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Trabajo de Laboral Denis Avila
Trabajo de Laboral Denis Avila
Escuela de Derecho
Periodo Analizado:
Pertenece a:
Denis Ávila
8-924-5
Asignatura:
Aula:
IV CN
Profesor:
Vasco Torres
Introducción
Recursos de Casación: 5
Sobre huelga: 5
Otros asuntos: 10
Índice
Resoluciones Judiciales
RECURSO DE CASACIÓN LABORAL INTERPUESTO POR LA FIRMA FORENSE MORGAN & MORGAN EN
REPRESENTACIÓN DE HÍPICA DE PANAMÁ, S. A. CONTRA LA SENTENCIA DE 28 DE JUNIO DE 2007 DICTADA POR
EL TRIBUNAL SUPERIOR DE TRABAJO DEL PRIMER DISTRITO JUDICIAL, DENTRO DEL PROCESO DE
IMPUGNACIÓN A LA ORDEN DE REINTEGRO: HIPICA DE PANAMA, S.A.
-VS- SANTIAGO SALAZAR. PONENTE: VICTOR L. BENAVIDES P. PANAMÁ, VEINTISIETE (27) DE JUNIO DE DOS MIL
OCHO (2008)……………………………………………………………………………………………………………………………
HUELGA…………………………………………………………………………………………………………………………………………
Casación laboral
RECURSO DE CASACIÓN LABORAL INTERPUESTO POR EL LICENCIADO ROLANDO MURGAS TORRAZA
EN REPRESENTACIÓN DE ALEXANDER ARAÚZ CONTRA LA SENTENCIA DE 30 DE OCTUBRE DE 2007
EMITIDA POR EL TRIBUNAL SUPERIOR DE TRABAJO DEL SEGUNDO DISTRITO JUDICIAL DENTRO DEL
PROCESO LABORAL: CABLE & WIRELESS PANAMÁ, S. A. VS. ALEXANDER ARAÚZ. PONENTE: WINSTON
SPADAFORA F. -PANAMÁ, DIEZ (10) DE ENERO DE DOS MIL OCHO (2008)………………………………………
ADVERTENCIA DE ILEGALIDAD, INTERPUESTA POR EL LICENCIADO ORIEL CASTILLO EN REPRESENTACIÓN DEL
PATRONATO DEL HOSPITAL SAN MIGUEL ARCÁNGEL, CONTRA LA CLÁUSULA OCTAVA DEL ACUERDO DE
TERMINACIÓN DE HUELGA SUSCRITO EL 14 DE DICIEMBRE DE 2007, POR EL MINISTERIO DE SALUD, CAJA DE
SEGURO SOCIAL Y LOS GREMIOS MÉDICOS DE LA COMISIÓN MÉDICA NEGOCIADORA NACIONAL. PONENTE:
ADÁN ARNULFO ARJONA L. PANAMÁ, VEINTINUEVE (29) DE FEBRERO DE DOS MIL OCHO (2008)…………….
JOSÉ CONCEPCIÓN PINTO ESCOBAR RECURRE EN CASACIÓN EN EL PROCESO ORDINARIO QUE LE SIGUE A
CONSTRUCTORA LAXMI, S. A. Y DEW EXPORT, S.A. PONENTE: HARLEY J. MITCHEL D. PANAMÁ, ONCE (11) DE
JUNIO DE DOS MIL OCHO (2008)………………………………………………………………………………………………..
RECURSO DE CASACIÓN LABORAL INTERPUESTO POR LA FIRMA FORENSE MDL MUÑOZ & DE LEÓN ABOGADOS
EN REPRESENTACIÓN DE MIGUEL ÁNGEL BONILLA ORTIZ, CONTRA LA RESOLUCIÓN DE 27 DE SEPTIEMBRE DE
2007 DICTADA POR EL TRIBUNAL SUPERIOR DE TRABAJO DEL SEGUNDO DISTRITO JUDICIAL, DENTRO DEL
PROCESO DE IMPUGNACIÓN DE MANDAMIENTO DE REINTEGRO BOCAS FRUIT COMPANY, LTD. -VS- MIGUEL
ÁNGEL BONILLA ORTIZ…………………………………………………………………………………………………………………
SENTENCIA APELADA DENTRO DEL CASO SEGUIDO A EDGAR CRUZ GARIBALDI Y OTROS, SANCIONADOS POR
EL DELITO CONTRA LA VIDA E INTEGRIDAD PERSONAL. PONENTE: JERÓNIMO MEJIA E. PANAMÁ, VEINTISÉIS
(26) DE JUNIO DE DOS MIL OCHO (2008)
……………………………………………………………………………………………………………………………………….
CASOS
SOBRE
SINDIC
ATO
RECURSO DE CASACIÓN LABORAL INTERPUESTO POR LA FIRMA FORENSE MORGAN & MORGAN EN
REPRESENTACIÓN DE HÍPICA DE PANAMÁ, S. A. CONTRA LA SENTENCIA DE 28 DE JUNIO DE 2007
DICTADA POR EL TRIBUNAL SUPERIOR DE TRABAJO DEL PRIMER DISTRITO JUDICIAL, DENTRO DEL
PROCESO DE IMPUGNACIÓN A LA ORDEN DE REINTEGRO: HIPICA DE PANAMA, S.A.
-VS- SANTIAGO SALAZAR. PONENTE: VICTOR L. BENAVIDES P. PANAMÁ, VEINTISIETE (27) DE JUNIO DE
DOS MIL OCHO (2008).
Tribunal: Corte Suprema de Justicia, Panamá
Sala: Tercera de lo Contencioso Administrativo
Ponente: Victor L. Benavides P.
Fecha: 27 de Junio de 2008
Materia: Casación laboral
Casación laboral
Expediente: 413-07
VISTOS.
La Firma Forense MORGAN & MORGAN actuando en nombre y representación de HIPICA DE PANAMA,
S.A. ha recurrido en Casación Laboral contra la Sentencia de 28 de junio de 2007, dictada por el Tribunal Superior de Trabajo
del Primer Distrito Judicial, dentro del proceso laboral arriba descrito.
I. ANTECEDENTES DEL RECURSO.
El presente proceso bajo estudio, se inicia con demanda de reintegro que interpusiera el señor SANTIAGO
SALAZAR, por despido injustificado en violación al fuero sindical que lo amparaba. Manifiesta que la empresa demandada, lo
despidió sin que se cumplieran las exigencias legales para tal fin.
La Dirección General de Trabajo del Ministerio de Trabajo y Desarrollo Laboral, mediante el Auto No.217- DGT-05
de 20 de diciembre de 2005, ordena el reintegro del trabajador, decisión que fue impugnada por la empresa demandada,
argumentando que para la fecha del despido el trabajador no estaba amparado por fuero alguno.
El Juzgado Tercero de Trabajo de la Primera Sección, mediante Sentencia No.25 del 18 de abril de 2005, resuelve
mantener la decisión proferida por la Dirección General de Trabajo que ordenó el reintegro a sus labores habituales del
trabajador SANTIAGO SALAZAR, pues consideró que las pruebas aportadas por la empresa impugnante, no desvirtúan que
para la fecha del despido el trabajador no estuviese amparado por el fuero sindical.
Esta decisión fue apelada por la empresa. El Tribunal de la alzada, decide mantener la sentencia de primer grado,
pues es del criterio que el acto de probar corresponde a la parte para demostrarle al juez la verdad de un hecho, utilizando
los medios establecidos por Ley; además señala que en el presente caso del fuero, la valoración del material probatorio es de
acuerdo al sistema de la tarifa legal, por cuanto la única prueba que demostrará que la persona está amparada por el fuero
sindical, es la certificación que expide el Departamento de Organizaciones Sociales del Ministerio de Trabajo y Desarrollo
Laboral.
II. CARGOS DEL CASACIONISTA.
El recurrente manifiesta que la resolución impugnada, infringe de manera directa, por omisión, el artículo 981 del
Código de Trabajo.
A juicio del casacionista la norma citada fue violada; ya que, el juzgador Ad-quem no consideró en conjunto cada
elemento de convicción que obran en autos, en cuanto a la existencia del fuero sindical al momento del despido del
trabajador.
Señala el impugnante, que el Tribunal Superior no tomó en cuenta que la certificación expedida por el
Departamento de Organizaciones Sociales, la expide un funcionario cuyo jefe inmediato es el Director General de Trabajo, y
el cual califica de parte demandada. Por lo que, hacer depender completamente dicha prueba, la decisión de si la orden de
reintegro es justa y legal, constituye un desacierto; ya que, equivale supeditar el resultado de una demanda a una prueba que
confecciona o hace el propio demandado.
Y agrega, que la interpretación sostenida por el Tribunal Superior se aparta de la lógica formal, y de la ley que en
estos procesos faculta al juez para decidir la existencia, no sólo de la relación laboral o del despido, sino también la
existencia del fuero como señala el artículo 981 del Código de Trabajo. Por lo que el Juez debió revisar toda la actuación,
pruebas, indicios y cualquier elemento que le permita decidir si el fuero que se certifica es real, se ajusta a derecho y cumplió
con los requisitos formales.
Difiere del criterio del Tribunal de segunda instancia, en el sentido de que éste no debió ceñirse y creer en una sola
certificación emitida por un funcionario completamente subordinado al Director General de Trabajo que emitió la orden
impugnada.
Por lo anterior solicita a esta Sala de Casación Laboral case la sentencia de 28 de junio de 2007, proferida por el
Tribunal Superior de Trabajo del Primer Distrito Judicial.
III OPOSICIÓN AL RECURSO.
El apoderado legal del trabajador se opone a los argumentos esbozados por la representación judicial de la
empresa, toda vez que a su criterio el artículo 981 del Código de Trabajo no ha sido infringido directamente por omisión; ya
que, ha quedado demostrado que la orden de reintegro cumplía con todos los requisitos que exigía el mismo a saber: la
existencia del despido, la relación de trabajo y el fuero; este último debidamente acreditado con la certificación
No.2065.DOS.2005, del 14 de diciembre del 2005, expedida por el Departamento de Organizaciones Sociales.
Cuestiona la manera como el recurrente pretende que no sea valorada la certificación proferida por un funcionario
público en ejercicio de sus funciones; ya que, las mismas son un acto público amparadas por el principio de legalidad y cuya
objeción sólo puede tramitarse ante la Sala Tercera de la Corte Suprema de Justicia.
Finalmente solicita se mantenga la sentencia recurrida, que a su vez, mantiene la inamovilidad del trabajador.
IV. DECISIÓN DE LA SALA.
Una vez establecida los motivos por los cuales se recurre ante esta Máxima Corporación de Justicia Laboral, como
también de aquellas que llevan al trabajador a oponerse, la Sala procede decidir la litis planteada.
El recurrente alega como infringido el artículo 981 del Código de Trabajo, que a la letra dice:
“El empleador puede impugnar el mandamiento de reintegro dentro de los tres días siguientes a la notificación, en
cuyo caso se seguirán los trámites del proceso abreviado de trabajo. En este sólo se resolverá respecto a la
existencia de la relación de trabajo, del despido o del fuero.”
El artículo en comento establece el término con que cuenta la parte empleadora para impugnar las resoluciones
proferidas en los procesos de reintegro e indica el procedimiento de conformidad con los trámites del proceso abreviado que
se deben seguir en los mismos, además de los elementos esenciales que se entrarán a debatir y, por ende, resolver en los
mismos.
Los argumentos del casacionista para alegar como transgredido el artículo 981 del Código de Trabajo, se centran
en la inexistencia del beneficio del fuero sindical para el señor Santiago Salazar. Sustenta, que la violación se constituye
cuando el tribunal de segunda instancia desconoce en conjunto cada elemento de convicción que obran en autos en cuanto a
la existencia del fuero sindical al momento del despido.
A este hecho agrega que el Tribunal Superior, al no tomar en cuenta que la Dirección General de Trabajo, como
superior del Departamento de Organizaciones Sociales, hace depender completamente una prueba que confecciona el propio
demandado (Dirección General de Trabajo), al resultado de la presente demanda. Y como consecuencia, al aplicar la
valoración de la prueba de conformidad con la tarifa legal, el Tribunal concluye que la certificación que expide el
Departamento de Organizaciones Sociales del Ministerio de Trabajo y Desarrollo Laboral, constituye la única prueba que
demostrará que el trabajador estaba amparado por el fuero sindical para la fecha del despido.
El representante legal del trabajador se opone a los argumentos presentados por los apoderados de la empresa,
sosteniendo que los mismos pretenden desvirtuar el objeto del recurso de casación laboral, toda vez que se estaría
observando el mismo como una tercera instancia.
El Tribunal Superior de Trabajo del Primer Distrito Judicial, al plasmar su decisión en la sentencia recurrida, decidió
confirmar en todas sus partes la sentencia de primera instancia, tras considerar que la representación judicial de la empresa
no demostró con los medios probatorios establecidos por Ley, que el trabajador Santiago Salazar, que para la fecha del
despido, el trabajador no estaba amparado por el fuero sindical. Además concluyó el Tribunal, al igual que el juzgador
primario, que con la certificación expedida por el Departamento de Organizaciones Sociales del Ministerio de Trabajo y
Desarrollo Laboral, visible a foja 27 del expediente, consta que en Asamblea Constitutiva realizada el día 14 de octubre de
2005, se escogió la Junta Directiva del Sindicato de Trabajadores del Hipódromo Presidente Remón (SITRAHIPRE), en la
cual el señor SANTIAGO SALAZAR con cédula de identidad personal No.8- 387-951, ocupa el cargo de Subsecretario de
Cultura y Deportes y Asuntos Juveniles, lo que implica que al momento de ser despedido estaba aforado.
Luego de examinar la decisión adoptada, en contraste con los cargos de violación alegados, la Sala hace las
siguientes consideraciones:
El presente caso como hemos visto se debate sobre la existencia o no del fuero sindical en que pudiera estar
amparado el trabajador Santiago Salazar al 31 de octubre del 2005, fecha en que fue despedido por la empresa.
Con respecto al fuero sindical, esta Sala en sentencia de 14 de junio del 2007, al resolver recurso de casación
señaló lo siguiente:
“El fuero sindical es una protección al libre ejercicio de la libertad de asociación y protección a la agremiación en sí
misma, contra el propósito patronal de destruirla. Se pretende dar seguridad a los trabajadores, para que con arreglo
a las formalidades establecidas, ejerzan acciones tendientes a lograr mejores condiciones de trabajo, quedando
protegidos de represalias. En este sentido, la ley estatuye el fuero sindical indicando las personas que están
protegidas por él, teniendo el empleador que cumplir con los requerimientos establecidos en el artículo 383 del
Código de Trabajo para proceder al despido”.
Dicho lo anterior, dentro del expediente laboral, a foja 27, consta certificación emitida por el Jefe del Departamento
de Organizaciones Sociales del Ministerio de Trabajo y Desarrollo Laboral, de fecha 14 de diciembre de 2005, en la que hace
constar que según los datos que reposan en sus archivos en Asamblea General del sindicato, realizada el 14 de octubre de
2005, se escogió una nueva Junta Directiva del Sindicato de Trabajadores del Hipódromo Presidente Remón, en la cual el
señor Santiago Salazar ocupa el cargo de Subsecretario de Cultura y Deportes.
Así mismo, el Director General de Trabajo en su Auto No.217-DGT-05 de 20 de diciembre de 2005, al ordenar el
reintegro del señor Santiago Salazar, reconoce la existencia del fuero que ampara al trabajador y, por ende, ordena el
reintegro de inmediato del trabajador al cargo que desempeña en la empresa Hípica de Panamá, S.A. e Hipódromo
Presidente Remón, así como el pago de los salarios caídos, desde la fecha en que fue despedido.
De lo anterior, se desprende que el trabajador Santiago Salazar, al momento del despido (31 de diciembre de
2005), estaba amparado por fuero sindical, en virtud de lo establecido en el artículo 381, numeral 3, que indica que gozarán
de fuero sindical: “los suplentes de los directivos, , aun cuando no actúen”.
Por otro lado, obra a foja 8 del expediente la certificación No.1842. DOS.2005 del 26 de octubre de 2005,
presentada por la demandante al momento de solicitar la impugnación del reintegro, en la cual se muestra una conformación
de la Junta Directiva Provisional, distinta a la que integra el trabajador Santiago Salazar, sin embargo, no desvirtúa el hecho
de que el 14 de octubre de 2005 se realizó la elección de la nueva Junta Directiva, toda vez que el artículo 376 del Código de
Trabajo, concede un plazo de 15 días para comunicar al Ministerio de Trabajo los cambios ocurridos en la Junta Directiva.
Por consiguiente, tampoco desvirtúa el hecho de que el trabajador estaba aforado.
En cuanto a la pretensión del apoderado legal de la empresa de desmeritar la validez de la certificación expedida
por el Departamento de Organizaciones Sociales del Ministerio de Trabajo, alegando que el Tribunal debió revisar toda la
actuación, pruebas, indicios y cualquier elemento que le permita decidir si el fuero que se certifica es real, se ajusta a
derecho y cumple con los requisitos formales, de conformidad con la facultad que le da el artículo 981 para decidir en cuanto
a su existencia, coincide esta Superioridad con el Tribunal Superior de Trabajo al señalar que las maniobras que alega la
empresa, suscitadas en el Departamento de Organizaciones Sociales del Ministerio de Trabajo y Desarrollo Laboral, para
pretender amparar con el fuero sindical a cuatro trabajadores que fueron destituidos en el Hipódromo Presidente Remón,
debieron formalizarlos administrativamente ante el funcionario superior jerárquico de la entidad que tiene a su cargo el trámite
de las organizaciones sociales en nuestro país. Es decir, no le corresponde a las autoridades jurisdiccionales de trabajo
desvirtuar dicho acto administrativo.
Al respecto, la Sala ha sostenido que,
“...dicha certificación está expedida por un funcionario administrativo en ejercicio de una función administrativa, y por
tanto los actos por el expedidos, se consideran actos administrativos y gozan de presunción de legalidad y sólo
pueden ser anulados o invalidados por la vía administrativa y en última instancia, ante la jurisdicción contencioso
administrativa. Distinto es el acto de mandamiento de reintegro ordenado por el Director General de Trabajo, quien,
aunque se trata de un funcionario administrativo, dicta el acto en ejercicio de una función jurisdiccional, regulada por
las normas de trabajo, por lo que dicho acto no se considera de carácter administrativo.” (22 de junio de 2007)
No comparte la Sala el criterio del recurrente al señalar, que siendo la Dirección General de Trabajo jefe inmediato
del Departamento de Organizaciones Sociales, no pudiere dársele el valor a la certificación expedida por este último. Pues
existen en la vía administrativa los medios impugnativos de actos para anular los efectos de los mismos. Nada le impedía al
casacionista solicitarle al Departamento de Organizaciones Sociales, expidiera una certificación donde constara la fecha
exacta donde fue electo el trabajador Santiago Salazar como Subsecretario de Deportes, Cultura y Asuntos Juveniles de la
referida organización sindical, y aportarla al proceso oportunamente, con la finalidad de desvirtuar el fuero que ampara al
trabajador.
Corresponde a la parte que alega o afirma la existencia de hechos como fundamento de su acción, la carga de la
prueba, de conformidad con el artículo 735 del Código de Trabajo; por consiguiente, no puede el juez probar los hechos
cuando es sobre el demandante, sobre quien recae la carga probatoria.
Por último, advierte este Tribunal de Casación Laboral que este recurso extraordinario no constituye una instancia
adicional para valorar las pruebas aportadas al proceso, por lo que se desestiman los cargos del artículo 981 del
Código de Trabajo, que se le hacen a la sentencia recurrida.
En consecuencia, la Sala Tercera de Casación Laboral de la Corte Suprema de Justicia, administrando justicia en
nombre de la República y por autoridad de la Ley, NO CASA la Sentencia de 28 de junio de dos mil siete (2007), proferida
por el Tribunal Superior de Trabajo del Primer Distrito Judicial dentro del proceso laboral de impugnación de reintegro
instaurado por la empresa HÍPICA DE PANAMÁ contra el trabajador SANTIAGO SALAZAR.
Las costas se adicionan en B/.350.00.
Notifíquese,
VICTOR L. BENAVIDES P.
WINSTON SPADAFORA FRANCO -- ADÁN ARNULFO ARJONA L.
JANINA SMALL (Secretaria)
Sindicato
Sumarias
Expediente: 502-D
Ingresa a la Sala Segunda de lo Penal, proceso seguido contra el señor ADSINAR CAJAR SIERRA, sindicado por
delito contra el patrimonio (Retención Indebida), perpetrado en perjuicio de la CAJA DEL SEGURO SOCIAL y del SINDICATO
NACIONAL DE TRABAJADORES METALÚRGICOS Y AFINES DE PANAMÁ (SITRAMETAL).
Es preciso indicar que la presente encuesta penal fue remitida a esta Superioridad por el Juzgado Quinto de Circuito de
lo Penal del Primer Circuito Judicial de Panamá, en virtud de lo estipulado en el artículo 94 del Código Judicial, que le concede
competencia a esta Sala para conocer, en primera instancia, de los procesos penales que se les sigue a funcionarios públicos
con mando y jurisdicción en toda la República o en dos o mas provincias que no formen parte de un mismo distrito judicial. Así,
debe resaltarse que para aquella fecha, el prenombrado ostentaba el cargo de Director de Operaciones de Agua Potable y
Alcantarillado Sanitario del Instituto de Acueductos y Alcantarillados Nacionales (IDAAN), posición que le confería mando y
jurisdicción a nivel nacional (fs. 548-551).
Conforme a comunicación suscrita por la Licda. ARACELYS MARQUEZ, Directora de Recursos Humanos del Instituto
de Acueductos y Alcantarillados Nacionales, fechada 8 de marzo de 2008, el señor ADSINAR CAJAR ya no labora en esa
institución (fs. 616), razón por la cual esta Sala Segunda de lo Penal ha perdido competencia para conocer de este proceso, por
lo que procede a inhibirse de su conocimiento y a declinarlo a la esfera correspondiente.
En consecuencia, la Sala Segunda de lo Penal, administrando justicia en nombre de la República y por autoridad de la
Ley, se INHIBE del conocimiento de la presente causa y lo DECLINA a la esfera penal correspondiente.
Notifíquese y devuélvase.
Es oportuno recordar que a tenor de lo establecido en el artículo 114 de la Ley 19 de 11 de junio de 1997, sólo procede
el recurso de apelación en contra de las decisiones de la Junta de Relaciones Laborales del Canal de Panamá (en lo sucesivo la
JRL o simplemente la Junta), si su basamento es la violación de una norma específica de la ley formal. Por lo que ésta vía de
alzada especial sólo puede ser utilizada, si se expresan claramente los preceptos legales que se aducen violados.
Por lo indicado, el recurso de apelación, visto como un instrumento de control de legalidad de los fallos de la Junta de
Relaciones Laborales, sólo será procedente si se explican con claridad los supuestos de violación de la ley.
II.- LA PRESENTE CAUSA JUDICIAL DICE RELACIÓN CON UNA MISMA CAUSA DE PEDIR.
Una de las objeciones a la admisión del recurso IN EXAMINE, dice relación con el hecho de que se han demandado
dos actos distintos: las resoluciones numeradas EXC-1/2004 del 5 de febrero del 2004 y EXC-002/2004 del 22 de marzo del
2004, ambas emitidas por la Junta de Relaciones Laborales.
No obstante lo anterior, se debe tener presente que la admisión de este tipo especial de “recurso de apelación”, se
surte ante la Junta de Relaciones Laborales, por lo que es ésta entidad la que determina su admisión y eventual envió o traslado
de los documentos relacionados al caso, a la Sala Tercera de la Corte Suprema de Justicia. Esto lo establece la normativa
especial, concretamente el Acuerdo No. 20 de 15 de enero de 2004, “Por el cual se aprueba el Reglamento de Apelaciones de
las Decisiones de la Junta de Relaciones Laborales”. Concretamente nos referimos a los artículos 5, 7 y 8 del indicado Acuerdo
20 de 2004. Veamos:
“Artículo 5. La Junta de Relaciones Laborales decidirá si el recurso interpuesto es o no viable, para lo cual
deberá determinar si el apelante está legitimado para recurrir, si la resolución o acto impugnado es susceptible
del recurso de apelación; y si éste fue interpuesto en término oportuno.
Si el recurso es concedido, la Junta de Relaciones Laborales deberá señalar el efecto en el que lo concede.
En caso que el recurso no sea admitido, la Junta deberá exponer en la respectiva resolución la causa o causas
por las que no concedió el recurso”.
“Artículo 7. Concedido el recurso de apelación, el apelante contará con un término de cinco (5) días hábiles
para sustentar por escrito, por intermedio de abogado, el recurso. Cumplido este término, la Junta contará con
tres (3) días hábiles para darle traslado a la contraparte, quien también contará con un término de cinco (5) días
hábiles después de notificada, para que formule las objeciones al recurso”.
“Artículo 8. Cumplidos los trámites que señala el Artículo 7 de este reglamento, la Junta remitirá el expediente
completo del proceso a la Sala de Contencioso-administrativo de la Corte Suprema de Justicia, dentro del
término de tres (3) días hábiles contados a partir del vencimiento del término para oponerse al recurso. La Junta
le notificará a las partes involucradas que se han enviado los documentos del caso a la Sala Tercera de la Corte
Suprema de Justicia”.
En otro orden de ideas, del estudio del recurso se deduce que la razón o causa de pedir del recurrente, es aplicable
tanto para demanda de ilegalidad de la Resolución EXC-1/2004 del 5 de febrero del 2004, como para la identificada EXC-
002/2004 del 22 de marzo del 2004, emitidas por la Junta de Relaciones Laborales del Canal de Panamá.
Por las razones indicadas se pasa a decidir el recurso presentado por Severiano Rodríguez Arguelles, en
representación del Sindicato del Canal de Panamá y del Caribe.
III.- DECISIÓN DE LA SALA
En el presente caso la parte actora aduce que se han violado de manera general el artículo 316 de la Carta Política, y
el artículo 81 de la Ley 19 de 11 de junio de 1997.
En primer lugar, es de rigor reiterar que el examen que se surte ante esta Sala de la Corte Suprema de Justicia, dice
relación con un control de legalidad, por lo que resuelta improcedente aducir normas de carácter constitucional, como
presuntamente violadas. En consecuencia la Sala Tercera no se pronunciará respecto de este tipo de ataques de
inconstitucionalidad, por carecer de competencia para ello.
A seguidas pasamos a estudiar los cargos de ilegalidad y el concepto de la violación.
1. En el caso sub judice, se observa que en los siguientes cargos de ilegalidad identificados, específicamente en el
denominado “concepto de la violación”, nada se afirma respecto de la forma en que concretamente se pudo vulnerar lo
dispuesto en el artículo 81 de la Ley 19 de 1997. O sea que, que no se externa la opinión del recurrente, respecto de la
supuesta vulneración del orden legal de parte de los actos acusados. Veamos:
En el primer concepto sólo se afirma que los actos acusados “incumplen con el debido proceso”.
En este aparte el impugnante se limitó a afirma que: “…las resoluciones impugnadas incumplen con el debido proceso,
en el desarrollo de la audiencias al desconocer los derechos y beneficios de los trabajadores que ocupan las posiciones a excluir
motivo de la solicitud”. Es decir que durante la audiencia no se tomaron en cuenta los derecho y beneficios de los trabajadores,
sin aclararse cuáles de esos derechos concretos dicen relación con la garantía del debido proceso, especificando igualmente en
qué parte del artículo 81 de la Ley 19 de 1997, se instituye tal garantía.
2. En el segundo concepto de violación de la ley, se aduce que:
“En 1999, el administrador del Canal de Panamá, Señor Alberto Alemán Zubieta le hizo ofrecimiento de
empleo a todos los empleados, garantizándole su contratación en la Autoridad del Canal de Panamá, con
beneficios y condiciones iguales a las que tenían al 31 de diciembre de 1999, en razón de que la
Constitución y la Ley Orgánica así lo disponen para los trabajadores permanentes”.
De las anteriores declaraciones se colige que, el actual Administrador de la Autoridad del Canal de Panamá (ACP),
ofreció reconocer determinados derechos que, sin embargo, hoy en día los actos acusados (que han sido emitidos por la Junta
de Relaciones Laborales del Canal de Panamá), no reconocen.
En este cargo la parte impugnante aduce que los actos acusados no cumplen con el ofrecimiento que en 1999, hiciera
a su favor, el señor Administrador del Canal de Panamá.
Según se puede deducir, para el impugnante, los actos acusados han violado una promesa previa dada a su favor, por
el Actual Administrador en 1999. Así las cosas, para la Sala de lo Contenciosos Administrativo se ve imposibilitada para
contrastar los actos acusados con respecto a una norma legal, ya que el control que propone el impugnante no se sustenta en
una velación a la ley, sino a una “promesa u ofrecimiento” que de por sí, no es fuente de legalidad administrativa. En otros
términos, este cargo es desestimado por la Sala Tercera ya que, no se basa en violaciones específicas de la ley formal, como
tampoco se expresan los preceptos legales que se aducen violados.
3. El tercer supuesto de violación de la legalidad, se refiere a la directa agresión al artículo 20 del Acuerdo N° 10 de 15
febrero de 2001 por el cual se aprueba el Reglamento de Certificación de Unidades Negociadoras y sus representante
exclusivos. Veamos:
“… la Junta de Relaciones Laborales reconociendo que el argumento que utiliza la Administración para
solicitar las exclusiones de estos puestos no estaba justificado, procedió a admitir y darle curso a dicha
solicitud en abierta violación del procedimiento, mas específicamente el artículo 20 del acuerdo N° 10 de
15 febrero de 2001 por el cual se aprueba el Reglamento de Certificación de Unidades Negociadoras y sus
representante exclusivos que dice:
ARTÍCULO 20. Para los efectos de la inclusión o exclusión de empleados dentro de las unidades
negociadoras, el solicitante deberá presentar su solicitud ante la Secretaría de la Junta, cumpliendo con
todos los requisitos pertinentes de la ley orgánica, el reglamento de Relaciones Laborales, convenciones
colectivas y este reglamento. Igualmente deberá justificar debidamente la solicitud´.
…”
En el presente supuesto de la violación del artículo 20 del Acuerdo N° 10 de 15 febrero de 2001, es evidente que no
basta con indicar que lo actuado por la Secretaría de la JRL, al admitir y darle curso a la solicitud de la ACP, para solicitar las
exclusiones de los puestos de categorías no manuales grado 13 en adelante, “no estaba justificado”.
Por otra parte arguye la recurrente que tanto la Junta como la ACP, han acogido el supuesto de exclusión basándose
en el caso aislado de la Licenciada Lidia Vásquez, lo cual a su entender “no es propia, cuando señala que el concepto que se
aplicó para la licenciada Lidia Vásquez es el patrón a seguir”, además de que, “la Junta no vincula a la Lic. Vásquez ni los hechos
que circundaban la acción administrativa” sino que “la Junta se concretizó a emitir la opinión legal por el puesto que ocupaba más
no evaluó el fondo de caso de la Licda. Vásquez”.
En este orden de ideas, a la argumentación de cargos le ha faltado contendido, es decir adolece de la explicación de
porqué, a juicio del dimanante, en la solicitud de exclusión de empleados dentro de las unidades negociadoras, no se cumplieron
todos los requisitos pertinentes de la Ley Orgánica, del reglamento de Relaciones Laborales, Convenciones Colectivas y el
Acuerdo No. 10 de 2001.
Es de notar que si bien la Junta de Relaciones Laborales, en ambas resoluciones acusadas alude al dictamen u opinión
emitida por dicha Junta en relación con la licenciada Lidia Vásquez; el fundamento de su decisión fue el incumplimiento del
artículo 2 de la Ley Orgánica del Canal de Panamá. O sea que, el dictamen previo respecto del caso de la licenciada Vásquez,
fue mencionado a modo de referencia en los considerandos, a fin de reiterar la posición de la Junta, y no como elemento de
validación o justificación jurídica de su actuación.
4. El cuarto supuesto de ilegalidad se refiere al presunto incumplimiento del debido proceso en la fase de las prácticas de
las pruebas, concretamente durante la realización de audiencia.
En relación con este ataque, el sindicato recurrente afirma que: “durante la audiencia quedó de manifiesto la ausencia
de un procedimiento adecuado y objetivo para la exclusión de miembros de la unidad negociadora”.
Ahora bien, luego de hacer la indicada declaración la recurrente no explica las razones jurídicas ni el sustento de dicha
a acusación; por lo que no le es dable a la Sala Tercera acoger este cargo a fin hacer la declaratoria de ilegalidad solicitada.
5. El quinto cargo de ilegalidad se fundamenta en la violación del literal a, del numeral 3, del artículo 4 del Reglamento de
Relaciones Laborales. Ahora bien, dicha acusación está íntimamente ligada a los argumentos esgrimidos en los cargos
identificados por el recurrente como sexto, séptimo y octavo, para lo cual haremos un estudio conjunto de los mismos.
El recurrente en el cargo quinto indica que:
“…la Administración a través de las pruebas practicadas no pudo demostrar que las posiciones excluidas
en el ámbitos (sic) de sus funciones tienen deberes y responsabilidades en la ejecución de políticas y
decisiones de la Autoridad del Canal de Panamá de conformidad a lo que establece el artículo 4, acápite a,
numeral 3 del reglamento (sic) de Relaciones Laborales que dice:
Artículo 4: Trabajadores de confianza. Los trabajadores definidos como tales en la ley orgánica. En esta
definición queda incluidas las siguientes posiciones o posiciones equivalentes:
a. Las ocupadas por personal que en el ámbito de sus funciones tienen deberes y responsabilidades en
ejecución de las políticas y decisiones de la Autoridad, tales como los que ocupan posiciones de categoría no
manual grado 13 en adelante; supervisores manuales grado 13 en adelante; prácticos del Canal grado 05 en
adelante; equipo flotante grado 17 y cualquier jefe de ramo no incluido en la categoría anterior. Esta norma
aplicará igualmente a categoría o nomenclaturas equivalentes en caso de que éstas se varíen de tiempo en
tiempo.
Esta definición no aplica a las posiciones de equipo flotante grado 17 que tradicionalmente han estado
incluidas en unidades negociadoras´.
…”. (La negrita es del recurrente).
Ya en cuanto al concepto de la violación del sexto cargo se señala que.
“… la Administración no demostró que desde el 31 de diciembre en adelante se hayan dado hechos o
acciones que indiquen la creación de un conflicto de interés entre la posición que ocupan dentro de la
Autoridad y el trabajo que realizan tal como lo establece la Ley Orgánica en la definición de "Trabajadores
de Confianza". (La negrita es del recurrente).
Para terminar a este respecto en el séptimo cargo se indica:
“En síntesis, la Administración no pudo demostrar de forma inequívoca y concluyente que exista un
relación directa entre los trabajadores que ocupan esas posiciones a excluir NM-13 y el grado de
responsabilidad en las decisiones y ejecución de las políticas como no pudo demostrar que todos los NM-
13, estén en posiciones jerárquicas”. (La negrita es del recurrente).
En estos cargos nuevamente la parte actora deja de argumentar o dar razones objetivas, en relación con la
interpretación del derecho que aduce vulnerado, a fin de sustentar su acusación. Sin embargo, por ser consustancial al proceso,
la Sala Tercera encuentra que es necesario hacer la debida interpretación de la indicada norma.
Según el demandante, la descripción que hace la ley de los “trabajadores de confianza”, debe ser completada con
prueba inequívoca de que las personas que ostenten las categorías “no manual grado 13 en adelante” o “supervisores manuales
grado 13 en adelante”; tengan en “deberes y responsabilidades en la ejecución de políticas y decisiones”; que el ejercicio de sus
funciones propicien la creación de un potencial “conflicto de interés”; o simplemente que se demuestre “el grado de
responsabilidad en las decisiones y ejecución de las políticas”.
En relación a estas condiciones para los trabajadores de confianza, se cita el artículo 2 de la Ley 19 de 11 de junio de
1997, Orgánica de la Autoridad del Canal de Panamá, así.
“Trabajadores de confianza. Aquellos excluidos de cualquier unidad negociadora por razón del trabajo que
realizan o la posición que ocupan dentro de la Autoridad, de alguna forma, podría crear conflicto de
intereses entre la Administración, el trabajador y cualquier unidad negociadora. Los reglamentos
establecerán las posiciones que tendrán tal condición”.
En este orden de ideas el recurrente indica lo siguiente:
“Además, enfatizamos que la Convención Colectiva de la Unidad Negociadora de los Empleados No
Profesionales no excluye a los supervisores de la afiliación sindical, más bien limita su participación. A
continuación el Artículo 4 Derechos y Responsabilidades de los trabajadores Sección 4.05 Conflictos de
Interés que dispone:
Conforme al Acápite 7120 del Título 5 Código de los Estados Unidos, un trabajador no podrá participar en la
administración de una organización sindical o fungir como representante de dicha organización, si tal
participación o representación resultase en conflicto o diese la apariencia de conflicto de interés o, de otra
forma, fuese incompatible con la ley o con la funciones oficiales del trabajador ´ " .
En el octavo cargo se agregan algunas condiciones, que según el recurrente, debe tener los trabajadores de confianza.
Veamos:
“1. Actúen en capacidad confidencial en relación a personas que desarrollan políticas generales en el ámbito
de las relaciones laborales.
2. Realicen funciones en el ámbito en materia de recursos humanos, siempre que no sean laborales
estrictamente amanuenses.
3. Por razón de sus funciones o por el tipo de labor que realizan se encargan de administrar la aplicación y
gestión de las disposiciones de la sección segunda del capítulo V de la ley orgánica y del reglamento de
relaciones laborales. y
4. Que laboren en función de investigación o auditoría relacionada con el trabajo de personas empleadas por la
Autoridad en cargos que tienen injerencia directa en materia de seguridad interna de la Autoridad”.
La Sala Tercera no comparte lo argumentado por la parte impugnante ya que, respecto de los trabajadores de
confianza, la Ley 19 de 1997, claramente indica que las personas que tenga dicha condición, quedarán excluidos de cualquier
unidad negociadora. O sea que, la causal de exclusión tiene directa relación con el trabajo que realizan o la posición que
ocupan dentro de la Autoridad.
En otras palabras, la exclusión se produce por que el papel que podrían tener como representante de los trabajadores.
Esto es así, ya que el trabajador podría encontrase comprometido en una dualidad de condiciones, por un lado, ser empleado
de confianza de la Administración, y por otro, estar obligado a representar los intereses de sus compañeros trabajadores.
El valor último que se pretende proteger es la objetividad e imparcialidad del trabajador de confianza, a través de la
proscripción de potenciales conflictos de intereses entre la Administración, el trabajador y cualquier unidad negociadora.
Ahora bien el artículo 2 de la indica Ley Orgánica establece con toda claridad que “los reglamentos establecerán las
posiciones que tendrán tal condición”.
En este orden de ideas el artículo 4, literal a del numeral 3 del Reglamento de Relaciones Laborales, según se ha visto,
establece que quedan incluidos en la categoría de trabajadores de confianza las posiciones “… ocupadas por personal que en
el ámbito de sus funciones tienen deberes y responsabilidades en ejecución de las políticas y decisiones de la Autoridad, tales
como los que ocupan posiciones de categoría no manual grado 13 en adelante; supervisores manuales; grado 13 en adelante;
prácticos del Canal grado 05 en adelante; equipo flotante grado 17 y cualquier jefe de ramo no incluido en la categoría anterior”.
Así tenemos que el Acuerdo N. 18 (de 1 de julio de 1999) “Por el cual se aprueba el Reglamento de Relaciones
Laborales de la Autoridad del Canal de Panamá, es la norma que en el ámbito de las relaciones de trabajo del Canal de
Panamá, establece las posiciones que tienen la condición de trabajos de confianza, y en esta norma se incluye expresamente a
los trabajadores dentro del campo de las funciones de trabajadores “no manual grado 13 en adelante y supervisores manuales
grado 13 en adelante”.
Ante la indicada situación jurídica no le es dable a las partes dentro de la relación laboral del Canal de Panamá, incluir
o excluir unilateralmente, apelando a una interpretación extensiva, las categorías de trabajadores de confianza listadas
expresamente en el Acuerdo 18 de 1 de julio de 1999.
6. Los cargos de ilegalidad identificados como noveno y décimo.
Estos cargos no han sido sustentados en norma legal alguna, por lo que no le es posible a la Sala Tercera hacer la
confrontación o control de legalidad a efecto de determinar la potencial ilicitud de los actos acusados, por lo tanto, los indicados
cargos serán desestimados.
En virtud que no se ha comprobado ninguno de los cargos de ilegalidad contenidos en el presente recurso de
apelación, no le queda otra alternativa a esta Corporación Judicial que desestimar su contenido.
En consecuencia, la Sala Tercera de la Corte Suprema, administrando justicia en nombre de la República y por
autoridad de la Ley, NIEGA el recurso y CONFIRMA la Resolución N° EXC-1/2004 del 5 de febrero del 2004 y la Resolución N°
EXC-002/2004del 22 de Marzo de 2004, proferida por la Junta de Relaciones Laborales de la Autoridad del Canal de Panamá en
la que resuelve la solicitud de la administración excluyendo de la Unidad Negociadora de empleados PROFESIONALES y NO
PROFESIONALES las posiciones señaladas en la resolución, se NIEGAN las demás declaraciones solicitadas en el RECURSO
DE APELACIÓN interpuesto por el licenciado Severiano Rodríguez Arguelles, en representación del SINDICATO DEL CANAL
DE PANAMÁ Y DEL CARIBE.
Notifíquese.
VICTOR L. BENAVIDES P.
JACINTO CÁRDENAS M -- ADÁN ARNULFO ARJONA L.
JANINA SMALL (Secretaria)
Sindicato
PENAL - NEGOCIOS DE PRIMERA INSTANCIA
Consulta
SUMARIAS SEGUIDAS A VIRGILIO ENRIQUE VERGARA BEITIA, POR DELITOS CONTRA LA
LIBERTAD, EN PERJUICIO DE JAIME ALBERTO CABALLERO. PONENTE: ESMERALDA
AROSEMENA DE TROITIÑO. PANAMÁ, VEINTIOCHO (28) DE FEBRERO DE DOS MIL OCHO (2008).
Tribunal: Corte Suprema de Justicia, Panamá
Sala: Segunda de lo Penal
Ponente: Esmeralda Arosemena de Troitiño
Fecha: 28 de Febrero de 2008
Materia: Penal - Negocios de primera instancia Consulta
Expediente: 274E-07
VISTOS:
En grado de consulta, conoce la Sala de lo Penal de la Corte Suprema de la Resolución de 17 de abril de 2007,
proferida por el Tribunal Superior del Tercer Distrito Judicial, que sobresee provisional e impersonalmente dentro de las sumarias
seguidas al señor VIRGILIO ENRIQUE VERGARA BEITIA, Gobernador de la Provincia de Chiriquí, por la supuesta comisión de
delitos Contra La Libertad, en perjuicio de JAIME ALBERTO CABALLERO QUIRÓZ.
Corresponde a esta Superioridad asumir la condición de Tribunal de Consultas, con el objeto de examinar
jurídicamente, el sumario en torno a la situación procesal de VERGARA BEITÍA, por ostentar la calidad de funcionario público
(Cfr. Foja 8 y 9), ya que la verificación de ambos elementos (individualización del o los sujetos activos del delito y condición de
servidor público) es lo que permite evacuar el trámite especial de la consulta.
LA QUERELLA PRESENTADA
El 19 de enero de 2006, el licenciado RAFAEL RODRÍGUEZ, actuando en su condición de apoderado judicial del señor
JAIME ALBERTO CABALLERO QUIRÓZ, presentó querella penal contra los señores VIRGILIO ENRIQUE VERGARA BEITÍA,
Gobernador de la Provincia de Chiriquí, y el Licenciado BILL VICTORIA, Corregidor de la Corregiduría de Policía Diurna, del
Corregimiento de David, por la supuesta comisión de un delito Contra La Libertad.
El querellante expresa que el día 3 de noviembre de 2005, su representado fue detenido, junto a otras personas,
cuando participaban de una protesta pacífica en las inmediaciones de la ruta del desfile de David. Agrega que el señor
CABALLERO QUIRÓZ con otros detenidos, fue conducido por órdenes del Corregidor y del Gobernador de la Provincia de
Chiriquí y puesto a disposición del la Policía Nacional, manteniéndose la aprehensión de los ciudadanos, a objeto de impedir que
volvieran a marchar de manera pacífica el día 4 de noviembre ya que fueron puestos en libertad, horas después de iniciado el
desfile. Advierte que existe una persecución política en contra del señor CABALLERO QUIRÓZ, por ser Dirigente del Sindicato
Único Nacional de Trabajadores de la Industria de la Construcción y similares, Capítulo Chiriquí. Sostiene que las detenciones de
las cuales fue víctima su representado, fueron ordenadas por las autoridades indicadas, ya que el propio Director de la Policía
Nacional, Licenciado ROLANDO MIRONES, mediante declaraciones públicas, así lo precisó.
Se citan como distinciones legales infringidas, las normas que tipifican los delitos Contra las Libertades Políticas y
Contra la Libertad Individual (fjs. 1-6).
EL AUTO CONSULTADO
Mediante Auto Penal de 17 de Abril de 2007, el Tribunal Superior del Tercer Distrito Judicial, sobresee provisional e
impersonalmente dentro de las sumarias iniciadas por querella penal en contra de VIRGILIO VERGARA BEITIA, Gobernador de
la Provincia de Chiriquí, por la supuesta comisión de un delito Contra La Libertad, en perjuicio de JAIME ALBERTO
CABALLERO. A su vez dispone compulsar las copias pertinentes a la esfera circuital, a fin de que se decida lo que sea de lugar,
en relación al Licenciado BILL VICTORIA, ex corregidor diurno del Distrito de David.
Se expresa que del estudio de las sumarias no militan pruebas que acrediten la comisión de un hecho delictivo por
parte del querellado, puesto que con la diligencia de inspección ocular efectuada a los archivos de órdenes de detención de la
Policía Nacional de Chiriquí, se determinó que no existen órdenes de aprehensión contra los integrantes de SUNTRACS y
FRENADESO.
Destaca que se incorporó a folios 131-135, copia autenticada del Libro de Entrada y Salida de la Sala de Guardia de la
Policía Nacional, correspondiente al día 3 de noviembre de 2005, de la cual no se infiere la emisión de una orden privativa de
libertad, en los términos arriba anotados.
Concluye, que además, al no aportarse prueba sumaria con la denuncia respecto a la actuación del señor Gobernador,
lo procedente es sobreseer de manera provisional en las presentes sumarias (fjs 232-235).
Como se destacó, el negocio subjudice tiene inicio a través de querella penal que para la fecha de 19 de enero de
2006, formuló el licenciado RAFAEL RODRÍGUEZ, contra el señor VIRGILIO ENRIQUE VERGARA BEITIA, Gobernador de la
Provincia de Chiriquí, por la supuesta comisión de un delito Contra La Libertad, en perjuicio de su representado el señor JAIME
ALBERTO CABALLERO QUIRÓZ.
Correspondió a la Fiscalía Primera Superior del Tercer Distrito Judicial de Chiriquí, investigar los hechos querellados.
Entre las diligencias evacuadas en la instrucción, son relevantes las siguientes:
- Declaración jurada de CABALLERO QUIRÓZ quien se reiteró de los cargos presentados en el escrito de
querella, explicando además que el día de los hechos se efectuó un encuentro de dirigentes en contra de
una ley relacionada con la seguridad social, por lo que se decide participar de manera pacífica en
diferentes desfiles patrios del país, para lo cual notificaron a la Dirección Provincial de Educación, igual
tenía conocimiento el Gobernador de la Provincia de Chiriquí. Resalta que al reunirse en el Parque de las
Madres de la Ciudad de David, se presentaron camiones transportando policías antimotines, que
empezaron a arrestar de forma agresiva y brutal a un número plural de personas, incluyendo a
trabajadores, estudiantes, un pastor de la iglesia, a varias mujeres entre las cuales había una embarazada.
Señala que estuvieron detenidos por espacio de 24 horas de manera ilegal y sin ningún cargo de autoridad
competente y que ello probablemente obedecía a que el Gobernador de la Provincia era el abanderado de
los desfiles patrios. Advierte que al ser liberados a las 11:00 A.M. del día 4 de noviembre de 2005,
procedieron a repartir volantes llegando a las instalaciones de la Alcaldía donde fueron interceptados por
policías uniformados, toda vez que el Gobernador impedía que circularan libremente por el área del desfile,
precisando que el propio Director de la Policía Nacional, ROLANDO MIRONES, declaró en el Diario El
Siglo que el arresto había sido ordenado por la máxima autoridad de la provincia de Chiriquí, VIRGILIO
VERGARA (fs.74 a 80)
- RUBEN OVIDIO CONTRERAS FRAITTS señaló que al darse la aprehensión de sus compañeros del
SUNTRACS, se trasladó al cuartel para conocer la cantidad de detenidos y llevarles comida, lugar donde
un Sargento lo señaló como uno de los “alborotadores”, aprehendiéndole y llevándole al lugar donde se
encontraban los otros detenidos, constatando que habían mujeres embarazadas, niños, un pastor de la
iglesia y varios ciudadanos indígenas, que sumaban 42 personas ubicadas en un pequeño cuarto,
durmiendo de pies, en una banca y otros acostados en el suelo. Que a pesar que el señor JAIME
CABALLERO mantenía en sus manos la nota de autorización para participar en los desfiles, no les dejaron
en libertad, sino pasadas las 24 horas, indicando los policías que ellos mantenían órdenes del Gobernador
de la Provincia (fs.83 a 87).
- En la foja 92 del expediente, reposa la Nota DRECH/DESPA/222-6 de 5 de junio de 2006, de la Dirección
Regional de Educación de Chiriquí, en la cual se informa que la entidad no dio autorización para que los
grupos FRENADESO y SUNTRACS, participaran en los Desfiles Patrios del mes de noviembre de 2005.
- Por medio de la providencia de 21 de julio de 2006, el Despacho Instructor procede a incorporar copia de
la edición electrónica del Diario El Siglo de 5 de noviembre de 2005, que en una de sus noticias indica que
el Director de la Policía Nacional, ROLANDO MIRONES, aseguró que las detenciones que se hicieron en
la provincia de Chiriquí de varios miembros del SUNTRACS, fue por órdenes y decisión del Gobernador
del Sector, agregando que las unidades del orden público están supeditadas al poder civil como fue en
este caso; y que los manifestantes trataron de participar en el desfile sin autorización, por lo que fueron
puestos a disposición de una Corregiduría por ocasionar desorden público (fs.106-107). En otras de las
noticias registradas en la mencionada edición electrónica precisa que la detención de dirigentes del
SUNTRACS, los agentes de la Policía Nacional actuaron con exceso (f.109).
- El 21 de julio de 2006 se realiza diligencia de inspección ocular a los archivos de órdenes de detención de
la Policía Nacional de Chiriquí, sin obtenerse documento relacionado con las detenciones del mes de
noviembre de 2005 (fs.115-118).
- Mediante Nota No. ALZPCH-218 de la Policía Nacional de David, se pone en conocimiento que en la
revisión efectuada a toda la documentación correspondiente a órdenes de detención y/o conducción
emanadas por Autoridades Competentes de la Provincia, no se encuentra ninguna que guarde relación
con los hechos investigados. Que al requerir a las unidades de turno de la fecha de marras, éstas
suministraron información al respecto, indicando que miembros del SUNTRACS y FRENADESO,
participaron de facto en las actividades del 3 de noviembre de 2006, con un despliegue de actos de
desorden público. Que efectivamente hubo una orden verbal de parte del Gobernador hacia las unidades
policiales, solicitando el reestablecimiento del orden social y el desfile, pero no con el objeto de detener,
sino que conforme a las facultades inherentes al deber de las funciones de los miembros del orden público,
se procedió con la retención de los que actuaron de forma reiterada con la conducta irregular y ofensiva de
algunos de los manifestantes hacia las autoridades de la provincia (fs.127-128).
- Se recibe declaración jurada al Corregidor DELGADO DE GRACIA donde explica que en su despacho no
existe parte policivo, ni boleta de libertad relacionada con la aprehensión de JAIME ALBERTO
CABALLERO QUIRÓZ (fs.152-156).
- Mediante nota de 27 de octubre de 2006, la Policía nacional de Chiriquí, remite copia autenticada de la
boleta de libertad del señor CABALLERO QUIRÓZ, donde se expone que el prenombrado fue puesto en
libertad el día 4 de noviembre de 2006 (fs.168-169 y 206).
Corresponde a esta Superioridad analizar la situación jurídica del señor VIRGILIO ENRIQUE VERGARA BEITIA, Gobernador de
la Provincia de Chiriquí, a quien la parte querellante atribuye la supuesta comisión de un delito Contra la Libertad, en perjuicio de
JAIME ALBERTO CABALLERO QUIRÓZ.
Advertimos que de los hechos querellados, se colige que concretamente se pretende imputar las figuras delictivas descritas en la
ley penal bajo las denominaciones de Delitos contra las libertades políticas y contra la libertad individual.
Citando la doctrina y jurisprudencia española más reciente, CARLOS BLANCO LOZANO resalta que la figura delictiva de delitos
contra los derechos políticos protege:
“no solo los estrictos derechos de participación en las instituciones propias de la organización del
Estado, sino todos aquellos que se reputan como fundamentales de la persona, ...., a través de los cuales
tal persona, en cuanto ciudadano, participa en los asuntos de la comunidad.
En definitiva, tales derechos cívicos ... no son otros que los derechos fundamentales que la
Constitución recoge a lo largo de su texto.” (Tratado de Derecho penal Español. Vol 2.Ed. Bosch. p.639,
2005)
La disposición penal que tipifica en nuestro país este ilícito, señala lo siguiente:
“Artículo 147. Quien impida o paralice total o parcialmente el ejercicio de cualesquiera de los derechos
políticos será sancionado con prisión de 6 a 20 meses y de 15 a 100 días de multa, siempre que el hecho
no esté previsto en alguna otra disposición especial de este Código.
Si el autor fuere un servidor público y hubiere cometido el delito con abuso de sus funciones, la
sanción será de 8 a 40 meses de prisión”.
La Sala observa que de las constancias probatorias evaluadas, no emergen elementos que permitan considerar que VERGARA
BEITIA, Gobernador de la Provincia de Chiriquí, incurrió de algún modo, en la perpetración del delito contra las libertades
políticas. Aún cuando es indudable que para la fecha y lugar en que se registra la aprehensión del ciudadano querellante, se
daba inicio a los desfiles patrios en que comúnmente participan agrupaciones estudiantiles, sociales e incluso de índole gremial,
la intervención de CABALLERO QUIRÓZ, y del grupo sindical a que se indica pertenece (SUNTRACS) no contaba con
autorización debidamente certificada por parte de la Región Ministerial de Educación de la Provincia de Chiriquí.
Lo anterior es indicativo que la participación del querellante en los desfiles patrios de los días 3 y 4 de noviembre de
2005, carecía de una aquiescencia de las autoridades responsables de la organización y desarrollo de la misma. No es posible
por ende, imputar la prohibición al ejercicio de este derecho cívico, que para el caso, requería de una autorización previa de las
autoridades, ya que lógicamente el desfile conlleva un orden que debe ser controlado, para garantizar la seguridad de los propios
participantes y del resto de la ciudadanía que presencia la actividad festiva.
Si bien se reconoce que conforme a nuestra Constitución, se debe garantizar el derecho de asociación y la oportunidad
de expresar ideas políticas y/o sociales en público, esta facultad, no puede coartar, perjudicar o afectar el desarrollo normal y
previamente proyectado de otras actividades que ejerce el resto de la comunidad participativa, como resulta del caso, la
realización del desfile patrio en la ciudad de David, los días 3 y 4 de noviembre de 2005.
En este sentido, es necesario subrayar que la Carta Magna en el artículo 38, consagra el derecho a reunirse
pacíficamente sin necesidad de permiso o autorización, donde sólo se requiere del aviso previo a la autoridad administrativa
local. Sin embargo, debemos distinguir que en los hechos suscitados en David, en noviembre de 2005, se trata de una situación
muy precisa, donde miembros de SUNTRACS y FRENADESO no proceden a manifestarse de manera autónoma, sino que
procuran introducirse dentro de la actividad en que participan un número plural de agrupaciones, previa coordinación con las
autoridades del Ministerio de Educación. Romper el orden preestablecido del desfile patrio, perjudica el ejercicio cívico de la
ciudadanía en general, situación que fundamentó el interés de las autoridades policiales de reestablecer el orden público, como
se advierte de la lectura de las pruebas previamente reseñadas.
En base a lo expuesto, no se colegir que la autoridad acusada incurre en la intromisión o el impedimento al ejercicio de
manifestarse libremente, ya que lo constatado es el interés de participar dentro de una actividad debidamente organizada, si la
permisión de los responsables de la organización hacia quien concurre a este actuación, como querellante.
En cuanto al otro ilícito atribuido al funcionario querellado, debemos precisar en primer lugar, que cuando se hace referencia a la
libertad individual se le da especial énfasis a la libertad física de la persona, esto es, a la de ambular, desplazarse, moverse
corporalmente de un sitio a otro a voluntad (Aura E. Guerra de Villalaz. Derecho Penal Parte Especial. Ed. 2002. p.64). De lo
actuado sí se colige, que en la fecha de marras, se restringió bajo determinadas circunstancias, la libertad ambulatoria de JAIME
ALBERTO CABALLERO QUIRÓZ. Sin embargo, contrario a lo planteado por la parte querellante, lo anterior no es prueba eficaz
para demostrar que el querellado VERGARA BEITIA, incurrió en el ejecución del hecho delictivo trasgresor de la libertad
individual de las personas.
El criterio al que arriba la Sala, surge luego de ponderar las circunstancias precisadas en las notas procedentes de la
Dirección de la Policía Nacional de Chiriquí donde se expone que la comunicación verbal externada por el Gobernador de la
Provincia, VIRGILIO VERGARA BEITIA, se limitó a requerir de los funcionarios de la Policía Nacional de dicha región, su
participación para reestablecer el orden social y el desfile que se desarrollaba el ya citado 3 de noviembre de 2005. Se hace
énfasis además, que en ningún momento medió una expresa orden verbal o escrita de detención de parte del querellado, y que
además, las unidades policiales procedieron de forma directa, de acuerdo a sus facultades para mantener el orden público, a
retener a personas que supuestamente actuaban de forma irregular y ofensiva hacia las autoridades.
Se concluye, que de la investigación sumarial desarrollada, se revela que VIRGILIO VERGARA BEITIA, no abusó de
sus funciones o infringió de algún modo, las formalidades de ley, privando así de la libertad personal al sujeto querellante; por lo
que al no existir pruebas adecuadas que acrediten el hecho ilícito querellado, corresponde a Derecho, confirmar la pieza judicial
consultada, en atención al numeral 1 del artículo 2208 del Código Judicial.
PARTE RESOLUTIVA
En mérito de lo expuesto, la CORTE SUPREMA DE JUSTICIA, SALA DE LO PENAL, administrando Justicia en nombre
de la República y por autoridad de la Ley, CONFIRMA en todas sus partes, la Resolución de 17 de abril de 2007, proferida por el
Tribunal Superior del Tercer Distrito Judicial.
AROSEMENA DE TROITIÑO
JERÓNIMO MEJÍA E. (Con Salvamento de Voto) -- ANÍBAL SALAS CÉSPEDES
MARIANO HERRERA (Secretario)
SINDICATO
SINDICATO
SINDICATO
CONSULTA DE LEGALIDAD, INTERPUESTA POR RAUL ACEVEDO (ALCALDE DEL DISTRITO DE
CHEPO), PARA QUE LA SALA TERCERA SE PRONUNCIE SOBRE LA LEGALIDAD DE LA
RESOLUCIÓN NO.31 DE ENERO DE 2007, EMITIDA POR EL CONSEJO MUNICIPAL DE CHEPO.
PONENTE: VICTOR L. BENAVIDES P. PANAMÁ, OCHO (8) DE ENERO DE DOS MIL OCHO (2008).
Tribunal: Corte Suprema de Justicia, Panamá
Sala: Tercera de lo Contencioso Administrativo
Ponente: Víctor L. Benavides P.
Fecha: 08 de Enero de 2008
Materia: Acción contenciosa administrativa
Advertencia o consulta de
ilegalidad
Expediente: 428-07
VISTOS:
El señor RAÚL ACEVEDO, Alcalde del Distrito de Chepo, ha interpuesto consulta de legalidad a fin de que
la Sala Tercera se pronuncie sobre la legalidad de la Resolución del 31 de enero de 2007, emitida por el Consejo
Municipal del Distrito de Chepo.
Por medio de escrito recibido en la Secretaría de la Sala Tercera el día 7 de diciembre de 2007 (f.17), el
señor Raúl Acevedo presentó desistimiento de la presente consulta de ilegalidad.
Vencido el término de traslado del desistimiento al Procurador de la Administración (f.18), procede este
Tribunal a resolver dicho desistimiento.
El ordenamiento contencioso administrativo contempla la posibilidad de desistir de los recursos que sean
propuestos, tal como lo establece el artículo 66 de la Ley 135 de 1943 modificada por la Ley 33 de 1946 que dice:
“ARTICULO 66: En cualquier estado de juicio es admisible por declaración expresa, el
desistimiento del recurso contencioso-administrativo.
El desistimiento será siempre notificado a la parte contraria.”
La Sala observa que en el presente caso el desistimiento ha cumplido con todos los requisitos formales establecidos por el
artículo 66 de la Ley 135 de 1943, en concordancia con el artículo 1087 del Código Judicial, que prevé que todo el que haya
presentado una demanda, promovido un incidente o interpuesto un recurso, puede desistir del mismo expresa o tácitamente.
En razón de lo antes anotado, lo procedente entonces es admitir el desistimiento presentado en este caso.
En consecuencia, la Sala Tercera (Contencioso-Administrativa) de la Corte Suprema de Justicia, administrando justicia en
nombre de la República y por autoridad de la Ley, ADMITE el desistimiento interpuesto por el señor RAÚL ACEVEDO, Alcalde
del Distrito de Chepo, DECLARA que ha terminado el proceso y ORDENA el archivo del expediente.
NOTIFÍQUESE Y CÚMPLASE,
VICTOR L. BENAVIDES P.
WINSTON SPADAFORA FRANCO -- ADÁN ARNULFO ARJONA L.
JANINA SMALL (Secretaria)
SINDICATO
CAS
OS
SOB
RE
HUELGA
Casación laboral
RECURSO DE CASACIÓN LABORAL INTERPUESTO POR EL LICENCIADO ROLANDO
MURGAS TORRAZA EN REPRESENTACIÓN DE ALEXANDER ARAÚZ CONTRA LA
SENTENCIA DE 30 DE OCTUBRE DE 2007 EMITIDA POR EL TRIBUNAL SUPERIOR DE
TRABAJO DEL SEGUNDO DISTRITO JUDICIAL DENTRO DEL PROCESO LABORAL:
CABLE & WIRELESS PANAMÁ, S. A. VS. ALEXANDER ARAÚZ. PONENTE: WINSTON
SPADAFORA F. -PANAMÁ, DIEZ (10) DE ENERO DE DOS MIL OCHO (2008)
Tribunal: Corte Suprema de Justicia, Panamá
Sala: Tercera de lo Contencioso Administrativo
Ponente: Winston Spadafora Franco
Fecha: 10 de Enero de 2008
Materia: Casación laboral
Casación laboral
Expediente: 696-07
VISTOS:
El licenciado Rolando Murgas Torraza actuando en representación de ALEXANDER
ARAÚZ ha presentado ante la Sala Tercera de la Corte Suprema de Justicia, recurso de casación
laboral contra la Sentencia de 30 de octubre de 2007 emitida por el Tribunal Superior de Trabajo del
Segundo Distrito Judicial dentro del proceso laboral que promoviera en su contra Cable & Wireless
Panamá, S.A.
Por medio de la Resolución impugnada, el Tribunal Superior de Trabajo “CONFIRMA en
todas sus partes la Sentencia de fecha 15 de febrero de 2007”, emitida por el Juzgado Segundo de
Trabajo de la Tercera Sección que autoriza el despido del señor ALEXANDER ARAÚZ GIRÓN,
solicitado por la empresa Cable & Wireless Panamá, S.A. (fs. 278-284).
I. CONSIDERACIONES DE LA SALA.
El casacionista sostiene en su recurso que ante las instancias laborales se dirimió un
proceso abreviado de autorización de despido que recae sobre un trabajador amparado por fuero
sindical y tiene una cuantía que supera los mil balboas (B/.1,000.00).
Como normas infringidas, por la Sentencia de 30 de octubre de 2007, citó el artículo 213,
acápite A, numeral del Código de Trabajo y, explicó su infracción bajo el argumento de que el
trabajador fue despedido sin causa justificada, pese al fuero que lo amparaba.
En este sentido, adiciona que no existen elementos de prueba que demuestren que fue el
señor ARAÚZ quien hizo una conexión ilegal en el Distribuidor General de la señal ADSL de Telemart
a su residencia, consecuentemente, no se ha acreditado la causa justificada que permite remover a
un trabajador con fuero sindical.
Por su parte, Cable & Wireless Panamá, S.A., se opone al recurso presentado arguyendo
que en el proceso en estudio no se debatió sobre la violación del fuero sindical. Por el contrario,
argumenta que en cumplimiento de las normas sobre dicho fuero, pidió autorización a las autoridades
laborales para despedir a ALEXANDER ARAÚZ de la empresa.
A fin de verificar si nos encontramos ante una Sentencia relacionada o no con la violación
del fuero sindical, advertimos a foja 11 del proceso laboral que el mismo tuvo como premisa que el
trabajador ALEXANDER ARAÚZ gozaba de fuero sindical. Esta premisa no lo desviruó ninguna de las
pruebas que constan en el proceso laboral, razón por la cual le corresponde reconocer a esta
Superioridad que la autorización para despedir al prenombrado se fundamentó en la existencia de
dicho fuero.
Dirimido el aspecto del fuero sindical, nos percatamos que el material probatorio que
acompaña el recurso de casación revela que la licenciada Lizza Marie Jaén, en representación de
Cable & Wireless Panamá, S.A., presentó ante el respectivo Juzgado de Trabajo de la Tercera
Sección, solicitud de autorización de despido en perjuicio de ALEXANDER ARAÚZ GIRÓN, con
fundamento en las causales contempladas en los numeral 5 y 10, literal A del artículo 213 del Código
de Trabajo.
Específicamente, sostuvo en su escrito que el señor ALEXANDER, quien ejercía el cargo de oficial de
técnico de transmisión de datos y ADSL, en la Central 775 en David, Chiriquí se apropió ilegalmente
del servicio ADSL que se encontraba instalado en la tienda Telemart de la ciudad de David para
demostrarle al público las ventadas y facilidades de dicho servicio; por lo que incurrió en una falta
grave de probidad y honradez y en la comisión de un delito contra la propiedad en perjuicio de Cable
& Wireless Panamá, S.A. (fs. 1-5).
Ahora bien, esta solicitud de autorización de despido fue aprobada mediante Sentencia de
15 de febrero de 2007, porque a juicio del Juzgador Primario la inspección judicial, reconstrucción y
testimonios prueban que el trabajador cometió una falta disciplinaria tipificada en el Código Laboral al
instalar la señal ADSL de la tienda Telemart a su casa (Cfr. fs. 344-347).
El Tribunal de Segunda Instancia confirmó la Sentencia del Juzgado Segundo de Trabajo
luego de considerar que efectivamente se comprobó la falta de probidad y honradez del trabajador
ALEXANDER ARAÚZ GIRÓN durante el ejercicio de sus funciones, ya que privó a la clientela del
Telemart de la ciudad de David, del servicio de ADSL y en perjuicio de la empresa Cable & Wireless
Panamá, S.A. (f. 283).
Los hechos expuestos, advierten que la empresa Cable & Wireless Panamá, S.A., no ha
despedido al señor ALEXANDER ARAÚZ GIRÓN –en su calidad de trabajador amparado por fuero
sindical- sin contar con la aprobación previa de la autoridad de trabajo respectiva. Por el contrario,
denota el cumplimiento del proceso abreviado establecido en el artículo 991 del Código de Trabajo
para prescindir de los servicios de un trabajador que goza de dicho fuero y, consecuentemente, esta
Superioridad estima que por medio de la Sentencia de 30 de octubre de 2007 no se vulneró el fuero
sindical que amparaba a ALEXANDER ARAÚZ GIRÓN.
Al respecto, cabe adicionar que el fuero sindical se concibe como la garantía que gozan
determinados trabajadores, -dirigentes o miembros de sindicatos en formación, de no ser despedidos
sin justa causa, previamente calificada por las autoridades laborales; situación última que
confirmamos no ha ocurrido en el presente caso.
La falta del elemento relacionado con la violación de fuero sindical, nos lleva a inferir que el
recurso de casación presentado no se ajusta a lo que establece el artículo 925 del Código Laboral,
cuyo texto dice así:
“Artículo 925. El recurso de casación puede interponerse contra las sentencias y los autos
que pongan fin al proceso o imposibiliten su continuación, dictados por los Tribunales
Superiores de Trabajo en cualquiera de los siguientes casos:
1. Cuando hubieren sido pronunciados en conflictos individuales o colectivos con una cuantía
mayor de mil balboas;
2.- Cuando se relacionen con la violación del fuero sindical, gravidez, riesgo profesional o
declaratoria de imputabilidad de la huelga con independencia de la cuantía;
Huelga
Huelga
“ Tenemos que la parte actora pretende que, previos los trámites de Ley, las
sociedades demandadas sean condenadas al pago de la suma de B/.200,000.00 en
concepto de daños materiales y morales como resultado de la construcción del proyecto
residencial denominado Urbanización Villa Dorado, edificado sobre las fincas propiedad
de las demandadas, proyecto éste cuya construcción le ha impedido la apertura y
operación del negocio comercial denominado Complejo Turístico As de Oro, edificado
sobre dos
(2) globos de terreno propiedad del demandante.
Las pruebas periciales y documentales aportadas al dossier, son contestes al
afirmar que la construcción de dicho proyecto residencial, no ha impedido que la ahora
demandante haya podido llevar a cabo la apertura y operación de su proyecto turístico,
toda vez que el muro construido por la sociedad co- demandada, CONSTRUCTORA
LAXMI, S.A., no es la causante directa ni indirecta de la inejecución de dicho proyecto.
Advierte esta Colegiatura, que los informes periciales tanto de la parte actora y
del tribunal de instancia visibles a fojas 113 y 117, respectivamente, son coincidentes al
afirmar que la construcción edificada por la sociedad demanda, Constructora Laxmi, S.A.
no ha impedido o afectado el desarrollo del proyecto turístico propiedad del demandante.
Asimismo, a foja 120-121 del expediente aparece informe suscrito por la
Dirección de Ingeniería Municipal del Distrito de Chitré, en donde se corrobora lo
afirmado por los peritos.
Huelga agregar, que las pruebas documentales solicitadas en segunda
instancia por la parte actora, visibles a fojas 378-390, a pesar de que ambas fueron
incorporadas al proceso vía fax, debe concedérsele pleno valor probatorio según lo
normado por el artículo 835 del Código Judicial, toda vez que por ser un documento
público se presume su autenticidad, y no ha sido objetado ni redarguido de falso por el
demandante, por lo que a la luz de las reglas de la sana crítica, ostenta pleno valor
probatorio y así lo reconoce esta Superioridad.
Dichos documentos muy por el contrario, en vez de presentar nuevas
evidencias que desvirtúen el fallo apelado, no hacen más que reafirmar la decisión del
juzgador primario, toda vez que el proyecto residencial cuenta con todos los requisitos
exigidos por la normativa vigente para su ejecución, no demostrándose con éstos que los
demandados hayan incurrido en alguna causal que le permita al demandante exigir de
los demandados la responsabilidad por la inejecución y apertura del negocio turístico que
pretendía establecer.” (f.480-482).
DECISIÓN DE LA SALA
El recurso se propone en el fondo y se invocan dos causales.
Primera causal: “Infracción de normas sustantivas de derecho por concepto de error de derecho en
cuanto a la apreciación de la prueba, lo que ha influido sustancialmente en lo dispositivo de la resolución
recurrida”.
En los motivos que sirven de apoyo a la causal, se alega la mala valoración de pruebas de carácter
documental, pericial e informes, las cuales no fueron íntegramente apreciadas por el tribunal de segunda
instancia. Dichos medios probatorio en concepto de la censura acreditan los daños y perjuicios derivados de
la construcción de la carretera que conduce a la urbanización Villa Dorada a un nivel de 1.30mts por debajo
del nivel del terreno donde tiene su negocio, consistentes en la construcción de una estructura de protección
a los usuarios del negocio, sea muro, verja, etc. y una vía de acceso a su negocio por la parte frontal del
mismo.
Se permite la Sala transcribir los motivos:
“PRIMERO: El Tribunal de segunda instancia, en la sentencia que desató la alzada,
valora erradamente los documentos públicos allegados a la encuesta, al mutilar su
contenido, puesto que, deja de valorar parte de las certificaciones que dan cuenta de que
“se observó que las paredes -del muro construido- están completamente despegadas
(fojas 338), que “se amerita instalar algún tipo de protección (llámese verjas, muros de
bloques o cualquier otra estructura que de protección a los usuarios del local (foja 340 a
341), que la venta de licores “podía perturbar la paz y la seguridad de los residentes de la
barriada” (foja 381), que solo se pueden construir en la zona “vivienda unifamiliares y
familiares... y usos complementarios...” (foja 398 y
386) y que “se redujo el desnivel a 1.30 mts para minimizar la afectación” (fojas 398 y
372), esto es, en el fallo en cuestión se pretende que la parte actora asuma, por su
cuenta, los costos y reparaciones derivadas de los actos ejecutados por las sociedades
demandadas, al construir un muro en una vía cuya profundidad no está indicada en los
planos pertinentes (fojas 179 y 180).
HARLEY J. MITCHELL D.
OYDÉN ORTEGA DURÁN -- ALBERTO CIGARRUISTA CORTEZ
MANUEL J. CALVO C. (Secretario)
Huelga
VICTOR L. BENAVIDES P.
JACINTO CÁRDENAS M. -- ADÁN ARNULFO ARJONA L.
JANINA SMALL (Secretaria)
Huelga
JERÓNIMO MEJÍA E.
ANÍBAL SALAS CÉSPEDES -- ESMERALDA AROSEMENA DE TROITIÑO
MARIANO E. HERRERA (Secretario)