Está en la página 1de 2

Juan Camilo Ciro Daza

José Andrés Quintero Restrepo

16/ 03/ 2021

La carcajada del intelectual

Saborear el tuétano conlleva también saborear la cagada más exquisita, defecada con el más
solemne de los gustos. Saborear las entrañas puede llevar al más natural de los aprecios por
lo humano, por lo que hace regodearnos frente a la seriedad implacable de la tradición.

Gargantúa se vuelve un defecador que trasciende el retrete, es el que difama con una risa
monumental el condominio de lo puro y perfectamente ordenado; desde los utensilios más
irrisorios hasta los seres que los crean, deja caer sobre ellos su gran necesidad fisiológica a
punto de reventar. Y vaya que hay un ser en forma de corriente teológica al cual se dirige
Rabelais con una carcajada altiva.

Es la escolástica un recipiente decadente del pensamiento parsimonioso, aquel que abusa


del silogismo. “Pues, verás; no hay necesidad de limpiarse el culo sino cuando se tiene
sucio No se puede tener sucio si no se ha cagado. Lo primero y lo mejor es, pues, para
limpiarse el culo haber cagado bien” (Rabelais, 1534, p.42). Además, la escolástica
encuentra su fundamento en orgullosas normas que dan mérito exaltado, casi orgásmico, a
la memorización, a “llenar el cráneo” de conocimientos aprendidos de memoria. Entre más
convencional el pensamiento del doctor menos se alejará de la santísima y excelentísima
universidad de La Sorbona. Cualquiera puede ser un alumno de ella en tanto cumpla con
dos requisitos: memorizar infinidad de versos dichos y creados por otros y, en vez de
defecar en un retrete, hacerlo en la enseñanza de los excelentísimos alumnos.

Así pues, Rabelais encuentra a la tradición pedagógica de la escolástica risible. Se caga en


la exaltación de la memoria. He aquí al hombre que se convierte en la gran carcajada del
renacimiento.

A Rabelais le doy honor con este párrafo de mierda. Esto que escribo es el proceso que
hago conscientemente y con placer de embotellar en una hoja antes limpia ahora mi cagada
revestida de supuesto estudio pero que solo es manifestación de la maquinación diarreica
de mi palabrerío mental. Mierda se expresa, mierda se dice, mierda se aparenta, mierda se
toca, mierda se venera, mierda se escribe, mierda se ve, mierda se oye, mierda se come y,
después de todo, mierda se caga.

También podría gustarte