los
delitos violentos cometidos antes del 29 de agosto de 1996, un preso puede presentar un recurso
de habeas corpus sobre la base de que, en los trámites judiciales, no se recibió como prueba el
testimonio de un experto relacionado con los malos tratos de la pareja y sus efectos. La persona
encarcelada debe probar que estas pruebas son de tal envergadura que, de haberse recibido,
existe una probabilidad razonable, suficiente para minar la confianza en el fallo condenatorio,
de que el resultado de las actuaciones habría sido diferentec. Este recurso está sujeto a la
discrecionalidad de los tribunales para examinar el fondo de la peticiónd.
a
 PRI y Linklaters LLP, Women who kill in response to domestic violence: How do criminal justice systems respond?
(2016).
b
 The Conversation, “Five years after the end of provocation, jealous male killers still receive leniency”, 2 de
junio de 2015.
c
 Código Penal de California § 1473.5 (West 2014).
d
 PRI y Linklaters LLP, Women who kill in response to domestic violence: How do criminal justice systems respond?
(2016).

También ha habido avances hacia un mejor reconocimiento del impacto de las conductas con-
troladoras o coercitivas en las mujeres, y no solo los efectos de la violencia física. En 2015, en
Inglaterra y Gales se tipificó un nuevo delito de conducta controladora o coercitiva en una rela-
ción de pareja o de parentesco157, que se define de la siguiente manera:

• la conducta coercitiva es un acto o un patrón de actos de agresión, amenazas, humi-


llación e intimidación u otros abusos que se utilizan para dañar, castigar o asustar a
la víctima; y

157
 Crown Prosecution Service, Guidance on Controlling or Coercive Behaviour in an Intimate or Family Relationship.
Véase además Stark, Coercive Control: How Men Entrap Women in Personal Life (2007).
66 MANUAL SOBRE MEDIDAS NO PRIVATIVAS DE LA LIBERTAD QUE RESPONDEN A LAS CUESTIONES DE GÉNERO

• la conducta controladora es una variedad de actos destinados a convertir a una


persona en subordinada o dependiente, y con ese fin la aísla de las fuentes de apoyo,
explota sus recursos y capacidades en beneficio propio, la priva de los medios necesarios
para tener independencia y resistencia y lograr evadirse, y regula su conducta cotidiana.

Los fiscales y los jueces también deben tener en cuenta este aspecto y la posibilidad de que la
conducta controladora o coercitiva haya sido un factor para que una mujer entrara en contacto
con la ley.

Inglaterra y Gales: por control coercitivo se anula condena por asesinato


impuesta a una mujer

Sally Challen mató a su marido con un martillo en 2010 y fue condenada a cadena perpetua
por asesinato en 2011. Admitió haber cometido el asesinato, pero dijo que su marido la había
controlado y humillado durante 40 años. La fiscalía la describió como una esposa celosa que
sospechaba que su marido le era infiel.

En febrero de 2019, el Tribunal de Apelación anuló su condena y ordenó un nuevo juicio a la luz de
las pruebas de trastorno mental presentadas por un psiquiatra forense especialista que no habían
estado disponibles en el juicio.

Fuente: The Guardian, “Sally Challen wins appeal against conviction for murdering husband”, 28 de febrero
de 2019.

En los casos en los que la mujer en contacto con la ley es una superviviente de la violencia por
razón del género, los profesionales de la justicia penal deben asegurarse de que disponen de toda
la información pertinente, incluido el contexto social en el que la acusada sufrió la violencia
de género. En particular, los fiscales deben tener esto en cuenta al considerar qué cargo van a
presentar y si van a presentar un cargo más leve o medidas no privativas de la libertad. Como ya
se ha mencionado, el servicio de libertad condicional o el servicio social pueden proporcionar a las
autoridades judiciales, antes de la imposición de la pena, información pertinente sobre el historial
de cuidados de victimización que ha recibido la mujer, por ejemplo, a través de informes de
indagación social. Los funcionarios de prisiones, las clínicas universitarias y los asistentes jurídicos
también pueden prestar ayuda al tribunal con información de antecedentes.

Cuando la persona acusada ha experimentado un historial de violencia doméstica o de pareja, es


crucial comprender plenamente la forma en que cada persona recurre a la violencia en el contexto
de su relación. En los casos de doble detención, los jueces deben exigir que el fiscal aporte prue-
bas de que una de las partes es el agresor predominante. Las pruebas que los jueces deben buscar
para determinar qué parte fue el agresor predominante y quién fue la víctima o si la violencia ejer-
cida por la persona acusada en este caso fue coercitiva o de resistencia son las siguientes:

• No limitarse al caso actual y obtener información sobre toda la relación entre el deman-
dante y el demandado.
• ¿Cuál ha sido el patrón de maltrato y violencia a lo largo de la relación?
• ¿Reside en la persona acusada el mayor poder en la relación? Por ejemplo, ¿quién con-
trola las finanzas? ¿Quién ha dominado la relación?
• ¿Quién controla la toma de decisiones, como la elección de amigos, las decisiones sobre
la ropa y la apariencia, las decisiones sobre los tipos y la frecuencia de las relaciones
sexuales, etc.?
• ¿Quién inició la violencia en un principio?
CATEGORÍAS ESPECIALES DE MUJERES 67

• ¿Hay indicios de coacción y control en la relación158?


• ¿La violencia fue por miedo, por ira o por ejercer un control coercitivo159?
• Los tribunales deben permitir el testimonio de expertos competentes, por ejemplo, sobre
el estado mental de la persona acusada en el momento de la comisión del delito, así
como sobre los patrones de abuso y el marco del organismo social para contextualizar
las diferencias de género en lo relativo a la estatura física y otras características para
hacer frente a las realidades del maltrato en el hogar160.

Estados Unidos: Projecto SAFE

Las mujeres afroamericanas representan aproximadamente el 12 % de la población femenina


de los Estados Unidos, pero constituyen el 38 % de la población de reclusas, y la tasa de
encarcelamiento de las afroamericanas equivale casi al doble de la tasa correspondiente a las
mujeres blancas. Las mujeres encarceladas también experimentan tasas extremas de violencia
intrafamiliar y sexual (77 % y 86 %, respectivamente). Del mismo modo, cuatro de cada diez
mujeres negras han sufrido violencia doméstica a lo largo de su vida.

El Proyecto SAFE, un proyecto del Center for Court Innovation, el Black Women’s Blueprint, el
National Black Women’s Justice Institute y la Rev. Dra. Cheryl Dudley de las Iglesias Bautistas
Estadounidenses de la zona metropolitana de Nueva York, aborda las intersecciones del trauma,
la raza, el género y la sexualidad mediante el reconocimiento de las necesidades de las mujeres
negras en contacto con el sistema de justicia y les brinda respuestas y prácticas mejoradas y
habilitadas para el tratamiento del trauma.
Fuente: Center for Court Innovation, “Project SAFE works to improve the services offered to criminalized black
women who are survivors of intimate partner violence and sexual assault”.

Sobre la base de las pruebas disponibles (y de las consideraciones sobre la imposición de penas
con perspectiva de género expuestas anteriormente), los jueces deberían considerar la posibilidad
de imponer penas no privativas de la libertad en lugar de penas de prisión y, en particular, tratar
de permitir la vinculación con los servicios pertinentes para apoyar a las supervivientes de la vio-
lencia por razón del género.

En Uganda, los jueces han sorteado las barreras jurídicas relativas a la imposición de condenas a las
mujeres que son al mismo tiempo acusadas y víctimas. En Uganda, muchos jueces han comenzado
a aplicar penas no privativas de la libertad incluso en casos en que las mujeres están acusadas
de asesinato, siempre que se demuestre que son supervivientes de la violencia. En un caso en el
que se acusó a una hija de asesinar a su padre y las pruebas revelaron que éste la violó desde la
infancia hasta la edad adulta, engendró hijos con ella y la infectó con el VIH, el juez la condenó a
una pena de prisión ya cumplidaa. En un caso en el que se acusó a una adolescente de asesinar a
su marido y se descubrió que éste la había golpeado continuamente, la había infectado con el VIH
y había cometido adulterio con su hermana, la juez declaró que la mujer necesitaba rehabilitación
en lugar de una pena de privación de libertad. Le impuso una pena de unas 210 horas de servicios
comunitariosb.
a
 Uganda contra NA, MSK-CR-AA-132/2013, Tribunal Superior de Uganda en Masaka.
b
 Uganda contra Lydia Draru Alais Atim, Tribunal Superior de Uganda en Kampala, Criminal Session Case núm.
0404 de 2010. Véase además Secretaría del Commonwealth, Judicial Bench Book on Violence against Women in
Commonwealth East Africa (2017).

158
 Crown Prosecution Service, Guidance on Controlling or Coercive Behaviour in an Intimate or Family Relationship.
159
 UNODC, Handbook on effective prosecution responses to violence against women and girls (2014).
160
 Doyle, “Gender Inequality in the Law: Deficiencies of Battered Woman Syndrome and a New Solution to
Closing the Gender Gap in Self-Defense Law”, CMC Senior Theses, Paper 149 (2011).
68 MANUAL SOBRE MEDIDAS NO PRIVATIVAS DE LA LIBERTAD QUE RESPONDEN A LAS CUESTIONES DE GÉNERO

3.2.3  Libertad condicional

Durante las audiencias de libertad condicional de las mujeres encarceladas, también debe tenerse
en cuenta la violencia por razón del género y debe proporcionarse más capacitación a los agentes
judiciales sobre la dinámica y el impacto de dicha violencia. El hecho de no expresar remordi-
miento no debe ser una barrera para la libertad condicional en los casos de supervivientes de la
violencia por razón del género.

Estados Unidos: En la ciudad de Nueva York, Niki fue encarcelada por matar a su marido, que de
manera sistemática la había sometido a maltrato físico y sexual. Fue condenada en apelación a
15 años de prisión. Completó dos licenciaturas y múltiples programas de rehabilitación, obtuvo
terapia intensiva para el tratamiento del trauma, recibió ofertas de trabajo y de vivienda al salir de
la cárcel y alcanzó la mejor puntuación posible en su evaluación COMPAS, que valora la inclinación
de una persona a recurrir a la violencia, al abuso de sustancias o a la conducta delictiva. Sin
embargo, se le denegó la libertad condicional en 2009, 2011 y 2013. En todas las ocasiones, la
junta de libertad condicional afirmó que Niki no pudo expresar remordimiento debido a sus
continuas afirmaciones de que fue víctima de violencia doméstica. En 2017, tras conseguir una
representación jurídica a título gratuito, finalmente se concedió a Niki la libertad condicional tras
más de 20 años en prisión.

La Iniciativa para las supervivientes de violencia por razón del género que permanecen encar-
celadas es una colaboración entre organizaciones de servicios jurídicos y sociales, bufetes de
abogados, grupos de promoción, exjueces, supervivientes anteriormente encarceladas y otras
personas comprometidas con la asistencia a las supervivientes de violencia por razón del género
que actualmente cumplen condena en el estado de Nueva York. La Iniciativa trabaja para lograr
tres objetivos principales: i) proporcionar representación en asuntos relacionados con la libertad
condicional; ii) participar en actividades de promoción para mejorar el enfoque del sistema de
­justicia sobre las decisiones de conceder la libertad condicional a las supervivientes encarceladas,
y iii) impartir educación y capacitación sobre cuestiones de violencia por razón del género a quie-
nes participan en la toma de decisiones sobre libertad condicional y clemenciaa.

En California, en virtud del artículo 4801 del Código Penal de California, la Junta de Audiencias
de Libertad Condicional está facultada para recomendar la conmutación de la pena o el indulto
cuando existen pruebas de maltrato por la pareja y sus efectos, si parece que la conducta delictiva
de la persona condenada fue consecuencia de esa victimización. En el caso de las personas
condenadas por un delito antes del 29 de agosto de 1996, la Junta de Audiencias de Libertad
Condicional, al examinar la idoneidad de la persona recluida para obtener la libertad condicional,
dará “gran importancia” a la información o las pruebas de que, en el momento de cometerse el
delito, la persona recluida había sufrido malos tratos a manos de su parejab.
a
 Keushkerian, “Sanctuary’s Initiative works to reform Parole Hearing Process”, Sanctuary for Families, 20 de
abril de 2018.
b
 Código Penal de California § 4801(b) (West 2014).

3.2.4 Necesidades de protección de las supervivientes de la violencia


por razón del género

Es importante que los agentes judiciales reciban capacitación sobre las respuestas eficaces de la
justicia penal a las mujeres y niñas que son objeto de violencia de género, ya que las intervencio-
nes tempranas pueden prevenir situaciones en las que las mujeres hieren gravemente o matan a
sus parejas tras un período prolongado de abusos161.

161
 UNODC, Handbook on effective prosecution responses to violence against women and girls (2014), págs. 41 a 68,
y UNODC, Handbook for the Judiciary on Effective Criminal Justice Responses to Gender-Based Violence against Women
and Girls (2019).
CATEGORÍAS ESPECIALES DE MUJERES 69

Hay que tener presentes consideraciones importantes para garantizar la seguridad de una persona
(ya sea hombre o mujer) que es objeto de violencia por razón del género, y los agentes judiciales
deben comprender la dinámica y el impacto de dicha violencia y la necesidad de minimizar los
riesgos y maximizar la seguridad de la persona superviviente162. Entre las consideraciones funda-
mentales están las siguientes:

• comprender las necesidades de protección de una persona superviviente de la violencia


durante todo el proceso de justicia penal y responder a esas necesidades163.
• respetar el derecho de una víctima de la violencia a ser notificada de la puesta en libertad
o de la salida de prisión de la mujer en contacto con la ley164.
• garantizar que en las decisiones relativas a penas no privativas o semiprivativas de la
libertad y a la libertad bajo fianza, condicional, bajo palabra o vigilada, especialmente
si los agresores son reincidentes y peligrosos, se tengan presentes los riesgos para la
seguridad de las víctimas, incluida su vulnerabilidad165.
• prohibir los procesos obligatorios y forzosos de solución de controversias por vías alterna-
tivas, incluidas la mediación y la conciliación forzosas, en relación con todas las formas
de violencia contra las mujeres y las niñas166.

3.3 Ciudadanas extranjeras

Las ciudadanas extranjeras en contacto con la ley hacen frente a muchas dificultades, como la
imposibilidad de tener acceso a la asistencia jurídica debido a las barreras lingüísticas, la falta
de acceso a las redes de apoyo de la comunidad y la marginación económica. Hacen frente al
aislamiento y a problemas de salud mental debido a la separación de sus familias. También les
resulta más difícil acceder a las medidas no privativas de la libertad en la fase previa al juicio y en
la de imposición de la pena, ya que no pueden cumplir muchos de los requisitos, como un domi-
cilio fijo en el país, y se teme que puedan fugarse. Los responsables de formular políticas deben
examinar sus leyes y políticas en relación con las ciudadanas extranjeras en contacto con la ley
para asegurarse de que no sean discriminadas, que tengan acceso a los servicios de justicia y que
reciban ayuda para su reasentamiento o traslado. En particular, se les deben garantizar derechos
fundamentales como:

• el derecho a un intérprete;
• el derecho a tener acceso a la asistencia jurídica;
• el derecho a los servicios consulares;
• el derecho al contacto con sus familias;
• el derecho a respetar sus creencias religiosas y culturales.

162
 UNODC, Handbook on effective prosecution responses to violence against women and girls (2014), págs. 52 a 59.
163
 UNODC, Handbook on effective prosecution responses to violence against women and girls (2014), pág. 52. El
Manual expone los distintos tipos de necesidades de protección y las consideraciones que es necesario tener presentes.
164
 UNODC, Introducing the United Nations Model Strategies and Practical Measures on the Elimination of Violence
against Children in the Field of Crime Prevention and Criminal Justice: A New Tool for Policymakers, Criminal Justice
Officials and Practitioners (2015), párr. 17 c).
165
 UNODC, Introducing the United Nations Model Strategies and Practical Measures on the Elimination of Violence
against Children in the Field of Crime Prevention and Criminal Justice: A New Tool for Policymakers, Criminal Justice
Officials and Practitioners (2015), párr. 15 j).
166
 Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer, Conclusiones convenidas sobre la eliminación y
prevención de todas las formas de violencia contra la mujer y la niña, párr. 34 g) (E/2013/27).
70 MANUAL SOBRE MEDIDAS NO PRIVATIVAS DE LA LIBERTAD QUE RESPONDEN A LAS CUESTIONES DE GÉNERO

Es necesario remitirse a otros materiales de la UNODC que describen de forma bastante deta-
llada las consideraciones que deben tenerse en cuenta cuando se trata de presos que son ciudada-
nos extranjeros167. La presente sección no se refiere a los solicitantes de asilo que, según el derecho
internacional, no deben ser detenidos a menos que se den circunstancias excepcionales168.

Las mujeres víctimas de la trata suelen ser detenidas por delitos como la prostitución, el incum-
plimiento de las normas migratorias o delitos contra la moral pública. Los enfoques punitivos del
tráfico de drogas en pocas cantidades o de la inmigración ilegal contribuyen a que las ciudadanas
extranjeras estén excesivamente representadas en el sistema de justicia penal de muchos países.
Sin embargo, muchas de ellas son supervivientes de la pobreza, la coacción y la explotación169.

Normas internacionales pertinentes

Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional y su Proto-


colo para Prevenir, Reprimir y Sancionar la Trata de Personas, Especialmente Mujeres y Niños
Principios y Directrices Recomendados sobre los Derechos Humanos y la Trata de Personas
Convenio del Consejo de Europa sobre la Lucha contra la Trata de Seres Humanos

Las Reglas de Bangkok y las normas internacionales conexas instan a que se brinde la máxima
protección a las supervivientes de la trata y evitar la victimización secundaria de muchas ciuda-
danas extranjeras170. Entre las medidas fundamentales que deben adoptarse figuran:

• Los agentes de la autoridad y los profesionales del sector de la justicia deben tomar
medidas para identificar, proteger y apoyar a las víctimas de la trata en una fase
temprana y evitar que sean enjuiciadas por delitos cometidos como consecuencia de
su explotación por parte de los traficantes171. Una víctima de la trata no debe ser
enjuiciada por delitos relacionados con la trata, como tener pasaportes falsos o trabajar
sin autorización, ni ser enjuiciada por prostitución.
• Garantizar que las ciudadanas extranjeras reciban asistencia jurídica y asesoramiento
en materia de inmigración desde el principio y lo antes posible tras su detención172.
• Asegurarse de que se proporcionen servicios de interpretación.
• Una superviviente de la trata debe disponer de un período mínimo (por ejemplo, al
menos 30 días) para recuperarse y escapar de la influencia de los traficantes antes de
tener que decidir si coopera o no con la policía.
• Las víctimas de la trata deben ser protegidas contra las represalias de los traficantes,
antes y después de testificar, incluso mediante la concesión de permisos de residencia
y la adopción de medidas de protección, como la protección de su identidad.

167
 UNODC, Manual sobre reclusos con necesidades especiales (2009).
168
 Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), Directrices Revisadas
sobre los Criterios y Estándares Aplicables con respecto a la Detención de Solicitantes de Asilo (1999).
169
 Prison Reform Trust, Still No Way Out: Foreign national women and trafficked women in the criminal justice
system (2018).
170
 Regla 66 de las Reglas de Bangkok. Véase también UNODC, Manual para la lucha contra la trata de personas:
Programa Mundial contra la Trata de Seres Humanos (2008).
171
 Disposición 18 k) de las Estrategias y Medidas Prácticas Modelo Actualizadas para la Eliminación de la
Violencia contra la Mujer en el Campo de la Prevención del Delito y la Justicia Penal, resolución 65/228 de la
Asamblea General, anexo, aprobada el 21 de diciembre de 2010.
172
 Principio 10, “Equidad en el acceso a la asistencia jurídica”, y Directriz 3, “Otros derechos de las personas
detenidas, arrestadas, sospechosas o acusadas o inculpadas de un delito penal”, Principios y Directrices de las Naciones
Unidas sobre el Acceso a la Asistencia Jurídica en los Sistemas de Justicia Penal.
CATEGORÍAS ESPECIALES DE MUJERES 71

• Los abogados defensores deben recibir capacitación sobre las necesidades específicas
de las ciudadanas extranjeras y sobre la mención de los problemas de abuso y trata
en las primeras fases del proceso de justicia penal.
• Hay que diseñar cursos de capacitación y formular orientaciones para jueces y
fiscales.

Inglaterra y Gales: El Equal Treatment Bench Booka contiene secciones sobre formas contemporá-
neas de esclavitud y en Escocia las orientaciones del Lord Advocate sobre el no enjuiciamiento de
las víctimas de la trata y la explotación de seres humanosb ofrecen un modelo de buenas prácticas
y transparencia.
a
 Judicial College, Equal Treatment Bench Book (2018).
b
 Crown Office and Procurator Fiscal Service of Scotland’s Prosecution Service, Lord Advocate’s Instructions for
Prosecutors when considering Prosecution of Victims of Human Trafficking and Exploitation.

• Los profesionales del sector de la justicia deben tener en cuenta el interés superior
de los niños en el proceso de toma de decisiones.
• Las políticas de inmigración, como la expulsión de personas por delitos de inmigración,
no deben ser una barrera automática para los resultados o soluciones basadas en la
comunidad173.
• Las ciudadanas extranjeras deben tener el mismo acceso a las alternativas comunitarias
y recibir apoyo cuando les resulte difícil cumplir las condiciones, por ejemplo, cuando
no tengan un lugar donde vivir. Se pueden imponer otras condiciones, como la entrega
de documentos de identidad, la presentación a la policía, la libertad condicional o la
supervisión en la comunidad.
• Hay que analizar penas innovadoras no privativas de la libertad como las medidas
sustitutivas del encarcelamiento que se adapten específicamente a las necesidades de
las mujeres víctimas de la trata.

Estados Unidos: Muchos de los ciudadanos nacionales y extranjeros acusados de prostitución en


Nueva York son reclutados en la industria del trabajo sexual comercial por la fuerza o coacción.
Once tribunales piloto de intervención en materia de trata de personas en el estado procuran
promover una resolución justa y compasiva de estos casos. Todos los casos de delitos menores
de prostitución o cargos conexos que prosiguen más allá de la lectura de cargos son transferidos
a un tribunal de intervención en materia de trata de personas. Una vez trasladados a ese tribunal
especializado, los acusados son evaluados por el personal in situ. El tribunal pone en contacto a
los acusados con servicios de asesoramiento y coordinación asistencial específicos, que abarcan
desde la vivienda y la atención de salud hasta la ayuda a la inmigración, el tratamiento de
drogodependencia y el asesoramiento. Estos asesores y trabajadores sociales también detectan
indicadores de trata. Los tribunales de intervención en materia de trata de personas vinculan
asimismo a los participantes con programas de educación y capacitación en el trabajo para ayudar
a prevenir su regreso a la industria del sexo. Los cargos contra un acusado se pueden desestimar o
reducir en función del cumplimiento de estos servicios y programas exigidos por el tribunal. Otras
características de los tribunales de intervención en materia de trata de personas son una mayor
coordinación y comunicación entre el tribunal, sus asociados en la justicia penal, los proveedores
de servicios locales y otras partes interesadas.
Fuente: Center for Court Innovation, State Court Snapshot: New York State’s Human Trafficking Intervention
Courts, disponible en: https://cjinvolvedwomen.org/wp-content/uploads/2016/12/HTIC-1pager.pdf.

173
 Prison Reform Trust, Still No Way Out: Foreign national women and trafficked women in the criminal justice
system (2018).
72 MANUAL SOBRE MEDIDAS NO PRIVATIVAS DE LA LIBERTAD QUE RESPONDEN A LAS CUESTIONES DE GÉNERO

3.4 Mujeres detenidas por delitos relacionados con drogas174

Se ha registrado un notable aumento del número de mujeres recluidas por delitos relacionados
con drogas, sobre todo en América Latina y Asia Sudoriental. Las mujeres encarceladas por
este tipo de delitos tienden a realizar tareas de bajo nivel pero de alto riesgo, como el tráfico en
pequeña escala o el cultivo o contrabando de drogas o la introducción de drogas a la dependen-
cia carcelaria para sus familiares varones, y rara vez son agentes principales en el comercio de
drogas. Las mujeres suelen cometer delitos de drogas debido a la drogodependencia, a situacio-
nes de manipulación y coacción o a la pobreza175.

Es importante considerar todos los antecedentes de la mujer durante todas las etapas del sis-
tema de justicia penal. Puede tratarse de los factores siguientes:

• pobreza y exclusión social;


• maternidad y condición de cuidadora en relación con otras personas a cargo;
• condición de cabeza de familia;
• analfabetismo;
• nivel de educación;
• falta de capacitación laboral;
• situación migratoria;
• dificultades para acceder a la asistencia jurídica (por ejemplo, que se considere que
tiene acceso al dinero de la familia cuando en realidad no puede permitirse pagar
un abogado);
• experiencia de violencia por razón del género, o
• discapacidad física o mental que pueda haber contribuido al involucramiento en la
conducta delictiva176.

También es importante tener en cuenta los antecedentes característicos de las mujeres que son
detenidas por delitos de drogas:

a. En general, los hombres tienen más probabilidades que las mujeres de consumir
cannabis, cocaína y opiáceos, mientras que la prevalencia del uso de opioides y
tranquilizantes con fines no médicos es comparable entre los hombres y las mujeres,
si no es que de hecho es más elevado entre ellas.
b. Las mujeres tienen más probabilidades que los hombres de mencionar traumas o
factores de estrés, por ejemplo, problemas de relación, estrés ambiental o problemas
familiares, como motivos de su inicio o continuación del uso de sustancias Un
ejemplo de esos factores de estrés emocional es la adversidad en la infancia: los
informes indican que las mujeres que sufren adversidades en la niñez son más
propensas a comenzar a consumir drogas y tienden a empezar a sufrir trastornos
relacionados con ese consumo con más rapidez que los hombres.

174
 Además, véanse la sección 1.1 relativa a los delitos relacionados con drogas como factor que impulsa el
encarcelamiento de las mujeres y las secciones 2.2.1 sobre despenalización y 2.2.4 sobre derivación.
175
 Comentario a la regla 61. Véase UNODC, Reglas de las Naciones Unidas para el Tratamiento de las Reclusas y
Medidas No Privativas de la Libertad para las Mujeres Delincuentes y sus Comentarios, pág. 46.
176
 Las guías de política nacional del IDPC destacan los antecedentes de las mujeres detenidas por delitos de
drogas en Filipinas, Indonesia y Tailandia.
CATEGORÍAS ESPECIALES DE MUJERES 73

c. La mayor vulnerabilidad a una combinación de trastornos del estado de ánimo


y de ansiedad, en particular el trastorno de estrés postraumático, está asociada a
los trastornos por consumo de sustancias entre las mujeres.
d. Aunque normalmente las mujeres comienzan a consumir sustancias en una etapa
más tardía y con menos frecuencia que los hombres, una vez que empiezan a
hacerlo, el consumo de alcohol, cannabis, cocaína y opioides progresa con más
rapidez.
e. Aunque las estimaciones del alcance de la violencia de género contra las mujeres
que consumen drogas son escasas, hay estudios, por ejemplo, de muestras clínicas
y de base comunitaria de mujeres que consumen drogas en los Estados Unidos,
que indican que la prevalencia de la violencia de género es de dos a cinco veces
mayor entre las mujeres que consumen drogas que en las demás mujeres que no
usan ese tipo de sustancias177.

Los agentes de la autoridad de primera línea, los fiscales y demás personal de la justicia penal
deben recibir una capacitación apropiada sobre la mejor manera de responder a las mujeres que
consumen drogas, en colaboración con los profesionales de la salud.

Los tratados de fiscalización internacional de drogas permiten expresamente la aplicación de


medidas como el tratamiento y la educación como sustitutivas de la condena o la pena para los
delitos relacionados con el consumo personal de drogas y para todos los demás delitos perti-
nentes en “casos apropiados de naturaleza menor”. Ejemplos de este enfoque son la derivación
de casos menores del sistema de justicia penal mediante el ejercicio de la discrecionalidad por
parte de la policía o la fiscalía y el uso de medidas no privativas de la libertad como alternativa
a la prisión preventiva o el encarcelamiento178.

En Australia, un informe sobre el encarcelamiento y la salud concluyó que el tratamiento


residencial contra las drogas representa menos de la mitad del costo diario del encarcelamiento,
y es mucho más rentable, para las personas de las Primeras Naciones. El tratamiento mitiga
los costos sociales y familiares, las complicaciones de salud y la imposibilidad de ofrecer una
oportunidad de recuperación asociada al encarcelamientoa.

Del mismo modo, un estudio realizado en Malasia concluyó que penalizar el consumo de drogas
no es tan rentable como ofrecer tratamiento a quienes las consumen. También se descubrió que
la criminalización del consumo de drogas puede dar lugar a la propagación de enfermedades
infecciosas entre los reclusos y que los consumidores de drogas encarcelados tenían una peor
calidad de vida que los que estaban en tratamientob.
a
 National Indigenous Drug and Alcohol Committee, Bridges and Barriers: Addressing Indigenous incarceration
and health (2013), pág. 10.
b
 USM, Cost of Criminalizing Drug Use in Malaysia.

No deben solicitarse penas mínimas obligatorias o para delincuentes habituales basadas en


cargos subyacentes por posesión de drogas. Como ya se ha mencionado, los delitos de uso y
consumo personal de drogas deben despenalizarse en consonancia con el derecho internacional
y las buenas prácticas.

177
 UNODC, Informe mundial sobre las drogas 2018, La mujer y las drogas — Consumo y oferta de drogas y sus
consecuencias, págs. 11 a 16.
178
 Equipo de tareas de coordinación del sistema de las Naciones Unidas sobre la aplicación de la posición común
del sistema de las Naciones Unidas respecto de las cuestiones relacionadas con las drogas, What we have learned
over the last ten years: A summary of knowledge acquired and produced by the UN system on drug-related matters (2019).
74 MANUAL SOBRE MEDIDAS NO PRIVATIVAS DE LA LIBERTAD QUE RESPONDEN A LAS CUESTIONES DE GÉNERO

Las personas que llaman a la policía en respuesta a una sobredosis no deben ser enjuiciadas
como tampoco deben serlo por homicidio las personas que comparten drogas que provocan
una sobredosis si no hubo la intención específica de causar daño o muerte179.

Deben preferirse las penas no privativas de la libertad, especialmente si la mujer tiene hijos a
cargo180. Deben priorizarse los programas de tratamiento destinados exclusivamente a las mujeres
y que estén habilitados para el tratamiento de traumas en los casos en que la mujer sufra de dro-
godependencia181. Nunca debe aplicarse la rehabilitación obligatoria durante el internamiento.

En India, la HIV/AIDS Alliance en el país puso en marcha, en mayo de 2018, el “Proyecto WINGS”
(Women Initiating New Goals for Safety), una intervención prometedora que busca reducir
la violencia perpetrada por las parejas y el riesgo de contraer el VIH entre las mujeres que se
inyectan drogas. Como parte de la intervención, 200 mujeres de Pune (Maharastra), Nueva Delhi e
Imphal (Manipur) recibirán sesiones psicopedagógicas individuales para mejorar su capacidad de
planificación de la seguridad, y serán puestas en contacto con servicios de pruebas y tratamiento
del VIH, salud sexual y reproductiva, reducción de daños, asistencia jurídica y apoyo a la violencia
por razón del géneroa.

En Indonesia, la organización PEKA se basa en enfoques centrados en los clientes para prestar
servicios sanitarios adaptados a las necesidades de las personas que consumen y se inyectan
drogas. Los clientes acceden a todos los servicios de PEKA de forma voluntaria y pueden retirarse
del programa en cualquier momento sin repercusiones negativas. PEKA ofrece tanto tratamiento
a pacientes hospitalizados como servicios de divulgación comunitaria. Los clientes que se
inscriben en los servicios de tratamiento pueden elegir entre el programa intensivo de dos meses
— que incluye desintoxicación, asesoramiento sobre la adicción por parte de homólogos, apoyo
psicosocial, capacitación en competencias para la vida, prevención y gestión de recaídas, así como
actividades sociales y de formación profesional — y el programa no intensivo de cuatro meses
— que incluye asesoramiento, capacitación en competencias para la vida, prevención y gestión
de recaídas, así como actividades sociales y de formación profesional. Las mujeres representan
el 14 % del total de clientes de PEKA. En PEKA hay personal femenino y asesoras disponibles para
adaptar los planes de tratamiento de drogas a las necesidades de las mujeres clientes. PEKA valora
las contribuciones de las personas que consumen drogas y facilita la participación significativa de
sus clientes en la formulación, ejecución y evaluación de los programasb.
a
 IDPC, 10 Years of Drug Policy in Asia: How Far Have We Come? A Civil Society Shadow Report (2019).
b
 Harm Reduction International, Community-based drug treatment models for people who use drugs: Six
experiences on creating alternatives to compulsory detention centres in Asia (2015).

Es importante eliminar toda barrera jurídica o práctica relativa a la imposición de penas no


privativas de la libertad a las mujeres detenidas por delitos relacionados con drogas. Para ello, es
necesario revisar las leyes y las directrices y prácticas referentes a la imposición de penas cuando
se trata de delitos relacionados con drogas para evaluar su cumplimiento con las normas de
proporcionalidad vigentes. Los marcos de imposición de penas proporcionadas deben distin-
guir entre el tipo de drogas y la escala de la actividad ilícita, así como el papel y la motivación
de las mujeres en conflicto con la ley: traficantes organizadas o responsables de delitos graves
de tráfico; microtraficantes (traficantes o contrabandistas de bajo nivel); mujeres drogodepen-
dientes; y mujeres que consumen drogas de forma ocasional (o “recreativa”). En el caso de los
delitos relacionados con drogas cometidos por drogodependencia o para satisfacer necesida-
des económicas básicas, deben ofrecerse servicios como medidas de tratamiento, educación,

179
 Fair and Just Prosecution, Brennan Center for Justice y The Justice Collaborative, 21 Principles for the 21st Cen-
tury Prosecutor (2018).
180
 Regla 64 de las Reglas de Bangkok.
181
 Regla 62 de las Reglas de Bangkok.
CATEGORÍAS ESPECIALES DE MUJERES 75

postratamiento, rehabilitación o integración social como alternativas a la condena más huma-


nas, eficaces y proporcionadas182.

En 2011, el Reino Unido reformó sus directrices relativas a la imposición de penas por delitos
de drogas en un esfuerzo por garantizar penas más proporcionadas. Ahora los jueces están
obligados a evaluar si la persona acusada de delitos relacionados con drogas desempeñó un
papel “principal”, “significativo” o “menor” en el comercio de drogas, y a tener en cuenta
las circunstancias de vulnerabilidad y las cantidades de droga de que se trata. La reforma ha
llevado a la imposición de penas más proporcionadas, en particular a las mujeres en situación de
vulnerabilidad dedicadas al transporte de drogasa.

En 2018, Myanmar aplicó una nueva política nacional de drogas que hace referencia a las mejores
prácticas internacionales. La política recomienda un enfoque basado en la salud y centrado
en la prevención y la reducción de daños, y defiende que es necesaria una reforma estructural
para reducir las consecuencias negativas asociadas al consumo de drogas y promover medidas
sustitutivas al encarcelamiento por delitos de drogas. La política señala que es necesario ampliar
los servicios de tratamiento de drogas para enfrentar el consumo de metanfetamina y otros daños
relacionados con las drogas, y que deben aumentarse los tratamientos y servicios comunitarios
para las personas que consumen drogas. También propone la transición de los sistemas de
tratamiento obligatorio de la drogodependencia a los de carácter voluntariob.
a
  WOLA, Gender and Drug Policy: Exploring Innovative Approaches to Drug Policy and Incarceration (sin fecha).
b
 UNODC, OMS y ONUSIDA, HIV Prevention, Treatment, Care and Support for People Who Use Stimulant Drugs:
Technical Guide (2019).

Recientemente se han llevado a cabo varias reformas, sobre todo en América Latina, para hacer
frente a la vulnerabilidad (y a la encarcelación excesiva) de las mujeres por delitos relacionados
con drogas, que incluyen preferir las penas no privativas de la libertad y ofrecer reducciones de
condena por delitos leves de drogas, así como amnistías e indultos por delitos leves de drogas
que responden a las cuestiones de género.

En el Estado Plurinacional de Bolivia se introdujeron amnistías e indultos que responden a


las cuestiones de género por delitos leves relacionados con drogas, lo que constituye un paso
positivo para hacer frente al encarcelamiento excesivo de mujeres por delitos de drogas, aunque
las medidas deben ir acompañadas de reformas más ampliasa.

En Costa Rica se modificó una ley mediante disposiciones relativas a las mujeres condenadas por
introducir drogas en la cárcel al visitar a sus familiares. De las 511 mujeres encarceladas por delitos
de drogas, unas 150 (aproximadamente una de cada cuatro) cumplían condena por introducir
drogas en la cárcel. La mayoría de las mujeres detenidas por este tipo de delito eran jóvenes.
Además, el 95 % de las mujeres comunicaron que tenían hijos y eran responsables de ellos, sin
apoyo paterno. Su encarcelamiento creaba barreras importantes para sus responsabilidades
familiares y su participación en la vida comunitaria.

En virtud de la ley de referencia se podía conceder a las mujeres que vivían en la pobreza,
las cabezas de familia o las tutoras de hijos menores, de adultos mayores o de personas con
algún tipo de discapacidad el arresto domiciliario, la libertad supervisada, la residencia en un
establecimiento de transición o la vigilancia electrónica, en sustitución del encarcelamientob. Esta
ley, denominada “bis 77”, parece estar logrando los efectos previstos, ya que ha dado lugar a la
puesta en libertad inmediata de 120 mujeres y está resolviendo el problema del hacinamiento en
la prisión de mujeresc.

Todas las mujeres compartían el mismo perfil social y educativo (la mayoría tenía poca o ninguna
escolaridad), lo que reflejaba sus condiciones de vulnerabilidad y pobreza.

182
 IDPC, Drugs, crime and punishment — proportionality of sentencing for drug offences (2012).
76 MANUAL SOBRE MEDIDAS NO PRIVATIVAS DE LA LIBERTAD QUE RESPONDEN A LAS CUESTIONES DE GÉNERO

Se trataba de mujeres procedentes de contextos marginales con escasas oportunidades de


educación y empleo, sin posibilidad de obtener buenos trabajos. Las mujeres que se beneficiaron
de la reforma fueron puestas en libertad, y muchas fueron invitadas a participar en un programa
innovador de apoyo social — la “Red Interinstitucional” — que trata de reparar las violaciones de
derechos humanos que se produjeron mientras las mujeres eran procesadas por el sistema de
justicia penal.

Esta reforma jurídica es un buen ejemplo de cómo introducir el principio de proporcionalidad


de las penas para las personas acusadas de delitos de drogas, teniendo en cuenta los factores de
género y vulnerabilidad, en lugar de centrarse en las cantidades o los tipos de sustancias.

En 2014, en el Ecuador se modificó la ley para que las personas condenadas por delitos leves
relacionados con drogas pudieran recibir penas reducidas, que podrían aplicarse con carácter
retroactivo. Como resultado de esta enmienda, el número de mujeres condenadas por un delito
en los tribunales del Ecuador se redujo del 80 % al 43 %. Aunque esta política fue finalmente
revocada, esto demuestra la forma en que la despenalización de los delitos de drogas tiene un
fuerte impacto en el encarcelamiento de las mujeresd.
a
 WOLA, Promoviendo políticas de drogas con perspectiva de género en Bolivia (2018).
b
 Organización de los Estados Americanos, Secretaría de Seguridad Multidimensional y Comisión Interameri-
cana para el Control del Abuso de Drogas, Informe Técnico sobre Alternativas al Encarcelamiento por Delitos Rela-
cionados con Drogas, Secretaría Técnica del Grupo de Trabajo Alternativas al Encarcelamiento (2015).
c
 WOLA, “Criminal Record Reform in Costa Rica: A Step toward Proportionality and Improved Prospects For
Women’s Lives after Prison”, 29 de junio de 2017.
d
WOLA, Mujeres, políticas de drogas y encarcelamiento: una guía para la reforma de políticas en América Latina y
el Caribe (sin fecha).

De conformidad con los tratados internacionales pertinentes, no debe imponerse la pena de


muerte, salvo por “los más graves delitos”183, entendiendo por ello delitos como el asesinato, y
no se impondría por delitos de drogas184. Además, las condenas a muerte no deben ser obliga-
torias, ya que ello no permite tener en cuenta las circunstancias particulares del reo, incluidos
los factores atenuantes específicos de género, y son, por lo tanto, de naturaleza arbitraria185. Los
delitos de drogas son el segundo delito más común por el que se condena a muerte a las mujeres,
después del asesinato, especialmente en Oriente Medio y Asia. Por ejemplo, se ha informado de
que, en 2018, 76 de las 83 mujeres en el corredor de la muerte en Tailandia fueron condenadas
por delitos de drogas, y una proporción importante de las 143 mujeres en el corredor de la muerte
en Malasia han sido condenadas por tráfico de drogas186. Muchas de las mujeres que han sido
condenadas a muerte por delitos de drogas son portadoras (las llamadas “mulas”), procedentes
de países extranjeros, con un bajo nivel socioeconómico y pertenecientes a minorías étnicas. Estas
mujeres operan en el nivel más bajo del comercio de drogas y, sin embargo, reciben los castigos
más severos. Muchas mujeres ingresan al comercio de drogas bajo coacción, para mantener y
proteger a las personas a cargo o por manipulación y coacción a través de relaciones románticas.
Resulta significativo que el Instituto Penang de Malasia descubriera que las mujeres condenadas
por tráfico de drogas tienen mucho menos probabilidades que sus homólogos masculinos de que
sus casos sean revisados y anulados, lo que sugiere un posible sesgo de género en las apelaciones
a la pena capital. Los responsables de formular políticas deben dar prioridad a un enfoque de
protección en lugar de castigar a las mujeres que se ven obligadas a participar en el comercio de
drogas187.

183
 Artículo 6 2), Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos.
184
 Comité de Derechos Humanos, Observación general núm. 36 (2018), CCPR/C/GC/36, párr. 35; y Junta
Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE), Informe 2018, pág. 124.
185
 Comité de Derechos Humanos, Observación general núm. 36 (2018), CCPR/C/GC/36, párr. 37.
186
 Harm Reduction International, The Death Penalty for Drug Offences: The Impact on Women (2019).
187
 Ibid.
CATEGORÍAS ESPECIALES DE MUJERES 77

Malawi es un ejemplo de la forma en que los abogados pueden desempeñar un papel


fundamental a la hora de poner de relieve las experiencias de género de las mujeres que
hacen frente a la pena de muerte. En mayo de 2007, el Tribunal Superior de Malawi declaró
inconstitucional la pena de muerte obligatoria, concediendo a los jueces la potestad discrecional
de imponer esa pena en caso de asesinato solo tras considerar la forma en que se cometió el
asesinato, los medios utilizados para cometer el delito, las circunstancias personales de la víctima,
las circunstancias personales del acusado y lo que podría haber motivado la comisión del delito.
A las cuatro mujeres que habían sido condenadas a muerte se les concedieron audiencias
individualizadas de condena en las que, por primera vez, los abogados presentaron al tribunal
pruebas de su indigencia, historial de abusos, enfermedad mental, rehabilitación y otros factores
atenuantes. Ninguna de las mujeres fue condenada de nuevo a muerte o a cadena perpetua.
Fuente: The Cornell Center on the Death Penalty Worldwide, Judged for More Than Her Crime: A Global Overview
of Women Facing the Death Penalty (2018).

3.5 Ejercicio de autoevaluación


1. Explique cómo podría mejorar su país las respuestas a las cuestiones de género en relación
con el tratamiento del sistema jurídico penal a los siguientes grupos de mujeres:

a. supervivientes de la violencia por razón del género, en particular mujeres detenidas por
herir o matar a su pareja maltratadora;
b. ciudadanas extranjeras que pueden ser supervivientes de la trata;
c. mujeres detenidas por delitos relacionados con drogas.

3.6 Ejercicio de capacitación

Estudio monográfico 1: Linh se crió en una familia de agricultores de Viet Nam y tiene tres hijos. Huyó
de su marido maltratador, que la utilizaba como “mula” para el tráfico de drogas. Mientras trabajaba
como camarera en Hanoi, algunos clientes habituales le prometieron a Linh un mejor empleo en el
extranjero. Junto con otras seis o siete mujeres y niñas, viajaron primero a la Federación de Rusia y
fueron posteriormente conducidas a pie por el campo hasta Eslovaquia y luego llevadas de noche en
barco hasta la República Checa, donde fueron obligadas a entregar sus pasaportes y dinero, llevadas a
una casa y obligadas a mantener relaciones sexuales con los hombres que acudían al lugar. Más tarde,
Linh fue trasladada al Reino Unido en la parte trasera de un camión y abandonada cerca de una vía
de tren. Conoció a una mujer que le prometió encontrarle un trabajo. A continuación, fue víctima de
la trata en el Reino Unido, obligada a prostituirse y a producir cannabis. Fue detenida y recluida por
producción de cannabis.

1.  Como fiscal, ¿qué factores tendrá usted en cuenta a la hora de decidir qué otras medidas tomar?

2.   Como juez, ¿qué medidas no privativas de la libertad va a tener en consideración?


Nota: Este estudio monográfico se basa en un caso real del que se ocupó Hibiscus, una organización benéfica del
Reino Unido que apoya a las mujeres víctimas de la trata. Hibiscus apoyó a Linh durante cinco meses mientras
estaba en prisión y colaboró con dos abogados, uno de ellos especialista en asuntos de migración. Al final se
archivó el caso y Linh fue puesta en libertad en una vivienda segura con servicios de apoyo. Véase además Prison
Reform Trust, Still No Way Out: Foreign national women and trafficked women in the criminal justice system (2018).
78 MANUAL SOBRE MEDIDAS NO PRIVATIVAS DE LA LIBERTAD QUE RESPONDEN A LAS CUESTIONES DE GÉNERO

Estudio monográfico 2: Sally apenas tenía 16 años cuando conoció a Richard, de 22 años.
Al principio, él era encantador, pero poco a poco empezaron los malos tratos. La intimidaba
y menospreciaba, controlaba su dinero y de quién era amiga, no le permitía socializar sin él. Sin
embargo, mientras imponía estrictas restricciones a su conducta, él mismo hacía alarde de su dinero,
tenía numerosas aventuras y visitaba burdeles. Si ella lo desafiaba, él le daba vuelta al asunto y le
hacía sentir que se estaba volviendo loca. Aunque Sally consiguió en un momento dado dejar a
Richard, incluso iniciando los trámites de divorcio, era tan dependiente emocionalmente de él que
pronto volvió, e incluso firmó un acuerdo “postnupcial” que él redactó y que le negaba todas las
prestaciones financieras a las que tenía derecho en el divorcio y le prohibía interrumpirlo o hablar con
extraños.

No mucho después de este reencuentro con Richard fue cuando ocurrió el delito. Sally, tan comple-
tamente dependiente de Richard, quería creer que podían estar juntos, pero Richard se comportaba
con ella de una forma cada vez más humillante. La gota que colmó el vaso fue cuando mandó a Sally
a buscar su almuerzo bajo la lluvia para poder llamar por teléfono a una mujer de una agencia de
citas con la que había planeado reunirse. Sally regresó sospechando algo y lo retó. Richard le ordenó
que no lo cuestionara y ella lo golpeó repetidamente con un martillo.

Sally tiene dos hijos varones.

Está acusada de asesinato y el asunto llega al tribunal que usted preside.

¿Qué factores específicos de género tendrá en cuenta al determinar la condena?


Nota: Este estudio monográfico se basa en un caso real ocurrido en el Reino Unido. Sally Challen fue declarada
culpable de asesinato y condenada a cadena perpetua con una reclusión mínima de 18 años.
4. Terminología

Absolución total: El término jurídico de absolución total se aplica a una acción judicial que
anula la base subyacente de la causa en acciones penales y ciertos tipos de acciones civiles. La
definición real de este tipo de absolución difiere según la jurisdicción. En muchas jurisdic-
ciones, se denomina absolución total en los casos penales al sobreseimiento de la causa que
concede un juez a un acusado inocente que ya ha sido declarado culpable. El efecto de la abso-
lución es desechar el fallo condenatorio como si nunca se hubiera pronunciado. No quedan ras-
tros de los antecedentes penales del acusado y es como si nunca hubiera sido acusado del delito.
Algunas jurisdicciones definen de manera diferente la absolución total en los casos penales. En
el Reino Unido, por ejemplo, un tribunal también puede conceder una absolución total a un
acusado declarado culpable. En el Reino Unido, el tribunal está facultado para determinar que
una persona puede ser culpable de un delito, pero que no es beneficioso para el interés público
que sea castigada por sus actos. En este caso, es posible que la absolución de la persona quede
registrada en sus antecedentes penales.

Amonestación: Advertencia dada tras la admisión de culpabilidad como alternativa al enjui-


ciamiento. Las amonestaciones pueden ser simples o condicionales. La “amonestación simple”
se utiliza para tramitar de forma rápida y sencilla los casos de quienes cometen delitos menos
graves y no es una condena penal, pero normalmente quedará registrada en la base de datos de
la policía. En el caso de las “amonestaciones condicionales”, la persona debe cumplir ciertas
condiciones para recibir la amonestación y evitar el enjuiciamiento por el delito cometido. Al
igual que una amonestación simple, no es una condena.

Condena condicional: La suspensión por un tiempo, con arreglo a una condición o varias
condiciones fijadas por el tribunal, de la ejecución de una pena de prisión ya dictada. Existen
dos tipos de condena condicional. El juez puede liberar de manera incondicional al acusado de
todas las obligaciones y restricciones que se le hayan impuesto. Este tipo de condena pone fin a la
implicación del sistema judicial en el asunto y el acusado no tiene que cumplir ninguna pena. Sin
embargo, la condena penal del acusado seguirá figurando en el registro público. El juez también
puede dictar una condena de ejecución condicional. Este tipo de sentencia suspende la ejecu-
ción de la pena mientras el acusado muestre buena conducta. Por ejemplo, si una persona fue
condenada por primera vez por hurto en una tienda, el juez puede imponerle 30 días de encar-
celamiento como pena y luego suspender la reclusión a condición de que el acusado no cometa
ningún delito durante el año siguiente. Una vez transcurrido el año sin incidentes, la sanción
queda anulada. Sin embargo, si el acusado comete otro delito, el juez está facultado para revocar
la suspensión y el acusado tiene que cumplir los 30 días de encarcelamiento.

79
80 MANUAL SOBRE MEDIDAS NO PRIVATIVAS DE LA LIBERTAD QUE RESPONDEN A LAS CUESTIONES DE GÉNERO

Condena diferida: Se decide no dictar sentencia a condición de que la persona en contacto


con la ley realice alguna acción, como someterse a un tratamiento por alcoholismo o drogode-
pendencia o recibir asesoramiento psicológico. De acuerdo con el resultado, puede ser que no
se imponga una pena oficial a la persona en contacto con la ley y entonces, según la jurisdicción,
el infractor no tendrá antecedentes penales permanentes.

Derivación: Procedimiento administrativo que permite a determinadas personas en contacto


con la ley eludir el sistema de justicia penal oficial con el fin de evitar las etapas de enjuicia-
miento y de condena, lo que supone, por ejemplo, participar en procesos de mediación o pro-
gramas de tratamiento, o indemnizar a la víctima.

Establecimiento de transición: Espacio para vivir, normalmente gestionado por el servicio


de libertad condicional o de prisiones, diseñado para salvar la brecha entre la vida en prisión y
la vida en sociedad.

Exoneración: La persona en contacto con la ley es declarada culpable del delito y la condena
queda registrada en sus antecedentes penales, pero o bien se decide el cierre de las actuaciones
(absolución total), o bien se mantiene el cierre de las actuaciones mientras la persona en con-
tacto con la ley no vuelva a delinquir en un plazo determinado (libertad condicional).

Indemnización: Sanción o medida que consiste en exigir a una persona que indemnice a la
víctima.

Justicia restaurativa: Un proceso en el que la víctima y la persona en conflicto con la ley, y


cuando proceda, cualesquiera otras personas o miembros de la comunidad afectados por un
delito, participan conjuntamente y de forma activa en la resolución de las cuestiones derivadas
de ese delito, por lo general con ayuda de un facilitador. Un proceso de justicia restaurativa
puede formar parte de un proceso de justicia penal convencional, por ejemplo, como una forma
de derivación, o ser una alternativa al mismo. Un proceso de justicia restaurativa puede tener
lugar en cualquier fase del proceso de justicia penal.

Libertad condicional: La puesta en libertad de una persona en contacto con la ley sin que
medie una condena a condición de que no reincida en un plazo determinado. Si la persona en
contacto con la ley comete un delito en ese plazo, también puede ser condenada por el delito
por el que se concedió la libertad condicional.

Libertad condicional o libertad condicional anticipada: La puesta en libertad anticipada


que se concede a los reos con arreglo a determinadas condiciones individualizadas impuestas a
la salida de prisión. Puede ser obligatoria cuando se produce automáticamente después de un
período de tiempo mínimo o cuando se ha cumplido una proporción fija de la pena, o puede
ser discrecional cuando hay que tomar la decisión de poner en libertad condicional a un preso,
una vez que se ha cumplido un determinado plazo de la pena. La libertad condicional siempre
va acompañada de la condición general de que el recluso se abstenga de participar en activida-
des delictivas. Sin embargo, esta no es siempre la única condición impuesta. Es posible impo-
ner al preso otras condiciones, en la medida en que sean apropiadas para su reinserción social
satisfactoria.

Mediación entre la víctima y el delincuente: Proceso directo o indirecto de justicia restau-


rativa en el que la víctima y la persona en conflicto con la ley entablan una discusión sobre el
4. TERMINOLOGÍA 81

delito y su impacto en que actúa como facilitador un tercero imparcial especialmente capaci-
tado para este fin, ya sea en una reunión frente a frente o a través de otros medios indirectos.
La prestación de este servicio puede estar a cargo de los servicios de libertad condicional o de
organizaciones de la sociedad civil o de apoyo a las víctimas.

Medidas no privativas de la libertad: Las Reglas de Tokio tratan de las medidas no privati-
vas de la libertad en un sentido amplio, incluyendo medidas y sanciones desde la fase anterior al
juicio hasta la imposición de la pena y la fase posterior a esta. El término se utiliza de la misma
manera en el presente manual. Es preferible utilizar “medidas no privativas de la libertad” en
lugar de “medidas sustitutivas de la privación de libertad” porque esta expresión implica que
son una opción menor o secundaria. En un sentido más estricto, el término se refiere a los
requisitos impuestos a un acusado para evitar la prisión preventiva. Pueden incluir: comprome-
terse a comparecer ante el tribunal cuando se le requiera; no interferir con los testigos; acudir
periódicamente a la policía u otras autoridades; someterse a vigilancia electrónica o a toques de
queda o a la entrega de pasaportes.

Multa: Una condena impuesta por el tribunal que implica que la persona en contacto con la ley
pague dinero al tribunal como castigo por su ilícito.

Orden de servicios comunitarios: Es una pena que se cumple en la comunidad, durante la


cual la persona en contacto con la ley realiza trabajos no remunerados en beneficio de la comu-
nidad, bajo supervisión.

Remisión: La remisión de la pena es una forma de liberación incondicional. Suele concederse


automáticamente tras el cumplimiento de una proporción fija de la condena, pero también
puede ser un período fijo que se deduce de la condena. A veces, la remisión queda sujeta a la
buena conducta en prisión y puede limitarse o retirarse si el preso no se comporta adecuada-
mente o comete una infracción disciplinaria.

Sanciones no privativas de la libertad: Penas impuestas por el tribunal que la persona en


contacto con la ley cumple en la comunidad y no en un establecimiento penal. Estas sanciones
entrañan una cierta restricción de la libertad mediante la imposición de condiciones y obliga-
ciones, como la asistencia a programas de asesoramiento o el tratamiento de drogodependencia
y las pruebas conexas. Es preferible utilizar “sanciones no privativas de la libertad” en lugar de
“medidas sustitutivas de la privación de libertad”, porque esta expresión implica que son una
opción menor o secundaria.

Vigilancia electrónica: Método de supervisión o seguimiento de las personas que han sido
puestas en libertad en espera de juicio, o como medio de hacer cumplir una variedad de penas
que se aplican en la comunidad, así como en los casos de libertad anticipada. El acusado o la
persona en contacto con la ley llevan una etiqueta o un brazalete electrónicos en el tobillo o la
muñeca que notifica a los servicios de vigilancia si la persona se ausenta durante las horas del
toque de queda.
5.  Otros recursos

Amnistía Internacional, Manual de juicios justos, 2ª edición (2014).

Penal Reform International, Resources for implementing a gender-sensitive approach to non-custodial


sentences (2017).

Penal Reform International, Women in detention: Putting the UN Bangkok Rules on women priso-
ners into practice (2017).

Penal Reform International y el Instituto de Justicia de Tailandia, Global Prison Trends 2018
(2018).

UNODC, Manual de principios básicos y prácticas prometedoras en la aplicación de medidas sustitu-


tivas del encarcelamiento (2007).

UNODC, Manual sobre Estrategias para Reducir el Hacinamiento en las Prisiones (2013). UNODC,
Manual sobre mujeres y encarcelamiento, 2a edición (2014).

UNODC, Global e-Learning, Course Catalogue, “Gender Issues: Alternatives to Imprisonment


for Women Offenders” (núm. 23.3), 2018.

UNODC, Information note for criminal justice practitioners on non-custodial measures for women
offenders (2015).

UNODC, Informe mundial sobre las drogas 2018, La mujer y las drogas — Consumo y oferta de dro-
gas y sus consecuencias.

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V.21-03819
V.20-01528

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