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Universidad Autónoma de Chihuahua

Coordinación de Educación Continua, Abierta y a


Distancia.

 Nombre de la carrera

Licenciatura en historia

 Nombre del módulo.

Teoría de la Historia

 Título del tema.

1.3.2 El texto histórico como artefacto literario

Nombre del asesor

Cristhian Alexander Beck Canales

 Nombre del estudiante

Luis Martín Sojo Mentado

 Matrícula

A333873

 Fecha de elaboración.

27/02/2019
Introducción

¿Verdad o simplemente retorica? Si nos enfocamos como estudiantes o


investigadores a tratar un acontecimiento, en la esencia y cuerpo del texto donde
se va plasmar el objeto de estudio, el investigador debe antes que nada ver la
mejor manera de escribir la verdad, sin embargo, es a la verdad la que también se
le debe de sumar ciertas propiedades en el escrito para que el entendimiento de la
misma sea lo mejor posible.

¿Qué propiedades? ¿Qué es la retórica? La Real Acadèmia Española (2014), nos


da el siguiente sigificado, “Arte de bien decir, de dar al lenguaje escrito o hablado
eficacia bastante para deleitar, persuadir o conmover”, dada la definición anterior,
si se logra una excelente aleación entre esta dupla de verdad-retórica, el texto
histórico y literario cumplirá con su encomienda, aquella de proporcionar los
acontecimiento de manera veraz, con la mejor de las formas para que sea,
entendible, útil, y que no suelte la mano de pertenecer a una disciplina científica,
es decir, no caer en solo ser un excelente escrito para pasar el rato, pero sin valor
académico.

Sobre la finalidad del presente ensayo, cuenta con el enfoque sobre el cuál es la
manera de tratar un acontecimiento sobre la “narrativa histórica”, existe una frase
que dice “la forma es fondo”, si partimos de una buena forma para dar a conocer
bien la verdad de los acontecimientos, el fondo se recibirá de la mejor manera, de
lo contrario, si la misma es deficiente, la recepción no será la mejor a pesar de que
sea rico en contenido.

Tratamiento de los acontecimientos desde la narrativa histórica

Si tomáramos como ejemplo el inicio de las redes sociales, los primeros chats`s, el
uso de correo electrónico para entretenimiento (ahora mayormente ocupado para
trabajo), sitios web como myspace, hi5, metroflog, etc. Y la intención del estudio,
fuera, adentrarse en el impacto psicosocial que este tipo de conexiones y
relaciones se han venido dando con mayor fuerza desde inicios del siglo XXI, se
deberá tomar en cuenta que la redacción no podrá tener una similar a la que se
utilizaría para hablar de los sexenios presidenciales en México, White H. (2003)
nos dice “La relatividad de la representación es una función del lenguaje usado
para describir y, de ese modo, constituir acontecimientos pasados como posibles
objetos”.

White H. (2003), nos habla de descripción, si la descripción es precisa, se podrá


generar que las personas que vivieron los acontecimientos en el génesis de lo
antes mencionado, darán por entendido el producto final de la investigación.

Se puede contar con un excelente marco teórico, un buen arsenal fotográfico, un


antes y un después en evidencias gráficas en el transcurrir de los años, en el afán
de que el objeto de estudio se vea favorecido por una redacción persuasiva que
sirva para dejar un documento científico y literario con gran utilidad para quien lo
consulte, retomamos que la forma es clave para que el acontecimiento penetre en
la mente de quien lo consulta.

White H. (2003) nos dice “la narrativa es considerada como un contenedor”, sin
más que la anterior línea, fortalece el hecho de que el mencionado contenedor,
debe tener la estructura correcta para soportar el grosor de la investigación, de lo
contrario, el contenido y esencia de la investigación se puede ver mermado por
una narrativa pobre, o engorrosa.

Sin embargo, es de cuidado que, si se presta mucha atención al relato, y se deja


de lado el contenido del marco histórico, la veracidad puede verse afectada en una
delgada línea de mayor retórica y menor tratamiento de un acontecimiento.

White H. (2003) nos dice “Con seguridad podemos suponer que los hechos en
cuestión imponen límites a las clases de relatos que pueden contarse
adecuadamente (tanto en el sentido de veracidad como en el de propiedad)”.

Tomando la cita anterior, el acontecimiento histórico va a requerir de ese equilibrio


literario entre la necesidad de ser plasmado con una forma que se pueda entender
de manera práctica, estética, sin dejar de lado todo el contenido que contenga la
verdad de los hechos.

Conclusión

El acontecimiento deberá de tener ese toque literario, que acompañará el curso de


la investigación, para poder encontrar en la mente de quien lo consulte, un espacio
para nos ser desechado como algo pasajero, sin dejar que la verdad y objetividad
siempre estén por delante.

Bibliografía

Hayden White. (2003). EL TEXTO HISTORICO COMO ARTEFACTO LITERARIO.


Barcelona: Ediciones Paidós.

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