Está en la página 1de 1

In Utero

Jesús Ugarte Vázquez

Nativo de la silla reclinada.

Del hondo aliento consumido

por la clara evocación de todo: de nada.

De aquí donde escribo y de allá,

donde fui y seré al mismo tiempo.

De la imantación hacia todo lo que

no existe en ojos ajenos,

pero aguarda debajo de los más altos

honores crepusculares.

De las noches saturninas.

De lo que no se lloró a gusto

delante del padre y de la madre.

De la música que explica mejor en fusas,

mis latidos de emoción: mi andar;

mi caminar a tu lado.

Del mareo y el ajetreo y la forma

en que me da vuelta todo.

Del departamento de paredes blancas

como las mañanas nubladas de agosto.

De la silla reclinada que no cae

y que me espera.

También podría gustarte