REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA

EDUCACIÓN, CIENCIA Y TECNOLOGÍA
INSTITUTO UNIVERSITARIO POLITÉCNICO
“SANTIAGO MARIÑO”
EXTENSIÓN MATURÍN

Ecología

Autor:
Andrés Núñez C.I. 30.037.309

Docente:
MgSc. Marisol Tocuyo

Maturín, Mayo, 2.022

 Antes de abordar la “Ecología” como temática, es necesario precisar un breve
resumen sobre de dónde proviene, quién “Inventó” la palabra “ecología”, su
etimología, etc.

La ecología la rama de la biología delegada del análisis de los organismos y de

cómo interactúan con el ámbito que les circunda. El término “Ecología, derivada de
los vocablos griegas “Oikos“, que significa hogar, y “logos”, que significa análisis,
involucra el análisis de los domicilios de los organismos. El concepto “ecología” ha
sido acuñado en 1866 por Ernst Haeckel, zoólogo alemán. Su objetivo era explicar
las “economías” de las maneras de vida. Un ecólogo estudia la interacción entre los
organismos vivos y sus hábitats. Para conocer el planeta natural, los ecólogos
tienen que aprender diversos puntos de la vida.

Una vez que nos referimos al criterio de ecología no solo hablamos de los
animales como el elefante y el lobo, además el mosquito y el hongo que un día
creció en alguna uña del pie por igual son parte de esta maravillosa ciencia.

Para averiguar el medio ambiente, los científicos se plantean cuestiones como:

¿Cómo interactúan los organismos con los componentes vivos y no vivos que los
rodean? ¿Qué requieren los organismos para sobrevivir y prosperar en sus ámbitos
actuales? Para hallar las respuestas a estas cuestiones, los ecólogos tienen que
aprender y mirar cada una de las maneras de vida y sus ecosistemas
internacionalmente.

La población no suele prestar mucha atención a la ecología, comparativamente

con otras ciencias más “dinámicas” como la astronomía o la economía. debido a
que esta ciencia nos posibilita conocer el planeta que nos circunda y su desempeño.

En los últimos años, la población ha empezado a prestar atención a las noticias

llamativas que han surgido de la averiguación ecológica, en especial en lo cual
respecta al calentamiento global y la pérdida de diversidad biológica.

La ecología enriquece nuestro mundo y es determinante para la paz y la

prosperidad de las personas. Da nuevos conocimientos sobre la interdependencia
entre los individuos y la naturaleza, que son vitales para la producción de alimentos,
el mantenimiento de un viento y un agua limpios y el mantenimiento de la diversidad
biológica en un clima cambiante.

Poseemos que considerar que de igual modo que los animales convierten o son
transformados por el medio ambiente y en este parentesco nace la ciencia de la
Ecología, además es entendible que los humanos, como animales, padecen de las
secuelas de tan simbiótica interacción. Sin embargo, a diferencia de lo cual pasa

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con otros animales, el ser humano es el exclusivo que puede cambiar el medio en
el cual habita en busca de una mejor calidad de permanencia.

Claro que, no va a ser lo mismo una vez que la transformación es generada por
100 personas que por millones de individuos una y otra vez en todos lados. De esta
forma, el comportamiento del hombre crea no solamente cambios sino males en la
Biosfera que en varios casos ya adquieren el costo de irremediables y por
consiguiente la Ecología se erige como exclusiva probabilidad de optimización o por
lo menos de concientización para eludir que el problema se profundice.

Dichos conocimientos de la interacción entre los organismos vivos y su medio

ambiente, brindaron sitio a los Movimientos y Asociaciones de Ecologistas que
emergen a finales de los años '80 y que tratan de defender la Biosfera de esos que
la perjudican por ignorancia o por egoísmo, queriendo aprovechar
desordenadamente sus recursos y afectando con ello a todos los seres y al mundo
en que vivimos llegando a situar en peligro inclusive la continuidad de la vida en la
Tierra.

Fundamentalmente todos los ecosistemas de la Tierra fueron transformados de

manera significativa por las ocupaciones humanas. En la segunda mitad del siglo
XX, los ecosistemas se modificaron a un ritmo más grande que en ningún otro
instante de la crónica de la raza humana. Ciertos de los cambios más relevantes
fueron la transformación de bosques y praderas en tierras de cultivo, el desvío y
almacenamiento de agua dulce en represas y la pérdida de regiones de manglares
y de arrecifes de coral.

En la actualidad, los cambios más rápidos permanecen teniendo sitio en las

naciones en vías de desarrollo, aunque las naciones industrializadas
experimentaron cambios equiparables en el pasado. Sin embargo, parece que las
transformaciones recientes permanecen teniendo sitio a un ritmo más grande que
las previos a la época industrial

En los ecosistemas marinos, las poblaciones de especies sometidas a la pesca

se han observado dañadas por la demanda mundial creciente de alimentos para el
consumo humano y animal. A partir del inicio de la pesca industrial, la masa total de
especies marinas explotadas con objetivos comerciales ha disminuido alrededor de
un 90% en la mayoría de todo el mundo.

La construcción de represas y la captación de agua para uso humano ha

modificado los ecosistemas de agua dulce, ocasionando cambios en los flujos de
varios de los monumentales sistemas fluviales. Lo cual paralelamente ha derivado

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en otros efectos como por ejemplo la reducción de los flujos de sedimentos, que
conforman la primordial fuente de nutrientes para los ecosistemas de estuarios.

Referente a los ecosistemas de tierra, bastante más de medio área ocupada

originalmente por diversos tipos de praderas y bosques fue convertida en tierras
agrícolas. Los únicos ecosistemas de tierra que han sufrido subjetivamente pocos
cambios son la tundra y los bosques boreales. No obstante, el calentamiento global
ha empezado a afectarles.

De manera general, la transformación de ecosistemas en tierras agrícolas ha

comenzado a frenarse. Las maneras de avanzar expandiendo las tierras de cultivo
permanecen reduciendo en varias zonas de todo el mundo pues la mayoría de las
tierras apropiadas ya fueron transformadas. El crecimiento de la productividad
agrícola además está realizando que reduzca la necesidad de más tierras de cultivo.
En este sentido, ciertas superficies agrícolas en zonas templadas permanecen
siendo reconvertidas en bosques o no se cultivan.

La función de los ecosistemas de proveer beneficios a los humanos, en otros

términos, su capacidad de prestar servicios, es dependiente de los ciclos
medioambientales del agua, el nitrógeno, el carbono y el fósforo. En algunas
ocasiones, dichos procesos fueron modificados de manera significativa por la
actividad humana. Los cambios fueron más rápidos en la segunda mitad del siglo
XX que en ningún otro instante de la crónica de la raza humana.

El periodo del agua, la captación de agua a partir de ríos y lagos para irrigación,
usos urbanos y aplicaciones industriales se ha duplicado entre 1960 y 2000.
Generalmente, los individuos utilizan algo más del 10% de los recursos renovables
accesibles de agua dulce. No obstante, en zonas como el Norte africanos, el agua
subterránea se capta más veloz de lo cual se renueva.

El periodo del carbono, en los últimos 2 siglos y medio, la concentración de

dióxido de carbono en la atmósfera ha incrementado un tercio. Los ecosistemas de
tierra eran una fuente neta de dióxido de carbono en el siglo XIX y inicios del XX,
empero se convirtieron en un sumidero neto de carbono alguna vez al rededor del
siglo pasado. La causa de este cambio no es otra que el más grande incremento de
las plantas como resultado, entre otras, de una totalmente nueva administración
forestal y novedosas prácticas agrícolas.

El periodo del nitrógeno, la porción total de nitrógeno puesta a disposición de los

organismos como resultado de las ocupaciones humanas se multiplicó por 9 entre
1890 y 1990, y en particular a partir de 1950 por el trabajo de fertilizantes sintéticos.
En la actualidad, las ocupaciones humanas producen la misma proporción de
nitrógeno que cada una de las fuentes naturales juntas.

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 El periodo del fósforo, el trabajo de fertilizantes con fósforo y la tasa de
acumulación de fósforo en suelos agrícolas casi se triplicaron entre 1960 y 1990,
empero han disminuido algo a partir de entonces. El flujo de fósforo hacia los mares
es hoy 3 veces más grande que el flujo natural.

La paz humana es dependiente del confort material, la salud, las interrelaciones

sociales, la estabilidad y la independencia. Todo lo mencionado es dependiente
paralelamente de los cambios en los servicios de los ecosistemas

Los servicios de los ecosistemas, y en especial la producción de alimentos, la

madera y la pesca, son relevantes para el trabajo y para la actividad económica. La
utilización exhaustiva de los ecosistemas acarrea muchas veces un mejor
rendimiento a corto plazo. Empero la utilización desmesurado e insostenible puede
ocasionar pérdidas a extenso plazo. Un territorio podría talar sus bosques y acabar
sus caladeros de pesca, lo cual conllevaría sólo un crecimiento de su Producto
interno bruto, pese a la pérdida de capital natural. Si en la toma de elecciones se
tuviera presente el costo económico completo de los ecosistemas, su degradación
podría reducirse de manera significativa o inclusive invertirse.

Ciertos cambios en los ecosistemas, tales como el crecimiento de la producción

de alimentos, han ayudado a centenares de millones de individuos a salir de la
pobreza, empero además han causado efectos negativos. La degradación de los
servicios de los ecosistemas está dañando a mucha de la población más pobre y
más vulnerable del mundo, y representa a veces el primordial elemento generador
de pobreza. La pobreza, paralelamente, tiende a incrementar la dependencia para
con los servicios que prestan los ecosistemas. Esto puede ocasionar más presión
sobre los ecosistemas y acarrear una espiral descendente de pobreza y
degradación de los ecosistemas.

Se llama generadores de cambio a esos componentes naturales o inducidos por

el hombre que cambian los ecosistemas. ejemplificando, la variación de los hábitats
y la sobreexplotación, son generadores de cambio directos que influyen de manera
explícita sobre los procesos unidos a los ecosistemas. Los generadores de cambio
indirectos están afectando a los ecosistemas debido a que influyen sobre los
generadores de cambio directos.

Hemos hablado un poco de todos los efectos negativos que en el pasado y

actualmente nos está afectando, pero ¿Qué opciones hay para una gestión
sostenible de los ecosistemas?

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Ofrecer marcha atrás en la degradación de los ecosistemas a la vez que se
satisfacen las solicitudes crecientes de sus servicios es un enorme desafío. Ciertos
cambios en las políticas tienen la posibilidad de hacer que se disminuyan muchas
de las secuelas negativas derivadas de las presiones crecientes sobre los
ecosistemas. No obstante, las ocupaciones que se requieren para eso son
muchísimo más amplias que las que en la actualidad se permanecen tomando. La
más grande parte de los servicios de los ecosistemas ya han sufrido, sin embargo,
el mal habría sido inclusive mayor sin las actividades de conservación realizadas
hasta entonces.

Las evaluaciones identificaron varias clases de ocupaciones positivas que

acarrearían beneficios a extenso plazo como para los ecosistemas como para la
paz humano. Ciertos ejemplos de actividades son: incrementar la coordinación
mundial, desarrollar y dar a conocer la tecnología y mejorar la utilización de la
información.

Los procesos de toma de elecciones y sus efectos sobre los ecosistemas y la

paz humano tienen la posibilidad de perfeccionarse por medio de una secuencia de
recursos como por ejemplo la transparencia y la colaboración pública.