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Y, ¿DÓNDE QUEDA EL ELLOS?

El tiempo que viven en la tierra está determinado por lo que hacen, viven y sienten, esta es
tan fugaz como un abrir y cerrar de ojos, la vida está llena de sueños, metas, fracasos,
experiencias y diferentes expectativas (objetivos individuales), teniendo en cuenta lo anterior,
la pregunta sería: ¿dónde queda el fragmento que una vez fue nuestra existencia?
Quevedo menciona ¨ayer se fue, mañana no ha llegado, / hoy se está yendo sin parar un punto,
/ soy un fue, y un será y un es cansado ¨donde no está el poder de recuperar el tiempo, ni de
un stop, solo son historias en la mente de familiares, amigos y enemigos que se
complementan con los frágiles años que otorga la vida.
Del polvo somos y al polvo volveremos a intégranos, bajo una lápida: que su pulcritud a
través de los años se va desvaneciendo: Donde el dolor personal de perder amados y la
enfermedad no afectara, e individualmente no se sabrá cuando llegara el momento a los vivos.
Es tan valioso que la especie humana llegue a crear consuelo en que la procreación en este
mundo pueda recodar quienes fuimos antes de pasar a ficción en memora de otros.
(emociones humanas)
El poder evocador de las palabras da la versión de lo que somos como humanos, Héctor Abad
cita “Si las palabras trazan un mapa aproximadamente, buena parte de mi memorial se ha
trasmitido a este libro” he ahí donde nace la inspiración del autor “Recuerda el alma dormida”
una pieza de los mayores poemas del castellano; como homenaje a un padre ejemplar.
En definitiva, el olvido que seremos está comprobado que podremos postergarlo un instante
más, y desarrolla tres argumentos que soportan su afirmación de la hermandad que somos.
El primero plantea que todo lo que vivió el autor, y lo que conlleva el vivir en la actualidad
independientemente de la generación se comparte armonía de recuerdos. El segundo
argumento sugiere que ya sea lo que pensemos y decimos es unánime incluso como aliados
y cómplices en la caja oscura del alma.
Y como argumento final los «libros son un simulador […] del recuerdo de los ojos que leen»
lo que fue una generación en el pasado; perdurara la memoria del yo que fui alguna vez.
Referencias.
Héctor Abad Faciolince. (2006). El Olvido que seremos (N.o 1). House Grupo Editorial.

Campo Marín, L., Sandoval Camargo, L. S., & Tellez Guzman, D. C. (2013). Las

Macrorreglas De Teun Van Dijk (1977). PROGRAMA DE LECTURA Y

ESCRITURA ACADEMICAS Lea en la un., 7–10.

http://www.saebogota.unal.edu.co/bogota_archivos/lea/ovas_2018/OVA_Macrorreg

las_de_Van_Dijk.pdf

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